Enseñanza de Códigos

Shivat HaMinim: 7 Especies de Virtudes Divinas

Por P.A. David Nesher

Porque el Señor tu Dios te introduce en una tierra buena, tierra de arroyos, de manantiales y de fuentes que brotan del llano y de la montaña; tierra de trigo y de cebada, de vides, de higueras y de granados, tierra de olivos y de miel.

– Deuteronomio 8:7-8

Aunque los Benei Israel (hijos de Israel) son ampliamente conocidos como el Pueblo del Libro (por estudiar la TaNaK – Torah, Neviim, Ketuvim), los antiguos israelitas eran primordialmente un pueblo de la tierra, mayoritariamente agricultores y pastores. Por ello, en lugar de contemplar solamente la sagrada Torah de Dios, tenían el privilegio de contemplaban la sagrada Creación de Elohim. En lugar de cantar de un libro de oraciones como medio de elevación espiritual, sacrificaban ofrendas de sus rebaños y cosechas, las cuales eran llevadas al Beit HaMikdash.

De hecho, para los antiguos israelitas, las Siete Especies no sólo eran evidencia de la gran abundancia de la tierra prometida a sus ancestros, sino evidencia del infinito amor del Eterno hacia ellos.

Las Siete Especies (en hebreo: שבעת המינים, Shiv’at HaMinim) son intrigantes. Se citan en  Ki tavo para traer las Primicias (ביכורים, bikkurim) , asociadas con la celebración de la cosecha de cebada en la festividad de Shavuot, y en la cosecha de trigo en la festividad de  Sucot , con ejemplos de los minim en la sucá.

Por eso la Torah misma describe a la Tierra de Israel como “una tierra de trigo, cebada, viñas, higueras y granados; una tierra de aceite de oliva y miel de dátiles” (v.8). Este no es solo un versículo florido. Estas siete especies están específicamente conectadas con la Tierra de Israel, y de hecho existe una mitzvá: llevar la primera de estas frutas al Templo Sagrado de Jerusalén.

Entonces, ¿qué tienen de especial estas siete especies?

Los comentarios ofrecen varias explicaciones. En esencia, estas frutas son únicas porque proporcionan los nutrientes necesarios para el sustento. Algunos comentarios añaden que la Tierra de Israel es el único lugar donde todas estas especies tan diversas crecen de forma natural y en estrecha proximidad.

Los israelitas aprendieron que la misma Torah enseña que tanto el florecimiento, como la fructificación de las siete especies coinciden con el propio desarrollo espiritual de cada miembro de Israel durante la temporada entre Pesaj y Shavuot, mientras se cuenta el Omer durante los 49 días entre Pesaj y Shavuot, preparándolos para recibir la Torah en cada generación. Ambos son parte de una reafirmación anual de la fe en Yah y el aprecio por los dones que se reciben desde Su bendito propósito eterno.

Los siete atributos

Los sabios por los siglos han sostenido que originalmente todos los árboles daban fruto, como también ocurrirá en la Era del Mashíaj. Un árbol sin fruto es síntoma de un mundo imperfecto, pues la función última de un árbol es producir fruto.

Así también aseguran que si «el hombre es un árbol del campo» (Deuteronomio 20:19) y el fruto es el máximo logro del árbol, hay siete frutos que coronan la cosecha humana y botánica. Estos son los siete frutos y granos que la Torah señala como ejemplos de la fertilidad de la Tierra Santa: trigo, cebada, uvas, higos, granados, aceitunas y dátiles.

Por ello, los Sabios cabalistas descubrieron que la frase «la Tierra de Israel» significa «la tierra que pertenece a Israel«; y dedujeron que «la tierra» es una denominación de Nukva de Zeir Anpin, que se traduce como «la compañera de Zeir Anpin«, una de las denominaciones místicas para «Israel».

Estas son las seis sefirot que quedaron arriba, más su Malkut, lo que da un total de siete. Por lo tanto, se convierte en un principio masculino en relación con ella. Esto se puede demostrar por el hecho de que todos los tipos de frutos provienen de la tierra y, por tanto, no son del dominio masculino, sino de este dominio femenino.

Por todo esto se ha entendido que las siete especies representan diferentes rasgos del alma. En su colección de discursos jasídicos del siglo XX, Shem MiShmuel, el rabino Shmuel Bornsztain de Sochatchov ofrece una interpretación simbólica de las siete especies:

«Y al contemplar el mandamiento de los primeros frutos (bikkurim), se puede decir que su propiedad especial es también que tiene el poder sublime dentro de sí para atraer a una persona a aceptar el yugo del reino de los Cielos sobre sí misma

(Shem MiShmuel, Ki Tavo 11)

Desde esta sabiduría los Sabios expertos en sodot (secretos) del texto explican que estos frutos tienen un significado mucho más profundo. Cada uno corresponde a una de las siete sefirot (atributos emotivos divinos): 

  • Trigo : Jesed —Bondad
  • Cebada : Gevurah —Severidad
  • Uvas : Tiferet —Armonía
  • Higos : Netzaj —Perseverancia
  • Granadas : Hod —Humildad
  • Olivos : Yesod —Fundación
  • DátilesMaljut — Realeza

Cada alma posee las siete sefirot Pero para cada persona, uno de estos rasgos es el más dominante, moldeando su camino único hacia Dios . Por lo tanto, estos siete frutos corresponden a nuestro servicio a Dios con nuestros atributos personales, así como con las siete modalidades generales del servicio Divino.

Así pues las «siete especies» con las que se bendice la Tierra de Israel representan las midot (cualidades) de:

  • trascendencia
  • vitalidad
  • alegría
  • consciencia
  • acción
  • esfuerzo, y 
  • calma psíquica

Ahora los invito a considerar estas siete midot en la simbología de las Shiv’at HaMinim

1) Trascendencia («trigo»): Este es uno de los grandes misterios de la condición humana: ¿Por qué nunca nos conformamos con simplemente existir? Siempre buscamos «más»: descubrir un mundo nuevo, superarnos, llevarlo («eso» significa cualquier cosa en la que estemos involucrados ahora mismo) al siguiente nivel. No satisfechos con saber dónde estamos, queremos saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Insatisfechos con la realidad autodefinida y auto-orientada de nuestra existencia «natural», anhelamos una unión autodestructiva con el Eterno.

2) Vitalidad («cebada»): Nuestro yo trascendente tiene un gemelo: nuestro yo vital, sensorial, animal. Y si bien el yo animal trae consigo una carga considerable de negatividad (egoísmo, codicia, lujuria, vanidad, crueldad…), la individualidad también tiene sus aspectos positivos: una fuerza de voluntad, pasión y energía que el yo más «espiritual» jamás podría reunir. La clave, por supuesto, está en canalizarla hacia donde debe ir.

3) Alegría interior («uvas»): Una persona con alegría interior es un libro abierto. Todo fluye a raudales; su personalidad fluye libremente, sin restricciones ni inhibiciones. La alegría es el ariete que derriba barreras y limitaciones, ya sean internas o externas, imaginarias o reales.

4) Consciencia («higo»): El conocimiento espiritual es más que poder: es la capacidad de involucrarse plenamente en la vida y las acciones propias. Una acción realizada desde la ignorancia es una puñalada en la oscuridad; una acción nacida del conocimiento es enfocada y efectiva. Una acción realizada desde la ignorancia es inconexa, ajena; la acción de un extraño incluso para quien la realiza; una acción nacida del conocimiento es una acción integral: una extensión y un enriquecimiento de la totalidad de quien la realiza.

5) Acción («granada»): Y, sin embargo, hay momentos en que el imperativo es simplemente: ¡Hazlo! La capacidad de actuar porque se requiere, incluso si carecemos de conocimiento y comprensión, incluso si es algo atípico para nosotros, es una característica fundamental —y redentora— del alma humana. La granada representa nuestra capacidad de sobrepasarnos y actuar de una manera que supera nuestro estado espiritual interno. Es nuestra capacidad de hacer y lograr cosas completamente incompatibles con quiénes somos y qué somos en el momento presente.

6) Lucha («oliva»): Para la mayoría de nosotros, la vida es sinónimo de lucha. Luchamos por forjar una identidad bajo la pesada sombra de la influencia de nuestros padres y compañeros; luchamos por encontrar pareja y luego luchamos por preservar nuestro matrimonio; luchamos por criar a nuestros hijos y luego luchamos en nuestra relación con ellos como adultos; luchamos por ganarnos la vida y luego luchamos con la culpa por nuestra buena fortuna; y subyacente a todo esto está la lucha perpetua entre nuestro yo animal y nuestro yo divino, entre nuestros instintos egocéntricos y nuestra aspiración de trascender el yo y conectar con lo Divino. Éste es otro de los grandes misterios del ser humano: el hecho de que somos más innovadores e ingeniosos cuando nos enfrentamos a límites y restricciones. Puede ser algo tan benigno como la fecha límite de un proyecto de oficina o tan trascendental como una crisis nacional; estamos en nuestro mejor momento cuando estamos presionados, y nuestro potencial más sublime se exprime en respuesta a condiciones desafiantes, incluso opresivas. Esta es la sexta cualidad del alma, representada por la «oliva»: el poder de convertir el desafío y el adversario en una potente fuerza de transformación y logro. El olivo en nosotros es esa parte que prospera en la lucha, que se deleita en ella, que no la escaparía más de lo que escaparía de la vida misma. Al igual que una aceituna, dicen nuestros sabios, que solo da su aceite al ser prensada, también nosotros solo damos lo mejor de nosotros al ser prensados ​​entre las piedras de molino de la vida y las fuerzas contrarias de un yo dividido.

7) Calma psíquica o perfección («dátiles»): Como todo lo demás, la lucha tiene una contrapartida: las bendiciones de la calma. Aún más profundo que su «oliva» se encuentra el «dátil» del alma: su núcleo de serena perfección que nada —ni las turbulencias del espíritu, ni las vicisitudes de la sociedad, ni los trastornos de la historia— puede perturbar ni siquiera tocar. Y esta fuente de armonía no reside simplemente en lo más profundo de nuestra alma; tenemos el poder de adentrarnos en nosotros mismos, acceder a ella y conectar con ella, para crear un espacio de verdad inmutable y paz perfecta en medio de las tormentas que azotan nuestras vidas. Así canta el salmista: «El tzadik (persona perfectamente justa) florecerá como la palmera datilera» (Salmos 92:13) . El Zóhar explica que existe una especie de palmera datilera que da fruto solo después de setenta años. El carácter humano se compone de siete atributos básicos, cada uno de los cuales consta de diez subcategorías; por lo tanto, el florecimiento del tzadik después de setenta años es fruto de la perfección y calma absoluta, producto de un alma cuyo carácter, en cada aspecto y matiz, se ha refinado y armonizado consigo misma, con el prójimo y con Dios.

Placer desde el principio

El Rebe de Lubavitch ofrece una visión profunda de las siete especies, enseñando que en general, las siete especies se pueden dividir en dos tipos: 1) grano; y 2) fruta de los árboles. El grano es necesario para el sustento. Las frutas, en cambio, no son necesarias, pero aportan placer a la vida. Ambas son importantes y, por lo tanto, ambas están incluidas en la bendición para la tierra de Israel.

En sentido espiritual, la consciencia de «Israel» de nuestra alma también contiene estos dos elementos: necesidad y placer. En Shavuot los israelitas comían juntos y unánimes de las siete especies, pero celebramos los cinco frutos que crecen en los árboles (placer) incluso más que los granos (necesidad).

La lección para nosotros es que incluso cuando una persona se encuentra en las primeras etapas de su crecimiento espiritual (es decir, al nivel de los árboles y de todo lo que crece), ya debe tener el objetivo de servir al Eterno con todas sus fuerzas, lo cual incluye los atributos integrales del deseo y el placer. Porque el servicio de un redimido a Dios no puede ser puramente mecánico o intelectual. Solo cuando el servicio a Yah es verdaderamente placentero puede ser verdaderamente completo.

El Shavuot nos enseña que, desde el principio, debemos proponernos servir al Eterno con los siete atributos Divinos. Cada mañana, al comenzar el día, debemos decidir servir a Yah no solo por rutina y necesidad, sino con placer, entregándolo todo.

Yom Aliyyat HaMashiaj: La Ascensión del Mesías a los Cielos (Hechos 1:9-11)

Mientras escribo esto, nos encontramos en medio de una lapso del calendario del Eterno llamado en hebreo como Sefirat HaOmer (que se traduce al español como «la Cuenta del Ómer»). Para mis lectores, y especialmente para mis nuevos seguidores, debo recordarles que un Ómer es una medida bíblica para el grano, equivalente aproximadamente a una gavilla. El mandamiento bíblico de contar cada día durante esta época se encuentra en Levítico 23, versículos 15 y 16.

Luego contarás desde el día siguiente al Shabat, desde el día en que presentaste el ómer de la ofrenda mecida, siete Shabatot (sábados) completos. Hasta el día siguiente al séptimo Shabat contarás cincuenta días…”

Este período conecta el primer día después del Shabat de Pésaj directamente con la festividad de Shavuot, que literalmente significa «Semanas» o Pentecostés. Ese primer día después del Shabat de Pésaj también coincidió con la resurrección de Yeshúa el Mesías. Por lo tanto, existe una conexión directa entre la resurrección del Mesías en el día de las Primicias, el día de Shavuot y el derramamiento del Ruaj HaKodesh (traducido como Espíritu Santo).

Debo aquí decir que uno de los eventos más significativos de la historia de la Salvación (y tambien la historia mundial) tuvo lugar el día 40 de la Sefirat HaOmer. En hebreo, esto se llama Mem BaOmer, (siendo mem la decimotercera letra del alfabeto hebreo y su valor numérico es 40). También podemos llamar a este día Yom Aliyat Yeshúa HaMashiach – יום עליית של ישוע המשיח – literalmente, el día de la ascensión de Yeshúa el Mesías. Encontramos el relato de este asombroso evento registrado en dos lugares de los Escritos de Brit HaHashá (Pacto Renovado). Ambos pasajes fueron registrados por el doctor Lucas. El primero se encuentra en Lucas 24:50-53 y el segundo en Hechos 1:9-11, este último que examinaremos aquí. Después de que el Mesías prometiera a sus discípulos que recibirían poder al ser sumergidos en el Espíritu Santo, pocos días después, fue llevado al cielo ante sus ojos. Leemos:

Después de decir todo esto, mientras ellos lo observaban, fue alzado, y una nube lo recibió y lo ocultó de su vista.”
Hechos 1:9

Esto le da un significado completamente nuevo al término «basado en la nube»… Si bien lo que se describe en este versículo es único en la historia mundial y uno de los eventos más importantes de las Sagradas Escrituras, no deja de tener algunos paralelos interesantes en la historia de Israel y su propósito redentor para el resto de las naciones. Y es que la Ascensión de nuestro Maestro Yeshúa es una de las cosas más extrañas que creemos. A decir verdad, y ante los ojos del resto del mundo, las personas de fe tienen muchas creencias extrañas, la resurrección de los muertos, los milagros en general, la segunda venida, el reino y el Mundo Venidero. Pero la Ascensión, me parece, por alguna razón, encabeza la lista de cosas difíciles de comprender. Me vienen a la mente objeciones racionales e incluso cínicas a la historia. A pesar de ellas, la Ascensión es parte esencial de nuestra fe en Yeshúa de Nazaret.

Realicemos la siguiente pregunta: ¿qué hace que la Ascensión sea tan difícil para la mente moderna?

Creo que es lo que yo llamo la visión del astronauta; es decir que muchos creyentes imaginan a Yeshúa ascendiendo como un astronauta que se lanza al espacio y llega a un lugar físico, como una órbita alrededor de la Tierra o la Luna. En su caso, el lugar físico que intentamos imaginar se llama «la diestra del Padre». Imaginar a Yeshúa sentado físicamente a la diestra de Dios, flotando en algún lugar del cielo, parece una idea primitiva. Sería más fácil para nosotros creer que, cuando Yeshúa dejó a sus discípulos cuarenta días después de la resurrección, experimentó algún tipo de transformación espiritual, desvaneciéndose en una forma etérea e insustancial, en lugar de ascender literalmente de la tierra al cielo como un cuerpo físico. Esa es la tentación. La mente quiere espiritualizar el evento y eliminar su corporeidad.

Tendemos a obsesionarnos imaginando el cielo, o la diestra de YHVh, como un lugar físico, en el sentido de que conocemos y entendemos la fisicalidad, pero eso es un error. La fisicalidad de la resurrección de Yeshúa es real, pero trasciende la corporeidad y el materialismo con los que estamos familiarizados.

Por eso hayo conveniente compartir una cita del escritor C.S. Lewis quien es su libro «Milagros» se opone a cualquier espiritualización de la ascensión del Mesías ascendido. Lewis insiste en que veamos a Yeshúa, incluso después de la Ascensión, como un ser físico y no meramente una entidad espiritual:

«Podemos [espiritualizar la Ascensión] solo si consideramos las apariciones de la Resurrección como las de un fantasma o una alucinación. Pues un fantasma puede simplemente desvanecerse; pero una entidad objetiva debe ir a algún lado; algo debe sucederle. Y si el Cuerpo Resucitado no fuera objetivo, entonces todos nosotros (cristianos o no) deberíamos inventar alguna explicación para la desaparición del cadáver. Y todos los cristianos debemos explicar por qué Dios envió o permitió una «visión» o un «fantasma», cuyo comportamiento parece dirigido casi exclusivamente a convencer a los discípulos de que no era una visión ni un fantasma, sino un ser realmente corpóreo. Si fue una visión, entonces fue la más sistemáticamente engañosa y mentirosa de la que se tiene constancia. Pero si fue real, entonces algo le sucedió después de que dejó de aparecer. No se puede eliminar la Ascensión sin poner algo más en su lugar.«

Luego (en la misma obra), C.S. Lewis continúa señalando que las leyes físicas que trascienden nuestra limitada experiencia con la realidad no son menos reales por ello, y que la resurrección y ascensión de Yeshúa tampoco son menos sustanciales sólo porque su esencia haya experimentado una transformación. Más bien, esta transformación es un primer paso hacia una nueva creación que está por venir: la nueva naturaleza del Mundo Venidero.

«Los registros representan a Cristo pasando después de la muerte (como ningún hombre había pasado antes) ni a un modo de existencia puramente, es decir, negativamente, «espiritual», ni a una vida «natural» como la que conocemos ahora, sino a una vida con su propia nueva naturaleza. Lo representan retirándose seis semanas después, a un modo de existencia diferente. Dice —dice Él— que va «a preparar un lugar para nosotros». Esto presumiblemente significa que está a punto de crear esa nueva naturaleza que proporcionará el entorno o las condiciones para su humanidad glorificada y, en él, para la nuestra. La imagen no es la que esperábamos, aunque si es menos o más probable y filosófica por ello es otra cuestión. No es la imagen de una huida de toda naturaleza hacia una vida incondicionada y completamente trascendente. Es la imagen de una nueva naturaleza humana, y de una nueva naturaleza en general, que cobra existencia.» 

A esta altura de mi bitácora debo decirles que los escritores del primer siglo no eran tan ingenuos como podría imaginarse la persona moderna. Los escritores judíos, en particular, comprendían que, al hablar de mundos espirituales, solo podían usar el lenguaje de la metáfora y el símil, como recursos proféticos para describir algo que existía más allá de nuestras tres dimensiones de longitud, altura y anchura, y de nuestro concepto de tiempo lineal. Debemos tener cuidado de no tropezar con los antropomorfismos ni con las metáforas, pero también debemos resistir la tentación de descartar el estado de los resucitados como mero simbolismo de abstracciones espirituales.

Específicamente, existen dos figuras que también fueron llevadas a los Cielos, y que se convirtieron en las sombras (simil y/o metáfora) de la ascensión del Ungido del Eterno. Me refiero a Enoc y Elías. Es muy importante tener esto en cuenta, especialmente al compartir las Buenas Nuevas en un contexto judío. Partes del Pacto Renovado como esta a menudo se critican por ser antitéticas a la creencia judía, y sin embargo, lo que realmente vemos aquí es un cumplimiento muy judío de figuras proféticas como las de Enoc y Elías, pero también profecía bíblica directa. Específicamente, este es un cumplimiento literal de la visión que encontramos en Daniel, capítulo 7 de 1, como un hijo del hombre ascendiendo ante el trono del Anciano de días y recibiendo un reino que es un Reino eterno.

«Estaba observando en las visiones nocturnas. He aquí, uno como un Hijo de Hombre, que venía con las nubes del cielo. Se acercó al Anciano de Días y fue llevado ante su presencia. Dominio. Se le dio gloria y soberanía para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es eterno, y su reino no será destruido
– Daniel 7:13, 14

Analicemos brevemente los paralelismos que observamos en las historias de Enoc y Elías y veamos cómo se relacionan con la Aliyyat HaMashiach.

Para empezar, solo hay una breve y algo enigmática referencia a la ascensión de Enoc en la Torá, en Génesis 5:24:

Y Enoc andaba continuamente con Dios; y no estaba allí, porque lo llevó Dios

Según el libro extrabíblico de Enoc, este versículo también describe una ascensión a los cielos. Esta idea se confirma en los escritos apostólicos del libro de Hebreos:

«Por la fe , Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios. Porque antes de ser traspuesto, fue aprobado como agradable a Dios
– Hebreos 11:5

Aquí hay un par de puntos de interés que vemos que conectan la historia de Enoc con la ascensión del Mesías.

  1. El libro de Enoc se basa en gran medida en el pasaje de Daniel 7 y también utiliza el término hijo del hombre para describir a una figura mesiánica. Por lo tanto, la historia de Enoc es, en cierto modo, un presagio de la ascensión de Yeshúa.
  2. En el libro de Hebreos, la palabra usada para describir la ascensión de Enoc a veces es la palabra española «trasladado», pero proviene del griego « metátesis» , que implica alteración. El término todavía se usa hoy en día tanto en gramática como en química. Esto es muy similar a lo que vemos en la resurrección de Yeshúa, en la que su cuerpo fue transformado.
  3. El autor de Hebreos nos dice que “…Enoc fue elogiado como agradable a Dios”. La vida, el ministerio y el sacrificio de Yeshua agradaron plenamente al Padre.
  4. En Génesis 5 encontramos que Enoc era hijo de Jared (que significa descender), y su propio hijo se llamó Matusalén, que literalmente significa «cuando muera, será enviado». Este era un nombre profético porque en el año de la muerte de Matusalén se produjo el diluvio en los días de Noé. Por lo tanto, esto también es profético respecto al Mesías, por así decirlo, descendiendo (encarnación), ascendiendo (ascendiendo) y luego un largo período de gracia hasta su regreso y el juicio final sobre la tierra.
  5. Incluso el significado de Enoc en hebreo es interesante ya que significa dedicado y nos recuerda la dedicación del altar en Jerusalén, es decir, Janucá y por tanto habla de sacrificio.

El segundo ejemplo de ascensión a los reinos celestiales que se encuentra en el relato bíblico es el del profeta Elías, quien fue llevado al cielo en un torbellino y en lo que se describe como un carro de fuego. Esto se describe en detalle en 2 Reyes 2.

  1. Con la aliá del profeta Elías a los cielos, su unción pasó a su discípulo Eliseo. De igual manera, los discípulos de Yeshúa recibirían una poderosa unción solo después de que su cabeza maestra ascendiera a los cielos. De hecho, se nos dice que Eliseo recibió una doble porción, que es la porción del primogénito en la Biblia.
  2. El ministerio del profeta Elías está estrechamente vinculado al de los días del Mesías. La Biblia y la tradición judía enseñan que, así como Elías ascendió en el viento del mundo y en el carro, regresará para ser el Mesías precursor. Como saben, esta es la razón por la que siempre hay un lugar reservado para Elías en la mesa de la Pascua, por ejemplo.
  3. En 2 Reyes 2:15 los profetas declararon que “el espíritu de Elías reposó sobre Eliseo”.
  4. Cabe señalar también que el lugar de la ascensión del profeta Elías es la misma zona geográfica en la que Juan estaba sumergiendo a la gente en el río Jordán.

Lucas nos cuenta que, mientras los discípulos aún miraban al cielo después de que el Mesías desapareció, de repente aparecieron dos hombres vestidos de blanco que se quedaron con ellos. Estos eran, sin duda, mensajeros celestiales o seres angelicales. Dijeron lo siguiente:

Hombres galileos, ¿por qué se quedan aquí mirando al cielo? Este mismo Yeshúa, que fue tomado de entre ustedes al cielo, vendrá tal como lo vieron subir al cielo. — Hechos 1:11

El mensaje entregado por estos ángeles fue muy breve y conciso y, sin embargo, lleno de mucha información muy importante no sólo para los Apóstoles sino también para nosotros.

  1. Yeshúa el Mesías definitivamente regresará a la tierra. De nuevo, esto es similar a la historia de Elías, quien fue llevado al cielo, pero de quien se profetizó que regresaría a la tierra. El rabino mesiánico Yechiel Zvi Lichtenstein escribió: « Así como fue llevado a las nubes (Mateo 24:30; Daniel 7:13; según el Talmud, Sanedrín 98a, se trata del Mesías), también regresará al Monte de los Olivos, tal como fue llevado desde allí, como dice Zacarías 14:4: «En ese día sus pies se posarán sobre el Monte de los Olivos»».
  2. La frase este Yeshua utilizada por estos seres angelicales, indica muy claramente que cuando Yeshua regrese a la tierra todavía conservará su identidad como hombre judío e hijo de David.
  3. También nos dicen que regresará a la Tierra de la misma manera que lo vieron subir al cielo. Esto se confirma en varias escrituras, pero especialmente en Apocalipsis 1:7.

Entonces, ¿qué significa esto para nosotros hoy? Antes de analizar algunas aplicaciones prácticas, examinemos algunas implicaciones teológicas.

  1. Como se mencionó anteriormente, la ascensión del Mesías a los cielos es en realidad el cumplimiento de la profecía judía bíblica. Por lo tanto, podemos proclamar este mensaje con valentía y sin timidez. Sin embargo, debe ubicarse cuidadosamente en su contexto original y comunicarse de una manera que conecte con la gente. Es parte de la Buena Nueva.
  2. Vivimos en un tiempo de gracia y paciencia divinas. Este es el tiempo de la cosecha.
  3. El Reino del Mesías vendrá plenamente cuando Él regrese a esta tierra y se siente en el trono de David en Jerusalén.
  4. Porque Él ha ascendido al cielo, también está intercediendo por nosotros continuamente ante el trono de la gracia.
  5. Como señala un colega mío, el rabino mesiánico Joel Lieberman, en su comentario titulado… Era necesario que Yeshua ascendiera de una manera tan dramática porque hasta ese momento había estado apareciendo y luego desapareciendo durante 40 días, pero ahora estaba sucediendo algo diferente.

En conclusión, aquí hay algunos puntos prácticos que podemos aplicar a nuestra propia vida hoy:

  1. La manera en que entendemos e interpretamos la profecía bíblica debería verse grandemente afectada por la revelación de que Yeshúa en realidad está regresando a la tierra en oposición a la idea de que “moriremos e iremos al cielo por toda la eternidad…”. Cambia la manera en que vemos, por ejemplo, Juan 14:3b donde Yeshua dice “…para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
  2. Así como los ángeles dijeron a los discípulos en Hechos 1:10: “ Hombres galileos, ¿por qué estáis aquí mirando al cielo?”, así también nosotros no debemos quedarnos mirando al cielo, sino que estamos llamados a ocuparnos de los asuntos del Mesías aquí en la tierra.
  3. Todos necesitamos recibir el poder del Ruaj HaKodesh en nuestras vidas para poder comunicar eficazmente la buena noticia a otros. Al igual que Eliseo, debemos aferrarnos al maestro para recibir la Unción.
  4. La doble porción es la del primogénito. Yeshúa es el primogénito entre muchos… eso incluye a todos los que creen en su nombre y lo reciben. La oración apostólica del rabino Shaul en Efesios capítulo uno nos enseña que necesitamos buscar una mayor revelación y una mayor comprensión del poder de Dios en nuestras vidas.

Desde la perspectiva que hemos aquí logrado, debemos entender la Ascensión como mucho más que un simple cambio de altitud. Representa, más bien, una transición de un mundo natural a otro, precursor del Mundo Venidero. Desde esa realidad futura oculta, la voz de Aquel que está sentado en el trono dice:

«He aquí, yo hago nuevas todas las cosas»
(Apocalipsis 21:5).

Tengan todos ustedes una sorprendente elevación hacia este Shavuot que se avecina.

En amor y servicio: P.A. David Nesher

¿Qué es el Mal? y ¿Cómo desterrarlo de tu Vida, Familia y Economía?

Por P.A. David Nesher

Comenzaré esta bitácora, compartiéndote una frase del maestro Tzvi Freeman:

«Luchar contra el mal es una tarea muy noble cuando es necesario. Pero no es nuestra misión en la vida. Nuestra tarea es traer más luz».

Después de leerla quedé meditando que desde tiempos inmemoriales el hombre ha contemplado la vida, cuestionado el propósito de la existencia y, como consecuencia, ha intentado entender la naturaleza del mal haciéndose varias preguntas: ¿Cuál es la función del mal? ¿Por qué motivos existe el mal en el universo? ¿Cómo es posible que Dios creara el mal? ¿Es algo real, con sustancia y poder? ¿O no es más que la ausencia de verdad, un vacío de realidad, oscuridad, una negación de la luz? Si es real, ¿cómo pudo Dios permitirlo en su mundo?

Algunos Sabios aseguran que los secretos de la Torah (Instrucción) divina revelan que el mal es oscuridad; nada más que una ausencia de luz. Entonces, si es solo oscuridad, ¿cómo es posible que la oscuridad desafíe a la luz? Y además, ¿cómo podría el Creador, que es bondad y compartir absolutos e ilimitados, crear individuos que alberguen una capacidad tan grande para el comportamiento maligno?

Así, termino deduciendo que ninguna respuesta que encontremos nos satisfará por completo. Y es que el mal está demasiado cerca como para verlo con claridad; es demasiado doloroso como para etiquetarlo. Sin embargo, y por otro lado, sino comprendemos qué es el mal, ¿cómo podemos luchar contra él?

Volvamos entonces a lo revelado por la Instrucción divina. En ella, la metáfora del mal es la oscuridad. Eso simplemente significa la ausencia de verdad. Un vacío de realidad. Como la oscuridad, el mal no tiene poder propio. No tiene vida propia. ¿De dónde, entonces, obtiene el poder de causar tanto dolor en el mundo? Generalmente, de nosotros, de nuestro miedo a él. De que lo consideramos algo que vale la pena negociar.

Sí, así y como lo oyes, el mal está impulsado enteramente por nuestro miedo a ello, por considerarlo un «algo» que exige nuestra respuesta.

Usando otra metáfora diré que el mal es un terrorista, alimentado por nosotros mismos en cada cucharada de preocupación, fomentado con cada mirada de ansiedad e inquietud que generamos; animado y fortificado con cada concesión que hacemos de nuestras vidas para reconocer su amenaza, hasta que, logrando levantarse desde nuestros pensamientos, se coloca contra nosotros hasta que nos haya absorbido suficiente energía para atacarnos descaradamente con nuestros propios instrumentos.

Al haber peregrinado en el estudio de la Torah, podemos notar que este tema se repite a lo largo de muchos relatos. Cuando la serpiente se acercó a Eva (explican los sabios), ella no estaba lista para dedicarle su tiempo. En su mundo, la serpiente bien podría no existir. Así que la serpiente tuvo que preguntar: «¿Es cierto que no se te permite comer de ningún árbol del jardín?«. Por supuesto, la serpiente sabía que era mentira. Pero así, Eva se dio cuenta. La serpiente se convirtió en alguien a quien vale la pena responder. Y, por lo tanto, con el poder de causar problemas.

De igual manera, lo vemos en la vida de Moisés. Él comenzó su carrera como libertador al matar a un capataz egipcio que golpeaba hasta la muerte a un esclavo hebreo. Cuando descubrió que su acción se había hecho pública, el libro de Shemot (Éxodo) nos dice que «Moisés tuvo miedo. Y el Faraón procuró matarlo. Así que huyó». Notemos esta secuencia. Primero, Moisés tuvo miedo. Solo entonces el Faraón procuró matarlo. Sin el miedo de Moisés, el Faraón no tenía poder.

Leyendo una enseñanza del famoso Rav Yeshudá Áshlag, me encontré con que él explica en su obra «Una Introducción al Zóhar» (Título original: «An Entrance to the Zohar») lo siguiente:

Sabemos claramente que el Pensamiento de Creación de Dios, cuyo propósito era dar disfrute a aquello que Él creó, originó por necesidad el Deseo de Recibir de Él toda la bondad y amabilidad que Él pensó para Su creación. Este Deseo de recibir no estaba contenido en la esencia del Todopoderoso antes de que Él lo creara en sus almas; ya que ¿de quién podría Él haber recibido algo? Por lo tanto, Él creó algo completamente ‘nuevo’ que no estaba contenido dentro de Él. En asuntos espirituales, la diferencia de forma funciona de la misma manera que el filo de una espada separa cosas materiales. La distancia entre estas dos será en proporción a cuán opuestas en forma estén una de otra. Esta diferencia de forma que poseen las almas actúa como el filo de una espada y corta una piedra de una montaña. Fue mediante esta diferencia de forma que las almas se separaron del Creador y se apartaron de Él, para que se convirtieran en algo que fue creado”.

Esta fue la creación de este mundo conocido como el Mundo de la Acción (Olam Asiah) o mundo de la dualidad. En otros términos: el mundo del Bien y del Mal.

Entonces Áshlaj, en su cita, describe al Creador como el máximo grado del deseo de compartir y de bondad, haciendo que el extremo opuesto del deseo de recibir, el cual está separado de Él, sea maligno. Así pues la naturaleza de la separación permite que surja la creación del mal.

Según los secretos del Cielo revelados en la Torah, cuando el Creador creó las almas, en esencia creó la vasija perfecta, es decir un recipiente, con una naturaleza completamente opuesta a la Suya para que así Él pudiera compartir su beneficencia lumínica de amor. El propósito de esta creación, como lo explicó Rav Áshlag, fue llenar las almas con Su Luz. Mientras la Vasija esté llena de Luz, adquiere las características del Creador: bondad y compartir infinitos. Sin embargo, al asumir las cualidades del Creador, la vasija desea compartir sin límite. La pregunta es ¿con quién? Entendemos que la Luz Infinita no tiene necesidad o deseo de recibir nada, así que se hizo un trato en el nivel más alto de la mente divina en el que se crearía un mundo donde las almas pudieran compartir y recibieran sólo la Luz —la beneficencia del Creador cuando fuera merecida— mediante el comportamiento afín con la Luz. Luego de la creación de este mundo, donde una vez hubo Luz, la oscuridad llenó el vacío.

Esta ausencia de Luz, es el mal en sí, al que los Sabios con el tiempo llamaron: el Deseo de Recibir para Sí Mismo.

Entonces, debemos aceptar que cada ser humano en este mundo contiene ambas polaridades del deseo: para compartir y para recibir. Nuestros deseos acumulados crean una vasija cuántica. Cuando tomamos decisiones individuales, afectamos de manera colectiva al todo. Cuando las personas actúan con tolerancia, generosidad y bondad, entonces hay Luz en el mundo; parte de la idea original. Por el contrario, si somos perezosos, intolerantes, odiosos e iracundos (aun en su más mínima expresión) esas cualidades negativas se acumulan y mantienen alejada a la Luz, permitiendo que la oscuridad nuble el mundo.

Así es con el mal en el mundo, así es con las fuerzas destructivas dentro de cada uno de nosotros: cuando nos rebajamos a conquistar el mal dentro de nosotros mismos, terminamos rodando con él en su barro.

Saber esto es sumamente útil. Una vez que descubrimos el secreto del mal, sabemos cómo desmantelarlo. La estrategia es casi idéntica, ya sea el mal que azota el mundo o tu comunidad, o el que se esconde en lo más profundo de tu corazón, acechando para aterrorizarte a la menor oportunidad.

Soy conciente que no es una solución sencilla, porque como humanidad ya hemos alimentado el mal a lo largo de los siglos hasta el punto de que prospera y crece cada día. Al principio, Adán y Eva podrían haberlo ignorado y con el tiempo se habría disuelto en las chispas de luz divina que revelaron en el Jardín. Pero una vez que el mal ha sido alimentado y vive fuera de su bolsa, nunca más podrá ser tratado con tanta facilidad, sino hasta el final del Shabat Milenial.

Sin embargo, nuestra principal arma contra el Mal sigue siendo nuestra indiferencia hacia él. 

Lo explicaré del siguiente modo: la existencia del mal es permanente, pero sus efectos son temporales. El mal se vuelve impotente una vez que se ha realizado suficiente bien, porque la bondad aumenta la conciencia general y permanente del Creador. Una vez realizado suficiente bien, el mal no puede nublar el juicio humano. Es importante destacar que no es la conciencia del Creador la que está oculta, sino la propia conciencia del hombre del Creador la que está atenuada. Si bien el mal se crea en forma potencial, el hombre debe materializarlo. Por eso, el primer pecado fue la materialización del Mal por parte del hombre, que lo internalizó. Si el hombre no hubiera pecado, el mal se habría vuelto impotente. El Universo Físico, tal como es hoy, en decadencia, es el resultado de la materialización del Mal. Por eso, finalmente se deconstruye y resucita de forma permanente (esto se llama la Resurrección de los Muertos).

Entonces, para desterrar verdaderamente el mal, debes marchar sobre las nubes y nunca mirar hacia abajo. Como lo aconsejara el apóstol Pablo a los creyentes de Colosas al escribirles:

«Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.  Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria

(Colosenses 3: 1-4)


En otras palabras, debes diariamente escalar más alto hasta alcanzar un lugar de luz que no deje grieta para que el mal se esconda. Elevado a ese lugar, el mal se derrite en la rendición, y termina huyendo de tu vida. Así Santiago se los recordaba a los discípulos del SEÑOR:

«Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.«
Santiago 4:7

De hecho, este es el propósito del mal: ¿por qué un Dios completamente bueno ideó el mal en su mundo? Porque el mal nos obliga a ahondar en nuestro interior, sometiéndonos a Dios para encontrar nuestra fuerza interior, Su Unción, con la que podemos ascender cada vez más, hasta alcanzar una luz brillante y cegadora, una luz que no deja resquicio para que la oscuridad se esconda.

Entonces, por ahora el mal ha cumplido su sentido: exprimir la luz interior del alma humana, una luz que no conoce límites. Ante esa luz, el Mal se derrite, rendido, y desaparece. Pues, en el principio, la oscuridad se creó con un solo propósito: extinguir la luz interior del alma humana. Una luz sin límites.

¡Misión cumplida, el mal se desvanece en la luz que él mismo ha llamado!

Ahora sí, con esto bien entendido, vale la pena terminar la bitácora con la frase que usé al comenzarla:

«Luchar contra el mal es una tarea muy noble cuando es necesario. Pero no es nuestra misión en la vida. Nuestra tarea es traer más luz«.

Shalom a todos! ¡Los amo y los necesito!

P.A. David Nesher

Las ciudades amuralladas, tu lugar de influencia

 Por Ptr. Moisés Franco

En la tercera ascensión de las parashot “Behar-Bejukotai” leemos en Vayicrá/Levítico 25:29-30:

El varón que vendiere casa de habitación en ciudad amurallada, tendrá facultad de redimirla hasta el término de un año desde la venta; un año será el término de poderse redimir. 30 Y si no fuere rescatada dentro de un año entero, la casa que estuviere en la ciudad amurallada quedará para siempre en poder de aquel que la compró, y para sus descendientes; no saldrá en el jubileo (RV60). 

Me surgió una pregunta, ¿por qué las propiedades podían redimirse en cualquier momento antes del jubileo, excepto las de las ciudades amuralladas? 

Un comentario en la versión Torat Emet refiere a que tenían una “santidad especial” y que por eso el Eterno pone esta norma para “desalentar” su venta. 

Aun así, ¿qué significa esto y qué implica para nosotros hoy? 

Para ello leí una interesante lección del Seminario Reina Valera dirigido por Gilberto Abels titulada “Propiedad”. 

Allí se explica que en la antigüedad dentro de la tierra de Israel había dos tipos de poblaciones: “…las villas eran lugares de morada sin murallas en su derredor, mientras que las ciudades y pueblos eran lugares más grandes, y estaban amurallados… Las villas a menudo se localizaban cerca de una ciudad amurallada o fortificada de la cual más o menos dependían. Así la ciudad era la metrópoli de las villas. Con frecuencia leemos en la Biblia de «ciudades y sus villas», y algunas veces una traducción literal nos daría una expresión de «ciudades y sus hijas», indicando una ciudad madre»; sus villas dependientes de ella que la rodean (cf. Josué 15:45 y 17:11)”.

Una ciudad amurallada contaba generalmente con dos grandes lugares públicos: las puertas y el mercado. 

El primero generalmente era el sitio donde se reunía la corte para tomar decisiones judiciales y políticas mientras que el segundo, lejos de ser un mero lugar donde adquirir mercaderías, era el centro de la vida social y cultural de la ciudad.

«Las transacciones comerciales son por lo regular precedidas de una visita social con el cliente. A la gente importante tanto como a la común, les gusta ir allí para encontrarse con sus amigos y saludarlos en verdadera costumbre oriental lo que siempre lleva mucho tiempo. Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos de los escribas, que quieren andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas» (Marc. 12:38). En los mercados tienen lugar discusiones de varias clases. El apóstol Pablo aprovechó tales oportunidades cuando estuvo en Atenas. «Disputaba. . . con los judíos y religiosos y en la plaza cada día con los que le ocurrían» (Hechos 17:17). El mercado era un lugar ideal para predicar el Evangelio, afirma Abels.

Y si bien dicha lección tiene otras múltiples riquezas históricas y culturales que nos ayudan a entender mejor las Sagradas Escrituras, quisiera que nos focalicemos en esto: la ciudad amurallada era un lugar de privilegio, era un sitio de influencia. 

Tal como dice John Maxwell, “liderar es influir” y todos, absolutamente todos, incluso aunque no queramos, influimos en nuestro entorno. 

Ese entorno es, como dice el apóstol David Nesher, “tu mundo”. El ámbito de influencia que el Señor te dio a ti y no a mí, porque yo tengo el mío. 

Es una red de contactos que te confió porque cree en la capacidad que te ha dado: ser luz. 

Y no hay nada más influyente que una luz en medio de la oscuridad. 

Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”.
(Mt. 5:14| RVC)

Tal vez te estés sintiendo como alguien insignificante, que no puede influir sobre nadie, te aseguro que no eres el único al que le ha ocurrido (Is.53:1). 

Pero hoy el Espíritu Santo nos dice: ¡no vendas tu ciudad amurallada, cuida y usa la influencia que tu testimonio tiene en quienes te rodean!

Que el Señor nos dé el denuedo y la sabiduría para influir en cada ámbito que él nos entregue. 

PREGUNTAS PARA MEDITAR 

1 – ¿Te ves como líder que influencia o como uno más del montón? 

2 – ¿Ves cada ámbito en el que te mueves (escuela, trabajo, barrio, etc.) como una oportunidad para influir o como parte de una mera rutina? 

3 – ¿Le has pedido al Espíritu Santo que te dé denuedo (valentía y vitalidad) y sabiduría para predicar el Evangelio?

¿De dónde sabemos que diez varones constituyen un Minyán?

La fuente está en la parashá Emor. La Torá nos dice: «Venikdashti betoj bnei israel» —estas son las palabras de YHVH—: «Seré santificado en medio de los hijos de Israel».

Aquí se nos habla de una comunidad de personas que adoran a YHVH, pero ¿cómo entendemos la frase: “en medio de”?

Los Sabios emplearon un método de exégesis bíblica conocido como guezerá shavá, en el cual dos versos con idéntica terminología son comparados entre sí, este verso coincide con otro.

Pue bien, por medio de este método, sabemos que en la Parashá de Kóraj, la Torah nos dice “Hibbadelu mittoch haedah” que traducida es: «sepárense de en medio de esta comunidad«.

Entonces, tenemos la misma frase, “en medio”, con referencia a una comunidad y ese término “edah” para comunidad se usa en la Parashá Shelaj Lejá, donde los diez espías malvados son mencionados como “ha’edah hara’ah hazzot” (–»esa asamblea malvada«).

Así es como sabemos que la referencia en la Parashá Emor a un grupo de personas, en medio de las cuales santificamos el nombre de Dios, es diez personas.

Me parece absolutamente extraordinario que aprendamos sobre un minyán a partir de dos eventos históricos: uno es la rebelión de Koraj, y el otro es la historia de los espías. En ambos casos, tuvimos personas dentro de nuestra nación que nos decepcionaron gravemente, pero el mensaje del minyán es que todos deben ser incluidos. No nos corresponde juzgar a los demás.

Por supuesto, debemos evaluar lo que está bien y lo que está mal, y debemos tomar una posición cuando creemos que es necesario, pero dicho esto, en última instancia, debemos dejar el juicio en manos de YHVH.

Cuando se trata de una comunidad, absolutamente todos deberían estar «en medio de nosotros».

Shabat Shalom!

Una Glotonería lleva a otra: cómo cuidar mi Santidad Sexual

Por Ptr. Moisés Franco*

Al estudiar las parashot o porciones Ajarei Mot (Lv. 16:1-18:30) y Kedoshim (Lv.19:1-20:27) de manera combinada vemos cómo al llegar a la tercera ascensión (17:8-18:21) el Espíritu de Verdad pasa de un tema alimenticio a la prevención de la inmoralidad sexual de manera abrupta.

Este “salto” en apariencia discontinuado entre un tema y otro en verdad está fundamentado.

Es decir, existe una correlación entre la manera en la que nos relacionamos con la comida y el uso de nuestra energía sexual.

Esto lo explicó una vez el profeta David Nesher citando Ezequiel 16:49:

He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso”.

Generalmente asociamos la destrucción divina de esa ciudad por el pecado de homosexualidad, pero según este pasaje profético eso vino a ser la degradación final del alma que había empezado con pecados menos “bochornosos” ante la vista humana, pero igual de peligrosos.

En el orden de aparición según el texto:

  • Soberbia
  • Saciedad de pan (glotonería)
  • Abundancia de ociosidad (pereza)
  • No fortalecer la mano del menesteroso (indolencia)

Todo empieza por el orgullo, por creerme dueño, por tener una mirada antropocéntrica (centrada en el hombre y su placer).

Si me creo dueño entonces puedo comer cuanto se me plazca y lo que se me plazca sin importar lo que le ocurra a mi cuerpo, total, ¡es mío!

Y si es mío y los bienes materiales que manejo son míos puedo hacer con ellos según mejor me parezca: entonces no doy al necesitado, no me duele su dolor.

Finalmente, si mi cuerpo es mío, uso mi sexualidad a mi antojo (incluso dentro del matrimonio).

Como vemos, un apetito (el de alimentos, pero podríamos incluir en esto la posesión de cualquier bien físico) despierta al otro (el sexual).

Por eso dice 1 Timoteo 6:10: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (RV60).

Cabe aclarar en este punto que nada de esto es malo en sí mismo, por el contrario. Esto es, que poseer bienes materiales es bueno y correcto, asimismo disfrutar de los alimentos que el Señor nos provee y también de nuestra genitalidad en el ámbito del matrimonio.

El punto es cuando a estos elementos maravillosos los usamos desde la soberbia y generamos un espiral de decadencia.

Ahora bien, esto también puede ser inverso si lo hago desde la humildad.

Es decir, si humildemente reconozco que todo es del Eterno y viene a mí por Él (Sal. 24:1/Rm. 11:36) comeré correctamente y usaré en propósito todos los recursos que me han sido dados (esto incluye el tiempo, evitando la pereza, y la sexualidad toda).

En esto propongo un axioma: si controlo mi vientre, controlo el resto de mi vida.

Es que el ayuno es una medicina contra el ego, como ya otros tantos predecesores a mí han mencionado.

 Porque si controlo mi vientre puedo controlar el resto de mis apetitos (como el sexual) y también daré al prójimo (yendo contra la codicia).

¿Por qué? Porque al ayunar nos abstenemos de relaciones sexuales mientras dura el lapso del ayuno (1 Cor. 7:5) a fin de que nuestra atención esté atenta al enfoque espiritual (Éx. 19:15).

Además, si bien no es un mandato explícito del Señor, sí es una pauta profética basada en Isaías 58:6-7 entregar tzedaká (ofrenda de caridad o justicia social) luego del ayuno.

Eso sí, no está de más aclarar que tal como menciona el profeta en este pasaje, el verdadero ayuno no es el que sólo se abstiene de alimento, sino el que también tiene oración de alianza con Abba y que busca estar en paz con el prójimo.

En síntesis, cuidémonos de la soberbia que nos lleva al materialismo y desde ahí a toda clase de apetitos descontrolados.

Enfoquémonos en lo que las primeras comunidades hacían: oración, ayuno, congregarnos para estimularnos mutuamente al amor y la proclamación del Evangelio tanto con palabras como con acciones.

*pastor en el Ministerio Internacional Monte Santo

PREGUNTAS PARA MEDITAR

  • ¿De qué tiendo a sentirme dueño?
  • ¿Cómo está mi relación con el dinero? ¿lo codicio en mi interior?
  • ¿Cómo está mi relación con la comida? ¿y mi apetito sexual?
  • ¿Practico habitualmente el ayuno? ¿por qué?
  • ¿Brota el amor compasivo desde mí o es algo forzado?

La Tormenta previa a la Libertad (Un Estudio para Pésaj)

Por: Moisés Franco

“Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo:

Habla a los hijos de Israel que den la vuelta, y asienten su campamento delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él asentaréis el campamento, junto al mar.

Porque el Faraón dirá de los hijos de Israel: Enredados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.

Y yo endureceré el corazón del Faraón para que los siga; y seré glorificado en el Faraón y en todo su ejército; y sabrán los egipcios que yo soy el SEÑOR. Y ellos lo hicieron así”. (Shemot 14:1-4 |JBS)

Este pasaje es una de las lecturas para la semana de Panes sin levadura (jag HaMatzot) y con ella el Espíritu Santo me habló esta mañana.

Los nombres propios en las Sagradas Escrituras nunca están puestos sólo a modo anecdótico, sino que son códigos.

Los israelitas habían salido de forma triunfal de Egipto rumbo a su libertad. Pero mientras su marcha iba en línea recta hacia su destino, el Eterno les ordena que cambien el rumbo y los pone en un aparente punto sin salida.

Específicamente los hace acampar frente al mar a la altura de Baal Tzefón.

Sobre esta deidad quisiera compartir ciertos datos.

Si bien existen diversas definiciones de su nombre, según el diccionario Strong puede entenderse como “señor/amo” (baal) de lo “oculto, tenebroso”.

Esta deidad era considerada como el patrono o guardián del comercio marítimo, por lo que su culto se extendió sobre toda la costa del mar Mediterráneo.

Uno de los puntos centrales de adoración era sobre el monte Halab, por lo que baal- Tzefón fue también conocido como un sitio geográfico en referencia al lugar de adoración y por eso está mencionado así en el texto bíblico antes citado.

Saúl Favela comenta: “el monte Safón era una montaña de 3000 metros de altitud que se encontraba a 50 kilómetros al norte de Ugarit. Los fenicios indicaban que ese era el lugar de habitación de Baal. Era como el monte Olimpo de los griegos. No solo era el lugar de habitación de Baal, sino también el lugar donde se reunían los dioses”.

Sin embargo, como explica Nesher, este punto ya era un epicentro de adoración mucho tiempo antes y compartido por otras culturas, como claro está, la egipcia.

Ante esto comprendemos que el Eterno llevó a Israel a un sitio clave para la adoración pagana de la época a fin de demostrar quién es el verdadero Señor sobre las leyes naturales, pero luego hablaremos de eso.

A este demonio se lo representaba de pie con su brazo derecho en alto y con posición de golpe, algo que algunas fuentes asocian como una representación de su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza.

Teniendo esto en mente era razonable que, cuando no se le daba la adecuada devoción a esta deidad, hubiese consecuencias negativas.

Sobre esto, el apóstol David Nesher ha enseñado que ocurrían tifones o huracanes.

De hecho, el nombre de esta divinidad nos recuerda al dios Tifón griego, un titán maligno relacionado con los vientos destructivos.

Un culto degenerado

En un contexto humano de total dependencia de la naturaleza para su subsistencia y de escasa tecnología, tener este tipo de inclemencias en una travesía marítima era un temor paralizante, por lo que es comprensible que se haya entronado a este ídolo en toda la zona.

No está del todo clara cómo era la adoración a Baal Tzefón. Lo que es seguro es que por los textos fenicios de Ras Shamra (entre los siglos XIV y XIII a. C.) es que se le hacían sacrificios de animales.

Pero, como era usual en las ciudades marítimas, no se descartaría que también se lo adorase mediante ritos sexuales por medio de la prostitución sagrada tanto femenina como masculina.

Los mismos documentos recién mencionados explican que el dios Baal (en todas sus formas y variantes) está relacionado con la fertilidad, por lo que su adoración implica el uso de la genitalidad.

Esto llegaba hasta puntos aberrantes. De hecho, Saúl Favela comenta que la práctica del bestialismo o zoofilia era parte de este culto.

Los textos antiguos mencionan al dios copulando con una novilla para dar terneros, por lo que probablemente los feligreses hacían lo mismo para obtener fertilidad en sus ganados.

Incluso, hay quienes sugieren que ante casos extremos de necesidad no debería descartarse que se le hiciesen sacrificios humanos como a otras formas de representar a Baal denunciadas por el Eterno en 2 Reyes 21:1-6 y Salmo 106:37-38 como el sacrificio de niños.

Las vueltas de YHVH y el paso a la libertad

Como hemos visto, el sitio adonde el Eterno conduce al pueblo no tenía una explicación lógica desde un punto de vista humano.

De hecho, intencionalmente lo hace para confundir a los egipcios (Éxodo/Shemot 14:3), pero esto parece haber desconcertado también a los propios israelitas, como se evidenciará luego en la desesperación del pueblo (y el temor de Moisés).

Pero Él orquestó todo de una manera precisa, fue un espectacular acto de proclamación de la verdad: YHVH es el Dios Verdadero, único dueño de la tierra y de sus habitantes, incluso de las leyes naturales.

No había ninguna salida desde el punto de vista terrenal.

Sobre esto es llamativo el comentario que hace la versión Torat Emet: “Pi Hajirot es la ciudad de Pitom, que sería Tanis, ciudad del Delta del Nilo. Pitom significa “boca cerrada”, en alusión a la dura y cerrada esclavitud de Egipto. Pero después del triunfal éxodo, dicha ciudad pasó a llamarse Pi Hajirot, que significa boca o valle de la libertad”. (Comentario a Shemot 14:2, pág. 162).

Es común que cuando estamos avanzando a la verdadera libertad surjan dificultades: conflictos familiares, laborales, de salud, entre otros.

Mike Murdock señala en su libro “La ley del reconocimiento” que cuando nos movemos en la dirección que el Eterno quiere el enemigo accionará en oposición.

De hecho, Nesher lo explicó en una proclamación en base al evangelio de Lucas que eso mismo es lo que está ocurriendo cuando Yeshúa y sus discípulos se dirigen hacia el otro lado del mar de Galilea, donde liberará al endemoniado gadareno.

Se desata la famosa tormenta en la que el Maestro es despertado por sus discípulos porque un vendaval tremendo está azotando brutalmente la barca y entonces el Señor despertando “reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza” (Lc. 8:24).

Luego de esto el Mesías libera al hombre poseído por una legión de demonios y no sólo trae libertad a él, sino que éste “comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban” (Mr. 5:20).

Hubo tormenta y fuertes vientos antes de que la salvación llegara a diez ciudades (Decápolis).

Así también puede pasar que en medio de una temporada festiva como Pésaj también surjan eventos que tenderán a llenarnos de miedo o desánimo. Pero no desmayes, porque el mismo que iba delante del pueblo en el desierto es el que reprendió la tempestad y trajo bonanza.

La libertad te espera, lucha con fe, oración y alegría por mantenerte en el espíritu de la fiesta, aferrándote al Ungido, a Aquel es que es la Salvación de Israel (Mt. 1:21) y verás la liberación en tu alma, cuerpo, familia, ministerio, economía, etc.

4 “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:4-7 | RV60)

Cuando la humanidad se convirtió en el mundo; cuando tú te convertiste en la Torah

Recopilación, comentarios intercalados de Jonah Rank.

Nadie sabe con certeza cuándo se escribió el Midrash Tan huma, pero los eruditos creen que fue escrito en el siglo IX d.C. Sin embargo, muchas de sus enseñanzas datan de siglos antes. En esta colección de comentarios sobre la Torá, aparece la siguiente enseñanza:

«El Tabernáculo fue pesado de igual manera que el mundo entero y que la creación de la humanidad, que es un mundo pequeño. ¿Cómo es esto? Cuando el Santo Bendito creó el mundo, Dios lo hizo como el feto en una mujer. Así como el feto de una mujer comienza con su ombligo y crece hacia los cuatro lados, así también Dios comenzó a crear el mundo a partir de la Piedra Fundamental inicialmente, y el mundo se basó a partir de allí.«

Parashat Pikkudei, Siman 3

Ibn Ezra (1089-1164), en su comentario sobre Génesis 1:26, plantea la siguiente pregunta:

¿Es una persona un mundo pequeño o el mundo es una persona grande?

Cuando su comentario sobre la Torá llega a Éxodo 25:40, Ibn Ezra ha respondido a su pregunta:

El hombre es la imagen de un mundo pequeño, pues la humanidad fue el fin de la creación del mundo por parte de Dios.

Casi un siglo después, cuando Rabbenu Baha’ya ( 1255-1340) escribe su comentario sobre Levítico 24:10, no duda en equiparar:

Hay otros que están interesados.
Una persona es un mundo pequeño.

El Baal Shem Tov (1698-1760), fundador del jasidismo, enfatizó el peso emocional de la Torá (más que el legal o intelectual), y sus enseñanzas sobre la humanidad como mundo reflejan esto:

Cada persona es un mundo pequeño, y dentro de él hay un Faraón y un Egipto.
 – Baal Shem Tov sobre Éxodo: Parashat Beshalla h 

Mira, cada persona es un mundo pequeño, y dentro de él hay un Moisés, un Aarón y un Egipto.

– Sefer Ba’al Shem Tov Al HaTorah , publicado por Pit h ey Megaddim , Jerusalén 1992; Vol. I p. 306

Fuente: Blog de artistas de BIMA Beit Midrash Source

Mishpatim: Visión de una Sociedad de Derechos y Responsabilidades entrelazados

Por Jessica Kirschner

Mientras que la parashá de la semana pasada, Yitró, trataba sobre la Torah en su sentido más amplio y simbólico, la parashá de esta semana, Mishpatim, trata sobre la ley en una escala mucho más humana. Es la diferencia entre la Declaración de Independencia y los artículos y enmiendas de la Constitución: una declaración de visión versus una hoja de ruta. Con Mishpatim comenzamos a recibir el mapa que nos ayudará a atravesar el complicado territorio en el que nos encontramos: la vida con otras personas.

Mishpatim es el comienzo del código legal que regía a la antigua comunidad de Israel. Sus principios proporcionan las bases de los sistemas y valores que nos guían hoy. Se refiere al trato a los demás, las lesiones personales, los daños causados ​​por negligencia y robo, los delitos como el asesinato y el secuestro, las prácticas comerciales desleales y el trato injusto por parte de los jueces. También describe las reglas para el Shabat, el año sabático y las celebraciones de las festividades.

Mishpatim describe una visión de una sociedad de derechos y responsabilidades entrelazados, vida diaria y celebraciones sagradas, y nos advierte que recordemos tres principios en particular, que puede ser tentador ignorar u olvidar cuando no es de nuestro interés:

  • los privilegiados deben cuidar de los vulnerables,
  • tenemos responsabilidades incluso con nuestros enemigos, y
  • las personas encargadas de juzgar y hacer cumplir las leyes deben tener especial cuidado de no mostrar prejuicios, no sea que todo el sistema se desmorone.

En su comentario sobre esta porción, el rabino Jonathan Sacks sostiene que “la grandeza del judaísmo no está simplemente en su noble visión de una sociedad libre, justa y compasiva, sino en la forma en que plasma esta visión en la realidad mediante una legislación detallada”. Cita un ejemplo de Éxodo 22:26-27: “Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélvelo antes de que se ponga el sol; es la única ropa disponible, es lo que cubre la piel. ¿Con qué otra cosa dormirá [tu prójimo]? Por tanto, si esa persona clama a Mí, Yo le prestaré atención, porque soy compasivo”. Sacks llama a esto “ley con rostro humano”. Si bien aquí se está produciendo una transacción económica (alguien pide dinero prestado y le da al prestamista una prenda de vestir como garantía), la Torah nos obliga a honrar también al ser humano involucrado. En términos estrictamente legales, el prestamista podría tener derecho a conservar la prenda, pero como una sociedad decente depende de más que los derechos legales, se nos enseña a notar y tener en cuenta la posibilidad de que esta persona sea pobre y necesite la capa para sobrevivir la noche.

Una cosa es hacer un esfuerzo por ayudar a los que son evidentemente pobres o vulnerables, y otra muy distinta es pensar en hacerlo por un enemigo. Pero en Éxodo 23:5, eso es exactamente lo que se nos desafía a hacer: “Si ves el asno de tu enemigo desgarbado bajo su carga, no pases de largo, sino que lo ayudarás”. Aquí entran en juego dos principios.

  • En primer lugar, está nuestra obligación de prestar atención al sufrimiento de otras criaturas vivientes. El hecho de que dos seres humanos sean enemigos no significa que un animal inocente deba sufrir.
  • En segundo lugar, estamos obligados a recordar que nuestro enemigo también es una persona de nuestra comunidad hacia la que todavía tenemos obligaciones.

En Bava Metzia 32b, el Talmud lleva esta idea más allá, al afirmar: «Si (el animal de) un amigo requiere ser descargado, y el de un enemigo, primero debes ayudar a tu enemigo, para suprimir la inclinación al mal«. Ambas partes necesitan ayuda, pero, en el caso del enemigo, también existe el desafío de superar la antipatía y el distanciamiento. Sin duda, es el camino más difícil, pero nuestros sabios dicen que debe tener prioridad.

Vale la pena destacar la línea en nuestra parashá que dice: “Sin duda dejarás ir [la carga] con [tu enemigo]”. Las traducciones arameas Targum Onkelos y Targum Yonatan extienden el concepto de liberación más allá de lo físico a lo psicológico: “Sin duda dejarás ir el odio que tienes en tu corazón hacia ellos”. Pero esto sólo es posible cuando el trabajo se hace en conjunto, por lo que enfatiza que debe hacerse con ellos. Si el problema es la enemistad entre personas, los esfuerzos de una sola parte para resolverlo siempre serán insuficientes. Sólo cuando ambas personas trabajan juntas es posible un cambio significativo. La Torah no nos pide que seamos sobrehumanos: si el propietario es capaz pero se niega a ayudar, estás liberado de la obligación. Sin embargo, la Torah nos pide que nos esforcemos más allá de nuestra zona de confort porque este es el camino hacia la paz. Este trabajo no es fácil, pero es profundamente honorable. En palabras del Rabino Natan: “¿Quién es un héroe? Aquel que convierte a un enemigo en amigo” (Avot de-Rabbi Natan , 23).

Si bien muchas de las leyes de Mishpatim son principalmente interpersonales, nuestra porción también habla directamente del papel especial de los jueces, un reconocimiento de que las mejores leyes no valen el pergamino en el que están escritas si la comunidad no puede confiar en la imparcialidad de quienes están encargados de hacerlas cumplir. Éxodo 23:6-8 dice:

«No perjudiques a tus necesitados en sus pleitos. No acuses falsamente a nadie; no hagas morir a los inocentes, porque yo no absolveré al culpable. No aceptes sobornos, porque los sobornos ciegan a los que ven con claridad y trastornan los derechos de los justos.

Es difícil resistir la tentación de favorecer a los ricos y poderosos, de dar preferencia a quienes conocemos o por quienes sentimos simpatía. Pero un sistema social basado en el imperio de la ley depende de que las personas tengan un juicio justo y una expectativa razonable de que se hará justicia, independientemente de a quién favorezca.

La Familia: Prioridad para la Vida Humana

Por P.A. David Nesher

Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, saldrá él y su mujer con élSi su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo. Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre. 

Éxodo 21: 3-6

La exclamación de aquellos israelitas que salieron con Moisés, debe haber sido algo así: «¡Sí, estamos libres de la esclavitud de Egipto! ¡Hemos aceptado nuestra suerte como pueblo elegido de YHVH! Ahora pasamos con entusiasmo a…» ¡Un momento, el Eterno quiere primero otra cosa! ¿Una lista de normas para una sociedad hipotética que todavía no podemos construir? y entonces surgirá en todas las generaciones la pregunta: ¿Por qué está aquí la parashá Mishpatim?

Antes de avanzar en esta bitácora, tengamos en cuenta que no podemos entender este pasaje en particular a menos que sepamos que hay otros dos pasajes en la Torah que complementan estas palabras; uno en Levítico 25, los versículos 39 a 55, y el otro Deuteronomio 16, los versículos 12 a 18. Luego, de leer estos pasajes, deberemos revisar todo este asunto en el libro del profeta Jeremías (34:8-22). Sólo con estos tres pasajes lograremos obtener la cosmovisión completa que necesitamos para la comprensión de este mandato divino. 

Desde toda esta consideración quiero decir que lo que tenemos aquí en Levítico 25, versículos 39 a 55, es que se habla muy claramente de cómo realmente no puedes maltratar a tu sirviente hebreo. En realidad, la palabra utilizada en hebreo es “eved”, que es “esclavo”. Así que no puedes maltratar a tu esclavo hebreo. Esencialmente, el esclavo hebreo asume el papel de, al menos, el sirviente contratado. Trabaja durante seis años y en el séptimo año, queda libre. En el versículo 39 de Levítico 25: “Cuando tu hermano se vuelve pobre contigo y te es vendido, no le hagas la obra de un esclavo”. Lo que la Torah dice aquí es: “debería ser como un trabajador contratado o un residente extranjero contigo. Y él te servirá, él trabajará para ti, hasta el año del Jubileo.” Esto es significativo porque, en este pasaje de Éxodo, habla de si decide quedarse contigo, se quedará contigo, dice «para siempre» (versículo 6). Sin embargo este “para siempre” queda perfectamente definido en Levítico 25 como «hasta el año del jubileo», que es un máximo de 49 años, y en el año 50 se va libre.

Ahora bien, buscando la clave esencial de este pasaje de mishpatim la hallamos en el primer tema: las normas para tratar a los esclavos hebreos con dignidad. Justamente en este momento de transición de la impotencia a la autonomía, de la mera supervivencia a la providencia divina en una Tierra Prometida, los israelitas necesitan que se les recuerde que tienen una responsabilidad moral hacia los más vulnerables de su sociedad.

Y esto es lo que me sorprende de esta parashá, la medida de humanidad que Mishpatim le otorga al “esclavo hebreo”, dado el contexto de un mundo en el que la esclavitud y la servidumbre legal eran normativas que permitían el trato inhumano a un esclavo. El Eterno quiere que se entienda que el esclavo hebreo es en realidad un pariente que ha pasado por tiempos difíciles y debe entrar en servidumbre temporal para pagar sus deudas. Al final de su período de seis años, la Torá dice:

Si tenía mujer, su mujer se marchará con él. Si su amo le dio mujer y ella le dio hijos, la mujer y sus hijos serán del amo, y él se marchará solo. Pero si el esclavo declara: «Amo a mi amo, a mi mujer y a mis hijos; no quiero salir libre»,… (Éxodo 21:3-6) entonces seguirá siendo su esclavo de por vida.

Con esto, el Eterno se asegura por medio de Su Torah que Su Pueblo entienda que el diseño de familia es una prioridad para el establecimiento de Su Reino en la Tierra.

Yah, deja bien establecido que las relaciones amorosas deben ser respetadas, incluso en circunstancias difíciles y degradantes, como vemos en la apertura de esta porción. El esclavo hebreo tiene el derecho de determinar el futuro de su familia dentro de sus limitadas circunstancias: puede elegir trabajar para proveer y criar a sus hijos.

Ésta es, entonces, la lección que la parashá Mishpatim nos enseña en este momento. Quienes tienen seguridad deben recordar ejercer su influencia con cuidado hacia quienes no la tienen. Así como una sociedad de esclavos recién liberados necesitaba tratar a los demás con humanidad una vez que conseguían un poco de poder, también nosotros, en tiempos en los que las naciones se llenan de inmigrantes, refugiados, esclavos y pueblos oprimidos, necesitamos priorizar los valores de la familia y la dignidad para todos, sin importar cuán recién llegados sean.

Está bien claro que el recurrir a la misericordia de los demás en tiempos difíciles no despoja a una persona de su humanidad fundamental, ya sea en la época de la Torah o en la actualidad.

Debemos proteger los derechos de las familias migrantes mientras buscan una vida mejor en nuestra nación, otorgándoles un trato humano y el debido proceso. Debemos vivir los “Mishpatim”, encarnando el conjunto de valores que el Eterno ha establecido en Su Instrucción para gobernar nuestra sociedad en forma justa, asegurando una equidad que construya un mundo más humano.

La Paz y Gracia de nuestro SEÑOR esté con cada uno de ustedes.

David Nesher

Una Nación de Líderes

Por el rabino Jonathan Sacks

La parashá de esta semana consta de dos episodios que parecen constituir un estudio de contrastes. El primero se encuentra en el capítulo 18. Yitró, el suegro de Moisés y sacerdote madianita, le da a Moisés su primera lección de liderazgo. En el segundo episodio, el motor principal es Dios mismo, quien, en el monte Sinaí, hace un pacto con los israelitas en una epifanía sin precedentes e irrepetible. Por primera y única vez en la historia, Dios se aparece a todo un pueblo, hace un pacto con ellos y les entrega el breve código de ética más famoso del mundo, los conocidos como los Diez Mandamientos.

¿Qué puede haber en común entre el consejo práctico de un madianita y las palabras atemporales del Apocalipsis (la revelación)? Hay un contraste intencional aquí y es importante. Las formas y estructuras de gobierno no son específicamente judías. Son parte de la jojmá , la sabiduría universal de la humanidad. Los judíos han conocido muchas formas de liderazgo: por profetas, ancianos, jueces y reyes; por los Nasi en Israel bajo el gobierno romano y el Resh Galuta en Babilonia; por los consejos municipales (shiva tuvei ha-ir) y varias formas de oligarquía; y por otras estructuras hasta incluir la Knesset elegida democráticamente. Las formas de gobierno no son verdades eternas, ni son exclusivas de Israel. De hecho, la Torá dice sobre la monarquía que llegará un tiempo cuando el pueblo diga: “Pongamos un rey sobre nosotros como todas las naciones que nos rodean”, el único caso en toda la Torá en el que se le ordena (o se le permite) a Israel imitar a otras naciones. No hay nada específicamente judío en las estructuras políticas.

Sin embargo, lo que es específicamente judío es el principio del pacto en el Sinaí, según el cual Israel es el pueblo elegido, la única nación cuyo único rey y legislador supremo es Dios mismo. “Él ha revelado su palabra a Jacob, sus leyes y decretos a Israel. No ha hecho esto con ninguna otra nación; no conocen sus leyes, ¡Aleluya!” (Salmo 147:19-20). Lo que el pacto en el Sinaí estableció por primera vez fueron los límites morales del poder1 Toda autoridad humana es autoridad delegada, sujeta a los imperativos morales generales de la propia Torá. De este lado del cielo no hay poder absoluto. Eso es lo que siempre ha diferenciado al judaísmo de los imperios del mundo antiguo y de los nacionalismos seculares de Occidente. De modo que Israel puede aprender política práctica de un madianita, pero debe aprender los límites de la política de Dios mismo.

A pesar del contraste, sin embargo, hay un tema en común en ambos episodios, en el de Yitro y en el de la revelación en el Sinaí: la delegación, distribución y democratización del liderazgo. Sólo Dios puede gobernar solo.

El tema lo introduce Yitro. Llega a visitar a su yerno y lo encuentra solo. Le dice: «Lo que estás haciendo no está bien» (Éxodo 18:17 ) Este es uno de los dos únicos casos en toda la Torá en que aparecen las palabras lo tov , “no es bueno”. El otro está en Génesis (2:18) , donde Dios dice: “No es bueno [ lo tov ] que el hombre esté solo”. No podemos liderar solos. No podemos vivir solos. Estar solo no es bueno.

Yitro propone delegación:

Tú serás el representante del pueblo ante Dios y presentarás sus disputas ante Él. Enséñales sus decretos y sus instrucciones, y muéstrales cómo deben vivir y cómo deben comportarse. Pero elige entre todo el pueblo hombres capaces, hombres temerosos de Dios, hombres dignos de confianza que aborrezcan las ganancias deshonestas; y nómbralos como jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Que sean jueces del pueblo en todo momento; pero que te traigan todos los casos difíciles; que ellos mismos los resuelvan. Eso hará que tu carga sea más liviana, porque ellos la compartirán contigo. (Éxodo 18:19-22 )

Se trata de una importante descentralización, pues significa que, por cada mil israelitas, hay 131 líderes (un jefe de mil, diez jefes de cien, veinte jefes de cincuenta y cien jefes de diez). Se esperaba que uno de cada ocho varones israelitas adultos asumiera algún tipo de función de liderazgo.

En el capítulo siguiente, antes de la revelación en el monte Sinaí, Dios le ordena a Moisés que proponga un pacto con los israelitas. En el transcurso de este proceso, Dios articula lo que en realidad es la declaración de misión del pueblo judío:

«Ustedes mismos han visto lo que hice con Egipto, y cómo los tomé sobre alas de águilas y los traje a mí. Ahora bien, si ustedes me obedecen fielmente y cumplen mi alianza, entonces serán mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos. Aunque toda la tierra es mía, ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación santa «. (Éxodo 19:4-6 )

Esta es una declaración muy impactante. Cada nación tenía sus sacerdotes. En el libro de Génesis, encontramos a Malkizedek, contemporáneo de Abraham, descrito como “sacerdote del Dios Altísimo” (Génesis 14:18) La historia de José menciona a los sacerdotes egipcios, cuya tierra no fue nacionalizada. (Génesis 47:22) Yitro era un sacerdote madianita. En el mundo antiguo no había nada distintivo en el sacerdocio. Cada nación tenía sus sacerdotes y hombres santos. Lo distintivo de Israel era que se convertiría en una nación en la que cada uno de sus miembros sería sacerdote; cada uno de sus ciudadanos estaba llamado a ser santo.

Recuerdo vívidamente estar con el rabino Adin Steinsaltz en la Asamblea General de las Naciones Unidas en agosto de 2000, en una reunión única de dos mil líderes religiosos que representaban a todas las principales confesiones del mundo. Señalé que incluso en esa distinguida compañía éramos diferentes. Éramos casi los únicos líderes religiosos que vestían traje. Todos los demás vestían ropas de oficina. Es un fenómeno casi universal que los sacerdotes y las personas santas usen prendas distintivas para indicar que están apartados (el significado central de la palabra kadosh, “santo”). En el judaísmo post-bíblico no había ropas de oficina porque se esperaba que todos fueran santos 2 (Teofrasto, un discípulo de Aristóteles, llamó a los judíos “una nación de filósofos”, reflejando la misma idea.3).

Sin embargo, ¿en qué sentido los judíos fueron alguna vez un reino de sacerdotes? Los Kohanim eran una élite dentro de la nación, miembros de la tribu de Leví, descendientes de Aarón, el primer Sumo Sacerdote. Nunca hubo una democratización completa de la keter kehunah , la corona del sacerdocio.

Frente a este problema, los comentaristas ofrecen dos soluciones. La palabra Kohanim, “sacerdotes”, puede significar “príncipes” o “líderes” (Rashi, Rashbam). O puede significar “sirvientes” (Ibn Ezra, Ramban). Pero precisamente de eso se trata. Los israelitas estaban llamados a ser una nación de líderes-siervos . Eran el pueblo llamado, en virtud del pacto, a aceptar la responsabilidad no sólo por sí mismos y sus familias, sino por el estado moral-espiritual de la nación en su conjunto. Este es el principio que más tarde se conocería como la idea de que kol Yisrael arevin zeh ba-zeh , “Todos los israelitas son responsables unos de otros” (Shavuot 39a). Los judíos eran el pueblo que no dejaba el liderazgo a un solo individuo, por santo o exaltado que fuera, o a una élite. En cambio, se esperaba que cada uno de ellos fuera a la vez príncipe y siervo; es decir, cada uno de ellos estaba llamado a ser un líder. Nunca el liderazgo estuvo tan profundamente democratizado.

Eso es lo que hizo que históricamente fuera difícil dirigir a los judíos. Como dijo Chaim Weizmann, el primer presidente de Israel: “Yo dirijo una nación de un millón de presidentes”.

El Señor puede ser nuestro pastor, pero ningún judío ha sido jamás una oveja. Al mismo tiempo, esto es lo que llevó a los judíos a tener un impacto en el mundo desproporcionado en relación con su número. Los judíos constituyen sólo una fracción muy pequeña –una quinta parte del uno por ciento de la población del mundo–, pero constituyen un porcentaje extraordinariamente alto de líderes en cualquier campo de la actividad humana.

Ser judío significa estar llamado a liderar. 

PREGUNTAS (ALREDEDOR DE LA MESA DE SHABBAT)

  1. ¿Cómo podemos ser seguidores y líderes al mismo tiempo?
  2. ¿Crees que, como pueblo, debemos priorizar el ser mejores seguidores o mejores líderes?
  3. ¿Cómo responderás al llamado a liderar?

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NOTAS

  1. Para la ilustración original de esta idea, consulte los comentarios del rabino Sacks sobre Shifrah y Puah en “Las mujeres como líderes ( Shemot 5781 )”.
  2. Esta idea reapareció en el cristianismo protestante en la frase “el sacerdocio de todos los creyentes”, durante la era de los puritanos, los cristianos que tomaban más en serio los principios de lo que llamaban el Antiguo Testamento.
  3. Véase Josefo, Contra Apión 1:22.

Un Hombre de Verdad

Por: Pr. Moisés Franco

La segunda ascensión de la porción Shemot comienza con Paró (faraón) reprendiendo a las parteras hebreas por haber dejado con vida a los niños de su pueblo en los partos. 

Ellas le dicen que esto ocurre porque las hebreas “son expertas parteras” y dan a luz antes de que lleguen las asistentes. 

Vemos luego al monarca egipcio dar la siguiente orden: “… Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida” (Shemot 1:22 |RV60). 

En este punto me resultó muy esclarecedor el comentario de la versión Torat Emet: la creación está conformada por los elementos masculino y femenino. Si el elemento masculino representa el espíritu y el elemento femenino representa el cuerpo, la intención de los egipcios fue darle una trascendencia desmedida a la materia, prescindiendo de la contención espiritual («varón») que aquella requiere”.

Teniendo en cuenta esto último, considero importante agregar que cuando el mencionado versículo dice “todo hijo que nazca”, la palabra ahí usada para hijo es “ben”, que también significa “edificador” según el diccionario Strong. 

El Espíritu Santo me llevaba a pensar que el sistema ha sido muy astuto desde siempre en llevar al varón, quien debería ser el principal representante de la benevolencia divina que edifica un mundo mejor, a ser una persona netamente materialista. 

Alguien que usa y abusa de la materia (incluyendo en ella a los demás humanos y en particular a su cónyuge) según su antojo caprichoso. 

Este cambio lo vemos a partir de la desobediencia y maldición de la primera humanidad en el Edén. Luego del varón ser maldito, él le cambia el nombre a su esposa (que hasta el momento era ‘ishá’, varona, porque del ‘ish’ -varón- había sido tomada) y pasa a llamarla Eva (madre de todos los vivientes). 

O sea, deja de reconocerla como alguien que es como él mismo, pero opuesto, para convertirse en sólo alguien que le dará hijos (Génesis 3:20). 

Sin embargo, en el relato de esta ascensión no sólo encontramos el modelo del varón egipcio (materialista), sino también a Moshé (Moisés). Sobre el significado de su nombre quisiera volver a citar la Torat Emet, que comenta: La voz Moshé (…) es una voz activa que significa ‘sacar a otros’ de situaciones dificultosas; y justamente por eso mismo es que su nombre es Moshé, porque la función de un líder es sacar y liberar a sus dirigidos de todo estado conflictivo que pudiera aquejarlos”.

Entendiendo esto vemos que ya no se trata sólo de ese faraón y de ese niño llamado Moshé, sino que son dos modelos de humanidad: una materialista, hedonista y utilitarista; por un lado, y por el otro, una humanidad que se esfuerza por sacar a su prójimo de las aguas de la confusión que lo ahogan. 

Así llegamos a Yeshúa, profetizado por Isaías como “varón de dolores” (Is.53:3), quien estuvo dispuesto a entregar su vida en servicio a fin de que Israel -y en ella toda la humanidad- pudiera tener “vida eterna” como Él (Juan 3:16). 

Y nuestro Maestro nos dejó este mandamiento en más de una ocasión: “que se amen unos a otros, como yo los he amado” (Juan 15:12 |RVC) y también que si lo seguíamos nos haría “pescadores de hombres” (Mateo 4:19).   

11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo
(Efesios 4:11-13 |RV 60)

PREGUNTAS PARA MEDITAR:

▪️ ¿Estoy siendo utilitarista de mis vínculos disfrazándolo con ‘mis necesidades’, ‘mis negocios’, ‘mis derechos’?

▪️ ¿Estoy buscando activamente -no sólo como expresión de deseo- salvar a otros del hundimiento en el lago de fuego?

Bendición para arrebatar

Por Moisés Franco

«Benjamín es lobo arrebatador; A la mañana comerá la presa, Y a la tarde repartirá los despojos.» (Bereshit | Génesis 49:27)

El término proviene del hebreo «taráf» que, según el diccionario Strong, significa: «arrebatador, arrebatar, desgarrar, despedazar, mantener, presa».

Los comentaristas de la traducción judía Torat Emet explican que esto tiene que ver con la capacidad de tomar una inclinación natural de la persona y transformarla en un aspecto positivo para su vida espiritual. 

Por ejemplo, si un individuo es tendiente a ser iracundo convierte esa ira en celo y determinación por cuidar las cosas sagradas (empezando por sigo mismo).

Alguien con inclinación a la lujuria redirecciona esa pasión al reino del Eterno, por lo cual se convierte en un apasionado de la proclamación del Evangelio. 

Así podríamos seguir ejemplificando, pero el punto es que no se trata de reprimir o prender anular rasgos de la personalidad, sino reconducirlos para que sean útiles al propósito del Señor. 

Es decir, el «lobo» captura a la presa (debilidad) a la mañana (iniciando con el trabajo matutino del estudio de la Torah y la oración) y a la tarde (luego de haberla trabajado) reparte los despojos (comparte con otros el beneficio de su tarea espiritual). 

«Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan
Mt 11:12:

Este polémico pasaje no nos insta a tomar armas físicas contra los que representan a este sistema que impera en el mundo. 

Nos llama a tomar una actitud guerrera y luchar por ser determinados en vencer nuestro ego y trabajar esforzadamente por capturar los tesoros espirituales que nos rodean para quienes trabajan por el reino de los cielos. 

No podemos tener una actitud tibia, sino una determinada (esto se relaciona con la tribu de Dan en este mes de Tevet). 

Son embargo, esto no es algo que podamos hacer en nuestras propias fuerzas, sino en el poder del Espíritu Santo.

«Y me ha dicho: bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo
2Corintios 12:9:

Tomemos hoy está bendición para  Benjamín de ser un «lobo arrebatador» y conquistemos todo rasgo de nuestra vidas que hasta hoy haya estado en manos del enemigo. 

Esto a fin de poder compartir «los despojos» como el lobo lo hace con los suyos y cosechar los beneficios finales en el mundo venidero.

PREGUNTAS PARA MEDITAR

– ¿He tratado de reprimir una tendencia pecaminosa en mí en lugar de reconducirla para la santidad? ¿cuál es?

-¿Estoy siendo determinado en hacer lo que debo hacer o tibio? 

-¿Comprendo que cada cambio que yo logré dejando que sea Cristo quien me gobierne no sólo me beneficia a mí, sino al mundo entero? (y todo lo que demore en hacer también perjudica a otros).

¿Eres Creyente en Jesús? ¡Entonces produce Pruebas!

P.A. David Nesher

Estas señales seguirán a los que CREEN.”
(Marcos 16:17)

Apenas unos momentos antes de que Yeshúa ascendiera al Padre, les dijo a sus discípulos:

“Y estas señales seguirán a los que creen: en mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si beben cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y sanarán”
(Marcos 16:17,18).

«Las señales acompañarán a los que crean»

Ésta es una frase que enfatiza que la fe en Yeshúa como Ungido de Dios que está a la diestra del Padre, implica más que un simple acuerdo mental; está acompañada de señales tangibles y sobrenaturales que sirven como evidencia del poder del Eterno obrando a través de los creyentes discípulos de Yeshúa.

Las Sagradas Escrituras nunca dicen que estas señales dejarán de seguir a los creyentes. Si crees, ¡te seguirán!

En este asombroso pasaje, Yeshúa dijo que las “señales” seguirán a los que creen. La palabra “señales” proviene de una palabra griega que se refiere a una firma o sello que se aplicaba a un documento para garantizar su autenticidad . Era la prueba que mostraba que el documento era real . Jesús estaba enviando a sus discípulos al mundo a predicar el Evangelio, y al enviarlos, dijo, en esencia, que la firma sobrenatural de Dios estaría en su ministerio. Estas “señales” debían ser la declaración oficial de Dios de que su pueblo había sido enviado por el Cielo y que el mensaje del Evangelio era verdadero. Las señales que seguían a la predicación del Evangelio del Reino debían autenticar el mensaje y dejar en claro que no era un mensaje hecho por el hombre, sino que provenía directamente de Dios mismo.

El Maestro Resucitado dijo que estas señales “seguirán” a los que creen. Es importante que Jesús dijera en Marcos 16:17: “…Estas señales seguirán a los que creen…”. La palabra “seguir” se traduce de una palabra que significa seguir o ir a algún lugar con una persona , como acompañarla en un viaje. Tal como se usa en este versículo, la palabra “seguir” significa acompañar incansablemente a alguien , estar constantemente al lado de un individuo o estar siempre en estrecha proximidad con una persona, como un compañero fiel que siempre está a su lado .

Esto nos dice que las señales y los prodigios deben seguirnos fielmente a nosotros y al mensaje del Evangelio dondequiera que vayamos. Las señales y los prodigios deben estar tan en sintonía con nosotros y con el mensaje que predicamos que vivir sin estas señales nos parecería muy extraño. Dios quiso que estas señales nos siguieran a dondequiera que vayamos, como nuestros compañeros ininterrumpidos y como la firma de Dios de que el mensaje que predicamos es verdadero.

Al decir estas cosas, Yeshúa dio autoridad a los creyentes para hacer estas cosas en Su Nombre. Para que los creyentes puedan expulsar demonios, obviamente deben tener autoridad sobre ellos.

Este pasaje de las Escrituras habla del dominio restaurado a la humanidad en Yeshúa el Ungido de Yah. Simbólicamente, este pasaje representa el empoderamiento, la comisión y la habilitación sobrenatural de los creyentes para llevar a cabo la misión de difundir el Evangelio del Reino de Dios. Las señales y los milagros mencionados sirven como una demostración visible del poder de YHVH y una confirmación de la verdad del mensaje del Evangelio anunciado por Yeshúa. Además, la ascensión de Yeshúa sirve como recordatorio de su presencia y participación constantes en la obra de sus seguidores.

En conclusión, Marcos 16:15-20 contiene instrucciones y promesas vitales para quienes siguen a Yeshúa. Destaca el mandato universal de compartir el mensaje de salvación, la importancia de la fe y el bautismo de los creyentes, las señales que acompañan a los discípulos y la presencia y colaboración constantes de Yeshúa en la misión de difundir el Evangelio del Reino. Este pasaje sigue siendo una fuente de aliento y motivación para que los discípulos del Maestro cumplan la Gran Comisión y esperen que Dios trabaje a través de ellos mientras proclaman obedientemente las buenas nuevas.

Por lo tanto, si eres creyente, Yeshúa dijo que estas señales te seguirán. Por lo tanto: ¡Cree!

En amor y servicio: David Nesher

¡Que el calor no nos enfríe! (un llamado a Janukah)

Por Moisés Franco

Escribo estas líneas como una reflexión para el tiempo de Janucá y para todo el décimo mes especialmente. 

¿Puede el calor enfriarnos?

Meditando en ciertas tendencias propias y de mis hermanos mientras oraba esta mañana me di cuenta que sí. 

Es que en este momento estoy escribiendo desde Argentina, con el típico calor de la tierra del “Sol y el buen vino” (provincia de Mendoza), pero destacando que es tierra de sol en serio. 

Sin embargo, en el hemisferio norte, más precisamente en la tierra de Israel, en esta época hace frío. 

El profeta y apóstol David Nesher nos ha explicado que nuestra mente debe estar siempre focalizada en vivir como si estuviéramos en Tierra Santa. 

El tema es que esto es una tarea difícil porque nuestra sensorialidad nos dice que estamos en verano. Tiempo de vacaciones, de relajarnos, de salir, de reuniones con amigos y familiares, de picnic al atardecer en los parques, etc. 

He podido notar cómo en esta época hay una tendencia a relajarnos no sólo en el cuerpo y alma (que no es malo), sino también en lo espiritual y ahí es donde empiezan los problemas. 

 En estos días personalmente he podido percibir cómo incluso los más leales suelen “dejarse llevar” y faltar a convocatorias de fe. 

Justificar con reuniones familiares, cansancio, etc. lo que en el fondo es el espíritu de Grecia que combatimos en esta festividad de ocho días: el hedonismo justificado racionalmente. La vida con el hombre en el centro. 

Es calor en el cuerpo, pero frío invernal en el alma. 

Janucá no es una moed, no es un mandamiento obligatorio, pero sí es significativa para nuestras almas si se la vive desde su esencia mesiánica.

Nuestro ego hedonista dirá: “si no es obligatorio no es pecado”, y es cierto. Pero el desenfoque sí lo es y esta temporada nos prepara para uno de los meses más difíciles del año: Tevet

Amado hermano, cuidado con asentarte en tu comodidad como lo vimos con la parashá Vayeshev. 

¿Te sientes tan fuerte espiritualmente como para no asistir? ¿tus hijos lo están? 

Recordemos las palabras del Espíritu Santificador escritas por el apóstol Pablo:

el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga
(1 Cor.10:12|LBLA). 

Y también, con respecto a lo que no es obligatorio pero sí conveniente:

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”
(Gálatas 6:7-8| RV60). 

Por tanto, amado hermano, te exhorto en el nombre del Señor a que te esfuerces en persistir. En ponerte firme y luchar por la vida eterna para tu casa. 

Puede que pienses que este escrito es exagerado, pero te invito a considerar si justamente eso no es lo que tu enemigo quiere que pienses. 

En amor y servicio, pastor Moisés Franco.

¿Por qué a Kislev se lo denomina «el Mes de los Sueños»?

Por P.A. David Nesher

Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos le aborrecieron aún más. Y él les dijo:
Oíd ahora este sueño que he soñado: He aquí que estábamos atando gavillas en el campo, y he aquí mi gavilla se levantó y estuvo derecha también; y he aquí vuestras gavillas estaban alrededor, inclinándose a mi gavilla. 

Génesis 37:5-7

Hemos entrado ya en el mes hebreo de Kislev  (כִּסְלֵו en hebreo), que es el noveno mes del calendario del Eterno. Este mes es un punto vital en el año que representa un tiempo para volver a soñar, un tiempo para encontrar descanso en aquel que nunca cambia y un tiempo para obtener nuevas estrategias de guerra.

¿Sabías que la mayoría de los sueños registrados en la Torah se leen durante este mes de Kislev? ¿Por qué razón? ¡Porque los Sabios descubrieron que este es un mes ideal para soñar con el Eterno y Su propósito!

Primero quiero explicarte lo que te afirmé en el párrafo anterior. Si observas con atención notarás que en las porciones de la Torah que se leen durante el mes de Kislev, encontramos la mayoría de los sueños mencionados en la Torah. A lo largo de los cinco libros de la Torá, encontramos diez sueños explícitos (soñados por siete «soñadores»), todos en el Libro de Génesis.

El primer sueño de Avimelej, Rey de Gerar, aparece en la porción de la Torah de  Toldot , leída en el mes de  Jeshvan . Los otros nueve sueños aparecen en las porciones de la Torah de  Vayetzé, Vayeshev y Miketz , todas leídas durante el mes de Kislev. De acuerdo con el conocido principio de la Torah de que uno debe «vivir con los tiempos» (es decir, con la porción semanal de la Torah), el tema de los sueños sería un tema de meditación adecuado durante el mes de Kislev. Durante este «mes de los sueños» uno debe esforzarse por examinar y aclarar en su alma el tema del «sueño», sondear las profundidades de sus raíces en el alma y resolver su enigma de una manera buena y apropiada.

Ahora quiero dejar en claro una cosa. Cuando hablo de sueños, no me refiero solamente a los sueños literales que tenemos mientras dormimos. También me refiero a los sueños en términos de visión y propósito. Hay un sueño divino para tu vida, tal y como lo aprendemos en el evento de la Escalera de Yaakov, es divino porque se origina en el cielo. ¡Es una visión y un propósito que el Señor pone en tu corazón y en tu mente!

En el sueño de Yaakov, era el Eterno el que estaba de pie en la cima de la escalera. Los sueños de YaH nunca se tratan de nosotros. Nos esforzamos por alcanzar los sueños de Dios porque sabemos que se trata del SEÑOR. Sabemos que al subir por esa escalera lo encontraremos más en cada peldaño mientras corremos en pos de Su visión y propósito para nuestras vidas. ¡Los sueños de Dios cambiarán tu vida!

Volvamos a lo que los Sabios enseñan. Debes saber que cada mes del calendario hebreo está asociado con una piedra preciosa en particular de entre las doce piedras preciosas incrustadas en el pectoral del Kohen Gadol (Sumo Sacerdote). La piedra preciosa de Kislev, el noveno mes (que corresponde con los nueve sueños, como se mencionó anteriormente), es la novena piedra del pectoral: la amatista (ajlama en hebreo). En su Libro de raíces hebreas, el famoso sabio Radak explica que la raíz de Ajlama es jalam («sueño»), y «quien lleve una (una amatista) en el dedo, muy probablemente verá sueños«.

La amatista es la piedra que representa la tribu de Benjamín, cuya grandeza latente y destino real a menudo están ocultos por defectos visibles de carácter que frenan su crecimiento y desarrollo para cumplir el plano de liderazgo que el Eterno le ha dado. Pero a través de las pruebas que Dios les envía para revelar sus defectos, los dones reales emergen y toman su lugar como fuertes líderes en la familia de Dios, poderosos en la Palabra, inquebrantables en su postura por la verdad, buenos discernidores al percibir errores y audaces al defender la causa de YHVH. Su amor por Dios se exterioriza mientras toman la responsabilidad de ser pastores del rebaño custodiándolo con sus arcos y flechas.

Al avanzar con nuestro estudios de parashot (porciones) del Sefer Bereshit (Génesis) observaremos que la principal figura de la Torah relacionada con los sueños (sea tanto como soñador, así como intérprete de los tales), es Yosef (José) el Tzadik (Justo), apodado (por sus hermanos) como “el maestro de los sueños”, y más tarde fuen nombrado Tzafenat Paneaj («Descifrador de Secretos») por el Faraón. Los cuatro sueños que precedieron a los de Yosef –el sueño de Avimelej, el primero y el segundo sueño de Yaakov, y el sueño de Labán– eran transparentes y no necesitaban una interpretación especial. En estos sueños, el Eterno, o un ángel, se le aparece al soñador y le revela información directamente. En cambio, los seis sueños finales –los dos de Yosef, los dos de los ministros del Faraón y los dos del Faraón– requieren interpretación, pues se han “vestido” de la facultad imaginativa del alma del soñador y aparecen en forma de alegoría y acertijo.

Sin embargo, la solución a los sueños de José –la postración de las gavillas de sus hermanos, y el sol, la luna y once estrellas ante él– es relativamente transparente. Sin necesidad de interpretación, tanto sus hermanos como su padre Jacob entendieron que el significado del simbolismo de los sueños de José era que debían venir y postrarse ante José. Jacob se pregunta diciendo (Génesis 37:10-11): “¿Quieres que yo, tu madre y tus hermanos vengamos y nos postremos en tierra ante ti?” Sin embargo: “su padre esperó a ver el resultado”.

De esto se desprende claramente que, así como Yosef, “el Tzadik, fundamento del mundo”, es “un intermediario que conecta «los reinos espiritual y físico, también es “un intermediario que conecta” los sueños transparentes que no necesitan soluciones y los sueños enigmáticos que necesitan interpretación (estos últimos provienen de una fuente superior, ya que los sueños enigmáticos son una expresión de la esencia de Dios manifestada en la capacidad de sostener la paradoja, como lo explicaré más adelante).

Salud mental y física

Cabe aquí decir que otra forma de la raíz hebrea jalam es hajlamá, que significa «salud» en general (tanto mental como física) y «recuperación» de una enfermedad en particular. Al dar gracias a Dios después de haber estado enfermo y haberse recuperado, el rey Jizkiyahu (Ezequías) oró así:

«Restaurame [de la raíz jalam] y hazme vivir».
(Isaías 38:16):

Los especialistas en enfermedades mentales han explicado que la aparición de un sueño en el alma de una persona es similar al fenómeno de la «sudadera» o «fiebre» de una persona enferma, ya que la sudoración es la separación y secreción de los desechos de lo que es saludable. Este proceso es una de las primeras señales de que el enfermo está en el camino de la recuperación.

Aunque la “separación de los desechos” es ciertamente una propiedad externa importante del sueño, en un nivel más profundo, el sueño sirve para revelar en el alma la Luz, la Providencia y la Voluntad de YHVH. En general, encontramos que la presencia del mal o de los “desechos” impide la revelación Divina y que la separación del mal provoca la revelación Divina, como se revela en el versículo de Bereshit (Génesis) capítulo 12, vers. 14: “Después que Lot se fue, Dios le dijo a Abram”. Rashi explica este pasuk de esta manera: “Mientras el malvado residió con él, la palabra de Dios estuvo separada de Abram”.

Por eso, y debido a su naturaleza “saludable”, la parte interna de la yema del huevo en hebreo se llama jelmon (de la raíz jalam, que significa salud o recuperación), como lo encontramos en el libro de Yob (Job) capítulo 6, versículo 6: “¿Hay alguna tarea en la yema de un huevo?” Continuando con la estructura del huevo en el hebreo, diré que la parte externa, “blanca” o «clara», se llama jelbon, de la raíz jelev (“grasa”), como en el versículo de Vayikrá (Levítico) cap 3, vers. 3: “La grasa que cubre las entrañas”. La yema, en el pensamiento hebreo, refleja y simboliza el aspecto de los “pensamientos de adentro”, insinuando en el alma la idea del salmista cuando escribio:

porque el pensamiento íntimo del hombre, y su corazón, son profundos
(Salmos 64:6)

Es en este nivel que el sueño se manifiesta. De manera similar, la yema refleja el nivel de “luz que ilumina para sí misma” en contraste con la parte “blanca”, que representa “la luz que ilumina a otro”. Esta distinción interior-exterior también se nota en la luz del sol mismo (la fuerza vectorial de la luz dentro del núcleo del sol se dirige hacia adentro). Así, el sueño refleja la luz interior, oculta en el alma, la luz que brilla hacia sí misma, que es la fuente de la salud mental y física.

Por lo tanto, ya que este es un mes para vigilar nuestros patrones de sueño, especialmente aquellos en los que el Eterno nos entrega sus dones, pues el salmista expresa:

“Él da a su amado aun mientras duerme”
(Salmo 127:2, NVI).

Todos soñamos, y el Eterno puede hablarnos en sueños. Puede ser un sueño de advertencia o de aliento para nuestro futuro.

¡Este es verdaderamente el mes de los sueños! Que seamos conscientes de cómo el Santo y Bendito Es se comunica con nosotros mientras dormimos. Pidámosle que revele cualquier misterio en los sueños como lo hizo con el profeta Daniel (Daniel 2:28). Que le encomendemos tanto los sueños de la noche como los de nuestro corazón.

Este mes es el momento de escuchar atentamente las estrategias del Rey de reyes, y de ponerlas en práctica en tu vida cotidiana. Mantén un cuaderno de notas o una aplicación grabadora siempre lista para que puedas registrar tus sueños y visiones. Es hora de ahuyentar y destruir todo lo que te ha estado ensuciando, el Templo de Dios, y volver a dedicarte al Eterno. Él te renovará, y serás consagrado como sacerdote del Altísimo, por la sangre de Yeshúa. Pon tu fe en acción, y observa cómo las estrategias del Señor de los Señores abruman, cansan y destruyen sistema reptiliano que aún gobierna en tu vida. Procura reunirte todo lo que puedas con tus hermanos en el Mesías para sentirte apoyado en tus sueños y a la vez apoyar a los otros. Sé como los lobos del Reino que trabajan juntos para devorar al enemigo y repartir el botín. Experimenta la bendición espiritual y financiera al recibir nuevos avances en las relaciones y las finanzas, y observa cómo las luchas del pasado desaparecen al poner tu esperanza y confianza en el Mesías. Sin la estrategia correcta, la guerra está perdida antes de que haya comenzado, pero cuando su estrategia proviene de Aquel que conoce todas las cosas, tú estás destinado a tener siempre éxito.

Mantén tus ojos enfocados en el arco iris que se arquea en el cielo, la promesa de Dios, y avanza con audacia y valentía (con Yeshúa como tu escudo y protector), sin miedo y sin temor, frente a tu enemigo.

Aléjate de tu propio entendimiento y deja que la sabiduría del Todopoderoso guíe tus pasos. Recuerda este proverbio:

«Mejor es lo poco con justicia que la muchedumbre de frutos sin derecho.
El corazón del hombre piensa su camino; más Yahvéh endereza sus pasos.«
(Proverbios 16:8-9).

Amigo, amiga, el secreto es avanzar paso a paso, sumergido en la Unción, y consumido en la llama siempre ardiente del Espíritu Santo sobre ti.

Hamás ¿Causa principal del Diluvio?

Por Efraim Palvanov

Y la tierra se había corrompido delante de Dios, y la tierra se había llenado de HAMAS. Y vio Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Y dijo Dios a Noé: «El fin de toda carne ha llegado delante de Mí, porque la tierra se ha llenado de HAMAS a causa de ellos, y he aquí yo estoy a punto de destruirlos de la tierra.»

Génesis 6:11-13

En la parashá (sección) de esta semana denominada Noaj (Noé), leemos acerca del Mabul (Diluvio) que “reinicio” el mundo hace milenios. La razón del Diluvio se da en una frase concisa justo al comienzo de la parashá:

La tierra se corrompió ante Dios; la tierra se llenó de 
hamas.

(Génesis 6:11)

Dos versículos más adelante, se nos dice nuevamente:

Dios le dijo a Noé:
“He decidido poner fin a toda carne, porque la tierra está llena de hamas a causa de ellos, así que los destruiré junto con la tierra”.

La misteriosa palabra hamas aparece solo unas pocas veces más en la Torah (Instrucción) divina (o Pentateuco). Generalmente se traduce como “violencia” o “desacato a la ley”.

El sabio Rashi (Rabí Shlomo Itzchaki, 1040-1105) comenta aquí que hamas puede relacionarse con el sentido del hebreo gezel, que se traduce como “robo” o “atraco”.

Sumando a esto Jizkuni (Rabino Hezekiah ben Manoach, c. 1250-1310) explica que la expresión hamas se refiere a un tipo particular de robo o hurto que se lleva a cabo mediante subterfugios y manipulación. Para probar esto cita versículos de otros lugares del Tanak (Antigua Alianza) que utilizan este término para demostrar que también puede significar pecado sexual, idolatría y derramamiento de sangre inocente.

El sabio Ibn Ezra (Rabino Avraham ben Meir ibn Ezra, 1089-1167), tomando lo señalado por Rashi añade que hamas se refiere al rapto de mujeres contra su voluntad.

Toda esta explicación nos lleva a lo que hemos presenciado horriblemente el 7 de octubre del año pasado, ya que todas estas son descripciones precisas del grupo islámico que se autodenomina Hamás, una organización violenta y manipuladora, una banda de ladrones que secuestran, violan y saquean, derraman la sangre de inocentes y todo ello supuestamente en nombre de Alá , un acto de idolatría sumamente atroz.

Esto no es, por cierto, una coincidencia. Da la sensación que hace mucho tiempo la Torah codificó y predijo el surgimiento de otro Hamás que causaría destrucción en el mundo. De hecho, cada caso de Hamás en el Tanak parece estar relacionado con el grupo terrorista Hamás.

El tercer caso después de los dos anteriores es cuando Sara le expresó a Abraham su frustración con Agar, que estaba embarazada, diciéndole hamasí aleikhah (Génesis 16:5). Bien sabemos que Agar daría a luz a Ismael, antepasado de los árabes y padre espiritual de los musulmanes. ¡Esto establece un vínculo claro entre Hamás e Ismael, de modo que sabríamos exactamente quiénes son!

Después, el siguiente ejemplo del término Hamás en la Torah está relacionado con el ataque sorpresa de Simón y Leví contra el pueblo de Siquem. En su lecho de muerte, su padre Jacob los reprendió por la masacre y dijo que no deberían haber tomado el klei hamas contra sus vecinos (Génesis 49:5). Los dos casos siguientes invocan el ‘adei hamas, que significa mentir y conspirar con falsos testigos (Éxodo 23:1 y Deuteronomio 19:16). Los testigos oculares mentirosos y los videos de “Pallywood” (nombre de los documentales que muestra cómo algunos periodistas palestinos, montan escenas ficticias con el fin de desacreditar ante la opinión pública las políticas de Israel). Estos documentales están montados para funcionar como una herramienta clásica en el libro de trucos de Hamás. Esto fue más evidente en el reciente cohete errado que cayó cerca del estacionamiento de un hospital de Gaza. Un evento menor con daños mínimos fue transformado creativamente en un “ataque importante” por parte de Israel contra un hospital que supuestamente mató a cientos de personas. Todo fue una mentira elaborada, pero los medios se lo tragaron y demonizaron a Israel al instante sin molestarse en verificar los hechos.

Algunos exégetas expertos en codificación escatológica aseguran que el rey David previó proféticamente la existencia de los medios de comunicación mentirosos en el Salmo 58, que comienza diciendo que aquellos que son vistos como personas que hablan la verdad y la justicia, en cambio, tienen “maldad en sus corazones”. También tienen sangre en sus manos, porque se confabulan con esos ba’aretz hamas (58:3). En el Salmo 11 nos recuerda que “Dios busca al justo, pero aborrece al malvado que ama a hamas«. Ellos recibirán su merecido, y “Él hará llover sobre los malvados carbones encendidos y azufre; un viento abrasador será su suerte. Porque Dios es justo y ama las acciones justas; los rectos contemplarán Su rostro”.

Mientras tanto, Ezequiel habló extensamente sobre la guerra final en el Fin de los Días (cap. 38-39), luego describió el Tercer Templo y los contornos de un reino judío reconstruido. Cita al Eterno castigando a los líderes fallidos de Israel:

Así dice el Yahveh Dios:
¡Basta, líderes de Israel! ¡Acaben con Hamas y el crimen, y practiquen lo que es justo y equitativo! ¡Dejen de expulsar a mi pueblo —declara el Señor Dios

(Ezequiel 45:19).

No debemos olvidar que fue el liderazgo fallido del Estado de Israel el que entregó unilateralmente Gaza a los palestinos en el año 2005 y creó este desastre, al tiempo que desalojaba por la fuerza a los judíos que habían vivido allí pacíficamente. Y no debemos olvidar que el liderazgo de Israel una vez apoyó silenciosamente a Hamas en la década de 1980, con la esperanza de usarlos como una cuña contra Fatah. (Este fue el mismo error que cometió Estados Unidos al apoyar a los muyahidines contra la URSS, para luego ver cómo los mismos terroristas se volvían y atacaban a Estados Unidos algunos años después.) Y hoy muchos judíos se preguntan: ¿dónde estaba el liderazgo de Israel el 7 de octubre del 2023? Todos estamos todavía desconcertados en cuanto a cómo fue posible una masacre de tal magnitud. Ezequiel nos dice que Dios pedirá cuentas a los líderes de Israel. Y deja en claro que los líderes de Israel deben “hacer lo que es correcto y justo” y finalmente acabar con el Hamás v’shod para siempre.

Ese segundo término, shod (שד), se traduce típicamente como “crimen” o “rapiña”. Sin embargo, la misma palabra con la misma ortografía es shed (arrojar ), una fuerza demoníaca. Cuando observamos los crímenes de Hamás del 7 de octrubre, que exhibieron con orgullo ante todo el mundo, no hay duda de que lo demoníaco estuvo involucrado. Ningún ser humano podría cometer tales crímenes sin la ayuda e inspiración de Sitra Ajra, el “Otro Lado”, el mundo del mal. No es sorprendente, por lo tanto, que algunos Sabios describieran hace siglos que hay personas dentro de la Casa de Ismael que son comparadas con “demonios del retrete” ( Kidushin 72a).

Curiosamente, el valor numérico de hamas (חמס) es 108, igual a Gehinnom (גיהנם). En el libro Reishit Jokhmah, se enseña que hay tres orígenes o “puertas” hacia el Gehinnom:

  • en el mar (ים),
  • en el desierto (מדבר) y
  • en un asentamiento (ישוב).

Inmediatamente se puede ver esta enseñanza y conectarla con el ataque de Hamás del pasado año, realizado en tres frentes, con una invasión por mar que desembarcó en la playa de Zikim, un ataque a una fiesta de la naturaleza en el desierto y en Sderot y los asentamientos circundantes. Esta fue una masacre sacada directamente del infierno.

Vale la pena concluir con una Mishná en en la obra Eduyot (2:10) que sugiere que cinco cosas duran exactamente un año o doce meses: el Diluvio, el sufrimiento de Job, las plagas en Egipto, la inminente guerra de Gog u’Magog y el juicio de los malvados en el Gehinnom. Esto une todo: comenzamos con el Diluvio, donde se introduce por primera vez la noción de hamas ; y nuestro sufrimiento actual es muy parecido al sufrimiento de Job, quien trágicamente perdió a todos sus hijos, su hogar, su riqueza y salud, e incluso su fe. Los profetas comparan los eventos del Fin de los Días con los del antiguo Egipto (y dicen que los seder de Pesaj en el futuro contarán no solo el Éxodo sino también la salvación al Final de los Días). Y esperamos estar en la guerra final de Gog u’Magog ahora, cuando todo el mal y todas las fuerzas del Gehinnom serán derrotadas para siempre. Así lo previó Isaías, cuando declaró:

“Nunca más se oirá en tu tierra la palabra hamas , ni calzado ni ruina en tu territorio”
(Isaías 60:18).

¡Oremos para que podamos ver este día muy pronto!

Adaptado de una artículo del maestro Efraim Palvanov

Shemini Atzeret, la Circuncisión del Mesías y nuestro Corazón

Por David Nesher

«𝙀𝙣 𝙡𝙖 𝙀𝙧𝙖 𝙈𝙚𝙨𝙞𝙖́𝙣𝙞𝙘𝙖, 𝙡𝙖 𝙞𝙣𝙘𝙡𝙞𝙣𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙣𝙖𝙩𝙪𝙧𝙖𝙡 𝙙𝙚𝙡 𝙝𝙤𝙢𝙗𝙧𝙚 𝙨𝙚𝙧𝙖́ 𝙚𝙡𝙚𝙜𝙞𝙧 𝙚𝙡 𝙗𝙞𝙚𝙣».

– 𝙉𝙖𝙟𝙢𝙖́𝙣𝙞𝙙𝙚𝙨

Momentos antes de partir de este mundo, Moisés describió qué señal característica marcaría la redención final; le dijo a los Benei Israel que el Eterno circuncidaría sus corazones. Así fue como lo expresó:

 «El Eterno, tu Elokim, circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para amar al Eterno tu Elokim con todo tu corazón y con toda tu alma, para que puedas vivir»

(Deuteronomio 30: 6)

El análisis de esta metáfora profética conocida como la circuncisión del corazón nos permitirá cumplir por completo el mandamiento de amar a Dios (Deuteronomio 6:5). Pues nos dará vida plena, incluso palparemos lo que significa tener vida eterna.

En las Sagradas Escrituras, la expresión «corazón circuncidado» hace referencia a tener un corazón arrepentido, suplicante y sujeto incondicionalmente a la voluntad de Dios, que es buena, agradable y perfecta. Por ejemplo, en el libro de Devarim (Deuteronomio), Moisés ordenó a la gente:

«Circunciden su corazón y no endurezcan más su cuello«.
(Deuteronomio 10:16)

El profeta Jeremías le dice a Israel que se arrepienta de las malas acciones, diciendo:

«Circuncidémonos con el Señor y quiten los prepucios de su corazón«
(Jeremías 4: 4)

El apóstol Pablo contrasta a un prosélito circuncidado que no guarda los mandamientos contra un gentil incircunciso que sí guarda los mandamientos. Él dice que este último demuestra una circuncisión «que es del corazón, por el Espíritu» (Romanos 2:29).

La escatología judía enseña que cuando venga el Mesías, el Eterno circuncidará nuestros corazones al eliminar el yetser haRá (la inclinación al mal). El Mesías es el «circuncisor de corazones».

Najmánides explica lo siguiente:

Desde la creación, el hombre ha tenido la libre elección de hacer justicia o maldad según su voluntad … En la Era Mesiánica, la inclinación natural del hombre será elegir el bien, y el corazón no codiciará lo que no es apropiado. No tendrá ningún deseo por lo prohibido en absoluto. Y esto es lo que se entiende por «circuncisión» de la que se habla aquí, porque la lujuria (y los deseos materiales) son como el prepucio del corazón. La circuncisión del corazón es que el corazón no codiciará [después de lo prohibido] y no deseará [lo prohibido]. En ese momento, los seres humanos volverán al estado espiritual que poseían antes del pecado de Adán, cuando él haría por naturaleza lo que es apropiado hacerEsto es lo que significa la escritura en Jeremías 31:33 «… pondré Mi Torah dentro de ellos y en su corazón lo escribiré. Esto se refiere a la abolición de la inclinación al mal y los corazones haciendo por naturaleza lo que es apropiado hacer … de manera similar, Ezequiel dice: «Te daré un nuevo corazón y pondré un nuevo Espíritu dentro de ti» (Ezequiel 36: 26-27). El «nuevo corazón» se refiere a su nueva naturaleza.«

(Najmánides en Deuteronomio 30:6)

La profecía de Ezequiel se hace eco de las profecías en Deuteronomio 30: 1-6. Ezequiel describe cómo Dios reunirá a Israel de las naciones, los purificará, circuncidará sus corazones y les permitirá guardar la Torah:

«Porque te sacaré de las naciones, te reuniré de todas las tierras y te traeré a tu propia tierra … Te daré un nuevo corazón y pondré un nuevo espíritu dentro de ti; y quitaré el corazón de piedra de tu carne y te daré un corazón de carne. Pondré Mi Espíritu dentro de ti y te haré andar en Mis estatutos, y tendrás cuidado de observar Mis ordenanzas. Vivirás en la tierra que le di a tus antepasados.«
(Ezequiel 36: 24-28)

El resultado de esta circuncisión de corazón es la obediencia al Eterno. Moisés dice que cuando Dios finalmente circuncida el corazón de su pueblo, ellos “obedecerán nuevamente al SEÑOR y observarán todos sus mandamientos” (Deuteronomio 30:6). En otras palabras, el Eeterno nos permitirá mantener Su Torah. Él nos va a liberar del pecado y nos hará caminar en justicia. Guardar la Torá es una de las promesas de la Era Mesiánica.

Pablo explica que quienes nos hemos convertido en participantes del Mesías ya hemos comenzado a entrar en el nuevo pacto y la circuncisión del corazón. Él lo llama la «circuncisión del Mesías» cuando dice:

«En Él también fuiste circuncidado con una circuncisión hecha sin manos, en la extracción del cuerpo de la carne por la circuncisión del Mesías»
(Colosenses 2:11).

Varón, ¿estás ahí?

Pastor Moisés Franco

Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer y una tentación para los ojos, y que el árbol era propicio para lograr conciencia, tomó su fruto y comió; y le dio también a su esposo que estaba con ella. Y él también comió.
(Bereshit/Génesis 3:6 | Torat Emet)

¡Alabo al bendito Espíritu de Verdad por haberme hablado esta mañana desde este pasaje!

Desde hace años que me preguntaba dónde estaba Adán cuando la serpiente habló con ella y hoy el Señor me lo mostró con este versículo que tantas veces había leído. Por algo la oración Shajarit dice que Él es el que “da vista a los ciegos”.

Claramente esta traducción judía al español dice: “y le dio también a su esposo que estaba con ella”.

Lo corroboré con otras traducciones cristianas y para mi sorpresa La Biblia de las Américas (LBLA), la Biblia Textual 4ta Edición y la Nueva Traducción Viviente también dicen su esposo estaba con ella”.

¡Adán estaba ahí! Pero, ¿realmente estaba ahí?

Esto me recuerda a la película estadounidense “Click” (2006). En ella el personaje principal protagonizado por Adam Sandler obtiene por medio de un ángel un control remoto que le permite “jugar” con el tiempo de su propia vida.

Esto le da la posibilidad de adelantar los momentos incómodos o aburridos. Cuando el ángel le explica esto, él le pregunta qué ocurre mientras tanto cuando se adelanta y el emisario le responde que el protagonista está “en piloto automático”.

Así, entonces, puede estar en la mesa de familia comiendo, pasando condimentos, hasta respondiendo preguntas rápidas, pero sin estar en plena consciencia.

Pienso en cuántas veces como varón hice lo mismo, con mi mente enfocada en preocupaciones internas o en planes económicos estuve al lado de mis seres queridos, pero en piloto automático. Sin estar verdaderamente consciente.

El primer Adán estaba con su esposa cuando ésta fue engañada, pero evidentemente algo le pasó para no estar totalmente consciente.

¿Vamos a juzgarlo? ¿cuántas veces también hemos dejado que el enemigo engañe a nuestras esposas e hijos por estar enfocados en otra cosa y no en nuestro rol sacerdotal?

No es la mujer quien debe tener la principal responsabilidad espiritual de una casa, no tiene el deber de enseñar la doctrina. Esa tarea el Señor se la dio al varón y en ese sentido es cabeza según Efesios 5:23 (y no en términos de imposición machista).

Según ese mismo capítulo de la carta apostólica el marido es comparado al Mesías y tiene la orden de amar a su esposa y “lavarla” por medio de la palabra (Ef. 5:24-26).

El varón tiene la orden divina de estudiar los mandamientos, internalizarlos y exponerlos -no imponerlos- a su esposa para que ella desde la capacidad administrativa que le ha dado el Eterno pueda bajar eso a cada ámbito de su casa.

Obviamente, esto demanda algo que al feminismo actual le causa crispación: “Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo” (v.24).

Ese “todo” se refiere siempre y cuando la directiva no vaya en contra de la Torah desde el yugo de Yeshúa (aquí se aplica el principio de Hechos 4:19-20). Por eso, claramente ella también debe ser discípula y estudiar la Instrucción.

Sin embargo, el punto es que la doctrina debe ser dada por el varón. En eso evidentemente Ishá (la primera mujer) también falló, dado que debería en tal caso haber seguido lo que su esposo le enseñó en cuanto a lo dicho por el Eterno y no modificarlo agregando que al Árbol del Conocimiento del bien y del mal no se lo podía tocar (Gn.3:3). Esto último no había sido dicho por el Creador.

Volviendo al punto principal de esta reflexión, la responsabilidad principal sigue siendo de Adán, dado que él manejaba bien la enseñanza divina, pero estuvo ahí sin estar.

 En verdad él no fue engañado, como lo deja en claro 1 Timoteo 2:14, sino que voluntariamente se desligó de su responsabilidad espiritual como cabeza y responsable doctrinal.

A modo de conclusión, aliento a cada varón a que reflexiones sobre su rol en el hogar (incluso si es soltero) y que, en caso de hallarse en “piloto automático”, retorne a su posición según el propósito de YHVH.

A las mujeres casadas, exhorto a que trabajen para estimular a sus esposos a tomar con responsabilidad ese rol (y a respetarlo cuando lo haga).

En tanto, a la soltera que piensa algún día casarse, que mire principalmente cuánto el varón que desea está hoy desde su soltería siendo alguien que pueda representar al Mesías en su hogar.

Que sea Aquel que lo llena todo en todo(Ef. 1:23) el que nos guíe a cada cual a ocupar el rol establecido por el Señor.

Probar el «sin límite» de la Era de la Redención

El Rebe de Lubavitch en la parshá Vaetjanan

Las Haftarot (lectura de los profetas posterior a la de la Torah) de los siete Shabatot de consuelo que comienzan luego de Tisha BeAv fueron elegidas e instituidas de acuerdo al contenido del calendario y los sucesos ocurridos. Por lo tanto, contrastan con las Haftarot leídas a lo largo del año que están directamente relacionadas con el contenido de las lecturas de la Torah que se leen cada semana. Sin embargo, incluso en estos Shabatot, hay una conexión con la lectura semanal de la Torah, porque, como explica el «Shela», Rabí Ieshaiahu Horowitz (1555-1630), «las fechas y festividades del año tienen una conexión con las partes de la Torah que caen en esos momentos«. La Haftará de esta semana comienza: «Najamu, Najamu» («Consuelen, consuelen a mi pueblo«) y refleja un doble consuelo para una doble pérdida (la destrucción del Primer y Segundo Beit HaMikdash). Esto vendrá a través de la construcción del Tercer Beit HaMikdash en la Era de la Redención. Aquí radica la conexión con la lectura de la Torah de esta semana que comienza con la oración de Moshé para entrar a la tierra de Israel. Si Moshé hubiera recibido permiso para conducir a los hebreos a la tierra de Israel y construir el Beit HaMikdash, éste hubiera sido eterno y la Era de la Redención definitiva habría comenzado en ese momento.

Hay, sin embargo, una dificultad aparentemente, el énfasis en la Parshá Vaetjanan es que la oración de Moshé no se cumplió y por lo tanto, existe la posibilidad de exilio y destrucción. Si es así, surge la pregunta: ¿Cuál es la conexión entre esta lectura de la Torah y la promesa de consuelo de la Haftará para el pueblo de Israel?

Esta pregunta se puede resolver sobre la base del concepto de que el consuelo ofrecido por Shabat Najamu es doble y el concepto de duplicidad está conectado con la Redención. Así, el Midrash comenta: «Hay cinco letras que se repiten (es decir, tienen dos formas, una que se usa cuando aparecen al comienzo o en el medio de una palabra y otra que se usa al final de una palabra), cada una de ellas es asociada con la Redención. De hecho, el concepto de duplicidad se asocia con las palabras del versículo (Yob 11:6) «Kiflaim LeTushiá», «dobles para salvación«, que también puede explicarse como una alusión a la salvación final, la Redención futura.

La conexión entre la duplicidad y la Redención es, que esta duplicidad no implica simplemente una sola repetición de un concepto sino es una repetición múltiple e incluso ilimitada del mismo. Por lo tanto, sobre la duplicidad de palabras en una mitzvá en la Torah, por ejemplo sobre la tzedaká (caridad) está escrito: «נתון תתן», («naton, titen» que son dos expresiones del verbo dar), nuestros sabios afirman que la repetición no significa que la mitzvá debe cumplirse solo dos veces, sino más bien, «cien veces«. Además, cien tampoco es un límite, sino más bien una alusión a una cantidad ilimitada. Aquí radica la conexión con la Redención, ya que en la Era de la Redención se revelarán las dimensiones infinitas de la Divinidad.

En particular, la repetición de la promesa de Najamu, Najamu (consuelen, consuelen a mi pueblo), tiene una connotación especialmente positiva.

Para explicar: Con respecto a la orden del Eterno a Abraham, «Lej Leja» («Ve para ti«), Rashi explica que la duplicidad de las palabras «Lej» y «Leja» indica que el viaje será «para su beneficio y para su bien«. Además, con respecto a su futuro personal , representan estas palabras una Redención de Ur Kasdim. De manera similar, encontramos dos palabras repetidas en el versículo (Shemot 3:16) «pakod pakadti» (dos conjugaciones de «recordar«), donde Moshé comunica a los israelitas una señal de que serán redimidos del exilio egipcio. Y en las obras de los profetas, las palabras repetidas del versículo (Zacarías 6:12): «Tzemaj» «itzmaj» (dos conjugaciones de florecer) se usan para predecir la Redención futura.

En estos casos, sin embargo, las palabras repetidas, aunque comparten la misma raíz, no son exactamente las mismas. Por el contrario, las palabras de nuestra Haftará Najamu, Najamu son una repetición exacta. Esta es una verdadera expresión de la conexión entre repetición e infinito. Cuando hay una diferencia entre las palabras repetidas, la intención es obviamente transmitir otro mensaje además del concepto de repetición y para expresar ese concepto, las palabras son ligeramente diferentes. Por el contrario, cuando en el caso que nos ocupa, la repetición es exacta, está claro que el único propósito es expresar la dimensión infinita asociada con la Redención.

Lo especial del mensaje del consuelo transmitido por la profecía Najamu, Najamu es destacado por los sabios, que enseñan que la primera palabra «Najamu» es un consuelo por el Primer Beit HaMikdash y la segunda, un consuelo para el Segundo Beit HaMikdash. Cada una de estas dos estructuras poseía una virtud que carecía la otra. Por lo tanto, el tercer Beit HaMikdash representará un consuelo total por la pérdida de ambos. Por lo tanto, será una estructura triple, que posee sus propias cualidades especiales y las cualidades positivas de cada uno de los dos anteriores Batei HaMikdash (Grandes templos de Jerusalem).

El Primer Beit HaMikdash se caracterizó por una dimensión especial de revelación de Divinidad desde las alturas celestiales, en un grado muy superior a la revelación de Divinidad que se manifestó en el Segundo Beit HaMikdash. Esto se refleja en el hecho, de que cinco elementos de santidad, incluido el Arca del Pacto (que contenía las tablas de la ley), estuvieron presentes en el Primer Beit HaMikdash y no estuvieron presentes en el Segundo.

Por otro lado, el Segundo Beit HaMikdash poseía una ventaja sobre el Primero. Era más grande en tamaño y duró un tiempo más largo; es decir, en tiempo y en espacio, las cualidades que caracterizan nuestro mundo material, superó al Primer Beit HaMikdash. El Tercer Beit HaMikdash poseerá ambas ventajas comparativas, además de una dimensión única reflejada en la fusión de estos dos.

En base a lo anterior, podemos explicar la conexión entre la Haftará, «Najamu, Najamu» y la Parshá Vaetjanan. Uno de los aspectos fundamentales de la Parshá Vaetjanan es la repetición de los Diez Mandamientos, a pesar de que los Diez Mandamientos son mencionados en la Parashá Yitró, de todas formas, se repiten junto con todos sus detalles en la Parshá Vaetjanan.

La naturaleza del contexto en el que se mencionan los Diez Mandamientos en la Parashá Vaetjanan difiere, sin embargo, a los Diez mandamientos de la de Parshá Yitró. En la parshá Yitro, los israelitas estaban en un nivel de «tzadikim» (justos) y así, el relato de los versículos refleja la dimensión de revelación de Divinidad desde las alturas celestiales. Por el contrario, la narración de la Parshá Vaetjanan, es parte de la reprimenda de Moisés al pueblo judío y por lo tanto, está asociada con los «baalei teshuvá» (retornantes a Di-s) y el servicio espiritual de elevar el plano mundano y terrenal.

Más allá de este contraste entre las parshiot Yitró y Vaetjanan, sin embargo, el solo hecho de que los Diez Mandamientos se repitan apunta, al igual que todas las duplicaciones que se mencionaron anteriormente, al concepto de infinito. Y esto representa una alusión al aspecto infinito de la Torah que se revelará en la Era de la Redención, «las nuevas [dimensiones de] la Torah que saldrán de Mí«. (Yeshaiahu 51:4 y Vayikra Rabá Cap.13:3)

Más particularmente, estos dos movimientos de impulso: la revelación desde Arriba, representada por el servicio espiritual de los tzadikim y la elevación del plano mundano, que es el servicio espiritual de los «baalei teshuvá» – serán incluidos en esta revelación de la Era Mesiánica. Porque «las nuevas [dimensiones] de la Torá saldrán«, es decir, saldrán del reino de la Divinidad y entrarán en el ámbito de la comprensión humana y se relacionarán con la elevación del plano mundano. Simultáneamente, vendrá «de Mí», es decir, será una revelación desde las alturas celestiales. Además, estos dos movimientos de impulso se fusionarán juntos como un solo movimiento.

Con base en lo anterior, también podemos apreciar otra conexión con la lectura de la Torah de esta semana, la respuesta de Dios a Moshé de que será Yehoshúa quien liderará la reconquista de la tierra de Israel. Si Moisés hubiera llevado al pueblo a la tierra de Israel, su ingreso a ella habría estado en un nivel espiritual más alto, sin embargo, también hay una ventaja para el pueblo siendo guiados por Yehoshúa, ya que esto representaba una elevación del plano terrenal. Esto se refleja en el hecho de que la instalación del pueblo en Eretz Israel se prolongó, tardando siete años en conquistar la tierra y siete años en dividirla. Dado que elevar el plano material dentro del contexto de su propia perspectiva requiere un esfuerzo sostenido, esta cantidad de tiempo fue necesaria.

Como se mencionó, si Moshe hubiera liderado la entrada a Eretz Israel, nunca más habría sucedido un exilio. El potencial para el exilio, sin embargo, e incluso el exilio mismo, también deben verse bajo una luz positiva. Es el exilio, lo que permite la elevación del mundo en general dentro de su propio contexto. A cada tierra a la que se ha dispersado el pueblo judío, se ha elevado la sustancia material de la tierra y refinado las chispas de Divinidad encerradas en ella. Así, a través de este servicio espiritual, el mundo mismo se ha elevado y preparado para la Redención final.

Por lo tanto, la entrada a Eretz Israel descripta en Parashá Vaetjanan debe verse dentro de un contexto de mayor alcance. Dado que se prepara al mundo para la Redención futura, debe considerarse al estudiarla que contiene el potencial para llegar a la plenitud total que se alcanzará en esa época.

Nuestros Sabios declararon: «Quien trabaje en la preparación de Shabat en la víspera de Shabat (el viernes), comerá en Shabat«.

La singularidad del 15 de Menajem Av se refleja en que es un día de luna llena. La luna llena simboliza plenitud y a su vez la plenitud del pueblo judío que «fija su calendario de acuerdo con la luna, se asemeja a la luna y finalmente se renovará a la misma media que la luna».

Cada mes, la plenitud de la luna refleja un estado de perfección en el servicio espiritual específico conectado con ese mes. En lo que respecta al presente mes, su mismo nombre Menajem Av, apunta a una conexión con el Mashiaj, que es llamado Menajem, “consuelo”. Asimismo, nuestros Sabios enseñan que Tishá BeAv es el día que nació el Mashíaj, es decir, el día en que su fuente espiritual está dotada de poder adicional, pues el día de nacimiento «el mazal de la persona prevalece«. Así, el día 15 de Av es el tiempo que el potencial de Redención alcanza un estado de perfección.

De manera similar, fue en el día de su creación que Adam (el primer hombre) convocó a todos los seres creados: «Vengan, prosternémonos e inclinémonos, arrodillémonos antes Dios nuestro hacedor», es decir, llevó al mundo entero a la aceptación del Reino de Dios. Y es en la Era de la Redención, cuando el reinado de Dios será revelado de una forma completa y manifiesta.

Nuestros Sabios asociaron a Tu Be Av (el día 15 de Av) con un aumento en el estudio de la Torah:

«Desde el decimoquinto día de Av en adelante, quien agregue las noches a los días con estudio de la Torah tendrá años agregados a su vida«.

Dado que la Torah indica que «se puede suponer que todos los judíos se comportan de manera apropiada«, podemos suponer que han fijado tiempos para el estudio de la Torah y por lo tanto, el aumento deseado no es meramente limitado en naturaleza, sino más bien un aumento que va más allá de los límites ordinarios de la persona.Y es mediante el aprovechamiento del potencial infinito del alma de un judío, cada uno de acuerdo con su naturaleza, puede revelar el infinito de Dios. Esto se reflejará en la revelación de «las nuevas [dimensiones de] la Torá que saldrán de Mí» en la Era de la Redención, ya que esta será una dimensión infinita de la Torá. De manera similar, está conectado con un verdadero «aumento en la vida», la vida eterna del segundo período de la Era de la Redención.