Curación de Recuerdos

CONSEJO DE UN VIEJO SABIO…

Si alguien te quiere herir,

observa el dolor que oculta.

Si alguien te quiere mentir,

observa el vacío que guarda.

Si alguien te quiere traicionar,

observa la soledad que carga.

Si alguien se burla de ti,

observa los traumas que encierra.

Si alguien te menosprecia,

observa cuan grande es su miseria.

Si alguien te envidia,

observa su frustración interna.

Observa bien sus defectos y trata de comprenderlos.

No te sientas ofendido por las devoluciones ajenas, tu deber es corregir todo aquello que te impide ser amable y bondadoso con quién más necesita de tu ayuda.

Las Claves para Reconocer las Siete Plagas Emocionales del Alma.

Por P.A. David Nesher

La Torah, más allá de relatar eventos históricos referidos a la relación redentora del Eterno hacia Israel, es una metáfora acerca de la lucha contra el dualismo del sistema reptiliano. En la Instrucción divina hayamos los códigos lumínicos que otorgan las claves para obtener la victoria en esa lucha diaria en la que el mundo de la materia no quiere dejar libre al alma para que manifieste su propósito esencial.

Justamente la palabra Mitsrayim (traducida como Egipto) en su raíz señala a aquellos pensamientos limitantes que por medio de la angustia paralizan al alma al hacerla producir miedos.

Las primeras plagas de Egipto, son ni más ni menos que mensajes divinos que nos permiten ver nuestro propósito más allá de lo que sensorialmente captamos. A través de una profundización en el simbolismo ontológico que cada una de estas plagas tiene, lograremos ingresar en un proceso curativo de nuestra alma intoxicada por las creencias y los paradigmas propios del sistema reptiliano de cosas, que impera en este mundo.

Sabemos, por la revelación divina que otorga la Torah, que el alma humana está compuesta en su esencia por la Tzelem Elohim (traducida como «Imagen de Dios«) que llena de las Sefirot (Virtudes) divinas, permite que el espíritu humano se conecte a su psiquismo a fin de lograr acciones de Luz Infinita que permitan el tikkun Olam (reparación del mundo).

Dichos actos de reparación y transformación del mundo físico se logra ejerciendo el don divino llamado libre albedrío que permite escoger entre el camino de la vida y el camino la muerte.

¿Qué significa elegir entre estos dos caminos (vida o muerte)?

Escoger por la vida, significa decidir ser refinado. Es decir elegir por el refinamiento psíquico que permite reparar el mundo físico. Escoger por la muerte, es elegir la perversión para ocasionar corrupción.

La parashá Vaerá, invita al alma redimida a trabajar a través de las primeras siete plagas para ver si se está pervirtiendo o refinando.

Para saber cómo es esta técnica cósmica de sanación, te invito a escuchar esta shiur (lección) o catequesis mistagógica que impartí para los santos que buscan el Reino de Dios y Su Justicia


También, puedes profundizar esta enseñanza conociendo todos los detalles de las Diez Plagas en el siguiente estudio:

¿Cómo Vencer mis Miedos y tener Verdadera Confianza en Dios?

Autora: Andrea Pérez*

En general, nuestros miedos provienen de la experiencia de la soledad existencial.

Al sentirnos solitarios, nos sentimos también inseguros, desprotegidos; y de la inseguridad nace el miedo. Ahora tenemos que retroceder paso a paso venciendo los obstáculos.

¿Cómo vencer el miedo? Venciendo la inseguridad. ¿Cómo vencer la inseguridad? Venciendo la soledad. Y hay una sola manera de vencer la soledad: poblándola de PRESENCIA (así, con mayúscula), y esta Presencia «es» Aquél que está presente en todo tiempo y en todo lugar.

Cuando el creyente, víctima del miedo, y hasta del pánico, toma conciencia de que el Poderoso es también el Amoroso, y Él está conmigo de día y de noche a donde quiera que yo vaya; y pase lo que pase, todo acabará bien porque si mi Dios es omnipotente y está conmigo, también yo soy omnipotente; ¿miedo a qué?; ¿la aflicción, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? En todo vencemos fácilmente por Aquél que nos ha amado (Rm 8, 35-37)

Para derrotar al supremo enemigo del corazón del hombre que es el miedo, no hay en las ciencias humanas otra arma invencible sino la fe viva.

Dios, que es Puro Amor, gratuito y eterno, habita en mi interior como una presencia poderosa, amorosa y materna, y me cuida, y me protege. Y, dentro de mí y reina la paz eterna. Vendrá el mañana con sus problemas, pero también con sus soluciones.

Ya lo dice la Biblia. «el amor perfecto echa afuera el miedo» (1Jn 4, 18), y nace en el lugar último en donde se da la intimidad entre el alma y Dios, nace la paz. Cuanto más entrañable la intimidad, mayor la seguridad. Y a tanta seguridad, tanta libertad. Y a tanta libertad, tanta paz. Y la paz de Dios, que habita en la última estancia del alma, es la suprema victoria sobre el miedo.

Todo esto presupone una viva fe en Alguien que vive para siempre, y nos mira, y nos cuida, y nos ama. Y Él es, para nosotros, la seguridad, y la fortaleza, y la esperanza y la dulcedumbre. No solo tiene Él la solución para todos nuestros problemas sino que, en Él, todo está solucionado. O mejor, Él es la Solución para todo.

Este proceso de liberación se consuma por el camino del trato personal, de dentro a dentro, en el misterio de la comunicación personal, en la relación íntima Yo-Tú. Dios mismo es el interlocutor para comunicarle nuestros problemas personales, pedirle en nuestras necesidades, recibir fuerzas de su amor y pedir respuestas a nuestros interrogantes.

Este creyente que camina en la presencia de Dios puede publicar a los cuatro vientos esta gran verdad: «No sé lo que el futuro me reserva: pero sé quién controla mi futuro».

Esta convicción le infundirá seguridad y tranquilidad contra todos y cualesquiera miedos. Esto capacitará a la persona para crecer y adaptarse a los cambios y peligros, conservando la confianza en el poder y amor de Dios.


*Andrea Pérez, es una autora venezolana viviendo en Ecuador. De profesión ingeniera, y de corazón misionera. Trabajando día a día en su crecimiento espiritual y buscando la coherencia, tomando como guía la frase de San Pablo: Cambia tu manera de pensar y cambiará tu manera de vivir (Ro 12:2)

Las Razones Metafísicas de las 10 Plagas

Por P.A. David Nesher


Las dimensiones celestes del Altruismo divino están abiertas en esta semana para que logremos hacer el salto cuántico de pensamiento que nos permitirá salir libre de toda toxina dogmática inoculada por las distintas «academias» que nos educaron en la cultura occidental, especialmente la «academia» llamada FAMILIA.

En esta semana lograremos una trabajo de discipulado que nos permitirá una perfecta conexión entre nuestro mundo emocional y nuestra estructura mental.


Bitácora Relacionada:

Sobre la Autoestima y el Espejo

Da Retroalimentación positiva a otros.

Cuando veas que alguien está haciendo algo bien, exprésale tus pensamientos positivos. La retroalimentación sincera, honesta y positiva ayuda a la autoestima de otros y los pone en estados positivos. No necesitas ser conocido de alguien para hacer esto. Aun si ves un total extraño haciendo algo bien, dilo. Con más razón aún, dale retroalimentación positiva a los miembros de tu familia, empleados o estudiantes Cuando estás complacido con la gente que hace servicios para ti, dícelos: taxistas, operadoras de teléfonos, vendedores, meseros, reparadores y cualquiera que te ayude de alguna manera.

¿Piensa en tres personas que apreciarían tu retroalimentación positiva? ¿Qué les dirías a ellos y cuando?

Espejos

Un espejo es una herramienta económica de bioretroalimentación para ayudarte entrar en un estado dichoso. Cuando ves un espejo, ves tu expresión facial y puedes notar fácilmente cuando empiezas a sonreír.

Mientras te ves en un espejo, pregúntate a ti mismo, “¿Cuándo estuve antes en un estado dichoso? ¿Cómo sé que estoy dichoso cuando estoy dichoso? ¿Cómo me vería ahora mismo si estuviera dichoso? ¿Cómo se ve la persona más dichosa que alguna vez conocí?” Toma unos momentos para responder estas preguntas y ve para ti mismo qué efecto tienen en ti.

Cuando te ves en un espejo trata la estrategia de “si estuviera”. “Si estuviera dichoso en este momento, ¿cómo me vería?” “Si tuviera confianza y energía ¿cómo me vería?
Una herramienta que es súper efectiva para producir estados positivos es verte a ti mismo en un espejo y repetir, “Me siento bien. Me siento grandioso”. Al mismo tiempo chasquea tus dedos mientras balanceas tus brazos de lado a lado. Imagina que estás escuchando una música animada. Es casi imposible para la mayoría de las personas hacer esto por tres minutos sin sonreír. Pruébalo y ve qué es lo que pasa.

Un espejo es también una buena herramienta para sobreponerse al enojo. La próxima vez que estés enojado mírate en un espejo y compárate cómo te ves cuando estás haciendo una sonrisa sincera. Luego haz caras graciosas para ti y ve cómo se derrite el enojo.

Un espejo también puede ser usado para construir la autoestima. Mírate en un espejo y repite: “Me gustas mucho. Eres una persona extremadamente valiosa”. Repítelo continuamente hasta que realmente lo sientas.

 

Autor: Zelig Pliskin

Selección de enseñanzas extraídas del libro “Empieza Nuevamente Ahora”, por Zelig Pliskin,

© Editorial Jerusalem de México

Hoy Dios Te Grita lo de Siempre: «¡NO ERES TAN MALO!»

Por P.A. David Nesher

 

 

 

«…vendrá aquel de quien fuere la casa y dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo como plaga ha aparecido en mi casa. 

Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes que entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa; y después el sacerdote entrará a examinarla.»

(Levítico 14:35-36)

 

 

Ayer un discípulo de Yeshúa me consultó lo siguiente:
«¿Es posible que cada uno de nosotros hablemos mal de nosotros mismos? Esto lo digo por cada ocasión en que nos decimos: “no puedo” , “no tengo”, etc., no valorando como Abba nos ve. ¿Estamos entonces practicando lashon hará (mal hablar) contra nosotros, y también nos alcance esta impureza?»

Para responder a esto, diré que el texto que encabeza nuestra meditación recalca el idioma cauto y prudente con el cual debía expresarse el dueño de la casa presuntamente afectada. Aquí vemos que la tendencia de la Toráh es evitar el daño, incluso el material que pudiera ser causado al dueño de la casa, a causa de la declaración de tzaraat que este haga. En verdad, lo que la Torah quiere evitar aquí es la pérdida de utensilios de «arcilla» cuya impureza es irreparable; quiere decir que, si la Torah cuida aun este daño material insignificante, con mucha mayor razón habrá de cuidarse cuando se trata de daños materiales grandes, y especialmente los que se hagan a vidas humanas.

La enseñanza que deriva de este hecho es que el ser humano tiene que cuidarse mucho en la forma de expresar lo que está ocurriendo en su intimidad personal y familiar antes de «impurificar las cosas». A veces se causan grandes y graves daños por declaraciones o afirmaciones apresuradas.

Preguntan los sabios intérpretes de la Torah: ¿Por qué debe decir la persona: “Ha aparecido algo parecido a una afección”, y no “ha aparecido una afección”?

Ellos mismos responden: Es sabido que la Torah revela que no sólo no se puede hablar mal de los demás, sino que tampoco se puede hablar mal de uno mismo.

Si la persona dice “Estoy afectada”, de manera contundente, sin ver sus puntos de luz, le será muy difícil hacer teshuvá y lograr una verdadera reparación (tikún).

Pero si dice: “Ha aparecido algo parecido a una afección”, no está siendo tan drástica consigo misma, y se somete al análisis objetivo del kohen (sacerdote), su líder espiritual.

Una de las bases de la teshuvá es saber que, a pesar de todas las “manchas”, existen en el interior de todo ser humano puntos de luz, capaces de iluminar todos los puntos oscuros que le han producido caos en su vida y entorno.

El texto sugiere que la persona no debía decir al kohen (el sabio que lo instruye y lidera) toda la oscuridad que considera que tiene, ya que de esta manera se puede estar sentenciando a sí misma, desde su autoagresión y/o su autocompasión. Más bien, debe dar a insinuar sus errores, y será el sabio quien, por medio de preguntas, encontrará el camino para que la persona encuentre los puntos de luz de su interior y así pueda hacer teshuvá de la manera correcta.

Espero que esta respuesta ayuda a cada uno de ustedes a tener el concepto correcto de sí que demanda nuestro amado Señor:

«Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.»

(Romanos 12:3)

 

El Talento de Re-Escribir el Futuro por Medio de la Fe

Por David Nesher

 

Algunas personas sostienen que hay que mirar menos el pasado y enfocarse en realizar su visión de futuro…

Es verdad que al pasado no lo podemos cambiar, pero sí podemos torcerle el brazo al pesimismo que algunas vivencias pasadas han dejado. Esto lo digo porque sirviendo al alma de muchos seres humanos por medio de la curación de recuerdos, he descubierto que aquellos que han sufrido traumas, tienen una perspectiva desalentadora del futuro que les espera, y esa perspectiva es la causa de sus problemas, no los traumas que sufrieron.  Es más, también me he dado cuenta que quienes se imaginan un futuro con muchos riesgos y pocos escenarios positivos son propensos a la ansiedad, y no al contrario, como normalmente se piensa.

La Instrucción (Torah) divina revela que es necesario interpretar funcionalmente el pasado, y RESCATAR experiencias, aprendizajes y cada una de sus sabidurías implícitas y explícitas para crear una VISIÓN con sólida raíz que reescriba un futuro diferente para el mundo entero, fundamentado en la comprensión vivencial del propósito eterno de Dios en el Mesías.

Lo maravilloso de esta revelación es que significa que uno puede intervenir en el futuro, en lugar de seguir atribuyéndoles al pasado y al presente, sobre los cuales uno no tiene ningún control, un poder desmesurado.

Las Cuatro Claves Para el Cambio y el Crecimiento Personal

Por P.A. David Nesher

Un caso de permanente investigación de historiadores, filósofos y diversas ciencias sociales es el de la supervivencia del pueblo hebreo (particularmente del judío) en el exilio. Los registros de acontecimientos mundiales a lo largo de los siglos no revelan ningún otro pueblo que haya sufrido tormentas de adversidades tan frecuentes y prolongadas como es el caso del pueblo hebreo. Sin embargo, es un pueblo que siempre ha disfrutado de un sorprendente y desproporcionado éxito personal en las sociedades sede de su exilio. La pregunta de muchos es siempre la misma: ¿Cuál es el Secreto para logra tan extraordinaria Historia?

En verdad, el «Secreto» está en el Fundamento que este pueblo ha heredado de su patriarcas fundadores: Abraham, Isaac, y Jacob. Este Fundamento otorga al alma de un israelita principios directrices que permiten enfrentar los desafíos de la vida con la calidad de sobreponerse y florecer.

Estos principios fundamentales permiten la correcta exploración de los misteriosos laberintos de los estados alterados y de las distintas dimensiones del Reino de la Luz en las esferas superiores.

A partir de estos principios podemos extrapolar nuestras propias claves, con las cuales alimentar las semillas del cambio y del crecimiento personal.

Esas cuatro claves del cambio son:

Emunáh (Fe)Tienes que creer y confiar que puedes cambiar.

Ratzon (Voluntad, Deseo, Fuerza personal)Tienes que sacar fuerzas de la voluntad personal. Debes entrenar tu voluntad personal para lograr lo que quieres.

Avodá (Servicio Sacerdotal)Tienes que poner en práctica un programa de trabajo continuo de introspección que te permita una excelente planificación de transformación de tu exterior. Es lo que se conoce como servicio o trabajo sacerdotal cotidiano.

Oneg (Gozo, Placer ontológico)Tienes que experimentar la alegría del logro.

Ahora bien, comparto con tu alma esto a fin de despertar en tu interior el anhelo de desarrollar esta claves para que los cambios de vida que estás deseando lleguen a su perfecto cumplimiento de acuerdo al propósito eterno de Dios para el que fuiste creado.

Amor al Prójimo: Receta contra Toda Enfermedad.

Por P.A. David Nesher

 

 

“Y YHVH apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian.»

 

(Devarim/Deuteronomiio 7:15)

 

Mientras peregrinamos la fe junto a Yeshúa, aprendiendo los códigos de Su Luz, si presencia se nos manifiesta sanadora. Ésta salud que el Señor comunica desde la Torah de nuestro Abba, y esta transformación de sanidad que Yeshúa con su presencia regala, quiere llegar y alcanzar también las entrañas más hondas de nuestra vida social. Allí donde se entreteje nuestro ser más personal y particularmente allí donde en el más hondo entretejido de lo personal, estamos heridos, enfermos, en las heridas que tenemos en el corazón, por causa de nuestros vínculos.

Justamente, escribí esta bitácora con un intención: invitarlos a que permitan al Espíritu Santo implantar la revelación de la aliyá (ascensión) de hoy, en lo más profundo de sus almas. Si dejan que esto suceda, comprobarán la afirmación divina que asegura que Su sanidad es una consecuencia de la obediencia a los mishpatim (mandamientos sociales) entre los integrantes del pacto (su asamblea de primogénitos). Esta práctica nos permite gozar de todos los beneficios del pacto, que también incluyen la prosperidad económica, y el poder sobre los enemigos (incluso los demonios). Por el contrario, si tenemos relaciones de enemistad entre nosotros, no podremos hacer frente a los embates de las distintas jerarquías demoníacas.

El Eterno enseña que, si no hay una relación armoniosa con nuestro prójimo, las enfermedades no sanarán, la escasez económica aumentará y la sequía espiritual invadirá el alma.

Sobre nuestro mundo social quiere venir hoy Yeshúa para implantarnos este conocimiento transformador. Él ofrece llevar Su Yugo con el fin de sanar nuestras heridas relacionales. Heridas que se expresan en angustias y en tristezas. Heridas que se manifestaron por causa de algún desencuentro con nuestro prójimo. Heridas que se hacen presentes en nuestros proyectos de vida, revelando faltas de horizontes y de esperanzas. Heridas profundas que han dejado sembrado el odio y la desconfianza. Heridas que en la vida hemos recibido y que en lo vincular nos han distanciado de seres muy queridos. Heridas que nos han enfermado psicológica y físicamente.

Nuestro Mesías, en Su interpretación de la Instrucción (Torah) de Abb transforma y cura las heridas. Sus palabras pedagógicas nos regalan la Presencia del Eterno, que toca nuestra vida en donde está golpeada y allí mismo nos repara y transforma, nos cura y nos sana. Para ser nosotros sanadores heridos o heridos sanados para sanar.

Por esto, nuestro amado Mesías y Dueño dijo:

”Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
(Juan 13:34-35 _RVR1960)

 

Elevo plegaria para que tu vida se vuelva un instrumento de Su Shalom en medio de todas tus conexiones.

Yahvéh El Shaddai y las Heridas Ancestrales

«Y siendo Abram de edad de noventa y nueve años, se le apareció Yahvé, y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso (hebreo: el Shad∙day); anda delante de mí (hebreo: lepa·nay – anda ante mi rostro), y sé perfecto (hebreo: ta·mim).

Y pondré mi pacto entre mí y ti, y multiplicarte he mucho en gran manera.

Entonces Abram cayó sobre su rostro,…»

(Génesis 17: 1-3)

En los 25 años que llevo pastoreando almas humanas he afirmado en mí, aquella pauta celestial de trabajo que recibiera en mis primeros años: la importancia del sistema familiar en la conformación de una vida íntegra y plena.

Por ello, una y otra vez, capacito a mis discípulos en el entendimiento de que los sistemas familiares funcionan como una unidad indivisible que se desajusta cuando las personas que los integran no están en paz entre ellas.

Así mismo, insisto en mis seminarios, una y otra vez, que dentro del sistema familiar, los padres (mamá y papá) son especialmente de vital importantes. Ellos son quienes nos dieron la vida y, por lo tanto, son nuestra conexión más directa con la fuerza que nutre nuestra existencia.

Por esta razón, no podemos estar bien si no estamos bien con nuestros padres. Es imposible se pleno sin esta relaciones mantienen sus heridas abiertas y supurando.

Concretamente, si hay algo de tu vida que te duele, es muy probable que sea un reflejo de tu relación con tus padres, aunque de entrada parezca que no tiene nada que ver.

No podemos sanar nuestra vida si no sanamos nuestra relación con los padres. No podemos mirar el futuro con fuerza si no somos capaces de inclinarnos ante nuestros padres, honrarles por habernos dado la vida, y coger el amor que viene de ellos con humildad y gratitud.

Por ello, he hallado muy oportuno escribir esta bitácora en la que podré mostrarte el lineamiento maravilloso que descubrí cuando yo comenzaba mis primeros pasos de mi apostolado. Pautas que el Eterno aplicara un éxtasis espiritual con nuestro padre Abram y, por medio de las que, sanó las heridas que el patriarca tenía en su alma por la ausencia de una madre, y la influencia de un padre idólatra, es decir, ajeno a los designios paternales de Yahvéh.

1. Abram y Su Encuentro Restaurador con Yahvéh.

Han pasado veinticuatro años desde que Abram salió de Harán para ir adonde Dios le mandó (12:4). El capítulo 16 terminó con el nacimiento de Ismael a Abram y Agar, y el narrador anotó que Abram tenía ochenta y seis años en aquel momento (16:16). Ahora, en el próximo versículo, el narrador escribe que Abram tiene noventa y nueve años. Entonces, han pasado trece años desde el nacimiento de Ismael; trece años silenciosos durante los cuales no sabemos nada de Abram y su familia, pues el Eterno los ha disciplinado con «Su ausencia comunicacional«.

Aquí, es el Eterno el que viene a Abram sin ser llamado. La lección divina es clara: los eventos personales deben tomar lugar según el horario de Dios y no el de Abram. La iniciativa del Eterno es que Abram tome consciencia que es el escogido y el bendecido de Su Gracia. Abram es un buen hombre, como pueden serlo cualquier ser humano, pero no es perfecto, y el primero que deberá reconocerlo es él mismo. Una vez, Abram convenció a Sarai de que se hiciera pasar por su hermana para que los egipcios que pudieran tener celos de él no le mataran (12:10-20). Luego permitió que Sarai le convenciera de hacer a Agar su concubina para asegurar heredero, en vez de confiar en la promesa de Dios (capítulo 16). Lo que este encuentro evidencia a nuestro corazón hoy es que Dios solo tiene humanos imperfectos para hacer su obra. Él escoge a quien escoge solamente en la soberanía de Su Gracia. Si el que el Eterno escoge escucha el llamado, Dios lo prepara, capacitándolo con su pedagogía celestial para cumplir plenamente la misión de su vocación de propósito.

Ya habían pasado veinticuatro años desde que el pacto fue sellado con sangre (15:9-21) y trece años desde el nacimiento de Ismael (16:15), cuando el Señor habló de nuevo a Abram. Lo interesante de Su aparición es que no traía la misión de criticarlo con reproches por tomar el asunto en sus propias manos engendrando a Ismael. Abram ya había aprendido en su interior lo que significa no poner al Eterno en todos los asuntos personales. Su teshuvá (arrepentimiento) ya estaba hecha. Por eso, Yahvéh aparece para fortalecer la fe de Abram en el pacto de sangre que Él había tenido con él. Después de esta larga ausencia, el Señor aseguró a Abram que Él todavía estaba trabajando en silencio sobre su escogido, por lo que sus promesas del pacto estaban seguras hasta su perfecto cumplimiento.

Por el lineamiento que Yahvéh entregará a Abram: «Anda y sé perfecto delante de mí…» notamos que esta teofanía o aparición divino busca iluminar el alma del patriarca aún atada a las heridas ancestrales. La palabra hebrea tamim traducida en esta versión como perfecto, involucra la idea de un ser humano completo (sin herida alguna) que ha alcanzado una madurez que lo lleva a actuar rectamente, en palabra y conducta, desde un sincero de corazón. Por lo tanto, la expresión tamim tiene mas que ver con una relación apropiada con Dios que con la perfección moral.

Por ello, entendemos que el Eterno está revelándose en un amor paternal que desafía al alma de Abram a tener un deseo profundo de hacer lo correcto y conveniente para así complacer al corazón de Dios. Ser perfecto, para Yahvéh, es ser justo en la forma de ser y de actuar. Con esto quedará claro, tanto para Abram como para todo su linaje, que Yahvéh jamás busca a una persona llena de dones o talentos para usarla, o para ascenderla. Él llama a aquellos que tengan la disposición y el amor de hacer lo que ha sido llamado para hacer…He oído decir muchas veces que Dios busca gente ordinaria para hacer cosas extraordinarias…., es decir gente imperfecta, con un corazón ferviente, con un anhelo profundo de querer obedecerlo en Su Instrucción (Torah).

Para esto el Eterno ser revelará en Su Nombre bendito con una misión especial ser la cobertura paternal del alma de Abram. Leemos que  «El Señor le dijo: Yo soy El Shadai» (o Dios Todopoderoso)». El nombre viene de la idea de que toda la fuerza y el poder se expresa en el término o título Dios (en hebreo El). La palabra Todopoderoso viene de la raíz de la palabra que significa fuerte, poderoso o violento, especialmente en el sentido de que es tan poderoso como para dejar, si es necesario, de lado las leyes de la naturaleza para Él cumplir Su promesas. Así como Dios es Omnipotente, (Todopoderoso). Él era completamente capaz de cumplir todas las promesas que le había hecho a Abram.

Antes de continuar con este estudio, debo comentarles que en la edición de la versión de la Septuaginta, la expresión hebrea El Shaddai se tradujo con la palabra griega “pantokrator” la cual, en español, quiere decir: “todopoderoso”, o “Él que tiene su mano sobre todo.”

Ahora bien, esta traducción, lamentablemente hizo perder el sentido esencial maravilloso del por qué el Eterno usó junto a Su bendito Nombre la expresión El Shaddai. Por eso los invito a leer atentamente lo que a continuación explicaré, y por sobre todo, los insto a permitirle al Espíritu Santo revelarle a Abba desde esta teofanía patriarcal.

2. Usando el Nombre “El Shaddai”, el Eterno le reveló a Abram su Persona y Carácter Paternal. 

Un análisis rápido y tradicional del significado del nombre asegura que se traduciría así: ‘Dios (El) quien (shad) es más que suficiente (day).’” La palabra hebrea shad, proviene de shadah, que significa «derramar«. Por lo que, en una primera acepción, Shaddai significa «Yo soy el Dios que derrama bendiciones, quien las da ricamente, continuamente, y en abundancia.” Por eso, lo primero que entendemos que Yahvéh le está revelando a Abram, para fortalecer su fe es: «Yo soy Dios más que suficiente para todo«. Con esto fortalece en su mente el principio de creer y esperar en Dios, sin necesidad de darle una «ayudita» a su proceso.

En una segunda significación será muy interesante agregar que la palabra hebrea “shad” significa: “pecho” o “seno”. Puede estarse refiriendo tanto a la fuerza del pecho del hombre (Dios todopoderoso) o al confort y nutrición que se da del seno de la mujer (Dios de cuidado tierno y contenedor). Desde este sentido nos damos cuenta que esencialmente el significado de «El Shaddai» está relacionado con los padres y su misión de cobertura para con sus hijos desde el nacimiento.

El argumento divino apunta a que Abram descubra de que Shaddai significa el Dios de los padres, el Dios de la familia, el Dios que da vida a sus héroes escogidos desde la perfecta función paternal. Yahvéh dejará establecido en el espíritu de Abram que Él es la fuente de nuestra vida. Él nutre y da poder. Imagine Ud. a un niño que no pueda alimentarse de su madre, o que no sabe lo que es sentir la consolación del corazón de su padre cuando lo alza. De seguro morirá en poco tiempo. Igual es con nosotros. El Shaddai es nuestra fuente de la vida. El Eterno nos nutre por su Espiritu Santo y nos da poder para crecer en destino a través de Su Instrucción. Separados de él estamos condenados a la muerte.Nada podemos hacer.

Existen dos pasajes que fortalecerán en nosotros esta maravillosa revelación del Eterno que nos permite ser sanados de toda herida ancestral provocada por nuestras relaciones con papá y/o mamá. El Salmos 91:1-2 dice: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente (El Shaddai). Diré yo a Yahvéh: esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.” En esta cita se resalta que habitar al abrigo del Altísimo es morar bajo la sombra del Todo-Suficiente (El Shaddai) refiriéndose el salmista a la actividad contenedora de la madre águila con su nidada. El lugar de máxima seguridad para cualquier ser humano recién nacido es el abrazo de su madre cuando esta lo amamanta. El lugar más seguro para el alma de un nacido de nuevo es El Shaddai quien, al igual que el rol materno, nos contiene en Su amor, dándonos Su Instrucción como leche no adulterada (1Pedro 2:2), para que podamos sentirnos seguros en nuestro proceso de madurez a Su Justicia (tamim).

Pero también El Shaddai se nos manifiesta como un papá (abba) que nos da poder para tener vida, y desde ella destino. Por ello es que Él también disciplina y corrige. Leemos : “He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso (El Shaddai)” (Job 5:17). Como creyentes que somos, no debemos menospreciar la corrección del El Shaddai. Al igual que un  padre amorosa disciplinaría a su hijo para su propio bien, a fin de asegurarle un buen destino. El Shaddai también disciplina a sus hijos para su propio bienestar, por eso el texto leído dice: Bienaventurado o muy dichoso, o exageradamente feliz es el hombre a quien Dios castiga (ver también Hebreos 12:6).

Desde este éxtasis vivencial de Abram, quedará marcado en su mente y corazón, (y se traspasará a sus descendientes), que El Shaddai nos da crecimiento que fortalecerá nuestro andar. Hoy, nosotros, por ser también linaje de Abraham por medio de Yeshúa, debemos aceptar que nuestro alimento para crecer espiritualmente proviene de El Shaddai. Sin este alimento no lograremos desarrollar nuestras vidas en plenitud; no podremos jamás llegar a la madurez que Él nos demanda. “Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento” (1 Corintios 3:7). ¡El Eterno es el único que da el crecimiento, por que él es nuestro Dio Todo-suficiente.
El Shaddai, al igual que una papá y una mamá unidos, es la fuente de nuestro gozo y deleite. A veces la vida nos depara momentos difíciles, la tristeza se presenta con toda su carga de dolor y tragedia. Las pruebas nos atacan y nos sentimos intimidados y temerosos. Cuánto consuelo hallamos al refugiarnos en El Shaddai, porque él es la fuente de nuestro gozo y deleite.El es nuestro refugio y nuestra fortaleza.

3. «El Shaddai» garantiza un futuro brillante.

El Eterno había prometido a Abram una descendencia numerosa, pero Abram tenía ya 99 años y su esposa Sarai tenía 89 años, y el hijo no había venido todavía. En cierto sentido, ellos no podían generar vida por su edad avanzada.

Su resignación procedía de un estado de ánimo mayor y bien oculto en sus inconscientes: el resentimiento familiar. Sus heridas no sanadas con papá y mamá. Ellas afloraban a su conciencia con la capacidad descriptiva de las circunstancias que los hacía elaborar afirmaciones negativas que aumentaban su resignación ante las circunstancias más evidentes: su vejez y la esterilidad de Sarai.

A pesar de esto, vemos en el capítulo 17 de Génesis, a un Dios que irrumpe para confirmar su promesa a Abram y Sarai en el sentido que tendrán un hijo y lo llamarán Isaac. Para hacerlo, el Eterno se manifestará terapéuticamente sanándolos de toda herida provocada por su sistema familiar.

Luego, de esta terapia celestial, el tiempo transcurrió, sin interferencia humana alguna, y cuando Abram tenía 100 años y Sarai 90, nació su hijo Isaac. Fuera de toda duda, esto fue un milagro porque quien hizo la promesa la llevó a su feliz término. El Shaddai, aquel que da vida, que nutre y da poder, produjo vida aun de dos viejos de 100 y 90 años. Y es que Yahvéh El Shaddai es Dios todo Poderoso y Más que Suficiente para cualquier ser humano que confía en Él, y se deja procesar por Su Amor paternal. Por eso estar en el Mesías, es estar en un lugar de máxima seguridad para cualquier ser humano que así lo desee.

El Espíritu de El Shaddai se encargó de dejar esta promesa :

«He aquí que yo soy YHVH, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?».

(Jeremías 32:27)

¡Nada es imposible para Dios!

La fe de Abraham brilló de nuevo cuando obedeció el mandato de Dios. Deseo, de igual manera, que la obediencia a Dios sea también su meta hoy.

Usted. y yo podemos encontrarnos totalmente seguros en El Shaddai, porque Él es Todo Poderoso.

¡Él es Más Que Suficiente para mí!

Con amor y sincera amistad en servicio: P.A. David Nesher