Por P.A. David Nesher
En el tiempo que venimos investigando los fundamentos mesiánicos de las Festividades del Eterno, hemos aprendido con respecto a la Fiesta de las Trompetas o, mejor llamada, Yom Teruah, que ella anuncia la intervención del Eterno en los asuntos de la humanidad a escala mundial. Yom Teruah representa un momento absolutamente decisivo en la historia del mundo, en el que el Creador se hará presente en la historia a usando eventos naturales para llevar a las naciones al sometiendo a Su Majestad representada en el Mesías o Cristo (Ungido).
Hemos aprendido que esta fiesta, que se celebra el primer día del séptimo mes del calendario hebreo (Tishrei), también da principio a la tercera temporada de fiestas (ver Ex. 23:14; Deut. 16:16), en la cual se incluyen las últimas cuatro fiestas del año (Yom Teruah, Yom Kippur y Sukot).
Pero también sabemos que “Teruah” puede indicar varios métodos de fuerte ruido desde clamor de un colectivo en oración, hasta el dar grandes voces de júbilo en alabanza, tocando címbalos resonantes, hasta hacer sonar las Trompetas de Plata que la Torah ordena. Es que la Fiesta de las Trompetas representa, en su sentido profético y mesiánico, el retorno del Mesías a la tierra para establecer el Reino de Dios en la Tierra.
Casi al final del ministerio físico de Yeshúa HaMashíaj, sus discípulos, los apóstoles, le preguntaron acerca de los tiempos del fin. Leamos el relato del Evangelio:
«Estando él sentado en el Monte de los Olivos, sus discípulos se le acercaron reservadamente, y le dijeron: “Dinos, ¿cuándo sucederán esas cosas? ¿Y qué señal habrá de tu venida y del fin del mundo?”.
(Mateo 24:3 – VIN)
Estos varones, como buenos judíos, conocían que siglos antes, el profeta Daniel había dejado un oráculo acerca del establecimiento del Reino del Eterno y de cómo los santos (el pueblo de Israel) lo heredarán:
«Y en los días de esos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, ni será dejado a otro pueblo. Este desmenuzará y acabará con todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre.«
Daniel 2:44
«Pero los santos del Altísimo tomarán el reino y lo poseerán por los siglos y por los siglos de los siglos.«
Daniel 7:18
Los apóstoles, no entendían cuándo habría de venir el Malkut Elohim (Reino de Dios), por lo cual Yeshúa comenzó a explicarles los acontecimientos que conducirían a su retorno como Hijo de David. Así fue como el Maestro les explicó una profecía que había sido «cerrada y sellada» desde los días de Daniel
Y él dijo:
‘Anda, Daniel; estas cosas están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin,…
(Dan. 12:9 – VIN)
Esta profecía señalaba, entre otras cosas, a «la abominación desoladora» :
«Entonces se levantarán tropas de su parte y contaminarán el santuario, la fortaleza. Quitarán el sacrificio regular, y pondrán la abominación desoladora.»
Daniel 11:31 (VIN)
En el capítulo 24 del Evangelio de Mateo, encontramos que Yeshúa habló a sus discípulos sobre falsos paradigmas del Mesías que aparecerían por la proclamación de falsos profetas (anunciando así la aparición de la religión que se llamaría cristianismo).
Así mismo, dio oráculos sobre guerras, hambres, epidemias, terremotos y otras desgracias como señales previas a su Segunda Venida (vv. 4-13).
De este modo el Maestro describió el tiempo de su regreso como una época que se caracterizaría por el aumento del odio y la injusticia entre los hombres. Pero lo que más impacta acerca de todas estas señales antes del fin es que sólo serían el «principio de dolores» (v. 8).
Él está diciendo a todos los que aprendemos de Su Yugo, que cuando veamos el cumplimiento de todas esas señales, simplemente no sería todavía el fin, sino sólo el comienzo del final de la humanidad rebelde y sus sistema materialista sobre la Tierra.
¡Las señales de su retorno son el principio de dolores! Ésta última frase se refiere a lo que ocurre a las mujeres embarazadas que clínicamente se conoce como “trabajo de parto” o las dolorosas contracciones que preparan el nacimiento de sus hijos. No es el parto propiamente, sino el anuncio de que pronto nacerá un nuevo ser.
Así pues, Yeshúa está señalando que los sucesos que ocurrirán antes de Su Segunda Venida, serán plenamente identificables para que comience a suceder un acontecimiento anhelado: la manifestación de los hijos primogénitos del Eterno. El dolor y sufrimiento que deparan a esta humanidad es de proporciones verdaderamente inimaginables porque la maldad del hombre creceré a niveles terroríficos.
En el plano natural, entre que comienzan los “dolores de parto” de una madre y nace el ser humano, hay un tiempo a veces corto a veces largo, pero para quien los padece parecen interminables por el dolor que se sufre. De idéntica manera entre el principio de dolores y el regreso del Mesías pasará un tiempo que parecerá inacabable por la tribulación que se vivirá.
Yeshúa dio este discurso a sus seguidores para prepararlos y evitar que las señales los tomará por sorpresa. Los creyentes deben estar conscientes de que la maldad de la humanidad irá creciendo hasta hacer insostenible la vida en el planeta. Nada de que sorprendernos, así fue en los días de Noé, antes del Mabul (diluvio).
Sin embargo, luego de aclarar esto de los «principios de dolores«, nuestro Dueño y Maestro dio el oráculo mesiánico clave de los últimos días:
«Y esta buena nueva del reino se proclamará en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones, y luego vendrá el fin.»
(v. 14).
Esta es en sí la señal de la Nueva Humanidad. La señal de la manifestación de los hijos de Dios. En pocas palabras, el llamado y la respuesta de todos aquellos descendientes de las 10 tribus perdidas, saliendo de la Gran Ramera y subiendo al diseño del Monte Santo…
Con esta señal en mente, el Maestro y Señor de nuestra fe ofreció el panorama que seguirá luego de que el remanente de Israel regresara a las sendas antiguas de la emunah (Fe). Yeshúa les habló de la persecución que sufrirían durante «la Gran Tribulación»
«… porque habrá entonces una gran tribulación como no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás.«
(Mateo 24:21)
Esta gran tribulación sería la antesala a su regreso con poder y gran gloria.
“Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz. Las estrellas caerán del cielo y los poderes del cielo se conmoverán. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en ese tiempo se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran majestad.«
(Mateo 24: 29-30)
Inmediatamente, el discurso de Yeshúa asegura que su regreso estaría acompañado de un «gran toque de trompeta» [teruah]
«Él enviará a sus mensajeros con un gran toque de trompeta para reunir a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.«
(Mateo 24:31)
Se puede ver aquí que con el gran toque de trompeta se enviará a los mensajeros para reunir a los escogidos, este es el evento mejor conocido como «el arrebatamiento», lo cual es también, una figura simbólica de la «Boda del Mesías con su Asamblea», conocida como las «bodas del Cordero», ya que en las Escrituras a Yeshúa se le simboliza como “El Novio o Esposo” y a la Asamblea como “La Novia «o «Esposa” (Mateo 25).
«Gocémonos, alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su novia se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, resplandeciente y limpio”. Porque el lino fino representa los actos justos de los santos.
El mensajero me dijo:
“Escribe: Felices los invitados a la cena de las bodas del Cordero”. Me dijo además: “Estas son palabras verdaderas de Elohim”.
(Revelación 19:7-9)
Ahora bien, comprendiendo todos estos lineamientos proféticos, queda decir que existe una conexión adicional de todo esto con la Fiesta de las Trompetas o Yom Teruah. Para entenderlo mejor veamos estos textos:
«Así que manténganse alerta, porque ustedes no saben ni el día ni la hora.«
Mateo 25:13
“Pero en cuanto al día y la hora, nadie sabe; ni siquiera los mensajeros del cielo, ni aun el Hijo, sino sólo el Padre.«
Mateo 24:36
En la tradición de los Sabios de Israel, el día de Yom Teruah es conocido también como Yom Hakeseh (“el día y la hora que nadie sabe”).
El Yom Hakeseh dentro de la cultura hebrea es conocido como el día y la hora que nadie sabe. La razón se debe a que el año nuevo comienza cuando dos testigos ven la primera porción de la luna creciente luego de la luna nueva y la reportan a la cámara del Sanedrín. Es muy difícil observar la luna nueva porque solo puede ser vista al ponerse el sol, ver la fina franja de luz de la luna creciente que está cercana al sol es casi imposible de distinguir. Esta incertidumbre puede durar entre uno a dos días, específicamente entre los días 28 y 30 del mes de Elul (antes de Tishrei), es decir; “El día escondido” donde nuestro Señor se manifestara como ladrón en la noche a la hora que nadie sabe.
Yom HaKeseh («El Día para Esconderse» o el «Día Escondido») contiene la palabra keseh que se deriva de la raíz hebrea kacah, que significa «esconder o cubrir«. Durante el mes de Elul todos los días, se toca una trompeta para advertir al pueblo que se vuelva al Eterno; esto es, todos los días excepto el día 30 de Elul, el día anterior a Yom Teruah. En ese día no se toca la trompeta y permanece en silencio.
En parte esto se debe a que mucho de lo que sucede durante Yom Teruah está encubierto y lleno de misterio. El aspecto místico de Yom Teruah aparece en las Escrituras:
«Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne«
(Salmo [Tehillim] 81:3).
Por ende Yom Teruah es llamado tambien Yom HaKeseh, o el Día Escondido, ya que en este día era un misterio para los sacerdotes del templo distinguir la luna nueva en el séptimo mes hebreo. Otras de las implicaciones que tiene el Yom hakeseh es el Día del Juicio, este día era conocido como: «el día y hora que nadie sabe, excepto el Padre«.
Dado que se consideraba que Yom Teruah era un día escondido, las palabras de Yeshúa de hecho se refieren a este día. Por lo tanto, esa frase más bien debe servir como prueba que Él estaba hablando de Yom Teruah, ya que es el único día del año que se consideraba como escondido o del que ninguna persona sabía.
De manera que, tanto los apóstoles como todos los creyentes del primer siglo entendieron que el Maestro estaba entregándoles claramente el por qué celebrar el Yom Teruah. ¡Esta celebración fortalece la esperanza que nos mantiene a la expectativa de su venida»
Sabemos que el libro de Apocalipsis (o Revelación) es justamente «la revelación de Yeshúa el Mesías, que el Eterno le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto» (Revelación 1:1). En este libro el Mesías repite, por medio del apóstol Juan, los mismos acontecimientos de que les había hablado a sus discípulos unos decenios antes. Sin embargo, en esta ocasión utilizó el simbolismo de una serie de sellos que él iría abriendo uno por uno (cap. 6) y al llegar al séptimo sello relata siete plagas que serán derramadas sobre este mundo lleno de pecado. Cada una de ellas será anunciada con un toque de trompeta (cap. 8 al 11).
Lo cierto es que al tocar el ángel la séptima trompeta (shofar), el Mesías retornará para tomar las riendas del gobierno del mundo entero. Por eso, para los creyentes en Yeshúa HaMashiaj, Yom Teruah es la última trompeta:
«El séptimo mensajero tocó la trompeta. Y en el cielo se oyeron grandes voces que decían:
“El reino del mundo ha venido a ser de nuestro Soberano y de su Mashíaj. El reinará por siglos y siglos”
(Revelación 11:15)
También sabemos que Teruah también significa un “sonido para despertar”, por eso el tema de esta festividad es despertar del sueño reptiliano materialista. Fue también el tema con que Pablo nos alertó acerca de este día glorioso.
«Por eso dice: “¡Despiértate, tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te alumbrará el Ungido!”
Efesios 5:14
«Porque el Maestro mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de príncipe de los mensajeros, y con trompeta poderosa; y los muertos en el Mashíaj resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos y hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para salir al encuentro del Maestro en el aire; y así, siempre estaremos con el Maestro.«
(1Tesalonicenses 4:16-17)
Por último, tenemos que recordar que Yom Teruah (La Fiesta de las Trompetas) señala también la resurrección de los muertos en el Ungido. Notemos estas palabras del apóstol Pablo:
«Por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adam todos mueren, también en el Mesías todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden:
El Mesías, las primicias; luego los que son del Mesías, en su venida»
(1 Corintios 15:21-23)
«Miren, les digo un misterio:
No todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Porque sonará la trompeta, y los muertos resucitarán sin corrupción; y nosotros seremos transformados.«
1Corintios 15:51-52
El Mesías retornará para establecer el gobierno perfecto de Yahvéh en la Tierra. Este es el maravilloso significado de la Fiesta de las Trompetas. ¡Yeshúa el Mesías nos enseñó a que oráramos: «Venga tu reino» (Mateo 6:10)!… ¡Y nosotros así hoy rezamos fervientes!… Además nos unimos al Espíritu de la Profecía como Novia y gemimos con suspiros de amor diciendo: ¡VEN!
«Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven.
Apocalipsis/Revelación 22: 17
Y el que oye, diga: Ven.
Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.»