Sukkot

Las 4 Especies de Sucot y sus Secretos

por Rav Shraga Simmons

Tomado de: Aish Latino

Cada fiesta judía está infundida con una energía especial que nos ayuda a trabajar en un rasgo particular de carácter y a desarrollar determinados aspectos de nuestras vidas. Las mitzvot de las fiestas son herramientas que nos ayudan a alcanzar la meta de ese momento particular.

A menudo, la clave para descubrir este enfoque se encuentra en las plegarias. El sidur (libro de oraciones) llama a Sucot zman simjateinu, es decir, ‘el tiempo de nuestra alegría‘. ¡Sucot está diseñado como un taller práctico de alegría de una semana de duración!

Durante siete días, nos movemos fuera de nuestros pisos alfombrados, de nuestra casa con aire acondicionado, hacia un pequeño refugio llamado Sucá. Pero, ¿cómo se supone que esto nos hará felices?

La lección es que los objetos físicos que tenemos a nuestro alrededor no son lo que nos hacen feliz. Una persona puede vivir en una hermosa casa y ser absolutamente miserable. O bien puede vivir en una cabaña en mal estado y ser eufóricamente feliz. La clave para la alegría es el éxito en nuestras relaciones. Esto incluye nuestra relación con otras personas, con nosotros mismos y con Dios.

Relación con otros

Las Cuatro especies ofrecen importantes pistas de como alcanzar la alegría a través de las relaciones.

Los cabalistas dicen que las cuatro especies del Lulav (ten en cuenta que «Lulav» se refiere a la hoja de palmera, pero dado que es la más grande, el término se refiere también a las cuatro especies juntas) representan a cuatro tipos diferentes de judíos:

  1. El Etrog tiene un buen gusto y una buena fragancia. Representa una persona con sabiduría (aprendizaje de Torá) y buenas obras.
  2. El Hadás (mirto) tiene una buena fragancia, pero no es comestible. Representa una persona que tiene buenos actos, pero no tiene sabiduría.
  3. El Lulav (palmera datilera) es comestible, pero no tiene olor. Esto representa la persona con sabiduría, pero sin buenas obras.
  4. El Aravá (sauce) no tiene ni sabor ni olor. Se trata de una persona que no tiene ni buenas obras ni tampoco la sabiduría de la Torá.

En Sucot, reunimos estas cuatro especies, las atamos, y las agitamos todas juntas. El Lulav es casher sólo si las cuatro especies se toman juntas. Si falta una de las especies, el Lulav entero no es válido.

Un principio similar es enseñado en lo concerniente a la composición del incienso que era llevado al Templo Sagrado. Había 11 ingredientes, de los cuales uno, la jelbana, olía terrible. Aun así, el incienso sólo era valido si todos los ingredientes estaban incluidos. Esto nos enseña que debemos mirar a todo el pueblo judío como una sola unidad, trabajando juntos.

Puede haber gente que no nos gusta, pero todavía tenemos que relacionarnos con ella. No podemos decir simplemente que ciertas personas no son parte de nuestro mundo, o que no pertenecen a nuestro pueblo. Al contrario, la humanidad es una unidad indivisible. Este reconocimiento es básico para la felicidad porque cuando nos damos cuenta de que estamos todos interconectados, podemos ser más pacientes y tolerantes con los demás.

Ten en cuenta que cuando se toma el Lulav, el Etrog se coloca al lado del sauce. El que tiene más debe colocarse a sí mismo cerca del que tiene menos, con el fin de influirlo favorablemente.

Esta idea encuentra expresión también en la mitzvá de invitar huéspedes a nuestra Sucá. Este año, trata de invitar a algunos amigos más, tal vez incluso alguien que tú no conoces muy bien. ¡Los resultados te sorprenderán!

Relación con uno mismo

Otra manera de mirar el Lulav se menciona en el «Sefer Bahir«, un trabajo cabalista de casi 2000 años de antigüedad. Ahí se describe a las cuatro especies como cuatro partes del ser humano:

  1. El Etrog representa al corazón, la sede de nuestras emociones.
  2. El Hadás (mirto) tiene hojas en forma de un ojo.
  3. El Lulav (palmera datilera) representa la columna vertebral, de donde proceden nuestros actos.
  4. El Aravá (sauce) representa los labios, nuestro discurso.

Las cuatro especies deben tomarse en conjunto como una unidad. Así también, para alcanzar la felicidad, uno debe utilizar todas sus facultades al unísono. No se puede decir una cosa y sentir otra. Debemos unificar nuestros sentimientos, nuestras acciones, nuestro discurso y nuestras perspectivas. Con todos estos trabajando juntos, estamos bien encaminados hacia la autoestima, la tranquilidad y la alegría.

Relación con Dios

Las cuatro especies representan también el nombre de Dios. Aravá (sauce), Hadas (mirto), Lulav (palmera datilera) y Etrog representan la Yud, la Heih la Vav y la Heih de las cuatro letras del nombre de Dios.

Una vez más, la clave aquí es la unidad. Como decimos todos los días en la oración del Shemá: «Dios es uno». Mientras que las cosas pueden parecernos como buenas o malas, debemos darnos cuenta de que todo proviene de Dios. Uno debe hacer frente a diversas circunstancias agradables y desagradables, en última instancia para el máximo crecimiento de uno mismo, pero en esencia todo proviene de Dios.

Ser conciente de esto nos mantiene enfocados y nos ayuda a hacer frente a las dificultades de la vida. Cuando nos relacionamos con la unicidad de Dios, podemos alcanzar la verdadera felicidad en este mundo.

Sucot es una oportunidad que dura una semana para construir estas relaciones e incorporarlas en nuestras vidas. ¡Que podamos todos disfrutar de un gran éxito en esta aventura!


Fuentes:

«Sefer Haminaguim» – Jag HaSucot I
«Midrash Rabá» – Levítico 30:12
Talmud – Menajot 27a; «Código de Ley judía» O.C. 651:12
Talmud – Kritut 6a-b.
«Midrash Rabá«. Levítico 30:14.
«Jaim B’Yad» – Rab Jaim Palatchi, 52
«Rab Pe’alim» – Ben Ish Jai – II Y.D. 32

«Uno sobre Tres: La Fórmula del Nombre de YHVH escondido en la Sukah

Por P.A. David Nesher

Hemos aprendido que la Sukah (traducida como «enramada«, «cabaña«) está formada por tres paredes y el sejaj (el ·techo» hecho de vegetación)… es decir, uno sobre tres.

Pues bien, esa fórmula mesiánica («Uno sobre Tres«) encierra un maravilloso secreto revelado en el armado de la Sukah, y la posterior obediencia de vivir en ella durante siete días.

Si les gusta profundizar en los secretos revelados en esta estructura cósmica denominada sukah, me gustaría contarte que las tres paredes de la Sukah se correlacionan con las tres letras de la palabra Yud; que son Yud-Vav-Dalet (así es como se deletrea: י ו ד) … considerándolo así, encontramos que las paredes, o particiones de la sukah, representan un tipo de Yud que se divide en tres partes, estas tres letras, que son lo que en hebreo se conoce como la Yud inferior.

Ahora nos toca también considerar el secreto revelado en el Sejaj, también llamado techo, que se coloca en la parte superior de las tres paredes. El mismo se correlaciona con el segundo tipo de Yud, que es solo una letra (sin ser fraccionada en las letras que integran su nombre), es decir , la Yud misma escrita así: י. Es por eso que el Sejaj debe colocarse a no menos de diez tefajim, porque el valor del Yud es diez, ya que el Sejaj representa el Yud Superior.

Para comprender lo expresado en el párrafo anterior, debemos conocer que las normas halájicas en la construcción de la sukah, en lo referente a la altura de la misma establecen que la misma debe ser no menor a diez (10) Tefajim (ochenta centímetros (1 metro), por cuanto los Sabios entienden que no es posible habitar en menos de diez (10) Tefajim de altura. Y no puede superar la medida de diez (10) Amot (9.5 m.) porque para ello habría que hacer paredes más fuertes (para que no se caigan), y no parecería una morada momentánea, sino fija.

Ahora, volviendo a nuestra consideración, notamos que así combinada, la Sukah total, con las tres paredes y la Sejaj, representan las dos clases de Yud, la Yud indivisa y la Yud dividida, y esto se correlaciona con los dos Nombres principales diferentes del Eterno, el Nombre de YHVH (Yud -Heih-Vav-Heih) y el Nombre de Adonay (Alef-Dalet-Nun-Yud), que, cuando se combinan, tienen el valor numérico total de 91, que sale exactamente como el valor numérico de la palabra Sukah ( «סוכה» = Samej + Vav + Kaf + Heih = 91). Con esta referencia guemátrica vemos que Sukah se correlaciona con el Nombre combinado de con una Yud al principio y otra Yud al final … y esto se debe a que la Sukah, como he mencionado antes, es la combinación del nombre superior, la Yud superior … con el Nombre inferior, la Yud inferior … y esto también se llama la combinación de la «El Rostro grande de YHVH» y el «Rostro pequeño de YHVH».

Para lograr bajar esto a una praxis en nuestra vida cotidiana, debo decirles que al aceptar vivir por siete días en la Sukah, manifestamos a toda la Creación que sólo existe un único y verdadero Dios, manifestado a Israel con su Nombre más elevado: YHVH. A la misma vez, revelamos a toda criatura la esencia de nuestro Evangelio no sólo Él (Yahvéh) es el Único Dios, sino que lo hemos hecho nuestro Dueño (Adonay) comprometiéndonos con Él en la misión del Tikún Olam (la Rectificación del Mundo) llevando en nuestra mente lo que Él, por medio del Espíritu Santificador del Mesías, ha implantado en nuestro corazón. En otras palabras: siendo discípulos de Su Instrucción, logramos desarrollar en nuestra interioridad la imagen divina que Él nos puso al crearnos, esto sería, alcanzar a conformarnos a su semejanza (en hebreo: «Zeir Anpin» o «Rostro Pequeño de Dios«)… Entonces, y desde este entendimiento (Binah) nuestras mentes están en condiciones de pensar sujetas a Su paradigma, el Mashiaj, y de ese modo santificar Su Nombre: Yahvéh («Airj Anpin» o «Rostro Grande de Dios»), el Ha Kadosh Baruj Hu («Santo y Bendito Es»).


Puedes ver la explicación de este estudio en el siguiente video:

Una Suka dentro de tu Casa… ¿Cómo?… ¿Acaso se puede?

Por P.A. David Nesher

“En las Sucot habitaréis por siete días… para que vuestras generaciones sepan, que cuando saqué a los hijos de Israel de la tierra de Egipto los hice habitar en Sucot [cabañas]…

(Vayikrá 23) 

La festividad de Sukot es una de las conexiones más importantes del calendario que el Eterno ordenó guardar a Israel para concertar citas. Durante siete días abandonamos el confort de nuestras casas y nos establecemos en la Suka. La Suka es una cabaña o choza que consta de tres o cuatro paredes y un techo muy frágil, hecho de ramas, llamado sejaj.

En ella, y durante los siete días en que transcurre esta celebración, cada alma redimida logra conectar con todo su potencial, su Luz circundante, logrando incorporarla para gozar de esa energía en su vida diaria y lograr una prosperidad plena y duradera.

Por todo esto es que existen muchas pautas y requisitos que se deben seguir en su construcción, y con respecto a la ubicación donde se erige, para que una suka para ser considerada «kosher«, es decir apta para su uso.

Primordialmente la suká es una cabaña al aire libre. Los lugares más populares para la suka incluyen: patios, jardines, balcones y terrazas, etc. Básicamente, cualquier lugar bajo el cielo abierto. Es que justamente es un requisito importante que no exista nada entre su suka y el cielo abierto. Así que siempre hay que asegurarse de que no hayan árboles, toldos o techos de cualquier tipo sobre su suka.

Ahora bien, si tú no tienes posibilidad de asistir a una suka construida según las indicaciones halájicas correspondientes, este año te hago una nueva propuesta: construye dentro de tu hogar un espacio sagrado donde realizar esta conexión.

Para lograrlo, no necesitas demasiado: sólo un poco de creatividad; una alfombra, almohadones, plantas, flores, las especies sagradas que se usan para sukot, velas, una lámpara, guirnaldas de LED, piedras, algún cartel con palabras y versículos que inspiren la mente y el corazón…

Sería ideal si puedes armarla de manera que haya un lugar de ingreso y, el resto, de alguna manera cercado por los objetos (o cordones, cintas de color, etc.), de manera que sólo se pueda entrar por la «puerta».

Recuerda que la activación del espacio es al anochecer de este lunes 20 de septiembre.

¿Cómo sabrás si lo hiciste correctamente?

Si al entrar y permanecer allí sientes una atmósfera especial, si sientes paz, inspiración; si sientes que quieres quedarte en ese espacio el mayor tiempo posible, y si te dan ganas de invitar a alguien a compartir, serán pruebas de que has construido un espacio sagrado.

Tradiciones de Sukot

Es una mitzvá (mandamiento) especial regocijarse en Sukot. Por esta razón, los días intermedios de Sukot se caracterizan por celebraciones llamadas Simjat Beit HaShoeva, conmemorando las libaciones de agua que eran ofrecidas en el Santo Templo durante Sukot.

La festividad de Sukot está relacionada directamente con el “agua”, ya que es el día del juicio universal respecto a las bendiciones de lluvia e irrigación para el año venidero.

Sukot también es un tiempo de bendición universal para todos los pueblos –simbolizados por las 70 ofrendas adicionales que se ofrecían en el Templo durante la festividad, que correspondían a las 70 naciones del mundo.

El Libro de Eclesiastés, escrito por el Rey Salomón, es leído en Shabat durante Sukot. El tema de Eclesiastés es la vana persecución de placeres mundanos en contraposición a la búsqueda espiritual eterna. En realidad, la frágil construcción de la Suka nos recuerda que las posesiones materiales son transitorias.

El séptimo día de Sukot es llamado Hoshaná Rabá, que se caracteriza por la procesión de los siete circuitos alrededor de la Bimáh, con las Cuatro Especies en la mano. La procesión culmina con el aporreo de la rama de sauce en el piso. Hoshaná Rabá es conocido como el día del sello final del juicio que comenzó en Yom Teruah. En Hoshaná Rabá, algunos tienen la costumbre de leer el Libro de Deuteronomio y permanecer despiertos toda la noche estudiando Torah.


Tomado de: Aish Latino

¿Cómo Reparar (Tikun) la Sexualidad Matrimonial en Sukot?

Por P.A. David Nesher

«A los quince días del séptimo mes, cuando recojáis el producto de la tierra, celebraréis la fiesta del Eterno por siete días. En el primer día habrá descanso solemne, y el día octavo será descanso solemne…En las cabañas habitaréis por siete días; todo nativo de la casa de Israel habitará en las cabañas,Para que vuestras generaciones venideras sepan que en cabañas hice Yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto; Yo soy el Eterno, vuestro Dios.« 

Vaikra (Levítico) 23:39 y 42-43

En el tiempo que llevamos peregrinando la fe en sus raíces ontológicas, hemos aprendido que Sukot es la festividad divina que no se concreta con pensamientos y palabras, sino en hechos, donde en la construcción física material de la Sukah con nuestras propias manos, nos humanizamos y nos elevamos para llegar hasta las «Nubes de Gloria» (en hebreo «Hananei Kavod«).

La expresión «Hananei Kavod» («Nubes de Gloria«) describe el escudo protector de la espiritualidad que cubría las tiendas donde vivieron los Bnei Israel en sus 40 años en el desierto. Fue esa experiencia espiritual colectiva la que determinó el cambio de su realidad como seres humanos libres, ya no esclavos de Mitzrayim (Egipto).

El Talmud explica que el mandamiento en hebreo de la Sukah, «Taassé veló min Heassui» (que significa: «¡haz tú mismo las cosas y no esperes que otros las hagan por ti!»), esta diciéndole al jefe de familia no te quedes parado a un lado viendo las cosas suceder y asume la responsabilidad para poder cambiar la realidad de tu hogar sometido a las dificultades cotidianas.

Los códigos lumínicos de la Torah revelan que la humanidad, esclava del sistema reptiliano de cosas, utiliza la fuerza de la virilidad y la fuerza de la feminidad con el objetivo de que el placer sexual no se eleve a las zonas celestiales. De ese modo, dicho placer genera la klipá (caparazón) del hedonismo que encierra a todo varón y mujer en pareja dentro de la infra-animalidad. De este modo, el mundo físico se mantiene en su tendencia a la entropía. Esto crea finalmente una distorsión significativa en las diferentes dimensiones del Mundo Superior.

El Rabi Isaac Luria Ashkenazi (conocido como el Arizal), de bendita memoria, recomienda hacer la oración en la Suka:

«Baruj Atá YHVH Eloheinu Melej Haolam, Asher Kideshanu Bemitzvotav, Vetzivanu al netilat Lulav».

En español esta bendición se dice así:

«Bendito seas Tú, Eterno, Soberano del universo, que nos ha santificado con Sus preceptos y nos ha ordenado acerca de sostener el Lulav«.

Ahora bien, conviene meditar en algunos secretos que esta berakáh contiene y que tiene que ver con el tikún (reparación) que un matrimonio espiritual debe hacer al celebrar esta fiesta, para asegurar el tikún de todo aspecto celestial que se haya visto afectado por el incorrecto uso de la sexualidad humana.

Para lograr eficazmente esta misión mesiánica debemos saber que la expresión Netilat quiere decir «súbelo«. Una pregunta surge del significado de esta expresión:

¿Por qué y para qué se tiene que subir?

En primer lugar, debo decirles lo siguiente:

El Lulav: representa al hombre. ?
El Etrog: representa a la mujer. ?

Entonces, para lograr la reparación (tikún) de los cortos circuitos conyugales mal hechos, se une el lulav (varón) y etrog (mujer) y se los eleva hacia arriba, señalando a las esferas celestiales el deseo que ese matrimonio tiene de santificar el Nombre divino, realizando las meditaciones («Nubes de Dios») que no se hizo en su momento. Entonces se capta en el Mundo de Arriba que en esa familia se desea realizar dicha reparación.

Esto significa que cuando el jefe de familia entra a la Sukah y hace el Netilat Sukah esta elevando al binomio varón-mujer en su union (relación conyugal) con los nombres del Eterno, y subsanando los cortocircuitos conyugales, permitiendo la generación de periodos de simjáh (o alegría interior) en esa pareja. Así comenzará un fluir glorioso de dicha alegría hacia el entorno que ese matrimonio ha recibido por heredad de propósito y misión.

Es decir, que un matrimonio que obedece el mitzváh de habitar en sukah, y agitar las cuatro especies al ingresar en dicho habitáculo, esta reparando todo lo que la humanidad ha hecho en el uso hedonista de la sexualidad, y evitando que la Creación sea presa del caos.

Entonces, la fiesta de Sukot tiene sin duda un mensaje universal que nos enseña que a través de nuestras acciones, podemos alcanzar las «Hananei Kavod» (o «Nubes de Gloria«) para hacer frente a las dificultades y desafíos humanos. Sukot permite a cada matrimonio que la practica, elevarse espiritualmente como seres humanos, y dominar así como una unidad desde la que el Eterno se manifiesta soberanamente bendiciendo todo nivel de la fisicalidad.

¡Que el Eterno te permita adquirir este poder mesiánico en tu pareja!

Jag Sameaj!

Recomiendo leer la siguiente bitácora para vivir una Fiesta acorde al Espíritu del Eterno:

Las Perspectivas Místicas del Sábado

Por P.A. David Nesher

Los secretos (hebreo: sodot) de la Sabiduría de la Torah enseñan que el Shabat (שבת), es una de las maneras más poderosas para conectar con el Creador.

Leyendo al comentarista Rashí encontramos que él define al Shabat como un descanso relajante, de un carácter perfecto, lo contrario a un descanso de carácter casual, por ejemplo aquel para recuperarse de la fatiga, o el impuesto por el hecho de que no hay trabajo para hacer.

En sentido metafórico, los sabios expertos en codificación hebrea nos dicen que el “fuego” simboliza las discordias. Por ello, está prohibido en Shabat prestarnos a discusiones, alegatos ni nada que pueda encender fuegos de maledicencia, chisme, o situaciones problemáticas. Por naturaleza, el fuego es agresivo y consumidor. En tanto que el Shabat, en su esencia, impulsa a valorar lo santo de la vida para que la bendición del Cielo se haga presente entre los hombres.

Por ello, el poder del Shabat es uno de los medios más poderosos para conectar plenamente nuestra alma con el Eterno y hacer de nuestro vínculo interno con Dios un canal cósmico para que las bendiciones se precipiten abundantemente a la Tierra. Incluso, personas de cualquier credo pueden realizar esta conexión si lo desean. Después de todo, el Shabat es un sistema cósmico que originalmente fue creado para todos los hombres (Gén. 2:2-4).

Es necesario que entendamos y aceptemos que si dedicamos tan solo cinco minutos en Shabat a una conexión con la Luz divina, será mucho más fácil conectar con el Poder del Creador en cualquier otro momento de la semana.

El Rav Isaac Luria, de los escritos del Arizal, nos lo explica así:

«…Durante los días de la semana, las líneas entre el bien y el mal están un tanto borrosas. Esto hace que sea muy fácil resbalarse y caer en la trampa del materialismo y el egocentrismo, así que uno debe estar constantemente en guardia; a diferencia de Shabat, cuando el Oponente se mantiene a distancia. Dado que Malkut (nuestra dimensión física) asciende por sí misma en Shabat, no es necesario que nosotros nos ocupemos activamente en el proceso de elevar las chispas de luz en Shabat como lo hacemos durante la semana de trabajo. En lugar de ello, nuestro trabajo espiritual es dejar de lado ciertos tipos de trabajos físicos que podrían causar separación de este nivel elevado de luz…».

Agregan los sabios que, sin la santa energía del Shabat no sería posible, en ninguna manera, erradicar la negatividad del mundo.

Ya lo expliqué en otra bitácora que nuestra parashá Vayakhel vincula los temas del Shabat y la cuestión del Mishkán (Tabernáculo) porque estos, en la mente divina, son una misma cosa; ambos son enlaces a una dimensión trascendente.

La conexión entre Shabat y el Santuario es de gran profundidad. Entendamos que durante estos 2.000 años de exilio, después de la destrucción del Sagrado Templo de Jerusalem, el Shabat ha sido nuestro santuario dentro de los mundos hostiles, el lugar para refrescarnos y enfocarnos en los valores de la Torah. Por eso, existe un refrán que dice:

«…Mientras los judíos cuiden el Shabat, el Shabat cuidará de los judíos…».

En el sentido más profundo de su mística, el Shabat es una “guía para la Novia”, ya que cada siete días ella es fiel al descanso en el tiempo señalado con el “Novio”. Sin Shabat no hay «Cámara Nupcial» (el Santuario). Por esto, al Shabat también es llamado el anillo nupcial de la novia y es una prueba para ver si ella es fiel o no al novio.

El Séptimo Día, es decir, el Shabat, es también uno de los días proféticos de los siete mil años que acomoda a la Novia para el día de su Boda, a saber el Yom Kippur final.

También representa el último día de fiesta de los siete días de las Enramadas o Sukot (recepción de la Boda), llamado “Shemini Atzeret” (Octavo Día). El “Shemini Atzeret” es como si el “Novio” le preguntara a la “Novia” que le extienda un día extra con él después de que todos los invitados hayan vuelto a casa. El “Día Extra” (el octavo, o número 8), representa la eternidad, más allá de los 7.000 años de retorno al Jardín del Edén. Existen seis días para que la “Novia” haga todas sus labores y un día en el que ella dedica por completo a estar con el “Novio”, quien es el gozo de su vida.

Metafóricamente hablando, cada fin de semana es una Boda entre el hombre redimido y el Shabat. En toda poesía hebrea al Shabat se la trata de “Novia” y al varón de cada familia como al “Novio”, ya que se espera que cada vasija viril presente en cada hogar se eleve en ese día a su consciencia de convertirse en un ungido (mashiaj) del Eterno.

La Multa de Sukot

En el balcón de su elegante penthouse de Manhattan, ciudad de New York,  Moshe construye una suka.

Los vecinos enojados porque la estructura afea al edificio llaman a la policía.

Al rato llega un patrullero. Se baja un agente y manda llamar a Moshe. Este se presenta ante el policía. Entonces el oficial le dice:

_ «Soy el sargento Goldberg, quiero comunicarle que la cabaña que levantó en su balcón es ilegal. Por ello, le doy ocho días para que la desarme, de lo contrario se hará la denuncia correspondiente al tribunal, y todos sus vecinos son testigos de esta advertencia.«

Los Nombres del Eterno que se revelan en Sukot

Por P.A. David Nesher

Por P.A. David Nesher

La cobertura divina que confesamos tener en la Fiesta de las Enramadas (Sukot) nos compromete con la actitud mental positiva que otorga la emunáh: saber gobernar toda circunstancia negativa que aparezca en nuestro peregrinar esta vida física.


Para obtener el Estudio que en esta catequesis he dado, les recomiendo ir al siguiente ENLACE:

Arbaat HaMinim y Su Tecnología Celestial para Reparar Sexualidad.

Por P.A. David Nesher

«El primer día tomarán frutos de los mejores árboles, ramas de palmera, de árboles frondosos y de sauces de los arroyos, y durante siete días se regocijarán en presencia del Señor su Dios.»

 

(Levítico 23: 40)

 

Nuestros corazones todavía laten vibrantes de agradecimiento, al sabernos perdonados luego de los grandiosos días de Yom Teruah y Yom Kippur. Hemos transformado todo tipo de temor paralizante en un contexto de santidad que otorga a nuestras almas un estatus de alegría y disfrute.

 

Ahora, al comenzar esta Luna Llena del Eterno, y marcar nuestras vidas durante siete días con una mentalidad puramente celestial, la Fiesta de Sukot contiene la demanda de ejercer nuestro sacerdocio universal utilizando los elementos constitutivos del techo de la suka (cabaña o enramada) como instrumentos que manejaran con especial especificidad la bajada de los paquetes de energía divina (bendiciones) que las dos fiestas del inicio de mes han activado.

 

En nuestros, días gracias a lo expresado por siglos a través de la denominada Torah Oral se puede conocer que «el fruto de un árbol esplendoroso» es el fruto llamado «etrog» (del árbol cidra), las «ramas de palmeras» (preferentemente datilera) es el conocido «lulav«, las «ramas de árboles frondosos«, hace referencia al «hadás» (mirto), y los «sauces de río» son la especie conocida con el nombre de «aravá«.

Durante la época del Templo en Jerusalén , la ceremonia de agitación (llamada na’anu’im – נענועים) se realizó en el Templo Sagrado en los siete días de Sucot , y en otros lugares sólo el primer día. Después de la destrucción del Templo, se hizo costumbre que las cuatro especies se agitaran en todas partes donde hubiera un suka construida en cada día de Sukkot (excepto en Shabat ), como un monumento conmemorativo al Templo.

Por siglos, ha sido costumbre en  Sucot, atar todas las ramas juntas teniendo en cuenta la siguiente disposición dos sauces en la izquierda, una hoja de palmera en el centro, y tres mirtos en la derecha.  El haz puede ser atado con tiras de otra hoja de palma, o colocado en un soporte especial que también está tejido de hojas de palma. Este paquete de las cuatro especies (arbaat haminim) se convierte, como lo expresé antes, en el instrumento de una tecnología divina que se conecta con los cielos y permite el correcto manejo de la bendiciones que están en la corona de nuestro Rey y deben ser bajadas a través de una serie de actitudes de la inteligencia emocional que simbolizan las cuatro especies.

Tomamos este manojo en nuestra mano derecha, y luego lo levantamos junto al Etrog. Es costumbre agitar el Lulav hacia los cuatro puntos cardinales y hacia arriba y abajo (“Naanuim”), expresando nuestra fe en la total presencia divina. Entonces, agitamos el arbaat haminim, tres veces en cada dirección: al frente, derecha, atrás, izquierda, arriba y abajo. Esta mitzvá debe ser realizada durante el día, cada uno de los siete días de Sucot (excepto en Shabat).

 

Antes de agitar las cuatro especies, decimos la siguiente bendición:

«Baruj ata YHVH, Eloheinu Melej Ha’olam, Asher kid’shanu be’mitzvotav, ve’tzivanu al ne-tilat lulav».

«Bendito eres Tú Yahvéh, nuestro Dios, Rey del universo, que nos santificaste con tus preceptos, y nos ordenaste elevar el Lulav.»

 

Este acto profético-sacerdotal declara que la persona que lo realiza aleja y acerca el arbaat haminim para aquel, a quien pertenecen los cuatro vientos, arriba y abajo. Para, aquel a quien le pertenecen los cielos y la Tierra, cuyo Nombre es YHVH Adonay.

 

Una de las razones es que la fiesta de “Sukot” marca, el tiempo de juicio por las lluvias y el rocío. Como estas cuatro especies coinciden en el hecho de que requieren un exceso de agua para su crecimiento, al ser agitadas hacia todas las direcciones tienen un fuerte peso profético. Agitándolas pedimos del Eterno, quien proporciona sustento a toda su creación con bondad, que así como estas cuatro especies no pueden existir sin el riego debido, asimismo todo el mundo requiere del agua sobre la tierra, sin que esta se manifiesta en forma dañina. De igual modo oramos por los vientos, que estos sean únicamente para bendición.

 

En los planos espirituales, el agitar el arbaat haminim representa nuestro anhelo de que el agua espiritual de la Instrucción (Torah) corra por las naciones y las llene de la Gloria (Shekinah), tal como las aguas cubre el mar (Habacuc 2: 14). Así mismo, como los vientos son una símbolo del mover espiritual, nuestro acto de agitar las cuatro especies, se interpreta en las alturas como el anhelo que tenemos de que el Espíritu del Señor produzca una gran despertar en medio de las naciones llamando a sus escogidos a salir de la Gran Babilonia.

Aquí les comparto el siguiente tutorial para realizar esta ceremonia correctamente:

La SuKa es el Receptáculo de las Bendiciones Celestiales

Por P.A. David Nesher

 


Todos los seres humanos queremos felicidad, pero a menudo caemos e el error reptiliano de confundir la felicidad con el éxito. ¿Cuál es la diferencia? ¡Éxito es obtener lo que quieres; felicidad es querer lo que obtienes! Por lo tanto, recuerda que la felicidad no es algo que nos pasa; es una decisión que tenemos que tomar, ya que podemos ser tan felices como decidamos serlo. El Eterno, creó para esto, un tiempo especial que permite decidir por la felicidad como estado interno del ser humano. Estoy hablando de la Festividad del Sukot, conocida con el nombre de Fiesta de los Tabernáculos o Fiesta de las Enramadas (Cabañas).

Esta Fiesta, conocida también como el «Tiempo de nuestra Alegría«, marca para nosotros, Sus primogénitos en el Mesías, el clímax del Año de YHVH. Y es que durante los siete días de esta festividad, los escogidos tenemos un mandato divino, el de estar completa y exclusivamente alegres (Deuteronomio 16:15).

Seguramente dirás: «¡Es una orden bastante exigente!» Así es, de una manera imperativa, el Eterno, a través de Su Torah (Instrucción), exige a Sus hijos obligarse a la alegría en estos días. Por ello, el espíritu de la festividad y todos los preceptos que la rodean elevan nuestro ánimo y nuestro espíritu a los niveles de la fuerza de la alegría. Obvio que nos encantaría estar felices por siete días de corrido, pero la pregunta es ¿cómo lo hacemos?

La respuesta a esto no tardará en surgir de los códigos mismos que conforman al Instrucción (Torah):

«El día quince del mes séptimo será festividad de las cabañas para el Eterno, que durará siete días«
(Levítico 23:34)

y también está escrito así:

«Viviréis en cabañas esos siete días. Cada nativo de Israel habitará en cabañas, para que vuestras generaciones sepan que hice habitar a los hijos de Israel en tiendas cuando los liberé de la tierra de Egipto«
(Levítico 23:42-43)

Esta festividad le recuerda al pueblo de Israel el vagabundeo que sus ancestros hicieron por el desierto en el camino de la esclavitud a la liberación nacional y espiritual. En el desierto se creó la imagen espiritual y la identidad nacional de Israel por el beneficio del don de la Torah. Aún cuando llega el pueblo a su descanso en la Tierra de Israel, su herencia, debían recordar la adversidad del desierto y la benevolencia del Santo y Bendito Dios:

«Y te condujo por el desierto grande y terrible plagado de víboras ardientes y escorpiones, un erial carente de agua de donde, empero, Él extrajo para tí agua de la roca dura. Y te dio también maná para comer en el desierto, cosa que no conocieron tus padres«
(Deuteronomio 8:15-16).

Así pues Sukot sería el memorial que los mantendría siempre despierto a la verdad de que las cosas físicas son temporales, y el Olam HaVa. (Mundo Venidero), por su trascendencia, siempre sería lo mejor.

Por ello, la Fiesta de Sukot es el descenso de las berajot (traducida como «bendiciones«) divinas al ámbito terrenal en donde cada hijo de Israel se mueve reparando el mundo actual (Olam Asiah) para ser recompensado por ello en el Olam HaVá.

Entonces, en Sukot cada paquete de energía de las bendiciones obtenidas en herencia, peregrina desde arriba hacia abajo. Es un viaje espiritual que va desde la mente del Padre, hacia la mente redimida de sus primogénitos reunidos en asamblea festiva. La Verdad, que es Yeshúa intercediendo sacerdotalmente por nosotros, en todo momento quiere derramar sus bendiciones al mundo. El problema es que para que ese derramamiento no se arruine, se necesita de un recipiente. Ese receptáculo es la sukah y los ritos que cada familia de Israel realizan dentro de ella.

Por ello, la construcción que cada jefe de familia realiza de la Sukah, garantiza que esas bendiciones sean perfectamente recepcionadas y almacenadas para que, en tiempo y forma, se materialicen en situaciones concretas que manifestarán la gloria del Eterno. De este modo se entiende que cada enramada sea para nuestro Abba ese receptáculo que Él necesita para depositar cada paquete de bendición que ya tenemos en Yeshúa, el Mesías.

En la gematría profética, la sukah, de acuerdo al valor de las letras que la componen  (samej- vav- kaf- hei), tiene el valor numérico 91:

  • Samej = 60
  • Vav = 6
  • Kaf = 20
  • Hei = 5

(60 + 6 + 20 + 5 = 91)

Esta valoración gemátrica permite la combinación de dos nombres del Eterno: YHVH (de valor 26) y Adonay (65). Si trenzamos las letras de estos dos nombres divinos se forma en hebreo la palabra “bajada”, cuya valoración numérica será 91, igual que el de Sukah.

Por lo tanto, mientras más peregrinamos en los misterios proféticos de las Altas Fiestas de YHVH, hemos ya comprendido que los siete días de vivir en la sukah son necesarios para asegurarse que dichas bendiciones abundantes desciendan en siete «paquetes de energía» espiritual y coronen nuestras cabezas (conciencias) desde la meditación en los Nombres del Eterno.

Por todo esto debo insistir en que valoremos el techo de la sukah y su composición, ya que es el elemento que simbolizará las nubes de gloria (anane kabod) que generan la Providencia divina moviéndose a favor de sus escogidos.

Las bendiciones espirituales que descienden en esta fecha festiva de ocho días, se pueden agrupar clasificándolas en estos siete paquetes:

  • Primer Día: Benevolencia (Abraham). En esta jornada la conexión de nuestra alma se da con el amor incondicional del Eterno a todas las criaturas que están en este mundo. Quien conecta con este primer día, tiene garantizado el éxito en su vida emocional. Es el día de las bendiciones que provienen del Jesed celestial, y el Nombre divino que se santifica es el de YHVH Yiréh el Eterno mi Proveedor«).
  • Segundo Día: Justicia (Isaac). En esta jornada nuestra conexión activa la moderación en todos los deseo y la fuerza personal que permite avanzar sólo por medio de los deseos personales. Así las bendiciones que bajarán, son aquellas que están en el ámbito de la Guevuráh divina, y el Nombre divino que santificamos es YHVH Tzikeinuh El Eterno mi Justicia» – Jeremías 33:16-).
  • Tercer Día: Éxito y Triunfo (Jacob). Logramos la conexión con la belleza de la Verdad. Adquirimos la fortaleza suficiente para sobrellevar en la Compasión del Mesías todas las circunstancias difíciles que deparará el próximo año. Permitiremos así que las bendiciones de la Tiferet divina desciendan y se materialicen. En este día se santifica el Nombre divino de YHVH Elokim Shebaotel Eterno, Dios de los Ejércitos» -Malaquías 3:10-12-) y YHVH Nissiel Eterno es mi Victoria» – Éxodo 17:15).
  • Cuarto Día: Milagros (Moisés). Adquirimos conexión con la eternidad y el dominio de la Torah sobre todo lo creado. Adquirimos sabiduría y ciencia para tomar contacto con los mundos espirituales. Otorga revelación para salir del exilio de la fatalidad. El nombre divino que santificamos es YHVH Rafáhel Eterno es mi Curador» – Éxodo 15: 25-27; Salmo 103:3; 147:3-)
  • Quinto Día: Paz (Aharón).  Tomamos conexión con la receptividad. Otorga la garantía de tener Shalom en todos los vínculos humanos. El Nombre divino que debemos bendecir y santificar es YHVH Shalomel Eterno es mi Paz» -Jueces 6:24-).
  • Sexto Día: Virtudes del Creador (José). Logramos conexión con la santidad sexual. Permite corrección de todo acto de lujuria. En este día santificamos el Nombre divino YHVH El Elyon (el Eterno Dios Exaltado; el Eterno Dios de las Alturas -Deuteronomio 26:19-).
  • Séptimo Día: Plenitud del Reino (David). En esta jornada la conexión  es con la Luz Infinita del Mesías. Permite el desarrollo de ser solidario compartiendo en el perfecto amor por medio del servicio. En este día santificamos el Nombre divino YHVH Shamáhel Eterno está Aquí» – Ezequiel 48:35-).
  • Octavo Día: Unción Regia (Mesías -Torah). En este día final, nos convertimos en seres iluminados (Mateo 5: 14). Cuando actuamos con estos siete atributos espirituales, la LUZ DIVINA se dirige a nosotros y nos convierte en un conducto para poder brillar en nuestro entorno y así transformar el mundo tal y como lo hizo Yeshúa (Juan 14: 12). En este día se santifica el Nombre divino YHVH El Gibbhorel Eterno, Dios Fuerte» – Isaías 9:6-).

De lo expuesto hasta aquí deducimos que si hemos entendido correctamente la simbología del Sukot podremos controlar todos los eventos de los meses que tenemos en lo que resta del Año del Señor, y las primeras siete lunas nuevas del próximo año. Esto garantiza que la alegría está activada desde una felicidad verdadera, la del interior.

A esta altura de la explicación y dado que el mandato de Abba en Sukot es estar «completamente alegres«, estamos obligados a tomar esa decisión; la misma requiere que contemplemos una de las grandes paradojas de la vida. Por un lado, independientemente de quién seas, por el solo hecho de estar vivo tu copa está rebosando. Pero por el otro lado, y desde los paradigmas que ofrece el sistema reptiliano, siempre podrías tener una copa más grande. Ante esto, el Eterno te aconseja hoy: «elige obtener placer por lo que tienes, y habrás encontrado el secreto de la felicidad. Elige enfocarte en la búsqueda de una copa más grande, y siempre te va a faltar algo«.

Por favor, ¡no te preocupes, y sé feliz que es gratis!

¡Que nada, ni nadie robe tu alegría!

En Su Paz y a tu disposición: David Nesher


Te invito a escuchar este estudio en una explicación práctica ingresando en este video:

Vivir en Cabañas: Estrategia Celestial contra el Ego Materialista

Por P.A. David Nesher

«Porque cuando más esté yo en angustia, ÉL me invitará a estar bajo Su cabaña.
Me amparará en Su enramada protegiéndome y poniéndome en las alturas que no imagino«.

(Salmo 27: 5)

Desde que comencé con mi familia a celebrar esta bendita festividad construyendo en el fondo de mi casa la enramada ordenada por Abba, comprendí que vivir en cabañas es en esencia un ejercicio de negación de ego. La vivencia de esta experiencia nos ha ayudado a construir fe en la Fuente espiritual, el Eterno Dios, y no en el dominio de lo material.

El precepto divino es simple: habitar la suka. Durante los siete días de fiesta se obliga a cada familia a comer y dormir en la suka. Esta enramada requiere un techo que es muy insustancial, como seguramente sabes; debe ser suficientemente endeble para permitir que pasen tanto los rayos del sol, como el agua de la lluvia; y es bueno si también puedes ver las estrellas a través de él.

De hecho, me enteré que uno de los significados según la raíz de la palabra en hebreo de suka es “ver a través”. Justamente mi vivencia de abandonar mi vivienda permanente y el “techo sobre mi cabeza” y mudarme a una cabaña que casi no tiene techo, ha permitido que mi familia y yo desarrollemos la habilidad de ver (por medio de la fe) a través de lo material y percibir así lo superior: las bendiciones ya otorgadas en Cristo Jesús (Efesios 1:3). En este mundo, la tentadora ilusión, con la que el sistema del dragón adormece día a día, es que nuestra seguridad deriva de lo material. Por el contrario, residir bajo la suka enseña que la seguridad proviene de otra parte.

Es interesante entender que la festividad de Sukot acontece en la temporada de la cosecha de frutos y la vendimia. Es decir, que el Eterno ordena a Israel celebrarla en una época de gran abundancia material. El mensaje que precisamente nuestro Dios da a Su Pueblo, y que hoy nos transmite en Su Espíritu Santo, es que cuando traes tu cosecha a casa, justo en el momento cuando puedes sentirte más independiente, seguro de ti mismo, más rico y poderoso, la Torah (Instrucción), mediante esta festividad te dice: “¡Cuidado, no te alejes de la real Fuente de todo aquello que tienes!”.

En Sukot nuestras mentes se activan en aquello que el Kohelet (Eclesiastés)  revela como paradigma de éxito: “Todo es vanidad”. Por esto, nuestro espíritu fluye en la reflexión celestial que nos dice: “¡Ten cuidado no inviertas tus esfuerzos en este mundo!” Ese es el tema central que constantemente se destaca en todos los comentarios que hacemos durante esta maravillosa Fiesta del Eterno.

Así que vivir en cabañas sirve para que tu conciencia se sensibilice en relación al mundo superior, para metafóricamente dirigir tu mirada hacia arriba, a través de la delgada cobertura de la suka, y obtener seguridad a partir de eso y no del techo de concreto de tu recinto material. Esta es una experiencia tangible de dejar lo material y pasar a una existencia diferente.

¿Es esto menos relevante hoy en día de lo que era antes? Podría ser que es incluso más relevante ahora. Con el desarrollo de la tecnología, con la conquista del medioambiente material, viene la tentación de asumir que estamos en control, que nos estamos acercando al dominio de nuestro mundo. Mientras dominamos más áreas de lo físico ampliamos el peligro. El mayor peligro aquí no es solamente la sensación falsa de control, la peligrosa ilusión de que podemos controlar cualquier cosa en este mundo, sino que al mismo tiempo estamos ampliando nuestro ego y esa es la verdadera fuente de todo desastre.

Está bien claro en nuestro entendimiento que en los días actuales nuestra lucha cotidiana es mental. El sistema de cosas imperante nos tiende lazos materialistas constantemente. Por ello, cuando vives en una casa sólida con tecnología que aparentemente garantiza tu seguridad, tienes mayores probabilidades de olvidar de donde viene tu verdadera protección. La cultura moderna logra implantar un sentido de autosuficiencia y poder humano, haciendo surgir el pensamiento de “estamos en control”.

Al abandonar el confort de mi hogar, y mudarme con mi familia a una suka por toda una semana nuestras mentes reflexionan en la fragilidad de la vida y nuestras conciencias despiertan en el entendimiento de que la vida humana es pasajera. De ese modo nuestras almas se sujetan a un paradigma maravilloso: la seguridad únicamente viene de Yahvéh.

El cumplimiento correcto de esta fiesta es habitar el mayor tiempo posible en la suká durante los siete días de la Fiesta. En este lapso festivo se debe producir un cambio de roles: la casa material se convertirá en nuestra residencia temporal, y la suka en nuestra habitación permanente. De este modo la reflexión del alma será inducida a comprender que la vida es pasajera y necesita para trascender un refugio espiritual trascendental: la Presencia del Eterno, protegiendo y proveyendo propósito de vida.

La idea maravillosa que surge en mi familia durante esta Fiesta es que la Protección del Eterno nos conduce providencialmente a jurisdicciones de Su herencia mesiánica para gobernar y promover a Su Creación.


También te recomiendo LEER este ESTUDIO:

Sukah: La Cobertura del Infinito

Sukot es la Fiesta que el Eterno Dios ha otorgando a sus hijos para celebrarlo en Su Majestad y Gracia.

Aquí encontrarás la exposición de los códigos sagrados que esconden el símbolo de la sukah (enramada o cabaña) que se arma en esta fiesta y debajo de la que estamos obligados a compartir en familia momentos con la eternidad. Una explicación clara y práctica acerca de la mentalidad que se necesita desarrollar en esta Fiesta Santa.

¿Qué es la SuKa?

Por P.A. David Nesher

 

«Durante siete días vivirán bajo enramadas. Todos los israelitas nativos vivirán bajo enramadas,…«

(Levítico 23:42)

Al leer el precepto que encabeza esta bitácora notamos que resalta el imperativo divino de habitar la sucá: durante los siete días de esta fiesta el Eterno obliga a cada familia de Israel a comer y dormir en la suka.

La palabra hebrea Suka significa «cabaña» «refugio» y se refiere a la estructura especial levantada por el pueblo de Israel durante la festividad de Sukot.

Esta construcción simboliza las frágiles tiendas en las que vivieron los israelitas durante sus 40 años por el desierto desde el Éxodo de Egipto. También sirve para recordar al pueblo de Israel la explicación de cómo יהוה (Yahvéh) los protegió, satisfaciendo sus  necesidades en el desierto y, por extensión todavía nos cubre a nosotros hoy en día.

Al construir este «receptáculo de bendiciones celestiales» simplemente hay que tener en cuenta que debe tener tres paredes, mientras que la cuarta puede ser abierta. Las mismas se construyen de cualquier material: lona, madera, metal, etc. Lo importante de esta construcción será centrar la atención en los detalles de su techo. 

El techo es temporal, cubierto con ramas sueltas de árboles que crezcan de la tierra y hayan sido cortados del suelo. El techo debe permitir ver las estrellas a través de el por la noche. Se decora con racimos de frutos colgados en el techo. De este modo, la suca, compuesta únicamente de lo natural y lo orgánico, donde no ha intervenido la mano del hombre, es el símbolo del retorno a la vida original y franca, llana y carente de complicaciones y embrollos. Por medio de este rito la mente del redimido se despierta al concepto que el origen de la felicidad reside en la sencillez de la vida. El que menos requiere, menos padece carencias, y más propicio y cercano está a la tranquilidad y la satisfacción.

La Fiesta de Sukot es llamada también en hebreo «Hag HeAsif» (la festividad de la recolección), es también el tiempo de la alegría (Zman Simjatenu). Enseñándonos la suca, la verdadera relación existente entre la recolección material y el regocijo de nuestra existencia.

Aquí comparto algunas imágenes de distintos tipos de suka con el fin de incentivar tu creatividad…

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Te invito a leer esta BITÁCORA en la que encontrarás las instrucciones para armar tu Suka:

Las Actitudes Mentales que te otorga la Suka (Cabaña)

El secreto de esta Fiesta del Eterno es que se entienda claramente que la sejaj (el ramaje) que lleva el techo de la suca. Este sejaj tiene un mensaje profético que se descifra sólo de prestar atención al simbolismo de sus diferentes componentes.

Lo primero que se revela de este ramaje es que un ser humano puede parecer insignificante a la vista de aquellos que se dejan llevar por los cánones del sistema reptiliano. Sin embargo desde la cosmovisión del Eterno ese varón o esa mujer tiene una valoración diferente: es un instrumento de bendición para los muchos que lo desprecian.

Los invito a meditar en la mistagogia de la suka  que en este VIDEO podrán encontrar:

Sheminí Atzéret: El Día que la Nueva Humanidad será Una con el Eterno

Por P.A. David Nesher

 

 

«Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos».

(Revelación 21:3)

Durante siete días nuestra alegría aumentó. El regocijo de la teshuvah (arrepentimiento y/o regreso) que alcanzamos en Yom Kipur necesitó ser absorbido e internalizado en nuestras vidas. En vez de perdurar como una experiencia de una vez al año, debió integrarse a nuestra naturaleza y existencia diaria. Por esto es que la festividad de siete días de Sukkot es seguida por un “Atzeret”, un día en el que nuestra alegría con la esencia de la Torah alcanza su cumbre, y es casada inmediatamente con el Cielo de nuestras vidas de todo el año.

Sheminí Atzéret significa “Octavo día de Asamblea” y también «Día de Retención«. La expresión viene del término hebreo “Atzar” (עָצַר H6113 _ Dicc. Strong) que significa: encerrar, cercar; contener; mantener, gobernar, congregar:- atajar, cerrar, cesar, detener, encerrar, impedir, meter, prevalecer, retener.

«El primer día será una ocasión sagrada: ustedes no trabajarán en sus ocupaciones; por siete días traerán ofrendas encendidas a YHWH. En el octavo día observarán una ocasión sagrada y traerán una ofrenda encendida a YHVH; es una reunión solemne: ustedes no trabajarán en sus ocupaciones».
(Levítico 23:35-36)

De acuerdo a lo que la Torah expresa, Sheminí Atzeret o el Último Gran Día está íntimamente relacionado con la Fiesta de Sukkot, en vista de que Sheminí Atzeret es conocida como “El Último Gran Día” con relación a la fiesta de Sucot, tal como se aprecia en Juan 7:37 (VIN):

«En el último día, el día grande de la Fiesta, Yeshúa se puso de pie y alzó la voz diciendo: “Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba».

La razón de esta santa convocación es que Abba, nos quiere con Él, en especial comunión, un día más. Como pretendiendo prolongar Sucot y no queriéndose separarse de nosotros, al volver a nuestras tareas habituales. Y esto porque es la última de las celebraciones. Ese es el motivo fundamental. Abba, no quiere dejar a sus hijitos, sino que se aferra, a nosotros como buen Dios celoso y que no nos comparte con otro.

¿Qué implica proféticamente Sheminí Atzéret?

Se evidencia claramente en las Sagradas Escrituras, que así como la festividad de Sukkot alude al Reino Milenial del Mesías, Sheminí Atzéret o el Último Gran Día (8º día de la fiesta), proféticamente es igual a la consecución de ese tiempo. O sea, Sukot alude al Reino del Mesías en el Milenio y Sheminí Atzeret alude a lo más preciado a lo más oculto, a un nivel sod  [misterio puro, oculto, algo por ser revelado] . Simplemente alude a cuando termine el Reino Milenial y Yeshúa entregue su Reino a Yahvéh mismo, tal como lo explica el apóstol Pablo a los creyentes de Corinto:

«Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia
(1Co 15:24)

Entonces el Padre estará eternamente con nosotros. Por lo tanto, el número ocho, símbolo de nuevos comienzos, representa los nuevos cielos y la nueva tierra que se mencionan en Revelación 21:1-3.

Siete es el número del mundo natural. Hay siete días en la semana, siete notas en la escala musical y siete direcciones (izquierda, derecha, arriba, abajo, adelante, atrás y el centro). «Siete» – representado por los siete días de Sukkot – es el mundo de la naturaleza. «Ocho» – representado por Sheminí Atzeret – es aquello que está más allá de la naturaleza. Es lo supernatural o eternidad misma.

Sheminí Atzeret o el Ultimo Gran Día, es el día solemne que figura lo porvenir. Representa al momento exacto cuando todos los salvos de Israel y de las naciones ya no vivirán en «habitaciones temporales» sino que finalmente serán herederos de su morada eterna y habitarán unidos a Yahvéh por la eternidad.

Sheminí Atzeret o el Ultimo Gran Día, da inicio al período de la eternidad. Representa al momento desde el que ya no estaremos regidos por el tiempo ni la materia.  El adversario, HaSatán, y los desobedientes habrán sido lanzados al lago de fuego y habrán sido olvidados para siempre.

Es decir, entonces, que Sheminí Atzéret alude al “Reino Eterno de Yahveh”. Con todo lo que eso implica para nosotros.

Con Sheminí Atzeret o el Ultimo Gran Día, Yahvéh concluye su obra de redimir a la raza humana.  De ahí en adelante todos los salvos viven en eterna y armoniosa paz dotados de cuerpos espirituales que no se pueden corromper.  ¡De ahí en adelante «no habrá mas maldición» (Ap. 22:3) porque no habrá mas posibilidad de pecar! ¡En Sheminí Atzeret celebramos que llega el Gran Día en que todos  los seres humanos seremos obedientes e incorruptibles!

¡CULMINACIÓN, ABUNDANCIA, PAZ, PLENITUD, y ETERNIDAD,… son algunas de las palabras que describen lo que experimentaremos a partir del Último Gran Día del Eterno Dios!

¿Qué quiere para nosotros el Todopoderoso en Sheminí Atzéret? 

Como ya algo dijimos el termino hebreo que identifica este día solemne es “atzar o atzer”, que significan no solo retener, sino también, impedir, detener y parar.  Y esto es muy interesante, ya que nos reafirma la intención de Yahvéh: «¡No quiero dejarlos ir!»

Comparado al Eterno, la vida del hombre, es como “niebla de la mañana,  y como el rocío de la madrugada que pasa y se desvanece”. Y aun así, Él nos anhela y necesita. Por eso nos quiere “atzar”, (nos quiere retener) con Él en Su Presencia, para hacernos Uno. Nos quiere impedir que nos alejemos. Nos quiere detener en nuestro andar. ¡Y todo por un día más! ¡Ese es nuestro tremendo Yahvéh, el único y verdadero Abba Kadosh!

Así que vemos, como este día solemne, es por nuestra parte, muestra de obediencia. Y por parte de Yahvéh, muestra de su celo y pasión por nosotros.

Sheminí Atzeret  está dedicado completamente a nuestro encuentro íntimo con el Eterno Dios, sin mediación alguna. Es pura conexión.

En este día sentimos Su Voz expresarnos al oído: …»tu partida es difícil para mí. Pero eso es debido a que nuestro tiempo es tan, pero tan preciado«.

¿Cómo podemos experimentar este estado de Unidad? Sólo a través del regalo que Él  mismo nos dio para tal propósito: Su Torah encarnada, ¡Yeshúa vivo en nosotros!

¡Llega el Tiempo de nuestra Alegría!

«Durante siete días celebrarás esta fiesta en honor al Señor tu Dios, en el lugar que él elija, pues el Señor tu Dios bendecirá toda tu cosecha y todo el trabajo de tus manos. Y tu alegría será completa».
(Deuteronomio 16:15)

La Fiesta de Sukkot, es conocida como el «Tiempo de nuestra Alegría«, y marca el clímax del año de YHVH.
Durante los siete días que esta festividad dura, los escogidos tenemos un mandato divino: el de estar completa y exclusivamente alegres (Deuteronomio 16:15). ¡Es una orden bastante exigente! Obvio que nos encantaría estar felices por siete días de corrido, pero la pregunta es ¿cómo lo hacemos?
Todos queremos felicidad, pero a menudo cometemos el error de confundir la felicidad con el éxito. Éxito es obtener lo que quieres; felicidad es querer lo que obtienes.
Por lo tanto, recuerda que la felicidad no es algo que nos pasa; es una decisión que tenemos que tomar, ya que podemos ser tan felices como decidamos serlo.
Dado que el mandato de Abba en Sucot es estar «completamente alegres«, estamos obligados a tomar esa decisión; ésta requiere que contemplemos una de las grandes paradojas de la vida. Por un lado, independientemente de quién seas, por el solo hecho de estar vivo tu copa está rebosando. Pero por el otro lado, siempre podrías tener una copa más grande. Elige obtener placer por lo que tienes, y habrás encontrado el secreto de la felicidad. Elige enfocarte en la búsqueda de una copa más grande, y siempre te va a faltar algo.
¡No te preocupes, sé feliz que es gratis!
¡Que nada, ni nadie robe tu alegría!

La Construcción de la Enramada (Suka)

«El primer día tomarán frutos de los mejores árboles, ramos de palmera, ramas de árboles frondosos y de sauces de las riberas y harán fiesta durante siete días en presencia del Señor, su Dios. 
Cada año, en el séptimo mes, celebrarán fiesta en honor del Señor; será esta una norma perpetua para las futuras generaciones. 
Durante siete días habitarán en tiendas de campaña; todo nacido en el país de Israel habitará en tiendas,».
(Levítico 23: 40-42)
¡Que maravilloso es habitar bajo la sombra del Altísimo! ¡Que asombroso es descubrir las ventajas que otorga su cobertura espiritual! Lo bueno es que esto lo descubrimos desde el detalle de celebrarle fiestas cumpliendo obedientemente lo que Él nos ordena en Su Instrucción (Torah).

Por eso, para celebrar correctamente la última Fiesta del Eterno (Sukot), Él nos comunica la obligación de construir una cabaña o enramada (en hebreo suka) bajo el cielo, ya sea en el patio de nuestra casa o en nuestro balcón. Básicamente servirá cualquier lugar bajo el cielo abierto. Es un requisito importante es que no debe haber nada entre su suka y el cielo abierto. Así que asegúrese de que no hay árboles, toldos o techos de cualquier tipo sobre su suka.

Cada jefe de hogar debe tratar de construir para su familia su propia suka para poder cumplir el mandamiento como corresponde, comiendo, durmiendo, estudiando en la suka, etc. En lo posible, se debe tratar de comenzar la construcción de la suka inmediatamente después de Yom Kippur.

Primeramente, hay que organizarse con la familia, mediante el diálogo, a fin de vivir durante toda la fiesta de Sukkot en condiciones que nos permitan realizar este importante y precioso mandamiento, por el cual testificamos que nos colocamos, una vez más y voluntariamente, bajo la protección divina y en la sombra de la fe (Salmo 91:1). El que reside en ella hereda libertad para él, su familia y para toda su descendencia para siempre… y el que se excluye de ella, hereda exilio para él y para sus generaciones.

Por todo el peso profético que tiene armar la suka, les recomiendo a cada jefe de familia construirla desde su propio y único esfuerzo en cooperación unánime con sus hijos. De este modo cada uno de ustedes invertirá por consiguiente sus propias fuerzas para construir la morada donde residirá la Shekiná o Presencia Divina.

Este momento de festividad es crucial. Un redimido que realmente se compromete con la teshuvá, arrepentimiento, entre Yom Teruah y Yom Kipur, experimenta una limpieza espiritual indescriptible en el Día de Expiación. Las transgresiones son como una pared de concreto que obstruye nuestra «conexión satelital» con Dios. La expiación de Yom Kipur destruye esa barrera de concreto, para que podamos experimentar una «señal» sin impedimentos de la Presencia Divina. Por eso es que el techo de la suka debe ser suficientemente poroso para poder ver las estrellas, ya que simboliza el alma de una femilia que permite una recepción total de la Shekiná.

¿En que consistía Sukot?



La mitzvá de vivir en una suka por siete días es en recuerdo de las sukkot que el pueblo de Israel habitó durante sus 40 años en el desierto después del Éxodo. En un nivel más profundo, la suka representa a las Nubes de Gloria (annanet kabod) que rodearon a los errantes israelitas. Las místicas Nubes de Gloria protegían al pueblo del sol del desierto, de serpientes y escorpiones, y de que fueran detectados por naciones enemigas. Las Nubes de Gloria son, de hecho, sinónimo de la Shekiná, la inminente presencia de Dios. Durante la festividad de Sucot, un redimido viviendo en una suka está por lo tanto rodeado por la Shekiná misma.

Toda la esencia de esta fiesta pasa por recordar a la persona que la vida es algo temporal, fugaz, y que el objetivo de la existencia humana está en alcanzar el «mundo venidero» junto al Eterno Dios a través de Su Mesías, Yeshúa. Fragilidad humana y la protección divina a la vez.

Yahvéh, nuestro Dios, nos saca de nuestras casas permanentes y nos lleva a las cabañas para decirnos que estamos en un viaje, que nuestra existencia es algo fugaz, que no pertenecemos a esa estructura en la que vivimos toda la vida.

Por todo esto, el elemento principal que distingue a esta Moed, o celebración santa, es básicamente la construcción de una “Suká” o cabaña, o tienda, o enramada. Esta es construida de ramas de árboles. De cuatro especies, que fueron identificadas como: Etrog; Lulav; Hadas; Aravás.

Etrog= árbol de fruto cítrico; mencionado en la escritura como “árbol hermoso”.

Lulav= Ramas de una palmera de datilera.

Hadas= Ramas de Mirto, de muchas hojas y muy espeso. En la escritura es “árboles frondosos”.

Aravá= Sauce de arroyo.

 

¿Qué significa el termino Suká?

 

El término hebreo Sakak que significa cubrir, cerrar, entretejer; da origen a Sok que refiere a choza de ramas entretejidas; y de este sale Suká término femenino que también es choza, tienda, cabaña, enramada, etc. Vemos entonces como un término da origen a otro y todos se relacionan, compartiendo, una misma raíz gramatical.

La Suka será el símbolo de nuestra actitud mental: ser un recipiente de las bendiciones de Yahvéh.

 

Mentalízate en el Sucot.

 

¡El Sucot es una fiesta dichosa y un tiempo de gran celebración para todos los redimidos!

En realidad, el Sucot está tan relacionado con los sentimientos de la felicidad que a menudo se llaman «zman simjateinu» o “el tiempo de nuestra alegría”. Durante los siete días del Sucot, se alienta a que los primogénitos del Padre celebremos el rol del Eterno Dios en nuestras vidas y nos regocijemos en la buena fortuna del año pasado.

El Sukot es un tiempo de alegría con tus amigos y familia, así que prepárate a dejar todos los pensamientos negativos para la fiesta.

Ten como objetivo estar alegre, positivo y sobre todo agradecido con Dios durante casi toda una semana.

 

El armado propiamente dicho.

La suka estará situada en un lugar limpio y no en la proximidad de aguas sucias u otras suciedades.

Se levantará primero las paredes (en hebreo defanot), y luego se instalará el techo de la suka (heb. Sejaj).

suka

Las Paredes: Se puede utilizar cualquier material para hacer las paredes de la Sucá. Ésta ha de ser lo suficiente sólida para resistir a un viento medio.

Se pueden emplear alfombras o mantas como paredes a condición de sujetarlas bien por todos los lados de modo que el viento no pueda desplazarías.

Puede utilizarse paneles de madera o fibra de vidrio, tejidos impermeables sujetos a un bastidor de metal, etc. También puede utilizar las paredes ya existentes (es decir, las paredes exteriores de su casa, patio o en el garaje), como una o más de las paredes de su suka. Una estructura existente que está sin techo o con techo desmontable también se puede convertir en una suka cubriéndola con sekaj adecuado.

La Cubierta del Techo:

Hacer un techo de materia vegetal es una manera de conmemorar a los israelitas que deambularon en el desierto por 40 años después de dejar Egipto. Durante sus viajes, tuvieron que vivir en moradas temporales similares a la sucá y utilizaban cualquier material que encontraban para refugiarse.

El Sejaj ha de ser lo suficientemente espeso para que la sombra que proyecte sobre el suelo sea más extensa que la claridad que le atraviesa. No debe presentar claros de más de 24 cm. Lo mejor es cubrir totalmente la suka dejando algunos claros a través de los cuales pueda percibir las estrellas.

El Sejaj también debe ser cortado de su lugar de crecimiento antes de ser colocado sobre la suka. Es por eso que primero se deben cortar la ramas del árbol, y solamente después de haberlas cortado podremos colocarlas en el techo de la suka.

La Iluminación:

Si desea establecer un sistema de iluminación y su suka se construye cerca de una toma de corriente, compre una bombilla con una cubierta de protección contra la lluvia y el cable eléctrico.

Mobiliario: 

Recuerde, usted va a tomar todas sus comidas en la suka durante la duración de la festividad. Además, es una mitzvá (un mandamiento) especial del Eterno invitar a compartir su suka. Por lo tanto, asegúrese de contar con una mesa y sillas acorde a las dimensiones de la suka que construyó.

Decoraciones: 

Ya que la Suka es designada como tu «casa» por los siete días que dura la fiesta, es costumbre decorarla bien. Mucha gente cuelga frutas (primordialmente cítricos dulces) y flores desde el techo. También se acostumbra a decorar la suka con carteles de colores que representan temas de esta festividad.

En general, a los niños les encanta ayudar a decorar la suka. Una buena forma de hacer que tus hijos se involucren con la celebración desde una edad temprana es darles la oportunidad de que dibujen en las paredes de la suka y recolecten vegetales para exhibirlos.

Sobre la mesa no deberá faltar una Menorah (candelabro de siete brazos) y una Biblia.

Disfruta de muchas otras tradiciones del Sucot.

A continuación te presentamos algunas ideas que podrías considerar para tu Sucot:

  • Pasa tiempo comiendo y acampando en la suka.
  • Lee y relata historias de las Escrituras, en especial aquellas sobre los 40 años que pasaron los israelitas en el desierto.
  • Participa en la canción y danza de la suka.
  • Invita a tu familia a participar de tu celebración del Sukot.
  • Recuerda que debes estar alegre, ¡así que divierte con todo esto!

 

¡Vive alegre!… ¡Es una Orden Divina!

«Siete días celebrarás fiesta al Señor tu Dios en el lugar que escoja el Señor; porque el Señor tu Dios te bendecirá en todos tus productos y en toda la obra de tus manos; por tanto, estarás realmente alegre.»
 (Deuteronomio 16: 15)
La orden del Eterno para estos ocho de Sukkot días fue:
«Estarás realmente alegre» se debería traducir «te obligarás a estar verdaderamente alegre«
La palabra hebrea para alegría usada en la Torah es «Simjat – que hace referencia a un  estado constante de alegría que no depende de los factores externos coyunturales, que varían. Esta alegría no requiere estímulos de ninguna índole, ni bebidas alcohólicas, ni chistes, ni música, ni bailes. Simjat, es la alegría producto de una reflexión hecha en la profundidad del espíritu humano.
De este modo la alegría se convierte en esa fuerza espiritual que mantiene al entendimiento despierto en la certeza de que la felicidad es un trayecto, no un destino.

Sukkot: ¡Fiesta para celebrar la vida! (3er Día)

El profeta Tony González proclama en el espíritu profético los tiempos propicios de Dios para manifestar su Reino en medio de sus hijos.

Dios instituyó fiestas para que el hombre entienda que la vida tiene sentido.
Los hijos de Dios son lo indicados para revelar la vida como Fiesta. Ellos son los que se manifiestan como seres especiales que viven en Propósito. Desde ellos se entiende que Iglesia es gente en autoridad que se congrega para determinar y decretar las pautas para alinear las circunstancias en servicio del Propósito Eterno de Dios. La asamblea de hijos entrena a los mismos en el ejercicio de la autoridad delegada por Cristo para estar sobre toda circunstancia.
Cada hijo de Dios en Propósito se sabe a sí mismo como único e irrepetible. Cada uno de ellos celebra la vida porque entiende que su presencia y su vida le da sentido a la historia misma de la humanidad.
La enseñanza del tercer día es muy importante que la implantemos en el corazón a fin de que el Espíritu del Altísimo nos movilice en su promoción a los nuevos tiempos proféticos.