Sabiduría Diaria

CONSEJO DE UN VIEJO SABIO…

Si alguien te quiere herir,

observa el dolor que oculta.

Si alguien te quiere mentir,

observa el vacío que guarda.

Si alguien te quiere traicionar,

observa la soledad que carga.

Si alguien se burla de ti,

observa los traumas que encierra.

Si alguien te menosprecia,

observa cuan grande es su miseria.

Si alguien te envidia,

observa su frustración interna.

Observa bien sus defectos y trata de comprenderlos.

No te sientas ofendido por las devoluciones ajenas, tu deber es corregir todo aquello que te impide ser amable y bondadoso con quién más necesita de tu ayuda.

¡Si te Tranquilizas… Pierdes!… ¡Malgastas Tu Tiempo, y Abortas Tu Propósito!

Por P.A. David Nesher

«Y habitó Yaakov en la tierra …»

(Génesis/Bereshit 37: 1).

Al estudiar la parashá VaYéshev, observamos que Yaakov avinu anhelaba asentarse en la tierra de Kenáan para tener una vida tranquila. Así pues, cuando él creyó encontrar el lugar indicado para hacerlo, en ese mismo momento los problemas cayeron sobre él, poniendo en el blanco a su hijo favorito: Yosef, el soñador.

¿Por qué no se puede anhelar la Tranquilidad?

Si analizamos profundamente la vida que hasta aquí le toque peregrinar a nuestro patriarca, encontraremos muy lógico y razonable que surja en él ese anhelo.

Esav quiso matarlo desde que se encontraban en el vientre de su madre; así vivió un tiempo debidamente acosado hasta que se vio obligado a huir. En el camino, Elifaz, su sobrino, lo despojó de todas sus pertenencias; en un principio, él iba a matarlo, pero luego se conformó con robarlo.

Entonces, tuvo que irse a morar junto a la casa de Labán, su tío idólatra, famoso hechicero de Jarán, con quien se comprometió obligadamente a trabajara fin de obtener la mano de Rajel, la hija de Labán a la que Yaakov amaba. Después de que cumplió el plazo, Labán le entregó a Leáh sin que se diera cuenta y tuvo que trabajar otros siete años para poder casarse con Rajel.

Continuó trabajando sin descanso ni tregua junto a su suegro, hasta que, temiendo por su vida, resolvió escapar una vez más y trasladarse con su familia a su tierra. Finalmente, estando en Eretz Israel, su esposa Rajel murió al dar una luz a su segundo hijo, Benyamim.

¡Entonces es lógico y justo! ¡Cualquier ser humano bajo estas circunstancias rogaría establecerse con un poco de tranquilidad acompañado de su familia!

¿Acaso podríamos pensar que Yaakov quería serenidad para descansar o para pasar el tiempo tranquilamente con su familia?

¡Por supuesto que no pretendía eso! Seguramente él deseaba dedicarse de lleno a sus quehaceres espirituales. Sin embargo, desde el propósito eterno de Dios para Yaakov, no fue correcto pedir serenidad.

El Eterno quiso demostrarnos, por medio de esta experiencia de Yaakov, que el propósito de nuestro tránsito por este mundo es hacer avodáh, es decir servicio sacerdotal (verdadera adoración). Para lograr esto, como escogidos debemos trabajar y esforzarnos en superar todos los desafíos de la vida, hasta conformar una personalidad semejante a la medida de la plenitud del Mashiaj (Efesios 4:13). Según el propio Eterno esta avodáh dura solamente 120 años (Génesis/Bereshit 6:3).

El sabio Rabán Gamliel ben Yehudá HaNasí dijo:

«Es bueno el estudio de Torah junto con el trabajo, porque el esfuerzo requerido para ambos hace olvidar el pecado«.

El Rab de Kotzk dijo:

«La razón por la que una persona no debería pecar no es solo porque está prohibido, sino que la permanencia del hombre en el mundo es tan breve que no debería tener tiempo libre para pecar«.

Sabemos por lo que la revelación divina otorga que cada ser humano llegó al mundo con una asignación. Por lo tanto, si cada uno de nosotros tomamos con seriedad y responsabilidad las obligaciones que dicha asignación demanda, no tenemos tiempo para el ocio y el relajamiento egoico.

Entiéndase bien que al compartir esto no estoy refiriéndome a que no se puede tomar un respiro de vez en cuando, pues también el Eterno enseña que eso es esencial para el bienestar físico y mental de toda criatura humana.

Lo que estoy aquí enfatizando es que generalmente aquellos redimidos que trabajan en la búsqueda del sustento también deben buscar su tiempo especial y específico para esforzarse en el estudio de los Secretos del Cielo y en la realización práctica de cada mitzvot que ordena YHVH. Esto debe darse incluso descansando para reponer sus fuerzas.

Entonces se entiende que una ser humano con estas características no tiene tiempo para el ocio egoico, es decir no puede darse un plazo para recibir sólo para sí. En consecuencia, tampoco tiene tiempo para pecar.

Con este pensamiento celestial en su mente, se cuentan que para Jafetz Jaim (sabido rabino del siglo XIX) cada instante de su vida era tan preciado como la más valiosa joya. A tal punto era esta praxis de fe que él calzaba zapatos sin agujetas (cordones) porque había calculado que el tiempo que pierde la persona calzando y atacando los cordones de sus zapatos es de un minuto. ¡Sesenta segundos por día! Esto son 365 minutos al año, que equivalen a seis horas. Calculado en 70 años, son 420 horas ganadas, que él invertía en estudiar más Torah… ¡Realmente asombroso!… ¡Esto es saber apreciar nuestro tesoro más valioso!

Lo más caro que poseemos es el tiempo, porque lo pagamos con la vida misma (Eclesiastés 3: 1-11) . Nuestro estudio de Torah tiene que ser lo más valioso en todo el día. Una vez que nos sentamos a estudiar, no podemos permitir que nada ni nadie nos interrumpa. No es lo mismo estudiar una hora que dos medias horas.

Leí la siguiente historia que permite ilustrar esto que estamos hablando:

Un campesino que andaba por un valle recorriendo las vías del ferrocarril, se quedó observándola y pensó para sí:
_ “¡Este metal es justo lo que necesito para cercar el corral!”.
Sin vacilar, puso manos a la obra y arrancó un par de metros de vía.
Afortunadamente unos policías pasaban por allí y detuvieron de inmediato al individuo.
Una vez que se notifica el aviso para que se interrumpa el avance del ferrocarril, se condujo a aquel campesino frente al juez para que le dicta la sentencia.
Cuando estuvo delante del magistrado, este le preguntó:
_ «¿Tienes idea de la gravedad y las consecuencias de su acto?».
_ «Su señoría, ¿qué le hacen un par de metros de vía a los kilómetros de kilómetros que tienen tirados allí?«.
_ “¡Tirados! Si esos ‘pocos metros’ no están colocados en su lugar en el momento que el ferrocarril pasa por allí, Esto se descarrilará y volcará provocará una tragedia que no quiero ni pensar. Por tanto, ¡lo sentencio a 30 años de trabajos forzados! ”, dictaminó el juez.

Amados discípulos de Mashiaj, al estudiar la parashá de esta semana necesitamos entender y aceptar que tenemos un tiempo limitado para cumplir con nuestro propósito en la vida.

La conciencia hebrea en la fe de Avraham, Itzjak y Yaakov, dice que el peor crimen es el asesinato. El peor asesinato es el predeterminado, y dentro de este pecado, podemos encontrar algo que es más grave: el asesinato de uno mismo (suicidio). Este crimen se subdivide en dos: el asesinato físico y el espiritual. Matar el tiempo es una de los crímenes más condenables que pueden cometerse en la vida. El ser humano que ha sido redimido por la Gracia del Eterno no puede matar al tiempo, pero el tiempo sí lo puede matar a él.

Me encontré con una historia talmúdica semejante a la parábola de los talentos (Mateo 25: 14 – 30). Se trata de un rey que debía declarar por heredero a alguno de sus tres hijos.

Este monarca sabía que llegaría un día en el cual necesitaría que ceder la corona a uno de los tres, pero necesitamos saber quién de ellos era el más capaz para sentarse en el trono desde dónde beneficiaría a todos los súbditos.

Entonces se le ocurrió probarlos con el asunto de la administración de las finanzas. Entregó a cada uno una importante suma de dinero para que, durante un año, la administrara y entonces rindiera cuenta de su mayordomía.

Así, terminó el plazo y el monarca exigió que le rindieran cuentas.

El primero presentó un balance positivo de sus acciones, por lo que recibió la aprobación y el consentimiento de su padre para continuar con el negocio.

El segundo hijo se disculpó con su padre, ya que, por desgracia, había invertido el dinero en un proyecto que consideró en un principio de mucho éxito, pero la realidad le demostró su equivocación. El padre aceptó la disculpa y le entregó otra cantidad de dinero; además, lo alentó para que siguiera intentando en el nuevo año de desafíos regios.

Cuando el tercer hijo le devolvió el dinero en el mismo sobre, tal como lo había recibido, el padre se molestó mucho con él. Ante el insospechado comportamiento de su padre, el hijo le increpa exigiéndole la explicación sobre el motivo de su enojo. No entendía por qué él, que había cuidado con esmero el dinero, era criticado por su padre, y su hermano, que había perdido todo, había recibido incluso otra dotación.

El padre le respondió:

Tu hermano, aunque perdió todo lo invertido, cumplió con lo encomendado. Hizo todo el esfuerzo posible por invertir bien el dinero que ganó. En cambio tú, no entiendo cómo te atreves a preguntar el porqué de mi enojo. ¿Acaso te di el dinero para que lo guardaras? ¿Acaso crees que no tengo cómo cuidar el dinero, que necesito de ti para guardarlo?«

De la misma forma, cuando un ser humano llega a este mundo, el Eterno le asigna cierto número de días. Así es cada ser humano viene marcado con el día exacto de su muerte.

Ahora bien, en adición, el Creador otorga a cada una de sus criaturas humanas el intelecto necesario para adquirir conocimientos de Torah y observar los preceptos que en ella se revelan para vestir el alma de Luz.

Así mismo, le otorga también el suficiente sentido común para manejarse en este mundo.

Sin embargo, en nuestra naturaleza caída, y para nuestra vergüenza, no logramos vivir a la altura plena de nuestra misión. Despilfarramos una gran parte de nuestras vidas, recursos y habilidades haciendo negocios que solo nos producen pérdidas, es decir, transgresiones por las que algún día seremos juzgados. Gastamos mucho más tiempo del que necesitamos para sobrevivir e ir en pos de las vanidades de este mundo. Nos complacen enormemente las cosas que hemos adquirido durante nuestra vida.

Lamentablemente, cuando nuestro Padre Celestial nos exija, después de 120 años, rendir cuentas con el tiempo que nos dio, ¿qué responderemos? En ese momento se nos indagará (y nosotros mismo nos preguntaremos) qué hicimos con cada minuto de nuestras vidas.

Por eso, y para ahorrarnos ese momento amargo delante del Trono de Mashiaj, invito a cada uno de ustedes a preguntarse a sí mismo:
¿Regresaré una vida llena de vaciedad o presentaré un alma llena de Torah y actos buenos?

Medita y acepta hoy en tu corazón que debe ser bastante doloroso llegar ante el Eterno y contemplar la figura que Él esperaba de ti, ver lo que estableció como ser de propósito antes de colocarte en el vientre de tu madre, y contrastarlo con lo que te has convertido …

¡Calma!… ¡Estás aún a tiempo!

Encausa toda tu energía vital y todos tus talentos para vivir con el propósito que YHVH espera de ti.

Encuentro muy oportuno cerrar con esta frase de un gran sabio de la Torah que dijo:

«El día es corto y el trabajo mucho. Los trabajadores son holgazanes y la recompensa es enorme. El patrón los apura”.

(Rabí Tarfón)

¡Anhelo que estas palabras te estimulen a fin de sólo quieras no estar jamás tranquilo!

Shalom!

INVITACIÓN ESPECIAL:

Si estás interesados en profundizar más en lo que este estudio ha dejado vibrando en tu interior, te invito a escuchar esta enseñanza:

Hitbodedut: Conversar con Dios de Manera Segura.

Dice Rabí Najman:

Las plegarias, rezos y súplicas que ya se encuentran ordenadas (es decir, el texto universal de la Tefiláh) las conocen todos los ángeles malos (pensamientos e ideas destructivas) y dañinos y ellos se encuentran acechando en la ruta de ascenso de las mismas. Sin embargo, cuando se transita por rutas nuevas y desconocidas, ahí no acechan. Por eso, el HITBODEDUT, la conversación privada con el Creador que la compone cada uno en el momento, es mucho más segura y efectiva

(Likutey Moharan 2-97 – «EL ARTE DE CONVERSAR CON D-OS»; Rab Menajem ABDELJAK; Página 3).-

La Forma que Dios tiene para Dar Dinero a sus Hijos

Por P.A. David Nesher

 

«Porque no por salir hacia el oeste, ni del desierto a las montañas, porque Dios es el Juez, El humilla a uno y levanta a otro»

(Tehilím/Salmos 75:6- 7)

 

¿Cuál es el significado de estos versículos?

Antes que nada debo explicar que este tipo de texto pertenece al fruto literario de lo que se conoce como el movimiento sapiencial de Israel. El movimiento de la sabiduría (jokmah) o sapiencial en su triple dimensión, intelectual, moral y religiosa, influyó poderosamente en el pueblo. El mismo comenzó con David, continuó con Salomón y se diseminó como reguero por diferentes caminos humanos, entre ellos los profetas pre-exilicos. Su principal finalidad era orientar la vida práctica en consonancia con la fe, aplicando a las mil y una situaciones de la existencia humana las enseñanzas de la Instrucción (Torah) de Dios de modo que se asegure una vida dichosa, digna de ser vivida. El género sapiencial aparece en la TaNaK entrelazado con la poesía y constituye lo esencial de tres libros: Job, Proverbios y Eclesiastés, bien que en otros hallamos pasajes del mismo carácter en forma de máximas, refranes, acertijos, parábolas, etc. (Jue. 9:8-15; 14:14; 1 S. 24:13; 2 S. 12:1-6, entre otros).

En la sabiduría hebrea de Israel, a diferencia de la de otros pueblos orientales, se combina el conocimiento adquirido por la experiencia con la revelación que otorgan los códigos de la Luz Infinita, escritos en la Torah. Es una cualidad natural que se cultiva mediante la instrucción de padres a hijos, y de maestro a discípulos; pero también es un don de Yahvéh (Job 11:6, Pro 2:6 y ss.; Ec. 2:26), fruto de la acción inspiradora de su Espíritu (Job 32:8), y que solamente se adquiere por la fe verdadera (emunah).

Ahora sí, dicho esto, y respondiendo a la pregunta que inició esta bitácora, dire que estos versículos revelan que una persona no necesariamente se vuelve rica por viajar, por negocios de este a oeste, o por aventurarse a lugares distantes, tales como montañas y desiertos. Más bien, sí así ha sido ordenado, Dios despoja de dinero a una persona y provee para algún otro.

Por esta razón, aquellos que estamos redimidos en el Mesías debemos educar a nuestra conciencia para que no cometamos error alguno a la hora de conectarnos con el dinero. El Espíritu de Yahvéh, quien nos unge con su poder, también nos da la inteligencia para administrar los recursos financieros. La sabiduría te puede ayudar a prosperar mucho, pero la falta de ella te deja pobre. Shakespeare decía: «La gente que vive comprando bienes superfluos, llega a tener que vender los bienes necesarios.» Si sigues el camino de la sabiduría y el dominio propio, llegará el día que tendrás con que comprarte lo que quieras; pero si te apresuras, pronto te endeudarás.

Por esto, conviene mucho a nuestra salud integral conocer la cosmovisión que Israel adquirió por medio de lo que las palabras hebreas que usaba a la hora de hablar de dinero. Los nombres hebreos relativos a dinero indican su movilidad:

  • Nejasím, traducida como posesiones.La palabra nejasím indica que después del fallecimiento de una persona, sus pertenencias son sustraídas de ella, y entregadas a otro. (Nejasím está íntimamente relacionada a la raíz mejusé/ ellas son ocultadas de él)
  • Zuzím (un tipo de moneda) significa que aún cuando una persona está viva, su dinero cambia de manos, moviéndose de uno al otro. (Zuzím es derivado de la palabra raíz mover.)
  • Mamón: Mamón es una contracción de la expresión: «Ma ata mone», que al traducirla queda: «¿Qué estáis contando? ¡Es realmente nada!»
  • Maot, traducido como dinero, significa realmente «ma laet» que se traduce: «¿Qué acerca del futuro?» Con ella se da a entender que el dinero no es una posesión eterna (como son  al Torah y sus mitzvot -mandamientos-), sino que permanece con una persona sólo por un cierto período ordenado por Yahvéh.

Todos estos términos para dinero enseñan a una persona con mentalidad hebrea que sus finanzas sirven a su propósito apropiado sólo si ella lo usa en el Servicio de Yahvéh. El dinero debe usarse de una manera que agrade a Dios (Lucas 16:9). Se debe emplear con responsabilidad y honradez (Hebreos 13:18).

Por ello, los textos sapienciales animaban a un israelita a mirar sus bienes como un medio de la materialidad que garantizaba la elevación de las generaciones en el conocimiento y la proclamación de los secretos celestiales revelados en la Instrucción (Torah) divina.

«La herencia del bueno alcanzará a los hijos de sus hijos, pero la riqueza del pecador está guardada para el justo.»

(Proverbios 13:22)

Yahvéh nos quiere bendecir tanto que podamos llegar a dejar herencia aún a nuestros nietos. Por ello, debemos hacer nuestros bienes en el orden que el Eterno establece.

«Prepara tus labores fuera, dispónlas en tus campos y edifica después tu casa.»

(Proverbios 24:27)

El orden que Yahvéh aquí nos enseña para hacer las riquezas es primero «en los campos», es decir en un proyecto de destino bien planificado, después la «casa», representando a aquellos bienes que a corto plazo el ritmo de vida mismo suele proponer, pero con no hacen al orden prioritario de la economía real.

La Trasferencia divina de riquezas.

La herencia del bueno alcanzará a los hijos de sus hijos, pero la riqueza del pecador está guardada para el justo. 

 

Dice la última parte del verso que la riqueza del pecador está guardada para el justo.»

En vedad, la sabiduría está señalando a un nivel alto de prosperidad que apunta a ese momento específico cuando un escogido ya no sólo trabaja para hacer las riquezas, sino también cuando las riquezas trabajan para él y su propósito. Las Sagradas Escrituras dicen en esta porción que el Eterno trasladará las riquezas de los pecadores al justo. La pregunta que cada uno debe hacerse es: «¿soy yo una persona productiva e íntegra en mi trabajo, para que el Eterno se agrade de mí y me entregue las riquezas de los impíos?»

lo dice así:

«Porque, ¿quién comerá y quién se gozará sino uno mismo?

Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; pero al pecador le da el trabajo de recoger y amontonar, para dejárselo al que agrada a Dios.

También esto es vanidad y aflicción de espíritu.»

(Eclesiastés 2:25-26)

Cuando un redimido ha trabajado de una manera que agrada a Yahvéh, el mismo Dios tomará la riqueza de otros y la pondrá en las manos de aquel hijo que agrada Su corazón. En la parábola de los talentos, el amo ordenó que al siervo malo que no produjo lo echaran a las tinieblas, y que el talento que le tenía se lo dieran al que tenía diez talentos. Porque al que tiene se le dará más, y el que no tiene, aún lo que piensa tener, se le quitará (Mateo 25: 28-30). Así se cumplió el verso que dice que las riquezas de los impíos serán trasladadas a las manos de los justos. Es cómo si el Eterno dijera: «He encontrado un hombre que producirá conforme a mi voluntad, a las manos de él ordeno que pasen las riquezas de otros.»

¡Esto es maravilloso! Un redimido puede prosperar por su buen trabajo, y por el mal trabajo que otros hacen.

Bendito sea el Eterno por Su Instrucción que nos exhorta y anima a ser mejor cada día. Esto nos permite esforzarnos por salir adelante, y continuar a una mayor ascensión de consciencia. Por esto, bendice al Señor por las adversidades que tengas, ya que ellas te hacen cada día mejor, y te provocan a buscar más la presencia del Espíritu Santo y vivir en santidad.

Al observar las características de las comunidades mesiánicas del primer siglo, notamos que aquellos discípulos traían los bienes y las propiedades a los pies de los apóstoles. Y si a ellos les traían los bienes, era porque ellos podían producir una multiplicación en esa bendición. El Señor habló a mi espíritu respecto a esto y me reveló que a los apóstoles tenemos autoridad para bendecir la vida económica de los fieles a Su Yugo. Por eso, hoy quiero bendecirte, declarando que en todo lo que haces vas a ser una persona productiva, vas a poder hacer crecer primero tu negocio, y luego tu casa, y también tanto como para darle a otros sembrando en los centros de capacitación que enseñan a decodificar los secretos del Cielo revelados en la Torah. ¡Serás próspero en todas cosas!

Te declaro ¡Shalom!

 

Lo que Fue, eso Será

Por P.A. David Nesher

 

“Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso mismo se hará:
¡no hay nada nuevo bajo el sol!”

(Eclesiastés 1:9)

 

Para el Qohelet (Eclesiastés) «no hay nada nuevo debajo del sol«. Todos los procesos humanos parecen ser una repetición de lo ya hecho. Grandes historiadores han hecho popular el dicho: «La historia se repite a sí misma«. Tal parece que el presente y el futuro están condicionados por los hechos del pasado. Desde luego esta parece ser la opinión humana. La opinión divina contrasta mucho con ésta.

Por eso, el sabio Qohelet está enseñando en este verso que todo, pero todo, lo que el Eterno quiso decir está en la Torah. Por eso, “lo que fue”, es decir los sucesos del pasado, “eso mismo será”, debiendo la persona aprender de la historia, y “lo que se hizo”, lo que sucedió, “eso mismo se hará”, acorde a las reglas que el Eterno implantó en la creación.

Desde esto, el rey Salomón quiere que la persona que lea esto no piense que logrará en sus propios esfuerzos descubrir caminos alternativos a la felicidad, porque en realidad, “no hay nada nuevo bajo el sol”. La vida «bajo del sol» es una referencia que el sabio hace a la independencia absoluta de la criatura racional egoísta con el Eterno y a la falta de comunión directa con el Creador.  Aquí el Qohelet, en su consideración de la vida no toma en cuenta los descubrimientos científicos ni los inventos tecnológicos. En realidad, él tiene en mente las ralaciones inmeditaas del ser humano dentro de los límites de su propia existencia ontológica. El sabio está llevando a meditar más que todo, en la esclavitud a los anti-valores que defiende el materialismo y que están en pugna con los valores de índole espiritual y eternos que revela la Instrucción (Torah) divina.

Así pues, lo que el sabio quiere expresar es que con solo considerar en detalles los acontecimientos del pasado se podrá apreciar que el Eterno beneficia a los que siguen Su Camino, y alecciona a quienes se desvían del mismo.

Por eso, la persona debe ser inteligente y descubrir en la Torah y sus sucesos, el sendero a la bendición.

Condiciones Celestiales para Casarse

Por P.A. David Nesher

 

«Luego los oficiales le dirán al ejército:
“Si alguno de ustedes ha construido una casa nueva y no la ha estrenado, que vuelva a su casa, no sea que muera en batalla y otro la estrene.
Y si alguno ha plantado una viña y no ha disfrutado de las uvas, que vuelva a su finca, no sea que muera en batalla y sea otro el que disfrute de ellas.
Y si alguno se ha comprometido con una mujer y no se ha casado, que regrese a su pueblo, no sea que muera en batalla y sea otro el que se case con ella.”

(Deuteronomio 20:5-7)

 

 

Sirviendo por tanto años a jóvenes de mentalidad evangélica protestante, he notado la falta de sabiduría que la mayoría de los varones tienen a la hora de pensarse en pareja, y por ende, en familia. La gran mayoría cae en el mismo «error edomita», amando pues primordialmente el guisado, y desechando la potencialidad de la primogenitura que sus almas tienen. Dicho de otro modo, casi todos los varones con mentalidad greco-romana, comienzan este maravilloso camino del amor perfecto por el final: procuran obsesivamente tener su mujer, y luego, quizás piensen en su destino laboral y económico.

Justamente en estos versículos, la Instrucción (Torah) divina señala que los oficiales tienen aquí la función de tratar y supervisar casos de carácter social, como el hecho de un varón que desea constituir un hogar.

Las tres cosas mencionadas, una casa, una viña y una esposa, representan los momentos más felices de la vida natural del varón en edad de guerra, es decir en edad juvenil apropiada para casarse (mayor de 20 años). Para que un soldado israelita no pierda la oportunidad de disfrutar de estos momentos, no podrá hacer cierto servicio militar mientras esté involucrado en uno de ellos.

Estas tres cosas aparecen aquí en el orden natural. Primero el hombre debe tener casa y trabajo, y luego es apto para casarse. Con este bosquejo la Instrucción (Torah) divina enseña en Su Sabiduría la conducta apropiada que un varón redimido debe ejercer para realmente formar un hogar exitoso: el hombre debe primero construir una casa, luego plantar una viña (obtener un trabajo). Solo entonces puede tomar una esposa.

Cuando el hombre fue creado, Yahvéh le dio primero una casa, el huerto, luego un trabajo, la jardinería (melajá y abodá).Luego, cuando el varón se especializó en eso, le otorgó una mujer como recompensa a dicho esfuerzo ministerial. Si vienen maldiciones sobre una persona, primero es tocada la relación con la mujer, luego la casa y finalmente la vida laboral (cf. Deuteronomio 28:30).  El filósofo judío Maimónides dice en su libro «Mishné Torá»:

Es costumbre de personas sensatas que el hombre asegure primero un trabajo que lo alimente, luego construya una casa y finalmente despose a una mujer, como está dicho: “haber plantado una viña, construido una casa y luego desposado a una mujer”.

Entendamos que en la cosmovisión hebrea, la novia es presentada en las Escrituras con estos tres términos, casa, viña y mujer.

El rey Salomón, experto en los códigos de Luz Infinita escondida en estos pasukim (versículos) dijo también:

Prepara primero tus faenas de cultivo (fuera) y ten listos tus campos para la siembra; después de eso, construye después tu casa.

(Proverbios 24:27)

Aquí queda perfectamente señalado el esquema actitudinal que debe seguir un varón que decide amar a una mujer en espíritu y en verdad. Dicho esquema se sujeta a los siguientes tres lineamientos:

  • Prepara tus labores fuera”… es decir construye una casa;
  • “…ten listos tus campos”,… es decir planta una viña; genera una empresa
  • “ y construye después tu casa”; es decir toma una mujer por esposa.

Salomón había aprendido estas pautas proféticas especialmente de la vivencia mesiánica de su padre el rey David:

«Y David prosperaba en todas sus empresas, pues el Señor estaba con él.»

(1 Samuel 18:14)

Por todo esto, cualquier varón soltero que está ahora frente a este estudio, debe aceptar que primordialmente es adecuado elegir una ocupación que le proporcione el justo sustento que le permita adquirir el justo recurso con el que luego podrá acceder a la compra del bien primario que una familia necesita: la casa. Luego, asegurarse que su economía se expandirá por medio de proyectarse en una empresa, para así entender que puede tomar sexualmente a la mujer que ha escogido como esposa.

No es sabio casarse primero y luego buscar trabajo y casa. Sólo los varones insensatos inician el camino al revés. Estos, envueltos en una locura lujuriosa, comienzan casándose, luego, si es que lo logran, se compran una casa, para finalmente intentar en sus fuerzas generar un sustento seguro, si es que no terminan sobreviviendo gracias a la caridad sistémica de los subsidios estatales de turno.

La Mente Humana: ¡Lo Más Elevado de Todo lo Creado!

«El pensamiento es extremadamente valioso. Uno puede de hecho crear cosas con la mente.

Por ello, vigila cuidadosamente tus pensamientos, pues cada uno de ellos puede crear, literalmente, algo vivo.

Ten en cuenta que cuanto más elevada sea una facultad, más lejos puede llegar. Es posible arrojar algo lejos pateándolo, pero llegará más alto si utilizas tu mano. Más lejos aún llegarás con tu voz, llamando a alguien que está muy lejos. El oído llega más lejos aún, pues puedes escuchar sonidos como el de un disparo desde una distancia muy grande. Tu vista llega más lejos aún, percibiendo lo que hay en el cielo. Sin embargo, lo más elevado de todo es la mente, que es capaz de penetrar las alturas más excelsas. Debes por lo tanto cuidar tu mente por sobre toda las cosas.»

 

(Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov #46)

Los consejos de Tomásde Aquino a un estudiante para conseguir la sabiduría

Puesto que me preguntaste, carísimo en Cristo, Juan, cómo te debes comportar para lograr el tesoro de la ciencia, estos consejos te doy sobre el particular:

 

  1. No quieras entrar inmediatamente en el mar, sino a través de los riachuelos, pues a lo difícil se debe llegar por lo fácil.

 

  1. Te mando que seas taciturno (callado, observador)…

 

  1. Procura tener limpia la conciencia.

 

  1. No dejes de dar tiempo a la oración.

 

  1. Ama el retiro prolongado de la habitación si quieres entrar en la bodega de la sabiduría.

 

  1. Muéstrate amable con todos.

 

  1. No te preocupes de las cosas de los demás (de las habladurías y cosas sin importancia…)

 

  1. No te muestres demasiado familiar con nadie, porque la excesiva familiaridad engendra desprecio y resta tiempo al estudio (de dar “ciertas confianzas” a personas con las que no hay amistad…)

 

  1. No te entrometas en modo alguno en los dichos y hechos de los seglares.

 

  1. No quieras tratar de todo a la vez.

 

  1. Procura seguir los pasos de las personas buenas y santas.

 

  1. Encomienda a la memoria todo lo bueno que oyes, venga de quien venga.

 

  1. Procura entender lo que lees o escuchas.

 

  1. Clarifícate en las dudas.

 

  1. Esfuérzate en colmar la capacidad de tu mente, cual deseoso de llenar un vaso vacío.

 

  1. No intentes hacer lo que supera tu capacidad.

 

Si sigues este camino producirás durante tu vida en la viña del Señor hojas y frutos útiles. Si atiendes a mis consejos conseguirás lo que pretendes.

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Tiempo para explorar nuestra vida

«Contar los días, crear el tiempo.

No debemos sufrir pasivamente el tiempo; debemos construir nuestras vidas de tal modo que provoquemos que el tiempo se haga real.


Atraviesa pasivamente el tiempo.

Deja que el tiempo disuelva inexorablemente la vida. 

Construir la vida mediante la edificación consciente y activa de sus elementos en la kedusha (santidad) provoca que el tiempo trascienda hacia la eternidad, y que nosotros nos hagamos parte de esa sublime melodía».

Autor: Rab Akiva Tatz en su libro «Vivir Inspirado«.

¡Las Siete Cosas que la Instrucción del Eterno te aconseja dejar de hacer ya mismo!

 Diariamente, y desde lo más profundo del corazón, redimidos de todas las naciones me consultan acerca de cómo deben hacer para vivir una vida acorde a la intención del Eterno Dios. Considerando esas sinceras inquietudes, he dedicado un tiempo especial para responder por escrito lo que aquellos me demandan y, a la vez, servir a todos los que están en este momento conectados con estas líneas pastorales.
1.- Debes dejar las malas amistades.
«No erréis; los malos compañeros corrompen el buen carácter».
(1 Corintios 15:33)
Debemos escoger nuestros amigos de acuerdo con los principios bíblicos, porque de otra manera corremos riesgos graves. En todas las sendas de la vida deberíamos recordar la advertencia del Espíritu por medio de Pablo:
«No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso» 
(2 Corintios 6:14-18)
Separarse por causa de la verdad no es aislarse. Significa asociarse con las personas adecuadas para fines correctos y en el momento apropiado. De lo contrario cosecharemos los frutos de la advertencia que por medio de Santiago nos hace Dios:
    «¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios» 
(Santiago 4:4).
2.- Debes dejar de No enfrentar tus problemas.
Recuerda que el propósito eterno de Dios es perfecto y Él hará que sí o sí se cumpla en ti.
Primeramente, confía en que todo está bajo el control de la maravillosa soberanía del Eterno y Su maravillosa Providencia. El Eterno sabe lo que es mejor para ti y en su corazón tiene presente tus mejores intereses. Él le dijo a Jeremías: «los planes que tengo para ti son planes para prosperarte y no para dañarte, planes para darte esperanza y un futuro» (Jeremías 29:11). José entendió esta verdad cuando les dijo a sus hermanos que lo habían vendido como esclavo: «Ustedes pensaron dañarme, pero Dios lo pensó para bien» (Génesis 50:20). El rey Ezequías se hizo eco del mismo sentimiento al referirse a su enfermedad mortal: «Fue por mi propio bien que yo pasé ese tiempo tan difícil» (Isaías 38:17).
Siempre que Yahvéh te diga no a tu pedido de alivio, recuerda: «Dios está haciendo lo mejor para nosotros, entrenándonos para vivir para Él de la mejor y más sana manera» (Hebreos 12:10).
Si estás enfrentando un problema ahora mismo, no preguntes «¿Por qué a mí Dios?» Pregunta en cambio: «¿Qué quieres Señor que aprenda?«. Después confía en el Eterno Dios y sigue haciendo lo que es correcto.
«Ustedes necesitan tener fortaleza en el sufrimiento, para hacer la voluntad de Dios y recibir así lo que él ha prometido».
(Hebreos 10:36)
3.- Debes dejar de mentirte.
«Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos».
(Santiago 1:22)
¿Engañarse a uno mismo? Quizás esta idea nos parezca poco probable o incluso imposible. Pero es obvio que si el Eterno Dios nos advierte es por algo. Vale la pena, por lo tanto, que examinemos cómo podríamos caer en el auto-engaño y cuáles son algunas formas equivocadas de razonar que podrían llevarnos a ello.
¿Cómo podemos evitar que echen raíces en nuestra mente razonamientos erróneos que nos conduzcan al auto-engaño? Esforzándonos en todo momento por tener claro cuál es “la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios” (Rom. 12:2).
Uno de los mejores medios para lograrlo es estudar la Biblia a diario. De este modo, también conseguiremos que se fortalezca nuestra convicción de que el Eterno siempre interviene en el momento designado (Hab. 2:3).
4.- Tienes que dejar de complacer a las demás personas.
 “Si tienes miedo de la gente, tú mismo te tiendes una trampa;
pero si confías en Dios estarás fuera de peligro.”
(Proverbios 29:25 TLA)

Cuando nos preocupamos de lo que piensen los demás, dejamos que nos controlen. Perdemos mucho tiempo y energía tratando de averiguar lo que otros quieren que seamos y luego tratar de llegar a ser como ellos quieren.
Preocuparse por lo que otras personas piensan es peligroso, porque somos más propensos a ceder a la crítica. Esto significa que no siempre hacemos lo correcto, sino que hacemos lo que todo el mundo quiere que hagamos.
Y estamos en peligro de perder lo mejor del Eterno Dios, porque estamos tan preocupados por lo que los demás quieren que hagamos que no podemos dejar de pensar en lo que Yahvéh quiere que hagamos.
Te pido que tengas en cuenta estos tres hechos:
    Hecho # 1: No se puede complacer a todo el mundo. Ni siquiera Dios puede complacer a todos. Una persona ora para que llueva, otra ora para que sea soleado. ¿A quién Dios va a contestar? Dios no puede complacer a todo el mundo. Sólo un tonto trataría de hacer lo que ni siquiera Dios puede hacer.
    Hecho # 2: No es necesario complacer a todo el mundo. Hay un mito que dice que debes ser amado y aprobado por todo el mundo con el fin de ser feliz. Eso no es cierto. No tienes que complacer a todos con el fin de ser feliz en la vida.
    Hecho # 3: El rechazo no arruina tu vida. Duele, claro. No es divertido. Es incómodo. Pero el rechazo no arruina tu vida a menos que se lo permitas.
¡Deja de tratar de complacer a todo el mundo! Recuerda que nadie puede hacerte sentir inferior a menos que le des permiso.
5.- Tienes que dejar de aferrarte al pasado.
 
«Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está
delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios
en Cristo Jesús».
(Filipenses 3:13,14)

 

En este pasaje, el apóstol Pablo dice que una de las cosas que se esforzó por hacer fue “olvidar lo que queda atrás”. Seguramente Pablo trató de arreglar errores que había cometido antes y descubrió lo complicado e imposible que era. Sólo hay una cosa que podemos hacer con el pasado y es ¡dárselo al Eterno!

Cuando permitimos que Yahvéh tome control de nuestros desórdenes y los torne en milagros, el Padre tiene la habilidad de usar los errores que cometemos para nuestro bien, si sólo confiamos en Él.

Es importante dejar de pensar en el pasado para poder ver el diseño del Eterno Dios para hoy. No debes aferrarme al pasado por que entonces tu vida no podrá ver con claridad el hoy y no debes tampoco habitar con tu mente sólo en el futuro porque yo no sabes que es lo que el Eterno Dios ha preparado para ti.
¡Deja ya el pasado atrás! ¡Suéltalo!… ¡Deja que se vaya!… ¡Atrévete a decirle adiós!
6.- Deja de actuar como si todo estuviese bien. Si sientes la necesidad de llorar y desahogarte, hazlo.
 
«Bienaventurados los que lloran porque serán consolados …»
(Mateo 5:4)
Cuando los hombres de este sistema de cosas escuchan esta frase su reacción es decir, “¡qué tontería!» El llorar es algo que ellos intentan evitar. La filosofía de este mundo es: “olvídate de tus problemas. Alégrate”. El sistema de cosas está organizado para ayudar a la gente a alejarse del lloro. El entretenimiento es una de las grandes industrias. La televisión y la radio ofrecen una dieta amplia de risa. Al contrario, la Biblia dice “bienaventurados los que lloran”.
El lado opuesto de esto se encuentra en Lucas 6:25. Allá dice, “¡Ay de vosotros, los que ahora ríes! Porque lamentaréis y lloraréis”. Es una condenación de la indiferencia del mundo hacia a lo que es de suma importancia.
El Mesías Yeshúa habla de «llorar» como se llora la muerte de un ser querido. Significa llo­rar intensamente. No se refiere al «llorar» por ambiciones fallidas, ni por haber perdido riquezas, ni por haber sido avergonzado, ni por haber sido castigado por alguna maldad. No hay bendiciones para los que lloran por estas causas, a menos que se arrepienta. Tampoco promete bendición para aquellas almas pesimistas que viven lloriqueando por su mala suerte, diciendo que todo el mundo está en contra suya. Esta bendición se pronuncia sobre los que lloran:
(1) por los pecados propios,
(2) por los pecados de otros, y
(3) por el sufrimiento y la tristeza que hay en el mundo.
El llorar no es en sí una bendición, pero si produce arrepentimiento (teshuvá) y obediencia, trae bendición.
7.- Deja de quejarte y se agradecido.
“Aconteció que el pueblo se quejó a oídos del Señor… y ardió su ira. [y] consumió uno de los extremos del campamento” 
(Números 11:1)
Quejarse es una manera habitual hoy día en nuestras vidas de poder conseguir cosas o de poder creer que nos faltan cosas. Mentalmente nuestra sociedad el que no se queja no tiene.
¿A quien dañas realmente cuando te quejas?:
(a) A ti mismo. La queja conduce al enfado, a la amargura, y hasta a la depresión. El Señor te ama, y no desea que te dañes a ti mismo;
(b) A tu relación con el Eterno Dios. La queja cuestiona su carácter; de hecho es como si dijéramos: “Señor, lo has estropeado; tuviste la oportunidad de complacerme, pero al final lo has echado a perder”;
(c) A otros. Nadie disfruta siendo “miembro de la Brigada de los quejumbrosos”. Tus pensamientos negativos afectan a los que te rodean.
¿Alguna vez te has parado a pensar por qué el quejarse es tan popular, cuando en realidad no produce ningún cambio? ¡Porque ello satisface nuestra naturaleza egoísta!
Cada uno de nosotros tiene algo en su vida, acerca de lo cual ¡Dios no quiere escuchar ni una sola queja!
Es duro vivir con la adversidad, pero debes comprender esto: cuando te quejas, pierdes el derecho a la gracia divina que te permitirá sobrellevarla. La fortaleza y el gozo necesarios para experimentar la victoria están a nuestro alcance, pero si elegimos quejarnos o aferrarnos al “ídolo de una vida perfecta”, la perdemos.
En la epístola a los Hebreos, capítulo 13, versículo 17, dice que la queja no trae provecho, no trae satisfacción. En Santiago, capítulo 5, versículo 9, dice que la queja trae condenación. El murmurar, el quejarnos delante del Señor trae condenación. ¿No crees que es una actitud que deberíamos cambiar?
Hay muchas personas que darían cualquier cosa para estar en tu situación, mira a tu alrededor y aprecia y valora lo que tienes. Por lo tanto, en vez de quejarte sé agradecido. Ser agradecido es lo que moverá al Eterno Dios para impartirte fuerza.
Dice 1 Tesalonicenses 5:18 (PDT): «Den gracias a Dios siempre, esto es lo que él quiere para ustedes en Cristo Jesús.«
Dar gracias es la voluntad del Eterno Dios para nosotros. Esto es muy importante, según lo que expresa la primera carta a los tesalonicenses, Dios está esperando que nosotros como creyentes seamos agradecidos en todo momento. Entiéndelo cuando eres agradecido, estás cumpliendo con Su voluntad.
Más que nunca debemos comprender que el agradecimiento es clave para la multiplicación. El agradecimiento es clave para la extensión en nuestras vidas.
¡Los agradecidos serán los próximos líderes, prósperos, multiplicadores! … ¡De los agradecidos será todo lo prometido por el Eterno Dios!
¡Anhelo que estos tips de fe te permitan conectarte en plenitud con la Intención bendita del Eterno Dios!
¡Shalom!

Todo Momento Es Precioso

 (Autor Anónimo)

Para darte cuenta del valor de UN AÑO
Pregúntale a un estudiante que ha fallado su examen.

Para darte cuenta del valor de UN MES
Pregúntale a una madre que ha dado a luz a un niño prematuro.

Para darte cuenta del valor de UNA SEMANA
Pregúntale al editor de un periódico semanal.

Para darte cuenta del valor de UN DÍA
Pregúntale a un trabajador jornal que tiene diez hijos que alimentar.

Para darte cuenta del valor de UNA HORA
Pregúntale a quienes esperan a un ser querido que está en cirugía.

Para darte cuenta del valor de UN MINUTO
Pregúntale a la persona que perdió el tren.

Para darte cuenta del valor de UN SEGUNDO
Pregúntale a una persona que ha sobrevivido un accidente.

Para darte cuenta del valor de UN MILISEGUNDO
Pregúntale a la persona que ganó la medalla de plata en las olimpiadas.

Aprovecha todo momento y sé un campeón en lo que sea que aspires hacer.

Diez consejos para el Pueblo de Dios de John Bunyan

Concluiré este discurso con los siguientes consejos para el pueblo de Dios:

1. Cree que, tan cierto como que estás en los caminos de Dios, encontrarás tentaciones.

2. Por tanto, espéralas desde el primer día de tu entrada en la congregación de Cristo.

3. Cuando lleguen, ruega a Dios que te guíe y ayude a pasarlas.

4. Vigila cuidadosamente- tu propio corazón; que, no te engañe en contra de las evidencias del cielo, ni en tu andar con Dios en este mundo.

5. No te fíes de las lisonjas de los falsos hermanos.

6. No te apartes de la vida y el poder de la Verdad.

7. Mira mayormente a las cosas que no se ven.

8. Desconfía de los pecados pequeños.

9. Que la promesa no se enfríe en tu corazón.
10. Renueva tu actitud de fe en la sangre de Cristo.
11. Medita en la obra de tu regeneración.
12. No renuncies a correr con los que van en cabeza en la, carrera.
La gracia sea con vosotros… John Bunyan, 1660.

Cosas de Einstein

Albert Einstein (1879-1955) Premio Nobel de Física en 1921.

Gozó de una rapidez mental propia de un genial humorista.

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Un periodista le preguntó a Einstein:
¿Me puede UD. explicar la Ley de la Relatividad?
Y Einstein le contestó:
¿Me puede UD. explicar cómo se fríe un huevo?
El periodista lo miró extrañado y le contesta:
Pues sí, sí que puedo.
A lo cual Einstein replicó:
Bueno pues hágalo, pero imaginando que yo no sé lo que es un huevo, ni una sartén, ni el aceite, ni el fuego.
No se ofenda, pero en otras palabras, seria como explicarle calculo diferencial a un león en el zoológico.
¿entendió esto?
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Durante el nazismo Einstein, a causa de ser judío debió de soportar una guerra en su contra a fin de desprestigiar sus investigaciones.
Uno de estos intentos se dio cuando se compilaron las opiniones de 100 científicos que contradecían las de Einstein editadas en un libro llamado:
‘Cien autores en contra de Einstein’.
A esto Einstein respondió:
¿Por qué cien?
Si estuviese errado haría falta sólo uno.
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En una conferencia que Einstein dio en un Colegio de Francia,
el escritor francés Paul Valery le preguntó:
Profesor Einstein cuando tiene una idea original
¿qué hace?
¿La anota en un cuaderno o en una hoja suelta?
A lo que Einstein respondió:
Cuando tengo una idea original no se me olvida.
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Einstein tuvo tres nacionalidades: alemana, suiza y estadounidense.
Al final de su vida un periodista le preguntó que posibles repercusiones habían tenido sobre su fama estos cambios.
Einstein respondió:
Si mis teorías hubieran resultado falsas los estadounidenses dirían que yo era un físico suizo, los suizos que era un científico alemán, y los alemanes que era un astrónomo judío.
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Se cuenta que en una reunión social Einstein coincidió con el actor Charles Chaplin.
En el transcurso de la conversación Einstein le dijo a Chaplin:
Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal todo el mundo le comprende y le admira.
A lo que Chaplin respondió:
Lo suyo es mucho más digno de respeto:
todo el mundo lo admira y prácticamente nadie lo comprende.
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Y por último uno de los chistes favoritos que Einstein relatara en reuniones con políticos y científicos.
Se cuenta que en los años 20 cuando Albert Einstein empezaba a ser conocido por su Teoría de la Relatividad era con frecuencia solicitado por las universidades para dar conferencias.
Dado que no le gustaba conducir y sin embargo el coche le resultaba muy cómodo para sus desplazamientos contrató los servicios de un chofer.
Después de varios días de viaje Einstein le comentó al chofer lo aburrido que era repetir lo mismo una y otra vez.
– ‘Si quiere -le dijo el chofer- lo puedo sustituir por una noche.
He oído su conferencia tantas veces que la puedo recitar palabra por palabra.’
Einstein estuvo de acuerdo y antes de llegar al siguiente lugar intercambiaron sus ropas y Einstein se puso al volante.
Llegaron a la sala donde se iba a celebrar la conferencia y como ninguno de los académicos presentes conocía a Einstein no se descubrió la farsa.
El chofer expuso la conferencia que había oído repetir tantas veces a Einstein.
Al final un profesor en la audiencia le hizo una pregunta..
El chofer no tenía ni idea de cuál podía ser la respuesta, sin embargo tuvo una chispa de inspiración y le contestó:
La pregunta que me hace es tan sencilla que dejaré que se la responda la persona que se encuentra al final de la sala…
QUE ES MI CHOFER»
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«…si un día usted tiene que elegir entre el mundo y el amor…

Acuérdese: si elige el mundo se quedará sin el amor,

pero si elige el amor, con él conquistará el mundo.»

Los tres Amigos de la Vida

 Durante nuestras vidas tenemos tres amigos principales, y cuando fallecemos, ellos nos dejan en el orden inverso a la importancia que les asignamos. Apenas nuestra alma deja nuestro cuerpo, toda nuestra riqueza huye con ella. Los familiares son más leales, y caminan con nosotros después de nuestro fallecimiento hasta el cementerio, el cual será nuestro lugar de descanso final. Entonces, ellos también nos dejan y siguen con sus vidas. Sólo nuestro nombre, las buenas acciones que hicimos por otros y la influencia que tuvimos sobre ellos se mantienen luego de nuestra muerte y nos ofrecen un poco de inmortalidad.
¿No es extraño entonces que pasemos la mayor parte de nuestras vidas persiguiendo dinero, que pasemos mucho menos tiempo del que deberíamos con nuestras familias, ¡y que invirtamos tan pocos de nuestros esfuerzos en lograr aquellas cosas por las que seremos recordados!?

 

Quizás nos sintamos identificados con las profundas palabras del autor contemporáneo Emile Henry Gauvreay:

 

«Fui parte de una extraña
raza de personas que fueron acertadamente descritas como personas que pasan sus
vidas haciendo cosas que detestan, para ganar dinero que no quieren, para
comprar cosas que no necesitan, para impresionar a personas que odian». 

 

Es hora que reflexionemos qué cosa merece realmente nuestras lágrimas. Queremos por sobre todo ser felices. Nuestra cultura sigue diciéndonos que la forma de ser felices es tener más dinero. Entonces podremos comprar más cosas que nos darán más placer. Y cuando no nos dan el placer esperado, nos dicen que realmente necesitamos aún más dinero para comprar cosas más grandes y mejores, por lo que tenemos que aceptar más trabajo y más estrés ya que sólo entonces seremos realmente felices. Por lo tanto, vemos cada vez menos a nuestras familias y acumulamos cada vez más posesiones, pero finalmente terminamos descubriendo cuán verdadera es la advertencia que nos hace Pirkei Avot al decir que «mientras más propiedades, más preocupaciones«.
«La riqueza es como la salud: A pesar de que su ausencia puede generar miseria, tenerla no garantiza felicidad«, concluye el Dr. David Myers. «En todo caso, a juzgar por elevadas tasas de depresión, la quintuplicación de la tasa de crimen violento desde 1960, la duplicación de la tasa de divorcio y la triplicación de la tasa de suicidio adolescente, hoy en día somos más ricos y menos felices«.
«La satisfacción no se trata tanto de conseguir lo que quieres sino de querer lo que tienes. Hay dos formas de ser rico: Una es tener una gran riqueza y la otra es tener pocas necesidades«, dice Myers. «Encuentra formas de sacar el mejor provecho al dinero que pasa por tus manos y nunca pierdas de vista todas las cosas que son mucho más importantes que el dinero«.

Derechos defendidos… dignidad no negociada

Primer día de clase, el profesor de «Introducción al Derecho» entró en la habitación y lo primero que hizo fue pedir el nombre de un estudiante que estaba sentado en la primera fila:
– ¿Cuál es su nombre?
– Mi nombre es Nelson, Señor.
– ¡Fuera de mi clase y no vuelva nunca más! – Gritó el maestro desagradable.
Nelson estaba desconcertado. Cuando volvió en sí, se levantó rápidamente recogió sus cosas y salió de la habitación.
Todo el mundo estaba asustado e indignado, pero nadie habló.
– ¡Muy bien! – Vamos a empezar.
– ¿Para que sirven las las leyes? Preguntó el maestro – los estudiantes seguían asustados, pero poco a poco empezaron a responder a su pregunta:
– Para tener un orden en nuestra sociedad.
– ¡No! – Respondió el profesor.
– Para cumplirlas.
– ¡No!
– Para que las personas equivocadas paguen por sus acciones.
– ¡No!
– ¿Alguien sabe la respuesta a esta pregunta!
– Para que se haga justicia – una muchacha habló con timidez.
– ¡Por fin! Es decir, por la justicia.
Y ahora, ¿qué es la justicia?
Todos empezaron a molestarse por la actitud tan asquerosa del profesor.
Sin embargo, continuaron respondiendo:
– A fin de salvaguardar los derechos humanos …
– Bien, ¿qué mas ? – Preguntó el maestro.
– Para diferenciar el bien del mal, para recompensar a aquellos que hacen el bien …
– Ok, no está mal, pero respondan a esta pregunta:
«Actué correctamente al expulsar a Nelson del aula?»
Todos estaban en silencio, nadie respondió.
– Quiero una respuesta por unanimidad!
– ¡No! – Todos contestaron con una sola voz.
– Se podría decir que he cometido una injusticia?
– ¡Sí!
– ¿Y por qué nadie hizo nada al respecto? Para que queremos leyes y reglas, si no tenemos la voluntad necesaria para practicarlas? Cada uno de ustedes tiene la obligación de hablar cuando es testigo de una injusticia. Todos . No vuelvan a estar en silencio, nunca más! Vayan a buscar a Nelson – dijo. Después de todo, él es el maestro, yo soy un estudiante de otro período.
Aprendan: Cuando no defendemos nuestros derechos, se pierde la dignidad y la dignidad no puede ser negociada.

10 Ladrones de tu Energía Vital

1- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea en tu mente.

2- Paga tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.

3- Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer, es decir NO desde el principio.

4- Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.

5- Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.

6- Tira, recoge y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.

7- Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.

8- Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo; toma la acción necesaria.

9- Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir y pelear contra una situación que no puedes cambiar.

10-Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.

La piedra

El distraído tropezó con ella.
El violento la utilizó como proyectil.
El emprendedor, construyó con ella.
El campesino, cansado, la utilizó de asiento.
Para los niños, fue un juguete.
Drummond la poetizó.
David, mató a Goliat.
Y Miguel Angel le sacó la más bella escultura.
En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra ¡sino en el hombre!.
No existe «piedra» en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento.
Autor desconocido.
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Decálogo del HOY

1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mi mismo.
3. Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en este también.
4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos.
5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura; recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
7. Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos procuraré que nadie se entere.
8. Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9. Sólo por hoy creeré firmemente aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo.
10. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.
Autor: Angelo Giuseppe Roncalli

Cambia tus Palabras…Cambia tu Mundo

¿Cómo podemos utilizar el poder de las palabras de una manera alentadora y estimulante?

poder-palabras

Las palabras expresan tu poder creativo y que no solamente son sonidos o símbolos escritos, sino que también son la fuerza que constituye tu poder para crear. Crear tu salud, tu amor, tu prosperidad, tu éxito,  tu paz y tu tranquilidad.
Nosotros generamos confianza a través de las palabras y del uso que les damos, bien sea hablando o por escrito. Es en esto dónde reside el auténtico poder de la verdadera comunicación.
Si tenemos la capacidad de captar la atención de las personas con nuestras palabras, bien sea por lo que podemos decir o por la forma en que lo hacemos, podríamos también transmitir confianza y seguridad, calma, seriedad, respeto, y con esto logramos crear un vínculo entre nosotros y nuestros oyentes o lectores, lo cual terminará con un feedback cargado de satisfacción de parte de nuestro interlocutor.
Cualquier mensaje que realicemos si le añadimos el grado adecuado de emoción, hace que su efecto aumente y sea recibido por muchas más personas. En este caso es para una buena causa, pero como todo, las emociones también pueden manipularse y ser utilizadas para fines menos adecuados o altruistas. Lo siento, es una herramienta muy utilizada actualmente: ganarse a las personas a través del corazón.
Yo pregunto: ¿Qué hacemos para poder mejorar nuestra comunicación? ¿Necesitaremos cambiar nuestras palabras, para así cambiar nuestro mundo?
Vi un vídeo de un spot publicitario de la empresa especialista en contenidos on-line, Purplefeather, y quise compartirlo con ustedes… su mensaje es corto pero poderoso:
Es un pequeño momento de reflexión. Me gustaría conocer sus opiniones y comentarios… les dejo el vídeo, espero les guste y les alegre el día.