Sabiduría Diaria

Tu brillo opaca al envidioso (Fábula de la luciérnaga y la serpiente)

Fábula de la luciérnaga y la serpiente
 
En cierta ocasión una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía muy rápido y llena de miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir en su intento de alcanzarla.
La luciérnaga pudo huir durante el primer día, pero la serpiente no desistía. Dos días y nada. Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga detuvo su agitado vuelo y le dijo a la serpiente:
_ «¿Puedo hacerte tres preguntas?», dijo el insecto.
_ «No acostumbro a responder pregunta alguna a mis víctimas, pero como te voy a devorar, puedes hacerlo«, respondió la serpiente.
«Entonces dime», dijo la luciérnaga, «¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?»
_ «¡No!», contestó la serpiente.
_ «¿Yo te hice algún mal?«, cuestionó por segunda vez la luciérnaga
_ «¡No!», volvió a responder el ofidio cazador.
_ «Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?»
_ «¡Porque no soporto verte brillar!», fue la última respuesta de la serpiente.

Moraleja

La envidia es un deseo de destrucción, de odio. La envidia tratará de destruirte a través de la persecución abierta o de descalificación, de la calumnia. Su objetivo será siempre el mismo: perseguirte hasta la aniquilación de tu existencia. 
 
Recién cuando tu estima y tu identidad estén seguros de tus capacidades y habilidades, cuando hayas determinado que nada te moverá del objetivo a seguir, nunca nadie más logrará eficacia desde su envidia.

El poder de una sílaba

 

 

Hasta la choza de un viejo maestro llegaron los ancianos del Consejo de un antiguo pueblo. Venían a consultar al sabio sobre un problema del pueblo.

Desde hacía mucho y pese a todos los esfuerzos del Consejo, los habitantes habían empezado a hacerse daño. Se robaban unos a otros, se lastimaban entre sí, se odiaban y educaban a sus hijos
para que el odio continuara.

-Siempre hubo algunos que se apartaban de la senda -dijeron los consejeros-, pero hace 10 años comenzó a agravarse y desde entonces empeoró mes a mes.

-¿Qué pasó hace diez años? -preguntó el maestro.

-Nada significativo -dijeron los del Consejo-. Por lo menos nada malo.

Hace 10 años terminamos de construir entre todos el puente sobre el río. Pero eso, sólo trajo bienestar y progreso al pueblo.

-No hay nada de malo en el bienestar -dijo el sabio-, pero sí lo hay en comparar mi bienestar con el de mi vecino.

No hay nada de malo en el progreso, pero sí en querer ser el que más ha progresado. No hay nada de malo en las cosas buenas para todos, pero sí en competir por ellas. La solución es un cambio de sílaba…

-¿Cambio de sílaba? -preguntaron los del Consejo.

-Debéis enseñar a cada uno de los habitantes del pueblo que si a la palabra competir le cambian la sílaba central PE, por la más que significativa sílaba PAR, se crea una nueva palabra: comPARtir. Una vez que todos hayan aprendido el significado de compartir, la competencia no tendrá sentido, y sin ella el odio y el deseo de dañar a otros será sepultado para siempre.

Intentemos incorporar a nuestro proceder este simple cambio de sílaba y lo que ello implica en la interrelación de las personas.

Dos buenos amigos

Dos buenos amigos estaban realizando un viaje por el desierto, el camino era largo así que charlaban animadamente para poder abstraerse del calor y la fatiga.
La conversación que estaban manteniendo les llevó a un punto de discusión, entonces uno de ellos muy enojado, propinó una sonora bofetada en la cara al otro.
El amigo que recibió el golpe, se sintió muy mal pero nada dijo, se agachó y escribió en la arena: “Hoy mi mejor amigo me ha dado una bofetada muy fuerte en la cara”.
Durante unas horas nadie dijo nada, ambos se miraban pero ninguno sabía que decir al otro, sus cantimploras estaban casi vacías, estaban sudorosos, sucios y cansados hasta que por fin llegaron a un oasis.
Sin pensarlo dos veces, los dos amigos se echaron al agua, entonces el hombre que había recibido la bofetada empezó a ahogarse, su amigo sin dudarlo le agarró con fuerza y le salvó de una muerte segura.
Cuando el accidentado se recuperó, sacó de su bolsillo un estilete y grabó en una roca las siguientes palabras: “Hoy mi mejor amigo me salvó la vida”.
El salvador perplejo le dijo al amigo: “Me gustaría que me explicases,¿ por qué cuando te he abofeteado has escrito lo ocurrido en la arena y ahora que te he salvado la vida lo has gravado en una roca?”.
Con una gran sonrisa y lágrimas en sus ojos, el amigo le respondió: “Si un amigo nos ofende, tenemos que escribir esa ofensa el la arena, el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo para siempre; sin embargo, cuando nuestros amigos hacen algo maravilloso o especial por o para nosotros, debemos gravarlo en las roca de nuestro corazón, allí ningún viento del mundo podrá borrarlo jamás”.

Lo que Dios esconde, sus reyes lo encuentran

 Autor: P.A. David Nesher

«Es gloria de Dios tener secretos, y honra de los reyes penetrar en ellos e investigar su sentido».

 

Proverbios 25: 2

En estos días algunos discípulos me han consultado acerca del por qué el Eterno Dios no habla en términos más abiertos, como la voz audible, las señales visibles y otras formas rimbombantes. La respuesta específica no la poseo, pero sí puedo asegura que las Escrituras Santas indican que YHVH (léase Yahvéh) recibe más gloria cuando oculta las cosas que cuando las hace obvias; porque es más glorioso para él ocultar sus asuntos y después desafiarnos a buscar e indagar en ellos. Es bien claro este propósito en la respuesta que Jesús de Nazaret diera a sus discípulos cuando estos lo cuestionaran por su método pedagógico de usar parábolas. Él les revela que existe un deleite yahvista de ocultar la verdad, de tal modo que sólo los hambrientos de ésta puedan comprenderla (vean Mateo 13:11,18-23). A ese tipo de gente se la conoce en los ámbitos celestes cómo reyes.
Desde estas aseveraciones, podemos concluir que el Eterno por misericordia no concede la revelación a quienes no tienen hambre de la verdad, ya que si no están hambrientos de la misma es muy probable que no la obedezcan cuando la escuchen.
Debemos comprender que la revelación de la Verdad confiere poder. Y sabemos que todo poder siempre conlleva asumir una gran responsabilidad. Por ello, el hambre por la Verdad, es el que prepara nuestros corazones para soportar su peso. Por ende, al retraer la revelación de quienes no tienen hambre, en realidad Dios los está protegiendo de cierto fracaso en cuanto a la responsabilidad que él los haría asumir, de modo que la oculta aunque no de nosotros sino para nosotros.
En la ecuación de la sabiduría salomónica se destaca un hecho maravilloso: “… Es honra de los reyes penetrar en ellos (los secretos divinos) e investigar su sentido”.
Sabemos por lo que la Escritura revela que, en Jesucristo, somos hechos reyes y sacerdotes para nuestro Dios (Ap. 1:6). Haciendo una síntesis de los lineamientos escriturales considerados, es
claro que nuestra identidad regia solamente se manifiesta y brilla cuando escudriñamos los asuntos ocultos sabiendo que tenemos el permiso legal para acceder a los mismos. Las cosas grandes y ocultas del Eterno son nuestra heredad (Jeremías 33:3). Nuestra condición de reyes y nuestra capacidad para gobernar, logran su efectiva y concreta manifestación cuando buscamos a Dios
con el objetivo de dar respuesta a los distintos desafíos existenciales que plantea el sistema de cosas actual.
Retornando a las enseñanzas de nuestro amado Maestro. Retomando el cuestionamiento de sus discípulos ante el hecho de enseñar ocultando los asuntos del Reino en el recurso de las parábolas, el Mesías Jesús contestó: …“Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha
concedido»
(Mateo 13:11)
Finalizando nuestra meditación, debemos aceptar que las cámaras regias del Padre están abiertas legalmente para nosotros. Hoy, y cada día de nuestra eternidad, podemos acceder confiadamente a ellas a fin de escrutar todos los misterios celestiales allí escondidos.
¡Es así de maravilloso y también así de sencillo! Los asuntos de gobierno divino esperan día a día por nosotros. Es un desafío cotidiano usar la fe que nos ha sido dada para que esta herencia nos permita manifestarnos como respuestas mesiánicas para las naciones que hoy nos reclaman.

El mal es la ausencia de la fe

En 1902, un reputado profesor en una famosa Universidad le preguntó a un alumno si fue Dios quien creó todo lo que existe en el universo?
El estudiante respondió: Sí
Él volvió a preguntar: ¿qué hay del mal? ¿Dios ha creado también el mal?
El estudiante permaneció en silencio ….
Entonces el estudiante consulto si podía contestar con otra pregunta para él?
El profesor le permitió hacerlo.
Él preguntó: ¿existe el frío?
El profesor dijo: ¡sí! acaso usted no siente el frió, estimado.
Estudiante dijo: Siento decirle que esta usted equivocado señor.
El frío es la ausencia total de calor .. No existe el frio, sólo existe la ausencia de calor.
Luego el estudiante volvió a preguntar otra vez: ¿existe la oscuridad?
El profesor dijo: ¡sí!
Estudiante respondió:
«Estimado profesor, lamento decirle que esta usted otra vez equivocado. No hay tal cosa como la oscuridad. En realidad la oscuridad, es solo la ausencia de luz. 
¡Señor! Siempre hemos estudiado la luz y el calor, pero no estudiamos ni el frío ni la oscuridad. Del mismo modo, el mal no existe. En realidad, es la ausencia de amor, de fe y de verdadera creencia en Dios».
Aquel estudiante se llamaba Albert Einstein.

El mal es simplemente la ausencia de Dios from Monte Santo on Vimeo.

La Montaña de las Dificultades

Un día se reunieron en asamblea todos los animales para elegir al rey de la selva. Todos reconocieron que el más fuerte y poderoso era el león, pero en la selva había tres leones: «¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos sería nuestro rey?»

Los leones supieron de la reunión y comentaron entre si:
– «Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos, ya que somos muy amigos… ¡Necesitamos saber cual será el elegido!, pero ¿Cómo descubrirlo?«

Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, le comunicaron a los tres leones la decisión tomada:
«Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que ustedes tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro rey«.
La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.

El primer león intentó escalar y no pudo llegar.

El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado.

El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.

Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?
En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:
Yo sé quien debe ser el rey!

Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.
_»¿Cómo?» … Preguntaron todos.
_ «Es simple«… dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.
El primer león dijo:
– «¡Montaña, me has vencido!«
El segundo león dijo:
– «¡Montaña, me has vencido!«
El tercer león dijo:
– «¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo

La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: él es el rey de si mismo, y está preparado para ser rey de los demás.

Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado. El rey de los animales.

Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o situaciones que tengas. Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú. Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos.

Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.

La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. !Tu todavía estas creciendo!

Vida después del parto

En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés gemelos polemizando acerca de la existencia y su propósito. 
Uno pregunta al otro:  -¿Tú crees en la vida después del parto? 
– Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde. 
– ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?
– No lo sé pero seguramente… habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca. 
– ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos. Yo te digo una cosa: la vida después del parto está excluida. El cordón umbilical es demasiado corto. 
– Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea sólo un poco distinto a lo que estamos acostumbrados a tener aquí.
– Pero nadie ha vuelto nunca del más allá, después del parto. El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es más que una angustiosa existencia en la oscuridad que no lleva a nada. 
– Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará. 
– ¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella? 
– ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos. Sin ella todo este mundo no existiría. 
– ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista. 
– Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando o sentir cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?… Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella.
¿Te dice algo este diálogo?

Afilando el hacha para ganar el campeonato

 

Recientemente tuvo lugar el “Campeonato Mundial de Leñadores” que se celebra todos los años en Canadá. ¿Los finalistas? Un Canadiense y un Noruego llamados Peter y Johann respectivamente.

Su tarea era muy sencilla. A cada uno de ellos se le adjudicó un sector del bosque. Aquel que talara más árboles entre las ocho de la mañana y las cuatro de la tarde, sería el ganador.

A las ocho en punto sonó el silbato y los dos leñadores se pusieron manos a la obra con destreza. Iban talando intercambiando golpe tras golpe hasta que a las nueve menos diez el Canadiense oyó que el Noruego se detenía… Advirtiendo su oportunidad, ¡el Canadiense redobló sus esfuerzos!

A las 9, el Canadiense oyó que el noruego comenzaba a talar otra vez. Una vez más parecía que iban talando intercambiando golpe tras golpe, ¡hasta que a las diez menos diez el Canadiense oyó que el Noruego se detenía! El Canadiense perseveró, decidido a sacar el mayor partido posible de la debilidad de su adversario.

A las diez en punto, el Noruego comenzó a talar de nuevo. Hasta que a las once menos diez hizo una nueva pausa. La confianza del Canadiense iba en aumento — podía “oler” la victoria y prosiguió con su ritmo regular y constante.

Y así sucesivamente a lo largo de todo el día. Cada hora a menos diez, el Noruego paraba y el Canadiense seguía talando. Cuando sonó el silbato a las cuatro de la tarde señalando el final de la competencia, ¡el Canadiense estaba absolutamente convencido de que el premio era suyo! Te podrás imaginar cuál sería su sorpresa al descubrir que había perdido…

¿Cómo lo hiciste?” le preguntó al Noruego. “Cada hora a menos diez oía que te parabas. ¿Cómo demonios pudiste cortar más árboles que yo? ¡No es posible!

Pues realmente es muy sencillo,” respondió el Noruego con franqueza. “Cada hora a menos diez, paraba. Y mientras tú seguías talando, yo me dedicaba a afilar el hacha…

Enseñanza: Es conveniente darnos tiempo para afilar nuestras habilidades, destrezas y conocimientos, manteniéndolas al día, y actualizándolos constantemente mediante la capacitación. Recordemos que las destrezas y habilidades que usamos ayer,… quizá no sean suficientes para el día de mañana.

¿Hace cuanto tiempo que no paras de trabajar para afilar tu hacha?. ¿Hace cuanto tiempo que no refuerzas tus conocimientos empresariales para mejorar tu gestión?. ¿Hace cuanto tiempo que no haces algo distinto en tu empresa como planificar estratégicamente el marketing?

Tu comentario es mi motivación.

Oportunidades descalzas

En una ocasión, dos vendedores de zapatos fueron enviados a una isla desconocida y lejana con la difícil tarea de vender zapatos allí. Uno de los vendedores de zapatos se llamaba Ramón, el otro se llamaba René. Veamos los reportes que ambos zapateros dieron a su jefe al llegar a la isla:
El reporte de Ramón: Jefe, han sido dos días agotadores de viaje, la comida estuvo malísima y me enfermé del estomago en el barco, pero bueno, al fin llegué a la isla. Desgraciadamente, le tengo pésimas noticias. La gente aquí es tan atrasada que ni siquiera usan zapatos, ellos simplemente andan descalzos. Me devuelvo mañana mismo para allá. Lo siento!…
El reporte de René: Hola jefe, el sol por aquí es radiante y la brisa marina increíblemente refrescante. He tenido dos días completos para organizar mi trabajo en la isla, y hasta le pude ayudar al chef del barco a preparar unos platillos. Le tengo magníficas noticias, aquí todos necesitan zapatos, repito, nadie tiene zapatos…vamos a hacer una venta loca. Por favor, envíeme lo antes posible todos los zapatos que tenga en bodega, se que los voy a vender todos. No me espere pronto…!
Pareciera que ambos vendedores fueron a lugares distintos, pareciera que viajaron en diferentes barcos, pero lo cierto del caso es que ambos fueron a la misma isla en el mismo barco en el mismo momento. Entonces, ¿qué marcó la diferencia? Sin duda alguna, fue la actitud de cada uno de ellos tuvo frente a las circunstancias que se les presentaron.
¿Qué hay de ti?; ¿vas a dejar que los pies descalzos te desanimen?
Te aconsejo que mires las oportunidades, en lugar de ver los problemas.

El naufragio

El único sobreviviente de un naufragio llegó a la playa de una diminuta y deshabitada isla. Pidió fervientemente a Dios ser rescatado, y cada día escudriñaba el horizonte buscando ayuda, pero no parecía llegar. 
Cansado, finalmente optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y almacenar sus pocas pertenencias. 
Entonces un día, tras de merodear por la isla en busca de alimento regresó a su casa para encontrar su cabaña envuelta en llamas, con el humo ascendiendo hasta el cielo. Lo peor había ocurrido, lo había perdido todo. 
Quedó anonadado de tristeza y rabia. «Dios, ¿cómo pudiste hacerme esto?», se lamentó. Sin embargo, al día siguiente fue despertado por el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a rescatarlo.
_»¡¿Cómo supieron que estaba aquí?!», preguntó el cansado hombre a sus salvadores.
_»Vimos su señal de humo que Ud. nos hizo», contestaron ellos.

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Reflexión:
Es fácil descorazonarse cuando las cosas marchan mal, pero no debemos desanimarnos porque Dios trabaja en nuestras vidas aún en medio del dolor y el sufrimiento.

Recuerda la próxima vez que tu cabaña se vuelva humo, puede ser la señal de que la ayuda y gracia de Dios vienen en camino.

El peso de las termitas

Autor: Serafín Contreras G.
¿Cuál es el peso de las termitas?
Todas las termitas del mundo juntas pesan 10 veces más que todos los humanos juntos.
Hay cosas en la vida que parecen menudas e insignificantes pero cuando se acumulan pueden pesar mucho más de lo que creemos, como varios resentimientos guardados, varios descuidos o pequeños detalles ignorados.
Cantares 2:15  “Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos, nuestros viñedos en flor”.
Levítico 26:39 “Aquellos de ustedes que sobrevivan serán abatidos en país enemigo, porque a sus pecados se añadirá el de sus padres”.
Ha veces ignoramos las pequeñas cosas. Son las pequeñas cosas las que pueden detener una gran maquinaria, puede ser un resorte, un tornillo etc. Así es en la relaciones. No podemos ignorar las pequeñas cosas en nuestra vida.
No hay nada insignificante en la vida. Un pequeño pecado según nuestra perspectiva puede detener la maquinaria espiritual.

Mi propósito y el destino de la humanidad

Escuché esta frase:
«Todo lo que podemos decidir es qué haremos con el tiempo que nos dieron.» La pronunciaba Gandalf a Frodo al final de la película «La Comunidad del Anillo» (de la saga «El Señor de los Anillos»).

Aquellas palabras encierran lo que en el Camino de la Vida he conocido. El Señor me ha hecho comprender que mi vida no es un accidente. Muy por el contrario mi vida tiene un propósito. Un propósito que forma parte del destino de todos los seres humanos. Y esa parte es, precisamente, mi propio destino.

Hay un destino al que se dirige la historia de toda la Tierra, y en el que queda comprendido el destino de cada uno de los seres humanos que en ella han vivido, viven y aún vivirán.

Por eso, sé que he acertado al aceptar mi destino y dedicar todos mis esfuerzos a la realización del propósito de mi existencia en la Vida.

Muchos seres humanos tratan de escapar a su destino. Todo el que lo intenta, se verá condenado al fracaso. En cambio, quienes comprenden el propósito de su existencia, lo aceptan tal cómo se el Eterno se los revela y se esfuerzan en cumplirlo, triunfan siempre, aunque a veces tengan que soportar grandes padecimientos y sufrir una derrota tras otra antes del triunfo final (Romanos 8: 28).

Eso es, precisamente, la libertad. No se puede guiar el curso de la historia, ni siquiera de los acontecimientos que se refieren a la vida personal. Pero puede decidirse la actitud ante el propio destino, y esa es la única libertad que en realidad tiene alguna relevancia; de esa elección se deriva lo único importante: la condena o la salvación que el Propósito Eterno de Dios encierra en sí mismo.

Anhelo que este pensamiento despierte tu conciencia de hijo.

P.A. David Nesher

Valorar el papel vital de cada uno

Cierto día, un capitán de barco y su rudo jefe de ingenieros
conversaban.
Empezaron a discutir sobre quién era más importante de los
dos para que el barco navegara.
Como la discusión se tornó acalorada, el capitán decidió que
por un día cambiarían de trabajo. El jefe de ingenieros estaría en el puente de
mando y el capitán en la sala de máquinas.
A sólo unas pocas horas de haber iniciado el experimento, el
capitán salió de la sala de máquinas. Venía sudado y sus manos, su cara y su
uniforme estaban llenos de grasa y aceite.
_ «Jefe», le dijo, «creo que tiene que venir a la sala de
máquinas. No puedo hacer que los motores anden
».
Por supuesto que no puede»,
le dijo el jefe de ingenieros. «Acabo de encallar el barco».
Que tontería en la vida es cuando comenzamos a creer que
somos los únicos y que el mundo depende solo de nosotros. En la vida estamos
rodeados de personas y cada uno tiene un papel vital que desarrollar.
Necesitamos aprender a considerar al otro y saber que cada uno es experto en
algo y cuando nos unimos el barco de la vida puede marchar. Dios nos ha dado
dones y capacidades a cada uno, pero siempre dejemos que Él sea el capitán del
barco.
1 Corintios 1:10
«Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros
divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un
mismo parecer».
Colosenses 2:2
«Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor,
hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el
misterio de Dios el Padre, y de Cristo».

Definición de HIJO

Autor: José Saramago
«Hijo es un ser que nos prestaron para un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y de nosotros aprender a tener coraje. 
Sí, ¡es eso!
Ser padre o madre es el mayor acto de coraje que alguien puede tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo de perder algo tan amado. 
¿Perder? ¿cómo?
No es nuestro, ¿recuerdan?
Fue apenas un «préstamo».
Cierto, pero es un préstamo que llega a convertirse en el don más preciado que jamás llegamos a tener en el efímero tiempo que dure el empréstito.
Un préstamo por el que damos la vida, sabiendo que hay que devolverlo.
Un préstamo sin intereses pero cuyo cuidado lleva implícito ¡el más alto sacrificio y la defensa más sólida!
Cuida tu préstamo, muchos lo querrán, otros lo odiaran.
¡Sin embargo para ti no tiene precio!»

Cinco lamentos del ser humano antes de morir

¡Estamos a tiempo de reaccionar, no esperemos el final de nuestras vidas…!
Bronnie Ware pasó años trabajando en cuidados paliativos, atendiendo a pacientes terminales en sus últimas 12 semanas de vida.  Le impactó tanto que decidió contar su experiencia en un blog llamado “Inspiration and Chai”, donde reprodujo los últimos deseos de sus pacientes.
El éxito fue tal que al poco tiempo lo plasmó en un controvertido libro titulado “Los cinco mejores lamentos de los que van a morir”.
Ninguna mención al sexo, tampoco les importaba irse sin haber probado experiencias vibrantes  o no haber cumplido con otros clásicos como escribir un libro o plantar un árbol.  Ware habla de la claridad y de la visión espectacular que tiene la gente al final de sus vidas, y cómo podemos aprender de su sabiduría.
Cuando les preguntaba de qué se arrepentían o si hubieran hecho algo de manera diferente, casi siempre me respondían lo mismo.  La lista era larga, pero en el libro traté de centrarme en los cinco más comunes”, explica la autora. «Estas son las confesiones sinceras y reales de las personas que cuidé en su lecho de muerte«.
1. Ojalá hubiera vivido a mi manera.  Muchos se quejaban de no haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a sí mismos, sino a lo que los demás esperan de ellos.  “Cuando se dan cuenta que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás, es fácil ver cuántos sueños se han quedado en el camino.  La mayoría no había cumplido aún ni la mitad de sus sueños y tenía que morir sabiendo que era debido a las decisiones que habían tomado”.
2. Ojalá no hubiera trabajado tan duro.  Ware afirma que ésta era la frase más repetida por los pacientes de sexo masculino.  Casi todos los hombres que cuidó sufrían por haberse perdido la infancia de sus hijos, la juventud de sus hijos y lamentaban no hacer disfrutado más de la compañía de su pareja.  Sentían que habían malgastado tanto sus vidas; comprendieron tarde que no se debe basar la existencia en el trabajo.
3. Ojalá hubiera tenido el coraje de expresar mis sentimientos.  A menudo las personas renuncian a sus sueños e ideales por el bien de los demás.  Ocultan sus sentimientos con el fin de mantener la paz de su entorno.  Como resultado, se conforman con una existencia mediocre y nunca llegan a ser lo que en realidad quieren ser o lo que realmente son capaces de hacer. “El origen de muchas enfermedades tiene relación con la amargura, la frustración y el resentimiento que esto conlleva”, explica Ware.
4. Ojalá hubiera mantenido el contacto con mis amigos.  “Casi todos se acordaban de sus viejos amigos y recordaban con pesar los mejores momentos vividos a su lado, lamentando no haber sido capaces de mantener esa amistad con el paso de los años.  Querían despedirse de ellos, pero no siempre fue posible localizarlos”, cuenta Ware.  “A veces nos sentimos tan absorbidos por nuestras propias vidas, que es como si estuviéramos atrapados y renunciamos a uno de los mayores tesoros de la vida, la amistad.  He sido testigo de la profunda pena y arrepentimiento que esto ha ocasionado a mis pacientes, les atormentaba no acerca haber dedicado a sus verdaderos amigos el tiempo y esfuerzo que merecían.  Todo el mundo echa de menos a sus amigos cuando se están muriendo”, añade la enfermera.
5. No he sabido ser feliz.  Otra revelación sorprendente: muchos de los pacientes no se dan cuenta hasta el final de sus vidas de que la felicidad es una elección.  Se quedan atascados en viejos patrones y hábitos.  El llamado “confort de la familiaridad” interfiere con su salud emocional.  Por eso insisto que uno de los principios claves para la vida es entender que lo único que necesito para ser feliz es una actitud agradecida ante la vida.  Que la queja es un imán para la desgracia; nos quejamos tanto de lo poco que nos hace falta que dejamos de agradecer lo mucho que tenemos.  Que es fácil agradecer cuando las cosas están bien ¡Por supuesto!, cualquiera lo hace.  Pero que, la verdadera gratitud se forja es cuando las cosas están complicadas…
Has pensado ¿De que te lamentarías si mañana fueses a morir? ¿Piensas hacer algo para cambiarlo? Recuerdalo bien: ¡La vida se pasa en un instante, cambia ahora!

Matemática Celestial para todo los cansados

«El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.» 
Isaías 40:29 (NVI)

De pequeño nos hicieron repetir hasta el cansancio las tablas:

2 x 6, 4 x 7, 5 x 8, 6 x 2, 9 x 6…

Y siempre, la multiplicación más fácil era la del número 0 (cero), porque cualquier número multiplicado por 0 (cero) es 0 (cero). Cualquier cosa por nada es nada. Esta regla matemática es la que aprendimos bien rápido. Es una regla universal imposible que alguien llegue a romper. Un regla que sufre excepción en el Eterno Dios.

De acuerdo a lo revelado por el profeta Isaías existe esta salvedad matemática.: el Verdadero Dios multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna. El Eterno multiplica tus 0 (cero) fuerzas y las hace valer. De cero fuerzas, te da vigor. Y rompe así la regla universal matemática.

 En medio de tanta desesperación; cuando las ganas no aparecen y no tenemos ni aliento para levantarnos de la cama. Cuando, para andar, siente que Ud. le pide permiso un pie para adelantarse al otro. Cuando la tristeza es tan grande que aplasta todo ánimo. Cuando la soledad golpea demasiado fuerte y sacude la vida. Cuando los fracasos no te dejan dormir. Cuando no te queda ninguna fuerza, el Eterno Dios vuelve a ser fiel, y destroza las reglas matemáticas que pretenden alinear tu destino al fracaso.

Y así, de la nada, te renueva. No es mágico, no es antinatural. Es la Gracia de Dios que multiplica dónde no hay nada y regenera la voluntad cuando no hay evidencia de ella.

¿Estás derrotado? ¿No tienes fuerzas? ¿No tienes más ganas ni ánimo? No hace falta tomar vitaminas. Hay una energía que puedes utilizar. El maravilloso poder de Dios, que funciona y es inagotable. Solo hace falta tener un poco de fe para poder valerse de ella. Solo se necesita que entregues a Él todas tus debilidades.

El Eterno Dios te deja disponible dicha fuerza para que la tomes y recargues tu batería interior. Puedes conseguir todo cuando no tienes nada. El Dios Verdadero, en su Gracia, te ofrece su ayuda para sostenerte y darte nueva fuerza. Contra toda lógica, Dios puede hacerlo. Compruébalo.

¡ Usa la matemática de Dios! 
¡Realmente Funciona!

Las 10 cosas que nunca se olvidan de un siervo (don) de Cristo

1. Su amor… lo seguí y le serví no por lo mucho que sabía, sino porque sabia que (mi siervo/a) me amaba.
2. La manera en que trababa a su cónyuge, nunca lo deje de ver enamorado.
3. Su enseñanza de la Palabra.
4. No tuvo miedo de hablarme de finanzas. Tuvo expectativas de que si era hijo de la Casa fuese diezmador y sembrador… no tembló al educarme en principios financieros.
5. Me enseñó la diferencia entre Reino versus Religión.
6. Cuando abrazó a mis hijos como si fueran los suyos.
7. El día en que sabia que estaba cansado y frustrado y me guiñó el ojo diciéndome «¡Vamos para adelante!«
8. La primera vez que me regañó… fue su primera disciplina y me dijo que lo hacia porque me amaba.
9. El día que descubrí que era tan humano como yo… el día que acepte que era otro ser humano.
10. El abrazo que me dio el día que perdí a mi ser mas querido…

Tú… ¿Cuál añadirías?

Un Cristo para cada gusto

Algunos cristianos tanto han jugado en crear un Jesucristo enlatado y en colores para todos los gustos que habría que preguntarse de vez en cuando si creer en Jesucristo es un lujo, un  capricho o un compromiso para toda la vida.
 
Ciertas personas “adoran”, pero no quieren ni saber lo que dijo.
 
Ciertos jóvenes lo “adoran”, pero no están de acuerdo con todo lo que Él dijo, porque Jesús no pudo haber sido tan retrógrado en algunos temas…
 
Otros adoran al “líder”, pero… bueno… ¡no es posible hacer todo lo que Él hacía! ¡Después de todo, uno es hombre!
 
Y, así, de reticencia en reticencia, vamos despojando a Jesús de todos sus atributos, o coronándolo con lindos nombres y títulos, mientras seguimos haciéndole hacer papelones y a tenerlo de adorno sobre viejas Biblias, sobre paredes vacías como las cabezas de sus dueños, como adornos en los edificios públicos, en los tribunales, en las escuelas, en las Iglesias…
 
Y todos somos culpables.
 
Algunos por causa de sexo.
Otros, por dinero.
Otros, por calumnias.
Otros, por mentiras.
Otros todavía, por concubinato.
Por una separación,
Por un divorcio,
Por una traición,
Por un negociado,
Por drogas,
Por un impuesto a las rentas,
Por un cheque sin fondos,
Por una deuda sin pagar,
Por un desfalco,
Por un asalto,
Por un salario de hambre,
Por un excesivo y casi nunca merecido salario,
Por un rencor jamás contenido…
 
No. No es fácil creer en Jesucristo. ¡Hay que cambiar de vida! Y son pocos los que aceptan hacerlo. El radicalismo de Jesucristo crea muchos admiradores y pocos, muy pocos adeptos…
 
Casi siempre, la razón de que no quieran seguir a Jesucristo no es Jesús ni su doctrina: son los cristianos y la deshonestidad con que se comportan ante el Dios en quien dicen creer…
 
Y si Jesús no nos lleva al compromiso, entonces somos de aquellos que lo admiran pero no lo aceptan. Es posible que no tengamos nada en su contra. Pero no tener nada en contra no es lo mismo que gustar de alguien.
 
¡En el fondo, en el fondo, tal vez no nos guste…El Dios que tanto gusta de nosotros!

 Autor: P. Zezinho

 

 

Una definición cotidiana del Amor

José Ignacio, el mayor de los hermanos, es lo que se dice un hijo muy noble, calificaciones excelentes, pero quince años son quince años y un día José Ignacio quería una guitarra y, ni corto ni perezoso, la víspera de su cumpleaños tuvo la ocurrencia de colocar sobre la servilleta de su madre, a la hora de la comida, un sobre azul que contenía un tarjetón donde había escrito previamente con su letra más cuidada lo que sigue:

 …»por hacer los recados de mamá, cien pesos; por acompañar a Margarita al colegio, ciento cincuenta pesos; por explicar matemáticas a Juanín, doscientos pesos; por sacar sobresaliente en todo, trescientos pesos; por arreglar la luz y otros desperfectos, ciento cincuenta pesos; total novecientos pesos, y una nota que decía: esto es lo que cuesta una guitarra«.
Doña Luz leyó estas líneas sin hacer comentarios, si bien pareció ensombrecerse su rostro dulce y sereno de costumbre. 

Aquella tarde José Ignacio estuvo triste en el colegio, temía de pronto haber sido poco delicado con su madre. El sólo había pretendido pedir algo con humor, pero ahora se maldecía por haber hecho una cosa semejante; hubiera deseado pedir perdón, explicarse con ella pero le dio vergüenza.

Al día siguiente cuando entró en el comedor ya había olvidado casi la escena de la víspera, por eso mismo fue mayor su sorpresa al ver sobre la silla una hermosa guitarra.
Pero cuando ya iba a tomarla entre sus manos, vio el sobre azul que reposaba encima de su propia servilleta, miró a su madre que tenía los ojos bajos y rasgó el sobre con cierta prevención, ahí, con la letra picuda e inconfundible, estaba escrito lo que sigue: 

«Por haberte criado y alimentado hasta el presente, cero pesos; por haberte enseñado a orar y a distinguir el bien del mal, cero pesos; por velarte treinta noches cuando estuviste enfermo, cero pesos; por traducir hasta altas horas con el fin de pagar el colegio, cero pesos; por consagrarte mi vida toda definitivamente, cero pesos, total cero pesos y una nota que decía “todo esto y mucho más seguirá haciendo tu madre por ti sólo porque te quiere”.

Cuando José Ignacio levantó los ojos, tras leer la última línea los tenía llenos de agua y Doña Luz le atrajo sonriendo contra el pecho “no llores hijo” le decía, “es porque soy tu madre, ¿no comprendes?



Tomado de: “Cincuenta Amigos” de José Luis Martín
Vigil

Eres una maravilla del Dios Eterno

El maestro pide a los alumnos que compongan una lista de las 7 maravillas del mundo. 
Al día siguiente pidió que cada alumno leyera su lista. 
A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría votó por la siguiente:
1. Las Pirámides de Egipto 
2. El Taj Mahal 
3. El Coloso de Rodas 
4. Los Jardines Colgantes de Babilonia 
5. El Coliseo de Roma 
6. La Muralla China
El maestro buscaba consenso para la séptima maravilla cuando notó que una estudiante permanecía callada y no había entregado aún su lista, así que le preguntó si tenía problemas para hacer su elección.
La muchacha tímidamente respondió: «Sí; un poco. No podía decidirme, pues son tantas las maravillas…«
El maestro le dijo: «Dinos lo que has escrito, tal vez podamos ayudarte.«
La muchacha, titubeó un poco y finalmente leyó:
«Creo que las siete maravillas del Mundo son: 
1. Poder pensar 
2. Poder hablar 
3. Poder actuar 
4. Poder escuchar 
5. Poder servir 
6. Poder orar 
7. Y la más importante de todas: poder amar.»
Después de leído esto, el salón quedó en absoluto silencio….
Es muy sencillo para nosotros poder ver las obras del hombre y referirnos a ellas como maravillas, cuando a veces pasan desapercibidas las maravillas que Dios hace en nosotros con su gracia y que cada uno debe desarrollar.
¡Fuiste creado por Dios para ser una maravilla!