«Para este tiempo estaban acercándose a él todos los cobradores de impuestos y los que vivían alejados de la Torah, para escucharle.
Y tanto los perushim (fariseos) como los soferim (saduceos) que estaban allí, murmuraban diciendo:
«Este a los que viven sin Torah recibe y con ellos come»
(Lucas 15:1-2 – Código Real)
Si un rabino fiel a los textos bíblicos pretendía observar la Torah, como Jesús, aplicaba, una técnica por lo cual reformaba a los pecadores otorgándoles la posibilidad de que ellos pudieran oír a un rabino. Si todos eran pecadores, en mayor o en menor medida, Jesús como buen rabino podía sentarse con todos. Posteriormente pedía el arrepentimiento. lo que no queda claro es que si el pecador ya estaba haciendo teshuvá en el mismo momento que estaba comiendo con su rabi.
Es probable que no todos los pecadores actuaran de igual manera. Algunos pretendían aprender la Torah de manos un importante rabino, como era Jesús, para después eventualmente arrepentirse; otros, cuando ya llegaron a sentarse en la mesa con el rabí, llegaban convencidos o necesitados de un cambio interior; finalmente, otros jamas alcanzarían a arrepentirse de sus pecados.
Jesús no puede juzgar al prójimo, lo que puede hacer es recomendarle el mejor camino a seguir. En conformidad con el salmo cap. 5 vers. 15. Jesús quiere corregir a los pecadores, pero desde la misericordia de Dios. Aplica el concepto hebreo de la misericordia. Ahora bien, entre los estudiosos no queda clara la posición real de Jesús frente a los pecadores. Algunos dicen que la critica de los grupos fariseos de línea dura a Jesus se produce por que el acepta la comida en común con los pecadores(que hipotéticamente aun no se habían arrepentido de sus acto). Si aplicamos el salmo 51 ya citado, podríamos llegar a la conclusión de que un rabino tenia la libertad de enseñar a los malos el camino antes de que estos se arrepintieran de su maldad.
Tomado de: «El judaísmo de Jesús» _ de Mario Saban