Cada fiesta judía está infundida con una energía especial que nos ayuda a trabajar en un rasgo particular de carácter y a desarrollar determinados aspectos de nuestras vidas. Las mitzvot de las fiestas son herramientas que nos ayudan a alcanzar la meta de ese momento particular.
A menudo, la clave para descubrir este enfoque se encuentra en las plegarias. El sidur(libro de oraciones) llama a Sucot zman simjateinu, es decir, ‘el tiempo de nuestra alegría‘. ¡Sucot está diseñado como un taller práctico de alegría de una semana de duración!
Durante siete días, nos movemos fuera de nuestros pisos alfombrados, de nuestra casa con aire acondicionado, hacia un pequeño refugio llamado Sucá. Pero, ¿cómo se supone que esto nos hará felices?
La lección es que los objetos físicos que tenemos a nuestro alrededor no son lo que nos hacen feliz. Una persona puede vivir en una hermosa casa y ser absolutamente miserable. O bien puede vivir en una cabaña en mal estado y ser eufóricamente feliz. La clave para la alegría es el éxito en nuestras relaciones. Esto incluye nuestra relación con otras personas, con nosotros mismos y con Dios.
Relación con otros
Las Cuatro especies ofrecen importantes pistas de como alcanzar la alegría a través de las relaciones.
Los cabalistas dicen que las cuatro especies del Lulav (ten en cuenta que «Lulav» se refiere a la hoja de palmera, pero dado que es la más grande, el término se refiere también a las cuatro especies juntas) representan a cuatro tipos diferentes de judíos:
El Etrog tiene un buen gusto y una buena fragancia. Representa una persona con sabiduría (aprendizaje de Torá) y buenas obras.
El Hadás (mirto) tiene una buena fragancia, pero no es comestible. Representa una persona que tiene buenos actos, pero no tiene sabiduría.
El Lulav (palmera datilera) es comestible, pero no tiene olor. Esto representa la persona con sabiduría, pero sin buenas obras.
El Aravá (sauce) no tiene ni sabor ni olor. Se trata de una persona que no tiene ni buenas obras ni tampoco la sabiduría de la Torá.
En Sucot, reunimos estas cuatro especies, las atamos, y las agitamos todas juntas. El Lulav es casher sólo si las cuatro especies se toman juntas. Si falta una de las especies, el Lulav entero no es válido.
Un principio similar es enseñado en lo concerniente a la composición del incienso que era llevado al Templo Sagrado. Había 11 ingredientes, de los cuales uno, la jelbana, olía terrible. Aun así, el incienso sólo era valido si todos los ingredientes estaban incluidos. Esto nos enseña que debemos mirar a todo el pueblo judío como una sola unidad, trabajando juntos.
Puede haber gente que no nos gusta, pero todavía tenemos que relacionarnos con ella. No podemos decir simplemente que ciertas personas no son parte de nuestro mundo, o que no pertenecen a nuestro pueblo. Al contrario, la humanidad es una unidad indivisible. Este reconocimiento es básico para la felicidad porque cuando nos damos cuenta de que estamos todos interconectados, podemos ser más pacientes y tolerantes con los demás.
Ten en cuenta que cuando se toma el Lulav, el Etrog se coloca al lado del sauce. El que tiene más debe colocarse a sí mismo cerca del que tiene menos, con el fin de influirlo favorablemente.
Esta idea encuentra expresión también en la mitzvá de invitar huéspedes a nuestra Sucá. Este año, trata de invitar a algunos amigos más, tal vez incluso alguien que tú no conoces muy bien. ¡Los resultados te sorprenderán!
Relación con uno mismo
Otra manera de mirar el Lulav se menciona en el «Sefer Bahir«, un trabajo cabalista de casi 2000 años de antigüedad. Ahí se describe a las cuatro especies como cuatro partes del ser humano:
El Etrog representa al corazón, la sede de nuestras emociones.
El Hadás (mirto) tiene hojas en forma de un ojo.
El Lulav (palmera datilera) representa la columna vertebral, de donde proceden nuestros actos.
El Aravá (sauce) representa los labios, nuestro discurso.
Las cuatro especies deben tomarse en conjunto como una unidad. Así también, para alcanzar la felicidad, uno debe utilizar todas sus facultades al unísono. No se puede decir una cosa y sentir otra. Debemos unificar nuestros sentimientos, nuestras acciones, nuestro discurso y nuestras perspectivas. Con todos estos trabajando juntos, estamos bien encaminados hacia la autoestima, la tranquilidad y la alegría.
Relación con Dios
Las cuatro especies representan también el nombre de Dios. Aravá (sauce), Hadas (mirto), Lulav (palmera datilera) y Etrog representan la Yud, la Heih la Vav y la Heih de las cuatro letras del nombre de Dios.
Una vez más, la clave aquí es la unidad. Como decimos todos los días en la oración del Shemá: «Dios es uno». Mientras que las cosas pueden parecernos como buenas o malas, debemos darnos cuenta de que todo proviene de Dios. Uno debe hacer frente a diversas circunstancias agradables y desagradables, en última instancia para el máximo crecimiento de uno mismo, pero en esencia todo proviene de Dios.
Ser conciente de esto nos mantiene enfocados y nos ayuda a hacer frente a las dificultades de la vida. Cuando nos relacionamos con la unicidad de Dios, podemos alcanzar la verdadera felicidad en este mundo.
Sucot es una oportunidad que dura una semana para construir estas relaciones e incorporarlas en nuestras vidas. ¡Que podamos todos disfrutar de un gran éxito en esta aventura!
Fuentes:
«Sefer Haminaguim» – Jag HaSucot I «Midrash Rabá» – Levítico 30:12 Talmud – Menajot 27a; «Código de Ley judía» O.C. 651:12 Talmud – Kritut 6a-b. «Midrash Rabá«. Levítico 30:14. «Jaim B’Yad» – Rab Jaim Palatchi, 52 «Rab Pe’alim» – Ben Ish Jai – II Y.D. 32
Cuando la persona hace un Pidión, se mitigan los Juicios severos y se anula el edicto Divino. Sólo entonces el doctor tiene el permiso de curar a través de sus medicinas…
Sólo el Creador sabe…
Enseña el Talmud (tratado Avodá Zará 55ª) que “inmediatamente antes de que se decrete sobre la persona la enfermedad y el sufrimiento, a estos se les hace jurar que han de salir un cierto día, a una cierta hora, a través de una cierta persona y por intermedio de un cierto agente medicinal”. Rabi Najman de Breslev nos enseña (Likutey Moharán II, 3) que todas las condiciones citadas deben cumplirse para que la persona enferma pueda curarse. Entonces, ¿cómo es posible que un médico pueda curar? El médico no puede curar a una persona a menos que él o ella sea el enviado Divino designado para efectuar la cura debida en el momento debido. Y no sólo eso, sino que debemos preguntarnos otra pregunta más: ¿cómo es que el enfermo busca la ayuda del médico cuando no sabe si ese médico en particular es el mensajero designado para su curación? Vemos entonces que acudir al médico es como apostarle a un cierto caballo en una carrera: tal vez ganes o tal vez pierdas.
El Pidión Nefesh: “Rescate de Alma”
No obstante, hay algo que la persona puede hacer con respecto al edicto que limita la cura a “un cierto día, a una cierta hora, a través de una cierta persona y por intermedio de un cierto agente medicinal”. Una vez que el edicto es rescindido, entonces cualquier médico, usando cualquier tratamiento estándar puede efectuar la curación del paciente.
La cancelación del edicto Divino cuenta con tres etapas:
1) hacer Teshuvá, el arrepentimiento y retorno al buen camino
2) pedirles a los Tzadikim, los Justos, que recen por la persona enferma
3) hacer un Pidión Nefesh [1],
tal como enseña Rabi Najman de Breslev:
“Cuando la persona hace un Pidión Nefesh, se mitigan los Juicios severos y se anula el edicto Divino. Entonces el doctor puede curar a través de sus medicinas, pues ya no hay juicios severos y la persona ya no necesita más ese médico específico, en el momento específico y con el remedio específico. Por consiguiente, vemos que ningún doctor puede realmente curar al enfermo a menos que este haga un Pidión, pues el Pidión es necesario para mitigar los juicios estrictos y entonces el médico recibe licencia para curar”.
Por lo tanto, cuando uno da dinero para caridad a los Tzadikim para que le hagan un Pidión Nefesh, está asegurando que su esfuerzo al buscar la ayuda del médico valga la pena. Preferiblemente, uno debería darle el Pidión a un rabino calificado que conozca el texto apropiado del Pidión Nefesh, como por ejemplo, los rabinos de Breslev. Y conviene que la persona no sea mezquina en este caso, tal como escribe Rabi Natan en Likutey Tefilot (123): “Por favor, ten piedad para que la persona que trae el pidión no sea mezquina y dé la cantidad necesaria para mitigar los Juicios Severos”.
El Pidión Nefesh es extremadamente eficaz. Nosotros mismos hemos sido testigos de primera mano de decenas de absolutos milagros en que el Pidión Nefesh prácticamente redimió el alma del donante, salvándolo de un grave peligro o de una terrible enfermedad.
Una vez una persona enferma me preguntó si tenía que ir al médico. Yo le pregunté por qué iba corriendo tan rápido al médico. “¿Acaso el médico fue el que te hizo enfermo? ¡YHVH, el Creador del Universo, fue el que te hizo enfermo, así que lo primero que tienes que hacer preguntarle a Él por qué estás enfermo; haz un profundo examen de conciencia y haz la Teshuvá que corresponda”.
La medicina y los procedimientos médicos sólo son eficaces después de que uno hizo el esfuerzo debido para mitigar los juicios severos que había en su contra y para apelar a YHVH, que es el Médico de toda la carne, para que lo cure. Ir al médico sin antes realizar un previo esfuerzo espiritual implica una falta de Emuná, la pura y absoluta fe en el Creador.
El doctor no puede agregar ni restar de los años de vida que se le asignaron a la persona. Por lo tanto, lo más recomendable es invertir todo el esfuerzo en pedirle salud a Aquel que concede la vida: ¡a YHVH!
Dale las gracias a YHVH y cúrate
La Emuná, más que cualquier otra cosa, favorece enormemente la curación. Es por eso que lo primero que tiene que hacer la persona enferma es darle las gracias a YHVH por la enfermedad que le envió. Esto, obviamente, suena muy pero muy raro a los oídos occidentales, pero la verdad es que no hay nada más lógico que esto. Y les explico por qué:
El Eterno le trajo la enfermedad a la persona para su propio beneficio y para su bienestar ulterior. Al ser consciente de este principio básico de la Emuná, la persona enferma puede recuperarse mucho más rápido y con mucha más facilidad. Darle las gracias a Adonay por una aparente calamidad, como ser una enfermedad, es la más grande expresión de Emuná, ya que la persona está reconociendo que incluso sus problemas provienen del Eterno y son parte de la magnífica Providencia Divina de que todo es para bien.
Uno de los alumnos más nuevos de nuestra Yeshivá sufrió durante años de una grave enfermedad crónica. Ningún médico ni ningún tratamiento lograron curarlo y ni siquiera sus propias plegarias y esfuerzos por rectificar los pecados que había cometido lo ayudaron, hasta que al final escuchó una clase de Emuná que todo es para bien y que la persona debe darle las gracias a Adonay incluso por sus deficiencias y por las dificultades de la vida.
Este mismo alumno decidió dedicar toda su hora diaria de plegaria personal a darle las gracias a Adonay. Durante días enteros él Le agradeció a Adonay por haberle traído esa enfermedad y por todo el dolor y todo el sufrimiento que eso conllevaba. El joven se puso a reflexionar que el Eterno ciertamente hace todo para bien y se consoló pensando que el dolor que le causaba la enfermedad era una expiación de los pecados que había cometido. Se dio cuenta de que Adonay, al igual que un padre cariñoso, le estaba limpiando personalmente el alma. Y con lágrimas en los ojos -lágrimas de dicha- el alumno Le dio las gracias a Adonay profusamente y sinceramente por su frágil salud. Ni siquiera Le pidió que lo curara. A las dos semanas, la enfermedad había desaparecido por completo, sin recurrir a ningún tratamiento ni a ningún remedio. La enfermedad crónica que lo había atormentado durante tantos años era ahora algo del pasado y todo en virtud de haberle dado las gracias a Adonay. La gratitud a YHVH es la cúspide de la Emuná y es lo que favorece más que nada la salud de la persona. Y viceversa: pues la falta de Emuná a menudo es la causa de la enfermedad. El fortalecimiento de la Emuná contribuye a la buena salud.
En realidad, la persona no sufre a menos que se le quite la Emuná. Mientras la persona se aferre a la creencia de que todo lo que YHVH es para bien, no va a sentir ninguna clase de sufrimiento. Por lo tanto, al reforzar nuestra Emuná de que todo lo que hace YHVH es para nuestro propio bien y al darle las gracias, estamos mitigando los severos decretos. Por eso, la persona enferma debería rezarle constantemente a YHVH para que le dé Emuná, la pura fe de que todo es para bien y de que pueda darle las gracias con sinceridad a YHVH por todo. Una vez que empiece a agradecerle a YHVH, su vida hará un giro de 180º grados para bien!
Por el rabino Yitzchak Luria (de los Escritos del Arí registrados por el rabino Jaim Vital); traducido y editado por Baruch Emanuel Erdstein
Una meditación cabalística del Ari para el mes de Elul
En Rosh Jodesh Elul , en el año 5331 [1571 d. C.] , mi maestro [el Arizal ] , de bendita memoria, me dijo que yo [Rabí Jaim Vital] debería ayunar los dos días siguientes después de Rosh Jodesh Elul mismo, y que, a través de esto, alcanzaría un cierto nivel de conciencia [elevada] . La intención que se debe tener con respecto a estos ayunos es que durante el mes de Elul se abran las trece fuentes de las Trece Rectificaciones de la Barba [ Tikunei Dikna ] de Atika , y se revelen y brillen abajo en el Makif de los cerebros .[ mojin ] de los partzufim de Abba e Imma . Esto es como hemos aclarado al principio de » Idra [ Zuta ] » en el Zohar , parashat HaAzinu, que desde fuera de los cerebros de Abba e Imma , su luz irrumpe y brilla [afuera] , en el secreto del » luz circundante» [» O Makif «] ; es allí donde se revelan estas Trece Rectificaciones de la Barba [Supernal] de Atika .
Primero, una persona debe tener en cuenta que, generalmente, todo el mes de Elul es el secreto del nombre Sag[el Tetragrámaton deletreado para igualar el valor numérico de 63] y el nombre Kasa [ Eh-yeh deletreado con iud s para igualar el valor numérico de 161; kuf =100, samej =60, alef =1].
El nombre Sag(63) se escribe de la siguiente manera:
El nombre Eh-yeh conocido por su valor numérico 161, o » Kasa «, se deletrea de la siguiente manera:
alef (1) lamed (30) pei (80), hei (5) iud (10), iud (10) vav (6) dalet (4), hei (5) iud (10).
Todo el mes se debe meditar sobre estos dos nombres divinos…
Al comentar sobre esta meditación, el rabino Nachman de Breslev enseña que el arrepentimiento adecuado requiere el vigor vibrante de «correr y regresar» (Ezequiel 1:14) .
«Correr«, un movimiento hacia adelante, está asociado con » Kasa » ( kuf = 100, samej = 60, alef = 1); esto se relaciona con la frase «Cuando subo a [en hebreo, » asak «, de las mismas letras que ‘ Kasa ‘] los cielos, allí estás tú» ( Salmos 139:8) .
«Volver» está asociado con Sag , relacionado con la palabra hebrea para «mover hacia atrás» o «quitar«, como en el versículo»] el lindero antiguo que hicieron vuestros padres» (Proverbios 22:28) ; aquí, incluso después de una caída espiritual, uno debe estar listo para volver al camino del servicio sagrado a Di-s . ( Likutei Moharán 6:7)
Estos [dos anteriores] nombres se insinúan en el nombre del mes «Elul» [deletreado alef , lamed , vav , lamed ] : las [primeras] dos letras, alef , lamed están relacionadas con las tres yuds y una alef . del nombre Sag , como es conocido. De estas letras emana el nombre El , como se menciona en el Zohar , parashat Pinjás .
Las [últimas] dos letras, vav , lamed , están relacionadas con el nombre El que emana de las tres yuds y una alef del nombre Kasa . Las tres yuds [ de este nombre] se relacionan con la [última] lamed [de la palabra «Elul»] , y la alef [de Kasa] se reemplaza con la letra vav , porque esta alef está escondida dentro de esta letra vav [de la meditación] como tal: vav , alef ,vav _
Yud = 10, por lo tanto, tres yuds equivalen a 30, el valor numérico de la letra lamed .
Es por eso que este mes se llama «Elul», porque todo el mes se debe meditar en estos dos nombres divinos. Ahora, estos dos nombres ( Sag , 63 y Kasa , 161) suman el valor numérico de la palabra hebrea para «camino» [» d e r e c h » = 224] , que es el secreto del versículo «… Quien abre un camino sobre el mar» (Isaías 43:16) , por la palabra hebrea para «sobre el mar» [» b ‘ y a m » = 52] está relacionado con el nombre Ban [ Havaiá escrito igual a 52] . Y[el significado místico del versículo en Isaías es que] los dos nombres anteriores [ Sag y Kasa ] , que equivalen a la palabra hebrea para «camino», brillan en el nombre Ban , que equivale a la palabra hebrea para «sobre el mar».
Aquí somos testigos del fenómeno de la conciencia suprema, representada por los nombres Sag y Kasa , ambos generalmente asociados con la sefirá de bin y el partzuf de Imma , alcanzando las esferas inferiores, es decir , Maljut , representada por el nombre Ban .
Y es este camino el que se abre durante todo el mes de Elul.
Y después de que hayas meditado sobre esta idea general con respecto a todo el mes de Elul, debes concentrarte en estos dos primeros días [después de Rosh Jodesh] de la siguiente manera: Dentro de estos dos días hay 48 horas, que son el secreto de [el forma simple de] los dos nombres anteriores YHVH y Eh-yeh , que juntos suman 48, con el Kolel .
YHVH =26 Eh-yeh .. = 21 Kolel ….. = 1
… = 48
Al final del primer día, tenga en cuenta que la mitad de este «camino» [= 224] ya se ha completado; y este es el valor numérico de la palabra « [el río] Yabok « [= 112]. Este es el secreto del verso «Que Dios te responda y el día de la angustia» (Salmos 20:2) , cuyas iniciales equivalen al valor numérico de «Yabok«.
Salmos 20:2 en hebreo es: «Y’ancha Hava y ah b’yom tz ara « . Yud (10), iud (10), bet (2), tzadi (90) = 112.
Es interesante notar un Midrash que relata que Dios deseaba dividir el dominio entre Jacob y Esaú durante los doce meses del año. A partir del mes de Tishrei , Jacob exigió que, debido a la santidad conferida a las festividades, se le repartiera a él, y Dios estuvo de acuerdo. A lo largo de los siguientes ocho meses, Jacob defendió con éxito su caso, ganando dominio sobre cada mes. Cuando los meses trágicos de Tamuz y Av iban a ser repartidos, fueron entregados en manos de Esaú debido a las futuras transgresiones que el Pueblo Judío iba a cometer durante esos tiempos.El endulzamiento de las fuerzas del juicio… debe ser dirigido hacia la santa raíz suprema de esas fuerzas…
Finalmente, se decidiría sobre el último mes, Elul. Debido a la división desigual de los meses, Dios también decidió otorgarle a Esaú el mes de Elul. Luego, como relata el Midrash , Jacob, consciente de la importancia de este período inmediatamente anterior a Rosh Hashaná , el Día del Juicio, en una hazaña audaz, «arrebató» la porción de Elul de las garras de Esaú.
«Yabok» es el nombre del río donde Jacob, en representación de las fuerzas de la santidad, se encontró y luchó con éxito contra su archienemigo, Esaú. Ciertamente el Arí alude a la necesidad de este tipo de valentía frente al “Esaú” de nuestros propios rasgos negativos de personalidad durante el mes del arrepentimiento.
El Zohar enseña que, a diferencia de los productos de desecho de un molino de grano, asociado con el masculino (es decir , Zeir Anpin), los desechos de una bodega , en hebreo, «yekev«, escrito con las mismas letras que las del río «Yabok”, está asociado con lo femenino (es decir, Malkut ). El endulzamiento de las fuerzas del juicio, un elemento integral del proceso de arrepentimiento tan enfatizado durante el mes de Elul, debe ser dirigido hacia la sagrada raíz suprema de esas fuerzas: el partzuf de Imma y la sefirá de Biná., ambos desde el lado izquierdo, «femenino» del Árbol de la Vida. Curiosamente, el Zohar también menciona que la manifestación de Zeir Anpin en Maljut (es decir, Nukva ) está insinuada por las iniciales de las palabras «El Santo Bendito», en hebreo, » H a K adosh B aruch H u «, que equivalen a el valor numérico de «Yabok «. Además, las letras de » Yabok » también deletrean » baki «, refiriéndose a alguien que es un «experto» en la ley judía práctica, también asociado con la rectificación de nuestras obras aquí, en el más bajo de los mundos. (Zóhar,Él nos responderá el día que llamemos…
Asimismo, las iniciales del verso “Él nos responderá en el día que lo llamemos” (Salmos 20:10) , suman el valor numérico de “Yabok ”.
La frase anterior en hebreo es : » Y’aneinu b’yom k areinu » . Yud (10), bet (2), kuf (100) = 112.
Y al final del segundo día, ten presente los dos tiempos » Yabok « [2 X 112] , que es «camino» [» derech «= 224] , que son Sag y Eh-yeh deletreados para igualar 161…
Aquí hay otra meditación: Los dos nombres anteriores, Havaiá y Eh-yeh , en sus formas simples, juntas tienen 8 letras, y sus formas deletreadas tienen 20 letras [10 cada una] , totalizando 28 letras; cada uno de estos dos días [después de Rosh Chodesh Elul] , uno debe tenerlos todos en mente. ¿Cómo? Durante las primeras 10 horas del primer día, medite sobre las 10 letras del deletreo del nombre Eh-yeh[con yuds ] , una letra para cada hora, así: la primera hora, alef ; la segunda hora, lamed ; la hora tercera, peh ; etc. Cada letra debe estar puntuada por la vocal segol.
Las próximas diez horas, medite en el nombre divino Havaiá deletreado [con yuds ] hasta 72, una letra por cada hora. [Aquí] cada letra debe estar puntuada por la vocal chirik .
Las próximas cuatro horas del primer día, medite en las letras de la ortografía simple del nombre Eh-yeh , cada letra puntuada por la vocal segol . Aquí está la [meditación del] primer día.
Luego, las primeras 10 horas del segundo día, medite en las diez letras del nombre Havaiá deletreadas con yuds , una letra para cada hora, como se mencionó anteriormente, puntuado por la vocal chirik .
Las próximas diez horas del segundo día, medite en las diez letras del nombre Eh-yeh deletreadas con yud s, puntuadas por la vocal segol .
Luego, las últimas cuatro horas del segundo día, medite en las cuatro letras de la ortografía simple del nombre Havaiá , puntuado por la vocal chirik .
El rabino Nachman de Breslev comenta que el verso clásico que declara el deseo de Di-s de nuestro arrepentimiento, «La mano derecha de Di-s está extendida para recibir a los penitentes», alude a la meditación Elul de Arizal de la siguiente manera: La ortografía del hebreo La palabra para «mano derecha», «ya min» (más 1 para el kolel ) tiene el mismo valor numérico que la palabra para «camino», «derek», mencionada anteriormente, más 3 para las tres letras de la palabra » d e r e k«.
«Yamin» deletreado es:
yud (10) –
vav (6) –
dalet (4),
mem (40) –
mem (40),
yud (10) –
vav (6) –
dalet (4),
nun (50) –
vav (6) –
monja (50),más uno para el
kolel, totalizando 227.
«Derek«, deletreado dalet (4) reish (200) chaf (20), más sus tres letras también suman 227, demostrando la congruencia conceptual de estas dos palabras.
Además, la palabra hebrea para «extendido», «peshuta «, tiene el mismo valor numérico de las vocales hebreas involucradas en esta meditación básica.
«Peshuta» se escribe pei (80) shin (300) vav (6) tet (9) hei (5), lo que equivale a 400.
Las diez letras de la ortografía de Eh-yeh están puntuadas cada una con un segol , que tiene un valor numérico de 30; las diez letras de nuestra ortografía de Havaiá se puntuan con un chirik , que tiene un valor numérico de 10. Por lo tanto, 10X30 más 10X10 también 400. ( Likutei Moharan , ibíd.)
Hay otra meditación asombrosa, que es la siguiente: En la cabeza de Atika , hay trece mechones de cabello y, correspondientes a ellos debajo, están las trece Rectificaciones [de la Barba, » Tikunei Dikna «] de Atika . Ahora bien, estos trece cabellos pueden entenderse como doce cabellos más uno, que los incluye a todos; y hay otras doce hebras de cabello, que [cuando sumas las primeras doce con las segundas doce] es un total de 24 hebras.
De la misma manera [podemos entender] las Rectificaciones de la Barba [de Atika ] : doce rectificaciones [ tikunim ] más una, que las incluye a todas, y otras doce rectificaciones, sumando en total 24 rectificaciones de la Barba [de Atika ].
En total, la suma total de estos mechones [del cabello de la Cabeza y los de la Barba] es 48. Y estos corresponden a las 48 horas de estos dos días que debéis ayunar, así como [los dos nombres divinos] Havaiá y Eh-yeh , que juntos tienen un valor numérico de 48, como se mencionó anteriormente.
[Basado en Shaar Ruach HaKodesh , pág. 44a; traducido y editado por Baruch Emanuel Erdstein]
Por el rabino Yitzchak Luria (de los Escritos del Arí registrados por el rabino Jaim Vital); traducido y editado por Baruch Emanuel Erdstein Rabino Yitzchak Luria […Ashkenazi ben Shlomo] (5294-5332 = 1534-1572 ce); Yahrtzeit (aniversario de la muerte): 5 de Av. Enterrado en el Cementerio Viejo de Tzfat. Comúnmente conocido como
Ari, un acrónimo que significa Eloki Rabbi Yitzchak, el Divino Rabino Isaac. Ningún otro maestro o sabio tuvo nunca esta letra extra Alef, que representa a Eloki [Divino], como prefacio a su nombre. Esta fue una señal de lo que sus contemporáneos pensaban de él. Generaciones posteriores, temerosas de que se malinterpretara este apelativo, dijeron que este Alef representaba a Ashkenazi, lo que indica que su familia se había originado en Alemania, como de hecho lo había hecho. Pero el significado original es el correcto, y hasta el día de hoy, entre los cabalistas, el rabino Yitzchak Luria solo se conoce como Rabbenu HaAri, HaAri HaKadosh [el santo Ari] o Arizal [el Ari de bendita memoria].Baruch Emanuel Erdstein fue editor asociado de KabbalaOnline.org durante cinco de los diez años que residió en la Ciudad Vieja de Safed, estudiando intensamente Cabalá. Actualmente reside en Emmanuel, Israel. Originario de Detroit, tiene una licenciatura en antropología de la Universidad de Michigan, Ann Arbor, y ha trabajado en educación judía e intercultural durante más de una década.
«Al cabo de siete años, en la época del año de remisión, durante la fiesta de Sucot, cuando todo Israel viene a presentarse ante El Eterno, tu Dios, en el lugar que Él ha de elegir, leerás esta Torah ante los oídos de todo Israel. Reúne al pueblo, a los hombres, las mujeres, los niños pequeños y al extranjero que está en tus ciudades, para que oigan y para que aprendan, y teman a Yahvéh, tu Dios, y sean precavidos de cumplir con todas las palabras de esta Torah.
(Deuteronomio/Devarím 31:10-12)
«Porque Moshé desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de Shabat.
Hechos 15: 21
Según la historia que surge de la tradición judía fue Moshé quien ordenó las lecturas públicas anuales de la Torah en Shabat,. Siglos más tarde, los Sabios se guiaron por el contenido y aspectos formales para dividir de esta manera las secciones, no dejando librado al azar o al antojo nada de lo referido a lo consagrado. Se dice que fue en Babilonia durante la cautividad de la Casa de Judá, cuando los sabios dividieron los cinco libros de Moisés en 54 “porciones” (en hebreo Parashot, del singular Parashá que significa “Porción”)
En la Eretz Israel primitiva, la lectura completa de la Torah tomaba tres años y medio; fue el rey Josías quien estaba tan preocupado de que la nación escuchara la Torah de Dios para no irse detrás de la idolatría, que realizó una reforma comprometiéndose con todo el pueblo a mantenerse firme en el estudio semanal de la Torah (2 Reyes 23: 1-3). Pero, durante el exilio en Babilonia, el tiempo de duración de cada parashá se redujo a un año, y esta costumbre continúa siendo seguida.
Es el Talmud el que relata que fueEzra (Esdras)el Escriba quien luego del regreso del exilio babilónico estableció la práctica de leer la Torah los lunes y jueves de mañana y en Shabat por la mañana y por tarde (Talmud Yerushalmi, Meguilá 4:1).
¿Por qué en estos días? Porque los lunes y jueves eran los días de mercado, en que los campesinos llegaban a las ciudades para vender sus productos y hacer sus compras (Bava Batra 22a). Así pues estos días brindaban una excelente oportunidad para reunir a todo el pueblo por unas horas con el fin de enseñarles los códigos y las segulot (tesoros de energía mesiánica) de la Torah. Y dado que los comerciantes urbanos estaban ocupados estos días y no podían asistir a las reuniones de estudio de la Torah, se estableció para beneficio de ellos la lectura adicional de la Torah los sábados por la tarde. Los Sabios se guiaron por el contenido y aspectos formales para dividir de esta manera las secciones, no dejando librado al azar o al antojo nada de lo referido a lo consagrado.
Asimismo el Talmud brinda también una razón espiritual para las dos lecturas de los días laborables, e incluso sugiere que esta práctica es anterior a las disposiciones de Ezra, quien tal vez haya formalizado la costumbre de leer la Torah los días lunes y jueves, pero no habría sido el autor de la misma. Los Sabios han considerado siempre el agua como símbolo de la Torah. Lo que el agua es para el cuerpo: fuente de vida, manantial refrescante, lo es la Torah para el alma. Tanto es así que al describir el paso de los israelitas por el desierto, se dice que se pusieron impacientes porque “anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua”:
“Moshé hizo que Israel marchara del Mar Rojo y salieron hacia el Desierto de Shur; anduvieron durante tres días en el desierto, mas no hallaron agua. Llegaron a Mará, pero no pudieron beber las aguas de Mará, pues eran amargas; por eso lo llamaron Mará. El pueblo se quejó ante Moshé, diciendo: « ¿Qué beberemos?» (Éxodo 15:22-23)
Los Sabios consideran este pasaje como una lección práctica para ser Talmidim (discípulos) que estudian la Torah. Según ellos, el malestar se produjo a raíz de haber andado tres días sin el sustento espiritual de la Torah. Esta es, según los Sabios, la razón por la cual ya mucho antes de Ezra, los Profetas habían establecido que la Torah debe leerse los días lunes y jueves además del Shabat. Esta disposición asegura que no transcurran tres días sin que el pueblo reciba el sustento espiritual que brinda la lectura de la Torah en público.
Para ser más veraces y certeros en la historia, diré que la división de parashot que se encuentra en los rollos de la Torah de hoy en día, de todas las comunidades judías, se basa en la lista sistemática proporcionada por Maimónides en su obra Mishneh Torah ( sección «Leyes de Tefilín, Mezuzá y Rollos de la Torah«, capítulo 8). A su vez, esta Sidráh (u «Orden») de división de la Torah, Maimónides la estableció basándose el Códice de Alepo escrito en la ciudad de Tiberíades en el siglo X d.C., y que perseguía el propósito de preservar la tradicional forma de estudiar las parashot que los judíos traían desde los tiempos de Ezra.
La Torah se suele dividir en 54 porciones o parashot. Cada porción (parashá) es leída públicamente durante la semana en la sinagoga (los lunes y jueves por la mañana, así como los sábados por la mañana y por la tarde), por eso también se conoce por “Parashat Hashavua” (la Porción de la Semana).
Cada una de las “parasháh” era leída y explicada cada sábado en la mañana en las diferentes sinagogas, costumbre que se sigue hasta nuestros días; además, a dicha “porción” se le agregan otros textos tomados de “los profetas” (Nevím) (Josué hasta Reyes e Isaías hasta Malaquías) que también se le conoce en la cultura hebreas como “ Haftarah” (traduciada como: «conexión» o «conclusión«).
Esta es la subdivisión de cada libro según sus “Parashot” (“secciones”):
Como hay 52 semanas en un año, se lee una parashá cada misma semana, este ciclo de lectura de la Torá – Keriat Hatorá – comienza en Shabat Bereshit (primer Shabat después de Sucot) y finaliza en la Festividad de Simjat Torá.
“Jazón Ishaiahu ben Amotz, asher hazá al Iehudá veIershalaim.”
Esta es una visión severa, una profecía de reprensión y castigo. El tzadik Rabi Levi Itzjak de Berditchev, sin embargo, dijo que en Shabat Jazón, el Shabat que precede al día de luto por la destrucción del Templo, Di-s le da a cada judío el poder de ver (en una visión) el Tercer Templo. En otras palabras, en lo más profundo de nuestro duelo tenemos el poder de “ver lo que aún nacerá”, el consuelo que surge a partir de la destrucción.
Esta visión interna del Tercer Templo despierta en nosotros el deseo de la redención completa y el regreso a Dios, y este regreso a Dios en sí mismo trae la redención.
En última instancia, Ishaiahu es el gran profeta del consuelo, cuyas profecías de consuelo comenzaremos a leer el próximo Shabat: [Ishaiahu 40:1]
“Consuélense, consuélense mi Pueblo.”
נַחֲמוּ נַחֲמוּ עַמִּי.
“Najamú, najamú amí.”
Dentro de la palabra חזון / jazón / visión, está la palabra חן / jen / gracia, que también es simetría y armonía. La misma palabra, חן / jen, es parte de la palabra נחמו (najamú, y por supuesto jet-nun es el acrónimo de חזון / jazón y נחמו / najamu). El jen de jazón está en orden ascendente, surgiendo de la realidad aparentemente destruida, como en el verso, [Tehilim 85:12]
“La verdad brotará de la tierra…”
אֱמֶת מֵאֶרֶץ תִּצְמָח
“emet meeretz titzmaj…”
(donde estas tres palabras son a su vez un acrónimo de אמת / emet / verdad). El jen de najamú está en orden inverso. Viene de Arriba, de Dios, quien nos consuela. Estos dos tipos de jen se unen en uno, como en el verso: [Zejariah 4:7]
«Gracia, gracia para ella» / חן חן לה / “Jen, jen la”.
Como dice el Talmud en el tratado de Shabat:
“Si Israel guarda dos Shabatot de acuerdo con sus leyes, serán redimidos inmediatamente”. Si observan Shabat Jazón y Shabat Najamú, si logran ver el consuelo dentro de la visión, serán inmediatamente redimidos.
[Del libro delrabino Ginsburgh, Maaián Ganim, “Manantial de los Jardines«]
“Y el nombre de la hija de Aser era Seraj”. (Bemidbar 26:46).
Seré sincero, (no sé si también te pasa esto), pero cuando leo en la Torah las genealogías, tiendo a colocar poca atención a los nombres que aparecen en las mismas y muchas veces tiendo a saltearlos por parecerme poco interesantes. Pero, en la lectura que hoy he estado realizando (segunda aliyah), ha vuelto a llamarme la atención el nombre de Seraj, la única mujer que aparece mencionada en el censo realizado por Moshé en el desierto en las estepas de Moab.
Pero, ¿quién era esta mujer para tener el privilegio de ser la única mujer mencionada en estas genealogías? Por lo que hasta ahora hemos aprendido, sabemos que la mención de un personaje femenino en un listado genealógico que incluye solo nombres masculinos sugiere que dicha mujer tenía cierto nivel de relevancia en la historia de su familia, clan, tribu y nación.
Seraj, la hija de Asher, ya había sido mencionada entre los setenta miembros de la familia del patriarca Yaakov que emigraron de Kenaán a Egipto:
«Los hijos de Aser: Imná, Isvá, Isví, Beriá, y su hermana que se llamaba Seraj. Los hijos de Beriá: Héber y Malquiel.» (Bereshit 46:17)
Para lograr comprender quién es este personaje femenino, y ante la falta de mayor información o comentarios en la Torah, deberemos suplir nuestra investigación considerando varios midrashim de los Sabios, quienes llenan el aparente silencio de las Sagradas Escrituras, permitiéndonos revisar este personaje aparentemente secundario, que sin embargo adquiere dimensiones proféticas muy importantes en la Historia de la Salvación.
Seraj, según «El libro de Jasher» y la exégesis de “Midrash Avot”, en verdad no era la hija, sino la hijastra del patriarca Asher.
De acuerdo a dichos libros, Asher se casó primeramente con Adon bat (hija) de Aflal, ben (hijo) Hadad, ben Ishmael. Dicha mujer murió antes de tener hijos. Entonces, Asher se casó en segundas nupcias con Hadurah bat Abimael (ben Heber, ben Shem), la viuda de Malkiel (hijo de Elam, hijo de Shem). Hadurah le había dado una hija a Malkiel, a quien llamó Seraj. Después de la muerte de Malkiel, madre e hija regresaron a la casa de Abimael. Tras el matrimonio de Asher con Hadurah, él decidió adoptar a Seraj y los llevó a Kenaán (Canaán) para que vivieran en la casa de Yaakov. [Esta es una de las fuentes que usa el Talmud (Meguilá) para mostrar que un niño adoptado se considera hijo del padre adoptivo, a diferencia del padre genético, en la ley de la Torah.] La tradición dice que tenía tres años cuando Asher se casó con su madre, y desde entonces se crió en la casa de Yaakov, cuyo afecto se ganó con su notable piedad y virtud. Fue la persona que anunció a su abuelo Yaacov que su hijo Yosef todavía vivía; y por esta razón el patriarca la bendijo con vida eterna.
Según el relato, después de 22 años, Yaakov avinu sigue viviendo el duelo por su hijo Yosef; sin embargo este aparece repentinamente. Los hijos de Yaakov no saben como darle tremenda noticia a su padre, para que no sea demasiado impactante. Ahora bien, resulta que la pequeña hija de Asher tenía un nivel espiritual muy alto, además de contar con el talento para tañer el arpa proféticamente de una manera asombrosa. Por eso le piden que se ella quien lo haga. Entonces, Seraj entra cuidadosamente al ohel (tienda) de Yaacov y empieza a entonar una bella melodía con el arpa mencionando que “Yosef aún vive” dentro de su canto. Cuando la pequeña Seraj cantó estas palabras, y Yaakov comprendió su significado, casi colapsó. Sin embargo, la dulzura de su canto alivianó el impacto, y él fue capaz de calmarse. Entonces, Yaakov en gratitud bendijo a Seraj por darle tal noticia, diciéndole: “seas bendecida Seraj, me has revivido mi espíritu, que vivas para siempre”. Así fue como nuestro patriarca le concedió a Seraj una bendición de longevidad, ¡y ella fue la única que bajó a Egipto con Yaakov y que salió 210 años después con Moshé!
También en el “Midrash Avot” se relata que Moshé se dirigió a Seraj cuando quiso saber dónde estaban enterrados los restos de Yosef (ver Soṭá 13a; Devarim Rabá 11). Según el Midrash (Qohelet Rabá. 7: 11), Seraj fue “la mujer sabia” que causó la muerte de Sheba ben Bijri (II Samuel 20).
Según el relato tradicional (Mejilta Derabí Ismael, Maseta Vayehi Beshalaj, Petijta; Sotá 13a), cuando los israelitas estaban listos para salir de Egipto, estaban ocupados en tomar el botín;Moshé era el único que estaba preocupado en hallar los huesos de Yosef. Buscó su ataúd en toda la tierra de Egipto, pero no pudo encontrarlo. Seraj era la única de esa generación que aún estaba viva.
Moshé se dirigió a ella y le preguntó: _ “¿Sabes dónde está enterrado Yosef?” Ella respondió: _ “Lo colocaron aquí. Los egipcios le hicieron un ataúd de metal y lo hundieron en el Nilo, para que sus aguas fueran bendecidas”.
Gracias a esta información, Moshé fue al Nilo, se paró en la orilla y gritó:
“¡Yosef, Yosef, ha llegado el momento del juramento que Dios juró a nuestro padre Abraham, que redimirá a sus hijos. Honra al Señor, el Dios de Israel, y no retrases su redención, porque estamos atrasados. Si te muestras, estará bien; y si no, entonces estamos libres de su juramento si no levanta su ataúd, saldremos de Egipto y lo dejaremos aquí!”.
El ataúd de Yosef salió inmediatamente a la superficie y Moshé lo recogió
Esto llevó a los rabinos a afirmar que Seraj entregó “el fiel al fiel”, ya que ella entregó a Yosef a Moshé cuando partieron de Egipto (Bereshit Rabá 94: 9).
Según los sabios, Seraj no solo estaba entre los que vinieron a Egipto y uno de los que lo dejaron, sino que también ingresó a Eretz Israel; esa sería la razón que aparece en Bemidbar 26:46, incluyendo a Seraj entre los nombres de los que ingresan a la tierra (Seder Olam Rabá 9).
Finalmente en esta parashá vemos que aparecen también mencionadas las cinco hijas de Tzlofhad. Pues entonces, teniendo en cuenta esto notamos la existencia de un nexo entre estos dos pasajes.
Las hijas de Tzelofhad se hacen merecedoras de una heredad en la Tierra de Israel al igual que lo es Seraj. El sabio Najmánides, conocido como el Rambán, al comentar Bamidbar 26:46 dice:
“Porque todavía estaba viva cuando terminó la esclavitud del pueblo de Israel en Egipto, y luego de los cuarenta años en el desierto, y es una de las setenta personas mencionadas en Génesis 46 que fueron a Egipto con Jacob, las Sagradas Escrituras la mencionan aquí”
Onkelos traduce (el versículo 46): “y el nombre de la hija del primer esposo de la esposa de Asher era Seraj”, lo cual quería decir que era una hija que tenía herencia de la Tierra y por derecho propio (Bamidbar 36:8), y por tanto las Sagradas Escrituras la mencionan aquí al igual que menciona a las hijas de Tzelofhad, porque Seraj se incluye entre ellos cuando dice: ‘A ellos, será dividida la tierra’ (26:53).
Explico aquí algo importante para este estudio. Seraj, de haber sido hija de Asher, no hubiera heredado una parte de la Tierra, ya que él tenía hijos varones (como dice el versículo 44). Pero Seraj era hija de la esposa (de Asher) en un primer matrimonio por lo que la herencia de la Tierra pasó a Seraj. En este caso, la razón de que las Sagradas Escrituras incluya la frase ‘y Seraj su hermana’ (Barmidbar/Números 46:17) es porque ella era medio hermana de los hijos de Asher, pero no su hija. Y por tanto está escrito: «el nombre de la hija de Asher era Seraj«, y no dice “y la hija de Asherera Seraj”, porque la intención del versículo es decir que su nombre era conocida como “la hija de Asher”, pero se llamaba en realidad Seraj. Rashi explica que al estar viva al final de la travesía de Israel por el desierto, entonces sería como las hijas de Zelofehad en cuanto a recibir una herencia de la Tierra por derecho propio.
Hasta aquí Najmánides que al mencionar a Onkelos establece una clara relación entre las hijas de Tzlofhad y el episodio de la herencia de la Tierra y Seraj, también ella, según esta interpretación, contada entre los herederos de la tierra.
Ahora bien, independientemente de la tradición de los sabios, creo que hay una enseñanza interesante en la historia de Seraj bat Asher para nosotros y es la que tiene que ver con el lugar de los adultos mayores en nuestras comunidades. Es saber que en esas personas que ya caminan con dificultad, que a veces les cuesta hablar, y que muchas veces relegamos en pos de escuchar voces más jóvenes, en ellos está una sabiduría irremplazable. Cada historia, cada testimonio, cada relato es una oportunidad más de construir nuestra memoria colectiva y asegurarnos de que las jóvenes generaciones sepan lo que sucedió en aquellos tiempos pasados de nuestra historia.
Seraj era la única que había vivido en carne propia la llegada a Egipto, los años de bonanza y también los de esclavitud. Seraj era depositaria de un pedazo de la memoria del pueblo que muchos ya habían olvidado, que los jóvenes líderes desconocían. Si Moshé hubiese confiado en su propio saber y en el de quienes lo rodeaban, quizá todavía estuviera buscando a Yosef. Pero tuvo la nobleza y la sabiduría de preguntarle a la más anciana de la tribu, en la esperanza de que ella aún recordara la historia. Moshé sabía que hay cosas que por más formación, capacidades y habilidades que él tuviera, sólo podían descubrirse oyendo el testimonio de aquellos que lo precedían. Y así transformó a Seraj en una pieza clave del éxodo.
— «Cuán buenas son tus tiendas, Jacob, tus moradas, Israel.” (Numeros 24:5)
Esta famosa línea de Parashat Balak, pronunciada por un profeta no israelita sobre el Pueblo de Israel, parece bastante simple. El gran comentarista medieval Rashi , sin embargo, ve otro nivel de significado en ello. Nos dice que Balaam pronunció estas palabras porque las entradas de las casas del pueblo no estaban alineadas unas con otras.
Parece extraño que de todas las cosas que un profeta podría alabar sobre Israel, especialmente porque los está alabando en contra de su voluntad, Balaam decidió alabar el hecho de que no pueden ver dentro de las casas de los demás. Pero quizás no sea tan extraño que lo que hace que una vivienda sea “buena” es la capacidad de tener privacidad dentro de ella.
De hecho, esta idea es tan importante para Rashi que aparece dos veces en su comentario sobre esta porción: Solo unas pocas líneas antes, en el capítulo 24, versículo 2, Rashi explica que las palabras, “Balaam alzó los ojos y vio a Israel habitando de acuerdo con sus tribus”, en realidad quiere decir que vio que sus entradas no estaban alineadas entre sí, de modo que uno no podía asomarse a la tienda de su amigo.
Sabemos que las condiciones en el desierto deben haber sido muy difíciles. Sin embargo, Israel pudo asegurar que cada familia tuviera un espacio propio, un lugar que fuera suyo.
Es esclarecedor contrastar esto con las condiciones modernas de pobreza en los Estados Unidos. El gobierno de los Estados Unidos, pretendiendo responder a las demandas de la gente, ha hecho cada vez más difícil que los pobres tengan un lugar digno para vivir.
El ex-alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, nos brindó una vez un excelente ejemplo de cómo funciona este tipo de política: si una persona se niega a ir a un refugio para personas sin hogar, puede ser enviada a la cárcel. Si una persona va a un refugio para personas sin hogar cuando la policía la envía allí, pero una vez que está allí se niega a hacer cualquier cosa que le pida el refugio, puede ser arrojada de nuevo a la calle, donde, presumiblemente, el problema será atendido por un arresto poco después.
Es curioso que una ciudad moderna, con una enorme cantidad de recursos -ciertamente muchos más que un pueblo tribal deambulando por el desierto- sea, sin embargo, mucho menos capaz de proporcionar un lugar digno para vivir a toda su comunidad. Curiosamente, ni siquiera es una cuestión de dinero: caso tras caso ha demostrado que con programas que fomentan la propiedad de la vivienda, las condiciones de vida de las personas mejoran materialmente, junto con la seguridad de su vecindario, y por mucho menos dinero que administrar una operación encubierta contra la falta de vivienda. (Habitat for Humanity es solo un ejemplo de cuán exitoso puede ser un programa como ese).
Sin embargo, en lugar de intentar proporcionar viviendas dignas a los pobres, el poco dinero que se gasta se destina a crear refugios para personas sin hogar, que son, además de lugares físicamente peligrosos a veces, extremadamente desmoralizadores para las personas y, a menudo, inhumanos para las familias que intentan sobrevivir. Permanecer juntos.
¿Por qué es esto? Parece que necesitamos castigar a la gente por ser pobre. La ideología detrás de tales leyes entiende la pobreza como el resultado obvio de la pereza y la codicia. Insiste en que nadie puede ser pobre por accidente, que los que son pobres son de color, son “reinas del bienestar” o tal vez son uno de los “locos” que fueron abandonados durante la desinstitucionalización de los hospitales psiquiátricos.
Incluso esta última noción es algo así como una concesión para quien sostiene esta ideología, quien a menudo cree que estas son personas que probablemente prefieren vivir en la calle de todos modos, y además, lo que realmente necesitamos hacer, por su propio bien, es «¡enciérralos, donde no podamos verlos!».
Incluso cuando a las personas se les proporcionan hogares para vivir que no son refugios, las viviendas sociales modernas son una vergüenza. Las empresas privadas no hacen reparaciones en sus propiedades para crear un espacio mínimamente habitable: la plomería deja de funcionar, las alimañas se mudan, las paredes y las puertas a veces tienen agujeros. No es de extrañar que las personas que viven en estos lugares desesperen por una vida mejor.
El comentario de Rashi toca profundamente el corazón de lo que significa tener “un buen lugar para vivir”. El pueblo de Israel avanzaba hacia su propia tierra, y aunque todavía no estaba allí, formaron, como comunidad, hogares que crearon una atmósfera de respeto mutuo.
Como en cualquier otra comunidad, indudablemente había quienes eran más ricos y quienes eran más pobres; sin embargo, cada familia en Israel tenía un espacio en el cual vivir, un lugar que era respetable y respetado. Desde estos hogares, pudieron vislumbrar un futuro más brillante, uno en su propia tierra, que podrían trabajar para construir con sus propias manos y mejorar tanto a ella como a ellos mismos. La decencia de sus hogares fue la base sobre la que construyeron nuestro futuro.
En la porción de Balac, el profeta Balaam , contratado por el rey Balac de Moab, se dispuso a maldecir a los hijos de Israel, solo para encontrarse proclamando cuatro bendiciones en su lugar. Cada bendición se basa en la anterior, volviéndose más sofisticada y exaltada.
Balaam comienza introduciendo su tema y misión en el primero, responde a la ira de Balac por no maldecir al pueblo como prometió en el segundo, y en el tercero se lanza a un canto de alabanza a Israel que se considera “ni vindicación ni denuncia sino pura profecía” (Nehama Leibowitz , Estudios en Bamidbar). Aquí el lenguaje mismo se vuelve declamatorio y se llena de más simbolismo; específicamente más imágenes tomadas del mundo natural. En la primera profecía, solo se mencionan colinas y rocas, en la segunda, un buey y un león, pero en la tercera, tanto las plantas como los animales se usan con gran efecto. Examinemos uno de los versículos aquí.
La tercera bendición comienza con la declaración más famosa de Balaam:
“Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, y tus tabernáculos, oh Israel”. (Números 24:5)
El versículo que sigue a esto es menos conocido:
“Como arroyos serpenteantes, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor, y cedros junto a las aguas.” (v. 6)
Convenciones de la poesía bíblica
A primera vista, esta es una descripción adicional del campamento físico de Israel, y podemos verlo en nuestra mente, extendiéndose en la distancia en largas filas como arroyos o tiendas de campaña sobre el suelo plano, como cedros altos que sobresalen hacia el cielo. .
Sin embargo, si observamos más de cerca las imágenes del versículo, no parece seguir ninguno de los patrones utilizados en la poesía bíblica , por ejemplo, ABAC (paralelismo de escalera) o ABBA (estructura quiástica), ni siquiera el estilo del versículo anterior. , donde la primera parte del verso es paralela en tema a la segunda. En nuestro verso tenemos un cuerpo de agua (arroyos serpenteantes) seguido de una lista de tres tipos de flora (jardines, áloes, cedros), una planta del desierto (áloes) y dos de las cuales ‘suceden’ estar al lado del agua ( jardines junto al río, cedros junto al agua). Ninguno de los patrones de estructura habituales mencionados anteriormente parece encajar.
Varios comentaristas ofrecen diferentes explicaciones. Ibn Ezra ve árboles implicados en la primera imagen del río, ya que los árboles suelen crecer junto a ríos o arroyos sinuosos. El comentario de Da’at Mikra lleva esto un paso más allá: la palabra ‘nahal’ con mayor frecuencia se refiere al lecho de un río, a diferencia de un río que fluye real, generalmente dentro de un ecosistema árido o desértico.
Dichos cauces son arenosos y secos, no hay agua superficial durante la mayor parte del año, pero se pueden ver desde lejos, ya que a su lado crece vegetación e incluso grandes árboles, marcándolos claramente dentro de la vasta extensión de tierra árida. En el sur de África, los elefantes se dirigen a estas franjas verdes en la estación seca, y aquí cavan en la arena seca con sus patas delanteras hasta que el agua salobre brota de las profundidades y pueden beber.
Si nos fijamos entonces en los ecosistemas generales en los que se encuentran estas plantas o ríos, en lugar de las plantas mismas, encontramos que el verso de hecho tiene una estructura ABAB:
A– nahal –cauce de un río en un entorno desértico
B– nahar –vegetación al lado de un ancho río
A– ahalim -áloes; plantas que suelen vivir en zonas semiáridas o áridas
B– arazim alei mayim –cedros que están junto al agua
Regiones desérticas y zonas templadas
Así que este verso contiene una imagen repetida de dos tipos de biomas o ecozonas: desierto con áloes y un río que fluye raramente, y una zona más templada con un río perenne y cedros.
Este arreglo sigue un recurso estilístico típico de la poesía bíblica que, en la época de Balaam, el pueblo de Israel habría adoptado casi instintivamente. Conocían íntimamente el ambiente desértico, así como el poder del río Nilo para crear ‘jardines’ en sus orillas. Las generaciones posteriores vivieron en Israel, donde ambos biomas estaban bien representados. Pero para nosotros hoy, no es tan fácil.
En las profecías de Bilaam, como en la mayoría de las demás a lo largo de la Biblia, la naturaleza se usa constantemente en metáforas y simbolismos. Su audiencia lo entendería, sin necesidad de ayuda para captar las ideas que el profeta estaba proclamando. La gente vivía una vida que estaba tan ligada a la naturaleza, con una conexión tan fuerte con su entorno natural, que las conexiones necesarias incluso podrían haberse hecho inconscientemente. La belleza y las enseñanzas de la naturaleza habrían impregnado sus seres.
Hoy, debemos mirar más allá del significado específico del versículo si queremos aprender del uso de imágenes de la naturaleza en la Biblia en general. Necesitamos preguntarnos: ¿Hasta qué punto la naturaleza es parte de nuestra conciencia? La respuesta para muchos de nosotros es: no mucho.
De vuelta a la naturaleza
Antes de la Revolución Industrial, la mayoría de los humanos vivían un estilo de vida agrario, dependiente o cercano a la tierra. Incluso en el Londres urbano del siglo XVI, su audiencia habría entendido las imágenes de la naturaleza de Shakespeare. Pero, en el siglo XXI, con la mitad de la población mundial viviendo en ciudades, parece que necesitamos botánicos o ecólogos que nos ayuden a entender nuestra Biblia.
Necesitamos considerar nuestra exposición a la naturaleza: ¿Cuándo fue la última vez que vi un río o escuché el susurro de los árboles en sus orillas? ¿Caminar sobre la hierba y oler una flor silvestre? Nuestro lenguaje y metáforas reflejan la realidad que experimentamos, que consiste en el zumbido de la maquinaria y el zumbido de las computadoras, no los animales y las plantas que viven con nosotros en la Tierra. “Poco vemos en la naturaleza que es nuestra”–Wordsworth vio esta separación ya en el siglo XIX; cuánto más hoy.
Pero la Torah es relevante para todos los tiempos y todos los lugares, y por lo tanto, la imagen de la naturaleza en él se convierte en un grito para que nos reconectamos con el mundo en el que Dios nos colocó. Tanto a nivel poético como filosófico, la Torah nos enseña a apreciar la naturaleza y a reaccionar con alabanza a su Creador.
Dios no creó un mundo tan espectacular simplemente para proporcionar alimento e industria. Si uno realmente ve toda la Naturaleza en su complejidad, belleza y armonía, la reacción de uno debería ser el mismo estallido espontáneo del salmista:
“¡Cuán diversas son tus obras, oh Señor! Tú los haces a todos con sabiduría, el mundo está lleno de Tus posesiones”. (Salmos 104:24)
Elementos de acción sugeridos:
1) Dé un paseo por un parque, o en lugar de sacar tiempo de su rutina, tome la ruta escénica a casa una vez a la semana, pase un hermoso jardín o un árbol alto y venerable. Visite un parque o reserva nacional; incluso hoy en día, la mayoría de las ciudades tienen una reserva natural a 2 o 3 horas en coche.
2) Si tiene un pequeño terreno, plante vegetales o hierbas; comer algo que has visto crecer a partir de una semilla puede reconectarte con la tierra (esto es especialmente asombroso para hacer con niños). Disfrute de la lluvia, recordando que si bien es posible que usted no crezca con ella, las flores y el pasto lo harán.
3) Aprende las bendiciones que se dicen después de los truenos y relámpagos, y las que se dicen sobre todos los fenómenos naturales.
La extraña historia de Balaam , su burra parlante y las bendiciones que otorgó a Israel se narra en Parashá Balak.
Después de que los israelitas se defendieron con éxito de los atacantes amorreos, el rey moabita Balac le pidió a Balaam que maldijera a los israelitas para debilitarlos. Luego de varias rondas de negociaciones con los representantes de Balac y con Dios, Balaam aceptó el cargo de Balac con la condición de que solo dijera lo que Dios le dijera.
En el camino, la burra de Balaam de repente se desvió del camino, presionó el pie de Balaam contra una pared junto al camino y, finalmente, simplemente se sentó en medio del camino. Después de cada incidente, Balaam golpeaba a su burra, sin ver al ángel de Dios que había bloqueado el camino del animal.
Después de la tercera paliza, Dios “abrió la boca de la burra” y esta le preguntó a Balaam: “¿Qué te he hecho que me has golpeado estas tres veces?” Entonces Dios le reveló el ángel a Balaam, y el ángel reprendió a Balaam, quien admitió su error. Bilaam luego continuó hacia Moab, donde, para disgusto de Balac, bendijo repetidamente a los israelitas en lugar de maldecirlos.
¿Por qué la burra parlante? La historia no habría sido sustancialmente diferente sin él y, al leerlo por primera vez, es difícil ver lo que agrega. Esta burra parlante anómala no escapó a los comentaristas judíos. La Midrash Números Rabá (20:14) explica que Dios “cerró la boca del animal [todos los animales], porque si hablaba, [la gente] no podía sujetarla ni pararse sobre ella. Porque este [burro] era la más estúpida de las criaturas y este [Bilaam] era el más sabio de los sabios, y tan pronto como ella habló, él no pudo pararse frente a ella”.
La subyugación, desde el punto de vista rabínico, es posible simplemente por la incapacidad de hablar. La repentina y sorprendente voz de la burra en esta historia cambia la dinámica del poder, dejando a Balaam impotente frente a su nueva autoridad.
El habla es una expresión profunda de poder, y su negación, un medio paralizante de opresión, en todo el mundo. Muchos gobiernos autoritarios imponen una censura estricta de los medios de comunicación, evitando que la corrupción y los abusos de los derechos humanos se expongan al público.
En Somalia, a los periodistas no se les permite entrevistar a funcionarios del gobierno y están fuertemente censurados. Dos periodistas allí fueron brutalmente golpeados recientemente por milicianos. Incluso la garantía por escrito de un gobierno de protección de la libertad de expresión no es garantía de la libertad de expresión.
En Pakistán, cuya constitución de 1973 garantiza la libertad de expresión y expresión, trece periodistas fueron asesinados y cuarenta más fueron secuestrados o arrestados en 2008, mientras que los medios que no se autocensuraban sufrieron ataques como represalia. Además de silenciar a los medios, los regímenes represivos también silencian las voces de los disidentes de manera flagrante y, a veces, violenta.
Incluso en las democracias, las voces de las minorías étnicas, las minorías sexuales, los pobres y muchas otras poblaciones marginadas están muy poco representadas en muchas sociedades. Este silencio se traduce en una falta de poder que muchas veces conduce a la falta de acceso a los servicios sociales básicos y, en ocasiones, incluso a la violación de los derechos humanos. Muchas ONG trabajan con estas poblaciones para ayudarlas a hacer oír su voz.
CACTUS (“Centro para Trabajar Juntos para el Apoyo Comunitario”), un beneficiario de AJWS, trabaja con comunidades rurales e indígenas en la región Mixteca en Oaxaca, México. En 2006, la comunidad experimentó violentas represiones policiales contra los manifestantes que protestaban por los derechos de los indígenas y el fin de la corrupción gubernamental. La censura y el control de las actividades de las ONG hicieron que la comunidad se sintiera impotente.
En respuesta, CACTUS comenzó a empoderar a la población local para denunciar la injusticia. En uno de sus proyectos, facilita una estación de radio, Radio Rabiosa (“Rabid Radio”), que está dirigida en su totalidad por adolescentes. Los jóvenes utilizan Radio Rabiosa para compartir música y cultura, así como información sobre movimientos de protesta social. Bety Cariño, directora ejecutiva de CACTUS, expresó la importancia de dar voz a estos jóvenes: “Los programas de radio son las voces de la comunidad”, dice. “Nunca nos invitaron a hablar , nunca tuvimos la oportunidad de articular quiénes somos. Esto rompe el silencio ”.
El libro de Proverbios nos enseña que el habla es un don dado gratuitamente por Dios:
“Una persona puede ordenar sus pensamientos, pero su habilidad para expresarlos en lenguaje viene del Señor” (Proverbios 16:1).
Trabajemos para que las voces de los pobres y marginados no queden silenciadas, y que el poder de la palabra, don de Dios, se vuelva plenamente accesible como herramienta de bendición y justicia para todos.
Este comentario se proporciona mediante un acuerdo especial con American Jewish World Service.
La reina Vasti fue elegida para ser la primera reina de Ajashverosh. Es una princesa babilónica, nieta de Nabucodonosor. Es la personificación de la realeza y la personificación de los Goyim, los gentiles.
La reina Vasti plantea un papel muy interesante como imagen del Bnei Israel, yendo en contra de los deseos de YHVH. Es la imagen del Bnei Israel asimilado y convertido en gentil.
Como es una gentil babilónica, es la personificación de los gentiles y de su alejamiento de «El Rey». En cierto sentido, la reina Vasti representa a todos los pueblos antes de que los Bnei Israel fueran elegidos.
La reina Vasti también desempeña el papel del anti-Mashiaj (el anti-Mashiaj en el pensamiento cristiano). Una reina que no cumple los deseos del Rey de reyes, que no cumple las mitzvot, es una reina que tiene que morir. Este es el papel que debe desempeñar una nueva reina, un nuevo pueblo, un nuevo Mashiaj. Consideremos el siguiente pasaje:
«El séptimo día, cuando el corazón del rey se alegró con el vino, ordenó a Mehuman, Biztha, Harbona, Bigtha y Abagtha, Zethar y Carcas, los siete eunucos que servían en la presencia del rey Ajashverosh, que trajeran a la reina Vasti ante el rey con la corona real, para mostrar al pueblo y a los príncipes su belleza, pues era hermosa de ver. Pero la reina Vasti se negó a venir a la orden del rey por medio de [sus] eunucos, por lo que el rey se enojó mucho, y su ira ardió en él.» (Ester 1:10-12)
Obsérvese que «el rey«, es decir, YHVH, la llamó a su presencia. Sabemos por Shir HaShirim (el Cantar de los Cantares), que Israel es descrita como una doncella muy hermosa [5]. Ella se niega a venir. Por su pecado de desobedecer al «Rey», recibe la pena de muerte. A los Bnei Israel se les había permitido regresar a Israel y reconstruir el Templo durante muchos años. En vez de terminar su exilio y regresar a YHVH, prefieren ignorarlo y asistir a la fiesta de Ajashverosh en su lugar. Se han asimilado. Se han convertido en gentiles.
Cuando la reina Vasti, «alias los gentiles y un Bnei Israel desobediente«, se niega a venir, los nobles observan que esto llevará a que las otras mujeres también desobedezca. Estas mujeres representarían las otras naciones del mundo que verían el ejemplo de los Bnei Israel y los seguirían en su actitud egoica. Así como Israel es comparado con la esposa de YHVH, las otras esposas estarían vinculadas a sus dioses como esposas. Como los Bnei Israe no hicieron caso a YHVH entonces las otras naciones no harían caso a YHVH:
«Y Memucán respondió ante el rey y los príncipes: La reina Vasti no ha hecho mal al rey solamente, sino también a todos los príncipes y a todo el pueblo que [está] en todas las provincias del rey Ajashverosh. Porque [este] hecho de la reina se divulgará entre todas las mujeres, de modo que ellas despreciarán a sus maridos ante sus ojos, cuando se diga: El rey Ajashverosh mandó traer a la reina Vasti ante él, pero ella no vino. [Así] dirán hoy las damas de Persia y de Media a todos los príncipes del rey, que han oído el hecho de la reina. Así [surgirá] mucho desprecio e ira.» (Ester 1:16-18)
En el libro de Ester existen muchos secretos. Uno de ellos es que ninguno de los Nombres de Dios aparece en el texto. Es como si Dios se ocultara detrás de toda la historia. Es el único libro de la Biblia donde Dios no aparece.
Y nos preguntamos: ¿Por qué Dios tiene que aparecer siempre? ¿Acaso nosotros no debemos revelar a Dios? Nosotros, siendo imagen y semejanza de Él, deberíamos revelarlo en cada acto.
Sin embargo, en vez de revelar a Dios, en el mundo nos disfrazamos con nuestros disfraces humanos.
La tradición más antigua dice que en la festividad de Purim debemos disfrazarnos de algún personaje muy alejado de nuestra esencia.
Me pregunto si no estamos ya tan alejados de nuestra esencia que no tenemos ninguna necesidad de disfrazarnos, porque en realidad vivimos disfrazados.
Aunque la tradición dice que en Purim debemos disfrazarnos, creo que con el tiempo debemos pedirle a la gente que en Purim, por lo menos, se saquen todos los disfraces del año, ya que todos vivimos disfrazados.
Tenemos personas que se disfrazan de políticos, personas que se disfrazan de militares, gente que se disfraza de banqueros, gente que se disfraza de sacerdotes, gente que se disfraza de ortodoxos, gente que se disfraza de pastores de iglesias, gente que se disfraza de maestros, gente que se disfraza con disfraces de todos los colores.
Lo peor de los disfraces que llevamos todos es que creemos ser lo que dice el disfraz.
Estamos agotados y agobiados de tantos disfraces. Nos disfrazamos con banderas, con himnos, con ejércitos… Nos disfrazamos todos los días para realizar un teatro ridículo con nosotros mismos.
Terminamos todos en terapia porque estamos agotados de los disfraces que llevamos.
Nos han disfrazado a todos. Nos disfrazaron de cristianos, de judíos, de musulmanes, de budistas… Nos disfrazaron con todos los disfraces. Nos disfrazaron de derechas o de izquierdas. Nos disfrazaron por clases sociales. Nos disfrazaron de empresarios y de obreros.
Nos disfrazaron con todos los disfraces para tenernos divididos y alejados de Dios.
London (United Kingdom), 11/03/2020.- Members of the Jewish Community celebrate the festival of Purim in Stamford Hill, north London, Britain, 10 March 2020.
Y lo peor es que nosotros creemos que el disfraz es nuestra verdadera identidad.
En el futuro, un verdadero Purim será sacarnos todos los disfraces y ser lo que somos, no autoengañarnos más… Ser seres humanos.
Lo que sucede en Rusia y Ucrania es una pequeña muestra de nuestros tristes disfraces.
Porque ese es el resultado de este juego macabro: cuando el disfraz del otro no me gusta, lo intento destruir.
Recemos para que llegue el día en que todos dejemos los disfraces y veamos al espíritu de Dios que habita en nuestro interior.
Lo gracioso de Purim no son los disfraces que nos ponemos un día, lo más gracioso y trágico es creer que durante el año no llevamos ningún disfraz.
La larga primera sección de nuestra Parasha de KI TISÁ (toda la primera aliyá de la lectura de la Torá en la sinagoga, hasta Ex. 31:18) comienza con una serie de mandamientos que concluyen el relato del Santuario, sus recipientes y los servicios diarios de sus sacerdotes ministrantes.
Luego, con una reiteración y ampliación del Cuarto Mandamiento, el Sábado, su gravedad (la violación se castiga con la muerte) y su santidad como signo eterno entre Dios e Israel, los Cuarenta Días de Moisés en el Monte Sinaí tras la entrega de los Diez Mandamientos llegan a su fin. Dios le entrega las Dos Tablas del Testimonio, pero cuando se prepara para bajar de la montaña de vuelta al pueblo, Dios le dice que lo peor acaba de suceder: el pueblo ya había violado el Pacto al hacer un ídolo de fundición.
Incluso antes de que ocurriera el pecado, los mandamientos con los que se abre KI TISÁ proporcionan precisamente el remedio para la enfermedad que se avecinaba, que estaba arraigada en las oscuras profundidades de la lujuria y el deseo material egoísta.
El Santuario en su conjunto es un remedio para el ansia material y el ansia de riqueza. Esto es particularmente cierto en el caso de la mitzvah con la que se abre la parasha que cada israelita debía aportar para el Santuario y para la compra de los sacrificios diarios a fin de poner comida en la «mesa» de la Casa de Dios, el Altar. El medio shekel simboliza la caridad y la voluntad de dar, en contraposición al deseo egoísta de adquirir y consumir. ElMEDIO SHEKEL es el remedio para el apetito por la riqueza material en sí misma.
Cuando Dios habló a Moisés, «le mostró una especie de moneda de fuego, del peso de medio shekel» y le dijo: «Esto darán todos los que pasen por la cuenta: medio siclo» (Ex. 30:13 y Rashi allí). Esta moneda de medio siclo, que convertía a cada ciudadano en un socio igualitario en el Santuario y su mantenimiento, era el remedio para la lujuria material y el apetito de riqueza. Todos debían unirse y ser socios en una empresa que elevaba la riqueza material -los más finos recipientes de oro, plata y cobre, las telas más finas, los animales más selectos, la harina, el aceite, el vino y las especias- incorporándolos al culto del Único Dios.
Aquí es donde la exhibición de la riqueza es realmente adecuada, un lugar donde cada uno puede sentirse justamente orgulloso de tener una parte. Tener una parte conjunta con todos los demás en el tesoro nacional, el Templo, mantener los ojos enfocados en sus espléndidas vasijas de oro y sus mensajes implícitos son la medicina para el deseo egoísta de la riqueza por su propio bien.
Las diferencias en la riqueza y los bienes no tenían importancia en este impuesto anual de medio siclo que convertía a cada ciudadano en un socio igualitario en la empresa del Templo.
El rico no podía dar más ni el pobre menos. Las almas no pueden ser cuantificadas y contadas; cada alma tiene su propio significado único que sería violado al tratar de cuantificarla o asignarle un número. Lo que cuenta es que cada persona añade su propio SER y VOLUNTAD, y está dispuesta a desempeñar su papel pagando el «impuesto sobre la cabeza» y «emitiendo un voto«.
Los números y la riqueza no cuentan a los ojos de Dios. Lo que cuenta es la VOLUNTAD de cada persona para hacer una contribución, para tener una parte igual con todos los demás, sin orgullo y sin vergüenza, en ser parte del todo, alimentando el Altar y trayendo el fuego de la presencia de D’os al mundo.
Comencemos haciendo la siguiente pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre los sacerdotes (kohanim) de la Torah y los «sacerdotes» de las denominaciones cristianas que utilizan este título como cargo clerical? Te aseguro que es más de lo que piensas; ni siquiera están relacionados. Te invito pues a considerar las diferencias, y así comprender el Plan de Salvación de nuestro Elohim en Su Mesías (Ungido).
Sabemos por los distintos historiadores que, no mucho después de separarse del judaísmo, el cristianismo comenzó a desarrollar una clase clerical responsable de pastorear a la gente, oficiar los servicios y administrar los sacramentos en el culto dominical. De este modo, la clase de servidores de presbíteros pasó a constituir una casta clerical llamada sacerdotes. Sin embargo, los diversos sacerdocios que originó la cristiandad son diferentes del sacerdocio de las Sagradas Escrituras. En otras palabras el sacerdocio bíblico no está relacionado con el sacerdocio que opera dentro del cristianismo actual.
La palabra hebrea para «sacerdote» es kohen . Si eres judío y tienes un apellido como Cohen, Kowen, Kahan o Koen, Kogan, probablemente seas descendiente del hermano de Moisés, Aarón, y sus hijos. Tus antepasados sirvieron como sacerdotes en el Tabernáculo y en el Templo de Jerusalén.
«Entonces acerca a ti a Aarón, tu hermano, y a sus hijos con él, de entre los hijos de Israel, para que me sirvan como sacerdotes: Aarón, Nadab y Abiú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón.« (Éxodo 28:1)
En la Torah, solo los descendientes de Aarón podían ser sacerdotes. Es decir que ellos nacieron ya en el puesto. Ante esto, notamos una importante diferencia: los sacerdotes de Israel no hacían votos de celibato; sino que más bien, el sacerdocio se transmitía a través de las familias. Así pues, y hasta nuestros días, Los descendientes de Aarón han intentado preservar su linaje familiar a través de las generaciones. Los sacerdotes son un grupo familiar especial dentro del pueblo judío. La mayoría de las comunidades judías tienen varias familias que pertenecen al sacerdocio aarónico.
Cabe aquí también aclarar que los sacerdotes y los rabinos no son lo mismo. Un rabino es alguien que asistió a una escuela rabínica (en hebreo: Yeshiváh) y recibió la ordenación rabínica por parte de un organismo de ordenación oficial dentro del judaísmo. Cualquier judío puede convertirse en rabino, y una sola comunidad judía a menudo tiene muchos rabinos.
Hasta el día de hoy, los sacerdotes conservan su condición sacerdotal en el judaísmo. Los descendientes de Aarón todavía están sujetos a restricciones especiales y leyes de la Torah que se aplican al sacerdocio según las Escrituras Santas. Además, los sacerdotes disfrutan de privilegios especiales en la sinagoga y sirven en ciertas funciones rituales. Por ejemplo, si un sacerdote está presente en Shabat, se le da la primera oportunidad de leer el rollo de la Torah. Al final de las oraciones del Shabat, es llamado para ofrecer la bendición sacerdotal sobre la congregación. Los sacerdotes también son responsables de funciones rituales en la comunidad como la redención de los hijos primogénitos.
A pesar de estas funciones modernas, el sacerdocio aarónico ya no es lo que solía ser. En los días cuando el Tabernáculo (o Templo) estaba en pie, el sacerdocio era un componente crucial en el servicio de Elohim. Eran responsables de los servicios de adoración. Ellos manejaban los sacrificios y cuidaban los fuegos del altar, encendían la menorah, quemaban el incienso sagrado, horneaban el pan de la Presencia y hacían todo el servicio del Tabernáculo. Llevaron a cabo el servicio divino en nombre de toda la nación de Israel. Además, eran responsables de enseñar Torah a la gente.
El sacerdocio ilustra nuestra relación con Elohim.
Como el israelita común en los días del Tabernáculo, no podemos entrar directamente a la presencia de Dios. En cambio, necesitamos un intermediario, que oficie como pontífice (puente). En el Tabernáculo y el Templo, los intermediarios se llamaban sacerdotes. Facilitaron la relación entre YHVH y el pueblo de Israel. De manera similar, nosotros, los discípulos de Yeshúa, consideramos a nuestro Salvador como nuestro intermediario con el Eterno. Él es el intermediario que actúa como sacerdote para nosotros en el Templo celestial. Sin embargo, el sacerdocio de nuestro Maestro es espiritual y no reemplaza el sacerdocio mundano y eterno prometido a los hijos de Aarón.
Los sacerdotes han estado sin trabajo desde la destrucción del Templo, pero podrían volver a trabajar si el Templo alguna vez fuera reconstruido. Los sacerdotes esperan hoy la reconstrucción del Templo Sagrado en Jerusalén, cuando serán llamados al servicio. Un día lo serán. Según el profeta Jeremías, la promesa de el Eterno de restaurar el sacerdocio aarónico está inseparablemente unida a su promesa de enviar al Mesías davídico:
«Así dice el SEÑOR: Si podéis quebrantar mi pacto del día y mi pacto de la noche, de modo que el día y la noche no lleguen a su tiempo señalado, entonces también mi pacto con mi siervo David será quebrantado para que él no tenga hijo que reine sobre su trono, y con los sacerdotes levitas, mis ministros.« (Jeremías 33:20-21)
Una suposición básica subyace, de principio a fin, en todas las ascensiones de nuestra presente parasháh de TETZAVEH. Dicha suposición es que los asistentes que conducen la vida diaria del Mishkán (la Casa Favorita de Dios), sobre cuyas actividades diarias (ropa y día de juramentación leemos con tanto detalle), no serán otros que Aarón y sus hijos.
Así, a lo largo de nuestra parasháh, todo el enfoque está puesto en Aarón y sus hijos, sus actividades, vestimentas y funciones. De hecho, es un dato no menor que el nombre de Moisés no aparece en ninguna parte de nuestra parasháh de principio a fin, aunque se le dirige directamente en sus palabras iniciales, VE-ATAH TETZAVEH, traducida como: «Y TÚ ordenarás…»; y además, él fue el actor central en la inducción de los sacerdotes. [Los Sabios dicen que una de las razones por las que el nombre real de Moisés se dejó fuera de la parasháh de esta semana es porque Moisés clamaría más tarde, en la parasháh de la próxima semana (Ki Tisá): — “borrame de tu libro” (Éxodo 32:33). Sin embargo, esa oración ya había sido respondida antes de que fuera dicha, ¡ya que Dios “borró” el nombre de Moisés al no escribirlo en ninguna parte de la parashá de esta semana!]
Ahora bien, abordando la suposición central: que será Aarón y sus hijos quienes desempeñarán el papel de ministros en la Casa de la morada de la Santa Presencia, debe entenderse el principio de interpretación hebrea que dice: EIN MUKDAM O ME-UJAR BATORAH (“No hay un ‘antes’ y un ‘después’ en la Torá”).
Partiendo de dicho principio hermenéutico, diré entonces que la razón para el nombramiento de Aarón y sus hijos y nadie más para ser los sacerdotes que ministran en la Casa no se hace evidente en la narración de la Torah sino hasta la parashá de KI TISA (de la próxima semana), con el relato del pecado del Becerro de Oro. Sin embargo, incluso antes de que la razón se hiciera manifiesta, su designación ya estaba concebida en la mente y voluntad del Eterno antes de ese evento, como vemos en la parashá de TETZAVEH que estamos estudiando esta semana.
Hemos ya estudiado que a los primogénitos de los Benei Israel («Hijos de Israel«) se les ofreció originalmente la oportunidad de convertirse en los que servirían como sacerdotes. De hecho, en la Matán Torah («Entrega de la Instrucción«), notamos que eran los primogénitos, traducido también como los «jóvenes«, o los “muchachos” de los Hijos de Israel quienes oficiaban en los sacrificios, como leemos en MISHPATIM (Éxodo 24:5).
Sin embargo, con el pecado del Becerro de Oro (relatado la próxima semana en KI TISÁ), cada uno de los primogénitos de los Hijos de Israel falló la prueba crucial. A partir de ese momento, el sacerdocio se le dio a Aarón y su descendencia como un regalo hereditario para siempre.
¿QUÉ ES ESTO DE UN SACERDOCIO HEREDITARIO?
En una era en la que los cargos públicos en prácticamente todos los países «avanzados» están teóricamente abiertos a todos los ciudadanos, el papel de un sacerdocio hereditario, que está en el centro mismo del sistema de penitencia de la Torah, los rituales del Santuario y el Templo, requiere alguna explicación. .
Gran parte de Génesis se ocupa de disputas sobre quién debe servir en el papel de «sacerdote». Caín luchó con Abel. Ismael peleó contra Isaac. Esaú peleó contra Jacob. Reuven fue el primogénito, pero Levi tomó la iniciativa, Judá, el cuarto en la línea, se convirtió en el líder, mientras que fue el justo José (contra quien lucharon todos los hermanos) quien recibió una doble porción de primogénito de dos tribus. Y entonces Efraín tuvo prioridad sobre el primogénito Menashé.
Estudiando Shemot (Éxodo) hemos visto que Kehat, el segundo hijo de Leví, tuvo prioridad sobre el primogénito Gershón. Amram fue de hecho el primogénito de Kehat, sin embargo, mientras que el sacerdocio fue para el hijo mayor de Amram, Aarón, este último fue secundario en la profecía a su hermano menor, Moisés. Los primogénitos de los Hijos de Israel probaron brevemente el sacerdocio en el momento de la entrega de la Torah, cincuenta días después de haberse salvado de la plaga que mató a todos los primogénitos egipcios. Sin embargo, los primogénitos israelitas fueron desplazados de su “derecho de nacimiento”, el sacerdocio hereditario para siempre, debido al pecado del becerro de oro.
Esto plantea la cuestión de la naturaleza del sacerdocio en la emunáh (fe) hebrea de Israel, que es relevante para nuestra parashá de TETZAVÉH, toda la cual está dedicada a los deberes diarios de los sacerdotes, sus vestiduras y su servicio de inducción.
En primer lugar, enseñaré que es cierto que la tribu de Leví (que no participó en el pecado del becerro de oro) y los Kohanim (Sacerdotes) son en muchos aspectos castas hereditarias separadas. Sin embargo, sigue siendo cierto que la estructura social ideal de los israelitas, tal como se contempla en la Torá, está notablemente libre de las jerarquías sociales y las desigualdades que caracterizan incluso a las sociedades más “democráticas”.
Entendemos, según lo revelado por la misma Torah, que la sociedad israelita se concibe como una que debe estar libre de cualquier tipo de red jerárquica extensa de funcionarios religiosos que actúan como únicos intermediarios entre el pueblo y Dios, y cuyo servicio ante sus feligreses pasivos toma el lugar de la vida personal del individuo (relación con Dios).
Esto es cierto, a pesar del hecho de que solo los Kohanim (descendientes masculinos de Aarón) y los miembros de la tribu de Leví podían servir en el Templo, y solo los Kohanim podían realizar ciertas funciones rituales vitales (como la purificación de la lepra). Sin embargo, el Templo en sí tenía un número relativamente pequeño de funcionarios sacerdotales permanentes que eran responsables del mantenimiento de la Casa. Los servicios de sacrificio reales en la Casa fueron realizados por diferentes sacerdotes todos los días. Cada uno de los 24 contingentes de sacerdotes en que se dividían los Kohanim servía durante dos semanas al año y en festivales, dedicando el resto de su tiempo a enseñar Torah entre la gente de las localidades donde vivían. La única excepción destacada a esta regla, además del pequeño núcleo del personal permanente del Templo, era el Kohen Gadol (Sumo Sacerdote).
Ciertamente es correcto que los Kohanim eran una casta sacerdotal hereditaria, que recibía TERUMÁH, el primer regalo de las cosechas de todos (Bikurim), así como porciones de carne, lana y varios otros regalos. De esto vivían. El propósito de proveer a los miembros de esta casta con sus necesidades materiales era permitirles dedicarse a un nivel de devoción más alto que el promedio (como se expresa al comer Terumah y porciones de sacrificio en pureza ritual) y al estudio de la Torah. Se esperaba que los Kohanim pudieran desempeñar el papel de jueces de la Torah en casos de disputas (ver Deuteronomio 19:17). También iban a desempeñar un papel central en el «diagnóstico» y la «purificación» de la lepra y otras enfermedades (Levítico Cap. 13 y ss.)
Sin embargo, sigue siendo cierto que a pesar de su papel exclusivo en los servicios de sacrificio del Templo y en la purificación de la lepra, los Kohanim no eran intermediarios religiosos que en algún sentido REEMPLAZARON la conexión personal del individuo con YHVH.
Los Hijos de Israel fueron concebidos como una nación de pequeños terratenientes libres e independientes, cada uno cultivando lo suyo y sentándose bajo su vid e higuera. Sólo en circunstancias extremas, uno sería vendido como esclavo a otro (como se instituye en MISHPATIM). Incluso uno que cayera en la esclavitud finalmente saldría libre al final de los siete años o en el año del jubileo. En el séptimo año, todas las deudas debían ser canceladas. Los que habían vendido su tierra la recuperarían en el Yobel (Año del Jubileo). Claramente quedaba revelado que la visión divina no era la de un país donde la mayor parte de la riqueza se concentra permanentemente en manos de una pequeña élite.
Así como todos los Hijos de Israel escucharon el Primer Mandamiento, a todos se les ordenó servir al Único Dios, cada uno a través de sus propias oraciones y actos de servicio. La Torah ordena que todos los Hijos de Israel deben ser santos (Levítico 19:2). Todos y cada uno deben esforzarse por seguir los caminos del Eterno. Convertirse en nazareo se considera un exceso: ¡el nazareo debe traer una ofrenda por el pecado! No hay monjes en la fe de Avraham, Itsjak y Yaakov.
Fuera del Templo mismo, la vida israelita estaba destinada a estar libre de una élite de funcionarios religiosos. Aunque Kohen y Levita tienen el honor de ser llamados en primer y segundo lugar a la lectura pública de la Torah, la sinagoga real y sus servicios están a cargo de sus miembros, la mayoría de ellos israelitas. El servicio sólo puede tener lugar si está presente un quórum de 10 israelitas (minyán). No hay necesidad de un rabino oficial siempre que alguien presente, cualquier israelita, sepa cómo dirigir el servicio y leer la Torah. Los “funcionarios” en la sociedad israelita son los “capitanes de decenas”, “capitanes de cincuenta”, “capitanes de centenas” y “capitanes de millares”. Estos deben ser “hombres de valor, temerosos de Dios, hombres de verdad, que aborrecen las ganancias” (Éxodo 18:21), pero no tienen que ser kohanim.
¿Cuál es entonces el papel de los Cohanim hereditarios, cuyo servicio en el Templo, vestiduras e inducción son el tema de nuestra parashá de TETZAVEH?
El concepto clave necesario para entender el papel del Kohen, particularmente el del Kohen Gadol (Sumo Sacerdote), es el concepto de KAPARAH (traducido como «expiación«). Este y otros conceptos relacionados se repiten varias veces en nuestra parasháh. El propósito de las piedras preciosas que estaban adheridas a los hombros del Sumo Sacerdote y que llevaban los nombres de las tribus de Israel era que el Eterno las «recordara» con favor. El uso de la TZITZ, la placa de la cabeza con la inscripción «Santo a YHVH«, era para asegurar la expiación por la impureza. El verso final de nuestra parasháh habla de cómo el Sumo Sacerdote debe rociar anualmente el Altar de Incienso dorado con la sangre de la ofrenda por el pecado del Día de la Expiación para lograr KAPARAH (la expiación).
Entonces, la institución del sacerdocio no pretendía reemplazar el apego individual a YHVH por parte de cada persona a través de sus propias devociones. Si bien los Kohanim están encargados de mantener el Templo Sagrado como el foco central de la vida religiosa israelita y, de hecho, mundial (porque está escrito: «Mi casa es la Casa de oración para todas las naciones«), su papel en la vida devocional del individuo es de importancia principalmente cuando el “ciudadano” individual e independiente SE DESVÍA del camino y cae en el pecado. Entonces es incapaz de ayudarse a sí mismo. Si es probable que traiga un sacrificio, necesita un Kohen que lo ofrezca por él. Si tiene lo que cree que es un parche de lepra en la piel (un signo de una deficiencia personal), necesita un Kohen para tomar la determinación y un Kohen para purificarlo.
El Kohen puede desempeñar su papel como funcionario en los servicios del Templo y como portador de la EXPIACIÓN solo manteniéndose al margen del resto de las personas y exigiéndose más a sí mismo. Los Kohanim se distinguieron por su herencia genética única como descendientes masculinos directos de Aarón, y protegieron esta herencia adhiriéndose a niveles más altos de santidad personal (como que un Kohen no puede casarse con una divorciada, etc.).
Las ricas y coloridas vestiduras rituales del Sumo Sacerdote encarnan este concepto de separación, santidad y expiación. Así también, la ceremonia de juramento de los sacerdotes durante sus siete sías de Iniciación se caracterizó por la separación, la santidad y la expiación lograda mediante la ofrenda del buey como ofrenda por el pecado (expiación por el pecado del Becerro de Oro) y la ingestión de ofrendas de paz.
La expiación depende de las vestiduras sacerdotales y del consumo de las porciones de sacrificio por parte de los sacerdotes. El pecado original de Adán, del cual el pecado del becerro de oro fue una «repetición», se produjo al comer. Después de que Adán y Eva pecaron, YHVH Elohim les dio ROPA para cubrir su desnudez y comenzar el proceso de expiación. Los sacerdotes continúan este proceso de expiación vistiendo sus vestiduras únicas mientras comen su porción del sacrificio del pecador.
La herencia hereditaria del sacerdocio — SERVICIO del Templo — por parte de los hijos de Aarón se justifica por el hecho de que Aarón se unió a la herencia de la Torah mediante la elección de una esposa para ser madre de sus hijos. Porque “Aarón tomó a Elisheva, la hija de Aminadav, hermana de Najshon como su esposa, y ella le dio a luz a Nadav y Avihu, Elazar e Itamar” (Ex. 6:23). El padre de Elisheva, Aminadav, era el Príncipe de Judá, la tribu a la que Jacob confió la custodia de la Torah, mientras que su hermano Najshon fue el primero en saltar al Mar Rojo. El conocimiento de la Torah es indispensable para el buen funcionamiento del sacerdocio. Sin la Torah, el sacerdote está indefenso: un sacerdote ignorante necesita un estudioso de la Torah que le enseñe cómo tomar la decisión correcta en casos de lepra.
¡Anhelo que a través del mérito de nuestro estudio de la Torah, según el yugo de Yeshúa nuestro Maestro y Dueño, que podamos ver el Templo Sagrado reconstruido rápidamente en nuestros tiempos!
Uno de los elementos del Mishkan que se describen en la Parashá de esta semana es el Arca del Pacto, o Aron HaBerit. El Arca se encontraba en el interior del Kodesh HaKodashim (Lugar Santísimo), el área más sagrada del Mishkan y luego del Bet haMikdash, a al cual solo tenía acceso el Kohen Gadol en Yom Kippur.
¿Qué había dentro del Arca del Pacto?
Ente otras cosas (Sefer Torah, una muestra del man y la vara de Aron haKohen) el Arca contenía las dos Tablas de Piedra con los Diez Mandamientos. Lo que hay que recordar es que Moshé rompió las primeras Tablas , para evitar incriminar al Pueblo de Israel cuando adoraban al becerro de oro. El Arca, por supuesto, contenía las segundas Tablas de Piedra con los diez mandamientos. Y la pregunta es ¿Qué pasó entonces con los restos de las primeras tablas? Nuestros Jajamim afirman que los fragmentos de las primeras tablas también fueron colocados dentro del Arca, junto a las segundas Tablas (lujot veshibre lujot munajim baaron).
¿Y qué podemos aprender del hecho de que tanto las Tablas de piedra enteras y los restos de las primeras tablas estaban en el mismo lugar sagrado?
En primer lugar, aprendemos que un elemento que tuvo kedushah (santidad) no puede ser descartado de una forma no-honorable. ¿Qué debemos hacer entonces con elementos que, por ejemplo, tienen el nombre del Eterno -digamos un Sefer Torah, Tefilin, una Mezuzah- pero que por alguna razón ya no se pueden arreglar o usar más? De acuerdo a la ley judía cuando uno de estos elementos o sus accesorios (llamados tashamishé kedusha) caen en desuso no se pueden tirar. Hay que guardarlos hasta que puedan ser enterrados. Es por eso que en toda sinagoga hay una Geniza, generalmente una caja grande, donde se colocan estos objetos religiosos que ya no se utilizan más. Eventualmente todos estos elementos serán llevados a un cementerio donde están enterrados. De acuerdo al Shuljan aruj, un Sefer Torah en desuso (pasul) se enterrará junto a un Talmid Jajam. Al igual que los fragmentos rotos de las Tablas de Piedras, aunque ese Sefer Torah ya no tiene la misma santidad de antes, y ya no «sirve» para ser leído, igual le tenemos un gran respeto .
Los Jajamim dijeron algo extraordinario: que esta misma conducta la debemos tener con los seres humanos. El ejemplo que ellos dieron es el de un Sabio de la Torah que siempre fue respetado y honrado por su sabiduría y su profundo conocimiento.
¿Qué pasa si ese Sabio deja de ser un sabio? ¿Qué pasa si por ejemplo, sufre de Alzheimer, o senilidad, y pierde sus conocimientos, y ya no recuerda casi nada de lo que sabía?
Este individuo es como un fragmento roto de lo que era aquel gran Sabio. Su memoria está destruida. Su sabiduría, «hecha pedazos». Este hombre ya no sirve ningún propósito práctico. ¿Dejamos de honrarlo? Nuestros rabinos nos enseñaron que a esta persona senil o con Alzheimer le debemos el mismo respeto y honor que le brindábamos antes. Y esto lo aprendemos del Arca, que contenía en el mismo lugar de honor, no sólo las tablas enteras sino también los pedacitos de las tablas rotas que ya «no servían más».
Am Israel (Pueblo de Israel) es, y debe seguir siendo, un ejemplo en cuanto al honor a los padres y a los mayores, sin importar la condición que estén. Es importante tener esto muy en cuenta porque vivimos en una sociedad de consumo, donde sólo se honra lo que sirve, y en la cual algunas personas, especialmente las personas mayores, son tratadas como artículos descartables que cuando no se usan, ח״ו se descartan.
Nuestra Torah nos enseña que el honor se debe aún a lo que ya fue.
El Calendario Hebreo es una de las obras de ingeniería astronómica más avanzadas que hay, ya que se basa en una profunda comprensión de la relación entre los ciclos solares y lunares.
Dicho equilibrio entre ambos ciclos es obligatorio porque la Torá establece (Génesis 1:14-16) que “los días, las estaciones y los años” tendrían que medirse por medio de las dos lumbreras: la mayor, que gobierna el día (es decir, el Sol), y la menor, que gobierna la noche (es decir, la luna).
En plena coherencia con ello, el Calendario Hebreo siempre se basó en dos parámetros muy sencillos: los inicios de mes se marcan con los ciclos lunares (concretamente, con la aparición de la Luna Nueva), y la festividad de Pésaj (Pascua) se celebra en la temporada de Aviv (primavera; específicamente, se refiere al momento en el que ya maduró la cosecha de cebada).
Para entenderlo mejor, comparemos este equilibrio del Calendario Hebreo entre los ciclos solares y lunares, con lo que sucede en los calendarios islámico y gregoriano. En el calendario del Islam, la norma es estrictamente lunar. El Sol no cuenta para determinar absolutamente nada. Por ello, los doce meses del año alternan su duración entre 29 y 30 días (porque el ciclo lunar dura, en promedio, 29.56 días, de tal modo que dos meses tienen un total de 59 días), lo que nos da un total de 354 días al año. En consecuencia, cada tres años el calendario islámico lunar tiene un mes más que el calendario gregoriano solar; por lo tanto, cada 36 años se habrán acumulado 12 meses extras, por lo que mientras que en el calendario Gregoriano habrán pasado 36 años, en el musulmán habrán pasado 37.
En el otro extremo, el hecho de que el calendario solar usado por la cultura occidental (conocido como Gregoriano) no use a la luna como referente para absolutamente nada, hace que los inicios de mes (1 de Enero, 1 de Febrero, etcétera) no tengan ninguna relación con el ciclo lunar.
El Calendario Hebreo es un punto intermedio entre ambas situaciones. Los meses comienan con la Luna Nueva, pero hay que cerciorarse de que la Pascua se celebre en primavera. Si sólo se usara el cómputo del ciclo lunar, pasaría lo mismo que con el calendario islámico: años de 354 días que provocarían que, apenas en 3 años, la Pascua se hubiese desfazado en por lo menos 33 días, con el riesgo de celebrarse en invierno. A más tardar en 12 años, la Pascua se estaría celebrando en otoño, y así sucesivamente.
¿Cómo se arreglaba esto en la antigüedad? De un modo simple, aunque poco eficiente: por observación. Las autoridades judías tenían a personas encargadas de corroborar que el primer filo de la Luna Creciente había aparecido en el cielo para declarar el inicio de cada mes. Cuando llegaba la Pascua, lo único que había que corroborar es que la cebada estuviese madura. Si la diferencia promedio de 11 días entre el año lunar y el año solar ya había provocado el desfase estacional, y se cumplían 12 meses desde la última Pascua pero aún no había madurado la cebada, simplemente se decretaba que había que esperar un mes más. De ese modo, cada cuatro años en promedio, una Pascua se celebraba 13 meses después que la otra.
Por supuesto, el conteo basado en la observación tiene sus límites, porque puede ser afectado por muchos factores. El más simple en este caso sería un cielo nublado que no permita ver en qué momento aparece el primer filo de la Luna Creciente. Dicha situación se vuelve la norma en las temporadas de lluvias. Otros factores más complejos hacían del asunto algo todavía más difícil: una invasión enemiga que destruyera las cosechas de cereales y luego no se tuviera modo de saber si estas ya habrían madurado o no, o comunidades judías viviendo aisladas en el exilio en un país lejano, sin saber si la Luna Creciente ya se podía ver en la tierra de Israel, o si la cebada ya había madurado.
Por ello, como en todos los sistemas calendáricos, poco a poco se dejó de usar el sistema de observación y se pasó a usar el del cálculo astronómico.
Al respecto hay un curioso mito, surgido de la incomprensión de muchas personas sobre cómo funciona la ciencia astronómica: se cree que hacia el año 358 EC, Hillel II “cambió el Calendario Hebreo”. Eso es falso. Hillel II no introdujo ningún cambio, porque los meses inician en la Luna Nueva y la Pascua se celebra en primavera, exactamente igual que hace miles de años.
Lo que –se supone– introdujo Hillel II fue el sistema de cómputo astronómico para que todos los judíos, sin importar en dónde vivieran ni que circunstancias meteorológicas tuvieran, pudiesen saber sin problemas cuándo serían los inicios de mes, y cuándo habría que celebrar la Pascua, el Yom Terúah (Rosh Hashaná) y el Yom Kippur, sin riesgo de cometer errores.
Esta suposición asume, además, que Hillel II aprovechó lo mejor de la ciencia astronómica de su tiempo, y diseñó un cálculo basado en el llamado Ciclo Metónico. Metón de Atenas (nacido hacia el año 460 AEC) fue quien estableció los cálculos para determinar que cada 19 años, la Luna se encuentra prácticamente en el mismo punto en relación al Sol y la Tierra, salvo por una diferencia de dos horas (que, en este tipo de casos, es algo ínfimo). Hillel II habría tomado esta información para diseñar un sistema que permitiese, sin margen de error posible, hacer los cálculos calendáricos exactos para las necesidades teóricas y religiosas del Calendario Hebreo.
De ese modo, se determinó que cada 19 años se agregarían meses extras en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 del ciclo. A estos años se les llama “embolismales”, término que equivale a “bisiestos”.
Dicho ajuste no es suficiente para que las Lunas Nuevas correspondan perfectamente a los inicios de mes. Por ello, Hillel II estableció una normatividad secuenciada para agregar o quitar un día en determinados momentos del año. Esa es la razón por la que, por ejemplo, el mes de Jeshván puede tener 29 o 30 días, dependiendo del año.
De ese modo, el año hebreo puede tener 354 días o 384 días, dependiendo si es normal o embolismal (es decir, con 12 o 13 meses). Pero si además corresponde agregar o quitar un día, puede tener 353 o 355 en los años normales, o 383 y 385 en los embolismales.
Ingeniería astronómica de lo más elevado. Gracias a este Calendario Hebreo “corregido”, podemos prever con cuanta anticipación queramos qué años van a ser embolismales, en qué años se va a agregar o quitar un día, con la garantía de que los inicios de mes siempre se van a celebrar en el momento de la Luna Nueva, y que la Pascua siempre va a celebrarse después de la maduración de la cebada. Es decir: funciona exactamente igual que en la antigüedad; la diferencia es que ahora entendemos cómo funciona la relación entre la Tierra, la Luna y el Sol.
Pero hay una serie de datos que han salido a la luz últimamente, y que nos obligan a reconsiderar muchas de nuestras creencias respecto al Calendario Hebreo Corregido y el papel que Hillel II jugó en dicha corrección. Estos replanteamientos han sido explicados en las investigaciones de Richard Fiedler.
Lo primero que Fiedler nos señala es que Hillel II señaló, según el Talmud, que el sistema de 19 años que usó para sistematizar el cálculo astronómico del Calendario Hebreo “lo aprendió de sus padres”.
¿Es esto posible? Hoy sabemos que sí. Los estudios de Richard Parker y Waldo Dubberstein de varias tabletas de arcilla recuperadas en Babilonia han demostrado que, hacia inicios del siglo V, los babilonios ya usaban el ciclo de 19 años usado posteriormente por Hillel II. Es decir: ya aplicaban la noción de agregar un mes extra específicamente en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 para empatar 19 años lunares con 19 años solares. Entonces, desde esta óptica Hillel II no habría diseñado este sistema. Realmente lo habría aprendido de sus ancestros y se habría limitado a aplicarlo al Calendario Hebreo.
Por cierto: los babilonios ya usaban el sistema hacia el año 490 AEC. Metón de Atenas nació hacia el año 460 AEC. Eso significa que Metón tampoco habría sido el verdadero descubridor del Ciclo Metónico. Los babilonios se le adelantaron.
Pero hay más. Fiedler se preguntó si dicho sistema de cálculo astronómico sólo empezó a usarse en el Judaísmo desde las épocas de Hillel II (siglo IV EC), o antes. Y la respuesta la halló en el propio calendario.
Según la Guemará, el mes lunar tiene una duración de 29 días, 12 horas y 793 halakim. Los “halakim” son la medida temporal que se usaba en las antiguas culturas semíticas en lugar de nuestros modernos “segundos”. Según los conocimientos astronómicos antiguos, una hora tiene 1,080 halakim. Si tomamos en cuenta que una hora tiene 3,600 segundos, entonces un halakim equivale a un poco más de 3 segundos.
Fiedler entendió algo tan simple como lógico, pero que puede pasar desapercibido fácilmente: en el momento en que un grupo de sabios judíos debió iniciar con la aplicación del sistema “corregido” del Calendario (es decir: ciclos de 19 años, años embolismales en 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19, y ciclos lunares medidos en 29 días, 12 horas y 793 halakim), debió iniciarse con una “cuenta cero”.
¿A qué me refiero con esto? Primero, a que había que escoger un punto en donde comenzar la cuenta. Es decir, un momento donde comenzaran AL MISMO TIEMPO el halak número 1, la hora número 1, el día número 1, y el mes número 1, del ciclo de 19 años. Obviamente, no me refiero al inicio de la Creación (ese es otro tema); me refiero al inicio del uso del sistema calendárico corregido y basado en el cálculo astronómico.
¿Qué evento podía ser lo suficientemente relevante para marcar ese inicio? Obviamente, no podía ser simplemente cualquier día. Para efectos de que todo el sistema cuadre adecuadamente con sus objetivos de predicción calendárica, el inicio es Rosh Hashaná: la Luna Nueva de Tishrei.
La Luna Nueva es el momento en el que hay una conjunción entre la Tierra, el Sol y la Luna. Es decir: están alineados de tal modo que la sombra de la Tierra cubre por completo a la Luna y esta no es visible. Cuando dicha conjunción se rompe, aparece el primer filo de la Luna Creciente.
¿Cuánto tiempo pasa entre la conjunción de la Luna Nueva y la aparición de la Luna Creciente? Es variable. En promedio, los cálculos indican que unas 32 horas, si bien se han dado ocasiones en que ha sido mucho menor el lapso. Lo menos que se tiene registrado son 9 horas.
Esto tiene una implicación interesante: nos ayuda a determinar cuándo pudo ocurrir un punto cero en la cuenta de los años, los meses, los días, las horas y los halakim. Es decir, cuándo pudo iniciar la aplicación del Calendario Hebreo Corregido.
La conjunción es imposible de observar, debido a que por la sombra de la Tierra, la Luna es absolutamente invisible. Pero lo que se puede observar es la aparición del primer filo de la Luna (que en hebreo se llama MOLAD). ¿En qué momento podría tratarse de un punto cero? En el que la puesta de Sol con la que inicia algún mes coincide con la aparición del Molad de la Luna Nueva. Ese es el único momento del año en el que tiene sentido comenzar a contar “hekal número 1, hora número 1, mes número 1, año número 1” del ciclo de 19 años.
Pero las cantidades no son múltiplos exactos entre sí. Es decir: 19 años después se comenzaría otra vez con un año número 1, un mes número 1 y una hora número 1, pero no con un hekal número 1. ¿Por qué? Porque el mes lunar tiene un sobrante de 793 hekalim. Por lo tanto, el ciclo completo de 19 años habría acumulado 157,807 hekalim. Por supuesto, hay que recordar que una hora tiene 1,080 hekalim, así que hay que seguir ajustando las cuentas.
Seis días exactos tienen 155,520 hekalim, mismos que –obviamente– estarían integrados en la cuenta de los 19 años. Así que sólo nos están sobrando 2,287 hekalim, que corresponden a dos horas y 127 hekalim.
Es decir: si X año el filo de la Luna Nueva apareció en el momento de la puesta de sol, 19 años después el filo de la Luna Nueva aparecerá un poco más de dos horas después de la puesta de Sol. Esos son los 2,287 hekalim de diferencia.
¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que el filo de la Luna Nueva vuelva a aparecer exactamente en el momento de la puesta de Sol? Fiedler se lanzó a hacer los cálculos gracias a toda la información astronómica que tenemos, y encontró que esto sucede sólo cada 2,096 años. Es decir: sólo cada 2,096 años se vuelve al punto cero de la cuenta y se empieza con el primer año, el primer mes, el primer día, la primera hora y el primer hekal del nuevo ciclo de 19 años.
A Fiedler no le costó trabajo seguir con sus cálculos. Simplemente, le bastó ubicar la puesta de Sol con la que empezó cada mes de cada año (algomuy laborioso, pero relativamente fácil de hacer hoy en día gracias a toda la información que tenemos), y medir la diferencia en hekalim que hubo con la aparición del primer filo de la Luna Creciente. Con esos datos en la mano, se lanzó hacia atrás en el tiempo para encontrar el momento en que aconteció la última cuenta cero. ¿Por qué? Porque ese sería el momento en el que se habría comenzado a usar el sistema de cálculo de Hillel II.
Pero lo que encontró fue desconcertante: la última vez que se comenzó la cuenta en un punto cero fue el jueves 23 de Marzo del año 1306. Es decir, casi mil años después de Hillel II. La fecha anterior que corresponde a un punto cero corresponde al viernes 16 de Julio del año 791 AEC; y la anterior corresponde al lunes 9 de Noviembre del 2887 AEC.
Las fechas primera y tercera están descartadas. En el año 1306 los judíos teníamos casi mil años –por lo menos y hasta donde se sabía– de estar usando el sistema corregido de Hillel II. Y en el año 2887 AEC, los Sumerios apenas estaban desarrollando la primera cultura mesopotámica y faltaba mucho para la aparición de los Hebreos.
Luego entonces, no hay alternativas: el sistema corregido que usa el Calendario Hebreo se comenzó a usar el viernes 16 de Julio del año 791 AEC, año en el que el reino de Samaria era gobernado por Joás de Samaria (no confundir con Joás de Judá), y en Jerusalén reinaba Amasías (el hijo de Joás de Judá).
Tiene mucha lógica por dos razones históricas: si bien la cuenta cero puede empezar cualquier día, resulta más verosímil que haya comenzado un viernes al ponerse el Sol, porque es el inicio del Shabat, el día más significativo para los judíos.
Y el otro detalle es que durante el reinado de Joás de Judá (835-796 AEC) se llevó a cabo una profunda revolución religiosa que, a juicio de muchos historiadores, fue la que definió el perfil histórico que, hasta la fecha, es la esencia del Judaísmo. Entonces no es de extrañar que Joás hubiese comenzado con los preparativos para llevar esa reforma al Calendario, pero que estos sólo estuvieran listos hasta cinco años después de su muerte.
Lo interesante es esto: los babilonios comenzaron a usar el sistema de 19 años con meses añadidos en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 hacia el año 490 AEC. La evidencia recuperada por Fiedler demuestra que en el antiguo Israel el uso de este sistema calendárico comenzó tres siglos antes. Tomando en cuenta que los babilonios conquistaron Judea en el año 587 AEC, resulta notable que casi un siglo después ya estuvieran usando el mismo sistema.
Entonces, no fue Israel quien aprendió de Babilonia el modo de organizar los años lunares en ciclos de 19 años, con todos sus sofisticados detalles. Fue al revés: los Babilonios lo aprendieron de los antiguos israelitas.
Por supuesto, la propuesta de Fiedler es controversial, pero tiene un punto a favor que, personalmente, me parece contundente: astronómicamente hablando, sus cálculos para las fechas en las que comienzan lo que podemos llamar “cuentas cero” son correctos. Y una cuenta cero es, por definición, el único momento donde tiene lógica el inicio del conteo.
Por lo tanto, la única posibilidad de imaginar a un grupo de judíos diciendo “vamos a empezar a contar los ciclos de 19 años el próximo Shabat, porque ese día el Moled de la Luna coincidirá con la puesta de Sol”, fue un viernes 16 de Julio del año 791 AEC.
Eso significaría un par de cosas, por lo menos: el sistema que rige al Calendario Hebreo no se inventó en Babilonia. Se inventó en Israel. Y, por lo menos desde entonces, seguimos contando correctamente la secuencia de seis días de trabajo y uno de reposo.
Las ordenanzas de la Torá están cumplidas: usamos las luminarias –ambas– para contar los días, los meses y los años.
Y la promesa es fiel: el Shabat ha guardado a Israel.
Generalmente se cree que el calendario Bíblico es igual al calendario Judío de hoy. También, se suele creer que la transición del calendario Bíblico al calendario Judío fue algo espontáneo, introducido por Hillel II en el año 358 o 359 de la E.C.
Ahora bien, al leer la Biblia, en la Torah, Yahvéh Dios nos enseña las características y normas de Su calendario, sin embargo, en los libros históricos y los profetas podemos fácilmente ver que surgieron variaciones de esto, como por ejemplo, nombrar los meses según las deidades de Canaán y Babilonia (Tammuz), o establecer el comienzo del año civil en Tishri, práctica de la cual se desconoce la fecha en que fue adoptada, pero que sí se conoce que era la costumbre de las naciones que rodeaban a Israel. En el Mishná a esto se le da un sentido más espiritual «Divino» y deja de ser algo negativo (santificación de una costumbre), lo cual puede parecer algo menor y no tan importante, no obstante, la Torah nos advierte al respecto en Ex 23:24; Lev 20:23; y Deut 18:9, al instruirnos a no adoptar las prácticas, tradiciones o costumbres de las naciones, y en Deut 4:2, al mandarnos no agregar ni disminuir de los mandamientos de «Esta Torah».
El objetivo de este estudio es, de este modo, exponer textos Talmúdicos que nos permitirán conocer la historia de la evolución del Calendario Bíblico basado en la observancia, hacia un calendario Rabínico Calculado basado en la luna en conjunción, que es el que se suele emplear actualmente. El calendario judío moderno está basado en el Calendario de Tiberias y Hillel II, introducido en el tiempo de la Mishná hasta alrededor del año 420 E.C.
Calendario Bíblico: »Recordatorio y Resumen»
De manera resumida, el calendario Bíblico se guía principalmente por las luminarias de los cielos, como el sol, la luna y las estrellas (Gen 1:15). En él los meses tienen una duración entre 29 a 30 días, basado en la observancia de la Luna Nueva «Jodesh», según Ex 12:2. De igual modo, el año Bíblico comienza con la primera Luna Nueva después que la cebada es hallada en Israel y está «Aviv» (estado de madurez que indica que está lista para ser cosechada y ofrendada en el Templo durante la Fiesta de Los Panes sin Levadura) según Ex 9:31; Lev 23:1; Ex 12:2 y Deut 16:1. Y finalmente, las Fiestas Bíblicas son establecidas por la observancia de la Luna Nueva «Jodesh» de acuerdo a Salmos 104:19.
Estas señales eran fácilmente vistas y conocidas por el antiguo pueblo de Israel, ya que era una sociedad agrícola que dependía de las fases lunares para sus cosechas, y en ella el trabajo mismo los volvía conscientes de su entorno, especialmente en cuanto al estado de sus cosechas.
1 Samuel 20:5 dice: «Y David respondió a Yonatán: he aquí mañana es luna nueva (jodesh) y debo sentarme a comer con el rey (…)»
[1 Samuel 20:18 y 2 Reyes 4:23 comparten historias similares.]
Lo que podemos inferir de estos pasajes bíblicos, es que tanto David, Yonatan y la mujer Sunamita -es decir, un pastor de ovejas y futuro rey, un guerrero e hijo del rey y una mujer en tiempos bíblicos- podían saber cuándo era el comienzo del mes, «la luna nueva», sin necesidad de un calendario calculado, de la declaración del Sanhedrín o de leyes rabínicas, sino que únicamente por las enseñanzas bíblicas respecto a la observancia de la luna creciente. Ahora, ¿Cómo podían saber que el día siguiente era día de Luna Nueva? Como es conocido, el ciclo lunar dura entre 29 a 30 días, si la luna no es vista el día 29, ésta debía ser vista sin falta el día 30, por lo cual debemos entender que cuando David dijo: «Mañana es día de Luna Nueva«, ese día debió haber sido día 29, en el cual la luna no había sido vista, de modo que se daba por entendido que el día siguiente sería el día de luna nueva, el comienzo del mes.
El Calendario por Observación: »Comunicaciones por fuego»
No es conocido con exactitud cuándo el Sanhedrín comenzó a tener autoridad sobre el calendario Bíblico, pero el Calendario por Observación fue establecido por los rabinos en el periodo de la Mishná, antes del segundo siglo.
Éste consistía en el testimonio de testigos que veían la luna nueva y en la declaración de la corte del Sanhedrín. Existe clara evidencia de que Rosh HaShanna (Yom Teruah) y Yom Kippur podían caer en cualquier día de la semana. Cuando la luna era vista y era declarada por el Sanhedrín, «Santificada», fuegos eran encendido sobre los montes para comunicar a los israelitas en la diáspora hasta Babilonia. Así, los judíos que vivían cerca del los caminos podían ver las señales y guardar los días festivos en sus tiempos señalados, pero los que vivían lejos y no tenían acceso a esta información tenían que basarse en un calendario empírico de 29 a 30 días. Por la inseguridad que esto acarreaba, se observaba un día extra por cada festividad, y siempre con la preocupación de estar desfasados por un mes.
Mishna Shabbat XV,3 y 19 Manakhot XI, 7 y 9. Tosefta Arakhim I:8 B. Sanhedrin 11b y Sanhedrin 18d – Tosefta Sanhedrin II:6 Rosh Hashanna 22b-23a y Rosh Hashanna II, 5, 8, 9
Comunicación via mensajeros
En la Mishna Rosh Hashanna II,2 nos dice que los samaritanos encendían fuegos cuando no era apropiado, con el fin de frustrar la comunicación del calendario. Como consecuencia, era necesario un cambio radical en la forma de comunicar a los exiliados la progresión del mismo.
Rabbi Judah, el Patriarca, suprimió las comunicaciones por fuego, lo cual obligó a los dispersos en Babilonia a adoptar el principio de los «dos días festivos», y también con ocasión de esto, se volvió una regla tener Elul, y probablemente Adar, como meses defectivos (de 29 días), para que así los judíos en la diáspora pudieran celebrar las fiestas junto con los que permanecían en la Tierra de Israel.
Mishna Rosh Hashanna IV,a Y Rosh Hashanna II: 1,5 -8a B Rosh Hashanna 19b , Y Sanhedrin I,2, 18d
Transición de un Calendario Empírico al Calendario Calculado
La clasificación cronológica de los siguientes pasajes Talmúdicos a continuación muestran que la transición del calendario empírico a un calendario calculado fue algo más progresivo que el simple establecimiento de una ley espontánea y drástica como suele creerse. Podremos ver que antes de la institución del calendario Hillel en el año 359 E.C. una versión de un calendario pre calculado ya existía, y que éste era comunicado a Babilonia alrededor del año 325 E.C. Es más, incluso antes del 325 E.C., el comité de Tiberias usó cálculos y estableció reglas para establecer el comienzo de cada mes (Neomenia) conforme a la tradición rabínica y observancias empíricas.
Antes del año 210 E.C.
Durante la vida de Rabbi ha-Nasi, el Sanhedrín se tornó más tolerante en examinar los testigos de la luna nueva, y a la vez se volvió más flexible al momento de declarar la luna nueva. Por ejemplo, en Babli Rosh Hashanna 25b, Rabbi envió a Rabbi Hiya a santificar la luna nueva de Tishri, aunque era muy evidente que la luna creciente aún no había sido vista. Los testigos estaban obviamente equivocados, pero rabba Ha-Nasi y Rabbi Hiya lo aceptaron para respetar la regla de Elul y Adar, que indicaba que estos meses debían ser defectivos (29 días). El supuesto propósito de esta regla era ayudar a quienes estaban en la diáspora a observar los días festivos en el mismo día que los habitantes en la tierra de Israel, especialmente el día de Yom kippur, para no tener dos días de ayuno.
B. Rosh Hashanna 25a Elul B Rosh Hashanna 19b, Y Sanhedrin 1:2 18d Adar Sanhedrin.
Desde 210 E.C. hasta (entre) 300-305 E.C.
Hasta el liderazgo de Rabbi Johannan, el calendario era semi empírico, pero principalmente basado en la observancia. Sin embargo, Rab Johannan introdujo una nueva regla para evitar que yom kippur cayera en un día viernes o domingo: El primer día de Tishri no podía caer día miércoles ni viernes.
Babli Rosh Hashanna 20a: Cuando Ulle llegó a Babilonia, él dijo que Elul había sido completo (30 días) Ulle dijo: nuestros colegas de Babilonia saben qué placer les estamos haciendo [por tomar las medidas necesarias para prevenir que yom kippur ocurra cerca de un shabbat].
Antes de este tiempo, cualquier día de la semana podía ser Rosh Hashanna. Ahora miércoles y viernes no podían ser el día de la Luna Nueva, requiriendo por tanto manipulaciones del testimonio de los testigos.
Babli Rosh Hashanna 20a continúa diciendo: Rabbi Judah II envió mensajeros a Rabbi Ami diciendo: deben saber que durante todos estos años de su reinado, Rabbi Yohannan nos enseñó a intimidar a los testigos en el caso de una Luna Nueva que ha sido vista en el tiempo apropiado para testificar que la han visto, incluso si no la hubieran visto.
Mishna Shabbat 15:3 y 19:5. Mishna Menahot 11:7 y 11:9 ver tambien Babli Sukkah 43b. El comentario de Maimonades en Menahot 11:7 Kidush le.Tsorekh
Takanah de agregar un día extra festivo
Otra decisión de Rab Yohannan fue obligar a las áreas más lejanas, a las cuales los mensajeros no podían llegar por los días de viaje, a guardar un día extra en las festividades.
B ta´anit 28b y B Erakhim 10a: Leemos el Hallel compledo por 18 días al año, 8 días en Sukkot, 8 días en Januca, el primer día de Pesah y el día de Shavuot. En la diáspora lo leemos por 21 días, 9 días en Sukkot, 8 días en Januca, los dos primeros días de Pesah y los dos días de Shavuot.
Rabi Yosef en Yerushalami Erubim 3 dice: Aunque te envío la orden de los festivales, no cambies las costumbres de tus ancestros.
Babli Beitzah 4b dice: Y ahora, cuando conocemos el arreglo de la luna ¿Por qué estamos observando dos días festivos? Porque enviaron de la Tierra de Israel la siguiente orden. Ten cuidado en mantener las costumbres de tus antepasados, podría pasar que las autoridades promulguen leyes incorrectas en contra de los judíos y podrías estar equivocado si solo observas un día.
Desde el año 300 hasta 323
Rabbi Simon Yerushalam Sukkah 4:5 dice : Rabbi Simon ordenó a aquellos a cargo de las calculaciones (Demachasvin). Pongan cuidado de no poner Rosh Hashanna en Shabbat o Hoshanna Rabbah en Shabbat. Pero si están apretados entonces pongan Rosh Hashanna en Shabbat, pero no pongan Hoshanna Rabba en Shabbat.
Se estima que esta ordenanza rabínica, o «Takanah», tomó forma entre 300-309 E.C. La palabra «Demachasvin» muestra que el calendario Empírico o semi empírico del momento avanzaba rápidamente a ser un calendario más calculado, tomando prioridad el arreglo de la Neomenia (Comienzo del mes, luna nueva). Incluso si el formalismo de la luna nueva y los testigos y la santificación fueran organizados, el comienzo del mes dependía casi completamente en la decisión de la corte del Sanhedrín.
Entre el año 323-325 E.C.
Bar Hedya en Babli Sukkah 43b encontramos: Cuando Bar Hedya volvió a Babilonia le dijo que Hoshanna Rabbah no ocurriría en Shabbat.
*De Babli Berahot 56b-Sabemos que bar Hadya volvió a Babilonia cuando Rav Yosef seguía con vida, por lo cual sabemos que esto fue alrededor del año 323 E.C.
Era de Rabbah y Rav Yosef. Babli Sukkah 43b continúa: Nosotros, [los de Babilonia] no conocemos el arreglo de las lunas, ellos [los que habitan en Israel] que conocen el arreglo de la luna….
Lo que podemos ver hasta el momento, basado en estos últimos pasajes, es que la información del calendario calculado cada vez se hacía más conocida, siendo transmitida a los que habitaban en Babilonia, sin embargo , aún no existía un calendario pre calculado oficial, pues al decir que no les era conocido el arreglo de la luna, quiere decir que ellos no sabían cuándo iba a ser el comienzo del mes, puesto que cada mes se estimaba una fecha probable de la luna nueva, además de moverla para evitar que Rosh Hashanna (Yom teruah) o Yom kippur cayeran en Yom Shabbat, y al enviar mensajeros , el anuncio llegaba después de 15 días de viaje.
Camino a la institucion del Calendario Hillel II »Persecuciones»
Rava-Babli Sanhedrin 12a dice: Enviaron un mensaje a Rava: Una pareja venía de Requet, pero un águila los capturó. En sus manos habían cosas hechas en «luz» y ¿Qué eran estas? Púrpura. Por el mérito del Misericordioso y por sus propios méritos se escaparon a salvo, y la simiente de los leones de Nashon deseaba establecer una venganza, pero ese Edomita no los permitía, sin embargo, los miembros de la asamblea se congregaban y establecían una venganza en el mes en el cual Aarón el sacerdote murió.
Este texto es claramente un código secreto, nos da la impresión de que habían problemas de comunicación entre Israel y los exiliados en Babilonia, lo cual puede estar conectado a las situaciones de guerra entre el imperio Romano y Persia.
Rava- Babli Hulin 101b dice: Después de una discusión sin tener una conclusión convincente entre Abaye y Rava; Rava concluyó que había una persecución en Israel [El Sanhedrín en la Tierra de Israel] y ellos le enviaron un mensaje codificado de que Yom Kippur de ese año ocurriría en Shabbat, luego cuando Rabin y los que viajaban volvieron a Babilonia, confirmaron la interpretación a Rava.
Babli Arachim 9b dice: Rav Adda Bar Ahava dijo a Rava Aheim [Rav Meir] ¿Querían hacernos saber el conteo del nuevo mes? No, él nos quería enseñar que no es una obligación santificar los meses por observación.
Mishna Rosh Hashanna 3:1 Si todo Israel y la corte vieran la luna y los testigos fueran interrogados, pero la corte no tuvo tiempo (lo tardaron) para declararla «Santificada» antes que oscureciera, ese mes duraría 30 días.
Estas evidencias demuestran las primeras instancias de un calendario calculado establecido por las Leyes rabínicas y comunicado con mucha anticipación a los académicos de Babilonia, como también nos muestra la progresiva y lenta evolución del Calendario Judío Rabínico.
Institucion Calendario Hillel II
El calendario Hillel en conexión con la institución del Calendario Judío solo es conocido a través de una única y lejana fuente rabínica; una respuesta de Rav Hay Gaon mencionado por Rav Avraham Bar Hiya (Sefer ha-ibbur libro 3 cap 7). Como hemos expuesto en este estudio, la evolución de un calendario empírico a un calendario calculado fue un proceso lento y progresivo, comenzando a mediados del tercer siglo hasta el comienzo del cuarto siglo. Esta «Institución Oficial» del calendario judío podría presentar el proceso final del cambio de la Neomenia (arreglo del día de luna nueva), desde el día teórico de la primera visibilidad de la luna, al día de la conjunción (Molad) . El papel exacto de Hillel II en la institución del Calendario Calculado no es clara, podría haber sido limitada y reducida por el hecho de que era el Patriarca en la época de la institución. Lo que sí sabemos desde una perspectiva Rabínica, es que el calendario calculado fue necesario para preservar las Fiestas durante la diáspora, por causa de las persecuciones y de la desaparición del Sanhedrin (Maimonades Hilkhot Kiddush-ha Kadosh V:3)
Cambios post-Talmúdicos
De la carta de el Resh Galuta del año 835/836 E.C. Podemos ver que aún existían diferencias en las reglas del Molad (Luna en Conjución), entre otras. Como también existe evidencia que surgieron cambios en la duración del año, las horas del día, y la fijación de la luna. Los detalles y reglas de cálculo desarrollados en este proceso no serán analizados en este estudio.
Aharon Heyman p.85 parte 3 cap. 4. B Arakhim 9b – Tambien ver Edicion R´Nathan Amram, Salonique 1861 Ver Stern (2001) pg. 277-283 Carta de Resh Galuta Keviya dr 835/836 E.C.
En Sumatoria
Hemos hecho un recordatorio de cómo era el Calendario Bíblico según la observancia de la Luna Nueva.
El Calendario bíblico comenzó a tener variaciones al adoptar costumbres ajenas a Israel y a la instrucción de Dios.
Las señales de fuego fueron suprimidas por causa de la confusión creada por los samaritanos
El calendario del Sanhedrín Empírico era comunicado vía mensajeros a los exiliados en Babilonia.
La transición del calendario rabínico empírico a un calendario calculado fue un proceso lento y progresivo.
La institución oficial del Calendario Hillel fue una medida tomada como consecuencia de las persecuciones y de la desaparición del Sanhedrín, ya que no quedaba nadie para informar el comienzo de cada mes.
Hemos aprendido el origen y las razones de algunos Takanot relacionados a las fiestas y el calendario.
Ha sido siempre una costumbre en Israel que cuando comienza el mes hebreo, recitar el Salmo 104, obra maestra de la poesía. [Aquí cabe decir que vale la pena leer este salmo en el original].
El salmo 104 es una de las celebraciones más notables, en la poesía bíblica, de YHVH como creador, origen y sustentador de la vida. Su capacidad lírica, el aliento con que está escrito y la forma en que resume las líneas dominantes de las creencias hebreas sobre la creación, lo colocan lado a lado con el relato de Bereshit (Génesis) en cuanto a su valor expresivo sobre la doctrina de la creación.
El experto alemán Gerhard von Rad escribió:
“El credo cultual primitivo no contenía nada sobre la creación. Israel descubrió la justa relación teológica entre ambas tradiciones [creación e intervenciones de Dios en la historia], cuando aprendió a considerar la creación en el contexto teológico de la historia salvífica”.
Así pues, el alma del rey David, por medio de trazos ágiles expone gráficamente las grandezas de la labor creadora del Eterno; el Salmo celebra la presencia de la vida tal como ha brotado de la mano divina y como ésta se encarga de mantenerla.
Más de 70 versos y ocho secciones componen este formidable cántico al poder creador y sustentador de Elhim que se despliega como un abanico de observaciones minuciosas en diversos ámbitos naturales.
Leyendo al comentarista Haroldo Reimer puedo compartirles el énfasis que él hace de que los varios elementos constitutivos del cosmos son enumerados en este cántico:
cielo (v. 2-4),
tierra (v. 5-9),
dinámica de la vida en la tierra (v. 10-18),
luna y sol (v. 19-23),
mar (v. 24-26).
Por ello, el tema apoteósico del Salmo es la afirmación detallada de que YHVH es el dador y sostenedor de la vida. El Espíritu (ruaj) de YHVH es entendido como el principio vital de todo el cosmos:
“Envías tu Espíritu y ellos son creados y así renuevas la faz de la Tierra.» (v. 30).
Esa dimensión primordial de fuerza creadora de YVH es celebrada con toda la carga poética-profética del alma de David. Pero, el rey profeta también tienen conciencia del “elemento terrorífico” de este Dios:
“Si escondes la cara, ellos se aterran, si retiras tu espíritu ellos mueren y vuelven a ser polvo” (v. 29 – Cf. v. 32).
El rey David describe en este cántico a la naturaleza de una manera amorosa. Así el rey profeta destaca que en toda faceta de la naturaleza – la lluvia, los vientos, las montañas, los manantiales, los árboles, los lugares de morada de los animales, se ve la mano providencial de YHVH.
«¡La gloria de Dios perdurará por siempre; que Dios se deleite en Sus creaciones!» (v. 31)
YHVH Elohim en verdad ha creado un hermoso mundo, ¿pero tendrá Él el deleite que deseaba? Eso depende de las acciones de la humanidad, porque el Eterno ha dejado al hombre libre para elegir su conducta moral. Por elo, David nos exhorta a vivir de un modo que no estropee la belleza del mundo, y esto será lo que proveerá a YHVH del deleite que Él buscó en su creación.
Cerrando las ideas, diremos pues que el Espíritu de Dios a través de este Salmo busca reconciliar a la humanidad creyente con su creador y con todas las demás criaturas, todos dominados por la certeza de que Elohim es el origen y sustentador de la vida. En tiempos difíciles en los que la vida debe ser reivindicada de todas las formas posibles, este Salmo aporta una visión gozosa y comprometida con la creación de Elohim, que es la manifestación suprema de su poder y de su amor. Cada ser creado, procedente de la mano del Señor es una muestra firme de su empeño constante en transmitir su vida y compartirla con cada criatura. Afirmemos la vida también, con pasión y ánimo ferviente a fin de que se perciba suficientemente que el Evangelio de Yeshúa HaMashiaj es, sobre todas las cosas, un anuncio de vida que abarca todos los aspectos de la existencia.
Por todo ello, a continuación te invito a abrir tu corazón para desde allí elevar este Salmo en rezo de alabanza a YHVH:
¡Bendice, alma mía, a YHVH! YHVH, Dios mío, Tú eres grandemente ensalzado; Te has vestido de majestad y esplendor. Tú [Te] envuelves con luz como con una vestidura; extiendes los cielos como una cortina. Él techa Sus cielos con agua; hace de las nubes Su carroza, [las] mueve sobre las alas del viento. Hace de los vientos Sus mensajeros, del fuego abrasador Sus servidores. Estableció la tierra sobre sus fundamentos, para que no vacilara nunca. Los abismos la cubrieron como una vestimenta; sobre las montañas se pararon las aguas. Por Tu exhortación huyeron; al sonido de Tu trueno se fugaron. Ascendieron las montañas, bajaron a los valles, al lugar que Tú les has asignado. Estableciste un límite que no pueden cruzar, para que no volvieran a cubrir la tierra. Él envía los manantiales a los arroyos; ellos fluyen entre las montañas. Abrevan a todas las bestias del campo; los animales salvajes apagan su sed. Las aves de los cielos viven junto a ellos; alzan su voz de entre el follaje. Él riega las montañas desde Sus nubes en lo alto; la tierra se sacia del fruto de Tus obras. Él hace crecer la hierba para el ganado, y la vegetación, requiriendo la labor del hombre, para extraer el alimento de la tierra, y el vino que alegra el corazón del hombre, el aceite que hace relucir el rostro, y el pan que sustenta al corazón del hombre. Los árboles de YVH beben hasta hartarse, los cedros del Líbano que Él plantó, donde anidan las aves; la cigüeña tiene su hogar en el ciprés. Las montañas altas son para las cabras monteses; los peñascos son un refugio para los conejos. Él hizo la luna para calcular las Festividades, el sol sabe su tiempo de ponerse. Tú traes la oscuridad y es noche, cuando gatean todas las bestias del bosque. Los leoncillos rugen por la presa, y buscan su alimento de Dios. Cuando sale el sol se recogen y se acuestan en sus guaridas. El hombre sale entonces a su trabajo, a su labor hasta el atardecer.
¡Cuán multiformes son Tus obras, YHVH! Tú las has hecho a todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de Tus posesiones. Este mar, vasto y ancho, donde hay innumerables criaturas rasantes, seres vivientes grandes y pequeños, allí transitan las naves, allí está el Leviatán que creaste para retozar en él. Todos ellos miran hacia Ti con esperanza para que les des su alimento en su debido momento. Cuando Tú se lo das, lo recogen; cuando Tú abres Tu mano, se hartan de bien. Cuando Tú ocultas Tu rostro, se aterrorizan; cuando Tú tomas de vuelta su espíritu, expiran y retornan a su polvo. Cuando Tú enviarás Tú espíritu serán nuevamente creados, y Tú renovarás la faz de la tierra. Sea la gloria de YHVH para siempre; regocíjese Hashem en Sus obras. Él mira la tierra, y ella tiembla; Él toca las montañas, y humean. ¡Cantaré a YHVH con mi alma; entonaré alabanzas a mi Dios con [todo] mi ser! ¡Sea mi plegaria grata a Él; yo me regocijaré en YHVH! ¡Que se terminen los pecados de la tierra, y que no haya inicuos más¿ ¡Bendice a YHVH, alma mía! Alabad a Dios!
JODESH TOV! (¡BUEN MES!)
Sugerencias de lectura
Haroldo Reimer, “Espiritualidad ecológica en los Salmos”, en Revista de Interpretación Bíblica Latinoamericana, núm. 45, 2003/2, pp. 106-117, centrobiblicoquito.org/images/ribla/45.pdf.
Gerhard von Rad, Teología del Antiguo Testamento. I. Teología de las tradiciones históricas de Israel. 5ª ed. Salamanca, Sígueme, 1982 (Biblioteca de estudios bíblicos, 11).
Gianfranco Ravasi, Una comunidad lee los Salmos. Bogotá, San Pablo, 2011.
Les comparto aquí una oración maravillosa y conmovedora fue descubierta en la lengua antigua. Al comienzo de la oración, se registró que ésta fue compuesta por el Rambam y él la recitaba tres veces en cada Rosh Jódesh.
Esta oración se considera únicamente para el éxito en ganarse la vida, y muchas personas la recitan cada comienzo de mes.
“Sea Tu voluntad, YHVH, Elohim mío y Elohim de mis antepasados, que bendigas indefinidamentetoda la obra de mis manos, desde Tus manos llenas. ¡De Tu buen Tesoro llena mi hogar hasta saciarme! ¡Hazme triunfar en mis caminos, cuidando mis pasos y mis sendas, porque de tus manos abreva todo ser viviente! Sé que mi sustento estará seguro en tus manos, ya que lo prodigas con dulzura, y no estará en manos de los hombres, porque todo lo que. ellos proviene es amargo y duro como el ajenjo, con vergüenza vergonzosa. Por lo tanto, con Tu abundante misericordia, sé que firmarás mi sustento con Tu mano buena y colmada, y todos mis recurso e ingresos estarán completos. También sé que me guiarás por el camino correcto delante de Ti, y me otorgarás gracia, bondad y misericordia en Tus ojos y en los ojos de todos quienes Te siguen, porque eres un Dios piadoso y misericordioso. ¡Bendito eres Tú, YHVH Elohim, que escucha la oraciónde aquellos que buscan y con tremendas cosas les responderás en tu justicia”.
Como lo mencionó al principio de esta bitácora, esta seguláh se recita tres veces cada Rosh Jodesh.
No es una vacuna. Una vacuna, por definición, proporciona inmunidad a una enfermedad. Esto no proporciona inmunidad contra nada. En el mejor de los casos, simplemente reduce la posibilidad de contraer un caso grave de virus si uno lo contrae. Por tanto, es un tratamiento médico, no una vacuna. No quiero recibir tratamiento médico por una enfermedad que no tengo.
Las compañías farmacéuticas, los políticos, el establishment médico y los medios de comunicación se han unido para referirse universalmente a esto como una vacuna cuando no lo es, con la intención de manipular a las personas para que se sientan más seguras al someterse a un tratamiento médico. Debido a que están siendo engañosos, no confío en ellos y no quiero tener nada que ver con su tratamiento médico.
Los supuestos beneficios de este tratamiento médico son mínimos y en ningún caso durarían mucho. El establishment reconoce esto y ya está hablando de inyecciones adicionales y un número cada vez mayor de nuevas “vacunas” que se requerirían de forma regular. Me niego a convertirme en un paciente crónico que recibe inyecciones de nuevos productos farmacéuticos de forma regular simplemente para reducir mis posibilidades de contraer un caso grave de un virus que estas inyecciones ni siquiera previenen.
Puedo reducir mis posibilidades de contraer un caso grave de virus fortaleciendo mi sistema inmunológico de forma natural. En caso de que contraiga un virus, existen vitaminas y medicamentos bien establecidos que han tenido resultados maravillosos en la protección contra la enfermedad, sin los riesgos e incógnitas de este tratamiento médico.
El establishment insiste en que este tratamiento médico es seguro. No pueden saber esto porque los efectos a largo plazo son completamente desconocidos y no se conocerán durante muchos años. Pueden especular que es seguro, pero es falso que hagan una afirmación que no es posible que se conozca. Debido a que no son sinceros, no confío en ellos y no quiero ser parte de su tratamiento.
Las compañías farmacéuticas no tienen ninguna responsabilidad si algo sale mal y no pueden ser demandadas. Lo mismo para los políticos que están impulsando este tratamiento. No me inyectaré un recurso médico nuevo y experimental cuando las personas detrás de él no asuman responsabilidad alguna si algo sale mal. No arriesgaré mi salud y mi vida mientras ellos se nieguen a arriesgar nada.
El Primer Ministro de Israel ha admitido abiertamente que el pueblo israelí es el laboratorio mundial para este tratamiento experimental. No me interesa ser conejillo de indias o donar mi cuerpo a la ciencia.
Israel acordó compartir los datos médicos de sus ciudadanos con una compañía farmacéutica extranjera como parte fundamental de su acuerdo para recibir este tratamiento. Nunca di mi consentimiento para que mis datos médicos personales se compartieran con ninguna de esas entidades, ni siquiera me pidieron mi opinión. No contribuiré a esta sórdida empresa.
Los ejecutivos y miembros de la junta de Pfizer tienen constancia de que no han recibido su propio tratamiento, a pesar de toda la fanfarria y las garantías. Afirman que considerarían injusto “brincarse la línea”. Esta es una excusa absurda, y se necesita una cantidad increíble de descaro para siquiera decir tal cosa. Tal “línea” es un producto de su propia imaginación; si acapararan un par de inyecciones para ellos mismos, nadie lloraría mal. Además, los multimillonarios con aviones privados e islas privadas no son conocidos por esperar en la fila hasta que cientos de millones de campesinos de todo el mundo van primero a recibir todo lo que estos multimillonarios quieren para sí mismos.
Los medios del establishment han aceptado esta absurda excusa sin cuestionar ni preocuparse. Además, elogian a los ejecutivos de Pfizer por su supuesto autosacrificio al no tomar su propio tratamiento experimental hasta que nosotros vayamos primero. Como nos consideran tan tontos, no confío en ellos y no quiero su nuevo tratamiento. Pueden tener mi lugar en la fila. Iré al final de la fila.
Tres hechos que deben juntarse:
Bill Gates está promocionando estas vacunas como esenciales para la supervivencia de la raza humana.
Bill Gates cree que el mundo tiene demasiada gente y necesita ser “despoblado”.
Bill Gates, quizás el hombre más rico del mundo, tampoco se ha inyectado. No tiene ninguna prisa.
El establishment ha sido completamente unilateral al celebrar este tratamiento. Los políticos y los medios de comunicación están instando a la gente a que lo tome como un deber moral y cívico. Los beneficios del tratamiento se exageran enormemente, se ignoran los riesgos y se descartan las incógnitas. Debido a que están siendo engañosos y manipuladores, no apostaré mi bienestar personal a su integridad.
Hay una intensa campaña de propaganda para que la gente tome este tratamiento. Los políticos y las celebridades se están tomando selfies de sí mismos siendo inyectados (tal vez en algunos casos pretendiendo ser inyectados), los medios de comunicación promocionan esto como la cosa más genial, más inteligente, más feliz y divertida de hacer. Es la campaña de marketing más extendida de la historia. Esto no es en absoluto apropiado para ningún tratamiento médico, y mucho menos para uno nuevo, y eso me hace mantenerme apartado.
Las masas los siguen, publicando fotos de ellos mismos siendo inyectados con una droga, alimentando la presión de los compañeros para que hagan lo mismo. Hay algo muy alarmante y enfermizo en esto, y no quiero formar parte de ello. Nunca me drogué solo porque “todo el mundo lo hace” y eso es genial. Ciertamente no voy a empezar ahora.
Quienes expresan su preocupación por este tratamiento médico están siendo intimidados, calumniados, burlados, censurados, marginados, amenazados y despedidos de sus trabajos. Esto incluye a los profesionales médicos que tienen preocupaciones basadas en la ciencia sobre el medicamento y los cuidadores que han sido testigos de que las personas bajo su cargo sufren reacciones horribles y mueren poco después de ser inyectadas. Cuando el establishment está purgando a buenas personas que arriesgan todo simplemente para plantear preocupaciones sobre un nuevo tratamiento médico, incluso si no se oponen rotundamente a él, confiaré en estas personas valientes sobre el establishment en todo momento. No puedo pensar en un solo caso similar en la historia en el que la verdad y la moral resultaron estar del lado del establishment.
Este es el mayor experimento médico en la historia de la raza humana.
A propósito, no está siendo presentado como el mayor experimento médico en la historia de la raza humana, y el hecho de que sea un experimento médico en absoluto está siendo severamente minimizado.
Si estuvieran al frente de las masas, muy pocos estarían de acuerdo en participar en tal experimento. Manipular a las masas para que participen en un experimento médico con falsos pretextos viola los fundamentos de la ética médica y la ley democrática. No permitiré que personas poco éticas que se involucren en tal conducta me inyecten nada.
El establishment médico no informa a la gente sobre nada de esto. Se han convertido en agentes de marketing de un fármaco experimental, al servicio de grandes empresas y políticos que han hecho tratos con ellos. Este es un conflicto directo con su mandato de preocuparse exclusivamente por el bienestar de las personas bajo su cuidado. Dado que el sistema médico se ha corrompido y se ha convertido en nada más que una herramienta corporativa y política, no confío en la droga experimental que tanto quieren inyectarme.
Estamos siendo presionados de diversas formas para que nos inyecten, lo que viola la ética médica y los fundamentos de la sociedad democrática. La mejor manera de conseguir que no haga algo es presionarme para que lo haga.
El gobierno ha sellado su protocolo relacionado con el virus y sus tratamientos durante TREINTA AÑOS. Esta es información que el público tiene derecho a conocer y el gobierno tiene la responsabilidad de compartir. ¿Qué están encubriendo? ¿De verdad esperan que crea que todo es kosher en todo esto y que se preocupan ante todo por mi salud? La última vez que hicieron esto fue con los Niños del Yemen. Si no está familiarizado con él, búsquelo, (click aquí). Ahora están haciendo lo mismo. No me engañaron la primera vez, y definitivamente no me engañan ahora.
¿El gobierno puede compartir nuestros datos médicos personales con corporaciones extranjeras, pero no compartirán su propio protocolo al respecto con nosotros? Estoy fuera.
El establishment ha reclutado a médicos, rabinos, los medios de comunicación y las masas para arengar a las personas que no quieren que les inyecten una nueva droga. Nos están llamando con los peores nombres. Se nos dice que creemos en conspiraciones locas, que estamos en contra de la ciencia, que somos egoístas, que somos asesinos, que no nos importan los ancianos, que es culpa nuestra que el gobierno siga imponiendo restricciones draconianas a el público. Todo es porque no queremos que nos inyecten un tratamiento experimental, sin hacer preguntas. Incluso se nos dice que tenemos la obligación religiosa de hacer esto, y que somos pecadores graves si no lo hacemos. Dicen que si no aceptamos que nos inyecten, deberíamos vernos obligados a permanecer dentro de nuestras casas para siempre y ser excluidos de la vida pública.
Esto es horrible, repugnante, una perversión del sentido común, la moralidad y la Torá. Me hace retroceder, y solo consolida aún más mi desconfianza hacia estas personas y mi oposición a tomar su medicamento experimental. ¿Cómo se atreven?
Conozco a muchas personas que se inyectaron, pero ninguna de ellas estudió la ciencia en profundidad, sopesó cuidadosamente los beneficios potenciales contra los riesgos, comparó esta opción con otras alternativas, estaba verdaderamente informada y decidió que este tratamiento médico era la mejor opción para ellos. Al contrario, se inyectaron por el bombo, la propaganda, la presión, el miedo, la confianza ciega en lo que supuestamente creían “la mayoría de los expertos” (asumiendo que TODOS lo estudiaron todo en profundidad y fueron completamente objetivos, lo cual es muy dudoso ), confianza ciega en lo que ciertos rabinos influyentes les instaban a hacer (lo mismo que lo anterior), o miedo histérico de que la única opción fuera inyectarse o enfermarse gravemente por el virus. Cuando veo histeria masiva y comportamiento de culto en torno a un tratamiento médico, sospecharé mucho y lo evitaré.
Las compañías farmacéuticas tienen una larga y gloriosa historia de causar masacres masivas con drogas maravillosas que lanzan a poblaciones desprevenidas, incluso después de que ya se habían conocido problemas graves. En lugar de presionar el botón de pausa y detener la comercialización de estos medicamentos hasta que estos problemas pudieran investigarse adecuadamente, las compañías farmacéuticas hicieron todo lo posible para suprimir la información y seguir promocionando sus productos. Cuando las empresas y las personas hayan demostrado una falta de preocupación por la vida humana tan grave, no confiaré en ellos cuando promocionen una nueva droga maravillosa.
De hecho, las historias de terror ya están llegando a una velocidad vertiginosa, pero los políticos no están en lo más mínimo preocupados, el establecimiento médico los está descartando como no relacionados o insignificantes, los medios de comunicación lo están ignorando, las compañías farmacéuticas están avanzando en a toda velocidad, y quienes levantan una bandera roja continúan siendo intimidados, censurados y castigados. Claramente, mi vida y mi bienestar no son su principal preocupación. No seré su próximo conejillo de indias en su laboratorio. No me arriesgaré a ser la próxima “coincidencia”.
Aunque muchas personas han muerto poco después de recibir la inyección, incluidos jóvenes perfectamente sanos, no podemos dar a entender que la inyección tuvo algo que ver con eso. De alguna manera, esto es anti-ciencia y causará la muerte de más personas. Creo que negar cualquier posible vínculo, abusar de las personas que especulan que podría haber un vínculo y no demostrar la más mínima curiosidad por siquiera explorar si podría haber un vínculo es lo que es anti-ciencia y muy bien podría causar la muerte de más personas. Estas mismas personas creen que también estoy obligado a inyectarme. No, maldita sea, gracias.
Me repugna el culto religioso, parecido a un culto, de un producto farmacéutico, y no participaré en este ritual.
Mi proveedor de “atención médica” me sigue insistiendo para que me inyecte, pero no me ha proporcionado información sobre este tratamiento ni sobre las posibles alternativas. Todo lo que sé lo aprendí de otros fuera del establishment. El consentimiento informado se ha convertido en consentimiento conformado. Renuncio.
Veo todas las mentiras, corrupción, propaganda, manipulación, censura, bullying, violación de la ética médica, falta de integridad en el proceso científico, supresión de reacciones adversas inconvenientes, desestimación de preocupaciones legítimas, histeria, comportamiento de culto, ignorancia, mentalidad cerrada, miedo, tiranía médica y política, ocultación de protocolos, falta de verdadera preocupación por los la vida, la falta de respeto por los derechos humanos y las libertades básicas, la perversión de la Torá y el sentido común, demonización de la gente buena, el mayor experimento médico de todos los tiempos realizado por gente codiciosa, indigna de confianza e impía Lo arriesgo todo … Veo todo esto y he decidido que todos pueden tener mi lugar en la fila. Pondré mi confianza en Dios. Usaré la mente con la que Él me bendijo y confiaré en mis instintos naturales.
Lo que lleva a la razón final que resume por qué no me “vacunaré”.