Por Moisés Franco
Luego Moisés mandó llamar a Datán y a Abiram, los hijos de Eliab, pero ellos respondieron: «¡Rehusamos presentarnos ante ti! ¿No te basta que nos sacaste de Egipto, una tierra donde fluyen la leche y la miel, para matarnos aquí en este desierto, y que además ahora nos trates como a tus súbditos?Es más, no nos has llevado a una tierra donde fluyen la leche y la miel. Ni nos has dado una nueva patria con campos y viñedos. ¿Intentas engañar a estos hombres?¡Nosotros no iremos!».
(Números/Bamidbar 16: 12-14)
¡Qué situación tan extraña la aquí relatada! En los capítulos anteriores se narra cómo literalmente el pueblo lloró para no entrar en la tierra prometida debido a que consideraban como verdadero el informe pesimista y perverso de diez de los espías enviados al lugar.
El Eterno nos expresa que ese mismo Moisés ahora acusado de no haber logrado llevarlos a la tierra donde abundan la leche y la miel, era el que junto al sumo sacerdote Aarón cayó sobre su rostro en señal de duelo por la actitud cobarde y rebelde del pueblo quien decidió voluntaria y obstinadamente no ingresar a la patria que les correspondía (Bamidbar/Números 14:5).
Entonces, ¿por qué está ocurriendo este nuevo reclamo repleto de falsedades? Las enseñanzas y conclusiones podrían ser innumerables, pero quisiera que meditemos en algo a lo que el Espíritu Santo me llevó con esta porción de las Escrituras Sagradas: cuidarnos de la victimización.
“El victimismo o victimización es la tendencia de una persona, grupo de personas o colectivo a considerarse víctima o a hacerse pasar por tal. Una víctima es quien sufre un daño personalizable por caso fortuito o culpa ajena. El victimista, en cambio, se disfraza de víctima, consciente o inconscientemente, simulando una agresión o menoscabo inexistente y responsabilizando erróneamente al entorno…”
Además de una posición ante la vida, también puede ser utilizada como estrategia de argumentación: “…la retórica victimista es una técnica demagógica que consiste en descalificar al adversario mostrándolo como atacante en lugar de refutar sus afirmaciones. Para ello, el sujeto adopta el rol de víctima dentro del contexto de la discusión, de tal forma que el otro interlocutor queda posicionado implícitamente frente a terceros como un impositor autoritario y su argumentación como mera imposición o ataque”1, afirma la siempre tan a mano Wikipedia.
¿Acaso no es lo que hacen con el líder hebreo al decirle: “¿no te basta que nos sacaste de Egipto (…) que además ahora nos trates como a tus súbditos?”
Algunas características de la persona con el trastorno victimista, es decir, quien -consciente o inconscientemente- ha adoptado el papel de víctima como estilo de vida, son las siguientes:
- Deformación de la realidad: “el victimista difunde con enorme intensidad algo que podríamos llamar cultura de la queja, una mentalidad que —de modo más o menos directo— intenta convencernos de que somos unos desgraciados que, en nuestra ingenuidad, no tenemos conciencia de hasta qué punto nos están tomando el pelo.
(…) Es una actitud que induce a un morboso afán por descubrir agravios nimios, por sentirse discriminado o maltratado, por achacar a instancias exteriores todo lo malo que nos sucede o nos pueda suceder”2, afirma Alfonso Aguiló Pastrana, vicepresidente del Instituto Europeo de Estudios de la Educación.
- Búsqueda constante de compasión ajena: el esclavo de la victimización siente un extraño placer por despertar la lástima en otros, necesita sentirse permanentemente cobijado por el consuelo de otros ya que se considera incapaz de salir de esa sensación interna de desprotección. Pero lo peor es que “en vez de luchar por mejorar las cosas, en vez de poner entusiasmo, esas personas compiten en la exhibición de sus desdichas, en describir con horror los sufrimientos que soportan”, expone Aguiló.
- Incapacidad de autocrítica: una persona que se autodefine de forma permanente como víctima no siente la necesidad de hacer una autocrítica porque claramente no es responsable de sus pesares, sino que -justamente- es una víctima y la responsabilidad es ajena.
Así mismo, según la periodista colombiana Edith Sánchez con el aval de la psicóloga Gema Sánchez Cuevas, destaca que otras señales de la persona victimista son:
- No pide directamente lo que desea, sino que envía mensajes imprecisos en forma de queja o lamento3.
- Te sientes más o menos culpable cuando estás con esa persona.
- Es también receloso y desconfiado.
- Es capaz de hacer grandes sacrificios por otros, sin que estos se lo pidan. Hará gala de ello.
De hecho, Alfonso Aguiló también comenta que existe otro “estilo victimista mucho más hostil, que en nombre de las desgracias del pasado, de todo lo que está sufriendo o ha sufrido con anterioridad, se arroga una especie de patente de inmunidad con la que justifican una actitud agresiva, o incluso violenta (…) Y si alguien reprocha su actitud, a lo mejor admite que lo suyo no es muy ejemplar, pero enseguida replica que sus padecimientos pasados le han ganado el derecho a esa leve incorrección, o al menos la disculpan.
Su susceptibilidad les lleva a reaccionar con crispación ante la más mínima crítica. El menor reparo que se ponga a sus acciones es inmediatamente elevado a la consideración de gran ofensa. Enseguida ven malas intenciones en las personas que están a su alrededor y, progresivamente, en todo el mundo. Por doquier intuyen complots y hostilidad (…) lo peor es cuando estos síndromes de persecución se traducen en airadas acusaciones contra los supuestos ofensores, pues suelen ser como el aviso de comienzo de una jugada maestra: acusar de una ofensa —ficticia—, sencillamente para anticipar la que —bien real— pretenden ellos llevar a cabo. A partir de ahí, envuelven su agresión con un manto de candidez: lo único que hacen es defenderse”4.
Parece una radiografía de lo ocurrido con Coré, Datán, Abirám y su séquito en la rebelión.
Sin embargo, la Torah (Instrucción) del Eterno es -valga la redundancia- eterna, por lo que esta terrible deformación del alma también nos toca a nosotros.
Todos, por nuestra tendencia al mal, alguna vez nos hemos victimizado voluntaria o involuntariamente en alguna ocasión.
Pero lo importante es reconocer cuando está por ocurrir para cambiarlo.
A continuación, comparto algunos consejos basados en la bendita instrucción de YHVH sobre cómo prevenir y/o corregir la victimización tanto en nosotros como en los demás:
- Actitud de constante alabanza: esto no significa necesariamente estar cantándole al Señor en todo momento, sino tener una mentalidad cargada de fe y confianza que promueven la resiliencia -capacidad de sobreponernos a la adversidad- (Salmo 103)
- Reconocernos seres valiosos por el simple hecho de tener la imagen divina y haber nacido con un propósito específico en este mundo (que no es sufrir). Pasajes útiles para esto: Salmo 139:12-17, Bereshit (Génesis) 1:26-28 y 1 Pedro 2:9, entre otros.
- Ser humildes para reconocer los propios errores y ver la corrección COMO UN ACTO DE AMOR DEL MISMO ETERNO. Recomiendo meditar: Vayicra (Levítico) 19:17-18, Hebreos 12:4-24, Romanos 12:16, por citar algunos.
- Hacernos conscientes que nosotros decidimos siempre nuestro destino, siempre se puede cambiar, no somos víctimas eternas, y las circunstancias negativas son para que les saquemos aprendizajes. Devarim (Deuteronomio) 8:15-16, 30:19-20 y Romanos 8:28.
Quisiera concluir diciendo que tal como lo expone Devarim 29:18, cuidémonos mutuamente de que no surja una “raíz amarga” que nos perjudique a todos.
“En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia”
(Efesios 4:15| NTV)
CITAS
- Wikipedia.org, “Victimismo”, 22/06/20, 11:30hs. ARG del siguiente enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Victimismo
- Aguiló Pastrana, Alfonso. “El confort de la derrota”, en www.fluvium.org, tomado el 22/06/20 a las 12:00hs ARG, del siguiente enlace: http://www.fluvium.org/textos/etica/eti393.htm
- Sánchez, Edith. “El victimismo manipulador”, publicado en https://lamenteesmaravillosa.com/ y tomado el 22/06/20 a las 10:30 hs. ARG de: https://lamenteesmaravillosa.com/el-victimismo-manipulador/
- Aguiló Pastrana, Alfonso. “La retórica victimista”, en www.fluvium.org, tomado el 22/06/20 a las 12:15hs ARG, del siguiente enlace: http://www.fluvium.org/textos/etica/eti396.htm