Beneficios Físicos del Ayuno:
- Degrada las grasas del organismo, lo que ocasiona una rápida pérdida de peso.
- Se reabsorben, y este es un hecho muy comprobado, los depósitos de colesterol en las arterias.
- Aumenta la cantidad de orina eliminada o diuresis. Esto explica la gran cantidad de peso perdida por algunas personas durante los primeros días de ayuno.
- Desvía la energía utilizada en el proceso digestivo hacia la eliminación de sustancias de desecho, poniendo al día el retraso crónico en la eliminación que tiene lugar por nuestra alimentación excesiva y no adecuada, que hace que los órganos de eliminación (especialmente hígado, riñones, pulmones y piel) se ven sobrecargados de trabajo y no cumplen de forma muy efectiva su trabajo. El ritmo de vida, los factores psico-emocional y el estrés, agotan al cuerpo y a sus órganos de eliminación también.
- Desvía la energía utilizada en el proceso digestivo hacia los tejidos y órganos que necesitan ser reparados, regenerados y revitalizados.
- Ayuda al organismo a vencer las infecciones.
- Limpia el cuerpo.
- Clarifica y fortifica la mente y los sentidos.
- Saca los venenos del organismo por años de alimentación inadecuada.
- Quema la basura que estorba el flujo de la sangre.
- Normaliza y purifica al sangre.
- Revitaliza el cuerpo por el ahorro de energía que se hace.
- Se experimenta modificaciones hormonales que estimulan los mecanismos de desintoxicación hepática.
- Las variaciones en el nivel de acetona que se producen actúan sobre el cerebro, produciendo sustancias que estimulan la capacidad curativa del cuerpo.
- Activa eliminaciones en general y en especial las de las materias morbosas del organismo.
- Da un reposo completo a los órganos vitales.
- Para la absorción de alimentos que se descomponen en los intestinos e intoxican después el cuerpo.
- Vacía las vías digestivas y elimina las bacterias de putrefacción.
- Da a los órganos de eliminación la oportunidad de poner al día su trabajo y facilitar la eliminación.
- Restablece la química fisiológica normal y las secreciones normales.
- Rejuvenece las células y tejidos y regenera el cuerpo.
- Permite la conservación de la energía y la canaliza de una forma mas adecuada.
- Aumenta los poderes de digestión y asimilación.
- Mejora le funcionamiento general del cuerpo.
Beneficios Espirituales del Ayuno :
- Limpia el Templo interior del Espíritu Santo (1 Corintios 6: 19)
- Aumenta la fuerza de voluntad.
- Por la fuerza de voluntad necesaria para resistir los embates del apetito aumenta la estabilidad psicológica y la auto confianza.
- Puesto que las cadenas que atan al espíritu con el cuerpo son mas frágiles es mas fácil conseguir el éxtasis y gozo espiritual.
- Se consigue una visión interior mas aguda y profunda.
- Aumenta la devoción personal y la fe.
- Se establece una comunicación mas directa con el Eterno, puesto se puede oír mas fácil Su Voz.
- Nos hace más humildes.
- Clarifica la visión interior.
- Se aumenta la capacidad de oír con mas claridad nuestra voz interior.
- Es un tiempo propicio para entregarse mas a la Meditación de la Torah y la Tefilá (Oración de Alianza).
- Hace del hambre una virtud.
- Ayuda al despertar de la Conciencia Cósmica o Mesiánica.
- Se canaliza la energía mas fácil, puesto que es una época propicia para la sanación.
- Puesto que se esta mas limpio interiormente se puede realizar ejercicios de Perdón mas fáciles y efectivos.
- El Ayuno es algo sobrenatural, por que aplastamos lo carnal (el ego), para entrar en lo sobrenatural de Yahvéh.
- Ayuda al desarrollo del domino propio.
- Nos pone en lugar de sensibilidad al Espíritu.
El ayuno es un acto físico-psíquico que permite la pérdida de la necesidad de comida. Esta disciplina se realiza voluntariamente, permitiendo la abstención de probar alimentos por un determinado lapso de tiempo. De este modo facilita que el organismo descanse de la función de digestión y actúe en las funciones de eliminación y desintoxicación. Con este proceso se activan las capacidades de regeneración y renovación de todo el organismo. Por eso el ayuno es el método divino de purificación más natural y efectivo que se conoce. Los animales lo realizan cuando se sienten enfermos. Ellos se abstienen de comer hasta que se mejoren y la Fuerza Vital de la naturaleza les devuelve la salud; al ayunar se le permite a la naturaleza obrar en el cuerpo físico, y la energía de la misma se encarga de restablecer la armonía y el equilibrio orgánico.
Debido a que el ayuno activa los mecanismos internos naturales de curación, prácticamente cualquier dolencia es susceptible de mostrar mejorías tras su práctica adecuada.
El ayuno es un antídoto maravilloso para esos hábitos cotidianos con que progresivamente vamos perjudicando a nuestro cuerpo. No hay nada malo en disfrutar de la comida, pero su consumo en exceso y continuado acaba suponiendo una carga nada positiva para el cuerpo. Cuando introducimos más nutrientes de lo que realmente necesitamos (lo más común en nuestra sociedad moderna) lo que para nuestro paladar puede ser un placer, para los órganos internos supone una sobrecarga con la que debe enfrentarse.
Durante el ayuno, nuestro sistema se libera de esa carga y puede descansar en cuanto a procesos de digestión, asimilación y metabolismo se refiere. Estas son actividades que requieren una gran cantidad de energía. Se estima que alrededor del 65% de la energía corporal se destina a los órganos relacionados con la digestión tras una comida copiosa.
Al igual una madre que, aun cuando dispone de tiempo libre, no sabe estar parada y constantemente encuentra rincones del hogar por limpiar; el cuerpo en ayunas, eximido de su esfuerzo cotidiano, se entrega a labores de «autolimpieza». Es momento de liberar todas esas toxinas acumuladas en los tejidos, a las que hasta ese momento no había podido acceder. Esta liberación de las funciones digestivas y la consecuente capacidad de restitución orgánica, o “puesta al día”, del organismo es, sin duda, uno de los grandes beneficios del ayuno para la salud.
Por último, quiero dejar en claro que el ayuno en sí mismo no es un «medicamento» para cualquier dolencia. Lo que en realidad hace es crear un entorno propicio para que se pongan en marcha los mecanismos naturales de curación, sin la intervención de agentes externos. Y, dado que el cuerpo sabe cómo curarse a sí mismo a cualquier nivel, la conclusión es que el ayuno ayuda a reequilibrar el sistema a nivel general.