Por Moisés Franco (Pastor/Maestro)
Comúnmente se bromea con respecto a lo supuestamente malo y despreciable de los suegros, pero en esta porción el Eterno viene a sanar nuestra alma de este y muchos otros conceptos.
En los doce versículos que componen la primera ascensión se enuncia ocho veces la palabra “suegro” (heb. Kjatán). La gematría de este término es 458, cuyas cifras al sumarlas dan 17 y al sumarlas nuevamente dan 8.
Así mismo, la palabra Yeshúa tiene un valor de 386, cuyas cifras al sumarse dan 17, y por ende, 8 una vez más.
El número 8 (ocho) tiene muchísimos significados en las escrituras, pero principalmente habla de tres grandes ideas:
- – Plenitud, abundancia: dado que ocho se escribe en hebreo ‘Sh’moneh’ de la raíz ‘Shah’meyn’ engordar, cubrir de gordura, sobreabundar1. (Chen C.)
- –Sobrenaturalidad: la creación se restauró en siete días, siete son las notas musicales y los días de la semana. Por ende, el ocho es aquello que va más allá de lo natural, lo sobrenatural.
- – De la mano de lo anterior, tiene que ver con nuevos comienzos y con la redención final de Israel unida a YHVH (por eso celebramos Sheminí Atzéret al octavo día de Sucot). 2 (Nesher D.)
¿Cómo se relaciona todo esto con la parashá Yitró?
Kjatán además de suegro o pariente significa “esposo” y es el término que se le aplica al varón en el marco de una boda.
Por eso es que en esta porción es cuando el Eterno firma su contrato matrimonial con el pueblo.
El mensaje para Israel es que el Eterno quiere ser su esposo, uno que le dé abundancia, que la haga vivir sobrenaturalmente y que la redima de cualquier zona de muerte llevándola a nuevos comienzos mejores que lo que hasta ese momento ha vivido.
En síntesis, Él será un esposo que sea para ella salvación, es decir, Yeshúa.
Este proceso bendito empezó en el Sinaí con la matán (entrega) de la Torah, pero finalizará con las bodas del Cordero en los tiempos finales.
«Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”. (Apocalipsis 19:7-9 | RV60)
Apeguémonos a Su Torah desde la cercanía que nos da el Espíritu Santo y trabajemos con esfuerzo hasta el día de nuestra boda suprema. ¡MARANATHA Señor Yeshúa!