Por Moisés Franco*
Muchas personas se hacen la cabeza cotidianamente pensando, preguntándose o sufriendo por la persona con la cual el Eterno ya ha determinado que forme un hogar. Ya sea que estés enamorado/a de alguien y pienses en él/ella todo el tiempo, que le pidas constantemente al Señor una confirmación de si es o no es tal persona, o que sufras con la idea recurrente de que tal vez nunca llegue y que el tiempo se te pase; mi hermano/a esta palabra provista por el Eterno a mi vida es también para vos.
Si leemos Proverbios 24:27 el Señor nos dice: “Prepara tus labores fuera, Y disponlas en tus campos, Y después edificarás tu casa” (RV 1960).
Hay una idea simple pero sumamente profunda que Papá nos quiere comunicar. Primeramente, tenemos que entender que hay dos grandes líneas de acción: por un lado preparar las labores y disponerlas en los campos, y por el otro “edificarás tu casa”.
En segundo lugar, vemos que hay un orden cronológico que separa estos dos lineamientos porque dice “y después” entre una instrucción y otra. Es decir, que hay pasos a respetar entre una cosa y otra y que no da lo mismo seguirlos o no.
Pero por ahora ahondemos más en la primera línea de acción. Si miramos la palabra que se traduce como “prepara”, ésta viene del hebreo “kun”( כּוּן ) y según el Diccionario hebreo-griego-español Strong, significa entre otras cosas: levantar, preparar, asegurar, robustecer, consolidar, perfecto y prosperar.
El siguiente término que analizaremos es labores, que viene del hebreo “melaká” ( מְלָאכָה ) y tiene por significado: ministerio, arte, oficio, labor, trabajo, negocio, etc.
Hasta acá ya tenemos una primera idea del mensaje que nos quiere dar YAHVÉH como padre: asegura, consolida, perfecciona (kun) tu ministerio, arte, oficio, trabajo, negocio (melaká).
Esto es muy importante, yo me he criado en iglesia y he visto muchas personas que han recibido promesas del Señor y profecías (de hecho todos las hemos recibido por medio del pacto que el Eterno hizo con Abraham y confirmó con Yeshúa); pero lamentablemente nunca las ven cumplirse. ¿Acaso mintió quien prometió? No, porque si en verdad era una promesa del Dios Verdadero Él “no es hombre para mentir” (Nm. 23:19).
Lo que pasa es que hay un error y es creer pero no accionar entorno a la promesa, cuando eso pasa se vive de ilusiones y se utiliza una fe vana, como la describe el apóstol Santiago, una fe sin obras, sin acciones concretas que demuestran la certeza que se tiene.
Hay personas que quieren mucho, de hecho quieren todo lo que el Señor promete, pero no están dispuestas a hacer todo lo que “kun” representa. Por eso suelen descreer del Eterno y hasta enojarse con Él, con esto no quiero decir que se deba hacer el trabajo de Dios para luego angustiarnos si no podemos en nuestras fuerzas, hay que tener un sabio equilibrio, una fe que nos permita esperar en Él pero también accionar correctamente y en tiempo oportuno.
Cabe destacar algo más antes de pasar a la segunda línea de acción de Proverbios 24:27, y es que uno de los significados de melaká es “ministerio”. Para eso también tenemos que prepararnos, y no me refiero exclusivamente a si el Señor nos ha llamado a ejercer un oficio específico conforme a Efesios 4 (apóstol, profeta, pastor maestro o evangelista) si no a cualquier acción de servicio en amor a Dios y al prójimo, tanto dentro del ámbito eclesiástico como -y especialmente- en la comunidad en general.
Un ministerio que todo nacido de nuevo en Cristo tiene es el de la reconciliación, no sólo entre hermanos, sino también (y primordialmente) reconciliar a nuestro entorno con el Dios Vivo mediante la proclamación del evangelio del reino (Mt. 28:19-20).
Ahora sí, habiendo realizado todo lo anterior en nuestras vidas vendría el “y después edificarás tu casa”. La palabra edificar allí utilizada es en hebreo “baná” ( בָּנָה ) y quiere decir: poner cimientos, edificar, tener hijo, maestro, restaurar, entre otras acepciones.
Edificar una casa, más allá del sentido literal de construir una vivienda física, se refiere a formar un hogar, a constituir una familia. Si prestamos atención a la lista de significados anterior quizás crean que algunos no tienen relación entre sí, pero el Eterno no hace nada sin propósito.
He aquí que formar una casa implica mucho más para un varón de Dios que firmar un documento legal y hacer un acto religioso, tiene que ver con saber dar fundamentos de vida sólidos como los cimientos de una edificación natural.
A eso se refiere el Espíritu Santo a través del apóstol Pablo cuando dice en Efesios 5:22-23 “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”. Por años la religión convirtió este pasaje en una justificación machista para cientos de atrocidades dentro del matrimonio, pero lo que Papá quiere revelar es que cuando un varón está sujeto a Cristo, este es “cabeza” porque sabe bajarle a su esposa los mismos lineamientos que el Mesías le da a Él, porque es un hombre que tiene la mentalidad mesiánica que el Eterno quiere para la humanidad. Por eso más adelante en ese mismo capítulo se dice: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (v.25, RV60).
Es sólo así que podrán los varones ser buenos maestros para sus hijos instruyéndolos para que sean justos como el Señor marca en las Sagradas Escrituras y ayuden a restaurar esta Tierra.
Un dato curioso es que la palabra “bayit” ( בַּיִת) además de significar casa, también denota familia y templo. Una clara muestra de que quien edifica casa en Cristo, lo hace para que esta sea una familia de adoradores, sean un templo donde Él habite.
Para ir cerrando ideas, lo que El Dios que nos ama nos está diciendo en Proverbios 24:27 es que en lugar de preocupemos por buscar a la persona con la cual vamos a edificar una casa, primeramente nos perfeccionemos en nuestros oficios/profesiones y en paralelo salgamos “fuera” (como dice el pasaje) a servir a la comunidad desde nuestro ministerio.
Debemos ocuparnos diligentemente de prepararnos espiritualmente (mediante oración y palabra) y también en las habilidades técnicas y/o manuales para salir a servir al mundo (y la iglesia, por supuesto).
Al estar sirviendo adecuadamente en todas las áreas de nuestra vida en el afuera (y no encerrado exclusivamente en las cuatro paredes de un lugar religioso) estaremos cumpliendo con “buscad primeramente el reinado de Dios y su justicia” (Mt.6:33). Al hacerlo “todas estas cosas les serán añadidas”, es decir que la persona con la cual formaremos una familia será “añadida” sin que la busquemos y así podremos realmente edificar una casa como El Eterno quiere.
Todo aquel varón que esté presuroso por encontrar a “su amada” o, si cree tenerla, de casarse con ella, debe tener en cuenta lo anterior y preguntarse “¿puedo ser alguien que brinde principios y fundamentos conforme a la mente de Cristo teniendo en cuenta mi vida espiritual actual?” Aclaro que con esto no me refiero a no pecar jamás ni tenerlas “todas sabidas” (porque eso en realidad no ocurrirá hasta después del milenio en que seamos uno con el Eterno). Me refiero a al menos poder brindar una cobertura espiritual aprobada por el Eterno.
Y en el caso de las mujeres, además de la consideración del perfeccionamiento ministerial/laboral, la pregunta es doble: ¿el varón que tengo en vista representa a Cristo y me baja principios espirituales en la actualidad? y también ¿estoy buscando sabiduría para como la mujer de Proverbios 31 ser diligente en las tareas domésticas y también para administrar correctamente los principios espirituales que ese varón me dará?
Para concluir, debemos perfeccionarnos adecuadamente para servir al prójimo en el “afuera” tanto desde nuestra profesión u oficio como desde lo espiritual, cuando ya nos hayamos perfeccionado en eso por medio de Cristo Jesús, allí podremos considerar el formar un hogar donde el Señor pueda habitar como templo.
Porque si tu profesión/oficio al igual que tu ministerio no está robustecido ni perfeccionado ¿para qué estar tan apurado por formar casa?
*Diácono en el Ministerio Monte Santo Argentina.
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