Ética del Padre

Los Barandales de la Felicidad

Por P.A. David Nesher

 

 

“Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu casa, si de él cayere alguno.”

 

(Deuteronomio/Devarim 22: 8)

 

Cuando los hebreos entraron a la Terra Prometida, comenzaron a poseer terrenos que ellos no habían comprado, ciudades que ellos no habían construido y casas que ellos no habían edificado. Josué (Yehoshúa) los introdujo en Canaán y les señaló los límites que cada una de las tribus deberían tener. Conquistaron a los pueblos que ahí estaban, y entonces los príncipes de cada una de las tribus distribuyeron la tierra por familias; así encontramos a los hebreos habitando ciudades y casas que ellos no conocían, que ellos no habían construido. Como ellos siempre habían vivido en tiendas en el desierto no sabían lo que era vivir en una casa propia, pero cuanto debió ser su entusiasmo cuando entraron a la tierra y Josué les dijo a los príncipes de cada tribu “distribuyan a las familias” y las familias tuvieron su propia casa, su propia vivienda. Los hebreos celebraron en sus mentes y corazones ese llegar a la Tierra Prometida, comenzaron a comer del producto de la tierra, del producto de los animales y empezaron una nueva vida aprovechando de ella los momentos de confort y esparcimiento que les brindaba.

En Canaán tenían la costumbre de usar los techos de las casas como terrazas. Esto era debido el clima tan cálido, y especialmente por el fresco de la tarde y de la noche que permitía un buen relax y un reparador descanso. Mucha parte de su vida la llevaban en el terrado. Era un gusto placentero de ellos. Era una costumbre confortable de ellos. Por ello, este mandamiento no les quita esa costumbre, sino que les concede esa práctica revelando que Yahvéh se complace en nuestras costumbres placenteras de recreación, esparcimiento y relajación.

Sin embargo, el Eterno ordenaba que se hiciera un barandal o pretil (hebreo: maaké) para el techo, para que las personas fueran protegidas de caer. Aquí hay un mandamiento que primordialmente habla a favor de la protección de la vida humana. De aquí se sacan muchas aplicaciones. No habla solamente de una casa, sino de tomar todo el tiempo medidas para proteger al ser humano en todos los aspectos. El Eterno tiene interés en la manera en que los seres humanos construyen sus casas. Quiere que su casa sea dedicada a Él, y quiere que esa casa sea un lugar seguro.

Como vemos este mitzvá (mandamiento) deja establecido lo importante que es para cualquier institución (desde la familia al estado mismo) priorizar las normas de higiene y seguridad: poner vallas y señales de tráfico en las carreteras, tapar los agujeros de los enchufes para que los niños no metan los dedos allí, etc. Fallar en construir de una manera segura traería culpa (responsabilidad) sobre el dueño o constructor de la casa. Eran responsables por la seguridad de aquellos que usarían el hogar.

Ahora bien, si bien en la aliyá (ascensión) de hoy se habla específicamente de construir una casa asegurándose de colocar seguridad en ella como cobertura, hay un significado más profundo para aquellos que nos gusta sumergirnos en las profundidades de los códigos de la Torah.

Cuando la Torah dice: “cuando edifiques casa nueva“ está enseñando aquí que ellos iban a tener nuevas oportunidades, nuevos deseos, nuevos comienzos en su nueva vida y deberían tener cuidado y precaución de aquellas nuevas oportunidades que llegarían ofreciéndoles mayor dicha y confort.

Los pretiles, se refería a unos parapetos, de hecho, la palabra maaké en el hebreo quiere decir “parapeto”, “pretil” o “barandal”. Es muy importante para la seguridad del alma humana la existencia de un muro (pretil) alrededor del terrado. Así como debía de haber barandales en los techos por el bien de la seguridad de los hogares de los israelitas de la misma forma, un hebreo, cada vez que se le presenta una oportunidad de mejor calidad de vida, debe asegurarse de colocar barandales espirituales para la protección del propósito eterno de Dios para él y su familia.

Cuando el Eterno refiere a las nuevas etapas o oportunidades de nuestra vida para progresar, debemos asegurarnos de que el dominio propio vaya activo en nuestra mente y corazón. Recorremos que terrado (terraza) simboliza a las costumbres de esparcimiento o relax que nosotros tenemos como familia. Entonces maaké (pretiles, barandas) simbolizan los límites que debemos poner a nuestra vida para no extralimitarnos en orgullo y desenfreno a causa de dichas costumbres. Nuestro Abba quiere que aceptemos que en las nuevas oportunidades que nos da la vida y en la celebración de nuestras costumbres debemos poner normas, límites, marcas claras para nosotros y nuestra familia. “Desde aquí para allá no puedes pasar, ni de allá te puedes meter para acá”.

Muchas personas, con referencia al pecado que despiertan la recreación, se acercan demasiado a la orilla y se caen. ¡Entonces es demasiado tarde! Necesitamos tener “barandales” protegiéndonos de la orilla. Tales barandales no solo nos protegerán a nosotros, sino a otros también.

Hoy en día, muchas iglesias cristianas evangélicas se dividen. Muchas denominaciones cristianas están viendo a sus muchachos irse al mundo, sus matrimonios destruirse por falta de pretiles. Por no atreverse sus líderes a establecer normas. Muchos padres de familia pretenden que sus hijos entren en razón por sí mismos. Quieren que sus muchachos alcancen una buena consciencia por sí mismos. Esperan que sus muchachos tengan criterio propio. Sin embargo, la Torah dice “…harás pretil a tu terrado”. Es decir, que son los constructores de la casa, es decir los padres (Salmo 127: 1) quienes deben poner los claros lineamientos que definan la ética o mentalidad familiar (techo/terraza). Con dichas normas de convivencias establecidas a la Luz de la Instrucción divina, dirán a sus hijos “de aquí para adelante no pasas, no te acerques ahí”. Porque si alguno se cae, Yahvéh te hará responsable, cargando la culpa de sangre sobre tu casa.

El Eterno dice: “harás pretil a tu terrado“. ¡No es un consejo, es una orden!

¿Cómo están los pretiles en tu casa? ¿Cómo están los pretiles en tu vida personal? ¿Cómo están los pretiles en sus diversiones? ¿Cómo están los pretiles en tu manera de vivir? ¿Nuestros hijos hacen lo que quieren? ¿Crecen cómo quieren o tienen pretiles muy claros? ¿Proteges a tus hijos de las cosas de este mundo? ¿Tus hijos salen sin tú saber a dónde van?

Estamos en el mes de Elul. Es un lapso que permite la apertura de nuevas oportunidades. Pero recuerda que es un requisito para poder disfrutar de esta energía, hacer una auditoria personal y familiar. Es fundamental practicar teshuvá a fin de que nuestro nuevo tiempo no tenga castigo divino.

¡Qué bueno que tienes un nuevo trabajo! ¡Qué maravilloso que tienes un nuevo negocio! ¡Qué alegría que tienes una nueva oportunidad en tu vida! Pero, recuerda el mandamiento, harás pretil a tu terrado. Si no pones baranda a tu terrado, el sistema reptiliano hará contigo lo que le dé la gana. “Echarás culpa de sangre sobre tu casa“.

Meditando en esto, los invito a rezar en unánimes esta oración:

Abba nuestro, santificado sea tu Nombre.

Queremos clamar a ti por la manifestación de tu misericordia en nuestra familia, nuestros jóvenes y niños.

Reconocemos que tenemos barandales que arreglar y por ello te pedimos sabiduría de lo alto para edificar con los pretiles de tu bendita Instrucción (Torah).

Toma control de nuestras familias, y danos la fortaleza para hacer lo que nos ordenas.

Te lo pedimos en Yeshúa HaMashiaj. Amén.

El Poder Transformador de la Torah

Por P.A. David Nesher

“ Estas palabras Yahvéh habló a toda vuestra asamblea en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de las densas tinieblas con una gran voz que no cesó. Y las escribió en dos tablas de piedra y me las dio.”

(Deuteronomio 5:22)

Al venir a las Sagradas Escrituras, notamos que aquello que desde la dogmática cristiana se conoce como los Diez Mandamientos están repetidos en la Torah. La primera mención está en la Parashá Yitró y la segunda en la Parashá Vaetjanán.

Ahora bien, si tomamos en cuenta que Vaetjanán está ubicada en el libro de Devarim (Deuteronomio), el quinto volumen de la Torah (el cual contiene los discursos de Moshé que recapitulan muchos sucesos anteriores) está claro que estos «Diez Mandamientos» merecían ser enumerados de nuevo. Cabe mencionar que la Torah relata que las Tablas sobre las cuales estaban escritos los Diez Mandamientos fueron destrozadas por Moshé cuando presenció la danza frenética de nuestros antepasados alrededor de un becerro de oro, hecho descrito en este texto semanal.

Por lo antedicho, Moshé tuvo que permanecer nuevamente cuarenta días y cuarenta noches en el Sinaí para recibir un segundo conjunto de Tablas con el texto escrito de los «Diez Mandamientos». De tal manera que la repetición de este texto en Vaetjanán simboliza las dos ediciones de las Tablas.

¿Existe alguna diferencia entre ellas? Bien, desde un asunto de codificación los sabios han interpretado que la primera versión de los Diez Mandamientos no fueron escritos en tabletas de piedra planas, sino en unas figuras en forma de cubos. En cambio, el segundo set hecho por Moisés fue en dos tablas de piedra planas.

Pero, lo más importante es que entre ambos sete se alcanza a apreciar un cambio textual importante: la razón de observar el Shabat. Las primeras Tablas fundamentan el cumplimiento de este día en la Creación del universo, mientras que las segundas aducen que el motivo escondido en esto es el éxodo de Egipto. Meir Simhah Feldblum, profesor de Yeshivá University, concluye que la diferencia de las Tablas refleja un cambio de actitud que recién se consolidará dentro del seno del pueblo durante la época de Mordekai (Mardoqueo) y Ester, cuando el pueblo reafirmó su compromiso con el cumplimiento de las leyes de la Torah, a pesar de que sus antepasados ya lo habían hecho en el monte Sinaí. Esta vez, el pueblo optó por la Instrucción después de largas y arduas experiencias, pero especialmente porque se había desarrollado una Torah paralela: Torah Shebealpé, (la Torah oral), que explica con abundancia de detalles el texto de la Torah escrita e inspira a la halajáh que se necesita para no salir de la senda lumínica que marca cada mitzvot. Esto será el sentido ontológico de la fiesta del Purim.

Las primeras Tablas fueron recibidas por un pueblo que recientemente había salido de la esclavitud y que no estaba preparado para ejercer la libertad, condición que puede aterrorizar a la mente esclavizada, que ha sido magistralmente analizada por Erich Fromm en su libro «Miedo a la Libertad» (que recomiendo). Incluso nuestros jajamim sostuvieron que el pueblo aceptó el cumplimiento de los Diez Mandamientos bajo coerción divina.

Lo cierto es que Moshé al reunir al pueblo recuenta la Torah ante la cual se comprometieron los que estaban presentes y a sus generaciones venideras. Moshé continúa su discurso pedagógico recordando capítulos de la historia reciente de Israel. También vuelve a dictar y clarificar muchos de los mandamientos que Dios ya había establecido para Su Pueblo. Por esto, el sefer (libro) Devarim es conocido también como “Mishné Torá”, que significa “la repetición de la Enseñanza”, o Deuteronomio (repetición de la ley) como se le llamó más tarde en griego al realizarse la traducción de La Septuaginta (o Versión de Los Setenta). Como ya lo he explicado muchas veces, el texto hebreo no habla de Diez Mandamientos (término dogmático del cristianismo), sino de «Diez Palabras» (gr. Decálogo traducción del hebro «Aserete HaDibrot«).

Este Decálogo es la mejor terapia que el Eterno ofrecía para que Israel lograra alcanzar sus objetivos de manera íntegra. Por ello, Moshé en esta ocasión pondrá el énfasis sobre el estudio y la transmisión de los conocimientos de sus códigos de Luz para asegurar la indispensable transmisión de valores a las generaciones futuras.

El Decálogo es sustancialmente igual al relato que encontramos en Éxodo 20, salvo en el precepto de la observancia del sábado (Shabat).

Había cinco frases en cada tabla de piedra. Las cinco primeras frases hablan de la relación entre el Eterno y el hombre y las cinco últimas hablan de la relación entre los hombres entre sí. Cabe aquí señalar, que la relación entre los hijos y los padres es un reflejo de la relación que hay entre el Eterno y los hombres y por eso esta palabra está en la primera tabla.

De acuerdo con la enseñanza de Yeshúa, existe un mandamiento que resume las cinco palabras de la primera tabla: “Amarás al Eterno tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu posibilidad”, (Deuteronomio 6:5). Esto deja en evidencia que el amor al Eterno se expresa en la obediencia a los mandamientos, (5:10).

También, Yeshúa enseñó que hay un mandamiento que resume las cinco palabras de la segunda tabla: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, (Levítico 19:18).

Este es el amor perfecto en el cual se capacitaban los discípulos de las primeras comunidades. Ellos aprendían a enfocarse en la praxis cotidiana de un amor que vibra y actúa en dos planos existenciales, por lo que se lo conoce también como el amor gemelo [Invito a cotejar esto leyendo el evangelio de Mateo 22: 34-40].

Un dato curioso y lleno de enseñanza para destacar es el hecho de que en la primera tabla hay muchas más palabras que en la segunda, por lo que sus letras deben haber sido mucho más chicas que las de la otra. Esto, lo hizo Yahvéh a propósito para que las mitzvot (mandamientos) entre el ser humano y su prójimo sean más fácilmente advertibles que las mitzvot entre el hombre y Dios. La causa es que el yétzer hará (inclinación al mal) del ser humano es mayor en el área entre el hombre y su prójimo. De este modo el Eterno reveló que quería que la gente se enfocara más en las mitzvot entre el hombre y su prójimo porque requieren un mayor esfuerzo para superar el yétzer hará.

Moshé remarcó, al repetir la Torah, el hecho de que estas Diez Palabras o Diez Sentencias forman la Constitución que debe regular la vida individual y colectiva de la nación Israel, una vez establecida en la Tierra Prometida. Es el camino marcado por Yahvéh para establecer una vida de paz, de prosperidad, de entendimiento, de concordia, con los pueblos extranjeros, con los hermanos y consigo mismo.

Con esto la nueva generación comprendió que la Torah no está proponiendo una religión, ni una conducta ritual. Sino que su propuesta radica en un plan de vida integral, de perfeccionamiento, de crecimiento, de armonía bajo la sabia y amorosa guía que el Eterno nos brinda con su Instrucción.

Pensemos por un momento: si todas las personas cumplieran con los mandamientos que les corresponden, ¿no estaríamos ya viviendo en un verdadero paraíso terrenal? Porque la mayor parte de las cosas desagradables que nos suceden no son causadas por la naturaleza, ni por accidentes imprevisibles. Realmente, los daños que nos sobrevienen son casi siempre debido a la intervención del hombre, ya sea porque actúa erróneamente o porque está incumpliendo con algunas de sus responsabilidades, al dejarse guiar por su iétzer hará (inclinación al mal).

¿Habías considerado este punto anteriormente? ¿Hasta dónde llega nuestra responsabilidad en lo que nos sucede, como individuos y como comunidad?

Te dejo meditando. Nos encontraremos en otra bitácora.

Shalom!

Jóvenes y Necrofilia

Por Moisés Franco

En Juan 11:26 Yeshúa (Jesús en hebreo) dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá”. Ahora bien, ¿cómo puede “creer” en alguien un muerto? En Efesios 2:1 el Espíritu Santo nos dice que no hace falta dejar de respirar para estar en muerte, sino que: “en otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados”.

En Juan 3:16 el Mesías nos dice que: “Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna”. Eso quiere decir que el elemento fundamental para tener vida verdadera, la que va más allá de sólo respirar es creer en Yeshúa (Jesús). Pero hay muchos que creen en él y de igual modo están muertos espiritualmente (un ejemplo de esto es que las cárceles están llenas de creyentes, todas).

El Espíritu a través del apóstol Pablo nos da la clave en Gálatas 2.20: “He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí”.

Es decir, que solamente se puede decir que se está vivo si hemos decidido ya no vivir a nuestra manera sino dejar que Cristo, nos gobierne (por eso dice “ya no vivo yo”).

Todas las demás personas, aunque sean solidarias y simpáticas, están muertas, aunque crean en Cristo e incluso vayan a una iglesia.

Sobre gustos sí hay algo escrito.

Habiendo entendido lo anterior, pasamos a explicar el título de este artículo. La necrofilia es definida por la RAE como:

Perversión sexual de quien trata de obtener el placer erótico con cadáveres.

Es decir que, lo creas o no, hay gente que obtiene un placer sexual en contacto con cadáveres humanos. Si llevamos esto al plano espiritual, cuando nos sentimos atraídos emocional y sexualmente por una persona que no ha nacido de nuevo en el Mesías, estamos practicando necrofilia espiritual.

Es duro pero simple ( y verdadero). Si en verdad has conocido la vida eterna dejando que Yeshúa ha Mashía (Jesús el Cristo) sea tu dueño y muriendo al pecado; entonces has vivido y por lo tanto no debería atraerte lo muerto.

La necrofilia física puede producir infecciones graves en el practicante, que incluso pueden llevarlo a…(adivinen), la muerte, obvio. ¿Y qué creen que pasará en lo espiritual?

2 Corintios 6:14 dice: “No se asocien íntimamente con los que son incrédulos. ¿Cómo puede la justicia asociarse con la maldad? ¿Cómo puede la luz vivir con las tinieblas?” (NTV).

A todos nos ha pasado de sentir una atracción por alguien que no está en Cristo, eso no es malo, somos seres humanos y los deseos sexuales son un regalo del Eterno. El tema, es cuando damos rienda suelta a un deseo permitiéndonos ir contra la instrucción de nuestro Papá. Allí, pecamos y como dice Romanos 6:23: “la paga del pecado es la muerte”. 

¿Qué hago si ya me gusta un muertito/a?

Bueno, si has meditado en lo antes expuesto y te has dado cuenta de tu pecado y no sólo eso, sino que estás dispuesto a rectificarte; ¡felicidades! has hecho teshuvá (arrepentimiento que busca transformar positivamente).

La respuesta concreta a la pregunta varía en cuánto has avanzado hacia el o la muertito/a. Si es sólo algo que se te ha pasado por la cabeza pero no has involucrado aún a la otra persona, entonces te aconsejo meditar en:

  • «Con Cristo, ustedes fueron resucitados de la muerte, por eso busquen las cosas del cielo, donde él está sentado a la derecha de Dios. Concéntrense en las cosas celestiales y no en las terrenales” Col 3:1-2
  • 2 Cor. 10:4-5 “Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo”.

 

Es decir, sujeta tus pensamientos al gobierno de Cristo.

En caso de que hayas avanzado en una relación más profunda, lo primero que te recomiendo es que además de meditar en lo anterior, te definas si vas decidir vivir para Cristo o para el sistema. Las dos no se puede, ya que a los tibios el Eterno los vomita de su boca.

Si decides por la vida, proclámale el evangelio del reino a esa persona y llévala a que se defina, si ella se determina por la muerte; tu decisión…bueno, creo que se sobreentiende qué deberías hacer.

En todos los casos, intercede por las personas que te rodean, ya sea que sientas algo positivo por ellas o no, y proclama el evangelio a toda criatura (Mt. 28:18-20).

Y en cuanto a tus relaciones sentimentales, recuerda aplicar a diario Mateo 6:33: “Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas” (DHH). Vos encárgate de cumplir con Su propósito en tu vida, tu cónyuge, el correcto será añadido.

 

 

El Colegio Americano de Pediatras y la Ideología de Género

El Colegio Americano de Pediatras, encabezado por su presidenta, Michelle A. Cretella; su vicepresidente, Quentin Van Meter y con el apoyo de Paul McHugh, antiguo jefe de Psiquiatría del Hospital Clínico John Hopkins, ha realizado un estudio en el que se abordan los peligros de la transexualidad y de la ideología de género, haciendo especial hincapié en la transexualidad infantil.

 

El estudio final será publicado a finales de verano, sin embargo, los doctores han adelantado 8 de los puntos fundamentales en los que se basa el estudio. Bajo el título “La ideología de género perjudica a los niños”, el Colegio Americano de Pediatras desmonta, paso a paso, la transexualidad infantil, condenando la normalización de la transexualidad en los colegios y en política como si fuera algo bueno y saludable.

 

Este estudio se basa puramente en datos científicos y biológicos, dejando claro desde el principio del informe que las ideologías no caben en un documento científico. En este documento, se insta a los educadores y a los políticos a rechazar las políticas de adoctrinamiento que pretenden que los niños abracen de forma natural y saludable el cambio de sexo químico y quirúrgico.

 

A continuación, reproducimos la traducción íntegra del documento y los ocho puntos fundamentales que trata este estudio titulado ‘La Ideología de Género perjudica a los ninos‘:

 

La ideología de género perjudica a los niños.

1. La sexualidad humana es un rasgo binario, biológico y objetivo. Los genes ‘XY’ y XX son marcadores genéticos de la salud, no marcadores genéticos de un trastorno. Lo normal en el diseño genético humano es ser concebido macho o hembra. La sexualidad humana está diseñada de manera binaria con la intención evidente de la reproducción y multiplicidad de nuestra especie. Este principio es evidente por sí solo.

 

Los trastornos del desarrollo de la sexualidad (DSD) y su desviaciones, incluyendo la feminización testicular y la hiperplasia suprarrenal congénita, son médicamente identificables en la norma binaria sexual y es por ello por lo que se reconocen como trastornos del diseño humano.

 

2. Nadie nace con género. Todo ser humano nace con sexo biológico. El de género (la toma de conciencia y el sentirse masculino o femenino) es un concepto sociológico y psicológico, no una objetividad biológica. Nadie nace con la conciencia de sí mismo como hombre o mujer. Esta toma de conciencia se desarrolla con el tiempo y, como todos los procesos del desarrollo, puede ser descarrilado por las percepciones subjetivas de la infancia; las relaciones; y las experiencias negativas ocurridas desde la infancia. Las personas que se identifican con “la sensación de pertenecer al sexo opuesto” o “en algún punto intermedio”, no forman un tercer grupo sexual, siguen siendo hombres o mujeres biológicos.

 

3. La creencia de una persona de pertenecer o no a un determinado sexo es, en el mejor de los casos, un pensamiento confuso. Cuando un niño y una niña, biológicamente sanos, creen que son lo contrario a su sexo biológico, se produce un problema psicológico, no físico y, por tanto, debe ser tratado como tal. Estos niños sufren disforia de género. La disforia de género (GD) está reconocida como un trastorno mental en la reciente edición del Manual de Diagnósticos y Estadísticas de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-V).

 

4. La pubertad no es una enfermedad, pero el bloqueo de las hormonas de la pubescencia puede ser muy peligroso. Bloquear este tipo de hormonas durante la pubertad induce un estado de enfermedad, es decir, provoca la ausencia de pubertad, inhibiendo el crecimiento y la fertilidad de un nino que, antes del proceso, era biológicamente sano.

5. Según el DSM-V, mencionado previamente, el 98% de los varones y el 86% de las mujeres que durante la infancia confunden su género, finalmente aceptan su sexo biológico tras pasar por la pubertad.

 

6. Los niños que utilizan bloqueadores de la pubertad para realizar un cambio de sexo, necesitarán hormonas del sexo opuesto durante una adolescencia tardía. La utilización de las hormonas sexuales como la testosterona  y los estrógenos del sexo opuesto conllevan riesgos peligrosos para la salud. La ingesta de hormonas puede provocar presión arterial disparada; coágulos de sangre; accidentes cerebrovasculares y cáncer.

 

7. Las tasas de suicidio son veinte veces mayores en los adultos que usan hormonas del sexo opuesto y/o se someten a una cirugía de cambio de sexo. Incluso en Suecia, que es uno de los países más a favor de la inclusión y normalización de la ideología de género, los suicidios se disparan. ¿Qué persona, compasiva y razonable, desearía condenar a niños pequeños a semejante destino, sabiendo que después de la pubertad, hasta el 88% de las niñas y el 98% de los niños con dudas sobre su género aceptan su realidad física y consigue un estado de bienestar físico y mental?

 

8. Condicionar la educación de los niños haciéndoles creer que la suplantación del sexo biológico mediante cirugías y productos químicos es algo normal y saludable es abuso infantil. Endosar la ideología de género de forma generalizada y a través de la educación pública y de los políticos confundirá tanto a niños como a padres, lo que provoca que cada vez más niños acudan a las “clínicas de género” para recibir medicamentos químicos que bloquean las hormonas pubescentes.

 

Muchos niños elegirán una vida llena de hormonas cancerígenas y de productos químicos tóxicos nada recomendables para la saluda y muchos de ellos elegirán la mutilación quirúrgica, innecesaria, de partes de su cuerpo perfectamente sanas en su juventud.

 

 

 

Bitácoras Relacionadas:

La Familia frente a la Multiparentalidad Gay

El Poder de Cumplir con lo que se Promete.

Por P.A. David Nesher

«Entonces Moisés habló a los jefes de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que el SEÑOR ha ordenado. Si un hombre hace un voto al SEÑOR, o hace un juramento para imponerse una obligación, no faltará a su palabra; hará conforme a todo lo que salga de su boca.»

(Números 30:1-2)

En los días que transitamos es sorprendente la manera tan fácil y natural con que los seres humanos asumen sus promesas, como si la vida fuera un juego en el que puedes prometer cualquiera cosa, sin saber siquiera si están en condiciones de afrontarla en el futuro, y por ende, sin importar si podrán cumplirlas o no. Total, hoy nadie demanda a cumplir nada, y si alguien se atreviera a hacerlo, qué importancia tiene.

Hay pocas cosas peores que una persona que hace promesas de forma constante y no las cumple, bien sea porque no puede o simplemente no quiere. Van de pacto en pacto creando expectativas y causando decepción cuando fallan en satisfacerlas, sin siquiera medir o conocer (al menos en muchos casos) el impacto de lo que están haciendo.

Por todo esto, no sé qué es peor, si dar la palabra y romperla o nunca darla. Lo cierto es que, hoy vivimos en sociedades en la que ambas cosas son frecuentes, e insisto, a nadie le importa. En todo esto, es la palabra “compromiso” la que se ha convertido en una palabra desagradable que puede destruir una relación o dividir una sociedad de negocios. Hoy en día, el compromiso, no sólo se evita, sino que también se rompe con facilidad. Los matrimonios, una vez instituciones sagradas, se han vuelto desechables, y romper los acuerdos verbales es ahora una costumbre.

¡Muy lejos han quedado los día de nuestros abuelos en que honrar una promesa, era poco menos que verte con un compromiso de vida o muerte!

Necesitamos entender que nuestra palabra es nuestro único bien con valor. Las cosas materiales son circunstanciales y un día podemos encontrarnos sin ellas.No deberíamos conferirles más valor del que tengan para permitirnos sobrellevar nuestra vida. Por el contrario, nuestra palabra y nuestros actos, nos acaban definiendo como personas a largo plazo.

Por eso, en la parashá (porción) de estudio de esta semana, denominada Matot (que significa «tribus«), nos encontramos con un gran discurso disertando acerca de la importancia y el poder de cumplir las promesas.

La Torah destaca a los líderes (jefes) en relación con el cumplimiento de las promesas. Esto nos enseña en primer lugar que un jefe o líder (desde una familia, hasta una nación) tiene mucha más responsabilidad para cumplir sus promesas que aquellos a los que preside. Esto se debe al hecho de que él, o ella, representa a YHVH ante los suyos. En consecuencia, si un líder no cumple con sus promesas, el colectivo que preside tendrá una imagen equivocada del Eterno que le ha puesto como Su representante. Desde esto, debemos inferir también que desde la cosmovisión yahvista toda sociedad tiene que ser fundada sobre fidelidad, especialmente entre los líderes que la ministran.

Desde estas pautas divinas queda bien claro que un líder político que fluye en promesas durante una campaña electoral y luego, al ser elegido, no cumple con ellas, profana el nombre de YHVH, y propicia juicios sobre su persona y los colectivos que preside. Sin embargo, y pese a que está bien claro en las Sagradas Escrituras, en el occidente cristiano actual es costumbre de todos los gobiernos prometer mucho y cumplir poco (o nada). A esos «señores» sería bueno anunciarles que la actitud de no cumplir las promesas es más grave de lo que parece y/o piensan. No cumplir con lo que se promete tiene que ver con el honor de YHVH y la armonía de las esferas celestiales.

Como lo di a entender más arriba, este principio es prioritariamente válido para los padres de una familia. Los dos, papá y mamá, deben aceptar que al dar una promesa a los hijos es muy importante cumplirla para que así ellos conozcan la fidelidad de YHVH a través del ejemplo de los padres.

Por eso, cuando son los padres los que se convierten en infractores comunes de las promesas que les hacen a sus hijos (especialmente cuando son pequeños), el escenario, sin duda alguna, se agrava de manera esencial. Y es que en estos casos, la confianza en papá o mamá, y en los adultos en general, se rompe, pues los niños aprenden a esperar lo que se les garantiza.

De acuerdo con los profesionales de la salud psíquica, en niños y adolescentes, las promesas que no les cumplen pueden, incluso, afectarles la autoestima, pues pueden llegar a pensar que sus padres no los quieren lo suficiente como para hacer valer su palabra. De ese modo, las promesas incumplidas quitan la autoridad como padres. Hacen que se pierda la credibilidad que los hijos tienen en sus progenitores, generándose entonces mucha desilusión, que suscita desconfianza en los seres humanos todos, en el ambiente y hasta en la Divinidad.

Por favor padres, entiendan que la imagen que ustedes proyectan sobre sus hijos es la que los hijos aplican sobre el Eterno. Los hijos siempre piensan que YHVH es como sus padres. Por esto es muy importante que los padres cumplan sus promesas a los hijos y no cambien su palabra. Si alguna vez es necesario cambiar la palabra dada a los hijos hay que pedirles perdón para que ellos entiendan que ese comportamiento no es correcto y así no van a pensar que YHVH quiebra sus promesas.

Siendo más amplios y globales en este estudio, agregaré que este texto también implica que un ser humano es responsable para cumplir su palabra ante las autoridades y que, en ciertos momentos, las autoridades tienen la posibilidad de anular las promesas que hayan sido hechas por el pueblo.

Entonces, aceptémoslo: hacer y mantener nuestros compromisos da a los demás confianza en nosotros, pero lo más importante, da confianza en uno mismo. Esto nos permite crecer más allá de nuestras limitaciones actuales, y nos ayuda a navegar a través de las tentaciones y otros peligros espirituales. Mientras muchas personas erróneamente piensan que hacer un compromiso los restringirá y evitará que hagan otras cosas, la verdad es todo lo contrario. Sólo cuando podemos dar nuestra palabra y mantenerla, es que tenemos la capacidad para movernos y crecer de forma progresiva.

Matrimonio, hijos, carrera, espiritualidad (lo que sea) todos requieren que seamos capaces de dar nuestra palabra y cumplirla. Cuanto más mantenemos nuestra palabra, más poderosa se vuelve.

El pueblo del Eterno está llamado a mantener su palabra (compromiso), aunque esto no quiere decir que vamos a cumplir con algo que sabemos no se puede. Nunca debes estar en una situación en la que has dejado de cumplir a alguien porque prometiste algo que sabías de antemano que no podías cumplir. Yeshúa advirtió en contra del juramento (en el sentido de hacer votos o promesas que no podremos cumplir) cuando dijo:

«Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.”

(Mateo 5:37)

Pero, si se trata de la promesa de pagar a alguien, mantener un secreto que se nos ha confiado o realizar algún tipo de trabajo (tarea) entonces debemos cumplir con el compromiso.

Nuestra palabra (compromiso) debería ser suficiente. Si sentimos que debemos fortalecerla con un juramento, algo anda mal con nuestra sinceridad, y especialmente con nuestra ética.

Yahvéh enseñó a los israelitas que al hacer un voto con Él, no debían arrepentirse de su promesa aun si esta resultaba más costosa de lo que esperaban. El Eterno toma seriamente nuestras promesas. Si usted hizo un voto (compromiso) de dar, donar, y/o hacer algo para el Señor y repentinamente surgen imprevistos, su fiel mayordomía será costosa. Sin embargo, Yahvéh espera que usted cumpla con su promesa, aun cuando le sea difícil.

En algunas ocasiones queremos comprometernos con el Eterno en forma parcial. Pero el compromiso y la obediencia al Señor no son negociables. Cuando se tiene que obedecer a Dios, la mitad de la obediencia no servirá de nada.

Tal vez pensamos que esto no traerá consecuencia sobre nosotros porque no vemos que nada nos suceda. Pero un día daremos cuenta de todo lo que hablemos y prometamos. El Señor dice:

“Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.

(Mateo 12:36-37

¿Sabías que al hacer una promesa o un pacto con Yahvéh quedamos ligados por las palabras de nuestra boca y que debemos cumplirla? Su Palabra dice:

“Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y has quedado preso en los dichos de tus labios».

(Proverbios 6:2)

Hacer una promesa a Yahvéh es como una atadura porque después de prometerle algo a Él te has comprometido y has ligado tu alma a las palabras que has hablado.

Aceptar una responsabilidad significa llevarla a cabo con determinación y valor, a pesar del sacrificio personal.

Estemos atentos para que nuestra fe en Yeshúa no esté basada solamente en ciertos rituales, sino en prometerle nuestro amor y manifestarlo con obras concretas para transformar nuestro mundo todos los días.

Por eso, mi amado discípulo del Mesías, te pido que seas muy cuidadoso en cumplir lo que has prometido. De esa manera serás como Yahvéh y honrarás Su Nombre entre los hombres.

Piénsalo la próxima vez que estés tentado a prometer… ¿estás dispuesto a cumplir esta promesa pase lo que pase?

La Sexualidad Tiene Instrucción (Torah) Divina

P.A. David Nesher

«Habló Yahvéh a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Yahvéh vuestro Dios. No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos. Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Yahvéh vuestro Dios. Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Yahvéh».

(Vayikrá/Levítico 18: 1- 5)

Antes de que el Eterno diera un simple mandamiento en esta área, primero Él establece un fundamento para todo el asunto. Cuando leemos que dice: “ Yo soy Yahvéh vuestro Dios ”, Él está declarando un principio: “Me pertenecen, no harán como el mundo hace”.

Un conocido historiador cuenta: “Los persas, por ejemplo, animaban uniones maritales con madres, hijas y hermanas, en base de que dichas relaciones tenían un mérito especial delante de los ojos de los dioses.” (Harrison)

Tristemente, los denominados cristianos evangélicos de hoy en día a menudo toman el estándar de su conducta sexual de parte del sistema reptiliano que lo rodea, y no del Señor y Su Instrucción (Torah). Claramente los cristianos, si en verdad siguieran el yugo de Yeshúa, debieran de ser diferente del mundo en su moralidad sexual, y deberían de seguir el estándar yahveísta para la práctica de la sexualidad. En las comunidades primitivas, un argumento para la veracidad del Camino ofrecida por los discípulos era: “Puedes saber que es verdad al ver a nuestras vidas encarnándolo.” En cambio, hoy, el mundo cristiano dice: “Por favor, no me mires a mí, mira a Jesús. No sigas a hombre, sigue a Cristo”.

 

En la cosmovisión revelada en Vayikrá (Levítico) las relaciones sexuales sólo están permitidas entre un varón y una mujer que han entrado en un pacto o alianza de amor, llamado matrimonio. La misma debe estar registrada ante las autoridades competentes, y puede llevarse a la práctica durante los días cuando la mujer no está impura por su periodo mensual. En estos lineamientos celestiales el pacto matrimonial no está permitido entre familiares cercanos.

Leemos:

«Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez. Yo Yahvéh. La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su desnudez. La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre. La desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera, su desnudez no descubrirás«

(Vayikrá/Levítico 18: 6- 9)

“Descubrir su desnudez” es la frase (utilizada 17 veces en este capítulo) que en hebreo es un eufemismo* para las relaciones sexuales. Tiene menos que ver con desnudez (especialmente desnudez casual). Por el contrario, se la usa aplicad sí o sí al sexo indebido. El término de descubrir su desnudez es lo suficiente amplio para incluir la idea de actividades inapropiadas que sean menores al acto sexual. Es decir que también está incluyendo el molestar o acosar sexualmente, hasta el manoseo inapropiado.

En estos versículos, el sexo entre padres e hijos, padres e hijastros, y entre hermanos (de nacimiento o matrimonio) queda totalmente condenado ante el Trono del Eterno.

De manera significativa, el sexo entre las personas con dichas relaciones está condenado aún si son adultos . Estos no son simplemente mandatos en contra de relaciones entre niños y adultos. Por ejemplo, es pecado el que un hombre tenga sexo con su madrastra, aún si son ambos adultos; o está mal el que un hombre tenga sexo con su hermana adoptiva, aún si son adultos y lo consienten. De igual modo, es pecado que un yerno o una nuera se acueste con su suegra (suegro) aunque haya consentimiento de ambas partes.

En esas instancias, en nuestros días, la ciencia ha demostrado que donde los padres son hermanos, o donde la relación es entre padre e hijo, los descendientes resultantes tienen un 30% de mayor riesgo de algún retardo o algún otro defecto serio.

Por medio de estos mandamientos, el Eterno dejaba en claro que la sexualidad está enmarcada en propósito solamente cuando ocurre en el marco del matrimonio. Entonces, la Torah revela que el matrimonio, como una institución social, es tenido a través de las Sagradas Escrituras como la piedra angular de todas las demás estructuras de una sociedad perfecta, y, por tanto, su pureza e integridad deben ser protegidas en todo momento.

La expresión “ la desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre ” deja bien establecido que la desnudez de un marido o mujer le pertenece a su cónyuge, y a nadie más. El cónyuge legal es aquel a quien el Eterno permite que pueda estar desnudo y sin vergüenza, en el sentido de que se restaure algo de lo que la maldición se llevó allá en (Génesis 2:25).

Por último, aplicando estos conceptos yahveístas a nuestros días, nos damos cuenta que la pornografía está prohibida para todos.
Esto concuerda con la enseñanza del Mesías que dice:

“Habéis oído que se dijo: «NO COMETERAS ADULTERIO.» Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón. Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de pecar, córtala y échala de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo vaya al infierno.”

(Mateo 5:27-30)

Cuando nuestro Maestro dice “ habéis oído que se dijo ” no está citando la Torah en sí, sino la interpretación que los maestros del halajá (conjunto de dogmas y de creencias judías) habían hecho, para justificar algunos casos que a ellos y sus discípulos les convenían. Luego, de decir esto, da su propia interpretación de lo que la Torah enseña, según había recibido de su Padre.

El que ignora o rechaza el contexto judío de aquel puede interpretar las palabras de Yeshúa como diciendo que vino para cambiar la Torah. Pero sabemos que esto no puede ser porque en el mismo capítulo dijo que no vino a cambiar nada (Mat. 5:17-19). Lo que vino a hacer era explicar lo que la Torah enseña, lo que había en el corazón del Eterno cuando dictó las palabras a Moshé, en el Monte Sinaí.

El contexto de esta lección de hoy concuerda bien con las palabras del Maestro, que no sólo está prohibido acostarse con una mujer que no es tu esposa, sino también mirarla con deseo egoísta y obsesivo .

Anhelo e intercedo para que el Eterno nos ayude a mantener nuestros ojos y nuestros cuerpos limpios de impureza moral para poder ser presentados sin mancha ante el Mesías cuando venga.

¿Qué vino bebían Jesús y los apóstoles al llegar Pesaj?

 

“ Después tomó la copa, dio gracias, y se la ofreció diciéndoles:
—Beban de ella todos ustedes. Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados. Les digo que no beberé de este fruto de la vid desde ahora en adelante, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.”

Mateo 26:27-29

 

Intentando hacer una síntesis histórica del vino,  diré que la producción más antigua del mismo data del  año 4.000 a.C., en el sur de la actual Armenia (certificada por hallazgos arqueológicos en la prestigiosa Journal of Archaeological Science). En estos mismos documentos, se ha descubierto, que por la misma época, la vinificación también estaba presente en la que hoy es Jerusalén. Los viticultores plantaron vides a lo largo de laderas rocosas y tallaron cubas en la roca para servir como prensas de vino.

Fue el imperio Romano propagó fuertemente el cultivo de la vid, plantándola en toda la extensión de su territorio. Obviamente, no contaban con las técnicas de vinificación actuales, como ser las fermentaciones a temperaturas controladas, levaduras especiales, dominio de la maceración, etc. Es por esto que una de las características de los vinos resultantes, era su alta graduación alcohólica. La solución a este problema era rebajarlo con agua en proporciones dependientes de cada vino, costumbre que provenía de la antigua Grecia.

El vino tinto se ha usado en medicina por miles de años. Hipócrates, nuestro pionero de la medicina, usaba vino alrededor del año 400 a.C. para tratar problemas de dolor de cabeza, cambios de estado de animo e irregularidades cardíacas. También se usaba para la digestión, el sueño y como tonificante nervioso.

Platón dijo alguna vez: “Nada más excelente ni más valioso que el vino le concedió Dios a la humanidad.

Cabe aclarar que a los romanos el vino que más les gustaba era el blanco, motivo por el cual muchos tintos se clarificaban con agregados como el polvo de mármol, la clara de huevo, o la tiza, para bajar también su acidez. Y el blanco dulce, en particular, era el preferido de la alta sociedad.

 

 

Al estudiar las Sagradas Escrituras, entendemos que en los libros del Antiguo Testamento, el vino es símbolo de alegría, bienestar, y curación. En las regiones de la Palestina preferían el vino tinto. Es más, en la Biblia, siempre que se nombra el vino, es tinto. En esas zonas plantaban vides tanto en la llanura, como en las laderas de las montañas, donde solían crear “terrazas” artificiales. Allí, también existía la práctica de agregar a los vinos ya terminados agua, miel, hierbas o especias. Y además un método muy particular: una vez cosechadas, algunas uvas se dejaban expuestas a la acción de humo caliente, lo cual según los historiadores de la época le daba al vino un típico sabor ahumado. El jugo de uva se guardaba en odres o en pieles de cabra, y tras su fermentación, solo los mejores vinos, puros y sin aditamentos, se depositaban en tinajas durante algún período para que se tornen más fáciles de beber por la acción del tiempo. Ese vino en su estado más puro, el mejor resultante de la fermentación, con un breve periodo de añejamiento, era el utilizado para las celebraciones religiosas.

Sin embargo, en las regiones de Canaán y el Oriente Medio se prefería el vino tinto. Es más, en las Sagradas Escrituras, siempre que se nombra el vino, el tal es tinto.

La gente de Jerusalén prefirió los vinos ricos y concentrados. El consumo de vino era una práctica común en ese momento.

El vino era fuerte y frecuentemente mezclado con especias, frutas y especialmente resina de árbol, ya que los viticultores creían que la mirra, el incienso y el terebinto preservaban el vino y evitaban su deterioro.

En Israel existía la práctica de agregar a los vinos ya terminados agua, miel, hierbas o especias. Y además un método muy particular: una vez cosechadas, algunas uvas se dejaban expuestas a la acción de humo caliente, lo cual según los historiadores de la época le daba al vino un típico sabor ahumado. El jugo de uva se guardaba en odres o en pieles de cabra, y tras su fermentación, solo los mejores vinos, puros y sin aditamentos, se depositaban en tinajas durante algún período para que se tornen más fáciles de beber por la acción del tiempo. Ese vino en su estado más puro, el mejor resultante de la fermentación, con un breve periodo de añejamiento, era el utilizado para las celebraciones del Eterno, según detallan algunos historiadores de la época citados por el sommelier Diego Di Giacomo, en algunos de sus artículos sobre el tema.

Al ir a la vida del Mesías, y analizar sus relato notamos que la vida de Yeshúa está regada por vino.

Hacer vino fue justamente el primer milagro del Maestro. Así es como se relata en el pasaje de las “Bodas de Canaán” donde la bebida se acaba a la mitad de la fiesta (tercer o cuarto día de una semana de boda) y, ante el descorazonamiento de los presentes, Yeshúa pidió le trajeran tinajas con agua a las que convirtió en vino. Luego mandó al maestresala a que las repartiera al público. Al catarlo, el sommelier, exaltó al “excelente vino” producto del milagro acaecido (Juan 2: 1- 12).  Cabe aquí que les cuente que la palabra griega oinos, que se traduce “vino” en el Nuevo Testamento, sencillamente significa vino, a pesar de los intentos hermenéuticos de muchos santurrones religiosos. Los griegos tenían una palabra distinta para el jugo de uva. La International Standard Bible Encyclopedia sugiere que en los tiempos del Nuevo Testamento, el vino  existía en forma fermentada, afirmando lo siguiente: “El jugo de uva sin fermentar es algo muy difícil de conservar sin la ayuda de las precauciones antisépticas modernas, y su preservación en las condiciones cálidas y no demasiado higiénicas de la antigua Palestina era imposible (p.3086).” Si Jesús accedió a convertir agua en vino para disfrute de todos los invitados de las bodas de Caná, es lógico interpretar que él no estaba en contra del consumo de vino. En una fiesta hebrea el vino era esencial, si Jesús asistió a las bodas de Caná, entonces aprobaba la práctica de festejarlo con comida y bebida.

Por otro lado, Yeshúa utilizó el vino para ilustrar su enseñanza acudiendo a esta sustancia como ilustración al hablar de “vino nuevo” y “odres nuevos” para recalcar la necesidad de cambiar la perspectiva de la Torah (Mateo 9:16-17). Es de suma importancia entender el contexto enológico de esta pedagogía mesiánica: la manera en que se hacía el vino en ese tiempo. Las uvas se cosechaban de las viñas y luego se ponían en un tanque grande (lagar), donde eran pisoteadas con los pies descalzos. (Isaías 63:3). El jugo que salía de las uvas caía en tanques más pequeños, donde se fermentaba aproximadamente seis semanas. Luego se colocaba el jugo en odres de piel de cobra o en cántaros. El vino nuevo no se ponía en odres viejos precisamente a su capacidad de fermentarse; el vino nuevo se sometía a la mayor cantidad de fermentación y era probable que los gases liberados como parte del proceso rompieran las costuras o debilitarían áreas de un odre antiguo.

Conocemos que Jesús levantó una copa de vino en la última cena de Pesaj y dijo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre…” (1 Corintios 11:25) No existe referencia alguna de que este vino no estuviera fermentado. ¿Tomó Jesús de esta copa? La respuesta es sí: “Tomando la copa y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed…” (Mateo 26:27 RVR1960).

Jesús dijo que bebía vino con una conciencia limpia y tranquila. Respondió a las críticas de los fariseos y defensores de la ley que lo rechazaban de esta manera: “Porque Juan el Bautista ayunaba y no bebía vino, ustedes decían que tenía un demonio. Luego vine yo, el Hijo del hombre, que como y bebo, y ustedes dicen que soy un glotón y un borracho;” Lucas 7:33-34 TLA.

Sabemos que el apóstol Pablo aconsejó a su hijo ministerial Timoteo que tomara un poco de vino como medicina (1 Timoteo 5: 23), pero condenó fuertemente la embriaguez (Romanos 13:13). El New Bible Dictionary da el siguiente resumen de la enseñanza neotestamentaria sobre el uso de las bebidas alcohólicas: “Para resumir, entonces, se puede decir que aunque no se condena el vino catalogándolo de inútil, trae a las manos de los hombres pecadores tales peligros de perder el control que incluso aquellos que se consideran fuertes serían sabios si se abstuvieran, si no por su propio bien por el bien de los hermanos más débiles (Romanos 14:21)».

La Dra. Meredith Warren, profesora de Estudios Bíblicos y Religiosos en la Universidad de Sheffield y es Subdirectora de SIIBS ha estado investigando al respecto. Los principales intereses de la investigación de Meredith radican en las interacciones culturales y teológicas entre las religiones del antiguo Mediterráneo, y especialmente en las metáforas de la comida y el sentido del gusto. Para la Dra. Meredith, Jesús en la cena litúrgica del Pesaj habría añadido agua al vino, tal y como era la costumbre, por la influencia griega que mencioné arriba.

En el Talmud (obra que contiene las tradiciones orales del judaísmo desde aproximadamente el 200 a.C. hasta el 200 d.C), hay varios escritos en los cuales se habla de la mezcla de agua y vino. Un escrito (Shabbath 77a) afirma que el vino que no tiene tres partes de agua no es vino. La mezcla normal se dice que consiste en dos partes de agua por una de vino. En una referencia de mucha importancia (Pesahim 108b) se afirma que las cuatro copas que todo judío debía tomar durante el ritual de la Pascua tenían que mezclarse en una proporción de tres partes de agua por una de vino. De ahí podemos concluir con cierto grado de certidumbre que el fruto de la vid usado en la institución de la Cena del Señor era una mezcla de tres partes de agua y una de vino. En otra referencia judía de alrededor del año 60 a.C. leemos: “Es perjudicial tomar vino solamente, o, reiteramos, tomar agua solamente, mientras que el vino mezclado con agua es dulce y delicioso, y hace que lo disfrutemos más” (2Macabeos 15:39).

El Dr. Patrick McGovern, director científico del Proyecto de Arqueología Biomolecular para la Cocina, Bebidas Fermentadas y Salud, en el Museo de la Universidad de Pensilvania, añade que el vino probado por Jesús habría sido similar al moderno Amarone, un vino tinto italiano hecho de uvas que habían sido secadas antes de la fermentación. Es básicamente un vino hecho de pasas.

Por favor, comprendamos con criterio este tema, lo que las Sagradas Escrituras condenan firmemente es el abuso y no el uso de alcohol. Por ende, el vino puede usarse a menudo como aperitivo, pero no en exceso. En la mentalidad hebrea usar vino no significa abusar de él. Por ello, es absolutamente claro que nuestro amado Mesías nunca fue borracho, más bien es nuestro ejemplo a seguir para disfrutar o participar con prudencia, santidad y dominio propio si algún momento nosotros deseamos participar de alguna mesa donde haya abundancia de comida, tomando en cuenta otros factores bíblicos que veremos más adelante. Jesús participó en banquetes pero nunca fue glotón, tomó vino pero nunca llegó ni siquiera cerca de embriagarse. Él nunca pecó (Heb. 4:15), y por eso,  siempre será nuestro más excelso ejemplo de conducta que se sujeta al Yugo de la Instrucción (Torah) divina.

 

“El vino es la más saludable e higiénica de las bebidas.”

(Louis Pasteur)

 

¿Sabes conectarte eficazmente con los demás?

Por P.A. David Nesher

Cada uno de ustedes, tanto como yo, sabe que la vida humana se sostiene sobre las relaciones interpersonales que desarrollamos. La razón  de esto es que el Eterno, nuestra Fuente, nos diseñó como seres gregarios y. por ende colocó en nuestras almas la tendencia de necesitarnos unos de otros.

Desde que nos levantamos hasta que nos vamos a dormir, nos relacionamos con los demás. Todo hemos notada que a aquella persona que sabe relacionarse de manera sana con los demás, seguramente triunfará en la vida. Muy por el contrario, aquellos que viven en guerra con quienes los rodean, verán seguramente la gran mayoría de sus proyectos en el piso, donde se muerde el polvo del fracaso. Llevarse bien con las demás personas es ciertamente un prerrequisito para la felicidad y la seguridad, ya que toda la humanidad es interdependiente.

Las Sagradas Escrituras dejan bien claro que para avanzar precisamos contar con una extensa red de conexiones. Por eso, es tan importante llevarnos bien con los demás.

Todos, en nuestros diario vivir, conocemos a un ser humano conflictivo. Es ese alguien que allí donde va solo lleva problemas. Pero, seguramente, también conocemos a alguien con quien nos agrada pasar tiempo porque sabe cómo relacionarse exitosamente. Pero no solo es importante llevarnos bien con los demás, también es necesario llevarnos bien con nosotros mismos, es decir ser capaces de manejar nuestro mundo emocional privado. ¿Cómo te llevas con tus propias emociones?

Comparto cuatro actitudes que podemos poner en práctica para mejorar nuestras relaciones interpersonales:

 

• Elogiar a los demás

¿Cómo nos sentimos cuando nos critican? Mal. ¿Cómo nos sentimos cuando nos elogian? Bien. Dar una palabra de validación hace que empaticemos y conectemos con los demás. Por supuesto el elogio tiene que ser sincero. No tiene sentido elogiar a alguien solo para caerle bien o para conseguir algo de esa persona.

El Eterno, nuestro Dios, no anda a la caza de nuestros errores; si así fuera, ninguno podría “estar de pie” delante de él» (Salmo 130:3). Por el contrario, en su trato para con nosotros, Él es como el minero que remueve pacientemente montones de rocas en busca de piedras preciosas y, cuando encuentra una, se llena de felicidad. Claro, el valor de la piedra en bruto puede parecer insignificante; pero el minero sabe cuánto puede llegar a valer. Del mismo modo, cuando Dios ahonda en nuestro corazón, lo hace con el fin de buscar cualidades preciosas, no errores; y cuando las halla, se siente muy feliz. Él sabe que una vez talladas y pulidas pueden producir algo muy valioso: un fiel y devoto siervo suyo.

Aprendamos del ejemplo de nuestro Abba. Cuando miremos a los demás, en vez de centrarnos en sus defectos (como es la tendencia natural de los seres humanos de hoy), veámoslos como los ve Yahvéh y busquemos sus virtudes (Salmo 103:8-11, 17, 18). Y, una vez que las hallemos, elogiémoslos. ¿Cuál será el resultado? Nuestras palabras ciertamente los reanimarán y los motivarán a esforzarse aún más por hacer lo que es bueno. Nosotros, por nuestra parte, experimentaremos la dicha que produce el dar (Hechos 20:35).
Formarse el hábito de expresar una virtud ajena nos permite construir “conexiones de oro”. Tristemente muchos están acostumbrados a escuchar solamente sus puntos débiles, ya sea en el ámbito familiar, escolar o laboral. Por eso, resulta tan poderoso destacar los puntos fuertes que todos tenemos.

 

En este mundo ingrato en que vivimos, todos necesitamos sentirnos amados y apreciados. Cuando prodigamos elogios francos, fortalecemos a nuestros semejantes y les elevamos el ánimo. Las alabanzas sinceras les darán motivo para seguir dando lo mejor de sí (Proverbios 31:28, 29).

Las Sagradas Escrituras exhortan a los discípulos de Yeshúa:

… y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras,…” (Hebreos 10:24).

El mundo sería distinto si toda la gente se interesara en los demás, buscara sus buenas cualidades y alabara sus buenas acciones. No cabe duda de que los elogios tienen un gran poder.

 

• Ser optimista

El famoso primer ministro británico Wiston Churchill dijo alguna vez:

«Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad» 

El optimista no niega la realidad que ve pero sabe que el lugar donde se encuentra hoy no es su destino; cree en un mañana mejor. ¿Por qué? Porque se conoce a sí mismo y es consciente de que en su interior hay un potencial ilimitado que lo conducirá al cumplimiento de sus sueños.

El sabio rey Salomón, conociendo el poder que tiene una mente optimista, nos legó un proverbio dice:

“No hay mejor medicina que tener pensamientos alegres. Cuando se pierde el ánimo, todo el cuerpo se enferma.”

(Proverbios 17:22, Traducción en lenguaje actual [TLA]).

Es decir, la clave está en la actitud mental positiva. Puede ser la diferencia entre alcanzar una meta o rendirse; también determinará si un problema grave saca a relucir lo mejor o lo peor de uno.

Seguramente que te encontrarás diariamente con gente que no estará jamás de acuerdo con esta forma de ver la vida. Tal vez ellos te tiente con pensamientos como:

  • ¿Para qué voy a fingir que todo está bien?”.
  • Por muy optimista que sea, mis problemas seguirán ahí”.
  • Prefiero ser realista”.

Seguramente estos pensamientos pueden parecer muy razonables, por lo que muchos individuos los sostendrán y defenderán, pero les puedo asegurar que ser positivo tiene muchas (por no decir todas) las ventajas.

Actualmente estamos rodeados de mucho pesimismo, razón por la cual ser optimistas puede abrirnos puertas, permitirnos conectar eficazmente y, sobre todo, transformar cualquier ambiente negativo. Todos necesitamos palabras de aliento que nos impulsen a no tirar la toalla y seguir adelante; y los optimistas poseen esos dichos tan deseados por las masas.

«Si en el día de la aflicción te desanimas,
muy limitada es tu fortaleza».

(Proverbios 24: 10)

¿Qué significa? Que el pesimismo siempre robará la energía que todo ser humano necesita para mejorar su situación.

Aquellos que somos verdaderos creyentes en Yahvéh, debes aceptar que nuestra posición como hijos de Dios en El Mesías, nos hace merecedores de un optimismo insuperable. Para cada hijo del Eterno no hay opción en el pesimismo. La Santa Escritura dice: «A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien» (Romanos 8:28). Y es que en Mashiaj cada uno de nosotros es «una nueva criatura» (2 Corintios 5:17), e «hijo de Dios» (Juan 1:12). «Estamos sentado en lugares celestiales con él» (Efesios 2:6), somos «luz del mundo» (Mateo 5:14), «embajadores de Cristo» (2 Corintios 5:20),  y «nada puede separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro» (Romanos 8:39).

¿Cómo podríamos ser pesimistas si recordáramos esto siempre?

• Escuchar a los otros

Todos los seres humanos necesitamos que alguien nos escuche con atención. Muchas veces nos olvidamos de esto y, cuando nos encontramos con alguien, en lugar de llevar a cabo una escucha activa, solo estamos a la espera de un mínimo espacio para introducir una palabra, una opinión o un consejo. Necesitamos hablar menos y estar abiertos y dispuestos a escucharnos más.

Recordamos que el Eterno nos diseñó seres gregario, que necesitan para convivir en unidad un instrumento divino poderosísimo: el diálogo.

El diálogo derriba los muros de las divisiones y de las incomprensiones, crea puentes de comunicación y no consiente que nadie se aísle, cerrándose en su pequeño mundo. Pero es necesario que aceptemos que no dialogamos cuando no escuchamos suficiente o tendemos a interrumpir al otro para demostrar tener razón. El verdadero diálogo necesita de momentos de silencio en los damos entender a nuestro prójimo que lo acogemos como un don extraordinario de la presencia de Dios, que se llama «herman@».

Escuchar con sabiduría es construir puentes de humanidad para quien sufre el aislamiento, el abandono y la soledad. Saber escuchar pacientemente puede significar una obra de las misericordia de Dios en el corazón del otro. Hará que las personas sean mejores, más humanas, y que se aproximen más a la verdad. Saber escuchar es una manera humilde y simple de amar.

 

• Ser expresivo

Aquí necesito preguntarle a cada uno: ¿Eres una persona expresiva?

Los expertos aseguran que un discurso, solamente el 7 % es el contenido del mensaje, y el resto del mismo quedará distribuido entre los gestos corporales y la voz.  Por esto, debemos asumir que tanto nuestro cuerpo, el tono de tu voz, nuestros gestos y aún lo que callamos puede emitir un mensaje. Todos ellos están interrelacionados ya que interactúan unos con otros, no se pueden separar sin graves consecuencias.

Para conectar con otros, ese mensaje tiene que ser de aprobación y no de condena.

Nuestra forma de expresarnos puede ser una fuente de optimismo o de desánimo.

Los 10 Pasos para convertir un Niño en un Delincuente (Decálogo para Padres de Emilio Calatayud)

Todo el sistema de cosas reptiliano a confabulado a través de sus ciencias sociales contra el verdadero rol educativo de los padres. Hoy, la autoridad no es apreciada como un valor inherente en la misión de la paternidad. Por el contrario, la función de establecer normas y poner límites a sido desechada por tantos padres que el denominador común en la mayoría de los hogares occidentales es la presencia de hijos rebeldes y contumaces.

Encontré en mis archivos un «Decálogo para Padres» escrito por Emilio Calatayud, juez de menores en Granada (España). En este documento el especialista ha pautado los diez puntos que en su experiencia ha captado son los que conducen a un niño a convertirse en un joven que genera problemas a la sociedad.

Se ha hecho bastante popular probablemente porque todos conocemos a niños que parecen estar educados con estos criterios y seguro que muchos padres, aunque no lo reconozcan, se han sentido identificados con alguno de los comportamientos que se describen en el.
Me ha parecido muy oportuno compartírselos a fin de que reflexionando en este material logren practicar una paternidad con responsabilidad y estilo celestial.

1. Denle todo cuanto desee, así crecerá convencido de que el mundo entero le debe todo.

2. Celebren a carcajadas todas sus groserías, tonterías y salidas de tono: así crecerá convencido de que es muy gracioso y no entenderá cuando en el colegio le llamen la atención por los mismos hechos.

3. Recojan todo lo que vaya dejando tirado: así crecerá pensando que todo el mundo está a su servicio; su madre la primera.

4. Nunca le digan que lo que hace está mal: podría adquirir complejos de culpabilidad y vivir frustrado. Primero creerá que le tienen manía y más tarde se convencerá de que la culpa es de la sociedad.

5. Que todos sus deseos estén satisfechos al instante: comer, beber, divertirse,…¡De otro modo podría acabar siendo un frustrado!

6. Dejenlo ver y leer todo: limpiad con detergente, que desinfecta, la vajilla en la que come, pero dejad que su espíritu se recree con cualquier porquería. Pronto dejará de tener criterio recto.

7. Padre y madre, discutan delante de él, así se irá acostumbrando. Y cuando la familia esté ya destrozada lo encontrará de lo más normal, no se dará ni cuenta.

8. Denle todo el dinero que quiera: así crecerá pensando que para disponer de dinero no hace falta trabajar, basta con pedir.

9. No le deis ninguna formación espiritual: ¡ya la escogerá él cuando sea mayor!

10. Denle siempre la razón: son los profesores, la gente, las leyes… Quienes la tienen tomada con él.

Oración Yavhista por los hijos

YAHVÉH,

Abba mío, 

Fuente de toda vida, 

te pido que protejas a mis hijos de todo mal.

Te pido que sean sanos en sus cuerpos y en sus mentes,

poseedores de buenas cualidades morales,

estudiosos de la Torah por si mismos.

Clamo a Ti, para que mis hijos sean amados en el cielo

y agradables en la Tierra.

Pido para que tengan sentidos físicos sanos para servirte,

y discernimiento espiritual para adorarte como tú quieres.
Clamo para que los salves del mal de ojo,

de la inclinación mala

y de cualquier tipo de calamidad.

Te ruego que les concedas una vida larga y buena con cosas buenas y agradables.

Pido que derrames tu Sabiduría sobre ellos. 

Permite que sean sabios para rodearse de personas y amigos que los guíen hacia Tu propósito eterno.
Que así sea, que la expresión de mi boca y lamentación de mi corazón sean aceptables delante de Ti,
Oh Eterno mi Roca y mi Redentor.
Amén.

DIFERENCIAS que marcan la DIFERENCIA.

Cierta vez leí por ahí que «los deseos primarios de toda persona son ganar más dinero, progresar y ser felices. Una forma efectiva de lograr estos anhelos es siendo ricos«. Meditando en esto entendí que así como hay personas pobres y personas ricas, existen países pobres y países ricos.

Analizando profundamente las razones de esta clasificación comprendí que la diferencia entre los países pobres y los ricos no es la antigüedad del país. Esto queda perfectamente demostrado con casos de países como India y Egipto, que tienen miles de años de antigüedad y son pobres. En cambio, Australia y Nueva Zelanda, que hace poco mas de 150 años era casi desconocidos son, sin embargo, hoy, países desarrollados y ricos.

La diferencia entre países pobres y ricos tampoco son los recursos naturales con que cuentan, como es el caso de Japón que tiene un territorio muy pequeño y el 80% es montañoso y no apto para la agricultura y ganadería; sin embargo, es la segunda potencia económica mundial, pues su territorio es como una inmensa fábrica flotante que recibe materiales de todo el mundo y los exporta transformados, a todo el mundo, logrando su riqueza.

Por otro lado, tenemos una Suiza sin océano, pero tiene una de las flotas navieras mas grande del mundo; No tiene cacao, pero tiene el mejor chocolate del mundo; en sus pocos kilómetros cuadrados, pastorea y cultiva solo cuatro meses al año ya que el resto es invierno, pero tiene los productos lácteos de mejor calidad de toda Europa. Al igual que Japón, no tiene recursos naturales, pero da y exporta servicios, con calidad muy difícilmente superable. Es un país pequeño que ha vendido una imagen de seguridad, orden y trabajo, que lo han convertido en la caja fuerte del Mundo.

Tampoco la inteligencia de las personas es la diferencia, como lo demuestran estudiantes de países pobres que emigran a los países ricos y logran resultados excelentes en su educación. Otro ejemplo son los ejecutivos de países ricos que visitan nuestras fabricas y al hablar con ellos nos damos cuenta de que no hay diferencia intelectual.

Y tampoco es raza la que marca la diferencia, pues en los países Centro Europeos o Nórdicos vemos cómo los llamados vagos del Sur demuestran ser la fuerza productiva de estos países, y no así en sus propios países donde nunca supieron someterse a lasreglas básicas que hacen a un país Grande.

La ACTITUD de las personas es la DIFERENCIA.

Al estudiar la conducta de las personas en los países ricos se descubre que la mayor parte de la población sigue las siguientes reglas y acuérdense que el orden podría ser discutido sanamente:

  1. La Moral como principio básico
  2. El Orden y la Limpieza
  3. La Honradez
  4. La Puntualidad
  5. La Responsabilidad
  6. El Deseo de superación
  7. El Respeto a la ley y los reglamentos
  8. El Respeto por el derecho de los demás
  9. Su Amor al trabajo
  10. Su Afán por el ahorro y la inversión

¿Necesitamos más leyes? No, seria suficiente con cumplir y hacer cumplir estas 10 simples reglas. En nuestros países y en el resto de los países pobres, solo una mínima (casi nula) parte de la población sigue estas reglas en su vida diaria. No somos pobres porque a nuestro país le falten riquezas naturales, o porque la naturaleza haya sido cruel con nosotros; simplemente, nos falta carácter para cumplir estas premisas básicas de funcionamiento de las sociedades.

Bitácora relacionada y recomendada:

Las Costumbres que Siembran Pobreza Mental

 

Murió la Persona que Te Bloqueaba

Cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la recepción un enorme letrero en el que estaba escrito:

«Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de usted en ésta empresa. 
«Está invitado al velorio, en el área de deportes».

Al comienzo, todos se entristecieron por la muerte de uno de sus compañeros, pero después comenzaron a sentir curiosidad por saber quién era el que estaba impidiendo el crecimiento de sus compañeros y la empresa.

La agitación en el área deportiva era tan grande que fue necesario llamar a los de seguridad para organizar la fila en el velorio.

Conforme las personas iban acercándose al ataúd, la excitación aumentaba ¿Quién será que estaba impidiendo mi progreso? ¡Qué bueno que el infeliz murió!

Uno a uno, los empleados agitados se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y tragaban seco.

Se quedaban unos minutos en el más absoluto silencio, como si les hubieran tocado lo más profundo del alma.

Pues bien, en el fondo del ataúd había un espejo.

Cada uno se veía a sí mismo, con el siguiente letrero: «Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento: ¡TU MISMO«! Tú eres la única persona que puede hacer una revolución en tu vida.

Tú eres la única persona que puede perjudicar tu vida, y tú eres la única persona que se puede ayudar a si mismo.

Tu vida no cambia cuando cambia tu jefe, cuando tus amigos cambian, cuando tus padres cambian, cuando tu pareja cambia.

Tu vida cambia, cuando tú cambias, eres el único (la única) responsable por ella.

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«El mundo es como un espejo, que devuelve a cada persona, el reflejo de sus propios pensamientos…La manera como tu encaras la vida es lo que hace la diferencia«.

¡Nunca Te Detengas!

Siempre ten presente que: la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco,

los días se convierten en años;

pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad.

Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.

 
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
 
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
 
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
 
Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo.
 
No vivas de fotos amarillas.
 
Sigue aunque todos esperen que abandones.
 
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
 
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
 
Cuando por los años no puedas correr, trota.
 
Cuando no puedas trotar, camina.
 
Cuando no puedas caminar, usa el bastón…
 
¡Pero NUNCA te detengas!
 Teresa de Calcuta

¿Por qué orar en Binomio Matrimonial?

Soy un convencido que para tener siempre la recompensa del Eterno Dios, desde sus bendiciones, todo matrimonio necesita desarrollar una vida de oración.

Jesús insistió en la necesidad de la oración, pues las dificultades de un hogar no son solamente de orden natural, sino también espiritual.

Yahvéh creó el matrimonio con propósito. Ese propósito fue el de reflejar Su Gloria en la Tierra. El enemigo de la familia no quiere que se refleje esa gloria. Por lo tanto, no te engañes, el demonio, nuestro adversario, detesta a la familia, y en forma muy particular, el matrimonio, porque son diseños claves de Dios para bendecir a la Creación toda. Así que, nuestro matrimonio necesita estar armado de la gracia de Dios para vencer sus emboscadas y maldades. Pues contra Dios y su gracia él nada puede. Nuestro Señor Jesús aseguró que “era necesario orar siempre sin desanimarse” (Lc 18:1); “Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil” (Mt 26:41); “Pedid y se os dará” (Mt 7:7).

La oración es para la familia lo que un techo es para la casa; protege a los que están adentro, de los enemigos y las adversidades de la vida. Aún cuando orar juntos como pareja para muchos es una experiencia desafiante e incomoda, experimentaremos mucha bendición al hacer de ésta una práctica en nuestro matrimonio (Mateo 18:19).

Es por eso que cuando detectamos que algo está sucediendo con nuestro cónyuge, cuando algo amenaza la unidad matrimonial, cuando la rutina nos acecha, o las finanzas no andan bien, cuando no hay intimidad placentera o el egoísmo prima, cuando hay asomos de violencia, una queja, altibajos emocionales o simplemente sentimos que algo pasa pero que no identificamos: es necesario orar.

Sin oración, ninguno de nosotros queda de pie espiritualmente y nadie logra hacer la voluntad del Eterno Dios. La razón es muy clara: “porque separados de mí no podéis hacer nada” (Jn 15:5). Jesús dejó claro: este “nada” indica que, por nosotros mismos, no conseguiremos hacer el bien y, peor aún, evitar el mal. San Pablo insistió: “pero es el mismo Dios que obra en todos” (1 Co 12:6).

Cuando el Señor manda: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis” (Mt 7:7), en el fondo, Él desea que reconozcamos que sólo Él es el autor de nuestros bienes y que, por lo tanto, debemos sólo recurrir a Él.

El amado apóstol Pablo expresó todo eso en pocas palabras: “Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros” (1Ts 5:16-18).

La oración es el reconocimiento de nuestros límites y de nuestra dependencia: venimos de Dios, somos de Dios y retornamos a Dios. Por ello cuando oramos, y más aún cuando lo hacemos en pareja, nuestra unión matrimonial se fortalece y nuestra fe se acrecienta cuando tienes al Todopoderoso como centro de tu vida y le expresas tus alegrías, tristezas, triunfos, fracasos, ideales y realidades.

La oración es uno de los dones más misteriosos y maravillosos que el Eterno Dios, nuestro Abba, nos ha dado. Es nuestra línea vital de comunicación con el cielo, nuestra oportunidad para expresar directamente nuestras alabanzas y deseos al Creador del universo. Hay un poder en ese hecho que no se puede explicar cabalmente, sin embargo no se puede negar jamás: “La oración del justo es poderosa y eficaz” (Santiago 5:16).

¡Que bendición es para un matrimonio, cuando ambos se ponen de acuerdo para postrarse delante de Dios y presentar sus peticiones, cuando claman para que Dios les renueve el amor conyugal día tras día!
¡Cuánto crecerá espiritualmente una pareja que se une en un mismo sentir y con fe le piden a Dios sabiduría y fortaleza para solucionar sus diferencias y dificultades!
“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. Mantendré abiertos mis ojos, y atentos mis oídos a las oraciones que se eleven en este lugar”.
(2 Crónicas 7:14-15)
Por todo ello tengan en cuenta que cuando la velocidad del diario vivir los haga actuar como seres mecánicos y programados, la oración es la mejor alternativa para aliviar todos los inconvenientes que surgen de la convivencia o de las circunstancias de cada jornada. Seguramente Yahvéh, nuestro Dios, resolverá lo que le han pedido de la manera que considere mejor en su sabiduría.

 

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¡No tengan miedo de ir contracorriente!… (Gen.E.S.)

«Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que esta en los cielos».

Mateo 5:16

Vivimos en un contexto donde los conceptos anti-Torah son los que se imponen, al grado tal de legalizarse y de tener el respaldo de muchos gobiernos.

Es de esperarse que todo seguidor de Yeshúa que se oponga a estas practicas abominables, sera aborrecido y blanco de toda oposición; pero la verdad es que no se puede dejar de obedecer al Eterno Dios aunque los hombres lo impongan…

Entonces…
¿A quien obedeceremos?
¿A Dios o a los hombres?
Al igual que Pedro hemos de decir: «Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5:29).

¡Ustedes jóvenes son los primeros que deben ir contracorriente! ¡Adelante, sean valientes y vayan contracorriente!

Las Costumbres que Siembran Pobreza Mental

Por P.A. David Nesher

 

 

«Serán malditos tu cesta y el lugar donde amasas la harina.
Serán malditos tus hijos y tus cosechas y las crías de tus vacas, de tus ovejas y de todos los animales «.

(Deuteronomio 28: 17)

 

Las Sagradas Escrituras, revelan en este versículo lo que se conoce como MALDICIÓN DE LA POBREZAINSUFICIENCIA FINANCIERA COMPLETA.

 

La experiencia ministerial me ha conducido a notar que las costumbres cotidianas de muchos seres humanos influyen en su estado físico y emocional, programando así pensamientos que terminan marcando un comportamiento. Al final, esto es lo que acaba por definir un estilo de vida. Por estas costumbres, debo decir que lamentablemente la gran mayoría de esos varones y mujeres generan una forma de vida acorde a lo que la Torah enseñan en el versículo arriba citado.

 

Desde ese pasaje, y analizando una serie de costumbres negativas en muchos de las personas a quienes he aconsejado, he encontrado hábitos de los que sería mejor olvidarse y evitar a como dé lugar. Son hábitos que manifiestan costumbres que alimentan una mentalidad llena de pobreza.

 

Los invito a continuación a reflexionar conmigo en aquellos hábitos que considero causan pobreza en nuestras vidas y que por lo tanto urge erradicarlos:

 

1. La costumbre de autocompadecerse

El ex Secretario de Salud, Educación y Asistencia Social en USA,  John  Gardner, fue consultado acerca de la auto-compasión, después de pensar por un instante la respuesta, se refirió a ella así: “La lástima por uno mismo es uno de los narcóticos no farmacéuticos mas destructivos. Es adictiva, da placer en el corto plazo, pero separa a la victima de la realidad”.

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Siempre enseño a mis discípulos que cuando nos autocompadecemos, no nos damos cuenta de que esta actitud es lo que precisamente más nos impide mejorar y buscar soluciones. Se trata de una actitud negativa que aprendimos en la infancia o adolescenciac cuando estábamos realmente indefensos, o cuando imitábamos algún adulto que nos sirvió de modelo en esto de la auto-compasión.

Las raíces de la pobreza tienen su oportunidad de aparición y crecimiento justamente cuando la auto-compasión se expresa y brotan, por y desde ella, las quejas acerca de lo «miserable» de tu vida. No tienes la figura que deseas, no tienes los ingresos que querrías, la educación que recibiste no es la que necesitabas, tu casa no es como la de la revista, el clima de hoy no te agrada, el vendedor en la tienda no te escuchó como debía, y todo, absolutamente todo a tu alrededor puede ser ese «motivo perfecto» para sentir lástima de ti mismo y quejarte de tu mala suerte. De esta manera, la autocompasión nos mantiene atrapados, sin que nos demos cuenta de ello y nos impide avanzar por la vida y disfrutar de la prosperidad que la misma tiene.

He notado que las personas que tienen la costumbre de autocompadecerse van perdiendo la simpatía de quienes los rodean. Y es que claro nadie quiere compadecerse eternamente de alguien así, con una vida llena de malas noticias. Nadie espera nada de un hipocondríaco crónico, se sabe que lo único que puede hacer es gimotear y por eso tampoco es común que se lo invite a nada ni se le tenga en cuenta. Para alguien así es muy difícil entablar relaciones personales que a su vez son muy importantes para forjar una carrera y conseguir un trabajo interesante. Autocompadecerse es la mejor manera de ganarse un sueldo miserable y tener una vida gris.

 

2. Costumbre de ahorrar en todo (tacañería)

Imaginemos a una persona en apariencia normal con empleo e ingresos recurrentes que jamás se va de vacaciones, si no es a casa de amigos y familiares; que apenas enciende la calefacción, incluso en los más crudos meses de invierno; que utiliza su teléfono celular sólo para provocar llamadas perdidas y esperar a que sea el otro quien le llame; que no sale a cenar ni al cine, si no es invitado; que en una hoja de cálculo (a la cual dedica casi una hora diaria) registra hasta los gastos más nimios y compara, mes a mes, si está logrando reducir suTacaño gasto mensual. ¿Estamos ante un tacaño o ante un ahorrador? ¿Cómo saber si la compulsión a no gastar es fruto de una sana decisión o se está rayando en lo maniático?

 

Ahora piensa en ti; si en la tienda siempre vas en busca de la sección de rebajas, si piensas que les pagan más a tus compañeros de trabajo aunque trabajen menos; si nunca le prestas nada a nadie, no dejas ni la más mínima propina a los camareros eso significa que la costumbre de la pobreza ya ha hecho nido en ti. Estos “ahorros” parecieran hacerte la vida feliz, pero en realidad no es así.

Los analistas dicen que intentar economizar en todo está lejos de ser signo de ahorro razonable y por el contrario es un síntoma de que la persona es incapaz de balancear sus gastos y sus ingresos. De hecho estudios realizados sobre este tema apuntan a que este desorden tiene un costo muy gravoso en lo emocional. Se ha comprobado que aquellas personas que escatiman el dinero son más propensas a sufrir estrés y ansiedad que quienes son más generosos. Pero lamentablemente los tacaños no sufren solos, sino que terminan por hacer la vida miserable a quienes los rodean, por ello los que viven cerca de un tacaño suelen llegar a sentir rechazo ya que lidiar día a día con este tipo de actitudes no es para nada fácil, aunque otros podrían aprenderla.

La tacañería como patología tiene su origen en el pasado, tanto psicológico como económico. Se sabe que el pasado económico explica la afición al dinero. Cuando una persona ha sufrido una niñez de privaciones materiales se instalará en su ánimo una tendencia mucho mayor al ahorro y la previsión exagerada que en otra que vivió en un entorno de abundancia.

Nosotros a esta actitud la debemos evitar teniendo en cuenta que la sabiduría de lo alto señala lo peligroso que es convivir con ella:

«Nunca comas con gente tacaña, ni dejes que sus platillos te despierten el apetito.»

(Proverbios 23: 6)

 «El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.»

(Eclesiastés 5:10)

3. Costumbre de medir todo en dinero.

Cuando te pasas por lo menos ocho horas al día en el trabajo, tratando de ganar un ingreso decente para mantener a tu familia, proveer para sus necesidades, y lograr que quede algo para cumplir con algunos deseos, es fácil quedar atrapado en la trampa de creer que el dinero es de lo que se trata la vida.

He notado que sólo las personas en cuyas mentes crece la pobreza piensan que la única manera de ser feliz es tener un salario con gran cantidad de ceros y que no hay lugar para la alegría si no se tiene ropa cara, casa propia y un automóvil de alta gama.

Los sociólogos aseguran que al responder a la pregunta ¿qué necesitas para ser feliz? sólo aquellos con una mentalidad de pobreza empiezan enumerando los bienes materiales, mientras que aquellos con un punto de vista mejor enfocado mencionan el amor y la amistad en primer lugar. Lo interesante es que este último tipo de personas rara vez hablan de cuentas bancarias porque piensan que la riqueza se mide en la capacidad de generar ingresos y tener visión. Una persona verdaderamente exitosa no depende del tamaño de su saco de oro.

Con esta costumbre negativa se concibe el dinero como un arma de poder. Produce codicia. Se intenta comprar el amor y el reconocimiento de los demás con dinero.No se percibe el valor espiritual de la vida ni de las personas. Crea la necesidad de ganar más y más dinero para poder continuar gastándolo y derrochándolo. El estrés se hace inevitable y el vacío

Debes aceptar, y mentalizarte, que el dinero es una gran herramienta que necesitas para proporcionar una buena vida a tu familia.  Pero el dinero no es el principio y el final de la vida. El dinero es simplemente una herramienta que te ayudará a vivir un estilo de vida, pero no a crear la vida.

El dinero no puede comprar la familia, salud, felicidad, fe, paz, propósito, alegría, crecimiento personal, o el amor.

Por eso, la próxima vez que quedes atrapado en la trampa de medir todo en dinero, tómate unos minutos para recordar lo que en la vida es realmente importante. Tus seres queridos se alegrarán de que lo hayas hecho, y tú también. Entonces la pobreza te habrá abandonado.

Terminaré este punto ayudándote con estas dos frases:

“No midas tu riqueza por el dinero que tienes, mídela por aquellas cosas que no cambiarías por dinero”. 

(Paulo Coelho)

«Quienes creen que el dinero lo hace todo terminan haciendo todo por dinero». 

(Voltaire)

4. Costumbre de entrar en pánico cuando el dinero se acaba.

¿Estás pensando en cambiar de trabajo o incluso en empezar tu propio negocio pero te da miedo no encontrar nada, que no funcione bien y quedarte en una especie de “limbo económico

Este es un hábito originado por el hambre y la miseria que pudieron vivir nuestros antepasados (aunque obviamente no es un caso generalizado). Se trata de una paranoia que dice así: «el dinero se acabará y me quedaré sin nada«. Este pensamiento crea la necesidad de ser tacaños; produce miedo a dar y a gastar. No nos permite disfrutar haciéndonos regalos a nosotros mismos.Cada vez que se pagan las facturas se sufren ataques de angustia. Se cree que uno hace daño a la gente cuando le pagan dinero. Se vive con el pensamiento de que no es justo recibir todo el dinero que uno merece.

Me he encontrado con personas que tan sólo con pensar que se puede ser parte de la próxima oleada de despidos, su pulso se acelera y su tensión sube. Eso es justamente un síntoma de una mente programada para la pobreza.

¿Dejarías que el miedo te impidiera tener una nueva y mejor vida a partir de ahora?

¿Y si todo consistiera en dejar de pensar que puedes perder tu dinero de un momento a otro?

Cada vez que te encuentres pensando algo similar, replantéate la situación y piensa con cabeza fría. Nadie te lo va a quitar. Él no se va a ir por su propia cuenta. La verdad que debes aceptar es que el dinero es un fluido que va y viene.

En realidad, todo va a depender del manejo y la administración que le des en determinados instantes. De las decisiones que tomes.

La cuestión entonces se reduce al campo de aprender y refinar la habilidad de tomar decisiones correctas en el ámbito monetario y financiero, más que aumentar las preocupaciones por cuestiones realmente inexistentes.

Plantéate el reto de mejorar cada vez más y de adquirir los conocimientos necesarios para desvanecer ese miedo. Verás cómo cada vez más, podrás aprovechar el potencial ilimitado que te ofrece la vida para vivir en abundancia.

 

5. Costumbre de gastar más de lo que se gana.

 

El que gasta más de lo que gana, el que gasta antes de ganar, ese vive endeudado…ese es pobre. Para el pobre todo es gasto, todo es deudas.

ecodinero

Si trabajas en dos lugares pero aún así no te alcanza el dinero es hora de cambiar algo en tu vida. Si una persona no logra entender en qué se diferencia un crédito de otro lo más probable es que nunca llegue a conocer la estabilidad económica.

Muchas personas gastan más de lo que ganan, en ocasiones por no llevar un registro de gastos, en otras porque simplemente no saben controlarse o porque realmente necesitan lo que gastan. Aunque sea duro, hay que hacer todo lo posible por gastar menos de lo que se gana.

 

 

6. Costumbre de hacer lo que no te gusta.

 

Me encontrado con muchas personas que se aferran a esta expresión de vida: «¿Si no lo hago yo entonces quién lo hará?«, asegurando así, que el trabajo que realizan, si bien no les gusta, están obligados a hacerlo. Muchas personas en esta situación reconocen que hay que tomar una decisión complicada, pero por inercia, costumbre o ese sentido de la responsabilidad mal entendida, se sienten bloqueadas y esto nos impide llevarla a cabo, viviendo en un mar de sin sabores, que los hace infelices y llevadas al límite, llegan a enfermar.

Los psicólogos afirman que las personas cuyos empleos no les satisfacen están potencialmente programados para la pobreza y lo que podríamos llamar “mala suerte“. La razón está en los sentimientos que se despiertan en la persona al tener que ocuparse de asuntos que no le gustan.

Existen varios motivos por los cuales puedes estar en un trabajo que no te da la realización y satisfacción que tu quisieras. Entre esos muchos yo destaco:

  • Has olvidado lo que soñaste ser en algún punto de tu vida.
  • Te hace falta conocer realmente quien eres y para que eres bueno.
  • No has descubierto qué es lo que te apasiona.
  • No tienes una meta y claridad sobre qué hacer.
  • Hay un miedo muy fuerte al cambio y al fracaso.
  • No estás aprendiendo nada en tu trabajo.
  • Falta de relaciones positivas con tus compañeros o jefe.
  • Has puesto otros valores antes que tu felicidad (como el dinero, el estatus, la seguridad, la estabilidad, etc.).

Para desterrar esa costumbre negativa de hacer lo que no te gusta, es necesario que hagas no lo que alguien más necesita, sino lo que más te produzca satisfacción. Sólo en ese caso es posible ver resultados ”milagrosos“. Ya dicen por ahí, si vas a ser zapatero, debes ser el mejor; y con razón, si te gusta lo más probable es que acabes teniendo una zapatería.

Por lo tanto, aprende a enfrentar los problemas y tomar el toro por los cuernos. Al principio no será fácil. Muchas veces el miedo te paralizó y te acostumbraste a convivir con situaciones que te llevan a extremos, pero es mucho peor vivir así cuando la solución está en tus mano: simplemente se trata de decirte a ti mismo “no estoy dispuesto a continuar así”.

Por tanto sé valiente, y piensa que hay vida más allá; que tras una decisión complicada tu día a día se habrá librado de un peso que puede convertirse en una losa y a partir de ahí solo tendrás que mirar hacia delante.

Recuérdate día a día que la vida es demasiado corta y tiene cosas maravillosas que muchas veces has perdido por no saber tomar una decisión a tiempo.

 

7. Costumbre de no tener una buena relación con las personas de tu familia.

 

A lo largo de mis años ministeriales he notado que muchas veces la responsabilidad económica recae en un solo miembro de la familia, puede ser la madre, el padre, el hijo mayor que trabaja, etc. Y empieza una demanda irracional contra esta persona, sin considerar sus propias necesidades personales y sin pensar en el esfuerzo diario que hace por los demás. Los otros se colocan en una posición demandante sin aportar en nada a la economía familiar.

Aunque podría parecer que tener malas relaciones con los miembros de tu familia no es algo tan grave en realidad eso genera una especie de “tabú” mental y un malestar que podría llegar a convertirse en odio. El odio se convierte en amargura y la amargura en pobreza mental, que a su vez no permite ningún tipo de cambio ni perdón.

Es necesario poder observar la existencia de situaciones donde el uso del dinero sirve como un medio para agredir al grupo familiar o cómo este grupo descalifica a uno de sus miembros:

  • – Hombres y mujeres criticados por sus sueldos bajos.
  • – Situaciones imprevistas que hacen que la familia ataque al que no puede proveer.
  • – Mala organización de la economía familiar.
  • – Despidos inesperados por los cuales el familiar además de sentirse mal en lo personal carga con la culpa y la demanda de los demás.
  • – Problemas personales de uno de los miembros (ludopatía, adicciones, personalidad irresponsable, etc.).

Una de las cosas más importantes que una familia debe saber es en qué posición de afecto se encuentra cada uno, y cómo desde esa necesidad de cariño, de posesión, de frustración, de rabia o de comportamiento solidario va a relacionarse con la economía en casa. Si los miembros de la familia se quedan en la posición de que es “el otro el que tiene que resolver el problema” entonces la crisis se hará inminente y la parte económica terminará siendo el mejor vehículo para destrozar la familia colocándola debajo de la línea de pobreza.

 

 

 

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DIFERENCIAS que marcan la DIFERENCIA

Verdad versus Razón

Razón y Verdad no significa lo mismo.

Razón es una visión a medias, como la del espejo, y Verdad es una visión total.

La Vida es un juego, no un enfrentamiento.

Ser como un niño es dejar volar la imaginación, vivir siempre sonriente, feliz sin importar lo que digan o como puedan criticarte los demás, esa es una de las mas grandes claves para acelerar este despertar y convertir todos nuestros sueños en realidad.

Redes Sociales el «Gran Hermano» (la serpiente antigua) te está vigilando

Compartir información en las redes sociales se ha convertido parte importante de nuestro estilo de vida. Casi sin darnos cuenta somos impulsado por una especie de inercia virtual a publicar todo lo que sentimos, tenemos, obtenemos,… en fin, todo lo que somos. Muchos de Uds., tanto como yo, ya no podemos imaginarnos un día sin revisar el Facebook, Twittear o compartir una foto en Instagram. 
Sin embargo, hay veces que no tomamos en consideración que lo que publicamos está a la vista y alcance de cualquier persona, y esto incluye buenas y malas intenciones.
Por ello vale la pena preguntarse: ¿qué pasa cuando compartimos más de lo que deberíamos?
Antes de continuar con los tips que quiero, y necesito hacerles, los invito a considerar juntos la reflexión que este video provoca en lo referente a nuestra vida virtual:

Como podrás notar en esta historia nunca sabemos quién está viendo nuestra información. Por causa de ello, la inseguridad informática y personal ya es un hecho. Aumentan día a día los casos de secuestros y extorsiones que involucran el uso de redes sociales en su modus operandi o como herramienta para detectar potenciales víctimas. Es verdad que en todas las redes existe la posibilidad de usar filtros de seguridad, pero tengan en cuenta que si esa información, ya sea una foto, un texto o lo que sea, puede ser compartida pierde inmediatamente ese “filtro”.

Así que aquí les dejo algunos consejos sobre lo que no debes poner en las redes sociales y cómo controlar vuestros perfiles para no exponerse al mal que yace detrás de este sistema.

Estos son los puntos que NUNCA debemos publicar en las redes sociales:

  • Entre menos información, mejor. Hay perfiles de Facebook que dicen hasta dónde estudió el Kinder. Exponer este tipo de información no es necesario, sobre todo en cuestiones familiares. No hace falta que especifiquemos quiénes son nuestros primos, tíos y papás, sobre todo si alguien de la familia tiene una buena posición económica. Antes de colocar alguna información piensa si es realmente necesario que otras personas sepan eso, y sobre todo si eso que vas a poner puede servir como herramienta para alguien que quisiera hacerles daño a ti o a alguien de tu familia.
  • Información personal: Como es el caso de dirección, teléfono, email, institución a la que van nuestros hijos (si se ve el escudo, ya es información) o datos de la empresa donde trabajamos. Los niños o adolescentes en Instagram se pasan datos de este tipo todo el tiempo.
  • Reuniones sociales: Programar una reunión por las redes, es decirle a un desconocido dónde y a qué hora me voy a encontrar con mis amigos. Es muy común que esto ocurra entre los niños y los adolescentes, más de lo que uno imagina.
  • Viajes: Son muchísimos los adultos que anuncian por sus redes cuando se irán de viaje, cantidad de días, destinos. Es lo mismo que decir: “mi casa estará deshabitada todo este tiempo”.
  • Peleas: “Los trapitos se lavan en casa”, no demos herramientas para que alguien externo pueda crear falsas historias o meterse en peleas personales que terminen en bolas de nieve.
  • Conversaciones personales: Imagina una charla con un ser querido que es escuchada por una cancha de fútbol. Ese tipo de conversaciones pueden tenerlas a través de WhatsApp o por mail, pero no las hagan públicas en las redes.
  • Contraseñas o preguntas de seguridad: Jamás de los jamases den este tipo de información en una red social. Hay hackers o delincuentes que gustosos estarán esperando esta información para usarla.
  • Publicar fotos y etiquetarlas: Cuando uno publica una foto y además etiqueta a los que están en ella, es información servida en bandeja para cualquier delincuente. Además sepan que una vez que la foto está en la red, por más filtro que pongan, si algún conocido opina, lo verán también todos los contactos de ese conocido. Además si van a publicar fotos de personas que no son de su familia, pidan permiso, no a todo el mundo le gusta que se publiquen fotos personales. ¡Una foto subida es una foto pública, por más filtros que pongamos!
  • Datos financieros: Aunque parezca insólito hay personas que cuentas en Facebook a que banco pertenecen, donde tienen sus ahorros. Esta información bajo ningún aspecto se debe compartir.
  • Tu ubicación. Foursquare se ha convertido en toda una herramienta para encontrar a tus amigos y saber lo que están haciendo, pero ¿te imaginas lo que podría hacer un secuestrador con esa información? Piensa bien si te conviene hacer Check In en cada lugar que pisas, supón que alguien está pendiente de tus movimientos, ¿no le estarías dando las armas perfectas para atacarte?
Estoy convencidos que todos aceptamos que las redes sociales han cambiado la forma de vivir de todos nosotros, pero debemos ser responsables con la información que compartimos, por seguridad nuestra y de nuestros hijos. Por eso, antes de publicar algo y ante la duda, recordemos la pregunta: ¿Quiero que un completo desconocido vea esto?

Si el tema te ha gustado, y te gusta reflexionar después de considerar un video, te invito a considerar este corto que sí o sí te hace despertar en la consideración de todo este asunto.


Mira la Tortura que soporta tu Mascota cuando la dejas encerrada en el Auto

Hace dos semanas atrás, mientras me encontraba con mi familia disfrutando de unos días vacacionales de invierno en la tierra de San Luis, me encontré con un cuadro muy estremecedor. Un cachorro caniche encerrado en el interior de un auto que estaba en el estacionamiento del Shopping de dicha ciudad. Pensamos que se trataba de algún trámite rápido que el dueño de dicha mascota estaba haciendo, por lo que seguramente en unos minutos dicha situación sería superada. Pero no fue así, ya que cuando salimos de almorzar de dicho centro comercial, después de hora y media aproximadamente, el animal aún continuaba en la misma condición de encierro. Lo bueno de esta historia es que el día estaba nublado y frío, pero la pregunta es: ¿qué hubiera acontecido si las condiciones climáticas del día hubieran sido el otro extremo? ¿Cuánto duraría un animal si el tiempo hubiera tenido sol? La otra pregunta es: ¿Cuántos son los que dejan a sus mascotas bajo estas condiciones ignorando a las torturas que los someten?

Investigando sobre el asunto me encontré con que la Asociación para el Tratamiento Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) ha subido a su canal de YouTube un vídeo para concienciar a la gente en cuanto a esta triste problemática. Para ellos pidió al jugador profesional de fútbol americano, Mathieu Tyrann, que colaborara con ellos. Así, en el marco del experimento Mathieu fue encerrado en el coche a fin de ver cuánto lograba resistir dentro del vehículo en un día de sol y calor. 

El deportista pudo resistir solo 8 minutos, cuando la temperatura dentro del vehículo llegó a los 49 grados centígrados (120 grados Fahrenheit).

Por cierto, esto me pareció muy interesante, y muy oportuno para compartírselo y así, desde este humilde espacio, compartirlo con cientos que se sumarán a hacer que haya conciencia de esto. 

Es interesante acotar que en menos de una semana este video alcanzó más de un millón de visitas en YouTube. Por favor, tómate tu tiempo para mirarlo y luego compartirlo con todos los contactos que tengas en las redes sociales con las que cuentes. 

¡Gracias!

Como habrás notado, cuando dejas a tu perro encerrado en tu auto, especialmente en los días de verano, lo estás sometiendo a la peor tortura de su vida.

¡Las Siete Cosas que la Instrucción del Eterno te aconseja dejar de hacer ya mismo!

 Diariamente, y desde lo más profundo del corazón, redimidos de todas las naciones me consultan acerca de cómo deben hacer para vivir una vida acorde a la intención del Eterno Dios. Considerando esas sinceras inquietudes, he dedicado un tiempo especial para responder por escrito lo que aquellos me demandan y, a la vez, servir a todos los que están en este momento conectados con estas líneas pastorales.
1.- Debes dejar las malas amistades.
«No erréis; los malos compañeros corrompen el buen carácter».
(1 Corintios 15:33)
Debemos escoger nuestros amigos de acuerdo con los principios bíblicos, porque de otra manera corremos riesgos graves. En todas las sendas de la vida deberíamos recordar la advertencia del Espíritu por medio de Pablo:
«No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso» 
(2 Corintios 6:14-18)
Separarse por causa de la verdad no es aislarse. Significa asociarse con las personas adecuadas para fines correctos y en el momento apropiado. De lo contrario cosecharemos los frutos de la advertencia que por medio de Santiago nos hace Dios:
    «¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios» 
(Santiago 4:4).
2.- Debes dejar de No enfrentar tus problemas.
Recuerda que el propósito eterno de Dios es perfecto y Él hará que sí o sí se cumpla en ti.
Primeramente, confía en que todo está bajo el control de la maravillosa soberanía del Eterno y Su maravillosa Providencia. El Eterno sabe lo que es mejor para ti y en su corazón tiene presente tus mejores intereses. Él le dijo a Jeremías: «los planes que tengo para ti son planes para prosperarte y no para dañarte, planes para darte esperanza y un futuro» (Jeremías 29:11). José entendió esta verdad cuando les dijo a sus hermanos que lo habían vendido como esclavo: «Ustedes pensaron dañarme, pero Dios lo pensó para bien» (Génesis 50:20). El rey Ezequías se hizo eco del mismo sentimiento al referirse a su enfermedad mortal: «Fue por mi propio bien que yo pasé ese tiempo tan difícil» (Isaías 38:17).
Siempre que Yahvéh te diga no a tu pedido de alivio, recuerda: «Dios está haciendo lo mejor para nosotros, entrenándonos para vivir para Él de la mejor y más sana manera» (Hebreos 12:10).
Si estás enfrentando un problema ahora mismo, no preguntes «¿Por qué a mí Dios?» Pregunta en cambio: «¿Qué quieres Señor que aprenda?«. Después confía en el Eterno Dios y sigue haciendo lo que es correcto.
«Ustedes necesitan tener fortaleza en el sufrimiento, para hacer la voluntad de Dios y recibir así lo que él ha prometido».
(Hebreos 10:36)
3.- Debes dejar de mentirte.
«Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos».
(Santiago 1:22)
¿Engañarse a uno mismo? Quizás esta idea nos parezca poco probable o incluso imposible. Pero es obvio que si el Eterno Dios nos advierte es por algo. Vale la pena, por lo tanto, que examinemos cómo podríamos caer en el auto-engaño y cuáles son algunas formas equivocadas de razonar que podrían llevarnos a ello.
¿Cómo podemos evitar que echen raíces en nuestra mente razonamientos erróneos que nos conduzcan al auto-engaño? Esforzándonos en todo momento por tener claro cuál es “la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios” (Rom. 12:2).
Uno de los mejores medios para lograrlo es estudar la Biblia a diario. De este modo, también conseguiremos que se fortalezca nuestra convicción de que el Eterno siempre interviene en el momento designado (Hab. 2:3).
4.- Tienes que dejar de complacer a las demás personas.
 “Si tienes miedo de la gente, tú mismo te tiendes una trampa;
pero si confías en Dios estarás fuera de peligro.”
(Proverbios 29:25 TLA)

Cuando nos preocupamos de lo que piensen los demás, dejamos que nos controlen. Perdemos mucho tiempo y energía tratando de averiguar lo que otros quieren que seamos y luego tratar de llegar a ser como ellos quieren.
Preocuparse por lo que otras personas piensan es peligroso, porque somos más propensos a ceder a la crítica. Esto significa que no siempre hacemos lo correcto, sino que hacemos lo que todo el mundo quiere que hagamos.
Y estamos en peligro de perder lo mejor del Eterno Dios, porque estamos tan preocupados por lo que los demás quieren que hagamos que no podemos dejar de pensar en lo que Yahvéh quiere que hagamos.
Te pido que tengas en cuenta estos tres hechos:
    Hecho # 1: No se puede complacer a todo el mundo. Ni siquiera Dios puede complacer a todos. Una persona ora para que llueva, otra ora para que sea soleado. ¿A quién Dios va a contestar? Dios no puede complacer a todo el mundo. Sólo un tonto trataría de hacer lo que ni siquiera Dios puede hacer.
    Hecho # 2: No es necesario complacer a todo el mundo. Hay un mito que dice que debes ser amado y aprobado por todo el mundo con el fin de ser feliz. Eso no es cierto. No tienes que complacer a todos con el fin de ser feliz en la vida.
    Hecho # 3: El rechazo no arruina tu vida. Duele, claro. No es divertido. Es incómodo. Pero el rechazo no arruina tu vida a menos que se lo permitas.
¡Deja de tratar de complacer a todo el mundo! Recuerda que nadie puede hacerte sentir inferior a menos que le des permiso.
5.- Tienes que dejar de aferrarte al pasado.
 
«Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está
delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios
en Cristo Jesús».
(Filipenses 3:13,14)

 

En este pasaje, el apóstol Pablo dice que una de las cosas que se esforzó por hacer fue “olvidar lo que queda atrás”. Seguramente Pablo trató de arreglar errores que había cometido antes y descubrió lo complicado e imposible que era. Sólo hay una cosa que podemos hacer con el pasado y es ¡dárselo al Eterno!

Cuando permitimos que Yahvéh tome control de nuestros desórdenes y los torne en milagros, el Padre tiene la habilidad de usar los errores que cometemos para nuestro bien, si sólo confiamos en Él.

Es importante dejar de pensar en el pasado para poder ver el diseño del Eterno Dios para hoy. No debes aferrarme al pasado por que entonces tu vida no podrá ver con claridad el hoy y no debes tampoco habitar con tu mente sólo en el futuro porque yo no sabes que es lo que el Eterno Dios ha preparado para ti.
¡Deja ya el pasado atrás! ¡Suéltalo!… ¡Deja que se vaya!… ¡Atrévete a decirle adiós!
6.- Deja de actuar como si todo estuviese bien. Si sientes la necesidad de llorar y desahogarte, hazlo.
 
«Bienaventurados los que lloran porque serán consolados …»
(Mateo 5:4)
Cuando los hombres de este sistema de cosas escuchan esta frase su reacción es decir, “¡qué tontería!» El llorar es algo que ellos intentan evitar. La filosofía de este mundo es: “olvídate de tus problemas. Alégrate”. El sistema de cosas está organizado para ayudar a la gente a alejarse del lloro. El entretenimiento es una de las grandes industrias. La televisión y la radio ofrecen una dieta amplia de risa. Al contrario, la Biblia dice “bienaventurados los que lloran”.
El lado opuesto de esto se encuentra en Lucas 6:25. Allá dice, “¡Ay de vosotros, los que ahora ríes! Porque lamentaréis y lloraréis”. Es una condenación de la indiferencia del mundo hacia a lo que es de suma importancia.
El Mesías Yeshúa habla de «llorar» como se llora la muerte de un ser querido. Significa llo­rar intensamente. No se refiere al «llorar» por ambiciones fallidas, ni por haber perdido riquezas, ni por haber sido avergonzado, ni por haber sido castigado por alguna maldad. No hay bendiciones para los que lloran por estas causas, a menos que se arrepienta. Tampoco promete bendición para aquellas almas pesimistas que viven lloriqueando por su mala suerte, diciendo que todo el mundo está en contra suya. Esta bendición se pronuncia sobre los que lloran:
(1) por los pecados propios,
(2) por los pecados de otros, y
(3) por el sufrimiento y la tristeza que hay en el mundo.
El llorar no es en sí una bendición, pero si produce arrepentimiento (teshuvá) y obediencia, trae bendición.
7.- Deja de quejarte y se agradecido.
“Aconteció que el pueblo se quejó a oídos del Señor… y ardió su ira. [y] consumió uno de los extremos del campamento” 
(Números 11:1)
Quejarse es una manera habitual hoy día en nuestras vidas de poder conseguir cosas o de poder creer que nos faltan cosas. Mentalmente nuestra sociedad el que no se queja no tiene.
¿A quien dañas realmente cuando te quejas?:
(a) A ti mismo. La queja conduce al enfado, a la amargura, y hasta a la depresión. El Señor te ama, y no desea que te dañes a ti mismo;
(b) A tu relación con el Eterno Dios. La queja cuestiona su carácter; de hecho es como si dijéramos: “Señor, lo has estropeado; tuviste la oportunidad de complacerme, pero al final lo has echado a perder”;
(c) A otros. Nadie disfruta siendo “miembro de la Brigada de los quejumbrosos”. Tus pensamientos negativos afectan a los que te rodean.
¿Alguna vez te has parado a pensar por qué el quejarse es tan popular, cuando en realidad no produce ningún cambio? ¡Porque ello satisface nuestra naturaleza egoísta!
Cada uno de nosotros tiene algo en su vida, acerca de lo cual ¡Dios no quiere escuchar ni una sola queja!
Es duro vivir con la adversidad, pero debes comprender esto: cuando te quejas, pierdes el derecho a la gracia divina que te permitirá sobrellevarla. La fortaleza y el gozo necesarios para experimentar la victoria están a nuestro alcance, pero si elegimos quejarnos o aferrarnos al “ídolo de una vida perfecta”, la perdemos.
En la epístola a los Hebreos, capítulo 13, versículo 17, dice que la queja no trae provecho, no trae satisfacción. En Santiago, capítulo 5, versículo 9, dice que la queja trae condenación. El murmurar, el quejarnos delante del Señor trae condenación. ¿No crees que es una actitud que deberíamos cambiar?
Hay muchas personas que darían cualquier cosa para estar en tu situación, mira a tu alrededor y aprecia y valora lo que tienes. Por lo tanto, en vez de quejarte sé agradecido. Ser agradecido es lo que moverá al Eterno Dios para impartirte fuerza.
Dice 1 Tesalonicenses 5:18 (PDT): «Den gracias a Dios siempre, esto es lo que él quiere para ustedes en Cristo Jesús.«
Dar gracias es la voluntad del Eterno Dios para nosotros. Esto es muy importante, según lo que expresa la primera carta a los tesalonicenses, Dios está esperando que nosotros como creyentes seamos agradecidos en todo momento. Entiéndelo cuando eres agradecido, estás cumpliendo con Su voluntad.
Más que nunca debemos comprender que el agradecimiento es clave para la multiplicación. El agradecimiento es clave para la extensión en nuestras vidas.
¡Los agradecidos serán los próximos líderes, prósperos, multiplicadores! … ¡De los agradecidos será todo lo prometido por el Eterno Dios!
¡Anhelo que estos tips de fe te permitan conectarte en plenitud con la Intención bendita del Eterno Dios!
¡Shalom!