Mentes Millonarias

¿Ser Inteligente en la Escuela… Es Serlo También en la Vida?

Siempre, en mis conferencias insisto en lo mismo: Triunfar académicamente no garantiza éxito en la vida.

Justamente me edificó leer a Robert Kiyosaki, y grabar en mí su consejo cuando escribía: «usted debe tener dos profesiones: Una para usted y una para su dinero.«

¿POR QUÉ FALLAN MUCHAS PERSONAS INTELIGENTES?

He descubierto a lo largo de mi profesión que muchas personas tienen la opinión de que cuanto más inteligente sea, mayores serán sus posibilidades de éxito en la vida, especialmente si se sabe que es inteligente en la escuela o en la universidad.

El planteo ante esta creencia es si dichas personas inteligentes tienen mayores posibilidades de éxito que las personas menos inteligentes. La respuesta a esta cuestión la he obtenido al reflexionar sobre distintas vivencias que he escuchado, y muchos testimonios de vida que he conocido.

MUCHAS PERSONAS INTELIGENTES FALLAN

Encontré una historia que sé aclarará el planteo realizado en esta bitácora. Durante la Primera Guerra Mundial, el doctor en psicología Lewis Terman trató de responder ese planteo al realizar un experimento que terminó abarcando cuarenta años.

Es la investigación más larga que se haya llevado a cabo en el campo de la psicología y trata de responder la mismas pregunta: si las personas inteligentes tienen una mayor probabilidad de éxito que las personas comunes.

El dr. Terman comenzó su investigación buscando a niños brillantes en todos los rincones de los Estados Unidos. Los estándares de inteligencia establecidos por Terman eran niños con un CI de al menos 140. [A nivel información, diré aquí que el puntaje IQ promedio de las personas está en los números 90-109. Si tiene un puntaje de CI por encima de ese número, entonces se lo considera muy inteligente y si tiene un puntaje de CI por encima de 140, se le considera un genio].

Para ampliar mejor la idea de lo planteado, debemos saber que el fenomenal científico Albert Einstein tenía un IQ (coeficiente intelectual) de 160. En otras palabras, los 1.487 niños estudiados por el Dr. Terman eran obviamente tan inteligentes como Einstein, o incluso más inteligentes. Desde aquí, Terman dedicó su vida a seguir y estudiar a estos 1,487 niños.

Después de varios años siguiéndolos, el Dr. Terman se dio cuenta de que eran los niños que siempre obtenían las mejores calificaciones en la escuela, ganaban varios tipos de concursos escolares, y así sucesivamente esto llevó al Dr. Terman a concluir que estos niños serían los futuros líderes. Serán multi millonarios, políticos famosos, e incluso algunos, en el futuro, alcanzarán la presidencia de los Estados Unidos, se llegó a convencer el psicólogo. 

De hecho, esta expectativa del investigador terminó lejos de la realidad. Cuando estos niños geniales crecieron, muy pocos lograron grandes cosas en la vida. Ni siquiera uno de ellos ganó el Premio Nobel como nivel mínimo que Terman esperaba.

Sin embargo, la sorpresa de Terman fue mayor, cuando descubrió que, dos de los que una vez fueron rechazados como candidatos para este experimento con niños genios, niños a quienes él y su colaboradores consideraban en menos, de hecho ganaron el Premio Noble en Física.

Después de pasar tanto tiempo investigando, el Dr. Terman concluyó su experimento con la cita Hemos visto que los intelectuales y los logros no están relacionados en absoluto”.

LA INTELIGENCIA “INTELECTUAL” NO ASEGURA EL ÉXITO

Así pues, la psicología actual asume que ser una persona inteligente es algo por lo que se debe estar agradecido y tener una historia diferente. El hecho de que alguien sea un poco más inteligente que otro no significa que tendrá más éxito en su vida.

Entonces, la cultura formada, tanto en los Estados Unidos como en muchas partes del mundo, de que la inteligencia, es la única herramienta importante para lograr el éxito, en realidad está bien lejos de lo cierto.

Así que no deje que otras personas lo engañen solo porque no es tan inteligente como sus amigos o no tiene tanto valor como sus amigos en la escuela al decir que no tendrá éxito o que no podrá convertirse en un líder en el futuro.

Puede que no sea tan inteligente en la escuela, pero podría tener un gran talento en otros campos que no todos tienen.

UN CASO REALMENTE EXTRAORDINARIO

Tomemos un ejemplo simple. Cristiano Ronaldo, un futbolista portugués, no se graduó de la escuela e incluso sus amigos dijeron que era estúpido. Sin embargo, tiene un talento extraordinario en términos de fútbol que descubrió desde la infancia y la elección recayó en asistir a una escuela de fútbol en lugar de a una escuela pública.

Su talento y trabajo duro lo llevaron a convertirse en uno de los mejores jugadores de fútbol en la historia del fútbol. Con solo 33 años, ha logrado muchas cosas tanto en el campo como fuera de él.

El famoso jugador de fútbol Cristiano Ronaldo es una prueba de que la inteligencia no lo es todo. Por lo tanto, se puede concluir que la intelectualidad se considera demasiado excesiva, pero el trabajo duro ciertamente puede garantizarle el éxito.

Los 11 Consejos de Bill Gates que No Aprenderás en Ninguna Escuela.

Cuenta la anécdota que Bill Gates fue invitado por una escuela secundaria para una conferencia.

Llegó en helicóptero, tomó el papel del bolsillo donde había escrito once artículos. Leyó todo en menos de 5 minutos, fue aplaudido por más de 10 minutos sin parar, dio las gracias y se retiró a su helicóptero.

Lo que estaba escrito es muy interesante y de gran importancia para asegurarse el verdadero éxito de la vida. Aquí se los comparto para que mediten y los practiquen:

1. La vida no es fácil acostúmbrese a ello.

2. El mundo no está preocupado en tu autoestima. El mundo espera que hagas algo útil por él antes de que te sientas bien contigo mismo.

3. Tú no ganarás 3.000 dólares por mes al salir de la escuela o universidad. No serás vicepresidente de una empresa con auto y teléfono a tu disposición. Debes ganártelo con tu propio esfuerzo

4. Si crees que tu profesor es duro, espera hasta tener un jefe. Él no tendrá pena de ti.

5. Si crees que vender periódicos o trabajar durante las vacaciones no están de acuerdo a tus expectativas o lo rechazas. Créeme, tus abuelos tienen una palabra distinta para esto y lo llaman “oportunidad”.

6. Si fracasas, no es culpa de tus padres. No te arrepientas de tus errores aprende de ellos.

7. Antes de nacer, tus padres no eran tan críticos como ahora. Mira ellos pagan tus cuentas, lavan tu ropa y tienen que escucharte decir que son «ridículos» o “anticuados”. Entonces, antes de salvar al planeta para la próxima generación primero intenta ordenar tu propio cuarto.

8. En tu escuela pueden haber eliminado perder el año dándote muchas oportunidades para que apruebes, pero la vida no es así. Esto no se parece a absolutamente nada en la vida real. Si cometes un error en la empresa, estas despedido…¡¡¡estás en la calle!!! ¡¡¡No tendrás más oportunidad!!

9. La vida no se divide en semestres. No tendrás siempre vacaciones más de un mes y es poco probable que otros empleados o compañeros de trabajo te ayuden a cumplir tus tareas al final de cada periodo.

10. La televisión no es la vida real. En la vida real, las personas tienen que dejar la comodidad e ir a trabajar.

11. Sé legal, no copies ni critiques a tus compañeros que se esfuerzan. Hay una gran probabilidad de que tú estarás trabajando para uno de ellos.

¡Si te Tranquilizas… Pierdes!… ¡Malgastas Tu Tiempo, y Abortas Tu Propósito!

Por P.A. David Nesher

«Y habitó Yaakov en la tierra …»

(Génesis/Bereshit 37: 1).

Al estudiar la parashá VaYéshev, observamos que Yaakov avinu anhelaba asentarse en la tierra de Kenáan para tener una vida tranquila. Así pues, cuando él creyó encontrar el lugar indicado para hacerlo, en ese mismo momento los problemas cayeron sobre él, poniendo en el blanco a su hijo favorito: Yosef, el soñador.

¿Por qué no se puede anhelar la Tranquilidad?

Si analizamos profundamente la vida que hasta aquí le toque peregrinar a nuestro patriarca, encontraremos muy lógico y razonable que surja en él ese anhelo.

Esav quiso matarlo desde que se encontraban en el vientre de su madre; así vivió un tiempo debidamente acosado hasta que se vio obligado a huir. En el camino, Elifaz, su sobrino, lo despojó de todas sus pertenencias; en un principio, él iba a matarlo, pero luego se conformó con robarlo.

Entonces, tuvo que irse a morar junto a la casa de Labán, su tío idólatra, famoso hechicero de Jarán, con quien se comprometió obligadamente a trabajara fin de obtener la mano de Rajel, la hija de Labán a la que Yaakov amaba. Después de que cumplió el plazo, Labán le entregó a Leáh sin que se diera cuenta y tuvo que trabajar otros siete años para poder casarse con Rajel.

Continuó trabajando sin descanso ni tregua junto a su suegro, hasta que, temiendo por su vida, resolvió escapar una vez más y trasladarse con su familia a su tierra. Finalmente, estando en Eretz Israel, su esposa Rajel murió al dar una luz a su segundo hijo, Benyamim.

¡Entonces es lógico y justo! ¡Cualquier ser humano bajo estas circunstancias rogaría establecerse con un poco de tranquilidad acompañado de su familia!

¿Acaso podríamos pensar que Yaakov quería serenidad para descansar o para pasar el tiempo tranquilamente con su familia?

¡Por supuesto que no pretendía eso! Seguramente él deseaba dedicarse de lleno a sus quehaceres espirituales. Sin embargo, desde el propósito eterno de Dios para Yaakov, no fue correcto pedir serenidad.

El Eterno quiso demostrarnos, por medio de esta experiencia de Yaakov, que el propósito de nuestro tránsito por este mundo es hacer avodáh, es decir servicio sacerdotal (verdadera adoración). Para lograr esto, como escogidos debemos trabajar y esforzarnos en superar todos los desafíos de la vida, hasta conformar una personalidad semejante a la medida de la plenitud del Mashiaj (Efesios 4:13). Según el propio Eterno esta avodáh dura solamente 120 años (Génesis/Bereshit 6:3).

El sabio Rabán Gamliel ben Yehudá HaNasí dijo:

«Es bueno el estudio de Torah junto con el trabajo, porque el esfuerzo requerido para ambos hace olvidar el pecado«.

El Rab de Kotzk dijo:

«La razón por la que una persona no debería pecar no es solo porque está prohibido, sino que la permanencia del hombre en el mundo es tan breve que no debería tener tiempo libre para pecar«.

Sabemos por lo que la revelación divina otorga que cada ser humano llegó al mundo con una asignación. Por lo tanto, si cada uno de nosotros tomamos con seriedad y responsabilidad las obligaciones que dicha asignación demanda, no tenemos tiempo para el ocio y el relajamiento egoico.

Entiéndase bien que al compartir esto no estoy refiriéndome a que no se puede tomar un respiro de vez en cuando, pues también el Eterno enseña que eso es esencial para el bienestar físico y mental de toda criatura humana.

Lo que estoy aquí enfatizando es que generalmente aquellos redimidos que trabajan en la búsqueda del sustento también deben buscar su tiempo especial y específico para esforzarse en el estudio de los Secretos del Cielo y en la realización práctica de cada mitzvot que ordena YHVH. Esto debe darse incluso descansando para reponer sus fuerzas.

Entonces se entiende que una ser humano con estas características no tiene tiempo para el ocio egoico, es decir no puede darse un plazo para recibir sólo para sí. En consecuencia, tampoco tiene tiempo para pecar.

Con este pensamiento celestial en su mente, se cuentan que para Jafetz Jaim (sabido rabino del siglo XIX) cada instante de su vida era tan preciado como la más valiosa joya. A tal punto era esta praxis de fe que él calzaba zapatos sin agujetas (cordones) porque había calculado que el tiempo que pierde la persona calzando y atacando los cordones de sus zapatos es de un minuto. ¡Sesenta segundos por día! Esto son 365 minutos al año, que equivalen a seis horas. Calculado en 70 años, son 420 horas ganadas, que él invertía en estudiar más Torah… ¡Realmente asombroso!… ¡Esto es saber apreciar nuestro tesoro más valioso!

Lo más caro que poseemos es el tiempo, porque lo pagamos con la vida misma (Eclesiastés 3: 1-11) . Nuestro estudio de Torah tiene que ser lo más valioso en todo el día. Una vez que nos sentamos a estudiar, no podemos permitir que nada ni nadie nos interrumpa. No es lo mismo estudiar una hora que dos medias horas.

Leí la siguiente historia que permite ilustrar esto que estamos hablando:

Un campesino que andaba por un valle recorriendo las vías del ferrocarril, se quedó observándola y pensó para sí:
_ “¡Este metal es justo lo que necesito para cercar el corral!”.
Sin vacilar, puso manos a la obra y arrancó un par de metros de vía.
Afortunadamente unos policías pasaban por allí y detuvieron de inmediato al individuo.
Una vez que se notifica el aviso para que se interrumpa el avance del ferrocarril, se condujo a aquel campesino frente al juez para que le dicta la sentencia.
Cuando estuvo delante del magistrado, este le preguntó:
_ «¿Tienes idea de la gravedad y las consecuencias de su acto?».
_ «Su señoría, ¿qué le hacen un par de metros de vía a los kilómetros de kilómetros que tienen tirados allí?«.
_ “¡Tirados! Si esos ‘pocos metros’ no están colocados en su lugar en el momento que el ferrocarril pasa por allí, Esto se descarrilará y volcará provocará una tragedia que no quiero ni pensar. Por tanto, ¡lo sentencio a 30 años de trabajos forzados! ”, dictaminó el juez.

Amados discípulos de Mashiaj, al estudiar la parashá de esta semana necesitamos entender y aceptar que tenemos un tiempo limitado para cumplir con nuestro propósito en la vida.

La conciencia hebrea en la fe de Avraham, Itzjak y Yaakov, dice que el peor crimen es el asesinato. El peor asesinato es el predeterminado, y dentro de este pecado, podemos encontrar algo que es más grave: el asesinato de uno mismo (suicidio). Este crimen se subdivide en dos: el asesinato físico y el espiritual. Matar el tiempo es una de los crímenes más condenables que pueden cometerse en la vida. El ser humano que ha sido redimido por la Gracia del Eterno no puede matar al tiempo, pero el tiempo sí lo puede matar a él.

Me encontré con una historia talmúdica semejante a la parábola de los talentos (Mateo 25: 14 – 30). Se trata de un rey que debía declarar por heredero a alguno de sus tres hijos.

Este monarca sabía que llegaría un día en el cual necesitaría que ceder la corona a uno de los tres, pero necesitamos saber quién de ellos era el más capaz para sentarse en el trono desde dónde beneficiaría a todos los súbditos.

Entonces se le ocurrió probarlos con el asunto de la administración de las finanzas. Entregó a cada uno una importante suma de dinero para que, durante un año, la administrara y entonces rindiera cuenta de su mayordomía.

Así, terminó el plazo y el monarca exigió que le rindieran cuentas.

El primero presentó un balance positivo de sus acciones, por lo que recibió la aprobación y el consentimiento de su padre para continuar con el negocio.

El segundo hijo se disculpó con su padre, ya que, por desgracia, había invertido el dinero en un proyecto que consideró en un principio de mucho éxito, pero la realidad le demostró su equivocación. El padre aceptó la disculpa y le entregó otra cantidad de dinero; además, lo alentó para que siguiera intentando en el nuevo año de desafíos regios.

Cuando el tercer hijo le devolvió el dinero en el mismo sobre, tal como lo había recibido, el padre se molestó mucho con él. Ante el insospechado comportamiento de su padre, el hijo le increpa exigiéndole la explicación sobre el motivo de su enojo. No entendía por qué él, que había cuidado con esmero el dinero, era criticado por su padre, y su hermano, que había perdido todo, había recibido incluso otra dotación.

El padre le respondió:

Tu hermano, aunque perdió todo lo invertido, cumplió con lo encomendado. Hizo todo el esfuerzo posible por invertir bien el dinero que ganó. En cambio tú, no entiendo cómo te atreves a preguntar el porqué de mi enojo. ¿Acaso te di el dinero para que lo guardaras? ¿Acaso crees que no tengo cómo cuidar el dinero, que necesito de ti para guardarlo?«

De la misma forma, cuando un ser humano llega a este mundo, el Eterno le asigna cierto número de días. Así es cada ser humano viene marcado con el día exacto de su muerte.

Ahora bien, en adición, el Creador otorga a cada una de sus criaturas humanas el intelecto necesario para adquirir conocimientos de Torah y observar los preceptos que en ella se revelan para vestir el alma de Luz.

Así mismo, le otorga también el suficiente sentido común para manejarse en este mundo.

Sin embargo, en nuestra naturaleza caída, y para nuestra vergüenza, no logramos vivir a la altura plena de nuestra misión. Despilfarramos una gran parte de nuestras vidas, recursos y habilidades haciendo negocios que solo nos producen pérdidas, es decir, transgresiones por las que algún día seremos juzgados. Gastamos mucho más tiempo del que necesitamos para sobrevivir e ir en pos de las vanidades de este mundo. Nos complacen enormemente las cosas que hemos adquirido durante nuestra vida.

Lamentablemente, cuando nuestro Padre Celestial nos exija, después de 120 años, rendir cuentas con el tiempo que nos dio, ¿qué responderemos? En ese momento se nos indagará (y nosotros mismo nos preguntaremos) qué hicimos con cada minuto de nuestras vidas.

Por eso, y para ahorrarnos ese momento amargo delante del Trono de Mashiaj, invito a cada uno de ustedes a preguntarse a sí mismo:
¿Regresaré una vida llena de vaciedad o presentaré un alma llena de Torah y actos buenos?

Medita y acepta hoy en tu corazón que debe ser bastante doloroso llegar ante el Eterno y contemplar la figura que Él esperaba de ti, ver lo que estableció como ser de propósito antes de colocarte en el vientre de tu madre, y contrastarlo con lo que te has convertido …

¡Calma!… ¡Estás aún a tiempo!

Encausa toda tu energía vital y todos tus talentos para vivir con el propósito que YHVH espera de ti.

Encuentro muy oportuno cerrar con esta frase de un gran sabio de la Torah que dijo:

«El día es corto y el trabajo mucho. Los trabajadores son holgazanes y la recompensa es enorme. El patrón los apura”.

(Rabí Tarfón)

¡Anhelo que estas palabras te estimulen a fin de sólo quieras no estar jamás tranquilo!

Shalom!

INVITACIÓN ESPECIAL:

Si estás interesados en profundizar más en lo que este estudio ha dejado vibrando en tu interior, te invito a escuchar esta enseñanza:

Multimillonario judío revela su secreto: ¡Mientras más cuido Shabat, mejor funciona mi compañía!

«Al principio pareció una carga, pero Shabat me da tiempo para estar con mi esposa, con mis hijos y mis amigos«, dice Adam Neumann, de 38 años, quien es considerado uno de los más prometedores hombres de negocios de Israel.

Adam le dijo a Iediot Ajaronot que ya hace dos años que él, su esposa y sus 5 hijos cuidan Shabat. “Me desconecto completamente. No hablo con nadie y eso es algo que no estoy dispuesto a ceder”, dijo en la entrevista. “Al principio pareció una carga, pero me da tiempo para estar con mi esposa, con mis hijos y mis amigos”.

Adam es el propietario de WeWork con base en Nueva York empresa con un total de 3.000 empleados en 238 localidades a lo largo de 56 ciudades en 18 países. Su valor es de 20 mil millones de dólares y se trata de una red comercial de espacios de trabajo que provee espacio de oficinas con tecnologías avanzadas que atraen a muchos talentosos expertos en tecnologías y empresarios de start-up.

Podemos imaginar fácilmente que el cronograma de trabajo de Adam incluye muchos vuelos entre Tel Aviv y Nueva York. “La semana pasada tuve una semana muy loca, con muchos vuelos y trabajo”, afirma Adam.

«Sin embargo, ¡mientras más cuido Shabat, mejor funciona mi compañía! ¡Imagina eso!«

Pero el viernes a la mañana, Adam y su esposa se levantan y dicen: “Estamos listos para el Shabat” y cuando llega el Shabat su esposa enciende las velas y la tranquilidad desciende sobre su hogar. “Todos nuestros amigos vienen a compartir una cena que fue preparada antes de Shabat. En ese momento nos desconectamos, pero en verdad estamos realmente conectados. Paso más tiempo que nunca con mi familia. Incluso veo más a mi madre y también la llamo durante la semana. Mientras más cuido Shabat, mejor funciona mi compañía, ¡Imagina eso!

Neumann creció en el Kibutz Nir-Am y se trasladó a Nueva York apenas terminó su servicio militar obligatorio, con la esperanza de volverse rico rápidamente. Pero las cosas no funcionaron muy bien en un principio. “Siempre estaba enojado con la gente y sentía que tenía derecho recibir todo lo que deseaba”, admite Adam.

Adam y su esposa Rebeca

Las cosas comenzaron a cambiar cuando conoció a su esposa. “Ella logró que dejara de fumar y de quejarme por el pasado y me enseñó cómo ser feliz y hacer algo que tuviera significado para mí”. Antes estaba en una búsqueda constante de riqueza.

En ese momento Adam pensaba que no había nada que pudiera ser más importante que el dinero. Pero entonces, hace 10 años, Adam tampoco tenía la menor idea de cómo se vería su vida. “Si hace 10 años me hubieras preguntado cómo se iba a ver mi vida, nunca hubiera creído que lograría mejorar tanto respecto a la forma en que me relaciono con la gente. Tengo un mejor enfoque de las cosas y para mí ahora lo más satisfactorio es ayudar a todos los que me ayudaron en el pasado, como por ejemplo a mis padres, mi abuela y mis amigos”.

Este artículo apareció originalmente en el Jewish Breaking News

Los Buenos Hábitos Ayudan a Combatir el Estrés

Autor: Jose Manuel Garrido

Una nueva investigación de la Universidad del Sur de California sugiere que cuando el estrés y el cansancio aturden los sentidos llegando a provocar un comportamiento desordenado y falto de control, las personas recurren a hábitos ya establecidos, algunos de los cuales pueden ser saludables.

El hallazgo es importante porque a menudo la teoría sostiene que el estrés y la fatiga afectan negativamente a nuestra capacidad de auto-regulación, lo que lleva a comer en exceso, comprar compulsivamente, fumar más de lo habitual, etc.

Los investigadores han llegado a la conclusión de que el desarrollo de hábitos positivos puede anular esta pérdida momentánea de la fuerza de voluntad y el autocontrol.

Se han utilizado cinco experimentos para dar un nuevo giro a la idea ya establecida de que tenemos recursos limitados para la autorregulación, lo que significa que es más difícil tomar el control de nuestras acciones cuando ya estamos estresados ​​o cansados.

En lugar de dejarnos llevar por los malos hábitos cuando nos encontramos en situación de estrés, los investigadores descubrieron que es igual de probable que recurramos por defecto a los hábitos positivos, como tomar un desayuno saludable o ir al gimnasio.

Según sus autores, los resultados del estudio muestran que la falta de control no significa automáticamente la indulgencia o el hedonismo, sino que es la rutina subyacente lo que realmente importa.

Así pues, los comportamientos automáticos que hacen posible que podamos funcionar todos los días, es decir los hábitos, persisten incluso cuando estamos cansados ​​o estresados y no tenemos la energía suficiente para ejercer auto-control. Los expertos tienen claro que estos hábitos aprendidos juegan un papel importante en nuestra salud.

Estas conductas automáticas  no requieren mucha fuerza de voluntad ni esfuerzo. Lo que sabemos sobre la formación de los hábitos es que normalmente tenemos la tendencia a realizar el comportamiento que nos resulta más fácil, por lo que las personas los repiten con frecuencia y se convierten así en parte de su rutina diaria.

Por lo tanto, la cuestión central debe ser cómo se pueden formar hábitos saludables y productivos, que en momentos de cansancio o estrés nos permitan poner el piloto automático y dejarnos llevar sin resistencia.

Fuente: University of Southern California

¿Cómo Prosperar con el Poder de la Imaginación?

Por P.A. David Nesher

El poder de la imaginación debe ser usado sólo desde una mente ascendida en los caminos de la Luz Infinita. Si no es así, la impaciencia se apodera de ese poder y lo conduce a la destrucción total del destino de propósito que Yahvéh ha otorgado al ser humano.

#ParasháKiTisé#BecerroDeOro

«¿Cómo te atreves a dar el Diezmo?»

Por P.A. David Nesher

«Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de Yahvéh tu Dios en el lugar que Él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Yahvéh tu Dios todos los días. 
Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Yahvéh tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Yahvéh tu Dios te bendijere, entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Yahvéh tu Dios escogiere; y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Yahvéh tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia. Y no desampararás al levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo. 
Al fin de cada tercer año, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo depositarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni herencia contigo, y el forastero, el huérfano y la viuda que habitan en tus ciudades, y comerán y se saciarán, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda obra que tu mano haga.»

(Devarim/Deuteronomio 14:22-29)

En la porción de esta semana, nos toca investigar y meditar en la ordenanza del maáser (el diezmo) que debía separar el campesino en en la tierra de Israel, durante el tiempo del Bet HaMikdash (Templo). El tema, en los espacios del cristianismo, es en verdad muy controversial y hostilizado como todo lo que tiene que ver con dinero, y a decir verdad, es muy difícil permanecer indiferente sin volcarse apasionadamente a uno de los bandos. En esta bitácora no pretendo sumar algo a dicha controversia, ya que considero que de acuerdo a la mal entendida «teología de la gracia» que la mayoría de las denominaciones cristianas profesan, el diezmo no debería ser practicado ya que pertenece al ámbito de lo que los dogmas llaman Antiguo Testamento.

En verdad, lo que quiero hacer en este estudio, es compartir con los que creemos que la Torah (y por consiguiente los Profetas y Escritos) sigue estando vigente como manual que conduce a los secretos de la Sabiduría de lo Alto, los beneficios que otorga la conciencia de Maaser (Diezmo).

Según la Torah divina cada terrateniente debía separar sus frutos y cereales en los siguientes tipos de ofrenda:

  • Terumah,
  • Maaser Rishón,
  • Maaser Shení y
  • Maaser Aní,
  • además de los primeros frutos que se llevaban al Bet HaMikdash (bikurim, las primicias).


La Torah, en realidad, en su hebreo original dice en el versículo 22: “aser te`aser” (que puede traducirse: «diezmar diezmarás«); es decir: «irremisiblemente» o «indefectiblemente» diezmarás…. Y medio de un juego de palabras (los Sabios) las interpretan como: “aser bishbíl shetitasher”, que se traduce: «Da el diezmo para que te enriquezcas«, o «te hagas millonario» según otros traductores (Talmud SHABAT 119ª. TAANIT 9ª).

Para captar mejor lo arriba dicho, regresemos a la expresión ”עַשֵּׂר תְּעַשֵּׂר“ [“aser te`aser” («diezmar, diezmarás)], si observamos el original notamos que la raíz de ambas  la componen las letras Áyin, Shin y Resh. Lo interesante de este dato es que la palabra riqueza posee la misma raíz;  con solo cambiar la vocal ‘a’ por la ‘o’, se forma la palabra «osher» que significa riqueza.  Así que con toda propiedad, los Sabios aseguran que se puede afirmar que el versículo dice: “Diezma  y te enriquecerás”

Por ende, cuando leemos la palabra indefectiblemente notamos que en la cosmovisión de los Cielos cumplir con este mandamiento es muy importante; ya que el diezmo describe dar el diez por ciento, el Eterno mandaba a que realmente fuera el diez por ciento. Se podría pensar que los israelitas podrían descubrir maneras de dar menos del diez por ciento a Dios, pero con esta palabra la pauta quedaba bien clara, el Eterno no puede ser burlado.

¿Por qué y para qué el Eterno mandó dar el diezmo? 

Porque por medio de este instrumento cósmico Él lograba grabar en las mentes de los primogénitos que el es el Dueño absoluto de todo, y que nosotros solo somos administradores o mayordomos de todo lo creado (Deuteronomio 8:18; Salmo 50:10; Hageo 2:8). Así, al dar el diezmo, el pueblo de Israel reconoce que Yahvéh es el gobernante absoluto de todo los bienes que tenemos. El propósito de diezmar era edificar el honor y la reverencia al Nombre Bendito del Eterno. En la paráfrasis de la Living Bible se lo presenta de una manera simple:

«El propósito de diezmar es para enseñarte a siempre poner a Dios primero en tu vida» 

(Deuteronomio 14:23b, Living Bible).

En la Torah se describe el diseño divino de dos tipos de diezmo, el primero y el segundo, los cuales suman el 20% de los ingresos totales de la producción anual.

El primer diezmo (en hebreo: Maaser Rishón) se entregaba enteramente a los levitas que lo pueden comer en cualquier lugar (cf. Números 18:26).

En cambio, el segundo (hebreo: Maaser Shení) se podía comer en Yerushalayim durante los años primero, segundo, cuarto y quinto del ciclo semanal de años. Cada hebreo debía separar en dichos años una décima parte de la producción anual del suelo, que incluía granos, vino y aceite.

Durante el tercero y el sexto año se entregaba el segundo diezmo a los necesitados en cada ciudad, ese diezmo es llamado el diezmo de los pobres. El séptimo año es el año sabático cuando no se podía dar el diezmo de los productos agrícolas porque durante ese año todo lo que crecía en el campo era de todos.

Ya que el diezmo se tenía que transportar a un solo lugar para toda la nación, unos se encontraban mas lejos que otros. Si alguien estaba muy lejos, se les dificultaba transportar el diezmo requerido de grano y ganado. Entonces, quien vivía demasiado lejos del Santuario para llevar a cabo el Maaser Shení, podía llevar a cabo su equivalente en dinero y disfrutar de una comida festiva con su familia y los leviím (levitas). Al final del tercero y sexto años de cada ciclo de siete, ese era el deber ser entregado a los pobres (Maaser Aní) en casa antes de ser llevado al Santuario.

El levita recibe el primer diezmo, y los pobres reciben el segundo diezmo, en los años tercero y sexto del ciclo shemitah. El comentario “Torá con Rashí”,dice al respecto:

“El diezmo (maaser) es la porción del producto agrícola que debe separarse cada año y entregarse a sus respectivos destinatarios. Los diezmos se dividen en tres partes: primer diezmo (maaser rishón), segundo diezmo (maaser shení) y diezmo del pobre (maaser aní). Su orden de separación es el siguiente: primero se separa la trumá (“porción separada”) y es entregada directamente al kohen. Luego se separa el maaser rishón, el cual es entregado al leví; de aquí el leví separa la parte llamada trumat maaser y se la entrega al kohén (ver Núm 18:26). Tercero, se separa el maaser shení y es llevado a Yerushalayim para ser ingerido allí; esto es realizado el primero, segundo y cuarto y quinto años del ciclo agrícola de siete años (ver. Deuteronomio 14:22-26). En el tercero y sexto años, en lugar del maaser shení se separa el maaser aní, el cual es entregado a los pobres (Deuteronomio 14:28-29). En el séptimo año no se separan los diezmos.”

Dar el Diezmo Garantiza Protección en los Malos Tiempos Económicos.

Cuenta la historia hebrea que existió un hombre que era muy escrupuloso al ver sus maaserot (diezmos). Poseía un campo, del cual usaba la mitad para las plantas y en la otra mitad había un estanque con agua. Cierto año hubo una sequía terrible; todo el país sufría de hambre. La comida era escasa y el agua aún más. El trigo se vendió por una moneda, que era un precio altísimo. Y se vendió la misma cantidad de agua por tres selaim. Todo el año el buen hombre se vendió a la gente del agua de su cisterna. «¡Vengan a comprar un saá de agua!», Proclamaba. «¡Rieguen los campos con esa agua y produzcan tres veces de trigo!» Este hombre fue bendecido con suficiente agua para sus propios años en un año de sequía, y también lo sobró para vender los demás, por ser muy cuidadoso con el maaser.

En en el Talmud se encuentra esta cita:

«Da el diezmo (maaser ) para que enriquezcas (titasher )». Mientras más, más va a proporcionar el Dueño de las riquezas ..

La Torah da una promesa especial a los que entregan el diezmo fielmente. La misma consiste en que el Eterno va a bendecirlos en toda la obra de sus manos. Yahvéh bendecirá a un corazón que da alegremente. Nuestro Abba, sabe que nuestros ingresos no siempre llegan a los gastos y que es fácil preocuparse y dudar de cómo el dinero podrá llegar. Por eso Él ha dado una bendición especial al que es fiel en la entrega del diezmo. Esa bendición hace que obtengamos sabiduría de lo alto a la hora de administrar el resto para que no la malgastemos en cosas innecesarias y caras sino que encontremos artículos y comida más baratos. La bendición también hace que el dinero no se pierda ni que se rompan y se gasten las cosas innecesariamente para que los gastos sean grandemente reducidos. La bendición que está sobre la obra del que es fiel en el diezmo tiene mil maneras de manifestarse.

Según entiendo, el primer diezmo es obligatorio para los escogidos de entre las naciones, y el segundo diezmo es optativo, pero conlleva una gran bendición para toda la obra de las manos del que lo entrega.

Alguien me preguntará:

«¿Cómo te atreves a dar el diezmo? ¿Qué pasa si no puedes financiar tu economía?«

Yo le contesto:

«¿Cómo te atreves a no dar el diezmo? ¿Qué pasa si pierdes la bendición del Eterno sobre tu economía?»

Si nuestra pregunta es: ¿Qué tan poco puedo dar y aun complacer a Dios?, entonces nuestro corazón no esta en el lugar correcto, para nada.

Por todo esto, me atrevo a decir que si tienes problemas con tu economía es porque probablemente has sido negligente con el diezmo.

«Las Peores Personas…» según Jack Ma

Jack Ma, fundador de Alibaba dijo en una entrevista lo siguiente:

«Las peores personas a las que les puedes servir son las personas con mentalidad de pobre».

«Dales algo gratis, y piensan que es una trampa. Diles que es una pequeña inversión, van a decir que no ganan mucho. Invítalas a entrar en grande, dirán que no tienen dinero. Invítalos a probar cosas nuevas, te dirán que no saben cómo hacerlo. Invítalos a un negocio tradicional, dirán que es difícil de hacer. Diles que es un nuevo modelo de negocio, van a decir que es una pirámide o estafa. Diles que administren una tienda, dirán que no hay libertad. Diles que corran un nuevo negocio, van a decir que no tienen experiencia.


Ellos tienen algunas cosas en común:
Ellos aman preguntar, “investigar» y escuchar a los amigos que están tan desesperados como ellos, piensan más que un filósofo y se mueven menos que un ciego guiando a otro ciego.


Sólo hay que preguntarles, ¿qué quieren hacer? Y nunca serán capaces de responder.«

Las Ocho Razones de la Pobreza en un Hijo de Dios

Por P.A. David Nesher

 

“Mas acuérdate de Yahvéh tu Dios, porque Él es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar su pacto, el cual juró a tus padres como en este día.”

(Deuteronomio/Devarim 8:18) 

 

En mis años de servicio pedagógico para capacitar a los santos, he notado que es una tendencia común en el ser humano redimido que, en tiempos de abundancia, se olvide fácilmente del Eterno, dejando de buscarlo con la urgencia que una vez tuvo. Seguramente, alguno de mis lectores  preguntará: ¿en verdad puede el dinero interferir en cosas más importantes? Y la respuesta es: , lamentablemente las riquezas pueden llegar a convertirse en el centro de nuestras vidas y tomar el lugar de que al Eterno le corresponde. Las riquezas pueden producir en nosotros actitudes negativas acerca de las cosas materiales. Nuestro Maestro y Dueño Yeshúa lo advirtió así:

 «… Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee».

(Lucas 12:15)

«Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.«
(Mateo 6:24)

Por esto también la exhortación profética advierte de este modo:

«Así dijo Yahvéh:

No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.

Más alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Yahvéh, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Yahvéh».

(Jeremías 9:23-24)

Al mirar en las Sagradas Escrituras, en la sección llamada Ekev, descubrimos que ellas revelan en sus líneas un paradigma muy importante que todo hijo primogénito debe tener en su conciencia constantemente: las riquezas son un resultado del pacto entre el Eterno e Israel. Entonces el asunto queda perfectamente claro: si cumplimos nuestra parte del pacto podremos disfrutar también de bendiciones materiales, tal y como está escrito en la enseñanza paulina:

“Dios… nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos.”

(1 Timoteo 6:17)

Hemos visto que el Eterno saco a Su Pueblo de Mitzrayim (Egipto) para llevarlos a la tierra de promesa. Un lugar donde ellos tendrían la manifestación de muchas bendiciones en diversas áreas de su materialidad. Sus vidas prosperarían al punto de tener más allá de lo suficiente. ¡Las bendiciones sobreabundantes iban a ser evidente en sus vidas!

Por ello, Moshé le dice a los israelitas que debían recordar lo que Yahvéh había hecho por ellos durante sus cuarenta años en el desierto. Él recontaba la fidelidad de Dios y su prueba con el maná. Él les dice:

«no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que procede de la boca de Dios.«

Es decir que si Israel pusiera cuidado en cada palabra que procede de la boca de Yahvéh, entonces el SEÑOR tendría cuidado de sus necesidades materiales, y los traería hacia una tierra llena de bienes materiales. Así queda demostrado que Dios no está en contra de bienes materiales en la vida de sus hijos redimidos, excepto cuando se interponen entre nosotros y Él. El Eterno quería, quiere y querrá bendecir materialmente a un Israel espiritualmente obediente.

Ante eso, Moshé les recuerda acerca de la corrección paternal de Yahvéh. Durante su lucha de cuarenta años, «Sus vestiduras no se gastaron, ni sus pies se hincharon…» Él les dijo que Dios estaba con ellos durante todas sus luchas.

También habla de un tiempo y lugar en el futuro donde comerán buena comida, sus cosechas florecerán, vivirán en casas que no construyeron, y su tierra recibirá una bendición sobrenatural de productividad. Por eso, les ordena:

“Así que comerán y estarán satisfechos, y bendecirán a YHVH su Elohim por La Tierra buena que Él les ha dado.”

(Deuteronomio 8:10)

El Eterno manifestó que el futuro de Israel era un futuro glorioso y lleno de la provisión divina. Pero existía un peligro, …¡el peligro del olvido de Su Nombre! Por eso, Yahvéh les advierte a todo el pueblo que estén vigilantes para no cometer el error de olvidarse que Él era la Fuente que les daba la habilidad poderosa de adquirir riquezas.

Es común que tengamos en gran estima a nuestro arduo trabajo e inteligencia, y no está mal. Sin embargo, debemos también pensar constantemente en que Yahvéh nos da el cuerpo, el cerebro y el talento para lograr todo cometido. ¡Todo es de Dios!

Por eso, cada vez que estemos viviendo en escasez tendremos que hacernos el siguiente planteo: Si los bienes materiales son parte del pacto que tenemos con el Eterno ¿por qué no tenemos más riquezas?

Para contestar esta pregunta presentamos aquí ocho razones posibles:

  1. Presencia activa de maldiciones. Estas pueden ser de tres categorías:
    • Maldiciones ocasionadas por la iniquidad familiar generacional: Es decir, que sufrimos las consecuencias de la desobediencia de nuestros antepasados. Si confesamos los pecados de nuestros antepasados y pedimos perdón por ellos, cambiando nuestra conducta, y no haciendo más como ellos hicieron, obedeciendo los mandamientos, podremos romper esas maldiciones.
    • Maldiciones regionales y/o nacionales: Por vivir en un país pobre es posible ser parte del ambiente de pobreza que hay allí. Las maldiciones que han causado esa pobreza no son levantadas sin el arrepentimiento del pueblo, de aquellos pecados que causaron esas maldiciones. Especialmente los tres pecados cardinales causan este tipo de maldiciones en las naciones: idolatría y ocultismo, derramamiento de sangre inocente y sexo libre. Es posible romper la maldición sobre una tierra de manera parcial, como vemos en la vida de Yitsjak en Génesis 26.
    • Maldiciones pronunciadas: Por medio de tu lengua podrás traer pobreza o abundancia sobre tu vida. Por eso no digas “No tengo” o “soy pobre”. Cambia tu Programación Neuro Lingüística (PNL) y di en voz audible: “el Eterno me dará todo lo que yo necesito.” Acostúmbrate a confesar con tus labios lo que está escrito: “nunca he visto desamparado al justo ni a sus hijos mendigando pan” (Salmo 37:25). “Yahvéh es mi pastor nada me faltará” (Salmo 23:1). En la carta a los Romanos, el apóstol Pablo dejó escrito: “Con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:10). Recuerda que Salvación implica que el hombre sea rescatado de una situación que lo limita en angustia para que no logre cumplir el propósito del Eterno. Así que, salvación implica también la liberación de la pobreza económica, y para obtener esa salvación hay que confesar la Torah con la boca. La confesión de las Palabras del Eterno te salvará de la pobreza.

2. Desobediencia a los mandamientos (cf. Deuteronomio 28, Levítico 26).

3. Retención del diezmo y las ofrendas (cf. Malaquías 3:9).

4. Hurto no restituido (cf. Zacarías 5:1-3).

5. Prioridades equivocadas (cf. Hageo 1). Las prioridades del Eterno tienen que ser las mías. Lo que él considera importante tiene que ser importante para mí. Si puedes gastar en un restaurante más dinero para una comida que en la ofrenda para apoyar al que te enseña la Torá, has mostrado que tu estómago es más importante que tu amor por Yahvéh. Estás más interesado en satisfacer tus deseos naturales que buscar el Reino del Eterno.

6. Motivaciones equivocadas (cf. Stg. 4:2-4; Proverbios 22:4).

7. Falta de oración (cf. Stg. 4:2).

8. Mala administración: Cuando hemos aprendido a administrar lo que tenemos de manera correcta, Yahvéh nos da mucho más. Si hay una mala administración de los bienes materiales, el Eterno retiene su mano, porque no confía en nosotros. Si no sabemos administrar poco, ¿cómo él nos confiará mucho?

El versículo 18 es claro en cuanto al propósito de las riquezas que el Eterno quiere otorgar a sus hijos:

«A fin de confirmar su pacto»

Esto nos recuerda por qué Yahvéh nos ha bendecido. Su objetivo es que al se cumpla su propósito eterno: la Redención plena del mundo. Es por esto que nuestras riquezas materiales deben ser utilizadas para expandir Su Reino en la Tierra, no en el cumplimiento de nuestros deseos egoístas.

Yahvéh, nuestro Dios, quiere que disfrutemos de los beneficios, pero hay un propósito más grande que nosotros y nuestra comodidad personal. Él anhela que Su pueblo sea conducto de Sus bendiciones por el propósito de Su Reino y justicia, no solo recipientes de la bendición (Mateo 6:33).

 

NOTA PROFÉTICA:

Mientras meditaba en todo esto, me doy cuenta por qué en estos últimos tiempos el Eterno me ha permitido, a través de este Blog, tomar contacto con un grupo de varones y mujeres del mercado que anhelan ser canales de bendición para que el Evangelio del Reino (la Torah en la mente y el corazón del hombre) sea proclamado en las naciones. Estos son personas profesionales alrededor del mundo con pericia y experiencia, que me han manifestado que están estableciendo negocios con el único objetivo de generar grandes cantidades de dinero para que las almas alrededor del mundo tengan el conocimiento que en este Blog se comparte. Son personas con experiencia en el mercado, dotadas con habilidades para los negocios. Ellas me han manifestado que sólo estarán satisfechas cuando los códigos de la Torah produzcan la transformación cultural de ciudades y naciones enteras. No piensan en una congregación, sino más bien en llenar una nación entera con congregaciones que capaciten a los santos para la obra del ministerio.

Muchos de ellos me han solicitado que los guíe a formar alianzas del Reino. compuestas de equipos ungidos, que usarán sus empresas para generar ganancias con el solo propósito de hacer llegar este evangelio del Reino hasta lo último de la Tierra.

Intercediendo por ellos, Yahvéh me ha mostrado que dará a estos varones y mujeres «invenciones y estrategias ingeniosas» mientras duermen. Él me ha manifestado que estas personas tienen una unción especial para liderazgo en negocios o gobierno. Ellos son persona de abundantes recursos que prefieren conducir su trabajo en privado, lejos del centro de atención del hombre, pero bajo el centro de atención del Cielo. Varones y mujeres que despiertan en el medio de la noche para orar para que el Reino de Elokim venga. Su tiempo de oración está enfocado en la promesa: «Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la Tierra» (Salmos 2:8). Sus empresas y ganancias jugarán un papel dominante en la implementación de estrategias en estos días postreros.

Arden con el fuego del Eterno en su ser con el interés de generar millones solamente para el Reino. Ellos caminan humildemente delante del Señor. ¡Ellos viven Deuteronomio 8:18!

El Eterno me ha encomendado que ayune y ore a fin de recibir la capacitación que me conducirá a pastorear a estos varones y mujeres y comisionarlos y enviarlos a generar dinero para la Cosecha del Tiempo Final.

¡Bendito sea Su Santo Nombre!

En amor y servicio: David Nesher

 

La Forma que Dios tiene para Dar Dinero a sus Hijos

Por P.A. David Nesher

 

«Porque no por salir hacia el oeste, ni del desierto a las montañas, porque Dios es el Juez, El humilla a uno y levanta a otro»

(Tehilím/Salmos 75:6- 7)

 

¿Cuál es el significado de estos versículos?

Antes que nada debo explicar que este tipo de texto pertenece al fruto literario de lo que se conoce como el movimiento sapiencial de Israel. El movimiento de la sabiduría (jokmah) o sapiencial en su triple dimensión, intelectual, moral y religiosa, influyó poderosamente en el pueblo. El mismo comenzó con David, continuó con Salomón y se diseminó como reguero por diferentes caminos humanos, entre ellos los profetas pre-exilicos. Su principal finalidad era orientar la vida práctica en consonancia con la fe, aplicando a las mil y una situaciones de la existencia humana las enseñanzas de la Instrucción (Torah) de Dios de modo que se asegure una vida dichosa, digna de ser vivida. El género sapiencial aparece en la TaNaK entrelazado con la poesía y constituye lo esencial de tres libros: Job, Proverbios y Eclesiastés, bien que en otros hallamos pasajes del mismo carácter en forma de máximas, refranes, acertijos, parábolas, etc. (Jue. 9:8-15; 14:14; 1 S. 24:13; 2 S. 12:1-6, entre otros).

En la sabiduría hebrea de Israel, a diferencia de la de otros pueblos orientales, se combina el conocimiento adquirido por la experiencia con la revelación que otorgan los códigos de la Luz Infinita, escritos en la Torah. Es una cualidad natural que se cultiva mediante la instrucción de padres a hijos, y de maestro a discípulos; pero también es un don de Yahvéh (Job 11:6, Pro 2:6 y ss.; Ec. 2:26), fruto de la acción inspiradora de su Espíritu (Job 32:8), y que solamente se adquiere por la fe verdadera (emunah).

Ahora sí, dicho esto, y respondiendo a la pregunta que inició esta bitácora, dire que estos versículos revelan que una persona no necesariamente se vuelve rica por viajar, por negocios de este a oeste, o por aventurarse a lugares distantes, tales como montañas y desiertos. Más bien, sí así ha sido ordenado, Dios despoja de dinero a una persona y provee para algún otro.

Por esta razón, aquellos que estamos redimidos en el Mesías debemos educar a nuestra conciencia para que no cometamos error alguno a la hora de conectarnos con el dinero. El Espíritu de Yahvéh, quien nos unge con su poder, también nos da la inteligencia para administrar los recursos financieros. La sabiduría te puede ayudar a prosperar mucho, pero la falta de ella te deja pobre. Shakespeare decía: «La gente que vive comprando bienes superfluos, llega a tener que vender los bienes necesarios.» Si sigues el camino de la sabiduría y el dominio propio, llegará el día que tendrás con que comprarte lo que quieras; pero si te apresuras, pronto te endeudarás.

Por esto, conviene mucho a nuestra salud integral conocer la cosmovisión que Israel adquirió por medio de lo que las palabras hebreas que usaba a la hora de hablar de dinero. Los nombres hebreos relativos a dinero indican su movilidad:

  • Nejasím, traducida como posesiones.La palabra nejasím indica que después del fallecimiento de una persona, sus pertenencias son sustraídas de ella, y entregadas a otro. (Nejasím está íntimamente relacionada a la raíz mejusé/ ellas son ocultadas de él)
  • Zuzím (un tipo de moneda) significa que aún cuando una persona está viva, su dinero cambia de manos, moviéndose de uno al otro. (Zuzím es derivado de la palabra raíz mover.)
  • Mamón: Mamón es una contracción de la expresión: «Ma ata mone», que al traducirla queda: «¿Qué estáis contando? ¡Es realmente nada!»
  • Maot, traducido como dinero, significa realmente «ma laet» que se traduce: «¿Qué acerca del futuro?» Con ella se da a entender que el dinero no es una posesión eterna (como son  al Torah y sus mitzvot -mandamientos-), sino que permanece con una persona sólo por un cierto período ordenado por Yahvéh.

Todos estos términos para dinero enseñan a una persona con mentalidad hebrea que sus finanzas sirven a su propósito apropiado sólo si ella lo usa en el Servicio de Yahvéh. El dinero debe usarse de una manera que agrade a Dios (Lucas 16:9). Se debe emplear con responsabilidad y honradez (Hebreos 13:18).

Por ello, los textos sapienciales animaban a un israelita a mirar sus bienes como un medio de la materialidad que garantizaba la elevación de las generaciones en el conocimiento y la proclamación de los secretos celestiales revelados en la Instrucción (Torah) divina.

«La herencia del bueno alcanzará a los hijos de sus hijos, pero la riqueza del pecador está guardada para el justo.»

(Proverbios 13:22)

Yahvéh nos quiere bendecir tanto que podamos llegar a dejar herencia aún a nuestros nietos. Por ello, debemos hacer nuestros bienes en el orden que el Eterno establece.

«Prepara tus labores fuera, dispónlas en tus campos y edifica después tu casa.»

(Proverbios 24:27)

El orden que Yahvéh aquí nos enseña para hacer las riquezas es primero «en los campos», es decir en un proyecto de destino bien planificado, después la «casa», representando a aquellos bienes que a corto plazo el ritmo de vida mismo suele proponer, pero con no hacen al orden prioritario de la economía real.

La Trasferencia divina de riquezas.

La herencia del bueno alcanzará a los hijos de sus hijos, pero la riqueza del pecador está guardada para el justo. 

 

Dice la última parte del verso que la riqueza del pecador está guardada para el justo.»

En vedad, la sabiduría está señalando a un nivel alto de prosperidad que apunta a ese momento específico cuando un escogido ya no sólo trabaja para hacer las riquezas, sino también cuando las riquezas trabajan para él y su propósito. Las Sagradas Escrituras dicen en esta porción que el Eterno trasladará las riquezas de los pecadores al justo. La pregunta que cada uno debe hacerse es: «¿soy yo una persona productiva e íntegra en mi trabajo, para que el Eterno se agrade de mí y me entregue las riquezas de los impíos?»

lo dice así:

«Porque, ¿quién comerá y quién se gozará sino uno mismo?

Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; pero al pecador le da el trabajo de recoger y amontonar, para dejárselo al que agrada a Dios.

También esto es vanidad y aflicción de espíritu.»

(Eclesiastés 2:25-26)

Cuando un redimido ha trabajado de una manera que agrada a Yahvéh, el mismo Dios tomará la riqueza de otros y la pondrá en las manos de aquel hijo que agrada Su corazón. En la parábola de los talentos, el amo ordenó que al siervo malo que no produjo lo echaran a las tinieblas, y que el talento que le tenía se lo dieran al que tenía diez talentos. Porque al que tiene se le dará más, y el que no tiene, aún lo que piensa tener, se le quitará (Mateo 25: 28-30). Así se cumplió el verso que dice que las riquezas de los impíos serán trasladadas a las manos de los justos. Es cómo si el Eterno dijera: «He encontrado un hombre que producirá conforme a mi voluntad, a las manos de él ordeno que pasen las riquezas de otros.»

¡Esto es maravilloso! Un redimido puede prosperar por su buen trabajo, y por el mal trabajo que otros hacen.

Bendito sea el Eterno por Su Instrucción que nos exhorta y anima a ser mejor cada día. Esto nos permite esforzarnos por salir adelante, y continuar a una mayor ascensión de consciencia. Por esto, bendice al Señor por las adversidades que tengas, ya que ellas te hacen cada día mejor, y te provocan a buscar más la presencia del Espíritu Santo y vivir en santidad.

Al observar las características de las comunidades mesiánicas del primer siglo, notamos que aquellos discípulos traían los bienes y las propiedades a los pies de los apóstoles. Y si a ellos les traían los bienes, era porque ellos podían producir una multiplicación en esa bendición. El Señor habló a mi espíritu respecto a esto y me reveló que a los apóstoles tenemos autoridad para bendecir la vida económica de los fieles a Su Yugo. Por eso, hoy quiero bendecirte, declarando que en todo lo que haces vas a ser una persona productiva, vas a poder hacer crecer primero tu negocio, y luego tu casa, y también tanto como para darle a otros sembrando en los centros de capacitación que enseñan a decodificar los secretos del Cielo revelados en la Torah. ¡Serás próspero en todas cosas!

Te declaro ¡Shalom!

 

La Mente Humana: ¡Lo Más Elevado de Todo lo Creado!

«El pensamiento es extremadamente valioso. Uno puede de hecho crear cosas con la mente.

Por ello, vigila cuidadosamente tus pensamientos, pues cada uno de ellos puede crear, literalmente, algo vivo.

Ten en cuenta que cuanto más elevada sea una facultad, más lejos puede llegar. Es posible arrojar algo lejos pateándolo, pero llegará más alto si utilizas tu mano. Más lejos aún llegarás con tu voz, llamando a alguien que está muy lejos. El oído llega más lejos aún, pues puedes escuchar sonidos como el de un disparo desde una distancia muy grande. Tu vista llega más lejos aún, percibiendo lo que hay en el cielo. Sin embargo, lo más elevado de todo es la mente, que es capaz de penetrar las alturas más excelsas. Debes por lo tanto cuidar tu mente por sobre toda las cosas.»

 

(Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov #46)