Por P.A. David Nesher
Muchos de mis lectores piensan que el día de reposo se les dio a los israelitas en el monte Sinaí, y que por lo tanto es un mandamiento que solamente ese pueblo debe guardar en obediencia y adoración al Eterno. Pero la verdad es que este día fue establecido como jornada festiva desde la creación misma, como se testifica en Génesis cap 2; vv. 1-2
«Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes. Y en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y reposó en el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que El había creado y hecho».
Como pueden darse cuenta El Eterno es quien bendijo y apartó el Día del Shabat ya que tiene un significado muy especial en su diseño de Reino. Las Escrituras nos revelan que cuando Él terminó Su obra creativa, decidió gozar de lo que había creado, sabiendo que ahora la Creación estaba libre del obrar de las tinieblas, por la presencia de Su diseño creativo de plenitud y reposo: el hombre en posición mesiánica. En otras palabras es el día de descanso del Eterno Dios y así también para nosotros el día de Shabat tiene que ser un día de descanso, gozo, alegría, celebración, bendición, y dedicación al propósito eterno de Dios.
Las Sagradas Escrituras explican que la Instrucción (Torah) de Dios revela que Shabat es el día más poderosos de la semana ya que el periodo del sexto día (viernes) al atardecer y Sábado al caer la noche es el único momento en que el mundo espiritual y el mundo físico están unidos bajo el poder del Mesías. Por lo que cada semana en este día podemos transformar nuestra realidad, personal y global, utilizando el poder especial de Shabat.
Para comprender bien, el espíritu (la mentalidad) que se encuentra dentro de este día, será conveniente ir al significado original de esta palabra. Etimológicamente, la palabra hebrea «Shabat« significa: «Día de descanso«, «Sábado«, y está relacionada en su origen con la palabra shvitáh, que significa «descansar« y «huelga« (o sea, un paro forzado de trabajo).
Existe, además, un significado intrínseco de cada una de las letras del alfabeto hebreo que componen esta palabra. Para comprenderlo, comenzaré diciendo que la palabra Shabat se escribe con las letras Shin (ש), Bet (ב), y Tet (ט). Miraremos el significado de cada una de ellas y luego realizaremos la síntesis de ellos:
- La letra Shin (ש) significa «Poder de Dios» y también «Destrucción de lo que causa el caos».
- La letra Bet (ב) significa: «casa, cuerpo, familia,».
- Finalmente, la letra Tet (ט) significa: «cortar un pacto».
Si unimos estos tres significados en una unidad que se relacione con los creyentes, podemos entender que «Shabat» significa, de acuerdo a la sumatoria del significado individual de cada letra: «El Poder de Dios para destruir lo que causa el caos (las obras del diablo) en el Cuerpo del Mesías Yeshúa, y en nuestra familia, y que se concreta en sus Siete Pactos, especialmente en el último, el Pacto Renovado o Nueva Alianza«.
Por todo esto, entendemos que el verdadero significado del Pacto Renovado es: «más no vivo yo, sino que Cristo vive en mí» (Gál. 2:20), es decir, que en nosotros, nuestra falsa identidad de pecado, el yo (ego), está muerto y Yeshúah el Mesías cumple la Torah (Instrucción) de Yahvéh internamente, a través de nosotros y por nosotros. De este modo, nosotros estamos en Su reposo, descansando en Su obra redentora llena de Gracia en nosotros.
Ahora bien, sabemos, por lo escrito en la carta de 1 Tesalonicenses (capítulo 5, verso 23) que nuestro ser tiene tres partes «espíritu, alma y cuerpo«. Pablo describe esto diciendo:
«Y el mismo Dios de paz os santifique por completo: y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo».
De esta escritura podemos discernir que existe un descanso, un Shabat para nuestro espíritu, un Shabat para nuestra alma y un Shabat para nuestro cuerpo. Por ello, los invito a poner toda su atención en esto, y considerar con profunda meditación la riqueza de este misterio celestial revelado a nosotros en Cristo Jesús.
Individualmente hablando, existe un Shabat para nuestro cuerpo, que es no trabajar en nuestra tarea secular en el día sábado. Así también, existe un Shabat para nuestro espíritu, que, como dijimos, es morir nuestro yo (el ego), y que Yeshúa Mesías sea el que hable y haga en nosotros a través del Espíritu Santo. En la epístola a los romanos, el apóstol Pablo llama a esto «ser guiados por el Espíritu«.
«Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios«. ( Ro. 8:11)
Hasta ahora estas dos dimensionalidades del Shabat en nuestras vidas redimidas están bien claras. Pero lo más importante para entender y meditar es la dimensionalidad del Shabat para nuestra alma. Solamente así, estaremos integralmente irreprensibles y listos para la parusía de nuestro Mesías.
El diseño dimensional psicológico del Shabat está instruido en Isaías 58:13:
«Si cambiares (la costumbre) de poner tu pie en el Shabat para hacer tu voluntad en mi día santo y llamaras al Shabat una delicia a lo que es santo para Yahvéh y glorificado y lo glorificarás y no anduvieres por tus propios caminos y de encontrar tu propio placer o no hablares (tus propias) palabras, entonces te deleitarás en Yahvéh y Yo te haré cabalgar en las alturas de la tierra, y te haré comer de la herencia de Jacob tu padre, ya que la boca de Yahvéh ha hablado«.
Por medio de estos versículos, podemos aprender varias lecciones.
La primera de ellas es cómo festejar el Shabat. No haciendo nuestra propia voluntad, sino la voluntad del Eterno Dios, que es exactamente la definición del Pacto Renovado o Nueva Alianza, dejar que Yeshúa haga la voluntad del Padre en nosotros y por nosotros. Debemos preguntar al Señor qué hacer en Su día santo y dedicarle ese día a Él.
La segunda lección que podemos aprender es que el Shabat es un preludio a la redención final, ya que habla de «delicia» (óneg) y «honor» (kavód), dos virtudes que se disfrutarán en su plenitud recién cuando estemos viviendo en el Shabat del Milenio, y finalmente, en el Shabat Eterno, unidos al Creador para siempre en el Cielo.
¡Y eso es lo maravilloso de guardar este día santo! Saber que la Biblia nos habla no solamente del descanso semanal, sino de un descanso eterno que resta para el pueblo del Eterno, del cual el Shabat es símbolo maravilloso. Leemos en Hebreos 4:9: “Por tanto queda un reposo para el pueblo de Dios”. Ese Shabat o reposo que queda para el pueblo de Dios, es la vida eterna en cuerpos glorificados donde estaremos para siempre con el Eterno, gobernando en armonía los cielos.
De modo que el Shabat tiene dos referencias: una temporal, el descanso semanal, el que realizamos durante el séptimo día o sábado, y otra permanente y profética, el descanso eterno que nos espera como Esposa del Cordero.
Y de la misma forma que cuando probamos algo delicioso, uno no puede entender realmente qué es Shabat hasta que lo experimenta por sí mismo. En resumen, la única respuesta surge a «¿Qué es Shabat?» es: ¡Inténtelo!
NOTA:
Sugiero también leer y meditar: El Sagrado y Bendito Reposo (Shabat)
MUY BUENO! 🙂
Gracias por esta enseñanza, está muy clara y me insta a seguir profundizando en Él. Gracias!
Me encanto!