Por P.A. David Nesher
Si alguna vez has sentido que el mundo a tu alrededor está cambiando a una velocidad vertiginosa, no estás solo. Lo que estamos experimentando hoy no es solo un cambio social, sino una Batalla Cultural profunda que se libra en el terreno más personal: tu vida diaria y tu manera de pensar.
¿Qué es una batalla cultural?
Disputa que tiene por objetivo por objetivo influir sobre los elementos culturales de una sociedad a través de las instituciones políticas y de los aparatos culturales de esa sociedad.
La batalla cultural se refiere a un conflicto ideológico y una lucha por el dominio de los valores, creencias, normas y prácticas culturales dentro de una sociedad.
En esencia, es una confrontación que se libra en el plano de las ideas, la moral, las costumbres y las visiones del mundo, y no principalmente en el campo político-electoral o militar.
¿Qué son los elementos culturales?
Las creencias, las costumbres, los símbolos, los mitos, los valores, las historias, las normas, etc. Cosas intangibles, que la mayoría de nosotros pensamos que no sirven para nada, y que nos perdemos de vista en cuanto a su importancia, ya que son en verdad nuestros anteojos con los cuales logramos ver una realidad. Nuestro acceso a la realidad no es incontaminado. Nosotros tenemos anteojos. Éstos son todos los elementos que nombre al principio y que en conjunto los llamamos CULTURA. Justamente cuando yo modifico esos anteojos, lo que obtengo es una modificación de la manera que tengo de ver la realidad el mundo que me rodea (cosmovisión).
Al lograr modificar la forma en que se aprende la realidad, se logra modificar también la forma en que se actúa sobre esa realidad.
Te invito a escuchar esta conferencia:
Esta lucha se define como una disputa cuyo objetivo principal es influir sobre los elementos culturales de una sociedad (creencias, valores, normas, etc.) a través de instituciones políticas y aparatos culturales (medios, escuelas, redes sociales).
La clave para entender esta batalla reside en tres conceptos interconectados: el culto racional, el poder de las palabras y la amenaza del globalismo.
1. El Culto Racional (Latreia): Tu Vida como Altar
La manera en que vivimos cada día es, en sí misma, una forma de adoración. Este concepto se deriva de la palabra griega latreia, que se traduce como culto.
El apóstol Pablo, al hablar del «culto racional» (Romanos 12:1), nos está pidiendo que presentemos nuestros cuerpos en un «sacrificio vivo«. Esto significa, de manera sencilla, acordarse de cada día vivir.
• Vivir es el Culto: El culto (latreia) se relaciona con la gente que vive consciente de las acciones que hace. Todo ser humano que realiza actividades con conciencia es un sacerdote.
• De Culto a Cultura: La palabra culto proviene del latín cultus, que significa «lo cultivado», «lo enseñado con principios y valores». De esta misma raíz derivan palabras como cultura.
• Adoración (Proscuneo): Todo culto que hace el sacerdote (tú, en tus acciones diarias) se convierte en una adoración (proscuneo). Esta adoración ocurre si tu manera de pensar (lógicos) coincide con tus acciones.
La Batalla de Altares es la manifestación cotidiana de esta lucha. El altar es el símbolo de tu mundo emocional. La batalla es ser consciente cada día de si tus acciones están elevando todo a la verdadera divinidad o si estás actuando en base a otro tipo de creencias.
2. La Cultura: Los «Anteojos» que Determinan tu Realidad
La cultura se compone de creencias, costumbres, símbolos, valores, y normas. Estos elementos funcionan como los «anteojos con los cuales logramos ver la realidad». Nuestro acceso al mundo nunca es puro; siempre tenemos anteojos puestos por alguien más.
¿Por qué es peligrosa la batalla cultural?
Cuando alguien modifica estos «anteojos culturales», logra una modificación de la realidad; cambia tu manera de ver las cosas. Lo más peligroso es que, al modificarse la forma en que se aprende la realidad, se logra modificar también la forma en que se actúa sobre la realidad. Si no estamos conscientes, la forma en que vivimos (nuestro culto racional) será moldeada por la cultura dominante en lugar de por nuestros valores.
3. La Guerra de las Palabras: Talismanes y Mordazas
La Batalla Cultural se logra, principalmente, a través de la guerra de las palabras. El poder de las palabras es tan grande que está llevando a un cambio histórico muy peligroso.
Para manipular la cultura, se usan dos categorías de palabras:
| Categoría | Función | Ejemplos (según las fuentes) |
| Palabras Talismán | Santifican el discurso y permiten la normalización de conceptos, incluso extremos. Suenan bien y no molestan a nadie. | «Igualitario» e «inclusivo». El uso de «inclusivo,» por ejemplo, normaliza realidades como baños mixtos en universidades. |
| Palabras Mordaza | Silencian cualquier discurso opositor y descalifican a quien lo expresa. Se utilizan para atribuir una patología psiquiátrica o un discurso de odio al que piensa distinto. | «Homófobo,» «misógino,» «conspiranoico,» o «fóbico». |
Este lenguaje es utilizado por el Estado para imponer esquemas mentales. El consejo es claro: «No se dejen esquematizar o que no les coloquen esquemas».
4. Globalismo y la Instrumentalización de la Ley
Una de las fuentes más peligrosas para la libertad y la cultura actual es el Globalismo.
El globalismo es la acción de ceder progresivamente la soberanía de las naciones (sobre recursos materiales y humanos) a organismos internacionales.
1. Imposición de Agenda: La agenda de estas corporaciones busca que las costumbres, creencias, formas de vida y la organización social de todos los pueblos sea como ellos dicen, y no como las naciones deciden.
2. La Ley como Pedagogía: Las leyes, que antes garantizaban la seguridad, ahora se están utilizando para poner sistemas de acondicionamiento mental, convirtiéndose en pedagogía estatal.
3. Cambio de Valores: Cuando la ley se vuelve pedagógica, ataca los valores fundamentales. Por ejemplo, una ley que permite el aborto cambia la forma de pensar, haciendo que el valor de la vida humana empiece a desaparecer.
El objetivo final es que se caiga el eje estado nación y se rompa el sentido de historia, llevando a jóvenes y niños a la conciencia de ser un «ciudadano de la tierra» o «ciudadano global».
5. La Oración como Respuesta
Si la vida es tu culto, la oración es la práctica diaria esencial para ganar la batalla.
La oración no debe ser solo «egotista» (pedir por trabajo o sanidad), sino que debe priorizar el compromiso de que tus actividades no van a ser egoístas, sino que cambiarán el mundo.
El Eterno contestará la oración si le damos una respuesta a Él de «saber vivir de acuerdo a su manera de pensar». Al conocer la verdad, ganamos el derecho a vivir en libertad, que es lo que está en peligro.
Tu batalla no está perdida. La luz que hay en tu interior puede seguir brillando, siempre que te comprometas a vivir cada día de forma consciente, asegurándote de que tu manera de pensar (lógicos) guíe tus acciones (latreia) hacia la luz y no hacia los esquemas impuestos por la cultura.








