Israel

¡Gracia, gracia para Israel! (Shabat Jazón)

La haftará de esta semana comienza con Jazón: [Ishaiahu 1:1]

La visión de Ishaiáhu, el hijo de Amotz, que visionó sobre Iehudá y Ierushalaim”.

חֲזוֹן יְשַׁעְיָהוּ בֶן אָמוֹץ אֲשֶׁר חָזָה עַל יְהוּדָה וִירוּשָׁלָ‍ִם

Jazón Ishaiahu ben Amotz, asher hazá al Iehudá veIershalaim.”

Esta es una visión severa, una profecía de reprensión y castigo. El tzadik Rabi Levi Itzjak de Berditchev, sin embargo, dijo que en Shabat Jazón, el Shabat que precede al día de luto por la destrucción del Templo, Di-s le da a cada judío el poder de ver (en una visión) el Tercer Templo. En otras palabras, en lo más profundo de nuestro duelo tenemos el poder de “ver lo que aún nacerá”, el consuelo que surge a partir de la destrucción.

Esta visión interna del Tercer Templo despierta en nosotros el deseo de la redención completa y el regreso a Dios, y este regreso a Dios en sí mismo trae la redención.

En última instancia, Ishaiahu es el gran profeta del consuelo, cuyas profecías de consuelo comenzaremos a leer el próximo Shabat: [Ishaiahu 40:1]

“Consuélense, consuélense mi Pueblo.”

נַחֲמוּ נַחֲמוּ עַמִּי.

Najamú, najamú amí.”

Dentro de la palabra חזון / jazón / visión, está la palabra חן / jen / gracia, que también es simetría y armonía. La misma palabra, חן / jen, es parte de la palabra נחמו (najamú, y por supuesto jet-nun es el acrónimo de חזון / jazón y נחמו / najamu). El jen de jazón está en orden ascendente, surgiendo de la realidad aparentemente destruida, como en el verso, [Tehilim 85:12]

La verdad brotará de la tierra…”

אֱמֶת מֵאֶרֶץ תִּצְמָח

emet meeretz titzmaj…”

(donde estas tres palabras son a su vez un acrónimo de אמת / emet / verdad). El jen de najamú está en orden inverso. Viene de Arriba, de Dios, quien nos consuela. Estos dos tipos de jen se unen en uno, como en el verso: [Zejariah 4:7]

«Gracia, gracia para ella» / חן חן לה / “Jen, jen la”.

Como dice el Talmud en el tratado de Shabat:

Si Israel guarda dos Shabatot de acuerdo con sus leyes, serán redimidos inmediatamente”. Si observan Shabat Jazón y Shabat Najamú, si logran ver el consuelo dentro de la visión, serán inmediatamente redimidos.

[Del libro del rabino Ginsburgh, Maaián Ganim, “Manantial de los Jardines«]

¿Qué es un buen lugar para vivir?

Por Rab Aliana Suskin

Mah tovu ohalecha Ya’acov, mishkenotecha Yisrael  

— «Cuán buenas son tus tiendas, Jacob, tus moradas, Israel.” 
(Numeros 24:5)


Esta famosa línea de Parashat Balak, pronunciada por un profeta no israelita sobre el Pueblo de Israel, parece bastante simple. El gran comentarista medieval Rashi , sin embargo, ve otro nivel de significado en ello. Nos dice que Balaam pronunció estas palabras porque las entradas de las casas del pueblo no estaban alineadas unas con otras.

Parece extraño que de todas las cosas que un profeta podría alabar sobre Israel, especialmente porque los está alabando en contra de su voluntad, Balaam decidió alabar el hecho de que no pueden ver dentro de las casas de los demás. Pero quizás no sea tan extraño que lo que hace que una vivienda sea “buena” es la capacidad de tener privacidad dentro de ella.

De hecho, esta idea es tan importante para Rashi que aparece dos veces en su comentario sobre esta porción: Solo unas pocas líneas antes, en el capítulo 24, versículo 2, Rashi explica que las palabras, “Balaam alzó los ojos y vio a Israel habitando de acuerdo con sus tribus”, en realidad quiere decir que vio que sus entradas no estaban alineadas entre sí, de modo que uno no podía asomarse a la tienda de su amigo.

Sabemos que las condiciones en el desierto deben haber sido muy difíciles. Sin embargo, Israel pudo asegurar que cada familia tuviera un espacio propio, un lugar que fuera suyo.

Es esclarecedor contrastar esto con las condiciones modernas de pobreza en los Estados Unidos. El gobierno de los Estados Unidos, pretendiendo responder a las demandas de la gente, ha hecho cada vez más difícil que los pobres tengan un lugar digno para vivir.

El ex-alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, nos brindó una vez un excelente ejemplo de cómo funciona este tipo de política: si una persona se niega a ir a un refugio para personas sin hogar, puede ser enviada a la cárcel. Si una persona va a un refugio para personas sin hogar cuando la policía la envía allí, pero una vez que está allí se niega a hacer cualquier cosa que le pida el refugio, puede ser arrojada de nuevo a la calle, donde, presumiblemente, el problema será atendido por un arresto poco después.

Es curioso que una ciudad moderna, con una enorme cantidad de recursos -ciertamente muchos más que un pueblo tribal deambulando por el desierto- sea, sin embargo, mucho menos capaz de proporcionar un lugar digno para vivir a toda su comunidad. Curiosamente, ni siquiera es una cuestión de dinero: caso tras caso ha demostrado que con programas que fomentan la propiedad de la vivienda, las condiciones de vida de las personas mejoran materialmente, junto con la seguridad de su vecindario, y por mucho menos dinero que administrar una operación encubierta contra la falta de vivienda. (Habitat for Humanity es solo un ejemplo de cuán exitoso puede ser un programa como ese).

Sin embargo, en lugar de intentar proporcionar viviendas dignas a los pobres, el poco dinero que se gasta se destina a crear refugios para personas sin hogar, que son, además de lugares físicamente peligrosos a veces, extremadamente desmoralizadores para las personas y, a menudo, inhumanos para las familias que intentan sobrevivir. Permanecer juntos.

¿Por qué es esto? Parece que necesitamos castigar a la gente por ser pobre. La ideología detrás de tales leyes entiende la pobreza como el resultado obvio de la pereza y la codicia. Insiste en que nadie puede ser pobre por accidente, que los que son pobres son de color, son “reinas del bienestar” o tal vez son uno de los “locos” que fueron abandonados durante la desinstitucionalización de los hospitales psiquiátricos.

Incluso esta última noción es algo así como una concesión para quien sostiene esta ideología, quien a menudo cree que estas son personas que probablemente prefieren vivir en la calle de todos modos, y además, lo que realmente necesitamos hacer, por su propio bien, es «¡enciérralos, donde no podamos verlos!».

Incluso cuando a las personas se les proporcionan hogares para vivir que no son refugios, las viviendas sociales modernas son una vergüenza. Las empresas privadas no hacen reparaciones en sus propiedades para crear un espacio mínimamente habitable: la plomería deja de funcionar, las alimañas se mudan, las paredes y las puertas a veces tienen agujeros. No es de extrañar que las personas que viven en estos lugares desesperen por una vida mejor.

El comentario de Rashi toca profundamente el corazón de lo que significa tener “un buen lugar para vivir”. El pueblo de Israel avanzaba hacia su propia tierra, y aunque todavía no estaba allí, formaron, como comunidad, hogares que crearon una atmósfera de respeto mutuo.

Como en cualquier otra comunidad, indudablemente había quienes eran más ricos y quienes eran más pobres; sin embargo, cada familia en Israel tenía un espacio en el cual vivir, un lugar que era respetable y respetado. Desde estos hogares, pudieron vislumbrar un futuro más brillante, uno en su propia tierra, que podrían trabajar para construir con sus propias manos y mejorar tanto a ella como a ellos mismos. La decencia de sus hogares fue la base sobre la que construyeron nuestro futuro.

Israel crea una tecnología para aumentar el rendimiento del trigo.

Autor: Yaron Drukman – Adaptado por Marcos Olivera

En medio de la escasez provocada por la guerra, la empresa Lavie Bio asegura haber encontrado una manera de utilizar la experiencia biológica, grandes datos avanzados y herramientas de inteligencia artificial para mejorar la salud de las plantas.

La guerra en Ucrania provocó una escasez masiva de trigo en todo el mundo. A partir de ese conflicto, una empresa israelí ideó una solución innovadora para aumentar el rendimiento del trigo antes de la cosecha.

La empresa de biotecnología Lavie Bio acaba de revelar su nueva tecnología, que combina amplios conocimientos biológicos, big data y herramientas de inteligencia artificial.

Cosecha de trigo.

El producto de la empresa, llamado «result™» es un inoculante de vanguardia que combina dos cepas de bacterias que mejoran la disponibilidad y absorción de nutrientes, mejorando la salud de las plantas. Según la empresa, «puede aumentar tanto rendimiento como rentabilidad, con una media de «3-4bu/acre para los productores de trigo respecto al control no tratado y un aumento potencial de la rentabilidad de hasta el Result™ se formula en productos existentes para el tratamiento de semillas de trigo y mejora la eficacia de los nutrientes que toma del suelo, así como las defensas naturales de la planta. A su vez, potencia el crecimiento temprano y la ramificación de las raíces, maximizando así la producción en los campos.

Trigo.

Lavie Bio es una filial de Evogene Ltd., empresa de biología computacional también con sede en Israel. Este tipo de biología es un nuevo campo en auge, que desarrolla y aplica métodos computacionales para avanzar en la investigación biológica.La empresa destacó la importancia de la colaboración entre las tecnologías innovadoras y la agricultura. Dada la escasez de trigo en todo el mundo y el aumento de los precios, Lavie Bio espera una que su producto se venda más en un futuro próximo.

Rendimiento del trigo con y sin tratamiento result™.

«Estoy muy contento de anunciar que el lanzamiento de nuestro primer producto en los EE.UU. fue un éxito, viendo una fuerte demanda y vendimos completamente nuestra tirada de producción inicial para la temporada de cultivo de 2022″, contó el director de negocios, Dotan Borenstein. «Vemos nuestro lanzamiento de Result™, nuestra solución bioinoculante totalmente sostenible para el trigo de primavera, en el momento perfecto, que puede contribuir a asegurar el suministro mundial de alimentos«, agregó.

Vista aérea de un campo de trigo.

«De cara al futuro, nuestro objetivo es ampliar las ventas de Result™ en los mercados norteamericanos, incluido Canadá, a corto plazo, y más adelante, en los mercados europeos. También estamos trabajando para ampliar nuestra etiqueta e incluir otros cultivos, como pequeños cereales y semillas oleaginosas«, cerró.

La reina Vasti y los gentiles.

Autor: Rabino Hillel ben David (Greg Killian)

La reina Vasti fue elegida para ser la primera reina de Ajashverosh. Es una princesa babilónica, nieta de Nabucodonosor. Es la personificación de la realeza y la personificación de los Goyim, los gentiles.

La reina Vasti plantea un papel muy interesante como imagen del Bnei Israel, yendo en contra de los deseos de YHVH. Es la imagen del Bnei Israel asimilado y convertido en gentil.

Como es una gentil babilónica, es la personificación de los gentiles y de su alejamiento de «El Rey». En cierto sentido, la reina Vasti representa a todos los pueblos antes de que los Bnei Israel fueran elegidos.

La reina Vasti también desempeña el papel del anti-Mashiaj (el anti-Mashiaj en el pensamiento cristiano). Una reina que no cumple los deseos del Rey de reyes, que no cumple las mitzvot, es una reina que tiene que morir. Este es el papel que debe desempeñar una nueva reina, un nuevo pueblo, un nuevo Mashiaj. Consideremos el siguiente pasaje:

«El séptimo día, cuando el corazón del rey se alegró con el vino, ordenó a Mehuman, Biztha, Harbona, Bigtha y Abagtha, Zethar y Carcas, los siete eunucos que servían en la presencia del rey Ajashverosh, que trajeran a la reina Vasti ante el rey con la corona real, para mostrar al pueblo y a los príncipes su belleza, pues era hermosa de ver. Pero la reina Vasti se negó a venir a la orden del rey por medio de [sus] eunucos, por lo que el rey se enojó mucho, y su ira ardió en él
(Ester 1:10-12)

Obsérvese que «el rey«, es decir, YHVH, la llamó a su presencia. Sabemos por Shir HaShirim (el Cantar de los Cantares), que Israel es descrita como una doncella muy hermosa [5]. Ella se niega a venir. Por su pecado de desobedecer al «Rey», recibe la pena de muerte. A los Bnei Israel se les había permitido regresar a Israel y reconstruir el Templo durante muchos años. En vez de terminar su exilio y regresar a YHVH, prefieren ignorarlo y asistir a la fiesta de Ajashverosh en su lugar. Se han asimilado. Se han convertido en gentiles.

Cuando la reina Vasti, «alias los gentiles y un Bnei Israel desobediente«, se niega a venir, los nobles observan que esto llevará a que las otras mujeres también desobedezca. Estas mujeres representarían las otras naciones del mundo que verían el ejemplo de los Bnei Israel y los seguirían en su actitud egoica. Así como Israel es comparado con la esposa de YHVH, las otras esposas estarían vinculadas a sus dioses como esposas. Como los Bnei Israe no hicieron caso a YHVH entonces las otras naciones no harían caso a YHVH:

«Y Memucán respondió ante el rey y los príncipes: La reina Vasti no ha hecho mal al rey solamente, sino también a todos los príncipes y a todo el pueblo que [está] en todas las provincias del rey Ajashverosh. Porque [este] hecho de la reina se divulgará entre todas las mujeres, de modo que ellas despreciarán a sus maridos ante sus ojos, cuando se diga: El rey Ajashverosh mandó traer a la reina Vasti ante él, pero ella no vino. [Así] dirán hoy las damas de Persia y de Media a todos los príncipes del rey, que han oído el hecho de la reina. Así [surgirá] mucho desprecio e ira.»
(Ester 1:16-18)


Extraido de: https://www.betemunah.org/allegories.html

Por el Rabino Hillel ben David (Greg Killian)

Una Obra Revolucionaria de la Astronomía: El Calendario Hebreo corregido

Por Irving Gatell

El Calendario Hebreo es una de las obras de ingeniería astronómica más avanzadas que hay, ya que se basa en una profunda comprensión de la relación entre los ciclos solares y lunares.

Dicho equilibrio entre ambos ciclos es obligatorio porque la Torá establece (Génesis 1:14-16) que “los días, las estaciones y los años” tendrían que medirse por medio de las dos lumbreras: la mayor, que gobierna el día (es decir, el Sol), y la menor, que gobierna la noche (es decir, la luna).

En plena coherencia con ello, el Calendario Hebreo siempre se basó en dos parámetros muy sencillos: los inicios de mes se marcan con los ciclos lunares (concretamente, con la aparición de la Luna Nueva), y la festividad de Pésaj (Pascua) se celebra en la temporada de Aviv (primavera; específicamente, se refiere al momento en el que ya maduró la cosecha de cebada).

Para entenderlo mejor, comparemos este equilibrio del Calendario Hebreo entre los ciclos solares y lunares, con lo que sucede en los calendarios islámico y gregoriano. En el calendario del Islam, la norma es estrictamente lunar. El Sol no cuenta para determinar absolutamente nada. Por ello, los doce meses del año alternan su duración entre 29 y 30 días (porque el ciclo lunar dura, en promedio, 29.56 días, de tal modo que dos meses tienen un total de 59 días), lo que nos da un total de 354 días al año. En consecuencia, cada tres años el calendario islámico lunar tiene un mes más que el calendario gregoriano solar; por lo tanto, cada 36 años se habrán acumulado 12 meses extras, por lo que mientras que en el calendario Gregoriano habrán pasado 36 años, en el musulmán habrán pasado 37.

En el otro extremo, el hecho de que el calendario solar usado por la cultura occidental (conocido como Gregoriano) no use a la luna como referente para absolutamente nada, hace que los inicios de mes (1 de Enero, 1 de Febrero, etcétera) no tengan ninguna relación con el ciclo lunar.

El Calendario Hebreo es un punto intermedio entre ambas situaciones. Los meses comienan con la Luna Nueva, pero hay que cerciorarse de que la Pascua se celebre en primavera. Si sólo se usara el cómputo del ciclo lunar, pasaría lo mismo que con el calendario islámico: años de 354 días que provocarían que, apenas en 3 años, la Pascua se hubiese desfazado en por lo menos 33 días, con el riesgo de celebrarse en invierno. A más tardar en 12 años, la Pascua se estaría celebrando en otoño, y así sucesivamente.

¿Cómo se arreglaba esto en la antigüedad? De un modo simple, aunque poco eficiente: por observación. Las autoridades judías tenían a personas encargadas de corroborar que el primer filo de la Luna Creciente había aparecido en el cielo para declarar el inicio de cada mes. Cuando llegaba la Pascua, lo único que había que corroborar es que la cebada estuviese madura. Si la diferencia promedio de 11 días entre el año lunar y el año solar ya había provocado el desfase estacional, y se cumplían 12 meses desde la última Pascua pero aún no había madurado la cebada, simplemente se decretaba que había que esperar un mes más. De ese modo, cada cuatro años en promedio, una Pascua se celebraba 13 meses después que la otra.

Por supuesto, el conteo basado en la observación tiene sus límites, porque puede ser afectado por muchos factores. El más simple en este caso sería un cielo nublado que no permita ver en qué momento aparece el primer filo de la Luna Creciente. Dicha situación se vuelve la norma en las temporadas de lluvias. Otros factores más complejos hacían del asunto algo todavía más difícil: una invasión enemiga que destruyera las cosechas de cereales y luego no se tuviera modo de saber si estas ya habrían madurado o no, o comunidades judías viviendo aisladas en el exilio en un país lejano, sin saber si la Luna Creciente ya se podía ver en la tierra de Israel, o si la cebada ya había madurado.

Por ello, como en todos los sistemas calendáricos, poco a poco se dejó de usar el sistema de observación y se pasó a usar el del cálculo astronómico.

Al respecto hay un curioso mito, surgido de la incomprensión de muchas personas sobre cómo funciona la ciencia astronómica: se cree que hacia el año 358 EC, Hillel II “cambió el Calendario Hebreo”. Eso es falso. Hillel II no introdujo ningún cambio, porque los meses inician en la Luna Nueva y la Pascua se celebra en primavera, exactamente igual que hace miles de años.

Lo que –se supone– introdujo Hillel II fue el sistema de cómputo astronómico para que todos los judíos, sin importar en dónde vivieran ni que circunstancias meteorológicas tuvieran, pudiesen saber sin problemas cuándo serían los inicios de mes, y cuándo habría que celebrar la Pascua, el Yom Terúah (Rosh Hashaná) y el Yom Kippur, sin riesgo de cometer errores.

Esta suposición asume, además, que Hillel II aprovechó lo mejor de la ciencia astronómica de su tiempo, y diseñó un cálculo basado en el llamado Ciclo Metónico. Metón de Atenas (nacido hacia el año 460 AEC) fue quien estableció los cálculos para determinar que cada 19 años, la Luna se encuentra prácticamente en el mismo punto en relación al Sol y la Tierra, salvo por una diferencia de dos horas (que, en este tipo de casos, es algo ínfimo). Hillel II habría tomado esta información para diseñar un sistema que permitiese, sin margen de error posible, hacer los cálculos calendáricos exactos para las necesidades teóricas y religiosas del Calendario Hebreo.

De ese modo, se determinó que cada 19 años se agregarían meses extras en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 del ciclo. A estos años se les llama “embolismales”, término que equivale a “bisiestos”.

Dicho ajuste no es suficiente para que las Lunas Nuevas correspondan perfectamente a los inicios de mes. Por ello, Hillel II estableció una normatividad secuenciada para agregar o quitar un día en determinados momentos del año. Esa es la razón por la que, por ejemplo, el mes de Jeshván puede tener 29 o 30 días, dependiendo del año.

De ese modo, el año hebreo puede tener 354 días o 384 días, dependiendo si es normal o embolismal (es decir, con 12 o 13 meses). Pero si además corresponde agregar o quitar un día, puede tener 353 o 355 en los años normales, o 383 y 385 en los embolismales.

Ingeniería astronómica de lo más elevado. Gracias a este Calendario Hebreo “corregido”, podemos prever con cuanta anticipación queramos qué años van a ser embolismales, en qué años se va a agregar o quitar un día, con la garantía de que los inicios de mes siempre se van a celebrar en el momento de la Luna Nueva, y que la Pascua siempre va a celebrarse después de la maduración de la cebada. Es decir: funciona exactamente igual que en la antigüedad; la diferencia es que ahora entendemos cómo funciona la relación entre la Tierra, la Luna y el Sol.

Pero hay una serie de datos que han salido a la luz últimamente, y que nos obligan a reconsiderar muchas de nuestras creencias respecto al Calendario Hebreo Corregido y el papel que Hillel II jugó en dicha corrección. Estos replanteamientos han sido explicados en las investigaciones de Richard Fiedler.

Lo primero que Fiedler nos señala es que Hillel II señaló, según el Talmud, que el sistema de 19 años que usó para sistematizar el cálculo astronómico del Calendario Hebreo “lo aprendió de sus padres”.

¿Es esto posible? Hoy sabemos que sí. Los estudios de Richard Parker y Waldo Dubberstein de varias tabletas de arcilla recuperadas en Babilonia han demostrado que, hacia inicios del siglo V, los babilonios ya usaban el ciclo de 19 años usado posteriormente por Hillel II. Es decir: ya aplicaban la noción de agregar un mes extra específicamente en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 para empatar 19 años lunares con 19 años solares. Entonces, desde esta óptica Hillel II no habría diseñado este sistema. Realmente lo habría aprendido de sus ancestros y se habría limitado a aplicarlo al Calendario Hebreo.

Por cierto: los babilonios ya usaban el sistema hacia el año 490 AEC. Metón de Atenas nació hacia el año 460 AEC. Eso significa que Metón tampoco habría sido el verdadero descubridor del Ciclo Metónico. Los babilonios se le adelantaron.

Pero hay más. Fiedler se preguntó si dicho sistema de cálculo astronómico sólo empezó a usarse en el Judaísmo desde las épocas de Hillel II (siglo IV EC), o antes. Y la respuesta la halló en el propio calendario.

Según la Guemará, el mes lunar tiene una duración de 29 días, 12 horas y 793 halakim. Los “halakim” son la medida temporal que se usaba en las antiguas culturas semíticas en lugar de nuestros modernos “segundos”. Según los conocimientos astronómicos antiguos, una hora tiene 1,080 halakim. Si tomamos en cuenta que una hora tiene 3,600 segundos, entonces un halakim equivale a un poco más de 3 segundos.

Fiedler entendió algo tan simple como lógico, pero que puede pasar desapercibido fácilmente: en el momento en que un grupo de sabios judíos debió iniciar con la aplicación del sistema “corregido” del Calendario (es decir: ciclos de 19 años, años embolismales en 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19, y ciclos lunares medidos en 29 días, 12 horas y 793 halakim), debió iniciarse con una “cuenta cero”.

¿A qué me refiero con esto? Primero, a que había que escoger un punto en donde comenzar la cuenta. Es decir, un momento donde comenzaran AL MISMO TIEMPO el halak número 1, la hora número 1, el día número 1, y el mes número 1, del ciclo de 19 años. Obviamente, no me refiero al inicio de la Creación (ese es otro tema); me refiero al inicio del uso del sistema calendárico corregido y basado en el cálculo astronómico.

¿Qué evento podía ser lo suficientemente relevante para marcar ese inicio? Obviamente, no podía ser simplemente cualquier día. Para efectos de que todo el sistema cuadre adecuadamente con sus objetivos de predicción calendárica, el inicio es Rosh Hashaná: la Luna Nueva de Tishrei.

La Luna Nueva es el momento en el que hay una conjunción entre la Tierra, el Sol y la Luna. Es decir: están alineados de tal modo que la sombra de la Tierra cubre por completo a la Luna y esta no es visible. Cuando dicha conjunción se rompe, aparece el primer filo de la Luna Creciente.

¿Cuánto tiempo pasa entre la conjunción de la Luna Nueva y la aparición de la Luna Creciente? Es variable. En promedio, los cálculos indican que unas 32 horas, si bien se han dado ocasiones en que ha sido mucho menor el lapso. Lo menos que se tiene registrado son 9 horas.

Esto tiene una implicación interesante: nos ayuda a determinar cuándo pudo ocurrir un punto cero en la cuenta de los años, los meses, los días, las horas y los halakim. Es decir, cuándo pudo iniciar la aplicación del Calendario Hebreo Corregido.

La conjunción es imposible de observar, debido a que por la sombra de la Tierra, la Luna es absolutamente invisible. Pero lo que se puede observar es la aparición del primer filo de la Luna (que en hebreo se llama MOLAD). ¿En qué momento podría tratarse de un punto cero? En el que la puesta de Sol con la que inicia algún mes coincide con la aparición del Molad de la Luna Nueva. Ese es el único momento del año en el que tiene sentido comenzar a contar “hekal número 1, hora número 1, mes número 1, año número 1” del ciclo de 19 años.

Pero las cantidades no son múltiplos exactos entre sí. Es decir: 19 años después se comenzaría otra vez con un año número 1, un mes número 1 y una hora número 1, pero no con un hekal número 1. ¿Por qué? Porque el mes lunar tiene un sobrante de 793 hekalim. Por lo tanto, el ciclo completo de 19 años habría acumulado 157,807 hekalim. Por supuesto, hay que recordar que una hora tiene 1,080 hekalim, así que hay que seguir ajustando las cuentas.

Seis días exactos tienen 155,520 hekalim, mismos que –obviamente– estarían integrados en la cuenta de los 19 años. Así que sólo nos están sobrando 2,287 hekalim, que corresponden a dos horas y 127 hekalim.

Es decir: si X año el filo de la Luna Nueva apareció en el momento de la puesta de sol, 19 años después el filo de la Luna Nueva aparecerá un poco más de dos horas después de la puesta de Sol. Esos son los 2,287 hekalim de diferencia.

¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que el filo de la Luna Nueva vuelva a aparecer exactamente en el momento de la puesta de Sol? Fiedler se lanzó a hacer los cálculos gracias a toda la información astronómica que tenemos, y encontró que esto sucede sólo cada 2,096 años. Es decir: sólo cada 2,096 años se vuelve al punto cero de la cuenta y se empieza con el primer año, el primer mes, el primer día, la primera hora y el primer hekal del nuevo ciclo de 19 años.

A Fiedler no le costó trabajo seguir con sus cálculos. Simplemente, le bastó ubicar la puesta de Sol con la que empezó cada mes de cada año (algomuy laborioso, pero relativamente fácil de hacer hoy en día gracias a toda la información que tenemos), y medir la diferencia en hekalim que hubo con la aparición del primer filo de la Luna Creciente. Con esos datos en la mano, se lanzó hacia atrás en el tiempo para encontrar el momento en que aconteció la última cuenta cero. ¿Por qué? Porque ese sería el momento en el que se habría comenzado a usar el sistema de cálculo de Hillel II.

Pero lo que encontró fue desconcertante: la última vez que se comenzó la cuenta en un punto cero fue el jueves 23 de Marzo del año 1306. Es decir, casi mil años después de Hillel II. La fecha anterior que corresponde a un punto cero corresponde al viernes 16 de Julio del año 791 AEC; y la anterior corresponde al lunes 9 de Noviembre del 2887 AEC.

Las fechas primera y tercera están descartadas. En el año 1306 los judíos teníamos casi mil años –por lo menos y hasta donde se sabía– de estar usando el sistema corregido de Hillel II. Y en el año 2887 AEC, los Sumerios apenas estaban desarrollando la primera cultura mesopotámica y faltaba mucho para la aparición de los Hebreos.

Luego entonces, no hay alternativas: el sistema corregido que usa el Calendario Hebreo se comenzó a usar el viernes 16 de Julio del año 791 AEC, año en el que el reino de Samaria era gobernado por Joás de Samaria (no confundir con Joás de Judá), y en Jerusalén reinaba Amasías (el hijo de Joás de Judá).

Tiene mucha lógica por dos razones históricas: si bien la cuenta cero puede empezar cualquier día, resulta más verosímil que haya comenzado un viernes al ponerse el Sol, porque es el inicio del Shabat, el día más significativo para los judíos.

Y el otro detalle es que durante el reinado de Joás de Judá (835-796 AEC) se llevó a cabo una profunda revolución religiosa que, a juicio de muchos historiadores, fue la que definió el perfil histórico que, hasta la fecha, es la esencia del Judaísmo. Entonces no es de extrañar que Joás hubiese comenzado con los preparativos para llevar esa reforma al Calendario, pero que estos sólo estuvieran listos hasta cinco años después de su muerte.

Lo interesante es esto: los babilonios comenzaron a usar el sistema de 19 años con meses añadidos en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 hacia el año 490 AEC. La evidencia recuperada por Fiedler demuestra que en el antiguo Israel el uso de este sistema calendárico comenzó tres siglos antes. Tomando en cuenta que los babilonios conquistaron Judea en el año 587 AEC, resulta notable que casi un siglo después ya estuvieran usando el mismo sistema.

Entonces, no fue Israel quien aprendió de Babilonia el modo de organizar los años lunares en ciclos de 19 años, con todos sus sofisticados detalles. Fue al revés: los Babilonios lo aprendieron de los antiguos israelitas.

Por supuesto, la propuesta de Fiedler es controversial, pero tiene un punto a favor que, personalmente, me parece contundente: astronómicamente hablando, sus cálculos para las fechas en las que comienzan lo que podemos llamar “cuentas cero” son correctos. Y una cuenta cero es, por definición, el único momento donde tiene lógica el inicio del conteo.

Por lo tanto, la única posibilidad de imaginar a un grupo de judíos diciendo “vamos a empezar a contar los ciclos de 19 años el próximo Shabat, porque ese día el Moled de la Luna coincidirá con la puesta de Sol”, fue un viernes 16 de Julio del año 791 AEC.

Eso significaría un par de cosas, por lo menos: el sistema que rige al Calendario Hebreo no se inventó en Babilonia. Se inventó en Israel. Y, por lo menos desde entonces, seguimos contando correctamente la secuencia de seis días de trabajo y uno de reposo.

Las ordenanzas de la Torá están cumplidas: usamos las luminarias –ambas– para contar los días, los meses y los años.

Y la promesa es fiel: el Shabat ha guardado a Israel.


Fuente: Enlace Judío


Bitácora Relacionada:

El FMI e Israel simulan un ciberataque al sistema financiero mundial junto con 10 países

Con el evidente incremento de ciberataques a nivel global, la banca busca un mejor resguardo. Como parte del refuerzo de estrategias seguras para la protección de entidades financieras contra incursiones delictivas en la red, Israel lideró una simulación de ataque contra el sistema financiero que convocó a diez países y que busca aumentar la cooperación entre instituciones de este sector.

Según informa Reuters, Israel dirigió el jueves un simulacro con 10 países de un gran ciberataque al sistema financiero mundial en un intento de aumentar la cooperación que podría ayudar a minimizar cualquier daño potencial a los mercados financieros y los bancos.

El “juego de guerra” simulado, como lo denominó el Ministerio de Finanzas de Israel y planificado a lo largo del año pasado, se desarrolló durante 10 días, con datos sensibles que aparecieron en la Dark Web. La simulación también utilizó noticias falsas que en el escenario provocaron el caos en los mercados mundiales y una corrida bancaria.

El ciberataque se mantuvo activo durante diez días, impactando en mercados de bonos y divisas, liquidez, integridad de datos y transacciones entre importadores y exportadores. Este ensayo, bautizado como “Fuerza Colectiva”, reunió a funcionarios del Tesoro de Israel, Estados Unidos, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos, Austria, Suiza, Alemania, Italia, Países Bajos y Tailandia, así como representantes del Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Banco de Pagos Internacionales.

La simulación -probablemente causada por lo que los funcionarios llamaron jugadores “sofisticados”- presentó varios tipos de ataques que impactaron en los mercados globales de divisas y bonos, la liquidez, la integridad de los datos y las transacciones entre importadores y exportadores.

Estos acontecimientos están creando estragos en los mercados financieros”, dijo un narrador de una película mostrada a los participantes como parte de la simulación y vista por Reuters.

Funcionarios del gobierno israelí dijeron que este tipo de amenazas son posibles tras los numerosos ciberataques de alto perfil a grandes empresas, y que la única manera de contener cualquier daño es mediante la cooperación global, ya que la ciberseguridad actual no siempre es lo suficientemente fuerte.

Los atacantes van 10 pasos por delante de los defensores”, declaró a Reuters Micha Weis, responsable de ciberseguridad financiera del Ministerio de Finanzas de Israel.

El simulacro cibernético estaba previsto inicialmente para la Exposición Universal de Dubái 2020, pero cuando esta fue retrasada debido a la pandemia, se buscó una nueva sede en Jerusalén.


Fuentes:

Israel pide preparación para la cuarta dosis de la vacuna contra el Covid-19

Por  Le Figaro

Si bien 2,5 millones de israelíes han recibido una tercera dosis, el estado judío anticipa el resto de su campaña de vacunación. El responsable de la lucha contra el coronavirus en Israel llamó el sábado 4 de septiembre a prepararse para la administración de una cuarta dosis de la vacuna contra el Covid-19. «El virus está ahí y seguirá estando ahí, también debemos prepararnos para una cuarta inyección«, alertó el profesor Salman Zarka a la radio pública Kan.

El profesor va aún más lejos: «Pensando en eso y en el declive de las vacunas y los anticuerpos, parece que cada pocos meses, podría ser una vez al año, cada cinco o seis meses, necesitaremos una nueva inyección» , informa The Times de Israel «Esta será nuestra vida a partir de ahora«, advirtió, sin precisar cuándo podría lanzarse esta cuarta inyección.

La variante Delta está barajando las cartas y ahora representa casi todas las contaminaciones en el Estado hebreo, sin embargo, uno de los primeros países del mundo en haber vacunado a la mayoría de su población de nueve millones de habitantes. Israel ha lanzado una campaña en las últimas semanas para obtener una tercera dosis para estimular la respuesta inmune de las personas vacunadas durante más de seis meses. Más de 2,5 millones de personas han recibido esta dosis de refuerzo, según el Departamento de Salud.


Tomado de: LeFigaro

¿Por qué Israel fue el primero en recibir las vacunas de Pfizer antes que el resto del mundo?

Presento la historia tal como me llegó escrita y redactada. 

 En vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial, sesenta mil judíos vivían en Salónica, Grecia. Era una comunidad judía viva y vibrante.  La mayoría de los porteadores en el puerto de Salónica eran judíos y el puerto de Salónica incluso estaba cerrado el sábado.  Allí también vivían grandes rabinos.

 Hitler tomó Grecia por asalto para asegurar su ala sur, antes de lanzar la Operación Barbarroja, la ofensiva contra Rusia.

 De los 60.000 judíos de Tesalónica, unos 50.000 fueron aniquilados en Birkenau en poco tiempo y la gloriosa comunidad fue aniquilada instantáneamente.  Solo unos pocos sobrevivieron.

 Entre los supervivientes se encontraba la familia Burla.  Después de la guerra, en 1961, nació un hijo de la familia Burla.  Israel Avraham (Albert) Bourla.

 Albert creció, estudió medicina veterinaria y recibió su doctorado en biotecnología en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Aristóteles en Salónica.

 A la edad de 34 años se mudó a Estados Unidos, se casó con una mujer judía llamada Miriam y tuvo dos hijos.

 En los Estados Unidos, Bourla se integró en la industria médica, progresó muy rápidamente y se unió a la compañía Pfizer, donde se convirtió en el ‘Jefe de Vacunas Globales‘.  Desde allí, quedaba un corto camino hasta su nombramiento como director ejecutivo de Pfizer en 2019.

 Durante 2020, Bourla lideró los súper esfuerzos de la compañía para encontrar una vacuna para Corona.

 El proyecto de vacuna que salvará la vida de miles de millones de personas en todo el mundo fue dirigido por un judío, un sobreviviente del Holocausto de Salónica.  Su vacuna también llegará a Alemania, donde decenas de miles de alemanes han muerto a causa de la plaga de la corona y la vacuna está preparada para salvar las vidas de decenas de millones de alemanes.  Algunos son ex nazis, hijos de nazis, sus nietos y bisnietos.

 El hijo de Bourla, cuya familia fue destruida en el Holocausto, salva a las familias de quienes destruyeron a su familia.

 Y es por eso que Israel se está convirtiendo en el primer país en recibir la vacuna.  En memoria de los abuelos de Albert.  En memoria de su familia.  En memoria de nuestras familias.  En memoria del pueblo judío borrado en el Holocausto.

 Y ahora, mientras lee esta historia verdadera y sorprendente, piense en cuántas familias de Bourla se quemaron y se incendiaron desde los crematorios de Birkenau, y todos los campos de exterminio que contenían a los seis millones de judíos que fueron asesinados en el Holocausto.

«Israel es Mi Primogénito»: ¿Qué significa?

Ve’amarta el-Par’oh koh amar YHVH beni vejori Yisra’el.

“Entonces dirás a Faraón: «Así dice Yahvéh:
‘Israel es mi hijo, mi primogénito.”

Shemot/ Éxodo 4:22

Por P.A. David Nesher

De acuerdo a lo que hemos estudiado en el rollo de Bereshit (Génesis) descubrimos que en la cosmovisión celestial, ser primogénito no significa siempre ser el primer nacido, sino que más bien señalada a aquello que puede denotar grandeza. Así también lo podemos ver revelado en el salterio:

«Yo también lo haré mi primogénito, el más excelso de los reyes de la Tierra.«
(Salmo 89:27).

Entonces, volviendo al versículo 22 (del cap. 4 de Shemot), vemos que el término hebreo «beni vejori» que se ha traducido «Mi hijo primogénito«, se usa en sentido figurado. Israel es la nación más preciada y más valorada por Dios así como el primogénito ocupa un lugar especial en el corazón de sus padres (leído de la Torah según Rashi).

Convengamos que Israel es la más joven de las naciones de la tierra que fueron formadas en Génesis 10. Aun así, el Eterno revela que Israel ejerce, como primogénito de las naciones, la función de recibir la doble herencia del Padre, de ser sacerdote y de gobernar desde esa Unción. Por ello, el mensaje divino al Faraón es bien claro: Israel es la cabeza de las naciones (cf. Éxodo 19:5-6).

Al encomendarle ese mensaje a Moshé, el Eterno estaba igualando Su relación con Israel a la relación de Faraón con su hijo. Él le dijo a Moshé que hiciera esa relación para que Faraón pudiera ver cuan importante era Israel para el Eterno y para unir el último rechazo de Faraón de dejar ir a Israel con el castigo que le causaría por ello, la muerte de todos los primogénitos de Egipto incluyendo el primogénito de Faraón.

Egipto y Su Culto al Primogénito.

Debo informarles aquí que la sociedad egipcia estaba construida sobre el culto al primogénito. El dios Osiris, el hijo primogénito de Ra, fue el primer Faraón debido exclusivamente al orden de su nacimiento.

Por eso, en aquel tiempo y cultura, el primogénito de cualquier familia egipcia recibía la mayor porción de la herencia paterna. Fundamentados en esto, los primogénitos generalmente llegaban a convertirse en la elite gobernante del país: generales y funcionarios militares, administradores principales y, con frecuencia, en los mismos faraones. [Por eso, es muy posible que este faraón en particular parece no haber sido el primogénito en su familia, ya que no murió a consecuencia de la plaga. Tal vez su hermano mayor había muerto siendo todavía joven y él era el siguiente en orden de sucesión. Sin embargo, su hijo era quien lo sucedería como el próximo faraón, y pereció en esta plaga.]

Los egipcios creían que todo Faraón era también un dios, el hijo primogénito del primogénito llegando hasta Osiris mismo. Esta plaga destruyó la ilusión final de poder e inmortalidad del líder primogénito egipcio.

Así pues, la figura del faraón era la de una deidad que caminaba sobre la Tierra. De él decían los papiros que «el terror que inspira abate a los bárbaros en sus países». Los súbditos le veían como el hijo de Ra (dios del Sol), como el señor del universo y como el heredero del creador. Su figura rezumaba poder ancestral y estaba rodeada además de la protección mágica de las divinidades. Por ello, atentar contra su vida significaba algo más que pensar en matar a un hombre. Era poner en peligro el equilibrio cósmico y cargar directamente contra la estabilidad del Estado. Tal era el temor que suscitaba a nivel esotérico el regicidio, que las leyes apenas contemplaban el castigo por llevarlo a cabo, pues la sola mención del asesinato era casi un tabú.

Comprendiendo estas creencias egipcias, discernimos que cuando el Eterno, nuestro Elokim, envió a Moshé donde Paró por primera vez, le dijo que «Israel es mi hijo primogénito» (Éxodo 4:22). Estas palabras divinas dejaban bien en claro que Dios consideraba a Israel como su primogénito entre las naciones y le estaba advirtiendo al Faraón lo que sucedería (Éxodo 4:22-23). Por eso, en la décima plaga, al matar al primogénito de Egipto y salvar a Israel, Yahvéh mostró que Su Pueblo es el primogénito verdadero y le dio el golpe final a la estructura religiosa egipcia basada en el primogénito de Ra, la serpiente antigua (leído de Rav Ari Kahn).

¿Por qué y Para qué Israel es Primogénito del Eterno?

Entonces, desde lo que el mismo Yahvéh le dijo a Faraón queda claro que Israel, el pueblo hebreo, como nación, es el hijo primogénito del Eterno. Esto es porque Dios mismo ha dado a luz ese pueblo, fue creado por Él, y por consiguiente tiene una herencia divina que le corresponde. Por ende, Israel para este tiempo final tiene la promesa de una bendición grande que ha de venir, y por consiguiente va a heredar el Reino prometido de David.

Ese Reino será restaurado conforme a la promesa divina, y es bajo ese Reino que Israel recibirá y tendrá paz permanente. De eso nos habla el oráculo del profeta Ezequiel:

«Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor.«
(Ezequiel 34: 23)

Ahora bien, ¿quién ese ese pastor que heredará el Trono de David?

Yeshúa HaMashiaj: El Primogénito entre muchos Hermanos

Cuando venimos a los Escritos del Brit HaDashá (Pacto Renovado) notamos que en el Evangelio de Mateo, esta relación de Yahvéh con su Pueblo, fue personificada en Yeshúa.

El escritor Mateo dijo que la huida de la familia de Yosef y Miriam (José y María) a Egipto y su posterior retorno, en verdad era el cumplimiento de la profecía: «De Egipto llame a mi Hijo». El texto dice así:

Y él despertando, tomó al niño y á su madre de noche, y se fué á Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: DE EGIPTO LLAMÉ A MI HIJO.
(Mateo 2:15)

Pero cuando leemos todo el versículo en el libro del profeta de Hoshea (Oseas) en donde se emitió dicho oráculo, podemos ver que el profeta se estaba refiriendo a Israel:

Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.” (Hoshea/Oseas 11:1)

Relacionando pues esta profecía con lo que el evangelista Mateo escribe, se nos revela algo maravilloso: el Mesías es la encarnación de Israel. Él es el primogénito del Padre para cumplir con estas tres funciones. Cuando Israel fue sacado de Egipto, el hijo de Dios salió.

Yeshúa es el primogénito de los hijos espirituales de nuestro Padre Celestial. Él es el Unigénito del Padre en la carne y el primero en levantarse de entre los muertos en la Resurrección, como bien se lo expresaba el apóstol Pablo a los creyentes de la ciudad de Corinto:

“Cristo ha resucitado de entre los muertos; y llegó a ser primicias de los que durmieron”.
(1 Corintios 15:20). 

Al llamar al Mashiaj el Primogénito entendemos que se está señalando a su acto de conquistar la muerte en todas sus formas (simbolizada en la palabra Egipto o Mitsrayim) para que “todos resuciten” (1 Corintios 15:22), es decir, para que todos podamos emularlo en Su forma de peregrinar la vida.

La Casa de Israel: ¿Diez Tribus Perdidas? (Maestro Jim Stanley)

Este video es colocado en este canal sólo como medio de difusión sin fines de lucro. Los derechos reservados de distribución legal, edición y lucro [si aplican], corresponden al «Passion For Truth Ministries».

Misión Tamar: Ser Madre del Mashíaj

Por Rebetzin  Bodner-Lankry

El relato de Yehudáh y Tamar es una historia que a menudo se malinterpreta. Tamar se casa con el hijo mayor de Yehudáh, Er, quien deja de tener hijos y muere debido a sus pecados.

Yehudáh tiene su próximo hijo, Onán, que se casa con Tamar de acuerdo con los requisitos de yibum. Onán también evita concebir un hijo y muere.

Yehudáh no quiere que su último hijo muera, así que le pide a Tamar que espere hasta que él crezca. Tamar regresa a la casa de su padre, esperando.

El tiempo pasa y la esposa de Yehudáh fallece, pero aun así Yehudáh no le da el hijo que le queda a Tamar. A través de la astucia, Tamar se encuentra con Yehudáh y concibe con él. Ella toma como prenda tres de sus objetos personales.

Más tarde, cuando se supo que Tamar está embarazada, es condenada a muerte por su comportamiento inmoral. Al sacarla para quemarla, revela los tres objetos personales que tomó como garantía y declara que el dueño de estos objetos es el responsable. Yehudah admite que es él y Tamar es absuelta. Tamar da a luz a gemelos de los que descienden David y finalmente Mashiaj.

Hay muchas preguntas que surgen de esta cadena de eventos, aunque quizás la más desconcertante es, ¿quién fue esta mujer Tamar, que se convirtió en la madre de la dinastía davídica? ¿Por qué sucedió de esa manera?

Tamar descendía del hijo de Noé, Sem. Aunque la Torah no da el nombre de la esposa de Yehudáh, nos dice el nombre de Tamar ya que se distinguió por su propio valor personal.

A diferencia de quienes la rodeaban, llevaba una vida modesta y virtuosa. Tamar tenía un solo deseo: unirse a la sagrada familia de los Avot y tener hijos que serían parte de su nación.

Tamar era una mujer grande y justa que fue divinamente elegida para convertirse en la madre de la dinastía davídica, y ella deseaba apasionadamente cumplir esa misión. Cuando su matrimonio con Er no produjo hijos, ella no se rindió y se casó con su hermano, Onán. Cuando Onán también murió sin hijos, Tamar persistió en su búsqueda de tener hijos para sus difuntos maridos.

A veces, cuando existe un enorme potencial para un avance espiritual del bien, la mala inclinación ofrece una inmensa resistencia. Tamar se dio cuenta de que tenía que buscar medios poco convencionales, incluso desagradables (aunque halájicamente permisibles en ese momento), para atraer a Yehudáh y eludir los esfuerzos de la mala inclinación para sabotear el nacimiento de la dinastía davídica. Este era el plan del Eterno, porque quería que la dinastía viniera de Tamar a través de Yehudáh, que era más justo y puro que sus hijos (Sforno). Rashí explica que Tamar actuó por el bien del Cielo con intenciones puras.

Cuando el embarazo de Tamar se hizo evidente, fue condenada a muerte no por motivos legales, sino porque su comportamiento aparentemente relajado, como nuera de Yehudáh, era una afrenta a su condición de soberano de la tierra. Este juicio no se habría impuesto a un plebeyo (Ramban).

Tamar no lo acusó externamente, solo insinuó, para no avergonzar abiertamente a su suegro. Ella razonó que era mejor morir que exponer a Yehudah a la vergüenza pública. Esto indica además el carácter recto de Tamar y su completa fe en Hashem, a quien oró pidiendo un milagro.

¿Por qué Tamar esperó hasta el último momento, cuando la sacaron para ser ejecutada, para devolver las promesas de Yehudáh?

El sabio Elazar (Midrash; Sotah 10b) comenta que aquí también la mala inclinación hizo que ella olvidara dónde estaban los elementos para evitar que el futuro Mashiaj entrara en este mundo. Tamar suplicó la misericordia de YHVH con todo su corazón y justo cuando la llevaron a la ejecución, encontró los artículos de la promesa. Yehudáh admite su culpabilidad y responde «tzadkah mimeni – ella tiene razón, es mía». Rambam y Ramban dicen que Yehudáh gritó «¡Ella es más justa que yo!»

Aunque Tamar no nació en grandeza, reconoció la santidad y la alcanzó. Modesta y justa, Tamar persistió para lograr su santa misión. Ella era una mujer noble y desinteresada y conectada con Hashem en su emuná completa. No es de extrañar que Tamar mereciera ser la madre de la dinastía real davídica y de Mashiaj, nuestro futuro redentor.

Podemos alcanzar grandes alturas si lo anhelamos. Si perseveramos en nuestros esfuerzos de rectitud y tefilot sinceros, podemos dejar nuestra huella en la historia.

Fuente: Editores Feldheim.

La Tecnología Vibracional del Shofar (101 Sonidos)

En todos estos años de aprendizaje, comprendí que el Shofar es un arma espiritual muy importante para contrarrestar las fuerzas de juicios de las zonas celestiales de rigor. Su uso correcto en el tiempo divinamente señalado permite disipar toda entropía (caos) de nuestras vidas y nuestro entorno o mundo.

A continuación les comparto lo que he aprendido en estos años escuchando a entendidos en el tema, pero elevando dicho conocimiento a nuestro contexto mental: lo mesiánico vibrando en nuestras vidas.

En realidad es una tecnología cósmica aplicada de última generación revelada por los Cielos, que tiene más de 3.500 años de antigüedad.

Los 101 sonidos del Shofar (Cuerno de Carnero) que se acostumbra a tocar y escuchar en la fiesta de Yom Teruah, son la conexión central de esta festividad. Esta es una de las tecnologías místicas más ancestrales que existen para disipar caos de nuestras vidas y del mundo.

Los sonidos durante la mañana de Yom Teruah se dividen en grupos de 30, 30, 30, 10 y 1 (101 en total).

Los primeros 30 sonidos tienen el poder de cancelar todo tipo de juicio que se haya generado por nuestras acciones de idolatría. La Torah, en sus códigos de Sabiduría divina, explica que idolatría no es solo adorar otros dioses si no es el hacer de cosa materiales nuestros dioses.

Si entendemos que la Luz del Creador es la única fuente verdadera de Energía de satisfacción, cuando esperamos recibir satisfacción espiritual de objetos, dinero, personas; o cuando creemos que nuestro sustento proviene de otros seres humanos; o cuando esperamos que una persona nos haga feliz, estamos conectando con idolatría y poniendo en manos de esas personas u objetos nuestra felicidad y plenitud. Otro aspecto de idolatría es la percepción que tenemos de la vida. La Torah dice:

No te voltees a ver otros dioses, no hagas imágenes moldeadas
(Vayikrá/Levítico 26:1)

La palabra que utiliza para decir “voltees” también quiere decir “conviertas” El maestro Ari (se trata del nombre del Rabino Isaac Luria) explica que cuando vemos cosas, situaciones, etc., y las idealizamos “nos convertimos” en eso que vemos y moldeamos nuestra imagen de una forma diferente a como fuimos creados “a imagen de Dios”, creando programaciones corruptas en nuestro sistema de creencias. Estos 30 sonidos limpian esas programaciones.

Los siguientes 30 sonidos destruyen cualquier tipo de obstrucción entre la Luz y nosotros que fue creado por corto circuitos sexuales, incesto o conductas egoístas relacionadas con los deseos sexuales. También limpia todo tipo de bloqueo que se crea por peleas de pareja y los deseos egoístas en general.

Los siguientes 30 sonidos cancelan los juicios relacionados con derramamiento de sangre y la opresión. Seguro inmediatamente pensamos que nosotros no tenemos nada que ver con las guerras y los pueblos oprimidos. En el plano físico y más inmediato, nuestros hábitos de consumo tienen mucho que ver con gente que es oprimida para que nosotros podamos tener ciertos lujos a un módico precio.

En el plano metafísico debemos entender que organizar una guerra o matar a alguien requiere de mucha energía de odio, ego, deseo de poder e insensibilidad. Cada vez que nosotros somos insensibles, o desplegamos odio o deseo de poder sin importarnos los demás, alimentamos la Klipáh (caparazón, concha o velo de negatividad) global del odio, egoísmo y del poder destructivo. Cuando un líder malvado decide iniciar una guerra donde se derramará mucha sangre, recurre y necesita de esa Kilpáh Global para hacerse de la energía que necesita, si esta klipáh estuviera vacía, es decir, si nosotros no la hubiéramos alimentado, ese líder no podría llevar a cabo sus planes bélicos.

Los siguientes 10 sonidos del shofar cancelan la negatividad que hemos creado a través del denominado Lashón HaRá (hablar mal) de otras personas o de nosotros mismos. Según la Sabiduría de la Torah, pocas transgresiones espirituales son tan nocivas como hablar mal de alguien. Respecto a la consecuencia espiritual que tiene el hablar mal de alguien el Talmud dice que “un asesino solo puede matar a alguien una vez; el que habla mal de otra persona lo mata cada vez que alguien repite lo que él dijo”.

El ultimo sonido se denomina “Teruah Guedolah”. Es el mismo sonido que utilizó Yehoshúa (Josué) para derribar los muros de Jericó. Este último sonido extendido tiene el poder de derribar las duras paredes de nuestro corazón. También completa el número total de 101 sonidos que es el mismo valor numérico del nombre del Arcángel Mijael (Miguel), el Arcángel Protector de Israel que nos acompaña a los integrantes de las Dos Casas (Judá y Efraím) hasta que todos sean inscriptos en el Libro de la Vida por medio de los méritos del Mesías.

Por último, de acuerdo al Zohar es tan importante conocer las meditaciones de los 101 sonidos como saber sostener el Shofar si eres quien lo tocará. A tal punto que el rab Ari dice que si te das cuenta que la persona que toca no lo hace correctamente desde lo más básico que es lo físico, seguramente no es cuidadoso de las meditaciones de cada sonido y deberías salir corriendo para no oír ese Shofar.

Por eso, los expertos en los secretos de este instrumento, prescriben los siguientes consejos para tocarlo correctamente y conectar así con el Camino que lleva al Tercer Cielo.

  • El shofar deber ser tocado ubicándolo en el lado derecho de la boca, no en el centro, ni en el lado izquierdo.
  • La mano derecha debe sostener el shofar desde arriba, es decir que los dedos deben apuntar hacia abajo y no hacia arriba.
  • La boca del shofar no debe estar más alta que los ojos y la nariz de la persona que lo toca y,
  • por último, el shofar jamás debe ser tocado como una trompeta apuntando hacia el cielo.

Si se cometen esos errores pueden generar el efecto inverso al buscado.

Si prestas atención a la mayoría de las fotos que muestran a alguien tocar un Shofar verás que no prestan atención a estas indicaciones, lamentablemente, incluso algunos que se autodenominan shofaristas.

Apreciados lector y lectora, si estás hoy gozando de la primogenitura que otorga la fe en la obra redentora de Yeshúa HaMashiaj, debe saber que este Yom Teruah es muy especial, ya que está ocurriendo dentro de un tiempo profético muy específico conectado con los siete shofarot (trompetas) descripta en el Libro de Revelación (Apocalipsis). Por ende, este Yom Teruah te dará la oportunidad gloriosa de experimentar el poder de la vibración de la obra del Mesías en cada una de las distintas frecuencias del Shofar.

¡El poder de derrumbar cualquier muralla interna o externa estará a completa disposición!

Shalom!


Fuente: Javier Wolcoff

Responsables de Elevarnos para Saber Descender y Promover.

Por P.A. David Nesher

«Así se hará con cada buey, o carnero, o cordero de las ovejas, o cabrito. Conforme al número así haréis con cada uno, según el número de ellos. Todo natural hará estas cosas así, para ofrecer ofrenda encendida de olor grato a Yahvéh. Y cuando habitare con vosotros extranjero, o cualquiera que estuviere entre vosotros por vuestras generaciones, si hiciere ofrenda encendida de olor grato a Yahvéh, como vosotros hiciereis, así hará él. Un mismo estatuto tendréis vosotros de la congregación y el extranjero que con vosotros mora; será estatuto perpetuo por vuestras generaciones; como vosotros, así será el extranjero delante de Yahvéh. Una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros y el extranjero que con vosotros mora.

(Números/Bamidbar 15: 11-16)

Me ha parecido muy interesante hacerles notar que, luego del incidente del informe negativo de los diez espías, el Eterno consoló al pueblo de Israel recordándoles que sus hijos eventualmente entrarían y tomarían posesión de la Tierra de Israel. Esto lo realizó dándoles algunas leyes que se aplicarían sólo una vez que entraran a Eretz Israel.

Vemos que la primera de esas leyes es que los sacrificios de animales tenían que ser acompañados de ofrendas de grano, aceite y vino.

Todo aquel que hiciera un sacrificio debía traerlo con la acción de gracias representada en el grano y el gozo simbolizado en el vino; Yahvéh no quería sacrificios avaros, quejumbrosos traídos a Él. Si un miembro de Israel no podía servir a YHVH con alegría, entonces Dios no quería su servicio en absoluto, y le cerraba las puertas a su providencial Presencia (ver Salmos 100:2).

Ahora bien, ese servicio con alegría tenía incluido una espiritualidad comprometida con la realidad cotidiana desde una praxis que permitiera evitar el misticismo monástico en la mentalidad de Israel. Es decir que su adoración tenía que demostrar su compromiso con el trabajo creativo que en lo cotidiano permitía el Tikún Olam (Reparación del Mundo).

El Eterno le dio al pueblo Israel justamente estas leyes porque contrarrestan el verdadero error de los espías por el que fueron movidos a presentar un informe pesimista. La realidad es que los espías querían permanecer en el desierto, estudiando Torah sin las distracciones de la vida material. Ellos se llenaron de pánico al darse cuenta que asentados en Eretz Israel, todos los hebreos pasarían a ser reyes y sacerdotes, alcanzando así el nivel de nobleza que estos diez príncipes habían logrado con el estudio de la Sabiduría de la Torah.

Ahora comprendían que en el propósito eterno de Dios, tanto ellos como el resto del Pueblo estaban obligados a esforzarse cada mañana, al despertar, a buscar primeramente el Reino de Dios y Su Justicia, para luego, salir a laborar con el fin de que todas las cosas se unificaran al nivel elevado de conciencia que la Torah otorga por medio de la meditación en sus códigos.

Captaron perfectamente la idea divina: «¡Primero tu animalidad (yetzer hará = tendencia al mal o ego) sacrificado muy temprano para que ascienda tu conciencia. Luego, tus acciones co-creadoras descendiendo a la fisicalidad para que todos los niveles terrestres se eleven a la unificación con el Boré Olam (Creador del Universo)!»

Este enfoque parcial sobre la espiritualidad era similar a los sacrificios animales, que ascienden en humo. El aceite y el vino, en cambio, eran vertidos hacia abajo. En otras palabras, tu búsqueda de cada mañana debe ser practicada en tu compromiso de salir a trabajar para transformar el mundo con los códigos de la benevolencia divina que la Instrucción divina te ha revelado.

Por ello, Yahvéh al instruir al pueblo de Israel con respecto a las ofrendas de aceite y vino, les estaba transmitiendo que el período de su “incubación” espiritual en el desierto eventualmente llegaría a su fin. La entrada de sus hijos a Eretz Israel marcaría el descenso del pueblo israelita al mundo físico, para manipular las leyes cósmicas y así cumplir el propósito eterno de Dios en la Creación: el Tikún Olam, es decir que esta sea reparada para transformarla en una morada para Yahvéh.

Esta ofrenda representa la capacidad humana de mezclar varios ingredientes del mundo físico para hacer algo nuevo, diferente de cualquiera de sus componentes y así promocionarlo a un nivel de mayor calidad. Por ejemplo, sabemos que hacer pan tiene mucho de milagroso. Mezclamos ingredientes muy simples: harina, agua, levadura, sal y aceite. Amasamos, le agregamos un poco de paciencia y todo eso se transforma en una masa que al salir del horno nos reconforta a través de los sentidos: aroma, gusto, vista, tacto. Reconocemos y agradecemos esta capacidad que tenemos de hacer algo tan especial con la bendición de nuestro trabajo manual.

De este modo, el Eterno establece el método para que las mentes de los que integraban Su Pueblo estuvieran siempre enfocadas en la Tierra Prometida, incluso a pesar que ellos estuvieran a una larga distancia de ella. Manteniendo sus mentes en Su promesa ayudará a verlos a través del desierto y preparar los corazones de la nueva generación para triunfar donde la vieja generación falló.

Similarmente, siempre que no nos sintamos preparados o renuentes a enfrentar los desafíos cotidianos de la vida, tenemos que recordarnos que nuestras vidas necesitan balancear la necesidad de elevarnos por encima del mundo y la devoción para descender en él para refinarlo y elevarlo promoviéndolo a la unificación con la Luz Infinita.

Estos códigos nos permiten establecer en nuestras mentes pensamientos enfocados hacia la Promesa. Incluso si un hijo de Dios no está caminando en las riquezas de las promesas divinas ahora, él (o ella) necesita establecer sus mentes en los lugares celestiales  en donde Pablo revela que Dios nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Jesús el Cristo (Efesios 2:6) ¡incluso si no se siente como eso ahora, establece tu mente en estos lugares celestiales! (Cf. Colosenses 3:2)


Recomiendo leer también estos ESTUDIOS:

Eclipse Penumbral 5 de junio 2020: ¡Penumbras Sobre las Naciones por Amor a Israel!

Por P.A. David Nesher

Estamos en el mes del calendario hebreo Siván, y desde Shavuot, el Eterno está conduciendo a sus hijos primogénitos a ser testigos de Su poder mesiánico transformador. Para ello, nos está preparando para dar razones de nuestra fe a todos los seres humanos que, conmovidos por los acontecimientos mundiales que se aproximan, clamen al Creador por Salvación.

El viernes 5 de junio del corriente se está yendo con una marca profética muy fuerte para los días venideros.
¿Qué significado tiene el segundo eclipse de luna penumbral que este año 2020 contiene?
¿Qué quiere Dios decirle a Su Pueblo desde estas señales celestiales?

Te invito a escuchar estas pautas proféticas:

El Libro de Ezequiel y el Virus del Coronavirus

Por Adam Eliyahu Berkowitz; (16 de febrero de 2020)

«Servirás a YHVH tu Dios, y Él bendecirá tu pan y tu agua. Y quitaré la enfermedad de en medio de ti. 

Éxodo 23:25 (La Biblia de Israel ™)

El surgimiento del coronavirus ha sido sorprendentemente rápido. El 31 de diciembre, el gobierno de China trató los primeros casos del coronavirus que aparecieron en la provincia de Wuhan. Las primeras muertes fueron reportadas solo once días después. Diez días después, el virus se había extendido a otros países de Asia y un día después de eso, el primer caso se informó en los EE. UU. Un mes después de que se informaron los primeros casos, la Organización Mundial de la Salud declaró una emergencia sanitaria mundial y se establecieron restricciones de viaje en su lugar.

A principios de enero, cuando el coronavirus era un problema poco conocido en un remanso lejano en China, el rabino Yosef Pinto, un rabino místico israelí de fama internacional que actualmente vive en Marruecos, anunció que tenía una visión.

«Todos saben que soy muy cuidadoso con lo que digo«, dijo el rabino Pinto a sus seguidores en un discurso grabado. “En Shabat, tuve una visión que no era para nada simple. Está a punto de producirse una enorme conmoción en el mundo en la escala del asesinato de un líder mundial o los ataques terroristas del 11 de septiembre. Será una escala muy difícil y vendrá en formas que son muy difíciles. Todos los judíos deben reunirse y fortalecerse para orar y arrepentirse. El mundo sufrirá una conmoción que pasará a la historia como una de las peores. Esto comenzará en unos pocos días. Tenemos que comenzar ahora mismo para ‘endulzar el juicio

La semana pasada, el rabino Pinto hizo una declaración confirmando que su visión era sobre el coronavirus. 

«Es importante no permanecer ambivalente«, dijo el rabino Pinto. “Debemos estar preparados. Lo que está sucediendo en China se está convirtiendo en una catástrofe global y las consecuencias llegarán a casi todos los rincones del mundo. Esto pronto quedará claro para todos. No estoy tratando de asustar a nadie. Solo vengo a decir la verdad . Desde el brote, decenas de miles han muerto en China, millones están retenidos en cuarentena durante varias semanas. Los que no mueren por la enfermedad mueren de hambre. Pronto, el suministro de alimentos se agotará y las fuerzas de seguridad se darán cuenta de que también están en cuarentena y tratarán de salvarse

«Estamos hablando de una catástrofe en el mismo nivel que el Holocausto«.

Muy pronto, la gente comenzará a darse cuenta de que se está ocultando tanta información al público sobre cómo el gobierno está encerrando a las personas en sus casas. Estamos entrando en el período más difícil que el mundo ha experimentado en varios siglos

La economía del mundo está equilibrada en China, pero China está al borde del colapso total. Todas las tiendas que venden productos chinos deberán cerrar. Ya no hay China tal como la conocemos. Esto ya ha sucedido. Los únicos productos chinos que tenemos en las tiendas son los que estaban en los depósitos antes del virus. Y habrá aún más plagas, más epidemias. China estará completamente en cuarentena

El rabino citó una fuente profética para el coronavirus.

«Derramaré mi ira sobre Sin, la fortaleza de Egipto , y destruiré la riqueza de Noph. Encenderé a Egipto; el pecado se retorcerá de angustia y Nop se desgarrará; y Noph [se enfrentará] a los adversarios a plena luz del día
(Ezequiel 30:15 -16)

En hebreo moderno, ‘Sin‘ (סין) es el nombre de China

Sé que lo que digo es aterrador, pero cada uno de nosotros tiene que rezar por el mundo entero, encender velas y buscar el perdón de Dios. Necesitamos orar por la redención como nunca antes.”

El rabino Pinto tuvo varias palabras de consejo: dijo que se tuviera mucho cuidado de no tomar préstamos o contraer nuevas deudas.

En una declaración separada, el rabino Pinto aseguró a sus seguidores que a Israel le irá mejor que a otros países.

Cada nación tiene su ángel designado que es responsable de lo que le sucede a la nación, ya sea para bien o para mal. Cuando los ángeles pelean, hay guerras en la tierra entre esas naciones

Cualquier judío que deba viajar en este momento debe prestar especial atención a leer las secciones de la Torá que tratan sobre la peregrinación de los judíos en el desierto. También debe aprender las secciones de la Torá que tratan sobre el incienso en el tabernáculo, ya que era una protección contra la enfermedad, pero esto solo se debe aprender durante el día.

Tomado de: Breaking Israel News

La “Shirá HaYam” o «Canción del Mar»… ¿Qué Misterio Tiene?

Por P.A. David Nesher

Az yashir-Moshe uveney Yisra’el et-hashirah hazot l’Adonay vayomeru lemor ashirah l’Adonay ki-ga’oh ga’ah sus verojevo ramah vayam.

«Entonces, al ver el milagro divino, Moshé, junto a los israelitas, entonó este cántico a YHVH, que declara:
“Cantaré a YHVH porque es sumamente exaltado, y al caballo con su jinete arrojó al mar.»


(Éxodo/Shemot 15: 1)

Si lo pensamos bien notaremos que la salida de Mitsrayim (Egipto) no garantizó la libertad, ya que a los pocos días el Faraón y su ejército persiguieron al pueblo de Israel y lo alcanzaron a las orillas del Yam Suf (Mar Rojo). Recién en este hecho, aquello que parecía una nueva desgracia se convirtió en la salvación definitiva. Y es que el paso del mar colocó a Israel fuera de las fronteras de Egipto, y la destrucción de ejército egipcio ponía el sello a la liberación total… (Aclaración: Israel quedó fuera de las fronteras de Mitsarayim pero, lamentablemente no se liberó de la influencia egipcia pues los paradigmas reptilianos de este imperio aún impregnaban su forma de pensar; como siempre lo expreso: «¡Ellos salieron de Egipto, pero Egipto nunca salió de ellos!»

Lo cierto es que el Eterno hizo cruzar al pueblo de Israel el mar Rojo ordenándoles que partieran las aguas y en el momento que los egipcios tomaron el mismo camino en la persecución, el Eterno hizo que las aguas a su curso normal ahogándolos.

En ese momento de inspiración, el pueblo de Israel entonó junto a Moshé uno de los cantos más bellos, el conocido «Shirá HaYam«, que se traduce como “El Canto del Mar”, expresando su agradecimiento a YHVH por la milagrosa salvación en la que les permitió participar.

Ningún suceso de la historia de Israel mereció una manifestación de alegría tan grande, que se conservará en la historia israelita como un modelo de inspiración divina para renovar a través de los siglos las victorias que el Eterno concederá a los suyos. Un ejemplo de ello lo vemos en el libro de los Jueces, en donde Débora celebra la victoria de Israel sobre los cananeos, surgiendo desde las pautas profética que marca el Shirá HaYam. Así será tan fuerte la Presencia del Espíritu de la Profecía que este cántico, traspasará las dimensiones geográficas de la historia universal, y se convertirá en un canto que, según la revelación divina, servirá incluso para alabar en el Olam Havá (Mundo Venidero).

Una Canción con Connotaciones Cósmicas.

En verdad, y desde una sencilla consideración, notamos que esta canción es una verdadera alabanza dirigida al Creador, que tiene como único propósito agradarlo a Él, exaltando Su Santo Nombre. Muestra al Eterno manifestándose en el plano de la historia factual en una lucha frontal contra el Faraón y su ejército, pero revelando una confrontación cósmica contra las fuerzas del mal que quieren conducir la existencia al caos, tal como quedará escrito en los Salmo y los profetas:

«Dividiste el mar con tu poder;
Quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas.
Magullaste las cabezas del Leviatán,
Y lo diste por comida a los moradores del desierto

(Salmo 74: 13 – 14)

«En aquel día YHVH castigará con su espada dura, grande y fuerte al Leviatán serpiente veloz, y al Leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar«.
(Isaías 27: 1)

Entonces, debemos aceptar que estamos ante una poesía profética que canta la Gloria y Poder de Yahvéh, que se ha mostrado venciendo a los poderosos egipcios, y anegando al «caballo y al jinete» (v.1), símbolos de los engranajes astrales llamados Tanin (Dragón).

Considerado así, es claro que el texto del cántico describe que el pueblo participó corporativamente de una experiencia mística en la que vieron como el «sar» («príncipe» o «principado«) de Mitsrayim, que controlaba los mecanismos principales del sistema reptiliano, se vio bloqueado en su obra por la Gloria del Eterno que lo anuló dándole vuelta sus «carros«, imagen viva de las asignaciones astrológicas siendo tambaleadas por la Voluntad del que pelea por Israel.

¿Quién era ese «Sar» (Princípe) de Egipto?

Según los sabios, Samael, (en hebreo: סַמָּאֵל, que se traduce como «Veneno de Dios» o «Ceguera de Dios»; también conocido como «Samemel«, «Smil«, «Samil» , «Samiel«), el «rosh» (o «cabeza«) de todos los «Sarim» (principados) que supervisan al Sitrá Ajrá (que se traduce como «El Otro Lado» y es el defensor mismo de Esav).

Así pues, al volcar las ruedas de los carros egipcios, les fue revelado a los israelitas que este príncipe primordial del mal quedó derrumbado en todos sus planes celestiales astrológicos contra el Pueblo Escogido de YHVH, tal como más tarde lo reconocería el malvado hechicero Bilam en un oráculo:

«Porque no hay agüero contra Jacob, ni hay adivinación contra Israel.
A su tiempo se le dirá a Jacob y a Israel:
¡Ved lo que ha hecho Dios!«
(Números 23: 23)

Entonces el Shirá HaYam será un cántico en el que el Eterno es reconocido como el único responsable del acto de la Redención (hbr. «Guehuláh«), a tal punto, que no sólo Israel es mencionado en forma marginal (v. 19) sino que Moshé queda ausente en todo este cántico.

De este modo, al cantar todo Israel el Shirá HaYam, logrará conformar un himno profético que dará sentido cósmico al seder del Pesaj que hicieron la noche del 14 de Aviv, y fortalecerá el sentido mesiánico de esta festividad dando la impronta celestial que necesitarían las futuras generaciones al celebrarla. La historia conmemorada en el Pesaj se haría así vivencial cada vez que los descendientes de Yaakov se reunieran para celebrarla.

Así mismo, Israel comprendió por qué y para qué el Eterno los condujo por este camino. Él quería mostrar su gran y único amor a Israel llevándolos al Sinaí para revelarle los secretos del Esplendor (hbr. «Zohar«) de la Sabiduría (Jokmáh) de su propósito eterno. Por ello, necesitaba asegurar ese amor por medio de una Alianza Matrimonial que garantizaría Su Protección, tal como un esposo promete proteger a su esposa. Este pacto de amor quedaría sellado con un contrato (ketuváh) escrito que es la Torah (Instrucción) divina.

Por eso, toda aquella alma redimida que estudia los secretos del Cielo (codificados en la Torah) cada mañana al despertar, vincula su vida en una relación de alianza marital con el Boré Olam (Creador del Universo), quien como esposo vuelva a asegurarle provisión y protección sobreabundantes.

Teniendo en cuenta lo explicado hasta aquí, podemos entender por qué los midrashimestudios» o «comentarios«) registran que cuando los israelitas cruzaron el mar y entonaron la “Shirá HaYam”, los ángeles, que participaron desde los ámbitos celestes en este evento, también quisieron cantarlo, pero entonces Elohim les dijo: “…Los israelitas cantarán primero, y solo después lo harán ustedes…”.

Así, el “Cántico del Mar” (o también conocido como «Cántico de Moshé»), es el documento poético-profético más antiguo de la literatura hebrea. Está animado por una auténtica emoción que expresa lo que se conoce como el gozo de la salvación (Salmo 51:12). Desde esta sensación celestial, el alma redimida de cada israelita logra hacer que la emunáh (la fe) y la bitajón (confianza) en Yahvéh se manifestaran como fuerzas mesiánicas que produjeron la apertura de Yam Suf.

Vibrando en esta dimensionalidad de poder, Moshé supo expresar con palabras llenas de entusiasmo, todo lo que cada israelita sintió en su alma por este maravilloso acontecimiento. El Pueblo escogido de Yahvéh aprendió el gran secreto de la guerra espiritual: los hombres pueden vencer a sus enemigos en el campo de batalla. Pero no existe poder humano que sea capaz de aniquilar al adversario, hundiéndolo hasta el fondo del abismo, como se hunden las piedras o el plomo.

Discusiones literarias… ¿Pérdidas de tiempo?

Me veo obligado aquí ha comentarles que se ha discutido mucho acerca del género literario de este cántico. Algunos dicen que es un himno, otros aseguran que se trata de una letanía antigua, otros postulan que más bien se trata de un cántico de coronación al estilo de los Salmos 96 y 99.

En medio de todas estas discusiones de expertos, lo cierto es que la mayoría de ellos admite que estamos ante un texto bastante homogéneo, pero profundamente rico en matices estilísticos, que no admite ser clasificado en su totalidad. Ellos dicen que esto es lo que lo convierte en un poema misterioso con un mensaje poblado de encriptaciones (mensajes codificados que sólo pueden leerse aplicándose una clave).

Por eso, hay que decir algo importante en cuanto al recurso literario. En materia de poesía, los hebreos no usaban la versificación. El historiador Flavio Josefo escribe a este propósito que el canto, así como su bendición a las doce tribus, escrita al final del Pentateuco (c.f. Deut. capítulo 33), fueron escritos en forma hexamétrica. En cuanto al rey David, compuso algunos de sus salmos en trímetros y otros en pentámetros.

Desde esto, diré que el cántico de Moshé encierra una belleza insuperable, debido al mensaje cósmico que encierra. Por eso, su traducción a cualquier idioma hace que pierda gran parte de su majestuosidad y disminuya el magno sentido de sus palabras celestiales.

Para nosotros, y desde nuestra sencillez para acercarnos al texto divino, es importante saber que este Cántico tiene tres temas principales:

  • 1) La Grandeza del Eterno.
  • 2) La Liberación de los egipcios.
  • 3) La entrada futura en Eretz Israel con una sutil alusión al reino del Mashíaj.

Interesante será considerar aquí lo que El Zohar dice:

«… Se nos ha enseñado [desde la antigüedad misma de nuestra existencia como Pueblo] que cada uno que canta este himno diariamente con devoción verdadera será digno de cantarlo en la Redención que se acerca en el futuro, porque se refiere a la vez al mundo pasado y al mundo venidero; contiene confirmaciones de fe y misterios que se relacionan a los días del Mesías. …».

Al igual que el Zohar, el libro de las Revelaciones (Apocalipsis), nos explica que este cántico resonará en el tiempo de la redención final y la resurrección de los justos.

“… Vi en cielo otra señal, extraordinariamente grande y espeluznante: siete ángeles armados con siete plagas, las últimas, porque a través de ellas, la ira justa de Dios fue finalmente satisfecha.
Y vi algo parecido a un mar transparente, como el cristal pero mezclado con fuego, y a los vencedores de la bestia, y de su estatua, y del código secreto de su nombre, en pie, sobre el mar transparente como el cristal, teniendo en sus manos arpas dadas por Dios.
Y cantan el cántico de Moshé, siervo de Dios, que es también el cántico del tierno Cordero, introduciéndolo así:
«¡Grandes y maravillosas son tus obras, YHVH Dios, El Shaddai, justos y verdaderos tus caminos, Rey de todas las naciones!

¿Quién no te temerá YHVH y glorificará Tu Nombre?
Porque solo Tú eres el Santo, por lo cual, todas los gentiles vendrán, y te rendirán culto postrados ante Ti, porque tu justicia ha sido manifiesta a todos.«
(Apoc 15:1-4) [Código Real del NT].

En pocas palabras, el «Cántico de Moshé y del Cordero” (Mashiaj), son los cánticos del final de la redención. Al igual que Moshé y los hijos de Israel salieron del mar, así será también la resurrección de los muertos en el Mesías. Es decir, que todos los que pongan su confianza en Mashiaj y en la Torah de Moshé, serán redimidos de la muerte para poder cantar en el “otro lado” este cántico al Eterno.

Escucha con tu corazón esto:


Te invito a LEER también las siguientes BITÁCORAS RELACIONADAS:

El Rosh Jodesh: Regalo Divino para los Primogénitos…(Mandamiento de Lunas Nuevas).

Por P.A. David Nesher

*“ _Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros_.”*

(Shemot/Éxodo 12:2)

El primer mandamiento (mitzváh) que el Eterno le entregó a los hebreos para que se destacaran como pueblo escogido fue el de Rosh Jodesh, traducido como «Cabeza de Mes«, “Nuevo Mes” o «Luna Nueva«.

De ese modo, el mes del Aviv, (cf. 13:4), quedó establecido por el Eterno como el primero de los meses del año hebreo. Desde entonces, los israelitas tendrían una responsabilidad nacional de contar los meses y de crear un calendario que estuviese basado en el año lunar según la cosmovisión mesiánica que YHVH ahora les otorgaba.

Ese mes coincide más o menos con la última mitad de marzo y la primera mitad de abril, según el calendario romano. La palabra aviv [Dicc. Strong H24] significa “espigas verdes”. En la Edad Media tomó el significado de “primavera” y así es usada en el hebreo moderno. En el mes de las espigas verdes, el de la primavera, el pueblo de Israel salió de Egipto. Es el mes de la redención.

Este mes también tiene el nombre babilónico de Nisán (cf. Nehemías 2:1; Ester 3:7), nombre con el que se lo ha llamado después del regreso del cautiverio en Babilonia y Persia hasta hoy.

Ahora bien, más allá de estos detalles técnicos, ocurre que al estudiar este mitzváh, surgen en la mente de todo investigador el siguiente planteo: ¿acaso no es éste un extraño primer mandamiento?

Uno pensaría que el desarrollo de un calendario vendría sólo después de que fuesen establecidos los fundamentos básicos, como los Aseret HaDibrot (Decálogo). Entonces, se suman otras preguntas más:

  • ¿Por qué la Torah considera el proceso de establecer el nuevo mes como un gran avance en la creación de una nación?
  • ¿Qué tenía de malo el calendario solar que todos los demás habían estado usando?
  • ¿Y cuál es la importancia de basar el Calendario Hebreo en la luna?
El Derecho Humano de Ser Dueño del Tiempo.

Nuestro calendario determina en qué día se celebrará cada festividad del Eterno. Hemos aprendido que cada fiesta en particular trae consigo una realidad espiritual concreta que está disponible en ese día específico que se convierte en una zona de tiempo en el que el Mundo de Arriba se une al Mundo de Abajo por medio de portales cósmicos que se abren en dichas jornadas. Pesaj, por ejemplo, contiene la oportunidad de alcanzar la libertad espiritual; Yom Teruáh es el momento del juicio.

De este modo, y con esta perspectiva divina, la determinación de este calendario es puesta directamente por el Eterno en manos humanas. Entonces, si la luna apareciese un lunes pero nadie la ve realmente sino hasta el martes, «ver es creer» y la corte decidiría que el primero del mes fue el martes. Como resultado, Yahvéh, por así decirlo, seguiría la decisión de la corte y actuaría de acuerdo a ella, por lo que en el caso de Yom Teruáh, ¡Él pospondría Su juicio a nivel mundial por un día!

Con este mandamiento, el Eterno pretendía darle un fortalecedor mensaje a Su Pueblo. Hasta ahora, ellos habían sido esclavos de los egipcios. Su tiempo no era propio. Pero ahora, el Eterno les está diciendo: «Ustedes se convertirán en amos de su propio tiempo. Pero no solamente de su propio tiempo, ¡sino que también de Mi tiempo!«

Así el Eterno entregó por medio de este mandamiento su propio sistema de medición del tiempo. Dicho sistema, si seguía incondicionalmente este mandamiento, permitiría a cada israelita hacerse cargo de su responsabilidad de dar forma a la realidad física con la energía de la innovavión (hbr. jidush), que permitiría renovar ciclos y así llegar a las distintas festividades evitando el ritualismo tradicional que encapsula a los hombres en el sistema dogmático de la religión.

Es decir que el Eterno entregó en este mandamiento una herramienta cósmica que permitiera el control sobre la naturaleza en sus distintos niveles.

¡Aleluya!…. Mientras que el tiempo avanza constantemente, sin nunca detenerse, marchando en un espiral cíclico y repetitivo, a nosotros, los primogénitos del Padre, nos ha sido entregado el poder de detener o iniciar el tiempo a voluntad, con lo cual se nos permitió «compartir» con Yahvéh esa creatividad especial de determinar la renovación de la realidad, y la ascensión de todas las cosas.

Pero, ¿Por qué la Luna?

En el Salterio leemos lo siguiente:

Él hizo la luna para medir los meses.”

(Salmo 104:19a)

Como parte de este fortalecedor mensaje, era esencial que la Luna fuese nuestro factor determinante para fundar nuestro calendario en vez del Sol. La característica única del satélite terrestre (la Luna) es que siempre aparece ante nuestros ojos aumentando y disminuyendo, despareciendo y reapareciendo, para crecer, decrecer y crecer nuevamente. Es también la más pequeña de las dos luminarias.

Así entonces, mientras nuestra estrella regia (el Sol) es el símbolo de la invariable naturaleza, saliendo por el este y poniéndose por el oeste día tras día, cada día del año; la Luna cambia constantemente a través de un ciclo de fases. Esto es lo que esconde un mensaje ontológico muy importante para la conciencia de Israel. La Luna, en ciclo de fases, parece estar diciéndonos: «puedes ser pequeño y puedes disminuir hasta casi desaparecer, pero entonces, cuando las cosas se ven sumamente oscuras, brota la eterna esperanza. Puedes comenzar a mirar hacia arriba nuevamente. Puedes cambiar una situación y a ti mismo para mejor, sin importar cuán malo parezca. Nada es estático o inamovible«.

Con esto, cualquiera de los hijos primogénitos del Eterno, acepta el hecho de que los seres humanos tenemos libre albedrío y en ello radica nuestro poder de renovación; una siempre presente lucha contra la constante, cíclica, repetitiva y predecible marcha del tiempo y la naturaleza.

¿Cuándo comienza entonces el Año del Eterno y cómo se organizan sus meses?

La Torah dice que en primer lugar hay que basarse en la Luna para medir los meses. Sin embargo, el Sol también fue creado para mostrar los años, a través de las estaciones como está escrito en el libro de Génesis:

Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para días y para años.”
(Génesis 1:14)

Como vemos el Creador ha establecido que el sistema de medición solar determine el año (en hebreo «shaná«), que viene de la misma raíz que «repetir«, «repasar» e indica el inicio de las estaciones a través de los solsticios (primavera – otoño) y equinoccios (verano – invierno).

En cambio, la lumbrera menor, la luna, por otro lado, es la que indica los meses que en hebreo se dice «jodesh«, palabra que que viene de la raíz hebrea «jadash«, que significa «nuevo», «cambio», «algo diferente». Es interesante aportar aquí que jadash es también la raíz que da origen a la palabra «jidush» que significa «renovación» o «innovación», señalando así la energía que se esconde en cada rosh jodesh. En pocas palabras: cada jodesh (mes) contiene la energía de jidush (innovación o renovación), trayendo una nueva y nunca antes vista revelación de la luz divina al mundo.

La luna comienza a iluminar el primer día del mes (luna nueva), y su luz se va haciendo cada vez más intensa hasta el día quince, cuando se completa su disco (luna llena). Desde el día quince en adelante, la luz comienza a menguar, y el treinta ya no es visible.

Así mismo como la luna respeta un ciclo: nace, crece, declina y desaparece para luego volver a renovarse, el alma de un hebreo está en permanente cambio y transformación. De esta manera, el hecho de guardar el mandamiento de la luna nueva (rosh jodesh) fomenta en el alma redimida la importancia de renovarse y establecer un orden en la vida usando la energía de la innovación que permite un uso efectivo de la creatividad.

Por ello es que el pueblo de Israel es comparado a la luna. A pesar de que son pequeños y de que el sufrimiento ha sido parte integral de su historia entre las naciones, el israelita sabe que nunca debe darse por vencido. Como individuo y como nación, él se levantará nuevamente e iluminará la noche.

Cada miembro de Israel vive con esta creencia en el poder de los milagros, en que el Eterno supervisa el mundo y que éste no depende de predecibles leyes de la naturaleza. La nación Israel tiene una relación especial con Dios e incluso cuando ha estado en los escalones espirituales más bajos, a punto de asimilarse y desaparecer, el Eterno ha mantenido Su amor constante, al igual que un padre ama a su hijo.

Relación aproximada entre el Calendario Romano y el Calendario Hebreo.

Es interesante saber que, hasta este momento histórico, el ciclo de los meses comenzaba en Tishrei. Pero observamos que cuando Israel estaba a punto de salir de Egipto, el Eterno ordenó que el primero de los meses, a los efectos del cálculo de las festividades, fuese Aviv (Nisán), el mes del éxodo, para que así tuviésemos siempre presente la gran epopeya, pues entonces los meses quedarían vinculados a tal episodio. Por ejemplo decir: El primer mes desde el éxodo, el segundo mes desde el éxodo, etc. El calendario hebreo es básicamente lunar, pero ajustado con el Calendario solar para que la Festividad de Pésaj siempre tenga lugar en la primavera boreal [Torat Emet].

Veamos cómo quedan distribuidos estos meses lunares en relación al calendario solar actual:

1. Nisán (Aviv) … Marzo/Abril
2. Iyar … Abril/Mayo
3. Sivan … Mayo/Junio
4. Tamúz … Junio/Julio
5. Av … Julio/Agosto
6. Elul … Agosto/Septiembre
7. Tishrei (Etanim) … Septiembre/Octubre
8. Jeshván (Bul) … Octubre/Noviembre
9. Kislev … Noviembre/Diciembre
10. Tevet … Diciembre/Enero
11. Sh´vat … Enero/Febrero
12. Adar … Febrero/Marzo
13. Adar II … Marzo.

(NOTA: Los nombres de los meses que aparecen entre paréntesis son los que aparecen en la Biblia)

Los nombres de los meses romanos septiembre hasta diciembre nos muestran que había una relación antigua entre el cómputo bíblico y el romano. Septiembre corresponde al séptimo mes Tishrei, octubre corresponde al octavo mes Jeshván, noviembre corresponde al noveno mes Kislev, y diciembre corresponde al décimo mes Tevet. Luego hubo cambios en el calendario romano y estos meses ya no corresponden al nombre que llevan. Septiembre ahora es el noveno mes del año romano.

He dicho más arriba que el calendario hebreo es una combinación entre la Luna y el Sol. El año lunar tiene aproximadamente 354,36 días y el año solar aproximadamente 365,25 días. Por esta razón, si se sigue solamente la Luna, van a faltar 11 días al año para llegar al año solar, que es la que rige en la naturaleza. El calendario árabe sigue solamente la Luna y el calendario romano sigue solamente el Sol. Ninguno de los dos cumplen los requisitos de la Torah. Tanto el Sol como la Luna tienen que ser la base para medir los años.

Un mes bíblico siempre empieza con la luna nueva. Según la Torah, el primer mes, aviv, tiene que caer en la primavera, cuando la cebada está lista para ser cosechada en la tierra de Israel. Si nos regimos sólo por el año lunar, (con 354 días), que no sigue el ciclo de la naturaleza, la primavera no caería en el mismo mes cada año. Y si seguimos solamente el año solar, no podríamos celebrar las fiestas según la luna nueva, como manda la Torá. Tenemos que tener una combinación entre la luna y el sol.

Para ajustar la diferencia entre el año lunar y el año solar, en tiempos bíblicos se añadía un mes extra al final del año en el caso de que la cebada no estuviera lista para ser cosechada. Para la fiesta del primer mes hacía falta un sacrificio de harina de cebada y si no había cebada no se podía celebrar la fiesta. Así que hasta el siglo IV de la Era Común. La misma naturaleza de Israel decidía cuando iba a ser el primer mes de cada año. Si la primavera venía tarde un año, se añadía un mes extra a los doce meses del año. Si la cebada estaba madura, no se añadía. Más adelante se estableció un calendario fijo, que es el que se usa en la actualidad, elaborado por el sabio Hillel HaShení (Hilel II) en el año 358 (E.C.). En el mismo se añade por reglas matemáticas un mes extra (Adar II) cada dos o tres años. En total son añadidos 7 meses durante un periodo de 19 años.

Antes de que el Calendario hebreo fuera elaborado por Hillel II, las autoridades del Culto en Jerusalem, fijaban las neomenias con el nacimiento de la luna.

Hombres de confianza observaban la luna en determinados lugares, y de acuerdo con su informe, el Gran Senado Judaico (Sanhedrín) fijaba los principios de los meses y las fiestas. Es por lo que en Jerusalem, donde la noticia de la luna nueva se publicaba inmediatamente, se celebraba la fiesta en el día fijado. Pero en las provincias, donde la proclamación de la neomenia por las autoridades religiosas de Jerusalem no llegaba a tiempo, se celebraba por preocupación un día más. Por ejemplo, si la fiesta de Pésaj era de siete días en Jerusalem, en las comunidades distantes de la capital duraba ocho días. Esta costumbre se sigue hasta hoy, y por eso, en la diáspora, tenemos un día festivo más que los judíos de Israel.

Cambios Cósmicos en el Movimiento del Eje Terrestre.

Ahora bien, si leemos las Sagradas Escrituras, notaremos que el año bíblico es de 360 días (cf. Daniel 7:25; Revelación 13:5; 11:2-3; 12:6, 14). No hay ningún testimonio bíblico de que hay que añadir un mes extra cada dos o tres años. La Torah no lo contempla (cf. Génesis 7:11, 24; 8:3-4; Ester 1:4). Esto nos da pie a pensar que al principio no hubo diferencia entre el año solar y el año lunar. El mes lunar tendría exactamente 30 días y así los 12 meses darían un año de 360 días. Esto significa que la tierra sólo necesitaría 360 días para dar una vuelta alrededor del sol. ¿Cómo puede ser esto?¿Qué pasó en la historia para que el año solar llegara a tener 365 días?

Existe una gran cantidad de documentos arqueológicos e históricos de varias culturas antiguas que muestran que hubo un cambio en el sistema solar en el siglo VIII a.E.C., cuando fueron añadidos 5 (cinco) días al año solar.

Parece que algo pasó en nuestro sistema solar que causó un desajuste entre el año lunar y el año solar. La tierra se alejó del Sol y la Luna se acercó a la Tierra.

Existe un acontecimiento relatado en las Escrituras que coincide con la fecha dada en las culturas antiguas, y que nos da pie a pensar que fue en ese momento cuando sucedió este desajuste en nuestro sistema solar, según está escrito en 2 Reyes 20:8-11; Isaías 38:7-8.

Este cambio causó que la Luna Nueva a partir de entonces ya no se podía saber con exactitud, puesto que el mes lunar llegó a tener 29 ½ días, en lugar de 30 que probablemente había tenido antes. En tiempos del rey Shaúl se sabía con exactitud cuándo iba a ser la luna nueva (cf. 1 Samuel 20:5).

Por este acontecimiento fue que más adelante se necesitaban dos testigos cada mes para saber cuándo celebrar la fiesta de la luna nueva. Entonces ya no se podía saber con antelación cuándo iba a ser la fiesta anual de Yom Teruáh, que cae el primer día del séptimo mes. Nadie sabe el día ni la hora cuando se verá la luna nueva de Yom Teruáh. Esto nos enseña que el regreso del Mesías será en el primer día del séptimo mes (cf. Mateo 25:13).

El Calendario del Proyecto Cósmico llamado Emanuel.

Ahora hay algo aún más hermoso y maravilloso que destacar. Aún con todas las consideraciones que hemos visto más arriba respecto a los secretos cósmicos que esconde el mitzváh del Rosh Jodesh, debo decir que en verdad que esta forma de contar los tiempos apunta al mover divino de Su Proyecto de Redención.

La redención es el inicio del proyecto de salvación del Eterno que se convertirá con el transcurrir de los tiempos en el Proyecto Emanuel.

Sabemos que todo empieza con el sacrificio del cordero, cuya sangre libera de la muerte. Después viene la libertad de la esclavitud. Todo el programa redentivo está revelado en las Fiestas del Eterno, y por esto el rosh jodesh primero (Aviv o Nisán) tiene que ser el primero del año, para que el programa esté en el orden correcto. Al alterar el orden de los meses se altera el plan de redención del Eterno y no se entenderá.

La redención, en la mentalidad hebrea, representa el emerger de la oscuridad a la luz admirable; por eso, quien nunca padeció la opresión de la esclavitud, no valorará la redención.

La esencia misma de la redención es la libertad que resulta de la sumisión misma. Si el pueblo de Israel no hubiera sido esclavizado, nunca habría experimentado la verdadera libertad; pero una vez que lo fue, esa misma esclavitud dio origen a su redención. De en medio de esa oscuridad (y de ningún otro lugar) surgió la luz.

«Será…la cabeza de los meses«, dijo el Eterno, pues todo conteo que realicen deberán hacerlo desde Aviv/Nisán. ¿Por qué? Pues el día de la redención es más significativo que el día del nacimiento, y la redención es en sí misma más trascendente que cualquier otro acontecimiento o evento.

Hasta antes de salir de Mitsrayim (Egipto) el pueblo de Israel calculaba los meses y años en base a la Creación, o desde la época en que el mundo se renovó luego del Diluvio, como declara el versículo «dos años después del Diluvio» (Génesis 11:10), o desde el nacimiento de Avraham, o desde “el pacto de las mitades” entre Dios y Avraham (Génesis 15:13), al cual alude el versículo: «Y fue al cabo de cuatrocientos treinta años«… (Exodo 12:41). Sin embargo, tan pronto como la nación redimida salió de Egipto, dejó de lado todos estos cálculos y comenzó a contar únicamente a partir de la redención: Este mes será para vosotros la cabeza de los meses.

En el Talmud [Rosh HaShaná 10a-11b] existe una discusión entre dos rabinos si el mundo fue creado en el mes de Nisán o  Tishrei. La última tuvo más fuerza y por esto la Casa de Judá ha establecido que el cómputo de los años desde la creación del mundo es a partir del 1 de Tishrei, que es el séptimo mes en el anuario bíblico. Hay una fiesta anual establecida en la Torah para ese día, llamada Yom Teruah, («Día del Clamor» o «Día de Alarma»), pero el rabinato judío decidió cambiarle el nombre que el Eterno puso por el de Rosh HaShanáCabeza de Año» o «Año Nuevo«)

«Este mes será…» En el Talmud existe una analogía que comienza con la pregunta: «¿Con qué puede compararse ello?» Inmediatamente la respuesta es: «con un rey que al nacer su hijo fijó esa fecha como día de fiesta y alegría. Años más tarde, el hijo fue tomado prisionero y mantenido en cautiverio durante largo tiempo. Cuando finalmente fue rescatado, el rey estableció el día de su liberación como la fecha de celebración más importante del año [por encima de la primera].

Asimismo, antes de que los hebreos descendieran a Egipto, calculaban los años en base al “decreto de esclavitud”, es decir, cuántos años habían transcurrido desde “el pacto de las mitades” entre Yahvéh y Avraham cuando se selló el decreto de cuatrocientos años de esclavitud que debían soportar en tierra extranjera (Génesis: 15:13). Pero luego de que descendieran a Egipto y fueran esclavizados allí, y el Eterno realizara grandes milagros en su favor y los liberara, comenzaron a contar los meses desde el momento de ese magno acontecimiento, como declara el versículo: Este mes será para vosotros cabeza de meses (Shemot Rabá 15).

Estudiando la historia de Israel, observamos que todas las dificultades y sufrimientos padecidos por la descendencia de Yaakov a lo largo de los tiempos se transformaron en luz y salvación; cuanto mayor fue la oscuridad, tanto mayor fue la luz resultante. De igual forma sucederá con la redención final: su luz surgirá de entre la oscuridad; en el mismo momento en que los corazones se estremecen con desesperanza, brillará la gloria de Yahvéh. ¿Y cuándo acontecerá esto? En el mes de Nisán, que el Eterno estableció como período de redención para todas las generaciones. Toda tribulación o desgracia que se abate sobre Israel durante este mes no es más que una afirmación del florecimiento de la redención que está a punto de comenzar.

Así explicaron nuestros Sabios en el Midrash: «El versículo Este mes será para vosotros… (Exodo 12:2) guarda una estrecha relación con los siguientes dos: El consejo de Dios se yergue para siempre (Salmo 33:11) y Afortunada es la nación cuyo Dios es YHVH (Salmo 33:12). Cuando el Santo, bendito sea, escogió Su mundo, estableció los comienzos de meses y los años —éste es el consejo que se yergue para siempre—; y cuando eligió a Yaakov y a sus hijos, fijó un mes de redención — un mes en el cual serían redimidos de Egipto y lo serán en el futuro. En ese mismo mes nació Itzjak, en ese mes fue atado como ofrenda sobre el altar, en ese mes Yaakov recibió las bendiciones de su padre, y en ese mes Dios insinuó a los Hijos de Israel que el mismo sería el comienzo de su redención, como expresa el versículo (Éxodo 2:2): …el primero de los meses del año para vosotros. Respecto de ello fue dicho: Afortunada es la nación cuyo Dios es YHVH«(Shemot Rabá 15).

Con estas consideraciones, los sabios expertos en toralogía señalan al mes de Aviv (Nisán) com el mes de la redención, y aseguran que debe ser considerado aún más grandioso que Tishrei, el mes en el que el mundo material fue creado. Ellos dicen que el mundo fue creado con un propósito, que es que nosotros, los humanos, lo insuflemos de significado, rectificándonos de esa forma tanto en un nivel individual como en un nivel global (Tikun Olam). Así pues, ellos aseguran que para lograr esa misión, el Eterno otorgó al mes de Aviv (Nisán) como el tiempo en que nuestro Israel emergió redimido como un pueblo sacerdotal con este objetivo como su definición de propósito nacional.

¿Qué podrían representar para un pueblo esclavo los días, las estaciones y las Festividades? Para un sirviente el tiempo no tiene un curso, y su existencia es como una noche eterna. Abarbanel explica que la Torah no viene precisamente para establecer las bases de un calendario hebraico sino para pedir en nombre de Dios, que con el fin de recordar la liberación de Egipto se conceda la primacía a este mes, que habrá de ser el primero de todos los meses del año, y a partir del mismo habrán de contar los meses, a saber: segundo, tercero, etc. Esa es la esencia de esta mitzvá, la primera que recibe el pueblo de Israel como nación a ser constituida.

Por eso, y de acuerdo a la revelación de la Torah, el mes de Aviv (Nisán) es el mes de la liberación del pueblo israelita por cuya razón celebramos Pésaj, es decir el inicio del Programa de Redención del Eterno a través del korbán Pesaj: un cordero sacrificado por el padre de familia que evitó el exterminio del Ángel de la Muerte.

¡El mes de Aviv es el comienzo del Año de YHVH!

Un Método Cósmico Para Controlar al Tiempo Exclusivo para Hijos Primogénitos.

Yahvéh le dijo a Moshé un mensaje para que él le diera al faraón y al pueblo de Israel antes de que las diez plagas comenzaran: «Mi hijo primogénito es Israel» (Éxodo 4:22). Los Israelitas estaban en su punto más bajo en este momento; no eran merecedores de ningún milagro por su propio derecho. Y sin embargo, ese momento fue justamente cuando el Eterno nos elevó, sacándonos de la oscuridad de Egipto, iniciando el proceso de movimiento ascendente hasta 50 días después, cuando fuimos merecedores de recibir la Torah y de convertirnos en una nación.

Qué momento y lugar tan perfectos para entregarle al pueblo judío aquel alentador mensaje en el mandamiento de santificar la luna nueva cada mes y de determinar nuestro calendario de esta forma:

«Y Dios le dijo a Moshé… en la tierra de Egipto, dile al pueblo judío: Este mes es para vosotros el comiendo de los meses…«
(Éxodo 12:1-2).

La Torah dice que “para vosotros”, es decir, para los hijos de Israel, el mes del Aviv es el primero del año.

El Eterno nos había dado el poder de la renovación y del cambio, es decir, el regalo de expandirnos, iluminarnos y crecer nuevamente después de haber sido disminuidos.

Es necesario aceptar que esta capacidad de renovación es exclusiva del pueblo de Israel y ella lo distingue de todas las demás naciones. Por este motivo les fue concedido el mes lunar, que representa la renovación constante: para que lo bendigan, siempre se guíen por él, y sean bendecidos con esta cualidad. Aunque su luz parezca totalmente ausente, Israel ha sido bendecido con la capacidad perpetua de renovación.

En esta característica única radica el secreto de la existencia y la eternidad del pueblo redimido por Yahvéh en Mitsrayim (Egipto).

La expresión “para vosotros” nos da a entender que no es así para otros. Desde el principio los pueblos de las naciones contaron los meses desde el día de la creación de Adam, el primer día del primer mes. Cuando Adam fue creado el sexto día de la semana, él empezó a contar el tiempo. Para él fue el primer día del primer mes. Esto nos enseña que Adam probablemente fue creado el día de la luna nueva. Desde entonces sus descendientes contaron los meses y los años según marcaba el sol y la luna (cf. Génesis 1:14).

Ahora el Eterno dice “para vosotros”, dando a entender que para otros no lo es. Ellos seguirán contando de otra manera. Antes de la salida de Egipto, los hijos de Israel no celebraban el mes del Aviv como el primero del año. Pero cuando el Eterno empieza su programa de redención, cambia todo. El mes que antes fue el primero, de repente es considerado como el séptimo. Tishrei, que antes era el primer mes, llegó a ser el séptimo. “Para vosotros” es así, pero los demás no lo van a ver así, porque no son parte de la gran redención, y por lo tanto no tiene parte en el Olam HaVá (Mundo Venidero).

El Midrash, explicando esta expresión, señala lo siguiente:

Corresponde que los grandes [pueblos gentiles] lleven la cuenta según lo grande [el sol], y los pequeños [Israel] lo hagan según lo pequeño [la luna]. Esav [Roma] se guía por el sol que es prominente; así como el sol gobierna durante el día y no durante la noche, del mismo modo Esav tiene una porción en este mundo pero no en el Mundo Venidero. Yaakov (Israel) se basa en la luna que es pequeña; así como la luna gobierna en el día y en la noche, del mismo modo Israel tiene una porción en este mundo y en el Mundo Venidero. Siempre que la luz del más grande brilla en el mundo, la del más pequeño no se destaca. Pero cuando la luz del más grande se oculta, la del más pequeño gana prominencia. De igual modo, mientras la luz de Esav brilla, la luz de Iaacov no se apaga. Pero cuando la luz de Esav se oculta, la luz de Iaacov se difunde. A ello alude el versículo (Isaías 60:1-2) «Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de Dios brilla sobre ti. Pues he aquí que tinieblas cubren la tierra…».

(Bereshit Rabá 6)

Las naciones del mundo se comparan al Sol, en tanto que el pueblo de Israel se asemeja a la Luna. Pese a que Israel es la nación más débil y numéricamente mas pequeña, está destinada a inmensa gloria luego de que el dominio del mal sea erradicado por el Eterno de la faz de la tierra.

Esta capacidad de renovación es exclusiva del pueblo de Israel y ella lo distingue de todas las demás naciones. Por este motivo les fue concedido el mes lunar, que representa la renovación constante: para que lo bendigan, siempre se guíen por él, y sean bendecidos con esta cualidad. Aunque su luz parezca totalmente ausente, Israel ha sido bendecido con la capacidad perpetua de la renovación (jidush).

En esta característica única radica el secreto de la existencia y la eternidad del pueblo de Israel.

Puesto que Rosh Jodesh constituye la base de la que dependen todas las Festividades que distinguen la santidad de Israel de la vida de cualquier otro pueblo, la mitzvá de consagrar el nuevo mes (hbr. Kidush HaJódesh) le fue entregada antes que las demás.

Mientras que el pueblo de Israel todavía se encontraba en Egipto, antes de que se le encomendaran otras mitzvot, se le entregó precepto de fijar los meses. El versículo expresa:

 «Y habló Dios a Moshé y a Aharón en la tierra de Egipto, diciendo: este mes será para vosotros el primero de los meses (Nisán-Aries), primero es él para los meses del año
(Exodo 12:12)

«Este mes será para vosotros»: esta renovación es vuestra fuerza y vuestra gloria por siempre.

Lectura Recomendada para Profundizar este Tema:

Jerusalén es una Ciudad Santa, no es Sodoma

Aryeh Stern, el principal rabino askenazi dijo: «El desfile del orgullo gay está causando más daño que beneficio«

Jerusalén – La celebración del desfile de orgullo LGBT en las calles de Jerusalén contradice sus características de ciudad santa, dijo el jueves el principal rabino Ashkenazi de la capital, Aryeh Stern.

Stern subrayó que objeta y condena cualquier forma de violencia contra el desfile, pero cree que no hay espacio para tales eventos en Jerusalén.

«Es triste que un par de días después de Tisha B’Av, cuando multitudes visitaron Jerusalén y recordó que era una ciudad santa … La esencia de este desfile contradice la tendencia de Jerusalén como ciudad santa, y esa es la ciudad que queremos «, dijo Stern en una entrevista a Radio del Ejército.

«Mis opiniones son conocidas cuando se trata de violencia«, agregó Stern. «Participé en la ceremonia conmemorativa de Shira Banki, y vine a su casa para consolar a la familia afligida. Pero mantener el desfile en las calles de la ciudad está causando más daño a sus partidarios que beneficios«.

El tema del desfile de este año, que tiene lugar el jueves, es LGBT y religión. Será el decimosexto año consecutivo que el desfile se celebrará en la capital.

Sarah Kala, Directora General de la ONG de defensa de los LGBT, que busca la abertura de Jerusalén para el Orgullo y la Tolerancia, dijo al Jerusalem Post que esto viene como una respuesta a todos aquellos que dicen oponerse a la comunidad LGBT en nombre de la religión.

«Nuestro mensaje principal es decir ‘No’, esta no es nuestra manera de practicar la religión«, dijo Kala. «Hay muchas personas religiosas que están dispuestas a aceptar la comunidad LGBT, y pretendemos que el desfile sea una plataforma para el diálogo y la comprensión, no para el odio«.

El desfile incluirá un 1 km. de marcha, al parque de la independencia, donde los músicos estaran tocando. El concierto se llevará a cabo en memoria del cantante y activista Amir Fryszer Guttman, que debía ser el anfitrión del evento, pero murió hace dos semanas después de salvar a su sobrina de ahogarse en una playa de Atlit.

Cientos de policías, policías fronterizos y voluntarios de la policía asegurarán la marcha. Todas las calles que rodean el desfile estarán cerradas para el tráfico durante la tarde y la noche. Esto incluye las calles King George Avenue y Hillel, Agron, Keren Hayesod y Be’eri.

La policía ha emitido un permiso para grupos de extrema derecha, como Lehava, para llevar a cabo una contraprotesta, a varios cientos de metros de la marcha, bajo la guardia de la policía. La policía ha advertido a unas 50 personas que no interrumpirán el desfile, y algunos dijeron que no pueden estar en la capital el jueves.

Bentzi Gopstein, CEO de Lehava, dijo al Post que unos 50 manifestantes planean asistir al evento. Añadió que sus temas principales serán «Jerusalén no es Sodoma» y «No dejes que adopten niños«.

El Municipio de Jerusalén dijo al Post que el alcalde Nir Barkat no asistirá al desfile, debido a un viaje al extranjero. El municipio agregó que «recientemente, Barkat asignó unos 500.000 NIS para apoyar la Casa Abierta para el Orgullo y la Tolerancia«.

Fuente: Shalom Haverim