Moisés Franco

La Ley del Reconocimiento y la Torah

Autor: Pastor Moisés Franco

Moshé convocó a toda la comunidad israelita…”

(Éxodo/Shemot 35:1)

Lo que el Espíritu Santo me mostró en esta primera ascensión de la porción Vayakhel es muy simple, pero a su vez es poderosísimo si lo creemos y aplicamos en nuestras vidas.

Algunas porciones atrás vimos en Terumá los materiales necesarios para la edificación del Mishkán, en las porciones posteriores se hacen descripciones adicionales en cuanto a ubicación, funciones sacerdotales y demás.

En esta porción el Eterno le habla a Moshé y le menciona nuevamente los materiales a utilizar, pero además le pide que le diga a los israelitas:

Y todo sabio de corazón de entre vosotros, vendrá y hará todas las cosas que el SEÑOR ha mandado
(Shemot 35:10|JBS).

El primer mensaje para considerar aquí es que para el Eterno no existen llaneros solitarios de la fe. Él habita en medio de su pueblo y hace habitar a sus hijos en Pueblo, en Comunidad.

¿Por qué? La razón es el segundo punto: porque es en la comunidad donde se reúnen los talentos y capacidades de cada individuo para lograr cumplir con la voluntad del Eterno.

Dicho de otra manera: todo lo que necesitas para cumplir el propósito del Señor en tu vida ya te fue dado en las personas que Él ha puesto a tu alrededor.

El punto está en saber reconocerlo. Esto está muy bien plasmado en el libro “La ley del reconocimiento” de Mike Murdok.

Cuando lo pensamos así entendemos por qué debemos amar a nuestro prójimo, porque detrás de cada persona (sea creyente o no) hay contactos, recursos, talentos, ideas, conocimientos, etc. que el Eterno pone para el cumplimiento de su intención para nuestras vidas.

Tal vez la puerta laboral por la que tanto has estado orando estaba en la persona que se sentó a tu lado en el bus y que en lugar de predicarle decidiste hundirte en la pantalla de tu teléfono.

¡Todo lo que necesitamos ya nos ha sido dado!

Si lo creemos entonces no hay carencia ni pobreza.

Pero, ¿por qué no lo vemos materializado aún?

Muy simple: por falta de sabiduría y discernimiento. Por distracción en lugar de apertura para escuchar la voz del Espíritu Santo (algo que Murdok destaca al inicio de su libro).

“Hijo mío, si recibes mis palabras
y en tu mente guardas mis mandamientos,
si tu oído está atento a la sabiduría
e inclinas tu corazón a la prudencia,
si pides la ayuda de la inteligencia
y llamas a gritos a la prudencia,
si la buscas como a la plata,
y la rebuscas como a un tesoro,
entonces sabrás lo que es temer al Señor,
y hallarás el conocimiento de Dios”
.
(Prov. 2:1-5| RVC)

Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas”.
(Mt. 6:33|RVC)

Tal vez todas las cosas que necesitamos (no las que caprichosamente deseamos) ya nos han sido añadidas en las personas a nuestro alrededor, pero no nos demos dado cuenta por distracción.

Te pido que ores conmigo:

Abba, quiero darte gracias porque en Yeshúa tu Ungido ya nos has dado todas las cosas. Gracias por cada vida que has puesto en mis conexiones, porque son regalos de tu amor. Te pido perdón por mi distracción y ceguera.  Te pido también, te clamo, por tu sabiduría y porque abras mis ojos y oídos espirituales para escuchar la voz de tu Espíritu, a fin de poder reconocer lo que has puesto en cada persona y saber cómo conducirlo a tu propósito. En Yeshúa el Mesías, amén”. 

Cuando la palabra «SUEGRO» deja de ser negativa.

Por Moisés Franco (Pastor/Maestro)

Comúnmente se bromea con respecto a lo supuestamente malo y despreciable de los suegros, pero en esta porción el Eterno viene a sanar nuestra alma de este y muchos otros conceptos. 

En los doce versículos que componen la primera ascensión se enuncia ocho veces la palabra “suegro” (heb. Kjatán). La gematría de este término es 458, cuyas cifras al sumarlas dan 17 y al sumarlas nuevamente dan 8.  

Así mismo, la palabra Yeshúa tiene un valor de 386, cuyas cifras al sumarse dan 17, y por ende, 8 una vez más.  

El número 8 (ocho) tiene muchísimos significados en las escrituras, pero principalmente habla de tres grandes ideas:  

  • Plenitud, abundancia: dado que ocho se escribe en hebreo ‘Sh’moneh’ de la raíz ‘Shah’meyn’ engordar, cubrir de gordura, sobreabundar1. (Chen C.) 
  • Sobrenaturalidad: la creación se restauró en siete días, siete son las notas musicales y los días de la semana. Por ende, el ocho es aquello que va más allá de lo natural, lo sobrenatural.  
  • – De la mano de lo anterior, tiene que ver con nuevos comienzos y con la redención final de Israel unida a YHVH (por eso celebramos Sheminí Atzéret al octavo día de Sucot). 2 (Nesher D.) 

¿Cómo se relaciona todo esto con la parashá Yitró?

Kjatán además de suegro o pariente significa “esposo” y es el término que se le aplica al varón en el marco de una boda.  

Por eso es que en esta porción es cuando el Eterno firma su contrato matrimonial con el pueblo. 

El mensaje para Israel es que el Eterno quiere ser su esposo, uno que le dé abundancia, que la haga vivir sobrenaturalmente y que la redima de cualquier zona de muerte llevándola a nuevos comienzos mejores que lo que hasta ese momento ha vivido.  

En síntesis, Él será un esposo que sea para ella salvación, es decir, Yeshúa.  

Este proceso bendito empezó en el Sinaí con la matán (entrega) de la Torah, pero finalizará con las bodas del Cordero en los tiempos finales.  

«Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.  Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. 

Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”. (Apocalipsis 19:7-9 | RV60) 

Apeguémonos a Su Torah desde la cercanía que nos da el Espíritu Santo y trabajemos con esfuerzo hasta el día de nuestra boda suprema. ¡MARANATHA Señor Yeshúa!

«¡Yo NO abandono!»

Por Moisés Franco

«YHVH es el que va delante de ti. No te dejará ni te desamparará. No temas ni desmayes.«

(Devarim/Deuteronomio 31:8)

El Espíritu Santo me tocó mucho con estos dos verbos y la promesa de que no me dejará ni desamparará.

El primero en hebreo es «rafá» y se relaciona con: débil; dejar; desamparar; flojo; intimidar.

El segundo en hebreo es «azáb» y significa: abandonar; desechar; fallar; quitar, entre otras cosas.

El Espíritu  del Señor me permitía ver que esta es la generación actual: débil e inestable en sus relaciones. Por algo se la llama «la generación de cristal«, pero esto no es sólo para los jóvenes, sino que en mayor o menor medida abarca a todas las edades. 

Porque el compromiso, el amor abnegado, es incompatible con el hedonismo alentado por las series y el new age de las redes sociales.

En cambio, el Espíritu Santo a través del apóstol Pablo nos dice: 

«El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.«
(1Corintios 13:7)

En un mundo adicto a soltar, tener un amor así es un acto completamente revolucionario.

Así fue y es el amor de Yeshúa, quien:

«…como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin
(Juan 13:1)

Quisiera cerrar esta breve meditación con lo que el Eterno me llevó a preguntarme esta mañana:

  • -¿ Mi amor hacia mis vínculos es flojo, débil, abandona y suelta fácilmente? ¿es fuerte, constante, resiliente? 
  • -¿ Y lo mismo hacia mi llamado, mis proyectos y sueños?

El deber de la muchacha virgen

Por: Moisés Franco

Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti”.

(Devarim/Deuteronomio 22:23-24 | RV-60)

Sin lugar a duda uno de los pasajes en todas las Sagradas Escrituras que más conflicto interior me ha causado (y entiendo que no debo haber sido al único que le ocurrió).  Dentro mío me parecía un acto injusto culpar en cierto modo a la chica por haber sufrido una violación. Porque, si bien está en medio de una ciudad, sabido es (como tristemente aún ocurre) que puede ser raptada al pasar por algún sitio oscuro o recóndito sin posibilidad de pedir auxilio.  Sin embargo, hoy el bendito Espíritu Santo me trajo luz sobre el tema, tal como Yeshúa dijo que lo haría (Juan 16:13).  

La clave está en un comentario que hace Rashi sobre el tema de por qué aclara el versículo que el hecho ocurre en una ciudad. La versión Torat Emet lo cita así: que el hombre se haya acostado con ella es la consecuencia directa de que la chica estaba en medio de la ciudad. Y lo ilustra con un ejemplo: una brecha en la pared de una construcción es una invitación al ladrón”. 

A simple vista, desde una mirada superficial boba, pareciera ser que estuviera reforzando un paradigma machista, pero no es así.  

En primer lugar, tenemos que alejarnos un poco de nuestra mirada occidental del siglo XXI y mirar más en contexto.

Difícilmente el versículo podría ser un mero enunciado opresivo contra la mujer porque habla de pena de muerte también para el varón. Pero hay algo más: históricamente no eran las mujeres quienes estudiaban de forma directa la Torah, sino los varones.  Por lo que esto no fue escrito primordialmente para ellas (aunque claro está que no las excluye), sino pensando fundamentalmente en el género masculino y con objetivos pedagógicos espirituales.  

Siendo así, ¿cuál sería esa enseñanza trascendental? Cabe destacar previo a responder eso, que la distribución en porciones y ascensiones del estudio de la Torah no es fruto de las ediciones impresas desde el siglo XVIII hasta ahora, sino que fueron guiadas por el Espíritu Santo ya desde los tiempos de Moisés y habrían sido formalizadas por al sacerdote Esdras para terminar ese proceso ya con Maimónides quien se basó en documentación del siglo X de nuestra era “sin dejar nada al azar”, como dice el P.A. David Nesher.  

Entendiendo esto, el Señor me llevó a ver que la tercera ascensión o aliyáh -que es donde se halla el pasaje que estamos analizando- no inicia con una regulación de la actividad sexual, ni siquiera con una sobre cuestiones de comportamiento masculino o femenino. No, empieza así:

cuando edifiques una casa nueva, construye una baranda alrededor de la azotea, no sea que alguien se caiga de allí y sobre tu familia recaiga la culpa de su muerte

(Devarim/Deuteronomio 22:8| NVI)  

Los comentaristas judíos afirman: “en sentido figurado, “casa” alude a la persona, de modo que el versículo debe verse como una indicación en el sentido de que hacerse una protección espiritual alrededor de su ser para protegerse de los peligros que desde el mundo material acechan por doquier, y de los que uno podría ser presa si no toma los debidos recaudos”.

Por un lado, esto nos revela que tenemos el mandato divino de la autopreservación. Es decir, estamos obligados a proteger nuestra integridad física evitando tomar riesgos innecesarios para el propósito del Eterno.  

Por eso, cuando el adversario tentó a nuestro amado Maestro para que saltara de la parte más alta del templo, Él le contestó: “no tentarás al Señor tu Dios”, citando Devarim 6:16.

Pero, yendo más profundo, el Amado me permitía ver que la joven desposada es nuestra alma, comprometida en alianza con Él.  

Entendiéndolo así, el diablo nos está asechando para hacernos pecar, para denigrar nuestra dignidad de ser parte de la Amada Novia del Ungido (1 Pedro 5:8).  

Ante esto no podemos argumentar que “no pudimos hacer nada frente al pecado, caímos”. Sino que tenemos que resistirlo con todas nuestras fuerzas, porque incluso cuando estas se acaben, es Su poder el que se revela en nuestra debilidad (2 Corintios 12:7-9).  

Quisiera cerrar con esto que nos dice el Espíritu en la carta del apóstol Jacobo: “…sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes” (Jac.4:7) y en el libro a los Hebreos: “…consideren a aquel que sufrió tanta contradicción de parte de los pecadores, para que no se cansen ni se desanimen. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre(Heb. 12:3-4|RVC).

En conclusión, el deber de la mujer virgen comprometida es preservarse para su amado, de la misma manera nosotros debemos luchar con el poder del Espíritu Santo contra el pecado a fin de preservar nuestra alma y todo nuestro ser para nuestro esposo, quien nos aguarda en las “bodas del Cordero”.  

¿Me estoy cagando en los demás?

Por Moisés Franco *

Sé que el título es fuerte, más considerando que esta reflexión surge del estudio de la Torah. Probablemente para algunos usar esta expresión rompe con el clima de santidad que inspiran las Escrituras Sagradas, pero creo que si no nos dejamos llevar por la lectura rápida y prejuiciosa podremos llegar a las profundidades del Espíritu a las que invita este texto. Se lo prometo.

Al iniciar la parashá Vaetjanán el pueblo se encuentra a las puertas de la tierra prometida, concretamente en Bet Peor (Devarim 3:29), que significa “la casa de Peor”.

Termina la primera ascensión diciendo:

Vuestros ojos vieron lo que hizo YHVH con motivo de Baal-peor; que a todo hombre que fue en pos de Baal-peor destruyó YHVH tu Dios de en medio de ti. Mas vosotros que seguisteis a YHVH vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.”

(Dev. 4:3- 4|RV60 adaptada).

Baal Peor es mencionado dos veces seguidas, cuando esto acontece es porque evidentemente el Eterno quiere que nos fijemos en eso.

Literalmente el nombre de esta deidad falsa significa: “el señor de las brechas o aberturas”, según el Diccionario Strong y otros.

En una llamativa columna de opinión en el portal La Información.com1 se menciona que, según Paul Spinard: Baal el Peor parece ser un «dios de los excrementos», asociado a los intestinos, las flatulencias y otras funciones corporales relacionadas con el estiércol. En tanto las religiones politeístas típicamente ofrecen sacrificios materiales a los dioses que tratan de aplacar, sus seguidores lógicamente sacrificarían sus heces para curar sus problemas intestinales o bien para ayudar a fertilizar las cosechas”.

En dicho artículo se explica que, básicamente, el feligrés defecaba en la boca abierta del ídolo. Así mismo, se le entregaban todos los fluidos corporales provenientes de aberturas, como mucosidad nasal, cera de oídos y saliva.

En tanto, David Nesher ha explicado en reiteradas ocasiones que, junto con todas esas “ofrendas” los idólatras consumaban relaciones sexuales en torno a esa deidad en un clima de inmundicia que claramente atraía moscas.

Esto puede inferirse considerando que, los tanto los flujos vaginales como el semen provienen de “aberturas” del cuerpo y evidentemente están relacionados a la fertilidad, objetivo final de esta adoración.

Esto se hace explícito cuando leemos en Bamidbar/Números:

Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, 2 las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. 3 Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de YHVH se encendió contra Israel”.

(Bamidbar/Números 25:1-3 – RV60 adaptada).

Nesher menciona que ciertas prácticas sexuales aún vigentes en las que los participantes se orinan o defecan mutuamente antes del coito están relacionadas con esta adoración demoníaca (sean conscientes o no los practicantes).

Ahora bien, quisiera que pensemos en cómo esta adoración puede estar presente hoy en nosotros.

Meditaba en la relación excremento-boca. Muchas veces la gente dice vulgarmente: “tal persona no para de hablar mier*** de los demás”.

Es decir, relaciona el hablar malintencionadamente de otros con las heces.

También, pensemos en la expresión: “me estás cagando al hacer tal cosa” o “te estás cagando en todo el trabajo que venimos haciendo”, por dar un ejemplo.

En este caso, se vincula una acción egoísta, individualista o impulsiva que perjudica a otros con el acto de defecar.

No creo que estas frases sean casuales ya que las palabras tienen poder, como se revela en todas las Sagradas Escrituras y especialmente en el libro de Devarim (Palabras/Cosas).

Esto tiene sentido porque tanto la forma errada de usar el habla, así como los actos desconsiderados generan divisiones entre las personas, brechas. Es decir, Baal Peor.

Entonces, preguntémonos: ¿hasta qué punto el mal hablar no está relacionado a Baal Peor? ¿hasta qué punto cuando pasamos por alto la autoridad o el respeto hacia otros -consciente o inconscientemente- no estamos incurriendo en esta falsa adoración por más de que físicamente no lo hagamos?

Hay ocasiones en que actuamos con buena intención, planificamos cosas dentro de la asamblea para el Señor, pero tal vez lo hacemos desde la impulsividad e individualismo, sin consultar quizás al liderazgo o sin tener en cuenta el trabajo que ya venían haciendo otros hermanos. Eso también genera brechas.

Como vemos, no hace falta desnudarse públicamente para adorar incorrectamente, a veces todo es muy sutil, pero habla de cómo está nuestro interior.

Si “toda verdad es paralela”, como dice Nesher, así como ese culto idólatra atraía moscas por su hediondez, ¿será que mis actos bien intencionados, pero ejecutados desde la impulsividad e individualismo, así como mi lengua perversa estén atrayendo “moscas espirituales” a mi vida?

La verdadera adoración se reflejará en nuestra forma de hablar y de proceder, la falsa también:

No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra. Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna. 9 Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos”.

(Gál. 6: 7-9 |NTV)

Imploremos (Vaetjanán) a Abba que sea Su bendito Espíritu Santificador el que renueve nuestra mente y nos lleve a una adoración santa para Él tal como lo expresan las palabras del apóstol Pablo:

«Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual,[a] ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta

(Romanos 12:1-2).

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*Diácono en Ministerio Internacional Monte Santo CITA

1- LA INFORMACIÓN, “Una ofrenda de mierda para Baal el Peor, el dios escatológico”, en Opinión; publicado el 13.01.2010 a las 21:08h bajo el siguiente enlace: Una ofrenda de mierda para Baal el Peor, el dios escatológico (lainformacion.com)

¿Cómo vencer la inestabilidad emocional?

Por Moisés Franco

«Y hará YHVH con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó. Y los entregará YHVH delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado. Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque YHVH tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.

(Devarim/Deuteronomio 31:4-6 | RV60 adaptada)

 

Mientras estudiaba y meditaba la parashá Vayelej, el Espíritu Santo me hacía ver diversos códigos de Luz en estas pocas líneas, los cuales iremos desglosando.  

¿Qué representan los citados reyes? ¿por qué la Torah los nombra por su nombre en lugar de referirse a ellos sólo como los “reyes amorreos”? 

Sehón o Sijón significa “tempestuoso” (Strong). Una tempestad es una “tormenta grande, especialmente marina, con vientos de extraordinaria fuerza” y también “conjunto de palabras ásperas o injuriosas”; además de “agitación de los ánimos”, según la RAE. 

Por lo cual podemos decir que este monarca está representando la inestabilidad emocional que hace que los deseos y decisiones de una persona vayan y vengan, como las agitadas olas del mar.  

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”.

(Santiago/Jacobo 1:5-8| RV60) 

El segundo rey es llamado Og, cuyo significado es “redondo” (Strong). Discierno que esto representa a los círculos viciosos, a la zona de confort que mantiene a la persona dando vueltas en lo mismo.  

Esto se relaciona con lo anterior dado que la duda genera inestabilidad y eso hace que no se mantengan firmes las decisiones ni las acciones para alcanzar lo propuesto. Entonces, se termina siempre en lo mismo. 

En definitiva, como queda manifiesto en el versículo sexto del citado capítulo de Devarim, los enemigos que debemos vencer sin piedad son el miedo paralizante (yaré) y el quebranto o desánimo (aráts).  

¿Cómo hacerlo? La respuesta está en el mismo pasaje: “esforzaos (jazak) y cobrad ánimo (amats)”.  

Llamativo es que el primer verbo es aplicado en la expresión que se usa al terminar el estudio de un libro de la Torah: “jazak, jazak, venitjazek” (“¡sé fuerte, sé fuerte, y nos fortaleceremos!”).  

Entiendo que esta interesante frase tiene que ver con la retroalimentación entre lo individual y lo colectivo. Es decir, porque el individuo se fortalece, toda su comunidad lo hace.  

Pero también, si los sabios judíos han tomado esta frase para alentar el estudio de la Instrucción, es porque evidentemente entienden que el “esfuerzo” del que nos habla Devarim para vencer a los enemigos tiene que ver con el estudio de la Torah.  

Ahora bien, nosotros entendemos que esto no sólo debe ser en un mero nivel intelectual, sino llevándola al corazón primeramente por medio de la apertura al obrar del Espíritu Santo, quien viene sólo por la fe en Yeshúa el Mesías.  (Gál. 3:2-5) 

Y hablando de Él, nuestro maestro nos da un ejemplo práctico de cómo se ejercita este combate a los “reyes amorreos” cuando en los evangelios se relata que en medio de una tempestad la barca donde viajaba con sus discípulos se hundía mientras él descansaba.  

Al avisarle sus aprendices: 

“Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?

(Mr. 4:39-40 |RV60) 

Soy abierto a los aportes de distintas disciplinas como la psicología, la psicología social, el coaching a la vida de fe individual y eclesiástica. Pero también creo que debemos ser sabios al tomar esos aportes para no enredarnos en cosas que le encantan al ego, volviendo a las debilidades y adversidades dioses donde todas las conversaciones giran entorno a ellos.

Creo que hay momentos donde simplemente con la misma fe de Yeshúa debemos decir: “¡calla, enmudece!” a las voces interiores que quieren derribarnos (que en verdad no somos nosotros, sino la voz del adversario alimentando nuestro ego).

Se trata de hacer callar, confiar y actuar (porque el avance en algún momento implica acción).

Anhelo que el Espíritu del Señor te fortalezca para que al hacerlo todos nos fortalezcamos.

¡Shalom!

Moisés Franco

Como PEZ en la TIERRA

Por Moisés Franco

“… y que proliferen como peces en la tierra

(Bereshit 48:16 |Torat Emet)

Naturalmente tendemos a leer los textos de las Escrituras Sagradas sin detenernos mucho a reflexionar, sobre todo cuando se trata de bendiciones dado que –pienso yo- nuestra mente nos engaña suponiendo: “si es una bendición debe estar bien, no hace falta que me detenga mucho”.

Sin embargo, cuando nos abrimos a que el Espíritu Santo nos enseñe, aprendemos cosas maravillosas. Él me hizo detenerme en esta primera bendición que es soltada sobre Efraín y Manasés: ser prolíficos como peces en la tierra.

Pensemos con detenimiento: los peces son prolíficos en el agua, no en la tierra porque es allí donde lejos de multiplicarse, mueren.

¿Cuál es el sentido de esta extraña bendición? Lo que discierno es que es fácil y hasta esperable ser prolífico cuando todas las condiciones nos son favorables (como pez en el agua), pero lo sobrenatural es ser fructífero cuando todas las condiciones son adversas.

Un ejemplo de esto lo vemos en los primeros versículos del libro de Shemot (Éxodo): “Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel” (1:12 |RV60).

Llevado a mi contexto, les comento a los que no me conocen que vivo en un país que amo, Argentina. Pero realmente sus condiciones de vida, sobre todo en lo económico, son muy adversas.

Para poner un ejemplo, Estados Unidos está preocupado porque termina el 2021 con una inflación interanual de 6,8%, la más alta en 40 años.

Argentina acumuló hasta octubre una inflación interanual de 52,11%, una de las más altas de nuestra historia.

La pregunta es: ¿debo desesperarme y caer en el desánimo? ¿debo quejarme de mi país y ver adónde puedo emigrar? O más bien, reconocer que nada es accidental y que si el Eterno me ha hecho nacer y habitar en esta tierra es para algo y que no debo irme de ella a menos que Él (y no la presión económica) me indique explícitamente que debo hacerlo.

Repito, es relativamente fácil progresar cuando las condiciones políticas, sociales y económicas son favorables. Pero si vivimos en un país donde no las hay, entonces es para que se manifieste con mayor fuerza y evidencia el poder sobrenatural de la bendición divina sobre Israel, la cual nos alcanza y envuelve al estar sumergidos en la bendición que engloba todas las bendiciones: Yeshúa haMashíaj (Efesios 1:3).

Por ende no tenemos excusa y no podemos ocultarnos en “es esperable que no me vaya bien porque todo está mal”, eso es para los impíos, y aclaro que ser prolífico no es sólo en lo económico (aunque es parte), sino en cada área de la vida y especialmente en “dar a luz” hijos espirituales.

El Espíritu del Señor nos desafía hoy a que dejemos de ver lo adverso de la situación económica y/o política y social sólo en su aspecto negativo, sino que lo veamos como una oportunidad para que se manifiesta el poder del Eterno, pero para eso debemos creer y actuar.

Un sabio una vez dijo: “¿cómo se podría manifestar el poder de la fe sin situaciones negativas que nos llamaran a activarla?” .

Por eso hermano, si estabas agobiado por las políticas de tu gobierno, de tu trabajo o demás, recuerda que gracias al Ungido tú puedes (y debes) ser prolífico como pez en la tierra.

«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Yeshúa el Cristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo»
(Efesios 1:3ºRV 60 adaptada)

En servicio y amor, Moisès

El Dios de los Nuevos Comienzos

Por Moisés Franco

Al leer esta ascensión me llamó la atención que el Eterno al ordenarle a Nóaj y a los suyos salir del arca declara una orden que implícitamente oculta una bendición: “fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra”. Y no lo hace una vez, sino tres en el mismo pasaje (8:17; 9:1;7).

Pero lo más llamativo es que los bendice con las mismas palabras que a la primera humanidad en el jardín del Edén (Bereshit 1:28). 

Así mismo, en el capítulo 8 también destaca el Señor la autoridad que el ser humano tiene por sobre toda la creación, algo que también le dijo a Adán. Es como si estuviera enfatizando que ha perdonado a la humanidad y quiere volver a empezar. 

El P.A. David Nesher ha enseñado que la creación y sus ciclos naturales están representados por el número 7 (días de la semana, años sabáticos, notas musicales básicas, orificios faciales; etc.) y por eso el número 8 representa dos cosas: por un lado, nuevos comienzos, ya que termina el ciclo y empieza otro; pero también, lo sobre natural (es decir, lo que está más allá de lo natural).

Ambos significados son complementarios dado que pienso que si hay algo sobrenatural es la capacidad de volver a empezar, de levantarse de la muerte ya sea física o espiritual, es la capacidad mesiánica por excelencia, como demostró Yeshúa el Mesías.

Tal vez por eso fueron ocho los integrantes del arca que refundaron la humanidad, para dar este mensaje.

Es que YHVH es el Dios de los nuevos comienzos, por eso siempre nos insta a levantarnos, a volver a empezar.

Por eso, desde antes de la creación del mundo, tal como ha explicado Nesher, uno de los diseños pre-existenciales es la teshuvah (capacidad de retornar). 

Con esto en mente uno de los más potentes discípulos de Yeshúa el Mesías nos dice lo siguiente: 

“De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” (2 Corintios 5:17-19 |RV60)

Cualquiera que dice estar en el Mesías verdadero debe amar la reconciliación. Eso implica que, sin importar cuántas veces peque, se levanta. No como si nada hubiera pasado, sino con la humildad suficiente para depender cada vez más del Eterno y pecar cada vez menos. 

También representa la obligación de trabajar por estar en paz con todo vínculo (incluso uno mismo), según se nos indica en Romanos 8:18. 

Y en tercer lugar, pero no por ello menos importante, significa estar dispuestos a trabajar incansablemente con todos nuestros recursos internos y externos para que la humanidad se reconcilie con el propósito eterno de YHVH.  

Cabe aclarar que volver a empezar y reconciliar vínculos no significa ser testarudo y obstinado en una idea inviable o una relación que es insana. Tiene que ver con no quedarnos atascados en la muerte ontológica que dejan los fracasos y levantarse abiertos a dejarse guiar algo mejor que antes. 

Es un sano punto de equilibrio a mitad de camino entre la obstinación y la falta de perseverancia.  

Pero, si en alguno/s de los puntos antes mencionados estás fallando (si te cuesta muchísimo levantarte de tus fracasos y adversidades; si guardas rencores hacia ti mismo u otros; si no te interesa mucho proclamar la reconciliación de Cristo)…entonces amado hermano y consiervo, es momento de que retornes al corazón de Abba, que te des cuenta que te has alejado de su intención para tu vida y decidas volver a empezar.

Si estás leyendo esto es porque no es tarde, Él te está esperando, porque es el Dios de los nuevos comienzos. 

En amor y servicio Moisés

¿Eres Cuervo o Paloma?

Por Moisés Franco

“… y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. Envió también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra” .

(Bereshit 8:7-8 |RV60)

Si hay algo que me ha quedado claro en estos años de estudio de la Torah es que nada es casual en ella. 

Por eso, me dispuse a que el Espíritu Santo me hablara sobre por qué se menciona específicamente a estas dos aves y no sólo dice “envió a un ave y después a otra”. Por eso, quisiera compartirles algunas reflexiones fruto de indagar brevemente sobre estos seres alados. 

El cuervo es considerado uno de los animales más inteligentes del mundo, con capacidad de autopercibirse, construir herramientas e incluso imitar la voz humana. Por lo que su capacidad cognitiva es comparada con la de un niño de ocho años. 

 Tal vez ese sea uno de los motivos por el cual Nóaj lo envía inicialmente para saber si ya había algún punto con tierra seca. 

Sin embargo, según Rashí, esto no sucedió sino: “el cuervo, en lugar de cumplir su misión, se quedó sobrevolando el arca hasta que se secaron las aguas porque sospechaba que Nóaj le quitaría su pareja”. 

Esa interpretación no es descabellada, ya que el cuervo vive toda su vida en pareja y es monógamo. 

Luego tenemos a la paloma, un ser que si bien tiene capacidades apreciadas por el hombre, como por ejemplo servir de mensajera, no tiene una inteligencia racional tan desarrollada como la del cuervo. 

Pese a eso, la paloma fue a cumplir su misión y al no encontrar donde apoyar sus patas retornó al arca (Bereshit 8:9). Nóaj la envió nuevamente una semana después y el ave retornó con una hoja de olivo en su pico. 

¡Imaginemos la alegría de esas ocho personas que, después de estar más de medio año a la deriva reciben la noticia de que ya hay tierra firme!. 

Como no es casual la participación de estas aves y no otras en el relato, tampoco lo es la hoja de olivo y no otra, ya que este tipo de árbol es un símbolo de Israel.

Por ende, ese acto era más que una buena noticia para ese momento, era una declaración para todas las generaciones: *sin importar que tan difíciles se pongan las cosas, el Eterno jamás abandonará a Israel*. 

Es que paloma en hebreo se dice “yoná” y tiene una gematría de 81, lo mismo que la expresión: “confiaré en YAH” (Bill Heidrick).

En conclusión: la inteligencia racional, como la del cuervo, es buena. Pero, si ponemos toda nuestra confianza en ella, nos será una trampa que alimentará nuestros miedos y evitará que cumplamos el propósito para el que nacimos. 

En cambio, si la sujetamos a la confianza en YAH con perseverancia, como simbolizaría la paloma, nos convertiremos en portadores de buenas noticias y nuestros pies (vida, andar) serán bendito: 

¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: Tu Dios reina!
(Is. 52:7 |RV60).

¡Labra,… pero sin emborracharte!

Por Moisés Franco

En esta ascensión vemos a Nóaj reiniciando su vida siendo uno de los ocho habitantes de todo el planeta. 

Esta porción de Bereshit menciona que plantó una viña “bebió del vino, se embriagó, y se desnudó en su tienda”. Esto da lugar a un confuso episodio donde Cam o Jam, su hijo, “ve su desnudez”. 

Sobre ese punto hay una discusión de eruditos sobre a qué se refiere esto, todos coincidiendo en que es algo mucho más allá de lo literal. Según el comentario de la versión Torat Emet hay opiniones que afirman que Cam “violó a su padre”, mientras que otras afirman que lo castró. 

En tanto, el P.A. Nesher ha compartido en su blog la explicación del teólogo Ariel Álvarez Valdés, quien sostiene el pecado del hijo de Nóaj habría sido acostarse con su propia madre, lo cual explicaría por qué el patriarca maldice a su nieto Canaán, quien sería fruto de esa relación incestuosa. 

Al margen de cuál haya sido el hecho en concreto, evidentemente era desagradable a YHVH en gran manera y esto demuestra que al poco de salir del diluvio universal la humanidad ya se había empezado a pervertir nuevamente. 

Volviendo a Nóaj, dice el versículo que el plantó una viña y tomó de su vino. ¿A caso esto estaba mal? ¿no debió haber plantado un viñedo? 

En mi humilde opinión, sí era justificable que él o sus hijos lo hiciesen, dado que el vino es distinto a cualquier otra bebida alcohólica. Es un fermento netamente ligado a lo espiritual, por eso es afectado por las lunas y por la luz, entre otras particularidades. 

Una buena parte de las grandes civilizaciones antiguas utilizaron el vino como elemento que conecta con el mundo espiritual, e Israel no es la excepción. Por eso se lo utiliza para hacer el kidush (la santificación), tanto en la apertura del shabat como en las bodas, por ejemplo.

Por eso, Yeshúa el Mesías lo instauró como un elemento que representa su sangre (y más precisamente los méritos de la misma, que son los que trajeron salvación al Pueblo) en el ritual más fuerte que tenemos sus discípulos: la mesa de comunión. 

Discierno que esta conexión tan fuerte la hallamos en los secretos de la palabra hebrea para esta bebida (“yayín”), cuya gematría es 70. Ese número es utilizado con frecuencia en las Sagradas Escrituras para simbolizar a las 70 naciones madre de toda la Tierra. 

Ahora bien, Israel es puesto como cabeza de las naciones no para oprimirlas sino para elevarlas, para acercarlas al Eterno. Por eso Israel entra a Egipto con un total de 70 varones, por eso los korbanot de los siete días de Sukot suman 70 (porque eran entregados por la paz de las naciones) y en los tiempos venideros las naciones subirán a Jerusalén a adorar a YHVH (Is. 66:23). 

Una muestra encriptada de esto lo vemos en Shemot 15:27 “ Llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas”. 

Doce fuentes (doce tribus) que dan agua (Torah) que sustenta a setenta palmeras (setenta naciones). 

Entonces, ¿cuál fue el problema con la familia que salió del arca si la viña era voluntad divina? 

El problema no era labrar un viñedo, el problema es cuando le dedicamos (especialmente nosotros los varones) demasiado tiempo, energía y atención a ese “viñedo”. 

Nóaj evidentemente habría descuidado el pastoreo que implica supervisar el estado espiritual de sus hijos, quienes serían nada menos que los refundadores del mundo.

El P.A. Nesher explicó una vez que según sabios judíos el vino representa -entre otras cosas- el placer del mundo físico, que es bueno, pero que debemos tomar con mensura para no emborracharnos y hacer estupideces. 

Confieso muchas veces haberme “emborrachado” con mi trabajo, que es un medio para transformar el mundo físico, y haberme olvidado de cultivar a los hijos que el Señor me ha dado. 

Aquí vale la pena aclarar dos cosas: el viñedo también puede ser el trabajo eclesiástico, lo que ha llevado tristemente a muchos padres dedicados excesivamente al servicio de los santos y a los hijos de su familia alejados de la santidad; y la segunda, por hijos no nos referimos sólo a los naturales (aunque son los primeros), sino también a los espirituales, al entorno que el Señor nos da para elevar. 

 En contraposición, vivir “sólo para la familia” sin trabajar es inviable, ningún exceso es bueno y por eso la gente que dice “te amo demasiado” queriendo decir “mucho” está diciendo que ama desequilibradamente.

  En Marcos 2:23-28 Yeshúa combate los excesos de rigor provenientes de los fariseos al procurar guardar el shabat. 

Pienso que el Maestro nos invita a saber reposar en Él. A confiar de tal manera en Su voluntad que no andemos acelerados haciendo un montón de cosas buenas, sino la justas y en su justo equilibrio. 

De esa manera podremos ser personas que dominan todo y nada de lo creado nos dominará, sino que lo llevaremos todo a plenitud. 

“…el que es espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado por nadie
(1 Corintios 2:12| NBLA)

En amor y servicio, Moisés.


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Por Moisés Franco

Esta ascensión tiene un hilo conductor que atraviesa distintas temáticas: la valoración de la esencia humana. Es decir, el respeto por la imagen divina en el interior de cada ser humano, el cual tiene la vocación o llamado de llegar a ser semejante al Eterno (Bereshit 1:26).  

  Esto lo vemos desde el respeto por el cadáver de un condenado a muerte; pasando cuidado sobre la propiedad ajena,  el evitar que hombres y  mujeres usen ropa del sexo opuesto y apartar al ave de su nido antes de tomar a sus pichones o huevos.  

  Pero en este escrito quisiera ahondar sólo en el primer tema:  colgar en una horca el cadáver de alguien condenado a pena capital por sus acciones perversas. Allí el Señor mismo dice: “Pero su cadáver no pasará la noche en la horca, sino deberán enterrarlo ese mismo día. Pues una persona colgada es un insulto para Elohim, no debes contaminar la tierra que YHVH –tu Elohim- te entrega en posesión hereditaria”. (Dev. 21:23| Torat Emet adaptada) 

  Si bien ese individuo había sufrido la muerte por orden divina, Él no se alegra de ver a alguien hecho a Su imagen envilecido de esa manera. Esto nos enseña que, independientemente de lo malo que pueda haber hecho una persona, sigue siendo alguien con la imagen de YHVH en su interior y por ende tiene una dignidad a ser respetada más allá del castigo que merezcan sus acciones.  

  Este es un tema fácil de entender, pero difícil de vivir. Lo he notado en dos ámbitos donde me desenvuelvo: en el sistema carcelario y en las asambleas.  

  En el primero he escuchado de gente que dice: “esos son delincuentes, no merecen nada, deberían matarlos” y cuestionan el derecho al trabajo o cualquier acción que tienda a reconstruir a la persona que está en un penal. Lo cual contradice a la legislación argentina que explícitamente afirma que el sistema carcelario sólo debe privar de la libertad al tránsito, pero no quita derechos humanos. Esto va en sintonía de lo que enseña la Torah.  

  En cuanto al segundo ámbito, lo he notado al referirnos sobre las personas que han apostatado. Me pasó de escuchar recientemente a varios hermanos burlarse de los errores de pronunciación de una persona que dejó de congregarse con nosotros, pero mientras estaba con nosotros nadie se burlaba, sino que se lo amaba y apoyaba en sus debilidades.  

En el momento me di cuenta que estaba mal, pero y si bien traté de evitarlo, no hice mucho para exhortar. Al estudiar esta ascensión el hecho fue traído a mi memoria y me llevó a reflexionar.  

El que alguien peque apostatando, ¿da derecho a denigrarlo y a exponer sus falencias teniendo nosotros un aire de superioridad? ¿o será que, como al cadáver del condenado, hay que enterrarlo en el mismo día para que se cubra la vergüenza de Elohim?.  

  Además, en el caso anterior, ¿qué pasa si esa misma persona retorna al Camino y es reincorporado en nuestra asamblea? Los mismos que a sus espaldas se burlaron seguramente lo abrazarán como si nada hubieran hecho. ¿Esta es la dinámica que espera el Señor o, por el contrario, que condenemos el pecado y disciplinemos al pecador, pero teniendo en cuenta que ese pecador incluso sumido en la mugre sigue teniendo la imagen divina en su interior?  

“No te alegres cuando caiga tu enemigo, 
    ni se regocije tu corazón ante su desgracia, 
no sea que el Señor lo vea y no lo apruebe, 
    y aparte de él su enojo”.

(Proverbios 24:17-18 |NVI)

Esto también lo he observado en mí en algunas situaciones. Antes, cuando alguien pecaba lo miraba con una mirada juiciosa, como si tuviera una peste y yo debiera alejarme de ese ser para no contagiarme. Lo juzgaba desde mi supuesto pedestal de santidad.  

  El Eterno me hizo ver en un conteo del ómer que eso era incorrecto y en Su bendita gracia me ha permitido irlo cambiando, aunque lo sigo trabajando. Hoy, veo que cuando alguien peca, el resto de la asamblea debe estar a su lado para restaurarlo con humildad, no haciendo foco en su mal accionar sino en el potencial a desarrollar que está siendo obstaculizado por el pecado. 

Creo que esta fue la intención del Espíritu al inspirar desde la Torah al apóstol Pablo a decir:  

“Amados hermanos, si otro creyente está dominado por algún pecado, ustedes, que son espirituales, deberían ayudarlo a volver al camino recto con ternura y humildad. Y tengan mucho cuidado de no caer ustedes en la misma tentación. 2 Ayúdense a llevar los unos las cargas de los otros, y obedezcan de esa manera la ley de Cristo. 3 Si te crees demasiado importante para ayudar a alguien, solo te engañas a ti mismo. No eres tan importante. 4 Presta mucha atención a tu propio trabajo, porque entonces obtendrás la satisfacción de haber hecho bien tu labor y no tendrás que compararte con nadie. 5 Pues cada uno es responsable de su propia conducta”. 
(Gálatas 6:1-5 |NTV) 

Las Seis Características de un Alma Rebelde

Por Moisés Franco

Al estudiar la parashah Koraj vemos en la segunda ascensión que Moshé, en respuesta a la rebelión de Kóraj (o Coré), dice:

que cada uno tome su brasero y ponga allí su incienso, y que cada uno presente su brasero ante YHVH -250 braseros-. Tú y Aharón también presenten cada uno su brasero
(Bamidbar 16:17 – Torat Emet).

Esto da un total de 252 braseros.

Ese número según la gematría1 equivale a “rebelarse”; “hacerse rebelde”. Ante esto, cabe preguntarse qué implica ser un rebelde y cuáles son sus características a fin de identificar esta actitud demoníaca para combatirla dentro de la Asamblea (Israel).


Aclaración preliminar: como se verá más adelante, combatir la rebeldía no significa someterse a cualquier tipo de trato en nombre de una sumisión insana más cercana a la actitud de un robot que de un ser humano.


El verdadero amor siempre promueve el acuerdo, la unidad, a través del diálogo. Diálogo implica un camino de ida y vuelta donde escucho y soy escuchado, no donde impongo mis propias ideas de forma inflexible ni acepto todo sin ningún tipo de trabajo reflexivo.

El amor conduce a una construcción colaborativa siempre. Por ende, todo aquel que actúa desde el amor trabajará por la unidad que trae paz (Mt. 5:9), algo encriptado en el rezo de la Shemá (Dt. 6:4).

Todo aquello que no conduzca a lo anterior se enmarca en la rebeldía, que es lo que analizaremos a continuación al describir seis características de la persona rebelde.

 Se pone frío (Koraj) y deja de actuar desde el Amor perfecto.

El nombre Kóraj signficia “rasurado”, “depilado” y esto está relacionado a la frialdad. Una persona fría. La revista «Muy Interesante» escribe un breve artículo al respecto que me pareció muy apropiado para entender este concepto:

Por lo general, un «corazón frío» o una persona fría describe a alguien que no está disponible emocionalmente. Son personas que no te preguntan cómo estás, no muestran mucho interés con la persona con la que están. Ya sea que la relación sea romántica o platónica, una persona de corazón frío tiene muy poco interés en las demás personas. Si se llegan a interesar por tu estado es para descubrir información que les sea útil de alguna forma. Para ellos siempre falta algo. Simplemente no puedes conectarte con una persona que tiene un corazón frío. Cuando estás con ellos, es posible que siempre sientas que falta algo en la relación. No importa el tipo de relación que sea, siempre existirán dificultades para conectarse con ellos. Falta algo y es la conexión emocional2.

Se aparta en su alma de la congregación, hace de la diferencia un elemento separador en lugar de convertirlo en algo enriquecedor.

Koraj -hijo de Itzhar, hijo de Kehat, hijo de Leví- se apartó con Datán y Aviram- hijos de Eliav- y con On -hijo de Pélet- de la tribu de Reuvén”.
(Bamidmar 16:1 | Torat Emet)

Israel está compuesto de doce tribus, todas con características diferentes, pero interactuando armónicamente. Tal como el Espíritu Santo a través del apóstol Pablo dice en 1 de Corintios  12:4-30.

En todo grupo humano pueden surgir diferencias de pensamiento, pero éstas lejos de ser una amenaza para la organización deberían considerarse como una oportunidad para que, por medio de un diálogo constructivo, llegar a conclusiones provechosas para el crecimiento del grupo (esto se ve claramente en la relación matrimonial).

Sin embargo, el rebelde es una persona que utiliza la diferencia como un elemento separador, excluyente, y lejos de buscar el diálogo se cierra dentro de sí levantando un muro.

Busca cómplices en su cruzada contra una supuesta injusticia y los arrastra a hacer lashón hará.

  Posteriormente a levantar muros en lugar de puentes -y porque internamente sabe que “no es bueno que el hombre esté solo” (Bereshit/Génesis 2:18)-  el rebelde busca aliados en su modo de interpretar las diferencias.

Para construir esta adhesión, fortalece su perspectiva de la disputa maximizando y/o tergiversando los hechos o dichos del liderazgo a fin de generar la “necesidad” imperiosa de oposición. 

De esta manera, influencia a otros para que asimilen y reproduzcan su discurso, o bien, si este ya existía, lo azuza como quien aviva un pequeño fuego en un pastizal seco.

No hace introspección y reconocimiento de sus errores, o si lo hace es sólo como parte de un proceso argumentativo en el cual la culpa final del mal colectivo es del liderazgo al que se opone.

Esto se vincula a lo que comúnmente se le denomina en psicología como “proyección”. Según la psicóloga Valeria Sabater esto es “un mecanismo de defensa que utilizamos con frecuencia. Lo hace, por ejemplo, quien incapaz de enfrentar sus emociones, conflictos y estados anímicos internos convulsos, los vuelca sobre los demás en forma de críticas y dinámicas dañinas. Es pensar que el defecto lo tienen otros, pero nunca uno mismo (…) Al interpretar que son los demás quienes tienen el verdadero problema, logran distorsionar de tal modo su realidad que llegan a creerla. A creer su fantasía, su error, negando así sus verdaderas carencias”3.

En la porción Kóraj lo vemos claramente aquí:

Y envió Moisés a llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos allá. ¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente? Ni tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas. ¿Sacarás los ojos de estos hombres? No subiremos”.
(Nm. 16:12-14 | RV60)

¿Moshé impidió que entraran a la tierra prometida? ¿no había sido la obstinación del pueblo de creer en el relato retorcido de los diez espías en lugar del de Kalev y Yeoushúa?

Se opone a la genuina reconciliación.

       El pasado pasaje podría englobarse en una sección un poco mayor que abarca desde el versículo 8 al 14 donde es notoria la intención reconciliadora que tiene Moshé para que con los rebeldes contrastando con la actitud beligerante de la otra parte.

En Efesios 4:3 se nos dice: “esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz”. El verbo griego allí utilizado es “spoudázo” que significa “procurar con diligencia”, “ser solícito”.

Es decir, que la persona que en verdad está en la actitud de amor correcta busca activa y velozmente saldar los roces o malos entendidos para guardar la “unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”. En cambio, el rebelde no está interesado en esto sino sólo en tener la razón e imponerla por sobre su aparente oponente.

Su vida y su casa son destruidos

Este es el triste resultado final de la vida rebelde y es el que más niega quien se rebela dado que está convencido de su causa, pero los resultados terminan siendo innegables para sí mismo.

El final de Koraj, Datán, Avirám y su séquito de 250 levitas fue el exterminio no por mano humana sino divina. Ejemplos como estos se hallan a lo largo de los 66 libros de las Sagradas Escrituras.

Por eso, el Espíritu a través del apóstol Pablo dice:


“…el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán condenación
(Romanos 13:2 |LBLA).

Porque los rectos habitarán la tierra,Y los perfectos permanecerán en ella, mas los impíos serán cortados de la tierra, y los prevaricadores serán de ella desarraigados
(Pr. 2:21-22 |RV60).

El término “prevaricadores” viene del hebreo “bagad” que según el diccionario Strong también puede entenderse como “rebelde”.

Estimado y amado lector si has llegado a este punto de la lectura y has descubierto que efectivamente estás en una actitud rebelde. Humillate ante el Eterno, retorná al diseño de unidad y amor al que te ha llamado.

Esto no implica que, si efectivamente eres víctima de una injusticia, debas soportarlo pasivamente de forma indefinida.

Dialoga abiertamente con la persona con quien tienes el conflicto, pero siempre con la disposición a reconciliar, a ponerse de acuerdo en el Señor, y el Espíritu Santo irá guiando las cosas en el curso que deban tomar, pero siempre en la verdadera paz (Shalom).

Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación”.
(2 Cor. 2:18-19 |NVI)

FUENTES
  1. HEIDRICK BILL, 252, en “Gematría hebrea”, Trabajos, publicado en www.billheidrick.com y tomado el 07/06/2021 a las 10:30 hs. (ARG) del siguiente enlace: http://www.billheidrick.com/works/hgm2/hg0250.htm#252
  2. MUY INTERESANTE, “¿Eres una persona fría?”, en Salud, tomado del siguiente enlace el 07/06/2021 a las 12:00 hs (ARG). https://www.muyinteresante.es/salud/test/eres-una-persona-fria-661586866967
  3. SABATER VALERIA, “Cargo sobre ti mi culpa (proyección psicológica)”, en Neurociencias, Procesos psicológicos básicos, publicado el 07 de octubre de 2018 en www.lamenteesmaravillosa.com. Tomado el 07/06/2021 a las 12:40 hs (ARG) del siguiente enlace: https://lamenteesmaravillosa.com/cargo-sobre-ti-mi-culpa-proyeccion-psicologica/

Abraham ¿Fue un Corrupto?

Por Moisés Franco

«Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. 

«Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.

(Génesis 12: 10 -13)

Si vemos el relato de Bereshit 12, donde el patriarca le dice a su esposa Sara (en ese momento Sarai) que se haga pasar por su hermana. Esto, dado que la matriarca era una “mujer muy hermosa” y que a causa de ello lo matarían en Egipto; en cambio, si decía que eran hermanos a él le iría bien.

Si lo leemos en los términos literales y lineales propios de una mentalidad grecorromana occidental del siglo XXI, se podría pensar que Abram (antes de que el Eterno le cambiara el nombre), actuó como un inescrupuloso utilitarista que no tuvo reparos en entregar a su propia esposa a cambio de seguridad y bienes materiales.

Sin embargo, la versión Torat Emet (traducida: verdad absoluta) explica que el patriarca no miró con ojos meramente naturales, sino que proféticamente vio lo que ocurriría con sus descendientes. Ellos serían esclavos en Mitzrayim pero saldrían repletos de las riquezas.

Abram confió en que YHVH proveería salvación para su casa, que le daría de alguna u otra manera escapatoria para salir airoso de la tierra de la “estrechez”; y así fue. El Eterno castigó con una plaga al faraón y éste no pudo acostarse con Sarai, percibiendo que esto era un juicio divino por querer tomar a la esposa del patriarca, expulsó al matrimonio de su reino repleto de ganado y esclavos.

¿Por qué sería tan importante sentar ese precedente profético como para arriesgar la integridad de su esposa y el cumplimiento mismo de la promesa celestial de descendencia?.

Si analizamos la historia relatada en Shemot (Éxodo), el oro y demás tesoros dados por los egipcios a Israel al momento de su salida de la esclavitud fue utilizado para la construcción del mishkan.

Ese tabernáculo fue un centro espiritual que permitió el inicio del cumplimiento del Proyecto mesiánico Emanuel, es decir, Dios habitando en medio de su pueblo. Esto, permitiría la progresión de los tiempos del Eterno hasta la plena manifestación física de la promesa mesiánica: Yeshúa el Mesías, por medio de quien llegó la posibilidad de salvación para toda la humanidad (Jn.3:16-17).

Sarai, por su parte, fue llamada “hermosa”. Esta palabra es en hebreo “yafé”, cuyo valor gemátrico es 95. Según Bill Heindrick, una de las frases que tienen ese mismo valor es “Dios es juez”. Según la Torat Emet, la mujer le dijo al ángel (de YHVH) que castigara al faraón y éste lo hizo con una enfermad epidérmica que le impidió cohabitar con ella.

Por ende, esta mujer no era tan sólo la esposa de un hombre de fe, sino alguien con una fuerte conexión espiritual con los Cielos que supo confiar en la justicia de su Dios y reclamarla a su favor.

En conclusión: lejos de ser un acto de cobardía machista, los hechos relatados en este pasaje demuestran la importancia de tener una cosmovisión y fe hebrea (del otro lado) al leer las Sagradas Escrituras. No fue un acto de incredulidad el de Abram, sino por el contrario, una declaración profética de hechos futuros que serían de bendición para todos los seres humanos, tal como el Eterno se lo prometió en Bereshit 12:3:

Bendeciré a los que te bendigan
    y maldeciré a los que te maldigan;
¡por medio de ti serán bendecidas
    todas las familias de la tierra!


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¿Por qué estudio la Torah?

Por: Moisés Franco

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.”

(Génesis/Bereshit 1:1-2 |Biblia de Jerusalén 1976)

Toda la instrucción del Eterno habla de orden, un orden que trae plenitud. Por eso es difícil pensar que el Creador hiciera originalmente la Tierra caótica y confundida, evidentemente algo pasó entre el versículo 1 y el 2.

Revelaciones (Apocalipsis) 12:7-10 haba de la expulsión de HaSatán (El Oponente) y sus ángeles del cielo, siendo arrojado a la tierra. Muy probablemente eso ayude a entender el caos reinante en el relato de Bereshit y la confusión en el planeta.

Si aceptamos eso, los siguientes versículos en realidad no serían la creación en sí de todas las cosas, sino más bien el restablecimiento de las mismas.

Esta idea podría ser apoyada por lo que establece la versión Biblia Textual:

Y en el día sexto Elohim completó su obra que había hecho, y fueron ordenados los cielos y la tierra y todo su ejército (…) y bendijo Elohim el día séptimo y lo santificó, porque en él reposó de toda su labor de rehacer lo que había creado.
(Génesis 2:1-3)

Hasta este momento podemos tomar dos ideas:

1- El Eterno lo hace todo bien y con orden. (Ecl. 3:11; 1Cor. 14:40)

2- La intromisión del adversario trae desorden y confusión en la creación. (Stgo. 3:16)

Ahora bien, ¿cómo reordenó Elohim? Por medio de Su Palabra creativa (Jn. 1:1-3), y esta Palabra lo primero que hizo fue marcar separaciones (aguas de arriba y aguas de abajo; luz de tinieblas; agua de tierra) y después dio nombre, es decir, identidad:

Después Dios dijo:
«Que aparezca el firmamento en medio de las aguas, para que las separe. Así que Dios hizo el firmamento, para separar las aguas. De modo que una parte de las aguas quedó arriba del firmamento y otra, debajo de él. Al firmamento Dios lo llamó «cielo». Pasó la tarde y pasó la mañana, y se completó, así, el segundo día.”
(Gén. 1:6-8 |NBV).

Posteriormente asignó funciones a su creación, es decir, le dio sentido de existencia:

Y dijo Dios:
Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco; y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y al ayuntamiento de las aguas llamó Mares; y vio Dios que era bueno. Y dijo Dios: Produzca la tierra pasto verde, hierba que haga simiente; árbol de fruto que haga fruto según su naturaleza, que su simiente esté en él sobre la tierra; y fue así. Y produjo la tierra hierba verde, hierba que hace simiente según su naturaleza, y árbol que hace fruto, cuya simiente está en él según su naturaleza; y vio Dios que era bueno.”
(Gén. 1:9-12| JBS).

Ahora bien, si avanzamos a los versículo 26 al 31 vemos que el Eterno creó al hombre a “su imagen” y luego de darle dominio sobre todo lo creado termina diciendo:

vio Elohim todo lo que había hecho, y resulta que era muy bueno.
(versículo 31, Torat Emet adaptada).

Si al crear al hombre dijo que no sólo era bueno, como en todo lo anterior, sino “muy bueno”, es porque evidentemente lo hizo perfecto, con la función de administrar toda la creación para que estuviera en armonía. No lo hizo caótico y confuso.

Este es el punto al que quería llegar, al leer este relato del libro de Bereshit (Génesis) -al menos yo- encuentro un paralelismo entre el primer capítulo y mi vida (y me atrevo a decir, la de todos).

El Eterno nos hizo perfectos, ¿qué pecado, qué maldad refleja un recién nacido? Sin embargo, la influencia del otro lado, del Mentiroso, nos hizo entrar en caos, en confusión, hasta llegar el punto de sentirnos vacíos, sin una noción clara de identidad y propósito en la vida.

Pero ahí interviene la Palabra creativa, lo que en las biblias suele traducirse como el “Verbo” en el primer capítulo del evangelio de Juan. Esa Palabra, el Mesías, a quien al menos yo reconozco que es Yeshúa, nos llama a reaparecer, a emerger de la muerte.

De allí, empieza a marcar separaciones, a traer orden, y a restablecer funciones:

Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos
(Mateo 5:14-15| NBLA).

Por eso es importante conocer al Mesías que enseña Torah. Porque la Torah trae orden, sanas separaciones en un mundo que cada vez diluye más los límites originales y genera mezclas que confunden y sólo traen más vacío y caos al hombre.

Un amigo de buen corazón pero que aún se apoya en los dogmas cristianos me intentaba explicar recientemente que hay ciertas partes de la Torah que eran para un tiempo específico y no para ahora, no eran para cumplirlas en este tiempo.

Entonces le pregunté cómo diferenciaba esas supuestas partes de las que sí había que cumplir, y no me quedó muy clara su respuesta, me pareció que no se refirió más que un aparente “sentido común”.

Sin ánimo de condenar a mi amigo, la verdad es que esa idea trae caos y confusión, el creer en «un dios a nuestra manera» trae desorden. YHVH nos regala Su bendita instrucción para reordenar nuestra vida, reposicionarla al diseño original, pero para eso debemos buscar vivirla de principio a fin, y en su sentido más pleno.

Para esta obra vino Yeshúa, no sólo para pagar el precio de los pecados de Su Pueblo, sino para ayudarlo con su enseñanza y con la bendita guía del Espíritu Santo a vivir plenamente la instrucción divina y así redimir a toda la creación.

Por eso, porque la Torah me muestra a Yeshúa, y porque Él me muestra la Torah, es que decido estudiarla. Para conocerlo y reconocerme, para entender mi lugar en el mundo.

¿Te sumas?

¿Cómo se relaciona el Ayuno de Guedaliah con los Nacidos de Nuevo en el Mesías?

Por Moisés Franco y Natalia Nuñez

En vísperas a comenzar con el ayuno que tradicionalmente se lleva a cabo el tercer día del séptimo mes, nos encontrábamos con mi esposa leyendo el artículo de David Nesher que explica esta práctica y al terminar la lectura nos hicimos la misma pregunta del título.

Luego de meditar y debatir, arribamos a algunas conclusiones que quisiéramos compartirles esperando que el Espíritu Santo los ilumine en las implicancias de este día de restricción.

ACLARACIÓN:
difícilmente el lector pueda comprender el trasfondo de las siguientes reflexiones sin haber leído previamente el artículo “El Ayuno de Guedaliah: La Relación de la Muerte de un Justo y la Destrucción del Santo Templo” de David Nesher.

CONCLUSIONES

1- Fundamentalmente este ayuno sirve para no bajar la guardia. Nuestra lucha es contra satán, pero primero hay que matar al adversario que llevamos dentro y se opone a la obediencia al Eterno (Rm.7:7-25/ Gál.2:20). La muerte del gobernador Guedaliah ocurrió sólo dos días después de que el pueblo se sintiese satisfecho por las plegarias para un nuevo año de bendición en Yom Teruah. No creas que ya has vencido a tu ego, no te confíes porque pasaste una fiesta y sigues vivo. Haz teshuvah, pide perdón y cambia.

Matar el ego es la base de los siguientes puntos.

2- ¿Estoy intentando manipular al Eterno? Luego del asesinato del gobernador puesto por Nabucodonosor, los habitantes de Judá fueron a consultarle al profeta Jeremías si debían huir a Egipto o permanecer en la tierra santa. Por el relato escritural vemos que en su interior ya tenían tomada la decisión y sólo buscaban que YHVH les confirmaran dicha determinación (Jer. 42; 43:1-7).

¿Estás haciendo ciertos ritos u oraciones para “convencer” al Soberano del Universo de que apoye tus planes?

3- ¿Estoy confiando en la salvación del Eterno o me desespero ante la calamidad e intento resolver las cosas en mis fuerzas? Los residentes en Judá prefirieron morir en Egipto, la tierra de donde sus ancestros fueron liberados por YHVH, en lugar de confiar en que el Guardián de Israel los salvaría.

4- ¿Estoy confiando en mi propio criterio? Evidentemente Guedaliah era un hombre justo, pero desoyó el consejo que le advertía sobre un atentado contra su vida (Jer. 40:13-16). Esto finalmente ocurrió y costó no sólo su existencia sino un alto precio para todo el pueblo de Judá.

5- Ishmael Ben Netaniah se dejó enceguecer por las voces perversas que alentaron su hambre de poder sin darse cuenta que su derramamiento de sangre le costaría al reino de Judá 52 años más de exilio babilónico y provocaría que la tierra quedara prácticamente desolada de israelitas, alejando así las esperanzas de reconstrucción del templo.

La primera carta de Pedro capítulo 2, versículos 4 al 9 dejan claro que Yeshúa es la “piedra viva” y al acercarnos a Él somos “como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual” (v.5 |NVI).

La falta de valoración de nuestro hermano como piedra viva del mismo templo nos lleva a ser asesinos, generalmente desde el lashón hará (lengua perversa) o desde la indiferencia, sin advertir que eso demora el cumplimiento del propósito del Bendito Sea en la Tierra. Entonces, la pregunta es ¿cómo está mi comunión con mi prójimo? … ¿y especialmente con mi comunidad de fe?


¡Véngate como Dios quiere!

Por Lic. Moisés Franco

Creó al ser humano con su misma imagen, algo único en toda la Creación, y le dio el llamado de llegar a ser semejante a Él. Es decir, ser co-creador del Universo.

Lo puso en el jardín del Edén y le dio todo lo que necesitaba sin que tuviera que trabajar para obtenerlo, cada tarde le enseñaba personalmente Su palabra. ¡Maravilloso!

¿Qué hizo el hombre? Pecó. Dudó de la palabra del Eterno, indirectamente lo llamó mentiroso y le desobedeció.

No satisfecho con eso, cuando el varón original fue confrontado con su pecado, no sólo culpó por su falta a la compañera que Dios le había dado, sino que indirectamente también lo culpó al Creador por habérsela dado.

¿Cómo se vengó el Eterno ante semejante ofensa? Amó al ser humano. Hubiera sido más fácil aniquilarlo, pero Él no busca lo más fácil sino lo mejor. Lo amó excluyéndolo del Edén -porque las acciones tienen sus consecuencias- y se vengó dándole la promesa mesiánica, el protoevangelio codificado en aquella semilla de la mujer que le pisaría la cabeza a la serpiente (Bereshit 3:15).

La humanidad no sólo seguía gozando de continuidad física en esta tierra, sino que además ¡tenía una esperanza, una promesa a la que aferrarse! ¿Pero qué hicimos (porque en ellos estábamos ocultos nosotros)? Pervertimos nuestros pasos alejándonos cada vez más del diseño original hasta llegar a niveles de infranimalidad inimaginables.

¿Cómo se vengó el Eterno ante esta nueva ofensa? Apartó para sí a Noaj (Noé) y a su familia, para seguir por medio de Él el linaje de salvación que cumpliría la promesa inicial. Les brindó una instrucción y con ella una salida al juicio que le sobrevendría a quienes no la siguieran, y por la obediencia de ese justo la condenación vino al mundo (Heb.11:7) y la salvación a su casa (y a nosotros).

Imagen que contiene pasto, grupo, hecho de madera, campo

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Fue un reset, volver a empezar, una tierra purificada, una nueva y grandiosa oportunidad. ¿Qué hicimos? Pecamos contra el Eterno con borracheras e inmoralidad.

¿Cómo se vengó el Señor ante este innecesario agravio? Amó a la humanidad continuando por medio de Sem su linaje mesiánico (Bereshit 9:26) para redimir finalmente al mundo.

Pasaron los años y ese linaje llevó a la conformación de un pueblo bendito y escogido, lo libró de la opresión milagrosamente, lo guio como un recién casado a su esposa, y le entregó el maravilloso regalo de la Torah no sólo en tablas sino primero hablándoles desde su interior (Shemot 20:1-21).

Listo, teníamos todo lo necesario para restaurar el mundo a su plenitud original, pero ¿qué hicimos?  ¡¡Engañamos a nuestro esposo en nuestra luna de miel!! (Jeremías 31:32).

¿Cuál fue su venganza ante este innombrable hecho? Nos amó. Hizo que la Torah se hiciera carne y habitara entre nosotros, Él mismo tomó forma de siervo y se hizo hombre para enseñarnos sus diseños de amor. (Jn. 1:14/ Fil. 2:6-8).

¿Cómo respondimos a este acto de incalculable benevolencia y misericordia? Lo despreciamos y lo desechamos, escondimos de Él nuestro rostro (Is. 53:3).

¿Cómo se vengó YHVH? Le pidió a Su Hijo que, siendo justo, diera su vida por un pueblo injusto, y Él en amor obediente lo hizo voluntariamente (1 Ped. 3:18/Jn.10:17-18/Mt.26:39)

Sin embargo, muchos no creímos en Él, ¿y cómo se vengó? Atrayéndonos a Él por medio de los que sí habían creído (Jn.12:32/ 2Cor. 5:18-21). Y no sólo eso, sino que al reconciliarnos nos dio también al Espíritu Santo, ¡sí, su misma Presencia dentro nuestro! Haciéndonos coherederos con el Mesías, miembros de Su familia (Ef. 2:18-22/Rm.8:15-17) y nos dio una gloriosa misión, un sentido de vida (Mt. 28:19-20/Heb.12:1-2).

Conclusiones

Antes de pasar a lo concluido, aclaro. Cada vez que dije “¿cómo se vengó?” no significa que Él actuara improvisadamente, como tratando de salvar la situación por algo que no previó que pudiera pasar, porque ya había consagrado al Cordero expiatorio desde antes de la creación del mundo (1 Ped. 1:20/ Rev. 13:8).

Justamente allí radica su amor, que sabiendo tooodo lo que haríamos, nos amó y “se vengó” de nuestros pecados, amándonos más.

Ahora bien, ¿qué queda para nosotros?

Ser como Él, vengarnos de quienes nos hacen mal directa o indirectamente amándolos. “¿Cómo? ¿estás loco?, Él lo hizo porque es Dios, yo soy un ser humano”.

Sí, somos seres humanos llamado a ser semejantes a nuestro Creador (Bereshit 1:26).

A eso se refería nuestro amado Yeshúa, el más grande maestro, cuando dijo:

Ustedes han oído que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Si alguien te pone pleito para quitarte la camisa, déjale también la capa. Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos.  Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda” (Mt. 5:38-41 |NVI).

Algunos han pensado que esto implica ser unos bobalicones, unas víctimas de los incrédulos, y por ese mal concepto han surgido burlas como la creación del personaje de Ned Flanders en Los Simpson, un cristiano que despierta más lástima y risa que admiración.

 No obstante, el concepto yahvista es otro; amar implica responder a las ofensas, pero no hacerlo como el ego quiere, dándole al otro su mismo veneno y más. No, el verdadero amor siempre da respuesta, pero da aquella que busca lo mejor para el otro, aunque a veces esto implique ser duro, pero lo hace para su edificación y no para su mal (Heb.12:5-13).

Si una persona te ofende, te desprecia, amala. Demostrale justamente que, así como YHVH amó y ama sin que lo merezcamos y de tanto perseverar en ese amor (su venganza) ha llevado a miles de generación en generación a volverse a su amor y cambiar, así vos podés hacer lo mismo (Mt. 5:44).

¿Cuesta? Obvio, bienvenido al Yugo de Yeshúa.

Pero yo lo he comprobado por mí mismo; he visto a quienes me acusaron de no ser virtuoso agradecer enfáticamente luego mi amor manifestado hacia ellos en acciones concretas, independientemente de que no me hayan pedido perdón muchas veces, no importa, porque sus palabras de gratitud y mis acciones hablan más fuerte.

 Esa es la buena venganza, la que doblega al otro con y desde el amor (Pr.25:21); y verdaderamente le doy todas las gracias y gloria al Eterno por haberme enseñado a hacerlo, porque en mis fuerzas sólo hubiera buscado mi venganza egoísta cargada de resentimiento.

Por eso, entendiendo estos códigos revelados en las Escrituras Sagradas y luego manifestados todos en Yeshúa, el apóstol Pablo dijo:

«Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta. No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.»
(Romanos 12:20-21 |NVI)

¡Líbrate de la Victimización!

Por Moisés Franco

Luego Moisés mandó llamar a Datán y a Abiram, los hijos de Eliab, pero ellos respondieron: «¡Rehusamos presentarnos ante ti! ¿No te basta que nos sacaste de Egipto, una tierra donde fluyen la leche y la miel, para matarnos aquí en este desierto, y que además ahora nos trates como a tus súbditos?Es más, no nos has llevado a una tierra donde fluyen la leche y la miel. Ni nos has dado una nueva patria con campos y viñedos. ¿Intentas engañar a estos hombres?¡Nosotros no iremos!».

(Números/Bamidbar 16: 12-14)

¡Qué situación tan extraña la aquí relatada! En los capítulos anteriores se narra cómo literalmente el pueblo lloró para no entrar en la tierra prometida debido a que consideraban como verdadero el informe pesimista y perverso de diez de los espías enviados al lugar.

El Eterno nos expresa que ese mismo Moisés ahora acusado de no haber logrado llevarlos a la tierra donde abundan la leche y la miel, era el que junto al sumo sacerdote Aarón cayó sobre su rostro en señal de duelo por la actitud cobarde y rebelde del pueblo quien decidió voluntaria y obstinadamente no ingresar a la patria que les correspondía (Bamidbar/Números 14:5).

Entonces, ¿por qué está ocurriendo este nuevo reclamo repleto de falsedades? Las enseñanzas y conclusiones podrían ser innumerables, pero quisiera que meditemos en algo a lo que el Espíritu Santo me llevó con esta porción de las Escrituras Sagradas: cuidarnos de la victimización.

El victimismo o victimización es la tendencia de una persona, grupo de personas o colectivo a considerarse víctima o a hacerse pasar por tal.​ Una víctima es quien sufre un daño personalizable por caso fortuito o culpa ajena.​ El victimista, en cambio, se disfraza de víctima, consciente o inconscientemente, simulando una agresión o menoscabo inexistente y responsabilizando erróneamente al entorno…”

Además de una posición ante la vida, también puede ser utilizada como estrategia de argumentación: “…la retórica victimista es una técnica demagógica que consiste en descalificar al adversario mostrándolo como atacante en lugar de refutar sus afirmaciones. Para ello, el sujeto adopta el rol de víctima dentro del contexto de la discusión, de tal forma que el otro interlocutor queda posicionado implícitamente frente a terceros como un impositor autoritario y su argumentación como mera imposición o ataque”1, afirma la siempre tan a mano Wikipedia.

¿Acaso no es lo que hacen con el líder hebreo al decirle:¿no te basta que nos sacaste de Egipto (…) que además ahora nos trates como a tus súbditos?”

Algunas características de la persona con el trastorno victimista, es decir, quien -consciente o inconscientemente- ha adoptado el papel de víctima como estilo de vida, son las siguientes:

  • Deformación de la realidad: “el victimista difunde con enorme intensidad algo que podríamos llamar cultura de la queja, una mentalidad que —de modo más o menos directo— intenta convencernos de que somos unos desgraciados que, en nuestra ingenuidad, no tenemos conciencia de hasta qué punto nos están tomando el pelo.

(…) Es una actitud que induce a un morboso afán por descubrir agravios nimios, por sentirse discriminado o maltratado, por achacar a instancias exteriores todo lo malo que nos sucede o nos pueda suceder”2, afirma Alfonso Aguiló Pastrana, vicepresidente del Instituto Europeo de Estudios de la Educación.

  • Búsqueda constante de compasión ajena: el esclavo de la victimización siente un extraño placer por despertar la lástima en otros, necesita sentirse permanentemente cobijado por el consuelo de otros ya que se considera incapaz de salir de esa sensación interna de desprotección. Pero lo peor es que “en vez de luchar por mejorar las cosas, en vez de poner entusiasmo, esas personas compiten en la exhibición de sus desdichas, en describir con horror los sufrimientos que soportan”, expone Aguiló.
  • Incapacidad de autocrítica: una persona que se autodefine de forma permanente como víctima no siente la necesidad de hacer una autocrítica porque claramente no es responsable de sus pesares, sino que -justamente- es una víctima y la responsabilidad es ajena.

Así mismo, según la periodista colombiana Edith Sánchez con el aval de la psicóloga Gema Sánchez Cuevas, destaca que otras señales de la persona victimista son:

  • No pide directamente lo que desea, sino que envía mensajes imprecisos en forma de queja o lamento3.
  • Te sientes más o menos culpable cuando estás con esa persona.
  • Es también receloso y desconfiado.
  • Es capaz de hacer grandes sacrificios por otros, sin que estos se lo pidan. Hará gala de ello.

De hecho, Alfonso Aguiló también comenta que existe otro estilo victimista mucho más hostil, que en nombre de las desgracias del pasado, de todo lo que está sufriendo o ha sufrido con anterioridad, se arroga una especie de patente de inmunidad con la que justifican una actitud agresiva, o incluso violenta (…) Y si alguien reprocha su actitud, a lo mejor admite que lo suyo no es muy ejemplar, pero enseguida replica que sus padecimientos pasados le han ganado el derecho a esa leve incorrección, o al menos la disculpan.

   Su susceptibilidad les lleva a reaccionar con crispación ante la más mínima crítica. El menor reparo que se ponga a sus acciones es inmediatamente elevado a la consideración de gran ofensa. Enseguida ven malas intenciones en las personas que están a su alrededor y, progresivamente, en todo el mundo. Por doquier intuyen complots y hostilidad (…) lo peor es cuando estos síndromes de persecución se traducen en airadas acusaciones contra los supuestos ofensores, pues suelen ser como el aviso de comienzo de una jugada maestra: acusar de una ofensa —ficticia—, sencillamente para anticipar la que —bien real— pretenden ellos llevar a cabo. A partir de ahí, envuelven su agresión con un manto de candidez: lo único que hacen es defenderse”4.

Parece una radiografía de lo ocurrido con Coré, Datán, Abirám y su séquito en la rebelión.

 Sin embargo, la Torah (Instrucción) del Eterno es -valga la redundancia- eterna, por lo que esta terrible deformación del alma también nos toca a nosotros.

Todos, por nuestra tendencia al mal, alguna vez nos hemos victimizado voluntaria o involuntariamente en alguna ocasión.

Pero lo importante es reconocer cuando está por ocurrir para cambiarlo.

A continuación, comparto algunos consejos basados en la bendita instrucción de YHVH sobre cómo prevenir y/o corregir la victimización tanto en nosotros como en los demás:

  • Actitud de constante alabanza: esto no significa necesariamente estar cantándole al Señor en todo momento, sino tener una mentalidad cargada de fe y confianza que promueven la resiliencia -capacidad de sobreponernos a la adversidad- (Salmo 103)
  • Reconocernos seres valiosos por el simple hecho de tener la imagen divina y haber nacido con un propósito específico en este mundo (que no es sufrir). Pasajes útiles para esto: Salmo 139:12-17, Bereshit (Génesis) 1:26-28 y 1 Pedro 2:9, entre otros.
  • Ser humildes para reconocer los propios errores y ver la corrección COMO UN ACTO DE AMOR DEL MISMO ETERNO. Recomiendo meditar: Vayicra (Levítico) 19:17-18, Hebreos 12:4-24, Romanos 12:16, por citar algunos.
  • Hacernos conscientes que nosotros decidimos siempre nuestro destino, siempre se puede cambiar, no somos víctimas eternas, y las circunstancias negativas son para que les saquemos aprendizajes. Devarim (Deuteronomio) 8:15-16, 30:19-20 y Romanos 8:28.  

Quisiera concluir diciendo que tal como lo expone Devarim 29:18, cuidémonos mutuamente de que no surja una “raíz amarga” que nos perjudique a todos.

En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia
(Efesios 4:15| NTV)


CITAS
  1. Wikipedia.org, “Victimismo”,  22/06/20, 11:30hs. ARG del siguiente enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Victimismo
  2. Aguiló Pastrana, Alfonso. “El confort de la derrota”, en www.fluvium.org, tomado el 22/06/20 a las 12:00hs ARG, del siguiente enlace: http://www.fluvium.org/textos/etica/eti393.htm
  3. Sánchez, Edith. “El victimismo manipulador”, publicado en https://lamenteesmaravillosa.com/ y tomado el 22/06/20 a las 10:30 hs. ARG de: https://lamenteesmaravillosa.com/el-victimismo-manipulador/
  4. Aguiló Pastrana, Alfonso. “La retórica victimista”, en www.fluvium.org, tomado el 22/06/20 a las 12:15hs ARG, del siguiente enlace: http://www.fluvium.org/textos/etica/eti396.htm

La Masturbación “santa”

Por Moisés Franco

“…La religión es el opio del pueblo. Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real…”

Karl Marx 1

Quise empezar este texto con una de las frases más polémicas del polémico filósofo alemán porque -más allá de las múltiples interpretaciones que ha tenido- creo que ilustra muy claramente el espíritu de este artículo.

La masturbación, también mal definida como onanismo, ha sido difundida como una práctica pecaminosa por parte del cristianismo sin una explicación clara de por qué lo es. Así, los dogmas han alimentado mitos casi cómicos como “te van a salir pelos en las manos” o “se te va a caer el pene” entre otros extraños dichos que buscan lo mismo que toda religión: alimentar el miedo en base a la ignorancia.

La masturbación se encuentra dentro de las tantas acciones englobadas en el concepto hebreo de “zera levatalá”, traducido como derramamiento de semen en vano. Para entender mejor esta idea y sacarla del dogmatismo religioso quisiera mencionar lo expuesto sobre el tema por el rabino Noson Weis en su estudio “La represa de Noaj”2.

Él explica que la causa del diluvio universal fue principalmente el derramamiento de semen en vano y el robo. Weis comenta que existe una energía creativa que renueva el universo constantemente y que “… (el) recipiente sobre el cual es vertida constantemente esta energía de creación es el ser humano mismo”.

Pero para que esa energía pueda ser bien recibida por el recipiente sin que se derrame y ocasione destrucción debe éste estar en posición correcta. Dicha posición es el amor en el matrimonio que busca permitir que el Eterno traiga más vasijas al mundo donde depositar su benevolencia (energía creativa).

Esta autoridad judía explica que el placer y la alegría propia del acto sexual son una clara representación de la inmensa alegría y placer que tiene el Eterno al dar vida. Entendiendo esto, quedarse con el goce de la relación sexual sin tener la intención de promover la vida humana es un acto de robo, tanto a YHVH porque le impedimos derramar más benevolencia, como para la humanidad entera porque la privamos de recibir más de dicha cualidad divina.

Este tema sin duda merece un tratamiento mucho más profundo que el que puede darse en este texto, pero lo traigo a colación para dejar en claro por qué es pecado la masturbación.

Ahora bien, ¿por qué el título de este escrito? Porque existe otra práctica pecaminosa que es comparable a la masturbación pero que pasa mucho más desapercibida.

Comenzamos citando a Marx quien hace una analogía entre el opio y la religión. Básicamente porque esa droga tiene una función analgésica poderosa, es decir que distrae y calma el dolor. De la misma forma la mentalidad religiosa busca ser un calmante para los dolores ónticos y

materiales del ser humano y, al igual que el opio, genera imágenes fantasiosas en la mente permitiendo evadirse de la realidad.

Muchas veces en el ámbito donde me desenvuelvo se suele pensar en religión en términos de instituciones formales (catolicismo, evangelicalismo, budismo, judaísmo, islamismo y otros ismos).

Sin embargo, así como la masturbación busca sólo el placer individual pero no tiene interés en traer hijos al mundo, del mismo modo una persona puede ejercer una masturbación “santa”. Me refiero a tener una búsqueda espiritual, la cual por ejemplo puede usar el nombre bendito del Mesías, del Eterno, de la torah y las enseñanzas de un mentor espiritual a fin de sólo satisfacer su placer egóico.

Quien practica esta suerte de masturbación “santa” (entiéndase el encomillado como ironía) busca sentir el placer de creerse santo y cercano al Creador, pero no tiene la intención genuina de traer nuevos hijos a la familia de Dios (Efesios 2:19).

Es decir, la religión personal busca por un lado generar un placer almático egoísta (como el onanismo) y es un instrumento para evadirse de los conflictos y traumas internos, para aliviar lo doloroso de la realidad presente (como el opio).

No tiene una intención real de transformar el mundo, sino que después de su práctica ritual (sea cual sea) se siente descansado y tranquilo, como quien acaba de masturbarse.

En cambio, vemos a nuestros patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, quienes buscaban una intimidad con el Bendito, pero para ser parte activa de la promesa de restauración de la humanidad.

Así llegamos a Jesús (en adelante preferiré usar su nombre en hebreo, Yeshúa, para diferenciarlo de la masturbación espiritual promovida por el cristianismo usando el nombre griego).

El verdadero Mesías, no el distorsionado facilitador de opio promovido por la religión, tenía una relación tan íntima con su Papá que eran uno (Jn. 17:11). Pero no anhelaba esa unidad para “sentirse bien”, sino que de esa relación obtenía poder para sanar enfermos, echar fuera demonios, multiplicar alimentos y sobre todo para enseñar con autoridad la torah (instrucción divina) a fin de que su entorno creyera en la benevolencia del Eterno y quisiera “nacer de nuevo” como hijo del Altísimo.

La verdadera adoración, la que es en Espíritu y verdad, acerca al ser humano al amor de YHVH pero no se queda ahí, sino que en base a esa cercanía dispone de todos y cada uno de sus recursos para dar a conocer a otros a la vida eterna.

Por eso, Yeshúa les encargó a sus herederos ministeriales que “vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado…” (Mt. 28:19, NBLH).

Entonces, si tu vida de oración y estudio de las Escrituras Sagradas no produce evidencias de fe que traigan nuevos discípulos, porque tal vez ni siquiera lo intentas, entonces lejos estás de tener intimidad con el Creador.

En un mundo cada vez más degradado y con la maldad tan activa la pasividad no es una opción para un verdadero hijo del Eterno. El desafío es salir de la propia religión, la personal, de la comodidad de estar “tranquilo” en la masturbación almática para dejar que Su Espíritu Santo nos insemine vida a fin de compartir con nuestro entorno y elevarlo hacia YHVH.


«Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.»
(1 Ped. 2:9| NVI)


CITAS

1- “Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel”, Karl Marx, Deutsh-Französischen Jahrbücher, Alemania, 1844. Traducciones compiladas.

2- “La represa de Noaj”, Noson Weis, publicado en AishLatino.com y tomado el 30/11/19 a las 19:15 bajo el siguiente enlace: www.aishlatino.com/tp/i/mayanot/La-Represa-de-Noaj.html?mobile=yes

Desenmascarando al Cristo de Hollywood

Por Moisés Franco

Un amigo me comentó que recientemente había tenido un altercado con unos familiares a los cuales él confrontó con su vida de pecado.

Era gente conocedora de la Instrucción del Eterno (en heb. Torah) y que en apariencia tienen su misma fe pero sus acciones no se condicen del todo. Como la discusión se puso acalorada debido a que se habían enquistado en su posición pese a que mi amigo les hablara citando las Escrituras Sagradas, uno de esos familiares le dijo: “Jesús no actuaría así”.

Al contarme la anécdota me hizo pensar en la imagen del Mesías que tiene mucha gente y que confieso en algún tiempo tuve.

Hollywood nos ha vendido a un hombre inhumano, sin ira, que vive tan delicadamente que pareciera no rozar el suelo, un hombre amanerado que habla del amor y las buenas obras, de llevarnos bien con todos y traer paz, que habla siempre con la delicadeza de una maestra de nivel inicial.

Sin embargo, el Yeshúa ( nombre hebreo del verdadero Mesías) que se revela en los Evangelios pareciera ser algo diferente.

A continuación, citaré formas con las que el Hijo de Dios se refirió a personas conocedoras de la torah y con autoridad:

· Serpientes, camada de víboras (Mt. 23:32-33)

· Hijo del infierno (Mt. 23:15)

· Hipócritas (en total aparece 17 veces en los evangelios, sólo pondré algunas citas: Mt.6:2, 6:5, 15:7, 22:18, 23:13, Mc. 7:6, Lc. 13:15)

· Diablo (Jn. 6:70)

· Satanás (a Pedro, Mt.16:23)

· Hijos del diablo (Jn. 8:44)

· Ladrones (a gente que en teoría servía a la adoración en el templo: Mt. 21:13 y Mc. 11:17)

· Asesinos (a supuestos hombres justos: Jn. 7:19, 8:37 y 8:40)

· Zorro (a un gobernante, Lc.13:32)

· Hombres de poca fe (a sus discípulos, Mt. 8:26 y 16:8)

· Torpes (también a sus discípulos, Mt. 15:16 y Lc. 24:25)

· Sinagoga de Satanás (Ap. 2:9)

¿Se contradice la imagen de las películas con la de este Cristo?

Pablo, uno de los mayores edificadores de Israel en las naciones por medio de su doctrina trató de torpes también a los gálatas (Gál. 3:1, 3) y ordenó que se entregara a un fornicario que estaba dentro de la asamblea de Corinto “a Satanás para destrucción de su naturaleza pecaminosa” (1Cor. 5:5).

Usted tal vez esté diciendo, como le dijeron a mi amigo por confrontar pecados, que estoy sacando textos fuera de contexto para manipular. Lo invito con absoluta honestidad y amor a que estudie profundamente los evangelios y demás escritos, analice no sólo el contexto escritural sino el contexto histórico y cultural, revise las traducciones y demás. No se quede con la duda, indague y vea con sus propios ojos que el Jesús cristiano hollywoodense no es más que una farsa inútil, porque nadie puede imitar a ese hombre débil que aparentemente no tiene celo de Dios como Fineas, como Samuel o tantos otros profetas.

Por eso mismo el cristianismo ha gestado gente que no puede vivir lo que cree y los que más lo intentan suelen ser unos manipulables maldecidos por incumplir la torah.

En cambio, el verdadero Yeshúa, el que caminó Jerusalén, el que sanó enfermos también confrontó abiertamente el pecado antes de entregarse en la cruz para luego resucitar.

Hoy, en tiempos del individualismo new age, nadie quiere incomodar a nadie y practican una falsedad. Algún lector dirá, “bueno, pero no es necesario decir las cosas con la vehemencia que seguramente lo dijo su amigo para que el clima se pusiera acalorado”; y en parte tiene razón mi amado lector, pero en parte no.

Así como no se puede exhortar de la misma forma a un niño de dos años por su mala conducta que a un adulto de 30, tampoco considero sabio exhortar de igual manera a un bebé en la fe que a alguien que lleva años y tiene un conocimiento avanzado de las Escrituras sagradas.

Si prestamos atención, Yeshúa a los que más duramente les habló era a aquellos que se creían entendidos en los secretos del Cielo pero que vivían orgullosamente en pecado. No así con muchas otras personas aunque el mensaje fuese el mismo: hagan teshuvah (arrepiéntanse).

No estoy proponiendo que seamos unos “Rambos” que ametrallemos agresivamente a las personas con versículos bíblicos jactándonos de supuesta santidad, porque el Eterno “rechaza a los soberbios” (Jacobo/Santiago 4:6).

Pero necesitamos entender lo que Moisés, los profetas y especialmente Yeshúa predican: arrepiéntanse del pecado.

El mismo apóstol que arrojó a una persona a Satanás dijo: “el amor no es egoísta” (1 Cor. 13:5) sino que busca lo mejor para el otro, y lo mejor es estar reconciliado con YHVH el Dios Verdadero (2 Cor. 5:11-21). Pero para eso debemos renunciar a la vida llena de ego y vivir en obediencia.

Tampoco se trata de ser prefecto para recién ahí exhortar a otros, es buscar día a día la santidad y anhelar fervientemente que otros hagan lo mismo.

Si amas, muere a tu ego y predica el arrepentimiento de pecados a tu prójimo para evitarle los juicios del Cielo. Eso es amar.


“No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado. No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo YHVH
(Vayikrá 19:17-18)


¡Deja de dar vueltas!,… ¡No seas cabrón!

Por Moisés Franco.

Meditando en los primeros capítulos de Devarim (Deuteronomio), me llamó la atención que Israel haya estado tanto tiempo dando vueltas entorno al monte Seír, al punto que el mismo Eterno le dijera: “…ya anduvieron suficiente alrededor de este monte” (Dev. 2:2 | Torat Emet)

En lo particular, siento que he pasado mucho tiempo de mi vida dando vueltas en un mismo monte.

En el lenguaje de la Torah, monte se refiere además del elemento geográfico a sistemas de gobierno los cuales y a modos de adoración (1) . Por ende, el Espíritu del Señor nos está hablando de algo más que un relato histórico, sino que también nos habla a nosotros hoy, quienes somos injertados a Israel gracias a Yeshúa (Romanos 11).

El término Seír significa según el diccionario Strong “áspero”, y viene de la raíz hebrea “sáir”, que se puede traducir como “macho cabrío”, «cabrón» y “demonio”.

Indagué sobre las características de las cabras (2) , cuyo macho se denomina macho cabrío, cabrón, chivo, entre otras y encontré algunas que considero tienen un paralelismo con actitudes del alma humana que producen estancamiento. A continuación, las comparto para que reflexionemos juntos.

• Comer cualquier hierba

Según Cuiosfera, la cabra “se contenta con la poca hierba que puede encontrar entre las piedras, los senderos y las acequias”. Esto tiene que ver con la mediocridad, con el conformismo. Principalmente en la actitud pasiva hacia el mundo espiritual, a conformarse con el nivel obtenido y no esforzarse por ascender hacia los delicados pastos donde el buen pastor nos quiere llevar a apacentar (Sal. 23:1-2).

Este conformismo puede verse en una actitud pasiva a la hora de congregarnos, donde no se busca aprehender para transformar, no se estudia a fin de profundizar en nuestros corazones y llevar nuestra vida y entorno a mayor luz; sino que sólo vamos en una rutina de asistencia, en tomar apuntes que no se revisan y en simplemente leer las aliyot diarias.

• Independiente

Según la RAE esto, “dicho de una persona: que sostiene sus derechos u opiniones sin admitir intervención ajena”. Una cosa es mantener los principios y creencias fundadas en la verdadera fe, la reflejada en la Torah, y otra muy distinta es cerrarse en los propios conceptos y creencias infundadas, las cuales constituyen una propia religión. El vivir en comunidad implica aceptar el consejo de los siervos que el Eterno ha puesto para la edificación de los santos, y eso implícitamente también demanda una actitud consultiva en cada uno (Heb. 13:17).

Es decir, el consultar al liderazgo si el proceder es correcto, si la forma de llevar la vida íntima está acorde a la sana doctrina, obviamente sin caer en “extremos exhibicionistas” ni siendo pastor-dependientes. Es simplemente abrirse a que un tercero con autoridad espiritual verifique la correcta vivencia del yugo mesiánico.

• Solitaria

De la mano de lo anterior, la cabra tiende a ser solitaria más allá de que pueda habitar en rebaño. En las asambleas suele ocurrir que hay personas que simplemente comparte un espacio físico por un momento específico (una celebración o convocatoria) pero no tienen la mínima intención de socializar con sus hermanos luego. Esto puede parecer inofensivo, una mera preferencia personal, pero no lo es, porque lesiona la comunión del cuerpo. (Gen. 2:18/Salmos 68:5-6).

La persona solitaria es egoísta quizás sin saberlo, porque priva a los demás de toda la luz que el Eterno ha puesto en su interior, y a su vez, se priva a sí misma y a sus generaciones de toda la riqueza que el fraternizar en hermandad puede darle. Así mismo, quien tiende a la soledad también suele encerrarse en sus problemas, a intentar sobrellevarlos solos, ignorando que el Eterno hace que nos perfeccionemos en la vinculación con los demás (Prov. 27:17); por eso esta actitud hace al individuo más vulnerable a ataques del enemigo que promueven la depresión.

• Vagabunda

Considerando las características anteriores, no es de extrañar que la cabra tienda a buscar sus propios caminos y muchas veces perderse.

A veces se cree que el vagabundo es sólo aquel que vive en situación de calle, pero la acción de vagabundear es: “andar vagando por los sitios sin una finalidad ni un destino determinado” según una definición web.

Confieso que he pasado una buena parte de mi vida con esta actitud. Trabajando, estudiando una carrera, sirviendo a la asamblea, pero sin enfocarme en un destino o una finalidad específica. Esto es señal de maldición (Gén. 4:12) y por ende YHVH nos llama a salir de allí y volver a su propósito, a su voluntad porque podemos tener un oficio pastoral, servir activamente, hacer admirables reflexiones pero estar errante. Creo que constantemente este sistema materialista busca nuestra distracción, promueve que hagamos mucho pero sin saber bien para qué. Una vez, un líder de mi congregación me dijo: “no es lo mismo ser un activista que estar activo”, refiriéndose a que uno puede hacer muchas cosas “para el Señor”, pero aún así estar desenfocado de su voluntad, de lo que el Espíritu Santo quiere decir y hacer en mi interior y desde ahí hacia mi entorno.

Cada vez que se estudia la Torah sin saber para qué, que se asiste y toma apuntes pero no se repasa, que se ora por el mero hecho de que “Dios no me maldiga” y tantos otros ejemplos más, estamos dando vueltas en Seír y malgastando el tiempo que, como diría el profeta Yosef González, es un recurso no renovable.

Debemos estudiar la Torah no sólo para conocer secretos, sino para poder vivirla y transformar el mundo.

Por eso, el Espíritu de la Profecía nos llama a salir de ese estado errante y volver a Él como una esposa que abraza a su esposo luego de un largo tiempo sin verlo


¿Hasta cuándo vagarás, mi hija descarriada? Pues el Señor hará que algo nuevo suceda: Israel abrazará a su Dios«
(Jer. 31:22 | NTV)


Todas estas características traen como consecuencia un estancamiento e impiden que sigamos recibiendo el caudal de luz que el Eterno quiere darnos para transformar este mundo.

Hemos venido a esta tierra a cultivar y guardar nuestro entorno (Gén. 2:15), si no lo hacemos en verdad estamos de vagos aunque trabajemos, nos congreguemos y sirvamos en muchas actividades eclesiásticas. El mandato divino es que el justo coma de la obra de sus manos (Is. 3:10), y por ende quien no obra adecuadamente le escaseará su alimento, pero el versículo no se refiere a los intercambios comerciales solamente, sino primordialmente a la acción de reparar el mundo a través de la luz divina recibida en y desde Yeshúa, quien nos ordenó: “…id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…” (Mt.28:19-20)

Por ende, si hay estancamiento en tu vida ministerial, vincular, física y económica, es tiempo de escuchar la voz divina y levantar campamento en busca de Su presencia.

REFERENCIAS:
(1) – https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1200003125
(2)- https://www.curiosfera.com/cabra/