Pinjás

Josué: Un Líder con Boca de Serpiente (Pinjás)

Por P.A. David Nesher

¿Por qué Moisés oró, «Dios de todos los espíritus de toda carne» al pedir un nuevo líder para Israel? Rashi explica que Moisés le dijo al SEÑOR: «¡Señor del universo! La personalidad de cada ser humano se revela ante ti, y sabes que no hay dos exactamente iguales. Designa un líder sobre ellos que se encargue de cada uno de acuerdo con su personalidad

El SEÑOR respondió a la oración de Moisés por un sucesor al nombrar a Yehoshúa/Josué, el siervo de Moisés, como el próximo líder de Israel. Yehoshua/Josué era un hombre en quien residía el Espíritu de Dios.

¿Cómo llegó a ser Yehoshúa/Josué un líder tan grande y digno? Aprendió el arte del liderazgo siendo un discípulo cuidadoso y un fiel servidor de Moisés.

Si una persona desea desarrollarse en sabiduría, debe pasar tiempo con los sabios. Si una persona desea desarrollarse en rectitud, debe pasar tiempo con personas justas. Si una persona desea convertirse en un buen líder, debe permanecer cerca de los buenos líderes. Asimismo, a medida que seamos mejores discípulos de nuestro maestro Yeshua de Nazaret, seremos cada vez más como Él. El Evangelio de Lucas dice: «Un discípulo no es superior a su maestro; pero cada uno, después de haber sido formado, será como su maestro» (Lucas 6:40).

Te invito a escuchar esta Webinar para desarrollar esta idea en forma más clara:

Seraj: una mujer anciana, pieza clave del éxodo.

Por P.A. David Nesher

Y el nombre de la hija de Aser era Seraj”.
(Bemidbar 26:46).

Seré sincero, (no sé si también te pasa esto), pero cuando leo en la Torah las genealogías, tiendo a colocar poca atención a los nombres que aparecen en las mismas y muchas veces tiendo a saltearlos por parecerme poco interesantes.  Pero, en la lectura que hoy he estado realizando (segunda aliyah), ha vuelto a llamarme la atención el nombre de Seraj, la única mujer que aparece mencionada en el censo realizado por Moshé en el desierto en las estepas de Moab.

Pero, ¿quién era esta mujer para tener el privilegio de ser la única mujer mencionada en estas genealogías? Por lo que hasta ahora hemos aprendido, sabemos que la mención de un personaje femenino en un listado genealógico que incluye solo nombres masculinos sugiere que dicha mujer tenía cierto nivel de relevancia en la historia de su familia, clan, tribu y nación.

Seraj, la hija de Asher, ya había sido mencionada entre los setenta miembros de la familia del patriarca Yaakov que emigraron de Kenaán a Egipto:

«Los hijos de Aser: Imná, Isvá, Isví, Beriá, y su hermana que se llamaba Seraj. Los hijos de Beriá: Héber y Malquiel.»
(Bereshit  46:17)

Para lograr comprender quién es este personaje femenino, y ante la falta de mayor información o comentarios en la Torah, deberemos suplir nuestra investigación considerando varios midrashim de los Sabios, quienes llenan el aparente silencio de las Sagradas Escrituras, permitiéndonos revisar este personaje aparentemente secundario, que sin embargo adquiere dimensiones proféticas muy importantes en la Historia de la Salvación.

Seraj, según «El libro de Jasher» y la exégesis de “Midrash Avot”, en verdad no era la hija, sino la hijastra del patriarca Asher.

De acuerdo a dichos libros, Asher se casó primeramente con Adon bat (hija) de Aflal, ben (hijo) Hadad, ben Ishmael. Dicha mujer murió antes de tener hijos. Entonces, Asher se casó en segundas nupcias con Hadurah bat Abimael (ben Heber, ben Shem), la viuda de Malkiel (hijo de Elam, hijo de Shem). Hadurah le había dado una hija a Malkiel, a quien llamó Seraj. Después de la muerte de Malkiel, madre e hija regresaron a la casa de Abimael. Tras el matrimonio de Asher con Hadurah, él decidió adoptar a Seraj y los llevó a Kenaán (Canaán) para que vivieran en la casa de Yaakov. [Esta es una de las fuentes que usa el Talmud (Meguilá) para mostrar que un niño adoptado se considera hijo del padre adoptivo, a diferencia del padre genético, en la ley de la Torah.] La tradición dice que tenía tres años cuando Asher se casó con su madre, y desde entonces se crió en la casa de Yaakov, cuyo afecto se ganó con su notable piedad y virtud. Fue la persona que anunció a su abuelo Yaacov que su hijo Yosef todavía vivía; y por esta razón el patriarca la bendijo con vida eterna.

Según el relato, después de 22 años, Yaakov avinu  sigue viviendo el duelo por su hijo Yosef; sin embargo este aparece repentinamente. Los hijos de Yaakov no saben como darle tremenda noticia a su padre, para que no sea demasiado impactante. Ahora bien, resulta que la pequeña hija de Asher tenía un nivel espiritual muy alto, además de contar con el talento para tañer el arpa proféticamente de una manera asombrosa. Por eso le piden que se ella quien lo haga. Entonces, Seraj entra cuidadosamente al ohel (tienda) de Yaacov y empieza a entonar una bella melodía con el arpa mencionando que “Yosef aún vive” dentro de su canto. Cuando la pequeña Seraj cantó estas palabras, y Yaakov comprendió su significado, casi colapsó. Sin embargo, la dulzura de su canto alivianó el impacto, y él fue capaz de calmarse. Entonces, Yaakov en gratitud bendijo a Seraj por darle tal noticia, diciéndole: “seas bendecida Seraj, me has revivido mi espíritu, que vivas para siempre”. Así fue como nuestro patriarca le concedió a Seraj una bendición de longevidad, ¡y ella fue la única que bajó a Egipto con Yaakov y que salió 210 años después con Moshé!

También en el “Midrash Avot” se relata que Moshé se dirigió a Seraj cuando quiso saber dónde estaban enterrados los restos de Yosef (ver Soṭá 13a; Devarim Rabá 11). Según el Midrash (Qohelet Rabá. 7: 11), Seraj fue “la mujer sabia” que causó la muerte de Sheba ben Bijri (II Samuel 20).

Según el relato tradicional (Mejilta Derabí Ismael, Maseta Vayehi Beshalaj, Petijta; Sotá 13a), cuando los israelitas estaban listos para salir de Egipto, estaban ocupados en tomar el botín;Moshé era el único que estaba preocupado en hallar los huesos de Yosef. Buscó su ataúd en toda la tierra de Egipto, pero no pudo encontrarlo. Seraj era la única de esa generación que aún estaba viva.

Moshé se dirigió a ella y le preguntó:
_ “¿Sabes dónde está enterrado Yosef?
Ella respondió:
_ “Lo colocaron aquí. Los egipcios le hicieron un ataúd de metal y lo hundieron en el Nilo, para que sus aguas fueran bendecidas”.

Gracias a esta información, Moshé fue al Nilo, se paró en la orilla y gritó:

¡Yosef, Yosef, ha llegado el momento del juramento que Dios juró a nuestro padre Abraham, que redimirá a sus hijos. Honra al Señor, el Dios de Israel, y no retrases su redención, porque estamos atrasados. Si te muestras, estará bien; y si no, entonces estamos libres de su juramento si no levanta su ataúd, saldremos de Egipto y lo dejaremos aquí!”.

El ataúd de Yosef salió inmediatamente a la superficie y Moshé lo recogió

Esto llevó a los rabinos a afirmar que Seraj entregó “el fiel al fiel”, ya que ella entregó a Yosef a Moshé cuando partieron de Egipto (Bereshit Rabá 94: 9).

Según los sabios, Seraj no solo estaba entre los que vinieron a Egipto y uno de los que lo dejaron, sino que también ingresó a Eretz Israel; esa sería la razón que aparece en Bemidbar 26:46, incluyendo a Seraj entre los nombres de los que ingresan a la tierra (Seder Olam Rabá 9).

Finalmente en esta parashá vemos que aparecen también mencionadas las cinco hijas de Tzlofhad. Pues entonces, teniendo en cuenta esto notamos la existencia de un nexo entre estos dos pasajes.

Las hijas de Tzelofhad se hacen merecedoras de una heredad en la Tierra de Israel al igual que lo es Seraj. El sabio Najmánides, conocido como el Rambán, al comentar Bamidbar 26:46 dice:

Porque todavía estaba viva cuando terminó la esclavitud del pueblo de Israel en Egipto, y luego de los cuarenta años en el desierto, y es una de las setenta personas mencionadas en Génesis 46 que fueron a Egipto con Jacob, las Sagradas Escrituras la mencionan aquí

Onkelos traduce (el versículo 46): “y el nombre de la hija del primer esposo de la esposa de Asher era Seraj”, lo cual quería decir que era una hija que tenía herencia de la Tierra y por derecho propio (Bamidbar 36:8), y por tanto las Sagradas Escrituras la mencionan aquí al igual que menciona a las hijas de Tzelofhad, porque Seraj se incluye entre ellos cuando dice: ‘A ellos, será dividida la tierra’ (26:53).

Explico aquí algo importante para este estudio. Seraj, de haber sido hija de Asher, no hubiera heredado una parte de la Tierra, ya que él tenía hijos varones (como dice el versículo 44). Pero Seraj era hija de la esposa (de Asher) en un primer matrimonio por lo que la herencia de la Tierra pasó a Seraj. En este caso, la razón de que las Sagradas Escrituras incluya la frase ‘y Seraj su hermana’ (Barmidbar/Números 46:17) es porque ella era medio hermana de los hijos de Asher, pero no su hija. Y por tanto está escrito: «el nombre de la hija de Asher era Seraj«, y no dice “y la hija de Asher era Seraj”, porque la intención del versículo es decir que su nombre era conocida como “la hija de Asher”, pero se llamaba en realidad Seraj. Rashi explica que al estar viva al final de la travesía de Israel por el desierto, entonces sería como las hijas de Zelofehad en cuanto a recibir una herencia de la Tierra por derecho propio.

Hasta aquí Najmánides que al mencionar a Onkelos establece una clara relación entre las hijas de Tzlofhad y el episodio de la herencia de la Tierra y Seraj, también ella, según esta interpretación, contada entre los herederos de la tierra.

Ahora bien, independientemente de la tradición de los sabios, creo que hay una enseñanza interesante en la historia de Seraj bat Asher para nosotros y es la que tiene que ver con el lugar de los adultos mayores en nuestras comunidades. Es saber que en esas personas que ya caminan con dificultad, que a veces les cuesta hablar, y que muchas veces relegamos en pos de escuchar voces más jóvenes, en ellos está una sabiduría irremplazable. Cada historia, cada testimonio, cada relato es una oportunidad más de construir nuestra memoria colectiva y asegurarnos de que las jóvenes generaciones sepan lo que sucedió en aquellos tiempos pasados de nuestra historia.

Seraj era la única que había vivido en carne propia la llegada a Egipto, los años de bonanza y también los de esclavitud. Seraj era depositaria de un pedazo de la memoria del pueblo que muchos ya habían olvidado, que los jóvenes líderes desconocían. Si Moshé hubiese confiado en su propio saber y en el de quienes lo rodeaban, quizá todavía estuviera buscando a Yosef. Pero tuvo la nobleza y la sabiduría de preguntarle a la más anciana de la tribu, en la esperanza de que ella aún recordara la historia. Moshé sabía que hay cosas que por más formación, capacidades y habilidades que él tuviera, sólo podían descubrirse oyendo el testimonio de aquellos que lo precedían. Y así transformó a Seraj en una pieza clave del éxodo.

El Gusano de la Impureza vencido por el Cordero de Gloria.

«Ofrecerás el un cordero á la mañana, y el otro cordero ofrecerás á la caída de la tarde…»

Éxodo/Shemot 29:39

Ofrenda un cordero por la mañana y el otro cordero ofréndalo a la tarde.

Números/Bamidbar 28: 4

El sabio Yosef Jaím, al comentar la parasha Pinjás, dice que la razón por la que se trae el Korbán Olá Tamid (traducido com «el acercamiento de constante elevación«) en la mañana y al atardecer es porque dicha ofrenda de elevación, al entregarse en la mañana, expía los pecados de la noche, y la ofrenda de elevación del atardecer, expía los pecados del día. Y ya que este korbán se compraba con dinero de la congregación, éste tiene el poder de expiar los pecados de todo el pueblo.

Yosef Jaím agrega que con las letras de la palabra en hebreo olá (traducida como «elevación de«) se formar la palabra hebrea tolá ( que se traduce como «gusano«), que viene a indicar la existencia de ángeles malos que son parte de la klipá, y tienen la condición de un gusano que quiere comer y acabar con lo que se le ponga por delante. Por lo tanto, el sabio enseña que cuando Israel ofrenda el Olá HaTamid de la mañana, está activando a las esferas celestiales para que se interpongan ante aquellos ángeles y nosotros, y no puedan hacernos daño y/o acabar con nosotros en nuestra misión de hacer tikún (reparación).

Desde ese concepto yahvista Yosef Jaím sostiene que así como existe un ángel de sufrimientos llamado Tolá, en las esferas celestiales también existe un ángel de pureza llamado igualmente Tolá, cuya función es antagónica al primero, es decir que se encarga de debilitar la fuerza del Tolá malo, con el propósito de que este no pueda llevar a cabo su objetivo en contra de aquellos que somos herederos de la salvación (Hebreos 1: 14).

Ahora bien, el Tolá malo se alimenta de la energía negativa que genera el yetzer hará que vibra en el ego de cada hombre. Pero, ¿de dónde absorbe el Tolá bueno su fuerza para poder actuar contra el Tolá malo? Del hecho de que el Pueblo de Israel ofrenda el Olá HaTamid por la mañana y por la tarde. Es decir, que por el mérito del ofrecimiento de estos korbanot, el Tolá bueno obtiene la fuerza para vencer al Tolá malo.

Leyendo y mediando esta descodificación de las Sagradas Escrituras, logramos leer con una óptica más razonable el oráculo en el que HaKadosh Baruj Hu se dirigió a Yaakov Avinu y le dijo

«No temas, Toláat («gusano de») Yaakov; es decir, no temas del Tolá de la kelipá ni de las fuerzas de la impureza, debido a que tú también tienes un Tolá con el poder de aniquilar a tu enemigo”.
(Isaías 41:14)

Los sabios, expertos en los códigos hebreos (en el Tratado de Nedarim 81a; Tratado de Shabat 119b y Tratado de Bavá Metzía 30b), preguntan:

“¿Por qué fue desolada la Tierra de Israel?”

La pregunta es retórica. Con ella quisieron decir que, si el Korbán Olá Tamid estaba supuesto a proveerle poder al Tolá bueno para batallar con el Tolá de la klipá, entonces, ¿cómo pudieron los goyim (pueblos gentiles) devastar la Tierra de Israel?

Esta pregunta se refuerza por el hecho de que en la ciudad Jerusalén vivieron grandes talmidim jajamim (discípulos de la Sabiduría), que poseían un espíritu profético, de un nivel muy elevado que no se podía medir. Dichos talmidim jajamim tenían el poder de forzar a los ángeles ministeriales a batallar contra las fuerzas de los principados destructores que presiden las naciones idólatras; dichos ángeles ministeriales no les darían a los goyim la posibilidad de destruir la Tierra de Israel
(Midrash Zuta Ejá 1:7). Entonces, ¿cómo los destructores obtuvieron el permiso para arrasar?

Esta pregunta fue formulada a los jajamim (sabios) y a los naavim (profetas), quienes no supieron responderla. Hasta que vino el Eterno mismo y la respondió:

«¿Quién es varón sabio que entienda esto? ¿y a quién habló la boca de Yahvéh, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como desierto, hasta no haber quien pase? Dijo Yahvéh: Porque dejaron mi Torah, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz, ni caminaron conforme a ella;»
(Yirmeiá/Jeremías 9:12 – 13):

¿Por qué la Tierra [de Israel] fue destruida? Porque abandonaron Mi Torah

Al leer los comentarios de la Guemará (Tratado de Nedarim 81a) se puede encontrar varias razones que avalan la amonestación de YHVH a los Benei Israel (Hijos de Israel):

  • que fue debido a que no bendecían antes de leer la Torah;
  • porque los infantes dejaban de estudiar Torah y comenzaban a practicar las modas y costumbres de los niños de otros pueblos; y también
  • porque se apegaron a la letra de la ley en demasía y, aunque cumplían las leyes de la Torah, impartían justicia implacable sin aplicar la cualidad de la misericordia.
  • y además, por fuerza mayor, habían dejado de traer la ofrenda de elevación constante, pues se les habían acabado los animales para ofrecer, y como el korbán viene a expiar los pecados del día y los de la noche, no tenían forma de expiar; por ende, perdieron la protección.

Entonces, notamos que el Pueblo de Israel se fortalece sobre sus enemigos solo cuando ofrendan el Korbán Olá Tamid, el cual es un símbolo de la elevación y superación diaria a los que el Eterno llama a cada miembreo de Su Pueblo. Por ende, dicho Korbán Tamid tiene el poder de darle fuerza al Tolá de la santidad; y es necesario que dicho Tolá esté en condición de elevarse y superarse constantemente, como un avión que para poder despegar y mantenerse en vuelo requiere de una fuerza constante, a fin de no perder altura y caer.

Sin embargo, desde que el Pueblo de Israel había dejado de ofrendar el Korbán Tamid, el Tolá de la kedushá (santidad) no tenía más fuerza para vencer a la klipá de la impureza; por ello, los goyim consiguieron potestad para destruir Jerusalén y Su Templo.

De acuerdo a la historia, el Pueblo de Israel dejó de ofrendar el Korbán Tamid el 17 de tamuz debido a que no les quedaron más ovejas (así lo relata el Tratado de Arajín 11b, y Rashí allí). Pero en lugar de preocuparse por el hecho de que no les quedaban más ovejas y de meditar cómo fue que habían llegado a esa situación de carencia, permanecieron serenos y no se dedicaron a sopesar si esa situación era una señal del Cielo para que se dedicaran a corregir sus actos. Por ejemplo, cuando una madre ve que su hijo no crece y no se desarrolla como debe, o que duerme más horas de las normales, de inmediato, se despierta en su corazón la sospecha de que algo no anda bien. Entonces, recurre a los médicos en busca de descubrir el origen del problema. De la misma forma, cuando el hombre sospecha que no se está elevando, sino que permanece siempre en el mismo nivel (o que, al contrario, está descendiendo de nivel, debe ocuparse de dicha situación meditando en sus acciones negativas, y no puede descansar o permanecer tranquilo hasta que encuentre la respuesta al problema y realice el tikún (reparación) correspondiente.

Dicen los sabios de los códigos hebreos de la Torah que debido a esto, el Eterno estableció que, al envejecer, los cabellos de un ser humano cambien de color. Al principio son negros, pero después se emblanquecen conforme la persona vaya envejeciendo. Asimismo, el rostro de la persona no permanece terso y reluciente como en la juventud. Todo esto, ¿por qué? ¡Si el Eterno podría crear una realidad en que la persona dejara este mundo después de sus 120 años luciendo como un joven! ¿A qué se debe que la persona se vea tan diferente y desgastada al fallecer anciana? El fundamento radica en que las señales de la vejez vienen para despertar a la persona, que se dé cuenta de que ella no está protegida para siempre, que sus años sobre la tierra están fijados y tienen un límite, y que llegará el día en el que dejará este mundo y será enterrada. Sabiendo esto, todo varón y toda mujer de Israel, debe despertar y aprovechar sus días, estudiar Torah y cumplir los mitzvot (mandamientos), pues llegará el día en el que la elevación espiritual le será tomada de las manos, y será juzgado de acuerdo con sus acciones, y entonces ya no podrá corregir lo hecho.

De igual modo, el Pueblo de Israel tenía que haberse despertado, y preocupado de buscar la razón de por qué de pronto no tenían más la posibilidad de ofrendar el Korbán Olá HaTamid. El solo hecho de que se había agotado el rebaño para sacrificar indicaba que habían afectado su estudio de Torah y no se habían dedicado a ella con integridad. Pero, como el Pueblo de Israel permaneció indiferente y no buscó el origen para establecer el Tolá de la santidad, las fuerzas del mal se fortalecieron desde las negatividades que ellos mismos generaban y lograron destruir Jerusalén por medio de las naciones goyim.

En nuestros días, en que no tenemos el Bet Hamikdash (Templo) ni la posibilidad de ofrendar el Korbán Olá HaTamid, cada miembro de los Benei Israel (Hijos de Israel) tiene la obligación de elevarse en la sagrada Torah, y hacer una introspección respecto de sus actos, si es que son debidos o si requieren de corrección. Y cuando la persona se conduce de esta forma, refuerza el poder de la pureza y la santidad ante las fuerzas de la impureza.


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La parashá (porción) Pinjás (Números 25:10 – 29:40) revela en verdad esa conciencia mesiánica a la que podemos ascender por medio de Yeshúa HaMashiaj y que se nos hace especialmente accesible en este Shabat.

¿Qué Clase de Paz practicaba Finees (Pinjás)?

Por P.A. David Nesher

Por tanto, di: «He aquí, yo le doy mi pacto de paz…”

(Bamidbar/Números 25:12) –

Los capítulos de la parashá Pinjás continúan el relato de la sección Balak en donde lo encontramos protagonizando un episodio en el que la autoridad de Moshé fue retada por Zimrí, hijo del jefe de la tribu de Shimón. Resulta que Zimrí se presentó con una midianita llamada Kozbí, desobedeciendo el mandato formal de separarse de estas mujeres. En ese momento, cuando el pueblo esperaba la respuesta a la osadía del varón de la tribu de Shimeón, con la posible consecuencia de la humillación de Moshé, Pinjás atravesó con una lanza tanto a Zimrí como a Kozbí. La Torah nos relata como este lascivo acto cortó la conexión de los israelitas a la sefiráh (esfera) celestial de Yesod, lo que provocó una fuga inmediata de energía mesiánica. Se creó así una abertura que permitió que la negatividad viniera en una plaga que se extendió entre los israelitas, matando a 24.000 de ellos.

Lo cierto de todo esto es que dicho evento tiene una serie de códigos lumínicos que lo convierten en blanco de muchas controversias. Por eso, haremos una serie de preguntas para lograr enfocarnos en la enseñanza de esto: ¿Procedió Pinjás conforme a la Voluntad de Yahvéh o actuó dominado por un ataque de celo? ¡Qué contradictorio! Pinjás mató a un israelita y la Torah lo califica como “persona que hace la paz”. ¿Cómo explicamos esto? Sea cual fuese la respuesta correcta, nada semejante a esta acción había sido vista en Israel hasta entonces.

La Torah nos relata que por este acto de celo por el Nombre de Dios, el mismo Eterno ofrece a Pinjás, su Pacto de Shalom. Ahora bien: ¿cómo se puede armonizar la conducta beligerante de Pinjás con su condición de Kohén, cuya característica fundamental es la paz que debe diferenciar a los descendientes de Aharón? ¿Por qué el Eterno le dio un premio tan grande como el Pacto de la Paz? ¿Qué paz trajo Pinjás al pueblo?

La explicación fluye sola de las mismas Escrituras: Pinjás trae la paz entre el pueblo y Yahvéh a través de su actitud del shomer (atalaya o guarda) que evita que la comunidad toda sufra cortocircuitos espirituales por causa del pecado de algunos.

Para explicarlo mejor, diré que Pinjás era básicamente un hombre de paz, al igual que su padre Elazar y su abuelo Aarón, el Sumo Sacerdote, sobre el cual fue dicho:

 Sé de los estudiantes de Arón HaKohén: amando la paz, persiguiendo la paz, amando a las personas y acercándolas a la Torá”.

(Avot 1:12)

Sin embargo, cuando Pinjás vio que se estaba profanando el Nombre del Eterno de manera pública, él actuó de manera totalmente ajena a su naturaleza (Números 25:6). Al hacer esto él demostró gran fortaleza de carácter, ya que se sobrepuso a su naturaleza pacífica para santificar el Nombre de Dios.

Con su acción decisiva, Pinjás puso punto final a las orgías con las mujeres midianitas, conducta que amenazaba con desviar al pueblo de su recientemente adquirido compromiso con la emunáh de Avraham, Izjak y Yaakov, para conquistar territorios llenos de idolatría.

Así, el Pacto que el Eterno ofreció a Pinjás incluye la palabra Shalom, que es uno de los Nombres divinos. Por ello, se trata de una relación permanente, porque Dios es eterno.

De esto nos resultará interesante señalar que en el texto hebreo, la palabra para “paz” (shalom), tiene un aparente “defecto”. La letra vav, que corresponde a la letra o, está partida. Si así fue escrito en el original. La pregunta es: ¿por qué el Eterno escribió la palabra para paz completa, shalom, con una letra no completa? Hay una opinión que dice que Pinjás sólo tuvo justicia en su mente cuando ejecutó a los pecadores, sin tener una actitud de misericordia. Por eso el pacto con él no fue perfecto.

Entonces, comprendemos que las Sagradas Escrituras enseñan que no hay paz en la sociedad si no hay justicia. Está escrito que el fruto de la justicia es shalom (cf. Hebreos 7:2), donde primeramente habla de justicia y luego de paz (cf. Salmo 72:1-4; 85:10; Isaías 32:17; 48:22; 57:21; 60:17). Sin embargo, la paz no es perfecta si sólo se emplea la justicia, sin tener misericordia. Además no es correcto sentir sólo venganza sino también debe haber un sentimiento de pena por los que son ejecutados. Algunos intérpretes sostienen que es posible que Pinjás no tenía una actitud de misericordia a la hora de ejecutar la justicia. De esta manera sólo reflejaba una parte del carácter de Yahvéh que es justo y misericordioso a la vez. Pinjás tenía un celo por la justicia, pero le faltaba la misericordia, y por eso el pacto de paz no fue completo.

Por otro lado, encontré un respuesta dada por el comentarista de la Torah Obadiah ben Jacob Sforno (1475-1550), que me ha parecido espléndida y nos podría guiar hacia el motivo del “premio divino” de Pinjás.

Sforno hace ver que gracias a este Pacto de Paz que el Eterno le dio a Pinjás, este tuvo una larga vida, viviendo incluso durante la época del Mishkán situado en Siloh, es decir, incluso después de la muerte de Yehoshúa.

Pinjás es la persona que más años vivió en su generación. La razón de esto es, según el Sforno, debido a que la pérdida solo se encuentra en la confrontación de los opuestos. Es decir, que Pinjás logró vivir una vida larga debido a que no tenía confrontación de intereses internos opuestos uno de otro. Pinjás logró vivir una vida larga gracias a su paz interior.

Allá por la década de los años 60, profesores de la Universidad de Harvard guiados por investigaciones científicas llegaron a la conclusión de que la salud física humana depende mucho de la salud mental de la persona. Si uno no está tranquilo mentalmente y emocionalmente, su cuerpo tampoco está tranquilo y esto lleva a que la persona se enferme y muera. La paz interior hace que la persona esté sana y tenga larga vida.

La paz interior es un producto, como ya mencionamos, del estado mental y emocional y de la confrontación de intereses opuestos dentro de la persona. Cuanto más sincera y verdadera sea la persona consigo misma, menos stress y conflictos esta va a poseer.

Pinjas tuvo el merito de recibir el pacto de la paz debido a que este no llevaba dentro suyo ninguna confrontación de intereses. El solamente buscaba tranquilizar el enojo de D-os y devolver el pueblo a su lugar correcto. Si Pinjas hubiese tenido un conflicto de intereses, seria imposible saber dónde hubiese terminado esta historia. Gracias a que Pinjas no dudó ni un minuto en cual era la acción que se debía tomar en tal momento, este fue garantizado con un pacto de paz para la eternidad. Gracias a que Pinjas actuó de forma “pura y simple, sin ningún conflicto de intereses que generen dudas”, este fue premiado con el pacto de la paz.

Pinjás no solo marcó un avance en términos de paz hasta esa época y hasta hoy en día, sino que su avance es el que refleja verdaderamente lo que es la paz. Muchos piensan que paz es un término teórico y no práctico. Muchos opinan que para llegar a un estado de paz hay que “levantar las manos” y dejarse llevar. Pinjás nos enseñó que justamente para poder llegar a la paz hay que accionar. Hay que trabajar por ella. Para poder llegar a estar en un estado de paz interior hace falta no quedarse inactivo.

Que siempre podamos estar en paz interiormente para así poder llegar a generar una paz exteriormente.

Shalom!

¿A Quién Mató Pinjás?

P.A. David Nesher

El nombre del hombre de Israel que fue muerto con la madianita era Zimri, hijo de Salu, jefe de una casa paterna de Simeón.15 Y el nombre de la mujer madianita
que fue muerta era Cozbi, hija de Zur, el cual era cabeza del pueblo de una casa paterna en Madián.

(Bamidbar/Números 25: 14-15)

Al comenzar esta sección (parashá) de la Instrucción (Torah) divina, nos encontramos con una escena un poco extraña: el nieto de Aarón, Pinjás (Finees o Fineas en español), es premiado por su acto de celosía al matar al príncipe de la tribu de Shimón, Zimrí junto a la princesa Midianita, Cozbí. La recompensa consiste en que Yahvéh le otorga un pacto de paz y la kehuná (sacerdocio) por perpetuidad. Ahora bien, no podemos comprender los códigos de esta porción en su esencia de Luz, sin previamente recordar el contexto histórico que aprendimos en la parashá anterior (Balak). Recordemos pues los mismos:

Los israelitas alcanzaron las exuberantes llanuras de Moab. En verdad, un hermoso oasis comparado con el húmedo desierto en el que habían estado vagando por cuarenta años. Descansaron un poco y se sentían bien. Los moabitas (descendientes de Lot, el sobrino de Abraham) y los malvados midianitas  (madianitas), sacaron ventaja de esta situación y se dieron cuenta que su guardia estaría baja. Entonces, implementaron el plan del malvado profeta Bilaam (Números 31:16) de inducir a los hebreos al pecado. Bilaam dijo: “Su Dios es un Dios moral. Si puedes lograr que los hebreos sean inmorales, entonces Dios se va a deshacer de ellos”.

La Torah relata el método que implementaron los Moabitas para hacer caer a los judíos:

Primero, los Moabitas enviaron a sus mujeres más bellas, lideradas por una princesa midianita llamada Kosbí, a seducir a los varones hebreos al pecado de la lujuria, y así hacerlos caer en la idolatría, que finalmente los condenaría a destrucción.

Kosbí y sus amigas llegaron a las afueras del campamento hebreo con sus dioses paganos para incentivar y/o motivar a los hebreos a fin de que los adoren y así conseguir que pequen contra el Eterno. La misión de Kosbí lo consiguió.Muchos hebreos se dejaron llevar por la belleza de estas mujeres, y empezaron a pecar contra Dios. Por ello, Yahvéh envió una fuerte plaga para los hebreos del campamento.más no para los pecadores.

Ahora bien, cuando analizamos los nombres de estas dos personas a la luz de su etimología y de la guematría, sus significados son cuanto menos sorprendentes. En el primer lugar Zimri (זמרי) puede leerse como “mi canto”, “mi canción”. Viene del verbo hebreo Zimer (זמר), que significa “cantar”. Pero, también está relacionado con la expresión Zamar (זמר) que quiere decir “cortar”. Si ahora invertimos las letras de esta palabra (zamar) obtenemos Mazar (מזר), que significa “pudrirse”, “corromperse”. Con estas concepciones de las raíces hebreas logramos captar una revelación divina encriptada en el texto.

Ahora los invito a considerar la guematria de ambas palabras (zimri y mazar) que es 247:

ז = 7

מ = 40

ר = 200

————-

247

En cuanto a Kozbí (כזבי) encontramos en ella la  expresión hebrea Kozeb (כזב), que significa “embustero”, “mentiroso”. Su guematría es 39. La misma está relacionada con algo prohibido que profana lo sagrado (por ejemplo los 39 trabajos que están prohibidos en Shabbat).

כ = 20

ז = 7

ב = 2

י = 10

———–

39

Hasta aquí seguramente nuestras mentes se elevan ante estos secretos develados. Pero lo más sorprendente ocurre cuando sumamos la guematría de Kozbí, 39, con la de Zimrí247. El resultado que obtenemos es 286.

Entendemos que el pecado de Zimrí y Kozbí habían causado un cortocircuito en las bendiciones que vienen de la mano del Eterno. Buscando la guematría de mano, la misma es 10, valor de la letra Yud, con la que comienza el Nombre Bendito del Eterno. (Recordemos que Pinjás recibió en el Pacto de Paz, una letra yud pequeña en su nombre.)

Entonces, si a la cifra 286 le sumamos el valor de la letra yud que es 10, el resultado obtenido coincide con mismo valor guemátrico que la palabra Acor (עכור), palabra que significa “turbio”, “siniestro”.

כזבי = 39

זמרי = 247

————–

286 + 10 = 296

Acor

ע = 70

כ = 20

ו = 6

ר = 200

————

296

De este modo vemos que con quien en realidad se enfrentó Pinjas. Él en verdad, arremetió contra HaSatán mismo y sus fuerzas destructivas. Pinjás fue contra la corrupción y la mentira, que genera lo siniestro en la mente y el corazón humano, para convertirlo en un portal del lado oscuro (Sitrah AjRá).

Nota:

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Las Cinco Señales de Sanación y Protección de Pinjás

Las Cinco Señales de Sanación y Protección de Pinjás

Por P.A. David Nesher.

Esta porción de la Torah, llamada Pinjás, es muy particular ya que existen en ella lo que se conoce en hebreo como «simanim«, que significa señales. Esto término se refiere a una curiosidad llena de misterios que tiene la Torah, ya que ella fue escrita por Moshé, inspirado por el mismo Yahvéh. Lo cierto es que en ciertos momentos especiales del texto, el mismo se ve escrito por letras que aparecen más chicas o más grande que lo normal, o cortadas en su estructura, etc.

Pues bien, esta sección presenta cinco sinamin tales como una yud pequeña en el nombre mismo de Pinjás; una vav dividida en la palabra «shalom«; un espacio en medio del versículo; una nun sofit especialmente grande, en la palabra «mishpatan«; así como un punto sobre una vav en la palabra «isarón«. Todos estos son acontecimientos únicos y especiales, pues no es nada común que este tipo de señales aparezcan en la Torah. Esto es lo que convierte a esta sección en una fuente de información celestial, llena de códigos que señalan a la Era Mesiánica.

La Historia de Pinjás y sus maravillas encriptadas.

Pinjás es un héroe que en forma absolutamente desinteresada, arriesgando su posición personal, salva al pueblo de Israel de una terrible plaga (hbr. meguefá) propiciada por la perversa acción de Zimri, príncipe de la casa de Shimón, quien sucumbe ante la seducción de la midianita Kozbí bat (hija de) Tzur, sosteniendo relaciones sexuales públicamente, ante todo el pueblo de Israel.

Ante el riesgo de que Israel perdiera los privilegios del sacerdocio (hebr. kehunah), se nos relata que Pinjás, que no era sacerdote, tomó su lanza, que hebreo se dice rómaj, y prensó con ella a los transgresores causándoles la muerte. Sin embargo, este acto permitió que la megefá (plaga) se detuviera. Por ello, Pinjás es reconocido por el Eterno quien no sólo no le descalifica para el sacerdocio, sino que se lo otorga eternamente; a él y a sus descendientes. Resultará interesante aquí mencionar que la expresión rómaj (lanza) tiene un valor guemátrico de 248. Este número coincide con la cantidad de palabras que conforman el Shemah Israel, y con las 248 partes corporales que la cosmovisión hebrea contempla como «eibarim». Por ello, las palabras del Shemah están estrechamente relacionadas con la unificación del alma y el cuerpo.

Por otro lado, el nombre de nuestro padre Abraham, tiene como valor guemátrico 248, razón por la que esta cifra nos remite al aspecto de la misericordia y del dar del Eterno. Por ende, cuando se nos informa en la Torah que Pinjás prensó a los transgresores con su lanza (-romaj-) causándoles la muerte, en realidad se nos habla de como la fuerza del amor y la misericordia lo puede todo, derrotando al mal en su expresión más intensa, por medio del celo de Dios. Es decir, que el acto de Pinjás no fue un asesinato, sino una acción heroíca, llena de celo, que estaba poniendo en orden aquello que se había desconectado del pacto del Eterno con Abraham mismo. Pacto que estaba bien sellado y simbolizado en el brit milah o circuncisión. Entonces, debemos aceptar que Pinjás fue premiado por el Eterno a causa de esta actitud apasionada, propia de la madurez emocional, que es ejercer el celo para que las cosas transicionen del caos al mundo rectificado.

Por lo dicho hasta aquí, nos es necesario dejar a un lado el relato textual e histórico, y considerar las profundidades de la codificación de los secretos que la Torah contiene, entendemos que Pinjás es una forma de conciencia mesiánica a la que podemos ascender por medio de Yeshúa, y que se nos hace especialmente accesible en este Shabat.

¿Cuáles son las características de esta forma de conciencia llamada Pinjás?

Pinjás simboliza el potencial máximo de cada uno de nosotros. Potencial que se manifiesta al asumir nuestra responsabilidad espiritual frente a sí mismos y frente a los demás, adoptando un compromiso existencial para llevar a cabo esa responsabilidad. Esta fuerza es la que a los redimidos nos permite presentarnos en la sociedad, no sólo como gente que se porta bien, y por tanto, tiene una buena moral, sino más bien como gente ubicada en una posición totalmente pro-activa, debido a que encontró su misión de propósito, y está dispuesta a luchar por ella, arriesgando el todo por el todo.

Así como las fuerzas del mal son perseverantes e implacables, la fuerza simbolizada en Pinjás nos anima a continuar enfocados constantemente en nuestra misión inyectándole diariamente pasión, más allá de los retos que se presenten diariamente para desmotivarnos e instarnos a claudicar. A esto se lo conoce como el celo de Dios (en hebreo kinah).

  1. La yud pequeña en el nombre de Pinjás, representa a la humildad. Virtud primordial e indispensable que necesitamos para hacer efectiva la fuerza del celo en nosotros. La humildad nos deja el entendimiento de que, al abandonarnos a la buena y perfecta Voluntad del Creador, nuestro Padre, minimizando nuestra agenda personal y nuestros intereses egoístas, nos convertimos en canales auténticos para traer Luz Infinita y abundancia a nuestras vidas y a los nuestros. Nos asumimos canales del Creador por lo que toda arrogancia sostenida en distintos títulos sociales cae, ya que es sólo desde la humildad que podemos estar en el lugar que el Eterno nos quiere: recibiendo de Él para dar a nuestro entorno.
  2. La vav dividida en la palabra shalom, que significa al mismo tiempo paz, perfección y plenitud, representa a la oportunidad que nos da el Eterno para actuar como co-creadores, restaurando nuestro ser y nuestro mundo. Oportunidad que nos permite intervenir en la creación, a manera de socios. Pero, esta chance sólo se puede aprovechar cuando, ya humildes, nos presentamos al Señor con un espíritu contrito, es decir, un corazón roto que quiere convertirse de duro a blando para así experimentarse realmente como una persona humana totalmente íntegra (entera, completa). Es decir, que la unión con lo espiritual y lo físico se logra mediante un trabajo de alianza entre Yahvéh y su primogénito. Esto nos convierte en verdaderos sacerdotes
  3. El espacio dentro del versículo, después de la palabra «maguefá» (plaga) que significa epidemia. Esto nos habla de nuestra capacidad de blindaje e inoculación que tenemos en contra de las fuerzas de la enfermedad, misma que se manifiesta no sólo como un impedimento o merma en nuestro cuerpo, sino como toda forma de desconexión con el Flujo Divino, desde el enojo, la envidia, el miedo, hasta el odio, la guerra y la destrucción provocada por el ser humano.
  4. La nun sofit en la palabra «mishpatán» (27:5) es la protección ante el juicio severo y la caída (nefilah).  Nos habla de nuestra protección de una de las tendencias destructoras que acosan al ser humano: el afán de juzgar con severidad al prójimo, cuando lo vemos caído. Si esperamos misericordia y oportunidades en nuestra vida, atendiendo a la ley de causa- efecto, debemos asumirnos como seres misericordiosos, tomando en cuenta no sólo los rasgos negativos de los demás, dando oportunidad a la reivindicación de los demás. Esta nun sofit habla de nuestra vacuna contra la nefilah (caída).
  5. El punto sobre la vav, en la palabra «isarón» (28:13) nos remite a infundirnos con la fuerza del compartir. La vav representa el conducto de la Luz de abundancia, en este caso específico. Por tanto, es un llamado divino a provocar abundancia en nuestra vida, y el mundo a través de las acciones de compartir. Esta cualidad de plenitud solamente se dará cuando desarrollemos la capacidad de estar constantemente en flujo, es decir, en recibir del Eterno para dar a nuestro entorno y rectificarlo.

Así, y de acuerdo a las enseñanzas de estas cinco señales (sinanim), la parashá Pinjás encierra el secreto de la sanación y la protección. Es a través de conectarnos a la Torah en los términos anteriormente descritos que nos infundimos con una formidable energía de sanación del cuerpo y del alma, que garantiza la protección que otorga la Ira divina.

Por todas estas maravillas, quiero invitarlos a que aprovechemos este enorme regalo que el Creador nos brinda y asumamos nuestro papel de sanadores. Sanadores para nosotros mismos y sanadores para el mundo.

Meditemos en traer paz a la Tierra de Israel, sanación a las almas hambrientas por la Palabra de Dios, que anhelan la trascender del caos, la muerte, y el sufrimiento, que el sistema reptiliano les ocasiona.

Que el Eterno, nuestro Abba, nos conceda su Gracia en Yeshúa el Mesías, Su Hijo, para sanarnos de todo aquello que nos distancia de Él y que pronto veamos emerger su Gloria Suprema trayendo la Unidad y la Paz entre su pueblo Israel y entre todos los seres humanos. Amén.

En el video que a continuación les comparto, podrán apreciar las cinco sinanim en el texto hebreo de la Torah, y lograran captar más profundamente, lo que aquí les he explicado:

También los invito a ampliar el conocimiento de los códigos encriptados en este texto estudiando: 

¿A Quién Mató Pinjás?

LA OFRENDA DE SHABAT: Una Expresión Física del Corazón Humano.

Por P.A. David Nesher

 

“El día del sábado ofrecerás dos corderos de un año, sin defecto, y una ofrenda vegetal de dos décimas de un efa de harina fina amasada con aceite, con su libación. 
Este es el holocausto de cada sábado, además del holocausto continuo y de su libación.» 
(Números 28: 9-10)

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Reiteradamente, por medio de mis enseñanzas, he explicado que el corazón, en las Sagradas Escrituras, representa el centro del alma, de donde emana todo lo que el hombre piensa, habla y hace. Son justamente los pensamientos del ser humano, la manera en que este intelectualiza lo que de su corazón emana, su deseo o intención (kavaná). Las palabras son la manera en que el hombre expresa sus pensamientos, los cuales como dijimos anteriormente son el resultado del discernimiento intelectual de un deseo que emana del corazón del hombre. Los actos son la labor que hombre emprende en pos de satisfacer ese deseo que emana de su corazón, su discernimiento intelectual del deseo de su corazón le dirigió sobre la manera de satisfacerlo, y por eso el hombre entiende o sabe qué acto es el que necesita hacer para satisfacer el deseo que emana de su corazón.
En resumen de lo que vengo diciendo, el acto físico solo es el resultado de un proceso de discernimiento espiritual dentro del alma del hombre, siendo entonces el acto físico la manifestación de lo que está emanando desde el corazón del hombre, el acto es el medio en que lo espiritual que emana del corazón del hombre se manifiesta en el mundo material.
Toda persona justa en el Mesías debe estar consciente que el valor de su ofrenda física se lo da el corazón con que se está presentado, de allí la importancia en que no solo nuestra educación en la Torá sino el ambiente de nuestras comunidades, deben de ser propicias para cultivar los corazones de los ofrendantes y que estos sean adecuados, y entonces sus ofrendas y oraciones sean gratas delante del Trono Celestial.
Y por otro lado debemos aprender sobre el momento adecuado para cada ofrenda, no antes y no después de lo que la Torá ha instruido, por ejemplo, la ofrenda del Shabat (séptimo día de la semana) es clave para un hijo primogénito de Dios, siendo el Shabat la puerta que une a este mundo con la perfección que viene del Creador de los cielos y la tierra. Por ello, teniendo en cuenta que en ese día nos disponemos a cerrar nuestras manos para no laborar y así buscar esa perfección, nuestra ofrenda de Shabat es de suma importancia, y por eso debe ser dada antes de iniciar mi búsqueda de esa perfección disponible en ese día santo.
Para lograr entender el espíritu profético-mesiánico de este acto ofertorio, deberemos entender el sentido de la acción de sacrificar. “Sacrificar le parecía al hombre tan ‘natural’ como orar; lo primero indica lo que el hombre siente acerca de sí mismo, lo otro lo que siente con respecto a Dios”, escribe el historiador bíblico Alfred Edersheim. Desde que el pecado entró en el mundo, ha traído consigo el dolor de la culpa, el desamparo y el alejamiento de Dios. El hombre es consciente que necesita liberarse de estos males. Es fácil de entender que cuando la gente se encuentra en esa situación desesperada piense que debe recurrir a Dios por ayuda (Romanos 5:12).
Por ello, el mismo Dios Eterno, garantizó el cumplimiento de los tiempos con el advenimiento de la «simiente de la mujer» que acabaría con la serpiente antigua y su simiente, el pecado en el corazón humano (Gén. 3:15). De ese modo reveló que en tiempo oportuno Él mismo manifestaría al Cordero que fue inmolado antes de la fundación del mundo (Ap. 13:8). Entonces la humanidad toda tendría abierto el portal de regreso al Reposo (Shabat) del Eterno e Infinito Dios.
Por ello, cuando se estableció el ritual del tabernáculo en el monte Sinaí, el Eterno ordenó que cada mañana y cada tarde se ofreciera un cordero de un año (hebcordero-altar. kebes) como holocausto por todo Israel (Ex. 29:38-42; cf Nm. 28:4), y dos el sábado de mañana y dos el sábado de tarde (Nm. 28:9, 10). Por causa de su inocencia, paciencia e inofensividad, un cordero resultó ser el mejor animal para representar a quien prometió llevar los pecados del mundo, el Cordero de Dios. Por ello, el cordero desempeñó una parte importante en el antiguo sistema de sacrificios, el cual prefiguraba el ministerio y sacrificio de nuestro Salvador. Este animal, ofrecido en holocausto, representaba el ministerio continuo de Jesucristo en favor de los pecadores. Por cuanto ésta era una «ofrenda encendida«, «ofrenda quemada«, o un «holocausto continuo [diario]» (v. 3), se la llegó a conocer como tamîd: literalmente, «continuo» o «diario«. Este término hebreo para “ofrenda quemada” significa “ofrenda de ascensión” u “ofrenda que asciende”, lo cual es pertinente porque en esta el animal degollado se quemaba sobre el altar y ascendía hacia el cielo a Dios un olor dulce, conducente a descanso (Shabat). La ofrenda quemada se distinguía de las demás en que el animal se ofrecía entero al Eterno después de haber salpicado su sangre alrededor del altar. Los sacerdotes tenían que “hacer humear todo ello sobre el altar como ofrenda quemada, ofrenda hecha por fuego, de olor conducente a descanso (Shabat) a YHVH” (Levítico 1:3, 4, 9; Génesis 8:21).
Ahora comprendemos que ley (hajalá) mosaica, con todos sus sacrificios y ofrendas, se dio a los israelitas de antaño para que pudieran acercarse al Eterno y así conseguir y conservar su favor y bendición hasta la llegada de la Simiente de la mujer prometida. El apóstol Pablo, que era judío, lo explica de este modo: “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gálatas 3:24). Lamentablemente, la nación de Israel no respondió a esa tutela, sino que abusó de su privilegio. En consecuencia, sus muchos sacrificios se hicieron repugnantes a YHVH, quien dijo por medio de su profeta: “Suficiente he tenido ya de holocaustos de carneros y de la grasa de animales bien alimentados; y en la sangre de toros jóvenes y corderos y machos cabríos no me he deleitado” (Isaías 1:11).
Teniendo en cuenta estas imágenes proclamadas en la Antigua Alianza, vemos que las primeras comunidades estaban llenas en sus conciencias de estas significaciones. Cristo, nuestro Cordero pascual, ha sido inmolado, decía Pablo a la comunidad de Corinto (1 Cor 5: 7). Y Pedro, en su primera epístola, invitaba a los fieles a recordar que habían sido rescatados de su vano vivir no con oro o plata, que son bienes corruptibles, sino con la sangre preciosa de Yeshúa, Cordero sin defecto ni mancha (1Pe 1: 18-19). Para la Nueva Humanidad conformada en el Mesías, Él era el Cordero del Eterno prefigurado en todos y cada uno de los corderos ofrendados en el altar del Antiguo Pacto.
Los primeros discípulos sabían que la ofrenda es tan importante delante de YHVH que entendían por qué el mismo Yeshúa se convirtió en una para salvar a los hombres del caos. Las primeras comunidades sabían que Él es el Cordero de Dios que quita nuestro pecado (Jn. 1:29) y también, quien sana la tierra. En la cruz del Gólgota, Él era el Cordero a ser sacrificado. Este recordatorio se activaba en cada cierre del ciclo semanal, durante la celebración del Shabat. Los discípulos de los dos primeros siglos, separaban de sus bienes durante las dos comidas del sábado a fin de traer a la comunidad, al iniciarse el primer día, la evidencia de su amor al Eterno y Su Torah como ofertorio. Dichas ofrendas eran usadas muchas veces como instrumentos de la tzedaká (justicia social) que la idea de Shabat les revelaba:

«Cada primer día de la semana, cada uno de ustedes ponga algo aparte, según lo que haya ganado, y guárdelo, para que no se tengan que recoger las ofrendas cuando yo esté allá.»

(1 Corintios 16:2 – RVC)
Hoy, nosotros, los hijos primogénitos que habitamos Su Monte Santo, creemos en el poder de traer nuestras ofrendas de Shabat. Entendiendo que las mismas son actos de adoración a nuestro Abba, el Eterno Dios, por medio de las que ocurren grandes cosas. Al cumplir con estos principios, se revela en todos los cielos lo que hay en nuestros corazones, y nos ponemos en posición para recibir las recompensas correspondientes a nuestra obediencia en el guardar el Shabat.
Así que debemos dimensionar la gran importancia que tiene el acto de honrar al Eterno Dios con la ofrenda encendida de Shabat, ya que el hecho más importante que nos ha sucedido, implicó el sacrificio de dar lo más valioso. Por lo tanto, al hablar de salvación inevitablemente hablamos de ofrenda de Shabat manifestándola materialmente. Nos encanta recibir el beneficio de la cruz, pero debemos entender que fue una ofrenda, un sacrificio con el cual Yeshúa otorgó Reposo (Shabat).
Al ofrendar en Shabat, manifestamos que creemos en que todo el universo opera basado en ciclos. Las mujeres tienen su ciclo mensual, la lluvia pasa por un ciclo; el Eterno creó el mundo basado en ciclos para asegurar su continuidad. Cuando uno de esos ciclos se desequilibra, se crean grandes conflictos. Al celebrar Shabat manifestamos nuestra convicción en que toda la Creación marcha al encuentro de ese «instante eterno» en que todo lo creado entrará en el Reposo de YHVH. En cada Shabat establecemos que nuestro Único Dios está en absoluto control de todas las cosas por medio de Su Mesías-Cordero. De ese modo no ha posibilidad alguna de que las tinieblas establezcan el caos en la Tierra, y desde ella, en el cosmos todo. Por el contrario, el señorío entregado por el Padre a nuestro Dueño Yeshúa realiza diariamente un ministerio continuo en intercesión a favor de los hombres y la creación misma. Dicho ejercicio ministerial garantiza una vivencia de Su Paz (Shalom) en todas las áreas del ser humano, y particularmente aquellas que tienen que ver con su economía. Tu acto de ofrendar proclamamos a todo testigo de nuestro alrededor (ángeles y hombres) que aceptamos lo que YHVH está haciendo por nosotros, aunque no lo merezcamos.
Por todo ello, necesito decirte, a ti que lees esta bitácora, que cuando ofrendas en Shabat entras en el ciclo de libertad financiera que nuestro Abba Eterno diseñó para ti. Si ofrendas estás dando testimonio de lo que recibes cada día de tu vida es de parte del Eterno Dios; entonces las bendiciones te alcanzarán (Dt. 28:1-14). Pero si recibes, y no ofrendas, te sales de ese ciclo y las maldiciones de la Torah te alcanzarán (Dt. 28:15-68).
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