Catequesis

Las 9 Frases NO Bíblicas que muchos cristianos confiesan

Por P.A. David Nesher

El regalo divino más maravilloso que hemos recibido es la Instrucción (Torah) del Eterno. Nuestro Creador, YHVH es Su Nombre, se encargó que este regalo fuera usado correctamente inspirando, a lo largo de unos 1.600 años, un manual de 66 rollos que hoy se conoce con el nombre de Biblia. Ella es, literalmente, la forma en la cual el Eterno mismo se revela y se comunica con la humanidad. Cada uno de sus 66 libros enseñan cómo cumplir fielmente la Torah en nuestras vidas. Todo lo que sabemos sobre nuestro Formador viene de las Sagradas Escrituras y contienen todo lo necesario para ser un hijo justo y vivir la vida según esta convicción.

Sin embargo, al mirar la cristiandad, notaremos que hay muchas cosas que los que se autodenominan seguidores de Cristo  creen, y que NO SON BÍBLICAS en lo absoluto.

¿Qué explicación se le puede dar a esto? Muy sencillo. La gran mayoría de las veces, los cristianos escuchan  a alguien decir algo que les gustó y les hizo sentido. Entonces se dedican a repetirlo como si fuera de parte de la revelación divina sin corroborarlo en las Escrituras, tal y como lo hacían los creyentes de Berea que escuchaban la catequesis del apóstol Pablo (Hch. 17:11). Hay algunos de estas frases y afirmaciones que han sido tan popularizadas, que hay creyentes sinceros (incluso pastores) ¡que afirman que son versículos de la Biblia!

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1. “Ayúdate que yo te ayudaré.”

Comienzo con ella pues es la que más he escuchado repetir cuando estoy hablando con algún ser humano que quiere jactarse ante mí de tener su mente iluminada por la Biblia.

No existe registro en la Biblia en el que se encuentre ésta afirmación, y popularmente la gente cree que La Biblia lo dice, simplemente porque en medios de comunicación masiva y personas en su diario vivir lo han compartido.

En verdad, esta frase es anti-Evangelio. La misma promueve en la mente humana el desarrollo de una actitud de auto-dependencia y fariseísmo. Se induce a creer que por mis obras y esfuerzo, el Eterno está obligado a sorprenderse, y por ende, a ayudarme en mis metas y planificaciones. Es la actitud satánica de que “esforzándote más lo harás mejor” y llegarás a ser pleno. Justamente, esta actitud es la que siempre estorba el trabajo que el Eterno quiere hacer en la vida de un ser humano mediante la revelación de Su Hijo.

La frase «Ayúdate que yo te ayudaré» tiene su origen en escritos del obispo de Hipona del siglo IV, Agustín. Él decía: “Haz lo posible, que Dios hará el resto” y también escribió esto: “Dios ayuda a los que se ayudan», obviamente esto se interpretó como los que “se ayudan a sí mismos”. Desde aquí la herencia oral intergeneracional lo convirtió en “ayúdate”. Como es obvio pensar, Agustín había leído La Biblia y habría encontrado un texto que conlleva un mensaje similar; pero él acomodó la frase a su modo poniéndole sus propias palabras.

Veamos entonces lo que la Biblia sí afirma:

La Biblia sí afirma que debemos esforzarnos y tener valentía para obedecer lo que YHVH dice en Su Instrucción (Torah), con el fin que todo lo que emprendamos y hagamos nos salga bien.

Literalmente el texto es: «Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas» (Josué 1:7). Vemos aquí la orden del Eterno a Josué, el sucesor de Moisés, al tomar el mando del pueblo de Israel tras el fallecimiento de este último. Antes que Josué conquistara Jericó, y atravesara el río Jordán, YHVH le dio varias indicaciones para obtener la victoria, y entre ellas se encontraba ésta en particular.

Fíjense que el contexto es totalmente diferente al concepto que popularmente se tiene del “Ayúdate que yo te ayudaré”, aquí se trata es de obedecer los mandatos del libro de la Torah (los cinco primeros libros de La Biblia). Esto complementa el hecho que debemos tener la iniciativa para dejar la pereza y tener dedicación para lograr los grandes objetivos en la vida. Pero esto parte de seguir las palabras que YHVH me ha revelado en Su Instrucción.

El Eterno nos dio unas capacidades, talentos y raciocino. Pero éstos deben ser usados bajo una absoluta dependencia de Su Voluntad, que es buena, agradable y perfecta (Rom. 12:3) y que se encuentra revelada en la Torah. Justamente la realidad del Evangelio del Reino que Yeshúa proclamó es: que el Eterno solamente ayuda a aquellos que mueren a sí mismo y lo siguen en Su Yugo (Mateo 16:24).

¡La gracia puede hacer maravillas en el hombre que le abre su corazón al Eterno y obedece Su Instrucción (Torah)!

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2. “Dios quiere que yo sea feliz.

Muchas personas cristianas hoy en día creen que el objetivo final de Dios es hacernos feliz. Esto es especialmente popular hoy en día en los púlpitos llenos de mensajes de la New Age, desde donde se implanta en los oyentes la idea de los derechos humanos como importantes en su relación con el Eterno. Por alguna razón, es algo común pensar en Dios como nuestro asistente personal, esperando a que nosotros pidamos algo para darnoslo. Es impresionante la cantidad de pecado que justificamos porque creemos que “Dios sólo quiere que yo sea feliz.” De ese modo este pensamiento genera esta falacias:
1. Lo que me haga feliz debe estar correcto. Lo que me haga infeliz debe estar equivocado.
2. La incomodidad, demora, riesgo, sufrimiento, inconvenientes y obstáculos no pueden ser la voluntad de Dios.

El resultado práctico de esto será que dichos creyentes comienzan a adorar a los dioses falsos del confort, el dinero, el placer, y todo lo que el sistema de cosas reptiliano les ofrece.

El problema con esta teología New Age es que a menudo otorga el permiso para hacer cosas que deshonran a la Voluntad del Eterno revelada en Su Torah. Desde allí se daña la relación de alianza con YHVH e incluso  las relaciones con los demás. Eso no está bien.

El Eterno Dios nos llama a la santidad, y no a la felicidad. Después de todo la felicidad es una condición esencial de nuestro espíritu que viene en nosotros desde nuestra concepción. Lo que en verdad YHVH anhela es que nos convirtamos en Bienaventurados. La palabra bíblica (en el NT) para bienaventurado “makarios” significa “supremamente bendecido” o “exageradamente feliz”. Esta es la meta del Dios verdadero, YHVH,  para nosotros, incluso cuando las cosas no van de la manera que queremos que vayan. El deseo del Eterno es hacernos santos, no sólo temporalmente feliz. La verdadera felicidad es una vida “bendecida”, y sólo llega cuando buscamos el Reino de YHVH en primer lugar, amando su justicia (Torah) por encima de todo.

Para logra esto es necesario dejarnos transformar en su proceso de santificación. Nuestro Formador quiere que lo honremos con nuestras opciones diarias y nuestro estilo de vida en general. Según la Biblia, existe el bien y el mal. Y cuando algo está mal, el Eterno nos dice “no lo hagas” desde lo que claramente ha establecido en Su Torah.

«Por lo tanto, vivan como hijos obedientes de Dios. No vuelvan atrás, a su vieja manera de vivir, con el fin de satisfacer sus propios deseos. Antes lo hacían por ignorancia, pero ahora sean santos en todo lo que hagan, tal como Dios, quien los eligió, es santo. Pues las Escrituras dicen: «Sean santos, porque yo soy santo»

(1 Pedro 1:14-16). 

¡El Eterno no te quiere feliz cuando tu idea de felicidad sólo se basa en las cosas de este mundo! Los aprendices de Yeshúa tienen una visión diferente de las cosas que todos los demás. Sabemos que hay más en esta vida que el aquí y ahora. Así que codiciar lo que ofrece este sistema de cosas  (y tratar de encontrar total realización y felicidad en ello), es idolatría. Y nuestro Abba no quiere que adoremos ídolos, pues eso acarrea muerte y condenación.

«No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes. Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre»

(1 Juan 2:15-17).

Lo que el Eterno Dios quiere es que seamos obedientes a Él, que confiemos en Sus promesas de Alianza y que siempre esperemos sin ansiedad alguna, sabiendo que todo lo que hace obra para el bien de Su propósito eterno, aunque no nos haga sentir “felices” en ese momento (Romanos 8:28).

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3. “Todos somos hijos de Dios.”

La Biblia establece claramente, que toda la humanidad es creación de Dios (Colosenses 1:16), pero que sólo aquellos que han nacido de nuevo son hijos del Eterno Dios (Juan 1:12; Juan 11:52; Romanos 8:16; 1 Juan 3:1-10). Es decir, que sólo aquellos que se han arrepentido de sus pecados y que han puesto su fe en Yeshúa como Mesías y Señor, y a quienes el Eterno los santificó con al Torah por medio de Su Espíritu Santo pueden llamarlo “Padre” (Romanos 8:15-16).

Por lo tanto, todos los que no tienen a Yeshúa como su Mesías no son hijos del Altísimo:

Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo —el líder de los poderes del mundo invisible—, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios

(Efesios 2:1-2).

Por lo tanto, podemos identificar quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo. Todo el que no se conduce con rectitud y no ama a los creyentes no pertenece a Dios

(1 Juan 3:10)

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En la Escritura, los que se pierden nunca son mencionados como hijos de Dios. Efesios 2:3 nos dice que antes que fuéramos salvos, “éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”. El apóstol Pablo, en Romanos 9:8, dice que “…no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos según la promesa son contados como descendientes”. En vez de haber nacido como hijos del Eterno, nacimos en pecado, el cual nos separa de YHVH y nos sitúa al lado de Satanás como enemigos del Altísimo Dios (Juan 8:43). Un verso después, en Juan 8:44, Jesús dijo a los fariseos; “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer…

Nos convertimos en hijos de YHVH cuando somos salvos porque somos adoptados dentro de la familia de Dios a través de nuestra relación con Yeshúa, el Mesías (Gálatas 4:5-6; Efesios 1:5). Esto puede verse claramente en versos como Romanos 8:14-17. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados.” Aquellos que son salvos son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26) porque Dios nos ha “…predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de Su voluntad” (Efesios 1:5).

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4. “Dios no te dará más de lo que puedas soportar”.

Esta frase suena agradable y reconfortante, pero, nuestro Abba nunca dijo esto. De hecho, es seguro que el Eterno te dará más de lo que puedas soportar.

Lo que sucede en realidad, es que muchos cristianos piensan que este paradigma es cierto porque confunden lo que dice La Biblia en 1 Corintios 10:13:

«Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir«.

Si leemos cuidadosamente, nos damos cuenta que el versículo habla de la tentación, no las situaciones y dificultades que afrentamos a diario. La Biblia dice que el Eterno nunca permitirá más tentación de lo que puedas soportar. Él siempre te dará una salida de la tentación. Pero la Biblia nunca dice, “Dios no te da más de lo que puedas soportar”.

La realidad es que toda la vida es una dificultad tras la otra. El propósito de que nosotros vivamos en un mundo caído no es para que intentemos con nuestras fuerzas llevar este yugo pesado, sino que nos rindamos ante el Eterno Dios. Este es un mundo caído y nuestro Abba nos diseñó para una eternidad perfecta en Él. Por eso es que Yeshúa nos dice: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).

Como seres humanos, naturalmente tratamos de resolver nuestros problemas con nuestra propia fuerza y habilidades. Si crees que Dios nunca te dará más de lo que puedes soportar, entonces cuando viene la crisis vas a tratar de apoyarte en tus propias fuerzas. Esto no es lo que Dios quiere para ti. Dios nos da más de lo que podemos soportar de manera que aprendamos a confiar en su poder.

El apóstol Pablo luchó contra lo que llamó un aguijón en la carne. No sabemos exactamente de qué se trataba, pero hizo que su vida y ministerio fuera un desafío. En tres ocasiones diferentes, le pidió a Dios que le quitara esta condición debilitante.

«Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. 10 Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte«

(2 Corintios 12:9-10).

Notamos que el apóstol Pablo estuvo feliz cuando sufrió porque le permitió experimentar el poder de Dios en su vida.

La verdad, de todo esto, es que creceremos más cerca de Dios en nuestros tiempos de sufrimiento y dolor, que en los tiempos de facilidad y comodidad. Esos momentos de crisis y lucha son momentos en los que podemos experimentar el poder de Dios que nos sostendrá.

Dios nos dará más de lo que podemos soportar. Cuenta con eso. Pero lo hace para que lo conozcamos mejor y para que confiemos más profundamente en su poder.

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5. “Todos adoramos al mismo Dios”.

Esta falacia surge porque muchas personas sostienen que todas las religiones son caminos igualmente válidos para llegar a Dios y descubrir el sentido de la vida. Otras muchas creen que en todas las religiones hay cosas buenas y cosas malas, y que ninguna posee el monopolio de la verdad ni puede afirmar que es la única vía que conduce a Dios.

Esas ideas son populares en la sociedad pluralista y “tolerante” de hoy. Tanto es así que a los que no las comparten suele vérseles como personas llenas de prejuicios, de mente estrecha.

Si somos sinceros, podemos desde este falso paradigma hacer algunas reflexiones. Si todas las religiones llevaran a un mismo Dios, las veríamos promoviendo la paz y unidad entre la humanidad. Pero ¿lo están haciendo? La historia demuestra que en lugar de unir a la gente, la religión ocasiona divisiones y peleas.

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La conclusión es obvia. Las religiones del mundo no han traído paz y unidad y no han conducido a la gente a adorar al verdadero Dios. Al contrario, han dividido a la humanidad y han pintado un cuadro confuso de quién es Dios y de cómo adorarlo. Por consiguiente, todo el que quiera adorar al Dios verdadero tiene que elegir con cuidado el camino que seguirá. Esto está en armonía con lo que dice la Biblia. Ella indica claramente que para encontrar el camino que conduce al Dios verdadero hay que pensar con detenimiento y decidir en consecuencia. Josué, siervo del Eterno, dijo lo siguiente a la antigua nación de Israel: “Escójanse hoy a quién quieren servir, si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados que estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra están morando. Pero en cuanto a mí y a mi casa, nosotros serviremos a Yahvéh”. Años después, el profeta Elías también animó al pueblo a que escogiera: “¿Hasta cuándo irán cojeando sobre dos opiniones diferentes? Si YHVH es el Dios verdadero, vayan siguiéndolo; pero si Baal [un dios cananeo] lo es, vayan siguiéndolo a él” (Josué 24:15, 16; 1 Reyes 18:21).

Estos y otros textos bíblicos demuestran categóricamente que los que querían servir al Dios verdadero tuvieron que tomar una decisión bien pensada. Hoy día nos encontramos en la misma situación. Si queremos adorar y servir al Dios verdadero, tenemos que decidirnos por el camino correcto. Ese camino está revelado por Yeshúa, la Torah viviente del Eterno Dios.

Sí, hay un solo Dios vivo y verdadero (Deuteronomio 4:39), pero Él sólo acepta la adoración que viene a través de Su hijo unigénito, Yeshúa, … no Buda, ni Mahoma, ni ningún otro (Hechos 4:12; Juan 14:6).

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6. “Todos somos gente buena”.

Muchos seres humanos postmodernos no se quieren acercar al Eterrno porque dicen que no se explican  “por qué un Dios lleno de amor, puede permitir que le sucedan tragedias a personas buenas”.

Muchas veces, ka tendencia de los seres humanos, es colocarse en el asiento del juez, determinando desde criterios relativistas lo que está bien y lo que está mal. Pensamos que una persona es más buena o más mala que otra o peor aun, que somos mejores que otra persona por cualquier razón. La realidad bíblica es que no hay ninguno bueno entre nosotros. Ni uno, dice la Escritura (Romanos 3:10). Es por esta razón que necesitamos el sacrificio de Yeshúa.

Quizá a ti te haya pasado algo malo y tu te consideras una persona buena que no le hace mal a nadie, a lo mejor pueda que estés sufriendo por la perdida de un ser querido, porque te despidieron, porque sufriste un accidente o te paso algo sumamente malo que se te hace difícil sacarlo de tu mente. Y es aquí donde tu te cuestionas.. ¿Porque un Dios bueno puede permitir que cosas malas me pasan? ¿Porque a mi si no le hago daño a nadie? Si te haces estas preguntas déjame decirte que ¡conoces muy poco a Dios! Es por eso que debes aprender lo siguiente:

«No hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. Todos se han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!»

 (Romanos 12:11-12)

Ante los ojos del Eterno todos los hombres son iguales. No hay distinción de raza, clase social, sexo, sin embargo aunque parezca que el Eterno nos hizo distintos solo tenemos una cosa común y es el PECADO. Desde las personas mas ricas hasta las mas pobres han ofendido el carácter santo y justo de Dios al quebrar Su Instrucción (Torah). Eso es el pecado, nos vuelve imperfectos ante los ojos de YHVH y nos separan y condenan al Lago de Fuego.

«Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor».

(Romanos 6:23)

Debido a que todos somos pecadores, esa condición hace que “Nadie sea bueno”, ya que todos en nuestra vida hemos mentido, hemos robado, hemos codiciado a alguien etc.. y toda la vida seremos así.. no hay pecado grande o mayor.. para el Eterno tanto la mentira como el asesinato son considerados faltas graves contra su persona. Leemos lo siguiente:

«Porque el que cumple con toda la Torah pero falla en un solo punto ya es culpable de haberla quebrantado toda.
Pues el que dijo: «No cometas adulterio», también dijo: «No mates.» Si no cometes adulterio, pero matas, ya has violado la Torah».

(Santiago 2:10-11)

Ahora que comprendemos que para Dios no hay nadie bueno, ya que TODOS se han descarriado, podemos empezar a tener un enfoque diferente de las cosas.

«No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra«.

(Gálatas 6:7)

El fracaso emocional que estés pasando, las malas relaciones que puedas estar teniendo o algo grave por lo que estés atravesando muy posiblemente sea por las malas decisiones que has tomado tu u otras personas que te rodean, como padres y amigos. Decisiones tomadas dándole la espalda a lo que la Torah revela.

Cuando llevamos una vida en desobediencia a la Torah del Eterno, no considerando sus consejos y principios bíblicos, llegamos a tener una vida egoísta y vacía, llena de múltiples problemas y dificultades. Si conocemos poco a Dios nos podemos llegar a irritar y enojarnos con Él, echándole la culpa de nuestras desgracias, cuando ya vimos que no es así.
Medita bien en esto: las malas decisiones que tomes hoy decidirán quien eres mañana, recordando que el Eterno siempre esta contigo en donde quiera que vayas.

El Eterno es bueno con todo aquel que lo busca, Él tiene un diseño de propósito perfecto para cada persona y cada circunstancia que pasa (sea buena o aparentemente mala) solo es una oportunidad que Él nos da para que vivamos por Yeshúa cada día, escuchando y obedeciendo Su Instrucción (Torah).

¡El Señor te ama, clama a Él y con paciencia el te responderá! ¡No te dejes vencer por el mal al contrario véncelo con el bien que se esconden en Su Torah! ¿Que tu fe no desmaye! ¡Cobra fuerzas en el Señor!

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7. “Cuando alguien muere, Dios gana un angelito.”

La respuesta aquí es simple y sencilla: los humanos son humanos y los ángeles son ángeles. La Torah, claramente enseña que los ángeles son seres distintos a los humanos. En el Salmo 8:4-5 de la Biblia aparece que Dios hizo a los humanos un poco menos que los ángeles. Hebreos 12:22-23 menciona que los ángeles y los espíritus perfeccionados de la gente justa se encuentran bien diferenciados en la asamblea de adoración de Abba. Esto implica que los espíritus humanos mantienen sus propias cualidades después de la muerte y no se convierten en ángeles. Esto se mantiene así hasta la eternidad.

En el caso de los niños que no alcanzaron la capacidad de razonamiento y mueren, hay que también entender que fueron creados como seres humanos. Por lo tanto, siempre serán seres humanos. Cuando mueren, no se convierten en ángeles, una clase de criatura diferente.  En este mundo nosotros conocemos y amamos a los niños como seres humanos. Después de la muerte los niños siguen siendo seres humanos.

Así como Yeshúa no llegó a convertirse en ángel cuando murió y resucitó, así no se va a convertir en ángel ningún ser humano.

La Biblia incluso enseña lo siguiente: «¿no sabéis que juzgaremos ángeles?» (1 Corintios 6:3 ). Si bien este versículo puede estar refiriéndose a los ángeles rebeldes que han elegido seguir a Satanás, implica que nuestra condición después de la muerte será superior a la de los ángeles.

De hecho, a los ángeles les intriga la interacción entre el Eterno y los humanos creados a Su imagen y semejanza:

“A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”.

(1 Pedro 1:12)

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8. “Todos vamos al mismo sitio cuando muramos”

Esta falacia proviene de la doctrina babilónica de la mortalidad del alma. Dicha doctrina se fundamenta principalmente en decir que el alma no muere después del fallecimiento de una persona. HaSatán ha logrado  con esta falacia usar a las religiones para enseñar que los difuntos se convierten en espíritus a los que los vivos deben respetar y honrar. Según esta creencia, esos espíritus pueden ser amigos poderosos o enemigos terribles. Creyendo esta mentira, muchas personas los temen, los honran y les rinden culto. La Biblia, en cambio, enseña que los muertos están durmiendo y que solo debemos adorar al Dios verdadero, Yahvéh, quien nos ha creado y nos ha dado todo (Revelación 4:11).

Al leer La Biblia descubrimos otra cosmovisión acerca de este asunto. El libro de Eclesiastés 12:7, que en relación al final de nuestra vida dice:

“… y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Elohim que lo dio.”

Bien, la pregunta es: ¿puede aquel que muere estar consciente y saber todo lo que ocurre con sus seres queridos en la tierra a tal punto de comunicarse con ellos?, Respecto de eso, la Biblia aclara:

Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol

(Eclesiastes 9:5 y 6)

Muchos pasajes de la biblia reafirman esta idea, es más en diversas ocasiones la muerte es comparada con un sueño:

Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle“.

(Juan 11:11)

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él“.

(1 Tesalonicenses 4:13,14)

Quiero quedarme con esta ultima idea. La Biblia es clara, no quiere que estemos sin una esperanza, a muchos amados perderemos, pero podremos volver a abrazarles cuando el regrese, si aceptamos su salvación, ¿Quieres respuestas?, La Biblia las tiene, no siempre nos gustaran, pero créeme, Dios sabe como hace las cosas y te ama con una profundidad inimaginable.

Cuando conocemos la verdad sobre los muertos, ya no nos engañan las mentiras religiosas. Además, entendemos mejor otras enseñanzas de la Biblia, como por ejemplo, la promesa de vivir eternamente en el Milenio y desde allí el Paraíso.

Esta esperanza se vuelve muy real para nosotros cuando aprendemos que los difuntos no van a vivir como espíritus a otra parte. ¡No existe un estado intermedio con conciencia entre la muerte y la resurrección!

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9. «Dios ama al pecador pero aborrece el pecado»

¿Está esto basado en las Escrituras? Me temo que no. La verdad es que esta frase fue dicha por el abogado, pensador y político hindú  Mahatma Gandhi. Tiempo después esta frase fue tomada por muchos cristianos y en sus púlpitos y sermones comenzaron a mencionarla implantándola en los oyentes como un paradigma bíblico.

La Biblia, en cambio, simplemente no dice esto. De hecho, se dice lo contrario:

«Los que se ensalzan no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad.”

(Salmo 5: 5)

Sé que muchos de Uds.  van a protestarme aquí, pero la Biblia también dice:

«Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti.

Los insensatos no estarán delante de tus ojos;

aborreces a todos los que hacen iniquidad.»

(Salmos 5:4-5)

«Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días». 
(Salmos 7:11)

«Abominación son a YHVH los perversos de corazón; más los perfectos de camino le son agradables».

(Proverbios 11:20) 

Será bueno aclarar que esto no significa que el Eterno es cruel. Él abomina al pecador porque es Justo. Las Escrituras revelan que YHVH es Juez Justo, por lo tanto, abomina al pecador. Él no mandara el homosexualismo al lago de fuego el mandara al homosexual. No mandara el robo a la condenación eterna, sino que Él mandara al ladrón. Esto no se trata de crueldad, sino de plena Justicia revelada en la Torah.
¡En La Biblia no dice que la ira de Dios se manifiesta sobre el pecado, dice que la ira divina se manifiesta sobre el pecador!

 «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él».

(Juan 3:36)

«Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia».

(Efesios 5:6)

El aborrecimiento justo es una píldora difícil de tragar tal debido a la cultura auto-centrada, autosuficiente, egoísta , ególatra, y de auto-exaltación en la que vivimos. Lo que todos tenemos que entender es que en la cruz del Gólgota, sobre el cuerpo del Cordero divino, el amor y el odio santo chocaron.

Seamos sinceros; la mayoría de los cristianos profesantes de hoy adoran a un Jesús incompleto, el Jesús romano. Un falso Cristo. Por otra parte, si no entendemos el odio del Eterno, Su amor perfecto no significa mucho para nosotros. Tenemos que llegar a un acuerdo con el odio santo de YHVH. El versículo más conocido pero desconcertante en el Nuevo Testamento que nos confronta con el odio de Dios por los pecadores es Romanos 9:13- “a Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.” Es comprensiblemente difícil envolver nuestras mentes alrededor de esto, pero si tomamos el Biblia en serio tenemos que aceptarlo y poner nuestras emociones volubles, opiniones y tradiciones de lado.

En el gran esquema de las cosas, el odio de Dios será derramado sobre los no elegidos por la eternidad en el lago de fuego. Tenemos que entender que el Eterno es perfectamente justo y bueno para sólo salvar a algunos porque todos merecemos su ira aborrecedora. Romanos 9:14-15 arroja más luz: “¿Qué diremos entonces? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡De ningún modo! Porque El dice a Moisés: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y tendré compasión del que yo tenga compasión.” Cuando comprendemos y continuamente recordamos que Yahvéh nos ha salvado a los pecadores de experimentar su odio, nos hace ser personas humildes agradecidas.

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Al considerar todas estas falacias, notamos que lo paradójico del cristianismo es que por un lado enseña que la Biblia fue inspirada por Dios y es de Su autoría, y aunque usó el puño y letra de seres humanos no tiene errores en su mensaje. Pero, por el otro lado fomenta el analfabetismo bíblico en aquellos creyentes que mantiene en sus filas, permitiendo que sostengan, afirmen y declaren estas falacias como parte de la revelación de la Instrucción de Dios.

Yo quiero aconsejar al lector sincero que está leyendo esta bitácora, que en lugar de aceptar estas cosas sólo porque son populares o porque las escuchaste de un pastor o líder en la iglesia, seas como los creyentes de Berea que La Biblia describe que “día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad” (Hechos 17:10-11).

Por último, te aconsejo que a partir de ahora todo lo que confieses como paradigma de fe, esté sujeto a la revelación de Su Palabra. La Biblia dice:

“Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesús, el Cristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.”

(1 Pedro 4:11)


Nota:

Seguramente varios de ustedes vienen considerando hacer donativos a este ministerio de enseñanza que el Eterno me ha encomendado. Los mismos serán usados en las actividades sociales que la Fundación Monte Santo realiza con los más carenciados de nuestra sociedad. Si esta intención vibra en ustedes los invito a ponerse en contacto conmigo, a fin de conseguir los datos bancarios para llevar a cabo dichas donaciones.

¡Desde ya muchas gracias y que el Eterno recompense esta consciencia de Terumáh!

Llamados a ejercer Humilde Compasión

Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor».

(Mateo 9:36)

«Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y le siguieron».

(Mateo 20:34)

Cuando recurrimos al diccionario de nuestra lengua para encontrar el significado de la palabra compasión, notamos que la define de la siguiente manera: «Sentimiento de ternura y lástima por las desgracias de los demás«.  Este concepto es lo que moviliza a los seres humanos a sentir pena por alguien (sentir lástima), diciendo: «¡Ay, pobrecito!«, y… seguir caminando. Esta la compasión que alimenta el ego. Es un sentimiento en contra del diseño mesiánico ya que evita la movilización espiritual que permite socorrer al afligido y sacarlo de esa zona o nivel de cautividad. ¡Compasión no es lástima pasajera!

Sin embargo, cuando vemos a nuestro Mesías, según el relato del evangelio, sintiendo compasión por las multitudes entendemos que se trata de la verdadera. Es decir, la compasión que hace humilde. La que nace de un profundo entendimiento del orden de las cosas: cuando comprendes que tu prójimo está sufriendo para que tú seas el privilegiado de ayudarlo, entonces realmente te vuelves humilde, empatizas con él, y desde su lugar lo ayudas a elevarse y continuar derecho, adelante y hacia arriba.

La verdadera compasión nos lleva a identificarnos con el dolor del prójimo, de tal manera que hacemos nuestra su condición o situación; nos colocamos en su lugar. Eso nos motiva y nos provoca a actuar y a hacer lo que nos corresponde.

Los apóstoles supervisaban constantemente a que las comunidades de discípulos practicaran la compasión humilde. Así leemos el consejo del hermano del Señor, Jacobo, diciéndoles a sus destinatarios:

«Si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les  dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero ne les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?»

(Stg..2:15-17).

Del mismo modo el discípulo amado Juan, enseñaba que la movilización de este tipo de compasión garantizaba una equidad material en las comunidades que él presidía con su servicio pedagógico:

«El que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? … No amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad»

(Jn 3:17-18)

Charlando con mi esposa, licenciada en Letras, aprendía que la palabra compasión deriva de los términos, en latín, pati y cum, que unidos significan «sufrir con».  Esto sumó a lo que conozco del texto bíblico. En griego, el verbo tener/sentir compasión, que leemos en el evangelio refiriéndose a Yeshúa, literalmente significa «conmoverse las entrañas». Este verbo, en griego, viene del sustantivo entrañas, vísceras, lo íntimo, oculto; la raíz hebrea, también significa, en plural, entrañas (paternas o maternas). Significa compadecerse, tener compasión íntima, profunda, entrañable, tal y como lo hace una madre y/o un padre.

En las Escrituras (Bibli), se revela que para la mentalidad hebrea las entrañas son la sede de la misericordia. Entrañas, en plural, traduce el plural hebreo rajamim; pero el singular hebreo rajem designa el útero, la matriz, seno materno. (Jer 1.5; 20.17; Job 3.11; 1 Re 3.26; Gen 43.30). Así, el significado del plural rajamim fue evolucionando, bajo la influencia del significado materno, hasta llegar a significar  la matiz característico de las madres. Este verbo, aplicado al Abba-YHVH, adquiere una riqueza de significado teológico, presentando al Eterno con sentimientos maternos (Lc. 15:20). Es un verbo con gran densidad emotiva. Un Dios con entrañas de amor, misericordia y ternura, que brotan de lo hondo del vientre fecundo de una mujer. Es amor gratuito, incondicional, apasionado, constante, irremediable e invencible. Todo eso, en praxis divina, es la compasión que hace humilde.

Entonces, entendieno el origen etimológico de la palabra compasión, y profundizando la idea hebraica de esta actitud, comprendo que la compasión que nos hace humilde nos pide que vayamos a los lugares donde existe dolor, que entremos a los espacios donde se sufre, para participar de la sensación de quebranto, temor, confusión y agonía de otro. Nos llama a llorar con los que han quedado olvidados, a padecer con aquellos que sufren soledad, a agonizar por los que han perdido la esperanza. En última instancia, la compasión significa la disposición de sumergirse en pleno en la condición humana, lo que representa mucho más que simplemente ser amable o bueno.

La compasión que alimenta el ego nos coloca como meta nuestro confort. Por ello, mantiene nuestra mente en la inercia tempestuosa por un buen pasar; en avanzar, en alcanzar la distinción en lo nuestro. Nuestras almas se orientan así hacia la competencia con nuestros pares, y el mejor consejo que podemos darle a los que nos acompañan en este proceso es que tratemos, por el camino, de herirnos lo menos posible los unos a los otros. Nuestro ideal es alcanzar la máxima satisfacción personal sin causarle demasiados problemas a los que nos rodean.

Sin embargo, al estudiar el yugo que nos ofrece nuestro Mesías, entendemos que la meta que Él propone es otra: «sean compasivos como su Padre es compasivo» (Lc 6.36 – NVI). Yeshúa tenía la perspectiva divina, la de Su Padre celestial. Él sabía que YHWH respetaba y valoraba la dignidad humana de cada quien en toda su integralidad. Miraba lo que era su corazón, lo que cada cual era realmente. Veía más allá del dinero, posición social, o lo que la gente creyera. Para Yeshúa, las personas tenían un valor intrínseco, por haber sido creadas a la imagen y semejanza del Eterno.

La compasión, correctamente entendida, es la puerta por la que accedemos a la expresión más plena de nuestra humanidad, embebida en Su divinidad.

Consejos Bíblicos para Celebrar correctamente el Shabat

«Acuérdate del día del sábado para santificarlo.  Seis días trabajarás, y harás toda tu obra,   mas el séptimo día es reposo para Yahwéh tu Elohim;  no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.  Porque en seis días hizo Yahwéh los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Yahwéh bendijo el día de reposo y lo santificó.»

(Éxodo 20:12)

Tan pronto cae el sol el sexto día de la semana comienza el Shabat semanal que el Eterno nos ha ordenado en Su Torah guardar y santificar. Desde ese momento, y por 25 horas,  suspendemos todas nuestras actividades normales del resto de la semana, y entramos  aseados,  cómodamente vestidos y relajados  en el santo reposo de Yahwéh quien una vez más nos dará de Su Shalom (Paz).

Al partir de ese momento no regocijamos de que no tenemos que trabajar durante las siguientes 25 horas.  Tanto nuestro corazón, como también nuestra boca, se llenan de gratitud a Yahwéh por el Shabat,  pues de otra forma seríamos esclavos de este mundo los 365 días del año romano, o los 355 días del año hebreo,  sin descanso  como le  pasa a los hombres cautivos del sistema del gran dragón y su bestia.

En el transcurso de esta jornada tenemos que estar felices de que estamos ante la Presencia de Nuestro Abba,  el Amo y Creador del Universo. Es bueno ya estar alegres en el atardecer del inicio (viernes a la tarde) y así continuar todo el día del Shabat propiamente dicho a fin de permitir que el Espíritu de YHVH haga Su obra eficazmente en nosotros, nuestra familia y nuestra asamblea de hermanos.  Hay una alegría correcta y es justamente esa que surge de la voluntad humana que determina esta actitud en su mente y no necesita esperar los efectos de algún estímulo químico exterior (vino, bebidas alcohólicas, tabaco, drogas, etc.).

Además de en este día nos obligamos a conscientizarnos que no estamos solos en este arte de gobierno espiritual, sino que formamos parte de un  compañia de santo (los kodeshim) que son nuestros hermanos mesiánicos redimidos en la sangre bendita del Cordero de Gloria.   De esa forma, a través de las oraciones,  logramos mantenemos unidos con todos ellos por el espíritu, sin importar la distancia. Esa es la actitud correcta para recibir el Shabat.

El mandato divino es a que nadie en la casa quebrante el Shabat.  Recordemos que Shabat significa REPOSO,  y por lo tanto la esencia misma de la palabra nos demanda reposar de nuestras actividades cotidianas,  trabajos y aún recreos normales.  Meditando en esto, y para que podamos colocar una praxis correcta a nuestros actos del día sábado les comparto el siguiente listado de cosas que no podemos hacer durante este bendito día:

  • No llevar cargas pesadas (Jeremías 17:21-22).
  • No comprar ni vender (Nehemías 13:15-21).
  • No encender fuego (Éxodo 35:3).
  • No hablar asuntos personales, ni buscar la voluntad propia (Isaías 58: 13-14). Evitar el habla de temas mundanos y polémicos, lo que las Escrituras llaman vanidades.

Lo que debes procurar hacer sí o sí se resume en estos dos puntos:

  • Permanecer en tu lugar de reposo (Éxodo 16:29). Esto se refiere a no salir de la ciudad donde se vive (a no ser que surja una emergencia de imprevisto, naturalmente).
  • Adorar a YHVH en Espíritu y Verdad (Isaías 66:23; Juan 4:22-23).

Después de leer esto, necesitamos mantener despierto en nuestra conciencia el paradigma de que la Torah prohíbe «hacer nuestro propio deleite» en el Shabat.  En un Shabat debe hacerse todo lo que corresponde a lo espiritual, a la comunión y al bien a otras personas. Pero no deben hacerse como una carga sino como un disfrute que nos llena de gran gozo. Por lo tanto, en este día tenemos que estar deseosos solamente de trabajar a favor del Reino Milenario de Yeshúa,  pues eso es lo que representa el Shabat  semanal a nivel terrenal.   Por eso Nuestro Amo dijo «Yo soy el Amo del Shabat,»  y es este paradigma el que debe gobernar todos los pensamientos que desarrollemos durante esas horas de comunión espiritual. Así entenderemos que con aquellas palabras Él realmente estaba diciendo mucho mas«Yo soy el Rey del Shabat Milenario.»  Ese es el Shabat más grande que existe, aunque todavía no ha llegado.  Nuestro rol es edificarnos y edificar a otros para estar preparados antes de que venga el verdadero Shabat de nuestro Eterno Dios… de lo contrario no podremos entrar allí.

A esta altura de mi bitácora quiero aconsejarles que entiendan que nuestro amado Mesías Yeshúa nos dejó un legado de interpretación de la Torah (Yugo) que es digno de atesorar por todos los verdaderos adoradores. Sugiero estudiar el relato del evangelista Mateo para ver cómo Yeshúa enseñó que hacer el bien y sanar enfermos en sábado está en armonía con el principio del reposo sabático. Sin embargo él no se pasaba buscando enfermos en sábado para sanarlos. Los sanaba porque ellos venían a él y le pedían sanidad. Él no los rechazaba pero tampoco los buscaba.

Para realizar con éxito el trabajo espiritual que en este día el Eterno desea que hagamos, conviene recordar que en el Shabat semanal se lee la Palabra de Yahwéh,  se puede escuchar un mensaje en CD o DVD,  se pueden hacer preguntas y respuestas,  y se puede poner música apropiada para el Shabat y/o tocar instrumentos con cantos.

Con toda esta praxis lograremos que nuestra vida encarne la revelación de que el sábado es un día muy especial, porque viene desde el mismo principio del origen de nuestro planeta Tierra, porque en la primera semana el Eterno terminó su creación del cielo, la tierra y todas las cosas que en ellos hay, descansó el séptimo día y dio una bendición especial y santificándolo como día de descanso desde el mismo principio de la creación de nuestro planeta Tierra.

YHVH ha separado este día para nosotros. Este tiempo es verdaderamente especial. Debemos entender que el Creador, nuestro Abba, ha reservado este día para estar “especialmente” con nosotros a través del Espíritu de Su Hijo. Debemos sentirnos privilegiados que YHVH deseara estar en íntima comunión con nosotros, por lo tanto no debemos pasar un Shabat distraídamente o indolentemente.

Anhelo que nuestro Abba guarde a todos y cada uno de Uds. y los ayude cada día a servirlo con perfección y en excelencia de vida..

¡Nos gozamos en Shabat y estoy convencido que poco a poco iremos aprendiendo a guardarlo mucho mejor!

 

CONSEJO: Seguramente podrá servirte en tu Shabat escuchar esta enseñanzaEl Poder del Reposo

El llamado «Poliamor» (poligamia) está siendo legalizado en Brasil

Una empresaria y una dentista, de 32 años, y una gerente administrativa, de 34, acaban de oficializar su relación en una notaria de Río de Janeiro. Es el segundo trío registrado en Brasil, después de que en 2012 una cajera, una auxiliar administrativa y un arquitecto formasen en São Paulo la primera unión poliafectiva estable del país, el equivalente a la pareja de hecho que, desde 2003, rige las uniones civiles brasileñas.

La escritura firmada por las tres mujeres, que viven juntas desde hace tres años, las reconoce como familia, establece la separación de bienes y da potestad a cada una de ellas para decidir sobre posibles cuestiones médicas de sus cónyuges.

El trío, además, declaró en el documento su intención de que la empresaria tenga un hijo por inseminación artificial y que en el certificado de nacimiento del bebé se contemplen los apellidos de las tres. Las novias firmaron también tres testamentos en los que dividen sus bienes en caso de fallecimiento.

Somos una familia. Nuestra unión es fruto del amor. Voy a quedarme embarazada y estamos preparándonos para eso, incluso financieramente”, contó la empresaria al diario O Globo. “La legalización es una manera de que el bebé y ninguna de nosotras se quede desamparada. Queremos disfrutar de los derechos que todo el mundo tiene, como la licencia de maternidad”.

Es la segunda unión de tres personas reconocida ante la ley en Brasil, la primera entre tres personas del mismo sexo.

LA CUESTIÓN JURÍDICA Y SOCIAL

Los tribunales brasileños aún no han creado una jurisdicción específica para defender o anular este tipo de uniones, así que los argumentos a favor y en contra dependen de la interpretación de un abanico de sentencias de casos particulares.

El reconocimiento de la unión de estas tres mujeres, por ejemplo, se basó en los fundamentos del Tribunal Supremo para reconocer legalmente en 2011 a las parejas homosexuales, según Fernanda de Freitas Leitão, la notaria que casó a las tres novias. Desde el año 2000, mucho antes que los tribunales, Freitas ha reconocido la unión de multitud de parejas gays, y conmemoró públicamente el matrimonio a tres de São Paulo. Hacía años que esperaba “con ansia” poder amadrinar un trío en su propia notaría.

El pilar que sustenta cualquier relación de familia es el afecto. Y estas tres mujeres tienen todo para formar una familia: amor, una relación duradera, intención de tener hijos… En el derecho privado, además, lo que no está prohibido está permitido. No puedo garantizarles derechos inmediatos, tendrán que luchar en los tribunales para realizar la declaración de la renta conjunta o contratar un seguro médico, pero ahora están protegidas”, explica Freitas.

La polémica está servida una vez más y se cuestiona desde la validez de esa unión a la posibilidad de un niño tener tres madres. El Colegio de Notarios de Brasil, así como hizo en 2012, se desvincula de las decisiones individuales de sus colegiados y no faltan juristas que defienden que esa unión viola la Constitución. “Esa escritura no vale nada. La Constitución brasileña establece expresamente que la unión estable solo puede ser constituida por dos personas y el reconocimiento del Tribunal Supremo de las uniones homosexuales también se refiere específicamente a dos personas”, explica la abogada especialista en derecho familiar Regina Beatriz Tavares, que niega la posibilidad de que el futuro hijo de esas mujeres pueda tener tres madres registradas. “La poligamia en Brasil no tiene ningún soporte constitucional. No defiendo un único tipo de familia, pero el principio de unión está restringido siempre a relaciones monógamas, la sociedad brasileña no acepta matrimonios de tres personas, sean del sexo que sean”, defiende Tavares, también presidenta de la Asociación de Derecho de Familia y Sucesiones (ADFAS).
Fuente: Protestante Digital

NOTA PROFÉTICA ESCRITURAL

¿Aprueba Dios la poligamia?

Entendemos, por lo que las Sagradas Escrituras revelan, que el Eterno Dios permitió durante un tiempo que el hombre tuviera más de una esposa (Génesis 4:19; 16:1-4; 29:18-29). Sin embargo, él no dio origen a esta práctica, pues a Adán solo le dio una mujer, estableciendo así en el origen mismo de la humanidad el diseño de la monogamia.

Entonces, comprendemos que el Eterno había establecido que cada hombre tuviera una única esposa. Por eso, al manifestarse el Mesías, restauró su diseño original a través de Su Yugo (Juan 8:28). Respondiendo a una pregunta acerca del matrimonio, Jesús declaró: “El que los creó desde el principio los hizo macho y hembra y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’” (Mateo 19:4, 5).

Más tarde, Dios inspiró a uno de los discípulos de Jesús, el maravilloso apóstol Pablo, para que escribiera: “Que cada hombre tenga su propia esposa y que cada mujer tenga su propio esposo” (1 Corintios 7:2). El mismo escribe en 1 Timoteo 3:2, 12 y en Tito 1:6 la expresión: “marido de una sola mujer” en una lista de requerimientos para el liderazgo espiritual.  La frase puede ser traducida literalmente “marido casado con una única esposa”. Ya sea que esta frase se refiera o no exclusivamente a la poligamia, de ninguna manera un polígamo puede ser considerado “marido de una sola mujer”. Mientras que estas cualidades son específicamente para ministerios de liderazgo espiritual, se entendía que éstas deben aplicarse por igual a todos los discípulos de Cristo.

Luego, el apóstol Pablo, en Efesios 5:22-33, hablando de la relación entre esposos y esposas, encontramos que cuando se refiere a un esposo (singular) siempre se refiere a una esposa (singular). “… el marido (singular) es cabeza de la mujer (singular) … “El que ama a su mujer, (singular) a sí mismo (singular)se ama.” … “Por esto dejará el hombre (singular) a su padre y a su madre y se unirá a su mujer (singular), y los dos serán una sola carne.” … “..cada uno de vosotros ame también a su mujer (singular) como a sí mismo, y la mujer respete a su marido (singular).

Como podemos ver la poligamia no fue la idea original de Dios. Dios parece haber permitido la poligamia para resolver un problema, pero Dios deseaba que el problema nunca hubiera ocurrido. Por ello, y debido al diseño bíblico matrimonial de “una sola carne”, la necesidad de singularidad y armonía en el matrimonio, y la falta de alguna necesidad real para la poligamia, es nuestra firme creencia que la poligamia no honra a Dios y no es su idea del matrimonio.

Origen y Significado de la Expresión Torah (Instrucción)

Por P.A. David Nesher

 

 

Muchos de aquellos escogidos que leen mis bitácoras o escuchan mis catequesis se asustan cuando me escuchan mencionar la expresión hebrea Torah. Uno de ellos, muy deseoso de conocer más de la voluntad de Abba para nosotros, me solicitó si podría explicarle mejor el significado y la etimología de esa palabra a fin de lograr romper todos los paradigmas antisemitas que el sistema ha programado en su mente y por los que entendía que se le hace difícil acceder al conocimiento de la Verdad. Pues bien, entendiendo su pedido, y discerniendo que este debe ser el sentir de muchos vuelvo aquí a aportar lo que esta bendita palabra significa desde su orden etimológico.

 

Torah [תּוֹרָה] es una palabra hebrea que deriva de la raíz י.ר.ה Y.R.H (iará) que significa «lanzar una flecha» «acometer«, «dar un tiro certero» y que en Hif’il הורה Horáh significa «dirigir el tiro para no errar«, de ahí que el significado de Torah es: «la guía para dar en el blanco» y de ahí, se ha entendido como «enseñanza«, también más correctamente «instrucción«, o mal traducida como «ley» en el mundo occidental.

 

A decir verdad, se dice Torah por un mandamiento del Decálogo, o en su sentido más amplio, se llama así a los 5 primeros libros bíblicos (Pentateuco) escritos para explicar la totalidad de la revelación y enseñanza divina al pueblo de Israel encerrada en esos 10 mandamientos de la Torah.

 

Estos cinco libros son:

  • Génesis (Bereshit [בְּרֵאשִׁית]: lit. «En el comienzo»).
  • Éxodo (Shemot [שְׁמוֹת]: lit. «Nombres»).
  • Levítico (Vayikrá [וַיִּקְרָא]: lit. «Y llamó»).
  • Números (Bemidbar [בְּמִדְבַּר]: lit. «En el desierto»).
  • Deuteronomio (Devarim [דְּבָרִים]: lit. «Palabras»).

 

 

Sugiero para un mayor entendimiento y profundización de este tema estudiar la bitácora: ¿Qué es la Toráh?… ¿Ley o Doctrina?

Sukah: La Cobertura del Infinito

Sukot es la Fiesta que el Eterno Dios ha otorgando a sus hijos para celebrarlo en Su Majestad y Gracia.

Aquí encontrarás la exposición de los códigos sagrados que esconden el símbolo de la sukah (enramada o cabaña) que se arma en esta fiesta y debajo de la que estamos obligados a compartir en familia momentos con la eternidad. Una explicación clara y práctica acerca de la mentalidad que se necesita desarrollar en esta Fiesta Santa.

Los gemidos indecibles del Shofar… (sus secretos explicados)

En los últimos doce años, el Espíritu de la profecía, que es el testimonio de Yeshúa (Ap. 19:10) nos ha entrenado en Sus sabios diseños a través de las Fiestas que Abba nuestro nos ha ordenado para entender perfectamente la misión de nuestro Mesías Yeshúa.

Un paradigma muy importante que hemos aprendido es que las fiestas de Yahvéh no son sólo recordatorios de eventos históricos. Son también celebraciones de la energía especial que estos días representan y tienen para los primogénitos de Su Monte Santo. Por ejemplo, sabemos que Pesaj no es sólo el recordatorio de nuestro éxodo de la esclavitud, también es un recordatorio de que esos días fueron creados para la redención, ¡para toda la eternidad! Nuestro ser sabe que esa celebración es un tiempo especial de liberación de toda forma de esclavitud y adicción, ya sea en lo material, espiritual o emocional. Sólo necesitamos desearlo y también podemos liberarnos a nosotros mismos.

Así mismo, ha ocurrido con el entrenamiento pedagógico que el Espíritu de Yahvéh nos ha dado desde hace dos años en la fiesta denominada Yom Teruah (Lev. 23:23-25). Hemos comprendido así, que a través del toque del Shofar, nuestra alma despierta de todo letargo babilónico y se reposiciona en su conciencia de que estamos puestos en la Casa del Rey Eterno, YHVH es Su Nombre, y que por lo tanto somos herederos de Su primogenitura, tal y cómo Yeshúa la disfruta. Para ello, Abba ha ordenado escuchar el sonido del shofar que nos permite entender el llamado interior que Él nos hace en esta fiesta para corregir y desarrollar cualidades del carácter del Mesías que nos permitirán actuaciones correctas en todos los campos del cosmos que está bajo nuestra jurisdicción.

El conmovedor sonido del Shofar nos habla con mayor intensidad que las palabras. Es un llamado personal a cada uno de nosotros para que despertemos y utilicemos la oportunidad de la fiesta de Yom Teruah para cambiar.

El Shofar inyecta en nuestra mente un poder de re-programación de pensamientos. Así nuestra conciencia se vuelve una llave poderosa que nos permite influenciar en todo nuestro entorno físico, evitando así el exilio babilónico en el que se influencia y manipula la conciencia de la masa humana para servir los caprichos del gran dragón escarlata.

El Shofar viene a decirnos que podemos reinventarnos a nosotros mismos gracias a la unción del Santo Espíritu del Eterno. Por medio de su poder, podemos deshacer nuestro pasado, convertir nuestros errores en experiencias de aprendizaje y empezar de nuevo. Pero, seguramente a esta altura te preguntaras: ¿Cómo el shofar transmite esto?

Durante el toque del shofar en Rosh Hashaná, advierte que hay tres sonidos distintos:

  1. Tekiá – un sonido liso, directo y largo.
  2. Shvarim – 3 sonidos medianos, como lamentos.
  3. Teruá – 9 sonidos entrecortados cortos en sucesión.

Los tres sonidos colocan todo poder en alineamiento de circuito celestial. Este equilibrio permite que todo nuestro ser esté libre de la influencia del caos que produce el «cortocircuito» de las tinieblas.

Para comprender mejor todo esto, los invito a examinar, unánimes en un mismo espíritu, cada uno de estos sonidos del shofar, y veamos como se relacionan a los diferentes temas que propone esta Fiesta del Eterno.

El Sonido de Tekiá (Explosión o Toque)

Yom Teruah es el día en que apreciamos quién es el Eterno Dios.

Nosotros interiorizamos ese entendimiento hasta que llega a ser una parte práctica y viva de nuestra realidad cotidiana. Dios es Todopoderoso. Dios es el Creador. Dios es el Sostenedor. Dios es el Supervisor. En síntesis, Dios es el Rey del Universo.

Pero para muchos de nosotros, la idea de un «rey» evoca imágenes de un déspota avaro y hambriento de poder que quiere subyugar a las masas para sus objetivos egoístas.

En la mentalidad hebrea de Israel, un rey es prioritariamente un servidor del pueblo. Su única preocupación es que la gente viva en felicidad y armonía. Sus decretos y leyes son sólo para el bien de la gente, no para sí mismo, tal y como lo hiciera el rey David a su generación (Hch. 13:36).

Lo reitero: el objetivo de la fiesta de Yom Teruah es coronar al Eterno Dios como nuestro Rey. En este día proclamamos que el Eterno Dios es el Rey y nosotros lo invitamos a que nos gobierne. No como un tirano que nos amenaza con castigos si no obedecemos todos sus caprichos y deseos; esto significa que nosotros le invitamos a reinar sobre nosotros, porque sabemos que Él nos ama y quiere todo lo mejor para nosotros.

Tekiá significa la explosión o el toque – es el sonido directo y largo del shofar – es el sonido de la coronación del Rey. En el Jardín del Edén, el primer acto de Adán fue proclamar a Elohim (Dios) como el Rey. Y ahora, en nuestras fiestas, el Shofar proclama para nosotros y para el mundo: Yahvéh es nuestro Rey. Fijamos nuestros valores rectos y retornamos a la realidad del Eterno como El Único que dirige el mundo… guiando la historia, moviendo montañas, y preocupándose individual y personalmente de cada ser humano.

La propuesta divina al oír este sonido es: «¡Coróname como tu Rey y te daré tu corona

En este sonido, hay un paradigma importante que necesitamos despertar: NO es suficiente que Yavhéh sea sólo Mi Rey. Si TODA la humanidad no reconoce al Eterno como el Rey, entonces hay algo que falta en mi propia relación con Él. En Yom Teruah me hago consciente y responsable de que parte de mi amor por el Todopoderoso es ayudar a guiar a toda la gente hacia Su reconocimiento. Por supuesto esto es ampliamente una expresión de mi profunda preocupación por el prójimo. Pero también afecta mi propio sentido el proclamar el Reinado del Dios que todo lo circunda.

El Sonido de Shvarim

Los sacerdotes de la casa de Aarón enseñaban al Pueblo del Antiguo Pacto que Shvarim (El Quebrantamiento – tres sonidos medianos en suspiro suave, como lamentos -) es el grito del corazón hebreo que solloza – ansioso por conectarse, crecer y lograr el potencial del propósito eterno de Dios.  Significa ser doblegado o roto frente a Dios, así suena.

El sonido del Shofar es similar al sonido del gemido del corazón de la persona; es sólo sonido sin consonantes ni vocales; es más profundo que cualquier otro sonido en el mundo. Es el sonido que representa al obrar del Espíritu de Yahvéh en el corazón de los redimidos cuando estos claman al Eterno (Rom. 8:26).

En esta fiesta, el Espíritu Santo nos recuerda que cada ser humano tiene la capacidad de cambiar y ser grandioso. Esto se puede lograr mucho más rápido de lo que uno ha soñado. La clave está en clamar en oración desde el fondo del corazón y pedirle al Eterno Dios la capacidad de llegar a ser grandioso.

En el momento en que suena el shofar, imploramos a Dios desde la profundidad de nuestra alma. Este es el momento – cuando nuestras almas están frente al Todopoderoso sin ninguna barrera – en que realmente podemos soltarnos.

Por eso, exactamente en ese momento, al oír este sonido, escucharás Su Voz diciéndote: «¡No te quedes encerrado en el pasado! ¡Tú sabes que tienes un potencial enorme. Hay mucho para conquistar todavía!«

El Sonido de Teruá

El sonido de Teruá – 9 sonidos cortos en sucesión, más en staccato en una rápida sucesión  – simbolizan un reloj de alarma, despertándonos de nuestro sueño espiritual. En ese momento el shofar trae claridad, conciencia, y enfoque. Su significado es el de un pedido por piedad a Dios.

En Yom Teruá, nuestro Abba quiere que despertemos y seamos honestos y objetivos acerca de nuestras vidas: quiénes somos, dónde hemos estado, y hacia dónde nos dirigimos, son los planteos que Su Espíritu nos invita a realizarnos.

La llamada del shofar nos recuerda que el Rey del universo nos ama, que piensa en nosotros y que se interesa en nuestra vida. Nos está juzgando porque nos ama, tal como una madre juzga a sus hijos para asegurar que estén en el buen camino y tengan una vida de calidad.

Las Escrituras enseñan que cuando nos juzgamos con justo juicio, a la Luz del espíritu de Su Instrucción (Torah), el juicio que elaboramos evita algún juicio desde arriba. Lo que esto significa es que si nos damos el tiempo de construir un modelo sincero y realista de cómo hemos fallado en el pasado, y que esperamos cambiar en el futuro, entonces el Eterno Dios no necesita «despertarnos» para lo que ya sabemos. Esa es la verdadera praxis de Su justificación en Cristo, nuestro Señor.

En esta fiesta Yahvéh quiere que hagamos un esfuerzo honesto para maximizar los talentos y dones que Él nos dio. No se espera que seas nada que no seas capaz de ser. Pero tampoco se puede engañar a Dios (Gálatas 6:7).

La razón por la que perdemos contacto y cometemos errores es porque no nos tomamos el tiempo diario necesario para conectarnos con nuestros deseos profundos y nuestra esencia. La solución es invertir tiempo diariamente a solas preguntándonos: ¿Estoy en camino? ¿Estoy enfocado? ¿Estoy en busca de metas que harán la gran diferencia en mi vida y en el mundo?

¡Hazte el hábito de mantenerte en contacto contigo, y cuando llegue Yom Teruá, la alarma del Shofar no será más que un sonido estridente!

El mensaje esencial de Yom Teruá es que Dios quiere una relación con nosotros. El shofar es una técnica que Él usa para que meditemos en Su llamado de amor.

Este es el momento de examinar honestamente su relación con Dios. ¿Qué tanto quieres una relación con él? ¿Qué se puede hacer para mejorarlo?

La intimidad requiere honestidad emocional. Si no soy capaz de decirle como verdaderamente me siento entonces nunca podremos estar cerca de El.

Si yo pretendo que todo está bien cuando no lo es, entonces yo mismo me estoy robando la oportunidad de estar en intimidad con Él. Para mejorar nuestra relación con Yavhéh debemos ser vulnerable y decirle como verdaderamente nos sentimos. Y eso requiere que seamos honestos con nosotros mismos.

¿Qué es lo que me impide sentirme más cerca de El Rey?

¡El Eterno, nuestro Rey y Abba, quiere saber la verdad acerca de cómo nos sentimos realmente acerca de Él!

Este es el orden de cómo deben ser tocados:

Tekiá – Shevarim – Teruá – Tekiá
Tekiá – Shevarim – Tekiá
Tekiá – Teruá – Tekiá

(Aquí puedes escuchar el toque del Shofar en Yom Teruah)

 

(más…)

Acéptalo: ¡Las Fiestas de Dios no son Judías!… ¡Son Citas Divinas para tu Alma!

Por P.A. David Nesher

fiestas-todas

Las Fiestas del Eterno… ¿qué decir de ellas?… Muchos son los creyentes evangélicos de esta tierra mendocina que nos critican por ellas. Muchos son los seguidores que el ministerio tiene en Argentina, que nos miran de reojo ante esta actitud festiva. Ahora, incluso en las naciones, se multiplican el número de críticos que desde las apariencias, que estimulan su ignorancia, aseguran que somos judaizantes que pretendemos convertir a muchos al judaísmo tradicional con la excusa de sus fiestas. Pues bien, debo insistir que todo esto no es más que el prejuicio saliente de la temerosa ignorancia que sostiene los infundados argumentos de aquellos que así juzgan.

Nosotros, los primogénitos del Monte Santo, no somos judíos, por lo tanto no hacemos fiestas judías tales como Purim o Januká.

Lo que sí somos es hijos del Abba Kadosh (Papá Santo) de Israel. Hemos recibido Su Nueva Alianza a través de Su Hijo Yeshúa, Su Mesías y nuestro Dueño, por lo que obedecemos todos sus designios especialmente en aquello que Él nos ordena hacer: celebrar Su Nombre adorándolo en Espíritu y en Verdad. Por lo tanto guardamos Fiesta para Él, bendito sea Su Nombre, tal y como lo indicara en Su Instrucción (Torah).

Cuando leemos en la Torah los tiempos establecidos de Levíticos 23, descubrimos que no son días señalados de los judíos, sino más bien días especiales señalados por Yahvéh, a fin de celebrar el obrar de Su Presencia en medio de la historia de Su Pueblo Israel. Incluso descubrimos que el Shabat (viernes al caer el sol hasta sábado al caer el sol), es uno de esos días de fiesta. Es decir que TODOS son días festivos inspirados por el Eterno y que por lo tanto pertenecen a Él.

En los libros que conforman el mal llamado Nuevo Testamento (en verdad es el Pacto Renovado) no se establece en ninguna parte fiesta alguna que no sean los días que se encuentran en el capítulo 23 de Levítico. Pero hay festividades y días santos establecidos por la antigua Roma que se celebran hoy día. Algunas de estas fiestas paganas de Roma son estas: Domingo, Navidad, San Valentín, Viernes Santo, Easter, Cuaresma, Adviento, entre otras.

Es mucha la evidencia de que todos los discípulos de los primeros dos siglos celebraron las Fiestas de Yahvéh.

Jesús (Yeshúa) – Lucas 2:41,42; 22:7,8; Mateo 26:17; Juan 2:23; 7:2,10

Los seguidores de Yeshúa – Marcos 16:1; Hechos 2:1; 20:6

Pablo – Hechos 18:21; 20:6,16; 21:24; 1 Corintios 16:8. Pablo instó a las comunidades sujetas a su enseñanza a observar las fiestas (1 Corintios 5:8).

Las Escrituras proféticas aseguran que estas fiestas se celebrarán en el Milenio – Zacarías 14:16,18; Ezequiel 45:21; Isaías 66:21

Las Sagradas Escrituras nos presenta en su revelación varias razones de peso para estudiar y llegar a entender las Siete Fiestas de YHVH.

  • Están en la Biblia, y toda la Biblia es inspirada por Dios. (2 Timoteo 3:16-17).
  • Las fiestas son una sombra de las cosas por venir que nos enseñan acerca del Mesías (Colosenses 2:16-17; Hebreos 10:1).
  • Las fiestas son símbolos y ejemplos proféticos que nos muestran los acontecimientos venideros en el plan de redención divino (1 Corintios 10:1-6, 11).
  • Las fiestas, como parte de la Torá (que significa “instrucción”), nos sirven como tutores que nos guían al Mesías (Gálatas 3:24).
  • Yeshúa vino a cumplir TODO lo que está escrito en el Antiguo Testamento (Lucas 24:26-27, 44-45; Juan 5:46-47).
  • Las fiestas establecen el patrón de los eventos divinos aquí en la tierra (Hebreos 8:1-2,5; 9:8-9,23; Éxodo 25:8-9,40; 26:30; Números 8:4; Ezequiel 43:1-6, 10-12).
  • Dios da lo natural para explicar lo espiritual. (1 Corintios 15:46-47).
  • Al estudiar lo natural, podemos entender lo espiritual (1 Corintios 2:9-13; 2 Corintios 4:18).

Entonces, si somos realmente sinceros y veraces, debemos reconocer que es el Eterno quien reveló a los hijos de Israel cuáles eran sus fiestas señaladas.

Justamente, la palabra hebrea que ha sido traducida como “fiestas señaladas” es moadim (– מועדים), en singular moed (– מועד). Esta palabra tiene el doble significado de tiempo y lugar fijado. La idea principal con el término es tener un encuentro en un tiempo específico y en un lugar específico, es decir, tener una cita con alguien especial.

Estas son las fiestas del Eterno en primer lugar, no de Israel. El Eterno reveló a Israel cuáles son Sus fiestas y dio a los hijos de Israel el derecho y la responsabilidad de proclamarlas en sus tiempos marcados por la Torah en el capítulo 23 de Vayikrá y tener santas convocaciones que en hebreo se dice: mikraei kodesh, (מקראי קדש), en cada una de ellas.

Estas citas divinas o fiestas, son santas convocaciones que conectan al pueblo del Eterno Dios con su pasado, presente y futuro. Además de encerrar los misterios del plan de redención y salvación de sólo Dios revelará a aquellos que tengan hambre de sus caminos.

Con Amor y siempre a tu servicio: David Nesher


Bitácora Relacionada:

¿Por qué orar en Binomio Matrimonial?

Soy un convencido que para tener siempre la recompensa del Eterno Dios, desde sus bendiciones, todo matrimonio necesita desarrollar una vida de oración.

Jesús insistió en la necesidad de la oración, pues las dificultades de un hogar no son solamente de orden natural, sino también espiritual.

Yahvéh creó el matrimonio con propósito. Ese propósito fue el de reflejar Su Gloria en la Tierra. El enemigo de la familia no quiere que se refleje esa gloria. Por lo tanto, no te engañes, el demonio, nuestro adversario, detesta a la familia, y en forma muy particular, el matrimonio, porque son diseños claves de Dios para bendecir a la Creación toda. Así que, nuestro matrimonio necesita estar armado de la gracia de Dios para vencer sus emboscadas y maldades. Pues contra Dios y su gracia él nada puede. Nuestro Señor Jesús aseguró que “era necesario orar siempre sin desanimarse” (Lc 18:1); “Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil” (Mt 26:41); “Pedid y se os dará” (Mt 7:7).

La oración es para la familia lo que un techo es para la casa; protege a los que están adentro, de los enemigos y las adversidades de la vida. Aún cuando orar juntos como pareja para muchos es una experiencia desafiante e incomoda, experimentaremos mucha bendición al hacer de ésta una práctica en nuestro matrimonio (Mateo 18:19).

Es por eso que cuando detectamos que algo está sucediendo con nuestro cónyuge, cuando algo amenaza la unidad matrimonial, cuando la rutina nos acecha, o las finanzas no andan bien, cuando no hay intimidad placentera o el egoísmo prima, cuando hay asomos de violencia, una queja, altibajos emocionales o simplemente sentimos que algo pasa pero que no identificamos: es necesario orar.

Sin oración, ninguno de nosotros queda de pie espiritualmente y nadie logra hacer la voluntad del Eterno Dios. La razón es muy clara: “porque separados de mí no podéis hacer nada” (Jn 15:5). Jesús dejó claro: este “nada” indica que, por nosotros mismos, no conseguiremos hacer el bien y, peor aún, evitar el mal. San Pablo insistió: “pero es el mismo Dios que obra en todos” (1 Co 12:6).

Cuando el Señor manda: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis” (Mt 7:7), en el fondo, Él desea que reconozcamos que sólo Él es el autor de nuestros bienes y que, por lo tanto, debemos sólo recurrir a Él.

El amado apóstol Pablo expresó todo eso en pocas palabras: “Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros” (1Ts 5:16-18).

La oración es el reconocimiento de nuestros límites y de nuestra dependencia: venimos de Dios, somos de Dios y retornamos a Dios. Por ello cuando oramos, y más aún cuando lo hacemos en pareja, nuestra unión matrimonial se fortalece y nuestra fe se acrecienta cuando tienes al Todopoderoso como centro de tu vida y le expresas tus alegrías, tristezas, triunfos, fracasos, ideales y realidades.

La oración es uno de los dones más misteriosos y maravillosos que el Eterno Dios, nuestro Abba, nos ha dado. Es nuestra línea vital de comunicación con el cielo, nuestra oportunidad para expresar directamente nuestras alabanzas y deseos al Creador del universo. Hay un poder en ese hecho que no se puede explicar cabalmente, sin embargo no se puede negar jamás: “La oración del justo es poderosa y eficaz” (Santiago 5:16).

¡Que bendición es para un matrimonio, cuando ambos se ponen de acuerdo para postrarse delante de Dios y presentar sus peticiones, cuando claman para que Dios les renueve el amor conyugal día tras día!
¡Cuánto crecerá espiritualmente una pareja que se une en un mismo sentir y con fe le piden a Dios sabiduría y fortaleza para solucionar sus diferencias y dificultades!
“Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. Mantendré abiertos mis ojos, y atentos mis oídos a las oraciones que se eleven en este lugar”.
(2 Crónicas 7:14-15)
Por todo ello tengan en cuenta que cuando la velocidad del diario vivir los haga actuar como seres mecánicos y programados, la oración es la mejor alternativa para aliviar todos los inconvenientes que surgen de la convivencia o de las circunstancias de cada jornada. Seguramente Yahvéh, nuestro Dios, resolverá lo que le han pedido de la manera que considere mejor en su sabiduría.

 

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El Papa Francisco autoriza perdonar a las mujeres que hayan abortado

Según la fe católica, el aborto es un pecado tan grave que quienes lo facilitan o lo realizan incurren en la excomunión automática de esa institución religiosa. Sin embargo, Jorge Bergoglio, el argentino devenido en falso profeta bajo el título de Papa Francisco, ha encontrado la manera de que este pecado sea debilitado y sacado de la conciencia de las masas como tal ya que permitirá a todos los sacerdotes perdonar formalmente a las mujeres que hayan abortado y pidan su absolución durante el próximo Año Santo católico. Muchos aseguran que este es el último de los pasos del pontífice argentino hacia una iglesia más abierta e integradora. Yo, como profeta del Eterno, les aseguro que este varón llegó con esto a sus últimos pasos por este planeta.

La medida se aplicará durante el Año Jubileo, que comenzará desde el próximo 8 de diciembre y se extenderá hasta el 20 de noviembre de 2016. El pontífice señaló en una carta que los sacerdotes se deben preparar para esta gran tarea, ya que el perdón,  solamente podrá ser concedido durante el Jubileo de la Misericordia o Año Santo, es decir entre los días comprendidas en las fechas señaladas.

El Año Santo es una celebración católica en la que se celebra la remisión de los pecados cada año en el que el 25 de julio cae en domingo. En este caso, se trata de un Año Santo Extraordinario, convocado por Francisco y llamado Jubileo de la Misericordia. La apertura del próximo Jubileo tendrá lugar en el 50º aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, ocurrida en 1965. Evidentemente se trata de una celebración que vaticina nuevos cambios dogmáticos en la sede romana de Babilonia. Además, el rito inicial del jubileo es la apertura de la Puerta Santa. Se trata de una puerta que se abre solamente durante el Año Santo, mientas el resto de años permanece sellada. Tienen una Puerta Santa las cuatro basílicas mayores de Roma: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María Mayor. Las cuatro serán abierta este próximo 8 de diciembre como un acto mágico que profetizará la abertura de los portales de los cuatro puntos cardinales a fin de que todas las naciones den la bienvenida al Nuevo Orden Mundial que Vaticano propondrá.

La carta fue publicada por el Vaticano este martes. En ella Francisco describió la «dura prueba existencial y moral» que afrontan las mujeres que han interrumpido su embarazo y dijo que había «conocido a muchas mujeres que cargan en su corazón con la herida de esta dolorosa y angustiosa decisión«.

Considerando lo que asegura la doctrina católica, el aborto es un pecado grave que comporta excomunión y un sacerdote sólo lo puede absolver por orden de un obispo o del pontífice. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, explicó que la decisión del papa «no es una atenuación de la gravedad del pecado (del aborto)», así como «no quiere de ninguna manera minimizar la gravedad de ello». Sin embargo, muchos de aquellos que tenemos el don de discernimiento de espíritus, intuimos que esto último no es verdad, sino todo lo contrario, ya que se pretende minimizar a tal punto la gravedad de esto que permitirá un movimiento demoníaco que acelerará la legalización de esta práctica en innumerables naciones. El dios Moloc de los cananeos será llevado a sus altares tal y como la élite reptiliana lo había trazado.

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Ante esta noticia que demuestra que el espíritu del anticristo está sutilmente propagándose por nuestro planeta desde este falso profeta, necesitamos decir algunas cosas que están claramente reveladas por las Sagradas Escrituras.

Primeramente, es importante proclamar que en ninguna parte de la Biblia se asegura como doctrina el concepto de la confesión de pecados a un sacerdote. Todos los libros neotestamentarios enseñan que no debe haber una división de sacerdotes y laicos en el Nuevo Pacto. En su lugar, las Escrituras del Nuevo Pacto enseñan que todos los creyentes son sacerdotes. El apóstol Pedro (supuesto primer papa del catolicismo romano) describe a los creyentes como “real sacerdocio” y “nación santa” (1 Pedro 2:5-9) . Luego notamos que en los finales del primer siglos las comunidades joaninas (supervisadas por el apóstol Juan) describen a los creyentes como “reyes y sacerdotes” (Apocalipsis 1:6 y 5:10) .

La mayoría de nosotros sabemos que en el Antiguo Pacto, los fieles tenían que aproximarse a Dios a través de los sacerdotes. Éstos eran los mediadores entre el Eterno y el pueblo. Los sacerdotes ofrecían sacrificios a Dios en nombre de la gente. Todo esto era sombra y figura de Aquel que habría de venir. Por eso esto, bajo la Nueva Alianza, ya no es necesario porque por el sacrificio de Jesucristo, podemos aproximarnos al trono de Dios confiadamente (Hebreos 4:16). Con la muerte de Yeshúa, el velo del templo se rasgó por la mitad, destruyendo así el símbolo de la pared divisoria que había entre Dios y la humanidad. Hoy, podemos acercarnos al Eterno directamente por nosotros mismos, sin el uso de un mediador humano. ¿Por qué? Porque Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote (Hebreos 4:14-15; 10:21), y el único mediador entre Dios y nosotros (1 Timoteo 2:15).

¿Pero qué se puede hacer ante el aborto? ¿Puede Dios perdonar tal pecado?

Para los hijos primogénitos del Eterno, el aborto es un pecado grave que atenta contra el quinto mandamiento de la Torah. Es equivalente al homicidio directo y voluntario. Por eso, los médicos y otras personas involucradas en este crimen son ‘cooperadores’ de un asesinato que conduce a la condenación eterna. Es irónico y hasta paradójico que hasta el mismo catecismo católico asegura que el aborto directo, es un pecado grave porque “el ser humano hasta su concebimiento, debe ser respetado y protegido” en su integridad.

Por lo tanto, para comenzar a responder estas preguntas primeramente citaré este oráculo del Señor:

«Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados«.

(Isaías 43:25)

Según la Biblia, la CONFESIÓN DE LOS PECADOS es a DIOS solamente. Cuando el rey David se arrepintió de su adulterio confesó su pecado directamente a Dios. Sin sacerdote. Sin ritual. Sin sacramento. Sólo un hombre traspasado de dolor confesando su pecado ante su Hacedor.

» Pero te confesé sin reserva mi pecado y mi maldad; decidí confesarte mis pecados, y tú, Señor, los perdonaste».

( Salmo 32:5).

La confesión directamente al Eterno Dios fue también la experiencia de Nehemías ( Neh. 1:4-11), de Daniel ( Dan. 9:3-19), y Esdras ( Esd. 9:5-10). A pesar de que Esdras mismo era un sacerdote levítico, él dijo al pueblo de Dios que se confesara «ante el Señor y Dios de sus padres» ( Esdras 10: 11).

Los verdaderos hijos de Dios, no vamos a un ser humano, sino al Padre con Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, al lado nuestro: «Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un defensor, que es Jesucristo, y él es justo » ( 1 Juan 2,1). Acudimos al Eterno Abba confiados en que él nos oirá: «Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de la necesidad» (Hebreos 4,16). Nos acercamos confiadamente con la promesa de Dios de que él nos perdonará: «pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad» (1 Juan 1,9 ).

Independientemente de que se esté consciente o no que el aborto se trata de dar muerte a una vida humana; Dios por su misericordia, sí lo perdona. La buena noticia es que nuestro Abba, el Eterno, te ama y desea perdonarte por tu aborto, hayas sabido o no lo que estabas haciendo. Pero antes de poder apreciar la buena noticia, hay que conocer la mala noticia. La mala noticia es que hay una culpa moral real y todos somos culpables de muchos delitos morales en contra de Dios, de los que el aborto es solo uno. “...por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios” (Romanos 3:23).  El aborto es solo una de las tantas formas en que la humanidad demuestra su lejanía de la Torah (Instrucción) de Dios.

Pecar es no estar a la altura de los estándares santos de Dios. Nos separa de una relación con Dios (Isaías 59:2). El pecado nos engaña, haciéndonos creer que lo malo es bueno y lo bueno es malo (Proverbios 14:12). “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23).

¡La solución, entonces es acercarse a Jesucristo, el Hijo de Dios, como nuestro Dueño y Salvador!

Pablo lo afirma claramente «Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús señor nuestro» (Romanos 6: 23). Y tambien Juan en una de sus cartas dice «Si confesamos nuestro pecado, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de nuestra maldad» (1 Juan 1: 9).

Muchas mujeres han experimentado este perdón y este cambio. Sus vidas han sido cambiadas a tal grado que hoy muchas de ellas son grandes agentes de cambios que aconsejan a otras mujeres en pro de la vida. Estos testimonio son poderosos y cautivantes y han salvado muchas vidas tanto de mujeres como de niños. Jesús vino a buscar a los perdidos de este mundo, ocultar nuestras culpas no resuelve nada, solo reconociendo nuestros pecados delante del Hijo de Dios podemos obtener perdón y restauración.

Jesucristo, el Hijo de Dios, nos amó tanto que se convirtió en un miembro de la raza humana para liberarnos de nuestro problema del pecado (Juan 3:16). Se identificó con nosotros en nuestra debilidad, sin ser contaminado por nuestro pecado (Hebreos 2:17-18; 4:15-16). Jesús murió en la cruz como el único digno de pagar el castigo por nuestros pecados que demanda la santidad de Dios (2 Corintios 5:21). Y se levantó de la tumba, venciendo el pecado y conquistando de la muerte (1 Corintios 15:3-4, 54-57).

Cuando Cristo murió en la cruz por nosotros, dijo: “Consumado es” (Juan 19:30). La palabra griega traducida como “consumado es” es la misma escrita en certificados de deuda cuando eran canceladas. Significaba “pagado en su totalidad”. Cristo murió para pagar en totalidad nuestra deuda.

La salvación es un regalo: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2: 8-9). No se puede trabajar para ganar ni alcanzar este regalo. No depende de nuestros méritos o esfuerzo; depende únicamente del sacrificio de Cristo por nosotros.

El aborto es un pecado contra Dios y contra ti misma. Reconoce tu pecado ante Dios, tu Padre. Él te ha perdonado. Él envió a su Hijo amado a cargar con tu pecado y tu culpa. Jesús pagó el precio por tus pecados al ser el inocente Cordero de Dios, al ser sacrificado para no tomar en cuenta tu pecado.

“Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados. Todos andábamos perdidos, como ovejas, cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros”.

(Isaías 53:4-6)

Enfoca tu atención hacia la cruz de tu Salvador y contempla lo maravilloso que son el amor y la misericordia de Dios hacia TI. Cree en su promesa preciosa de perdón.

Aborto

Oración para sanar el dolor del aborto.

«Oh Dios, reconozco mis pecados.

Lloro mucho mi pena.

Sé cuánto Te he ofendido y cuánto mi pecado ha herido también a otros hijos tuyos.

Perdóname.

Te pido fortaleza para seguir.

Te pido que me ayudes a perdonarme.

Oh Señor mío y Dios mío, no permitas que me aparte de Ti, no dejes que el dolor y la desesperación obstaculicen mis pasos hacia Tu camino.

Dame la fuerza que necesito para cambiar.

Ayúdame a confiar en Ti.

Quiero confiar en Tu misericordia, oh Dios.

Quiero confiar todo mi ser a Ti.

Sin Ti no soy nada.

Enséñame a conocerme.

Desde ahora en adelante me comprometo a dar lo mejor de mí, a ofrecerte mis sufrimientos, mi trabajo, mis logros para la protección de toda vida humana.

Te pido por otras mujeres y hombres que al igual que yo están en la oscuridad de este sufrimiento.

Haz que todos los que sufren las consecuencias del aborto provocado se acerquen a Ti y Te pidan perdón para que así salgan renovados en Tu amor y misericordia.

Te lo pido, mi amado Dios, mi única esperanza y fortaleza.

Haz de mí una mejor persona y ayúdame a remediar el daño que he causado.

Quiero hacer desde ahora lo que esté a mi alcance por la defensa de la vida humana.

Guárdame de todo mal y dame discernimiento, sabiduría y AMOR para poder llegar a a Ti«.

Amén

¿Quién es Rabino en el diseño mesiánico del Eterno?

“Pero vosotros no dejéis que os llamen RABÍ; porque uno es vuestro RABÍ y todos vosotros sois hermanos.”
Mateo 23:8

¡Estamos siendo testigos de días proféticos maravillosos! Uno de los detalles más gloriosos que estos tiempos tienen es el asombroso movimiento del Espíritu del Eterno aleteando sobre las aguas (millones de vidas humanas) y conduciéndolos hacia una reforma que les está revelando los diseños mesiánicos de la Luz Infinita (Or EinSof).
En medio de todo ese movimiento espiritual de la Verdad divina está manifestándose también la obra misma de la iniquidad reptiliana llamada falsificación. Así pues, mientras el Espíritu del Señor va conduciendo todo para que la Iglesia del Mesías se manifieste en su nombre verdadero, Israel, muchos hombres (y mujeres también) están apareciendo con apariencia de piedad y están enredando a los santos escogidos del Señor en el bosque de la confusión causado por tantos vientos de doctrinas judaizantes. Hoy, y tal como le aconteciera al apóstol Pablo, debemos estar vigilantes ante aquellos que se presentan con tantos títulos sacados de la letra muerta y no activados por el espíritu vivificador que se encuentra en las Sagradas Escrituras.
De ese modo, no solamente nos encontramos con falsos apóstoles y falsos profetas en esa pandemia babilónica llamada «apostolitis», sino que también desde el movimiento judaizante-kabbalístico abundan cada día más los falsos maestros que se hacen llamar «rabinos».
Pues bien, la bitácora de hoy apuntara a aclarar qué significa el término rabino desde su origen etimológico como funcional.
Primeramente dejaremos en claro que los rabinos son los líderes de la colectividad judía presente en cada nación del mundo. Se trata de maestros que, gracias a sus estudios, se encargan de la interpretación de los textos considerados sagrados por esta comunidad. El conocimiento profundo de los textos sagrados judíos es imprescindible no sólo para la enseñanza y difusión desde lo literal: el rabino debe estar en condiciones de aplicar aquellos textos milenarios en el día de hoy, encontrando en las palabras de la Torá la solución de problemas.
Reconoceré que una característica especial del judaísmo es el trabajo de exposición y de interpretación de la Torah escrita, es decir de la revelación divina hecha a Moisés en el Monte Sinaí y transcrita en el Pentateuco (y en sentido más amplio, presente en toda la Biblia hebrea). Este trabajo de de investigación (en hebreo midras, del verbo daras «buscar») comenzó de forma sistemática durante el destierro en Babilonia (586-536 a.C.), cuando el pueblo judío había perdido la Tierra y el Templo. Fue justamente en esos 70 años de exilio que comprendieron que sólo una amorosa fidelidad a la Torah podía garantizar su identidad y su continuidad. El sacerdote Esdras será quien dará cuerpo a esta comprensión leyéndole la Torah de Moisés al pueblo que habría regresado del destierro, y esforzándose especialmente en explicarle su sentido (Neh. 8:8). Los que prosiguieron históricamente esta obra, a los largo de 500 años, fueron primero los escribas, y luego los fariseos hasta concluir en los rabinos.
Es importante señalar aquí que el continuo cambio de situaciones en que llegaban a encontrarse los judíos planteaba de forma muy problemática la tensión entre la inmutabilidad sagrada de la Torah escrita y la necesidad de continuas adaptaciones en la praxis a los diversos ambientes y circunstancias. A diferencia de los sacerdotes y de los saduceos, que quedaron más ligados al culto del templo y al carácter literal de lo expresado en la Torah escrita, los fariseos se emplearon en una laboriosa obra dirigida a acercar la Torá al pueblo, haciendo posible en concreto vivir de la misma.
Los comentarios interpretativos (midrasim) de los fariseos fueron adquiriendo a lo largo del tiempo fuerza y autoridad. Los mismos se movían en dos direcciones:
  • una narrativa (haggadá),
  • la otra moral-jurídica (halaká).

A finales del siglo II d.C., estos comentarios se recogieron y transcribieron en la obra que se conoció como Mishná («repetición«, «enseñanza por repeticiones«), que fue considerada como el corpus de las tradiciones orales de la Torah. Por causa de esta última razón también ellas fueron atribuidas a Moisés -lo mismo que la Torah escrita- dado que consideraban que eran su desarrollo y su explicitación, capaces de ofrecer las indicaciones útiles para los siglos venideros. Será interesante que sepan que también la Mishná fue estudiada y comentada sistemáticamente en Palestina y en Babilonia, hasta finales del siglo V d.C.; así es como se originó la obra conocida con el nombre de Talmudestudio«), cuyo equivalente arameo, en Babilonia, era la Gemará.

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Cuando las tensiones sociales, económicas, políticas y religiosas condujeron a las crisis del 70 y del 135 d.C., la represión de las sublevaciones por parte de los romanos llevó al ocaso y a la desaparición de los saduceos, que eran considerados -cual autoridad- como los responsables de las rebeliones, y de la clase sacerdotal, ligada funcional y económicamente al templo, destruido el año 70 d.C. Fueron entonces los fariseos, y ante todo los maestros fariseos llamados rabinos, quienes asumieron la función de reorganizar la vida del judaísmo, que no podía contar ya con el Templo ni con la autonomía territorial. Como solución esta secta determinó que el eje de la religión judía sería entonces la oración, el estudio y la práctica de la Torah (escrita y oral), junto con las obras de misericordia.
Como vemos, el título  de rabino comenzó a ser utilizado por la cátedra apóstata que usurpó la jefatura del Templo de Jerusalén. Fue esta la que forjó nuevos lineamientos dogmáticos que comenzaron a regir la fe de los judíos en el primer siglo.
La línea farisaico-rabínica, fortalecida por estos hechos históricos, impregnó y organizó el judaísmo en Israel, conduciendo con sus dogmas a la Casa de Judá en la Diáspora de estos dos milenios. La única desviación a esto se produjo en el siglo VIII en Mesopotamia, con los karaítas (del verbo kará, «leer«), que rechazaban la Torah oral y todas las tradiciones exegéticas; consideraban normativa sólo la Torah escrita, sosteniendo su estudio filológico y la libre interpretación personal.
Durante el siglo I d.C. y comienzos del II, los rabinos eran «ordenados» mediante la imposición de manos, después de un largo período de formación junto a un maestro reconocido (la edad canónica para la ordenación eran los 40 años). Después de que, en el 135 d.C., los romanos prohibieron las ordenaciones bajo pena de muerte, los candidatos eran simplemente «proclamados» rabinos: de esta manera se les confería la autoridad de juzgar en el terreno civil y en el religioso.
 En el judaísmo de la diáspora, el rabino es el responsable de la vida religiosa de una comunidad judía, que tiene su punto de referencia en la sinagoga: cuida del culto y de la instrucción religiosa, organiza la enseñanza escolar y juzga, según los lugares, en materia matrimonial. A partir del siglo XIX se instituyeron seminarios rabínicos, en los que los candidatos se forman en la Escritura, en la Misná, en el Talmud, en la codificación y en las respuestas; una vez completado el ciclo de estudios (que actualmente dura de ocho a diez años), reciben el título de rabino.
La palabra רַבִּי (rabino) que usualmente solemos entender como «mi maestro» significa literalmente persona de gran autoridad, gran importancia, abundancia, e incluso con grandeza indescriptible. En otras palabras, רַבִּי (rabino) es una persona que tiene mucho que dar y puede aportar a otros desde su grandeza.
רַבִּי (rabino) proviene de la palabra hebrea de רַב (rav) que significa «mucho, gran cantidad, numerosos, o grande» y la letra yod (י) al final indica un sufijo de posesión «mi«. Así que literalmente los judíos de hoy dicen que se puede traducir רַבִּי (rabino) como «mi gran maestro«.
Pero quiero invitarlos a que realicemos juntos una mirada más profunda en la historia bíblica misma y comprenderán que la significación de esta palabra es más amplia y peligrosa. En las Escrituras, frecuentemente רַב (rav) es una medida de cantidad numérica o longitud. En la Torah, la nube del Señor descansó sobre el tabernáculo durante יָמִים רַבִּים (yamim rabim) «muchos días» (Nm. 9:19). En otras oportunidades la palabra רַב (rav) significo autoridad. En el hebreo antiguo, רַב בַּיִת (rav bayit) indicaba mayordomo y רַב הַחֹבֵל (rav haJovel) el capitán de barco. El rey Nabucodonosor otorgo a Daniel el título de רַבִּי (rabino) que en arameo significa el «gran gobernador, gran oficial o gran jefe, el gran señor» (Dn. 2:48).
En los tiempos de Yeshúa, la palabra «rav» era utilizado, desde ese matiz babilónico, y por lo tanto se refería al amo de un esclavo, o al amo de un discípulo. Por lo que el término rabí literalmente significa «mi amo» y era un término de respeto usado ya sea por un esclavo para dirigirse a su amo, o por un discípulo para referirse a su maestro. Teniendo en cuenta lo antes dicho, la palabra rabino en realidad significa «mi gran amo» y era un término de respeto usado ya sea por un esclavo para dirigirse a su amo, o por un discípulo para referirse a su maestro. Cuando Yeshúa empieza su ministerio, vemos que era reconocido por todos, o mejor dicho toda clase de personas se dirigían a él como rabí. Veamos algunos ejemplos:
  • Mateo 19:16, un hombre rico lo llamaba rabí,
  • Mateo 22:35-36, un abogado (experto en la Torá) lo llamaba rabí,
  • Lucas 12:13, una persona común lo llamaba rabí,
  • Lucas 19:39, un Fariseo lo llamaba rabí,
  • Lucas 20:27-28, un Saduceo lo llamaba rabí.

Algo típico de los rabinos del primer siglo era que viajaban de un lugar a otro enseñando, y dependían de la hospitalidad de las personas. Ellos enseñaban en las afueras o campos, en los pueblos, en las casas, en las Sinagogas y hasta en el Templo. Cientos y hasta miles de rabinos circulaban en la tierra de Israel en el primer siglo. La mayoría de las veces enseñaban en las plazas de los pueblos, o bajo un árbol, y otras veces en las casas. Aunque Yeshúa la mayoría de las veces enseñó en las casas (Lucas 10:38-42), en las sinagogas (Mateo 4:23) y hasta en el Templo (Mateo 21:23), también lo vemos enseñar en las afueras o campos (Mateo 14:13; 15:29).


Otra práctica de los rabinos era el hacer discípulos, ellos estaban interesados en cambiar la vida de sus discípulos, de enseñarles como ellos decían «a tomar el yugo de la Torá» que en términos rabínicos quería decir «aceptar el reinado del Eterno en la vida de uno«. Vemos que Yeshúa también utilizó éste término (Mateo 11:29-30). «Hacer muchos discípulos» es uno de los tres dichos más antiguos que encontramos en el Talmud (Avot 1:1). Ellos escogían y seleccionaban a un número de discípulos para entrenarlos en el estudio de la Torá. Se dice que el maestro de Pablo, Gamaliel, tenía hasta 1.000 discípulos que estudiaban con él. Un rabino podía tener diferente tipos de discípulos, los que estudiaban con el rabino por un corto tiempo y los que estudiaban por largo tiempo con el rabino, para estos últimos significaba viajar constantemente por caminos polvorientos. Por eso encontramos en el Talmud un comentario que dice:

«Que tu casa sea un lugar de reunión para los sabios,
cúbrete con el polvo de sus pies y bebe de sus palabras sedientemente«. (Avot 1:4)

«Cúbrete con el polvo de sus pies«, se decía no sólo porque el discípulo al caminar junto con su rabino prácticamente se llenaba del polvo que el rabino levantaba al caminar, pero también porque era costumbre sentarse a estudiar a los pies del rabino. Una persona sentada a los pies de un rabino significaba que era un discípulo del rabino, por ello vemos que Yeshúa le dice a Marta que María había elegido lo mejor, es decir de ser una discípula de Yeshúa (Lucas 9:38-42). De allí surgió la práctica de invitar a alguien a tu casa y lavarle los pies.

¿Cuál es el orden pedagógico en la Nueva Alianza según el mismo Mesías?

apostoles-pies

Según la enseñanza apostólica paulina, nuestro Señor Jesús entregó «domas» (hombres-dones) a la Iglesia que ejercitan el servicio desde el diseño del «corazón pastoral» de Yahvéh (Jer. 3:15). Estos hombres regalos se manifiestas en cuatro oficios de dicho corazón: apóstol, profeta, evangelista, pastor-maestro (Efesios 4:11). Éstas órdenes sagradas de nuestro amado Mesías tienen una clara respuesta ante esta oleada de «rabinos» que pululan por todos lados con la pretensión de enseñar los códigos de la Torah a los escogidos.  Por mucho que traten de tergiversar y torcer las Escrituras, estas son las palabras divinas que deberán ser pronunciadas tal como allí están escritas. Por lo tanto, el término neotestamentario para maestro es el griego «didáskalos» que tiene su equivalente hebreo en «moreh«, así es como (Concordancia Strongs: 04176) Por lo tanto moreh significa maestro, y éste es el término que se debe utilizar para aquellos que pretenden enseñar la Torah.

 Podemos ver claramente la razón por la cual Yeshúa prohibió este título. El mismo, por su misma definición de poder y grandeza, crea una gran arrogancia en los seres humanos. Hoy, día vemos una oleada de ex-pastores cristianos evangélicos viniendo al mesianismo que enseguida se cambian su título de pastor, que es el correcto y escritural, al de «rabino» que es el título prohibido por nuestro Señor. Pero ellos son gente que necesitan este bastón para sentirse importantes, para poder actuar como dictadores de la fe que obnubilan las consciencias de los hombres.
Hoy vivimos en tiempos muy peligrosos. Son los días de rampante apostasía. En ellos HaSatán está utilizando muy efectivamente a miles de falsos maestros,  a quienes tiene estratégica- y sigilosamente colocados a lo largo de todo el Camino que el Mesías le ha trazado a Su Pueblo para que peregrine al cumplimiento pleno del propósito eterno. El adversario, como buen cazador, ha colocado lazos para engañar aún a los escogidos.  Lo hace con la intención expresa de destruirlos, desviarlos, detenerlos o cuando menos retardarles la llegada a la meta,  seduciéndolos con doctrinas basadas en la Torah de Yhwh pero no obstante «hechas a la medida» del gusto individual de cada uno de los oyentes con comezón de oír. Por esto, estoy convencido que el judaísmo mesiánico pertenece a parte de esta artimaña de la Gran Ramera.

El judaísmo mesiánico no cumple lo que promete.   Por su nombre, el «Judaísmo Mesiánico«, a simple vista,  pareciera indicar que se basa fundamentalmente en la Verdad original del Mesías Yeshúa, quien lógicamente era judío de estirpe, por nacimiento y por crianza.  Pero esta religión «de última moda» para tantos, no se adhiere ni enseña el Camino de Yeshúa que tanto proclama.  Por el contrario, enseña el judaísmo rabínico que usurpó los diseños sacerdotales establecidos por Yahvéh en la Antigua Alianza.

 El judaísmo mesiánico es una religión que basa su doctrina en las mismas enseñanzas rabínicas que nuestro amado Mesías, y sus fieles discípulos, tanto lucharan y sufrieran por erradicarla de la vida Su Pueblo. El judaísmo mesiánico no va tras las «raíces hebreas» de la Verdad de forma fiel y consistente, tal y como asegura, sino que va en pos de las raíces judío-rabínicas y lo suele hacer de forma bastante descarada— a través de hombres desobedientes que se apropian para sí el título de rabino que el Eterno solamente autoriza aplicar a Su Hijo.

La revelación de la Providencia Divina

“No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimento? ¿qué beberemos?, o ¿tendremos ropas para vestirnos? Los que no conocen a Dios se afanan por eso, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso”. 
(Mateo 6:31-32)

 
Durante el 12º mes del calendario de Yahvéh, aquellos que pertenecemos a Su Pueblo, reflexionamos y valoramos Su maravillosa Presencia en los distintos acontecimientos de nuestra historia personal. Es un mes muy importante para entender que las circunstancias de la vida humana son «máscaras» que el Eterno usa para estar siempre inmanentemente activo en la vida de sus hijos.
Los que somos escogidos en el Mesías, tenemos la absoluta convicción que nuestro Eterno Dios gobierna soberanamente todas las cosas en el universo. A este medio de poder divino lo llamamos Providencia Divina. El término “Providencia” viene del verbo latino “providére” que significa “proveer”.
Es interesante notar que en todas las religiones, ya sean estas cristianas o paganas, la fe en la Providencia, entendida en un sentido amplio, como un ser supra humano que gobierna el universo y dirige el curso de los asuntos humanos con un propósito definido y diseño beneficioso, ha sido siempre una creencia muy real y practica a lo largo de los tiempos y las naciones.
Desde la esencia de nuestra fe, la doctrina de la Providencia Divina revela y afirma que el Eterno Dios se encuentra en control absoluto de todas las cosas. Esto incluye al universo en su totalidad (Salmo 103:19), el mundo físico (Mateo 5:45), los asuntos de las naciones (Salmo 6:7), el nacimiento del ser humano y su destino (Gálatas 1:15), los éxitos y los fracasos humanos (Lucas 1:52), y especialmente la protección de Su pueblo Israel (Salmo 4:8). Esta doctrina se levanta en oposición directa a la idea humanista anti-Dios que asegura que el universo está gobernado por la casualidad determinista de las circunstancias o el destino trazado por un «capricho» astrológico.
Sabemos y creemos que el Eterno creó el universo y todo lo que hay en él. Pero también lo preserva, lo mantiene y lo gobierna. El universo se volvería nada, es decir, volvería a su situación inicial de no existencia, si no fuera porque Yahvéh lo mantiene con su poder infinito.
La Providencia Divina custodia y gobierna las cosas del mundo y, especialmente al hombre en el mundo, su vida y su historia.
La Providencia Divina libera al hombre de las diversas formas del pensamiento fatalista.
La Providencia Divina es el cuidado que el Eterno tiene de los hombres y de todo lo creado para llevarlos al fin para el que han sido creados.
Por ello, el propósito, o la meta, de la Providencia Divina es llevar a cabo la voluntad del Eterno Dios que es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:3). Esto significa que para asegurar que Su propósito eterno sea cumplido, Yahvéh, nuestro Dios, gobierna los asuntos del hombre y obra en ellos primordialmente a través del orden natural de las cosas. De este modo, surge la certeza de que las leyes naturales son nada más que una representación del Eterno Dios obrando en el universo. Así, entendemos que las leyes naturales no poseen poder inherente, como tampoco obran independientemente; son las reglas y los principios que el Eterno ha puesto en efecto para determinar cómo se desarrollarán las cosas.
Lo mismo ocurre en las decisiones humanas. En un sentido muy verdadero no somos libres de escoger o actuar fuera de la voluntad de Dios – ni aun nuestras decisiones pecaminosas (Génesis 50:20). Al final de todo, es Yahvéh quien controla nuestras decisiones y acciones (Génesis 45:5; Deuteronomio 8:18; Proverbios 21:1), pero Él lo hace de tal manera que esto no viola nuestra responsabilidad como agentes moralmente libres, ni tampoco invalida la realidad de nuestra decisión. La Confesión de Fe Westminster expone la doctrina de la providencia divina de una manera sucinta, pero que capta todos los elementos de esta doctrina:
Dios desde la eternidad, por el sabio y santo consejo de su voluntad, ordenó libre e inalterablemente todo lo que sucede.  Sin embargo, lo hizo de tal manera, que Dios ni es autor del pecado ni hace violencia al libre albedrío de sus criaturas, ni quita la libertad ni contingencia de las causas secundarias, sino más bien las establece.” (CFW, 3.1)
El medio principal por el cual el Eterno cumple Su voluntad es a través de causas secundarias (las leyes naturales, la elección del hombre). En otras palabras, Dios obra indirectamente a través de estas causas secundarias para cumplir Su voluntad. Otra vez volviendo a la Confesión de Fe Westminster – “Aunque con respecto a la presciencia y decreto de Dios, quien es la primera, todas las cosas sucederán inmutable e infaliblemente, sin embargo, por la misma providencia las ha ordenado de tal manera, que sucederán conforme a la naturaleza de las causas secundarias, sea necesaria, libre o contingentemente.” (CFW, 5:2)
Como regla general, para preservar y gobernar el mundo, el Eterno Dios utiliza las leyes de la naturaleza. Pero sabemos que Él sigue siendo Dueño y Señor de la naturaleza. De allí que, cuando así lo decide con su Sabiduría Infinita, puede cambiar las leyes de la naturaleza: cambiar la naturaleza de las cosas creadas, aumentar o disminuir sus fuerzas, sustituir esas fuerzas por su poder divino, etc. Es decir, el Eterno puede realizar “milagros” cuando así lo decide. Nuestro entendimiento empírico sabe que existen ocasiones en que el Eterno obra directamente en la historia y las circunstancias  para cumplir Su voluntad. Esto es lo que llamaríamos nosotros un milagro (es decir, algo sobrenatural en vez de natural). Un milagro es Yahvéh obrando, por un período breve de tiempo, fuera del orden natural de las cosas para realizar Su voluntad y Sus propósitos.
Dos ejemplos del libro de Hechos deberían servir para destacar la obra del Eterno Dios obrando directa e indirectamente para realizar Su voluntad. En Hechos capítulo nueve vemos la conversión de Saulo de Tarso. A través de una luz brillante y con una voz que sólo Saulo (más tarde Pablo) pudo escuchar. De este modo tan espectacular el Eterno Dios cambió su vida para siempre. Era la voluntad de Yahvéh usar a Pablo para realizar Su voluntad, y el Señor usó un medio directo para convertir a Pablo.
Le sugiero que entreviste a cualquier persona que usted conozca que se haya convertido a la fe del Mesías, y usted con mucha probabilidad escuchará una historia parecida a ésta. Y es que la mayoría de nosotros llegamos a Cristo a través de un mensaje predicado o por leer un libro o por el testimonio persistente de un amigo o un familiar. Todos estos detalles circunstanciales se someten a la intervención milagrosa del Eterno conduciéndonos a su Salvación. Además de esto, por lo general hay circunstancias de la vida que preparan el camino,… la pérdida de un empleo, el fallecimiento de un familiar, un matrimonio fracasado, una adicción química. La conversión de Pablo era directa y sobrenatural, tanto como la conversión de todos los que hoy peregrinan el Camino.
En Hechos 16:6-10, vemos a Dios cumpliendo Su voluntad indirectamente. Esto sucede durante el segundo viaje misionero de Pablo. Dios quiso que Pablo y su compañía fuesen a Troas, pero cuando Pablo salió de Antioquia en Pisidia, él quiso ir hacia el este a Asia. La Biblia dice que el Espíritu Santo les prohibió predicar la Palabra en Asia. Luego, ellos quisieron ir al oeste a Bitinia, pero el Espíritu de Cristo les impidió, por tanto ellos fueron a Troas. Ahora esto fue escrito en retrospectiva, pero en el momento hubo probablemente algunas explicaciones lógicas por las cuales ellos no pudiesen ir a aquellas dos regiones. Sin embargo, después del hecho, ellos se dieron cuenta que esto fue el  Eterno Abba dirigiéndolos donde Él quería que fuesen. Pues bien, esta es la Providencia divina.
Un texto que revela muy bien esto es Proverbios 16:9 – “El corazón del hombre piensa su camino; Mas YHWH endereza sus pasos.” Seguramente a esta altura de la bitácora, y al otro lado de la pantalla, están gruñendo en sus mentes los que dirán que el concepto que el Eterno esté orquestando directa o indirectamente todas las cosas destruye toda posibilidad del libre albedrío. El punto existencial es: si el Eterno está en control absoluto, ¿cómo podemos estar verdaderamente libres en las decisiones que tomemos? En otras palabras, para que el concepto de la libertad sea significativo, tiene que haber algunas cosas fuera del control soberano de Dios, por ejemplo, la contingencia de la elección humana. Supongamos por caso del argumento que esto sea cierto.
¿Qué entonces? Si Dios no está en control absoluto de todas las contingencias, entonces, ¿cómo podría Él asegurar nuestra salvación? Pablo dice en Filipenses 1:6, “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Si Yahvéh no está en control de todas las cosas, entonces esta promesa es inválida (y otras promesas bíblicas semejantes también). No podemos tener la seguridad plena de que la buena obra de la salvación que haya sido iniciada en nosotros llegará a su finalización.
Además, si nuestro Abba no está en control de todas las cosas, entonces debemos concluir que Él no es soberano, y si no es soberano, entonces, no es el Dios Verdadero. Por tanto el precio de mantener contingencias fuera del control de Dios resulta en un Dios que no es Dios en nada. Y si nuestra “libre” voluntad sobrepasa la Providencia de Dios, entonces ¿quién es Dios al final de todo? Somos nosotros. Esto es, obviamente, inaceptable a cualquier persona con una cosmovisión que sea puramente bíblica. La Providencia Divina no destruye nuestra libertad. Más bien, la Providencia Divina es lo que nos permite hacer uso de esta libertad correctamente.
El famoso Agustín de Hipona enseñaba referente a esto: “El Dios Omnipotente no habría permitido que hubiese mal en sus obras si no fuese tan Omnipotente y Bueno que consiga sacar bien del propio mal”.
La verdad sobre la Providencia del Eterno Dios, constituye la fundamental y definitiva garantía del hombre y de su libertad en el cosmos.
Por medio de su Providencia Divina, el Eterno reconduce continuamente la vida del hombre y de la historia del mundo. Él nos deja actuar libremente y al apartarnos del camino que nos lleva a la felicidad eterna (por el pecado) pone a nuestra disposición la buena senda a través de Su Toráh, testimonio más perfecto de su providencial intervención amorosa.
En este última instancia de nuestro encuentro, lo invito a realizar con el corazón la siguiente oración:

ORACION

Señor, Yahvéh, el Único, 
El Que Es,
presente en todo lugar y presente especialmente
en mí, cuando me habitas con tu Gracia,
Tú que conoces todo lo que soy y lo que no soy,
lo que tengo y lo que no tengo,
lo que realmente necesito y lo que creo necesitar,
Tú que me provees todo aquello
que es necesario para mi salvación,
y todo lo verdaderamente necesario para mi diario vivir,
a Ti, Dios Amor, Omnisciente y Omnipresente,
me acojo, me entrego, en Ti me abandono,
confiando en tu Divina Providencia
por la que me das mucho más de lo que necesito
para lo verdaderamente importante,
para lo único importante,
que es mi salvación eterna adquirida en la Sangre bendita del Mesías Yeshúa.
Amén.

El “Día del Señor”: ¿Es el Domingo o el Sábado?

“Recuerda el Shabat para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es un día de reposo para YHVH tu Elohim: no hagas ningún trabajo –tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo YHVH el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día; por eso bendijo YHVH el día del Shabat y lo declaró sagrado.»

Éxodo 20:8-11

Estoy absolutamente convencido que  Éxodo 20 es uno de los pasajes más conocidos en la historia teológica de la fe (junto al Salmo 23 y Juan 3:16, entre otros). Especialmente hoy resulta muy leído entre las comunidades de creyentes en el Mesías. La mayoría de los creyentes concuerdan en que los Diez Mandamientos son el fundamento más importante para llevar una vida piadosa e íntegra ante el Eterno Creador. Pero a pesar de esta certeza difundida por el propio Espíritu de Dios en la mente y corazón de cada hijo, la problemática siempre es la misma: de los diez solo se observan unos pocos. Por ejemplo, ¿por qué muchos sólo observan nueve, y obvian la ordenanza de guardar el día de reposo (shabat), cambiándolo por el domingo?
A través de toda la Escritura, vemos que el día señalado por Yahvéh para tener reposo e intimar con Él por medio del estudio de las Escrituras es el Shabat, el cual corresponde al sábado (séptimo día) en nuestro calendario semanal. ¿Por qué? Veamos las respuestas que nos da la misma Escritura (Biblia):
“Para el séptimo día había concluido Elohim la obra que estaba haciendo, y cesó en el séptimo día de toda la obra que había hecho. Entonces Elohim bendijo al séptimo día y lo declaró sagrado, porque en él cesó Elohim de toda obra de creación que había hecho.”
Génesis 2:2-3
El relato nos muestra con claridad que Yahvéh, desde la creación misma, bendijo y apartó el día séptimo, como su tiempo simbólico de la eternidad en comunión con lo creado. Todos estamos seguros que el Creador no necesita reposar; Él es Elohim Omnipotente y no necesita descanso. Él no se cansa, ni desmaya (Isaías 40:28). Entonces, si el mismo Creador, siendo el Todopoderoso,reposó en el séptimo día, ¿cuánto más nosotros?  Más bien el escogió reposar para darnos un mensaje.

“Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se
hallará.”
Éxodo 16:26 (RV1960)
En este versículo vemos que Yahvéh ordena al pueblo de Israel a guardar el día de reposo cuando les suple el maná (vea el capítulo 16 completo para obtener todos los detalles). Incluso, les dice que recojan doble porción durante el día sexto, pues durante el día de reposo o Shabat no habría provisión. Nuevamente, ¡hasta el mismo Creador escogió reposar el séptimo día! No porque tuviera necesidad de hacerlo, sino porque quería enviar un mensaje al pueblo de Israel por medio de su ejemplo.
“Háblale al pueblo israelita y dile: Estos son mis tiempos señalados, los tiempos señalados de YHVH, que deberán proclamar como ocasiones sagradas. Seis días se puede trabajar, pero el séptimo día será un Shabat de completo reposo, una ocasión sagrada. No deben hacer ningún trabajo; será un reposo de YHVH en
todos sus establecimientos.”
 (Levítico 23:2-3)
El capítulo completo de Vayiqrá/Levítico 23 nos habla acerca de las fiestas o convocaciones que Yahvéh ordenó a su pueblo celebrar. Mucha gente ha creído aquello que la teología gnóstica-masónica alega: que estas convocaciones son solamente de y para los “judíos” y que no nos competen a los occidentales cristianos. Sin embargo, la Escritura no dice que son las “fiestas de los judíos”; ella es bien clara en afirmar que son las fiestas de Yahvéh. Si decimos que somos su pueblo, debemos perseguir sus intereses, los cuales están plasmados claramente en la Escritura. Aquí percibimos que a Yahvéh si le interesa que su pueblo guarde el Shabat, tal y como Él lo estableció en Su Instrucción (Torah). De hecho, ¡es la primera convocación festiva establecida por su perfecta voluntad, según en este capítulo y el resto de las Escrituras!
“Si te abstienes de pisotear el Shabat, de encargarte de tus negocios en mi día santo; si llamas al Shabat ‘delicia’, al día consagrado a YHWH “honorable”; y si lo honras y no sigues tus propios caminos ni te ocupas de tus negocios, ni buscas tu propia conveniencia, entonces podrás buscar el favor de YHVH. Yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te haré disfrutar la heredad de tu padre Yaakov –porque la boca de YHVH ha hablado.”

(Isaías 58:13-14)
¡Qué hermosa promesa para aquellos que guardan el Shabat según su Palabra! El mismo Creador nos exhorta a llamar al Shabat delicia. No hay duda alguna, que dentro de ese período de horas que conforman el séptimo día se esconde un poder espiritual de origen divino que permite al alma humana vibrar en las bendiciones de los lugares celestiales (Efesios 1:3)
 Entiendo que la idea de guardar el día de reposo resulta al principio algo tedioso para muchos de aquellos que lo intentan. De hecho, tengo que confesar que, cuando comencé a guardar este maravilloso día Shabat, me resultaba difícil, pues no estaba acostumbrado. Sin embargo, a medida que me fui sumergiendo en Su Palabra y obedeciendo sus instrucciones, empecé cada semana a anhelar la llegada del Shabat. Ahora, tanto yo como mi familia, esperamos con ansias la llegada de ese hermoso día; esto es verdaderamente una delicia.
“Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.”
(Isaías 56:2)
Una vez más, vemos en este verso (y el resto del capítulo 56, el cual habla también sobre los extranjeros) que el Creador promete bendición para aquellos que guardan el Shabat, no importando su procedencia. Podemos ver claramente aquí que ésto no es sólo para los “judíos”, sino para todo aquel ser humano de las naciones, que acepte su pacto, obedeciendo así su Palabra.
“El pueblo israelita guardará el Shabat, observando el Shabat a través de los siglos como una alianza perpetua: será una señal perpetua entre el pueblo de Yisrael y yo. Porque en seis días hizo YHVH el cielo y la tierra, y en el séptimo día cesó de trabajar y reposó.” 
(Éxodo 31:16-17)
En estos versos encontramos dos datos muy importantes:
  • El primero, es que el Shabat es un día
    festivo que debe celebrarse de generación en generación, por pacto perpetuo. Entendemos que algo perpetuo es algo perdurable, que se mantiene a través del tiempo, no importando lo que suceda, lo cual confirma que esta ordenanza aún está vigente en nuestros días, y continuará así por el resto de las generaciones (Isaías 66:23).
  • El segundo dato importante es que el Shabat es una señal que distingue al Pueblo del Eterno Dios, de todos los demás. En otras palabras, aquellos que son pueblo de Yahvéh deben guardar el Shabat como señal al mundo de que, efectivamente, son Su Pueblo.
Ahora bien, después de considerar estos lineamientos bíblicos acerca del sábado, lo invito a ir a las pautas escriturales que nos hablan del domingo… Bueno,… me temo que el viaje escritural durará poco, …mejor dicho nada, pues en ninguna porción de la Escritura nos encontramos con la idea de que el domingo haya pasado, por orden divina, a sustituir al sábado (Shabat) como día del Señor.
Entonces, ¿qué hacemos? ¿Cómo es que este día está hoy considerado por la masa de la cristiandad como el día de adoración que los apóstoles y las primeras comunidades guardaban?¿Será que la fundamentación de esto que no encontramos en la Escritura pueda esconderse en algún hecho histórico? ¿Cómo se llevó a cabo el cambio, sustituyendo el domingo por el sábado como el día de culto? Considerando que el Shabat es un estatuto perpetuo, ¿por qué muchos no lo guardan hoy día? Todo esto es, posiblemente, una de las más inquietantes preguntas religiosas entre la forma de pensar cristiana de hoy. Multitudes incontables, conformadas por hombres pensantes, se han preguntado cuándo, cómo y por qué el cambio se produjo.
He escuchado varias razones por las cuales algunos sectores han escogido no guardar el Shabat, de las cuales la más común es que “Jesús (como erróneamente le llaman) abolió el Shabat y estableció el domingo como el nuevo día para congregarse. Sin embargo, esto es totalmente incorrecto, como veremos a continuación.
Muchos insisten en asegurar que el Shabat fue abolido por Yeshúa ya que él dijo que era “señor del sábado” (Marcos 2:28) y que, al resucitar domingo, él estableció ese día para recordarlo y celebrarlo. Sin embargo, ésto está muy lejos de la Verdad.
En primer lugar, Yeshúa NO resucitó domingo, sino durante la tarde del Shabat, antes de ponerse el sol. Por otro lado, cuando Yeshúa dijo que era dueño o “señor” del sábado, bajo ningún motivo estaba aboliendo el Shabat como día de reposo. Si leemos el contexto de este pasaje, esta frase fue una respuesta a los fariseos que criticaron a los discípulos por recoger espigas durante el Shabat, pues tenían hambre. Yeshúa se oponía a la manera estricta e inhumana que tenían los fariseos y otros líderes religiosos de interpretar y aplicar la Torah referente al sábado, y éste es un vivo ejemplo de ello. En otras palabras, Yeshúa recriminó a los fariseos por poner sus dogmas de hombres por encima de la necesidad humana, y demostró la forma correcta de seguir las instrucciones dadas por Yahvéh. De hecho, ¡que mejor día para atender la necesidad humana y traer reposo a los oprimidos que el mismo día de reposo! En adición a ésto, más que abolir la observancia del Shabat con esta frase, Yeshúa estaba anunciando al mundo que ni aun la muerte lo iba a retener durante el Shabat. Por otro lado, si Yeshúa hubiese tenido en mente abolir el Shabat, ¿por qué él mismo lo observó?
Claramente lo dice la Escritura:
“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.»
 (Lucas 4:16)
Era costumbre de Yeshúa, desde su niñez, y como todo judío practicante de Israel, reposar el séptimo día y acudir a la sinagoga, ya sea para escuchar la exposición de las Escrituras, o para él mismo enseñar.
Luego de la muerte de Yeshúa, sus discípulos siguieron observando el Shabat:
“Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de reposo y se sentaron.”  (Hechos 13:14)
“Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les
rogaron que el siguiente día de reposo les hablasen de estas cosas.” 
(Hechos 13:42)
“Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo
predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.” 
(Hechos 15:22)
Incluso, el mismo Pablo guardó el Shabat durante toda su vida y ministerio:
“Y un día de reposo salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido.” 
(Hechos 16:13)
“Y de acuerdo con su costumbre, Pablo entró a reunirse con ellos, y por tres Shabatot (sábados) discutió con ellos basándose en las Escrituras, explicando y demostrando que era necesario
que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos. Él decía: ‘Este Yeshúa, a quien yo les anuncio, es el Mesías’.”
(Hechos 17:2-3)
Entonces, y regresando a la cuestiones del domingo, si los discípulos y Pablo aun guardaban el Shabat durante el primer siglo, luego de la muerte de Yeshúa, ¿en qué momento se dejó de observar?
Un estudio cuidadoso de las fuentes históricas existentes en los siglos primero al quinto revela el hecho sorprendente de que la transferencia de la santidad del verdadero sábado bíblico al domingo fue un proceso largo y gradual.
 
El Dr. Kenneth Strand, profesor de Historia de la Iglesia, en la Universidad de Andrews, en Berrien Springs, Míchigan, categóricamente afirma, “Hasta el segundo siglo no hay evidencia concreta de una celebración cristiana semanal del domingo, en ninguna parte. Las Primeras referencias específicas durante ese siglo, vienen de zonas de Alejandría y Roma que ya habían rechazado la observancia del séptimo día sábado desde muy temprano.” (The Sabbat in Scriptures and History, pág. 330, Review and Herald Publishing Association, 1982).
La contestación la encontramos en las reformas de Constantino I. Aunque una discusión acerca de quién fue Constantino I y su influencia sobre la iglesia moderna está fuera del alcance de este escrito, sí les puedo asegurar que fue uno de los más grandes antisemitas de todos los tiempos, y sus imposiciones y reformas han afectado negativamente la realidad de las Escrituras hasta hoy.
 A continuación citaré un artículo de Wikipedia en español sobre el emperador Constantino I:
«Las leyes de Constantino mejoraron en muchas facetas las de sus predecesores, aunque también son un reflejo de una época más violenta. Algunos ejemplos de estas leyes son… el domingo fue declarado día de descanso [énfasis añadido], en el cual los mercados permanecerían cerrados, así como las oficinas públicas (excepto para el propósito de la liberación de esclavos). No había restricciones para el trabajo en las granjas».
De modo que no fue Yeshúa, ni los discípulos, ni Pablo, quienes abolieron la observancia del Shabat, sino Constantino I, quien fundó las bases de la religión llamada cristianismo.
Sin embargo, como ya hemos visto a través de las Escrituras, este diseño de celebración no fue lo que Yahvéh estableció en su Palabra. La observancia del domingo como “día del señor” está fundamentada en la adoración al sol, en especial el mitraísmo (adoración a la deidad Mitra) romano, lo cual nuestro Creador condena. Ni siquiera me atrevería a llamar al domingo “día de reposo”, pues la verdad es que nadie reposa como tal ese día; la mayoría de la gente asiste a la iglesia y luego siguen su día de trabajo realizando diligencias como cualquier otro día.
Para concluir, cabe mencionar que el Shabat será celebrado en el reino venidero:
“Porque como el cielo nuevo y la tierra nueva que voy a hacer perdurarán por mi voluntad –declara YHVH– así perdurará la simiente y el nombre de ustedes. Y novilunio tras novilunio, y Shabat tras Shabat, vendrá toda carne a adorarme –dijo YHVH.”
Isaías 66:22-23 (VIN)
Si finalmente el Shabat será observado en el reino venidero, ¿qué sentido lógico hace que Yahvéh haya establecido el Shabat como estatuto perpetuo en la antigüedad, para luego abolirlo a través de Yeshúa, para finalmente volverlo a restaurar? No hace sentido; más bien da una imagen errónea de un ser Supremo que no tiene firmeza en su propia palabra, o está indeciso, o no planifica su obra. ¡No, de ninguna manera! ¡Ése no es Yahvéh, el Poderoso y Fiel! Su Palabra permanece para siempre, y nunca cambia. Lo que Él dijo ayer, sigue estando
vigente hoy, y permanecerá así por siempre.
“Él no es un hombre para ser caprichoso, ni un mortal para cambiar de opinión. ¿Hablará él para no actuar, prometerá para no cumplir?” 
(Números 23:19)
De modo que, si somos Su Pueblo, debemos guardar sus mandamientos procurando ser fieles a todo lo que originalmente Él ha revelado. Ellos son una delicia para nuestra vida, y nos traen bendición y vida eterna.
“…si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.”  
(Mateo 19:17)

Las falacias de la Tradición contra la Verdad de la Instrucción Divina

«Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas».
(Juan 3:19)

 

Debo comenzar esta bitácora, confesando delante de Uds. que los lineamientos divinos expresados en este versículo no han cesado de vibrar, en mi mente y corazón, desde hace ya tres días.

Sucede que he discernido en mis razonamientos la triste realidad que las congregaciones evangélicas viven hoy. Una realidad muy acorde al siglo XXI: mucha información pero cada día mayor necedad voluntaria.Los medios, globalizados en redes, y especialmente expandidos por medio de la Internet, ofrecen a cada momento un torrente de información de diversos niveles y tintes, que permiten conocer los fundamentos y las dinámicas de las distintas y variadas áreas humanas. Gracias a Internet, los seres humanos, ahora, tenemos acceso ilimitado a la información, y con ello, a millones de fuentes.

Aprovechando esta avanzada frenética de la ciencia y la tecnología, la gracia de de nuestro Dios Eterno ha permitido a todos aquellos que se dicen creyentes en Su Palabra, acceder sin límites a toda información que quieran y necesiten recibir en temas cruciales de sus prácticas de fe.Entiendo que en medio de la aventura del alma buscando el saber siempre está el riesgo de encontrarse perdido en los caminos del error que fundamenta una mentira y que, en el caso de un creyente en el Eterno, puede conducirlo a la herejía que hace caer en apostasía. Muchos de los llamados por el Padre Celestial, a veces en sus búsquedas sinceras olvidan algo: no todas las fuentes son veraces. Ante esto he sido testigos de cómo muchísimos redimidos han caído rápidamente en los lazos del engañador (diablo) y se han apartado de la fe, uniéndose al listado interminable de los condenados al juicio divino que los espera después de la segunda resurrección.

 

Sin embargo, en otras oportunidades, la comezón de oír, puede conducir a los escogidos a páginas con contenidos fundamentados en al correcta información, pero que, lamentablemente, son inspiradas por el mismo espíritu que susurró a los oídos de Hava (Eva) falacias que conducen a la rebelión que obliga al Eterno a aplicar, primeramente maldición, y luego condenación. Para que se entienda bien lo que quiero expresar, primeramente definiré lo que significa la expresión falacia. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) una falacia es una mentira o engaño con el que se pretende dañar a una persona sin que ésta se dé cuenta. En la lógica, el concepto se utiliza para referirse a un argumento que intenta defender algo que es falso, desde la utilización de conceptos verdaderos.

 

Encabecé esta bitácora con las palabras mesiánicas que han estado invadiendo constantemente mi mente y corazón estos tres últimos días, porque he notado que la gran mayoría de los escogidos que aún habitan en medio de la Gran Ramera, lo hacen no por estar hipnotizados por los encantamientos de este sistema, sino porque voluntariamente gozan de los placeres que sus dogmas y costumbres promueven.
Si han discernido bien la enseñanza dada en este video, lo que «Voz de la Luz» (nombre del ministerio de esta mujer) expresa claramente es que existen fiestas paganas heredadas a través de tradiciones humanas. Es decir, que esta mujer reconoce que la navidad, así como otras costumbres, procede de una herencia totalmente ajena a la que el Eterno ha entregado a Su Iglesia, a través de la redención hecha en Su Hijo, nuestro Mesías. Desde esta posición de su ponencia, la «profeta» (no entiendo por qué usa título viril) da la sensación de estar de acuerdo con lo que nuestro amado Señor enseñó con respecto a la tradición de los hombres y sus efectos contrarios a la Palabra de Dios (ver S. Mateo 15:2-9), sin embargo al terminar su exposición descubrimos que esto no es así, sino que, por el contrario, para ella esta tradición debe ser simplemente «redimida» para Dios, osea robada a Satanás (según su óptica) y traída como obsequio al Eterno, nuestro Abba.

Para que esta conclusión sea aceptada y creída por sus oyentes, es interesante observar que la asumida sierva al servicio de los santos utiliza una excelente exposición de conocimientos certeros, sujetos todos a los datos históricos correctos.

De ese modo, la enseñanza transcurre primeramente por el calendario hebreo (al que ella llama judío), señalando magistralmente la fecha de concepción y nacimiento aproximadamente correcta del Mesías. Recurriendo a la explicación de los 24 turnos sacerdotales y su aplicación a Zacarías, sacerdote del turno de Abías, padre del profeta Juan, el bautista, ella deja bien en claro que la clase sacerdotal de Abías ministraba en el 4º mes (llamado por la casa de Judá, Tamuz). Zacarías, que pertenecía a este linaje sacerdotal, estaba justamente ministrando en este mes cuando recibió la noticia de que su mujer concebiría de él un hijo a partir de este tiempo (junio-julio). La misma Ana Méndez lee el evangelio de Lucas (cap.1: vs.5-13; 36) y hace asumir que, siendo este el tiempo de concepción de Juan, su nacimiento ocurriría en el mes de adar, demostrando así, por lógico conteo de meses, que el Mesías debe haber nacido en las segunda quincena del 7º mes (tishrei) aproximadamente.

Luego, y del mismo modo magistral, esta mujer aporta a sus oyentes la información, también certera del mitraísmo, religión esotérica que influenció al Imperio Romano durante los siglos II al IV, y que los mismos emperadores practicaban y promocionaban. En esta sección de su enseñanza, ella dejará constancia de que las anécdotas referentes al nacimiento del Mesías y asumidas por la cristiandad como ciertas (pesebre en una cueva, animales que rodean a un «niño dios», etc.) pertenecen en realidad al mito del nacimiento de Mitra, un falso cristo invocado en aquel entonces y que está relacionado con Tamuz, el hijo de Nimrod y Semirámis, posteriormente divinizado por distintas culturas y civilizaciones. Ella demuestra en esta marcha pedagógica cómo esta religión cristalizó la fecha del 25 de diciembre como el festival del Natalis Solis Invictus (Nacimiento del Sol Invisible o Navidad). Queda claro como, a través de Constantino, esta fiesta será una sincretización aceptada por los obispos de occidente ante las ofertas políticas que ese emperador les ofreció para dejarlos funcionar como religión oficial del Imperio.

 

También, aprovecha esta sección, para explicar las costumbres asumidas por las tradiciones navideñas provenientes de las saturnales. Las Saturnales (en latín Saturnalia) eran unas importantes festividades romanas. Esta fiesta se celebraba con un sacrificio en el Templo de Saturno, en el Foro Romano, y un banquete público, seguido por el intercambio de regalos, continuo festejo, y un ambiente de carnaval que desplomaba las normas sociales. Todo esta información la profundiza esta mujer mientras enseña.Luego, la enseñanza «mendeziana» discurre por la correcta información que conecta a a esta fiesta con las tradiciones nórdicas de Europa. Es perfecta la síntesis que esta mujer realiza demostrando que el espíritu de la navidad está conectado a la actividad diabólica de la adoración falsa de las naciones bárbaras que la  practicaron. Terminará mostrando como el dios Odín, montado en la cabra (símbolo de la rebelión), cabalgaba en los cielos de esas regiones trayendo un mensaje de paz, junto con regalos a sus adoradores. Es aquí dónde esta mujer pone su punto de denuncia al consumismo, explicando claramente que esta camino reptiliano es el producto propio de esta celebración luciferina.

Por último, y como si tanta información acertada no alcanzara, Ana Mendez recurrirá al relato de sus experiencias viajeras. Entonces conduce la atención de todos a una experiencia que tuvo con otros supuestos «profetas», en una misión (dada según ella por Dios) al polo norte. Habla allí de correos navideños enviados al «palacio de Santa». Se remonta a visiones en el que aparecen troll y otras especies del inframundo. Y terminará infundiendo miedo a sus espectadores aduciendo que esos demonios visitan cada 25 de diciembre sus casas y familias trayendo maldiciones y plagas de todo clase.

Por todo esto, y ante tanta y correcta información, la conclusión de esta enseñanza se desprende libremente en el corazón de los que escuchan esto. Se denota y discierne como el espíritu pedagógico de la Verdad, está listo para manifestar su producto: hombres libres de cautividad. Sin embargo, y lamentablemente, el resultado de esta exposición, de repente se frena, y luego desviándose, termina diferente. La «profeta», con total falta de compromiso ante el llamado del Eterno, y como pretendiendo ganar más «admiradores», dirá adulando a sus oyentes que es necesario celebrar esta fiesta pero limpia de toda contaminación pagana. Para ello, justificará que estas fechas forman un buen tiempo para proclamar el evangelio de Jesús, procurando que Él nazca en los corazones de los hombres, que en esta temporada se inclinan a buscar de las cosas del Dios vivo.  Pues bien, ante este resultado, y entendiendo el significado de las palabras, debo decir que una veza más estamos ante una falacia.

Pero de repente la Escritura comienza nuevamente a vibrar en mi mente y corazón. Tengo claro en mí que cuando hay Instrucción (Torah), no es necesaria tanta visión. Entonces, me hago consciente que no hay nada nuevo bajo el sol. Entiendo que siempre el alma del hombre busca rebeldemente aquello que el Eterno le ha señalado que no es conveniente para su vida. Los hombrees tienden a elegir el camino de la muerte. Israel siempre nos es ejemplo en esto. Su historia escrita lo demuestra. Fue por esta constante actitud negativa de buscar falacias para interpretar la Torah que el Reino del Norte fue dispersado y nunca más volvió a su heredad:

«Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Yahvéh su Dios.
 Y desecharon sus estatutos, y el pacto que él había hecho con sus padres, y los testimonios que él había prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que estaban alrededor de ellos, de las cuales Yahvéh les había mandado que no hiciesen a la manera de ellas.
Dejaron todos los mandamientos de Yahvéh su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal;  e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agoreros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Yahvéh, provocándolo a ira. 

 

Yahvéh, por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá».
(2Reyes 17:14-18)

No obedecer la Torah (Instrucción) produce juicios divinos, y todo juicio termina en condenación, palabra que el «mundillo evangelicoide», desde sus líderes mismos, dicen que no corresponde usar. Seguir las costumbres de pueblos ajenos a Israel es propio de la vanidad que el Santo denuncia. ¡Navidad es Vanidad!La señora Méndez, al igual que una inmensa mayoría de líderes religiosos, no quieren someterse al llamado que el corazón pastoral del Eterno tiene para aquellos que se dicen siervos de Su propósito:

 

«Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio».
(Ezequiel 44:23)

Cuando la misión pastoral se lleva en el carril correcto de su diseño no se teme la pérdida de discípulos. Al contrario, el Espíritu Santo del Eterno se está moviendo en Su Gracia sobre las aguas (naciones, muchedumbres, pueblos, etc.) permitiendo que toda esta información histórica esté saliendo a la luz de las conciencias con el fin de que el Pueblo de Yahvéh salga de las zonas de cautividad babilónica.

No estamos llamados a robar nada. No somos ladrones. Ladrón es HaSatán desde el principio. Él viene para robar, matar y destruir (Juan 10:10) y de acuerdo al contexto de esta denuncia mesiánica, esto él lo hace por medio de las estructuras religiosas que opresionan a los hombres con tradiciones y dogmas provenientes de las fauces del adversario mismo.

Los invito a escuchar esta pequeña reflexión que grabé al inicio de este mes ante esa falacia de que hemos robado la navidad, y otras costumbres al diablo, para dedicárselas al Eterno Dios:
(Nota:Aunque el video aduce que no se puede reproducir, los invito a hacer click sobre la imagen del mismo en el cartel ACEPTAR y serán redireccionados al link original. Tengan paciencia el material tarda en comenzar debido a la publicidad)

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Brasil va por la legalización de la poligamia

Resulta que en Brasil, ya se está tramitando un proyecto de ley, a través del Senado, que pretende extender los mismos derechos de las esposas a aquellas amantes que han mantenido una relación extramarital con los años.
La autora de esta nueva aberración anti-Dios, es la senadora Lídice da Mata (PSB-BA), quien cree que la propuesta es para prevenir daños a las mujeres que aceptan vivir en una relación informal con un hombre casado.
Nuestra propuesta está diseñada principalmente para cumplir con un único instrumento jurídico con toda la legislación y la jurisprudencia vigente en materia de Derecho de Familia”, argumenta Lídice.
El PL 470/2013, conocido como Estatuto de Familias, está lleno de controversia. La extensión de los derechos a los amantes también da sugerencias en los casos de unión estable, cuando no hay una formalización de casamiento.
El proyecto parece que fue bien recibido por la Comisión de Derechos Humanos. El mismo será evaluado sólo en la próxima legislatura, tras la celebración de audiencias públicas sobre el tema.
Este no es el primer tipo de proyecto que el Congreso Nacional evalúa. En 2011, una propuesta similar, fue escrita por el congresista Cândido Vacarezza (PT-SP), fue presentada.
Para muchos, sin embargo, la propuesta de la senadora es querer legalizar la poligamia. El reconocido jurista Ives Gandra, presidente de la Unión de Juristas Católicos de Sao Paulo (UJUSCASP), envió al Senado un rechazo y clasificó la propuesta como “desastrosa”, y señaló que el texto es “incorregible” e “inconstitucional” debido a que el último artículo del proyecto derogaría todo el Libro IV de la Ley de la Familia y el Código Civil Brasileño.
Con esta declaración, el UJUCASP consiguió retrasar la votación sobre el proyecto y que se realizaran más discusiones al respecto. 

Ante este tipo de sugerencias humanas, la pregunta es:
¿Aprueba Dios la poligamia?
La respuesta es no. Al instituir el matrimonio en el jardín de Edén, Dios dispuso como norma la monogamia. 
El Eterno Dios había establecido desde el principio que cada hombre tuviera una única esposa y, con el tiempo, autorizó a Jesucristo a restaurar su norma original (Juan 8:28). Respondiendo a una pregunta acerca del matrimonio, Jesús declaró:
» ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?»
 (Mateo 19:4, 5)
Más tarde, Yahvéh inspiró a uno de los discípulos de Jesús, el apóstol Pablo, para que escribiera:
«Pero en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo».
(1 Corintios 7:2)
En Efesios 5:22-33 dice:
  •     “Porque el esposo es cabeza de su esposa…
  •     “El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.”
  •     “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.”
  •     “[…]cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.”

Todo en singular. Cuando habla en plural, le habla a TODOS los esposos y todas las esposas, no a los hombres con múltiples esposas.

La Biblia también indica que, para recibir responsabilidades en la congregación mesiánica, el hombre casado debe ser «esposo de una sola mujer» (1 Timoteo 3:2, 12).

Hunky Jesus: Una fiesta de Sodoma que atrae los juicios del Eterno

«Por esa razón, Dios los abandonó a sus pasiones vergonzosas. Aun las mujeres se rebelaron contra la forma natural de tener relaciones sexuales y, en cambio, dieron rienda suelta al sexo unas con otras. Los hombres, por su parte, en lugar de tener relaciones sexuales normales, con la mujer, ardieron en pasiones unos con otros. Los hombres hicieron cosas vergonzosas con otros hombres y, como consecuencia de ese pecado, sufrieron dentro de sí el castigo que merecían».
(Romanos 1: 26-27)
El Hunky Jesus es el nombre de un evento homosexual que se celebra en la ciudad de Mission Dóllars Park, San Francisco, California. El objetivo de dicho festival es burlarse del  centro de la fe del cristianismo eligiendo al «mejor y más atractivo Jesucristo gay» (de allí la expresión en inglés hunky).
Este evento gay persigue elegir a un «Jesús homosexual» que sea, según sus organizadores, mejor que el original e histórico.  Dicha elección se lleva a cabo haciéndola coincidir con la celebración de la Resurrección de Cristo (Pascua) tratando así de ridiculizar a todo lo que la fe del cristianismo celebra en esos días. El ganador del concurso, celebrado al aire libre, es un «Jesucristo» más atractivo para el público gay compuesto casi exclusivamente de los homosexuales provenientes de muchas partes del mundo y que se reúnen con el fin de desafiar al Eterno. 

A diferencia de otros pecados, la homosexualidad tiene un juicio severo y es administrado por el Eterno mismo. Este juicio es simple y la Biblia lo explica de las siguiente manera: los homosexuales son entregados a sus pasiones. Esto significa que Yahvéh los entrega a una mente reprobada y endureciendo así sus corazones a causa de su misma obstinación y necedad (Ro 1:18-32). Como resultado de esto, se convierten en seres humanos llenos de toda inmundicia y reciben en esta vida la retribución debido a lo que están haciendo. 

Sin la conciencia de su pecado, no habrá arrepentimiento ni confianza en Jesús. Sin Jesús, ellos no tendrán perdón y sin perdón no hay salvación.
El vídeo que a continuación se expone es un testimonio de cómo estas organizaciones satélites de los Illuminatis están haciendo que los libros celestiales escriban actas en su contra y aceleren los juicios celestiales sobre las regiones celestiales de San Francisco y el estado de California.
(Atencion: El video es muy fuerte se recomienda la supervisión de personas mayores de edad si hay menores presentes).
Jesús y la homosexualidad
Ciertamente no encontramos en ninguno de los cuatro evangelios al Señor Jesús hablando directamente acerca de la homosexualidad. Sin embargo, esto no es un indicador, como algunos sugieren, que no tuviera una posición al respecto. 
Primeramente vemos a Jesús afirmando como ciertas y eternas las palabras y los mandamientos que fueron dados por el Eterno Dios a Su pueblo en el Antiguo Pacto. Por ejemplo, cuando Jesús estaba defendiéndose contra las acusaciones de los fariseos dijo:
    «…la Escritura no puede ser quebrantada” 
(Juan 10:35)
Mostrando así que lo que Yahvéh había ordenado en el Antinguo Pacto, no podía ser invalidado posteriormente por hombre alguno.
Asimismo debemos considerar seriamente lo expresado por Él cuando enseñó a sus discípulos en el monte diciendo:
«No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” 
(Mateo 5: 17-18)
¿Cuál Escritura? ¿Cuál ley y los profetas? Jesús se refería al Antiguo Pacto en su totalidad, y desde su perspectiva, todo lo que decía el Antiguo Pacto en sus escritos era verdad y por lo tanto, lo que Él enseñaba se fundamentaba en esos códigos legales y afirmaba, pasajes como Levítico 18-20. Para el Mesías todo esto eran, obviamente, parte de esa Ley o Torah que Él venía a completar dándole plenitud. Es decir, que Jesús dijo que “ni una jota ni una tilde pasarían (inclusive del pasaje en Levítico 18-20) hasta que todo se haya cumplido”.
Es claro, entonces, que Jesús sí habló acerca de la homosexualidad. ¿Cuál fue su posición? Si usamos una correcta hermenéutica debemos concluir que la posición del Señor Jesús era la misma que la que el Eterno Dios reveló en la Antigua Alianza, es decir, que la homosexualidad es una abominación.
Ante esto y si Ud. es un escogido del Eterno, debe orar por la salvación del homosexual de la misma forma como oraría por otra persona en pecado. El homosexual está hecho a la imagen del Eterno Dios; aún cuando él/ella está en grave pecado. Por lo tanto, debe mostrarles la misma dignidad como a cualquier otro con quien usted está en contacto. Sin embargo, esto no significa que usted apruebe su pecado. No comprometa su testimonio por una opinión socialmente aceptable la cual, en sí, no lleva consigo piedad.

Decálogo para romper los Lazos del Pesimismo

Por experiencia personal he aprendido que existen días en los que parece que nada sale bien o, al menos, las cosas no salen como habían sido planificado al despertar.  Es entonces  cuando nos sentimos completamente inútiles y nos vemos tentado a sumirnos en una profunda tristeza. Desde esta situación todo nos quiere conducir a la ira, que tampoco facilita nada, ya que desde ella caemos en el terrible lazo del lado negativo de la ira: el enojo (Ef. 4:26,31). En definitiva, terminamos mucho peor que como estábamos en ese primer instante de comenzar el día o la semana.

A continuación los invito a considerar un paquete de diez tips que han ayudado a muchos de los varones y mujeres que asisten a mis catequesis a fin de capacitarse para convertirse en seres exageradamente felices.

1º – Di en todo momento: «Esto también pasará»
Siempre debemos ser conscientes que en la vida todo va y viene, tanto lo bueno como lo malo. Las circunstancias son simples herramientas que el Eterno utiliza en su «taller celestial» para conducirnos a la forma final de Su propósito eterno.
En demasiadas ocasiones consideramos que si la cosa está mal, sólo puede ir a peor, y sin embargo, con la llamada de un nuevo día comenzamos a ver la realidad que nos con otros tonos.
Se trata de una idea que todos conocemos, pero que solemos olvidar bajo el peso de la ansiedad cotidiana. Así que antes de desesperarse quizá sea preferible respirar hondo y reposar nuestras
preocupaciones en la almohada, y despertar con una actitud certera que a los que a Dios aman todo ayuda a bien (Rm. 8:28).

2º – Recuerda lo que has conseguido
 

Con gran facilidad lo cotidiano nos conduce a los extremos y pensamos que somos las personas más incapaces del planeta cuando quizá el día anterior pensábamos que no había reto que se nos resistiese. Entendamos que esto no es tan así. Simplemente, debemos intentar que nuestra autoestima salga indemne de estos envites. No debemos pensar acerca de nosotros con más alto concepto de sí que el que debemos tener, ni tampoco con más bajo concepto (Rom. 12:2). ¿Cómo? Será muy útil pararse y escribir una lista de esas cinco metas que pensábamos que nunca alcanzaríamos y que, sin embargo, hemos superado. Es un buen recordatorio de que cuando queremos y, sobre todo, no nos ofuscamos, podemos.

3º – Especialízate en algo.


Tengamos en cuenta que conocer algo en profundidad puede ayudarnos a volver a arrancar en esos momentos en que nos sentimos atrapados. Encontrar algo que nos apasione, en lo que seamos buenos y que disfrutemos puede ser un buen bote salvavidas cuando el mundo parece, de la noche a la mañana, incomprensible y hostil.

 

4º -No te compares con los demás (porque quizá estén peor que tú).


La raíz de muchos de nuestros males se encuentra precisamente en mirar más al vecino que a nuestro propio hogar. Como es habitual, pensamos que lo que hacen los demás es siempre mejor y tendemos a olvidar que debajo de la apariencia de felicidad pueden latir problemas más serios de los que sospechamos. Siempre habrá algún campo en el que destaquemos por encima de los demás (aunque no lo parezca).

La Torah (Instrucción) del Eterno Dios ordena, «No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca» (Éx. 20:17) dando a entender lo peligroso que resulta estar comparándose con los demás.  Esta errada actitud puede conducirnos a los celos y de allí caer en la envidia que nos conducirá a causar en nuestro entorno los flagelos propios de la codicia humana.
El libro de los proverbios aborda las consecuencias de los celos y la envidia en varios pasajes. Proverbios 14:30 incluye las consecuencias físicas de la envidia: «Un corazón en paz le da vida al cuerpo, pero la envidia pudre los huesos«. Proverbios 27:4 enuncia: «Cruel es la ira, e impetuoso el furor, ¿más quién podrá sostenerse delante de los celos?» Los celos tienen una poderosa influencia que incluso puede eclipsar a otras emociones.
La epístola de Santiago, hermano de Yeshúa, incluye algunas de las advertencias más severas de la Biblia en contra de la envidia y los celos . Santiago 3:14-16 dice, «Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis ni mintáis contra la verdad… Porque donde hay celos y contención, habrá perturbación y toda obra perversa«. Este fuerte mandato advierte de las consecuencias devastadoras de los celos. También este apóstol enfatiza, «Deseáis y no tenéis, así que matáis. Codiciáis y no podéis alcanzar, entonces lucháis y combatís, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís sin recibir, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites» (Santiago 4:2-3). De nuevo, aunque el versículo emplea la palabra «codicia» en vez de «celos», el fuerte mensaje comunica una verdad similar.

5º – No quieras demasiado.


¿Conformismo? Quizá, pero solamente para la opinión de los obsesivos materialistas. Las Escrituras a esto lo llaman contentamiento y en verdad es un paradigma que permite el ejercicio de una higiene mental que nos permite mantenernos lejos de las metas inalcanzables cuya persecución tan sólo puede conducirnos a la frustración propia de la carrera frenética del materialismo  individualista.

«Tener contentamiento, junto con la piedad, es gran ganancia en la vida».
(1 Timoteo 6:6)

En Hebreos 13:5 el consejo apostólico nos dice que nuestras costumbres deben ser sin avaricia, «contentos con lo que tenéis ahora«. Alguno de ustedes estará preguntando: ¿Cómo puedo estar contento con lo que tengo ahora? Enseguida vemos el secreto: «Porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré«. Ésta es una excelente razón para no permitir que el descontento controle nuestra vida. ¡Dios mismo está con cada uno de nosotros! ¡Él conoce nuestras necesidades y sabe cuáles son los deseos de nuestro corazón. Al tomar la decisión de mantener el buen hábito del contentamiento, tenemos la plena confianza de que el Eterno Dios nos está apoyando con Su infinita Providencia.
Mantener unas expectativas adecuadas a nuestro momento vital, capacidad de esfuerzo y talento nos ahorrará unos cuantos disgustos y, en lugar de ponernos barreras, conseguirá conducirnos más lejos y promocionarnos a niveles de vida de calidad integral.
Pidámosle a Dios que vaya formando cada día su imagen en nosotras porque allí es donde encontraremos el contentamiento, ¡y eso sí que es una gran ganancia!

 

6º – Socializa y lo verás todo con otros ojos.


Todos necesitamos una cierta dosis de introspección de cuando en cuando, eso está claro. Pero a veces, este tiempo de reflexión es el equivalente al aislamiento que conduce indefectiblemente a la obsesión, la ansiedad y la depresión. Con levantar el teléfono y llamar a uno de nuestros hermanos en la fe y/o líderes mentores para contarle lo que nos atormenta tendremos mucho ganado.

 Pocas cosas mejores para la autoestima que un amistoso consejo a tiempo.

7º – La decepción forma parte de la vida.


El grupo de rock Rolling Stones cantaba «You Can’t Always Get What You Want» («no siempre podrás conseguir lo que quieres«), y cuanto antes lo aprendamos, mejor viviremos. A veces intentamos ir demasiado lejos con nuestros objetivos, y otras veces, simplemente no podemos conseguir lo que queremos, aunque sea asequible.

¿QUIÉN no se ha sentido decepcionado alguna vez? Hasta nuestro Padre celestial, Yahvéh Dios, ha pasado por esa dolorosa experiencia. Por ejemplo, aunque liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto y los bendijo abundantemente, la Biblia dice que ellos “vez tras vez ponían a Dios a prueba, y causaban dolor […] al Santo de Israel” (Salmo 78:41). Aun así, Yahvéh nunca dejó de ser el “Dios feliz” que el apóstol Pablo nos revela (1 Timoteo 1:11).
Aunque el Eterno Dios cuidó de la primera pareja humana, ellos fueron desagradecidos y se rebelaron (Génesis, capítulos 2 y 3). Con el tiempo, su hijo Caín desarrolló una mala actitud y, desoyendo las advertencias divinas, asesinó a su hermano (Génesis 4:1-8). ¿Puede imaginarse lo decepcionado que se sintió Yahvéh?
Sin embargo, aquel desengaño no le robó al Eterno su felicidad. ¿Por qué no? Porque se concentró en su propósito de llenar la Tierra de seres humanos mesiánicos y continuó manifestándose en Su Gracia para lograrlo (Juan 5:17). Con ese objetivo en mente, proporcionó el sacrificio de Cristo y estableció Su Reino (Mateo 6:9, 10; Romanos 5:18, 19). Yahvéh no se concentró en el problema, sino en la solución.
 La Palabra de Dios nos anima a concentrarnos en las cosas positivas, y no torturarnos pensando en lo que podría haber ocurrido o deberíamos haber hecho. En ella leemos:
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad
(Filipenses 4:8).
La mayoría de nosotros solemos exagerar los aspectos negativos cuando sufrimos una decepción. Por ejemplo, nuestros esfuerzos por criar un hijo, obtener un empleo o predicar las buenas nuevas en un campo extranjero tal vez no den los frutos esperados. Puede que pensemos: “Soy un total fracaso”. Pero tal como el decepcionante comienzo de la familia humana no hizo de Dios un fracasado, nosotros no somos un fracaso solo porque las cosas no nos salgan bien a la primera (Deuteronomio 32:4, 5).
¡No huyamos de los sentimientos, pero tampoco pretendamos que guíen nuestra vida!

8º – Vence todo tipo de miedo.

 

La realidad del miedo no es tan solo lo que puede significar, sino el daño que puede hacer en nosotros. Vivir lleno de miedos puede paralizar todos los planes del Eterno Dios con nosotros. La Sagradas Escrituras (La Biblia) nos alienta diciendo:
«Porque Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio«.
(2 Timoteo 1:7)
Es decir, que todo tipo de miedo no viene del Eterno Dios, ni Su voluntad es que estemos angustiados, afligidos y menos temiendo a algo.
Sin embargo, algunas veces estamos temerosos; algunas veces este “espíritu de temor” nos vence, y para vencer este temor necesitamos confiar en y amar a Dios totalmente. Primera de Juan 4:18 nos dice: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” Sin embargo, nadie es perfecto, y el Eterno Dios lo sabe. Así que Él ha esparcido generosamente ánimo contra el temor a través de la Biblia.
Comenzando desde el libro del Génesis y continuando a través de toda la Biblia hasta el libro de Apocalipsis, Dios nos dice “No temas.”
Uno de los problemas que tiene este sentimiento de inseguridad e impotencia es que termina convirtiéndose en una profecía autocumplida en la que no sólo nos vemos incapaces de hacer lo que no sabemos, sino que terminamos fracasando en aquello en lo que éramos maestros.
Una estrategia para garantizarnos ese inyección de autoestima es localizar una de esas fobias que hemos arrastrado a lo largo de toda nuestra vida (miedo a las alturas, hablar en público) e intentar
hacerle frente. Si lo conseguimos, no sólo habremos superado un obstáculo, sino que recobraremos la confianza perdida. Incluso si fracasamos, el intento nos recordará que no somos unos cobardes.

9º – Haz algo nuevo.


Siempre tengamos en cuenta que el Eterno Dios es un creador, un innovador. Al final de la Biblia, en Apocalipsis 21:5, está escrito: El que estaba sentado en el trono dijo: “¡Yo hago nuevas todas las cosas!” Alabemos a Dios cuya misericordia es nueva cada mañana y quien nos asegura nuestro lugar en la nueva creación.

Todos estamos creados a la imagen de Dios (Imago Dei) y muchas personas muestran una gran creatividad. Podemos reconocer que el cambio es parte de la vida y aceptar ideas nuevas de las personas en nuestras comunidades. A menudo los jóvenes están llenos de ideas. Las personas mayores deben proporcionar la oportunidad para hablar sobre esas ideas y ayudar a los jóvenes a desarrollar respuestas a los desafíos con los que se enfrentarán más adelante en la vida. No todas las ideas nuevas son ideas buenas, de manera que es importante buscar consejo y probar las ideas nuevas para asegurarnos unos a otros que los cambios que ocurran sean consistentes con los propósitos incambiables del Eterno Dios.
Una reciente investigación señalaba que la felicidad tiene forma de “U”, es decir, que los momentos álgidos de la vida se encuentran a los 20 y a los 70 años. ¿Por qué a los veinte? Porque en ese momento, la mayor parte de experiencias que tenemos son vividas por primera vez y la vida parece ofrecer una infinita gama de posibilidades en el futuro. Sin embargo, a medida que el tiempo pasa, es cada vez más difícil escapar de la rutina y encontrar algo verdaderamente nuevo.
Cuando creamos que no somos capaces de hacer nada, busquemos algún reto que no nos hayamos planteado con anterioridad y afrontémoslo.

10º – Pasea.

¿Nada de lo anterior ha funcionado? Quizá todo sea tan fácil como salir a dar una vuelta y, de esa manera, desengrasar nuestra mente. Es una de las maneras más sencillas y baratas de acabar con la fatiga mental, tal y como demostró este mismo año un estudio realizado por la Universidad de Escocia, que indicaba que algunas de las peculiaridades de los paseos por el parque (como la
llamada “fascinación suave”) nos ayudaban a resetear nuestro cerebro y a recuperar la concentración. En definitiva, a volver al punto cero y
recuperar la confianza.

Después de exponer mi «decálogo» contra el pesimismo le digo a cada uno de ustedes:
Cuando hayas hecho todo por luchar, pero no puedas sostener más en alto la cabeza y el final de la lucha te deja cansado, derrotado, sangrando, aturdido, dolorido. ¡Ponte sobre tus pies, refúgiate en los brazos del Señor y sonríele a la derrota!

¡Esa es la verdadera manera de salir victorioso!

Cuando estés cansado de los duros golpes, y te hayas estrellado contra todo, y nadie te ofrezca una mano de ayuda; cuando ninguno de tus planes, tus mejores sueños salgan de la manera que planeaste, y hayas perdido toda la energía y estés dispuesto a renunciar y a abandonar todo porque la vida te resultado un fracaso…

 ¡Anda, comienza de nuevo!