Moisés Franco

El Amor Duele

Por Moisés Franco

A todo ser viviente le agrada el amor, porque fue hecho por y para el amor (Rm. 11:36). A los seres humanos en particular nos impulsa la alegría de sabernos amados, pero debido a nuestra tendencia al mal, no nos gusta respetar las condiciones para preservar y madurar el amor en nosotros.

A un niño no le causa placer que su papá le niegue comer todo el tiempo comida chatarra, pero el amor de un buen padre jamás permitiría que la salud de su hijo se ponga en riesgo voluntariamente por ese capricho.

Pero, más allá de esa tendencia humana a buscar sólo nuestro placer, el mundo actual está fuertemente caracterizado por el hedonismo, es decir por la “actitud vital basada en la búsqueda de placer” (RAE).

Placer no es lo mismo que amor, éste puede ser placentero, pero no siempre. Hoy por hoy se busca el placer del sexo y el enamoramiento, pero no el rigor del compromiso.

En la fe también se da el hedonismo, donde hay gente que busca los beneficios del amor del Eterno sin querer pagar el precio que éste demanda; ¿y cuál es?

En Shemot 19:10 YHVH ordena a Moshé que le diga al pueblo que se purifique y abstenga de tener relaciones sexuales por tres días. Luego, le dice que establezca límites entorno al monte y que advirtiera que cualquier ser viviente (hombre o animal) que los sobrepasara moriría indefectiblemente.

Si Él ama a Israel y le ha transmitido su deseo de convertir a la asamblea en su “especial tesoro”, entonces ¿por qué límites tan rigurosos y que de ser traspasados traerán la muerte?

La relación que el Eterno le está proponiendo a Israel es semejante a la de un matrimonio (Jer. 31:32). Todo matrimonio desde el diseño divino, es una alianza basada en el amor; y por ende deben establecerse ciertos límites de respeto entre los cónyuges para preservar ese amor.

Por eso en distintas cartas apostólicas se habla de que la mujer respete a su esposo y que éste ame y respete a su esposa, incluso de la misma manera en que ama “a su propio cuerpo” (Ef. 5:28).

Sabemos que lo visible proviene de lo invisible (Heb. 11:3) y por ende, si en un matrimonio humano deben darse estas pautas, cuánto más entre Aquel que es el esposo por excelencia y su amada, es decir, Israel.

Proverbios 15:32 dice: “El que rechaza la corrección se desprecia a sí mismo; el que la atiende gana entendimiento” (NVI).

Si entendemos que YHVH es amor (1 Jn. 4:8), entonces debemos confiar en que cada límite que nos marca será para nuestro bien; para que nuestra relación desde lo personal hacia lo comunitario pueda crecer en amor. De esta manera, cada individuo conectado con los límites de su instrucción nos establece, no sólo crece en entendimiento, sino que lo hacen también sus vínculos, y especialmente la familia de la fe que conforma (Ef. 2: 19).

Por eso es tan importante erradicar el pecado de nosotros mismos y de nuestras asambleas. Porque así como la obediencia desde lo individual bendice a todo el cuerpo del Mesías; el pecado contamina las asambleas y estorba su crecimiento.

Justamente, esta es la razón por la cual estamos llamados a ser guardas de nuestros hermanos, conduciéndolos a cumplir los límites que en amor nos ha dado nuestro Dios. “Asegúrense de que a nadie le falte el amor de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause problemas y envenene a muchos” (Heb. 11:15 | NBV)

A decir verdad, como dije al principio, a nadie le gusta obedecer todo el tiempo naturalmente y menos ser disciplinado, pero la disciplina aunque genere aflicción en un principio, es un entrenamiento que “…después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella” (Heb. 12:11 | NVI)

En conclusión, el precio que demanda YHVH para disfrutar de su amor es la obediencia (1 Sm. 15:22). Por ende, tengamos perseverancia en obedecer los límites de amor que nuestro amado nos da, porque son para preservar nuestra vida, son la muestra más clara de cuánto nos ama. Y en caso de pecar, sabemos que tenemos un abogado que nos redime mediante su sangre (1 Jn. 2:1), Yeshúa el Mesías, dado por el mismo Padre, por amor a nosotros.

Una Vasija para Salvar al Mundo

Por Moisés Franco

“Tomarán un manojo de hisopo, y lo mojarán en la sangre que está en la vasija, y untarán con la sangre que está en la vasija el dintel y los dos postes de la puerta. Ninguno de ustedes saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana”.

(Shemot/Éxodo 12:22| NBLH)

Al leer este pasaje de la parashá (porción) Bo, me llamó la atención el término vasija. Convengamos que, es un detalle que perfectamente el Señor podría haber omitido, porque a los fines prácticos de untar con sangre los dinteles, a simple vista es irrelevante el recipiente que contiene el líquido.

Sin embargo, he comprobado que NADA es casual, y eso hace única la torah ¡Baruj YHVH!

Vasija y Sangre

La palabra hebrea traducida como vasija en el citado pasaje es “saf”, que está vinculada a “contener” y significa también: cántaro, contrafuerte, copa, lebrillo, puerta, taza, umbral y vajilla, según el diccionario Strong.

El Espíritu Santo, por medio del apóstol Pablo, se refirió de forma muy elocuente a la vasija al compararnos con ella.

“Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo. Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.”
(2 Cor. 4:6-7| NVI).

En ese caso, la palabra griega para vasija es “skeúos”, que significa: bienes, esposa, lienzo, utensilio, vasija, vaso y vela (Strong).

En cuanto a la sangre, un pasaje muy ilustrativo es el siguiente:

“…pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; 26 pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús”
(Romanos 3:24-26|NVI)

La fe en la sangre de Yeshúa como Mesías redentor, es la que expía nuestros pecados gratuitamente (para nosotros).

A partir de todo esto, comprendo que por la fe en la bendita sangre derramada de Yeshúa, el Mesías, obtenemos la salvación de la condenación de nuestros pecados.

Eso, habilita a la Luz del Eterno a brillar en nosotros y así poder conocer y manifestar en nuestras vidas el rostro del Mesías. Esto, si bien entiendo, sería lo que los hebreos llaman el Zeir Anpin (Rostro Pequeño) de Dios, que encierra siete atributos divinos según ha enseñado en diversas oportunidades David Nesher. (Los Siete Aspectos Mesiánico de Nuestra Santidad).

De la misma manera que la vasija contenía la sangre que se ponía en los dinteles de los hijos de Israel para sellar en salvación; Él nos ha convertido en vasijas contenedoras del maravilloso poder de su sangre.

Para que justamente Él como Padre, selle con esa sangre bendita a quienes han de recibir la salvación; tal como lo hicieron los jefes de familia con las puertas de sus casas (conf. Sal. 24:7-9)

Una vasija tiene por misión contener. Así, la nuestra es permanecer íntegros para administrar Su salvación al mundo, para poder contener esa luz preciosa (2 Tm. 2:21, recomiendo RVA)

Vasija-Esposa

En griego, la palabra usada para vasija también significa “esposa” y en hebreo encierra la idea de “contención”; sin duda estas ideas están relacionadas y no es casual.

Entiendo que, trasladando el diseño de vasija nuevamente a un hogar, el varón jefe de familia puede tener las mejores intenciones de llevar salvación a su casa; como los hebreso en Egipto. Pero si su vasija, su cuerpo y esposa, no está bien cuidada la tarea se dificultará.

El apóstol Pedro llama a la mujer “vaso más frágil” (1 Pedro 3:7). Pero no en un sentido machista de inferioridad, como suele pensarse. Sino por el contrario, de mayor refinación; y por ende, una creación que merece mayor atención y cuidado.

Para entenderlo claramente, sería algo así como la diferencia en el trato que tenemos con una vasija de barro y una admirable copa de cristal; ambos son recipiente con una misión, pero a uno se le da un cuidado especial no por inferior, sino por lo superior de su finalidad. Por eso, el Espíritu, por medio del apóstol, insta al esposo a tratar con honra y respeto a su esposa a fin de que sus “oraciones no tengan estorbo”.

Una esposa unida al propósito eterno de Dios en Yeshúa, contiene y administra la salvación al hogar. Es la vasija donde su esposo vuelca la preciosa Luz dada por el el Eterno en comunión íntima, para que por medio del diálogo este varón se la comparta a su mujer, a fin de que ella la lleve de forma práctica a la familia.

Vasija, es a su vez representación de la esposa y del cuerpo (según 2 Tim 2:21 y 1 Pedro 3:7 antes citados). Ambas representaciones se sintetizan de forma asombrosa en la epístola a los Efesios (4:13 y 5:25-27), donde el Espíritu Santo por medio del apóstol Pablo no sólo une la idea de cuerpo y esposa, sino que hace un paralelismo entre el matrimonio físico varón-mujer en alianza con YHVH y el metafísico entre el Mesías e Israel.

En conclusión, el llamado es seguir disponiendo nuestros cuerpos y mentes para que, tanto en lo individual como en lo corporativo, continuemos creciendo para ser esa “humanidad perfecta” que es Israel. Empecemos en nuestras propias casas, para llegar a ser esa esposa-vasija maravillosa que tiene la misma estatura del Mesías (Efesios 4:15-16).

Cómo Prevenirnos del Pinchazo del Escorpión

Por Moisés Franco

 

Hemos aprendido por medio del apóstol David Nesher que en el mes de Jeshván el Eterno nos capacita para ir contra la energía adversa propia del mazal de escorpio. Es por ello que símbolo de este tiempo es un pie pisando un alacrán.

A través de las fiestas de nuestra fue podemos ver que YHVH nuestro Dios es el mejor de los pedagogos. Suele usar elementos físicos para ayudarnos a aprender, es decir, que al verlos podamos recordar determinadas características simbolizada en el objeto.

Por esa causa, investigué primeramente si existe un tipo de escorpión típico de Israel y cuáles son sus características para ver de qué manera éstas pueden tomarse como un mensaje para nuestra alma.

El animal se lo conoce como escorpión dorado o israelí; y también “escorpión muerte acechante”. Vive en el norte de África y en el cercano Oriente incluyendo obviamente a Israel.

Sus características son:
Muy agresivo: es así tanto con los seres humanos como así también con los de su propia especie, a quienes en ocasiones devora. (1)
Se camufla: su color dorado puede variar según el entorno donde habita asemejándose bastante al terreno a fin de pasar fácilmente inadvertido.
Muy venenoso: es considerado como el alacrán más venenoso del mundo, una picadura es suficiente para matar a un niño, un anciano o a un adulto con problemas cardíacos. Varias de ellas pueden matar a un humano adulto sano. (2)
Nocturno: suele ocultarse en el día en hoyos o bajo rocas donde encuentra la humedad que necesita.
Apareamiento: el macho debe hacer una danza para simpatizar con la hembra, en caso de que ella se ponga nerviosa puede matarlo y comerlo. Si el cortejo es exitoso, el macho deja en el suelo una especie de bolsa con esperma y se retira, el continente es tomado por la hembra quien la introduce en su cuerpo para terminar el proceso de fertilización. (3,4)

¿Cómo se relaciona con nosotros?

Los paralelismos que meditando con el Señor encontré útiles para nosotros son varios. El escorpión (en hebreo akrav) simboliza nuestro ego, nuestra tendencia al mal que debemos dominar.
Durante este mes, nuestro ego está especialmente activo intentándonos llevar a la agresividad tanto hacia nosotros mismos como a nuestro entorno.

Esa agresividad puede manifestarse en un “comer al otro”, en el sentido de hablar mal (con mala intención) del mismo; lo cual sabemos, es mortal para nuestra propia alma.
A veces se disfraza detrás de una “crítica constructiva” o una “ira santa” pero que en verdad oculta el manjar del chisme (Proverbios 18:8).

Es porque el ego como el escorpión muerte acechante suele camuflarse. Cuando hemos pensado que ya lo hemos vencido, si nos descuidamos sale debajo de las zonas oscuras de nuestra alma para picarnos (1 Cor. 15:55).

Su picadura es venenosa, tiene un veneno mortal para las personas más débiles, y esto nos recuerda que es en nuestras debilidades donde el adversario busca que nos descuidemos y dejemos que el ego nos pique haciéndonos pecar.

Según el sitio Ecomirada.com el veneno del escorpión israelí “es 100% mortal en niños…”. Lo que nos recuerda que, si dejamos que el pecado tenga parte en nosotros, mataremos la naturaleza inocente, la de niño, que debemos preservar (Mateo 18:3/Romanos 6:23).

En cuanto a lo sexual, la práctica de apareamiento de este tipo de alacrán es muy llamativa. Un macho que se excita deja su esperma y se va; y una hembra que si se altera termina matando a su pareja.

En la celebración de luna nueva de Jeshván de 2018 el apóstol Nesher mencionó que era un tiempo para refrenar el “frenesí sexual”.

La vinculación que encuentro es que el ego lleva a que se haga un mal uso de la genitalidad, un uso hedonista y utilitarista donde no importa que las acciones -incluso dentro del matrimonio- den muerte en lugar de vida.

Conclusión

Lo descripto hasta ahora no persigue un objetivo meramente informativo ni tampoco persigue el decaimiento del lector. Porque como Nesher ha explicado, las lunas nuevas son celebradas por Israel para poder romper contra el dominio astral al que están sujetas las naciones. Por eso, conocer estas características del animal asociado a la energía negativa del mes es útil para tomar mayor consciencia y actuar preventivamente.

Vale recordar que este es el octavo mes, y el ocho es el número que simboliza al Mesías. Número de nuevos comienzos, de redención, porque justamente por medio de la fuerza que tenemos en Yeshúa para vivir la torah, podemos vencer la muerte como Él lo hizo.

“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”

(Romanos 8:37-39 | RV1960)

 

Fuentes consultada:

1- https://www.vivirdiario.com/4/7/descripcion-del-escorpion-muerte-acechante/
2- https://www.ecomirada.com/animales-venenosos-naturaleza/
3- http://losporquesdelanaturaleza.com/el-escorpion-de-languedoc/
4- http://www.escorpionpedia.com/escorpion-dorado/

¿Qué Esperas para Estudiar la Mejor Carrera?

Por Lic. Moisés Franco

“No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre echan a perder las cosas y donde los ladrones roban. ¡Háganse tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que puedan corromper, ni ladrones que les roben!, pues donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón”

(Mateo 6:19-21 | NBV)

 

Para comenzar esta meditación quisiera compartirles una secuencia común.

Llega el momento de presentar la tesis, es tu momento, lo que has esperado por años, lo que te ha costado tanto esfuerzo, noches de desvelo y hasta lágrimas…¡Aprobaste!, te tiran huevos, te celebran, fotos, muchas fotos, festejo, trasnochar…8 am del siguiente día: no sabes qué hacer con tu vida, angustia, estás más perdido que San Martín en la Guerra de las Galaxias.

Este relato se repite una y otra vez con quienes egresan de una carrera terciaria/universitaria, ¿por qué? Porque este sistema nos inculca desde mucho antes que podamos tomar consciencia de ello que nuestro fin, nuestra máxima meta es acumular tesoros en la Tierra y a menudo las carreras son un perfecto lazo para creer esa mentira.

No estoy diciendo que estudiar “sea del diablo”, como lastimosamente se decía en la religión en otras generaciones. Tampoco lo digo desde un prejuicio sino desde la vivencia, ya que tengo (después entenderán por qué destaco este verbo) un título de grado y otro de posgrado y lo he vivido.

Existe una mentalidad propia de la lógica empirista griega que implanta, sin que lo percibamos racionalmente, algunas ideas como las siguientes:

  • Necesitas un título para ser alguien
  • Tu carrera es el propósito de tu vida
  • La carrera que elegiste es la mejor
  • Un título te garantiza el éxito, o al menos la supervivencia segura

Si miramos estos paradigmas al reverso diríamos: sin título no soy nadie, no tengo propósito en la vida, me pierdo lo mejor y estoy destinado al fracaso.

¿Crees que exagero? Imaginemos una mesa de café donde hay tres amigos con título y llega un amigo de uno de ellos, el cual no tiene formación superior. Uno se presenta diciendo “soy abogado”, otro “soy docente” y se sabe que el que lo introdujo en la mesa “es” ingeniero. Más allá de que no se lo pregunten, el recién llegado estará posiblemente tentado a pensar “y yo soy…nadie”.

Seguramente muchos dirán, “ya sé que una carrera no me hace más que nadie”, pero por algo este sistema hace que la gente diga “yo soy” al hablar de su profesión u oficio.

La primera carta de Pedro, capítulo 2 versículo 9 dice:

Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable” (NVI)

Ese es justamente el propósito de todo aquel que haya nacido de nuevo en el verdadero Mesías, en Yeshúa, ejercer un sacerdocio santo que reconcilia y promueva toda la creación (empezando por la humanidad) a fin de unirla al Eterno para que sea plena.

Ese es tu propósito si estás en la Luz admirable: reconciliar al mundo con YHVH.

En ese inmenso y maravilloso propósito necesitaremos de todos nuestros recursos al servicio del Señor, por eso dice Devarim (Deuteronomio) 6:5 nos indica que debemos amarlo con todo lo que somos y tenemos (a eso se refiere con “fuerzas”).

Vuelvo a destacar el verbo tener, porque eso es un oficio o una formación académica, una herramienta, un recurso que tenemos, no que somos, uno de tantos para servir al propósito eterno de nuestro Dios.

¿Es valioso? Sí, por supuesto, porque al estudiar se amplía el conocimiento y se piensan cosas nuevas. Es sumamente importante si y sólo si las herramientas que nos brindó una carrera las disponemos al servicio del amor perfecto; en cambio, si sólo sirven a nuestros fines individualistas, no son nada. Porque de hecho en el mundo venidero sólo quedarán las obras que hayamos realizado aquí, y conforme a ellas será la recompensa que tengamos.

Por eso, como dice el profeta Tony González en base a Devarim 32, “nuestra herencia es la Torah” (1). Porque sólo viviéndola en plenitud gracias a la obra de Yeshúa el Mesías, la Torah encarnada, podremos acumular los “tesoros en los cielos” que nos anunció Él como maestro.

Los bendigo en Su nombre y espero que estas palabras puedan servirte para darle la justa importancia a tu estudio o trabajo, ni el extremo de la dejadez o mediocridad, ni la idolatría del becerro de oro.

En amor Moisés Franco, hijo de YHVH.

Con una licenciatura en Comunicación Social

Nota:

(1) El Aleteo del Nesher

Una Receta que No Puede Fallar

Por Moisés Franco

“…Señor mi Dios, yo te he obedecido y he hecho todo lo que me mandaste. 15 Mira desde el cielo, desde el santo lugar donde resides y, tal como se lo juraste a nuestros antepasados, bendice a tu pueblo Israel y a la tierra que nos has dado, tierra donde abundan la leche y la miel.”

(Deuteronomio 2:14-15)

 

El pasaje da una idea simple: obedecimos todo, por eso queremos ser bendecidos. Debemos recordar siempre que la palabra “torah”, mal traducida como ley, significa instrucción. Toda instrucción consiste en un conjunto de directivas que, si son cumplidas adecuadamente, permiten alcanzar un objetivo; es decir, cumplir un propósito.

La pregunta es, ¿cuál sería el propósito de la Torah del Eterno?

Romanos 10:4 dice:

Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree(RVA 2015).

Este versículo ha sido utilizado (en el sentido más utilitarista del término) para justificar la doctrina errada de que por medio de Jesús, el Eterno anuló la Torah (mal llamada ley) ya que Él la cumplió para que ahora vivamos “por la gracia”.

Esto no es así. Primeramente, porque antes de la llegada del Mesías también se vivía por gracia, dado que nadie alcanzaba la salvación por las obras de cumplimiento de la “ley” sino que por la fe en la promesa mesiánica se obedecía la instrucción. Como demuestra el capítulo 11 de Hebreos.

En segundo lugar, las traducciones no son inocentes: una ley puede anularse, una instrucción es válida siempre. Sólo dependerá de los individuos el seguirla o no para llegar a su objetivo, pero una vez cumplido el objetivo, la instrucción no deja de ser, sigue ahí para todo el que la quiera seguir.

Un ejemplo simple pero didáctico de esto sería: una ley de la Constitución se puede anular, pero una receta (que es una instrucción) para una torta, no se anulará porque alguien cocine esa torta, sino que será válida para todo el que quiera seguirla y hacer una y otra vez el platillo.

Volviendo a Romanos, la palabra traducida como “fin” es telós en griego y además de límite o finalización, significa “propósito”. Es decir, que el Espíritu Santo está revelando en Pablo que el propósito, la intención, el objetivo de la torah es Cristo.

Ahora bien, si creemos que el término “cristo” se reduce a un nombre propio, como si fuese el segundo nombre de Jesús, se puede pensar que el objetivo de la “ley” se cumplió con la venida del Salvador.

Sin embargo, cristo o mesías (hebreo) significa ungido, esto es alguien capacitado. ¿Para qué? Para unir Cielo y Tierra, lo cual es la función de todo sacerdote. Entonces, entendemos según 1 Pedro 2:9 que YAHVÉH nuestro Dios, por medio de Jesús el Mesías, nos hizo sacerdotes, no para anular la torah sino que por medio de la fe en Su Hijo, pudiésemos obedecer la Torah con su ayuda e interpretación (yugo) a fin de llegar a ser justos.

Por eso el pasaje citado dice: “…para justicia a todo aquel que cree”.

En este sentido se puede entender mejor lo declarado por nuestro Maestro:

“Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre”

(Jn. 14:12).

Jesús nos habilitó con su sangre el perdón de nuestros pecados y por la fe en Él podemos estar en Él y así en el Padre.

Pero la fe en el Hijo no anula la instrucción, sino por el contrario, nos habilita para hacer las mismas cosas que Él hizo, que básicamente se resumen en reconciliar, elevar, reconectar el mundo físico para que esté unido en amor al Creador.

Por eso, Juan 14, es decir, el mismo capítulo donde dice que haremos las mismas obras que Cristo, declara: “Judas (no el Iscariote) le dijo:

―¿Por qué, Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo?

23 Le contestó Jesús:

―El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él. 24 El que no me ama, no obedece mis palabras. Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías, sino del Padre, que me envió”. (Jn 14:22-24)

La condición para que la presencia de El Señor viva en nosotros es que obedezcamos su Palabra, no en nuestras fuerzas sino desde la fe en el Mesías. Porque, ¿cómo podría Jesús haber anulado la Torah y al mismo tiempo decir que quien lo ama debe cumplir las palabras de Su Padre?

Y al cumplirla, el Eterno nos bendecirá como juró que lo haría a Abraham, Isaac y Jacob, como declara el versículo con el que encabezamos esta reflexión. Es simple, sólo debemos creer y obedecer.

Ideologías Asesinas: Cuando los Lobos se disfrazan de Corderos

Autor: Moisés Franko

 

En los últimos tiempos me he topado con algunos jóvenes (varones y mujeres) del ministerio al que pertenezco que se autodefinen como “feministas”.

Esto me llamó bastante la atención. En un primer momento uno pensaría en qué tiene de malo, con los abundantes casos de femicidio (palabra propia de la ideología de género) es muy necesario que los jóvenes, y sobre todo varones se sensibilicen.

En eso estamos de acuerdo, pero había algo me hacía ruido, hasta que la Luz de las Sagradas Escrituras me alumbró y por eso escribí este artículo.

El feminismo podría definirse de modo sintético como la “ideología que promueve la igualdad de derechos entre el varón y la mujer”. Parece justo y lindo, pero veamos más a fondo.

Muchas veces hay que pasar de las palabras bonitas a las prácticas, porque si bien la palabra es lo que transforma el mundo, las acciones son las que a la larga comunican más fuerte y eso quiero que analicemos juntos.

Si el discurso feminista busca la justicia en el trato entre varones y mujeres, entonces por qué:

  • Jamás hemos oídos a una referente feminista cuestionar los privilegios judiciales que tienen las mujeres por sobre los varones en el sistema judicial argentino. Si una mujer denuncia violencia por parte de un varón, suele creérsele en primera instancia y tomar medidas represivas contra el acusado violando el principio de inocencia que marca el derecho, sólo en base al testimonio de la denunciante. Sin embargo, si es un varón el que denuncia maltrato físico por parte de una mujer, en más de una ocasión recibe burlas en cuento a su falta de masculinidad por parte del personal judicial y/policial y se le obstaculiza la justicia.

Un ejemplo excelente de esta discriminación, pero abocada a la tenencia de los hijos en un proceso de divorcio, lo muestra el documental “Borrando a papá” (compartido abajo de esta bitácora). Una película que llegó a estar prohibida en democracia por un fallo judicial ilegal que luego fue revocado y que demuestra cómo el Estado presupone que una madre es mejor custodia que un padre para los niños sólo por el hecho de ser mujer. Silencio del feminismo.

  • Una vez vi un graffiti que me pareció muy creativo: “Existen muy pocos trabajos en los que se necesite un pene”, y es verdad. Gracias a las constantes luchas populares ya no existen casi trabajos “de hombres”, lo cual considero positivo.
    Sin embargo, la discriminación laboral no parece preocuparle al discurso feminista cuando es a la inversa. Jamás se ha escuchado al feminismo cuestionar, por ejemplo, por qué ser docente de nivel inicial es un trabajo primordialmente femenino y el varón que quiera ejercerlo le será muy difícil justamente porque muchos padres lo considerarán como inadecuado (cuando no un pedófilo encubierto) por el simple hecho de ser varón. Más silencio.
  • Este ejemplo es uno de los más irónicos: una de las banderas del feminismo es el derecho que tienen las mujeres a expresar su opinión. Lo que no dicen es que ese será un derecho en tanto no cuestione al feminismo. Si una mujer defiende públicamente los principios de la Torah (instrucción del Eterno), por los cuales la esposa debe someterse en amor a su esposo como al Señor, le dirán que es una retrógrada defensora de la opresión patriarcal, sin permitirles explicarles el sentido de esto y cómo en ese mismo capítulo el varón es exhortado a amar y respetar a su cónyuge. O sea, dan por sentado que las mujeres que no acepten sus principios, no son reflexivas sino que están manipuladas por lo que ellas llaman “el patriarcado”, en otras palabras, si no sos feminista, sos estúpida y merecés ser violentada, como sugirió una vez Malena Pichot.
    Cuando en realidad, los artículos 18 y 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos garantizan la libertad de creencias y de expresión respectivamente. Les dije, es irónico.

Con estos pocos ejemplos queda claro que el feminismo no defiende la dignidad humana, porque para ello debería contemplar los derechos del ser humano integralmente (varón/mujer).

Lo que en realidad hace es buscar revancha de la opresión machista que el cristianismo difundió durante siglos en nuestras sociedades. Si bien era esperable, no deja de ser venganza en vez de justicia.

Ahora bien, quisiera salir de la crítica al feminismo y citar el pasaje que usó el Espíritu Santo para inspirar este artículo:

“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta”

Romanos 12:2 (NTV).

Aquí el Espíritu del Señor nos llama a no dejarnos influenciar por las conductas del sistema sino permitirle cambiar nuestra forma de pensar acorde a lo que YAHVÉH quiere para nosotros.

Existen muchas ideologías que a nuestros ojos son buenas, como le pareció a la mujer con el fruto prohibido. Pero que son incompletas porque no se fundamentan en la Torah (Instrucción), por eso, podemos compartir algunos de sus preceptos pero no autodefinirnos por ellas. Si es que hemos nacido de nuevo en el Mesías.

¿Eso significa ser ajeno a las injusticias? Por supuesto que no, debemos apuntar a ser justos. Es decir, no defender los derechos humanos de varones o mujeres, o sólo niños. Debemos defender la dignidad humana en general, acorde con la manera de entender el mundo del Eterno revelada en su instrucción. Sólo así habremos cumplido nuestro propósito en felicidad.

“El que busca la justicia y el amor inagotable encontrará vida, justicia y honor”

Proverbios 21:21 (NTV)

 

 

La Rebelión: su Origen y Consecuencias

Por Moisés Franco

Cuando leemos el capítulo 6 de Bereshit, vemos cómo los “hijos de Dios” se unieron a las mujeres y de allí surgieron “gigantes” que fueron los grandes héroes (dioses) del pasado.

Inmediatamente luego de explicar esto, el Espíritu Santo nos dice que: “…la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal…”

O sea, que podemos relacionar la rebelión de los ángeles que se corporizaron para tener relaciones sexuales contra naturales con el aumento de la perversión y maldad humana.

El Eterno busca combatir constantemente la rebelión y la desobediencia, porque ambas llaman al caos y a la maldad.

En un principio, cuando quien era conocido como Lucifer se rebeló contra el diseño divino (el del ser humano en propósito) vemos cómo la rebelión de este ser no quedó en sí mismo, sino que por la “multitud de sus contrataciones” (Ez. 28:16) “con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra” (Rev.12:4).

La rebelión es combatida vehementemente por YAHVEH porque es como una enfermedad viral que rápidamente se contagia pervirtiendo todo a su paso.

“El rebelde no busca sino mal; y mensajero cruel será enviado contra él”

(Prov. 17:11)

Si buscamos distintos ejemplos de rebelión en la torah (hijo, profetas, etc.) vemos que usualmente el castigo era la muerte, ya que de esa manera se extirpaba el mal de en medio de la asamblea.

Por eso es maravilloso que el Eterno haya perdonado la rebelión de Israel, y que hoy gracias a Yeshúa nos diga:

Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados”

(Is.43:25)

Pero, aún así debemos cuidar nuestra posición de gobierno, “porque la rebelión es pecado de hechicería, e iniquidad e idolatría el quebrantar la palabra de Dios. Y por cuanto tú desechaste la palabra del SEÑOR, él también te ha desechado para que no seas rey(1Sm. 15:23).

Es decir, que si no somos obedientes a Su gobierno, tampoco nosotros podremos gobernar en Su nombre en la Tierra.

Es curioso que la palabra allí usada para rebelión es merí, que también significa “amargura”. Y ahora entendemos por qué el Espíritu Santo nos revela en la epístola a los Hebreos:

“Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos;

y de que nadie sea inmoral ni profano como Esaú, quien por un solo plato de comida vendió sus derechos de hijo mayor”.

(Hebreos 12:14-16)

Vemos que la amargura trae rebelión que corrompe comunidades, ahora, el Señor nos da pistas sobre cómo surge esa amargura. Primero nos habla de buscar “la paz con todos, y la santidad”, o sea que lo contrario a la amargura es la santidad y paz.

 

Al de carácter firme
lo guardarás en perfecta paz,
porque en ti confía”.

Is. 26:3 (NVI)

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, Porque en ti ha confiado”. (Is. 26:3 – Biblia Textual)

O sea, que la paz se consigue poniendo nuestros pensamientos y acciones (confianza) en YHVH y no en nuestras fuerzas y en el sistema. Por eso la segunda pista en Hebreos, nos advierte de ser profanos como Esaú, ejemplo claro de un calamitoso materialismo.

En conclusión, la rebelión es contagiosa y trae perversión y muerte, se origina en la amargura y para evitarla debemos poner nuestros pensamientos en Abba y nuestra confianza en Él. Así “destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo” (2Cor. 10:5).

“Y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”

(Fil. 4:7)

 

Moisés Franco

¡Eh!… ¡Sé Hombre!

Por Moisés Franco

 

Deuteronomio 32:7 dice:

“Acuérdate de los tiempos antiguos,
Considera los años de muchas generaciones;
Pregunta a tu padre, y él te declarará;
A tus ancianos, y ellos te dirán”

(RV60).

 

Leyendo éste y tantos otros pasajes de resulta evidente el rol protagónico que le da la Torah al varón en el destino de las generaciones. Ahora bien, ¿de qué trata ese rol? ¿cuál es la misión del varón que esté al frente de un hogar y/o una asamblea?

 

Si profundizamos en este versículo, la orden concreta a cada generación es “acordarse”. En hebreo se usa la palabra zakár   זָכַר. Ese vocablo significa: recordar, conservar, dar cuenta, mencionar, “donde yo hiciere que esté la memoria” y también “varón”, entre otras cosas.

 

Si prestamos atención a estas dos últimas significaciones, el verbo zakár habla en sí mismo de ser “varón”. Es decir, que la función del elemento viril desde el diseño hebreo tiene que ver con la memoria, pero no en un sentido pasivo sino de rescatar la historia, es un esfuerzo, un acto voluntario y consciente. Por eso dice: “donde yo hiciere que esté la memoria”.

 

Bien, pero ¿qué es lo que debemos recordar dedicada y cuidadosamente?  Como explicó el apóstol David Nesher en el grupo de estudio “Bendición Toráh”, los tiempos antiguos  (– en hebreo ימות עולם, yemót olam, “los días eternos” o “los días del mundo” –) y los años de muchas generaciones (– en hebreo שנות דור ודור, shenót dor va-dor, “los años de una generación y otra generación” –) no son la misma cosa.

 

Los primeros se refieren a los seis días de la creación del mundo, y los segundos a la historia de la humanidad. Traducido a nosotros, al menos como yo lo interpreto, los padres deben poder explicar los orígenes de la fe inspirada por YHVH desde Yeshúa el Mesías a nuestras vidas; y no sólo los orígenes sino saber explicarla a lo largo del tiempo. Pero esto no como algo aislado de la realidad material sino también vinculándola a los acontecimientos históricos de la humanidad; ya que con la Torah podemos entender la historia de una forma diferente a la que la masonería nos ha enseñado en las academias occidentales.

 

Si hablamos de memoria, hablamos de tiempo, por lo que el Eterno también nos está diciendo que un varón fundado en la verdadera fe, la hebrea, desde el Mesías, tiene que ser entendido en los tiempos. Es decir, comprender qué es lo que Abba está haciendo en cada época y cómo eso influencia en cada familia y nación.

 

Más que informar.

Es interesante que la palabra usada en el citado versículo como “declarará” es nagád, (נָגַד ), entre otras cosas este verbo significa: proclamar, comunicar, explicar, mostrar, etc.  De estas acepciones resulta evidente que lo que el Espíritu Santo quiere transmitirnos, es que el Eterno busca mucho más que un simple “traspaso de información”. Él anhela que el varón a cargo de un hogar sepa proclamarles a sus hijos, comunicar (poner en común), su fe con la de ellos, que sepa explicar los códigos de la misma, sin imponer dogmas, y que, por sobre todo, muestre con sus actos que esa fe da resultado en la vida cotidiana. Tarea ardua, sin dudas, pero llevadera en Sus fuerzas.

 

Por último, vale retomar uno de los sentidos del primer verbo, zakár (acordarse), y es “hacer mención”. Según la Real Academia Española esto quiere decir: “recuerdo o memoria que se hace de una persona o cosa, nombrándola, contándola o refiriéndola”. Por lo que para cumplir con todo lo anterior, es indispensable el diálogo, el sentarse a hablar con los hijos no sólo de fútbol y de la escuela, sino dedicar un tiempo genuino para conversar lo que Abba quiere.

 

Se las repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado

(Dt.6:7, BJ)

 

Dos preguntas para cerrar:
  1. ¿qué, cómo y cuánto conversás con tus hijos?
  2. Y para quienes no tienen hijos nacidos aún ¿cuánto te estás instruyendo y viviendo en la fe de Abraham, Isaac y Jacob dada por gracia a través de Yeshúa?

Jóvenes y Necrofilia

Por Moisés Franco

En Juan 11:26 Yeshúa (Jesús en hebreo) dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá”. Ahora bien, ¿cómo puede “creer” en alguien un muerto? En Efesios 2:1 el Espíritu Santo nos dice que no hace falta dejar de respirar para estar en muerte, sino que: “en otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados”.

En Juan 3:16 el Mesías nos dice que: “Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna”. Eso quiere decir que el elemento fundamental para tener vida verdadera, la que va más allá de sólo respirar es creer en Yeshúa (Jesús). Pero hay muchos que creen en él y de igual modo están muertos espiritualmente (un ejemplo de esto es que las cárceles están llenas de creyentes, todas).

El Espíritu a través del apóstol Pablo nos da la clave en Gálatas 2.20: “He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí”.

Es decir, que solamente se puede decir que se está vivo si hemos decidido ya no vivir a nuestra manera sino dejar que Cristo, nos gobierne (por eso dice “ya no vivo yo”).

Todas las demás personas, aunque sean solidarias y simpáticas, están muertas, aunque crean en Cristo e incluso vayan a una iglesia.

Sobre gustos sí hay algo escrito.

Habiendo entendido lo anterior, pasamos a explicar el título de este artículo. La necrofilia es definida por la RAE como:

Perversión sexual de quien trata de obtener el placer erótico con cadáveres.

Es decir que, lo creas o no, hay gente que obtiene un placer sexual en contacto con cadáveres humanos. Si llevamos esto al plano espiritual, cuando nos sentimos atraídos emocional y sexualmente por una persona que no ha nacido de nuevo en el Mesías, estamos practicando necrofilia espiritual.

Es duro pero simple ( y verdadero). Si en verdad has conocido la vida eterna dejando que Yeshúa ha Mashía (Jesús el Cristo) sea tu dueño y muriendo al pecado; entonces has vivido y por lo tanto no debería atraerte lo muerto.

La necrofilia física puede producir infecciones graves en el practicante, que incluso pueden llevarlo a…(adivinen), la muerte, obvio. ¿Y qué creen que pasará en lo espiritual?

2 Corintios 6:14 dice: “No se asocien íntimamente con los que son incrédulos. ¿Cómo puede la justicia asociarse con la maldad? ¿Cómo puede la luz vivir con las tinieblas?” (NTV).

A todos nos ha pasado de sentir una atracción por alguien que no está en Cristo, eso no es malo, somos seres humanos y los deseos sexuales son un regalo del Eterno. El tema, es cuando damos rienda suelta a un deseo permitiéndonos ir contra la instrucción de nuestro Papá. Allí, pecamos y como dice Romanos 6:23: “la paga del pecado es la muerte”. 

¿Qué hago si ya me gusta un muertito/a?

Bueno, si has meditado en lo antes expuesto y te has dado cuenta de tu pecado y no sólo eso, sino que estás dispuesto a rectificarte; ¡felicidades! has hecho teshuvá (arrepentimiento que busca transformar positivamente).

La respuesta concreta a la pregunta varía en cuánto has avanzado hacia el o la muertito/a. Si es sólo algo que se te ha pasado por la cabeza pero no has involucrado aún a la otra persona, entonces te aconsejo meditar en:

  • «Con Cristo, ustedes fueron resucitados de la muerte, por eso busquen las cosas del cielo, donde él está sentado a la derecha de Dios. Concéntrense en las cosas celestiales y no en las terrenales” Col 3:1-2
  • 2 Cor. 10:4-5 “Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo”.

 

Es decir, sujeta tus pensamientos al gobierno de Cristo.

En caso de que hayas avanzado en una relación más profunda, lo primero que te recomiendo es que además de meditar en lo anterior, te definas si vas decidir vivir para Cristo o para el sistema. Las dos no se puede, ya que a los tibios el Eterno los vomita de su boca.

Si decides por la vida, proclámale el evangelio del reino a esa persona y llévala a que se defina, si ella se determina por la muerte; tu decisión…bueno, creo que se sobreentiende qué deberías hacer.

En todos los casos, intercede por las personas que te rodean, ya sea que sientas algo positivo por ellas o no, y proclama el evangelio a toda criatura (Mt. 28:18-20).

Y en cuanto a tus relaciones sentimentales, recuerda aplicar a diario Mateo 6:33: “Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas” (DHH). Vos encárgate de cumplir con Su propósito en tu vida, tu cónyuge, el correcto será añadido.

 

 

Ser un Imitador del Mesías

Autor: Moisés Franco

En el mes lunar de Adar, el número doce del calendario hebreo, el Eterno Dios nos da consignas clave: alegrarnos por la belleza que surge de nuestro interior en propósito y en esa alegría y por medio de ella ser imitadores del Mesías.

Es decir, ser personas que representen a YAHVÉH, el Verdadero Dios, aquí en la tierra y que trabajen junto a Él para hacer volver al mundo a su diseño original. Como lo declaró en el Sinaí, ser un reino de sacerdotes, una nación santa. Es decir, gente apartada del pecado para un fin especial (eso es ser santo) que se deja capacitar por Su instrucción para reinar, traer orden a la Tierra.

Esto mismo es lo que hizo Jesús (Yeshúa en su forma original), porque fue el Cristo, que en hebreo se dice “Mashiaj” (español Mesías) y significa “ungido”. Esto significa “ser capacitado” para transformar la realidad conforme al propósito y voluntad del Dios de Amor.

Según Efesios 4:11-16 toda persona que conforma la Iglesia de Cristo está llamada a ser parte de un cuerpo que es en todo como su cabeza. Un cuerpo que trabaja en sintonía con las directivas y mentalidad de quien lo domina y que manifiesta su poder en la creación.

La pregunta es ¿cómo llegamos a eso? El Señor a través de Su Espíritu Santo nos da esa respuesta en el mismo pasaje antes citado:

“Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.

De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.

Así ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas engañosas.

Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.

Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro”.     

(Ef. 4:11-16, versión NVI)

 

La respuesta indica dos fundamentos elementales e interdependientes (es decir, que se necesitan mutuamente):

  • La instrucción del Eterno (torah en hebreo y mal traducida como “ley”) administrada por los cuatro ministerios que Él constituyó (apóstoles, profetas, evangelistas y pastores maestros). Cabe destacar que las Sagradas Escrituran hablan de que fueron constituidos cuatro tipos de hombres “dones” con el objetivo de “capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo”. Es decir que se necesitan esos cuatro tipos de seres humanos entregados como regalo a la iglesia para poder edificar el cuerpo mesiánico que el Eterno quiere, cuatro y no menos, como muchos afirman al negar por ejemplo la existencia de apóstoles y profetas en los tiempos actuales (que dicho sea de paso carecen de fundamentos bíblicos para sostener este error).
  • El Amor perfecto, que es Dios mismo según la primera carta de Juan 4:8.

Entonces instrucción eterna administrada por los cuatro ministerios y sumergida en YAHVÉH (el Amor perfecto) conforman una humanidad que es “en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.”

Si estamos de acuerdo en que esos dos elementos son necesarios para el cumplimiento del propósito eterno, cabe advertir sobre aquello que busca que eso se cumpla.

Obviamente que muchos dirán “las tinieblas” o “satanás”, y es válido pero hasta cierto punto. Si el Señor es dueño de todo e omnipotente, nada puede impedir el cumplimiento de su voluntad, el adversario no puede “oponerse a Él”, sino que se opone a los seres humanos haciendo que éstos sean quienes se rebelen contra el diseño original.

¿Cómo lo hace? Activando nuestra falsa imagen, el ego, o en lenguaje escritural la “carne” en nosotros. Para activar esto en nosotros el enemigo usa una estrategia descripta en el mismo capítulo de Efesios: los “pensamientos frívolos”, éstos son todos aquellos que no están relacionados con “las cosas de arriba” (Mt. 16:23) y que se describen en 1 Juan 2:16:

«Esto es lo malo del mundo: desear cosas sólo por complacer nuestras malas pasiones; dejarnos atraer por lo malo que vemos y sentirnos orgullosos de las cosas que tenemos. Pero nada de eso viene del Padre, sino del mundo.»  (versión PDT)

 

Por eso, para concluir, debemos ser imitadores de Cristo Jesús como las mismas Sagradas Escrituras nos exhortan en Efesios 5:1-2, de esa manera seremos en todo semejantes a Él. Para eso debemos dejarnos capacitar (ser ungidos, es decir mesías) a fin de tener la misma mente de Él: amor en servicio, descripta en   Filipenses 2:5-8:

“Piensen y actúen como Cristo Jesús. Esa es la misma manera de pensar que les estoy pidiendo que tengan. Cristo era como Dios en todo sentido, pero no se aprovechó de ser igual a Dios. Al contrario, él se quitó ese honor, aceptó hacerse un siervo y nacer como un ser humano. Al vivir como hombre, se humilló a sí mismo y fue obediente hasta el extremo de morir en la cruz” (versión PDT).

Cuando Muera quisiera que haya Aplausos.

[metaslider id=11714]Autor: Moisés Franco

(ACLARACIÓN: SI LO VAS A LEER, QUE SEA HASTA EL FINAL, SI NO HAY RIESGO DE MALA INTERPRETACIÓN).

Cuando muera quisiera que haya aplausos. Cuando muera quisiera, aunque no lo pueda ver,que la gente aplaudiera.

No es un complejo de inferioridad exacerbado, no es una culpa carcomiendo mi alma la que me hace pensar esto. Todo lo contrario, es uno de los sueños que más he anhelado.

No te confundas, no quiero mi muerte, pero tampoco le temo a ella. La considero una meta, un punto más en la vida al que seguramente lleguemos.

De hecho no le temo a la muerte porque la elegí y la elijo cada día. Sí, elijo morir desde que conocí la vida. Cuando renuncio a mis placeres efímeros por una causa más noble, una parte ajena a mí pero apegada a mi alma muere, y brota como agua desde mi interior una vida más despierta que un corazón de recién nacido dando su primer y enérgico grito de bienvenida a la creación.

No hablo de ser un altruista poético que termina siendo víctima de su propia libertad. Porque de hecho sólo me considero libre para ser esclavo, esclavo de mi misión.

Misión que no me autoasigné sino que desde un principio, desde antes que las estrellas iluminaran los cielos que esta noche ves, ya estaba.

Había algo denominado “propósito” que vibraba en la eternidad y dijo mi nombre. Un tiempo después, sólo el Eterno sabe con exactitud cuánto, él mismo volvió a susurrar ese inmenso código repleto de aventura y motivado por el Amor perfecto y lo sopló en el vientre de mi madre.

En medio de la profunda oscuridad del útero recientemente amado por mi padre, brilló la luz creadora, la misma que en un principio marcó la separación con las tinieblas, y en medio de un soplo tan elocuente como silencioso me dio existencia.

Desde ese momento, sin que yo tomara consciencia hasta muchos años después, se asentó su propósito en mí y se me dio una misión.

Más de trece años después, en los primeros días de febrero, el reconocimiento de esa luz me hizo despertar a la verdad, a la vida, y el propósito renació en mí. Había estado, como una semilla aguardando paciente, hasta que por fin la vida lo hizo emerger, atravesando mis circunstancias, todas ellas, había estado tranquilo esperando mi despertar.

Luego de eso una tormenta fuerte volteó al árbol recién nacido, y tardé años en permitirle y permitirme levantarlo. Pero Él, mi Papá por adopción, el que me impartió Su soplo, nunca se rindió, porque sabía que el propósito seguía existiendo, independientemente de mi obstinación por obviarlo. Y poco a poco, fue reordenando todo…

El saberse parte de un propósito mayor, eterno, perfecto, divino, resplandeciente e infinitamente bello, nos maravilla, nos enciende, nos da fuerzas y esperanzas.

Pero también nos compromete, nos moviliza, nos conflictúa, nos entrecruza, nos hace llorar, nos duele…Porque el despertar a la verdad nos hace reaccionar de que es mentira que nuestras decisiones sólo afectan nuestras vidas, al ser parte de un inmenso diseño todos tenemos una función en el mismo (y no con esto me hago amigo de los intelectuales adictos al status quo social) pero digo, somos más que individuos nacidos para golpearnos constantemente en la prueba y error del vivir “a nuestra manera”.

Día a día, al renunciar a mis voluntades individualistas, esas que este entorno confuso y retorcido me inculcó, subo un paso más en la escalera, mis raíces se hacen más profundas, me siento más vivo…

Por eso, el día en que muera quisiera que aplaudan abajo en la tierra y arriba en el cielo, sean audibles o no, realmente no me interesa mientras haya aplausos, fuertes y alegres, que digan sin palabras: “no ha sido en vano, su propósito ha cumplido”.

Si eso pasa, sólo si eso pasa, yo sé, y lo sé bien, que aunque este cascarón deje de respirar, mi esencia, lo que hice, dije y viví, latirá, latirá en generaciones que tal vez jamás conozca, pero latirá, burlando a la muerte y diciendo: “Sigue vivo porque supo vivir para morir”.

Creo que este mensaje, es lo único que a mis casi 25 años puedo legarle a mis generaciones, esas que aún no nacen pero que ya han sido vistas, en Su propósito. Lo que verdaderamente puedo darles, lo más valioso, es inculcarles un profundo deseo por buscar fervientemente descubrir para qué han sido traídos a este mundo por el Eterno. Para ello deberán saber que sólo hay un camino, ya no vivir nosotros sino Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida, en nuestras vidas.

Legarles el anhelo de que cuando mueran -si es que mueren- haya aplausos…Pero ojo, quiero aclarar y no es menor el dato, los aplausos, como dije al principio no los podré escuchar, por eso y porque verdaderamente es Él quien se lo merece, los aplausos son para mi Creador.

YHVH es su nombre y es el único que en verdad debe recibir esos y todos los aplausos y júbilos, porque ante una obra de arte maravillosa no se la aplaude a ella sino al artista que le trajo a existencia.

El Dios verdadero tiene una particularidad, que su obra tiene capacidad de decisión, por eso no siempre dan ganas de aplaudir todas las vidas, porque se alejan del diseño del artista. Pero cuando uno se deja moldear acorde a la intención del diseñador, ahí sí se hace admirable, pero una vez más aunque la obra sea admirable, los aplausos son para el Hacedor.

“Y ya sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, a los que conforme al Propósito son llamados (a ser santos)”.

Romanos 8.28 (versión OSO).

¿Qué quiere Dios que yo haga antes de casarme?

Por Moisés Franco*

Muchas personas se hacen la cabeza cotidianamente pensando, preguntándose o sufriendo por la persona con la cual el Eterno ya ha determinado que forme un hogar. Ya sea que estés enamorado/a de alguien y pienses en él/ella todo el tiempo, que le pidas constantemente al Señor una confirmación de si es o no es tal persona, o que sufras con la idea recurrente de que tal vez nunca llegue y que el tiempo se te pase; mi hermano/a esta palabra provista por el Eterno a mi vida es también para vos.

Si leemos Proverbios 24:27 el Señor nos dice: Prepara tus labores fuera, Y disponlas en tus campos, Y después edificarás tu casa” (RV 1960).

Hay una idea simple pero sumamente profunda que Papá nos quiere comunicar. Primeramente, tenemos que entender que hay dos grandes líneas de acción: por un lado preparar las labores y disponerlas en los campos, y por el otro “edificarás tu casa”.

En segundo lugar, vemos que hay un orden cronológico que separa estos dos lineamientos porque dice “y después” entre una instrucción y otra. Es decir, que hay pasos a respetar entre una cosa y otra y que no da lo mismo seguirlos o no.

Pero por ahora ahondemos más en la primera línea de acción. Si miramos la palabra que se traduce como “prepara”, ésta viene del hebreo “kun”( כּוּן ) y según el Diccionario hebreo-griego-español Strong, significa entre otras cosas: levantar, preparar, asegurar, robustecer, consolidar, perfecto y prosperar.

 

El siguiente término que analizaremos es labores, que viene del hebreo “melaká” ( מְלָאכָה ) y tiene por significado: ministerio, arte, oficio, labor, trabajo, negocio, etc.

 

Hasta acá ya tenemos una primera idea del mensaje que nos quiere dar YAHVÉH como padre: asegura, consolida, perfecciona (kun) tu ministerio, arte, oficio, trabajo, negocio (melaká).

Esto es muy importante, yo me he criado en iglesia y he visto muchas personas que han recibido promesas del Señor y profecías (de hecho todos las hemos recibido por medio del pacto que el Eterno hizo con Abraham y confirmó con Yeshúa); pero lamentablemente nunca las ven cumplirse. ¿Acaso mintió quien prometió? No, porque si en verdad era una promesa del Dios Verdadero Él “no es hombre para mentir” (Nm. 23:19).

 

Lo que pasa es que hay un error y es creer pero no accionar entorno a la promesa, cuando eso pasa se vive de ilusiones y se utiliza una fe vana, como la describe el apóstol Santiago, una fe sin obras, sin acciones concretas que demuestran la certeza que se tiene.

 

Hay personas que quieren mucho, de hecho quieren todo lo que el Señor promete, pero no están dispuestas a hacer todo lo que “kun” representa. Por eso suelen descreer del Eterno y hasta enojarse con Él, con esto no quiero decir que se deba hacer el trabajo de Dios para luego angustiarnos si no podemos en nuestras fuerzas, hay que tener un sabio equilibrio, una fe que nos permita esperar en Él pero también accionar correctamente y en tiempo oportuno.

 

Cabe destacar algo más antes de pasar a la segunda línea de acción de Proverbios 24:27, y es que uno de los significados de melaká es “ministerio”. Para eso también tenemos que prepararnos, y no me refiero exclusivamente a si el Señor nos ha llamado a ejercer un oficio específico conforme a Efesios 4 (apóstol, profeta, pastor maestro o evangelista) si no a cualquier acción de servicio en amor a Dios y al prójimo, tanto dentro del ámbito eclesiástico como -y especialmente- en la comunidad en general.

 

Un ministerio que todo nacido de nuevo en Cristo tiene es el de la reconciliación, no sólo entre hermanos, sino también (y primordialmente) reconciliar a nuestro entorno con el Dios Vivo mediante la proclamación del evangelio del reino (Mt. 28:19-20).

 

Ahora sí, habiendo realizado todo lo anterior en nuestras vidas vendría el “y después edificarás tu casa”. La palabra edificar allí utilizada es en hebreo “baná” ( בָּנָה ) y quiere decir: poner cimientos, edificar, tener hijo, maestro, restaurar, entre otras acepciones.

 

Edificar una casa, más allá del sentido literal de construir una vivienda física, se refiere a formar un hogar, a constituir una familia. Si prestamos atención a la lista de significados anterior quizás crean que algunos no tienen relación entre sí, pero el Eterno no hace nada sin propósito.

He aquí que formar una casa implica mucho más para un varón de Dios que firmar un documento legal y hacer un acto religioso, tiene que ver con saber dar fundamentos de vida sólidos como los cimientos de una edificación natural.

A eso se refiere el Espíritu Santo a través del apóstol Pablo cuando dice en Efesios 5:22-23 “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”. Por años la religión convirtió este pasaje en una justificación machista para cientos de atrocidades dentro del matrimonio, pero lo que Papá quiere revelar es que cuando un varón está sujeto a Cristo, este es “cabeza” porque sabe bajarle a su esposa los mismos lineamientos que el Mesías le da a Él, porque es un hombre que tiene la mentalidad mesiánica que el Eterno quiere para la humanidad. Por eso más adelante en ese mismo capítulo se dice: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (v.25, RV60).

Es sólo así que podrán los varones ser buenos maestros para sus hijos instruyéndolos para que sean justos como el Señor marca en las Sagradas Escrituras y ayuden a restaurar esta Tierra.

Un dato curioso es que la palabra “bayit” ( בַּיִת) además de significar casa, también denota familia y templo. Una clara muestra de que quien edifica casa en Cristo, lo hace para que esta sea una familia de adoradores, sean un templo donde Él habite.

Para ir cerrando ideas, lo que El Dios que nos ama nos está diciendo en Proverbios 24:27 es que en lugar de preocupemos por buscar a la persona con la cual vamos a edificar una casa, primeramente nos perfeccionemos en nuestros oficios/profesiones y en paralelo salgamos “fuera” (como dice el pasaje) a servir a la comunidad desde nuestro ministerio.

Debemos ocuparnos diligentemente de prepararnos espiritualmente (mediante oración y palabra) y también en las habilidades técnicas y/o manuales para salir a servir al mundo (y la iglesia, por supuesto).

Al estar sirviendo adecuadamente en todas las áreas de nuestra vida en el afuera (y no encerrado exclusivamente en las cuatro paredes de un lugar religioso) estaremos cumpliendo con “buscad primeramente el reinado de Dios y su justicia” (Mt.6:33). Al hacerlo “todas estas cosas les serán añadidas”, es decir que la persona con la cual formaremos una familia será “añadida” sin que la busquemos y así podremos realmente edificar una casa como El Eterno quiere.

Todo aquel varón que esté presuroso por encontrar a “su amada” o, si cree tenerla, de casarse con ella, debe tener en cuenta lo anterior y preguntarse “¿puedo ser alguien que brinde principios y fundamentos conforme a la mente de Cristo teniendo en cuenta mi vida espiritual actual?” Aclaro que con esto no me refiero a no pecar jamás ni tenerlas “todas sabidas” (porque eso en realidad no ocurrirá hasta después del milenio en que seamos uno con el Eterno). Me refiero a al menos poder brindar una cobertura espiritual aprobada por el Eterno.

Y en el caso de las mujeres, además de la consideración del perfeccionamiento ministerial/laboral, la pregunta es doble: ¿el varón que tengo en vista representa a Cristo y me baja principios espirituales en la actualidad? y también ¿estoy buscando sabiduría para como la mujer de Proverbios 31 ser diligente en las tareas domésticas y también para administrar correctamente los principios espirituales que ese varón me dará?

Para concluir, debemos perfeccionarnos adecuadamente para servir al prójimo en el “afuera” tanto desde nuestra profesión u oficio como desde lo espiritual, cuando ya nos hayamos perfeccionado en eso por medio de Cristo Jesús, allí podremos considerar el formar un hogar donde el Señor pueda habitar como templo.

Porque si tu profesión/oficio al igual que tu ministerio no está robustecido ni perfeccionado ¿para qué estar tan apurado por formar casa?

 

*Diácono en el Ministerio Monte Santo Argentina.

Te invito a visitar este ENLACE relacionado: Si te Si te vas a casar… estás obligado a formularte estas siete preguntas…

Ley de aborto no punible…¿La única opción?

Por Franco D’Amelio

Desde el aparato político y mediático se ha instaurado la idea en la mente del común de la sociedad que no existen alternativas viables de ningún tipo a la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Sin embargo desde distintos actores sociales han surgido propuestas legales coherentes y completas que defienden no sólo los derechos del niño por nacer sino también promueven la ayuda a mujeres cuya integridad haya sido vulnerada en una violación.

Después de la Segunda Guerra Mundial la ONU proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos; partiendo de esa base en 1989 se realiza la primera convención por los derechos del niño, y en ella se declara –sin mediación religiosa alguna- el derecho del niño como ser pleno de derechos desde su concepción. Así también la Argentina se encuentra adherida al Pacto San José de Costa Rica que establece los derechos del niño desde la concepción; ambos casos por tratarse de acuerdos internacionales, tienen el mismo peso que una ley nacional en nuestro país. Estas son dos de los tantos argumentos  que encuentra  el Colegio de Abogados de Tucumán  para oponerse al  protocolo de aborto no punible que se promueve desde el gobierno nacional para actuar sobre las mujeres que se encuentren embarazadas como fruto de un acto sexual contra su voluntad, el cual vulnera los anteriores derechos.

Dicho protocolo permite que ante un caso de violación la mujer realice una declaración jurada en la cual declare haber sido abusada sexualmente para que se le practique un aborto en cualquier hospital del país. No obstante si la solicitante no realiza una denuncia al violador este quedará libre sin una investigación previa ya que desde el fallo de la Corte Suprema de Justicia “se aconseja no judicializar la cuestión” según lo expresó el citado Colegio de Abogados de la provincia norteña.

Esta medida no contempla el hecho de que según estadísticas de entes gubernamentales el 80% de las violaciones ocurren en el ámbito familiar por lo que de aprobarse en todo el país dicho protocolo, se promovería el abuso sexual sistemático de aquellas mujeres que conviven con el violador en su hogar al mismo tiempo que este quedaría impune. Así lo han evaluado los especialistas de Frente Joven, una coalición civil presente en distintas provincias, que ha presentado dos alternativas legales al protocolo promovido desde el gobierno nacional.

En la provincia de Mendoza presentaron en la Legislatura provincial las propuestas de la Ley de Protección Integral de embarazadas y del niño por nacer y la ley 62.903 prevención, asistencia y  compensación de las mujeres víctimas de violación seguida de embarazo según lo informó Bárbara Bajda, vocera de la institución. Ambas buscan darle un tratamiento más abarcativo al tema y recalcan la necesidad de proteger integralmente tanto los derechos de la mujer como del niño en su vientre sin necesidad de oponerlos.

Durante el fin de semana pasado se realizaron en toda la provincia cuyana movilizaciones a favor de la aprobación de estas leyes y en contra del protocolo no punible organizadas por la sede mendocina de Frente Joven. En las mismas participaron distintos actores sociales del rubro de la salud, jurídico y de distintas ong’s que incluían a representantes de los padres en pos de la adopción.

Para finalizar esa seguidilla de movilizaciones  a nivel provincial (pacíficas todas),  el día lunes  22 se organizó una mo-vida –como la denominaron los referentes de la coalición- frente a la Legislatura mendocina que convocó a más de quinientas personas. Se contó con la presencia de distintas organizaciones civiles como Red de Familias Solidarias entre otras y de distintos profesionales de la salud. Entre ellos se destacan como oradores el Dr. Fernando Saraví quien transmitió su experiencia profesional en el tema. También expuso en el acto el Dr. Abel Albino  presidente de la Fundación CONIN, una ong reconocida internacionalmente por su lucha contra la desnutrición infantil,  quien junto a Saravi y los médicos del público renovaron ante todos los presentes su juramento hipocrático garantizando defender la vida humana desde su profesión.

La semana próxima se efectuará la discusión de ambos proyectos de ley en la Legislatura de Mendoza según informaron fuentes cercanas al caso. De aprobarse estas leyes constituirían un antecedente para que se aplique en el resto del país y de esa manera comenzar a resolver una temática tan profunda como presente en nuestra realidad nacional.

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