Calendario Festivo

Una Obra Revolucionaria de la Astronomía: El Calendario Hebreo corregido

Por Irving Gatell

El Calendario Hebreo es una de las obras de ingeniería astronómica más avanzadas que hay, ya que se basa en una profunda comprensión de la relación entre los ciclos solares y lunares.

Dicho equilibrio entre ambos ciclos es obligatorio porque la Torá establece (Génesis 1:14-16) que “los días, las estaciones y los años” tendrían que medirse por medio de las dos lumbreras: la mayor, que gobierna el día (es decir, el Sol), y la menor, que gobierna la noche (es decir, la luna).

En plena coherencia con ello, el Calendario Hebreo siempre se basó en dos parámetros muy sencillos: los inicios de mes se marcan con los ciclos lunares (concretamente, con la aparición de la Luna Nueva), y la festividad de Pésaj (Pascua) se celebra en la temporada de Aviv (primavera; específicamente, se refiere al momento en el que ya maduró la cosecha de cebada).

Para entenderlo mejor, comparemos este equilibrio del Calendario Hebreo entre los ciclos solares y lunares, con lo que sucede en los calendarios islámico y gregoriano. En el calendario del Islam, la norma es estrictamente lunar. El Sol no cuenta para determinar absolutamente nada. Por ello, los doce meses del año alternan su duración entre 29 y 30 días (porque el ciclo lunar dura, en promedio, 29.56 días, de tal modo que dos meses tienen un total de 59 días), lo que nos da un total de 354 días al año. En consecuencia, cada tres años el calendario islámico lunar tiene un mes más que el calendario gregoriano solar; por lo tanto, cada 36 años se habrán acumulado 12 meses extras, por lo que mientras que en el calendario Gregoriano habrán pasado 36 años, en el musulmán habrán pasado 37.

En el otro extremo, el hecho de que el calendario solar usado por la cultura occidental (conocido como Gregoriano) no use a la luna como referente para absolutamente nada, hace que los inicios de mes (1 de Enero, 1 de Febrero, etcétera) no tengan ninguna relación con el ciclo lunar.

El Calendario Hebreo es un punto intermedio entre ambas situaciones. Los meses comienan con la Luna Nueva, pero hay que cerciorarse de que la Pascua se celebre en primavera. Si sólo se usara el cómputo del ciclo lunar, pasaría lo mismo que con el calendario islámico: años de 354 días que provocarían que, apenas en 3 años, la Pascua se hubiese desfazado en por lo menos 33 días, con el riesgo de celebrarse en invierno. A más tardar en 12 años, la Pascua se estaría celebrando en otoño, y así sucesivamente.

¿Cómo se arreglaba esto en la antigüedad? De un modo simple, aunque poco eficiente: por observación. Las autoridades judías tenían a personas encargadas de corroborar que el primer filo de la Luna Creciente había aparecido en el cielo para declarar el inicio de cada mes. Cuando llegaba la Pascua, lo único que había que corroborar es que la cebada estuviese madura. Si la diferencia promedio de 11 días entre el año lunar y el año solar ya había provocado el desfase estacional, y se cumplían 12 meses desde la última Pascua pero aún no había madurado la cebada, simplemente se decretaba que había que esperar un mes más. De ese modo, cada cuatro años en promedio, una Pascua se celebraba 13 meses después que la otra.

Por supuesto, el conteo basado en la observación tiene sus límites, porque puede ser afectado por muchos factores. El más simple en este caso sería un cielo nublado que no permita ver en qué momento aparece el primer filo de la Luna Creciente. Dicha situación se vuelve la norma en las temporadas de lluvias. Otros factores más complejos hacían del asunto algo todavía más difícil: una invasión enemiga que destruyera las cosechas de cereales y luego no se tuviera modo de saber si estas ya habrían madurado o no, o comunidades judías viviendo aisladas en el exilio en un país lejano, sin saber si la Luna Creciente ya se podía ver en la tierra de Israel, o si la cebada ya había madurado.

Por ello, como en todos los sistemas calendáricos, poco a poco se dejó de usar el sistema de observación y se pasó a usar el del cálculo astronómico.

Al respecto hay un curioso mito, surgido de la incomprensión de muchas personas sobre cómo funciona la ciencia astronómica: se cree que hacia el año 358 EC, Hillel II “cambió el Calendario Hebreo”. Eso es falso. Hillel II no introdujo ningún cambio, porque los meses inician en la Luna Nueva y la Pascua se celebra en primavera, exactamente igual que hace miles de años.

Lo que –se supone– introdujo Hillel II fue el sistema de cómputo astronómico para que todos los judíos, sin importar en dónde vivieran ni que circunstancias meteorológicas tuvieran, pudiesen saber sin problemas cuándo serían los inicios de mes, y cuándo habría que celebrar la Pascua, el Yom Terúah (Rosh Hashaná) y el Yom Kippur, sin riesgo de cometer errores.

Esta suposición asume, además, que Hillel II aprovechó lo mejor de la ciencia astronómica de su tiempo, y diseñó un cálculo basado en el llamado Ciclo Metónico. Metón de Atenas (nacido hacia el año 460 AEC) fue quien estableció los cálculos para determinar que cada 19 años, la Luna se encuentra prácticamente en el mismo punto en relación al Sol y la Tierra, salvo por una diferencia de dos horas (que, en este tipo de casos, es algo ínfimo). Hillel II habría tomado esta información para diseñar un sistema que permitiese, sin margen de error posible, hacer los cálculos calendáricos exactos para las necesidades teóricas y religiosas del Calendario Hebreo.

De ese modo, se determinó que cada 19 años se agregarían meses extras en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 del ciclo. A estos años se les llama “embolismales”, término que equivale a “bisiestos”.

Dicho ajuste no es suficiente para que las Lunas Nuevas correspondan perfectamente a los inicios de mes. Por ello, Hillel II estableció una normatividad secuenciada para agregar o quitar un día en determinados momentos del año. Esa es la razón por la que, por ejemplo, el mes de Jeshván puede tener 29 o 30 días, dependiendo del año.

De ese modo, el año hebreo puede tener 354 días o 384 días, dependiendo si es normal o embolismal (es decir, con 12 o 13 meses). Pero si además corresponde agregar o quitar un día, puede tener 353 o 355 en los años normales, o 383 y 385 en los embolismales.

Ingeniería astronómica de lo más elevado. Gracias a este Calendario Hebreo “corregido”, podemos prever con cuanta anticipación queramos qué años van a ser embolismales, en qué años se va a agregar o quitar un día, con la garantía de que los inicios de mes siempre se van a celebrar en el momento de la Luna Nueva, y que la Pascua siempre va a celebrarse después de la maduración de la cebada. Es decir: funciona exactamente igual que en la antigüedad; la diferencia es que ahora entendemos cómo funciona la relación entre la Tierra, la Luna y el Sol.

Pero hay una serie de datos que han salido a la luz últimamente, y que nos obligan a reconsiderar muchas de nuestras creencias respecto al Calendario Hebreo Corregido y el papel que Hillel II jugó en dicha corrección. Estos replanteamientos han sido explicados en las investigaciones de Richard Fiedler.

Lo primero que Fiedler nos señala es que Hillel II señaló, según el Talmud, que el sistema de 19 años que usó para sistematizar el cálculo astronómico del Calendario Hebreo “lo aprendió de sus padres”.

¿Es esto posible? Hoy sabemos que sí. Los estudios de Richard Parker y Waldo Dubberstein de varias tabletas de arcilla recuperadas en Babilonia han demostrado que, hacia inicios del siglo V, los babilonios ya usaban el ciclo de 19 años usado posteriormente por Hillel II. Es decir: ya aplicaban la noción de agregar un mes extra específicamente en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 para empatar 19 años lunares con 19 años solares. Entonces, desde esta óptica Hillel II no habría diseñado este sistema. Realmente lo habría aprendido de sus ancestros y se habría limitado a aplicarlo al Calendario Hebreo.

Por cierto: los babilonios ya usaban el sistema hacia el año 490 AEC. Metón de Atenas nació hacia el año 460 AEC. Eso significa que Metón tampoco habría sido el verdadero descubridor del Ciclo Metónico. Los babilonios se le adelantaron.

Pero hay más. Fiedler se preguntó si dicho sistema de cálculo astronómico sólo empezó a usarse en el Judaísmo desde las épocas de Hillel II (siglo IV EC), o antes. Y la respuesta la halló en el propio calendario.

Según la Guemará, el mes lunar tiene una duración de 29 días, 12 horas y 793 halakim. Los “halakim” son la medida temporal que se usaba en las antiguas culturas semíticas en lugar de nuestros modernos “segundos”. Según los conocimientos astronómicos antiguos, una hora tiene 1,080 halakim. Si tomamos en cuenta que una hora tiene 3,600 segundos, entonces un halakim equivale a un poco más de 3 segundos.

Fiedler entendió algo tan simple como lógico, pero que puede pasar desapercibido fácilmente: en el momento en que un grupo de sabios judíos debió iniciar con la aplicación del sistema “corregido” del Calendario (es decir: ciclos de 19 años, años embolismales en 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19, y ciclos lunares medidos en 29 días, 12 horas y 793 halakim), debió iniciarse con una “cuenta cero”.

¿A qué me refiero con esto? Primero, a que había que escoger un punto en donde comenzar la cuenta. Es decir, un momento donde comenzaran AL MISMO TIEMPO el halak número 1, la hora número 1, el día número 1, y el mes número 1, del ciclo de 19 años. Obviamente, no me refiero al inicio de la Creación (ese es otro tema); me refiero al inicio del uso del sistema calendárico corregido y basado en el cálculo astronómico.

¿Qué evento podía ser lo suficientemente relevante para marcar ese inicio? Obviamente, no podía ser simplemente cualquier día. Para efectos de que todo el sistema cuadre adecuadamente con sus objetivos de predicción calendárica, el inicio es Rosh Hashaná: la Luna Nueva de Tishrei.

La Luna Nueva es el momento en el que hay una conjunción entre la Tierra, el Sol y la Luna. Es decir: están alineados de tal modo que la sombra de la Tierra cubre por completo a la Luna y esta no es visible. Cuando dicha conjunción se rompe, aparece el primer filo de la Luna Creciente.

¿Cuánto tiempo pasa entre la conjunción de la Luna Nueva y la aparición de la Luna Creciente? Es variable. En promedio, los cálculos indican que unas 32 horas, si bien se han dado ocasiones en que ha sido mucho menor el lapso. Lo menos que se tiene registrado son 9 horas.

Esto tiene una implicación interesante: nos ayuda a determinar cuándo pudo ocurrir un punto cero en la cuenta de los años, los meses, los días, las horas y los halakim. Es decir, cuándo pudo iniciar la aplicación del Calendario Hebreo Corregido.

La conjunción es imposible de observar, debido a que por la sombra de la Tierra, la Luna es absolutamente invisible. Pero lo que se puede observar es la aparición del primer filo de la Luna (que en hebreo se llama MOLAD). ¿En qué momento podría tratarse de un punto cero? En el que la puesta de Sol con la que inicia algún mes coincide con la aparición del Molad de la Luna Nueva. Ese es el único momento del año en el que tiene sentido comenzar a contar “hekal número 1, hora número 1, mes número 1, año número 1” del ciclo de 19 años.

Pero las cantidades no son múltiplos exactos entre sí. Es decir: 19 años después se comenzaría otra vez con un año número 1, un mes número 1 y una hora número 1, pero no con un hekal número 1. ¿Por qué? Porque el mes lunar tiene un sobrante de 793 hekalim. Por lo tanto, el ciclo completo de 19 años habría acumulado 157,807 hekalim. Por supuesto, hay que recordar que una hora tiene 1,080 hekalim, así que hay que seguir ajustando las cuentas.

Seis días exactos tienen 155,520 hekalim, mismos que –obviamente– estarían integrados en la cuenta de los 19 años. Así que sólo nos están sobrando 2,287 hekalim, que corresponden a dos horas y 127 hekalim.

Es decir: si X año el filo de la Luna Nueva apareció en el momento de la puesta de sol, 19 años después el filo de la Luna Nueva aparecerá un poco más de dos horas después de la puesta de Sol. Esos son los 2,287 hekalim de diferencia.

¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que el filo de la Luna Nueva vuelva a aparecer exactamente en el momento de la puesta de Sol? Fiedler se lanzó a hacer los cálculos gracias a toda la información astronómica que tenemos, y encontró que esto sucede sólo cada 2,096 años. Es decir: sólo cada 2,096 años se vuelve al punto cero de la cuenta y se empieza con el primer año, el primer mes, el primer día, la primera hora y el primer hekal del nuevo ciclo de 19 años.

A Fiedler no le costó trabajo seguir con sus cálculos. Simplemente, le bastó ubicar la puesta de Sol con la que empezó cada mes de cada año (algomuy laborioso, pero relativamente fácil de hacer hoy en día gracias a toda la información que tenemos), y medir la diferencia en hekalim que hubo con la aparición del primer filo de la Luna Creciente. Con esos datos en la mano, se lanzó hacia atrás en el tiempo para encontrar el momento en que aconteció la última cuenta cero. ¿Por qué? Porque ese sería el momento en el que se habría comenzado a usar el sistema de cálculo de Hillel II.

Pero lo que encontró fue desconcertante: la última vez que se comenzó la cuenta en un punto cero fue el jueves 23 de Marzo del año 1306. Es decir, casi mil años después de Hillel II. La fecha anterior que corresponde a un punto cero corresponde al viernes 16 de Julio del año 791 AEC; y la anterior corresponde al lunes 9 de Noviembre del 2887 AEC.

Las fechas primera y tercera están descartadas. En el año 1306 los judíos teníamos casi mil años –por lo menos y hasta donde se sabía– de estar usando el sistema corregido de Hillel II. Y en el año 2887 AEC, los Sumerios apenas estaban desarrollando la primera cultura mesopotámica y faltaba mucho para la aparición de los Hebreos.

Luego entonces, no hay alternativas: el sistema corregido que usa el Calendario Hebreo se comenzó a usar el viernes 16 de Julio del año 791 AEC, año en el que el reino de Samaria era gobernado por Joás de Samaria (no confundir con Joás de Judá), y en Jerusalén reinaba Amasías (el hijo de Joás de Judá).

Tiene mucha lógica por dos razones históricas: si bien la cuenta cero puede empezar cualquier día, resulta más verosímil que haya comenzado un viernes al ponerse el Sol, porque es el inicio del Shabat, el día más significativo para los judíos.

Y el otro detalle es que durante el reinado de Joás de Judá (835-796 AEC) se llevó a cabo una profunda revolución religiosa que, a juicio de muchos historiadores, fue la que definió el perfil histórico que, hasta la fecha, es la esencia del Judaísmo. Entonces no es de extrañar que Joás hubiese comenzado con los preparativos para llevar esa reforma al Calendario, pero que estos sólo estuvieran listos hasta cinco años después de su muerte.

Lo interesante es esto: los babilonios comenzaron a usar el sistema de 19 años con meses añadidos en los años 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 hacia el año 490 AEC. La evidencia recuperada por Fiedler demuestra que en el antiguo Israel el uso de este sistema calendárico comenzó tres siglos antes. Tomando en cuenta que los babilonios conquistaron Judea en el año 587 AEC, resulta notable que casi un siglo después ya estuvieran usando el mismo sistema.

Entonces, no fue Israel quien aprendió de Babilonia el modo de organizar los años lunares en ciclos de 19 años, con todos sus sofisticados detalles. Fue al revés: los Babilonios lo aprendieron de los antiguos israelitas.

Por supuesto, la propuesta de Fiedler es controversial, pero tiene un punto a favor que, personalmente, me parece contundente: astronómicamente hablando, sus cálculos para las fechas en las que comienzan lo que podemos llamar “cuentas cero” son correctos. Y una cuenta cero es, por definición, el único momento donde tiene lógica el inicio del conteo.

Por lo tanto, la única posibilidad de imaginar a un grupo de judíos diciendo “vamos a empezar a contar los ciclos de 19 años el próximo Shabat, porque ese día el Moled de la Luna coincidirá con la puesta de Sol”, fue un viernes 16 de Julio del año 791 AEC.

Eso significaría un par de cosas, por lo menos: el sistema que rige al Calendario Hebreo no se inventó en Babilonia. Se inventó en Israel. Y, por lo menos desde entonces, seguimos contando correctamente la secuencia de seis días de trabajo y uno de reposo.

Las ordenanzas de la Torá están cumplidas: usamos las luminarias –ambas– para contar los días, los meses y los años.

Y la promesa es fiel: el Shabat ha guardado a Israel.


Fuente: Enlace Judío


Bitácora Relacionada:

Historia y transición de un Calendario Bíblico al Calendario Judío moderno

Introducción.

Generalmente se cree que el calendario  Bíblico es igual al calendario Judío  de hoy. También, se suele creer que la transición del calendario Bíblico al calendario Judío fue algo espontáneo, introducido por Hillel II en el año 358 o 359 de la E.C.

Ahora bien, al leer la Biblia, en la Torah, Yahvéh Dios nos enseña las características y normas de Su calendario, sin embargo, en los libros históricos y los profetas podemos fácilmente ver que surgieron  variaciones de esto, como por ejemplo, nombrar los meses según las deidades de Canaán y Babilonia (Tammuz), o establecer el comienzo del año civil en Tishri,  práctica de la cual se desconoce la fecha en que fue adoptada, pero  que sí se conoce que era la costumbre de  las naciones que rodeaban a Israel. En el Mishná a esto se le da un sentido más espiritual «Divino» y deja de ser algo negativo (santificación de una costumbre), lo cual  puede parecer algo menor y no tan importante, no obstante, la Torah nos advierte al respecto en Ex 23:24; Lev 20:23; y Deut 18:9, al instruirnos a no adoptar las prácticas, tradiciones  o costumbres de las naciones, y en Deut 4:2, al mandarnos no agregar ni disminuir de los mandamientos de «Esta Torah».

El objetivo de este estudio es, de este modo, exponer textos Talmúdicos que nos permitirán conocer la historia de la evolución del Calendario Bíblico basado en la observancia, hacia un calendario Rabínico Calculado  basado en la luna en conjunción, que es el que se suele emplear actualmente. El calendario judío moderno está basado en el Calendario  de Tiberias y     Hillel II,   introducido en el tiempo de la Mishná  hasta alrededor del año   420 E.C. 

Calendario Bíblico: ​»Recordatorio y Resumen»

De manera resumida, el calendario Bíblico se guía principalmente por las luminarias de los cielos, como el sol, la luna y las estrellas (Gen 1:15). En él los meses tienen una duración entre 29 a 30 días, basado en la observancia de la Luna Nueva «Jodesh», según Ex 12:2. De igual modo, el año Bíblico comienza con la primera Luna Nueva después que la cebada es hallada en  Israel y está  «Aviv» (estado de madurez que indica que está lista para ser cosechada y ofrendada en el Templo durante la Fiesta de Los Panes sin Levadura) según Ex 9:31; Lev 23:1; Ex 12:2 y Deut 16:1. Y finalmente, las Fiestas Bíblicas son establecidas por la observancia de la Luna Nueva «Jodesh» de acuerdo a Salmos 104:19.

Estas señales eran fácilmente vistas y conocidas por el antiguo pueblo de Israel, ya que era una sociedad agrícola que dependía de las fases lunares para sus cosechas, y en ella el trabajo mismo  los volvía conscientes  de su entorno, especialmente en cuanto al estado de sus cosechas.

1 Samuel 20:5 dice:
«Y David respondió a Yonatán: he aquí mañana es luna nueva (jodesh) y debo sentarme a comer con el rey (…)»

[1 Samuel 20:18 y 2 Reyes 4:23 comparten historias similares.
]

Lo que podemos inferir de estos pasajes bíblicos, es que  tanto David, Yonatan y la mujer Sunamita  -es decir, un pastor de ovejas y futuro rey, un guerrero e hijo del rey y una mujer en tiempos bíblicos- podían saber cuándo era el comienzo del mes, «la luna nueva», sin necesidad de un calendario calculado, de la declaración del Sanhedrín o de leyes rabínicas, sino que únicamente por las enseñanzas bíblicas respecto a la observancia de la luna creciente. Ahora, ¿Cómo podían saber que el día siguiente era día de Luna Nueva? Como es conocido, el ciclo lunar dura entre 29 a 30 días, si la luna no es vista el día 29, ésta debía ser vista sin falta el día 30, por lo cual debemos entender que cuando David dijo: «Mañana es día de Luna Nueva«, ese día debió haber sido día 29, en el cual la luna no había sido vista, de modo que se daba por entendido que el día siguiente sería el día de luna nueva, el comienzo del mes.

El Calendario por Observación: ​»Comunicaciones por fuego»

No es conocido con exactitud cuándo el Sanhedrín comenzó a tener autoridad sobre el calendario  Bíblico, pero el Calendario  por Observación fue establecido por los rabinos en el periodo de la Mishná, antes del segundo siglo.

Éste consistía  en el testimonio de testigos que veían la luna nueva y en la declaración de la corte del Sanhedrín. Existe clara evidencia de que Rosh HaShanna (Yom Teruah) y Yom Kippur podían caer en cualquier día de la semana. Cuando la luna era vista y era declarada por el Sanhedrín, «Santificada», fuegos eran encendido sobre los montes para comunicar a los israelitas en la diáspora hasta Babilonia. Así, los judíos que vivían cerca del los caminos podían ver las señales y guardar los días festivos  en sus tiempos señalados, pero los que vivían lejos y no tenían acceso a esta información  tenían que basarse en un calendario empírico de 29 a 30 días. Por la inseguridad que esto acarreaba, se observaba un día extra por cada festividad, y siempre con la preocupación de estar desfasados por un mes.


Mishna Shabbat XV,3 y 19 Manakhot XI, 7 y 9.
Tosefta Arakhim I:8
B. Sanhedrin 11b y Sanhedrin 18d – Tosefta Sanhedrin II:6
Rosh Hashanna  22b-23a y Rosh Hashanna II, 5, 8, 9


Comunicación via mensajeros

En la Mishna Rosh Hashanna II,2 nos dice que los samaritanos encendían fuegos cuando no era apropiado, con el fin de frustrar la comunicación del calendario. Como consecuencia, era necesario un cambio radical en la forma de comunicar a los exiliados la progresión del mismo.

Rabbi Judah, el Patriarca, suprimió las comunicaciones por fuego, lo cual obligó a los dispersos en Babilonia a adoptar el principio de los «dos días festivos», y también con ocasión de esto, se volvió una regla tener Elul, y probablemente Adar, como meses defectivos (de 29 días), para que así los judíos en la diáspora pudieran celebrar las fiestas junto con los que permanecían en la Tierra de Israel.


Mishna  Rosh Hashanna IV,a  Y Rosh Hashanna II: 1,5  -8a
B Rosh Hashanna 19b     ,  Y Sanhedrin I,2, 18d

Transición de un Calendario Empírico al Calendario Calculado

La clasificación cronológica de los siguientes pasajes Talmúdicos a continuación muestran que la transición del calendario empírico a un calendario calculado fue algo más progresivo que el simple establecimiento de una ley espontánea y drástica como suele creerse. Podremos ver  que antes de la institución del calendario Hillel en el año 359 E.C. una versión de un calendario pre calculado ya existía, y que éste era comunicado a Babilonia alrededor del año 325 E.C. Es  más, incluso antes del 325 E.C., el comité de Tiberias usó cálculos y estableció reglas para establecer el comienzo de cada mes (Neomenia) conforme a la tradición rabínica y observancias empíricas.

  • Antes del año 210 E.C. ​

​Durante la vida de Rabbi ha-Nasi, el Sanhedrín  se tornó más tolerante en examinar los testigos de la luna nueva, y a la vez se volvió más flexible al momento de declarar la luna nueva. Por ejemplo, en Babli Rosh Hashanna 25b, Rabbi envió a Rabbi Hiya a santificar la luna nueva de Tishri, aunque era muy evidente que la luna creciente aún no había sido vista. Los testigos estaban obviamente equivocados, pero rabba Ha-Nasi y Rabbi Hiya lo aceptaron para respetar la regla de Elul y Adar, que indicaba que estos meses debían ser defectivos (29 días).
El supuesto propósito de esta regla era ayudar a quienes estaban en la diáspora a observar los días festivos en el mismo día que los habitantes en la tierra de Israel, especialmente el día de Yom kippur, para no tener dos días de ayuno. 


B. Rosh Hashanna 25a
Elul B Rosh Hashanna 19b,  Y Sanhedrin 1:2  18d  Adar Sanhedrin.


  •  Desde 210 E.C. hasta (entre) 300-305 E.C.​

​Hasta el liderazgo  de Rabbi Johannan, el calendario era semi empírico, pero principalmente basado en la observancia. Sin embargo, Rab Johannan introdujo una nueva regla para evitar que yom kippur cayera en un día viernes o domingo: El primer día de Tishri no podía caer día miércoles ni viernes.

Babli Rosh Hashanna 20a:
Cuando Ulle llegó a Babilonia, él dijo que Elul había sido completo (30 días) Ulle dijo: nuestros colegas de Babilonia saben qué  placer les estamos haciendo [por tomar las medidas necesarias para prevenir que yom kippur ocurra cerca de un shabbat].

Antes de este tiempo, cualquier día de la semana podía ser Rosh Hashanna. Ahora miércoles y viernes no podían ser el día de la Luna Nueva, requiriendo por tanto manipulaciones del  testimonio de los testigos.

Babli Rosh Hashanna 20a continúa diciendo:
Rabbi Judah II envió mensajeros a Rabbi Ami diciendo: deben saber que durante todos  estos años de su reinado, Rabbi Yohannan nos enseñó a intimidar a los testigos en el caso de una Luna Nueva que ha sido vista en el tiempo apropiado para testificar que la han visto, incluso si no la hubieran visto.


Mishna Shabbat 15:3 y 19:5.   Mishna Menahot 11:7 y 11:9
ver tambien Babli Sukkah 43b.   El comentario de Maimonades en Menahot 11:7 
Kidush le.Tsorekh


  • Takanah de agregar un día extra festivo

Otra decisión de Rab Yohannan fue obligar a las áreas más lejanas, a las cuales los mensajeros no podían llegar por los días de viaje, a guardar un día extra en las festividades.

B ta´anit 28b y B Erakhim 10a:
Leemos el Hallel compledo por 18 días al año, 8 días en Sukkot, 8 días en Januca, el primer día de Pesah y el día de Shavuot. En la diáspora lo leemos por 21 días, 9 días en Sukkot, 8 días en Januca, los dos primeros días de Pesah y los dos días de Shavuot.

Rabi Yosef en Yerushalami Erubim 3 dice:
Aunque te envío la orden de los festivales, no cambies las costumbres de tus ancestros.

Babli Beitzah 4b dice:
Y ahora, cuando conocemos el arreglo de la luna ¿Por qué estamos observando dos días festivos? Porque enviaron de la Tierra de Israel la siguiente orden. Ten cuidado en mantener las costumbres de tus antepasados, podría pasar que las autoridades promulguen leyes incorrectas en contra de los judíos y podrías estar equivocado si solo observas un día.

  •  Desde el año  300 hasta 323

​Rabbi Simon Yerushalam Sukkah 4:5 dice :
Rabbi Simon ordenó a aquellos a cargo de las calculaciones (Demachasvin). Pongan cuidado de no poner Rosh Hashanna en Shabbat o Hoshanna Rabbah en Shabbat. Pero si están apretados entonces pongan Rosh Hashanna en Shabbat, pero no pongan Hoshanna Rabba en Shabbat.

Se estima que esta ordenanza rabínica, o «Takanah», tomó forma entre 300-309 E.C. La palabra «Demachasvin» muestra que el calendario Empírico o semi empírico del momento avanzaba rápidamente a ser un calendario más calculado,  tomando prioridad el arreglo de la Neomenia (Comienzo del mes, luna nueva). Incluso si el formalismo de la luna nueva y los testigos y la santificación fueran organizados, el comienzo del mes dependía casi completamente en la decisión de la corte del Sanhedrín.

  • Entre el año 323-325 E.C.


Bar Hedya en Babli Sukkah 43b encontramos:
Cuando Bar Hedya volvió a Babilonia le dijo que Hoshanna Rabbah no ocurriría en Shabbat.

*De Babli Berahot 56b-Sabemos que bar Hadya volvió a Babilonia cuando Rav Yosef seguía con vida, por lo cual sabemos que esto fue alrededor del año 323 E.C.

Era de Rabbah y Rav Yosef. Babli Sukkah 43b continúa:
Nosotros, [los de Babilonia] no conocemos el arreglo de las lunas, ellos [los que habitan en Israel] que conocen el arreglo de la luna….

Lo que podemos ver hasta el momento, basado en estos últimos pasajes, es que la información del calendario calculado cada vez se hacía más conocida, siendo transmitida a los que habitaban en Babilonia, sin embargo , aún no existía un calendario pre calculado oficial, pues al decir que no les era conocido el arreglo de la luna, quiere decir que ellos no sabían cuándo iba a ser el comienzo del mes, puesto que cada mes se estimaba una fecha probable de la luna nueva, además de moverla para evitar que Rosh Hashanna  (Yom teruah) o Yom kippur cayeran  en Yom Shabbat, y al enviar mensajeros , el anuncio llegaba después de 15 días de viaje.

Camino a la institucion del Calendario Hillel II 
​»Persecuciones» 

Rava-Babli Sanhedrin 12a dice:
Enviaron un mensaje a Rava:
Una pareja  venía de Requet, pero un águila los capturó. En sus manos habían cosas hechas en «luz» y ¿Qué eran estas? Púrpura. Por el mérito del Misericordioso y por sus propios méritos se escaparon a salvo, y la simiente de los leones de Nashon  deseaba establecer una venganza, pero ese Edomita no los permitía, sin embargo, los miembros de la asamblea se congregaban y establecían una venganza en el mes en el cual Aarón el sacerdote murió.

Este texto es claramente un código secreto, nos da la impresión de que habían problemas de comunicación entre Israel y los exiliados en Babilonia, lo cual puede estar conectado a las situaciones de guerra entre el imperio Romano y Persia.

Rava- Babli Hulin 101b dice:
Después de una discusión sin tener una conclusión convincente entre Abaye y Rava; Rava concluyó que había una persecución en Israel  [El Sanhedrín en la Tierra de Israel] y ellos le enviaron un mensaje codificado de que Yom Kippur de ese año ocurriría en Shabbat, luego cuando Rabin y los que viajaban volvieron a Babilonia, confirmaron la interpretación a Rava.

Babli Arachim 9b dice:
Rav Adda Bar Ahava dijo a Rava Aheim [Rav Meir] ¿Querían hacernos saber el conteo del nuevo mes? No, él nos quería enseñar que no es una obligación santificar los meses por observación.

Mishna Rosh Hashanna 3:1
Si todo Israel y la corte vieran la luna y los testigos fueran interrogados, pero la corte no tuvo tiempo (lo tardaron) para declararla «Santificada» antes que oscureciera, ese mes duraría 30 días.

Estas evidencias demuestran las primeras instancias de un calendario calculado establecido por las Leyes rabínicas y comunicado con mucha anticipación a los académicos de Babilonia, como también nos muestra la progresiva y lenta evolución del Calendario Judío Rabínico.

Institucion Calendario Hillel II

​El calendario Hillel en conexión con la institución del Calendario Judío solo es conocido a través de una única y lejana fuente rabínica; una respuesta de Rav Hay Gaon mencionado por Rav Avraham Bar Hiya (Sefer ha-ibbur libro 3 cap 7). Como hemos expuesto en este estudio, la evolución de un calendario empírico a un calendario calculado fue un proceso lento y progresivo, comenzando a mediados del tercer siglo hasta el comienzo del cuarto siglo. Esta «Institución Oficial» del calendario judío podría presentar el proceso final del cambio de  la Neomenia (arreglo del día de luna nueva), desde el día teórico  de la primera visibilidad de la luna, al día de la conjunción (Molad)  . El papel exacto de Hillel II en la institución del Calendario Calculado no es clara, podría haber sido limitada y reducida por el hecho de que era el Patriarca en la época de la institución. Lo que sí sabemos desde una perspectiva Rabínica, es que el calendario calculado fue necesario para preservar las Fiestas durante la diáspora, por causa de las persecuciones y de la desaparición del Sanhedrin (Maimonades Hilkhot Kiddush-ha Kadosh V:3)

Cambios post-Talmúdicos

De la carta de el Resh Galuta del año 835/836 E.C. Podemos ver que aún existían diferencias en las reglas del Molad (Luna en Conjución), entre otras. Como también existe evidencia que surgieron cambios en la duración del año, las horas del día, y la fijación de la luna.
Los detalles y reglas  de cálculo  desarrollados en este proceso no serán analizados en este estudio.


Aharon Heyman p.85 parte 3 cap. 4.
B Arakhim 9b   – Tambien ver  Edicion R´Nathan Amram, Salonique 1861
Ver Stern (2001) pg. 277-283
Carta de Resh Galuta Keviya  dr 835/836 E.C.


En Sumatoria
  • Hemos hecho un recordatorio de cómo era el Calendario Bíblico según la observancia de la Luna Nueva.
  • El Calendario bíblico comenzó    a tener variaciones al adoptar costumbres ajenas a Israel y a la instrucción de Dios.
  • Las señales de fuego fueron suprimidas por causa de la confusión creada por los samaritanos
  • El calendario del Sanhedrín Empírico era comunicado vía mensajeros a los exiliados en Babilonia.
  • La  transición del calendario rabínico empírico a un calendario calculado fue un proceso    lento  y    progresivo.
  • La institución oficial del Calendario Hillel fue una medida tomada como consecuencia de las persecuciones y de la desaparición del Sanhedrín, ya que no quedaba    nadie para informar el comienzo de cada mes.
  • Hemos aprendido  el origen y las razones de algunos Takanot  relacionados a las fiestas y el calendario.

Tomado de: Una Torah


Bitácora Relacionada:

¿Cómo se hace el Conteo del Omer Nuestro de Cada Día?

Por P.A. David Nesher

La Torah (Instrucción) divina nos ordena contar cada año siete semanas completando un total de 49 días. Al final de este período, celebramos Shavuot, que significa “Semanas”.

Es importante tener en cuenta que esto es considerado una Mitzváh. Por eso, la Cuenta del Omer, que recitamos cada noche, es precedida por una bendición. Sin embargo, podemos recitar la bendición, solo si no hemos faltado a la cuenta.

Es decir que el Omer puede ser contado con una bendición sólo si se cumplen estas dos condiciones:

  • 1) Ud. está contando el Omer durante la noche y
  • 2) hasta ahora no ha perdido la cuenta de ninguno de los días
¿Olvidó contar el Omer durante la noche?

Cuente al día siguiente , pero sin bendición. En las próximas noches puede contar nuevamente con bendición.

Si hemos olvidado de contar el Omer, aunque sea una noche, no podemos recitar más la bendición, sino debemos escuchar la bendición de otra persona que sí haya mantenido la cuenta completa y después hacemos nuestra cuenta.

Reitero la bendición solo se realiza si contó todos los días del Omer, si olvido contar un día cuenta sin bendición de ahí en adelante.

Esto significa que si una persona no dijo el Omer por todo un día y no contó hasta la noche siguiente, deberá continuar la cuenta en los días siguientes pero sin la bendición.

¿Por qué no puedes continuar contando con una bendición si pierdes la cuenta un día?

La razón es porque con respecto al Omer, la Torá escribe: “Siete semanas, deberán ser completas” (Levítico 23:15). Entonces, de acuerdo a muchas autoridades, si uno no contó un día, el período de siete semanas ya no puede ser considerado ‘completo’.

¿Cuándo se hace el Conteo?

La cuenta del Omer se realiza todas las noches después del anochecer, desde la segunda noche de Pesaj hasta la noche anterior a Shavuot. Para ser más prácticos, el conteo se deberá realizar unos 30 minutos después del ocaso, que es el comienzo del ‘día’ según el Boré Olam (Creador del Universo). Tengamos en cuenta que muchas prácticas de la Torah deben ser llevadas a cabo en momentos específicos del día. El cálculo de los horarios halájicos, conocidos como zmanim, depende de varios fenómenos astronómicos para cada día y para cada localidad. [Por favor, investiga tu horario AQUÍ].

¿Cómo se realiza el Conteo?

Para ‘contar el Omer’ adecuadamente, debes decir tanto el número de días como el de semanas.

Por ejemplo:

Desde el día 1 al 6 sólo decimos el número de días. Por ejemplo:

“Hoy son 4 días del Omer”.

En días que son semanas completas –es decir 7, 14, 21— decimos como sigue, por ejemplo:

“Hoy son 21 días, que son 3 semanas del Omer”.

En todos los otros días decimos, por ejemplo:

“Hoy son 33 días, que son 4 semanas 5 días del Omer”.

(Dado que debes recitar la bendición antes de contar, no menciones la cuenta de esa noche de antemano).

¿Por qué contamos realmente?

Existen varias razones.

La primera es, que la cuenta manifiesta nuestra emoción frente a la inminente entrega de la Torah, celebrada en Shavuot. De la misma forma que un niño cuenta a menudo los días hasta el termino de las clases, o por las próximas vacaciones de la familia, así también nosotros contamos los días para demostrar nuestro entusiasmo en recibir nuevamente la Torah (que de hecho, recibimos la Torah en un sentido renovado cada año).

La segunda es que sabemos que este período es apropiado para prepararse y refinarse espiritualmente. Cuando el Pueblo de Israel estaba en Egipto hace aproximadamente 3.400 años, se habían asimilado a muchas de las inmorales costumbres de los egipcios. Los israelitas se habían hundido en un nivel sin precedente de decadencia espiritual y estaban al borde de la destrucción. En el último momento posible, los hijos de Israel fueron redimidos milagrosamente. Experimentaron un renacimiento espiritual y ascendieron rápidamente a un estado colectivo de santidad nunca antes alcanzado. Eran tan santos, de hecho, que cuando estaban parados al pie del Monte Sinaí para recibir el Torah, fueron comparados a los ángeles.

Fue durante ese período de 49 días que experimentaron esta transformación tan radical. ¡De los niveles mas despreciables, a las alturas más excelsas en apenas siete semanas!

¿Que Bendición debo Rezar?

Reza con tu corazón y entendimiento esta Berajáh (Bendición):

BARÚJ ATÁ YHVH, ELOHÉINU MÉLEJ HAOLÁM, ASHÉR KIDSHÁNU BEMITZVOTÁV, VETZIVÁNU AL SEFIRÁT HAÓMER.

«¡Bendito eres Tú, YHVH nuestro Dios, Rey del universo, que nos ha santificado con Sus mandamientos, y nos ha ordenado lo concerniente a la cuenta del Omer

A continuación realiza en Voz Alta el Conteo del día correspondiente.

Ahora sella el Conteo con este rezo:

«Que el Misericordioso restaure el Beit HaMikdash a su sitio, rápidamente nuestros días; Amén, [Séla].»

El Samo 67

Ahora deberás rezar fuerte y con mucha alegría el Salmo 67

Al músico principal; en Neginot. Salmo. Cántico.

1 Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga;
    Haga resplandecer su rostro sobre nosotros
Selah

Para que sea conocido en la tierra tu camino,
En todas las naciones tu salvación.

Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.

Alégrense y gócense las naciones,
Porque juzgarás los pueblos con equidad,
Y pastorearás las naciones en la Tierra.
 Selah

Te alaben los pueblos, oh Dios;
Todos los pueblos te alaben.

La tierra dará su fruto;
Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.

Bendíganos Dios,
Y témanlo todos los términos de la Tierra.

¿Cómo se termina la Mecánica de la Bendición?

«Te imploramos, con el gran poder de Tu diestra, que liberes al cautivo. Acepta la plegaria de Tu pueblo; fortalécenos y purifícanos.

Reverenciado y Poderoso, Te imploramos, que guardes como la niña de tus ojos a aquéllos que procuran Tu Unicidad. Bendícelos, purifícalos; concédeles por siempre Tu misericordiosa rectitud.

Poderoso, Santo, en Tu abundante bondad, guía a Tu congregación. Único y Sublime, y vuélvete hacia Tu pueblo que recuerda Tu Santidad. Acepta nuestra súplica y escucha nuestro clamor, Tú que conoces los pensamientos secretos

«Bendito sea el nombre de la gloria de Su reino por siempre jamás.«

«Amo del Universo, Tú nos has ordenado por medio de Moshé, Tu servidor, contar Sefirat HaOmer, a fin de purificarnos de nuestra iniquidad e impureza. Tal como has escrito en tu Torah: «Contaréis para vosotros desde el día siguiente al día de descanso, desde el día en que traéis el Omer como ofrenda mecida; [la cuenta será] siete semanas completas. Hasta el día posterior a la séptima semana contaréis cincuenta días», a fin de que las almas de Tu pueblo Israel sean purificadas de impureza.

Por consiguiente, sea Tu voluntad, YHVH nuestro Dios y Dios de nuestros padres, que en mérito del Sefirat HaOmer que conté hoy, sea rectificado el daño que he causado en dicha sefiráh, y que yo sea purificado y santificado con la santidad suprema.

Que de este modo se conceda abundante generosidad sobre todos los mundos. Que rectifique nuestro néfesh, nuestro rúaj y nuestra neshamáh de toda bajeza y defecto, y que nos purifique y santifique con Tu suprema santidad. Amén.» [Séla].

Debemos aplicar a nuestra vida cotidiana esta lección de la cuenta de omer. Es específicamente durante este periodo que debemos esforzarnos para crecer y madurar en nuestro estado espiritual. La Torá no nos permite que nos consideremos satisfechos con nuestro actual nivel de espiritualidad. Por el contrario nos exhorta a fijarnos altas metas para nosotros mismos y después esforzarnos metódicamente hasta alcanzar esas metas.

El crecimiento que experimentamos durante este tiempo es comparable con un maratón. Establecemos el ritmo y lo intentamos mejorar día a día hasta que alcanzamos el día en que recibimos nuevamente la Torah. En este proceso miramos profundamente dentro de nosotros y trabajamos sobre todos nuestros aspectos negativos. Si nos vemos desprovistos de amabilidad, cambiamos nuestra agenda para hacer mas obras caritativas. Si estamos faltando en el área de la justicia, nos comprometemos a elevar nuestros niveles de entereza mejorándolos para elevarlos al máximo de nuestras posibilidades. Y así también en todas las áreas de nuestra personalidad.


Tomado de:

© Copyright Kehot Lubavitch Sudamericana, Brooklyn NY© Copyright, todos los derechos reservados. Si te ha gustado este artículo, te animamos a distribuirlo, siempre y cuando cumpla con la política de derechos de autor de Chabad.org.

¿Cómo se Celebra Tu B`Shevat?

Por P.A. David Nesher

El hombre es como un árbol del campo…”

(Deuteronomio 20:19)

Los días de los árboles, serán los días de mi pueblo

(Isaías 65:22)

Será como un árbol plantado junto al agua

(Jeremías 17:8)

En Tu B’Shvat (15 de Shevat) conocido como el Rosh Hashanáh o el Año Nuevo de los Árboles actúan como un límite o fecha de corte entre un año y el siguiente, ya que la mayoría de las lluvias del año anterior, en Eretz Israel, ya han caído. Un cierto porcentaje de los frutos han llegado a la etapa donde han comenzado a madurar. Esto se define desde el momento del florecimiento hasta que el fruto ha alcanzado un tercio de su pleno crecimiento. Las frutas que han llegado a esta etapa son atribuidas al año anterior. Cualquier nuevo florecimiento de la fruta después de este día cae en la categoría del Año Nuevo. Como resultado Tu B’Shvat es un factor decisivo en la determinación de las Leyes de Ma’aser y Orlah.

En Israel, el día 15 de Shvat se encuentra a la mitad del invierno boreal y vislumbramos hacia adelante la primavera. La savia de los árboles está comenzando a fluir y también se produce el aumento de las raíces de los árboles, aunque sin ser visto por el hombre y, como resultado de esto los frutos están manifestando su primera etapa de formación.

Además, el Talmud Ierushalmi (Rosh Hashaná 1:2) nos dice que los frutos que crecerán después del 15 de Shevat son considerados producto del nuevo año, pues hasta este día los frutos crecieron gracias a las lluvias del año anterior, pero a partir de esta fecha crecerán por efecto de las lluvias de este año.

Por ello, el Rosh Hashaná de los árboles, es un tiempo de Tefilah (Oración de Alianza). Nosotros jubilosamente celebramos este día para pedir a nuestro Creador que continúe derramando su benevolencia sobre sus hijos, los Benei Israel (HIjos de Israel), así también como con el resto de sus creaciones en el mundo, como decimos en Birkat HaMazón.

Hazan et haolam Kulo Betuvo»
(«Alimenta al mundo entero, en su bondad»).

A pesar de ser llamado Rosh Hashaná, en Tu Bishvat no está prohibida la realización de trabajos, y tampoco existe en él la obligación de comer una comida festiva. Sin embargo, por cuanto que Tu Bishvat es llamado «Rosh Hashaná», rigen en él algunas leyes relacionadas con las leyes de los días de fiesta: en él está prohibido ayunar.

En Tu Bishvat se acostumbra comer frutos de los árboles (si es posible, que crecieron en la tierra de Israel), y especialmente los frutos que fueron recordados en el versículo de la Torá que alaba a la tierra de Israel: «Tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granadas, tierra de olivos y de miel (de dátiles)» (Devarim 8:8). La idea es reflexionar profundamente en el significado de cada uno de estos frutos.

Esta celebración es muy especial, pues permite un festejo que nos invita a comer frutos de árboles y meditar en los significados simbólicos de cada uno de esos frutos.

Te invito a escuchar esta entrevista que contiene una maravillosa enseñanza por medio de la cual sabrás qué celebramos y cómo hacerlo bien:


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Shovavim: ¡Días Especiales para Corregir a los Hijos Traviesos de Dios!

Por P.A. David Nesher

Existen seis semanas muy particulares en el Calendario de Yahvéh que no muchos conocen. Son las semanas en las cuales se lee desde la Parashá Shemot hasta la de Mishpatim. Las mismas reciben el nombre de: «Shovavim (שׁובביﬦ )», y si observamos bien, notaremos que la palabra Shovavim es en realidad un acrónimo que se deriva de las iniciales de las seis porciones (Parashot) de la Torah: Shemot, Vaera, Bo, Beshalaj, Yitró y Mishpatim. Por lo tanto, Shovavim comienza con la lectura de la Parasha Shemot.

Desde un punto de visto más profunda, el nombre «Shovavim» insinúa las palabras del Eterno a través del profeta Yirmiyah, quien en su oráculo dice así:

«¡Volveos, oh hijos rebeldes y traviesos, y os sanaré de vuestras rebeliones! -Henos aquí; nosotros venimos a Ti, porque Tú eres el Eterno nuestro Elokim.»
(Yirmiyáh / Jeremías 3:22)

שובו בנים שובבים

Se pronuncian: «shuvú banim shovavim» –
Se traducen: “retornen hijos traviesos

Así es como el nombre shovavim simboliza el arrepentimiento que se le exhorta a hacer en este período de seis semanas poderosas.

Son seis semnas que están especialmente relacionados a la rectificación del brit miláh (pacto de la circuncisión). Por ello, los sabios enseñan que es auspicioso arrepentirse de los pecados («travesuras«), especialmente de las relacionadas con el sexo.

El Rabino Schneur Zalman de Liadi, más conocido como el Alter Rebe, enseñó que Shovavim el mejor tiempo para rectificar con un corto ayuno es en estas semanas. Por ello, algunas personas muy piadosas acostumbran durante estas semanas a ayunar los lunes y jueves (desde el amanecer, y hasta el atardecer), incrementando sus tefilot (oraciones de alianza) y haciendo tzedakáh (actos y ofrendas de caridad o justicia social). Es interesante saber, que en los Shabatot (Sábados), cuando se leen estas parashot (porciones semanales) de la Torah, algunos creyentes se proponen abstenerse de hablar, excepto las palabras de oración y la Torah . A este tipo de ayuno se llama ta’anit dibbur ( תענית דבור ).

Lo importante para nosotros es entender que Shovavim es un tiempo especial para incentivar o comenzar los cambios trascendentes en nuestras vidas, para decidirse a hacerse responsable de la propia existencia de una manera más intensa y comprometida con la Torah y los preceptos divinos que ella revela.

Todos debemos concentrarnos en tener diariamente un comportamiento perfecto y no dejar que la negatividad nos quite la luz que nos ganamos. Todos los días, antes de irnos a dormir, debemos confesarnos todas nuestras ‘impurezas’ y establecer un plan para corregirlas.
Nuestras correcciones personales nos limpian a nivel de unidad; pero también afecta al Tikun Olam (Reparación del mundo entero).

Estas seis semanas, en realidad son 42 días de oportunidades para que podamos expandir nuestra vasija en un proceso de limpieza. En este lapso, el Espíritu de Yahvéh nos da la habilidad de retomar cualquier chispa de Luz que hayamos entregado al Lado Negativo o desperdiciado a través de nuestras acciones egoístas y reactivas, especialmente en nuestra mala administración del sexo.

En estas semanas entramos en un despertar para salir de nosotros mismos y ver que las personas que están en nuestro camino son aquello en lo que debemos enfocarnos para un cambio total durante este periodo. Son días especiales para interceder para conseguir el denuedo de la Unción divina, y así cumplir con la Gran Comisión que el Maestro nos ha encomendado. Por ello, durante esos 42 días clamamos en la brecha por todos aquellos conocidos que anhelamos entren en el Camino del Monte Santo de Dios.

SHOVAVIM comienza con Shin de Shemot.

Shemot es el nombre de ambos: la parasháh (porción) y el sefer (libro), hay algo especial  acerca del principio: “todo sigue al inicio”.

Expliqué más arriba que Shovavim comienza con la lectura de la porción de Shemot (básicamente, comienza en la tarde del Shabat cuando leemos la última porción de Bereshit, VaYeji). 

Shemot (שמות) comienza con la letra ש (Shin). El aspecto de dicha letra se forma juntando tres letras Vav (cada una de ellas simboliza a las tres columnas del Árbol de la Vida), donde cada letra Vav equivale al valor numérico 6 . Debido a ello, la letra Shin representa el elemento fuego, que es una herramienta espiritual de transformación lumínica.

Ahora bien, hemos aprendido que con la parashá Shemot comienza el segundo libro de la Torah (del mismo nombre) y que dicho rollo está al nivel de Jokmáh (Sabiduría) de Zeir Anpin (el «Rostro Pequeño») de Dios revelado en la Torah. 

Así pues las seis porciones del libro nos hablan del proceso divino de la primera redención y la salida del exilio en Egipto. Era el momento en que el Zeir Anpin de Dios (Vav = 6 = la Torah) estaba aumentando su luz para la revelación en el Monte Sinaí. 

La quinta semana es la porción de Yitró, donde leemos acerca de Metán Torah (la recepción de la Torah) con el Decálogo. 

El hecho de que Shovavim se base en el momento en que se leen las porciones significa para nosotros que la lectura de la Torah es tan importante como una festividad.

Conectamos, a través de las lecturas de la Torah en este período, con el proceso de Redención y con todos los milagros que sucedieron en el movimiento divino de sacar a los israelitas de Egipto. Leemos sobre el milagro de la división del Mar Rojo, el maná, el agua, la recepción de la Torah y otros milagros y maravillas.

Las seis semanas son 42 días llenos de oportunidades para expandir el recipiente que es nuestro corazón limpiándolo de toda klipácaparazón» o «cáscara«) egoica por medio de la Teshuváh (el «regreso» o «arrepentimiento«) a la Luz Infinita, nuestra Fuente Primordial.

¡El comienzo de la rectificación del pacto es esta semana! Existe un verso en Malaji, el último profeta (Malaquías), que escribe:

שובו אלי ואשובה אליכם ,
regresa a Mí y Yo volveré a ti”.
(Malají / Malaquías 3:7)

La palabra שובו , regresar, es igual a 314, el valor del Nombre de Dios Shadai (די – ש ), el Nombre que corresponde a la sefiráh Yesod (“fundamento”), y del que los sabios interpretan que significa que: «Dios dijo al mundo:  ¡Es suficiente! (Shá Dai)”.

Como el Rebe Rashab explica, toda teshuváh en el pacto está destinada a frenar y detener la desaparición de la verdadera identidad de la persona, la cual es lo que la mancha del pacto quita. Entonces, estas dos palabras שובוregresad«)  y די – ש  (Shadai) son iguales.

La palabra raíz de Teshuváh está en la palabra Shovavim y nos ayuda a conectarnos con Día del Árbol de la Vida , Tu B’Shevat (15 de Shevat), que ocurre en la última semana de este período.

Seis herramientas yahvistas para elevarse a una mayor Unción.

Todas las herramientas utilizadas por Moisés en el Éxodo para liberarse de toda plaga de Mitsrayim (Egipto) están disponibles para nosotros durante las semanas de SHOVAVIM.

Entonces, veamos ahora las pequeña enseñanza de cada Parashá de estas semanas que permitirán a nuestra mente estar abierta y expectante a los que nuestra alma recibirá de los Cielos:

1. Shemot: Tefiláh (Oración de Alianza)

«Los Hijos de Israel gemían a causa de la esclavitud y clamaron a Elokim, y el clamor de ellos a causa de su esclavitud subió a Elokim. Elokim oyó el gemido de ellos y se acordó de Su pacto con Avraham, con Itsjak [Isaac] y con Yaakov [Jacob]. Elokim miró a los Hijos de Israel y Elokim comprendió»

(Shemot / Éxodo 2:23-25)

Dirige al Eterno tus plegarias con plena conciencia y certeza de estar en conexión por medio del Pacto Renovado en Yeshúa. Abre tu corazón ante Él y espere con confianza la respuesta que siempre es buena.

2. Vaerá: Reconocimiento del pecado y error

«Entonces el faraón mandó llamar a Moshé [Moisés] y a Aarón y les dijo: -He pecado esta vez. El Eterno es el justo; yo y mi pueblo somos los culpables
(Shemot / Éxodo 9:27)

Aquel que no se percata de que está yendo por mal camino, no podrá jamás llegar a buen puerto. El primer paso del arrepentimiento, del retorno a la propia esencia espiritual y a Di-s, es cuando uno dice: «estoy mal».

3. Bó: Aprender y educar

«Y cuando mañana te pregunte tu hijo diciendo: ‘¿Qué es esto?’, le dirás: ‘Con mano poderosa el Eterno nos sacó de Egipto, de la casa de esclavitud.»
(Shemot / Éxodo 13:14)

En esta semana deberás aceptar que no se puede andar por los caminos del Eterno si no se estudia Torah, pues en ella está el sentido de nuestras vidas. Y también asumirás que cuando hemos estudiado, también tenemos que enseñar a quien sabe menos que nosotros. Especialmente a nuestros hijos, pues la fidelidad de la Torah se ha mantenido gracias a la transmisión de padres a hijos, generación tras generación.

4. Beshalaj: Agradecimiento y Gozo

«El Eterno es mi fortaleza y mi canción; Él ha sido mi salvación. ¡Éste es mi Elokim! Yo le alabaré. ¡El Elokim de mi padre! A Él ensalzaré.»
(Shemot / Éxodo 15:2)

En esta semana vibrarás en la consciencia de que es un deber estar agradecido por todo lo que el Eterno nos ha brindado, pues el espíritu agradecido es uno que reboza de gozo. Además, para el alma humana que es sinceramente agradecida, no hay dolor por la ambición no colmada.

5. Yitró: Atraer al Prójimo a la Luz

«Moshé contó a su suegro todas las cosas que el Eterno había hecho al faraón y a los egipcios a favor de Israel, los contratiempos que habían pasado en el camino, y cómo los había librado el Eterno.»
(Shemot / Éxodo 18:8)

En estos siete días asumirás que agradecer y alabar al Eterno por nuestras bondades es muy bueno, pero también es necesario hacer partícipe a nuestro prójimo de las bondades que el Eterno constantemente nos otorga.

Demos cabida a nuestro prójimo en la Luz de la Torah, contémosle acerca de la justicia y la misericordia del Eterno, extendamos una mano al que nos necesita, porque el egoísta no se considera como una persona viva, sino solamente como alguien que pasa por la vida con gran vacío existencial.

Aceptaremos la exhortación del Espíritu de la Profecía al decir:

«Te encarezco delante de Dios y del Señor Yeshúa HaMashiaj, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina… soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.»
(2Timoteo 4: 1-2, 5)

6. Mishpatim: Cumplir con los Mandamientos

«Asimismo, tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: -Todas las cosas que el Eterno ha dicho, haremos y comprenderemos.»
(Shemot / Éxodo 24:7)

En esta semana aceptarás que la tefiláh es importante, así mismo lo es el reconocimiento del error. También lo es estudiar y también agradecer. Pero reconocerás que la base de la plenitud espiritual se encuentra en el esfuerzo por cuidar y cumplir con los preceptos que Él nos ha dado, especialmente para lograr una humanidad mejor y transformar el mundo.

Por ello, te comprometerás con TODOS aquellos preceptos que podemos cumplir, y que nos corresponde que cumplamos.

Estos seis consejos, si los aplica en las semanas Shovavim (y de aquí a todo el año), sin dudas que te conducirán un estado de salud espiritual que equilibrará también tu salud mental, social, emocional y física.¡Entonces sabrás lo que es ser un ser humano íntegro, es decir, un ungido!

Empecemos ahora, es tiempo propicio para hacerlo…

Shalom!


Ahora te invito a escuchar esta EXPLICACIÓN con más tips para llevar estos 42 días con éxito:

¡Primero Fue la Oscuridad, luego la Luz!

En los países del norte y en Ertez Israel (Tierra de Israel), el mes de Tevet representa el punto máximo del invierno, en el cual toda la existencia parece estar detenida, estancada, adormecida. Sin embargo, sabemos que aunque la naturaleza está dormida en la superficie, la actividad esta oculta en el interior de la tierra. Los árboles frutales están alimentando sus raíces de los minerales de la tierra para, muy pronto, comenzar a dar nuevas hojas y frutos. ¡En el interim, la acción que precede al florecimiento tiene lugar lejos de nuestra mirada!

Esto se aplica también al alma humana. Cuando nos hallamos adormecidos, nadie espera de nosotros que hagamos algo nuevo. Nuestra existencia continua, el cuerpo crece y se desarrolla, pero la inteligencia y la percepción permanecen estancadas. Están como selladas en un sueño profundo, y algunas veces es muy difícil despertarlas.

Si comparamos la situación del mundo físico y nuestro propio mundo espiritual, encontraremos la replica del mes de Tevet. A diferencia de Kislev, el mes precedente en el cual revivimos el milagroso tiempo de Januká, Tevet no es un mes de revelación. No tiene días de conmemoración, es decir que carece de jornadas de milagros abiertos. Por ello, es muy importante tener en cuenta que durante este mes prevalece el adormecimiento del alma, un adormecimiento invernal que amenaza con oscurecer todo lo que es revelado y claro. Por ello, el tema de este mes es el oscurecimiento de lo claro y evidente, el adormecimiento de la búsqueda, la posibilidad de que disminuya la claridad espiritual.

Pregunta el Talmud (Tratado de Shabat 77): «¿Por qué las cabritas siempre van adelante guiando al resto de los animales? Porque así fue el proceso de la Creación.
Primero fue la oscuridad y luego la luz.«

En el siglo II a.E.C., los griegos quisieron oscurecer espiritualmente a Israel, y la luz de Januká, que se extendió del 25 de Kislev al 2 de Tevet pudo vencer la fuerza de la oscuridad que obraba en esa abominación desoladora impuesta por el Anti-Mashiaj Antíoco Epifanes.

A través de la vida y la emunáh de nuestros Patriarcas, Abraham, Isaac y Yaakov, la Torah también nos relata el problema del adormecimiento espiritual en el mundo material. Ellos nos enseñan cómo vivir en el mundo de la acción, en el mundo material, sin entumecerse, o paralizarse con todo lo que nos rodea.

Para expresarlo en forma muy resumida:

? Abraham renovó la revelación de la soberanía de Dios en el mundo,
? Isaac enseñó como la persona puede estar totalmente vinculada a Dios, ya que él lo dio todo, incluyendo potencialmente su vida.
? Debido a que alcanzar semejante nivel de es casi irreal para la nación como un todo, la Torah nos muestra como actuó Yaakov. De la forma de vida de Yaakov, aprendemos cómo el hombre puede cumplir la voluntad del Creador en las actividades de todos los días, sin disminuir el propósito Divino de la Creación.

Así hemos estudiado como la confrontación entre las vidas de Yaakov y Esav pone al descubierto el conflicto entre lo espiritual y lo material que diariamente enfrenta el alma redimida.

Esav representa lo que se ve aquí y ahora, la no existencia de otra realidad. Yaakov, en cambio, nos demuestra lo pretensioso y falso de esta afirmación.

Si la materia y/o lo material prevalece en nuestra vida, entonces la oscuridad del invierno nos invade con su consigna natural, la sentencia de Esav…no existe otra forma de entender la realidad; no hay ley, juicio, ni otro mundo.

En cambio, Yaakov/Israel, enseña al mundo que, tal como la cabra puede dirigirse exactamente en la dirección contraria, lo espiritual puede emerger de lo material e iluminarlo.

Yaakov, es quien enseñó al mundo a renacer en un nuevo nivel de conciencia, luego de romper con la confusión y la oscuridad que representa Esav, es decir, la representación del invierno adormecido en su máxima expresión.

La materia que puede potencialmente adormecer al hombre es sólo el envoltorio, la vestimenta que cubre al hombre y le da forma. Ambos mundos, espiritual y material funcionan juntos, y es nuestra tarea unirlos y elevarlos.

«… La voz es la voz de Yaakov, pero las manos son las manos de Esav.»

¿Cómo puede el hombre vivir en ambos mundos?

Disfrazándose con astucia como alguien que pertenece a este mundo. En el mundo material, el hombre se disfraza como Esav, y en el interior permanece Yaakov; la voz de Yaakov emerge del camuflage iluminando y guiando la vida en el mundo de la acción. De esta manera prevenimos que el mundo material se oscurezca por el adormecimiento de la espiritualidad.

«En el décimo mes, en el décimo día del mes, Nabucodonosor rey de Babilonia se levanto junto con su ejercito contra Jerusalem, y sitió la cuidad, y construyeron un sitio alrededor de ella.»
(Jeremías 52:4; Reyes II 25:1).

El 10 de Tevet, es conocido a veces por ser el ayuno más «fácil» de cumplir en comparación con el resto de los ayunos que conmemoran la destrucción del Beit HaMikdash – Templo Sagrado de Jerusalem.

En un plano estrictamente físico, es verdad: el ayuno dura únicamente entre el amanecer hasta el anochecer. Y como por lo general concuerda con el solsticio de invierno, el día se hace muy corto. (Lo opuesto es verdadero para aquellos que viven en el hemisferio sur). Y a pesar de esto, en un plano espiritual, el ayuno del 10 de Tevet llega a ser el más difícil de todos, incluso de aquel del 9 de Av, el más conocido y observado a nivel mundial de todos los ayunos concernientes al Templo.
¿Por que?

Recordemos que el 10 de Tevet marca un comienzo: el comienzo del sitio que llevo a la destrucción del primer Beit HaMikdash – Templo Sagrado de Jerusalem – en el 586 AEC por los Babilonios; se trata del comienzo de un final.

Todos los comienzos se dirigen a algún lado, tienen un objetivo, un final. Y mientras avanzamos por el camino de la vida, cometemos errores, y también los superamos. Para la mayoría de nosotros, cometer y superar nuestras deficiencias, es parte de nuestra lucha diaria que nos ayuda a elevarnos, a acercarnos a Dios y cumplir mejor Sus preceptos. Pero cada error, cada paso en falso que damos es en sí mismo un nuevo comienzo. Si no se lo toma en cuenta, si no nos hacemos cargo del mismo, el error de esta mañana necesariamente se convertirá en parte de esa red de errores y oportunidades que perdimos. Al final del día, mientras reflexionamos y nos damos cuenta de estos errores, viene el remordimiento de conciencia. Asimismo, al final de nuestra vida, seguramente vamos a reflexionar sobre cómo nos fue, lo que hicimos y lo que no, y ese momento estará lleno de remordimiento. Pero, ¿es el final del día el momento correcto para llorar? ¿Es el final de nuestros días el momento para arrepentirnos?

Nuestros sabios nos enseñan que incluso antes de la creación del mundo, Dios creó la capacidad de teshuváh (- regreso o arrepentimiento -). De acuerdo con el Talmud, Dios » creo la cura antes que la aflicción». Es decir que Dios, en Su infinita sabiduría, sabía de antemano que nosotros aprendemos de nuestras experiencias: el mundo no puede avanzar sin teshuváh. El propósito Divino de la creación no se puede realizar sin la capacidad y el esfuerzo por la teshuváh, es decir, mejorarnos como personas; dirigirnos y acercarnos cada vez más a la voluntad Divina: hacer de Su voluntad nuestra voluntad.

✍? ? Tomado de la enseñanza de los rabinos Glazerson & Gad Erlanger ?️ ✡️

El Rosh Jodesh: Regalo Divino para los Primogénitos…(Mandamiento de Lunas Nuevas).

Por P.A. David Nesher

*“ _Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros_.”*

(Shemot/Éxodo 12:2)

El primer mandamiento (mitzváh) que el Eterno le entregó a los hebreos para que se destacaran como pueblo escogido fue el de Rosh Jodesh, traducido como «Cabeza de Mes«, “Nuevo Mes” o «Luna Nueva«.

De ese modo, el mes del Aviv, (cf. 13:4), quedó establecido por el Eterno como el primero de los meses del año hebreo. Desde entonces, los israelitas tendrían una responsabilidad nacional de contar los meses y de crear un calendario que estuviese basado en el año lunar según la cosmovisión mesiánica que YHVH ahora les otorgaba.

Ese mes coincide más o menos con la última mitad de marzo y la primera mitad de abril, según el calendario romano. La palabra aviv [Dicc. Strong H24] significa “espigas verdes”. En la Edad Media tomó el significado de “primavera” y así es usada en el hebreo moderno. En el mes de las espigas verdes, el de la primavera, el pueblo de Israel salió de Egipto. Es el mes de la redención.

Este mes también tiene el nombre babilónico de Nisán (cf. Nehemías 2:1; Ester 3:7), nombre con el que se lo ha llamado después del regreso del cautiverio en Babilonia y Persia hasta hoy.

Ahora bien, más allá de estos detalles técnicos, ocurre que al estudiar este mitzváh, surgen en la mente de todo investigador el siguiente planteo: ¿acaso no es éste un extraño primer mandamiento?

Uno pensaría que el desarrollo de un calendario vendría sólo después de que fuesen establecidos los fundamentos básicos, como los Aseret HaDibrot (Decálogo). Entonces, se suman otras preguntas más:

  • ¿Por qué la Torah considera el proceso de establecer el nuevo mes como un gran avance en la creación de una nación?
  • ¿Qué tenía de malo el calendario solar que todos los demás habían estado usando?
  • ¿Y cuál es la importancia de basar el Calendario Hebreo en la luna?
El Derecho Humano de Ser Dueño del Tiempo.

Nuestro calendario determina en qué día se celebrará cada festividad del Eterno. Hemos aprendido que cada fiesta en particular trae consigo una realidad espiritual concreta que está disponible en ese día específico que se convierte en una zona de tiempo en el que el Mundo de Arriba se une al Mundo de Abajo por medio de portales cósmicos que se abren en dichas jornadas. Pesaj, por ejemplo, contiene la oportunidad de alcanzar la libertad espiritual; Yom Teruáh es el momento del juicio.

De este modo, y con esta perspectiva divina, la determinación de este calendario es puesta directamente por el Eterno en manos humanas. Entonces, si la luna apareciese un lunes pero nadie la ve realmente sino hasta el martes, «ver es creer» y la corte decidiría que el primero del mes fue el martes. Como resultado, Yahvéh, por así decirlo, seguiría la decisión de la corte y actuaría de acuerdo a ella, por lo que en el caso de Yom Teruáh, ¡Él pospondría Su juicio a nivel mundial por un día!

Con este mandamiento, el Eterno pretendía darle un fortalecedor mensaje a Su Pueblo. Hasta ahora, ellos habían sido esclavos de los egipcios. Su tiempo no era propio. Pero ahora, el Eterno les está diciendo: «Ustedes se convertirán en amos de su propio tiempo. Pero no solamente de su propio tiempo, ¡sino que también de Mi tiempo!«

Así el Eterno entregó por medio de este mandamiento su propio sistema de medición del tiempo. Dicho sistema, si seguía incondicionalmente este mandamiento, permitiría a cada israelita hacerse cargo de su responsabilidad de dar forma a la realidad física con la energía de la innovavión (hbr. jidush), que permitiría renovar ciclos y así llegar a las distintas festividades evitando el ritualismo tradicional que encapsula a los hombres en el sistema dogmático de la religión.

Es decir que el Eterno entregó en este mandamiento una herramienta cósmica que permitiera el control sobre la naturaleza en sus distintos niveles.

¡Aleluya!…. Mientras que el tiempo avanza constantemente, sin nunca detenerse, marchando en un espiral cíclico y repetitivo, a nosotros, los primogénitos del Padre, nos ha sido entregado el poder de detener o iniciar el tiempo a voluntad, con lo cual se nos permitió «compartir» con Yahvéh esa creatividad especial de determinar la renovación de la realidad, y la ascensión de todas las cosas.

Pero, ¿Por qué la Luna?

En el Salterio leemos lo siguiente:

Él hizo la luna para medir los meses.”

(Salmo 104:19a)

Como parte de este fortalecedor mensaje, era esencial que la Luna fuese nuestro factor determinante para fundar nuestro calendario en vez del Sol. La característica única del satélite terrestre (la Luna) es que siempre aparece ante nuestros ojos aumentando y disminuyendo, despareciendo y reapareciendo, para crecer, decrecer y crecer nuevamente. Es también la más pequeña de las dos luminarias.

Así entonces, mientras nuestra estrella regia (el Sol) es el símbolo de la invariable naturaleza, saliendo por el este y poniéndose por el oeste día tras día, cada día del año; la Luna cambia constantemente a través de un ciclo de fases. Esto es lo que esconde un mensaje ontológico muy importante para la conciencia de Israel. La Luna, en ciclo de fases, parece estar diciéndonos: «puedes ser pequeño y puedes disminuir hasta casi desaparecer, pero entonces, cuando las cosas se ven sumamente oscuras, brota la eterna esperanza. Puedes comenzar a mirar hacia arriba nuevamente. Puedes cambiar una situación y a ti mismo para mejor, sin importar cuán malo parezca. Nada es estático o inamovible«.

Con esto, cualquiera de los hijos primogénitos del Eterno, acepta el hecho de que los seres humanos tenemos libre albedrío y en ello radica nuestro poder de renovación; una siempre presente lucha contra la constante, cíclica, repetitiva y predecible marcha del tiempo y la naturaleza.

¿Cuándo comienza entonces el Año del Eterno y cómo se organizan sus meses?

La Torah dice que en primer lugar hay que basarse en la Luna para medir los meses. Sin embargo, el Sol también fue creado para mostrar los años, a través de las estaciones como está escrito en el libro de Génesis:

Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para días y para años.”
(Génesis 1:14)

Como vemos el Creador ha establecido que el sistema de medición solar determine el año (en hebreo «shaná«), que viene de la misma raíz que «repetir«, «repasar» e indica el inicio de las estaciones a través de los solsticios (primavera – otoño) y equinoccios (verano – invierno).

En cambio, la lumbrera menor, la luna, por otro lado, es la que indica los meses que en hebreo se dice «jodesh«, palabra que que viene de la raíz hebrea «jadash«, que significa «nuevo», «cambio», «algo diferente». Es interesante aportar aquí que jadash es también la raíz que da origen a la palabra «jidush» que significa «renovación» o «innovación», señalando así la energía que se esconde en cada rosh jodesh. En pocas palabras: cada jodesh (mes) contiene la energía de jidush (innovación o renovación), trayendo una nueva y nunca antes vista revelación de la luz divina al mundo.

La luna comienza a iluminar el primer día del mes (luna nueva), y su luz se va haciendo cada vez más intensa hasta el día quince, cuando se completa su disco (luna llena). Desde el día quince en adelante, la luz comienza a menguar, y el treinta ya no es visible.

Así mismo como la luna respeta un ciclo: nace, crece, declina y desaparece para luego volver a renovarse, el alma de un hebreo está en permanente cambio y transformación. De esta manera, el hecho de guardar el mandamiento de la luna nueva (rosh jodesh) fomenta en el alma redimida la importancia de renovarse y establecer un orden en la vida usando la energía de la innovación que permite un uso efectivo de la creatividad.

Por ello es que el pueblo de Israel es comparado a la luna. A pesar de que son pequeños y de que el sufrimiento ha sido parte integral de su historia entre las naciones, el israelita sabe que nunca debe darse por vencido. Como individuo y como nación, él se levantará nuevamente e iluminará la noche.

Cada miembro de Israel vive con esta creencia en el poder de los milagros, en que el Eterno supervisa el mundo y que éste no depende de predecibles leyes de la naturaleza. La nación Israel tiene una relación especial con Dios e incluso cuando ha estado en los escalones espirituales más bajos, a punto de asimilarse y desaparecer, el Eterno ha mantenido Su amor constante, al igual que un padre ama a su hijo.

Relación aproximada entre el Calendario Romano y el Calendario Hebreo.

Es interesante saber que, hasta este momento histórico, el ciclo de los meses comenzaba en Tishrei. Pero observamos que cuando Israel estaba a punto de salir de Egipto, el Eterno ordenó que el primero de los meses, a los efectos del cálculo de las festividades, fuese Aviv (Nisán), el mes del éxodo, para que así tuviésemos siempre presente la gran epopeya, pues entonces los meses quedarían vinculados a tal episodio. Por ejemplo decir: El primer mes desde el éxodo, el segundo mes desde el éxodo, etc. El calendario hebreo es básicamente lunar, pero ajustado con el Calendario solar para que la Festividad de Pésaj siempre tenga lugar en la primavera boreal [Torat Emet].

Veamos cómo quedan distribuidos estos meses lunares en relación al calendario solar actual:

1. Nisán (Aviv) … Marzo/Abril
2. Iyar … Abril/Mayo
3. Sivan … Mayo/Junio
4. Tamúz … Junio/Julio
5. Av … Julio/Agosto
6. Elul … Agosto/Septiembre
7. Tishrei (Etanim) … Septiembre/Octubre
8. Jeshván (Bul) … Octubre/Noviembre
9. Kislev … Noviembre/Diciembre
10. Tevet … Diciembre/Enero
11. Sh´vat … Enero/Febrero
12. Adar … Febrero/Marzo
13. Adar II … Marzo.

(NOTA: Los nombres de los meses que aparecen entre paréntesis son los que aparecen en la Biblia)

Los nombres de los meses romanos septiembre hasta diciembre nos muestran que había una relación antigua entre el cómputo bíblico y el romano. Septiembre corresponde al séptimo mes Tishrei, octubre corresponde al octavo mes Jeshván, noviembre corresponde al noveno mes Kislev, y diciembre corresponde al décimo mes Tevet. Luego hubo cambios en el calendario romano y estos meses ya no corresponden al nombre que llevan. Septiembre ahora es el noveno mes del año romano.

He dicho más arriba que el calendario hebreo es una combinación entre la Luna y el Sol. El año lunar tiene aproximadamente 354,36 días y el año solar aproximadamente 365,25 días. Por esta razón, si se sigue solamente la Luna, van a faltar 11 días al año para llegar al año solar, que es la que rige en la naturaleza. El calendario árabe sigue solamente la Luna y el calendario romano sigue solamente el Sol. Ninguno de los dos cumplen los requisitos de la Torah. Tanto el Sol como la Luna tienen que ser la base para medir los años.

Un mes bíblico siempre empieza con la luna nueva. Según la Torah, el primer mes, aviv, tiene que caer en la primavera, cuando la cebada está lista para ser cosechada en la tierra de Israel. Si nos regimos sólo por el año lunar, (con 354 días), que no sigue el ciclo de la naturaleza, la primavera no caería en el mismo mes cada año. Y si seguimos solamente el año solar, no podríamos celebrar las fiestas según la luna nueva, como manda la Torá. Tenemos que tener una combinación entre la luna y el sol.

Para ajustar la diferencia entre el año lunar y el año solar, en tiempos bíblicos se añadía un mes extra al final del año en el caso de que la cebada no estuviera lista para ser cosechada. Para la fiesta del primer mes hacía falta un sacrificio de harina de cebada y si no había cebada no se podía celebrar la fiesta. Así que hasta el siglo IV de la Era Común. La misma naturaleza de Israel decidía cuando iba a ser el primer mes de cada año. Si la primavera venía tarde un año, se añadía un mes extra a los doce meses del año. Si la cebada estaba madura, no se añadía. Más adelante se estableció un calendario fijo, que es el que se usa en la actualidad, elaborado por el sabio Hillel HaShení (Hilel II) en el año 358 (E.C.). En el mismo se añade por reglas matemáticas un mes extra (Adar II) cada dos o tres años. En total son añadidos 7 meses durante un periodo de 19 años.

Antes de que el Calendario hebreo fuera elaborado por Hillel II, las autoridades del Culto en Jerusalem, fijaban las neomenias con el nacimiento de la luna.

Hombres de confianza observaban la luna en determinados lugares, y de acuerdo con su informe, el Gran Senado Judaico (Sanhedrín) fijaba los principios de los meses y las fiestas. Es por lo que en Jerusalem, donde la noticia de la luna nueva se publicaba inmediatamente, se celebraba la fiesta en el día fijado. Pero en las provincias, donde la proclamación de la neomenia por las autoridades religiosas de Jerusalem no llegaba a tiempo, se celebraba por preocupación un día más. Por ejemplo, si la fiesta de Pésaj era de siete días en Jerusalem, en las comunidades distantes de la capital duraba ocho días. Esta costumbre se sigue hasta hoy, y por eso, en la diáspora, tenemos un día festivo más que los judíos de Israel.

Cambios Cósmicos en el Movimiento del Eje Terrestre.

Ahora bien, si leemos las Sagradas Escrituras, notaremos que el año bíblico es de 360 días (cf. Daniel 7:25; Revelación 13:5; 11:2-3; 12:6, 14). No hay ningún testimonio bíblico de que hay que añadir un mes extra cada dos o tres años. La Torah no lo contempla (cf. Génesis 7:11, 24; 8:3-4; Ester 1:4). Esto nos da pie a pensar que al principio no hubo diferencia entre el año solar y el año lunar. El mes lunar tendría exactamente 30 días y así los 12 meses darían un año de 360 días. Esto significa que la tierra sólo necesitaría 360 días para dar una vuelta alrededor del sol. ¿Cómo puede ser esto?¿Qué pasó en la historia para que el año solar llegara a tener 365 días?

Existe una gran cantidad de documentos arqueológicos e históricos de varias culturas antiguas que muestran que hubo un cambio en el sistema solar en el siglo VIII a.E.C., cuando fueron añadidos 5 (cinco) días al año solar.

Parece que algo pasó en nuestro sistema solar que causó un desajuste entre el año lunar y el año solar. La tierra se alejó del Sol y la Luna se acercó a la Tierra.

Existe un acontecimiento relatado en las Escrituras que coincide con la fecha dada en las culturas antiguas, y que nos da pie a pensar que fue en ese momento cuando sucedió este desajuste en nuestro sistema solar, según está escrito en 2 Reyes 20:8-11; Isaías 38:7-8.

Este cambio causó que la Luna Nueva a partir de entonces ya no se podía saber con exactitud, puesto que el mes lunar llegó a tener 29 ½ días, en lugar de 30 que probablemente había tenido antes. En tiempos del rey Shaúl se sabía con exactitud cuándo iba a ser la luna nueva (cf. 1 Samuel 20:5).

Por este acontecimiento fue que más adelante se necesitaban dos testigos cada mes para saber cuándo celebrar la fiesta de la luna nueva. Entonces ya no se podía saber con antelación cuándo iba a ser la fiesta anual de Yom Teruáh, que cae el primer día del séptimo mes. Nadie sabe el día ni la hora cuando se verá la luna nueva de Yom Teruáh. Esto nos enseña que el regreso del Mesías será en el primer día del séptimo mes (cf. Mateo 25:13).

El Calendario del Proyecto Cósmico llamado Emanuel.

Ahora hay algo aún más hermoso y maravilloso que destacar. Aún con todas las consideraciones que hemos visto más arriba respecto a los secretos cósmicos que esconde el mitzváh del Rosh Jodesh, debo decir que en verdad que esta forma de contar los tiempos apunta al mover divino de Su Proyecto de Redención.

La redención es el inicio del proyecto de salvación del Eterno que se convertirá con el transcurrir de los tiempos en el Proyecto Emanuel.

Sabemos que todo empieza con el sacrificio del cordero, cuya sangre libera de la muerte. Después viene la libertad de la esclavitud. Todo el programa redentivo está revelado en las Fiestas del Eterno, y por esto el rosh jodesh primero (Aviv o Nisán) tiene que ser el primero del año, para que el programa esté en el orden correcto. Al alterar el orden de los meses se altera el plan de redención del Eterno y no se entenderá.

La redención, en la mentalidad hebrea, representa el emerger de la oscuridad a la luz admirable; por eso, quien nunca padeció la opresión de la esclavitud, no valorará la redención.

La esencia misma de la redención es la libertad que resulta de la sumisión misma. Si el pueblo de Israel no hubiera sido esclavizado, nunca habría experimentado la verdadera libertad; pero una vez que lo fue, esa misma esclavitud dio origen a su redención. De en medio de esa oscuridad (y de ningún otro lugar) surgió la luz.

«Será…la cabeza de los meses«, dijo el Eterno, pues todo conteo que realicen deberán hacerlo desde Aviv/Nisán. ¿Por qué? Pues el día de la redención es más significativo que el día del nacimiento, y la redención es en sí misma más trascendente que cualquier otro acontecimiento o evento.

Hasta antes de salir de Mitsrayim (Egipto) el pueblo de Israel calculaba los meses y años en base a la Creación, o desde la época en que el mundo se renovó luego del Diluvio, como declara el versículo «dos años después del Diluvio» (Génesis 11:10), o desde el nacimiento de Avraham, o desde “el pacto de las mitades” entre Dios y Avraham (Génesis 15:13), al cual alude el versículo: «Y fue al cabo de cuatrocientos treinta años«… (Exodo 12:41). Sin embargo, tan pronto como la nación redimida salió de Egipto, dejó de lado todos estos cálculos y comenzó a contar únicamente a partir de la redención: Este mes será para vosotros la cabeza de los meses.

En el Talmud [Rosh HaShaná 10a-11b] existe una discusión entre dos rabinos si el mundo fue creado en el mes de Nisán o  Tishrei. La última tuvo más fuerza y por esto la Casa de Judá ha establecido que el cómputo de los años desde la creación del mundo es a partir del 1 de Tishrei, que es el séptimo mes en el anuario bíblico. Hay una fiesta anual establecida en la Torah para ese día, llamada Yom Teruah, («Día del Clamor» o «Día de Alarma»), pero el rabinato judío decidió cambiarle el nombre que el Eterno puso por el de Rosh HaShanáCabeza de Año» o «Año Nuevo«)

«Este mes será…» En el Talmud existe una analogía que comienza con la pregunta: «¿Con qué puede compararse ello?» Inmediatamente la respuesta es: «con un rey que al nacer su hijo fijó esa fecha como día de fiesta y alegría. Años más tarde, el hijo fue tomado prisionero y mantenido en cautiverio durante largo tiempo. Cuando finalmente fue rescatado, el rey estableció el día de su liberación como la fecha de celebración más importante del año [por encima de la primera].

Asimismo, antes de que los hebreos descendieran a Egipto, calculaban los años en base al “decreto de esclavitud”, es decir, cuántos años habían transcurrido desde “el pacto de las mitades” entre Yahvéh y Avraham cuando se selló el decreto de cuatrocientos años de esclavitud que debían soportar en tierra extranjera (Génesis: 15:13). Pero luego de que descendieran a Egipto y fueran esclavizados allí, y el Eterno realizara grandes milagros en su favor y los liberara, comenzaron a contar los meses desde el momento de ese magno acontecimiento, como declara el versículo: Este mes será para vosotros cabeza de meses (Shemot Rabá 15).

Estudiando la historia de Israel, observamos que todas las dificultades y sufrimientos padecidos por la descendencia de Yaakov a lo largo de los tiempos se transformaron en luz y salvación; cuanto mayor fue la oscuridad, tanto mayor fue la luz resultante. De igual forma sucederá con la redención final: su luz surgirá de entre la oscuridad; en el mismo momento en que los corazones se estremecen con desesperanza, brillará la gloria de Yahvéh. ¿Y cuándo acontecerá esto? En el mes de Nisán, que el Eterno estableció como período de redención para todas las generaciones. Toda tribulación o desgracia que se abate sobre Israel durante este mes no es más que una afirmación del florecimiento de la redención que está a punto de comenzar.

Así explicaron nuestros Sabios en el Midrash: «El versículo Este mes será para vosotros… (Exodo 12:2) guarda una estrecha relación con los siguientes dos: El consejo de Dios se yergue para siempre (Salmo 33:11) y Afortunada es la nación cuyo Dios es YHVH (Salmo 33:12). Cuando el Santo, bendito sea, escogió Su mundo, estableció los comienzos de meses y los años —éste es el consejo que se yergue para siempre—; y cuando eligió a Yaakov y a sus hijos, fijó un mes de redención — un mes en el cual serían redimidos de Egipto y lo serán en el futuro. En ese mismo mes nació Itzjak, en ese mes fue atado como ofrenda sobre el altar, en ese mes Yaakov recibió las bendiciones de su padre, y en ese mes Dios insinuó a los Hijos de Israel que el mismo sería el comienzo de su redención, como expresa el versículo (Éxodo 2:2): …el primero de los meses del año para vosotros. Respecto de ello fue dicho: Afortunada es la nación cuyo Dios es YHVH«(Shemot Rabá 15).

Con estas consideraciones, los sabios expertos en toralogía señalan al mes de Aviv (Nisán) com el mes de la redención, y aseguran que debe ser considerado aún más grandioso que Tishrei, el mes en el que el mundo material fue creado. Ellos dicen que el mundo fue creado con un propósito, que es que nosotros, los humanos, lo insuflemos de significado, rectificándonos de esa forma tanto en un nivel individual como en un nivel global (Tikun Olam). Así pues, ellos aseguran que para lograr esa misión, el Eterno otorgó al mes de Aviv (Nisán) como el tiempo en que nuestro Israel emergió redimido como un pueblo sacerdotal con este objetivo como su definición de propósito nacional.

¿Qué podrían representar para un pueblo esclavo los días, las estaciones y las Festividades? Para un sirviente el tiempo no tiene un curso, y su existencia es como una noche eterna. Abarbanel explica que la Torah no viene precisamente para establecer las bases de un calendario hebraico sino para pedir en nombre de Dios, que con el fin de recordar la liberación de Egipto se conceda la primacía a este mes, que habrá de ser el primero de todos los meses del año, y a partir del mismo habrán de contar los meses, a saber: segundo, tercero, etc. Esa es la esencia de esta mitzvá, la primera que recibe el pueblo de Israel como nación a ser constituida.

Por eso, y de acuerdo a la revelación de la Torah, el mes de Aviv (Nisán) es el mes de la liberación del pueblo israelita por cuya razón celebramos Pésaj, es decir el inicio del Programa de Redención del Eterno a través del korbán Pesaj: un cordero sacrificado por el padre de familia que evitó el exterminio del Ángel de la Muerte.

¡El mes de Aviv es el comienzo del Año de YHVH!

Un Método Cósmico Para Controlar al Tiempo Exclusivo para Hijos Primogénitos.

Yahvéh le dijo a Moshé un mensaje para que él le diera al faraón y al pueblo de Israel antes de que las diez plagas comenzaran: «Mi hijo primogénito es Israel» (Éxodo 4:22). Los Israelitas estaban en su punto más bajo en este momento; no eran merecedores de ningún milagro por su propio derecho. Y sin embargo, ese momento fue justamente cuando el Eterno nos elevó, sacándonos de la oscuridad de Egipto, iniciando el proceso de movimiento ascendente hasta 50 días después, cuando fuimos merecedores de recibir la Torah y de convertirnos en una nación.

Qué momento y lugar tan perfectos para entregarle al pueblo judío aquel alentador mensaje en el mandamiento de santificar la luna nueva cada mes y de determinar nuestro calendario de esta forma:

«Y Dios le dijo a Moshé… en la tierra de Egipto, dile al pueblo judío: Este mes es para vosotros el comiendo de los meses…«
(Éxodo 12:1-2).

La Torah dice que “para vosotros”, es decir, para los hijos de Israel, el mes del Aviv es el primero del año.

El Eterno nos había dado el poder de la renovación y del cambio, es decir, el regalo de expandirnos, iluminarnos y crecer nuevamente después de haber sido disminuidos.

Es necesario aceptar que esta capacidad de renovación es exclusiva del pueblo de Israel y ella lo distingue de todas las demás naciones. Por este motivo les fue concedido el mes lunar, que representa la renovación constante: para que lo bendigan, siempre se guíen por él, y sean bendecidos con esta cualidad. Aunque su luz parezca totalmente ausente, Israel ha sido bendecido con la capacidad perpetua de renovación.

En esta característica única radica el secreto de la existencia y la eternidad del pueblo redimido por Yahvéh en Mitsrayim (Egipto).

La expresión “para vosotros” nos da a entender que no es así para otros. Desde el principio los pueblos de las naciones contaron los meses desde el día de la creación de Adam, el primer día del primer mes. Cuando Adam fue creado el sexto día de la semana, él empezó a contar el tiempo. Para él fue el primer día del primer mes. Esto nos enseña que Adam probablemente fue creado el día de la luna nueva. Desde entonces sus descendientes contaron los meses y los años según marcaba el sol y la luna (cf. Génesis 1:14).

Ahora el Eterno dice “para vosotros”, dando a entender que para otros no lo es. Ellos seguirán contando de otra manera. Antes de la salida de Egipto, los hijos de Israel no celebraban el mes del Aviv como el primero del año. Pero cuando el Eterno empieza su programa de redención, cambia todo. El mes que antes fue el primero, de repente es considerado como el séptimo. Tishrei, que antes era el primer mes, llegó a ser el séptimo. “Para vosotros” es así, pero los demás no lo van a ver así, porque no son parte de la gran redención, y por lo tanto no tiene parte en el Olam HaVá (Mundo Venidero).

El Midrash, explicando esta expresión, señala lo siguiente:

Corresponde que los grandes [pueblos gentiles] lleven la cuenta según lo grande [el sol], y los pequeños [Israel] lo hagan según lo pequeño [la luna]. Esav [Roma] se guía por el sol que es prominente; así como el sol gobierna durante el día y no durante la noche, del mismo modo Esav tiene una porción en este mundo pero no en el Mundo Venidero. Yaakov (Israel) se basa en la luna que es pequeña; así como la luna gobierna en el día y en la noche, del mismo modo Israel tiene una porción en este mundo y en el Mundo Venidero. Siempre que la luz del más grande brilla en el mundo, la del más pequeño no se destaca. Pero cuando la luz del más grande se oculta, la del más pequeño gana prominencia. De igual modo, mientras la luz de Esav brilla, la luz de Iaacov no se apaga. Pero cuando la luz de Esav se oculta, la luz de Iaacov se difunde. A ello alude el versículo (Isaías 60:1-2) «Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de Dios brilla sobre ti. Pues he aquí que tinieblas cubren la tierra…».

(Bereshit Rabá 6)

Las naciones del mundo se comparan al Sol, en tanto que el pueblo de Israel se asemeja a la Luna. Pese a que Israel es la nación más débil y numéricamente mas pequeña, está destinada a inmensa gloria luego de que el dominio del mal sea erradicado por el Eterno de la faz de la tierra.

Esta capacidad de renovación es exclusiva del pueblo de Israel y ella lo distingue de todas las demás naciones. Por este motivo les fue concedido el mes lunar, que representa la renovación constante: para que lo bendigan, siempre se guíen por él, y sean bendecidos con esta cualidad. Aunque su luz parezca totalmente ausente, Israel ha sido bendecido con la capacidad perpetua de la renovación (jidush).

En esta característica única radica el secreto de la existencia y la eternidad del pueblo de Israel.

Puesto que Rosh Jodesh constituye la base de la que dependen todas las Festividades que distinguen la santidad de Israel de la vida de cualquier otro pueblo, la mitzvá de consagrar el nuevo mes (hbr. Kidush HaJódesh) le fue entregada antes que las demás.

Mientras que el pueblo de Israel todavía se encontraba en Egipto, antes de que se le encomendaran otras mitzvot, se le entregó precepto de fijar los meses. El versículo expresa:

 «Y habló Dios a Moshé y a Aharón en la tierra de Egipto, diciendo: este mes será para vosotros el primero de los meses (Nisán-Aries), primero es él para los meses del año
(Exodo 12:12)

«Este mes será para vosotros»: esta renovación es vuestra fuerza y vuestra gloria por siempre.

Lectura Recomendada para Profundizar este Tema:

¿Abrumado por el SHABAT?


Por Rabbi Dovid Green

Es posible que los no iniciados se sientan abrumados por todas las cosas que uno no puede hacer en Shabat, sin embargo, todo es una cuestión de actitud. No es «No puedo hacer esto, y no puedo hacer eso«. Sino, «No tengo que hacer esto o aquello«.

Shabat es un momento en el que nos damos cuenta de que no nos pusieron este mundo solo para ganarse la vida, aunque sea una prioridad dominante necesaria. No tenemos que conducir en coche, usar celular, etc. Cambiamos el ritmo.

Shabat es cuando nos recordamos que somos seres espirituales con un propósito espiritual, y lo alcanzamos en Shabat.

Ganar el sustento es el vehículo a través del cual nos mantenemos en el nivel físico. Entonces podemos concentrarnos en nuestra verdadera esencia. No importa el tipo de trabajo que hacemos durante la semana, seas un ejecutivo o ama de casa pues en Shabat todos nos reunimos ante el mismo Dios, que nos ve por lo que somos, ricos y pobres por igual.

Podemos desinhibirnos en oración ante Dios, ya que Él nos reconoce por quienes somos bajo la máscara social. En el día, escuchamos la lectura de su Torá, luego venimos a casa a sentarnos en la mesa con la familia, a comer la comida festiva, cantar canciones que corresponden y compartirnos en compañía de seres queridos y amigos.

El sábado es mei ‘ein olam haba’a, que traducido es: «la esencia del mundo venidero«.

Quien experimenta un Shabat donde se guarda correctamente, comienza a sentir que así es como se supone que debe ser el mundo.

Al salir de tal ambiente cuando finaliza Shabat, uno ya está anticipando el siguiente ya que éste deja una impresión en el alma, da forma y moldea la manera en que pasamos nuestra semana.

¡Que todos podamos tener el privilegio de probar la dulzura del Shabat!

¿Cuál es el Significado de Tu B’Shevat en nuestro Tiempo?

Por P.A. David Nesher

«Cuando ustedes entren en la tierra y planten toda clase de árboles frutales, tendrán por prohibido su fruto. Por tres años les será prohibido; no se comerá.

Levítico 19:23 (NBLH)

En Israel, desde el comienzo de los asentamientos agrícolas en la conquista con Josué, el día 15 del mes 11º del calendario hebreo ha adquirido gran importancia, simbolizando el resurgimiento y la redención de la Tierra.

Por ello Tu B’Shvat (que significa 15 de Shevat) ofrece una oportunidad única para comprender el crecimiento personal en el peregrinar el Camino de la Vida. 

Este día se pensó como el cumpleaños del árbol y se usó para demarcar un nuevo año fiscal para la agricultura de la Tierra Santa. Por eso Tu B’Shvat tiene una gran importancia en las leyes agrícolas que son relevantes en la Tierra de Israel.

Como «año nuevo de los árboles«, el Tu B’Shvat es la fecha límite en el calendario hebreo para calcular la edad de un árbol frutal.

La relevancia práctica de esto es que durante los tres primeros años de un árbol sus frutos están prohibidos bajo el requerimiento bíblico de no comer Orlá (Levítico 19:23).

Más aún, Tu B’Shvat es el año nuevo para determinar los diezmos. En los años 1, 2, 4 y 5 del ciclo de siete años de Shemitáh, el 10 por ciento del producto de Israel es Maaser Shení, que debe ser redimido con una moneda. En los años 3 y 6 del ciclo, ese 10 por ciento es Maaser Aní, que debe ser entregado a los pobres.

Una midrash (explicación) antigua se ha vuelto muy relevante hoy en día para entender la función profética de este día:

«En la hora en que el Santo creó a la primera persona, Dios le mostró a su creación los árboles en el Jardín del Edén, y dijo:

«Vea Mis obras, qué tan buenas son; ahora todo lo que he creado, lo creé para su beneficio. Piensa en esto y no corrompas y destruyas Mi mundo. Porque si lo destruyes, no hay nadie para restaurarlo después de ti

(Eclesiastés Rabá 7:28 -no es el libro de la Biblia)

Recordemos que, a lo largo de los siglos, tanto los sacerdotes, como los profetas, han usado el árbol como una metáfora para entender la relación de Yahvéh con los mundos espiritual y físico, por medio de los tzadikim (justos).

Desde la enseñanza oral de Moshé, se enseña en Israel que los mundos espirituales superiores son raíces invisibles (llenas de misterios divinos) cuyo tronco y ramas se extienden (hacia abajo) hacia nosotros, para finalmente manifiestar su influencia a través de ramas y hojas en los reinos inferiores concentrados todos en el ser humano Ungido (Mashiaj), a quien se denomina Árbol de Vida del Eterno. A través de este Árbol, fluye el río final de la vida universal, tal como lo describe el oráculo apocalíptico de Juan en Patmos:

«En medio de la calle principal de la ciudad y a cada lado del río, crecía el Árbol de la Vida, que da fruto cada mes, es decir, doce veces al año; y las hojas del árbol sirven para sanar a las naciones.«
(Revelación/Apocalipsis 22:2)

El Árbol de la Vida se origina en el inimaginable Ein Sof o el Infinito, y se vuelve progresivamente más en contacto con nuestro mundo, en el que la creación está teniendo lugar continuamente por medio del servicio sacerdotal (hebreo: avodáh) del ser humano redimido en Él.

Otra imagen relacionada con la historia del Jardín del Edén es el Árbol de la Vida. El sabio compara a la Torah con un Árbol de Vida (en hebreo: Etz Jayim) . La aplicación es simple y sencilla: así como tomamos sustento para la vida de un árbol natural, la Torah como nuestra forma de vida cotidiana nos sostiene en fortaleza y belleza.

Tu B’Shevat es considerado como un tiempo sagrado lleno de poder profético para hacer riquezas. Se celebra la conexión que los hebreos tenemos con el Eterno y la Tierra de Israel. Por esto, al decir bendiciones y participar de muchas clases de frutas, tenemos la oportunidad de agradecer a Yahvéh por la maravilla de la vida renovada y de volver a despertar nuestras propias conexiones espirituales. Además, honramos a la Tierra de Israel disfrutando de sus frutos, especialmente los de las siete especies mencionadas en el rollo de Devarim (Deuteronomio): trigo, cebada, uvas, higos, granadas, aceitunas y dátiles:

“…una tierra de trigo, cebada, viñas, higueras y granada, una tierra de olivos y miel [de dátiles]

(Deuteronomio 8:8)

Tu B’Shevat también se ha convertido en un día de compromiso para proteger el medio ambiente. Las Sagradas Escrituras enseñan que la Tierra es de Yahvéh, el Creador, y por lo tanto todos los seres humanos debemos ser socios y colaboradores con el Eterno en la preservación de nuestro planeta y sus recursos.

Por todo esto, en el Israel contemporáneo, Tu B’Shvat es una especie de “Día del Árbol” en el que se aprovecha para tomar conciencia ambiental, por lo que se plantan árboles en celebración. Gracias a esta tradición activa, Israel es uno de los pocos países del mundo que terminó el siglo pasado con más árboles de los que comenzó, ha plantado más de 240 millones de árboles durante casi los últimos 100 años, dándole la rara distinción de tener una ganancia neta de árboles al entrar al siglo 21, una hazaña impresionante teniendo en cuenta que todos estaban plantados a mano. La forestación se toma en serio aquí, como uno de los sueños de David Ben-Gurion era hacer florecer el desierto.

Por último, les contaré que tanto en la Torah (Deuteronomio 20:19), como en las Sagradas Escrituras,  al ish tzadik (hombre justo) se lo ve como una palmera datilera fructífera:

«El justo florecerá como la palmera;…»
(Salmo 92:12)

Esta cosmovisión da a entender que el hombre redimido por el poder del Mesías, es visto en las regiones celestes como un árbol que a través de la Torah, se cuida, endereza sus ramas y se da la posibilidad de dar muchísimo más fruto, para transformar a la humanidad y el mundo.

Por ello, Tu B’Shevat es un día especial para cultivar fuertes raíces espirituales mediante el aumento de las buenas obras. Es un tiempo oportuno que permite contemplar los métodos para llevar una vida más fructífera.


BITÁCORA RELACIONADA:

¿Qué es el Omer?… ¿Para qué sirve?

Y contaréis para vosotros desde el día siguiente al Shabat, desde el día en que traéis la ofrenda del Omer, siete semanas completas serán; hasta el día siguiente a la séptima semana contaréis cincuenta días...”

(Levítico 23:15)

En los días del Templo Sagrado, el pueblo de Israel traía una ofrenda de cebada en el primer día de la semana posterior a Pesaj (Levítico 23:10). Esto era llamado el “Omer” (literalmente: “gavilla”), y en términos prácticos esto permitía el consumo de los granos recién cosechados. 

La Torah dice que es un mitzvá (mandamiento) “contar el Omer” todos los días –durante los 50 días que llevan a Shavuot o Pentecostés (Levítico 23:15). 

Este es un importante período de crecimiento e introspección, en preparación para la festividad de Shavuot, que llega 50 días después. 

Shavuot es el día en el que Israel, el primogénito de YHVH, estuvo parado en el Monte Sinaí para recibir la Torah (Instrucción), y como tal, requirió un período de preparación de siete semanas.

En verdad el Eterno nos liberó de Egipto sólo para recibir la Torah como documento de alianza de amor (boda) y cumplirla empapados en la certeza de Su amor hacia nosotros. Por esto se nos ordenó contar desde el día siguiente al sábado semanal del Pesaj hasta el día en que la Torah fue entregada –para mostrar lo mucho que deseamos la Torah en nuestras mentes y corazones.

Como lo especifica el arriba citado versículo, el mitzvá (mandamiento) consiste en contar tanto los días como las semanas.

La cuenta del omer es nuestra re-experiencia anual de la cuenta de cuarenta y nueve días por parte de nuestros antepasados desde su Éxodo de Egipto (Mitzraim) hasta la revelación en el Monte Sinaí.

A continuación de su liberación de Egipto, se embarcaron en un proceso de refinamiento y purificación, a fin de ser dignos para recibir la Torá de Di-s en Sinaí.

Cada día lidiaron con otro rincón de su corazón, limpiándolo y refinándolo.

Cuarenta y nueve días después del Éxodo, presentaron su ser perfeccionado a Yahvéh, quien los eligió como Su «reino de sacerdotes y nación santa«, y les comunicó su Carta Magna como Su pueblo: la Torah.

Cada año, repetimos el proceso.

En Pesaj, y gracias a la sangre del Mesías, se nos concede el potencial para liberarnos de las impurezas en las que nos hemos entrampado como resultado de nuestra servidumbre a la vida material. Pero éste es sólo un «estímulo desde arriba», un destello de libertad que ahora debe ser internalizado a través de un esmerado refinamiento personal que utilizará la oración (tefilá) y la meditación en la Torah. Contamos los días y las semanas hasta Shavuot, centrando nuestra mira en nuestros rasgos menores de carácter y en nuestras características básicas en la procura de una personalidad perfecta en Yeshúa, que nos permitirá sujetar a Él nuestro temperamento y así reflejar Su carácter. En estos días de apartamiento para Yahvéh, los cuatro temperamentos queda sometidos a lo que el Espíritu Santificador realiza con su poder desde adentro hacia afuera.

El Omer es un maratón de limpieza celestial. La Torah nos enseña que durante los 49 días que siguen a la celebración de Pesaj, necesitamos ocuparnos en gran manera por deshacernos de todas las influencias negativas de todas las áreas de nuestra vida. Después de Pesaj, comenzamos a anticipar Shavuot, la siguiente festividad y, en esencia, la culminación de Pesaj. Pesaj fue una conexión gratuita. El Omer es el trabajo que realizamos para que la Luz de Pésaj se complete plenamente en Shavuot.

 

Bitácoras que ayudarán a entender mejor esta disciplina profética:
 

¿Qué Significa Sefirá?

 

Los Ciclos del Eterno

 

Cuarenta y Nueve Pasos para Alcanzar La Gloria

El Sonido Científico del Shofar

En cada Yom Teruah comprobamos en nuestro ser que el conmovedor sonido del shofar nos habla con mayor intensidad que las palabras. Es un llamado personal a cada uno de nosotros para que despertemos y utilicemos la oportunidad para cambiar que esta fiesta del Eterno nos brinda.

Encontré un artículo escrito por Yvette Alt Miller en el que nos demuestra como la ciencia moderna ha documentado las respuestas físicas que experimentan los seres humanos al verse expuestos a sonidos fuertes y resonantes como lo es el sonido del Shofar.

Los cambios físicos que experimentamos al enfrentarnos a alarmas urgentes y repentinas —conocidos como la respuesta de “lucha o escapa”— nos ayudan a tratar con las amenazas inmediatas. Durante Yom Teruah, esos cambios nos pueden ayudar a ver el mundo de otra manera, brindándonos una perspectiva diferente y ayudándonos en áreas donde necesitamos crecer.

  1. Nuestros sentidos se agudizan

Cuando nos sobresaltamos, el hipotálamo de nuestro cerebro comienza inmediatamente a producir hormonas, alterando de esta forma nuestro estado fisiológico. Una de las primeras cosas que produce son los Neuropéptidos-S, una pequeña proteína que nos hace estar más alertas. Disminuye nuestra necesidad de sueño, se agudiza nuestro estado de alerta y aumenta nuestra energía.

Nuestro cerebro también envía una señal a nuestras glándulas de adrenalina para que comiencen a liberar adrenalina y noradrenalina, dos hormonas que aumentan nuestro ritmo cardíaco y respiratorio, y agudizan nuestra concentración.

En tan sólo segundos pasamos a un estado de alerta y podemos ver los peligros y los detalles que antes pasábamos por alto.

En Yom Teruah, esos momentos son invaluables. La energía que ganamos al oír los fuertes sonidos del shofar nos da, por un momento, un estado de consciencia renovado y más agudo, así como una forma diferente de ver el mundo.

  1. La emoción se incrementa

Otro efecto del estrés repentino es la simplificación de nuestro proceso de razonamiento. Cuando nos sobresaltamos, nuestro cerebro libera catecolamina, un neurotransmisor que estimula una parte de nuestro cerebro denominada cuerpo amigdalino, un centro que se basa en el pensamiento emocional (en lugar de puramente racional).

Este cambio nos ayuda a no sobrecargarnos de detalles y a no atascarnos cuando tomamos decisiones: es parte de nuestra respuesta “lucha o escapa” que nos ayuda a decidir ¡corre! en los momentos de peligro.

También puede darnos la claridad para analizar nuestro comportamiento sin la racionalización que es parte de nuestro matizado proceso de pensamiento cotidiano.

Pensar con nuestro cuerpo amigdalino en los momentos posteriores a los sonidos del shofar nos ayuda a vernos con mayor honestidad, a percibir nuestro comportamiento como bueno o malo, sin racionalizaciones. Puede darnos el coraje para admitir nuestras falencias y la claridad para saber qué hacer en el futuro.

  1. Se despierta la memoria a largo plazo

No sólo nuestro cuerpo amigdalino es estimulado, sino también el hipocampo, la región del cerebro que almacena la memoria a largo plazo. Esto nos ayuda a asegurar que no desperdiciemos esos momentos, a que aprendamos del estrés que acabamos de vivir.

Esto significa que cualquier cosa que vivamos en este estado de alta sensibilidad hará una impresión duradera en nosotros y permanecerá en nuestra memoria más que los recuerdos normales.

Esto ayuda a asegurar que nuestras resoluciones de Yom Teruah tengan un impacto más duradero. Todos nuestros pensamientos (nuestras emociones y nuestras decisiones para cambiar) se arraigarán profundamente en nuestro ser y serán parte de nuestra memoria a largo plazo.

Cuando oímos los fuertes sonidos del shofar nuestro cerebro se sensibiliza; saber esto puede ayudarnos a utilizar estos preciados momentos para imbuir en nuestra memoria mensajes positivos y decisiones para crecer, recuerdos a los que podremos recurrir durante todo el año.

  1. Nuestro cerebro se vuelve más activo

Con todos estos cambios ocurriendo, durante los momentos de estrés nuestro cerebro se vuelve más activo. Las células nerviosas de nuestro cerebro reciben más mensajes que lo normal y aumenta la actividad cerebral. En este estado somos capaces de procesar mucha más información que durante los momentos menos estresantes.

El período en que escuchamos el llamado del shofar es muy breve. Sin embargo, si se lo permitimos, puede estimularnos a pensar con mayor profundidad y a tomar decisiones que duren más que lo normal.

Las Escrituras del Eterno enseñan que es posible tomar decisiones importantes y cambiar nuestra vida en un instante. La capacidad extra que tenemos durante este período hace que el cambio sea más accesible.

Cuando escuchamos los urgentes y potentes sonidos del shofar, nuestros cuerpos están perfectamente calibrados para reaccionar ante ellos, dándonos más energía y concentración; utilicemos esta dosis extra para analizar nuestras acciones pasadas y para decidir crecer en el año entrante.

 

La Gran Batalla: ¡Jametz contra Matzáh!… ¡Despojémonos de todo peso!

Por P.A. David Nesher
 
En el primer mes (Abib o Nisán) en el día quince, en la peregrinación de Pésaj, el Eterno Dios, nuestro Abba, nos comandó comer Matzah (Pan Ácimo) sin Jámetz (levadura), esto es debido a que el Jámetz es símbolo del Yétzer Hará (tendencia al mal o concupiscencia), el Instinto Humano Destructivo, es decir la arrogancia y vanidad del ego humano.
 
 
Con el fin de entender los misterios revelados en esta festividad procederemos a considerar las raíces hebreas de su propuesta.
 
 
Matzáh se escribe con las letras: Mem, Tzadik y Hei; Jámetz se escribe con las letras: Jet, Mem y Tzadik. Como vemos la única diferencia en su escritura es la línea que une a la letra Hei de Matzáh para convertirse en la letra Jet de Jámetz. Esta línea simboliza a la lengua y nos exhorta que no debemos hablar Lashón Hará (lengua diabólica), es decir,cualquier cosa dicha o escrita que pueda causar daño físico monetario o emocional a alguna persona (calumnia o difamación), sino más bien Lashón HaKódesh (lengua santa) para que el Tzaráat (la lepra) espiritual no nos invada y destruya. Lashón HaKódesh (lengua santa) tiene que ver con la manera de expresarnos vocalmente hacia las personas (y cosas) en buenos términos, aunque lo acentuamos sobre el sentido de hablar palabras que tienen que ver con la santidad y la pureza, y que siempre bendicen al que oye.
 
El Jámetz simboliza la inclinación al mal (o mal instinto – Yétzer Hará); por lo tanto, la búsqueda del Jámetz y su eliminación representa la lucha del hombre por vencer esta inclinación. El Jámetz es más sabroso que la Matzáh, es de apariencia más agradable y de mayor tamaño. Ello también es cierto respecto de la «mala inclinación» que arrastra a la persona hacia los placeres mundanos, los hace más atractivos a sus ojos, y que parezcan más importantes de lo que realmente son. Este es el Jámetz que el hombre debe eliminar por completo.
 
 

La Matzah es el símbolo de la Providencia y las bendiciones del Santo y Bendito Abba en nuestras vidas, pero el Jámetz representa a aquello que nos estorba y nos nos deja apropiarnos de
ellas.

 
¡Saquemos el Jámetz de nuestra vida a tiempo, no vaya a ser que nos destruya!
 
 ¡Desechemos lo que nos estorba!
Bitácoras que conviene también estudiar y meditar para aprender a kosherizar las casas:


El Poder Redentor del Pesaj contra el Faraón de Egipto

El relato histórico de nuestra redención tiene como tipo mesiánico a los hijos de Israel exiliados en Egipto por 430 años (Éxodo 12:40). La festividad de la Pascua hebrea (Pesaj) celebra la libertad de sus más recientes 200 años de sometimiento en servicio forzado a una sucesión de varios Faraones.
En los diseños divinos, la Pascua o Pesaj era simplemente el principio de un proceso de promoción celestial. Es el comienzo de un viaje de iniciación que eventualmente condujo a los israelitas a la libertad genuina, eternal, legal y física. Una libertad de la esclavitud egipcia, la cual fue completamente realizada en el cruce del Mar Rojo varios días después del final de la Pascua (Pesaj) y culminada, cincuenta días después, con el Pacto matrimonial de Yahvéh con ellos en el monte Sinaí. Esta alianza confirió a Israel la legalidad para ser promocionados por el Eterno y convertirse, bajo Su Torah (Instrucción) en un reino de sacerdotes para Él (Éxodo 19: 6).
Cuando leemos el libro de Éxodo, encontramos que el Faraón recibió órdenes proféticas por parte de Yahvéh de dejar ir al pueblo de Israel. Sin embargo, él se rehusó de una manera terca, y trató de negociar alternativas inferiores para una partida completa de Israel que la mantuviera bajo el control y dominio egipcio.
El proceso judicial divino tomó diez plagas para convencerlo, y al final Faraón incondicionalmente dejó al Pueblo de Israel abandonar a Egipto. Pero ya que Yahvéh a propósito había endurecido el corazón, naturalmente terco, de Faraón. Realmente solo tomó una plaga – la última – para convencer a este gobernante del sistema reptiliano que debía permitir que los hebreos dejaron a Egipto completamente.
Luego, cuando Faraón meditó más fríamente el asunto, tuvo remordimientos sobre la pérdida de un número tan grande de obreros esclavos, y consideró el inmenso valor de todos los bienes, manadas y otro botín con el cual los hebreos habían escapado, entonces Faraón tuvo un cambio del corazón y personalmente dirigió su ejercito tras los hebreos para hacerles retornar por la fuerza.
Rodeados (atrapado) entre las montañas y el mar, con ninguna forma de escapar Faraón y su próspero ejército. Entonces, Yahvéh dividió el agua del mar y el Pueblo de Israel caminó a través del lecho marino seco, escapando a la seguridad y a la libertad.
El mismo Faraón, con su ejército, fue destruido al ahogarse cuando el Eterno causó que las aguas divididas se cerraran sobre ellos.
«Porque el caballo de Faraón entró con sus carrozas y con sus jinetes dentro del mar, y el Señor volvió a traer las aguas del mar sobre ellos; pero los hijos de Israel entraron por tierra seca en el medio del mar. » 
(Éxodo 15:19 -Versión de Rey Santiago – KJV en Español)
[NOTA: Es interesante destacar que la palabra «caballo» es singular en el texto del lenguaje-hebreo de Éxodo 15:19].
La muerte temprana del hijo de Faraón (único heredero masculino para el Imperio egipcio y sus leyes) durante la décima plaga, combinado con la muerte del ejército de Faraón mismo, resultó en ruptura (o anulación) del «título de propiedad» que la dinastía del Faraón una vez había considerado como propietario legal de los hijos de Israel como sujetos o esclavos.
Los hebreos estaban ahora verdaderamente salvos de Faraón y auténticamente libres de la esclavitud. Por la salida ocurrida al cruzar el Mar Rojo, no sólo estaban ellos completamente apartados de todas las tierras dentro del dominio y control de los egipcios, sino que no hubo más algún humano que quedara vivo que pudiera legalmente reclamar la propiedad de los Hijos de Israel.

Del mismo modo, nosotros, los redimidos en la sangre del Cordero de Dios (cf. Juan 1:29-34), estamos libres. Hemos aceptado, y así lo creemos, que el Mesías avergonzó públicamente al gran dragón, el Faraón del mundo espiritual y sus huestes (Colosenses 2;14-15). Por lo tanto, debemos en esta fiesta de Pesaj animarnos a tomar el desafío divino de peregrinar en un viaje redentor que nos promocionará de la esclavitud de nuestro Egipto interior, el exilio mental que nos aleja del propósito divino, hacia un nivel sacerdotal dónde lo que Él ha heredado del Padre Eterno como primogénito, nos será entregado como coherederos con Él (Romanos 8:16-17), guiándonos a recepcionar la eterno Instrucción que ilumina la existencia toda.

Para ampliar el entendimiento de esto recomiendo leer: Las 10 Plagas: Golpes de YHVH contra la idolatría

Los Cuatro Nombres de la Pascua Verdadera.

Por P.A. David Nesher
 
 
 

¿Sabías que la festividad de redención que celebramos en este mes tiene, de hecho, cuatro nombres más? ¡Cada uno tiene una diferente historia y explicación!  

La Festividad de la Pascua (Jag ha Pesaj):

Durante la décima plaga, que dio muerte de los primogénitos en Egipto, Yahvéh, nuestro Dios, pasó de largo por las casas de los hijos de Israel, lo que significa que la plaga afecto solamente a los egipcios.

La palabra פָּסַח (Pesaj) en hebreo significa para saltar o pasar a ninguno. Este es el motivo por el cual la festividad se llama Pascua o Pesaj, porque el Eterno Dios pasó de largo por las casas de los hebreos. De hecho, esta plaga fue la razón por la cual los hijos de Israel salieron de la esclavitud a la libertad.      

Un ángel se saltó las casas de las familias hebreas y de ahí proviene La palabra Pesaj podemos dividirla en PE-SAJ. PE significa boca, y SAJ significa hablar. Esto significa que Pesaj es una oportunidad para poder sacar toda la amargura acumulada de la experiencia vivida, y hoy en día, nuestra amargura acumulada sacarla por la boca.

La Festividad de las Matzot (Jag ha Matzot):

Durante la Pascua estamos instruidos por el Eterno a comer pan ázimo (matzot) en lugar del pan leudado. Los Israelíes salieron apurados de Egipto y no tuvieron tiempo para esperar que fermentara la masa. Los hijos de Israel comieron matzot (pan ázimo) que simboliza el apuro de la salida de Egipto.  

La Festividad de la Primavera (Jag ha Abib):

El mes de Nisán es el mes de la renovación de la naturaleza y la floración de los árboles, señalando la llegada de la primavera. Debido a que la Pascua se celebra en Nisán, se llama también la Festividad de la Primavera. En la primavera la naturaleza se renueva, y todo florece. De igual manera, nosotros tenemos la oportunidad de renovarnos y florecer.

La Festividad de la Libertad (Jag ha Jeirut):

La Pascua se llama así, porque el pueblo de Israel dejo la esclavitud y se marchó hacia la libertad. El pueblo de Israel dejo el estado de esclavitud a un estado de libertad. Tal como lo relata la Torah.

En Pesaj recordamos lo necesario que es Nuestra Libertad . Todos somos esclavos de algo. Es un momento para reflexionar de qué soy esclavo y por qué soy esclavo. ¿Qué puedo hacer para salir de esa esclavitud y vivir en libertad?

Les deseo un Pesaj Sameaj! ; ¡que disfruten y gocen de esa Libertad que nos a traído con Mano Fuerte nuestro Melek Ha Ölam a través de Su Mashiaj Yeshúa!

El Pesaj Funk para preparar nuestra alegría de la Fiesta

 Al despertar, luego de mi oración preparatoria para Pesaj, me puse en la tarea de leer mis e-mails y me encontré con este video musical que logró que mi felicidad se manifestara en sonrisas celestiales que celebran la libertad que el Eterno nos ha dado.
Se trata de una parodia de la canción #1 del mundo en este momento (y que por cierto me gusta mucho). Me refiero a «Uptown Funk» (de  Mark Ronson y Bruno Mars). Pero con una letra que ofrece un mensaje de Pesaj que llega a los seres humanos con mentalidad hebrea de todos los orígenes y edades, con la alegría, la relevancia y el significado de las dos casas del Pueblo de Israel.
Por favor, compártelo con tus amigos, familiares y compañeros de trabajo (y disfruta de la letra de la canción).
¡Feliz Pesaj!
Aquí te dejo la letra y traducción de
Pesaj Funk
 

 

Letra en inglés
{Passover Funk} Traducción {Pesaj Funk}
 
Pesach
Pesaj
Four cups cold
Cuatro copas van
Holy Moses
Moisés sagrado
Egyptian gold
Oro Egipcio
This one, for family
Esta, por la familia
The hagada
La Hagadá
Straight masterpiece
Una obra maestra
Matzah, marror
Matzá, maror
Eatin’ it up at the Seder
Comiéndolos en el Seder
Kittel on with Saint Laurent
Tengo el Kitel puesto, es Saint Laurent
Save the Afikoman for later
Guarda el Afikomán para después
Now comes blood (All red!)
Ahora viene la sangre (¡Todo rojo!)
Called for Moses
Por medio de Moisés
He’s a Magician
El es un mago
Frogs, lice (On head!)
Ranas, piojos (¡En la cabeza!)
Wild beasts and hail I said
Animales salvajes y granizo
It’s so dark (Where’s Fred!)
Está tan oscuro (¡Donde está Fred!)
Let us go, Pharaoh got no cred
Déjanos salir, el Faraón no tiene credibilidad
Firstborn (He’s dead!)
El primogénito (¡Está muerto!)
Say Hebrews, let’s start running.
Hebreos, empecemos a correr
Jews wrote the hallelujah
Los judíos escribieron el aleluya
Jews wrote the hallelujah
Los judíos escribieron el aleluya
Jews wrote the hallelujah
Los judíos escribieron el aleluya
‘Cause Pesach Funk gon’ give it to you
Porque el Pesaj Funk te vamos a dar
‘Cause Pesach Funk gon’ give it to you
Porque el Pesaj Funk te vamos a dar
‘Cause Pesach Funk gon’ give it to you
Porque el Pesaj Funk te vamos a dar
Passover night and we’re livin’ it up
Es la noche de Pesaj y la estamos disfrutando
Fill it up the Four cups
Llena las cuatro copas
Matzah crumblin up
Matzá, desmoronándose
Chametz burned it all up
Jametz, ya lo quemé todo
Afikoman’s wrapped up
El Afikomán está envuelto
Don’t be slaves, just rise up
No sean esclavos, elévense
Pesach funk is what’s up
El Pesaj Funk es lo que está pasando
Hey, hey, hey, oi!
¡Hey, hey, hey, oi!
Stop
Para
Wait a minute
Espera un minuto
Fill my cup with the Maneschevitz
Llena mi copa con Manischevitz
Take a sip, lean your chest
Toma un sorbo, inclina tu pecho
Yankele! Get the stretch!
¡Yankele! ¡Trae la limosina!
Say four questions, the four sons, four cups, not
too many
Haz las cuatro preguntas, los cuatro hijos, cuatro copas, no demasiadas
We thank God for freedom
Y le agradecemos a Dios por la libertad
headin’ to our land of milk n’ honey
En camino a nuestra tierra de leche y miel
Freedom! (oh man)
¡Libertad!
Gonna live my life the best way I can
Voy a vivir mi vida de la mejor forma que pueda
Freedom! (we can)
¡Libertad! (podemos)
Make the Jew in you to a hero man
Convierte al judío dentro de ti en un héroe
Freedom! (I am…)
¡Libertad! (lo soy…)
Say goodbye to those shackles and
Dile adiós a esas cadenas y
Freedom! (hot sand!)
¡Libertad! (¡Arena caliente!)
More matzah in your tummy
Más matzá en tu panza
Jews wrote the hallelujah
Los judíos escribieron el aleluya
Jews wrote the hallelujah
Los judíos escribieron el aleluya
Jews wrote the hallelujah
Los judíos escribieron el aleluya
‘Cause Pesach Funk gon’ give it to you
Porque el Pesaj Funk te vamos a dar
‘Cause Pesach Funk gon’ give it to you
Porque el Pesaj Funk te vamos a dar
‘Cause Pesach Funk gon’ give it to you
Porque el Pesaj Funk te vamos a dar
Passover night and we’re livin’ it up
Es la noche de Pesaj y la estamos disfrutando
Fill it up the Four cups
Llena las cuatro copas
Matzah crumblin’ up
Matzá, desmoronándose
Chametz burned it all up
Jametz, ya lo quemé todo
Afikoman’s wrapped up
El Afikomán está envuelto
Don’t be slaves, just rise up
No sean esclavos, elévense
Pesach funk is what’s up
El Pesaj Funk es lo que está pasando
Hey, hey, hey, oh!
¡Hey, hey, hey, oi!

El Shofar llamando a los Mansos y Humildes de Corazón

Ningún otro símbolo caracteriza esta época del año de la manera que lo hace el Shofar.    

El sonido del Shofar estremece, sacude, despierta la conciencia, es un llamado a la reflexión a revisar nuestras acciones.    

El profeta Amós dijo:

«¿Acaso es posible que se toque el Shofar  y el pueblo no se estremezca?
(Amós 3:6)      

El Shofar desde la etimología de su nombre, nos convoca al Shipur, es decir al mejoramiento, al cambio. Pero es evidente, que no habrá Shipursin una real escucha interior.      

¿Por qué se nos ordena escuchar y no tocar el Shofar?    

Tal vez para enseñarnos que es más importante escuchar que hacerse escuchar. Saber escuchar es también saber escuchar a aquellos que necesitan de nuestra ayuda. Saber escuchar es tener la suficiente humildad para reconocer que también el otro también tiene cosas valiosas que decir.    

El Shofar es un instrumento de viento. Viento en hebreo se dice Ruaj”, igual que espíritu. Así como el Shofar no tiene sentido sin Ruaj”, de la misma manera el hombre no tiene sentido sin espíritu.    

El Shofar también nos da una lección de sencillez y humildad, ya que éste no puede ser adornado en forma lujosa. Es más, sólo se puede decorar en la parte exterior sin que los adornos de oro y plata puedan penetrar las paredes del cuerno, lo cual lo haría inservible.    

Este es un alerta para que sepamos que, tal como sucede con el Shofar, nos volvemos inadecuados como seres humanos, si permitimos que el oro y la plata penetren en nuestras vidas y se posesionen de nuestra mente y nuestra alma. Es el llamado al abandono de la soberbia que tanto daño causa al hombre.    

Otras funciones cumplidas por el Shofar:

  • En la antigüedad el toque del Shofar servía para dar alerta. Con él se convocaba al pueblo para marchar a la guerra.
  • Todo acontecimiento importante en la vida del pueblo iba acompañado por el toque del Shofar.
  • En nuestros días después de la Liberación de Ierushalaim en la guerra de los Seis Días, el toque del Shofar fue expresión de la
    alegría.
 
A pesar que el sonar del Shofar en Yom Teruá es un decreto Divino, contiene en sí la siguiente sugerencia: Vosotros, los que permanecéis sumidos en el sueño, ¡Despertadhurgad en vuestras acciones, retornad con arrepentimiento y temed a vuestro Creador!
 
Lo que olvidáis la verdad, sumergidos en la vanidad, y andáis extraviados todo el año en lo tonto y lo vacío, que no produce beneficio ni salva a ninguno: ¡Examinad vuestras almas, mejorad vuestras sendas y vuestros propósitos, abandonando los senderos malos y los pensamientosque no conducen al bien!

Yom Teruah: Cuando Tu existencia será Contemplada por tu Creador

Yom Din”, «el día del juicio«. Este es uno de los nombres con el cual también se acostumbra a llamar al Yom Teruah (Día de Aclamación), el día en que somos llamamos al juicio. Comparto esto, ya que esta es la mentalidad que debe guiar esta Fiesta del Eterno. Es el día en el que la existencia toda es llamada a rendir cuentas al Creador.

 

Por eso, es necesario entender que una de las herramientas que nuestro espíritu utiliza en esta festividad es lo que en hebreo se denomina Jeshbon HaNefesh, es decir «el balance de nuestra alma«. En este día festivo el Eterno nos llama a detenernos de la vorágine de nuestras vidas, a hacer un alto por un instante. Tal como decía el escritor Mario Benedetti:

 

«De vez en cuando hay que hacer una pausa ,contemplarse a sí mismo sin la fricción cotidiana, examinar el pasado, rubro por rubro, etapa por etapa, baldosa por baldosa y no llorarse las mentiras sino cantarse las verdades».
 
Estamos llamados a hacer tal como el Eterno en la creación hizo. Seis días creo más el séptimo día descansó y contempló. La creación implica tanto el acto activo del producir como la posibilidad de contemplar nuestra obra. Tal como el Eterno Dios, hoy cada redimido es llamado a contemplar su existencia, a contemplar su paso por la vida, a observar sus actos. A preguntarse dónde estamos hoy, y como llegamos a ser lo que somos. El poder observarnos a nosotros mismos, el poder determinar un tiempo para pensar que es lo que venimos haciendo nos permite no solo mirar con nostalgia nuestro pasado reciente sino prever nuestro futuro inmediato y el que todavía no llega. Registrar como en una tabla de aciertos y fracasos nuestras acciones nos permite contemplarnos a nosotros mismos. Pero esto no desde una postura meramente contemplativa sino que debe ser el desarrollo de una nueva actitud que desde el aprender se prepara para accionar. Aprender y enseñar, observar y hacer. Debemos primero aprender de nuestras acciones para luego corregirlas y volcarnos nuevamente a la acción.
En este día, nosotros juzgamos cada una de nuestras creaciones, ya sea en artes, negocios o incluso en la cocina. En algún momento damos un paso hacia atrás y evaluamos nuestra creación. ¿Está a la altura de nuestras expectativas? ¿Estamos satisfechos con ella? ¿Cuáles son sus defectos? En este día, el Eterno Dios hace lo mismo con nosotros. Somos evaluados, y por lo tanto es llamado: “El Día del Juicio”.
Debemos recordar para que lo acontecido no sea repetido sino aprendido sin ser olvidado. Somos libres de elegir cómo actuamos, pero no podemos liberarnos de las consecuencias de lo que hacemos. Recordar para asumir responsabilidad es responder por lo actuado; y a partir de ser responsables: perdonar y ser perdonados.
En estos días, debemos responder cómo seremos capaces de saber que somos nosotros quienes, ante los problemas que vendrán, tendremos creatividad para proponer soluciones que nos hagan más sabios que inteligentes; más virtuosos que exitosos; y más íntegros y auténticos con nuestro ser interior.
Si no somos nosotros los que corregimos nuestros errores y nos volvemos en Teshuvá, arrepentimiento, al Eterno Dios, somos nosotros mismos los que nos condenamos a una muerte espiritual.

El propósito mesiánico de Yom Teruá

Teruah significa literalmente «hacer un gran ruido». Esta palabra describe el ruido hecho por una trompeta pero también señala al ruido hecho por un gran grupo de personas que gritan al unísono (Números 10:5–6). Esto último podemos verlo como ejemplo en  el libro de Josué:
Y sucederá cuando el cuerno de carnero haga un sonido largo, cuando ustedes oigan el sonido del Shofar, toda la nación gritará un gran grito, y la muralla de la ciudad caerá en su lugar, y el pueblo subirá como un solo hombre contra ella”.
(Josué 6:5)
En este verso la palabra “gritar” aparece dos veces, una como la forma verbal de Teruah y una segunda vez como la forma sustantiva de Teruah. Aunque este verso menciona el sonido del Shofar (cuerno de carnero) (trompeta), las dos menciones de Teruah se refieren ambas al grito al unísono de los israelitas lo cual fue seguido por la caída de las murallas de Jericó.

Ya explique en otra bitácora que aunque la Toráh no dice explícitamente el propósito de Yom Teruah, su nombre puede indicar que se espera que sea un día de “gran congregación de aclamación”.   La forma verbal de Teruah a menudo se refiere al ruido hecho por una multitud de los fieles que invocan al Todopoderoso al unísono.   Por ejemplo:
  • Aplaudan, todas las naciones, clamen a El Poderoso, con voz cantante!” (Salmos 47:2)
  • ¡Clamen a Dios, toda la tierra!” (Salmos 66:1)
  • ¡Canten a Dios, nuestra fortaleza, clamen al Dios de Jacob!” (Salmos 81:2)
  • ¡Clamen a YHVH, toda la tierra!” (Salmos 100:1)
En Levíticos 23:24, a Yom Teruá se le llama también Zikharon Teruáh. La palabra Zikharon a veces se traduce como “memorial” pero esta palabra hebrea también tiene el significado de “mencionar” a menudo con referencia a hablar el nombre de YHVH (Éxodo 3:15; Isaías 12:4; 26:13; Salmos 45:18).  El día de Zikharon Teruá, traducido más exactamente como la “Mención del Clamor”, puede referirse a un día de reunión en oración pública en el que la multitud de fieles grita el nombre de YHVH al unísono.

Hasta aquí a la luz de los versos vistos, podemos ver que Yom Teruá es el día en que se suena el Shofar y a su sonido es reunida toda la congregación de Israel, para aclamar El Nombre de YHWH, jamás para celebrar la llegada del año nuevo.Ahora, analicemos otros versos y concluyamos el significado mesiánico de Yom Teruá. En el Libro del Testimonio de Mateo encontramos escrito:

«Porque así como relámpago que sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre…, entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, … y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y majestad.   El enviará a sus mensajeros con UN GRAN TOQUE DE SHOFAR, para reunir a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro«.
(Mateo 24:27-31)
El día de la llegada del Mesías, es asociada con Un Día de Toque de Shofar, y en ese toque la congregación de Israel, las 12 (doce) tribus de Israel, serán reunidas ante Él, no dice que la Iglesia Cristiana fulana… sino las 12 (doce) tribus de Israel dispersa entre las naciones, esto lo encontramos claramente expresado por  el profeta Isaías:
«Acontecerá también en aquel día, que se tocara con GRAN SONIDO DE SHOFAR, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria y los que habían sido desterrados a Egipto y adorarán a YAHWÉH en el monte santo de Jerusalén«.
(Isaías 27:13)
Como vemos y discernimos, Yom Teruah es la festividad que hace despertar nuestra memoria a la venida del Mesías para que estemos velando y no desmayemos. Es la festividad que recuerda que todo Israel (las 12 tribus) será reunido un día y nunca es la llegada de un año nuevo, sino más bien anuncia la llegada de un reinado nuevo, El Reinado del Mesías.

¿Qué Voz escucharemos la del Eterno o la de los Rabinos?

A raíz de la bitácora que ayer publiqué en la que demostraba, por medio de la Torah, que la fiesta del primer día de Tishrei se denomina Yom Teruah y no Rosh Hashanah, algunas personas me escribieron argumentado que Yom Teruah debe considerarse Año Nuevo porque es el comienzo del año sabático según lo estipulado en el capítulo 25, verso 9, del libro de Levítico.
Sin embargo, insistiré en la certeza de que la Toráh no dice que Yom Teruáh sea el comienzo del año sabático y todas las indicaciones son que el año sabático comienza en el primer día del Primer Mes. La Toráh dice lo siguiente:
 “Y ustedes pasarán un Shofar de toque en el Séptimo Mes en el diez del mes; en el Día de Expiación pasarán un Shofar por toda su tierra.” 
(Levíticos 25:9)

 

Este verso está diciendo que debe usarse un Shofar para anunciar la llegada del Año de Jubileo, es decir el año 50 en el sistema sabático que Yahvéh enseñó a Israel como conteo y dominio del tiempo. Si leemos con atención y discernimiento, no dice que el Jubileo comienza en el Día de Expiación, sino más bien, la Escritura establece que la inminente llegada del año de Jubileo se anuncia en el Día de Expiación. Ciertamente el Shofar puede pasarse por la tierra en el Yom Kippur del año 49, seis meses antes del comienzo de la llegada del año Jubilar.Para humillación de muchas opiniones humanas debo decir que esta interpretación está apoyada por el contexto inmediato del capítulo 25 de Levítico.   El verso 8 dice de contar cuarenta y nueve años, el verso 9 dice de pasar el Shofar por el país, y el verso 10 dice de proclamar el año 50 como el año del Jubileo.   Esto muestra que el Shofar que anuncia la llegada del Jubileo en el verso 9 se pasa por el país antes de que se proclame en realidad el Jubileo revelado y ordenado en el verso 10.

Otro argumento que trata de establecer al primero del mes séptimo como Rosh Ha’Shana es la idea de pensar que comienza el ciclo agrícola.   Sin embargo al leer la Toráh descubrimos que el medio del Séptimo Mes es en realidad el final del ciclo agrícola, específicamente del ciclo del grano.   En la Tierra de Israel, los granos se siembran al terminar el otoño y se cosechan en la primavera. El nuevo ciclo agrícola no comienza realmente sino hasta la arada de los campos.   Esto no ocurre sino hasta las primeras lluvias livianas que humedecen el terreno lo suficiente para ser quebrado por los arados de hierro y madera.  En la Tierra de Israel esto puede ser tan temprano como a mediados del Séptimo Mes pero es usualmente en el Octavo Mes o más tarde. Por la lógica anterior el Octavo Mes debe considerarse como el comienzo del año, no el Séptimo Mes.
Hoy en día entre las desviaciones del judaísmo mesiánico encontramos a muchos adoptando el primer día de Rosh Ha’Shana como el año nuevo, y gente redimida como nosotros somos catalogados de “herejes” por defender lo que estipulan las Sagradas Escrituras tanto del Tanak como los Escritos del Nuevo Pacto.    Pero, me he enterado que no todos los judíos ortodoxos celebran el primero del mes séptimo llamado Tishrei como la llegada del año nuevo. Hoy en día, dentro de los grupos de judaísmo ortodoxo, no todos guardan las reglamentaciones o disposiciones rabínicas-babilónicas. Por el contrario, existe un grupo que ha querido restaurar el judaísmo a su plena esencia bíblica y no a las disposiciones rabínicas, este grupo es denominado: “Los Caraítas” (Judaismo Karaíta) que son ortodoxos seguidores de la Escritura solamente.
Estos rechazan plenamente que Rosh Ha’Shana sea en el séptimo mes y acusan al judaísmo rabínico antiguo de haber sido renuente a repudiar el paganismo babilónico que ha echado tantas raíces por lo que hoy tenemos un judaísmo igual de sincretista que el cristianismo católico y sus derivados protestantes.

Para finalizar, será necesario solicitar a todo lector de esta bitácora que debe quedar claro que Rosh Ha’Shana es en el primer día del primer mes (Aviv o Nisán) y no en el primer día del séptimo mes. Por tal razón todos aquellos cristianos que en búsqueda de las raíces hebreas de la fe han adoptado el primer día del séptimo mes como Rosh Ha’Shana, salieron de la apostasía cristiana para entrar a la apostasía judía.Por lo tanto, será necesario entender que las raíces hebreas de la fe, están en las Sagradas Escrituras (Biblia) mismas y no en el estudio de dogmas y tradiciones del judaísmo.

 

Por ello, les preguntaré una vez más:   ¿A quien oiremos al Eterno o a los rabinos?