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La Receta Satánica de la Carne Mezclada con Leche

Por P.A. David Nesher

… No cocines al cabrito en la leche de su madre.»


(Shemot/ Éxodo 23:19)

Al estudiar los Mishpatim que conforman el denominado Sefer HaBrit («Libro del Pacto» o «Código de la Alianza») tenemos que entender que todos los mandamientos que aquí se registran fueron dados individualmente, no obstante, los veamos agrupados juntos. Esto es así en cuanto a los miztvot dados en esta sección, así como en también en cualquiera otra parte. Es difícil pues, muchas veces, decir qué mandamiento va primero y cuál le sigue más tarde.

El precepto de no cocinar al cabrito en la leche fue dictado en la Torah hasta en tres ocasiones (Ex. 23:19; Ex. 34:26, Deut. 14:21). Según algunas opiniones, ésta, que es la primera, fue para prohibir comer carne con leche y derivados; la segunda vez fue para prohibir el aprovechamiento de esta mezcla, y la tercera prohíbe cocinar estos dos alimentos juntos [Talmud Pesajim 26].

Respecto de dicha mezcla, los sabios de Israel de todas las generaciones, han intentado encontrar alguna razón por la cual fue exigida esta mitzváh, aquí expondremos algunas de ellas.

De acuerdo a lo que hemos aprendido, en la anatomía de la Torah este mandamiento pertenece a la categoría de leyes denominadas «jukim», que definen los preceptos cuyas razones no nos fueron reveladas expresamente.

El sabio y médico Maimónides ve en este mandamiento un precepto de higiene psíquico-físico; Ibn Ezrá, agregará que por eso es un precepto de piedad.

Muchas tribus primitivas consideraban a la leche como un equivalente de la sangre. O sea que para comer, entonces , un cabrito hervido en leche de su madre, quien lo hacía consideraba que lo comía con la sangre de su madre y la energía vital que ella poseía encerrada. Recordemos que por esa razón la Torah prohíbe consumir sangre.

Por dicha razón, el sabio Abarbanel escribe que los pueblos idólatras antiguos lo hacían con el objeto de activar sobre ellos las fuerzas oscuras de la fertilidad, y por eso Yahvéh ordenó esto a fin de que lo israelitas no imitaran dichas costumbres.

Maimónides está de acuerdo también con esto y sostiene que mezclar carne roja con leche era una costumbre pagana que tenía lugar durante las celebraciones de los idólatras. Esta idea de Maimónides ha sido confirmada por algunos descubrimientos recientes de la ciencia arqueológica (los escritos de Ugarit). El rito mágico consistía en cocinar un cabrito en leche de su madre y rociar con ella luego el suelo para hacerlo más productivo por medio de las energías que se suponían las divinidades de la fertilidad hacían descender sobre ellos y su hacienda.

Los sabios Abarbanel y Luzzatto consideran este mandamiento como una medida humanitaria destinada a desarraigar la insensibilidad y la crueldad.

El rabbenu Levi ben Guershon ve en ello una finalidad sanitaria; mientras que Recanatti entiende que la mezcla de carne y leche está incluida en la prohibición de la mezcla de las especies en general (en hebreo: כלאים, «quilaím») . Así mismo, casi todos los sabios aseguran que cuando la Torah menciona “leche” no se refiere sólo a la de la madre sino que abarca la de los demás mamíferos kasher.

Ante todas estas interpretaciones, Ibn Hezra entiende que no escapan a lo correcto, pero insistirá en que es vano tratar de buscar motivos específicos, ya que la razón de los חוקים, «jukim» escapa al intelecto humano. No tienen una explicación razonable, sino que deben ser obedecidas tal como un párvulo obedece a su padre, sin preguntar.

Lo que sí se ha aceptado es que la mitzváh enseña que, así como está prohibido derivar cualquier beneficio de la leche cocinada con carne, está asimismo prohibido derivar cualquier beneficio de los primeros frutos (leer el pasuk como contexto). Leído así, logramos captar que en la circunstancia que la Torah menciona la prohibición dos veces, lo hace después de la orden dada sobre las fiestas … como que Yahvéh estuviera diciendo: «Cuando vengas delante de mí en tus fiestas, no hervirás los alimentos en la forma como los gentiles solían hacer.’’

La mezcla de carne con leche deja de ser kasher; y dado que todo lo que consumimos se transforma en sangre y energía para nuestro cuerpo, es de vital importancia respetar la dieta que Yahvéh ha indicado.

La prohibición de la mezcla de la carne con la leche, es mucho más estricta que cualquier otra ley dietética de la Torah. Y no obstante, que la Torah ni siquiera menciona la palabra “comer” en este precepto, aun así, la puerta se nos cierra y no hay manera en que la carne cocinada con la leche esté permitida. Podría parecer muy difícil comprender por qué una mezcla de carne y leche está prohibida, en tanto que cada elemento por separado es permitido. Sin embargo, es obvio que, si la Torah prohíbe cocinar carne y leche juntas, seguramente está prohibido comerlos juntos. Del Meam Loez compartimos el siguiente apunte:
«…Jananía, Misael y Azaría pudieron escapar de muchos problemas porque tuvieron cuidado de no comer “alimento prohibido” (Dan 1:8). Aparte de la otra comida no-kasher, que Nabucodonosor sirvió, él acostumbraba siempre servir leche junto con carne. Esto era servido en cada comida (…) Es por esta razón que fue salvado en la cueva de los leones, ya que Daniel había sellado su boca para no comer cualquier alimento no-kasher, Dios selló la boca de los leones para que no pudieran dañarlo…», [Meam Loez, pág 123].

El autor del libro Tzeror Hammor dice que, de acuerdo con los místicos de Israel, la razón sería el no mezclar «fuerzas«. Es decir, que la finalidad sería el no mezclar «fuerzas opuestas» como las culturas paganas pretendían para dominar el Mundo de Arriba. El Eterno está ordenando no mezclar la «fuerza» del rigor con la «fuerza» de la compasión y viceversa; ya que los estudiosos de estos códigos explican que la carne alude al atributo de “rigor” ( מדת הדין – «middat hadin»), por su color rojo proviniendo de un animal degollado y destazado, mientras que la “leche” representa al atributo de “Jésed” (Benevolencia ilimitada), por su color blanco, al provenir de un animal vivo. De tal forma que si se mezclan estas dos cosas se origina un choque espiritual en los dominios celestiales así como en el alma que ingiere la comida. Los seres humanos en la tierra pueden combinar dichos atributos pero sin mezclarlos sabiendo cuándo uno debe comportarse con severidad y cuándo con misericordia.

Por otra parte, en el color rojo de la carne está simbolizada la idea del pecado (o muerte y corrupción), mientras que lo blanco de la leche representa la idea de la absolución (vida), y por eso hay que separar a ambos. Por esta misma razón, el Eterno ha prohibido la relación conyugal mientras la mujer está en sus días de impureza; YHVH no permite que la “vida” (semen del hombre) se mezcle con el flujo menstrual (tejido muerto), la vida es incompatible con la muerte.

Según el intérprete Rashí, la palabra que ha sido traducida como “cabrito”, en hebreo guedí, y significa una cría de cualquier animal, no necesariamente la cabra, o sea que puede ser también de oveja o de vaca. Por ello, cabe aquí aclarar que aunque la Torah se refiere específicamente a “cabrito”, la restricción se extiende a todos los tipos de carne; vacuna, ovina y caprina. No se incluye pescado y las aves. Sin embargo, por una manipulación farisaica, el judaísmo, mediante un decreto del rabinato babilónico, hizo que el pollo y otras aves recibieran el nivel legal de “carne” con respecto a las leyes de «leche y carne». Más nosotros seguimos lo que las Sagradas Escrituras establecen en su códigos, y no tradiciones humanas.

Yendo a partir de lo expuesto a una generalización que permita una praxis eficaz en nuestra vida cotidiana, entendemos que la carne representa muerte, la leche vida, por lo tanto, la persona de alma misericordiosa no mezcla la vida con la muerte, no tolera macular la pureza con la impureza.
La persona misericordiosa, especialmente no soporta el dolor de un hijo con su madre, en pocas palabras, un israelita misericordioso no aprueba la injusticia social en el mundo que habita.

En resumen, notemos que se habla de un cabrito, y no de carne, para que aprendamos que este mandamiento no es solamente algo referido a la digestión, sino eminentemente vinculado a la espiritualidad. Por lo tanto, y para finalizar debo señalar que las leyes dietéticas del kashrut, más que al bienestar físico apuntan primordialmente a asegurar el bienestar del alma redimida. El creyente mesiánico debe aceptar que cada alimento, además de ser un nutriente del cuerpo, lo es también del espíritu. Por eso, la emunáh (fe) en el Eterno debe primar ante preceptos de esta índole de forma incondicional.


Nota:

Seguramente varios de ustedes vienen considerando hacer donativos a este ministerio de enseñanza que el Eterno me ha encomendado. Los mismos serán usados en las actividades sociales que la Fundación Monte Santo realiza con los más carenciados de nuestra sociedad. Si esta intención vibra en ustedes los invito a ponerse en contacto conmigo, a fin de conseguir los datos bancarios para llevar a cabo dichas donaciones.

¡Desde ya muchas gracias y que el Eterno recompense esta consciencia de Terumáh!

6 Consejos para Comer de Forma más Consciente

La persona promedio pasa por lo menos una hora al día comiendo. Es decir que al llegar a los 30 años, has pasado el equivalente a dos años poniendo comida en tu boca. ¿Cómo podemos hacer de esta una experiencia más placentera, productiva y significativa?

El pensamiento hebreo tradicional tiene mucho que decir sobre lo que comemos, cómo comemos, cuándo comemos e incluso por qué comemos. Muchas de estas cosas son las que recomiendan los científicos modernos.

1. Come cuando tengas hambre.

¿Cuándo fue la última vez que entraste a una estación de servicio para llenar el tanque que ya estaba lleno? Probablemente nunca. ¿Pero cuándo fue la última vez que comiste algo sin tener hambre?

Revisar si tienes hambre antes de llevar ese bocado a tu boca, te permitirá mantener tu peso bajo y construir autocontrol. ¿Asistes al segundo evento de la noche y ya cenaste pero aun así tienes el impulso de seguir comiendo?

Al igual que los nutricionistas contemporáneos, también el Rey Salomón advierte contra del consumo innecesario de alimentos:

«El justo come para satisfacer su alma»

(Proverbios 13:25).

2. Siéntate.

¿Se te hace tarde para el trabajo? ¿Tienes que correr tras los niños? ¿Estás haciendo trámites? No hay ningún problema: simplemente ese no es el mejor momento para ingerir tu comida. Aunque pueda ayudarte a ahorrar tiempo, es una mala idea. En su obra maestra Mishné Torah, el Rambam dice que uno nunca debe pararse o caminar mientras come.

La investigación científica moderna también afirma que comer de esta forma engorda y no es sano. De hecho, incluso hay una dieta basada en esta idea. Se llama «The Sit-Down Diet» (la dieta de comer sentado), y sugiere que consumimos menos calorías cuando comemos sentados que al estar parados o caminando. También digerimos mejor cuando estamos sentados y masticamos como se debe.

3. Reconoce.

Tienes hambre y te sientas para comer. Ahora reconoce de dónde viene la comida. Tomarse tres segundos para reconocer los detalles básicos del platillo culinario que tienes frente a ti puede fijar el tono del resto de la comida. Algo tan simple como reconocer verbalmente el trabajo del cocinero, especialmente si es un padre o tu pareja, puede tener un efecto profundo en tu ánimo.

Prestar atención a cada uno de los ingredientes puede hacer la experiencia incluso más sabrosa.

En el judaísmo, cada vez que se consume un alimento se debe recitar una bendición de reconocimiento antes de dar el primer mordisco. Un error común es pensar que la bendición o brajá que se dice antes de comer es una forma de agradecimiento. No es exacto. Mientras que la bendición de Birkat Hamazón que se dice después de la comida menciona el acto de agradecer, la bendición previa no menciona el agradecimiento. Se trata de reconocer que Dios es el Creador de la comida y en esencia pedirle permiso para tomar Su comida.

4. Aleja las distracciones.

No se puede disfrutar completamente una comida mientras respondes e-mails o miras Facebook. Disfrutar la comida es tan importante para el judaísmo que cada una de sus festividades incorpora en la celebración el placer de comer. Pero nos robamos a nosotros mismos de este disfrute cada vez que comemos sin prestar atención.

¿No te importa disfrutar de la comida? Debes saber que comer distraídamente causa que la digestión sea menos efectiva en desglosar el alimento, lo que disminuye el sabor e incrementa la posibilidad de sufrir inflamación, gases y estreñimiento. ¿Quieres bajar de peso? Los estudios demuestran que mientras más te distraes al comer, más kilos aumentas. Actos simples como prestar atención al olor, sabor, apariencia y textura de la comida, pueden ayudarte a mantener el foco en tu comida.

5. Mastica, traga, espera… Repite.

¿Alguna vez devoraste la mitad del plato en un minuto sin ni siquiera darte cuenta? Engullir toda la cena puede desanimarte pero también puede dejarte con grasa extra en tus caderas.

Desconectar el piloto automático de tu cuerpo mientras comes también tiene grandes beneficios espirituales. Al describir las formas de oponerse a los hábitos alimenticios instintivos, el gran sabio iraquí del siglo XIX, Rav Iosef Jaim, en su libro Ben Ish Jai, recomienda algo que puede ayudarte a tener control. Él escribe que no se debe tomar el siguiente bocado hasta que el bocado anterior no se haya tragado por completo.

La experiencia me enseñó que esto es más fácil decirlo que hacerlo. Sin embargo, una vez que lo dominas, este hábito te permite sentirte en control y elevado. En especial si lo llevas al siguiente nivel y dejas los cubiertos en el plato entre bocado y bocado.

6. Agradece.

Ahora que estas satisfecho y tu espíritu se recargó, llegó el momento de agradecer. Decir gracias es mucho más difícil cuando quieres ir a otro lugar. Quizás es por eso que la única bendición que ordena la Biblia es la bendición después de las comidas y no antes de ellas.

Agradecer es un valor judío básico. De hecho, los judíos son llamados yehudim que viene de la palabra Yehodot, y significa agradecer. La gratitud impregna toda la experiencia judía, desde las primeras palabras que pronunciamos al despertar, hasta mencionar nuestro agradecimiento tres veces al día en nuestras plegarias.

Sorpresivamente, hace poco descubrieron los beneficios secundarios de sentirse lleno de agradecimiento, entre ellos una mejora en la salud, el aumento de la autoestima e incluso la posibilidad de dormir mejor. Tomarnos los minutos extras para valorar el privilegio de tener saciados nuestros estómagos ahora debe parecernos mucho más fácil.

Aunque no es práctico para cada comida, esforzarse por llegar a estas metas puede ayudarnos a tener vidas más significativas, controladas y saludables.

Orar Antes de Sanar

Un grupo de enfermeros oran por los pacientes y el personal médico de un hospital. Piden al Eterno Dios en oración, guía y sabiduría para poder cumplir con su jornada de trabajo.

El video fue publicado por una de las enfermeras, y dijo que tienen la costumbre de hacer esto siempre. “Nosotros oramos todos los días por nuestros pacientes, familias y compañeros de trabajo”, escribió Sonia Diaz en la descripción del video.

Los enfermeros del hospital Covenant Health, de la ciudad de Lubbock, aparecen en el video con las manos extendidas y las cabezas inclinadas, en un momento de oración en grupo.

La oración fue dirigida por una de las enfermeras, que clamaba a Dios con emoción:

Que sus manos sean como curación y consuelo para los que cuidan.

Te pedimos Señor que los alientes a ser los líderes que los llamaste a ser”.

“Que ellos confíen en Ti, sabiendo que Tú estás guiando cada paso que ellos dan. Señor, deles paciencia, fuerza y, sobre todo, amor mientras caminan en sus nuevos caminos”, agregó, en referencia a unos enfermeros que se despedían.

La oración se completa con las siguientes palabras: “Señor, pon una mano de protección alrededor de ellos y de todo nuestro equipo. Bendice a los que están enfermos, llorando, muriendo, para que puedan encontrar consuelo y paz en Ti.

 Te pedimos esto en su nombre precioso de Jesús. Amén”.

¡Cuidado con tu Espalda Mujer!… ¡Podrías estar Cargando Más de Seis Kilos en tu Bolso!

El exceso de peso puede causar o reforzar los desequilibrios musculares en los hombros y la columna vertebral.

Cosmetiqueras, toppers, llaves, cartera, paraguas, lámpara de emergencia, computadora, termo, desodorante, perfume, crema para manos y hasta lo que no imaginamos, forman parte de la larga lista de artículos que una mujer puede llevar en su bolsa.

Todos los días, durante su traslado de la casa a la oficina, a la escuela o cualquier otro sitio, llegan a cargar hasta 6.3 kilogramos en sus bolsas, advirtió Alexander West, cirujano de la columna vertebral del Departamento de Neurocirugía del Hospital Metodista de Houston.

Sin embargo, el exceso de peso puede desequilibrar la columna vertebral y pone tensión en los músculos, por lo que es recomendable cargar una bolsa con menos del 10 por ciento del peso corporal.

Hay muchas recomendaciones sobre cuánto debe pesar una bolsa de mujer para preservar una espalda y columna vertebral sanas; una guía reciente publicada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) estableció que una bolsa de mujer no debería pesar más 0.9 kilogramos”, apuntó.

Puede aligerar la carga en su bolsa al no llevar lo que no tiene que llevar, muchas mujeres meten sus computadoras portátiles, que pueden pesar un promedio de 2.2 kilogramos en sus bolsas”, señaló.

Alertó que usar una bolsa en un lado puede causar o reforzar los desequilibrios musculares en los hombros y la columna vertebral; esos desequilibrios pueden afectar los músculos del cuello y el hombro, e incluso el músculo central de la columna vertebral.

Los desequilibrios musculares pueden causar otros problemas, como cambios en la marcha, aumento de la postura de la cabeza hacia adelante y hombros redondeados. Llevar una bolsa con sobrepeso también se relaciona a la enfermedad preexistente de la columna lumbar”, apuntó.

Por ello, Alexander West recomienda hacer la bolsa lo más liviana posible; elegir la más pequeña que se pueda; moverla de hombro a hombro; mantener una buena postura; concentrarse en estirar y fortalecer la parte superior del cuerpo y el cuello; y usar correas gruesas.

 

Tomado de MSN Noticias

El Sexualidad Mesiánica frente al Sexo Reptiliano

Por P.A. David Nesher

 

 

 

«No haréis según la práctica de la tierra de Egipto donde morasteis; ni obraréis conforme al uso de la tierra de Canaán, adonde Yo os llevo, ni actuaréis según sus costumbres. Cumpliréis con mis juicios y mis estatutos guardaréis, siguiéndolos; Yo soy el Eterno, vuestro Dios.» 

(Levítico 18:3-4)

En el capítulo anterior hemos estudiado cómo la Torah legisla leyes y promulga mandatos cuya finalidad última era desarraigar las normas y costumbres paganas, en las cuales la humanidad en general, e Israel en particular, estaban inmersos. Pero en este capítulo 18 de Vayikrá (Levítico), la Torah enfrentará a los hebreos con leyes claras y pertinentes todo lo referente a la sexualidad del hombre y de la mujer. Leyes para salvaguardar la moral social e individual, presentadas en un estilo parenético, con la fórmula estereotipada y enfática «Yo Yahvéh» («Yo Soy el Eterno«). Con esta afirmación, el Eterno establecerá una clara separación entre Israel y el resto de las naciones, al declarar este principio: “Me pertenecen, no harán como el mundo hace.”

Este texto muestra que los hijos de Israel han sido llamados a ser diferentes a los demás pueblos del mundo, especialmente cuando los pueblos son tan inmorales como los egipcios y los cananeos.  Los persas, por ejemplo, animaban a los varones a realizar uniones maritales con madres, hijas y hermanas, en base de que dichas relaciones tenían un mérito especial delante de los ojos de los dioses.

Israel está sujeta a una vocación que proviene del Mundo de Arriba. Cada miembro de Israel debía ver en estos paradigmas jurídicos las bases de una cultura verdaderamente humana, que los comprometía a ver en estas leyes una obligación moral estrechamente relacionada con la Alianza de Yahvéh que hacía de ellos un pueblo santo diferente de los demás.

Los hebreos hemos sido llamados a comer de una manera integral y diferente, vestir con estilos diferentes, hablar claramente diferenciados, etc. ¿Podemos entonces mirar las prácticas de los demás pueblos y hacer lo contrario? ¿Es eso lo que Yahvéh quiere enseñarnos con esta palabra? Hasta cierto punto esto está bien, pero si vamos a dejar que las prácticas de los paganos determinen nuestra conducta, es posible que dejemos de hacer algo que Yahvéh aprueba e incluso manda. ¡No vamos a dejar de hacer algo bueno sólo porque los demás lo hacen!

Por lo tanto, sigue el versículo 4 diciendo: “…habréis de cumplir MIS estatutos y guardar MIS leyes para andar en ellos.” Dejando así bien claro que no son los paganos los que determinan nuestra conducta, sino la Torah de Yahvéh. En el camino de restauración hay muchos ex cristianos que rechazan todas las cosas que hacen los cristianos. Pero sólo por el hecho de que se hagan ciertas cosas en el mundo cristiano no es una razón suficientemente fuerte para rechazarlo. Por ejemplo, no podemos dejar de leer las Escrituras porque los satanistas las estén leyendo. Esa actitud no es sana y al final llevará a la persona a desviarse del camino recto.

Cuando Dios creó el mundo, bendijo al varón y a la mujer con la capacidad de procrearse y perpetuar su simiente en esta, nuestra Tierra (Génesis 1:28). Sin embargo, cuando la primera humanidad escuchó la enseñanza de la serpiente, le entregó a esta la potestad de manipular la sexualidad como un instrumento de degradación, que conduzca a la humanidad al caos.

Por ello, más adelante la Torah reflejará la ira divina desatada por la actitud perversa asumida por los, «Bené Elohím» («בני אלהים») , aquellos ángeles que violaron su naturaleza, y se unieron por medio de pactos chamánicos con las hijas de Caín, violando así las más mínimas normas de moral sexual, como leemos en los versículos siguientes:

«Vieron los Bené Elohim a las hijas del hombre que eran bellas y tomaron mujeres para ellos, de todas las que preferían. Dijo Yahvéh: ¡No contenderá eternamente Mi Espíritu por causa del hombre porque es carne! Serán sus días, ciento veinte años». (Génesis 6: 2-3)

El sabio exégeta judío Rambán ha entendido que en los códigos del versículo 2 estamos frente a un caso de perversión sexual donde: «…los hombres, emulando la conducta de ángeles caídos, tomaban a las mujeres en contra de la voluntad de las mismas, amén de posesionarse de mujeres desposadas«. Así, esta perversión sexual irá en aumento hasta que el Eterno traiga el Diluvio sobre la humanidad.

Por eso, en el capítulo 18 de Levítico, la Instrucción (Torah) divina prevendrá a los hebreos, explicándoles por qué los liberó de los riesgos y peligros que involucraba permanecer en la tierra de Egipto. Este imperio, a pesar de ser una nación que había llegado a la cumbre de la civilización, logrando picos en la ciencia y en las artes, habían permitido en su seno el desarrollo de perversiones y aberraciones, en lo que a la sexualidad se refiere, que lo había conducido a alcanzar lo 40 grados de degradación moral a los que puede llegar la humanidad (ya en el grado 50 no hay manera de regresar al diseño original). A tal punto era esta degradación moral que la Torah,  llama Hukót HaTohebot (normas aberrantes) a todos los paradigmas que regían las costumbre egipcias en el área de los sexual.

Lo mismo ocurría en la tierra de Quenahan (Canaán), que el pueblo de Israel se aprestaba a conquistar. El Eterno les revela con estas leyes que ellos corren el peligro de conquistar la tierra, pero a la vez, «ser conquistado» por las costumbres y normas aberrantes de los pueblos que la habitaban. Cosa que en realidad ocurrió (Véase el libro de Jueces 2:11 y subsiguientes).

Entendamos que la misma religión que estos pueblos practicaban, rindiendo culto a dioses de la fecundidad, pretendía santificar los actos sexuales desordenados, fomentando así la inmoralidad entre sus adeptos y seguidores.

Así nuestro capítulo Levítico 18 enunciará todas las uniones prohibidas entre hombre y mujer, ya sea por consanguinidad, o por la perversión que pueden generar las mismas. Por lo tanto, la existencia misma del pueblo de Israel dependerá de la capacidad que demuestre para cortar en forma clara y nítida con un pasado atentatorio contra la idea del ser humano creado por Dios para desarrollarse en nombre de Él, y lograr su bienestar rechazando perversiones y aberraciones. Para ello será necesario constituir una familia sana, que es el núcleo básico de toda sociedad.
En cuanto al futuro del pueblo, dependerá de su capacidad, de desarrollarse de acuerdo con las normas de la Torah.

Los israelitas debían mantenerse puros y apartados para Yahvéh. Él no quería que su pueblo fuera absorbido por la cultura y/o el ambiente que los rodeaba: «… ni actuaréis según sus costumbres«, les ordenó. El término «costumbres«, por supuesto, hace alusión a las perversiones sexuales vigentes en esos pueblos, y que la Torah enuncia en nuestro capítulo.

A nosotros, de igual manera, la sociedad occidental post-moderna puede presionarnos a que nos conformemos a su manera de vivir y de pensar. Sin embargo, si cediéramos ante la presión nos confundiríamos, y no sabríamos a cuál grupo pertenecemos. Además perderíamos nuestra efectividad para servir a Dios, que es al fin y al cabo nuestra vocación esencial.

Tristemente, aquellos que se llaman hoy en día cristianos a menudo toman el estándar de su conducta sexual de parte de los estándares que marca el sistema de cosas imperante, rechazando la Instrucción del Señor. Claramente ellos saben que debieran de ser diferente del mundo en su moralidad sexual, y deberían de seguir el estándar bíblico para la conducta sexual trazada por el Creador. Es paradójico, en las congregaciones primigenias, a cuyos miembros se los señalaba burlonamente como cristianos, un argumento que ellos daba para mostrar la veracidad del Evangelio del Reino era: “Pueden saber que esto es Verdad absoluta al ver a nuestras vidas, especialmente en la conducta sexual.” Hoy, ese mundillo que dice vivir como aquellos, autodenominándose  cristianos dice: “No me mires a mí, mira a Jesús.”

Por eso, es mejor que tú, que has salido de la Gran Babilonia (el cristianismo) obedezcas al Eterno y no permitas que la cultura de este sistema reptiliano afecte tus pensamientos, habla y acciones.


Bitácoras relaciones y recomendadas:

¡Evita hacer lo que ellos hacen!

https://davidnesher.com.ar/herramientas-cosmicas-para-prolongar-la-vida/

La Vida: Valor y Derecho Supremo

Sin duda alguna, el tema del aborto reaparece constantemente en el debate público occidental como una cuestión política que pretende superar y vencer toda reflexión ética. Por ello, es fundamentalmente un tema de constante debate parlamentario y jurídico. Esto se debe al gran avance de movimientos feministas y progresistas que buscan impulsarlo para que el mismo se considerado legal, quedando consagrado de esta manera, el derecho de toda mujer embarazada a decidir libremente sobre la vida del niño por nacer, es decir, sobre su propio hijo.

Lo cierto es que la «interrupción voluntaria del embarazo«, como estas ideologías postmodernas pretenden llamar al aborto, es un tema controvertido en todos los rincones del planeta, pero también el enfoque de esta cuestión varía según el contexto cultural de cada región.

La paradoja es que, si bien la mayoría de las personas están de acuerdo respecto a que la libertad individual no permite el asesinato, cuando se trata del aborto el tema gira en torno a la definición misma de cuándo comienza la vida. La respuesta a esta pregunta está influenciada por aspectos religiosos o ideológicos, y de esta manera, el tema del aborto de inmediato involucra las más sagradas creencias y opiniones que tienen las personas sobre Dios, el alma y la naturaleza de la existencia. Así pues, la forma de afrontar esta problemática por parte de un europeo católico o protestante difiere de la que puede tener un budista, un musulmán o un judío. Al parecer, y justificado en lo que he dicho en este párrafo, los grupos opuestos “a favor de la vida” y “a favor de la elección” estarán eternamente en pugna. Es que el tema del aborto tiende a generar fuertes emociones, tanto en los que están a favor como en los que están en contra. Sin embargo, las cuestiones éticas no pueden decidirse en base a argumentos emocionales, ni tampoco por consenso. Lo que debe debatirse es la naturaleza del embrión en gestación. Ése es el centro de esta cuestión. Por ello, vale la pena que hoy tomemos un tiempo para considerar el enfoque yahvista sobre el asunto, y de esa manera lograr una cosmovisión desde la fe de Abraham, Isaac y Jacob.

El Valor de la Vida.

Antes de sumergirme en el desafío de dicha tarea de fe, conviene hacer un racconto muy sintético acerca de la cosmovisión primigenia de la humanidad ante este tema. Comenzaré diciendo que la mayoría de los sistemas religiosos y legales en las culturas antiguas se oponían a inducir el aborto. De esta manera, encontramos evidencias documentadas de que tanto los asirios, como los hindúes y así como el antiguo Egipto, entre otros, se oponían a inducir el aborto. Así mismo, entre los antiguos griegos había diversas opiniones. En contraste, los romanos prohibieron el aborto y establecieron severos castigos para quienes lo realizaran.

Una actitud negativa hacia la inducción del aborto es también evidente en la mayor parte de los juramentos médicos conocidos. Incluso si la actitud negativa no está explícita, queda implícita como parte de la conducta ética general de los médicos. El famoso Juramento Hipocrático afirma:

“Nunca le daré una pócima a una mujer ni utilizaré ningún instrumento para inducir un aborto”; aunque otras escuelas griegas de medicina no se oponían al aborto…»

Ahora sí, metiéndonos de lleno en nuestra herencia espiritual (la emunah -Fe-), debo confesar que nuestra certeza en los códigos de la Luz concibe a la vida como un don de la divinidad misma, por lo que debe ser apreciado y valorado sin importar su dimensión temporal. Esa gracia divina tiene un valor intrínseco e infinito. Es por ello que siendo un regalo sagrado no está en el dominio de los hombres decidir su suerte. Este paradigma estaba bien arraigado en aquellos discípulos de Yeshúa que proclamaban el Reino de Dios a las naciones:

“…pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas…

Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos”

(Hechos 17:25, 28)

Sus profetas llamaban constantemente a los israelitas a no olvidar esta verdad, tal como el mensaje de Ezequiel lo anunciaba:

“He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía.”

(Ezequiel 18:4)

El rey David, como salmista experto en lo profético, hacia cantar a Israel así:

 “De Yahvéh es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”.

(Salmo 24:1)

Así mismo, el mismo salmista aseguraba en otro salmo que a los ojos del Eterno, la vida, y primordialmente la vida humana, es sagrada:

«Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz.»

(Salmo 36:9)

También lo es la vida de la criatura que está en el vientre de su madre, el lugar que Yahvéh, como Creador diseñó para que los bebés estén protegidos durante su formación. El rey David, como profeta entendido en los códigos lumínicos del propósito eterno le cantó a Yahvéh:

Porque Tú formaste mis entrañas;
Me hiciste en el seno de mi madre...

Tus ojos vieron mi embrión,
Y en Tu Libro se escribieron todos
Los días que me fueron dados,
Cuando no existía ni uno solo de ellos.

(Salmo 139:13, 16)

Enfocado en esta cosmovisión, Job, el varón de fe, discípulo del Eterno en la «Escuela del Dolor», llegó a expresar desde su sabias reflexiones:

«¡El mismo Dios nos dio vida en el vientre!
¡A ellos y a mí nos dio forma en la matriz!»

(Job 31: 15)

Con su mente lleno de esta verdad, el profeta Jeremías hace notar a sus oyentes el tierno interés que el Eterno siente por esa delicada vida que crece en la matriz:

«Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te consagré, te puse por profeta a las naciones.»

(Jeremías 1:5)

La vida, según lo que revela la Instrucción divina resulta un bien indisponible a los seres humanos. Es por ello que nuestro bagaje cultural no permite el suicidio ni avala el asesinato piadoso (eutanasia). Ejemplo de ello lo tenemos cuando el rey David condenó al soldado que terminó con la vida del rey Saúl, que había intentado suicidarse y no lo logró, (dice el relato que cuando Saúl agonizando de dolor le pidió a su asistente que terminara con su vida). Se desprende de la condena de David que era considerado un delito al asesinar a alguien, aunque estaba sufriendo y agonizando y a punto de morir.

Así mismo, considerando esta cosmovisión yahvista la Instrucción (Torah) divina se opone al aborto ya que es contrario al desarrollo natural de las cosas. Se trata de un acto espiritual y físicamente dañino, que siguiendo los designios de la vida no debería realizarse.

Debemos saber, que el proceso de la concepción y embarazo corresponden en la revelación divina a los Tres Mundos InferioresTres Cielos» u Olamot), tal como lo revela el profeta Isaías (43:7). La concepción corresponde al mundo de la Creación (Briah), el período de 40 días desde la concepción corresponde al mundo de Formación (Yetzirah) y el nacimiento que tiene lugar luego del período subsecuente corresponde al mundo de la Acción (Asiah).

Desde sus comienzos las Sagradas Escrituras se refieren a estos tres momentos del embarazo: el momento de la concepción, de la formación y del nacimiento, que es el del completo desarrollo del feto en el útero. En hebreo este momento es llamado Asiah, también significa el “ser completo”. El feto está completo y ahora puede nacer al mundo y continuar creciendo. Así y según la Torah, la vida es un proceso que va adquiriendo con el tiempo mayor relevancia hasta considerarse una vida humana en plenitud mesiánica.

Por encima de estos tres mundos está la unión del padre y de la madre que corresponde al mundo de Atzilut, que es el nivel de la Conciencia Divina, total y absoluta unidad. Este da nacimiento a los tres mundos inferiores. La unión expresa la unión Divina. Si la semilla es concebida apropiadamente entonces tiene lugar el proceso Divino de procreación. Está absolutamente prohibido destruir este proceso divino que realmente comienza desde el momento de la concepción. Este es el secreto de la creación, como si fuera, ex-nihilo.

En suma, desde nuestra perspectiva de fe, vivir es una responsabilidad frente a Yahvéh, pero también con la sociedad, por cuanto todos estamos aquí como parte de un diseño en el que el amor al prójimo se expresa en poner a disposición las fuerzas propias al servicio del otro, a fin de que ese otro logre llegar a la plenitud de su propósito sin obstáculo alguno.

La Instrucción Divina para Proteger la Vida.

La emunah, como don celestial, nos permite aceptar que lo que Yahvéh piensa sobre la vida de un bebé no nacido se refleja, por un lado, en la Torah y por otro, en nuestra propia conciencia. Ahora bien, vamos a repasar las principales fuentes en la Torah que se señalan al aborto como un anti-diseño. Tres pasajes de la Torah se relacionan específicamente con el aborto.

La primera fuente es entendida por el Talmud como una prohibición del aborto para quienes cumplen las leyes de Noaj, lo cual luego es extendido por el Talmud aplicándose también para los hebreos, hijos de Abraham, que están bajo la Alianza divina. Antes de seguir, debemos recordar que las leyes de Noaj son la prohibición respecto a la práctica de la idolatría, el asesinato, el robo, las relaciones sexuales prohibidas, la blasfemia,  y el precepto positivo de establecer cortes de justicia para hacer cumplir las leyes, aún ejecutando la pena capital como castigo.

«El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.»

(Génesis 9:6)

Tanto el Talmud, como una gran cantidad de exégetas expertos en el hebreo, explican que este versículo se refiere al aborto:

«Fue dicho en nombre de Rabi Ishmael:

Un hijo de Noaj debe ser condenado a muerte incluso por matar a un feto.

¿Cuál es la fuente de Rabi Ishmael?

Porque está escrito:

Al que derrame sangre humana por el hombre se derramará su propia sangre” [si lo leemos literalmente: el que derrama sangre de una persona dentro de otra persona, etc.].” (Bereshit 9:6).

¿Qué persona está dentro de otra persona?

Esto se refiere al feto en el útero de la madre

[Talmud Bavli (Talmud de Babilonia), Sanhedrín 57b]
La segunda fuente de la Torah prohibiendo el aborto es la prohibición general de matar en el Decálogo (mal llamado «Diez Mandamientos» por la teología cristiana):

«No matarás.» 

(Éxodo 20:13)

En verdad la expresión «Lo tirtzaj» debe ser traducida: «No asesinarás». Ahora bien, ¿qué quiere decir el Eterno con esa frase? Entender esto es vital para poder comprender y apreciar el verdadero enfoque de la moralidad de la Torah.

En hebreo, la palabra que hace referencia a “matar” es “harigá”, que es un verbo completamente diferente. Hay un mundo de significados en esta elección de palabras. Cualquier diccionario nos informa las diferencias entre el asesinato y la muerte. Aunque el final para el difunto sea similar, las intenciones, motivos, modos, del perpetrador son diferentes sea si es matador o asesino.

Considerando esto así, entendemos que en la cosmovisión del Señor, asesinato, es tomar la vida de un ser inocente, y es un acto prohibido siempre. Sin embargo, matar, es tomar cualquier vida, que a veces es permitido y hasta podría llegar a ser una obligación. Por ello, en las Sagradas Escrituras existen situaciones en las cuales está permitido, e incluso puede resultar imperativo matar:

  • Aplicación de pena capital tras juicio justo, apelaciones, defensas, etc., en los casos extremos que era acorde a la ley su ejecución.
  • En defensa propia ante agresiones que pueden ser mortales.
  • Similar a la anterior pero en resguardo de la vida inocente ajena.

De lo anterior se deduce que matar en la guerra es un acto necesario, cuando lo fuera, aunque no deseable. Ejemplo escritural de esto lo encontramos en las guerras de Yehoshúa (Josué) que fueron parte de la estrategia divina para que los israelitas pudieran re-establecerse en las tierras que les fueron dispensadas por Yahvéh a Abraham, Itzjak y Yaakov. Estas guerras, dolorosas por cierto, son comprensibles con ese sentido. Y sus muertes, son parte de lo despreciable que tienen las guerras. Por causa de esta cosmovisión el ejército israelí se llama Tzvá Haganá LeIsrael que traducido es: Ejército de DEFENSA de Israel.

En cambio, asesinar, en todas su formas está prohibido por el Eterno. Esto incluye:

  • Crimen (ese al que la TV nos tiene tan lamentablemente habituados)
  • Eutanasia
  • Suicidio
  • Aborto (cuando no cuenta con consentimiento legal/médico)

La tercera fuente de la Torah que se refiere al aborto es en un caso en el cual hay dos personas que se encuentran en un combate mortal. La mujer embarazada de uno de los combatientes entra en la lucha para salvar a su marido. Accidentalmente, un golpe mortal dirigido al hombre, llega a la mujer, matándola a ella o al niño que está en su vientre. La Torah dice que en ambas instancias la ley es la siguiente:

«Y si algunos hombres luchan entre sí y golpean a una mujer encinta, y ella aborta, sin haber otro daño, ciertamente el culpable será multado según lo que el esposo de la mujer demande de él; y pagará según lo que los jueces decidan. Pero si hubiera algún otro daño, entonces pondrás como castigo, vida por vida,…»

(Éxodo 21:22, 23)

Esta es la ley que se aplicaba cuando dos hombres luchaban y accidentalmente se dañaba a una mujer embarazada, provocándole un aborto. Si no hay un daño fatal a la mujer, entonces la parte culpable debía pagar una pena monetaria. El esposo de la mujer debe efectuar la demanda, y la cantidad que se deberá pagar es determinada por las cortes. Los jueces primero tenían que evaluar las intenciones y circunstancias de cada caso. Sin embargo, si ocurría un daño fatal a la mujer, entonces debía pagar una compensación completa por su vida es decir, que era condenado a la pena capital. Así pues, el asesino pagaba la vida de la criatura con la suya propia (Números 35:22-24, 31).

Sin duda alguna, la Instrucción nos revela que la vida humana prenatal es un magnífico don de Yahvéh. El ideal del Eterno para los seres humanos establece la santidad de la vida humana, a imagen de Dios, y exige respeto por la vida prenatal. No obstante, las decisiones acerca de la vida deben ser tomadas en el contexto de un mundo caído. El aborto nunca es un acto de pequeñas consecuencias morales. De esta manera la vida prenatal no debe ser destruida irreflexivamente. El aborto debería ser practicado únicamente por razones muy serias.

Valorando la Vida en Potencia.

Para ir encontrando una conclusión a un tema tan extenso y profundo, diré que el término hebreo que se utiliza para hablar del aborto es hapalá  (הפלה) que proviene del verbo caer. Es decir, que en la mentalidad hebrea, el aborto es la caída de una vida potencial. Por otro lugar es importante destacar la importancia que la mentalidad hebrea de Israel le otorga a la procreación. El traer vida al mundo y poblar la tierra es el primer precepto que le es comandado al ser humano. Bajo estas consideraciones, se entiende que cuando un espermatozoide fecunda un óvulo, la Torah considera su desintegración un delito en la fase que sea, cuando no hay ninguna razón lógica para efectuarlo. Un aborto representa la devaluación de la vida, ya que el varón y la mujer, al tomar una decisión que compete al Juez Supremo, trascienden su rol como humanos e interfieren en el designio divino. En ese sentido, el aborto para la Instrucción (Torah) divina es un delito que atenta contra uno de los más santos mandamientos de la humanidad que es la procreación, y así es parangonable a un homicidio.

Ahora bien, alguien cuestionará: ¿qué se puede decir de una niña que concibe un hijo sin estar casada y carece de toda preparación para ser madre? ¿Debería permitírsele traer un niño al mundo? Los sentimientos de Yahvéh por la criatura no cambian solo porque su madre haya obrado de una manera insensata e inmoral. El nacimiento del niño puede ayudar a la madre a darse cuenta de los resultados naturales de su inmoralidad y grabar en ella la sabiduría de la Instrucción (Torah) divina. Eliminar la consecuencia de su acto sexual ilícito puede dejar en ella un profundo sentimiento de culpa o tal vez alentarla a cometer más actos de inmoralidad.

Si no hay un padre con quien compartir la carga, criar un hijo no será fácil. No obstante, una estrecha relación con nuestro Padre celestial puede proporcionar a la madre la fuerza, el apoyo y la guía morales y emocionales para hacerlo. Además, Dios también ha provisto la congregación cristiana para ayudar a aligerar la carga de las madres solteras.

Entonces otro objetará: ¿y si es un médico quien anuncia que una mujer puede correr poner en peligro su vida si desea llevar a término su embarazo? Pues bien, encontré la opinión del Dr. Alan Guttmacher quien aseguró: “Hoy día, casi toda mujer embarazada puede sobrevivir a su estado de gestación a menos que padezca alguna enfermedad mortal, como el cáncer o la leucemia, y en ese caso, es improbable que el aborto pueda prolongar su vida, y mucho menos salvársela”. También La Enciclopedia Americana dice: “Como la mayoría de las mujeres pueden llevar a término su embarazo aun padeciendo graves problemas médicos, son pocos los abortos que necesitan practicarse para proteger la salud de la madre. La mayoría de los abortos son para evitar tener un hijo”. De modo que esas situaciones extremas se presentan muy pocas veces. Sin embargo, si efectivamente se plantease esa situación en el momento del parto, entonces serían los padres de la criatura quienes deberían decidir entre la vida de la madre o la del niño. Es decisión suya.

Tengamos siempre en cuenta que el médico, según la concepción de la Torah, es un enviado del Eterno para tratar a las personas en sus enfermedades, pero no tiene derecho alguno para usar sus conocimientos con el fin de acortar o quitar la vida. No tiene el médico más autoridad que otro para opinar sobre la vida y la muerte, porque eso es un asunto humano y no biológico. Podría dar un diagnóstico o expresar sus probabilidades, pero nunca puede esa información conllevar al homicidio. Es por ello por lo que el médico no tiene atribuciones para decidir la fatalidad humana.

Fuera de las situaciones límite en las que hay que elegir entre una vida y otra, demás está decir que nuestra fe ve en el nacimiento de cada niño una enorme e induplicable bendición y herencia divina. Por lo tanto, no sólo tenemos la responsabilidad de preocuparnos por la propagación de niños, sino que tenemos la obligación de apoyar una conducta social general que respeta la vida al máximo y que fomenta la natalidad.

Por otra parte, ¿no es natural que el Creador de la vida haya establecido pautas claras con respecto al uso de nuestras facultades reproductivas? A sus ojos, crear una vida que no se tenga la intención de cuidar constituye un pecado semejante al de quitar una vida.

Es indudable que el debate continuará hasta el fin de este sistema. Pero en lo que respecta al Creador de la vida, Yahvéh nuestro Dios, y a los que respetan sus leyes, la cuestión no ofrece la menor duda. La vida es preciosa, es una dádiva celestial que se ha de cuidar y atesorar desde su mismo comienzo.

 

Por último, y antes que abandones esta bitácora te invito a mirar esta imagen, y meditar en la curiosidad que la misma informa… ¡Si te animas deja tu comentario!

 

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«¡Creer en Dios es Bueno!» (Dr. Daniel López Rosetti)

La ciencia ha demostrado, a través de sus últimas investigaciones, que la fe es también parte de un proceso biológico.

Cuando un ser humano tiene fe, piensa o siente la noción de Dios, existen partes del cerebro relacionados con el sistema límbico que se activan generando fuerzas de salud.

 

Una Vida Sin «Excrementos»

Por P.A. David Nesher

 

«Cuando salieres a campaña contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala. Si hubiere en medio de ti alguno que no fuere limpio, por razón de alguna impureza acontecida de noche, saldrá fuera del campamento, y no entrará en él. Pero al caer la noche se lavará con agua, y cuando se hubiere puesto el sol, podrá entrar en el campamento. Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas; tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento; porque Yahvéh tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.»

(Devarim/Deuteronomio 23: 9 – 14)

 

Estudiando la parashá de la semana pasada (Shoftim), vimos como el Eterno ordenó que el ejército hebreo estuviera integrado por varones justos (tzadikim) que amaran la Torah (Instrucción) y se mantuvieran en kedushá (santidad). Solamente así, podrían ver el cumplimiento de sus promesas en lo referente a la victoria para cada batalla. El Eterno mora entres sus soldados solamente si estos son santos.

Este texto trata con una situación específica en tiempos de guerra: la conciencia de la Shekiná o Presencia del Eterno en lo cotidiano de la lucha. Los hebreos debían entender que, de acuerdo a las promesas divinas, la Shekiná tiene que estar presente en el ejército de Israel para que este pueda vencer sobre sus enemigos. El paradigma del Reino de Dios que aquí se establece es fuerte: las guerras de Israel dependen de la presencia Divina.

Por eso, para que esta Shekiná pueda manifestarse, el ejército tiene que vivir en un nivel alto de santidad (kedushá). Esta idea incluye la pureza ritual y también física. Por ello, en este caso es mencionado como cosa mala, la impureza ritual causada por el derramamiento seminal y los excrementos dentro del campamento.

”Tendrás también entre tus armas una estaca.”

Yahvéh, con este mandamiento, se aseguraba primeramente la limpieza sanitaria entre el ejército de Israel, necesaria para impedir la contaminación de las aguas y la propagación de enfermedades parasitarias. Con esta profilaxis, nuestro Dios estaba asegurando la fortaleza física en sus filas; cada soldado debía de cargar con un tipo de pala, con la cual pudiera cubrir su excremento.

Lo primero que vemos en este mandamiento es como la Torah se encarga de dar cobertura a todas las áreas de la vida humana, incluso el momento de ir al baño. A nuestro Padre no se le escapa nada. Hay mandamiento incluso para ese momento. Él nos instruye en los detalles más íntimos de nuestra vida para que actuemos siempre de manera correcta y nos da la oportunidad de servirlo por medio de nuestra vida práctica diaria.

Pero, además, debemos saber que este mandato fue dado con un sentido pedagógico totalmente espiritual, para que los soldados hebreos se aseguraran siempre de meditar su conducta en medio del campamento de guerra.

El Eterno compara el excremento (desecho orgánico de los seres vivos) con las cosas inmundas que Él desaprueba y que se mantienen en nuestro interior. Por esto, cada integrante del ejército debía asegurarse de llevar una personalidad limpia, libre de todo pensamiento inmundo, que produzca una intención repudiable. De este modo, con este mandamiento, Yahvéh se aseguraba que cada soldado de Israel ejerciera el dominio propio sobre el yeser hará (inclinación al mal).

Por medio de estos ritos se lograba:

✔ Prevenir irritación los unos con los otros;
✔ Preservar y ejercer la modestia y honestidad natural;
✔ Evitar toda inmundicia moral y física;
✔ y principalmente, habituar a cada soldado a ejercitarse en la mayor reverencia a la Majestad Divina presente en medio de ellos.

Entonces, la enseñanza de ese versículo para nosotros es que debemos meditar en nuestro carácter y temperamento para evitar lo desagradable, aprendiendo a sepultar todo lo que es detestable para Yahvéh. Así determinarnos a no seguir eso malo que abandonamos al circuncidarnos en nuestro corazón.

Este mandato nos recalca de no salir a pelear nuestras batallas con pecado oculto en nuestro interior, aún no eliminado y enterrado. El Eterno quiere que nos aseguremos que el enemigo no tenga argumento para derrotarnos, es decir, que no exista en nosotros pecado que no haya sido declarado, perdonado y enterrado en el fondo del mar (Miqueas 7: 19). Es necesario que estemos limpios de toda acusación, de todo lo que el enemigo pueda usar en nuestra contra. Es muy importante que llevemos todo aquello que hemos hecho mal, al Eterno pidiéndole que nos libre de todo pecado escondido en nuestra interioridad.

Entendamos que para que Yahvéh pueda liberarnos de los peligros, tenemos que vivir vidas intachables, no alcanzables para Satanás.

La santidad es la mejor defensa que tenemos tal y como lo expresa el salmista: “…la santidad conviene a tu casa…” (Salmo 93: 5). Por lo tanto, conviene usarla como energía divina que purifica y promociona.

La maldad abre brecha en la defensa espiritual que rodea a los justos. Por lo tanto, cuando hay luchas en nuestras vidas, tenemos que cuidarnos de una manera especial para que el enemigo no tenga motivos para acusarnos y dañarnos. Si permitimos el mal entre nosotros no vamos a poder vencer en los enfrentamientos con nuestros enemigos, ni los visibles ni los invisibles. Por ello, las comunidades primigenias de discípulos mantenían viva en sus mentes la idea de estar participando de una guerra espiritual cotidiana:

“Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales.”

(Efesios 6:12)

Amados discípulos de Yeshúa, los exhorto a que vivamos de manera limpia y pura ante el Eterno siempre para así ganar todas las batallas.

Shavuá Tov!

Aprende a Calcular tu IMC (Índice de Masa Corporal)

El IMC (Índice de Masa Corporal) es un indicador de la gordura bastante confiable para la mayoría de las personas. El IMC no mide la grasa corporal directamente, pero las investigaciones han mostrado que tiene una correlación con mediciones directas de la grasa corporal, tales como el pesaje bajo el agua y la absorciometría dual de rayos X (DXA, por sus siglas en inglés).

Como ves en la imagen que encabeza esta bitácora el IMC se calcula dividiendo los kilos de peso del individuo por el cuadrado de la altura en metros, es decir:

 IMC = Peso [kg]/ Altura2 [m]

Este índice, también llamado índice Quetelet, y es utilizado por la OMS (organización Mundial de la Salud) para conocer cuán cerca o lejos estamos de nuestro peso ideal.

Su cálculo es sencillo. Solo necesitamos conocer nuestro peso y nuestra altura para establecer una relación entre esos dos datos. En la calculadora que te ofrezco lo hacemos todavía más fácil ya que combinamos esos datos con los de edad, sexo y constitución física.

Debes saber que el IMC es un índice que te conviene conocer, puesto que te dice si estás o no en tu peso ideal.

El IMC debe tenerse en cuenta como un indicador ante posibles problemas de salud como las enfermedades cardiovasculares, la osteoartritis o la diabetes: Cuanto más alto sea el IMC, mayor riesgo existirá de padecer las patologías relacionadas con el sobrepeso y la obesidad.

Ejemplo para calcular IMC:

Una persona cuyo peso es 60 Kg y que mide 1.67 mt de altura su masa corporal es de 21.58 PESO NORMAL

    • primero multiplicamos la altura por la altura de esta forma 1.67 x 1.67 = 2.78
  • luego hacemos nuestro peso dividido el resultado anterior 60 ÷ 2.78 = 21.58 de IMC

Al igual que otros índices, el resultado de tu IMC sólo tiene valor si tu edad está comprendida entre los 18 y 65 años, si no estás embarazada y si no eres deportista de alto nivel.

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Amor al Prójimo: Receta contra Toda Enfermedad.

Por P.A. David Nesher

 

 

“Y YHVH apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian.»

 

(Devarim/Deuteronomiio 7:15)

 

Mientras peregrinamos la fe junto a Yeshúa, aprendiendo los códigos de Su Luz, si presencia se nos manifiesta sanadora. Ésta salud que el Señor comunica desde la Torah de nuestro Abba, y esta transformación de sanidad que Yeshúa con su presencia regala, quiere llegar y alcanzar también las entrañas más hondas de nuestra vida social. Allí donde se entreteje nuestro ser más personal y particularmente allí donde en el más hondo entretejido de lo personal, estamos heridos, enfermos, en las heridas que tenemos en el corazón, por causa de nuestros vínculos.

Justamente, escribí esta bitácora con un intención: invitarlos a que permitan al Espíritu Santo implantar la revelación de la aliyá (ascensión) de hoy, en lo más profundo de sus almas. Si dejan que esto suceda, comprobarán la afirmación divina que asegura que Su sanidad es una consecuencia de la obediencia a los mishpatim (mandamientos sociales) entre los integrantes del pacto (su asamblea de primogénitos). Esta práctica nos permite gozar de todos los beneficios del pacto, que también incluyen la prosperidad económica, y el poder sobre los enemigos (incluso los demonios). Por el contrario, si tenemos relaciones de enemistad entre nosotros, no podremos hacer frente a los embates de las distintas jerarquías demoníacas.

El Eterno enseña que, si no hay una relación armoniosa con nuestro prójimo, las enfermedades no sanarán, la escasez económica aumentará y la sequía espiritual invadirá el alma.

Sobre nuestro mundo social quiere venir hoy Yeshúa para implantarnos este conocimiento transformador. Él ofrece llevar Su Yugo con el fin de sanar nuestras heridas relacionales. Heridas que se expresan en angustias y en tristezas. Heridas que se manifestaron por causa de algún desencuentro con nuestro prójimo. Heridas que se hacen presentes en nuestros proyectos de vida, revelando faltas de horizontes y de esperanzas. Heridas profundas que han dejado sembrado el odio y la desconfianza. Heridas que en la vida hemos recibido y que en lo vincular nos han distanciado de seres muy queridos. Heridas que nos han enfermado psicológica y físicamente.

Nuestro Mesías, en Su interpretación de la Instrucción (Torah) de Abb transforma y cura las heridas. Sus palabras pedagógicas nos regalan la Presencia del Eterno, que toca nuestra vida en donde está golpeada y allí mismo nos repara y transforma, nos cura y nos sana. Para ser nosotros sanadores heridos o heridos sanados para sanar.

Por esto, nuestro amado Mesías y Dueño dijo:

”Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
(Juan 13:34-35 _RVR1960)

 

Elevo plegaria para que tu vida se vuelva un instrumento de Su Shalom en medio de todas tus conexiones.

Hábitos que necesitas Hoy para Evitar la Demencia o el Mal de Alzheimer

La demencia es un término general que se aplica ante la pérdida de memoria y otras capacidades mentales suficientemente graves como para interferir con la vida diaria de una persona.

La demencia puede aparecer en muchas formas, incluyendo la enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington y la demencia vascular. Pero el tipo más común es la enfermedad de Alzheimer, que representa aproximadamente el 60-80% de los casos.

Si la causa no es tratable, la demencia puede ser progresiva. Los síntomas pueden empeorar con el tiempo y incluyen depresión, apatía y dificultad para recordar las conversaciones recientes, nombres y acontecimientos. Algunos factores de riesgo para la demencia se pueden prevenir, mientras que otros no.

Los factores de riesgo que se pueden controlar incluyen:
  • Mala alimentación y falta de vitaminas
  • Uso de medicación que contribuye a la demencia
  • Deterioro de la función tiroidea
  • Riesgos cardiovasculares como colesterol alto, presión arterial alta y diabetes
  • Fumar
  • Baja actividad física
  • Consumo de alcohol
  • Heridas en la cabeza

Nueve Maneras de Ayudar a Reducir el Riesgo de Demencia

Tomar vitamina D

Los estudios han demostrado una correlación entre los niveles bajos de vitamina D y el deterioro cognitivo, lo que lleva a los síntomas de la demencia. La suplementación con vitamina D puede ayudar a proteger el cuerpo contra los procesos que conducen a la demencia y la enfermedad de Alzheimer. La mejor manera de obtener la vitamina D es a través del sol, pero tomar un suplemento también podría ayudar si usted no es capaz de salir a la calle tanto como desea. ¡También podría ser útil durante los meses de invierno!

 Rete a su cerebro

¡Desafiar a su cerebro de forma regular tiene algunos beneficios sorprendentes! Los estudios han demostrado que los bilingües retrasan el inicio de los síntomas de la demencia en casi cinco años, en comparación con los adultos de edad avanzada que solo hablan un idioma. Otro estudio encontró que hacer crucigramas de forma regular puede retrasar la aparición de la pérdida de memoria entre 2 y 5 años.

 Manténgase activo físicamente

Para que su sangre esté en movimiento y el bombeo del corazón sea regular, una de las maneras más eficaces es fortalecer su sistema vascular. El ejercicio es la mejor medicina preventiva para muchos problemas de salud crónicos. Alrededor de 30 minutos diarios de actividad física moderada son suficientes para ver beneficios para la salud.

 Control de la ingesta de alcohol

Los estudios han demostrado que las personas que beben alcohol en exceso tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia, en comparación con los que no beben alcohol o consumen cantidades moderadas de alcohol. El control de la ingesta de alcohol puede ayudar a prevenir numerosos problemas de salud, incluyendo la demencia.

 Protegerse contra lesiones en la cabeza

¡Use un casco cuando esté en una bicicleta! Es una manera sencilla pero muy importante que usted puede hacer para proteger su cerebro de posibles daños. Si está haciendo cualquier cosa que pueda ser peligrosa, como la participación en deportes acuáticos o está en una pista de esquí, considere también un casco.

 Sea social

Interactuar regularmente con otras personas puede ayudar a proteger contra los efectos negativos del aislamiento. Incluso si es sólo con un amigo o con unos pocos miembros de la familia, hablar con otros de forma regular puede protegerle contra varias afecciones de salud diferentes. Incluso mejor – ¡de un paseo por la naturaleza con su amigo!

 Tomar vitamina B

Las vitaminas del complejo B puede ser útiles en la reducción de los niveles de una molécula llamada homocisteína o HC. Esta molécula se la conoce por dañar el sistema vascular. Tener un nivel alto puede contribuir al riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y a otros problemas vasculares. Tomar un complejo de vitamina B puede ayudar a proteger el cuerpo del deterioro cognitivo relacionado con la edad.

 Dejar de fumar

Fumar puede dañar casi todas las partes de su cuerpo, incluyendo el cerebro. Los estudios han demostrado que los fumadores diarios actuales tienen un riesgo un 45% mayor de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en comparación con los no fumadores e incluso los ex fumadores. Incluso si usted ha sido un fumador durante toda la vida, dejar de fumar puede marcar la diferencia.

 Seguimiento de sus números

Realizar un seguimiento de su presión arterial, niveles de colesterol y peso. Conocer sus números puede ayudar a encontrar un problema desde el principio. ¡El sistema cardiovascular y la salud metabólica son algunos de los indicadores más importantes de la demencia!

Un último consejo: ¡Algunos médicos creen que aprender cosas nuevas ayuda a mantener la salud del cerebro!

 

Fuente: SaludNatura

Tzaraat: ¡Un Problema Espiritual que Afecta a la Piel, la Ropa y la Casa de un Impuro!

Por P.A. David Nesher

 

«Y habló el Eterno a Moisés, diciendo: Esta será la ley tocante al leproso (metzorá), en el día de su purificación, cuando será llevado al sacerdote…»

(Levítico 14:1-2)

En la porción que nos toca investigar esta semana, encontramos los consejos que Yahvéh dio a Israel para afrontar el momento en el cual la “lepra” (en hebreo tzaraat) entra a una casa, a un hogar, a una familia, a una relación. Al leer los capítulos 13 y 14 de Vayikrá encontramos que el Eterno transmitió a Moshé, las leyes referidas al leproso para su purificación.

En primer lugar, debo decir que estamos ante dos pasajes bíblicos que, desde la cosmovisión cristiana, son muy complicados de comprender, por lo que la mayoría de los teólogos y hermeneutas (intérpretes) del cristianismo aseguran que es un texto oscuro. Otros, más rápidos para despegarse de la responsabilidad de investigar, salen al paso, asegurando que estamos simplemente ante unas normas higiénicas que el Eterno dio a Israel para procesar una dolencia física en la piel que en aquellos días no sabían tratar medicamente.

Sin embargo, al sumergirnos en las raíces hebreas del texto nos encontramos con que el mismo ha sufrido la consecuencia típica de una traducción: la traición a la etimología original de una palabra. Esto lo digo porque estamos aquí ante  una supuesta “lepra“, que en verdad no es precisamente la lepra conocida por la ciencia médica de hoy. La palabra misma mal traducida como lepra, describe en realidad a una enfermedad cutánea la cual tenía un origen exclusivamente divino, y que estaba relacionada con un castigo del Eterno para el varón o la mujer que fueran dado a hablar Lashon Hará (mala lengua o lengua perversa), es decir, hablando calumnias, y aun verdades del actuar de una, o varias personas, pero que detrás de ello, provoca que la fama de una persona se vea dañada.

“Cuando entréis en la tierra de Canaán, que os doy en posesión, y ponga yo una marca de lepra (tzaraat)  sobre una casa en la tierra de vuestra posesión,…”

(Levítico 14:34)

Por favor, abra su mente, y note que interesante la idea aquí revelada. Es  Yahvéh quien dice: «Yo ponga» la enfermedad de tzaraat en una casa. En las líneas del cristianismo siempre se insiste en enseñar que es HaSatán quien pone las enfermedades en los cuerpos de los redimidos, pero en estas líneas sagradas vemos que es el Eterno quien lo hace.

Por lo visto hasta aquí, nos damos cuenta que la afección de tzaraat, cuyas leyes se detallan en estos capítulos de Levítico (13 y 14), era en realidad un fenómeno enteramente espiritual, y de origen divino. No era una enfermedad natural, ya que vemos que, de hecho, esta “lepra” vemos que también atacaba vestimentas y casas. Por lo tanto, era la señal de un síntoma de grave degradación moral.

Particularmente, la persona afectada (el “metzorá”) era uno cuyas acciones habían provocado el disenso y la división dentro de la comunidad. Su castigo (midá keneguev midámedida por medida«-) era una lepra sobrenatural que lo marcaba como un paria. Era desterrada a una vida de máxima soledad, hasta que su arrepentimiento lo curara de su lepra y fuera readmitido en la sociedad.

Esa correcta consideración hace de tzaraat la enfermedad arquetípica, que comprende a todas las enfermedades enviadas por Yahvéh sobre aquellos que practican Lasho Hará (lengua perversa).

 

La persona enferma de tzaraat, era declarada metzorá y enviada fuera del campamento de la congregación, para vivir y con sus ropas rasgadas.

Estaba obligada a gritar “impuro, impuro”, como señal para que nadie se acercara a tocarlo (Lev. 13: 45-46).

Cuando la enfermedad se reducía, la persona era nuevamente examinada por un Kohén (sacerdote), fuera del campamento, y así asegurarse de que la recuperación era total.

Las ceremonias de purificación se extendían durante ocho días, y se observaban ciertos ritos especiales durante el primero y el último día. El Kohén ofrecía sacrificios y en el proceso de purificación se usaba madera de cedro e hisopo. El ex-metzorá era declarado miembro pleno de la comunidad.

Las leyes de tzaraat se aplicaban tanto a una vestimenta como a una casa. Si las ropas mostraban signos de tzaraat, podían llegar a ser quemadas. Si una casa aparecía repentinamente marcada con rayas verdes o rojas, era cerrada por siete días. Si las rayas se extendían, las piedras afectadas eran reemplazadas por otras nuevas. La casa era revocada y las viejas piedras y el polvo eran arrojados en un área contaminada, fuera del campamento. Si aún quedaban signos de tzaraat en las paredes, toda la casa era destruida y los materiales arrojados en el área contaminada fuera del campamento. El Eterno también indicó sobre ciertas impurezas físicas, como ser pérdida de semen, flujo, que afectaban a las personas y por ello tenían prohibido entrar al Santuario o tocar objetos sagrados. Esta situación terminaba luego de un proceso de ceremonias específicas para su purificación.

Les ruego que nos detengamos aquí un momento e imaginémonos que de la noche a la mañana a cualquiera de nosotros fuéramos desprendidos de nuestro lugar de trabajo, de nuestra casa, de nuestra esposa o esposo o tal vez padres e hijo; no hay duda que debió haber sido desastroso para aquellos. Se trataba de una pena social que dejaba una profunda huella, y sobro todo porque la gente con la que convivía la persona, era imposible que no se enterara.

Esta repercusión social, dejo como un ejemplo a Miriam la hermana de Moshé, que a pesar de haber sido una gran mujer, sierva de Yahvéh, se le recordará por el mal paso dado en la murmuración que profirió contra su hermano Moshé.

 

En cuanto a la plaga de la lepra, ten cuidado de observar diligentemente y hacer según todo lo que os enseñaren los sacerdotes levitas; según yo les he mandado, así cuidaréis de hacer. Acuérdate de lo que hizo Yahvéh tu Dios a María en el camino, después que salisteis de Egipto.”

(Deuteronomio 24:8-9)

 

En esta experiencia espiritual, Yahvéh tenía una excelente metodología de aprendizaje para Su Pueblo. El mensaje era claro, y fácil de aprender. El Creador perdona todas las transgresiones en el mundo con el arrepentimiento (teshuvá), todas, excepto la difamación, cuando la persona habla mal de su prójimo, especialmente de su alma amiga. Así fue determinado, “Esta es la ley que habrá de aplicarse al leproso (en hebreo metzorá)”, es decir, la ley que se aplica a la persona que desacredita, pues la palabra metzorá, se forma de un anagrama o acrónimo hebreo: la expresión Motzi Ra, que significa “esparcir el mal como un ave” o “hablar mal de alguien”.  Por esto, vemos que una de las principales causas de «metzorá» en la persona es por sus habladurías. Si alguien esparce un mal nombre o fama, todos sus órganos quedan impurificados y debe ser aislado, puesto que al hablar mal se eleva y evoca el espíritu de impureza sobre él. Quien intenta impurificar se impurifica; por la obra de abajo, otra se despierta.

Motzi Ra también se traduce como “el que emana maldad» o “el que es fuente de maldad”, mejor comprendido como aquel que es charlatán y difamador. Con la expresión metzorá y su permutación acrónima, la Torah deja revelado que la enfermedad se origina de las malas palabras que decimos de los demás (aunque sean ciertas). Era claro así que si una persona habla negativamente, especialmente si habla negativamente sobre otra persona, crea todo tipo de oscuridad. Teniendo la conciencia despierta en este espíritu hebreo las primeras comunidades de talmidim (discípulos) se animaran unos a otros a fin de aprender a controlar la lengua con la sabiduría que viene de lo alto o jojma (leer Santiago cap. 3).

Profundizando en nuestra investigación notaremos que el Lashón Hará estaba directamente relacionado con el pecado de orgullo o soberbia (Ex 4:1, 6; Núm. 12:1-10; Deut 24:8-9; 2 Cron 26:16-19).

En este proceso pedagógico, nuestro Abba, anhela que se entienda que cuando una persona habla lashón hará (mala lengua), demuestra que no tiene idea del poder del habla.  Demuestra que para él las palabras son insignificantes en comparación con los actos, y por ende se manifiesta necio en los lugares celestiales donde las palabras son poderosas y formadoras de destino.  De este modo, al hablar con lengua perversa (lashon hará), se despierta a un acusador en el Cielo, no solamente contra el objetivo de su lashón hará, sino también contra sí mismo.

Por ello, entendemos que tzaraat no es una enfermedad, tal y como las distintas versiones lo han dado a entender al traducirla como “lepra”. Sino que es un caso de impureza (timé). Así es como nuestro Mesías lo comprendía. De hecho vemos que cuando Él sano a un leproso, no le dijo “se sano” sino “sé limpio” por lo que claramente vemos que se trata de una impureza (Mateo  8:2-4; 26:6).

Buscando un final a este estudio, nuestro corazón no podrá escapar a la conclusión de que la lengua es la máquina más poderosa del mundo entero.

Las Sagradas Escrituras aseguran en su revelación que una palabra puede matar a distancias que ni siquiera el más poderoso cohete tele-dirigido puede alcanzar. Una palabra puede causar una plaga más nociva que el ántrax. Y aun así, una palabra puede curar con más poder que una cirugía a corazón abierto. Una palabra puede decir más que el más brillante y colorido ramo de flores.

Sabemos que el universo fue creado con palabras: “En el principio Dios (Elohim) creó los Cielos y la Tierra…”. Él creó toda la existencia con las dos veintidós letras del alfabeto hebreo. Y le dio al hombre esa máquina tan increíblemente poderosa: la lengua. No hay ningún animal en el mundo que pueda hablar. Podrán hacer ruidos, si. Pero hasta la fecha, ninguna ballena o delfín publicó un libro de poemas, o un tratado de filosofía.

Es el Hombre el único Hablador de toda la existencia. A él se le confió una máquina muchísimo más poderosa que el átomo, y además, mucho más peligrosa. Porque con una sola palabra se pueden destruir mundos y con una sola palabra se los puede crear.

Podemos decir palabras que sanen o palabras que hieran; podemos edificar y construir o desalentar y derribar. Las palabras son estuches de poder y acarrean poder sea positivo o negativo. ¡La decisión es nuestra! Las palabras son semillas que sembramos y con seguridad darán una cosecha en nuestra vida. Aquellos que usan su lengua, deben comer el fruto de sus palabras, sea para vida o para muerte (Proverbios 18:21).

Pidámosle al Señor Yeshúa que, con su Santo Espíritu, purifique nuestros corazones de tal manera y a tal grado que vivamos cotidianamente para sanar, libertar, edificar y traer gozo con cada una de nuestras palabras y, a la misma vez, ser nosotros mismos saciados de bien por el fruto de nuestros labios.

 

Bitácora Relacionada:

La Curación del “Mal Hablado” (Leproso)

La Alimentación que Conecta con el Eterno

Por David Nesher

 

“No os hagáis abominables por causa de ningún animal que se arrastra; y no os contaminéis con ellos para que no seáis inmundos. “Porque yo soy el Señor vuestro Dios. Por tanto, consagraos y sed santos, porque yo soy santo. No os contaminéis, pues, con ningún animal que se arrastra sobre la tierra. “Porque yo soy el Señor, que os he hecho subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios; seréis, pues, santos porque yo soy santo.”

(Levítico 11: 43-45)

 

Repasemos lo que hemos visto en esta semana:

Después de ocho días desde la iniciación de los rituales para ungir a Aarón y sus hijos como sacerdotes, asumieron sus cargos.  Toda la congregación estuvo frente al altar, mientras Aarón ofrecía sacrificios por sí mismo y por todo el Pueblo de Israel.  Luego Aarón alzó sus manos hacia el pueblo y los bendijo. Posteriormente, Moshé y Aarón entraron al Mishkán y los restos de sacrificios que aún había, fueron consumidos por un fuego divino.  Ante este hecho, el Pueblo se arrodilló, en actitud de adoración al Eterno.

Dos hijos de Aarón, Nadab y Aviú, tomaron inciensos nunca indicados por el Eterno para su uso, y los encendieron en el Santuario, presentando ante el Creador un fuego extraño.  Fue entonces, que apareció un gran fuego que les produjo la muerte.  Sus cuerpos fueron retirados por Mishael y Eltzafán, hijos de Uziel, tío de Aharón, y llevados fuera del campamento.  Este hecho conmovió a Aarón, pero Moshé le explicó que los kohanim (sacerdotes) tenían la responsabilidad de salvaguardar el nivel de santidad que Yahvéh requirió.  Aarón y sus dos hijos restantes, Eleazar e Itamar fueron instruidos por Moshé de no exteriorizar aflicción, siendo sumisos a la voluntad del Eterno.

El Todopoderoso le dijo a Aarón, que los kohanim no debían beber vino o licor antes de entrar al Tabernáculo, para cumplir con sus deberes en el Mishkán o al instruir al Pueblo.

Pues bien, hoy, nos toca considerar acerca de lo que el Eterno ordenó a Moshé y a Aarón para que instruyeran al Pueblo sobre su alimentación.    Podían comer carne de animales, pero debían observar que no fueran impuros, no kasher o kosher. Kosher es una palabra que deriva del hebreo Kashrut que significa “puro”. Por lo tanto, si aplicamos la palabra kosher al ámbito de la comida y la alimentación nos referimos a alimentos puros o mejor dicho aptos en cuanto a seguridad alimentaria y calidad, para ser consumidos por los hijos de Israel, y así fortalecernos en su espiritualidad.

Desde esta definición, me veo obligado a decir que si bien kashrut nos aporta muchos beneficios relacionados con la salud, como algunos argumentan como prioridad en la exégesis de este pasaje, en realidad estos son «beneficios» y no «razones«. Sin embargo, el Eterno, al dar las leyes del kashrut,  quiere que usemos nuestro intelecto y entendamos sus mandamientos primordialmente desde una sentido espiritual, para llevarlos a la praxis de la mejor manera que podamos. El kashrut debe ser visto como «nutrición espiritual«: de la misma forma que hay alimentos que son buenos para el cuerpo y alimentos que son dañinos, hay alimentos que nutren el alma hebrea y la refinan espiritualmente, y hay alimentos que afectan al alma redimida, intoxicándola con lo reptiliano.

En la cosmovisión divina de nuestro diseño original, nuestro cuerpo es visto como un instrumento de lo que el alma recepciona del espíritu. Según las Sagradas Escrituras nuestra alma desea hacer mitzvot, es decir cumplir con los mandamientos de la Instrucción (Torah) realizando las acciones correctas que la acerquen a la semejanza con Dios a través del Mesías (Romanos 7: 14-25). Para ayudar a nuestra alma, nuestro cuerpo debe participar también de esas acciones. Por ello, cuando comemos, el alimento deja de ser un elemento extraño y se asimila al organismo y también el componente espiritual (energía vital) de ese alimento es integrado al torrente de vida de la persona. Por lo tanto, nuestro cuerpo físico es modificado por lo que lo alimenta y el espíritu humano altera su condición con el mismo.

El kashrut es la dieta que el Eterno ofrece para desarrollar la espiritualidad de Su Pueblo. Este pasaje enseña que la comida no kosher bloquea el potencial espiritual del alma.  En cambio, los animales kosher, propiamente matados y preparados, tienen más «chispas de santidad» que serán incorporados a nuestro ser.

Al leer este capítulo, notamos que solamente se puede ingerir carne de animales cuadrúpedos que tuvieran pezuñas partidas y rumiantes.  Por lo tanto quedó prohibido comer carne de camellos, conejos, liebres y cerdos.

De los animales que viven en el agua, sólo aquellos que tienen aletas y escamas.  Todos los demás quedaron prohibidos para consumir, como ser los moluscos.

De las aves, fueron prohibidas las de rapiña, como el águila, buitre, etc.  También son impuros los insectos y otros seres que se arrastran, como ratón, comadreja, lagarto, caracol, reptiles, etc.

Al investigar las razones esenciales de estos preceptos, se nos devela que la pureza y la santidad son bases en la vida de los hebreos. Así se entiende que prioritariamente Yahvéh le dio a Israel las leyes dietéticas para hacerlos santos. La palabra santo no se refiere necesariamente a una calidad moral o ética. Significa ser apartado para el Señor.  Los requisitos distintivos de las leyes dietéticas (kashrut) de la Torah lograban que los hebreos se obligaran a agruparse en comunidades de propósito celestial al tiempo que limitaban sus posibles interacciones con otras comunidades conectadas al sistema reptiliano. Es que el pueblo de Israel había sido llamado a ser una nación sacerdotal para el Eterno y por eso tenía la obligación de separarse de las cosas y los animales que producen impureza ritual, y que en las naciones cananeas era tan importante consumir para atraer el favor de sus dioses.

Hemos aprendido hasta ahora que los sacrificios son el pan del Eterno y él sólo podrá “comer” animales que son limpios. Por eso Él no permite que sus hijos que pueden vivir cerca de su morada, coman cosas que Él no puede recibir en sacrificio. Sus hijos tienen que imitar la conducta de su Padre (comparar con Deuteronomio 14:1-21).

Todo lo prescrito en la Instrucción (Torah) enseña que un hijo de Israel que come un animal impuro se vuelve ritualmente impuro, en hebreo tamé, (para un mejor entendimiento de esta idea divina los invito a leer el concepto de Perfeccionamiento),  y si come animales abominables se vuelve también abominable para el Eterno, como está escrito en Levítico 11:43-44. De este modo, la revelación de la Torah implantó en la mente de los hebreos que la Presencia del Eterno en medio de ellos exige una dieta más estricta para que el tabernáculo no sea contaminado por ellos a la hora de entrar en él (7:21).

Con estas leyes de santificación ritual en la alimentación (kashrut), Yahvéh dejó bien claro que cada integrante de Israel se encuentra espiritualmente conectado con Él como Creador del mundo. Él es la fuente de la vida y dispuso que su pueblo se conecte con Él sacerdotalmente a través de un sistema que sea apropiado para la vida espiritual. Si bien todo lo que Yahvéh creó en su mundo tiene una finalidad en lo espiritual, hay niveles de acercamiento al Creador y hay niveles de vida espiritual. En este capítulo de Vayikrá queda revelado que el pueblo de Israel se eleva a través de los preceptos a un nivel de conexión con la fuente de la vida según las capacidades y potencialidades que son parte de su propia esencia. Yahvéh, enseña así a sus hijos que la pureza es el instrumento que nos ayuda a conectarnos con este mundo espiritual y la diferenciación entre este mundo espiritual y aquello que no es tal, es el marco que nos marcará el ritmo de nuestra elevación como personas cada vez más espirituales.

Junto con el motivo de elevación espiritual, que enmarca la personalidad de Israel bajo un prisma de pureza, cuyo instrumento comienza a partir de lo que se consume, se desprende un elemento adicional en las conductas alimenticias del pueblo. El «kasher» es sin lugar a dudas una señal de identidad nacional, de una manera tajante por medio de sus normas se marca una diferencia clara entre el mundo de los hijos de Sión y el mundo externo. A través de este sistema nutricional, El Eterno impide que tanto los hijos primogénitos como aquellos que no lo son se sienten juntos en banquetes asimilatorios, haciendo una especial remembranza del pasado en Egipto: «Porque Yo, El Eterno, que te he hecho subir de la tierra de Egipto para ser para ustedes Dios, por lo tanto serán santos… y deberán diferenciar entre lo puro y lo impuro…» (Vayikrá 11: 41-47). Es decir, debido a que Israel es santo, separado, se le ha entregado un sistema de alimentos que tiene como consecuencia además una identidad como nación una separación de elementos morales extraños a la esencia del pueblo de Israel.

Mediante el kashrut el Pueblo Escogido se mantendrá consciente en que tiene una misión, la llamada «letakén et haolam» (לתקן את העולם), es decir reparar el mundo por medio de los códigos creativos revelados en la Torah. Entonces, descubrimos que este pasaje nos ofrece una dieta especial que nos recuerda nuestra misión y nos mantiene juntos como un solo pueblo para poder realizar esta Gran Comisión con excelencia.

Evidentemente la kashrut nos hace mejores personas, por lo que deberíamos respetar esta forma de alimentación, sin ponerla en duda, sin cuestionarla porque si proviene del Eterno, nuestro Dios, es bueno para nuestra vida.

Si logramos escoger nuestro alimento no solo a partir de necesidades materiales, sino que lo enmarcamos en una dimensión espiritual, habremos conseguido formarnos bajo una salud más espiritual y moral que física.

Por lo tanto, debemos entender que la dieta kasher es primordialmente espiritual. No promete hacer perder peso o a sentirse más saludable, sino que supone que cada uno de nosotros, practicándola, logrará refinar su alma, acorde a la imagen divina puesta por creación en nuestro espíritu, y activada por redención a través de la obra redentora de Yeshúa HaMashiaj.

Recuerda pues que, según nuestro Señor: ¡eres lo que comes!

Bitácora recomendable para completar este estudio:

Alimentos para una Personalidad Sana (Las Leyes Alimentarias)

Escamas y Aletas: Raíz y Base de la Verdadera Espiritualidad

8 RAZONES MÉDICAS POR LAS QUE YO NO COMO CERDO

¿Existen Los Alimentos Sagrados?

También te invito a ver esta EXPLICACIÓN de las Leyes Kashrut de la ALIMENTACIÓN:

Los Motivos Por Qué Aprendí a Beber Agua Tibia con Limón Cada Mañana

Desde hace dos años obtuve el hábito maravilloso de despertar y beber en ayunas un vaso de agua tibia con un limón exprimido y una cucharada de miel. Mi salud se ha visto potenciada de una manera que hallo oportuno compartirles los beneficios que este método preventivo permite para nuestra salud.

Primeramente debo dejar bien en claro que debes procurar que el agua sea purificada y esta debe estar tibia, no hirviendo. Evita el agua fría, ya que nuestro cuerpo tarda en procesarlo y se necesita más energía para procesar el agua helada que la tibia. Utiliza siempre los limones frescos, orgánicos si es posible, y nunca el jugo de limón embotellado nunca. Exprime un limón en cada vaso y bébelo a primera hora en ayunas.

En esta ocasión te daré los nueve motivos para incluir esta hábito de salud en tu vida:

1- Refuerza tu sistema inmunológico: esto se debe a que los limones son ricos en vitamina C, ideal para combatir los desagradables resfriaos del invierno, son ricos en potasio, lo que nos ayudará a controlar la presión arterial y además estimula las funciones cerebrales y nerviosas.

2- Equilibra el pH: esto se debe a que el limón es uno de los alimentos más alcalinos, a pesar de tener ácido cítrico este no crea acidez al ser metabolizado por nuestro organismo.

3- Ayuda a bajar de peso: son ricos en fibra pectina, esto te ayudará a controlar el hambre y los antojos.

4- Ayuda a la digestión: el zumo de limón nos ayuda a eliminar material no deseado. Además ayuda al hígado a producir bilis, indispensable para la digestión, es evidente que como resultado de una buena digestión disminuirán nuestros problemas de acidez y el estreñimiento.

5- Es un diurético: los limones aumentan la micción, lo que nos ayuda a purificar nuestro cuerpo.

6- Eliminando más rápido las toxinas ayudamos a mantener la salud del tracto urinario.

7- Limpia la piel: la vitamina C ayuda a disminuir arrugas y manchas. El agua con limón elimina toxinas de la sangre lo que ayuda a tener la piel clara, también puede ser aplicado sobre las cicatrices para reducir su aspecto.

8- Refresca el aliento: además de dejar una aliente refrescaste ayuda a calmar el dolor dental y la gingivitis. Debemos considerar que el ácido cítrico puede dañar el esmalte porque debemos tenerlo siempre muy bien controlado.

9- Alivia los problemas respiratorios: ayuda a deshacerse de infecciones de pecho y tener la tos, se considera incluso que es útil para personas con asma y alergias.

 

Si perteneces a esa clase de seres humanos que hoy se ocupan de su salud y buscan realizar algunos cambios en sus hábitos, te propongo que después de leer este artículo aceptes el desafío de practicar esta terapia hasta que se haga en ti un hábito. Te encontrarás con resultados increíbles que beneficiarán a tu cuerpo. Un simple hábito saludable, que garantiza un nuevo estilo de vida, y largos días en la Tierra que Yahvéh, tu Dios te da.

Estar Sentado Demasiado Tiempo Podría Quitarle Años De Vida

Para los que no tienen la suerte de transitar fuera de una oficina y trabajan en un escritorio, sentado frente a una pantalla de computador son estas advertencias y recomendaciones.

Activamente sedentario es una nueva categoría de personas que están en forma durante una hora, pero que se sientan el resto del día… No se puede contrarrestar 10 horas de inmovilidad con una hora de ejercicio.

Estar sentado por más de seis horas al día eleva en más de 40% tu probabilidad de morir en los próximos 15 años, en comparación con quienes lo hacen un promedio de tres, sin importar cuánto ejercicio realices. Pero, ¿cuáles son los daños que ocasiona a tu cuerpo?

Revertir la mala postura requiere lograr conciencia entre los trabajadores, pero fundamentalmente del compromiso del empleador para favorecer instancias que permitan un ámbito laboral más saludable. Ésta es la tendencia a lo cual apuntan quienes trabajan en el tema. La propuesta es logra la «pausa activa» que a continuación se detalla:

El Dr. Facundo Mannes y sus 6 Consejos Para Mantener Sano el Cerebro

El cerebro humano es la estructura más compleja del universo, tanto, que se propone el desafío de entenderse a sí mismo. Todo lo que hacemos depende de esta “máquina” casi perfecta, que contiene más neuronas que las estrellas que existen en nuestra galaxia.

La vida saludable nos ayuda en todos los aspectos de la vida. Evitar la obesidad, prevenir enfermedades,… pero también ayuda a tener en forma el cerebro. Aunque no nos lo hayamos planteado nunca, hay diferentes prácticas que ayudan a tener un cerebro sano, fundamental para hacer que el resto del cuerpo funcione como debe ser.

Encontré una nota en la que el neurólogo argentino Facundo Manes, afirma que es fundamental mantener el cerebro en forma. Existen varias conductas que sirven para mantener su salud. Aquí les comparto en forma sintética los 6 tips (consejos) que este especialista da para asegurar un cerebro sano y una mente activa:

 

1) Controlar el colesterol y la glucemia. Evitar el sobrepeso. Cuidar la presión. Comer verdura, fruta, pescado: hace bien al corazón, al sistema vascular y al cerebro.

 

2) Hacer ejercicio físico. porque genera nuevas conexiones cerebrales, es un buen ansiolítico y antidepresivo, y refuerza el pensamiento creativo.

 

3) Dormir bien. Con 8 horas es suficiente, y hacer la siesta. Es salud.

 

4) Combatir el estrés. Lo que nos pasa es inevitable, pero podemos mejorar cómo enfrentamos esa realidad. Uno puede estar en una playa en Jamaica, pero con el bocho aquí y no va. Y se puede estar en medio de la City porteña en paz.

 

5) Hacer vida social: la gente aislada, que no se conecta, se muere antes. Estar aislados socialmente tiene una mortalidad mayor que el tabaco y el alcoholismo. Hay que conectarse, ir a misa –no sólo por la misa sino para estar con gente–, ir a espectáculos gratuitos, reuniones, juntarse con los demás.

 

6) Encarar desafíos intelectuales. Hay que hacer algo que nos cueste: estudiar violín, otro idioma. Eso hace bien. Yo, por ejemplo, estoy estudiando economía.

 

Tomado de: Buen Vibra

Leishmaniasis: La Enfermedad que preocupa hoy a los Gobiernos del Mundo

La OMS está nuevamente preocupada por al expansión incontrolable de una epidemia que pondría a la humanidad a la orilla del abismo mismo. Dicha enfermedad, de clase tropical, se denomina leishmaniasis (o leishmaniosis) y se viene expandiendo desde Siria por los países de Oriente Medio, Jordania, Líbano, Yemen y Turquía. Este avance rápido lo está logrando con el flujo de refugiados.

La leishmaniasis es menos famosa que la malaria y, desde luego, muchísimo menos que el sida. Pero es, en cierto modo, prima hermana de ambas. Es, después de la malaria, la segunda enfermedad parasitaria que más mata. Y cuando ataca a la vez que el sida, la esperanza de vida de un enfermo sin tratamiento se reduce a un tercio. Algunos informes estiman que su carga equivale a 2,3 millones de años de vida saludable productivos perdidos al año en todo el planeta. Y los expertos aseguran que su incidencia va en aumento.

La leishmaniasis tiene una forma cutánea, con lesiones y úlceras deformantes que sin tratamiento pueden tardar más de un año en cicatrizar, y otra visceral -sistémica, afecta a todo el organismo-, que resulta letal si no se administran los fármacos adecuados.

La enfermedad se limitaba mayormente a las regiones bajo el control del Estado Islámico (EI): Raqa, Deir ez-Zor y Hasaka. Pero por el conflicto armado que vive el país, el sector de salud público resultó devastado y los hospitales fueron destruidos por bombardeos y centenares de médicos fallecieron en la guerra contra el Estado Islámico.

Además, el hecho de que los terroristas del EI no se preocupen por las condiciones sanitarias en los territorios bajo su dominio, provocó el brote de leishmaniosis.

Los efectos de la enfermedad varían desde úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta formas fatales, provocadas por inflamación grave del hígado y del bazo. La leishmaniosis se transmite a los humano a través de la picadura mosquitos pertenecientes a los géneros Phlebotomus.

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Entre los años 2000 y 2012 se reportaron solo seis casos de la enfermedad en el Líbano. Pero solo en 2013 se registraron 1.033 casos, un 96% de los cuales afectaron a los desplazados sirios, informa Ministerio de Salud del Líbano.

Waleed Al-Salem, uno de los autores del estudio correspondiente, realizado por la Escuela para las Enfermedades Tropicales de Liverpool, comentó en la entrevista para ‘Daily Mail’ que “la situación es muy grave. La enfermedad se extendió por Siria rápidamente, pero también alcanzó Irak, Líbano, Turquía y el sur de Europa”.

A fin de que nosotros, los primogénitos del Eterno, llenemos nuestros corazones de confianza, conviene recordar que cuando sus discípulos le pidieron a Yeshúa una señal de “la conclusión del sistema de cosas imperante”, él les respondió: “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en un lugar tras otro pestes” (Mateo 24:3; Lucas 21:7, 10, 11). Años más tarde, el apóstol Juan predijo que, durante el tiempo del fin, habría “plaga mortífera” (Revelación 6:8).

Entiendo por lo que las Sagradas Escrituras revelan que debemos estar atentos a las profecías que están cobrando vida, ¡entre ellas la representada por un ominoso jinete en un caballo amarillo! Pero, por  sobre todo esto, debo decirles que el futuro no tiene que ser sombrío para ustedes, mis queridos lectores. Por el contrario, si cada uno de ustedes se esfuerza por conocer al Eterno Dios y aprende a confiar plenamente en él, según lo que revela Su Instrucción (Torah) le espera un futuro prometedor.

Leishmaniasis

AUTOESTIMA: Tu Espejo y el Espejo de los Otros

«Tus manos me hicieron y me formaron; dame entendimiento para que aprenda tus mandamientos».
Salmo 119:73

Hablaba con una especialista en salud psíquica y me comentaba que uno de los problemas sicológicos más importantes en el mundo es la gran cantidad de personas con baja autoestima, situación que provoca padecer inseguridad, nerviosismo, torpeza o preocupaciones exageradas. Entonces me agregó el dato que las estadísticas de esto la engrosan las mujeres y su autoestima.

En mis servicio de coaching a los largo de estos últimos veinte años he comprendido que para una mujer, vivir una etapa de baja autoestima no es nada sencillo. Por ello es que siempre le recomiendo a mis discípulas que deben fomentar la actitud positiva llenas de promesas divinas, para poder salir de sus problemas y cumplir sus metas plenamente.
En medio de mis reflexiones respecto a este tema me encontré con el VIDEO que comparto aquí y considero oportuno para despertar conciencia en cada una de las mujeres que se acerca diariamente a esta región de la web.
En el VIDEO verán a un hombre que dibuja   a algunas mujeres a partir de las descripciones que ellas mismas le dan sobre su cuerpo. Luego, él vuelve a dibujar pero con las descripciones que le da otra persona que conversó con alguna de ellas mientras esperaba.
Notarán que cuando  se describen a sí mismas son muy duras y críticas, pero cuando las describen las personas con las que estuvieron conversando por un rato todo cambia.

De todo esto solamente me queda decirte que cuando aprendas a aceptarte, valorarte y respetarte como te lo mereces, vas a empezar a amarte.