liderazgo

Josué: Un Líder con Boca de Serpiente (Pinjás)

Por P.A. David Nesher

¿Por qué Moisés oró, «Dios de todos los espíritus de toda carne» al pedir un nuevo líder para Israel? Rashi explica que Moisés le dijo al SEÑOR: «¡Señor del universo! La personalidad de cada ser humano se revela ante ti, y sabes que no hay dos exactamente iguales. Designa un líder sobre ellos que se encargue de cada uno de acuerdo con su personalidad

El SEÑOR respondió a la oración de Moisés por un sucesor al nombrar a Yehoshúa/Josué, el siervo de Moisés, como el próximo líder de Israel. Yehoshua/Josué era un hombre en quien residía el Espíritu de Dios.

¿Cómo llegó a ser Yehoshúa/Josué un líder tan grande y digno? Aprendió el arte del liderazgo siendo un discípulo cuidadoso y un fiel servidor de Moisés.

Si una persona desea desarrollarse en sabiduría, debe pasar tiempo con los sabios. Si una persona desea desarrollarse en rectitud, debe pasar tiempo con personas justas. Si una persona desea convertirse en un buen líder, debe permanecer cerca de los buenos líderes. Asimismo, a medida que seamos mejores discípulos de nuestro maestro Yeshua de Nazaret, seremos cada vez más como Él. El Evangelio de Lucas dice: «Un discípulo no es superior a su maestro; pero cada uno, después de haber sido formado, será como su maestro» (Lucas 6:40).

Te invito a escuchar esta Webinar para desarrollar esta idea en forma más clara:

https://youtu.be/jIWU7VLi1J8

La Plandemia ha logrado que el 38% de los pastores estadounidenses estén considerando dejar el ministerio.

La gran resignación que azota a Estados Unidos está llegando a las iglesias a un nivel alarmante. Los nuevos números publicados el martes por The Barna Group , el principal investigador sobre religión del país, muestran que dos de cada cinco pastores en todo el país están pensando seriamente en dejar el ministerio.

Ahora hay presión para que la iglesia ayude a estos líderes a que no se unan a los millones que abandonan sus trabajos durante la pandemia. 

«Encontramos un análisis de subgrupo de que los pastores en el ministerio durante 20 años o más eran más propensos a decirnos que estaban considerando renunciar«, dijo David Kinnaman, presidente y director ejecutivo de The Barna Group. «Además, los pastores más jóvenes menores de 45 años eran los más propensos a decir que estaban considerando renunciar«.

Mientras estudiaba el bienestar de los pastores, Barna Research descubrió que el 38 por ciento de los pastores quieren dejar de ministrar en comparación con el 29 por ciento en enero de 2021. 

Además, la asistencia a la iglesia se ha suavizado bastante desde que comenzó la pandemia.

«Durante y después de la pandemia, un tercio de los cristianos practicantes se desvincularon de su congregación, simplemente dejaron de asistir«. Dijo Kinnaman. 

Más de 4.000 iglesias cerraron en Estados Unidos en el año 2020. Durante ese mismo tiempo, más de 20.000 pastores dejaron el ministerio y el 50 por ciento de los pastores actuales dicen que dejarían el ministerio si tuvieran otra forma de ganarse la vida. 

«Creo que el efecto a largo plazo de esto será una iglesia más fuerte, pero probablemente una iglesia más pequeña«, dijo Kinnaman.

El Dr. Dwayne Bond, pastor y consejero de Wellspring Church en Charlotte, Carolina del Norte, dice que las renuncias en el púlpito se despertaron por varias razones. 

La pandemia cerró iglesias, lo que provocó limitaciones financieras para algunos. Y los continuos conflictos políticos por las máscaras y las vacunas están provocando la fragmentación de muchas congregaciones. 

«Creo que los pastores están experimentando un abrumador sentido de responsabilidad y una abrumadora sensación de soledad porque están pastoreando a personas que ni siquiera conocen en línea», explicó el Dr. Bond. «Y hay tantas opiniones diferentes. Todo el mundo tiene una opinión y eso crea agotamiento y desunión«.

El Dr. Bond ve esta temporada de sufrimiento como una oportunidad para que la iglesia brinde apoyo y esperanza a quienes se dedican a alimentar nuestras vidas espirituales. 

«Creo que la iglesia está haciendo lo que Jesús anticipó que haría durante la aflicción, que es prosperar«, señaló Bond. «Sí, hay algunos que de hecho se están cerrando. El Reino de Dios todavía está avanzando. Todavía se están plantando iglesias. Todavía se están haciendo discípulos y todavía se les anima en su fe«. 

A pesar de las lamentables estadísticas, Bond dice que está viendo cómo se desarrollan estas cosas en tiempo real en Acts 29 Network , una comunidad global de iglesias fundadoras. 

Continuó diciendo que la sanidad en la iglesia comienza con líderes como ancianos o diáconos. También recomienda asociarse con otras iglesias para darles un descanso a los pastores, y agrega que los líderes de la iglesia nunca deben avergonzarse de buscar consejo. 

«Alentar a nuestra gente a amarse unos a otros, a servirse unos a otros, a pensar lo mejor que pueden, a extenderse la gracia unos a otros. Creo que estas cosas crean un ambiente en el que un pastor quiere pastorear«, dijo el Dr. Bond.  


Tomado de: CBN

El Diseño de Tribunal Divino entre los Hombres entra en Marcha.

Por P.A. David Nesher

La Torah nos presenta a Yitro como un asesor de gobierno exitoso. Él supo identificar un problema técnico y proporcionar un buen asesoramiento. De esa manera, Yitro aconseja a Moshé que “cambie de bando”; esto es que, en lugar de ser un emisario del Eterno, sea desde ahora un enviado del pueblo para dirigirse a Dios. Moshé aceptó humilde y amablemente su consejo. Y es que Moisés era un alma enseñable, por lo cual su tipo de liderazgo alcanza gran crédito; cuando Yitro le dijo no esta bien lo que haces, Moisés lo escuchó; y además no ocultó tampoco quién le sugirió tal método. Moisés sabía como no inclinarse a las murmuraciones de los hijos de Israel (Éxodo 17:3), pero también sabía escuchar el consejo piadoso de un hombre sabio como Yitro.

Así pues, aconsejado por Yitro, Moshé nombró hombres capaces como jefes de millares, de centenas, de cincuentenas y de decenas. (Éx 18:13-26.). Se organizó a la nación de modo que dispusiera de jefes autorizados para encargarse de casos de menor importancia cuando fuera necesario. En el método de Moisés para administrar, algunos tenían una mayor posición que otros. Pero aún Dios honró el fiel servicio de los jefes sobre diez como a los que sirvieron como jefes sobre mil. Funcionando así, los casos complicados o difíciles, o de importancia nacional, tenían que presentarse a Moisés o al santuario delante de los sacerdotes.

Estos casos difíciles tenían que ver con:

  • sospecha de la castidad de la esposa (Nú 5:11-31),
  • derramamiento de sangre después de una disputa (Dt 17:8, 9) y
  • acusación de sublevación contra un hombre, pero con pruebas confusas o sospechosas (Dt 19:15-20).

Los sacerdotes eran los que debían oficiar en los casos de asesinato no resuelto (Dt 21:1-9).

No había medio para apelar a un tribunal superior, pero si los jefes de decenas no eran capaces de resolver un caso, podían pasarlo a los jefes de cincuentenas, y así sucesivamente, o presentarlo directamente al santuario o a Moisés. (Éx 18:26; Dt 1:17;17:8-11.).

Puesto que los jueces tenían que ser hombres rectos que juzgasen según la ley divina, representaban a Yahvéh. Por lo tanto, el estar de pie delante de los jueces era como estar de pie delante del Eterno (Dt 1:17; 19:17; Jos 7:19; 2Cr 19:6).

Los jueces, y todo el tribunal que ellos conforman, están puesto sobre los ciudadanos autorizado por El Shadai (El Todopoderoso), ya que toda autoridad es puesta por Él, tal como lo enseñaba el apóstol Pablo a las comunidades mesiánicas de Roma:

Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por permisión de Dios existen.”
(Romanos 13:1)  

Es muy importante tener en cuenta lo que la revelación divina enseña: lo que el juez dicte tiene que ser respetado como si hubiera venido directo del Cielo.  Ahora bien, la única ocasión cuando no se debe obedecer la sentencia de un juez es cuando no sigue las normas de la Torah.  Por eso es muy importante que un juez entienda su responsabilidad para juzgar según la justicia de Elohim (El Juez Supremo), y no según sus propios criterios personales.

En esta parasháh quedaba bien claro en la mente de Israel que Yahvéh es siempre el único Juez. Las personas dotadas por Él de autoridad no son más que representantes de Su Justicia. El pueblo del Eterno no está regido por un sistema político que se bastara a sí mismo, que se justificara a sí mismo. Israel es un pueblo libre. Pero no es un pueblo soberano. Es un pueblo que sirve al Señor con cada pensamiento y acción. Un pueblo en el que todo es avodáh (servicio sacerdotal). Un pueblo que ha sido liberado para que sirva con amor al Eterno. Un pueblo que será juzgado conforme a esta avodáh (servicio).

Así también, Israel comprendía con esto que Yahvéh anhela que el pueblo que ha experimentado la violencia de la opresión de los poderosos sobre los más débiles cuando estuvo en Mitzrayim (Egipto), no quiera más esta violencia entre ellos, y comprenda su vocación de hacer justicia y practicar misericordia, para organizarse como una nación perfecta.

Finalmente el consejo de gestión se hizo realidad; …“jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez”. Había 600 jefes de mil, 6,000 jefes de cien, 12,000 jefes de cincuenta y 60,000 jefes de diez, en total 78,600 jefes sobre los 600,000 varones en Israel. Esto nos enseña que hubo una estructura de jerarquía con una escala de autoridad que podemos apreciarla en el siguiente cuadro:

Podemos ver claramente que:

  • Cada uno de los jefes de diez estaba sujeto en obediencia a un jefe de cincuenta.
  • Cada uno de los jefes de 50 tenía cinco jefes debajo de sí y un jefe encima de sí.
  • Cada uno de los jefes de 100 tenía dos jefes debajo de sí y un jefe encima de sí.
  • Cada uno de los jefes de 1000 tenían diez jefes debajo de sí.
  • Sobre los 600 jefes de 1000 estaban los 70 ancianos que fueron escogidos como gobierno en Israel, el Sanedrín.
  • La cabeza del Sanedrín fue el sumo Sacerdote Aharón, que estaba sometido a Moshé rabenu.
Entonces: ¿Qué es una Congregación?

A partir de aquí, me siento en la responsabilidad de aclarar que la expresión “asamblea” o “congregación” que se usa en la Torah, en muchos casos significa todo el pueblo; pero así también las Sagradas Escrituras en otros momentos hablan de llevar causas judiciales delante de la asamblea o congregación. Cuando esto ocurre la expresión «asamblea» o «congregación» se refiere a los que representaban al pueblo, es decir, a los Elohim (jueces) [ver: Números 35:12, 24, 25 y Mateo 18:17].

Entonces, así como toda nación necesita este tipo de jueces para que haya justicia y paz en la sociedad, aquellos que somos hijos primogénitos del Eterno, debemos también generar espacios reflexivos que nos permitan revalorizar la autoridad espiritual, y esta delegada en jueces (oficiales de la asamblea que puedan juzgar con justo juicio en la Unción del Eterno).

Los Tribunales de Justicia en las Congregaciones del Mesías.

“Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios”
(Hechos 20:17,28)

Entendemos que aunque la autoridad seglar no ha conferido a las congregaciones del Mesías poderes para actuar como tribunal, cada asamblea sí puede tomar medidas contra los miembros cuya conducta requiera disciplina espiritual, y hasta puede expulsarlos de la congregación. Por ello, el apóstol Pablo dice a la congregación, es decir, a sus representantes, a los que tienen la supervisión (obispado), que deben juzgar a los que forman parte de la congregación (1Cor. 5:12, 13.)

Al escribir a las congregaciones y a los obispos, tanto Pablo como Pedro recalcan que los presbíteros (ancianos) deben estar muy atentos a la condición espiritual de la congregación y deben ayudar y amonestar a cualquiera que dé un paso imprudente o en falso (2Tim. 4:2; 1Pe. 5:1, 2; compárese con Gál 6:1).

En las comunidades mesiánicas del primer siglo estaba claro que los que causan divisiones (o sectas) tienen que recibir una primera y una segunda amonestación antes de que la congregación intervenga (Tit 3:10, 11.). De ellos, los que persisten en el pecado tienen que ser expulsados. De este modo se disciplina a los transgresores y se les muestra que su proceder pecaminoso no puede tolerarse en la congregación (1Tim. 1:20.).

El apóstol Pablo ordena a los hombres que tienen la responsabilidad de actuar en calidad de jueces en las congregaciones que se reúnan para escuchar problemas de esa naturaleza (1Cor. 5:1-5; 6:1-5.) Al hacerlo, solo deben aceptar la veracidad de la acusación sobre la base de dos o tres testigos, sopesar las pruebas sin prejuicio y no hacer nada movidos por parcialidad (1Ti 5:19, 21).

Es el mismo Yeshúa Rabenu quien mandó a sus discípulos que, si alguno pecaba contra otro, primero se esforzaran por arreglar el asunto entre ellos. Si no lo conseguían y la ofensa era de naturaleza seria, tenía que presentarse a la congregación, es decir, a los encargados de la dirección de la congregación (c.f. Mt. 18:15-17).

Pablo más tarde dijo a los discípulos de la ciudad de Corinto que debían zanjar las desavenencias de este modo y no recurrir a los tribunales seglares. (1Cor. 6:1-8).

Cabe aclarar aquí que cuando el Mesías instruye a sus discípulos a no juzgar, lo hace desde el punto de vista de la relación personal. Él dejó bien claro que en nuestra relación con el prójimo no está permitido juzgar al otro, pero ese no es el caso de un Beit Din (Tribunal de Justicia) oficiando en cada congregación. El contexto de Mateo capítulo siete habla de juzgar sobre los errores que uno ve en el prójimo. Cuando uno señala los errores del prójimo normalmente es una evidencia de que uno mismo tenga esos defectos en mayor escala. El que se molesta por la mota en el ojo de su hermano es el que tiene una viga en su propio ojo. Por lo tanto, de acuerdo con el yugo del Mesías, en la relación personal hay que ser muy cuidadoso de no juzgar sobre lo que uno piensa que son los motivos del prójimo. Normalmente no se sabe la razón detrás de los comportamientos de los demás. Sólo Yahvéh conoce los motivos del corazón y allí no tenemos el derecho de juzgar ni en el nivel personal ni en un tribunal humano. Por ello, el mismo Señor enseña que un tribunal humano sólo puede juzgar hechos concretos, no los motivos, ni las cosas ocultas.

Lo que el hombre hace en secreto será juzgado por el tribunal celestial que todo lo ve. Pero las cosas concretas pueden y deben ser juzgadas por un tribunal humano, siguiendo las normas establecidas por la Torah para ellas.

Delegar responsabilidades le permitió un respiro a Moshé y mejoró la calidad de gobierno sobre el pueblo. También sirvió para prepararlos mentalmente para el sistema de gobierno que tendrían en Canaán.

Si usted, que lee estas líneas se encuentra en una posición de liderazgo, tenga siempre en cuenta que delegar apropiadamente ciertas responsabilidades multiplicará la eficacia y eficiencia del ministerio que el SEÑOR le dio, y a la vez le otorga la oportunidad a otros de desarrollar sus dones y talentos en el área sagrada del servicio al propósito eterno de Dios.

Elevo mi oración rogando que el Eterno levante jueces maduros entre nosotros que puedan juzgar correctamente y poner justicia y paz en el pueblo.


Bitácora Relacionada:

¿Puede Dios usar para Su Propósito a Alguien con Vida Ordinaria?

Por P.A. David Nesher

«Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Yahvéh en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.
Entonces Moisés dijo:
Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.«

Éxodo / Shemot 3: 1-3

Por un lapso de cuarenta años Moshé vivió como un pastor oculto en el desierto de Madián. Hasta este punto su vida era tan humilde que él no tenía ningún ganado al que pudiera llamar como propio,… ¡las ovejas pertenecían a su suegro!… Sin embargo, en aquel día, lo cotidiano se volvería para él en algo sobrenatural.

Siempre me imagino la escena. Cuando Moshé se levantó aquella mañana y contó las ovejas, no se dijo a sí mismo: «Creo que llevaré las ovejas al lado occidental del desierto, junto al Monte de Dios«. El monte Horeb era simplemente eso: el monte Horeb; una roca indistinta en el desierto como tantas otras colinas y montañas, de aspecto completamente ordinario. No tenía nada de especial. El monte Horeb se convirtió en el monte Sinaí, la montaña de Dios, simplemente porque el Eterno lo eligió, no porque fuera más alto, más poderoso o más santo que cualquiera de las colinas y montañas circundantes. (Horeb significa “desierto” o “desolación”)

De manera similar, Moshé se convirtió en Moshé, el Profeta del Altísimo porque Dios lo llamó, lo encontró y lo comisionó, no porque fuera más piadoso, más poderoso, más inteligente o más elocuente que otros hombres.

Con este relato descubrí que Dios está en lo ordinario,… ¡Él goza esconderse allí para ser hallado! Así mismo se me reveló que siempre los encuentros con Dios ocurren en lugares ordinarios. Lo diferente está en que cuando ese encuentro con Dios ocurre, lo ordinario se transforma inmediatamente en extraordinario y sobrenatural.

El muy común Monte Horeb se transformó en el extraordinario Monte Sinaí debido a que la presencia de Dios estaba allí. Así también, el Moshé muy común, un simple hebreo exiliado de Egipto, un pastor de ovejas perdido en el desierto, se transformó en Moshé, el Hombre de Dios, el mayor profeta de todos los tiempos porque se encontró con Dios. ¡El Eterno transformó al hombre común en algo extraordinario, y así continúa obrando hoy!

Estoy convencido que alguno de ustedes, a esta altura de la bitácora, se estará cuestionado: «¿Cómo podría Dios usarme para algo? No soy nadie en especial. Solo soy una persona normal con una vida normal.«

La mayoría de nosotros no nos consideramos personas extraordinarias. Probablemente, al igual que yo, tú te consideras una persona bastante corriente con una vida bastante común y ordinaria. Sin embargo, desde la perspectiva de Yahvéh, eso es perfecto. Tú eres la persona indicada para el cumplimiento de Su propósito eterno. Tú eres el alma perfecta con la que puede hacer cosas extraordinarias. ¡Él no busca profetas!; ¡Él solo busca personas normales que se desenvuelvan en circunstancias normales!

Lo que sí necesito que entiendas, es que cuando Moshé vio la zarza ardiendo, el relato destaca que él se desvió para investigar aquel fenómeno. Sólo entonces el Santo Bendito Sea se reveló a Moshé como el Dios de sus padres. Justamente allí está nuestro problema. Generalmente no nos tomamos el tiempo para desviarnos e investigar la Voz que se esconde en la zarza, es decir las Sagradas Escrituras.

Todos tenemos la intención de crecer espiritualmente. Todos imaginamos que un día, nos tomaremos un tiempo para estudiar, para crecer en Torah, para hacer un mitzváh (mandamiento) , para orar con regularidad. Pero no puedes llevarte las buenas intenciones a la tumba. Un rabino famoso dijo una vez:

No te digas a ti mismo:
‘Cuando tenga más tiempo, estudiaré Torah. Quizás no tengas más tiempo ‘”

(m. Avot 2: 4)

Ante esto te propongo: ¡Dispónte a ejercer proactividad ante tu buena y correcta intención! ¡No digas, cuando tenga más tiempo, me desviaré, es posible que no tengas más tiempo!

Koraj: ¡Mucho Maquillaje queda Mal!

Por: Natalia Nuñez

“¿Por ventura te parece poca cosa el que nos hayas hecho subir de una tierra que mana leche y miel para hacernos morir en este desierto, para que quieras también hacerte señor absoluto de nosotros?
Ni tampoco nos has traído a una tierra que mana leche y miel, ni nos has dado posesiones de campos y de viñas. ¿Acaso quieres arrancar (cegar) los ojos de estos hombres? No subiremos. Y se encendió la ira de Moisés en gran manera, y dijo al Eterno: No atiendas a su ofrenda; ni un solo asno de ellos tomé, y no he hecho mal a ninguno de ellos.

(Números/Bamidbar 16:13-15)

Basándome en estos versículos observo una insatisfacción que lleva a ser mal agradecidos, a nunca estar conformes con nada. Siempre hay un “pero” para todo, hasta para cuando estamos alegres.

En Kóraj (Coré) notamos una vez más esa klipá (cáscara, concha, y/o caparazón) y también están incluidos esos tres gigantes que vimos en el parashá Shelaj Lejá (Bamidbar 13:22) con los que día a día tenemos que luchar:

  • Ajiman, el bloqueador;
  • Sesay: el blanqueador (la religión) y
  • Talmay: el acumulador.

Esto arrastró a ese levita a una envidia que invadió su corazón, lo enfrió y lo llevó a él y a tantos otros a rebelarse.

Si tan solo le hubiera dado lugar a la humildad como Moshé lo hizo, quizás todo hubiera sido distinto. Pero Abba nuestro nos prueba para que quede expuesto quién de verdad lo obedece o quién, como Kóraj y sus seguidores, ante cualquier situación siempre tiene el “pero” perfecto para no congregarse, o para mirar en qué momento va a caer su hermano para decir que en ese puesto no tendría que estar, etc.

“Tú salvas a los humildes, pero humillas a los orgullosos”
(Salmos 18: 27)

Más claro échale agua. Un sabio dice: “la humildad es requisito indispensable del verdadero aprendiz, del verdadero discípulo”.

La solución no es poner a un hombre con hambre de poder en un cargo de responsabilidad, sino que se humille y aprenda a someterse a los líderes que Yahveh ha puesto sobre él. Pero muchos no quieren aceptar esto ni tratar con el pecado que los domina, sino que desarrollan su rebeldía hasta que apodera de su ser.

 Pero si nos humillamos bajo la poderosa mano del Eterno, Él nos exalta en su debido tiempo, como está escrito en 1 Pedro 5:5-6.

No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes.Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.» ¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “¿Déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano”.
(Mateo 7:1-5)

Basándome en este pasaje cierro esta meditación con la conclusión de que un líder puesto por Abba nuestro siempre va a dar su vida por las ovejas (Juan 10:11) como hizo Moshé, y luego Yeshúa nuestro Maestro y Dueño. Siempre va a procurar actuar con sabiduría, entendimiento y conocimiento por su pueblo, siempre intentará hacerle bien y no mal. Por ese motivo el Señor me lleva a observar cómo todo lo permite Él.  

Nosotros como comunidad tenemos que apoyar a nuestros líderes, estar en ese cargo no es fácil, ya que se les demanda más. No podemos siempre buscar un “pero” a todo. “No oro porque fulano no me llamó, no me congrego porque el viento vino del Norte en vez del Sur, no me congrego porque el dólar subió. No me congrego porque no tengo internet”, etc.

¡A ver! Seamos agradecidos que hoy podemos aprender, no es válido culpar a esta plandemia de que te enfríes. Si te enfrías es porque sale a la luz lo que por muchos años no hiciste, solamente actuaste como cualquier religioso en calentar una silla, sólo que le agregaste de yapa el shabat.

Sí, puede que moleste lo que digo, pero si nos observáramos hacia dentro nos daríamos cuenta que mucha de la escasez que vivimos es porque seguimos siendo como Kóraj y lo que menos hicimos fue convertirnos al yugo de Yeshúa. Es decir, conocerlo, obedecerlo por medio de la indagación, meditación y oración de Su palabra, meramente por comodidad u argumentos humanos.

 El Martín Fierro dice: «los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los devoran los de afuera«.

Si estás siendo devorado lamentablemente es porque no estás (y/o estamos) unidos como comunidad, porque somos mal agradecidos, no aprovechamos las herramientas que Abba nuestro nos da a través del maestro que nos ha dado.

¡Basta de tanta klipot!… ¡Basta de tanto «maquillaje»! Basta de sólo querer estar en los grupos de estudios para no sentirse excluido, o que nadie te quiere. La idea es que crezcas, que madures, es por el bien de todos nosotros.

Si no, siempre vivimos dando vueltas en la queja, en el desierto, en criticar al otro por nuestro mal. El mal muchas veces nos lo causamos nosotros mismos por no obedecer la palabra que con tanto tiempo en amor es bajada a nuestras vidas.

¡Cortémosla con tanta victimización! ¡Empecemos a caminar juntos! Porque si de algo no nos podemos esconder es de nuestro Rey, nuestro dueño que no va a permitir que una raíz de amargura contamine a Su Pueblo.

¡Todo sale a luz! Entoces seamos agradecidos, y en emunah (fe verdadera), caminemos juntos valorando que todo ya se nos dio.

Kóraj se rebeló y perdió todo; sólo se enfocó en observar y sus ojos lo engañaron. ¡Quizás viéndolo desde otra perspectiva no nos trague la tierra! ¡Pero la pobreza que hoy atraviesas es igual a que la tierra te trague!… Entonces, practiquemos la teshuvá, el arrepentimiento.

Shalom amados!

«El Discurso Más Corto»

A continuación les transcribo literalmente el discurso, que como su nombre indica, es verdaderamente corto y debiera servir de reflexión para que todo aquel que está al frente de una empresa comprenda y acepte que las mejores prácticas de responsabilidad social para con sus colaboradores, irónicamente son aquellas que tienen que ver con la vida y no con el empleo.

El discurso más corto que Bryan Dyson al dejar el cargo de Presidente de Coca Cola vibra plenamente de sabiduría:

«Imagina la vida como un juego en el que estás malabareando cinco pelotas en el aire. Estas son: tu trabajo, tu familia, tu salud, tus amigos y tu vida espiritual; y las mantienes todas en el aire.

Pronto te darás cuenta qu el trabajo es como una pelota de goma, si la dejas caer, rebotará y regresará. Pero las otras cuatro pelotas: familia, salud, amigos y espíritu son frágiles, como de cristal. Si dejas caer una de éstas, irrevocablemente saldrá astillada, marcada, mellada, dañada e incluso rota. Nunca volverá a ser lo mismo. Debes entender esto: apreciar y esforzarte por conseguir y cuidar lo más valioso.

Trabaja eficientemente en el horario regular de oficina y deja el trabajo a tiempo.

Dale el tiempo requerido a tu familia y a tus amigos.

Haz ejercicio, come y descansa adecuadamente. Y sobre todo, crece en vida interior, en lo espiritual, que es lo más trascendental, porque es eterno.

William Shakespeare decía: Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele.

Los problemas no son eternos, siempre tienen solución. Lo único que no se resuelve es la muerte.
La vida es corta, ¡por eso, ámala!

Vive intensamente y recuerda:

Antes de hablar… ¡Escucha!
Antes de escribir… ¡Piensa!
Antes de criticar… ¡Examínate! Antes de herir… ¡Siente!
Antes de orar… ¡Perdona!
Antes de gastar… ¡Gana!
Antes de rendirte… ¡Intenta!
Antes de morir… ¡VIVE!

Interesante será que e cuente que Bryan Dyson trabajó por 35 años para Coca-Cola. Su historia con la compañía inicia en 1959 al unirse a Coca Cola Co. en Venezuela y trabajar durante muchos años en América del Sur, el Caribe y México. En 1978, fue nombrado el presidente de Coca-Cola EE.UU.. En 1983 fue nombrado presidente de Coca-Cola North America, con la responsabilidad de dirigir toda la Compañía en América del Norte. En 1986, fue nombrado presidente y director general (CEO) de Coca-Cola Enterprises (CCE).

Se desempeñó como consultor senior de The Coca-Cola entre enero de 1992 y octubre de 1993. Se retiró de Coca-Cola en 1994, pero se mantuvo activo como consultor de la Compañía. En agosto de 2001 salió de su retiro y aceptó el cargo de Vicepresidente y Director General de Operaciones (COO) de The Coca-Cola Company.

Por el momento, nadie sabe cuándo nació ni se sabe si todavía vive o no.

Un rey pequeño para servir a un Gran Rey

Por P.A. David Nesher

Cuando entres en la tierra que Yahvéh tu Dios te da, y la poseas y habites en ella, y digas:
«Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que me rodean. Ciertamente pondrás sobre ti al rey que Yahvéh tu Dios escoja, a uno de entre tus hermanos pondrás por rey sobre ti; no pondrás sobre ti a un extranjero que no sea hermano tuyo. Además, no aumentará para sí muchos caballos, ni hará que el pueblo vuelva a Egipto para tener muchos caballos, pues Yahvéh te ha dicho:
«Jamás volveréis por ese camino. Tampoco aumentará para sí muchas mujeres, no sea que su corazón se desvíe; tampoco aumentará para sí grandes cantidades de plata u oro. Sucederá que cuando él se siente sobre el trono de su reino, escribirá para sí dos copias de esta Torah en un libro, en presencia de los sacerdotes levitas. La tendrá consigo y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Yahvéh su Dios, observando cuidadosamente todas las palabras de esta Torah y estos estatutos

(Deuteronomio/Devarim 17: 14-17)

Debo reconocer que siempre me pareció extraño que Moshé se atreviera a legislar sobre la creación de una institución que en sus días nadie reclamaba, y que tardaría siglos en introducirse en Israel. Justamente este «detalle escritural» fue el que más me condujo al convencimiento de que la Torah tiene un origen directa y plenamente divino, ya que en este mitzvot profetiza que el pueblo de Israel pediría un rey en algún momento de su historia. Cuando estudiamos el libro de Bereshit (Génesis), notamos que el Eterno también había dicho a Avraham en Génesis 17:6 que: “reyes saldrán de ti”, lo cual constituye también una base para que hubiera reyes en Israel.

Al llegar a los libros históricos nos damos cuenta que la iniciativa de tener un rey no vino del Eterno. Este oráculo divino se cumplió en los días del profeta y juez Samuel, cuando el pueblo pidió un rey (1 Samuel 8:5).

Samuel está molesto. Piensa que el pueblo lo rechaza. No es así, dice el Eterno, me están rechazando a Mí (1Sam. 8:7). Sin embargo, con todo esto y pese a ello, Yahvéh no le ordena a Samuel negarse a ese pedido. Al contrario, le dice: diles lo que les va a costar la monarquía, qué es lo que pueden llegar a perder. Si después de eso, todavía quieren tener un rey, dáselos.

Con esto el Eterno mostró que el propósito de aquel pueblo en tiempos de Samuel al hacer esta petición no era para cumplir la Torah en este mitzváh de Devarim, sino ser semejantes a todos los demás pueblos en la tierra, especialmente a los filisteos que querían por aquel entonces adueñarse de la zona montañosa de Canaán, ricas en la producción de aceite y vino. Esto fue lo que al Eterno lo llevara a manifestarse como contristado por causa de Su Pueblo.

Al estudiar nuestra parashá Shoftim notamos que en ella se describen siete características que tenía que tener el rey de Israel, a fin de no utilizar en forma errónea su elevado cargo para su engrandecimiento personal. Estas pautas de liderazgo yahvista son:

  1. El rey de Israel tiene limitaciones en el asunto de acumulación de bienes materiales. No puede tener muchos tesoros, así no cobraba al pueblo impuestos abusivos. El rey no puede  tener muchos caballos, así no tenía un ejercito demasiado poderoso. Y no podía tener demasiadas esposas, lo que en ese entonces implicaba, entre otras cosas, un límite en las alianzas que podía establecer con pueblos gentiles vecinos (Debarim, 17:16-17).
  2. El rey de Israel  debía ser un talmid jajam, es decir un discípulo de la Sabiduría (o un estudioso de la Torah). Tenía que escribir un Sefer Torah, el libro de Devarim,  (17:18) y cargarlo con él a donde sea que fuera. Y tenia que estudiar la Torah “todos los días de su vida”  (17:19) para aprender todo lo que Yahvéh esperaba de él y de cada uno de sus súbditos. Su estudio no era para presumir de sabiduría ante nobles y plebeyos, sino para mejorar su proceder y refinar su carácter, como veremos a continuación.
  3. Quizás lo mas interesante del rey israelita era que, en completa oposición a los que era propio de los reyes gentiles , se esperaba de él “humildad”. Así dice la Torah explícitamente en el pasuk 17:20: [El rey tendrá que leer la Torah…] para que su corazón no se enaltezca por sobre sus hermanos y no se aparte de Sus mandamientos a derecha  a la izquierda…”. Amado lector, necesito que notes la suprema lección de humildad: La Torah no dice que el rey de Israel se enaltezca por sobre “sus súbditos” sino” “sus hermanos”. En el pueblo de Dios la relación no era “rey/súbditos”, sino “hermano mayor/hermanos”. Y mientras que en los demás pueblos el rey era la excepción en cuanto a obedecer la ley, el rey de Israel debía ser el ejemplo, en cuanto a obedecer la Instrucción divina, matriz de todas las leyes existenciales.
  4. El rey tiene que ser escogido por Yahvéh, sí o sí por medio de sus profetas.
  5. El rey está colocado en una posición sobre Israel.
  6. El rey es puesto por el pueblo. Es muy interesante que la forma de gobierno que el Eterno establece entre los hombres es tanto teocrática como democrática. Tienen que haber una colaboración en el momento de la instalación de una autoridad, entre el Eterno y el pueblo que va a ser dirigido por esa autoridad.
  7. El rey tiene que ser israelita de nacimiento, no puede ser extranjero. De esa forma Yahvéh se aseguraba de que un alma pura velara por los intereses civiles y espirituales de Su Pueblo y evitara así la influencia extranjera que pusiera en peligro la cosmovisión yahvista adquirida en el Sinaí.

Interesante es destacar que con la revelación de estas características, la Torah no menciona ninguna Mitsvá de obedecer al rey. De ese modo deja bien en claro que el rey de Israel está mandado a obedecer al mismo Dios al que obedece todo israelita. En los demás pueblos,”El rey es dios”. En el pueblo de Israel, “Yahvéh es el único Rey”.

Al venir a este texto de la Torah hay una verdad que se nos revela y nos debe conducir a darnos cuenta que toda propuesta política si no viene de la mano de la justicia inspirada en el Reino de Dios no funciona.

El Rey Salomón olvidando estas pautas de la Sabiduría

Entonces, tal y como podemos ver, todo el pasaje está plagado de ambivalencia. Los peligros están claramente explicados. Existe el riesgo de que un rey explote su poder, aprovechándolo para adquirir riqueza, o esposas, o caballos (uno de los símbolos de status del mundo antiguo). Esto es exactamente lo que se describe de Shelomó (Salomón) haciéndolo en el Libro de Reyes.

Cuando vamos y vemos la vida del rey Shelomó notamos que el pecó justamente en tres áreas reveladas en estos mitzvot de la parashá Shoftim:

  1. Tuvo muchos caballos e hizo que el pueblo volviera a Egipto, para comprar caballos, (cf. 1 Reyes 4:26). Cuando los reyes gentiles viajaban, solían desfilar con un gran número de caballos a fin de impresionar al público. El Talmud, explicando este mitzváh, dice que sólo puede poseer los suficientes para sus carros (2 Samuel 8:49). Por tanto, al rey de Israel le estaba prohibido poseer cualquier caballo adicional para pompa y exhibición. La razón fundamental para esta prohibición es la necesidad de cuidar al rey de la arrogancia que conduce hacia el alejamiento del Todopoderoso.
  2. Tuvo muchas mujeres que desviaron su corazón, (cf. 1 Reyes 11:3-4). Los reyes gentiles de antaño solían poseer grandes harenes. Según el Talmud, un rey de Israel sólo podía tener 18 mujeres, basado en el texto de 2 Samuel 12:8 donde el Eterno habla de añadir dos veces más a lo que el rey David ya tenía. Entonces tenía seis esposas. Con esto la Torah se aseguraba que el rey de Israel se enfocara en su única función: gobernar la Comunidad yahvista conforme a los mitzvot de la Torah, y no perder el tiempo dando rienda suelta a placeres físicos.
  3. Tuvo mucha plata y oro, cf. 1 Rey 10:21, 27. El Talmud dice que sólo puede poseer lo suficiente para adjudicar para su corte.
¿Cómo pudo Shlomó atreverse a transgredir estos mandamientos?

A cada una de estas mitzvot la Torah le atribuye una razón: «por si su corazón se aleja de Yahvéh«. La sabiduría en Torah que poseía Shelomó era tan inmensa y su corazón tan puro que se sintió seguro de que ningún exceso de esposas alejaría su corazón del Eterno.

Shelomó declaró, «Tengo la suficiente fortaleza para transitar todos los senderos sin pecar«. Consideró que sus actos eran permisibles y, quizás, obligatorios.

Dicen los sabios que su intención era unificar el mundo entero y enseñarles moralidad de la Torah. ¿Qué mejor forma de ganarse la aprobación de un rey gentil que casándose con su hija? Shelomó asumió que la razón que da la Torah, de que ellos no deben alejar su corazón de Dios (Deuteronomio 17:17) si es que no aplicaba a él (debido a que el Eterno le había concedido Sabiduría), estaba permitido. Shelomó pensó que podía romper todas las reglas y seguir siendo ajeno a la corrupción. Lamentablemente, y pese a toda su sabiduría, estaba sinceramente equivocado.

Así pues, y por pecar en estas tres áreas, el Eterno mismo le levantó tres enemigos (cf. 1 Reyes 11:14, 23, 26). Si el rey Shelomó hubiera hecho caso a estas pautas de la Torah para su puesto, no hubiera caído en pecado.

Un antiguo Midrash cuenta una metáfora que ayuda a explicar esta caída del sabio rey. Dice que la letra yud de la palabra yarbé, que significa “aumentará”, se molestó con el rey Shelomó cuando transgredió estas prohibiciones de la Torah, y voló ante el trono celestial y se quejó: “Shelomó me desarraigó por transgredir las prohibiciones de acumular esposas, caballos y riquezas. Ahora ha anulado estas mitsvot, eventualmente descarte toda la Torah.” Entonces el Eterno le respondió a la yud: “No temas. Shelomó y miles como él morirán, pero hasta tú, la más pequeña de las letras, jamás serás desarraigada.”

Es muy posible que este Midrash haya estado en la mente de nuestro Maestro Yeshúa cuando pronunció estas palabras ante el pueblo, como están escritas en:

Porque en verdad os digo que hasta que pasen el Cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la Torah hasta que toda se cumpla.”
(Mateo 5:18)

Con esto necesitamos aceptar que todas las caídas de los hombres desde Adam hasta el último hombre, han sido, son y serán la consecuencia de no hacer caso a los mandamientos del Eterno escritos en la Torah.

Por eso, al estudiar esto, estamos obligados a pensarnos a nosotros en nuestro llamado regio, y desde allí revisar nuestra capacidad de liderazgo.

Tenemos que aceptar que, si creemos estar redimidos por Yahvéh, en alguna medida todos somos reyes, y  lideramos algo, e influenciamos sobre personas. Dicha influencia quizá está en nuestro trabajo, liderando proyectos; o quizá somos cabeza en nuestra familia, nuestra comunidad, nuestro grupo de amigos, las redes sociales, etc.

De ese modo, nos damos cuenta que el atributo de la monarquía en cada uno de nosotros, los hijos primogénitos del Monte Santo, puede ser obvio y evidente, por ejemplo, el caso de las personas que dirigen a otros y les indican qué deben hacer. Así mismo, nuestra monarquía está también la capacidad de influir con nuestra personalidad, nuestros mensajes y el impacto de nuestros actos sobre otras personas, aunque no sea tan obvio.

Debemos aceptar que la monarquía es el poder de la nobleza divina manifestada en nosotros, por lo que debemos cuidar como lo utilizamos, y hacerlo para bien de nuestro entorno. Debemos tener claro que la finalidad al liderar y asumir la responsabilidad de cualquier conducción, no es obtener nuestro beneficio, sino vivir con justicia y armonía para servir al propósito eterno de Dios, escondido en cada ser humano, con amor.

Finalmente: ¿Cuál es el mensaje práctico de Shoftim para hoy? En la comunidad estamos para servirnos con nobleza los unos a los otros. Cada uno de nosotros somos responsables de lo que está sucediendo a nuestro alrededor. No podemos culpar al vecino. Por lo tanto, le pido que se haga estas preguntas:

“¿Estoy siendo una influencia positiva en mi comunidad, donde sea que esté, donde quiera que vaya?»
«¿Soy respetado como una persona de buenos valores y moral?»
«¿Soy invisible?»
«¿Soy un ciudadano responsable?»
«¿Soy de beneficio para la sociedad sin importar mi edad?»
«¿Soy un individuo egocéntrico que solo se preocupa por lo que me sucede?”

En Shoftim, por medio de la mitzváh de elegir un rey, Moshé nos está advirtiendo, que nuestra sociedad será saludable, en la medida en que cada persona que la integra sea consciente que es importante, aceptando su responsabilidad de servir con nobleza a quienes los rodean.

El Poderoso Bastón de Moisés

Por P.A. David Nesher

Lech el-Par’oh baboker hineh yotse hamaymah venitsavta likrato al-sfat haYe’or vehamateh asher-nehepach lenachash tikach beyadecha.

«Por la mañana preséntate ante Paró, él saldrá hacia el río [Nilo] y tú ponte delante de él junto a la orilla del río.»

(Shemot/Éxodo 7:15)

Presumir, dice el diccionario de la RAE (Real Academia Española) que significa vanagloriarse, tenerse en alto concepto. Y justamente Paróh (Faraón) presumía de deidad, y como tal aparentaba no tener necesidades fisiológicas. A tal punto llegaba su presunción (y la de cada faraón egipcio) que a la madrugada, mientras el pueblo aún dormía, él iba al río a hacer sus necesidades. Sí, tal como lo han leído… ¡madrugaba para defecar! De ese modo, el rey preservaba su “imagen divina”, y mantenía la admiración de las masas que lo valoraban como la encarnación del dios Horus (hijo de Osiris e Isis) sobre la Tierra. 

Así es. Faraón (y cada uno de los soberanos egipcios a lo largo de la historia, aseguraba que se había creado a sí mismo, y que luego había creado el río Nilo. Por eso él, al ser él un “dios”, no requería satisfacer necesidad alguna, sino solamente sumergirse en el Nilo en la madrugada, para permitir que el Sol (Ra) tuviera libre su camino para amanecer y brindar sus luz cada día. ¡Imagínense… con una mentira de tal magnitud vibrando en la cabeza ancestralmente, no había forma de que un corazón humano sea sensible al amor perfecto del Eterno!

Los Midrashim siguen relatando que Moshé cuestionó a faraón diciéndole que resultaba extraño que un dios defecara igual que un simple humano:

«… – ¿Quién ha dicho que soy divino? –Preguntó faraón-.
Moshé responde con pregunta: ¿No le dices eso a los egipcios?
–¿Y quiénes son los egipcios? –Replicó faraón-. ¡Esos tontos no son seres humanos, sino asnos! ¡Qué importa lo que yo les diga a ellos!
…»

[Midrash, Pág 54]

En contraste con esta cosmovisión humana presuntuosa, nos encontramos con Moshé, un hombre muy humilde. En él nunca hubo ningún deseo de mostrar que era el mejor; los motivos de su corazón estaban muy por encima de esas actitudes de los carnales.

En la bitácora de ayer vimos que a pesar de que la vara (et) de Aharón tenía más fuerza que las varas/dragones de los magos egipcios y las devoró, no hubo cambio de actitud ni en los magos, ni en el Faraón. Moshé no ganó la batalla mostrando que su poder era superior al otro, ya que el corazón del faraón estaba endurecido. Este relato contiene la Intención divina de revelarnos un secreto importantísimo para ejercer con plenitud el liderazgo profético. Lo acontecido en esta historia es muy común en las discusiones; el que ha ganado la discusión ganó con su argumento, pero no ganó el corazón de su oponente, lo cual es lo más esencial.

No necesariamente se considera como ganador de una discusión a aquella persona que ofreció los argumentos más fuertes. Es posible que, en efecto, gane la discusión en sí, pero no ante el Eterno; el enfrentamiento de poderes entre Moshé y los magos de Egipto es un ejemplo de ello.

Por ello, es mejor perder una discusión que perder un corazón. Es mejor perder un argumento pero ganar el corazón y la apreciación del oponente cuando ve que no estás interesado en apoderarte de él ni tomar control sobre su mente ni jactarte y elevarte por encima de tu prójimo. Que el Eterno nos ayude a ser humildes en todo para no buscar nuestra propia exaltación en ninguna área de nuestra vida. “…Bienaventurados los humildes porque ellos heredarán la tierra…”, dijo un sabio de la Torah (Yeshúa Melej HaMashiaj – Mateo 5:5).

Ante estas consideraciones, logramos una mejor comprensión de por qué el Eterno hizo que Moshé pareciera «como Dios» al faraón (7:1), es decir, una persona poderosa que merecía ser escuchada. Al Paróh se lo consideraba un dios, así que Moshé estaría a su mismo nivel. Sin embargo, el hecho de que el Paróh se negara a ceder ante las demandas de Moshé demuestra que no estaba dispuesto a considerarse inferior en autoridad a nadie.

Entonces, el Eterno que mira lo que hay en los corazones de los hombres, sabiendo que el corazón de Paróh es pesado por naturaleza, pero que además se ha tornado más pesado y que permanece obstinado sin conmoverse ante lo que ven sus ojos, ordena a Moshé:

» y tú ponte delante de él junto a la orilla del río ,…»


El sabio intérprete Abarbanel dice que esto «quiere decir: «preséntate ante él de forma que no pueda escurrirse de ante ti, por acá o por allá …».

Por otra parte, Ibn Hezra sugiere que Paróh (además de hacer sus necesidades fisiológicas) aprovechaba para constatar en cuántas gradas había crecido el río Nilo. Cabe recalcar que la primera de las plagas consistirá en transformar el agua del Nilo en sangre, por lo que la idea parecería ser presionar a Paróh en su vulnerabilidad, ya que su economía era agrícola y, por ende, su país dependía exclusivamente de la calidad de las aguas del Nilo.

Moshé primeramente habría de tomar la misma vara que se había convertido en serpiente/cocodrilo, en sus manos, y luego se la habría de entregar a Aharón, para que viera Paróh que desde el mismo instante en que Aharón golpeara el río, éste se convertida en sangre. Así demostrarían a los testigos presenciales que hubiere allí, que es Yahvéh el que cambia la naturaleza, y maneja soberanamente todas las leyes físicas.

Así es como el Eterno habilitará la vara (et) que le otorgó a Moshé en Sinaí, como representante simbólica de su esencia redentora, con la siguiente orden:

«… he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano…  Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto…»
(vv. 17, 19)

El sabio exegeta Ibn Hezra explicando estos versículos (pasukim) dice:

«De acuerdo con mi opinión, el sentido literal del versículo dice que Aharón extendió su mano y golpeó el río Nilo y tendió su mano hacia todos los puntos cardinales de la tierra de Egipto para trocar el agua en todo el país. »

En realidad, de acuerdo con el versículo 17, era Moshé quien había advertido a Paróh que él mismo golpearía las aguas del río, para trocarlas en sangre. Mientras que en el versículo 19 se le atribuye este acto a Aharón. Esto lleva a Rashí a decir:

«Ya que el río había protegido a Moshé cuando éste había sido arrojado al mismo y, por ende, le había salvado la vida, no será el mismo Moshé el que castigará a la fuente de su salvación. «

Entonces el sabio Rashbam, conciliando las dos opiniones, dice que Aharón golpeaba con su vara como emisario del mismo Moshé.

Es importante recordar aquí, que el río Nilo también era considerado un dios y por esto fue juzgado por el Dios de los hebreos. Yahvéh dice que Él golpeará las aguas del río, no Moshé. Es decir, que la vara de Moshé estaba también en la mano del Eterno. Vemos que hubo una colaboración íntima entre lo que estaba haciendo Moshé y lo que estaba haciendo el Eterno. El Eterno estaba golpeando las aguas del río por medio de su shalíaj, emisario, Moshé.

Por último, resulta muy interesante considerar lo que el Midrash cuenta acerca de la vara o bastón de Moshé. Parece ser que las plagas con las que el Eterno golpearía a Egipto estaban grabadas en el bastón de Moshé en forma de acróstico en tres palabras: Datzaj, Adash y Beajav.

Y este es su significado:

  • DaTzaJ: (dam=sangre, tzefardea=rana y jinim=piojos).
  • AdaSh: (arov=mezcla de animales, déber=epidemia, y shejin=llagas).
  • BeAJaV: (barad=granizo, arvé=langosta, jóshej=oscuridad, vejorot=primogénitos).

Con ese poderoso instrumento, Moshé traería a Egipto la ira de Yahvéh Elokim.

Ahora, lo que queda es considerar el relato de las plagas con las cuales el Eterno Eloah arrasará a aquel Mitzrayim opresor. Cada una de ellas correspondería al castigo que los benei Israel sufrieron de parte de sus esclavizadores.

El Secreto para Ser Persona de Vanguardia.

Por P.A. David Nesher

 

 

» La bandera del campamento de los hijos de Judá, según sus ejércitos, partió primero, con Naasón, hijo de Aminadab, al frente de su ejército.»

(BaMidbar/Números 10:14)

 

Evidentemente, mientras más profundizamos en el estudio del libro BaMidbar (Números) descubrimos que el Eterno se aseguró de implantar en los hebreos el paradigma organización que cuando hay orden, hay paz, en cambio, cuando hay desorden hay confusión. De esto se deduce que  sólo con el orden y la coordinación estratégica se logra mantener entusiasmo en cualquier emprendimiento. Dicho entusiasmo permite al alma discernir los qué, cómo, cuándo, y dónde de Yahvéh, y la marcha se hace bajo pautas específicas que garantizan el éxito de toda empresa.

Una tribu era la que el Eterno determinó que fuera delante de toda la marcha: la de Judá (Yehudá). Yahvéh quería entrenar a los israelitas en la adquisición de una conciencia de alto rango, propia de nobles. Él quería que Su Pueblo se entrenara en el poder de la gratitud o alabanza.

El nombre Yehudá (Judá) tiene la misma raíz que la palabra gracias (hb. todá), según lo que fue dicho por Lea cuando nació el patriarca: “Concibió una vez más y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré (odé – אודה) al SEÑOR; así que le puso por nombre Judá; y dejó de dar a luz.” (Gén. 29:35). Importante es señalara aquí que en el contexto de una mentalidad hebrea, agradecer no es simplemente expresar gratitud, si no también significa alabar, de allí que Judá significa alabanza.

 

La primera característica de un redimido, hijo primogénito, es que alaba al Eterno. Desde que se levanta por la mañana hasta que se acuesta su boca está llena de alabanza y gratitud. Decir gracias al Eterno por todo y en todo es una llave para el avance en la vida. Es la clave que permite la vanguardia en el peregrinar de la vida. En la Historia de Salvación relatada en las Sagradas Escrituras vemos que cuando el hombre de Dios se entregaba en alabanza a Yahvéh, su Poder se manifestaba.

Por eso la tribu de Yehudá, la que sabe bendecir, alabar y dar gracias, es la que va primero. Y es que siempre el pueblo que sabe decir gracias es el que abre la brecha. Cada israelita comprendía con este orden que, en la vida, el agradecido es quien puede avanzar, y el primero en llegar a la meta. En cambio, el que cambia su alabanza por amargura nunca llegará a la meta. Los profetas inspirados en estos paradigmas celestiales, lo expresaron en cantos como estos:

El pueblo que yo he formado para mí, proclamará mi alabanza.”

(Isa. 43:21)

 

¡Cuán bienaventurado es el pueblo que sabe lo que es la voz de júbilo! Andan, SEÑOR, a la luz de tu rostro.”

(Sal. 89:15)

 

Todos los pueblos de la Tierra están invitados a aprender de Yehudá y seguir su ejemplo, como está escrito en Deuteronomio 32:43ª y Romanos 15:10: “Regocijaos, naciones, con su pueblo

Así también, en los consejos apostólicos del Pacto Renovado leemos:

Sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, himnos y cantos espirituales, cantando y alabando con vuestro corazón al Señor; dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesús, el Cristo, a Dios, el Padre.

(Ef. 5:18b-20)

 

“…dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros Jesús, el Cristo.”

(1 Tes. 5:18)

Amados discípulos de Yeshúa, sigamos el ejemplo de Yehudá. Alabemos y demos gracias al Eterno en todo y por todo. De ese modo mantendremos el entusiasmo activo. Sólo así avanzaremos y llegaremos primero a la conquista de las promesas.

¡Bendito sea el Eterno por siempre sobre sus vidas, familias y economía!

Secretos del Esfuerzo Corporativo

Aquí podrás observar los detalles con que una empresa fluye desde las pautas correctas de la corporatividad.

Si estas en liderazgo, te invito a que no solamente te dejes llevar por la excelencia del arte expuesto, sino que medites en todo detalle que tu alma capte de esta puesta en escena. Luego anota tus reflexiones para compartirlo con tu equipo diario de trabajo.

 

Shalom!

 

Jetro y Su Consejo de Gestión Celestial: El Tribunal de Elohim

Por P.A. David Nesher

«Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.
Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo:
¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?
Y Moisés respondió a su suegro:
Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.
Entonces el suegro de Moisés le dijo:
No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo».

(Shemot/Éxodo 18: 13-16)

Los hombres llamados por Dios para liderar siempre están en peligro de abarcar más de lo que ellos son capaces.”
(Morgan)

Hemos estudiado que Moshé, en virtud de los acontecimientos pasados, había quedado constituido en jefe de la nación y, por tanto, en juez. Ese papel le había sido negado por uno de sus compatriotas (Ex. 2:14) y ahora lo está ejerciendo con todo derecho.

Moshé es el juez de todos los pleitos que entre los israelitas se suscitaban. Estos eran muchos, y sobre todo largos; pues, aparte de que todos los seres humanos sabemos ser elocuentes cuando se trata de defender los propios derechos, resulta que los orientales poseen en esto una elocuencia inacabable. Por esto, toda esta situación se convertía para Moshé en una carga muy grave.

Ahora bien, entendemos que la gratuidad, la solidaridad y la subsidiariedad son las tres claves de la convivencia en una comunidad, y las tres provienen de la vida familiar. Desde el deber ser mismo, en las familias, todos deben contribuir al proyecto común, todos deben trabajar por el bien común, sin anular al individuo; sino más bien sosteniéndolo y promoviéndolo. Esto enmarcara la conciencia virtuosa de la justicia, que permitirá a cada varón y cada mujer surgir de su entorno como miembros que aportan respuestas para construir la gran comunidad que los contiene: la nación.

También sabemos, de acuerdo a la revelación escritural, que el alma humana tiene una inclinación a lo bueno y una inclinación a lo malo dentro de sí. Yetzer Hará es el término hebreo utilizado en las Sagradas Escrituras para describir a la inclinación mala. Esta tendencia a lo malo  es egoísta y sólo busca sus propios beneficios. El yetzer hará es una fuerza negativa programada en nuestra mente y corazón, conocida como «deseo de recibir sólo para sí» (en hebreo «ratzon atmutz» o «ego» en griego). Por causa del Yetzer Hará surgen conflictos y guerras entre los hombres. Mientras haya una inclinación mala en el ser humano surgirán conflictos entre las personas, y la justicia será reclamada para asegurar el orden social.

Teniendo en cuenta esta fuerza negativa de nuestra alma que se opone a cada esfuerzo que hacemos por cambiar, el sabio Salomón expresó:

El corazón del hombre piensa su camino;
más Yahvéh endereza sus pasos.

(Proverbios 16:9)

Aquellos de ustedes que son padres y tienen más de un hijo pronto se dan cuenta de qué es lo que estoy exponiendo. Innumerables son las veces que han tenido que actuar como jueces cada vez que sus hijos tenían algún conflicto entre ellos que no podían resolver solos. En una familia es normal que los padres tengan que juzgar a sus hijos todos los días para poner orden, paz y justicia entre ellos. Es importante que los padres conozcan la Torah para poder aplicarla en la relación entre sus hijos. No se puede permitir el abuso, la violencia, el hurto, el lenguaje feo y demás comportamientos malignos en los niños. Los padres tienen la responsabilidad de corregir todo comportamiento que no esté de acuerdo con la Torá en sus hijos. Por eso no es bueno dejar a los hijos en manos de otros hasta que los niños hayan pasado varios años en un ambiente de casa dirigida por la Instrucción del Eterno y donde hay una atención personal para cada hijo mucho mejor que en una guardería.  La Torah rige y donde hay una atención personal para cada hijo.

EL SISTEMA DE TRIBUNAL DE JUECES ES UN DISEÑO DE GESTIÓN INSPIRADO POR ELOKIM.

Teniendo en cuenta al ejemplo doméstico que expuse en el párrafo anterior, entendemos que el sistema de jueces es un diseño divino necesario tanto en la familia, como en la sociedad. Los conflictos surgen entre las personas que componen una comunidad y generalmente ellas no saben, ni pueden darles por sí solas algún tipo de resolución. Por ello, hace falta un juez que juzgue con justo juicio, y dicte así una sentencia justa.

El derecho y la justicia constituyen el fundamento indispensable de la vida comunitaria del Pueblo de Dios. Este derecho y esta justicia echan sus raíces tanto en la rectitud natural exigida por la conciencia humana sana como en las costumbres recibidas y aprobadas ente los hombres. Lo más fuerte de esto es que en el Pueblo de Dios, es el Eterno quien dirige y juzga. Por lo tanto, las relaciones de los miembros de la comunidad no son solamente naturales. Sin que se orientan también, y por cierto de manera primordial, hacia Yahvéh. Las palabras y las acciones de los hombres son, ante todo, relaciones con Yahvéh y han de enfocarse con la voluntad del Eterno.

Yitró se maravilla de la tarea  de Moshé, pero no entiende por qué debe hacerla él solo. La respuesta de Moshé da una clave a este asunto: el pueblo viene a mí para consultar a Dios. Para conocer el pensamiento, la voluntad y el juicio de Yahvéh, hay que «consultarlo» (hebreo «derash«) y escuchar Su Palabra. 

La expresión «derash» significa también buscar e investigar, y deja bien claro, desde la boca de Moshé, que la justicia en Israel se entendía no como una disputa secular, sino como un pleito que debía resolver Yahvéh, desde su paternidad, para lo que se requería de una persona que pudiera establecer ese contacto con lo divino.

Evidentemente la revelación aquí nos enseña que el Eterno habla por medio de los hombres a quienes ha escogido, por un orden, una jerarquía, que es, al mismo tiempo, la jerarquía de la autoridad, de la responsabilidad y del servicio. Dios no se desinteresa, ni mucho menos, de los asuntos de «este mundo». El Eterno está cerca de todos. Está cerca de las personas modestas. A todos los tiene en sus manos. Y, por medio de las personas constituidas en autoridad, resuelve las causas más insignificantes. Pero siempre conforme a un orden de valores.

El juez está puesto sobre los ciudadanos en lugar del Todopoderoso. Lo que el juez dicte tiene que ser respetado como si hubiera venido directo del cielo. La única ocasión cuando no se puede obedecer la sentencia de un juez es cuando no sigue las normas de la Torá. Por eso es muy importante que un juez entienda su responsabilidad para juzgar según la justicia y no según sus propios criterios personales.

Dado el gran número de personas que conformaban la población de las doce tribus de Israel, salidas de Mitzraim (Egipto) es lógico asumir la existencia cotidiana de asuntos y preguntas sobre interpretaciones de la convivencia las cuales debían de resolverse. Aparentemente Moisés era el único juez reconocido de la nación. El trabajo de escuchar cada caso lo tenía ocupado desde la mañana hasta el crepúsculo. La expresión “se sentó Moisés a juzgar…el pueblo estuvo delante de Moisés” es totalmente descriptiva de un proceso judicial de entonces. El sentarse… estar de pie son términos técnicos de la ley semítica, el cual denota al ‘juez’ y al ‘litigante’ respectivamente. Debido a que Moisés conocía al Eterno y a Sus leyes, él era capaz de resolver justamente las disputas entre los hijos de Israel. Pero el llevar toda la responsabilidad sobre sí mismo era una carga masiva.

Yitró  (Jetro) observó esto y cuestionó a Moisés sobre el asunto diciéndole: “¡No está bien lo que haces!”. No era que Moisés era incapaz de escuchar los asuntos; no era que a él no le importara los asuntos; no era que el trabajo se pusiera en medio de él, y tampoco era que el pueblo no quería que Moisés escuchara sus asuntos. El problema era simple, era mucho trabajo para que Moisés lo pudiera hacer. Sus energías se gastaban de una manera imprudente, y la justicia era retrasada para muchos en Israel.

Moshé necesitaba delegar. De una manera similar, y seguramente considerando este pasaje de la Torah, los apóstoles insistieron que ellos debían de delegar autoridad de servicio (diakonal) para que ellos no tuvieran que abandonar su vocación magisterial de la palabra del Eterno y la oración por el servir a las mesas (Hechos 6:2-4). Esta actitud apostólica fue tomada del ejemplo sacado de Moisés escuchando humildemente el consejo de su suegro.

Según Yitró lo correcto que Moshé debía hacer primordialmente era ejercer su vocación celestial: orar y enseñar:

  • “Está tú por el pueblo delante de Dios” (oración intercesora): Este era el primer paso esencial para que Moisés delegara efectivamente. Él debía de orar por el pueblo; Moisés debía de someter los asuntos a Dios. La oración era un aspecto esencial del liderazgo de Moisés en el pueblo.
  • Enseña a ellos las ordenanzas y las leyes(magisterio): Para que Moisés pudiera dirigir y delegar efectivamente, él debía de enseñar la Instrucción de Dios no solamente a aquellos que escucharan los asuntos, sino a aquellos que pudieran tener nuevos asuntos después.

Así Yitró le deja bien en claro a Moshé que la organización que está a punto de construir no significa que delegará en otros la función de mediador con Dios, ni dejará en manos de ayudantes la tarea fundamental de educar en las leyes y de orientar en las decisiones centrales de la vida. Esa tarea le ha sido encomendada por el Eterno a Moshé y permanecerá bajo su responsabilidad.

Si el pueblo conociera la Instrucción de Dios, entonces muchos asuntos pudieran ser resueltos inmediatamente. Pero también, si el pueblo conociera la Torah, ellos no serían desalentados si no pudieran traer el asunto delante de Moshé mismo. Por el contrario, ellos sabrían que las personas que Moisés delegó podrían darles consejo de la sabiduría de Dios.

El anciano Yitró conocía el error mortal presente en el liderazgo: los hombres llamados por Dios para liderar siempre están en peligro de abarcar más de lo que ellos son capaces.

Reuel, el nombre original del suegro de Moshé llamado también Jetro, era un hombre experimentado que aconsejó sabiamente a Moshé, sobre el establecimiento de una estructura gubernamental autóctona que no dependiera  únicamente de una persona, pero sí de un aprendizaje de las leyes y la distribución de las mimas entre los diferencias líderes.

Es importante señalar que cuando Moshé fue aconsejado por su suegro Yitró a constituir jueces sobre el pueblo, no era suficiente que los jueces fueran “capaces”, lo que implica tener cualidades de liderazgo y de administración, sino que fueran “temerosos del Todopoderoso”. La cualidad de temor del cielo es sumamente importante a la hora de juzgar de acuerdo a la cosmovisión bíblica. Un juez que no teme al cielo se vuelve corrupto y caprichoso. Además tenían que ser “hombres veraces”, aborrecedores de la mentira. La última cualidad de un juez es que tenga aborrecimiento a las ganancias deshonestas, a la corrupción (Proverbios 10: 2). De esto Moshé aprendió que la delegación falla si el trabajo no es puesto en manos capaces, en hombres piadosos.

Todo este consejo de administración dejaba bien sentado que Moisés debía de cumplir una función esencial como líder: el de desarrollar e implementar nuevos líderes que impartieran justicia y garantizaran la equidad de las relaciones en la nación. Cabe aquí la cita: “No hay mejor arte en el mundo que el de desarrollar la latente capacidad de aquellos que nos rodean al unirlos a un servicio útil.” (Meyer)

El apóstol Pablo, influenciado por este pasaje, le dio el mismo consejo a Timoteo:

Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros
(2 Timoteo 2:2)

La delegación de autoridad es uno de los instrumentos clave y esenciales en el desarrollo de cualquier modelo de gestión. Para que Moisés pudiera efectivamente delegar, él debía aún de supervisar y liderar a aquellos debajo de él. El delegar es el ejercicio de liderazgo, no el abandonarlo.

Yitró le aseguró a Moshé que este sistema judicial sería muy beneficiosos para todos y fortalecería el proyecto celestial de liberación. Primero para Moisés mismo al decirle: “…tú podrás sostenerte”: Esta era la primera recompensa de una delegación efectiva. Moisés podría disfrutar más la vida y sería capaz de hacer su trabajo mejor que antes, evitando el cansancio de resolver cada asunto. Pero también aseveró: “… y también todo este pueblo irá en paz a su lugar”: La segunda recompensa era de que el pueblo podría ser servido efectivamente. Se dice que la justicia retrasada es una justicia negada, y los asuntos en Israel podrían ser prevenidos o resueltos por los mismos individuos (al enseñar la ley de Dios), o resolverse por los líderes puestos por Moisés.

Este método también tenía la ventaja de resolver los asuntos rápidamente debido a que el pueblo no necesitaba esperar en la fila por Moisés. Entre más dura la controversia peor se vuelve el enredo, las palabras son más ásperas, y más espectadores se envuelven en el asunto. Si la gente siente que no se hace justicia a sus reclamaciones y que sus pleitos se postergan indefinidamente, comienzan a dudar de la solidez de la nueva sociedad que están construyendo. Por ello Yeshúa enseñó que apenas aparece un conflicto de convivencia comunitaria debemos de ponernos de acuerdo con nuestro adversario rápidamente (Mateo 5:25).

El relato destaca que Yitró condujo a Moshé a darse cuenta de que la justicia es el punto central del sistema que propone Yahvéh, y de que sino funciona de acuerdo a lo que el Eterno manda (v. 23), el tejido social se derrumba hacia dentro y todo el proyecto social mesiánico queda sin fundamento.

Considerando este consejo, no hay duda que D.L. Moody tenía razón al afirmar: “Es mejor el poner a cien hombre a trabajar que hacer el trabajo de cien hombres.”

Con sinceridad, amistad y servicio de amor: P.A. David Nesher


Bitácora Relacionada:

La «Trágica» Historia de la Vaca

(Este cuento está extraído del libro Atrévete a decir no y refuerza tu autoestima, de Xavier Guix, Ed. La esfera de los libros.)

Un maestro oriental de sabiduría deseaba enseñarle a uno de sus discípulos los secretos para vivir una vida bienaventurada, y llena de prosperidad.

El maestro, sabiendo los muchos obstáculos que enfrentan los seres humanos en esa búsqueda, pensó que la primera lección debía conducir al discípulo a entender la razón por la que muchas personas viven atadas a una vida de conformismo y mediocridad, que les impide alcanzar el éxito de su propósito y terminan viviendo vidas apenas tolerables.

El maestro sabía que para que el joven discípulo pudiera entender claramente esta lección debía ver por sí mismo qué sucede cuando permitimos que la mediocridad gobierne nuestra vida.

Un día paseaban por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de realizar visitas, conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza del sitio: los habitantes, una pareja y tres hijos, vestidos con ropas sucias, rasgadas y sin calzado; la casa, poco más que un cobertizo de madera…

Se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó:

En este lugar donde no existen posibilidades de trabajo ni tampoco puntos de comercio, ¿cómo hacen para sobrevivir?

El señor respondió:

Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo. Así es como vamos sobreviviendo.

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, se despidió y se fue. A mitad de camino, se volvió hacia su discípulo y le ordenó:
Busca la vaca, llévala al precipicio que hay allá enfrente y empújala por el barranco.

El joven, espantado, miró al maestro y le respondió que la vaquita era el único medio de subsistencia de aquella familia. El maestro permaneció en silencio y el discípulo cabizbajo fue a cumplir la orden.

Empujó la vaca por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante muchos años.

Un bello día, el joven agobiado por la culpa decidió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar. Quería confesar a la familia lo que había sucedido, pedirles perdón y ayudarlos.

Así lo hizo. A medida que se aproximaba al lugar, veía todo muy bonito, árboles floridos, una bonita casa con un auto en la puerta y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia hubiese tenido que vender el terreno para sobrevivir.
Aceleró el paso y fue recibido por un hombre muy simpático.

El joven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años. El señor le respondió que seguían viviendo allí. Espantado, el joven entró corriendo en la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hacia algunos años con el maestro.

Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita):
¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?

El señor entusiasmado le respondió:

_ Resulta que después que ustedes estuvieron por aquí sucedió algo inesperado: la vaquita se escapó y cayó por el precipicio. Nos quedamos sin ella y sin sustento. Después del susto inicial no nos desanimamos y entre toda la familia buscamos la manera de seguir adelante. Nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Se nos ocurrió hacer unas cestas y venderlas en el mercado del pueblo. Tuvimos mucho éxito y desde entonces no paramos, y además hemos diversificado el negocio y también plantamos flores y hortalizas. Aunque parezca mentira, suerte tuvimos de que la vaca desapareciera. De no ser así, aún estaríamos viviendo sólo de la leche de la vaca. Aprendimos una buena lección.  Así alcanzamos el éxito que puedes ver ahora.

Sin duda alguna, todos tenemos «alguna vaquita» que nos da alguna cosa básica para nuestra supervivencia, pero que nos lleva a la rutina y nos hace dependientes de ella. Nuestro mundo se limita a lo que «la vaquita» nos brinda.

Muchas veces nos conformamos con tener algo seguro, aunque sea limitado y no nos produzca satisfacción.

Todos tenemos un talento oculto por descubrir, expresar y compartir. Si lo encontramos y nos atrevemos a llevarlo a la ACCIÓN, entonces encontraremos nuestra prosperidad.

Debemos ser valientes y tener confianza en nosotros mismos.

No te autolimites. No permitas que nadie te limite.

Tu no naciste para estar derrotado, tu estas aquí por un propósito. El Eterno tiene algo grande para tu vida. Entonces no creas que puedes. Aférrate a la certeza que puedes.

 

Preguntas para ti mism@:

•¿Cuál es «tu vaquita»
•¿Qué te imaginas que ocurriría si te deshaces de «tu vaquita»?
•¿Qué tan dispuesto estás a sacar a «tu vaquita» de tu vida?
•¿Qué te impide deshacerte de «tu vaquita»?

Moviéndonos en la Dirección y la Visión correctas

«Es, pues, la fe, la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de lo que no se ve».
Hebreos 11:1

Ante el hecho de estar entrando en la última luna del año shemitá (Adar bet), y estar a pocos días del Año de Jubileo (Yobel) según el calendario del Eterno Abba, tenemos que identificar si nos estamos moviendo en la dirección correcta, si estamos tomando la acción correcta y si nuestra visión está concentrada en lo que realmente queremos alcanzar.
Es vital reconocer que cuando tenemos unos objetivos bien definidos y escritos en un proyecto, esto nos inspira y nos produce la energía para generar la motivación necesaria que nos permitirá conseguir los resultados deseados.
Los redimidos en el Mesías pueden lograr y desarrollar cualquier cosa en la vida si se capacitan en las asambleas para hacerlo. La fe para creer que se puede hacer es vital porque tomamos acción de acuerdo a los resultados que queremos conseguir, y la fe es la convicción de ver lo que aún no se ve, y certeza de aquello que esperamos.
Mientras intercedía hoy, discerní algo muy importante. Hay escogidos que leen esta página que son muy competentes pero que no están consiguiendo los objetivos que quieren porque se ha convertido en personas impotentes, ya que están enfocadas en objetivos impotentes.
El mayor problema de la gente que aún está bajo la opresión del sistema reptiliano es que no se concentran en los recursos que tienen, sino en lo que no tienen. Muchos de los creyentes aún permanecen cautivos en los paradigmas de esa cautividad babilónica.
En esta meditación, me veo instado en Su Espíritu a recordarles que uno de los combustibles vitales para obtener los resultados es la fe heredada en Su Gracia bendita. Ella es el elemento más importante que se puede tener en la vida mesiánica que se nos ha otorgado en Yeshúa. En las Sagradas Escrituras, la fe se define como la convicción de ver lo que aún no se ve. Cuando tú crees que puedes hacerlo y tienes fe en lo que va hacer, inmediatamente se desata la energía, el entusiasmo y la convicción.
¡Por todo ello es importante que defina quién es, hacia dónde va y cuáles son los resultados que desea alcanzar!
«Porque en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?» (Romanos 8:24)

«al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas«. (2 Corintios 4:18)

 

«… porque por fe andamos, no por vista«; (2 Corintios 5:7)

Murió la Persona que Te Bloqueaba

Cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la recepción un enorme letrero en el que estaba escrito:

«Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de usted en ésta empresa. 
«Está invitado al velorio, en el área de deportes».

Al comienzo, todos se entristecieron por la muerte de uno de sus compañeros, pero después comenzaron a sentir curiosidad por saber quién era el que estaba impidiendo el crecimiento de sus compañeros y la empresa.

La agitación en el área deportiva era tan grande que fue necesario llamar a los de seguridad para organizar la fila en el velorio.

Conforme las personas iban acercándose al ataúd, la excitación aumentaba ¿Quién será que estaba impidiendo mi progreso? ¡Qué bueno que el infeliz murió!

Uno a uno, los empleados agitados se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y tragaban seco.

Se quedaban unos minutos en el más absoluto silencio, como si les hubieran tocado lo más profundo del alma.

Pues bien, en el fondo del ataúd había un espejo.

Cada uno se veía a sí mismo, con el siguiente letrero: «Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento: ¡TU MISMO«! Tú eres la única persona que puede hacer una revolución en tu vida.

Tú eres la única persona que puede perjudicar tu vida, y tú eres la única persona que se puede ayudar a si mismo.

Tu vida no cambia cuando cambia tu jefe, cuando tus amigos cambian, cuando tus padres cambian, cuando tu pareja cambia.

Tu vida cambia, cuando tú cambias, eres el único (la única) responsable por ella.

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«El mundo es como un espejo, que devuelve a cada persona, el reflejo de sus propios pensamientos…La manera como tu encaras la vida es lo que hace la diferencia«.

¡Nunca Te Detengas!

Siempre ten presente que: la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco,

los días se convierten en años;

pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad.

Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.

 
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
 
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
 
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
 
Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo.
 
No vivas de fotos amarillas.
 
Sigue aunque todos esperen que abandones.
 
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
 
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
 
Cuando por los años no puedas correr, trota.
 
Cuando no puedas trotar, camina.
 
Cuando no puedas caminar, usa el bastón…
 
¡Pero NUNCA te detengas!
 Teresa de Calcuta

Liderazgo: Los secretos para lograr que las cosas se hagan

El mayor desafío con el que me he encontrado a lo largo de mi liderazgo es lograr que las cosas se hagan, en el tiempo y lugar oportunos.  También he notado en estos años que no fue solamente mi desafío sino el de muchos que de una u otra manera están día a día en la tarea de encabezar distintos tipos de empresas y negocios.

Me encontré con una nota de la BBC  que se basa en entrevistas realizadas por el experto en liderazgo Steve Tappin, para la serie»CEO Gurú«, producida por Neil Koenig. En ella el periodista le preguntó a algunos de los líderes de las compañías más importantes del mundo cuáles son su secretos para no empantanarse con los detalles.

A continuación les comparto resumidamente lo que ellos respondieron:

Jeff Immelt, presidente de General Electric

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«Usted tiene realmente que evolucionar hacia un esquema mental en el que tenga asumido que sólo se hará responsable de las cosas que usted puede controlar. Si uno se echa al hombro todos los problemas del mundo, tendrá una muerte joven como CEO».

«Si usted se va a plantear algo como ‘oh, Dios mío, ¿qué voy a hacer con la terrible economía francesa del momento?’, usted va a quedar entrampado. Usted no puede hacer ni una maldita cosa al respecto, así que se preocupe por eso. Sólo hay que hacerse responsable de las cosas sobre las cuales usted puede tener impacto personalmente y olvidarse del resto».
Martin Gilbert, presidente de Aberdeen Asset Management

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«Yo creo que o usted puede delegar o no puede, y todo mi modus operandi es conseguir que lo tengo en mi escritorio vaya a parar al escritorio de alguien más lo más rápido posible».

«Es una muy buena política. Se lo recomiendo a cualquier jefe ejecutivo. Simplemente deshágase del email pasándoselo a otra persona si puede«.
Frits van Paasschen, presidente de Starwood Hotels.

Frits van Paasschen

«Se trata de administrar el tiempo y asegurarse de que tiene energía de sobra. Es muy difícil viajar por medio mundo, aterrizar, visitar 10 hoteles, y luego sentarse en la mesa de negociaciones estando al máximo de sus capacidades. Cuidarse a sí mismo y controlar el propio ritmo es realmente importante.

«No soy particularmente bueno diciendo que no. Si alguien siente que puedo ayudarlo en cualquier parte, mi primer impulso es tratar de llegar hasta allá, pero hay puntos en los que si trato de hacer demasiado, no voy a ser tan bueno en lo que realmente tengo que hacer».
John Mackey, presidente de Whole Foods

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«Sólo podemos funcionar en un nivel óptimo durante 90 minutos. Es decir, podemos hacer un trabajo intenso durante unos 90 minutos y luego tenemos que hacer algo más.

«Y si usted trata de mantener la concentración se dará cuenta de que hay algunas reuniones largas, en las que la gente comienza a divagar, su atención no funciona y usted llega a ese punto real en el que el rendimiento decrece»

«Usted encontrará que puede hacer mejor su trabajo en este tipo de explosiones cortas en las que aparecen epifanías en las que usted dice ‘Oh, Dios mío’, y se le ocurren las ideas. Pero luego tiene que parar para renovarse.»
Allan Zeman, fundador del Grupo Lan Kwai Fong

Allan Zeman

«Lo más importante en la vida es tener equilibrio. Sólo ser gerente y sólo estar constantemente bajo presión y trabajando no le hace bien a nadie a fin de cuentas. Se quemará y se agotará rápidamente.

«Los chinos tienen un dicho. Dicen ‘yin yang’. Es equilibrio. Todo en la vida es equilibrio. Así que hay que equilibrar la vida. Lo hará más fuerte en las cosas que hace, lo va a hacer mejor en lo que usted hace.

«Siempre he creído que el ejercicio ayuda a limpiar el cuerpo, ayuda a despejar la mente. Entre más abusa de su cuerpo, más tensión le pone a su cuerpo. Eso le impedirá hacer buenos negocios o ser una buena persona. Así que trato de balancear las cosas que hago».
Paul Walsh, presidente de Compass y expresidente ejecutivo de Diageo.

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«Todo el mundo quiere cambiarle su agenda. Todo el mundo quiere un pedazo de su tiempo, tratar de persuadirlo de que lo que esa persona tiene que decirle es más importante que lo que usted está trabajando.

«Y lo que yo creo es que hay que ser increíblemente centrado. Hay que ser muy fiel a algunos puntos básicos que perseguirá sin descanso. Ahora bien, no se trata ponerse una camisa de fuerza que lo lleve a ignorar cuestiones que requieran su atención, pero tampoco puede permitirse el lujo de perder la cabeza por trivialidades».

16 Consejos para tener un Día Feliz

1. Ponte metas alcanzables.

2. Sonríe naturalmente.

3. Comparte con los demás.

4. Ayuda al prójimo.

5. Mantén el espíritu joven.

6. Sé simpático con el rico, con el pobre, con el bueno y con el malo

7. Conserva la calma cuando estés bajo presión.

8. Haz el ambiente menos tenso con tu simpatía.

9. Perdona las molestias que te causen los otros.

10. Son pocos los amigos de verdad.

11. Coopera y obtendrás grandes resultados.

12. Disfruta los dulces momentos con tu pareja.

13. Ten confianza en ti mismo.

14. Respeta a quien pasa por momentos difíciles.

15. Descansa y navega un rato.

16. Asume riesgos friamente calculados.

Las cosas que una esposa de pastor está pensando

Una de las sorpresas más agradables en los últimos años en esta época del internet es la oportunidad de interactuar con las esposas de pastores. Utilizo el término “pastores” para referirme al pastor principal de una iglesia, pero mis comentarios no se limitan a esta sola posición. También podría referirse a otros cargos ministeriales en una iglesia.

‪Muchos de los comentarios que he recibido han sido compartidos en el anonimato, y desde luego entiendo la necesidad de mantener los nombres de manera confidencial. Pero los comentarios son reales y literales. Y muchas veces puedo sentir las esperanzas y las heridas que vienen con estos comentarios. Aquí están los once pensamientos más frecuentes de las esposas de pastores:

‪1. “Estoy sola”. Esta declaración fue la más frecuente por un margen abrumador. Está asociada con algunos de estos otros comentarios, pero tiene que verse por sí misma también.

‪2. “Tus críticas también me lastiman”. Los pastores son criticados regularmente. Mientras los pastores están siendo heridos, necesitan entender que sus esposas lo están siendo también.

‪3. “Me gustaría que me dieras más tiempo”. Muchas esposas de pastores sienten que sus matrimonios no han sido saludables porque el pastor pone a los miembros de la iglesia primero.

4. “Por favor, no me uses como un ejemplo negativo para tu sermón”. Incluso cuando es dicho con humor, las esposas de pastores pueden ser lastimadas por dichas ilustraciones.

5. “Déjame ser yo misma”. Muchas esposas no creen que pueden ser ellas mismas debido a que su cónyuge/pastor espera que ellas hablen y actúen en formas que no reflejan su verdadero yo.

‪6. “Me encanta cuando pasas tiempo con nuestros hijos”. Muchos esposas se ven lastimadas porque sienten que ni ellas ni los niños son una prioridad.

7. “Me preocupan nuestras finanzas”. Esta frase fue una que escuché con frecuencia. Demasiados pastores están siendo mal pagados. Esto no solo perjudica al pastor: lastima a toda la familia.

8. “Por favor, respáldame cuando me critican”. Me duele saber de esposas de pastores que han sido criticadas, especialmente cuando su cónyuge no viene a su defensa. Si a mí me causa dolor, solo puedo imaginar cuánto le duele a la esposa.

‪9. “Me gustaría que te dedicaras a tu familia cuando estás en casa”. Las esposas generalmente entienden cuando ocurren distracciones que son emergencias. Sin embargo, algunos pastores nunca se “desconectan” para dedicarse a sus familias.

‪10. “Me preocupa nuestra familia cuando nos mudamos mucho”. La movilidad vocacional es la norma para muchos pastores. Pero comprende que tal movilidad con frecuencia incluye un precio para la familia del pastor.

‪11. “Es difícil hacer amigos verdaderos en la iglesia”. Esta declaración fue una de las razones por las que las esposas de pastores se sienten solas.

‪A menudo pido a nuestros lectores que oren por sus pastores. Debo pedirles que oren por las familias de los pastores también. La mayoría de estos miembros de la familia son obedientes al llamado de Dios en sus vidas; y lo hacen sin quejas. Pero eso no quiere decir que a veces no sea doloroso.

Publicado originalmente en Thom S. Rainer.com.

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Los 14 hábitos de las personas carismáticas

¿Alguna vez te has detenido a pensar por qué hay personas que le gustan a todo el mundo sin esforzarse para lograrlo, y por qué hay otros que a pesar de sus esfuerzos no pueden llegar al corazón de quienes los rodean?
Napoleon Hill, el autor del popular bestseller «Piense y hágase rico» describió 14 hábitos que las personas gustan de ver en los demás (y deberían intentar practicar ellos mismos).

  • 1. Tienen una actitud positiva y se la contagian a los demás. Siempre es más facil ser cínico y pesimista, pero con esa actitud es dificil llegar a ser exitoso y ganarse una buena reputación. Por el contrario, una actitud positiva hace más facil alcanzar las metas que uno se propone.
  • 2. Siempre hablan en un tono respetuoso y amigable. Ese tipo de gente están seguros de lo que dicen, por eso su manera de hablar transmite tranquilidad y contundencia, por eso es agradable.
  • 3. Escuchan con atención a sus interlocutores. Comunicarse de forma arrogante y despectiva es una excelente manera de satisfacer el propio ego pero es exactamente lo que no debe hacer alguien que quiere establecer una comunicación amigable y productiva con su interlocutor.
  • 4. Mantienen la compostura en cualquier situación. Una reacción demasiado emocional, positiva o negativa, puede generar una mala impresión de una persona. Recuerda que en ocasiones es mejor guardar silencio para dar a entender tu punto de vista que llenar la conversación de palabras y emociones negativas
  • 5. Son pacientes. El elegir el momento apropiado para pronunciar una palabra o llevar a cabo un acto es una de las cualidades más importantes de las personas carismáticas y respetadas.
  • 6. Tienen mente abierta y sin prejuicios. Las personas cerradas a nuevas ideas y que sólo se relacionan con aquellos que piensan como ellos pierden no sólo la oportunidad de desarrollarse como persona sino como profesionales.
  • 7. Al hablar con otros, sonríen. Hill asegura que la cualidad distintiva del Frankin Roosevelt, quien fuera presidente de Estados Unidos, era su gran sonrisa ”como de un millón de dólares». La sonrisa hace que tu interlocutor sea más abierto y esté más dispuesto a estar de acuerdo con tus ideas.
  • 8. Saben que no siempre es necesario decir lo que piensan. Las personas carismásticas saben que no vale la pena ofender a la gente al expresar sus pensamientos aunque estos correspondan a la verdad.
  • 9. No les gusta dejar las cosas para después. Dejar las cosas para después es un signo de miedo a actuar, a hacer, lo que a su vez significa que la persona no es eficiente ni efectiva.
  • 10. Realizan al menos una buena acción cada día. Ayudan a los demás sin más, sin esperar nada a cambio.
  • 11. No se quejan del fracaso, sino que aprenden de él. Muchos admiran a aquellos que pueden aceptar y sobrevivir al fracaso con dignidad. Las personas exitosas agradecen al destino por la oportunidad de volverse un poco más sabios y aprender, para no cometer los mismos errores en el futuro.
  • 12. Tratan a su interlocutor como si este fuese la persona más importante del mundo. Las personas más queridas usan la comunicación como una manera de conocer mejor a su interlocutor, por eso le dan la oportunidad de expresarse con libertad.
  • 13. Saben elogiar sinceramente a los demás, sin exageraciones ni segundas intenciones. Este tipo de personas no pierden la oportunidad de elogiar a los demás, pero lo hacen cuando el elogio es realmente merecido.
  • 14. Tienen a alguien de confianza que les señala sus defectos. La gente que busca vivir bien y estar en armonía con quienes los rodean no fingen ser quienes no son para caerle bien a los demás. Uno de los secretos es que prestan mucha atención a su comportamiento y reputación. El tener a alguien que les señale sus defectos les ayuda a continuar el proceso de crecimiento personal.