Juventud

Varones con Bulimia y Anorexia… ¡Un fenómeno que crece en Argentina y el mundo!

El 10% de los adolescentes varones, con bulimia o anorexia

Son datos de ALUBA sobre 100 mil chicos de escuelas secundarias. Según expertos, esos trastornos dejaron de afectar sólo a las mujeres. Es porque ellos ahora también están muy pendientes de su físico. En los últimos 10 años se triplicaron los casos 
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Hace ya un tiempo que la estética dejó de ser una cuestión netamente femenina para convertirse en un tema de todos. Los hombres comenzaron a preocuparse por el brillo del pelo, la tersura de la piel, los abdominales de la panza, la prolijidad de las uñas. En fin, por el físico. Pero con ese nuevo “cuidado” al físico apareció también su contracara: la obsesión, lo patológico. Y el resultado es que aumentaron significativamente los casos de bulimia y anorexia entre los más jóvenes . Según la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA), sólo en la última década subieron un 350% las patologías alimentarias entre los adolescentes varones.
El número surge de un relevamiento que hizo esta asociación durante los últimos tres años en colegios de nivel secundario tanto públicos como privados de todo el país, y en el que participaron algo más de 100.000 chicos. Esta asociación había hecho el mismo trabajo en el 2000, y en ese entonces se registró un nivel de patologías del 2 % en el total de adolescentes varones encuestados, en tanto en este último informe el índice llega casi al 10 % . Además, en el 2000 se había detectado un 12 % con desordenes alimentarios, en tanto que en el estudio más reciente alcanza el 21 %.
¿Cómo se explica este enorme crecimiento de casos en varones? “Porque ellos también están más estéticos. Se depilan, usan cremas. Y esto se junta con los problemas propios de la adolescencia, como el miedo a crecer, a fracasar. Así, piensan que si son lindos y tienen cuerpos perfectos, va a ser más fácil tener éxito ”, explica Mabel Bello, Fundadora de ALUBA.
La nutricionista Ana Jufe, asesora del Hospital de Clínicas, coincide en que la presión social por el físico y la estética también llegó a los varones. “Ahora, además, hay menos vergüenza para contar ciertas cosas, y por eso hay más hombres que consultan. Encima el adolescente es un niño que está saliendo del lugar de chiquito querido por sus padres para identificarse con sus pares, y cree que si es bonito y perfecto va a ser mejor aceptado”. Entonces, hasta ahora, el crecimiento se explica por la combinación adolescencia/presión social por el físico; sin embargo, no todos los chicos sufren patologías alimentarias. “ Hay factores predisponentes. La familia es fundamental, si es rígida, ausente.

«Hay también un cambio cultural importante que justifica eso: los jóvenes se depilan, prestan más atención al propio cuerpo, tienen más dificultades para integrarse socialmente o para conseguir trabajo y eso puede generar conductas adictivas en personalidades predispuestas«, advirtió.

Existen dos grupos importantes de «población de riesgo, uno formado por niños o niñas perfeccionistas, rígidos, obsesivos, generalmente estudiosos o abanderados de escuela y con pocas habilidades sociales«, explicó Bello.

El otro «es un grupo mayor de chicos que presenta por lo general desórdenes de conductas y emociones, altibajos emocionales, irritabilidad, enojo, dificultades en el estudio o para concentrarse», señaló.

Para Bello «lo más importante es conectar los cambios sociales y culturales con este aumento notable en las cifras; vivimos una cultura muy visual, que hace énfasis en la belleza y la estética, y eso hace que los adolescentes o los jóvenes se interesen extraordinariamente por sus propios físicos«.

La patología alimentaria es la que presenta más mortalidad entre las enfermedades psiquiátricas en la adolescencia a nivel mundial, por eso es tan importante prevenirla. Y hay desencadenantes. A veces es la adolescencia en sí misma, o una situación estresante como una mudanza, la separación de los padres, la identificación o definición sexual.
Edith Szlazer, psiquiatra de Bace, un centro de tratamiento integral de bulimia y anorexia, dice que si en los 90 la relación de trastornos en la alimentación en chicas y varones era de 95% y 5%, hoy es del 85% y 15%. “Ponen en el cuerpo situaciones de angustia. El varón siempre fue más de canalizar todo por la violencia, el alcohol, el gimnasio, pero ahora también lo está haciendo con la comida. Tiene que ver con que vivimos en una sociedad muy exigente, y a veces se pierde el control interno . Pero también influye la falta de autoestima, si hay una madre demasiado presente, un padre ausente. El aumento de estas patologías en varones también se explica por la imagen del padre, y ahora hay muchas más separaciones, padres menos presentes, padres que no están nunca en la cena familiar ”.
La especialista describe algunas señales de alerta. La más evidente: la pérdida de peso (si bajó el 15% del peso corporal en tres meses), si se aísla, si cambia de estado de ánimo, si tiene bajo rendimiento escolar, si después de comer va al baño. “Los padres o familiares deben estar atentos a: si dejan de realizar las comidas, o dicen que ya comieron en otro lado o que van a comer en otro lado, si cuando los ven comer desmenuzan la comida en el plato y la separan y desparraman por el plato, si están más selectivos especialmente suprimiendo los dulces, las pastas, el pan y los hidratos de carbono y grasas en general. En el caso de la bulimia, si faltan grandes cantidades de comida, a veces dejan restos de los vómitos en el baño, o si se van a bañar inmediatamente y siempre después de comer”, dice Jufe. Y agrega: “ Si estas patologías se dan antes de los 15 años, puede haber retraso en el crecimiento y el desarrollo . Lo fundamental es tratarlos antes de los 19 años, que es cuando comienzan a cerrarse los cartílagos”.
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¿Qué puedes hacer al respecto?
Muchos adolescentes tomaron al pie de la letra el mensaje publicitario: “Delgadez es sinónimo de éxito social”, pero yo quiero denunciar desde aquí que es un mensaje falso. Los jóvenes son terreno propicio para este tipo de perversiones que no son otra cosa que una forma de adicción a las dietas y a los atracones de comida descontrolados, dañinos, peligrosos y muchas veces mortales.
Al asociar mentalmente la delgadez con la habilidad para triunfar, para conseguir un puesto especial o conseguir la atención de la persona elegida. Este sútil mensaje contenido en la publicidad de productos dietéticos, comidas light, productos de cosmética, marcas de ropa y los modelos de las vidrieras, imposibles de vestir sin llegar a un peso en que se expone la salud. Todo el que aspira a triunfar debe verse como una de estas “modelos del aviso”. Pero este modelo es inalcanzable, están muy retocadas para ocultar sus imperfecciones, tampoco dicen que una buena impresión gráfica elimina estrías, rollitos y hasta las flaccideces. Aspiran a ser una imagen “espectral” e imposible y se meten así, en un camino sin salida, irreal, que les hace perseguir algo vacío, ilusorio.
En los últimos 10 años creció mucho el número de personas que se hacen “adictos” a las dietas y a los atracones, y la edad más frecuente oscila entre los 12 y 18 años, y aún se puede detectar hasta los 25 años.
La mayoría de los jóvenes que están transitando estos problemas de alimentación son personas que no han aceptado el cuerpo que Dios les ha dado. Son personas que creen la mentira de los ambiciosos, que lucran con la salud y la vida de los adolescentes. A esos jóvenes debo decirles que todo esto les es  contado como pecado.
Si eres una joven, o una jovencita, que estás atravesando este camino perverso, debes entender que la autoconmiseración y el querer conseguir la estima y la elección de la pareja por el valor del cuerpo, son pecados y muy graves, que demuestran la falta de conocimiento acerca de cómo piensa el autor de nuestro cuerpo, lo que Su Instrucción dice acerca del éxito en la vida en los verdaderos valores.
La confesión de estos pecados será el comienzo de tu liberación. Luego deberás aferrarte por la fe en la persona de Yeshúa, el Mesías. Desde allí, deberás confiar en su ayuda para controlar el deseo del mal hábito ya instalado en tu cuerpo. Para esto requerirás de la lectura y la memorización de las Escrituras y orar al Eterno Dios cada día pidiendo que controle tu voluntad.
Deberás abrir el corazón a Dios como tu Padre y te dispondrás a obedecer Su Instrucción (Torah), cambiando así los valores de tu vida.
Es necesaria una renovación de tu mente, pues dice Prov. 12:20 “Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal, pero alegría en el de los que piensan el bien”.
Además no debes conformarte al sistema de este mundo, sino entender que lo realmente importa es tu interior. Debes anhelar la posesión de un espíritu afable y apacible que es verdaderamente lo de gran estima delante de Dios (1 Pe. 3:3-4).
Por último, déjame decirte que si quieres seguir el modelo de este mundo sólo conseguirás frustración, pero si quieres seguir el modelo del diseño origianal que el Eterno nos dejó en Su Palabra, entonces podrás comprobar la hermosura de la voluntad de Dios para tu vida.
“No os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”
(Romanos 12:2)