familia

Oración Diaria por la Familia

Oremos por la familia cada día 🙏

Dios Eterno, que bendijiste a nuestros patriarcas: Avraham, Itzjak y Iaakov , y a nuestras matriarcas: Sará, Rivká, Rajel y Leá, te pido que en este día me bendigas, así como a toda mi familia (hijos y nietos), y que quites de nuestro seno toda enfermedad, enviando curación completa y salud en todos nuestros cuerpos, para servirle plenamente.

¡Nuestro Padre; nuestro Rey!
Danos buena vida y largos días, para poder ocuparnos de Tus Preceptos diariamente.

¡Yah otórganos Sabiduría de lo alto, y entendimiento celestial, para poder servirte, y que no nos avergoncemos, ni nos humillemos ni tropecemos, porque en Tu Ņombre Sagrado confiamos!

Que exista Paz y la Armonía entre nosotros, y que no caigamos en pleitos ni en la ira, y que permanezcamos Unidos aunque la distancia física nos separe.

Que encontremos tu Bendición y favor en Tus Ojos y en los ojos de toda persona que nos vea.
Ábrenos los portones de la Voluntad; los portones de la Paz, y los portones de la Bendición; a nosotros y a todos Tus Hijos de Israel. Amén .

Trucos para que los niños no griten en público

Por Marta Moreno

¿A qué padre no se le ha puesto la cara colorada en algún momento cuando su hijo ha gritado en público? Los gritos de los niños pueden acabar con la paciencia de las familias, sobre todo, si se producen en entornos donde hay más personas pues, a ese mal momento que de por sí es complicado hay que sumar las miradas y los juicios de la gente que está alrededor del pequeño y que, en ocasiones, pueden llegar a intimidar.

En estas situaciones de estrés y agobio te olvidarás probablemente de todas las lecciones de Disciplina Positiva, de las herramientas para tratar con calmar las rabietas  y de cualquier otro método de crianza respetuosa. Lo primero que querrás será que el niño pare de gritar y, quizás, tu instinto prevalezca por encima de todo. Puedes llegar a gritar a tus hijos, a espetar una mala mirada o, incluso, a taparle la boca con la mano para evitar que los gritos sigan proliferando.

Así que, a lo mejor, se te ocurre tapar la boca al niño, cogerlo bruscamente del brazo y llevártelo ‘a rastras’ de ese lugar, peor incluso, gritarle más fuerte de lo que está gritando él para intentar que se calle.

Todas estas estrategias son, a juzgar por los expertos, erróneas a la hora de corregir un comportamiento infantil. Y es que, por ejemplo, tapar la boca a un niño, es perfecto para demostrarle que podemos más que él o que, incluso, no tiene potestad para expresar eso que está sintiendo así que, lo mejor, es que descartemos por completo esta opción.

¿Qué hacer para que un niño deje de gritar?

En contraposición a estos tips tan incorrectos, los expertos ofrecen otros consejos que sí se pueden seguir en caso de que nos encontremos alguna vez con que nuestro hijo tiene una rabieta en medio de todo el mundo y, como consecuencia, no para de gritar en público.

  • Deja lo que estás haciendo: en el momento en el que escuches que tu hijo está gritando, lo mejor es que concentres t oda tu atención en descubrir qué puede haber pasado para que esté así. Es tan bueno dejar que se exprese como preocuparse por saber la razón que ha desencadenado esos gritos y ese malestar en el pequeño.
  • Agáchate a su altura para mirarle a los ojos: aquí te hablábamos de los beneficios de mirar a los ojos y a la misma altura a los niños cuando queramos hablar con ellos.
  • Mantén la calma: los niños aprenden por imitación; de nada sirve que grites si él grita, pues estarás demostrando que es lo correcto si estás enfadado. Ante una rabieta, lo mejor es respirar, mantener la calma y tratarla con respeto y cariño
  • Si es necesario, apártalo: no es correcto reprimir la pataleta o los gritos del menor, aunque sean en público así que, si se producen y no consigues calmarlos con palabras suaves o con un abrazo, puedes optar por llevártelo a un lugar alejado donde pueda calmarse sin molestar a nadie (y sin hacerte pasar tanta vergüenza)
  • ¿Has probado a cantar? Era el truco definitivo de una psicóloga para calmar las rabietas de sus hijos y, quizás, pueda servirte si tu hijo grita en público

¿Por qué gritan los niños?

El grito es la viva expresión de diferentes emociones de toda índole: cuando un niño grita puede estar expresando ira, rabia y enfado, o también euforia, sorpresa y alegría. Pero hay una tercera razón a los gritos infantiles: la imitación de los adultos.

Poco a poco, cuando consigan ir autorregulándose, conociendo sus emociones y adquiriendo la capacidad de autocontrol, los gritos irán desapareciendo.

Tomado de: Ser Padres

Cuatro Consejos para tener un Matrimonio Duradero

Autora: Aranza Gleason

Mucha gente se sorprende que hoy en día más del 50% de los matrimonios seculares terminen en divorcio. A mí francamente no me parece tan raro. Construir a lo largo de los años un matrimonio, es una de las cosas más difíciles que puede hacer un ser humano, y por ello, una de las más gratificantes.

En el judaísmo, el matrimonio es visto como el acto más sagrado que dos personas pueden realizar: es la unidad que mantiene la familia, el medio a través del cual la herencia judía se preserva y la institución que fomenta mayor crecimiento en la persona. Requiere de paciencia, energía, tiempo y sobretodo constancia y compromiso. No es una tarea fácil, pero vale la pena vivirlo; porque es el único reto suficientemente fuerte para obligarte a sacar lo mejor de ti. A continuación le damos unos consejos para darle la vuelta a problemas que se presentan con los años. Esperamos los disfruten.

1) Aceptación y Gratitud.

A veces, cuando estamos casados, hemos convivido tanto con nuestro conyugue, que los años y la convivencia, en lugar de ayudarnos a aceptar los errores que comete nos vuelven reactivos a sus defectos. La primera vez que deja los calcetines fuera del bote de la ropa sucia los acomodamos sin decir nada, quizás a la segunda comentamos nuestro desagrado, a la tercera hacemos un reclamo más fuerte, pero la quinta, sexta o decimonovena vez que lo hace, simplemente explotamos.

En esas ocasiones, en pos de la paz familiar, es mejor calmarnos y aceptar que hay ciertos defectos que él o ella ya no va a cambiar. Podemos intentar empezar a cambiar la forma en que recibimos esas acciones. En lugar de verlas como una agresión perpetuada, podemos empezar a verlas como una expresión de su presencia, recordar y agradecer las cosas de él o ella que sí nos gustan.

2) Trabajo en equipo

Muchas veces, conforme los años van pasando una de las partes siente que su esfuerzo y su trabajo no son reconocidos por su pareja, que tiene más responsabilidades que el otro, y que a éste no le importa y no aprecia todo lo que hace por él. Cuando esto sucede, los reclamos surgen de forma constante o la persona se retrae y evita a su pareja.

Una solución es hablar los problemas y expresar a la pareja los sentimientos negativos. Sin embargo, no va a ser efectivo si no hay un compromiso de ambas partes por cambiar algunas acciones y actitudes. Lo más funcional es aprender a verse como parte de un mismo equipo, no establecer una competencia dentro de la pareja. Uno debe aprender que hay terrenos donde va a aportar más que el otro, y eso no quiere decir que su conyugue no se preocupe por la relación. En lugar de llevar una cuenta y reclamar todo lo que el otro no hizo, es más efectivo sentirse orgulloso de que el otro confíe en su administración y buen juicio.

3) Usa tu aprendizaje como padre o madre

Tendemos a ser mucho más compasivos con los niños que con los adultos. Esto es porque aceptamos más fácilmente sus errores y les tenemos más paciencia, además sabemos que no sirve de nada enojarse con ellos en vano. Generalmente los padres saben que si quieren educar a sus hijos correctamente tienen que aprender a comunicarse con ellos para poder trasmitirles sus enseñanzas. Lo que nosotros recomendamos no es que trates como niño a tu pareja, sino que utilices las herramientas comunicativas que adquiriste con tus hijos cuando hablas con tu pareja. Él o ella también necesita la paciencia, el cariño y el amor que le puedes dar para ayudarlo a enfrentar sus errores.

4) Toma tu felicidad en tus manos

Tú eres responsable de tu felicidad, no tu pareja. Entre más satisfecho estés con tu vida, la relación familiar va fluir mejor. Es tu obligación descubrir qué te hace feliz y qué necesitas para estar cerca de eso. Si sientes un vacío o no estás inconforme con quién eres o lo que haces, tu conyugue jamás va poder llenar ese hoyo. No intentes depender de él para que lo haga. No le cargues responsabilidades que no le corresponden.

Toma tu felicidad en tus manos y haz lo que sea necesario para poder estar bien, poder hacer lo que te gusta, enfrentar tus frustraciones y solucionar tus problemas. Entre más plena vivas tu vida, más feliz vas a ser en tu matrimonio.

Encontrado y Tomado de: Enlace Judío

Oración Matutina para Interceder por los Hijos

Amado Abba nuestro, en esta mañana me acerco hasta Ti con un corazón esperanzado para darte gracias por mis amados hijos y para poner sus vidas y sus destinos de manera confiada en tus poderosas manos.

Quiero pedirte de modo muy especial por (nombres de tus hijos), pues Tú eres el único que puede bendecir su camino y hacer obras extraordinarias en su vida.

Por favor dales un alma noble y transparente, mira sus corazones, sus sueños, sus intenciones y sé obrando para que sus días sean felices, con propósito, en paz y bienestar.

Dales también inteligencia para que puedan reconocer y acercarse al amigo noble y bueno, alejarse de las malas amistades, del peligro que asecha y de los caminos sin salida.

Apártalos de la mentira, ayúdales a reconocer el valor y la importancia de la verdad y permítenos construir una relación de amistad y confianza para que entre nosotros no existan secretos y juntos podamos alcanzar una nueva vida de gracia y bendición.

Señor, te pido que seas Tú tomando a mis hijos de la mano y llevándolos por caminos buenos. Por favor sopórtalos y acompáñalos en sus obligaciones diarias, en el estudio y en el trabajo.

Dales salud, un alma noble que pueda amar sin medida, celebra con ellos sus alegrías y sé su refugio y roca segura ante las tempestades. Guarda siempre sus pasos al salir de casa y permite que puedan descansar cada noche en el hogar con la satisfacción del deber cumplido.

Amado Dios, gracias por escuchar mi oración esperanzada; mis hijos son mi amor más inmenso y mi herencia más grande en Ti; te ruego que los cuides, que tu mano preciosa sea con ellos y que sus vidas estén siempre colmadas en fe, gracia, regocijo, prosperidad y bendición.
Amén.

CONSEJO:

Te aconsejo que realices esta oración para pedirle al Eterno que sea bendiciendo a tus amados hijos, que los mantenga a salvo de todo mal, los ayude a cumplir sus metas y les conceda vidas felices, prosperas, bendecidas y abundantes.

Confía, el Eterno ama a tus hijo tanto como tú y Él será obrando y concediéndoles una vida maravillosa colmada de sabiduría, bendiciones, entendimiento y bondad.
¡Aleluya!

Los Cinco Hábitos que Impiden a Nuestros Hijos Crear Relaciones Sanas

Autora: Slovie Jungreis-Wolff

Muchos jóvenes me dicen que se sienten frustrados por la calidad de las relaciones que tuvieron. Problemas tales como falta de compromiso, falta de responsabilidad y la incapacidad de brindar sinceramente el propio tiempo forman parte de la experiencia de las citas.

Eso me llevó a preguntarme si los padres sin darse cuenta no hacen cosas que entorpecen la capacidad de sus hijos de formar relaciones fuertes en otras etapas de sus vidas. ¿Qué pueden hacer los padres para ayudar a los niños a crear fuertes compromisos cuando crezcan?

1. Paternidad “Drone”

Esta es una “paternidad en helicóptero y con esteroides”. Son padres que protegen a sus hijos de la presión, los sobreprotegen y dirigen todos los detalles de las vidas de sus hijos. Utilizando la tecnología para monitorearlos remotamente, los padres logran observar y registrar lo que sus hijos hacen a la distancia. Los niños se acostumbran a que los padres sean una presencia constante y silenciosa que controla sus vidas y quita los obstáculos que crean estrés. Los padres pueden hacer los deberes escolares de sus hijos o dirigir sus proyectos escolares para que obtengan la mejor calificación posible. Hubo incidentes en los que los padres acompañaron a sus hijos adultos a entrevistas de trabajo, llamaron a profesores universitarios por malas calificaciones y acompañaron a sus hijos a orientaciones universitarias destinadas a los estudiantes.

Los niños precisan la capacidad de actuar por sí mismos, de tomar decisiones reales y enfrentar la vida de forma independiente. ¿Cómo pueden los adultos jóvenes seguir adelante con su vida cuando los padres todo el tiempo revolotean a su alrededor? Aprender a navegar las relaciones requiere un sentido de fortaleza que surge al superar obstáculos. A veces hace falta traspirar y trabajar duro. Si un niño no enfrenta circunstancias difíciles, no será capaz de manejar los altibajos que implica toda relación.

2. La maestra nunca tiene razón

Demasiados padres desmerecen automáticamente a los maestros, las escuelas y las figuras de autoridad. Si bien es crucial escuchar a tu hijo, la forma en que hablas de sus maestros impactará sobre la manera en que aprenda a tratar a los demás. Vivimos en una cultura donde la mayoría de las veces el maestro/la escuela/el director están equivocados. Se volvió normal que los niños vean a sus padres discutir, faltarles el respeto o incluso gritarles. Los niños sienten que siempre tienen la razón. Algunos maestros me dijeron que encontraron alumnos que simplemente les decían: “¡Espera a que mi padre hable sobre ti con la junta directiva!”.

El matrimonio requiere respeto. El marido y la mujer deben honrarse mutuamente. Nadie tiene siempre la razón. En una relación es necesario pedir perdón. Si un niño crece creyendo que nunca está equivocado, es fácil entender cómo pueden destruirse sus relaciones. Este comportamiento genera arrogancia y puede destruir a cualquier matrimonio.

3. Falta de responsabilidad

¿Cuántos niños tienen verdaderas responsabilidades en estos días? Hemos creado una generación mimada en exceso. Como no desean enfrentarse con las quejas, los padres optan por hacer todo ellos mismos. O predican y gritan las mismas frases una y otra vez. Las semillas del egoísmo florecen y dan como resultado adultos que sienten que tienen derecho a todo lo que desean.

Las relaciones funcionan cuando nos sentimos responsables de nuestros actos y de nuestras palabras. Mientras más invertimos, más amamos. Brindar tiempo, energía y ser sensibles a las necesidades de los otros son ingredientes cruciales para forjar relaciones duraderas. Las relaciones no pueden florecer sin entrega; sin una dedicación y devoción más allá de uno mismo. En vez de preguntar: “¿Qué es lo que él hace por mí?”, debemos enseñarles a nuestros hijos a preguntar: “¿Qué puedo hacer por él?” y “¿Cómo hago que se sienta?”.

Necesitamos dar a nuestros hijos responsabilidades que expandan su capacidad para contribuir y mirar más allá de sí mismos.

4. Dar excusas

Para que un hogar perdure debe fundarse sobre las cualidades de lealtad, verdad y fidelidad. Yo debo cumplir mi palabra y tú debes saber que siempre puedes contar conmigo. Cuando falta la verdad, la relación se desmorona.

Los padres están obligados a enseñarles a sus hijos que cuando dicen algo, su palabra debe tomarse con seriedad. Damos demasiadas excusas a las traiciones de los niños. En vez de confrontar las palabras y los actos dolorosos, decimos: “está cansado”, “está estresada” o “tuvo un mal día”. Cerramos los ojos ante la falta de sensibilidad. Culpamos a otros. No enseñamos a los niños a pedir disculpas o nosotros pedimos disculpas por ellos.

Si queremos ayudar a nuestros hijos, tenemos que dejar de excusar sus faltas y en cambio confrontar sus límites y enseñarles cómo crecer como hombres y mujeres que defienden la verdad y la integridad.

5. Educar “receptores”

El mundo está conformado por dadores y receptores. ¿A cuál grupo pertenece tu hijo?

Los dadores son personas felices. Tienen más dicha en la vida. Viven con un sentido de propósito y una misión.

Los receptores nunca están satisfechos. No importa lo que les des, nunca es suficiente. Siempre quieren más y lo quieren ahora mismo.

Cuando los niños se quedan sentados y los padres hacen constantemente todo por ellos, nunca tienen la oportunidad de sentir la vitalidad que viene al ser un dador. También creen que las relaciones tienen que ver más con recibir que con dar.

El matrimonio exige sacrificio. A veces debemos dejar de lado nuestras propias necesidades y deseos y pensar en los deseos del otro. Hay momentos en los que no tenemos ganas de hacer lo que desea nuestra pareja, pero lo hacemos de todas formas con una sonrisa. ¿Por qué? Porque sabemos que le estamos dando a la persona que amamos y eso nos da felicidad.

Pero esto sólo ocurrirá si practicamos una vida de entrega con nuestros hijos cuando están debajo de nuestro techo. Una vez que salieron de casa, es demasiado tarde para transmitirles esta lección de vida.

Si nos tomamos el tiempo para pensar sobre nuestra paternidad, podemos ayudar a nuestros hijos a tener éxito cuando estén preparados para construir sus propios hogares con alegría.

Tomado de: Aish Latino


Sobre la Autora

Slovie Jungreis-Wolff es una escritora independiente e instructora en relaciones personales y educación. Ella es la hija de la Rebetzin Esther Jungreis, fundadora de Hineni Internacional. Slovie ha enseñado clases en Hineni para parejas jóvenes sobre educación durante más de quince años. Su libro, «Raising A Child With Soul» (Criando a un Niño con Alma), ha salido recientemente al mercado por la editorial St. Martin Press.

No puedo mantener otro hijo

Por Rav Aron Moss *

Pregunta:

Mi esposa quiere tener otro hijo. Estamos apretados financieramente, creo que es irresponsable añadir otra boca que alimentar en este momento. ¿No hay límites para el mandamiento “Sed fecundos y multiplicaos”?

Respuesta:

Usted está sugiriendo que las finanzas deben determinar el número de hijos que tenemos. Si no se lo puede permitir, no se tienen bebés. La cigüeña se acepta solamente contra reembolso. La deuda y los pañales no se mezclan. Suena razonable. Pero vamos a ver si tiene sentido.

Digamos que mi asesor financiero evalúa que puedo permitirme el lujo de tener cuatro hijos, y no más. Por lo tanto, los tenemos. Unos pocos años después, mi situación cambia drásticamente para peor, y ya no puedo pagar las cuentas para una familia de seis almas. Así que llamo a mi hijo menor y le digo: “Lo siento, hemos cometido un error de cálculo. Pensamos que podríamos pagar. Pero ya sabes cómo es impredecible el mercado en estos días. Vamos a tener que dejarte ir”.

¿Cómo se supone que medimos la cantidad de niños que podemos solventar? ¿Alguien puede predecir qué tamaño de familia podremos o no financiar en el futuro?

La familia no es un negocio. Se trata de personas y no de ganancias. Tener una gran familia significa tomar la decisión de que nuestra riqueza son nuestros hijos, y aunque no sabemos lo que depara el futuro, vamos a hacer todo lo posible para cubrir sus necesidades en todos los sentidos. Si eso significa tomar un poco menos de vacaciones o tener que comprar coches usados en lugar de nuevos, el sacrificio vale la pena.

De hecho, existen situaciones en las que la ley judía limita nuestro agente multiplicador. Si la salud emocional o física de los padres está en riesgo, o si la intensidad de su relación está en cuestión, pueden evitar tener hijos. Pero van a determinarlo junto con su mentor espiritual y su profesional de la salud, no con su contador.

He oído a menudo a la gente decir que desearía haber tenido más hijos. Nunca he oído a nadie decir que hubiera deseado tener menos. Cada nueva alma es una bendición para el mundo y una bendición para la familia. ¿Usted piensa que no puede permitirse el lujo de tener otro? Tal vez, no puede permitirse no hacerlo


*Acerca del Autor:
El rabino Aron Moss enseña Cábala, Talmud y Judaísmo en general en Sydney, Australia.

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Escuelas de Francia: Ya no se dirá “Mamá y Papá” para no ofender a niños con padres del mismo sexo

Por Leonardo Granadillo

Para algunos es una ley demasiado mente abierta, para otros es tal como se deben referir a los padres de cada niño, ya que hay algunos exactamente no son mamá y papá. Lo cierto es que en Francia de ahora en adelante se usarán las palabras ‘padre 1’ y ‘padre 2’.

Al menos ya el gobierno ha iniciado el proceso legal para ‘dejar de ofender’ a los padres de niños del mismo sexo, a quienes no les gusta mucho que se enseñe en el colegio que solamente existe una ‘mamá’ y un ‘papá’. Sin duda debe ser algo que genera confusión en los pequeños.

Pero a pesar de lo bien intencionada que puede llegar a ser la iniciativa que plantea se cambie ‘mamá’ y ‘papá’ por ‘Padre 1’ y ‘Padre 2’, en algunos sectores no ha sido nada bien recibida, incluso muy rechazada.

La medida ya pasó la primera lectura viendo como personajes políticos Valerie Petit diputada de la Asamblea Nacional Francesa la defendían, diciendo que es importante “anclar la diversidad de familias con niños en la ley”.

A pesar de que la ley va muy bien encaminada y se espera que sea aprobada, surgen algunas dudas y no es tanto por el hecho de quitar las palabras tradicionales con las que crecimos, sino porque podrían surgir diferencias entre los padres por quien sería el número 1.

Esta semana se espera se haga la segunda lectura sobre el tema, pero aparentemente solo falta algunos papeleos para que la medida, se empiece a aplicar. ¿Te parece buena esta idea?

Fuente: UPSOCL

El Matrimonio es el Pozo de la Luz

Por P.A. David Nesher

Es muy importante que los varones y las mujeres acepten que muchas cosas que obstaculizan la felicidad de su matrimonio son las influencias negativas que se programaron neurolingüísticamente en sus almas durante los primeros siete años de su infancia.

En esta semana, las Sagradas Escrituras, nos revelaron como lo dogmático de la religión hace perder la esencia de la ingenuidad, la fuerza de la inteligencia emocional, y la sabiduría de la ingenuidad.Te invito a aprender acerca de esta perla de gran precio:

La Jalah (Pan de Shabat) y la Trascendencia de Tu Familia

Por P.A. David Nesher

 

 

Lectura que conviene hacer antes de hacer la Jalah:

וְרֵאשִׁית כָּל-בִּכּוּרֵי כֹל וְכָל-תְּרוּמַת כֹּל מִכֹּל תְּרוּמֹתֵיכֶם לַכֹּהֲנִים יִהְיֶה וְרֵאשִׁית עֲרִיסוֹתֵיכֶם תִּתְּנוּ לַכֹּהֵן לְהָנִיחַ בְּרָכָה אֶל-בֵּיתֶךָ

VERESHÍT  KOL-BIKURÉ  JÓL  VEJOL-TRUMAT  KÓL  MIKÓL  TRUMOTEJÉM  LAKOHANÍM  IHIÉH  VERESHÍT  ÄRISOTEJÉM  TITENÚ  LAKOHÉN  LEHANÍAJ  BRAJÁH  EL-BETÉJA

“Y las primicias de todos los primeros frutos de todo, y toda ofrenda de todo lo que se ofreciere de todas vuestras ofrendas, será de los sacerdotes; daréis asimismo las primicias de todas vuestras masas al sacerdote, para que haga reposar la bendición en vuestras casas” 

(Yejezkél/Ezequiel 44:30)

וִיהִי נֹעַם אֲדֹנָי אֱלֹהֵינוּ עָלֵינוּ וּמַעֲשֵׂה יָדֵינוּ כּוֹנְנָה עָלֵינוּ וּמַעֲשֵׂה יָדֵינוּ כּוֹנְנֵהוּ

VIHÍ  NOÄM  ADO-NÁI  ELO-HÉNU  ÄLÉNU  UMAÄSÉH  YÁDENU  KONENÁH  ÄLÉNU  UMAÄSÉH  YADÉNU  KONENÉHU

“Y sea la gracia del Señor nuestro Dios sobre nosotros.

Confirma, pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos; sí, la obra de nuestras manos confirma” 

(Tehilim/Salmo 90:17)

Debes saber que cuando haces la Jalah el Creador del Universo se convierte en tu pareja, tu socio de alianza en la vida. Disciernes que en tu casa, donde Shabat ha sido aceptado como el alma de la semana, hacer pan se convierte en algo más elevado; algo esencial de la manera en que Shabat conecta los dos mundos, el espiritual y el material (99 % con el 1%) en los cuales vivimos.

En realidad, debo decir que la palabra «jalah» en hebreo no significa pan, masa, o cualquier otra palabra de las que al parecer describen estos panes exquisitos. La raíz de la palabra es jol que significa «corriente» o «secular«. Con esto en mente comprendemos el mensaje que proclamamos al cumplir este mitzvah: la vida «corriente» tiene una fuente sagrada, y es nuestra responsabilidad usarla bien. Esto es especialmente correcto en relación al pan. Nada es más «corriente» que comer. Sin embargo, en un nivel intuitivo, nos podemos conectar con la energía mística de la tierra misma al hacer pan, en la sensación y la textura. Nos debe tocar profundamente, y la halajah (literalmente, «la manera de caminar«) nos dice como usar bien este poder.

Por eso, literalmente, Jalah es un mitzvah (mandamiento) en la Torah (Números 15:17-21), el cual nos impone separar un pedazo de masa cada vez que horneamos, como dice:

«…Será cuando comas el pan en la tierra, deberás separar un pedazo [de masa] para Dios.»

Por todo esto, los sabios estudiosos de los secretos de la Torah aseguran que observar el mitzvah (mandamiento) de separar la Jalah causa bendiciones en el hogar de la mujer. La mujer tiene tanta influencia en el moldeo de las actitudes y valores de los miembros de su familia que inspira emuná/fe en todos los miembros.

La mitzvah de separar la Jalah es símbolo de la práctica entera del Kashrut (leyes de alimentación de la Torah), con el énfasis de elevar lo físico y mundano a lo santificado y puro. En este ritual, el ama de casa proclama que tanto ella como su familia aceptan que la comida es la fuente de energía para el cuerpo y para el alma. Así, y a medida que prepara alimentos para el Shabat, la mujer utiliza el tiempo para darle gracias al Eterno por la comida y para pedir todo lo que tu corazón desee.

¿Por qué la Jalah es de tan grande significación?

La Torah se refiere a la Jalah como reishit, que se traduce como «lo primero«, relacionado con la primera palabra de Génesis, Bereishit («en el comienzo»). La Jalah es llamada «lo primero» porque es primordial para el propósito del mundo. Por esto el Midrásh, en Parashát Bereshít, describe que Adán fue creado del polvo que fue recogido de la Tierra. Formado de 4 elementos. Es decir que la Jalah, representa al primer hombre, Adán, que fue separado de la masa del Mundo.

Así como la Jalah es la Comida y la Berakah (bendición) más elevadas de todas las comidas, el hombre es la Creación más elevada y espiritual del mundo. Cuando Javah/Eva causó que su esposo tomara del fruto del Etz HaDaät (Árbol del Conocimiento), a ella fue asignada la Mitzváh de rectificar el pecado.

Desde este simbolismo el Maharal explica más esta idea señalando que el mundo es como un humano enorme y que cada humano es como un mini-universo. Así como el mundo es tierra y agua, de la misma forma está compuesto el humano de tierra (comparada con harina) y espíritu e intelecto (comparado con agua). Los humanos, una combinación de cuerpo y alma, harina y agua, son como una masa. Al separar la Jalah consagramos nuestra identidad multifacética, la «masa». Como resultado, el Eterno nos permite usar su masa en el proceso de rectificarnos a nosotros mismos y al mundo. Uno de los grandes sabios y místico, el Shla, lleva ésta idea aun más allá. Comienza preguntando una pregunta clásica que ha sido planteada por eruditos a través de los siglos. Estar vivo significa que el alma está en el cuerpo. Para vivir, debemos comer. Sin embargo, ¿qué tiene el comer que mantiene al alma (la cual claramente no necesita nutrientes) dentro del cuerpo?

El Shla explica que todo lo que observamos en este mundo tiene un paralelo espiritual. La nutrición que la comida le da al cuerpo tiene una nutrición paralela que mantiene el alma. «El hombre no vive sólo de pan, sino que por lo que viene desde la boca de Dios vive el hombre» (Deuteronomio 8:3). La Torah nos dice que mientras basta sólo con pan para mantener el cuerpo, es la Palabra de Dios (oculta entre las propiedades físicas del pan) la que mantienen el alma. Y separar Jalah inicia este proceso de alimentación espiritual.

Por ello, cuando la Jalah está lista y horneada, la mujer ha declarado ante los Cielos que el cuerpo de cada integrante de su familia se ha unido firmemente a la neshamá o alma superior, que es el Trono mismo del Espíritu divino. De esta manera, cada miembro de su hogar está declarado completo y puro

El rabino Ben Ish Jái dice que cuando la mujer comienza dando Tzedaká (dinero para caridad). En ese momento, el cumplimiento de su misión es un “Et Ratzón”, es decir que es el momento cuando Dios está disponible para escuchar tus súplicas.

La práctica de amasar Jalah, convierte a la casa de esa mujer en un símbolo del Beit Hamikdásh (Templo Sagrado). Por eso, ella oficia como el Kohén Gadol (Sumo Sacerdote), preparando la comida para su familia. Su cocina es un lugar sagrado: la mesa es el Mizbéaj (altar), la comida es como un Korbán (ofrenda). Por lo tanto, cuando ella hornea la Jalah, participa de un buen tiempo para orar clamando por la transformación de su hogar y, desde este, la rectificación del mundo.

En el tiempo del Beit Hamikdásh, se tenía una Mitzvah especial: traer los pedacitos de Hafrasat Jalá al sacerdote como ofrenda. Esta era la manera de agradecer a Yahvéh por la comida que le pertenecía. Hoy, no tenemos Beit Hamikdásh (el Templo de Jerusalem) y las ofrendas no están permitidas comer. Sin embargo, la mujer continúa separando la Jalah como siempre ella lo hizo, sin embargo los pedacitos son quemados, y está prohibido consumirlos.

Apreciada mujer, debes comprender y aceptar que el separar la Jalah, estas diciendo en nombre de tu familia que Yahvéh está acá en el mundo físico. Estas proclamando que Él es la Fuente de nuestros espíritus, de nuestras almas, de nuestros cuerpos, y de las fuerzas que los sostienen. ¡Él es Uno, y nada está separado de su unidad trascendental.

INCLUYE AL PUEBLO DE ISRAEL EN TODAS TUS ORACIONES.

Mujer redimida, tienes que ser específica en lo que pides cuando elevas tu oración mientras haces la Jalah.

Cuando pidas por vida larga para ti o para alguien especifica que esa vida incluya con salud, bienestar, felicidad, parnasá tová (sustento divino) y en el derecho de la Toráh.

Cuando pidas que alguien tenga hijos, especifica que nazcan y crezcan con salud y alegrías, que tengan satisfacción en sus vidas y se dirijan en el camino debido y correcto. Que encuentren sus zivuguim tovim (buenas parejas) y que tengan a su vez la alegría de tener descendencia saludable y en el buen camino hacienda Mitzvót y Tefilót.

Se dice que todo el que coma de este pan sea bendecido con salud, parnasá tová, amor, etcétera.

Supervisen con reflexión cuanta santidad y amor se pone en cada ingrediente, en el amasado y cuando se hornea , que cuando estamos en la mesa frente a este pan y lo bendecimos para comer pidiéndole al Eterno lo que estamos comiendo y bendiciendo las chispas espirituales que hay en cada alimento esto entra a nuestro organismo para salud y bendición.

Y así vemos milagros en nuestro cuerpo , en nuestra vida y en la vida de nuestros seres queridos.

¡Es muy importante que cada mujer bendiga y separe su jalah!

¡Que veamos milagros!

SHABAT SHALOM!

 

Nota: 

Si quieres saber más sobre este diseño profético puedes leer también: Un Pan para Elevar la Conciencia (El Precepto de la Jalah)

Varón Maduro Frente a Mujer Luz

«Cuando un varón se deja moldear por la Luz que brindan los códigos de la Instrucción divina comienza a madurar, dejando de escoger entre nalgonas, cabello largo, tetonas etc. Todo lo contrario, un varón maduro en su propósito, más bien, despierta su conciencia dándose cuenta que la mujer que ha escogido amar, será por él apreciada como sea, con defectos y virtudes, no por una simple apariencia.»

David Nesher

Estableciendo Prioridades Correctas.

Por P.A. David Nesher

«Los descendientes de Reuvén y de Gad tenían mucho, muchísimo ganado. Cuando observaron la tierra de Yazer y la tierra de Guilad, ubicadas al este del Yardén* (Jordán), vieron que el lugar eran aptas para ganado…la tierra que YHVH conquistó delante de la congregación de Israel es tierra para ganado; y tus siervos tienen ganado. Y le dijeron: “Si nos hemos congraciado contigo, que esa tierra nos sea entregada a nosotros —tus servidores—, en propiedad eterna. Por favor, no nos hagas atravesar el Yardén para hacernos establecer allí.

(Números/Bamidbar 32:1; 4-5)

Antes de conquistar la Tierra Prometida, integrantes de las tribus de Reuven y Gad (más tarde acompañados por media tribu de Menashé), se adelantan para pedirle a Moshé los territorios del reino de Sijón, rey del emoreo, y de Og, rey de Bashán, en lo que hoy es Transjordania (más allá del Jordán). Lo solicitan como su porción de la herencia, siendo estas tierras aptas para la cría de ganado y ellos tenían abundantes rebaños.

Ante esta solicitud, Moshé los regaña con dureza. ¿Por qué? En realidad, los códigos de este pasaje revelan que Moshé no estaba enojado porque ellos estaban eligiendo quedarse fuera de los límites de Israel; en realidad ellos estaban ayudando a expandir chispas de santidad por todo el mundo, al extender la Kedushá/Santidad del Creador. Por el contrario, Moshé se molestó con las tribus de Reuvén y Gad por el erróneo orden de prioridades que demostraron, poniendo los negocios y necesidades de su ganado por encima de las necesidades psicofísicas de sus hijos (Num 32:4, 32:16).

Para darnos cuenta de esto, los invito a leer nuevamente el versículo 16, donde podemos apreciar que el ganado es mencionado antes que los hijos. Evidentemente los niños no eran apreciados por los hijos de Gad y de Reuvén. Esto explica por qué ambas tribus habían menguado durante los 38 años en el desierto. Los jefes de familia de estas tribus estaban más interesados en sus negocios que en su familia.

Así la Torah revela el eterno problema de todo varón, preocuparse más por su vida laboral y su estado financiero que por sus propios hijos. Y esto es una iniquidad que atraviesa las generaciones, así podemos comprobarlo si leemos el libro de Génesis cuando dice: “Entonces Reuvén habló a su padre, diciendo: Puedes dar muerte a mis dos hijos, si no te lo traigo; ponlo bajo mi cuidado, y yo te lo devolveré.” (Gn. 42:37) Es bien claro que la actitud del patriarca Reuvén en cuanto a la valoración de sus hijos era lamentable ya que él no valoraba la vida de sus hijos. Él no captó la sabiduría de lo alto que enseña que el valor de una persona supera el valor de los negocios.

Moshé, discerniendo este error de prioridades, corrigió esa actitud egoica, diciendo: “Edificaos ciudades para vuestros pequeños, y apriscos para vuestras ovejas…” (versículo 24), poniendo así a los niños antes que a las ovejas.

Comprendiendo esta codificación yahvista, logramos entender mejor el oráculo del profeta Oseas cuando profetizó a esta zona de Israel diciendo:

Guilad es ciudad de malhechores, con huellas de sangre.
(Oseas 6:8).

Evidentemente, de acuerdo a este oráculo de Oseas, en el siglo VIII a.E.C., la zona ubicada al oriente del río Yardén, donde se establecieron las dos tribus y media, era muy conflictiva. El profeta describe que allí la vida humana sufría diariamente una devaluación considerable. Esa será la razón por la que esta zona necesitaría tres ciudades de refugio para dos tribus y media, en contraste con las tres ciudades de refugio para las nueve y media tribus del otro lado del Yardén. Esto nos enseña que la violencia y el bajo valor del ser humano dominaban el área de las dos tribus y media, y habían convertido a esa zona en un hervidero de inseguridad social.

Por causa de esto, esta área terminó siendo la que más sufrió en las guerras contra los enemigos de Israel, y los que vivían allí fueron los primeros en ser llevados al cautiverio por los asirios y los demás pueblos en el año 722 (a.E.C.).

Reflexionando en esto, comprenderemos por qué los expertos en las ciencias sociales aseguran que una sociedad donde la profesión, el trabajo y la empresa preceden a la educación y supervisión paternal de los hijos, termina convirtiéndose en una sociedad enferma, destinada a hundirse en actos de corrupción.

Por todo esto, pido a cada varón que lee esto, especialmente los que ya son padres, que se ejerciten por medio de la oración y el estudio de la Torah en tener en alta estima a sus hijos.

Precioso varón de Yahvéh, no permitas que otros, allá afuera, los eduquen. Separa un tiempo para estar con ellos. Dialoga con ellos; edúcalos, instrúyelos, corrígelos en amor, y juega con ellos revelándoles cuánto los aprecias. Recuerda siempre que en la cosmovisión divina los hijos son mucho más importantes que tu profesión, trabajo o negocio. Acepta lo que Abba nuestro te dice hoy: ¡tus hijos necesitan mucho más de tu tiempo que de tu dinero!

¡Anhelo que esto te haga volver en sí y logres reconfigurar el orden de tus prioridades!

Herramientas Cósmicas para Prolongar la Vida

«Y observaréis sus estatutos y mis juicios, pues cumpliéndolos el hombre vivirá por ellos; Yo soy el Eterno.»

(Levítico/Vayikrá 18:5)

 

Este texto nos muestra que hay vida en la obediencia a los mandamientos. Según el sabio intérprete (exégeta) judío Rashí, esto hace alusión a la vida eterna en el Mundo Venidero (Olam HaBá), ya que en este mundo el ser humano muere en definitiva. Sin embargo, la pregunta que surge es: ¿Hay vida eterna en el cumplimiento de la Torah o hay una larga vida en la tierra? La respuesta es: ambas cosas. En verdad, hay mandamientos que producen una vida larga debajo del sol y hay otros mandamientos que fueron dados para dar vida eterna al hombre. Por ejemplo el mandamiento que nos ordena creer en el profeta como Moshé (cf. Deuteronomio 18:15, 18) es uno de los que dan vida eterna, como está escrito en:

“Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús (Yeshúa), y serás salvo, tú y tu casa.”

(Hechos 16:31)

El apóstol Pablo, escribiendo a los discípulos de Roma enseñaba:

“Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. Porque el Mesías es la meta de la Torah para justicia a todo aquel que cree. Porque Moshé escribe que el hombre que practica la justicia que es de la Torah, vivirá por ella. 

Además, la justicia que es de la fe, dice así:

NO DIGAS EN TU CORAZÓN: «¿QUIÉN SUBIRÁ AL CIELO?» (esto es, para hacer bajar al Mesías), o «¿ QUIÉN DESCENDERÁ AL ABISMO?» (esto es, para subir al Mesías de entre los muertos). Mas, ¿qué dice? CERCA DE TI ESTA LA PALABRA, EN TU BOCA Y EN TU CORAZÓN, es decir, la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca a Yeshúa por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.”

(Romanos 10:3-10)

Pues bien, considerando todo texto en el contexto correcto de la Instrucción, podemos afirmar que no existe contradicción alguna entre Moshé (Moisés) y Yeshúa (Jesús). Si fuese así, Yeshúa sería un falso mesías. Lo que el escritor a los Romanos enseña en el capítulo 10, es lo mismo que se revela en Levítico (18:5). Hay vida para aquel que practica la Torah, porque ella lleva a la persona humana al Mesías y a la justicia de la fe, la cual está citada en la Torah (cf. Deuteronomio 30:12-14). El problema surge cuando una persona intenta usar aquellos mandamientos que no son dados para vida eterna y cumplirlos en su propia fuerza para así obtener la salvación de su alma por los propios méritos.

Otra enseñanza falsa, que existe dentro de la parte apóstata del judaísmo (como los kabalistas), es que uno tendrá el derecho de entrar en el mundo venidero si las obras buenas pesan más que las obras malas. Esos caminos son engañosos y sumamente combatidos en Los Escritos Mesiánicos por los apóstoles del Mesías. Por ejemplo, permítanme compartirles lo que dice la traducción hecha por Dr. David H. Stern de Gálatas 3:12:

“Sin embargo, el legalismo no está basado en la confianza y la fidelidad, sino en una mala interpretación del texto que dice, EL QUE LAS HACE, VIVIRÁ POR ELLAS.”

Retomando el hilo conductor de nuestro versículo, diré que en el mismo se revela que la obediencia a los estándares de Yahvéh sobre la conducta sexual es esencial para la vida, y mucho más ahora es verdad en nuestros días donde prolifera el SIDA y otras enfermedades sexualmente transmitidas.

Lo que más llama la atención es que en nuestro versículo se habla de» אדם «, «Adám«, traducido como persona humana. Esta idea incluye a cualquier hombre, sea varón, sea mujer, de cualquier confesión. Es decir que la Torah en este caso no está hablando ni a los Kohaním (sacerdotes), ni a los levíim (levitas), ni a Israel, exclusivamente, sino a toda persona humana que quisiera aceptar los enunciados de la Torah. Esta idea tocó su punto culminante cuando los sabios del Midrásh dijeron: «Afilu goi vehosók baToráh Haré Hu que-Kohén Gadól» o sea que «cuando un gentil se dedica a la Toráh, es comparable en mérito al Sumo Sacerdote de Israel«.

Así el Eterno recalca que los mitzvot (mandamientos) son fuente de vida según la predisposición que tenga la persona al cumplir con los mismos. Yahvéh nos enseña que existen distintas motivaciones (entre los distintos grupos de personas) para la observancia de los preceptos de la Torah; pues hay algunos que observan pensando en la recompensa material de los mismos, mientras que otros observan la Torah desinteresadamente, buscando simplemente elevación espiritual.

Por eso, cuando los versículos de la Toráh hablan de la recompensa por el cumplimiento de las mitzvot, dicen: … «para que se prolonguen tus días» … «para que vivas y tengas largos días» … ya que este lenguaje de los versículos implica distintas categorías de «vida«, todas de acuerdo con lo que correspondiere a cada cual de los grupos de personas enunciadas.

Cuando leemos «…el hombre vivirá por ellos«, debemos entender que estas palabras han servido de base inequívoca para la idea enunciada de que los mitzvot (mandamientos) son fuente de vida, y no de muerte:  «Vajai bahém, Velo Sheiamut bahém«, es decir para que viva con ellos (los preceptos) y no para que muera por ellos. Por lo tanto, todos los mitzvot pueden ser transgredidos cuando la vida humana está en peligro. Sin embargo, esta ley general está limitada por tres excepciones, a saber:

  1. ejercer la idolatría,
  2. incurrir en derramamiento de sangre, y
  3. incurrir en relaciones incestuosas.

¡Por favor, eniténdalo bien! Un mitzvá (madamiento) es una conexión entre el mundo del ser humano y una Fuerza Superior, Su Fuente, Yahvéh, el Creador. A través de un mitzvá, usted toma parte de su pequeño mundo terrenal y lo hace más elevado.

¿La meta? Obtener de la vida todo lo que la vida debe darle. Y convertir al mundo en lo que el mundo debe ser. Porque la vida debe ser hermosa y el mundo debe ser divino.

 

Francia y sus 43 años de Experiencia con el Aborto que llaman a la Reflexión

Por: Ségolène du Closel*

 

La despenalización del aborto se votó en Francia en diciembre del 1974. La ley se equipó de protecciones y cautelas psicológicas: plazo de 10 semanas de embarazo, una charla previa obligatoria con un médico, un plazo de reflexión de una semana, entre los motivos por abortar se cita el desamparo de la mujer. Los médicos podrán oponer su objeción de conciencia. Además, se vota solo por 5 años. En 1979, veremos cómo seguir.

En la Asamblea Nacional francesa, Simone Veil, autora de la ley y entonces ministra de Salud, sobreviviente del campo de Auschwitz, se expresa así el 26 de noviembre 1974: «Hablo con toda la fuerza de mi propia convicción: el aborto debe ser una excepción, el último recurso para situaciones sin salidas. Pero ¿cómo tolerarlo sin que por eso pierda su carácter de excepción, sin que parezca que la sociedad lo apoya? Querría compartirles una convicción, en cuanto mujer: ninguna mujer acude con ganas al aborto. Basta con escucharlas a ellas». ¿Qué ocurre en 1979, a los 5 años? La ley se vota como definitiva, y empieza una toma de conciencia: abortar se banaliza. La sociedad había cambiado.

Se pensaba, en 1974, que el número de abortos iba a disminuir, por la toma de anticonceptivos, legal desde 1969. Sin embargo, el número quedó estable desde entonces: 210 mil por año, por 800 mil nacimientos, a pesar de que Francia tenga un récord mundial de toma de anticonceptivos. Un estudio estatal revela que 72% de las mujeres que abortaron en 2010 estaban tomando un anticonceptivo cuando empezó el embarazo. Una realidad que no se anticipó y es el contrario de la deseada: el aborto se usa como anticoncepción de segunda mano. Así, desapareció de la cultura francesa el bebé sorpresa: el que no está programado se suprime.

En 2009, se descubre abruptamente otra consecuencia de la mentalidad anticonceptiva, en las adolescentes. Una estadística alarmó al Gobierno: entre 2002 y 2006, el aborto de las menores de edad creció de 25%, pasó de 9920 a 13.230 por año. Lo que hace decir al doctor Israël Nisand, ginecólogo famoso, a favor del aborto, responsable de realizar un informe sobre el embarazo adolescente: «Terminar su primera historia de amor por un aborto es un camino iniciático desolador y potencialmente traumático».

Unos políticos, sin cuestionar el derecho al aborto, expresan también su preocupación. Así, Ségolène Royal, entonces ex ministra de Educación: «El desamparo y el drama humano que representa el aborto en chicas jóvenes merecen una acción valiente. Es una cuestión de salud pública y de justicia social».

 Entonces, ¿por qué motivo abortan las mujeres francesas? «Presión» es la palabra que más veces resuena en las encuestas. Presión del compañero o marido: «Me dijo que eligiera entre el embarazo y él«. Presión del jefe en el trabajo, con miedo a perder su empleo. Presión de los padres. Lo que las mujeres acumularon fue sufrimiento. Sufren la pérdida de un ser que saben que depende de ella y hubiera llegado a ser su bebé. En casos, el alejamiento de su pareja. Sufren también una tensión interior: si costó tanto obtener la ley del aborto y es ahora un derecho, si tantas mujeres desamparadas acudieron a abortar, ¿qué derecho tiene una a sufrir y a expresar el sufrimiento? Así, el aborto se vuelve un tema tabú. Hasta tal punto que en un Congreso sobre el Aborto en París, el 7 de marzo 2011, la doctora Sophie Marinopoulos, psicóloga y psicoanalista, comprometida a favor del aborto, dice: «Ese dolor no se ve, no se oye, no es racional. Sin embargo, se expresa. Se somatiza, se nota en el comportamiento, en el modo de relacionarse, se ve en los dolores de panza, de cabeza, en lágrimas, o en una cierta irritabilidad. Las mujeres que sufren, a veces incluso mucho tiempo después del aborto, están tristes y se arrinconan. Es muy importante no banalizar esos síntomas, sino poner palabras a esos males«.

Unas encuestas profundizan esta cuestión del sufrimiento: 85% de ellas se declaran a favor del aborto y, sin embargo, unas preguntas más adelante 61% de ellas piensan: «Hay demasiados abortos en nuestro país», y 83% de ellas expresan: «El aborto deja huellas psicológicas difíciles de vivir para las mujeres». Además, 60% opina: «La sociedad tendría que ayudar a las mujeres a evitar el aborto» (IFOP, 2010).

Otro dato: el Misoprostol, pastilla que páginas web argentinas recomiendan para un aborto seguro, el mismo laboratorio que lo fabrica en Europa lo acaba de retirar de la venta en Francia, el 1 de marzo de 2018, por los daños que puede producir (ruptura uterina, hemorragias).

Otra voz está surgiendo en el país de parte de jóvenes: el sentimiento de ser sobrevivientes en una sociedad donde, desde hace 40 años, una de cada cinco personas es abortada: 800 mil nacimientos y 200 mil abortos anuales. Desde 1975, están faltando 8.400.000 franceses al país. Eso deja huellas en los hermanos de los que no nacieron, en su relación dañada con sus padres. «Si mis padres abortaron, pudiera haber sido de mí». El síndrome del sobreviviente está así bien definido: culpabilidad por existir, angustia por existir, apego ansioso, desconfianza de los demás, falta de autoestima, culpabilidad ontológica, connivencia pseudo-secreta.

La ley del 1974 inició en Francia un proceso que tuvo como consecuencia la banalización. Las leyes siguientes quitaron toda cautela y equiparan el aborto a un derecho irrefragable. Una ley del 2016 cancela el plazo obligatorio de una semana para tomar la decisión de abortar y autoriza a las parteras a practicar el aborto con medicación. En 2014, una ley había suprimido la noción de desamparo diciendo que las mujeres abortan porque lo deciden.

Así, la propuesta de ley de despenalización del aborto en Argentina hace caso omiso de realidades complejas e íntimas. La mayor confusión de esta propuesta viene de la compasión que expresa acerca de las mujeres de los barrios vulnerables, que así «tendrán acceso seguro al aborto». Lo que veo, en mi trabajo en un barrio carenciado del Gran Buenos Aires, son mujeres que necesitan que ciudadanos y políticos de su país se interesan por su vida, consideren las causas de tanta dificultad de vida, y piensen y pongan por obra medios que les permitan evitar el aborto, y en absoluto considerarlo como la única salida posible.

Argentina enfrenta uno de sus mayores desafíos, porque es antropológico y cultural. ¿Sabrá ofrecer a sus chicas y adolescentes otro horizonte que el que quebró la vida de tantas en otros lugares? El país tiene en sus manos la oportunidad de sacar experiencia de otros y de mandar al mundo un gesto de sana rebeldía respecto a corrientes internacionales que buscan imponer unas normas contrarias a la acogida del otro. La experiencia de Europa muestra que unas leyes dañan y entristecen la sociedad. Argentina puede ser un faro que mande al mundo la luz de un gesto de compromiso hacia el más frágil de la sociedad.

 

*La autora es bioeticista y doctoranda en Ciencias Sociales (USAL)

 

 

Fuente: Infobae

 

Herencia para los Hijos

El rabino Meir era un escriba distinguido; de hecho, un escriba fenomenal. Por medio de su duro trabajo, ganaba tres sela a la semana. Un sela lo gastaba en comida y bebida; otro sela lo gastaba en vestimenta, y el tercero lo utilizaba para proveer sustento a los discípulos de los sabios (estudiantes de la Torah).

Enterados de esto, sus discípulos le dijeron:

Nuestro maestro, ¿que acontecerá con tus hijos que no tendrán nada para heredar?»

El les contesto:

_ «Si son justos, les acontecerá lo escrito por David- ‘No he visto justo desamparado, ni su descendencia mendigando pan’ (Salmo 37:25). Pero si no [son justos], ¿por que habría de dejar lo mio a los enemigos de aquel que esta en todas partes?»

La Vida: Valor y Derecho Supremo

Sin duda alguna, el tema del aborto reaparece constantemente en el debate público occidental como una cuestión política que pretende superar y vencer toda reflexión ética. Por ello, es fundamentalmente un tema de constante debate parlamentario y jurídico. Esto se debe al gran avance de movimientos feministas y progresistas que buscan impulsarlo para que el mismo se considerado legal, quedando consagrado de esta manera, el derecho de toda mujer embarazada a decidir libremente sobre la vida del niño por nacer, es decir, sobre su propio hijo.

Lo cierto es que la «interrupción voluntaria del embarazo«, como estas ideologías postmodernas pretenden llamar al aborto, es un tema controvertido en todos los rincones del planeta, pero también el enfoque de esta cuestión varía según el contexto cultural de cada región.

La paradoja es que, si bien la mayoría de las personas están de acuerdo respecto a que la libertad individual no permite el asesinato, cuando se trata del aborto el tema gira en torno a la definición misma de cuándo comienza la vida. La respuesta a esta pregunta está influenciada por aspectos religiosos o ideológicos, y de esta manera, el tema del aborto de inmediato involucra las más sagradas creencias y opiniones que tienen las personas sobre Dios, el alma y la naturaleza de la existencia. Así pues, la forma de afrontar esta problemática por parte de un europeo católico o protestante difiere de la que puede tener un budista, un musulmán o un judío. Al parecer, y justificado en lo que he dicho en este párrafo, los grupos opuestos “a favor de la vida” y “a favor de la elección” estarán eternamente en pugna. Es que el tema del aborto tiende a generar fuertes emociones, tanto en los que están a favor como en los que están en contra. Sin embargo, las cuestiones éticas no pueden decidirse en base a argumentos emocionales, ni tampoco por consenso. Lo que debe debatirse es la naturaleza del embrión en gestación. Ése es el centro de esta cuestión. Por ello, vale la pena que hoy tomemos un tiempo para considerar el enfoque yahvista sobre el asunto, y de esa manera lograr una cosmovisión desde la fe de Abraham, Isaac y Jacob.

El Valor de la Vida.

Antes de sumergirme en el desafío de dicha tarea de fe, conviene hacer un racconto muy sintético acerca de la cosmovisión primigenia de la humanidad ante este tema. Comenzaré diciendo que la mayoría de los sistemas religiosos y legales en las culturas antiguas se oponían a inducir el aborto. De esta manera, encontramos evidencias documentadas de que tanto los asirios, como los hindúes y así como el antiguo Egipto, entre otros, se oponían a inducir el aborto. Así mismo, entre los antiguos griegos había diversas opiniones. En contraste, los romanos prohibieron el aborto y establecieron severos castigos para quienes lo realizaran.

Una actitud negativa hacia la inducción del aborto es también evidente en la mayor parte de los juramentos médicos conocidos. Incluso si la actitud negativa no está explícita, queda implícita como parte de la conducta ética general de los médicos. El famoso Juramento Hipocrático afirma:

“Nunca le daré una pócima a una mujer ni utilizaré ningún instrumento para inducir un aborto”; aunque otras escuelas griegas de medicina no se oponían al aborto…»

Ahora sí, metiéndonos de lleno en nuestra herencia espiritual (la emunah -Fe-), debo confesar que nuestra certeza en los códigos de la Luz concibe a la vida como un don de la divinidad misma, por lo que debe ser apreciado y valorado sin importar su dimensión temporal. Esa gracia divina tiene un valor intrínseco e infinito. Es por ello que siendo un regalo sagrado no está en el dominio de los hombres decidir su suerte. Este paradigma estaba bien arraigado en aquellos discípulos de Yeshúa que proclamaban el Reino de Dios a las naciones:

“…pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas…

Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos”

(Hechos 17:25, 28)

Sus profetas llamaban constantemente a los israelitas a no olvidar esta verdad, tal como el mensaje de Ezequiel lo anunciaba:

“He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía.”

(Ezequiel 18:4)

El rey David, como salmista experto en lo profético, hacia cantar a Israel así:

 “De Yahvéh es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”.

(Salmo 24:1)

Así mismo, el mismo salmista aseguraba en otro salmo que a los ojos del Eterno, la vida, y primordialmente la vida humana, es sagrada:

«Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz.»

(Salmo 36:9)

También lo es la vida de la criatura que está en el vientre de su madre, el lugar que Yahvéh, como Creador diseñó para que los bebés estén protegidos durante su formación. El rey David, como profeta entendido en los códigos lumínicos del propósito eterno le cantó a Yahvéh:

Porque Tú formaste mis entrañas;
Me hiciste en el seno de mi madre...

Tus ojos vieron mi embrión,
Y en Tu Libro se escribieron todos
Los días que me fueron dados,
Cuando no existía ni uno solo de ellos.

(Salmo 139:13, 16)

Enfocado en esta cosmovisión, Job, el varón de fe, discípulo del Eterno en la «Escuela del Dolor», llegó a expresar desde su sabias reflexiones:

«¡El mismo Dios nos dio vida en el vientre!
¡A ellos y a mí nos dio forma en la matriz!»

(Job 31: 15)

Con su mente lleno de esta verdad, el profeta Jeremías hace notar a sus oyentes el tierno interés que el Eterno siente por esa delicada vida que crece en la matriz:

«Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te consagré, te puse por profeta a las naciones.»

(Jeremías 1:5)

La vida, según lo que revela la Instrucción divina resulta un bien indisponible a los seres humanos. Es por ello que nuestro bagaje cultural no permite el suicidio ni avala el asesinato piadoso (eutanasia). Ejemplo de ello lo tenemos cuando el rey David condenó al soldado que terminó con la vida del rey Saúl, que había intentado suicidarse y no lo logró, (dice el relato que cuando Saúl agonizando de dolor le pidió a su asistente que terminara con su vida). Se desprende de la condena de David que era considerado un delito al asesinar a alguien, aunque estaba sufriendo y agonizando y a punto de morir.

Así mismo, considerando esta cosmovisión yahvista la Instrucción (Torah) divina se opone al aborto ya que es contrario al desarrollo natural de las cosas. Se trata de un acto espiritual y físicamente dañino, que siguiendo los designios de la vida no debería realizarse.

Debemos saber, que el proceso de la concepción y embarazo corresponden en la revelación divina a los Tres Mundos InferioresTres Cielos» u Olamot), tal como lo revela el profeta Isaías (43:7). La concepción corresponde al mundo de la Creación (Briah), el período de 40 días desde la concepción corresponde al mundo de Formación (Yetzirah) y el nacimiento que tiene lugar luego del período subsecuente corresponde al mundo de la Acción (Asiah).

Desde sus comienzos las Sagradas Escrituras se refieren a estos tres momentos del embarazo: el momento de la concepción, de la formación y del nacimiento, que es el del completo desarrollo del feto en el útero. En hebreo este momento es llamado Asiah, también significa el “ser completo”. El feto está completo y ahora puede nacer al mundo y continuar creciendo. Así y según la Torah, la vida es un proceso que va adquiriendo con el tiempo mayor relevancia hasta considerarse una vida humana en plenitud mesiánica.

Por encima de estos tres mundos está la unión del padre y de la madre que corresponde al mundo de Atzilut, que es el nivel de la Conciencia Divina, total y absoluta unidad. Este da nacimiento a los tres mundos inferiores. La unión expresa la unión Divina. Si la semilla es concebida apropiadamente entonces tiene lugar el proceso Divino de procreación. Está absolutamente prohibido destruir este proceso divino que realmente comienza desde el momento de la concepción. Este es el secreto de la creación, como si fuera, ex-nihilo.

En suma, desde nuestra perspectiva de fe, vivir es una responsabilidad frente a Yahvéh, pero también con la sociedad, por cuanto todos estamos aquí como parte de un diseño en el que el amor al prójimo se expresa en poner a disposición las fuerzas propias al servicio del otro, a fin de que ese otro logre llegar a la plenitud de su propósito sin obstáculo alguno.

La Instrucción Divina para Proteger la Vida.

La emunah, como don celestial, nos permite aceptar que lo que Yahvéh piensa sobre la vida de un bebé no nacido se refleja, por un lado, en la Torah y por otro, en nuestra propia conciencia. Ahora bien, vamos a repasar las principales fuentes en la Torah que se señalan al aborto como un anti-diseño. Tres pasajes de la Torah se relacionan específicamente con el aborto.

La primera fuente es entendida por el Talmud como una prohibición del aborto para quienes cumplen las leyes de Noaj, lo cual luego es extendido por el Talmud aplicándose también para los hebreos, hijos de Abraham, que están bajo la Alianza divina. Antes de seguir, debemos recordar que las leyes de Noaj son la prohibición respecto a la práctica de la idolatría, el asesinato, el robo, las relaciones sexuales prohibidas, la blasfemia,  y el precepto positivo de establecer cortes de justicia para hacer cumplir las leyes, aún ejecutando la pena capital como castigo.

«El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.»

(Génesis 9:6)

Tanto el Talmud, como una gran cantidad de exégetas expertos en el hebreo, explican que este versículo se refiere al aborto:

«Fue dicho en nombre de Rabi Ishmael:

Un hijo de Noaj debe ser condenado a muerte incluso por matar a un feto.

¿Cuál es la fuente de Rabi Ishmael?

Porque está escrito:

Al que derrame sangre humana por el hombre se derramará su propia sangre” [si lo leemos literalmente: el que derrama sangre de una persona dentro de otra persona, etc.].” (Bereshit 9:6).

¿Qué persona está dentro de otra persona?

Esto se refiere al feto en el útero de la madre

[Talmud Bavli (Talmud de Babilonia), Sanhedrín 57b]
La segunda fuente de la Torah prohibiendo el aborto es la prohibición general de matar en el Decálogo (mal llamado «Diez Mandamientos» por la teología cristiana):

«No matarás.» 

(Éxodo 20:13)

En verdad la expresión «Lo tirtzaj» debe ser traducida: «No asesinarás». Ahora bien, ¿qué quiere decir el Eterno con esa frase? Entender esto es vital para poder comprender y apreciar el verdadero enfoque de la moralidad de la Torah.

En hebreo, la palabra que hace referencia a “matar” es “harigá”, que es un verbo completamente diferente. Hay un mundo de significados en esta elección de palabras. Cualquier diccionario nos informa las diferencias entre el asesinato y la muerte. Aunque el final para el difunto sea similar, las intenciones, motivos, modos, del perpetrador son diferentes sea si es matador o asesino.

Considerando esto así, entendemos que en la cosmovisión del Señor, asesinato, es tomar la vida de un ser inocente, y es un acto prohibido siempre. Sin embargo, matar, es tomar cualquier vida, que a veces es permitido y hasta podría llegar a ser una obligación. Por ello, en las Sagradas Escrituras existen situaciones en las cuales está permitido, e incluso puede resultar imperativo matar:

  • Aplicación de pena capital tras juicio justo, apelaciones, defensas, etc., en los casos extremos que era acorde a la ley su ejecución.
  • En defensa propia ante agresiones que pueden ser mortales.
  • Similar a la anterior pero en resguardo de la vida inocente ajena.

De lo anterior se deduce que matar en la guerra es un acto necesario, cuando lo fuera, aunque no deseable. Ejemplo escritural de esto lo encontramos en las guerras de Yehoshúa (Josué) que fueron parte de la estrategia divina para que los israelitas pudieran re-establecerse en las tierras que les fueron dispensadas por Yahvéh a Abraham, Itzjak y Yaakov. Estas guerras, dolorosas por cierto, son comprensibles con ese sentido. Y sus muertes, son parte de lo despreciable que tienen las guerras. Por causa de esta cosmovisión el ejército israelí se llama Tzvá Haganá LeIsrael que traducido es: Ejército de DEFENSA de Israel.

En cambio, asesinar, en todas su formas está prohibido por el Eterno. Esto incluye:

  • Crimen (ese al que la TV nos tiene tan lamentablemente habituados)
  • Eutanasia
  • Suicidio
  • Aborto (cuando no cuenta con consentimiento legal/médico)

La tercera fuente de la Torah que se refiere al aborto es en un caso en el cual hay dos personas que se encuentran en un combate mortal. La mujer embarazada de uno de los combatientes entra en la lucha para salvar a su marido. Accidentalmente, un golpe mortal dirigido al hombre, llega a la mujer, matándola a ella o al niño que está en su vientre. La Torah dice que en ambas instancias la ley es la siguiente:

«Y si algunos hombres luchan entre sí y golpean a una mujer encinta, y ella aborta, sin haber otro daño, ciertamente el culpable será multado según lo que el esposo de la mujer demande de él; y pagará según lo que los jueces decidan. Pero si hubiera algún otro daño, entonces pondrás como castigo, vida por vida,…»

(Éxodo 21:22, 23)

Esta es la ley que se aplicaba cuando dos hombres luchaban y accidentalmente se dañaba a una mujer embarazada, provocándole un aborto. Si no hay un daño fatal a la mujer, entonces la parte culpable debía pagar una pena monetaria. El esposo de la mujer debe efectuar la demanda, y la cantidad que se deberá pagar es determinada por las cortes. Los jueces primero tenían que evaluar las intenciones y circunstancias de cada caso. Sin embargo, si ocurría un daño fatal a la mujer, entonces debía pagar una compensación completa por su vida es decir, que era condenado a la pena capital. Así pues, el asesino pagaba la vida de la criatura con la suya propia (Números 35:22-24, 31).

Sin duda alguna, la Instrucción nos revela que la vida humana prenatal es un magnífico don de Yahvéh. El ideal del Eterno para los seres humanos establece la santidad de la vida humana, a imagen de Dios, y exige respeto por la vida prenatal. No obstante, las decisiones acerca de la vida deben ser tomadas en el contexto de un mundo caído. El aborto nunca es un acto de pequeñas consecuencias morales. De esta manera la vida prenatal no debe ser destruida irreflexivamente. El aborto debería ser practicado únicamente por razones muy serias.

Valorando la Vida en Potencia.

Para ir encontrando una conclusión a un tema tan extenso y profundo, diré que el término hebreo que se utiliza para hablar del aborto es hapalá  (הפלה) que proviene del verbo caer. Es decir, que en la mentalidad hebrea, el aborto es la caída de una vida potencial. Por otro lugar es importante destacar la importancia que la mentalidad hebrea de Israel le otorga a la procreación. El traer vida al mundo y poblar la tierra es el primer precepto que le es comandado al ser humano. Bajo estas consideraciones, se entiende que cuando un espermatozoide fecunda un óvulo, la Torah considera su desintegración un delito en la fase que sea, cuando no hay ninguna razón lógica para efectuarlo. Un aborto representa la devaluación de la vida, ya que el varón y la mujer, al tomar una decisión que compete al Juez Supremo, trascienden su rol como humanos e interfieren en el designio divino. En ese sentido, el aborto para la Instrucción (Torah) divina es un delito que atenta contra uno de los más santos mandamientos de la humanidad que es la procreación, y así es parangonable a un homicidio.

Ahora bien, alguien cuestionará: ¿qué se puede decir de una niña que concibe un hijo sin estar casada y carece de toda preparación para ser madre? ¿Debería permitírsele traer un niño al mundo? Los sentimientos de Yahvéh por la criatura no cambian solo porque su madre haya obrado de una manera insensata e inmoral. El nacimiento del niño puede ayudar a la madre a darse cuenta de los resultados naturales de su inmoralidad y grabar en ella la sabiduría de la Instrucción (Torah) divina. Eliminar la consecuencia de su acto sexual ilícito puede dejar en ella un profundo sentimiento de culpa o tal vez alentarla a cometer más actos de inmoralidad.

Si no hay un padre con quien compartir la carga, criar un hijo no será fácil. No obstante, una estrecha relación con nuestro Padre celestial puede proporcionar a la madre la fuerza, el apoyo y la guía morales y emocionales para hacerlo. Además, Dios también ha provisto la congregación cristiana para ayudar a aligerar la carga de las madres solteras.

Entonces otro objetará: ¿y si es un médico quien anuncia que una mujer puede correr poner en peligro su vida si desea llevar a término su embarazo? Pues bien, encontré la opinión del Dr. Alan Guttmacher quien aseguró: “Hoy día, casi toda mujer embarazada puede sobrevivir a su estado de gestación a menos que padezca alguna enfermedad mortal, como el cáncer o la leucemia, y en ese caso, es improbable que el aborto pueda prolongar su vida, y mucho menos salvársela”. También La Enciclopedia Americana dice: “Como la mayoría de las mujeres pueden llevar a término su embarazo aun padeciendo graves problemas médicos, son pocos los abortos que necesitan practicarse para proteger la salud de la madre. La mayoría de los abortos son para evitar tener un hijo”. De modo que esas situaciones extremas se presentan muy pocas veces. Sin embargo, si efectivamente se plantease esa situación en el momento del parto, entonces serían los padres de la criatura quienes deberían decidir entre la vida de la madre o la del niño. Es decisión suya.

Tengamos siempre en cuenta que el médico, según la concepción de la Torah, es un enviado del Eterno para tratar a las personas en sus enfermedades, pero no tiene derecho alguno para usar sus conocimientos con el fin de acortar o quitar la vida. No tiene el médico más autoridad que otro para opinar sobre la vida y la muerte, porque eso es un asunto humano y no biológico. Podría dar un diagnóstico o expresar sus probabilidades, pero nunca puede esa información conllevar al homicidio. Es por ello por lo que el médico no tiene atribuciones para decidir la fatalidad humana.

Fuera de las situaciones límite en las que hay que elegir entre una vida y otra, demás está decir que nuestra fe ve en el nacimiento de cada niño una enorme e induplicable bendición y herencia divina. Por lo tanto, no sólo tenemos la responsabilidad de preocuparnos por la propagación de niños, sino que tenemos la obligación de apoyar una conducta social general que respeta la vida al máximo y que fomenta la natalidad.

Por otra parte, ¿no es natural que el Creador de la vida haya establecido pautas claras con respecto al uso de nuestras facultades reproductivas? A sus ojos, crear una vida que no se tenga la intención de cuidar constituye un pecado semejante al de quitar una vida.

Es indudable que el debate continuará hasta el fin de este sistema. Pero en lo que respecta al Creador de la vida, Yahvéh nuestro Dios, y a los que respetan sus leyes, la cuestión no ofrece la menor duda. La vida es preciosa, es una dádiva celestial que se ha de cuidar y atesorar desde su mismo comienzo.

 

Por último, y antes que abandones esta bitácora te invito a mirar esta imagen, y meditar en la curiosidad que la misma informa… ¡Si te animas deja tu comentario!

 

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Condiciones Celestiales para Casarse

Por P.A. David Nesher

 

«Luego los oficiales le dirán al ejército:
“Si alguno de ustedes ha construido una casa nueva y no la ha estrenado, que vuelva a su casa, no sea que muera en batalla y otro la estrene.
Y si alguno ha plantado una viña y no ha disfrutado de las uvas, que vuelva a su finca, no sea que muera en batalla y sea otro el que disfrute de ellas.
Y si alguno se ha comprometido con una mujer y no se ha casado, que regrese a su pueblo, no sea que muera en batalla y sea otro el que se case con ella.”

(Deuteronomio 20:5-7)

 

 

Sirviendo por tanto años a jóvenes de mentalidad evangélica protestante, he notado la falta de sabiduría que la mayoría de los varones tienen a la hora de pensarse en pareja, y por ende, en familia. La gran mayoría cae en el mismo «error edomita», amando pues primordialmente el guisado, y desechando la potencialidad de la primogenitura que sus almas tienen. Dicho de otro modo, casi todos los varones con mentalidad greco-romana, comienzan este maravilloso camino del amor perfecto por el final: procuran obsesivamente tener su mujer, y luego, quizás piensen en su destino laboral y económico.

Justamente en estos versículos, la Instrucción (Torah) divina señala que los oficiales tienen aquí la función de tratar y supervisar casos de carácter social, como el hecho de un varón que desea constituir un hogar.

Las tres cosas mencionadas, una casa, una viña y una esposa, representan los momentos más felices de la vida natural del varón en edad de guerra, es decir en edad juvenil apropiada para casarse (mayor de 20 años). Para que un soldado israelita no pierda la oportunidad de disfrutar de estos momentos, no podrá hacer cierto servicio militar mientras esté involucrado en uno de ellos.

Estas tres cosas aparecen aquí en el orden natural. Primero el hombre debe tener casa y trabajo, y luego es apto para casarse. Con este bosquejo la Instrucción (Torah) divina enseña en Su Sabiduría la conducta apropiada que un varón redimido debe ejercer para realmente formar un hogar exitoso: el hombre debe primero construir una casa, luego plantar una viña (obtener un trabajo). Solo entonces puede tomar una esposa.

Cuando el hombre fue creado, Yahvéh le dio primero una casa, el huerto, luego un trabajo, la jardinería (melajá y abodá).Luego, cuando el varón se especializó en eso, le otorgó una mujer como recompensa a dicho esfuerzo ministerial. Si vienen maldiciones sobre una persona, primero es tocada la relación con la mujer, luego la casa y finalmente la vida laboral (cf. Deuteronomio 28:30).  El filósofo judío Maimónides dice en su libro «Mishné Torá»:

Es costumbre de personas sensatas que el hombre asegure primero un trabajo que lo alimente, luego construya una casa y finalmente despose a una mujer, como está dicho: “haber plantado una viña, construido una casa y luego desposado a una mujer”.

Entendamos que en la cosmovisión hebrea, la novia es presentada en las Escrituras con estos tres términos, casa, viña y mujer.

El rey Salomón, experto en los códigos de Luz Infinita escondida en estos pasukim (versículos) dijo también:

Prepara primero tus faenas de cultivo (fuera) y ten listos tus campos para la siembra; después de eso, construye después tu casa.

(Proverbios 24:27)

Aquí queda perfectamente señalado el esquema actitudinal que debe seguir un varón que decide amar a una mujer en espíritu y en verdad. Dicho esquema se sujeta a los siguientes tres lineamientos:

  • Prepara tus labores fuera”… es decir construye una casa;
  • “…ten listos tus campos”,… es decir planta una viña; genera una empresa
  • “ y construye después tu casa”; es decir toma una mujer por esposa.

Salomón había aprendido estas pautas proféticas especialmente de la vivencia mesiánica de su padre el rey David:

«Y David prosperaba en todas sus empresas, pues el Señor estaba con él.»

(1 Samuel 18:14)

Por todo esto, cualquier varón soltero que está ahora frente a este estudio, debe aceptar que primordialmente es adecuado elegir una ocupación que le proporcione el justo sustento que le permita adquirir el justo recurso con el que luego podrá acceder a la compra del bien primario que una familia necesita: la casa. Luego, asegurarse que su economía se expandirá por medio de proyectarse en una empresa, para así entender que puede tomar sexualmente a la mujer que ha escogido como esposa.

No es sabio casarse primero y luego buscar trabajo y casa. Sólo los varones insensatos inician el camino al revés. Estos, envueltos en una locura lujuriosa, comienzan casándose, luego, si es que lo logran, se compran una casa, para finalmente intentar en sus fuerzas generar un sustento seguro, si es que no terminan sobreviviendo gracias a la caridad sistémica de los subsidios estatales de turno.

Cuatro Formas para Construir la Identidad de Israel en Egipto

Por P.A. David Nesher

«Éstos son los nombres de los hijos de Israel que entraron (que llegan a) en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia:
Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Benjamín, Dan, Neftalí, Gad y Aser.
Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta.
Y José estaba en Egipto. Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación.
«

(Shemot/Éxodo 1: 1-6)

La historia del libro de Shemot (Éxodo) comienza donde la historia de Bereshit (Génesis) termina: en una gran familia con una posición crucial en el propósito eterno de Dios y su migración a Egipto.

El relato revela que los hijos de Israel, al descender a Mitzraim (Egipto), lejos de asimilarse a la sociedad egipcia dejándose encandilar por su cultura progresista, tanto en lo social, como en lo cultural y económico, prefirieron permanecer fieles a sus principios. Ellos decidieron mantener fidelidad a sus creencias y mantuvieron alta su fe a través de guardar su cultura hebrea a fin de no perder la identidad de Israel.

Los sabios intérpretes de los códigos de la Torah, aseguran que los doce patriarcas fueron redimidos de Mitzraim (Egipto) en mérito a cuatro cosas que los destacan en su fe y confianza. Estos cuatro méritos están aludidos en el primer verso y son los siguientes:

  1. No cambiaron sus nombres.
  2. No cambiaron su lenguaje, (continuaron hablando hebreo).
  3. No hubo en ellos lashón hará (hablar mal del otro).
  4. No hubo en ellos una conducta sexual inapropiada (fieles al brit milá o pacto de circuncisión).

Existe un principio de interpretación escritural según el cual, cuando hay una lista de ítems, el último siempre es el que tiene mayor peso. En este caso, esto significa que haber observado el pacto sexual (brit milá) fue lo más influyente en la conservación de la identidad y hacer posible la redención. Es que las primeras dos palabras Veele shemot (“estos son los nombres”), con las que comienza el libro aluden al origen del cuarto y más importante de los méritos: abstenerse de relaciones sexuales inapropiadas. El valor de וְאֵלֶה שְׁמוֹת (Veele shemot) , es exactamente igual al valor numérico de la expresión hebrea “paz y armonía familiar” (שְׁלוֹם בַּיִת , shalom bait).

Pero a fin de lograr cambiar nuestra manera de pensar para que cambie nuestra forma de vivir (Rom. 12: 2) tal como es la voluntad perfecta de nuestra Abba, necesitamos entender la fuerza de estos cuatro méritos.

Los Nombres

En primer lugar, notamos que el versículo comienza expresándose en presente («que llegan») significando que tanto los patriarcas, como sus hijos, durante los años de permanencia en Egipto (Mitzraim) jamás se sintieron arraigados, sino como si recién estuvieran llegando. Eso significa que ellos siempre fueron conscientes de que ese no era su hogar. Evidentemente cuando alguien es Israel tiene plena consciencia de que el mundo material no es su hogar definitivo.

En segundo lugar, consideraremos la expresión: «Los nombres de los Hijos de Israel”. La mismaalude a que ellos conservaron sus nombres en señal de no permitir que su identidad se intoxicara con costumbres egipcias ajenas a su fe. Los sabios describen esto en hebreo utilizando las palabras «descendieron» y «ascendieron” (najtún salkún). Las iniciales de estas palabras (“descender” y “ascender”,  נַ חְתּוּן y סַ לְקוּן) forman la palabra hebrea “milagro” ( נס , nes ), insinuando así que los nombres hebreos contienen el poder milagroso del Mundo de Arriba para sacar a la persona de todo exilio.

Los hijos de Israel no cambiaron sus nombres, y este fue uno de los motivos excluyentes para ser salvados de Egipto. He aquí un gran secreto: ser hebreo y merecer la Gueulá (Redención) es poder perpetuar lo recibido y transmitirlo sin fisura alguna a quienes nos suceden. Y, por sobre todo, sostener nuestro Nombre, la “corona del buen nombre“, que nos libera de cualquier exilio y esclavitud.

El Lenguaje

Nuevamente nos enfocaremos en la expresión “que llegan a Egipto”. La misma también sugiere que ellos no cambiaron su lenguaje. Los comentaristas preguntan por qué el verbo “venir” está en presente y no en pasado, porque cuando el libro de Éxodo comienza los hijos de Israel ya estaban en Egipto desde hace muchos años. Esta pregunta gramatical acerca de esta palabra sugiere que por cierto alude al lenguaje. De esto aprendemos que mientras la persona conserve su lengua madre logra continuar con el sentimiento de que acaba de llegar de su patria. De ese modo, no se cae bajo la influencia de la cultura local.

Por eso, retener su lenguaje los ayudó a retener su sentido de espacio sagrado, la Tierra de Israel. Por la misma razón, el pueblo descendiente de Yaakov continuó siendo conocido como hebreos durante su exilio en Egipto, un nombre que sólo tiene significado en la Tierra de Israel (significa literalmente, “quien ha cruzado el río”, refiriéndose específicamente el Iardén o Jordán).

Habla

Cuando el versículo utiliza aquí la expresión “…con Yaakov” está en verdad aludiendo al mérito de abstenerse de hablar lashón hará (habla dañina), del hermano.

Recordemos que Yaakov es el alma arquetípica de la belleza que produce la compasión. La Torah describe a Yaakov (antes de estancia con su tío Labán) como “un hombre sincero que mora en tiendas “haciendo referencia a su prioridad de estudiar los secretos de de la Torah a fin de servir empáticamente a su prójimo.

Por eso a la virtud divinade Belleza (Tiferet) se la describe como el cuerpo en plena acción de servicio. El pueblo hebreo está asociado con el sentido del corporativismo comunitario. Esto significa que mientras que su sentido de identidad sea fuerte conscientes que todos están “con Yaakov”, no se harán daño, así como la mano izquierda no lastimará a la derecha mientras la mente funcione y ambas manos se identifiquen como parte del mismo organismo. Esto se notará en la manera de hablar unos de otros.

La Familia

Finalmente existe en el versículo una expresión clave: “cada uno entró con su familia”. Eso corresponde explícitamente al mérito de la pureza familiar que se logra al abstenerse de una conducta sexual inadecuada.

En las Sagradas Escrituras la mujer es llamada ”la casa del marido” ( בֵּיתו , beitó ). Incluso una pareja que vive en Egipto, que en hebreo significa literalmente “constricción”, simbolizan la naturaleza difícil y restrictiva que los rodea, en la medida en que permanezcan incondicional y eternamente fieles uno al otro, eventualmente emergerán con riqueza y posesiones como salió el pueblo hebreo de Egipto. Esta fue la promesa que el Eterno le hizo a Abraham avinu cuando le reveló la naturaleza del exilio de Egipto.

Por cierto, la guematría (valor numérico) de las tres palabras “cada uno entró con su familia” ( אִישׁ וּבֵיתוֹ בָּאוּ , ish ubeitó bau ) es exactamente tres veces la guematría del nombre “Abraham” (אַבְרָהָם ). Abraham es el alma arquetípica de la bondad y el amor, indicando que el amor entre marido y mujer puede sobreponerse a todas las formas de los «Egiptos» físicos y espirituales. El amor infinito entre ellos es el reflejo de su amor eterno por Yahvéh.

Los Cuatro Méritos y el Tetragramatón (YHVH)

El mensaje profético que dan estos cuatro méritos es elocuente: los hijos primogénitos del Eterno debemos enarbolar las banderas de la identidad, no sólo en la teoría retórica de los discursos, sino fundamentalmente a través de la proclamación perfecta que realiza la acción, es la única forma de luchar contra toda asimilación reptiliana.

También vale aquí comentar, que los cuatro méritos enumerados son acciones que se corresponden con las cuatro letras del Nombre (HaShem) esencial de nuestro Dios: YHVH (Yahvéh), conformado por las letras yud, hei, vav, hei.

Yud ( י ) Sabiduría: No cambiaron sus nombres.
Hei ( ה ) Entendimiento: No cambiaron su lenguaje.
Vav ( ו ) Belleza o Compasión: No hubo en ellos lashón hará .
Hei ( ה ) Nobleza (Reinado): No hubo en ellos una conducta sexual inapropiada.

(Nota: La explicación de este misterio celestial revelado en este versículo merece una bitácora aparte. Espero que se atrevan a ingresar en ella).


¿Con Quién Debo Casarme?

Cuando un varón se casa con una mujer, es común que esta trate instintivamente de tomar el control; y de asumir la posición de autoridad en la relación de pareja.

Desafortunadamente, esto va en contra del diseño divino original para las relaciones entre varón y mujer en alianza. En dicha ingeniería celestial, la mujer esta llamada a “complementar” a su marido.

Por el otro lado, en este sistema actual de cosas, suele también darse el caso de que el varón que se casa se exceda en su posición; y, en vez de “disciplinar” a su esposa, termine abusando injustamente de ella.

La clave para evitar este conflicto de intereses, es que tanto el varón como la mujer renuncien a su propio ego (a adelantar sus agendas personales), y se comprometan con adelantar solamente la agenda divina. Esto se logra cuando cada uno se compromete con poner la voluntad de Yahvéh, por encima de su propia voluntad. Pero, ¿como evitamos que cada uno de ellos entienda de modo distinto cual es esa voluntad divina para con su vida? Pues asegurándonos de que, tanto el varón como la mujer, sigan la misma cultura de fe. De este modo, ambos cónyuges perseguirán la misma meta, tal y como la interpreta la cultura a la cual ambos pertenecen.

¿Por que es importante que ambos sigan la misma voluntad divina? Pues porque, de otro modo, se encontrarán siempre en desacuerdo, tratando de “mantenerse juntos”, a la misma vez que “caminan hacia direcciones distintas”, a causa de estar transitando caminos diferentes.

Por eso dice las Sagradas Escrituras:

«¿Andarán dos juntos (hacia la misma meta), si no estuvieren de acuerdo (en la dirección en la que esa meta se encuentra)?».

(Amós 3:3)

 

Por eso, es indispensable que cada creyente hebreo se asegure de que su futura pareja comparte la misma fe, a fin de promover la unidad y la armonía matrimonial.

En conclusión, a menos que medien razones de fuerza mayor, no es aconsejable que ningún varón creyente en la Torah (Instrucción) de Yahvéh, según el Yugo de Yeshúa, se case con una mujer incrédula. Esaú cometió este error, al casarse con dos mujeres cananeas. ¿Cual dice la Torah que fue el resultado de esta grave equivocación?:

 

«Y cuando Esaú era de cuarenta años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón heteo; Y FUERON AMARGURA DE ESPÍRITU PARA ISAAC Y PARA REBECA.»

(Génesis 26:34-35)

 

En base a esta triste mancha en la historia patriarcal, para ese pueblo de Israel el hecho de casarse con alguien que no profesa la misma cultura es una pesadilla para los padres y un escándalo enorme dentro de la comunidad misma. La explicación es muy simple: cuando alguien (varón o mujer) es guiado por el corazón, se olvida de la razón. ¿Cómo es posible construir un hogar unificado cuando la pareja tiene visiones tan diferentes? Y, en este caso, no son aquellas “diferencias complementarias”, son diferencias que guían hacia caminos opuestos. ¿Cómo caminar juntos si los caminos no son los mismos? Si la pareja pretende tener hijos, ellos crecerán en una casa dividida. Tendrán dos opciones de fe y, al mismo tiempo, no tendrán ninguna. Es tener que pedirles a ellos que elijan: “¿Quieres seguir al Dios de papá o al de mamá?”

 

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El Pozo de la Envidia

Por P.A. David Nesher

 

 

«Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí; y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua. Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto. Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte? Venid, y vendámoslo a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.»

(Bereshit/Génesis 37: 23-28)

 

 

¿Puede la envidia causarte el deseo de matar a alguien? Antes de que digas: “¡Claro que NO!”, te solicito que medites en esta historia. Diez hombres adultos, se dispusieron en complot para matar a su hermano por causa de una túnica rayada de colores especiales y un par de sueños. Su envidia se había convertido en un profundo enojo con pensamientos llenos de cosas terribles.

La túnica de colores era la señal del favor del padre. La entrega de Yaakov de esta prenda a Yosef, en reconocimiento al nivel de obediencia que este le entregaba en honra, había despertado la envidia de los hijos mayores. No hay duda alguna que los hermanos deben haber tenido un placer perverso al arrancársela a Yosef y debía haber sido particularmente doloroso para Yosef que se la arrancaran. De igual modo, a cada creyente en Yeshúa se le ha entregado la cobertura del Espíritu Santo que es garantía especial del favor del Padre (2 Corintios 1:22; 5:5; Efesios 1:13-14; 4:30). Ciertamente, muchos son los enemigos espirituales que quieren arrancar del creyente la seguridad del favor del Padre. Pero uno de los más peligrosos es, sin duda alguna, la envidia.

Es asombroso ver como el maltrato de los hermanos de Yosef no disminuyó el apetito de ellos. La Torah dice que se sentaron a comer pan (37:25), mientras que Yosef les rogaba por su vida desde el pozo (42:21). Pero ellos no escucharon. Un físico podría calcular el tiempo exacto para que el grito de Yosef llegara a los oídos de sus hermanos. Pero, metafísicamente, tuvieron que pasar veintidós años para que aquel grito pasara desde sus tímpanos hasta sus corazones.

El carácter despiadado de estos hermanos es evidente. Podían sentarse y disfrutar de la comida, mientras que sus corazones estaban decididos a asesinar a su hermano. Fue justamente a esta dureza y crueldad a la que el profeta Amós se refiere, cuando dijo: “Ustedes beben vino en tazones y se perfuman con las esencias más finas sin afligirse por la ruina de José.” (Amos 6:6 – NVI). Los hermanos (que habían matado a todos los hombres de Siquem) era probable que no se molestaran con los gritos de alguien al que ellos envidiaban y por ende, ahora odiaban.

En ese momento, alzando sus ojos vieron una caravana de ismaelitas que venía de Galaad, donde Labán y Yaakov tuvieron sus enfrentamientos algunos años antes. Ellos eran descendientes de Ismael (25:13-16); llevando en sus camellos especias, bálsamo y mirra para hacerlos bajar a Egipto para comerciar (37:25). Es irónico que estos tres elementos fueran los mismos regalos que los hermanos de Yosef le llevaron cuando él ya estaba reinando junto al Faraón, en Egipto (43:11).

El relato es tan impactante como paralizante. No sabemos si debemos pensar bien de los hermanos de Yosef, ya que decidieron perdonarle la vida o pensar mal de ellos, ya que imaginaron que podían deshacerse de él y hacer un poco de dinero al mismo tiempo. La envidia los llevó a mirar tan en menos a Yosef que consideraban que su hermano sólo tenía un valor de veinte piezas de plata, menos que un esclavo.

Vemos que aquí es cuando Judá asume un papel de liderazgo en relación con el destino de Yosef. Será él quien dirá: “¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y ocultemos su sangre?… Después de todo, él es nuestro hermano, así que sólo vendámoslo como un esclavo en lugar de matarlo.” (37:26). Lo paradójico e irónico de todo, es que este será el hijo de Yaakov, que se convertirá en el ancestro del Mesías.

Desde este punto Judá adquiere un papel cada vez más destacado en la familia. Él dijo: vendámoslo a los ismaelitas, y no sea nuestra mano contra él. Sus hermanos aceptaron su sugerencia. Ellos podrían evitar el pecado de asesinato y obtener un beneficio al mismo tiempo. Los hermanos de Yosef, que hipócritamente no quisieron contaminarse con su sangre, lo vendieron a los ismaelitas, así mismo, siglos después, los judíos, que hipócritamente no querían contaminarse con la sangre del Mesías, llevaron a Yeshúa a Pilato (Juan 18:28).

Entonces, cuando pasaron los mercaderes madianitas, sacaron a Yosef de la cisterna, lo subieron y lo vendieron por veinte piezas de plata. Y llevaron a Yosef a Egipto (37:28). A causa de este incidente, más tarde, Moisés, inspirado por el Eterno, fijaría el valor de rescate de un jovencito entre cinco y veinte piezas de plata (Levítico 27:5); y el precio promedio de un esclavo en treinta siclos (Éxodo 21:32).

Lo maravilloso de esta historia es que los hermanos de Yosef no se dieron cuenta, pero cuando lo vendieron se aseguraron el cumplimiento de los dos sueños que él les había relatado. Es que la Providencia divina utiliza todas las circunstancia para beneficio del cumplimiento de su propósito eterno (Romanos 8:28).

Cabe aquí también decir que, tanto para la ley del Eterno, como para los códigos jurídicos de la época, lo que sus hermanos le hicieron a Yosef era considerado un crimen y una ofensa capital.

Tipológicamente hablando, Yeshúa y Yosef fueron traicionados a cambio de plata. Yosef fue vendido por el precio de un esclavo por su hermano Judá y Yeshúa fue vendido por el precio de un esclavo por su discípulo (talmid) Judas (forma griega de decir Judá). Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Yeshúa, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos. —He pecado —les dijo—porque he entregado sangre inocente (Mateo 27:3-4a).

Volviendo al relato, notamos que a los hermanos de Yosef les preocupaba cargar con la culpa de su muerte. Por eso, Judá ofreció una alternativa que no era correcta, pero que los libraba de cometer homicidio. Nosotros también, muchas veces, guiados por el sentimentalismo, optamos por soluciones que son “menos malas” pero están igualmente infectadas de errores. Muchas de estas “soluciones” son el producto de la impulsividad que provoca la envidia que se ha desarrollado en nuestro corazón.

Tomás de Aquino dijo que “la envidia consiste en una tristeza ante el bien del prójimo, considerado como mal propio, o en cuanto se piensa que disminuye la propia excelencia, felicidad, bienestar o prestigio”. Por eso, la Torah enseña que la caridad o justicia social (hebreo tzedaká) permite que nos alegremos del bien de los demás, haciendo que la envidia se debilite y muera.

Lamentablemente la envidia es el pecado capital más difícil de reconocer por el ser humano, ya que constantemente este busca justificar su manifestación. Sin embargo, debemos aceptar que la envidia fuera de control puede crecer rápidamente y conducir a acciones pecaminosas muy serias. Mientras más tiempo el ser humano cultive la envidia, más difícil será desarraigarla de su vida. El mejor momento para comenzar a tratar con la envidia es cuando te des cuenta de que estás llevando un registro mental de lo que poseen y alcanzan los demás.

Apreciado discípulo, te invito a que en este momento eleves tu corazón al Eterno y permitas que Él lo examine en cuanto a este pecado capital (Salmo 139:23-24)