El mandato divino de comer pan ázimo o pan sin levadura debía ser guardado por cada familia de Israel durante siete días con sus noches.La Fiesta de los Panes sin Levadura (en hebreo, Jag HaMatzot) se inicia el día quince del primer mes. Esta celebración da inicio a un período de una semana en la cual no se debe consumir alimentos que contengan levadura (Éxodo 12:15) Por tal razón, se come el pan sin levadura (hb. Matzáh) durante esa semana.
El primer día y el séptimo día de esta semana festiva son considerados días de reposo y deben ser celebrados como un gran Shabat o también llamado Shabatón (Éxodo 12:16).
Antes de recepcionar el primer día de Panes Sin Levadura, se nos ha mandado retirar toda la levadura de nuestras casas, como está escrito:
«Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel.»
(Éxodo 12:15)
En esta limpieza para Pesaj, estamos ante todo y en primer lugar cumpliendo la mitzvah denominda biur jametz que se traduce como «deshacerse del jametz«.
YHVH, nuestro Dios, dio una ceremonia muy simbólica para que cada familia hebrea disfrutará de la enseñanza mesiánica de esta semana transformadora: Bedikat Jámetz.
Dicha dinámica profética consiste en buscar y eliminar la levadura de la casa antes de la fiesta de los Panes sin Levadura como preparación para la festividad. Los pasos de esta ceremonia son:
En primer lugar, la esposa limpia a fondo la casa para eliminar toda levadura (Jamets) que pudiera existir en ella. En las Sagradas Escrituras, la levadura (Jametz) simboliza el pecado. Cuando la levadura se pone en un montón de masa sin leudar, ésta hace que la masa se infle o agrande. Igualmente, cuando nosotros dejamos que el pecado entre en nuestras vidas, nos inflará con orgullo y arrogancia. Por eso es que toda la levadura debía de ser separada, (Éxodo 12:15,19-20).
En segundo lugar, luego de limpiar la casa, la mujer debe dejar expresamente diez pedazos pequeños de levadura (pan) escondido en distintos rincones de la casa. Se acostumbra esconder estos 10 pedacitos de pan bien envueltos en papel (¡cuidado, que no hagan migas!),para ser “encontrados” en la búsqueda. La esposa se asegura de anotar dónde esconde los trocitos, para que no queden perdidos.
Antes de iniciar la revisión del jametz, se reza la siguiente bendición:
«Baruj atá, YHVH, E-lo-keinu Mélek HaOlam, asher Kideshanu bemitzvotav, vetsivanu al biur jametz”.
«Bendito tú, Yahvéh nuestro Dios, Rey del universo, que nos consagró con sus preceptos y nos ordenó la eliminación del Jámetz».
Entonces, en tercer lugar, el padre acompaña a los hijos, con una candela (vela), una cuchara de madera, una pluma y un pedazo de lino, y les ayuda a buscar en toda la casa las diez piezas de levadura. Al anochecer, el día antes de la noche de JajHaMatzot, se realiza esta última búsqueda. Para entonces, la casa debe estar completamente a oscuras, excepto por la luz de las velas.
Una vez el padre encuentra la levadura (pan), coloca la candela al lado de la levadura. Pone la cuchara a la par del pedazo de levadura y con la ayuda de la pluma pone la levadura sobre la cuchara, sin tocarla.
Luego envuelve la levadura, la pluma y la cuchara en la tela de lino y los echa fuera de la casa, en una hoguera, para que sean consumidos por el fuego.
Después de haber buscado y retirado toda la levadura de nuestras casas, oramos esta oración para estar seguros que nuestras casas están completamente limpias de toda levadura:
«Todo pan con levadura y toda levadura que esté en mi posesión, ya sea que yo la haya observado o no, ya sea que la haya buscado o no, deberá ser declarada nula y considerada sin valor como el polvo de la tierra. Bendito eres tú, oh Señor, nuestro Dios, rey del universo, quien nos santificó con tus mandamientos y nos mandaste retirar el pan con levadura».
Entonces, los padres deberán reflexionar con sus hijos acerca de las acciones de esta ceremonia, resaltando la necesidad de sacar la levadura (el pecado) de nuestros hogares (vidas), permitiéndole al Espíritu Santo que nos revele el pecado que hay en nuestras vidas, a través del conocimiento de la Instrucción (Torah). Es muy importante remarcar que solamente con la ayuda de la Palabra de Dios podremos descubrir e identificar el pecado en nuestras vidas:
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”
(Salmo 119:105)
La lámpara representa espiritualmente a la Palabra de Dios (Sagradas Escrituras).
La pluma representa al Espíritu Santo.
Y la primera reflexión es bien clara: aunque contemos con las Sagradas Escrituras,sí o sí necesitamos al Espíritu de Dios para iluminar nuestro entendimiento de lo que en ellas se revela (1 Corintios 2:11-14).
Espiritualmente, los creyentes en el Mesías son la casa de YHVH (Hebreos 3:6; 1 Pedro 2:5; 1 Timoteo 3:15; Efesios 2:19).
La levadura, que simboliza el poder del pecado, tenía que ser puesta fuera de cada casa. Para nosotros esa casa representa lo que es nuestro cuerpo para el Espíritu Santo de Dios: su casa (1ª Corintios 3:16-17; 6:19-20; 2ª Corintios 6:15-18).
Espiritualmente, debemos de limpiar la levadura (el pecado) de nuestras casas (nuestras vidas), al permitir al Espíritu Santo (rúaj ha-kódesh) que nos revele a través del conocimiento de Yeshúa y las Escrituras, el pecado que hay en nuestras vidas.
Por lo que vemos en las Escrituras la levadura es un símbolo de la mala inclinación, el pecado, la contienda, el orgullo y la falsa enseñanza. Así que cuando los hijos de Israel y todos los injertados de entre las naciones limpiamos nuestras casas antes de Pesaj buscando y eliminando todo rastro de levadura, estamos proclamando que no queremos tener nada que ver con estas cosas en nuestras vidas.
La cuchara de madera representa a la cruz en el que murió el Mesías (Deuteronomio 21:22-23).
La segunda reflexión también surgirá desde la Luz que brindan los símbolos usados. La levadura (pecado) fue puesto sobre la cuchara (la cruz) como parte de la ceremonia. Asimismo, nuestro pecado cayó sobre el Mesías (2 Corintios 5:21) cuando Él murió en el madero. La levadura (Yeshúa sobre el madero) fue envuelto en lino y luego fue echado fuera de la casa (Su cuerpo) y enviado a la tumba.
De esta forma Yeshúa cumplió la parte de la ceremonia en la que el padre toma el lino y sus contenidos y es lanzado fuera.
Esto nos recuerda que la liberación de la levadura espiritual es una parte muy importante de la última redención que tendrá lugar cuando el Mesías regrese en gloria. Entonces seremos libres del yetser hará (tendencia al mal o pecado), para siempre. Pero antes de que suceda tenemos la obligación, no solamente de limpiar nuestras casas antes de Pesaj, sino también hacer lo mismo en nuestras vidas personales. Lo que aprendemos de la obligación de no tener nada que ver con la levadura durante una semana al año, es que debemos ser meticulosos para dejar que el Eterno nos limpie de todo pecado, orgullo, contienda y falsa enseñanza todos los días de nuestras vidas.
¿Por qué comer cualquier cosa que contuviera levadura sería tan severamente castigado, hasta el punto que uno podría ser cortado del pueblo del pacto de Dios?
La respuesta reside en el hecho que Jah HaMatzot es una fiesta rica en simbolismo, y la levadura es usada en toda la escritura como un símbolo de pecado. En tiempos antiguos, antes de que una porción de masa con levadura fuera horneada, parte de la masa leudada se quitaba y se ponía a un lado. Más tarde, esa porción de masa leudada se agregaba a una nueva cantidad de harina para leudarla. Esto simboliza el ciclo generacional del pecado, el cual comenzó con nuestros primeros padres, Adán y Eva, quienes se apartaron a sí mismos de la voluntad del Eterno Dios. Su pecado fue transmitido a todas sus generaciones subsiguientes. YHVH designó Pesaj y la fiesta de los Panes sin Levadura para simbolizar el rompimiento de este ciclo de pecado que ha sido transmitido de generación en generación.
El apóstol Pablo se refirió a esta ceremonia de retirar la levadura de las casas cuando escribió a la santa comunidad en Corinto:
«¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque Mesías, nuestro cordero pascual, también ha sido sacrificado. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.«
(1 Corintios 5:6-8)
El mensaje celestial que implanta esta ceremonia prepara el camino espiritual de la festividad que preside (JajHaMatzot): no debemos permitir que el pecado gobierne nuestras vidas, realizando sus deseos. Así como limpiamos sistemáticamente nuestras casas para celebrar Panes Sin Levadura, así debemos escudriñar nuestros corazones, pidiendo a Abba revelar y quitar cualquier pecado de nuestras vidas, a fin de que podamos romper el ciclo del pecado, y gozar de todas las bendiciones que vienen del Mesías, nuestro cordero pascual y el verdadero Matzah, quien hizo posible vencer el pecado