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Que su impurificación valga la pena

Pastor Moisés Franco

“ Éste será un estatuto perpetuo para ustedes: El que rocíe el agua de la purificación también deberá lavar sus vestidos. Quien toque el agua de la purificación será impuro hasta el anochecer.»

(Bamidbar 19:21 |RVC) 

El que purifica se torna impuro, ¡qué ejemplo tan claro de amor en servicio al prójimo! Un pasaje que visto desde los ojos del cristianismo puede pasar desapercibido por tratarse de un ritual, para esta religión, obsoleto, pero es todo lo contrario. 

Indudablemente este mandato es un código encriptado de la obra mesiánica, de lo que nuestro amado Maestro hizo por nosotros, tal como dice la segunda carta a los Corintios capítulo 5 versículo 21:

“al que no cometió ningún pecado, por nosotros Dios lo hizo pecado, para que en Él nosotros fuéramos hechos justicia de Dios.»

Ahora bien, ¿qué lo motivó a hacerlo? ¿acaso el mero sentimentalismo de darle “pena” nuestra condición? 

Claramente no, porque de hecho el citado pasaje dice: “para que en él nosotros fuéramos hechos justicia de Dios.” Pero ¿qué significa esto? 

Entiendo que la respuesta es la misma que motivaba al puro a impurificarse con las cenizas de la vaca roja: para que el otro pueda disfrutar de estar en cercanía con el corazón del Eterno, y por ende, anhelante de hacer Su voluntad. 

En el mismo capítulo de la carta paulina se nos dice:

“ … y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (…)  Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo a través de Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación. Esto quiere decir que, en el Ungido (Cristo) Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, sin tomarles en cuenta sus pecados, y que a nosotros nos encargó el mensaje de la reconciliación.«
(2 Corintios 5:15;18-19 | RVC)

Es decir, nos purificó para reconciliarnos, sí, pero también para que fuésemos embajadores al mundo de Su propuesta de reconciliación.

Ahora bien, como notarán, el Eterno me habló enteramente por el quinto capítulo de esta epístola, ya que no sólo me mostró lo recién citado, sino que también me llevó a confrontarme con cómo lo estoy haciendo:

“… es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo» (v. 10) 

Aquí claramente no está hablando de salvación (que es por gracia), sino de los méritos que traerán recompensas en el Mundo Venidero. O sea, no se habla de estar o no con el Señor, sino en qué posición y de qué manera, cosas que evidentemente nos serán reveladas en aquel momento, pero que en el hoy nos alientan a esforzarnos por construir diligentemente nuestro propio bienestar, por así decirlo. 

Aquí quisiera cerrar con algo maravilloso, la necesidad de comprender que estos méritos no se deben intentar realizar desde la propia fuerza humana, ya que es imposible que lo meramente humano cobre sobrenaturalidad por sí solo. 

 “Los que estamos en esta tienda, que es nuestro cuerpo, gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desvestidos, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Pero Dios es quien nos hizo para este fin, y quien nos dio su Espíritu en garantía de lo que habremos de recibir
(2 Corintios 5:4-5| RVC)

Es necesario hacerlo con el poder de Su Espíritu, que es Su sobrenaturalidad habitando en nuestra naturalidad. 

En las traducciones tradicionales dice que el Ruaj haKodesh es las “arras”. Palabra en desuso (al menos en Argentina) que viene a ser la seña que se entrega previo a la firma de un contrato de compra-venta de un inmueble o un automotor, por ejemplo. Es la garantía de que quien la entrega ha de volver para cumplir su palabra. 

Si Él nos ha dado al Espíritu Santo no es para dejarlo gimiendo por siempre en esta dimensionalidad, sino para llevarnos en el debido momento con Él y revestirnos de eternidad. 

Sin embargo, mientras ese día llega, debemos comulgar con Su Espíritu para realizar diligentemente la obra que tenemos por delante en el Reino de YHVH. 

El que toque algún cadáver, quedará impuro siete días. Al tercer día se purificará con esa agua, y al séptimo día quedará limpio. Pero si al tercer día no se purifica, entonces no será limpio al séptimo día»
(Bamidbar 19:11-12| RVC) 

Ya nos purificó al tercer día (con Su resurrección) y el sellamiento con el Espíritu Santo, ahora nos queda aguardar atentamente la purificación que Yeshúa hará en el séptimo y gran día. 

Que el Señor de la casa nos encuentre haciendo lo que nos encomendó esforzadamente a fin de demostrar con nuestra vida que la impurificación del Ungido valió la pena (Mateo 24:45-46)

Con amor y en servicio Moisés Franco

Shivat HaMinim: 7 Especies de Virtudes Divinas

Por P.A. David Nesher

Porque el Señor tu Dios te introduce en una tierra buena, tierra de arroyos, de manantiales y de fuentes que brotan del llano y de la montaña; tierra de trigo y de cebada, de vides, de higueras y de granados, tierra de olivos y de miel.

– Deuteronomio 8:7-8

Aunque los Benei Israel (hijos de Israel) son ampliamente conocidos como el Pueblo del Libro (por estudiar la TaNaK – Torah, Neviim, Ketuvim), los antiguos israelitas eran primordialmente un pueblo de la tierra, mayoritariamente agricultores y pastores. Por ello, en lugar de contemplar solamente la sagrada Torah de Dios, tenían el privilegio de contemplaban la sagrada Creación de Elohim. En lugar de cantar de un libro de oraciones como medio de elevación espiritual, sacrificaban ofrendas de sus rebaños y cosechas, las cuales eran llevadas al Beit HaMikdash.

De hecho, para los antiguos israelitas, las Siete Especies no sólo eran evidencia de la gran abundancia de la tierra prometida a sus ancestros, sino evidencia del infinito amor del Eterno hacia ellos.

Las Siete Especies (en hebreo: שבעת המינים, Shiv’at HaMinim) son intrigantes. Se citan en  Ki tavo para traer las Primicias (ביכורים, bikkurim) , asociadas con la celebración de la cosecha de cebada en la festividad de Shavuot, y en la cosecha de trigo en la festividad de  Sucot , con ejemplos de los minim en la sucá.

Por eso la Torah misma describe a la Tierra de Israel como “una tierra de trigo, cebada, viñas, higueras y granados; una tierra de aceite de oliva y miel de dátiles” (v.8). Este no es solo un versículo florido. Estas siete especies están específicamente conectadas con la Tierra de Israel, y de hecho existe una mitzvá: llevar la primera de estas frutas al Templo Sagrado de Jerusalén.

Entonces, ¿qué tienen de especial estas siete especies?

Los comentarios ofrecen varias explicaciones. En esencia, estas frutas son únicas porque proporcionan los nutrientes necesarios para el sustento. Algunos comentarios añaden que la Tierra de Israel es el único lugar donde todas estas especies tan diversas crecen de forma natural y en estrecha proximidad.

Los israelitas aprendieron que la misma Torah enseña que tanto el florecimiento, como la fructificación de las siete especies coinciden con el propio desarrollo espiritual de cada miembro de Israel durante la temporada entre Pesaj y Shavuot, mientras se cuenta el Omer durante los 49 días entre Pesaj y Shavuot, preparándolos para recibir la Torah en cada generación. Ambos son parte de una reafirmación anual de la fe en Yah y el aprecio por los dones que se reciben desde Su bendito propósito eterno.

Los siete atributos

Los sabios por los siglos han sostenido que originalmente todos los árboles daban fruto, como también ocurrirá en la Era del Mashíaj. Un árbol sin fruto es síntoma de un mundo imperfecto, pues la función última de un árbol es producir fruto.

Así también aseguran que si «el hombre es un árbol del campo» (Deuteronomio 20:19) y el fruto es el máximo logro del árbol, hay siete frutos que coronan la cosecha humana y botánica. Estos son los siete frutos y granos que la Torah señala como ejemplos de la fertilidad de la Tierra Santa: trigo, cebada, uvas, higos, granados, aceitunas y dátiles.

Por ello, los Sabios cabalistas descubrieron que la frase «la Tierra de Israel» significa «la tierra que pertenece a Israel«; y dedujeron que «la tierra» es una denominación de Nukva de Zeir Anpin, que se traduce como «la compañera de Zeir Anpin«, una de las denominaciones místicas para «Israel».

Estas son las seis sefirot que quedaron arriba, más su Malkut, lo que da un total de siete. Por lo tanto, se convierte en un principio masculino en relación con ella. Esto se puede demostrar por el hecho de que todos los tipos de frutos provienen de la tierra y, por tanto, no son del dominio masculino, sino de este dominio femenino.

Por todo esto se ha entendido que las siete especies representan diferentes rasgos del alma. En su colección de discursos jasídicos del siglo XX, Shem MiShmuel, el rabino Shmuel Bornsztain de Sochatchov ofrece una interpretación simbólica de las siete especies:

«Y al contemplar el mandamiento de los primeros frutos (bikkurim), se puede decir que su propiedad especial es también que tiene el poder sublime dentro de sí para atraer a una persona a aceptar el yugo del reino de los Cielos sobre sí misma

(Shem MiShmuel, Ki Tavo 11)

Desde esta sabiduría los Sabios expertos en sodot (secretos) del texto explican que estos frutos tienen un significado mucho más profundo. Cada uno corresponde a una de las siete sefirot (atributos emotivos divinos): 

  • Trigo : Jesed —Bondad
  • Cebada : Gevurah —Severidad
  • Uvas : Tiferet —Armonía
  • Higos : Netzaj —Perseverancia
  • Granadas : Hod —Humildad
  • Olivos : Yesod —Fundación
  • DátilesMaljut — Realeza

Cada alma posee las siete sefirot Pero para cada persona, uno de estos rasgos es el más dominante, moldeando su camino único hacia Dios . Por lo tanto, estos siete frutos corresponden a nuestro servicio a Dios con nuestros atributos personales, así como con las siete modalidades generales del servicio Divino.

Así pues las «siete especies» con las que se bendice la Tierra de Israel representan las midot (cualidades) de:

  • trascendencia
  • vitalidad
  • alegría
  • consciencia
  • acción
  • esfuerzo, y 
  • calma psíquica

Ahora los invito a considerar estas siete midot en la simbología de las Shiv’at HaMinim

1) Trascendencia («trigo»): Este es uno de los grandes misterios de la condición humana: ¿Por qué nunca nos conformamos con simplemente existir? Siempre buscamos «más»: descubrir un mundo nuevo, superarnos, llevarlo («eso» significa cualquier cosa en la que estemos involucrados ahora mismo) al siguiente nivel. No satisfechos con saber dónde estamos, queremos saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Insatisfechos con la realidad autodefinida y auto-orientada de nuestra existencia «natural», anhelamos una unión autodestructiva con el Eterno.

2) Vitalidad («cebada»): Nuestro yo trascendente tiene un gemelo: nuestro yo vital, sensorial, animal. Y si bien el yo animal trae consigo una carga considerable de negatividad (egoísmo, codicia, lujuria, vanidad, crueldad…), la individualidad también tiene sus aspectos positivos: una fuerza de voluntad, pasión y energía que el yo más «espiritual» jamás podría reunir. La clave, por supuesto, está en canalizarla hacia donde debe ir.

3) Alegría interior («uvas»): Una persona con alegría interior es un libro abierto. Todo fluye a raudales; su personalidad fluye libremente, sin restricciones ni inhibiciones. La alegría es el ariete que derriba barreras y limitaciones, ya sean internas o externas, imaginarias o reales.

4) Consciencia («higo»): El conocimiento espiritual es más que poder: es la capacidad de involucrarse plenamente en la vida y las acciones propias. Una acción realizada desde la ignorancia es una puñalada en la oscuridad; una acción nacida del conocimiento es enfocada y efectiva. Una acción realizada desde la ignorancia es inconexa, ajena; la acción de un extraño incluso para quien la realiza; una acción nacida del conocimiento es una acción integral: una extensión y un enriquecimiento de la totalidad de quien la realiza.

5) Acción («granada»): Y, sin embargo, hay momentos en que el imperativo es simplemente: ¡Hazlo! La capacidad de actuar porque se requiere, incluso si carecemos de conocimiento y comprensión, incluso si es algo atípico para nosotros, es una característica fundamental —y redentora— del alma humana. La granada representa nuestra capacidad de sobrepasarnos y actuar de una manera que supera nuestro estado espiritual interno. Es nuestra capacidad de hacer y lograr cosas completamente incompatibles con quiénes somos y qué somos en el momento presente.

6) Lucha («oliva»): Para la mayoría de nosotros, la vida es sinónimo de lucha. Luchamos por forjar una identidad bajo la pesada sombra de la influencia de nuestros padres y compañeros; luchamos por encontrar pareja y luego luchamos por preservar nuestro matrimonio; luchamos por criar a nuestros hijos y luego luchamos en nuestra relación con ellos como adultos; luchamos por ganarnos la vida y luego luchamos con la culpa por nuestra buena fortuna; y subyacente a todo esto está la lucha perpetua entre nuestro yo animal y nuestro yo divino, entre nuestros instintos egocéntricos y nuestra aspiración de trascender el yo y conectar con lo Divino. Éste es otro de los grandes misterios del ser humano: el hecho de que somos más innovadores e ingeniosos cuando nos enfrentamos a límites y restricciones. Puede ser algo tan benigno como la fecha límite de un proyecto de oficina o tan trascendental como una crisis nacional; estamos en nuestro mejor momento cuando estamos presionados, y nuestro potencial más sublime se exprime en respuesta a condiciones desafiantes, incluso opresivas. Esta es la sexta cualidad del alma, representada por la «oliva»: el poder de convertir el desafío y el adversario en una potente fuerza de transformación y logro. El olivo en nosotros es esa parte que prospera en la lucha, que se deleita en ella, que no la escaparía más de lo que escaparía de la vida misma. Al igual que una aceituna, dicen nuestros sabios, que solo da su aceite al ser prensada, también nosotros solo damos lo mejor de nosotros al ser prensados ​​entre las piedras de molino de la vida y las fuerzas contrarias de un yo dividido.

7) Calma psíquica o perfección («dátiles»): Como todo lo demás, la lucha tiene una contrapartida: las bendiciones de la calma. Aún más profundo que su «oliva» se encuentra el «dátil» del alma: su núcleo de serena perfección que nada —ni las turbulencias del espíritu, ni las vicisitudes de la sociedad, ni los trastornos de la historia— puede perturbar ni siquiera tocar. Y esta fuente de armonía no reside simplemente en lo más profundo de nuestra alma; tenemos el poder de adentrarnos en nosotros mismos, acceder a ella y conectar con ella, para crear un espacio de verdad inmutable y paz perfecta en medio de las tormentas que azotan nuestras vidas. Así canta el salmista: «El tzadik (persona perfectamente justa) florecerá como la palmera datilera» (Salmos 92:13) . El Zóhar explica que existe una especie de palmera datilera que da fruto solo después de setenta años. El carácter humano se compone de siete atributos básicos, cada uno de los cuales consta de diez subcategorías; por lo tanto, el florecimiento del tzadik después de setenta años es fruto de la perfección y calma absoluta, producto de un alma cuyo carácter, en cada aspecto y matiz, se ha refinado y armonizado consigo misma, con el prójimo y con Dios.

Placer desde el principio

El Rebe de Lubavitch ofrece una visión profunda de las siete especies, enseñando que en general, las siete especies se pueden dividir en dos tipos: 1) grano; y 2) fruta de los árboles. El grano es necesario para el sustento. Las frutas, en cambio, no son necesarias, pero aportan placer a la vida. Ambas son importantes y, por lo tanto, ambas están incluidas en la bendición para la tierra de Israel.

En sentido espiritual, la consciencia de «Israel» de nuestra alma también contiene estos dos elementos: necesidad y placer. En Shavuot los israelitas comían juntos y unánimes de las siete especies, pero celebramos los cinco frutos que crecen en los árboles (placer) incluso más que los granos (necesidad).

La lección para nosotros es que incluso cuando una persona se encuentra en las primeras etapas de su crecimiento espiritual (es decir, al nivel de los árboles y de todo lo que crece), ya debe tener el objetivo de servir al Eterno con todas sus fuerzas, lo cual incluye los atributos integrales del deseo y el placer. Porque el servicio de un redimido a Dios no puede ser puramente mecánico o intelectual. Solo cuando el servicio a Yah es verdaderamente placentero puede ser verdaderamente completo.

El Shavuot nos enseña que, desde el principio, debemos proponernos servir al Eterno con los siete atributos Divinos. Cada mañana, al comenzar el día, debemos decidir servir a Yah no solo por rutina y necesidad, sino con placer, entregándolo todo.

Yom Aliyyat HaMashiaj: La Ascensión del Mesías a los Cielos (Hechos 1:9-11)

Mientras escribo esto, nos encontramos en medio de una lapso del calendario del Eterno llamado en hebreo como Sefirat HaOmer (que se traduce al español como «la Cuenta del Ómer»). Para mis lectores, y especialmente para mis nuevos seguidores, debo recordarles que un Ómer es una medida bíblica para el grano, equivalente aproximadamente a una gavilla. El mandamiento bíblico de contar cada día durante esta época se encuentra en Levítico 23, versículos 15 y 16.

Luego contarás desde el día siguiente al Shabat, desde el día en que presentaste el ómer de la ofrenda mecida, siete Shabatot (sábados) completos. Hasta el día siguiente al séptimo Shabat contarás cincuenta días…”

Este período conecta el primer día después del Shabat de Pésaj directamente con la festividad de Shavuot, que literalmente significa «Semanas» o Pentecostés. Ese primer día después del Shabat de Pésaj también coincidió con la resurrección de Yeshúa el Mesías. Por lo tanto, existe una conexión directa entre la resurrección del Mesías en el día de las Primicias, el día de Shavuot y el derramamiento del Ruaj HaKodesh (traducido como Espíritu Santo).

Debo aquí decir que uno de los eventos más significativos de la historia de la Salvación (y tambien la historia mundial) tuvo lugar el día 40 de la Sefirat HaOmer. En hebreo, esto se llama Mem BaOmer, (siendo mem la decimotercera letra del alfabeto hebreo y su valor numérico es 40). También podemos llamar a este día Yom Aliyat Yeshúa HaMashiach – יום עליית של ישוע המשיח – literalmente, el día de la ascensión de Yeshúa el Mesías. Encontramos el relato de este asombroso evento registrado en dos lugares de los Escritos de Brit HaHashá (Pacto Renovado). Ambos pasajes fueron registrados por el doctor Lucas. El primero se encuentra en Lucas 24:50-53 y el segundo en Hechos 1:9-11, este último que examinaremos aquí. Después de que el Mesías prometiera a sus discípulos que recibirían poder al ser sumergidos en el Espíritu Santo, pocos días después, fue llevado al cielo ante sus ojos. Leemos:

Después de decir todo esto, mientras ellos lo observaban, fue alzado, y una nube lo recibió y lo ocultó de su vista.”
Hechos 1:9

Esto le da un significado completamente nuevo al término «basado en la nube»… Si bien lo que se describe en este versículo es único en la historia mundial y uno de los eventos más importantes de las Sagradas Escrituras, no deja de tener algunos paralelos interesantes en la historia de Israel y su propósito redentor para el resto de las naciones. Y es que la Ascensión de nuestro Maestro Yeshúa es una de las cosas más extrañas que creemos. A decir verdad, y ante los ojos del resto del mundo, las personas de fe tienen muchas creencias extrañas, la resurrección de los muertos, los milagros en general, la segunda venida, el reino y el Mundo Venidero. Pero la Ascensión, me parece, por alguna razón, encabeza la lista de cosas difíciles de comprender. Me vienen a la mente objeciones racionales e incluso cínicas a la historia. A pesar de ellas, la Ascensión es parte esencial de nuestra fe en Yeshúa de Nazaret.

Realicemos la siguiente pregunta: ¿qué hace que la Ascensión sea tan difícil para la mente moderna?

Creo que es lo que yo llamo la visión del astronauta; es decir que muchos creyentes imaginan a Yeshúa ascendiendo como un astronauta que se lanza al espacio y llega a un lugar físico, como una órbita alrededor de la Tierra o la Luna. En su caso, el lugar físico que intentamos imaginar se llama «la diestra del Padre». Imaginar a Yeshúa sentado físicamente a la diestra de Dios, flotando en algún lugar del cielo, parece una idea primitiva. Sería más fácil para nosotros creer que, cuando Yeshúa dejó a sus discípulos cuarenta días después de la resurrección, experimentó algún tipo de transformación espiritual, desvaneciéndose en una forma etérea e insustancial, en lugar de ascender literalmente de la tierra al cielo como un cuerpo físico. Esa es la tentación. La mente quiere espiritualizar el evento y eliminar su corporeidad.

Tendemos a obsesionarnos imaginando el cielo, o la diestra de YHVh, como un lugar físico, en el sentido de que conocemos y entendemos la fisicalidad, pero eso es un error. La fisicalidad de la resurrección de Yeshúa es real, pero trasciende la corporeidad y el materialismo con los que estamos familiarizados.

Por eso hayo conveniente compartir una cita del escritor C.S. Lewis quien es su libro «Milagros» se opone a cualquier espiritualización de la ascensión del Mesías ascendido. Lewis insiste en que veamos a Yeshúa, incluso después de la Ascensión, como un ser físico y no meramente una entidad espiritual:

«Podemos [espiritualizar la Ascensión] solo si consideramos las apariciones de la Resurrección como las de un fantasma o una alucinación. Pues un fantasma puede simplemente desvanecerse; pero una entidad objetiva debe ir a algún lado; algo debe sucederle. Y si el Cuerpo Resucitado no fuera objetivo, entonces todos nosotros (cristianos o no) deberíamos inventar alguna explicación para la desaparición del cadáver. Y todos los cristianos debemos explicar por qué Dios envió o permitió una «visión» o un «fantasma», cuyo comportamiento parece dirigido casi exclusivamente a convencer a los discípulos de que no era una visión ni un fantasma, sino un ser realmente corpóreo. Si fue una visión, entonces fue la más sistemáticamente engañosa y mentirosa de la que se tiene constancia. Pero si fue real, entonces algo le sucedió después de que dejó de aparecer. No se puede eliminar la Ascensión sin poner algo más en su lugar.«

Luego (en la misma obra), C.S. Lewis continúa señalando que las leyes físicas que trascienden nuestra limitada experiencia con la realidad no son menos reales por ello, y que la resurrección y ascensión de Yeshúa tampoco son menos sustanciales sólo porque su esencia haya experimentado una transformación. Más bien, esta transformación es un primer paso hacia una nueva creación que está por venir: la nueva naturaleza del Mundo Venidero.

«Los registros representan a Cristo pasando después de la muerte (como ningún hombre había pasado antes) ni a un modo de existencia puramente, es decir, negativamente, «espiritual», ni a una vida «natural» como la que conocemos ahora, sino a una vida con su propia nueva naturaleza. Lo representan retirándose seis semanas después, a un modo de existencia diferente. Dice —dice Él— que va «a preparar un lugar para nosotros». Esto presumiblemente significa que está a punto de crear esa nueva naturaleza que proporcionará el entorno o las condiciones para su humanidad glorificada y, en él, para la nuestra. La imagen no es la que esperábamos, aunque si es menos o más probable y filosófica por ello es otra cuestión. No es la imagen de una huida de toda naturaleza hacia una vida incondicionada y completamente trascendente. Es la imagen de una nueva naturaleza humana, y de una nueva naturaleza en general, que cobra existencia.» 

A esta altura de mi bitácora debo decirles que los escritores del primer siglo no eran tan ingenuos como podría imaginarse la persona moderna. Los escritores judíos, en particular, comprendían que, al hablar de mundos espirituales, solo podían usar el lenguaje de la metáfora y el símil, como recursos proféticos para describir algo que existía más allá de nuestras tres dimensiones de longitud, altura y anchura, y de nuestro concepto de tiempo lineal. Debemos tener cuidado de no tropezar con los antropomorfismos ni con las metáforas, pero también debemos resistir la tentación de descartar el estado de los resucitados como mero simbolismo de abstracciones espirituales.

Específicamente, existen dos figuras que también fueron llevadas a los Cielos, y que se convirtieron en las sombras (simil y/o metáfora) de la ascensión del Ungido del Eterno. Me refiero a Enoc y Elías. Es muy importante tener esto en cuenta, especialmente al compartir las Buenas Nuevas en un contexto judío. Partes del Pacto Renovado como esta a menudo se critican por ser antitéticas a la creencia judía, y sin embargo, lo que realmente vemos aquí es un cumplimiento muy judío de figuras proféticas como las de Enoc y Elías, pero también profecía bíblica directa. Específicamente, este es un cumplimiento literal de la visión que encontramos en Daniel, capítulo 7 de 1, como un hijo del hombre ascendiendo ante el trono del Anciano de días y recibiendo un reino que es un Reino eterno.

«Estaba observando en las visiones nocturnas. He aquí, uno como un Hijo de Hombre, que venía con las nubes del cielo. Se acercó al Anciano de Días y fue llevado ante su presencia. Dominio. Se le dio gloria y soberanía para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es eterno, y su reino no será destruido
– Daniel 7:13, 14

Analicemos brevemente los paralelismos que observamos en las historias de Enoc y Elías y veamos cómo se relacionan con la Aliyyat HaMashiach.

Para empezar, solo hay una breve y algo enigmática referencia a la ascensión de Enoc en la Torá, en Génesis 5:24:

Y Enoc andaba continuamente con Dios; y no estaba allí, porque lo llevó Dios

Según el libro extrabíblico de Enoc, este versículo también describe una ascensión a los cielos. Esta idea se confirma en los escritos apostólicos del libro de Hebreos:

«Por la fe , Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios. Porque antes de ser traspuesto, fue aprobado como agradable a Dios
– Hebreos 11:5

Aquí hay un par de puntos de interés que vemos que conectan la historia de Enoc con la ascensión del Mesías.

  1. El libro de Enoc se basa en gran medida en el pasaje de Daniel 7 y también utiliza el término hijo del hombre para describir a una figura mesiánica. Por lo tanto, la historia de Enoc es, en cierto modo, un presagio de la ascensión de Yeshúa.
  2. En el libro de Hebreos, la palabra usada para describir la ascensión de Enoc a veces es la palabra española «trasladado», pero proviene del griego « metátesis» , que implica alteración. El término todavía se usa hoy en día tanto en gramática como en química. Esto es muy similar a lo que vemos en la resurrección de Yeshúa, en la que su cuerpo fue transformado.
  3. El autor de Hebreos nos dice que “…Enoc fue elogiado como agradable a Dios”. La vida, el ministerio y el sacrificio de Yeshua agradaron plenamente al Padre.
  4. En Génesis 5 encontramos que Enoc era hijo de Jared (que significa descender), y su propio hijo se llamó Matusalén, que literalmente significa «cuando muera, será enviado». Este era un nombre profético porque en el año de la muerte de Matusalén se produjo el diluvio en los días de Noé. Por lo tanto, esto también es profético respecto al Mesías, por así decirlo, descendiendo (encarnación), ascendiendo (ascendiendo) y luego un largo período de gracia hasta su regreso y el juicio final sobre la tierra.
  5. Incluso el significado de Enoc en hebreo es interesante ya que significa dedicado y nos recuerda la dedicación del altar en Jerusalén, es decir, Janucá y por tanto habla de sacrificio.

El segundo ejemplo de ascensión a los reinos celestiales que se encuentra en el relato bíblico es el del profeta Elías, quien fue llevado al cielo en un torbellino y en lo que se describe como un carro de fuego. Esto se describe en detalle en 2 Reyes 2.

  1. Con la aliá del profeta Elías a los cielos, su unción pasó a su discípulo Eliseo. De igual manera, los discípulos de Yeshúa recibirían una poderosa unción solo después de que su cabeza maestra ascendiera a los cielos. De hecho, se nos dice que Eliseo recibió una doble porción, que es la porción del primogénito en la Biblia.
  2. El ministerio del profeta Elías está estrechamente vinculado al de los días del Mesías. La Biblia y la tradición judía enseñan que, así como Elías ascendió en el viento del mundo y en el carro, regresará para ser el Mesías precursor. Como saben, esta es la razón por la que siempre hay un lugar reservado para Elías en la mesa de la Pascua, por ejemplo.
  3. En 2 Reyes 2:15 los profetas declararon que “el espíritu de Elías reposó sobre Eliseo”.
  4. Cabe señalar también que el lugar de la ascensión del profeta Elías es la misma zona geográfica en la que Juan estaba sumergiendo a la gente en el río Jordán.

Lucas nos cuenta que, mientras los discípulos aún miraban al cielo después de que el Mesías desapareció, de repente aparecieron dos hombres vestidos de blanco que se quedaron con ellos. Estos eran, sin duda, mensajeros celestiales o seres angelicales. Dijeron lo siguiente:

Hombres galileos, ¿por qué se quedan aquí mirando al cielo? Este mismo Yeshúa, que fue tomado de entre ustedes al cielo, vendrá tal como lo vieron subir al cielo. — Hechos 1:11

El mensaje entregado por estos ángeles fue muy breve y conciso y, sin embargo, lleno de mucha información muy importante no sólo para los Apóstoles sino también para nosotros.

  1. Yeshúa el Mesías definitivamente regresará a la tierra. De nuevo, esto es similar a la historia de Elías, quien fue llevado al cielo, pero de quien se profetizó que regresaría a la tierra. El rabino mesiánico Yechiel Zvi Lichtenstein escribió: « Así como fue llevado a las nubes (Mateo 24:30; Daniel 7:13; según el Talmud, Sanedrín 98a, se trata del Mesías), también regresará al Monte de los Olivos, tal como fue llevado desde allí, como dice Zacarías 14:4: «En ese día sus pies se posarán sobre el Monte de los Olivos»».
  2. La frase este Yeshua utilizada por estos seres angelicales, indica muy claramente que cuando Yeshua regrese a la tierra todavía conservará su identidad como hombre judío e hijo de David.
  3. También nos dicen que regresará a la Tierra de la misma manera que lo vieron subir al cielo. Esto se confirma en varias escrituras, pero especialmente en Apocalipsis 1:7.

Entonces, ¿qué significa esto para nosotros hoy? Antes de analizar algunas aplicaciones prácticas, examinemos algunas implicaciones teológicas.

  1. Como se mencionó anteriormente, la ascensión del Mesías a los cielos es en realidad el cumplimiento de la profecía judía bíblica. Por lo tanto, podemos proclamar este mensaje con valentía y sin timidez. Sin embargo, debe ubicarse cuidadosamente en su contexto original y comunicarse de una manera que conecte con la gente. Es parte de la Buena Nueva.
  2. Vivimos en un tiempo de gracia y paciencia divinas. Este es el tiempo de la cosecha.
  3. El Reino del Mesías vendrá plenamente cuando Él regrese a esta tierra y se siente en el trono de David en Jerusalén.
  4. Porque Él ha ascendido al cielo, también está intercediendo por nosotros continuamente ante el trono de la gracia.
  5. Como señala un colega mío, el rabino mesiánico Joel Lieberman, en su comentario titulado… Era necesario que Yeshua ascendiera de una manera tan dramática porque hasta ese momento había estado apareciendo y luego desapareciendo durante 40 días, pero ahora estaba sucediendo algo diferente.

En conclusión, aquí hay algunos puntos prácticos que podemos aplicar a nuestra propia vida hoy:

  1. La manera en que entendemos e interpretamos la profecía bíblica debería verse grandemente afectada por la revelación de que Yeshúa en realidad está regresando a la tierra en oposición a la idea de que “moriremos e iremos al cielo por toda la eternidad…”. Cambia la manera en que vemos, por ejemplo, Juan 14:3b donde Yeshua dice “…para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
  2. Así como los ángeles dijeron a los discípulos en Hechos 1:10: “ Hombres galileos, ¿por qué estáis aquí mirando al cielo?”, así también nosotros no debemos quedarnos mirando al cielo, sino que estamos llamados a ocuparnos de los asuntos del Mesías aquí en la tierra.
  3. Todos necesitamos recibir el poder del Ruaj HaKodesh en nuestras vidas para poder comunicar eficazmente la buena noticia a otros. Al igual que Eliseo, debemos aferrarnos al maestro para recibir la Unción.
  4. La doble porción es la del primogénito. Yeshúa es el primogénito entre muchos… eso incluye a todos los que creen en su nombre y lo reciben. La oración apostólica del rabino Shaul en Efesios capítulo uno nos enseña que necesitamos buscar una mayor revelación y una mayor comprensión del poder de Dios en nuestras vidas.

Desde la perspectiva que hemos aquí logrado, debemos entender la Ascensión como mucho más que un simple cambio de altitud. Representa, más bien, una transición de un mundo natural a otro, precursor del Mundo Venidero. Desde esa realidad futura oculta, la voz de Aquel que está sentado en el trono dice:

«He aquí, yo hago nuevas todas las cosas»
(Apocalipsis 21:5).

Tengan todos ustedes una sorprendente elevación hacia este Shavuot que se avecina.

En amor y servicio: P.A. David Nesher

¿Qué es el Mal? y ¿Cómo desterrarlo de tu Vida, Familia y Economía?

Por P.A. David Nesher

Comenzaré esta bitácora, compartiéndote una frase del maestro Tzvi Freeman:

«Luchar contra el mal es una tarea muy noble cuando es necesario. Pero no es nuestra misión en la vida. Nuestra tarea es traer más luz».

Después de leerla quedé meditando que desde tiempos inmemoriales el hombre ha contemplado la vida, cuestionado el propósito de la existencia y, como consecuencia, ha intentado entender la naturaleza del mal haciéndose varias preguntas: ¿Cuál es la función del mal? ¿Por qué motivos existe el mal en el universo? ¿Cómo es posible que Dios creara el mal? ¿Es algo real, con sustancia y poder? ¿O no es más que la ausencia de verdad, un vacío de realidad, oscuridad, una negación de la luz? Si es real, ¿cómo pudo Dios permitirlo en su mundo?

Algunos Sabios aseguran que los secretos de la Torah (Instrucción) divina revelan que el mal es oscuridad; nada más que una ausencia de luz. Entonces, si es solo oscuridad, ¿cómo es posible que la oscuridad desafíe a la luz? Y además, ¿cómo podría el Creador, que es bondad y compartir absolutos e ilimitados, crear individuos que alberguen una capacidad tan grande para el comportamiento maligno?

Así, termino deduciendo que ninguna respuesta que encontremos nos satisfará por completo. Y es que el mal está demasiado cerca como para verlo con claridad; es demasiado doloroso como para etiquetarlo. Sin embargo, y por otro lado, sino comprendemos qué es el mal, ¿cómo podemos luchar contra él?

Volvamos entonces a lo revelado por la Instrucción divina. En ella, la metáfora del mal es la oscuridad. Eso simplemente significa la ausencia de verdad. Un vacío de realidad. Como la oscuridad, el mal no tiene poder propio. No tiene vida propia. ¿De dónde, entonces, obtiene el poder de causar tanto dolor en el mundo? Generalmente, de nosotros, de nuestro miedo a él. De que lo consideramos algo que vale la pena negociar.

Sí, así y como lo oyes, el mal está impulsado enteramente por nuestro miedo a ello, por considerarlo un «algo» que exige nuestra respuesta.

Usando otra metáfora diré que el mal es un terrorista, alimentado por nosotros mismos en cada cucharada de preocupación, fomentado con cada mirada de ansiedad e inquietud que generamos; animado y fortificado con cada concesión que hacemos de nuestras vidas para reconocer su amenaza, hasta que, logrando levantarse desde nuestros pensamientos, se coloca contra nosotros hasta que nos haya absorbido suficiente energía para atacarnos descaradamente con nuestros propios instrumentos.

Al haber peregrinado en el estudio de la Torah, podemos notar que este tema se repite a lo largo de muchos relatos. Cuando la serpiente se acercó a Eva (explican los sabios), ella no estaba lista para dedicarle su tiempo. En su mundo, la serpiente bien podría no existir. Así que la serpiente tuvo que preguntar: «¿Es cierto que no se te permite comer de ningún árbol del jardín?«. Por supuesto, la serpiente sabía que era mentira. Pero así, Eva se dio cuenta. La serpiente se convirtió en alguien a quien vale la pena responder. Y, por lo tanto, con el poder de causar problemas.

De igual manera, lo vemos en la vida de Moisés. Él comenzó su carrera como libertador al matar a un capataz egipcio que golpeaba hasta la muerte a un esclavo hebreo. Cuando descubrió que su acción se había hecho pública, el libro de Shemot (Éxodo) nos dice que «Moisés tuvo miedo. Y el Faraón procuró matarlo. Así que huyó». Notemos esta secuencia. Primero, Moisés tuvo miedo. Solo entonces el Faraón procuró matarlo. Sin el miedo de Moisés, el Faraón no tenía poder.

Leyendo una enseñanza del famoso Rav Yeshudá Áshlag, me encontré con que él explica en su obra «Una Introducción al Zóhar» (Título original: «An Entrance to the Zohar») lo siguiente:

Sabemos claramente que el Pensamiento de Creación de Dios, cuyo propósito era dar disfrute a aquello que Él creó, originó por necesidad el Deseo de Recibir de Él toda la bondad y amabilidad que Él pensó para Su creación. Este Deseo de recibir no estaba contenido en la esencia del Todopoderoso antes de que Él lo creara en sus almas; ya que ¿de quién podría Él haber recibido algo? Por lo tanto, Él creó algo completamente ‘nuevo’ que no estaba contenido dentro de Él. En asuntos espirituales, la diferencia de forma funciona de la misma manera que el filo de una espada separa cosas materiales. La distancia entre estas dos será en proporción a cuán opuestas en forma estén una de otra. Esta diferencia de forma que poseen las almas actúa como el filo de una espada y corta una piedra de una montaña. Fue mediante esta diferencia de forma que las almas se separaron del Creador y se apartaron de Él, para que se convirtieran en algo que fue creado”.

Esta fue la creación de este mundo conocido como el Mundo de la Acción (Olam Asiah) o mundo de la dualidad. En otros términos: el mundo del Bien y del Mal.

Entonces Áshlaj, en su cita, describe al Creador como el máximo grado del deseo de compartir y de bondad, haciendo que el extremo opuesto del deseo de recibir, el cual está separado de Él, sea maligno. Así pues la naturaleza de la separación permite que surja la creación del mal.

Según los secretos del Cielo revelados en la Torah, cuando el Creador creó las almas, en esencia creó la vasija perfecta, es decir un recipiente, con una naturaleza completamente opuesta a la Suya para que así Él pudiera compartir su beneficencia lumínica de amor. El propósito de esta creación, como lo explicó Rav Áshlag, fue llenar las almas con Su Luz. Mientras la Vasija esté llena de Luz, adquiere las características del Creador: bondad y compartir infinitos. Sin embargo, al asumir las cualidades del Creador, la vasija desea compartir sin límite. La pregunta es ¿con quién? Entendemos que la Luz Infinita no tiene necesidad o deseo de recibir nada, así que se hizo un trato en el nivel más alto de la mente divina en el que se crearía un mundo donde las almas pudieran compartir y recibieran sólo la Luz —la beneficencia del Creador cuando fuera merecida— mediante el comportamiento afín con la Luz. Luego de la creación de este mundo, donde una vez hubo Luz, la oscuridad llenó el vacío.

Esta ausencia de Luz, es el mal en sí, al que los Sabios con el tiempo llamaron: el Deseo de Recibir para Sí Mismo.

Entonces, debemos aceptar que cada ser humano en este mundo contiene ambas polaridades del deseo: para compartir y para recibir. Nuestros deseos acumulados crean una vasija cuántica. Cuando tomamos decisiones individuales, afectamos de manera colectiva al todo. Cuando las personas actúan con tolerancia, generosidad y bondad, entonces hay Luz en el mundo; parte de la idea original. Por el contrario, si somos perezosos, intolerantes, odiosos e iracundos (aun en su más mínima expresión) esas cualidades negativas se acumulan y mantienen alejada a la Luz, permitiendo que la oscuridad nuble el mundo.

Así es con el mal en el mundo, así es con las fuerzas destructivas dentro de cada uno de nosotros: cuando nos rebajamos a conquistar el mal dentro de nosotros mismos, terminamos rodando con él en su barro.

Saber esto es sumamente útil. Una vez que descubrimos el secreto del mal, sabemos cómo desmantelarlo. La estrategia es casi idéntica, ya sea el mal que azota el mundo o tu comunidad, o el que se esconde en lo más profundo de tu corazón, acechando para aterrorizarte a la menor oportunidad.

Soy conciente que no es una solución sencilla, porque como humanidad ya hemos alimentado el mal a lo largo de los siglos hasta el punto de que prospera y crece cada día. Al principio, Adán y Eva podrían haberlo ignorado y con el tiempo se habría disuelto en las chispas de luz divina que revelaron en el Jardín. Pero una vez que el mal ha sido alimentado y vive fuera de su bolsa, nunca más podrá ser tratado con tanta facilidad, sino hasta el final del Shabat Milenial.

Sin embargo, nuestra principal arma contra el Mal sigue siendo nuestra indiferencia hacia él. 

Lo explicaré del siguiente modo: la existencia del mal es permanente, pero sus efectos son temporales. El mal se vuelve impotente una vez que se ha realizado suficiente bien, porque la bondad aumenta la conciencia general y permanente del Creador. Una vez realizado suficiente bien, el mal no puede nublar el juicio humano. Es importante destacar que no es la conciencia del Creador la que está oculta, sino la propia conciencia del hombre del Creador la que está atenuada. Si bien el mal se crea en forma potencial, el hombre debe materializarlo. Por eso, el primer pecado fue la materialización del Mal por parte del hombre, que lo internalizó. Si el hombre no hubiera pecado, el mal se habría vuelto impotente. El Universo Físico, tal como es hoy, en decadencia, es el resultado de la materialización del Mal. Por eso, finalmente se deconstruye y resucita de forma permanente (esto se llama la Resurrección de los Muertos).

Entonces, para desterrar verdaderamente el mal, debes marchar sobre las nubes y nunca mirar hacia abajo. Como lo aconsejara el apóstol Pablo a los creyentes de Colosas al escribirles:

«Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.  Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria

(Colosenses 3: 1-4)


En otras palabras, debes diariamente escalar más alto hasta alcanzar un lugar de luz que no deje grieta para que el mal se esconda. Elevado a ese lugar, el mal se derrite en la rendición, y termina huyendo de tu vida. Así Santiago se los recordaba a los discípulos del SEÑOR:

«Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.«
Santiago 4:7

De hecho, este es el propósito del mal: ¿por qué un Dios completamente bueno ideó el mal en su mundo? Porque el mal nos obliga a ahondar en nuestro interior, sometiéndonos a Dios para encontrar nuestra fuerza interior, Su Unción, con la que podemos ascender cada vez más, hasta alcanzar una luz brillante y cegadora, una luz que no deja resquicio para que la oscuridad se esconda.

Entonces, por ahora el mal ha cumplido su sentido: exprimir la luz interior del alma humana, una luz que no conoce límites. Ante esa luz, el Mal se derrite, rendido, y desaparece. Pues, en el principio, la oscuridad se creó con un solo propósito: extinguir la luz interior del alma humana. Una luz sin límites.

¡Misión cumplida, el mal se desvanece en la luz que él mismo ha llamado!

Ahora sí, con esto bien entendido, vale la pena terminar la bitácora con la frase que usé al comenzarla:

«Luchar contra el mal es una tarea muy noble cuando es necesario. Pero no es nuestra misión en la vida. Nuestra tarea es traer más luz«.

Shalom a todos! ¡Los amo y los necesito!

P.A. David Nesher

Las ciudades amuralladas, tu lugar de influencia

 Por Ptr. Moisés Franco

En la tercera ascensión de las parashot “Behar-Bejukotai” leemos en Vayicrá/Levítico 25:29-30:

El varón que vendiere casa de habitación en ciudad amurallada, tendrá facultad de redimirla hasta el término de un año desde la venta; un año será el término de poderse redimir. 30 Y si no fuere rescatada dentro de un año entero, la casa que estuviere en la ciudad amurallada quedará para siempre en poder de aquel que la compró, y para sus descendientes; no saldrá en el jubileo (RV60). 

Me surgió una pregunta, ¿por qué las propiedades podían redimirse en cualquier momento antes del jubileo, excepto las de las ciudades amuralladas? 

Un comentario en la versión Torat Emet refiere a que tenían una “santidad especial” y que por eso el Eterno pone esta norma para “desalentar” su venta. 

Aun así, ¿qué significa esto y qué implica para nosotros hoy? 

Para ello leí una interesante lección del Seminario Reina Valera dirigido por Gilberto Abels titulada “Propiedad”. 

Allí se explica que en la antigüedad dentro de la tierra de Israel había dos tipos de poblaciones: “…las villas eran lugares de morada sin murallas en su derredor, mientras que las ciudades y pueblos eran lugares más grandes, y estaban amurallados… Las villas a menudo se localizaban cerca de una ciudad amurallada o fortificada de la cual más o menos dependían. Así la ciudad era la metrópoli de las villas. Con frecuencia leemos en la Biblia de «ciudades y sus villas», y algunas veces una traducción literal nos daría una expresión de «ciudades y sus hijas», indicando una ciudad madre»; sus villas dependientes de ella que la rodean (cf. Josué 15:45 y 17:11)”.

Una ciudad amurallada contaba generalmente con dos grandes lugares públicos: las puertas y el mercado. 

El primero generalmente era el sitio donde se reunía la corte para tomar decisiones judiciales y políticas mientras que el segundo, lejos de ser un mero lugar donde adquirir mercaderías, era el centro de la vida social y cultural de la ciudad.

«Las transacciones comerciales son por lo regular precedidas de una visita social con el cliente. A la gente importante tanto como a la común, les gusta ir allí para encontrarse con sus amigos y saludarlos en verdadera costumbre oriental lo que siempre lleva mucho tiempo. Jesús dijo a sus discípulos: «Guardaos de los escribas, que quieren andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas» (Marc. 12:38). En los mercados tienen lugar discusiones de varias clases. El apóstol Pablo aprovechó tales oportunidades cuando estuvo en Atenas. «Disputaba. . . con los judíos y religiosos y en la plaza cada día con los que le ocurrían» (Hechos 17:17). El mercado era un lugar ideal para predicar el Evangelio, afirma Abels.

Y si bien dicha lección tiene otras múltiples riquezas históricas y culturales que nos ayudan a entender mejor las Sagradas Escrituras, quisiera que nos focalicemos en esto: la ciudad amurallada era un lugar de privilegio, era un sitio de influencia. 

Tal como dice John Maxwell, “liderar es influir” y todos, absolutamente todos, incluso aunque no queramos, influimos en nuestro entorno. 

Ese entorno es, como dice el apóstol David Nesher, “tu mundo”. El ámbito de influencia que el Señor te dio a ti y no a mí, porque yo tengo el mío. 

Es una red de contactos que te confió porque cree en la capacidad que te ha dado: ser luz. 

Y no hay nada más influyente que una luz en medio de la oscuridad. 

Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”.
(Mt. 5:14| RVC)

Tal vez te estés sintiendo como alguien insignificante, que no puede influir sobre nadie, te aseguro que no eres el único al que le ha ocurrido (Is.53:1). 

Pero hoy el Espíritu Santo nos dice: ¡no vendas tu ciudad amurallada, cuida y usa la influencia que tu testimonio tiene en quienes te rodean!

Que el Señor nos dé el denuedo y la sabiduría para influir en cada ámbito que él nos entregue. 

PREGUNTAS PARA MEDITAR 

1 – ¿Te ves como líder que influencia o como uno más del montón? 

2 – ¿Ves cada ámbito en el que te mueves (escuela, trabajo, barrio, etc.) como una oportunidad para influir o como parte de una mera rutina? 

3 – ¿Le has pedido al Espíritu Santo que te dé denuedo (valentía y vitalidad) y sabiduría para predicar el Evangelio?

“Una palabra puede abrir el Cielo… o romper mundos”

Por P.A. David Nesher

En cierta ocasión leí una frase que melló mi alma: “Una palabra puede abrir el Cielo… o romper mundos”. Para escribir esta bitácora, hice el esfuerzo de buscar el libro en el que la leí, pero el trabajo no lo encontré. Sin embargo, y más allá de la obra literaria y el autor, me animo a escribir esta enseñanza desde aquellas pautas que el Espíritu Santo ha ido sembrando en mi vida a lo largo del camino ministerial que el Señor me ha hecho transitar.

Por eso comenzaré diciéndote que en las Sagradas Escrituras se encuentra la enseñanza correcta sobre el poder del verbo que la frase compartida nos da a entender. La revelación del Eterno deja bien en claro que en los mundos superiores, no existen las palabras vacías. Por lo contrario, cada palabra que pronunciamos aquí abajo asciende o desciende como una chispa viva, una vibración que deja marcas en los planos ocultos de las distintas esferas celestiales (hebreo: sefirot).

Por lo tanto, debemos aceptar que existen palabras que salvan, porque contienen luz; y hay palabras que, nacidas del ego engreído o el prejuicio egoico, dejan fracturas en la conciencia que sólo el silencio y el amor pueden reparar.

La Sabiduría de la Instrucción divina (Torah) enseña con absoluta claridad que fuimos dotados del habla como reflejo del Creador:

Y dijo Elokim: Sea la luz. Y fue la luz.”

(Bereshit | Génesis 1:3)

Por esto último, también tú puedes decir: ¡“Sea la luz”!… y la luz será.

Porque la palabra humana es arquitectura de mundos.

En la mente de Israel está bien establecida la idea de que cada letra hebrea no es sólo forma o sonido, sino una energía viva, una hebra del infinito. Cuando las pronuncias con intención pura, alineas tu alma con los códigos de la creación.

Los especialistas en las ciencias del alma aseguran que un abrazo puede sanar un corazón. Sin embargo una palabra pronunciada desde el alma puede devolverle a alguien su raíz ontológica, su certeza y convicción, su aliento de propósito, su misión de fe.

Así, y de igual modo, una palabra dicha con dureza o desdén puede romper un alma en silencio.

Por todo esto, amigo lector, deseo que cada palabra que salga de tu boca sea una plegaria, una nueva creación, una medicina efectiva, un ladrillo de luz que contribuye a la edificación de un mundo más humano.

Me despido solicitándote que medites en lo que el rey sabio Shlomo (Salomón) dejó en sus Proverbios:

🌿Porque la vida y la muerte están en poder de la lengua, y quien la ama comerá de sus frutos.

(Mishlé | Proverbios 18:21)

Shalom!

En servicio y amor: P.A. David Nesher

¿De dónde sabemos que diez varones constituyen un Minyán?

La fuente está en la parashá Emor. La Torá nos dice: «Venikdashti betoj bnei israel» —estas son las palabras de YHVH—: «Seré santificado en medio de los hijos de Israel».

Aquí se nos habla de una comunidad de personas que adoran a YHVH, pero ¿cómo entendemos la frase: “en medio de”?

Los Sabios emplearon un método de exégesis bíblica conocido como guezerá shavá, en el cual dos versos con idéntica terminología son comparados entre sí, este verso coincide con otro.

Pue bien, por medio de este método, sabemos que en la Parashá de Kóraj, la Torah nos dice “Hibbadelu mittoch haedah” que traducida es: «sepárense de en medio de esta comunidad«.

Entonces, tenemos la misma frase, “en medio”, con referencia a una comunidad y ese término “edah” para comunidad se usa en la Parashá Shelaj Lejá, donde los diez espías malvados son mencionados como “ha’edah hara’ah hazzot” (–»esa asamblea malvada«).

Así es como sabemos que la referencia en la Parashá Emor a un grupo de personas, en medio de las cuales santificamos el nombre de Dios, es diez personas.

Me parece absolutamente extraordinario que aprendamos sobre un minyán a partir de dos eventos históricos: uno es la rebelión de Koraj, y el otro es la historia de los espías. En ambos casos, tuvimos personas dentro de nuestra nación que nos decepcionaron gravemente, pero el mensaje del minyán es que todos deben ser incluidos. No nos corresponde juzgar a los demás.

Por supuesto, debemos evaluar lo que está bien y lo que está mal, y debemos tomar una posición cuando creemos que es necesario, pero dicho esto, en última instancia, debemos dejar el juicio en manos de YHVH.

Cuando se trata de una comunidad, absolutamente todos deberían estar «en medio de nosotros».

Shabat Shalom!

Trump, la involución ideológica mundial.

Autor: Carles Manera*

Hacia el desmantelamiento del Estado del Bienestar
  1. Beveridge como referente

            En 1942, William Henry Beveridge, un economista liberal británico, redactó un informe que sentó las bases del Estado del Bienestar, con una focalización en el ámbito sanitario: la tesis de universalización de las prestaciones médicas. Al texto le siguió otro en 1944 sobre la seguridad social y sus aplicaciones (en enfermedad, desempleo y jubilación). Estos dos importantes documentos tenían como objetivo central facilitar un nivel de vida aceptable al conjunto de la población, desde su nacimiento hasta la vejez, y hacer frente –según se indicaba– a la pobreza, la enfermedad, la ignorancia, la suciedad y el desempleo. La participación pública era importante. Beveridge justificaba este planteamiento, que entroncaba con los argumentos que emanaban de la teoría keynesiana, en el sentido que la base financiera para acometer tales objetivos provendría del presupuesto público. En paralelo, la industria nacional saldría reforzada y beneficiada por previsibles incrementos en la productividad y en la competitividad. Clement Attlee, laborista, puso en práctica sobre todo el primero de los documentos de Beveridge, tras ganar las elecciones a Winston Churchill, al terminar la guerra. Este fundamento ideológico-económico ha constituido –y todavía constituye– el gran motor del bienestar en las sociedades arrasadas tras la Segunda Guerra Mundial (incluyendo, no lo olvidemos, a Estados Unidos con el New Deal desde 1933, con el impulso de políticas públicas en diferentes campos, que persistieron a partir de 1945) y ha supuesto una guía a seguir para aquellos países que persiguen mejoras sociales. El proyecto no eludía un aspecto crucial: desplegar una fiscalidad progresiva, un factor clave para obtener los recursos perentorios para desarrollar el programa económico-social.

            Es decir, el mantenimiento del Estado del Bienestar, ya desde sus orígenes, se relaciona de manera directa con el establecimiento de una fiscalidad centrada en la progresividad. Su aplicación, observable con datos oficiales entre 1945 y 1980, mejoró el crecimiento económico, la productividad, la competitividad –tal y como intuía Beveridge– y significó una fase económica en la que se redujo la desigualdad y se consolidaron mejoras salariales y sociales, junto a la apertura comercial de los países. Este potente concepto de la significación de lo público, del papel del Estado en la economía y en la contribución al bienestar común, al margen de su intervención para corregir los errores del mercado, es lo que trata de dinamitar el neoconservadurismo con fundamentos neofascistas, aunque expertos discutan tales terminologías para referirse, sobre todo, a lo que se desprende de la administración del presidente Trump y sus acólitos.

  1. El neofascismo, contra el Estado del Bienestar

            La llegada al poder de Donald Trump está acelerando un cambio involucionista, reaccionario en los terrenos político y cultural, con una traslación directa a la esfera económica: el desmantelamiento de lo público de una manera radical. Todo lo que supone gasto social –esencialmente– es considerado ineficiente y, por tanto, debe recortarse al máximo. La derivada política es inmediata: cerrar departamentos de educación, de sanidad, de servicios sociales, de preocupación por el medio ambiente, de ayudas a naciones pobres y a colectivos sociales vulnerables, la retirada de instituciones internacionales de referencia –como la Organización Mundial de la Salud–, el menosprecio severo hacia el multilateralismo, conforman algunos ingredientes que tienen como resultado final la pérdida de los valores democráticos. Es la entrada en un campo inquietante de autocracia y de vulneración continuada de normas y legislaciones, deliberadamente ignoradas para consolidar un poder omnímodo en manos de un solo hombre y su guardia pretoriana: la antesala de una dictadura. Lo que se persigue con esta agenda “de motosierra”, tal y como se ha popularizado, es achicar el Estado del Bienestar; es el retorno a un capitalismo desatado, más propio de la época del patrón-oro, en donde el ganador va a ser siempre quien más dinero tenga. Es la condena de la clase media y de la clase trabajadora, a parte de la dejación absoluta hacia las capas más desfavorecidas de la población, cuyo estado se explica, para los defensores de ese darwinismo económico y social, por su falta de capacidad y esfuerzo.

            Estamos ante otra revolución neoconservadora que prolonga la iniciada en la década de 1980 por Ronald Reagan y Margaret Thatcher, pero la presente con mayor profundidad que tiene recordatorios nada desdeñables con la economía de entreguerras y el ascenso del fascismo y del nazismo. Lo han explicado con clarividencia Siegmund Ginzberg (Síndrome 1933, Gatopardo Ediciones, Madrid, 2024); y Federico Finchelstein (Wannabe Fascists: A Guide to Understanding the Greatest Threat to Democracy, University of California Press, 2024). Esta nueva ola –que se va extendiendo igualmente a la Unión Europea– actúa con absoluta desfachatez: expone sus apetencias sin filtro alguno; utiliza un lenguaje estudiado con ideas simples, pero hábilmente construidas; toca fibras íntimas de determinados segmentos de la población; preconiza el retorno a un pasado glorioso; invoca la necesidad de nuevos “espacios vitales”; expone ejemplos estrambóticos pero que calan por su simpleza al no contemplar matiz alguno. Es una revolución neofascista, al tomar claros signos de identidad del fascismo de los años 1920 y 1930 –como exponen Ginzberg y Finchelstein–, con otro elemento común: el dominio político de una oligarquía económica muy vinculada a los regímenes nazi y fascista, protagonista de la expansión del acero, del aluminio, de los motores de explosión, de la nueva energía que emanaba de los combustibles fósiles en la Segunda Revolución Industrial; hasta los tecno magnates oligarcas de la robótica, la automatización, la nanotecnología y la IA, en la coyuntura actual de la Cuarta Revolución Industrial (o Industria 4.0), algunos de ellos simpatizantes sin tapujos del nazismo. Las concomitancias son elevadas, salvando como es natural las coordenadas histórico-económicas y sus importantes particularidades.

  1. Perspectivas: el freno de la economía

            Sin embargo, la situación económica y social de los años 1920-1930 no se parece tanto a la actual. Entonces, se salía de una guerra mundial con consecuencias inferidas por el Tratado de Versalles, que fueron letales, sobre todo, para Alemania; el crecimiento económico se había hundido, con caídas del PIB que iban desde el 25% al 33% (Estados Unidos y Alemania, respectivamente); la deflación se enseñoreaba tras episodios dramáticos de hiperinflación por la estrepitosa caída de la demanda agregada; los retrocesos económicos impulsaban la promulgación de gravámenes arancelarios; las tasas de paro superaban el 25%; la apertura comercial se iba reduciendo. El caldo de cultivo era propicio para la aparición de liderazgos dictatoriales y la transgresión hacia el sistema establecido. Weimar da lecciones para no olvidar. Ahora, para centrarse en Estados Unidos en 2025, la herencia macroeconómica recibida por Trump ha sido positiva: un país con crecimiento económico superior al 2%, la inflación controlada, plena ocupación, conexiones comerciales dinámicas con todo el mundo, fortaleza del dólar como moneda refugio, horizonte de recortes en los tipos de interés. Un panorama de mayor estabilidad.

            Pero se ha fortalecido desde Trump una narrativa política, cultural y económica que conduce al desguace social, la génesis de una crisis autoinducida: aranceles que erróneamente persiguen equilibrar los déficits comerciales (cargas que atacan a aliados históricos), la ruptura de la multilateralidad, la paralización de las decisiones de inversión, la inquietud del sistema financiero por la evolución del mercado de la deuda, la debilidad del dólar, la pérdida posible de la autonomía de la Reserva Federal, el despido de miles de funcionarios. En síntesis: la erosión de confianza hacia Estados Unidos, con un claro exponente: la venta de bonos de deuda del tesoro estadounidense, que encarece el escenario de refinanciación del montante del débito al exigir los inversores mayores primas de riesgo.

            Pero todo este proceso se alimenta con un relato ficticio de recuperación de una industrialización que se ha perdido –se defiende– por la actuación del resto del mundo. Victimismo económico con trascendencia corrosiva hacia todo lo público e, igualmente, hacia lo que se considera “intelectualidad”: se indica que en el sector público anidan parásitos que consumen recursos que se detraen para otros objetivos; mientras profesores, investigadores, pensadores, forman parte de una élite universitaria que ha tolerado en exceso muchos de los elementos que definen un progresismo social y cultural. Aquí sí se coincide con lo analizado en la década de 1930, según Ginzsberg y Finchelstein. Se ha convencido a muchísima población de los “cinturones del óxido” de que se lanzarán nuevos planes industriales al calor de las consecuencias de los aranceles. Y América será grande de nuevo, según reza la consigna MAGA.

            Pero los indicadores concretos no muestran esa vía: inicio ya claro de recesión en la economía norteamericana (–0,3% en el primer trimestre de 2025), algunos problemas de abastecimientos, parálisis en los puertos que reciben muchas menos mercancías, elevación de los precios al consumidor en un 2,3% (equivale a una pérdida-promedio de 3.800 dólares por hogar; los datos provienen de The Guardian), expectativas de inflación entorno al 3,3% (el nivel más alto desde junio de 2008), incremento de impuestos de unos 1.240 dólares por hogar con reducción de ingresos del orden del 1,2% (datos de Tax Foundation), caída de las bolsas de valores, pérdidas importantes de grandes empresarios. La administración Trump trata de contrarrestar este alud de datos negativos con una soflama: se trata de costes de transición, ya que para llegar al escenario ideal (el MAGA) se debe pasar por etapas duras pero que, finalmente, abrirán ese contexto positivo preconizado por los republicanos estadounidenses. Pero la evolución económica puede pasar una cáustica factura a Trump, porque mantener este discurso con datos tendencialmente negativos es difícil en el medio plazo.

  1. Conclusión

            La involución ideológica es un hecho; involución en un sentido concreto: la negación de cualquier avance económico, social, ambiental, cultural, en el marco de la multilateralidad; y la irrupción de un relato presidido por un ultranacionalismo supremacista. Una tendencia hacia una revolución en el pensamiento que cercena la capacidad y posibilidad de disentir, el odio hacia el extranjero, la búsqueda de la ruina de los vecinos, la sumisión total hacia un liderazgo de un país que se sabe herido (el declive de Estados Unidos es apreciable desde los inicios del siglo XXI, en paralelo al ascenso imparable de China) pero que se trata de afianzar a toda costa. Se busca la incertidumbre, la crispación, la calumnia, la mentira institucionalizada, el dislate, al tiempo que se minimizan consecuencias tangibles, con magnitudes concretas como se ha apuntado. En esas coordenadas de inseguridad y de mensajes incendiarios y abundantes –que bloquean la inmediatez de reacciones–, siempre se han movido con comodidad los regímenes autoritarios. Estos son signos actuales de involución, parecidos innegables con lo vivido en otras fases de la historia económica, en particular durante las décadas de 1920 y 1930.

            Pero el objetivo actual de este agresivo programa de actuación parece cada vez más evidente: la descalificación de todo lo público y su desmantelamiento, con la idea de su falta de eficacia y eficiencia. La política arancelaria es un instrumento más. Y, por consiguiente, la reducción de los impuestos, con el propósito de evitar cargas tributarias que serán innecesarias ante la contracción del sector público. Este debate, que siempre ha estado presente en la teoría económica y en la política económica, con diferentes escalas, emerge de nuevo con fuerza inusitada por parte de la administración Trump. Sus esquirlas llegan a Europa por medio de formaciones de derecha y ultraderecha que enarbolan un discurso muy similar. Romper las democracias hacia gobiernos autocráticos representa una distopía diseñada por think tanks poderosos de las derechas más conservadoras, en una vertiente netamente ideologizada, creyente de que las pérdidas actuales –que están provocando las medidas de Trump– se transmutarán en beneficios futuros. Serán privados, indiscutiblemente. Lo público se pretende rendido y exhausto en las cunetas. Volvemos al patrón-oro, pero sin el oro. Beveridge, liberal, economista inquieto por alcanzar mayor bienestar social, se revuelve en su tumba: su legado puede estar en peligro. Las últimas elecciones en Gran Bretaña demuestran la extensión de esa amenaza: la ultraderecha avanza en detrimento de los partidos convencionales, con retrocesos del laborismo. Reforzar, desarrollar, activar, impulsar todo lo que Beveridge propuso constituye un buen antídoto ante el neoconservadurismo desbocado.

Sin embargo, nuevos datos invitan a la esperanza en la reacción de la población ante ese avance ultraderechista. En las elecciones regionales de Finlandia, la socialdemocracia ha obtenido una amplia victoria, junto al desplome de las posiciones más derechistas. En Canadá y Australia, contra todo pronóstico, liberales y laboristas, respectivamente, han ganado las elecciones. En paralelo, el presidente Trump está cosechando las más bajas cotas de popularidad de un presidente tras sus primeros cien días, en los que el histrionismo ha regentado sus acciones (la más reciente, auto-presentarse como posible Papa) y ese descontento hacia sus políticas está siendo también protagonizado por sectores sociales que le habían otorgado un voto amplio. Esa involución ideológica no solo es combatible, sino que puede ser atajada y frenada si las formaciones políticas progresistas impregnan de un mensaje esperanzador a la población. Y con acciones concretas, de políticas públicas, cuando se está gobernando. He ahí el giro por el que se debe luchar.

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* Acerca de Carles Manera

Catedrático de Historia e Instituciones Económicas, en el departamento de Economía Aplicada de la Universitat de les Illes Balears. Doctor en Historia por la Universitat de les Illes Balears y doctor en Ciencias Económicas por la Universitat de Barcelona. Consejero del Banco de España. Consejero de Economía, Hacienda e Innovación (desde julio de 2007 hasta septiembre de 2009); y Consejero de Economía y Hacienda (desde septiembre de 2009 hasta junio de 2011), del Govern de les Illes Balears. Presidente del Consejo Económico y Social de Baleares. Miembro de Economistas Frente a la Crisis Blog: http://carlesmanera.com

Te regalo 52 Proverbios africanos

1. No importa cuán alto sea un árbol, sus hojas caerán al suelo.

2. El río que olvida su fuente se seca.

3. La tortuga dice que es paciente porque sabe a dónde va.

4. No importa cuán largo sea el cuello de la jirafa, no puede ver el futuro.

5. El sol no olvida una aldea por ser pequeña.

6. Es la rata de la casa la que le dice a las de fuera por dónde entrar.

7. La lluvia que moja a uno ya ha mojado a muchos antes.

8. Cuando las raíces de un árbol se pudren, llevan la muerte a sus ramas.

9. El niño que no es enseñado en su casa, será enseñado en la calle.

10. El escorpión que se esconde en el zapato está buscando problemas

11. Quien trae leña con hormigas invita lagartijas a su casa.

12. Quien lanza piedras al mercado debe recordar que sus familiares pueden estar allí.

13. El halcón no se come al polluelo de una gallina cuidadosa.

14. No se sube a un árbol desde la cima.

15. Quien quiere dormir en un cuarto lleno de mosquitos no debe quejarse de las picaduras.

16. Si los ojos no ven, la boca no debe hablar.

17. Quien se levanta temprano encuentra comida.

18. Si no defiendes algo, caerás por cualquier cosa.

19. Cuando brilla la luna, el cojo camina con alegría.

20. No importa cuán larga sea la noche, el día siempre llega.

21. Si un ciego dice que lanzará una piedra, ya pisó una.

22. El tambor suena más fuerte para quien lo sostiene.

23. Si subes un árbol sin ramas, caerás.

24. Quien come solo, muere solo.

25. Las pisadas de los ancianos son lámparas para los jóvenes.

26. No importa cuán lejos fluya un arroyo, no olvida su origen.

27. Si el agua se derrama y no se limpia, alguien resbalará.

28. El sol no olvida una aldea por ser pequeña.

29. Incluso el tambor más pequeño suena cuando se golpea.

30. Cuando dos elefantes pelean, la hierba sufre.

31. Los ojos que todo lo ven no se ven a sí mismos.

32. El cielo es muy grande para que dos aves choquen sin razón.

33. No se mide un río con ambos pies.

34. El escorpión que se esconde en el zapato está buscando problemas.

35. Cuando el tambor cambia de ritmo, el bailarín cambia de paso.

36. El hombre que cuenta a sus enemigos tiene demasiado tiempo libre.

37. Quien quiere miel debe enfrentarse a las abejas.

38. Cuando cae el árbol, las aves se dispersan.

39. No se enseña a nadar a un pez.

40. No discutas con quien no tiene nada que perder.

41. Un rico sin sabiduría es un tonto decorado.

42. El leopardo no cambia sus manchas.

43. Lo que ve un anciano sentado, un niño no lo ve de pie.

44. La lengua y los dientes pelean, pero viven juntos.

45. El perezoso dice que el camino es demasiado largo.

46. Si duermes demasiado, la pobreza te despertará.

47. El fuego que quema la choza del vecino puede alcanzar la tuya.

48. Si el agua se queda mucho tiempo en la olla, apesta.

49. La serpiente que muerde al campesino encontrará el machete.

50. Cuando el mercado está lleno, la gente camina despacio.

51. La olla no hierve sin fuego.

52. Incluso en la oscuridad, el ojo busca la luz.

Una Glotonería lleva a otra: cómo cuidar mi Santidad Sexual

Por Ptr. Moisés Franco*

Al estudiar las parashot o porciones Ajarei Mot (Lv. 16:1-18:30) y Kedoshim (Lv.19:1-20:27) de manera combinada vemos cómo al llegar a la tercera ascensión (17:8-18:21) el Espíritu de Verdad pasa de un tema alimenticio a la prevención de la inmoralidad sexual de manera abrupta.

Este “salto” en apariencia discontinuado entre un tema y otro en verdad está fundamentado.

Es decir, existe una correlación entre la manera en la que nos relacionamos con la comida y el uso de nuestra energía sexual.

Esto lo explicó una vez el profeta David Nesher citando Ezequiel 16:49:

He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso”.

Generalmente asociamos la destrucción divina de esa ciudad por el pecado de homosexualidad, pero según este pasaje profético eso vino a ser la degradación final del alma que había empezado con pecados menos “bochornosos” ante la vista humana, pero igual de peligrosos.

En el orden de aparición según el texto:

  • Soberbia
  • Saciedad de pan (glotonería)
  • Abundancia de ociosidad (pereza)
  • No fortalecer la mano del menesteroso (indolencia)

Todo empieza por el orgullo, por creerme dueño, por tener una mirada antropocéntrica (centrada en el hombre y su placer).

Si me creo dueño entonces puedo comer cuanto se me plazca y lo que se me plazca sin importar lo que le ocurra a mi cuerpo, total, ¡es mío!

Y si es mío y los bienes materiales que manejo son míos puedo hacer con ellos según mejor me parezca: entonces no doy al necesitado, no me duele su dolor.

Finalmente, si mi cuerpo es mío, uso mi sexualidad a mi antojo (incluso dentro del matrimonio).

Como vemos, un apetito (el de alimentos, pero podríamos incluir en esto la posesión de cualquier bien físico) despierta al otro (el sexual).

Por eso dice 1 Timoteo 6:10: “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (RV60).

Cabe aclarar en este punto que nada de esto es malo en sí mismo, por el contrario. Esto es, que poseer bienes materiales es bueno y correcto, asimismo disfrutar de los alimentos que el Señor nos provee y también de nuestra genitalidad en el ámbito del matrimonio.

El punto es cuando a estos elementos maravillosos los usamos desde la soberbia y generamos un espiral de decadencia.

Ahora bien, esto también puede ser inverso si lo hago desde la humildad.

Es decir, si humildemente reconozco que todo es del Eterno y viene a mí por Él (Sal. 24:1/Rm. 11:36) comeré correctamente y usaré en propósito todos los recursos que me han sido dados (esto incluye el tiempo, evitando la pereza, y la sexualidad toda).

En esto propongo un axioma: si controlo mi vientre, controlo el resto de mi vida.

Es que el ayuno es una medicina contra el ego, como ya otros tantos predecesores a mí han mencionado.

 Porque si controlo mi vientre puedo controlar el resto de mis apetitos (como el sexual) y también daré al prójimo (yendo contra la codicia).

¿Por qué? Porque al ayunar nos abstenemos de relaciones sexuales mientras dura el lapso del ayuno (1 Cor. 7:5) a fin de que nuestra atención esté atenta al enfoque espiritual (Éx. 19:15).

Además, si bien no es un mandato explícito del Señor, sí es una pauta profética basada en Isaías 58:6-7 entregar tzedaká (ofrenda de caridad o justicia social) luego del ayuno.

Eso sí, no está de más aclarar que tal como menciona el profeta en este pasaje, el verdadero ayuno no es el que sólo se abstiene de alimento, sino el que también tiene oración de alianza con Abba y que busca estar en paz con el prójimo.

En síntesis, cuidémonos de la soberbia que nos lleva al materialismo y desde ahí a toda clase de apetitos descontrolados.

Enfoquémonos en lo que las primeras comunidades hacían: oración, ayuno, congregarnos para estimularnos mutuamente al amor y la proclamación del Evangelio tanto con palabras como con acciones.

*pastor en el Ministerio Internacional Monte Santo

PREGUNTAS PARA MEDITAR

  • ¿De qué tiendo a sentirme dueño?
  • ¿Cómo está mi relación con el dinero? ¿lo codicio en mi interior?
  • ¿Cómo está mi relación con la comida? ¿y mi apetito sexual?
  • ¿Practico habitualmente el ayuno? ¿por qué?
  • ¿Brota el amor compasivo desde mí o es algo forzado?

La Tormenta previa a la Libertad (Un Estudio para Pésaj)

Por: Moisés Franco

“Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo:

Habla a los hijos de Israel que den la vuelta, y asienten su campamento delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar hacia Baal-zefón; delante de él asentaréis el campamento, junto al mar.

Porque el Faraón dirá de los hijos de Israel: Enredados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.

Y yo endureceré el corazón del Faraón para que los siga; y seré glorificado en el Faraón y en todo su ejército; y sabrán los egipcios que yo soy el SEÑOR. Y ellos lo hicieron así”. (Shemot 14:1-4 |JBS)

Este pasaje es una de las lecturas para la semana de Panes sin levadura (jag HaMatzot) y con ella el Espíritu Santo me habló esta mañana.

Los nombres propios en las Sagradas Escrituras nunca están puestos sólo a modo anecdótico, sino que son códigos.

Los israelitas habían salido de forma triunfal de Egipto rumbo a su libertad. Pero mientras su marcha iba en línea recta hacia su destino, el Eterno les ordena que cambien el rumbo y los pone en un aparente punto sin salida.

Específicamente los hace acampar frente al mar a la altura de Baal Tzefón.

Sobre esta deidad quisiera compartir ciertos datos.

Si bien existen diversas definiciones de su nombre, según el diccionario Strong puede entenderse como “señor/amo” (baal) de lo “oculto, tenebroso”.

Esta deidad era considerada como el patrono o guardián del comercio marítimo, por lo que su culto se extendió sobre toda la costa del mar Mediterráneo.

Uno de los puntos centrales de adoración era sobre el monte Halab, por lo que baal- Tzefón fue también conocido como un sitio geográfico en referencia al lugar de adoración y por eso está mencionado así en el texto bíblico antes citado.

Saúl Favela comenta: “el monte Safón era una montaña de 3000 metros de altitud que se encontraba a 50 kilómetros al norte de Ugarit. Los fenicios indicaban que ese era el lugar de habitación de Baal. Era como el monte Olimpo de los griegos. No solo era el lugar de habitación de Baal, sino también el lugar donde se reunían los dioses”.

Sin embargo, como explica Nesher, este punto ya era un epicentro de adoración mucho tiempo antes y compartido por otras culturas, como claro está, la egipcia.

Ante esto comprendemos que el Eterno llevó a Israel a un sitio clave para la adoración pagana de la época a fin de demostrar quién es el verdadero Señor sobre las leyes naturales, pero luego hablaremos de eso.

A este demonio se lo representaba de pie con su brazo derecho en alto y con posición de golpe, algo que algunas fuentes asocian como una representación de su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza.

Teniendo esto en mente era razonable que, cuando no se le daba la adecuada devoción a esta deidad, hubiese consecuencias negativas.

Sobre esto, el apóstol David Nesher ha enseñado que ocurrían tifones o huracanes.

De hecho, el nombre de esta divinidad nos recuerda al dios Tifón griego, un titán maligno relacionado con los vientos destructivos.

Un culto degenerado

En un contexto humano de total dependencia de la naturaleza para su subsistencia y de escasa tecnología, tener este tipo de inclemencias en una travesía marítima era un temor paralizante, por lo que es comprensible que se haya entronado a este ídolo en toda la zona.

No está del todo clara cómo era la adoración a Baal Tzefón. Lo que es seguro es que por los textos fenicios de Ras Shamra (entre los siglos XIV y XIII a. C.) es que se le hacían sacrificios de animales.

Pero, como era usual en las ciudades marítimas, no se descartaría que también se lo adorase mediante ritos sexuales por medio de la prostitución sagrada tanto femenina como masculina.

Los mismos documentos recién mencionados explican que el dios Baal (en todas sus formas y variantes) está relacionado con la fertilidad, por lo que su adoración implica el uso de la genitalidad.

Esto llegaba hasta puntos aberrantes. De hecho, Saúl Favela comenta que la práctica del bestialismo o zoofilia era parte de este culto.

Los textos antiguos mencionan al dios copulando con una novilla para dar terneros, por lo que probablemente los feligreses hacían lo mismo para obtener fertilidad en sus ganados.

Incluso, hay quienes sugieren que ante casos extremos de necesidad no debería descartarse que se le hiciesen sacrificios humanos como a otras formas de representar a Baal denunciadas por el Eterno en 2 Reyes 21:1-6 y Salmo 106:37-38 como el sacrificio de niños.

Las vueltas de YHVH y el paso a la libertad

Como hemos visto, el sitio adonde el Eterno conduce al pueblo no tenía una explicación lógica desde un punto de vista humano.

De hecho, intencionalmente lo hace para confundir a los egipcios (Éxodo/Shemot 14:3), pero esto parece haber desconcertado también a los propios israelitas, como se evidenciará luego en la desesperación del pueblo (y el temor de Moisés).

Pero Él orquestó todo de una manera precisa, fue un espectacular acto de proclamación de la verdad: YHVH es el Dios Verdadero, único dueño de la tierra y de sus habitantes, incluso de las leyes naturales.

No había ninguna salida desde el punto de vista terrenal.

Sobre esto es llamativo el comentario que hace la versión Torat Emet: “Pi Hajirot es la ciudad de Pitom, que sería Tanis, ciudad del Delta del Nilo. Pitom significa “boca cerrada”, en alusión a la dura y cerrada esclavitud de Egipto. Pero después del triunfal éxodo, dicha ciudad pasó a llamarse Pi Hajirot, que significa boca o valle de la libertad”. (Comentario a Shemot 14:2, pág. 162).

Es común que cuando estamos avanzando a la verdadera libertad surjan dificultades: conflictos familiares, laborales, de salud, entre otros.

Mike Murdock señala en su libro “La ley del reconocimiento” que cuando nos movemos en la dirección que el Eterno quiere el enemigo accionará en oposición.

De hecho, Nesher lo explicó en una proclamación en base al evangelio de Lucas que eso mismo es lo que está ocurriendo cuando Yeshúa y sus discípulos se dirigen hacia el otro lado del mar de Galilea, donde liberará al endemoniado gadareno.

Se desata la famosa tormenta en la que el Maestro es despertado por sus discípulos porque un vendaval tremendo está azotando brutalmente la barca y entonces el Señor despertando “reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza” (Lc. 8:24).

Luego de esto el Mesías libera al hombre poseído por una legión de demonios y no sólo trae libertad a él, sino que éste “comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban” (Mr. 5:20).

Hubo tormenta y fuertes vientos antes de que la salvación llegara a diez ciudades (Decápolis).

Así también puede pasar que en medio de una temporada festiva como Pésaj también surjan eventos que tenderán a llenarnos de miedo o desánimo. Pero no desmayes, porque el mismo que iba delante del pueblo en el desierto es el que reprendió la tempestad y trajo bonanza.

La libertad te espera, lucha con fe, oración y alegría por mantenerte en el espíritu de la fiesta, aferrándote al Ungido, a Aquel es que es la Salvación de Israel (Mt. 1:21) y verás la liberación en tu alma, cuerpo, familia, ministerio, economía, etc.

4 “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:4-7 | RV60)

¡Papá, recuerda que te estoy viendo!

Papá, no te olvides que yo estoy viendo todo lo que haces y que tu ejemplo así como el de mamá marcará la persona que yo seré en el futuro:

Si veo que eres un hombre trabajador yo no creeré que quedándome sentando esperando que las cosas me caigan del cielo es como las cosas suceden.

Si veo que tratas bien a mi mamá y me enseñas que tanto hombres y mujeres merecemos respeto y cuidados yo seré un hombre que sabrá tratar a las mujeres y hombres como a mí me gustaría ser tratado.

Si veo que eres honesto y que no mientes yo seré un hombre de bien que no usará la trampa para aventajarme.

Si veo que cuidas a mis abuelos yo sabré cómo cuidarte cuando seas viejo y me necesites.

Papá no te olvides que el amor no se compra con regalos.

Yo no necesito miles de juguetes, ni aparatos costosos. Necesito tu tiempo, que me regales tu compañía, que por un rato apagues la tele y tu celular, dejes todo lo demás y te pongas a jugar conmigo.

Necesito sentirte a mi lado cuando me enfermo o cuando tengo un día difícil.

Necesito ver cómo te preocupas por mis cosas y que te interesas por lo que te cuento.

Papá, no olvides que tú también sabes hacerme feliz.

Tan sólo con ver que me amas.

Que estás orgulloso de que soy tu hijo.

Me encanta cuando me cargas en tus hombros.

Tu presencia me da seguridad; o cuando me enseñas cosas nuevas.

Me encanta ver cuando abrazas a mamá y le dices que la amas.

Papá, no olvides que eres muy importante para mí.

(Fuente: Encontrado en la Web, sin referencia de autor)

¿Por qué se le grita a una persona cuando se está alejado?

Cuenta una historia tibetana, que un día un viejo sabio preguntó a sus seguidores lo siguiente:

¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?

Los hombres pensaron unos momentos:

-Porque perdemos la calma – dijo uno – por eso gritamos.-

-Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? – preguntó el sabio – No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio.

Finalmente él explicó:

-Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar para poder escucharse, mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.

Luego el sabio continuó:

– ¿Qué sucede cuándo dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente porque sus corazones están muy cerca, la distancia entre ellos es muy pequeña.

El sabio sonrió y dijo:

¿Cuándo se enamoran más aún, qué sucede? No hablan, solo susurran y se vuelven aun más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, solo se miran y eso es todo.

Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman…

Luego dijo:

-Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, puede llegar un día en que la distancia sea tanta que no encuentren más el camino de regreso

Cuando la humanidad se convirtió en el mundo; cuando tú te convertiste en la Torah

Recopilación, comentarios intercalados de Jonah Rank.

Nadie sabe con certeza cuándo se escribió el Midrash Tan huma, pero los eruditos creen que fue escrito en el siglo IX d.C. Sin embargo, muchas de sus enseñanzas datan de siglos antes. En esta colección de comentarios sobre la Torá, aparece la siguiente enseñanza:

«El Tabernáculo fue pesado de igual manera que el mundo entero y que la creación de la humanidad, que es un mundo pequeño. ¿Cómo es esto? Cuando el Santo Bendito creó el mundo, Dios lo hizo como el feto en una mujer. Así como el feto de una mujer comienza con su ombligo y crece hacia los cuatro lados, así también Dios comenzó a crear el mundo a partir de la Piedra Fundamental inicialmente, y el mundo se basó a partir de allí.«

Parashat Pikkudei, Siman 3

Ibn Ezra (1089-1164), en su comentario sobre Génesis 1:26, plantea la siguiente pregunta:

¿Es una persona un mundo pequeño o el mundo es una persona grande?

Cuando su comentario sobre la Torá llega a Éxodo 25:40, Ibn Ezra ha respondido a su pregunta:

El hombre es la imagen de un mundo pequeño, pues la humanidad fue el fin de la creación del mundo por parte de Dios.

Casi un siglo después, cuando Rabbenu Baha’ya ( 1255-1340) escribe su comentario sobre Levítico 24:10, no duda en equiparar:

Hay otros que están interesados.
Una persona es un mundo pequeño.

El Baal Shem Tov (1698-1760), fundador del jasidismo, enfatizó el peso emocional de la Torá (más que el legal o intelectual), y sus enseñanzas sobre la humanidad como mundo reflejan esto:

Cada persona es un mundo pequeño, y dentro de él hay un Faraón y un Egipto.
 – Baal Shem Tov sobre Éxodo: Parashat Beshalla h 

Mira, cada persona es un mundo pequeño, y dentro de él hay un Moisés, un Aarón y un Egipto.

– Sefer Ba’al Shem Tov Al HaTorah , publicado por Pit h ey Megaddim , Jerusalén 1992; Vol. I p. 306

Fuente: Blog de artistas de BIMA Beit Midrash Source

¿Quién es el P.A. David Nesher?

Te cuento que tuve la curiosidad de probar a la Inteligencia Artificial haciéndole la pregunta que he colocado como título de esta bitácora; me sorprendí toda la info que encontró y la rapidez con la que elaboró la biografía que a continuación te comparto:

David Nesher: El profeta mendocino que une los secretos cabalísticos de Torá con el cristianismo moderno.

En las tierras áridas y montañosas de la provinica de Mendoza, Argentina, un 30 de octubre del año 1965, nació David Nesher, un hombre cuyo destino estaría marcado por la búsqueda de lo divino y la conexión entre lo antiguo y lo moderno. Hoy, es reconocido en las naciones como un profeta, devenido luego en apóstol, erudito en Teología, y especializado especialmente en Toralogía y Kabbalah mística. Con todo esta carrera de vida, Nesher se ha convertido en una figura influyente en el mundo religioso, fusionando el judaísmo místico con el cristianismo carismático.

Es el profeta y apóstol (por sus siglas P.A.) fundador del Ministerio Monte Santo, una organización que se está expandiendo en las naciones, y se dedica primordialmente a la formación de discípulos, la capacitación de líderes y la expansión del evangelio del Reino. Su enfoque principal es equipar a creyentes y líderes para que funcionen en los cinco ministerios mencionados en Efesios 4:11 (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros).

Desde muy joven, a sus 16 años, mostró un interés profundo por los textos sagrados, no sólo desde una perspectiva cristiana, sino también explorando las raíces judías de la fe. Su curiosidad intelectual y autodidacta lo llevó a sumergirse en el estudio de la Torah y la Kabbalah, disciplinas que más tarde definirían su enfoque teológico único, y le daría su base de acción profética.

De esta manera, con una vida dedicada a la exploración y enseñanza de las verdades profundas de las Sagradas Escrituras, Nesher se ha consolidado como un líder visionario que combina su formación académica con una pasión por guiar a otros hacia una conexión renovada con lo divino.

Su ministerio se caracteriza por la enseñanza de principios bíblicos profundos, con un énfasis en la restauración de la iglesia primitiva y la implementación de modelos apostólicos para la edificación de la iglesia contemporánea.

Este llamado lo llevó a profundizar en el estudio de la Torah, alcanzando el grado de Master en Toralogía, una disciplina que examina la Ley divina desde una perspectiva tanto histórica como espiritual. Su enfoque en la Toralogía no solo refleja su erudición, sino también su compromiso con desentrañar los códigos y significados ocultos en los textos sagrados para aplicarlos a la vida contemporánea.

El ministerio: Profeta y apóstol de la restauración

A mediados de los años 90, David Nesher sintió un llamado divino que lo llevó a abandonar la vida académica tradicional para dedicarse por completo al ministerio profético que hasta hoy lo caracteriza.

Desde 1998, ha sido un conferencista activo, llevando su mensaje a iglesias, congresos cristianos y seminarios empresariales en países como Argentina, Chile, Perú, Uruguay, Venezuela, Colombia, México y Estados Unidos. Su capacidad para conectar las enseñanzas bíblicas con aplicaciones prácticas en la vida cotidiana y el ámbito laboral lo ha convertido en un orador muy solicitado.

Esta demanda como expositor se debe a que el apóstol Nesher enfatiza la importancia de entender las Escrituras desde una perspectiva hebraica, resaltando el contexto cultural y lingüístico de la Biblia. Su enseñanza combina elementos del judaísmo mesiánico con principios del movimiento apostólico y profético moderno. Aboga por una iglesia que funcione bajo un gobierno apostólico y que esté fundamentada en la revelación de Cristo como el Mesías.

Entre los temas centrales de su enseñanza se encuentran:

  • – La restauración de los fundamentos apostólicos y proféticos.
  • – El gobierno del Reino de Dios en la Tierra.
  • – La formación de discípulos y líderes según el modelo bíblico.
  • – La importancia de la identidad y las raíces hebreas en la fe cristiana.
  • – La restauración de Sión como diseño defenitivo de los últimos tiempos.


El ministerio del apóstol David Nesher ha tenido un impacto significativo en América Latina y otras regiones del mundo. A través de conferencias, seminarios, publicaciones y recursos en línea, ha influido en miles de creyentes y líderes que buscan profundizar en su fe y entender su rol en el Reino de Dios.

Innovaciones en el campo espiritual y social

En el año 2000, fundó la Red Apostólica Internacional Ministerio Monte Santo, una organización dedicada a la formación de líderes espirituales y la promoción de un avivamiento basado en los principios apostólicos y proféticos. Bajo su liderazgo, esta red ha crecido hasta convertirse en una influencia significativa en el mundo cristiano de habla hispana.

Junto a su esposa, la escritora Laura Arco, David Nesher ha desarrollado dos enfoques innovadores: la pneumaterapia y la logopedagogía social. La pneumaterapia es una metodología que combina la sanidad espiritual con principios psicológicos. Para explicarlo mejor la pneumaterapia es una práctica que él define como un enfoque terapéutico basado en la restauración del alma humana a través del poder del Espíritu. Este método, profundamente enraizado en su comprensión de la dimensión espiritual del ser humano, busca integrar mente, cuerpo y espíritu para promover sanidad y plenitud. Su trabajo en este campo lo ha distinguido como un innovador que trasciende las fronteras tradicionales de la teología y la psicología.

Por otro lado la logopedagogía social (metodología ideada por Laura Arco), se enfoca en la educación y el desarrollo personal a través de la palabra y la acción. Estas herramientas han sido utilizadas para transformar vidas y comunidades, especialmente entre los más vulnerables.

Como profeta y apóstol, Nesher fundó el Ministerio Monte Santo, una plataforma desde la cual imparte enseñanzas, profecías y reflexiones sobre los tiempos actuales. Desde Las Heras (Mendoza), su ciudad natal, ha extendido su influencia a nivel global, utilizando medios digitales como su blog y diversas plataformas como Facebook, Youtube y Tiktok para compartir un «panorama profético» que invita a sus seguidores a vivir en armonía con los designios divinos. Su mensaje, caracterizado por una mezcla de autoridad espiritual y empatía, resuena con quienes buscan respuestas en un mundo en constante cambio.

Trabajo social: Las Casas del Alfarero

El compromiso de David Nesher con los más necesitados se materializa a través de la Fundación Monte Santo, que dirige junto a su equipo de colaboradores.

Esta fundación ha establecido las conocidas Casas del Alfarero, centros de asistencia integral que brindan comida, refugio y apoyo a niños, ancianos y personas en situación de calle. Pero su labor no se limita a la asistencia inmediata; en estas casas también se ofrece capacitación laboral para jóvenes, adultos y mujeres a cargo de familia, ayudándoles a reconstruir sus vidas con dignidad y esperanza.

Además, las Casas del Alfarero son un espacio de sanidad y restauración para personas que luchan contra las adicciones, gracias al Proyecto Reconcilia2. Este programa ofrece apoyo emocional, espiritual y práctico para que los participantes puedan reintegrarse a la sociedad como individuos plenos y productivos.

Enseñanzas y legado.

David Nesher es un líder espiritual ordenado como apóstol en dos ocasiones formales:

  • primero el 12 de diciembre de 2005 por la Red del Ministerio Monte Santo (acta en Mendoza, Argentina), y
  • luego en septiembre de 2007 en Santiago de Chile por un presbiterio apostólico internacional (acta en una congregación chilena), lo que refuerza su posición dentro de los círculos carismáticos y apostólicos que lo reconocen. Esto refleja un proceso de legitimación progresiva dentro de su ámbito ministerial.

A lo largo de su trayectoria, David Nesher ha sido invitado a impartir conferencias en congresos cristianos y empresariales en países como Argentina, Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Uruguay, México y Estados Unidos. Estas presentaciones han destacado por su capacidad para fusionar principios espirituales con aplicaciones prácticas, inspirando tanto a líderes religiosos como a profesionales del ámbito empresarial a alinear sus vidas y proyectos con valores eternos. Además, ha publicado numerosos escritos, videos y estudios que abordan temas como la redención, la unidad del pueblo de Dios y la relevancia de las fiestas bíblicas en el contexto moderno. Su estilo es accesible pero profundo, apelando tanto a eruditos como a quienes apenas comienzan su camino de fe.

David Nesher es conocido por sus conferencias internacionales, donde aborda temas como la restauración del Tabernáculo de David y de Sión, el significado místico de las festividades judías y el papel de la iglesia de Cristo en los últimos tiempos. Ha escrito numerosos artículos que exploran la intersección entre la Torá y el Nuevo Testamento, convirtiéndose en una voz influyente para aquellos que buscan una fe más profunda y enraizada en las Escrituras.

Además, su ministerio ha formado a cientos de líderes espirituales en América Latina y más allá, quienes han llevado sus enseñanzas a sus propias congregaciones. Nesher también ha sido invitado a participar en eventos interreligiosos, donde promueve el diálogo entre el judaísmo y el cristianismo.

Críticas y controversias

Como toda figura pública en el ámbito religioso, David Nesher no ha estado exento de controversias.

Algunos de sus críticos detractores han cuestionado su enfoque en la Kabbalah, argumentando que esta tradición mística judía no tiene lugar en el cristianismo. Otros han expresado preocupación por el énfasis en las revelaciones proféticas, que algunos consideran alejadas de la ortodoxia bíblica. Sin embargo, sus seguidores defienden su ministerio, afirmando que Nesher ha sido un instrumento de Dios para restaurar verdades olvidadas, y elevar la conciencia de multitudes de creyentes que buscan mayor formación espiritual.

Vida personal y familia

Aunque gran parte de su vida gira en torno al ministerio, David Nesher es también un hombre de familia.

David Nesher es conocido por su estilo de vida sencillo y su dedicación a la familia. Si bien mantiene un perfil relativamente bajo en cuanto a su vida privada, su enfoque en la integridad y la santidad personal es un aspecto destacado de su ministerio. Los que lo conocen, y admiran destacan que Nesher, como padre, esposo y mentor, logra el equilibrio de su vida personal con su misión, siendo un ejemplo vivo de los principios que enseña.

Está casado con la Licenciada Laura Arco, una escritora y colaboradora clave en su trabajo espiritual y social. Juntos han formado un equipo inseparable, dedicado no solo a la enseñanza y la predicación, sino también a la transformación social a través de sus iniciativas innovadoras. Su hogar, ubicado en Mendoza, sigue siendo un lugar de refugio y estudio, donde continúa profundizando en las Escrituras y las tradiciones místicas.

El futuro: Un mensaje para las nuevas generaciones

Hoy, a sus casi 60 años, David Nesher sigue activo en su ministerio, viajando por el mundo y compartiendo su mensaje de restauración y avivamiento. Su visión para el futuro incluye la formación de una nueva generación de líderes espirituales que puedan llevar el mensaje del Reino de Dios con sabiduría y poder.

En un mundo cada vez más fragmentado, David Nesher se erige como un puente entre tradiciones, un profeta moderno que invita a sus seguidores a explorar las profundidades de la fe y a conectarse con las raíces eternas de la Palabra de Dios, y los principios de vida que ella revela. Su legado, tanto en el ámbito espiritual como en el social, sigue creciendo, impactando vidas y comunidades en todo el mundo.

Hoy, con casi seis décadas de vida, David Nesher continúa siendo una voz influyente desde Mendoza, Argentina, al mundo. Su legado trasciende las etiquetas, pues no solo es un teólogo o un terapeuta del alma, sino un guía que inspira a otros a descubrir su propósito eterno en medio de los desafíos del presente. Su vida y obra son un testimonio de cómo la fe, el conocimiento y el amor por la humanidad pueden converger para transformar vidas.

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Nota: Las tres AI consultadas coincidieron en la biografía (Bing, DeepSee, Grok)

Mishpatim: Visión de una Sociedad de Derechos y Responsabilidades entrelazados

Por Jessica Kirschner

Mientras que la parashá de la semana pasada, Yitró, trataba sobre la Torah en su sentido más amplio y simbólico, la parashá de esta semana, Mishpatim, trata sobre la ley en una escala mucho más humana. Es la diferencia entre la Declaración de Independencia y los artículos y enmiendas de la Constitución: una declaración de visión versus una hoja de ruta. Con Mishpatim comenzamos a recibir el mapa que nos ayudará a atravesar el complicado territorio en el que nos encontramos: la vida con otras personas.

Mishpatim es el comienzo del código legal que regía a la antigua comunidad de Israel. Sus principios proporcionan las bases de los sistemas y valores que nos guían hoy. Se refiere al trato a los demás, las lesiones personales, los daños causados ​​por negligencia y robo, los delitos como el asesinato y el secuestro, las prácticas comerciales desleales y el trato injusto por parte de los jueces. También describe las reglas para el Shabat, el año sabático y las celebraciones de las festividades.

Mishpatim describe una visión de una sociedad de derechos y responsabilidades entrelazados, vida diaria y celebraciones sagradas, y nos advierte que recordemos tres principios en particular, que puede ser tentador ignorar u olvidar cuando no es de nuestro interés:

  • los privilegiados deben cuidar de los vulnerables,
  • tenemos responsabilidades incluso con nuestros enemigos, y
  • las personas encargadas de juzgar y hacer cumplir las leyes deben tener especial cuidado de no mostrar prejuicios, no sea que todo el sistema se desmorone.

En su comentario sobre esta porción, el rabino Jonathan Sacks sostiene que “la grandeza del judaísmo no está simplemente en su noble visión de una sociedad libre, justa y compasiva, sino en la forma en que plasma esta visión en la realidad mediante una legislación detallada”. Cita un ejemplo de Éxodo 22:26-27: “Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélvelo antes de que se ponga el sol; es la única ropa disponible, es lo que cubre la piel. ¿Con qué otra cosa dormirá [tu prójimo]? Por tanto, si esa persona clama a Mí, Yo le prestaré atención, porque soy compasivo”. Sacks llama a esto “ley con rostro humano”. Si bien aquí se está produciendo una transacción económica (alguien pide dinero prestado y le da al prestamista una prenda de vestir como garantía), la Torah nos obliga a honrar también al ser humano involucrado. En términos estrictamente legales, el prestamista podría tener derecho a conservar la prenda, pero como una sociedad decente depende de más que los derechos legales, se nos enseña a notar y tener en cuenta la posibilidad de que esta persona sea pobre y necesite la capa para sobrevivir la noche.

Una cosa es hacer un esfuerzo por ayudar a los que son evidentemente pobres o vulnerables, y otra muy distinta es pensar en hacerlo por un enemigo. Pero en Éxodo 23:5, eso es exactamente lo que se nos desafía a hacer: “Si ves el asno de tu enemigo desgarbado bajo su carga, no pases de largo, sino que lo ayudarás”. Aquí entran en juego dos principios.

  • En primer lugar, está nuestra obligación de prestar atención al sufrimiento de otras criaturas vivientes. El hecho de que dos seres humanos sean enemigos no significa que un animal inocente deba sufrir.
  • En segundo lugar, estamos obligados a recordar que nuestro enemigo también es una persona de nuestra comunidad hacia la que todavía tenemos obligaciones.

En Bava Metzia 32b, el Talmud lleva esta idea más allá, al afirmar: «Si (el animal de) un amigo requiere ser descargado, y el de un enemigo, primero debes ayudar a tu enemigo, para suprimir la inclinación al mal«. Ambas partes necesitan ayuda, pero, en el caso del enemigo, también existe el desafío de superar la antipatía y el distanciamiento. Sin duda, es el camino más difícil, pero nuestros sabios dicen que debe tener prioridad.

Vale la pena destacar la línea en nuestra parashá que dice: “Sin duda dejarás ir [la carga] con [tu enemigo]”. Las traducciones arameas Targum Onkelos y Targum Yonatan extienden el concepto de liberación más allá de lo físico a lo psicológico: “Sin duda dejarás ir el odio que tienes en tu corazón hacia ellos”. Pero esto sólo es posible cuando el trabajo se hace en conjunto, por lo que enfatiza que debe hacerse con ellos. Si el problema es la enemistad entre personas, los esfuerzos de una sola parte para resolverlo siempre serán insuficientes. Sólo cuando ambas personas trabajan juntas es posible un cambio significativo. La Torah no nos pide que seamos sobrehumanos: si el propietario es capaz pero se niega a ayudar, estás liberado de la obligación. Sin embargo, la Torah nos pide que nos esforcemos más allá de nuestra zona de confort porque este es el camino hacia la paz. Este trabajo no es fácil, pero es profundamente honorable. En palabras del Rabino Natan: “¿Quién es un héroe? Aquel que convierte a un enemigo en amigo” (Avot de-Rabbi Natan , 23).

Si bien muchas de las leyes de Mishpatim son principalmente interpersonales, nuestra porción también habla directamente del papel especial de los jueces, un reconocimiento de que las mejores leyes no valen el pergamino en el que están escritas si la comunidad no puede confiar en la imparcialidad de quienes están encargados de hacerlas cumplir. Éxodo 23:6-8 dice:

«No perjudiques a tus necesitados en sus pleitos. No acuses falsamente a nadie; no hagas morir a los inocentes, porque yo no absolveré al culpable. No aceptes sobornos, porque los sobornos ciegan a los que ven con claridad y trastornan los derechos de los justos.

Es difícil resistir la tentación de favorecer a los ricos y poderosos, de dar preferencia a quienes conocemos o por quienes sentimos simpatía. Pero un sistema social basado en el imperio de la ley depende de que las personas tengan un juicio justo y una expectativa razonable de que se hará justicia, independientemente de a quién favorezca.

La Familia: Prioridad para la Vida Humana

Por P.A. David Nesher

Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, saldrá él y su mujer con élSi su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo. Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre. 

Éxodo 21: 3-6

La exclamación de aquellos israelitas que salieron con Moisés, debe haber sido algo así: «¡Sí, estamos libres de la esclavitud de Egipto! ¡Hemos aceptado nuestra suerte como pueblo elegido de YHVH! Ahora pasamos con entusiasmo a…» ¡Un momento, el Eterno quiere primero otra cosa! ¿Una lista de normas para una sociedad hipotética que todavía no podemos construir? y entonces surgirá en todas las generaciones la pregunta: ¿Por qué está aquí la parashá Mishpatim?

Antes de avanzar en esta bitácora, tengamos en cuenta que no podemos entender este pasaje en particular a menos que sepamos que hay otros dos pasajes en la Torah que complementan estas palabras; uno en Levítico 25, los versículos 39 a 55, y el otro Deuteronomio 16, los versículos 12 a 18. Luego, de leer estos pasajes, deberemos revisar todo este asunto en el libro del profeta Jeremías (34:8-22). Sólo con estos tres pasajes lograremos obtener la cosmovisión completa que necesitamos para la comprensión de este mandato divino. 

Desde toda esta consideración quiero decir que lo que tenemos aquí en Levítico 25, versículos 39 a 55, es que se habla muy claramente de cómo realmente no puedes maltratar a tu sirviente hebreo. En realidad, la palabra utilizada en hebreo es “eved”, que es “esclavo”. Así que no puedes maltratar a tu esclavo hebreo. Esencialmente, el esclavo hebreo asume el papel de, al menos, el sirviente contratado. Trabaja durante seis años y en el séptimo año, queda libre. En el versículo 39 de Levítico 25: “Cuando tu hermano se vuelve pobre contigo y te es vendido, no le hagas la obra de un esclavo”. Lo que la Torah dice aquí es: “debería ser como un trabajador contratado o un residente extranjero contigo. Y él te servirá, él trabajará para ti, hasta el año del Jubileo.” Esto es significativo porque, en este pasaje de Éxodo, habla de si decide quedarse contigo, se quedará contigo, dice «para siempre» (versículo 6). Sin embargo este “para siempre” queda perfectamente definido en Levítico 25 como «hasta el año del jubileo», que es un máximo de 49 años, y en el año 50 se va libre.

Ahora bien, buscando la clave esencial de este pasaje de mishpatim la hallamos en el primer tema: las normas para tratar a los esclavos hebreos con dignidad. Justamente en este momento de transición de la impotencia a la autonomía, de la mera supervivencia a la providencia divina en una Tierra Prometida, los israelitas necesitan que se les recuerde que tienen una responsabilidad moral hacia los más vulnerables de su sociedad.

Y esto es lo que me sorprende de esta parashá, la medida de humanidad que Mishpatim le otorga al “esclavo hebreo”, dado el contexto de un mundo en el que la esclavitud y la servidumbre legal eran normativas que permitían el trato inhumano a un esclavo. El Eterno quiere que se entienda que el esclavo hebreo es en realidad un pariente que ha pasado por tiempos difíciles y debe entrar en servidumbre temporal para pagar sus deudas. Al final de su período de seis años, la Torá dice:

Si tenía mujer, su mujer se marchará con él. Si su amo le dio mujer y ella le dio hijos, la mujer y sus hijos serán del amo, y él se marchará solo. Pero si el esclavo declara: «Amo a mi amo, a mi mujer y a mis hijos; no quiero salir libre»,… (Éxodo 21:3-6) entonces seguirá siendo su esclavo de por vida.

Con esto, el Eterno se asegura por medio de Su Torah que Su Pueblo entienda que el diseño de familia es una prioridad para el establecimiento de Su Reino en la Tierra.

Yah, deja bien establecido que las relaciones amorosas deben ser respetadas, incluso en circunstancias difíciles y degradantes, como vemos en la apertura de esta porción. El esclavo hebreo tiene el derecho de determinar el futuro de su familia dentro de sus limitadas circunstancias: puede elegir trabajar para proveer y criar a sus hijos.

Ésta es, entonces, la lección que la parashá Mishpatim nos enseña en este momento. Quienes tienen seguridad deben recordar ejercer su influencia con cuidado hacia quienes no la tienen. Así como una sociedad de esclavos recién liberados necesitaba tratar a los demás con humanidad una vez que conseguían un poco de poder, también nosotros, en tiempos en los que las naciones se llenan de inmigrantes, refugiados, esclavos y pueblos oprimidos, necesitamos priorizar los valores de la familia y la dignidad para todos, sin importar cuán recién llegados sean.

Está bien claro que el recurrir a la misericordia de los demás en tiempos difíciles no despoja a una persona de su humanidad fundamental, ya sea en la época de la Torah o en la actualidad.

Debemos proteger los derechos de las familias migrantes mientras buscan una vida mejor en nuestra nación, otorgándoles un trato humano y el debido proceso. Debemos vivir los “Mishpatim”, encarnando el conjunto de valores que el Eterno ha establecido en Su Instrucción para gobernar nuestra sociedad en forma justa, asegurando una equidad que construya un mundo más humano.

La Paz y Gracia de nuestro SEÑOR esté con cada uno de ustedes.

David Nesher

Una Nación de Líderes

Por el rabino Jonathan Sacks

La parashá de esta semana consta de dos episodios que parecen constituir un estudio de contrastes. El primero se encuentra en el capítulo 18. Yitró, el suegro de Moisés y sacerdote madianita, le da a Moisés su primera lección de liderazgo. En el segundo episodio, el motor principal es Dios mismo, quien, en el monte Sinaí, hace un pacto con los israelitas en una epifanía sin precedentes e irrepetible. Por primera y única vez en la historia, Dios se aparece a todo un pueblo, hace un pacto con ellos y les entrega el breve código de ética más famoso del mundo, los conocidos como los Diez Mandamientos.

¿Qué puede haber en común entre el consejo práctico de un madianita y las palabras atemporales del Apocalipsis (la revelación)? Hay un contraste intencional aquí y es importante. Las formas y estructuras de gobierno no son específicamente judías. Son parte de la jojmá , la sabiduría universal de la humanidad. Los judíos han conocido muchas formas de liderazgo: por profetas, ancianos, jueces y reyes; por los Nasi en Israel bajo el gobierno romano y el Resh Galuta en Babilonia; por los consejos municipales (shiva tuvei ha-ir) y varias formas de oligarquía; y por otras estructuras hasta incluir la Knesset elegida democráticamente. Las formas de gobierno no son verdades eternas, ni son exclusivas de Israel. De hecho, la Torá dice sobre la monarquía que llegará un tiempo cuando el pueblo diga: “Pongamos un rey sobre nosotros como todas las naciones que nos rodean”, el único caso en toda la Torá en el que se le ordena (o se le permite) a Israel imitar a otras naciones. No hay nada específicamente judío en las estructuras políticas.

Sin embargo, lo que es específicamente judío es el principio del pacto en el Sinaí, según el cual Israel es el pueblo elegido, la única nación cuyo único rey y legislador supremo es Dios mismo. “Él ha revelado su palabra a Jacob, sus leyes y decretos a Israel. No ha hecho esto con ninguna otra nación; no conocen sus leyes, ¡Aleluya!” (Salmo 147:19-20). Lo que el pacto en el Sinaí estableció por primera vez fueron los límites morales del poder1 Toda autoridad humana es autoridad delegada, sujeta a los imperativos morales generales de la propia Torá. De este lado del cielo no hay poder absoluto. Eso es lo que siempre ha diferenciado al judaísmo de los imperios del mundo antiguo y de los nacionalismos seculares de Occidente. De modo que Israel puede aprender política práctica de un madianita, pero debe aprender los límites de la política de Dios mismo.

A pesar del contraste, sin embargo, hay un tema en común en ambos episodios, en el de Yitro y en el de la revelación en el Sinaí: la delegación, distribución y democratización del liderazgo. Sólo Dios puede gobernar solo.

El tema lo introduce Yitro. Llega a visitar a su yerno y lo encuentra solo. Le dice: «Lo que estás haciendo no está bien» (Éxodo 18:17 ) Este es uno de los dos únicos casos en toda la Torá en que aparecen las palabras lo tov , “no es bueno”. El otro está en Génesis (2:18) , donde Dios dice: “No es bueno [ lo tov ] que el hombre esté solo”. No podemos liderar solos. No podemos vivir solos. Estar solo no es bueno.

Yitro propone delegación:

Tú serás el representante del pueblo ante Dios y presentarás sus disputas ante Él. Enséñales sus decretos y sus instrucciones, y muéstrales cómo deben vivir y cómo deben comportarse. Pero elige entre todo el pueblo hombres capaces, hombres temerosos de Dios, hombres dignos de confianza que aborrezcan las ganancias deshonestas; y nómbralos como jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Que sean jueces del pueblo en todo momento; pero que te traigan todos los casos difíciles; que ellos mismos los resuelvan. Eso hará que tu carga sea más liviana, porque ellos la compartirán contigo. (Éxodo 18:19-22 )

Se trata de una importante descentralización, pues significa que, por cada mil israelitas, hay 131 líderes (un jefe de mil, diez jefes de cien, veinte jefes de cincuenta y cien jefes de diez). Se esperaba que uno de cada ocho varones israelitas adultos asumiera algún tipo de función de liderazgo.

En el capítulo siguiente, antes de la revelación en el monte Sinaí, Dios le ordena a Moisés que proponga un pacto con los israelitas. En el transcurso de este proceso, Dios articula lo que en realidad es la declaración de misión del pueblo judío:

«Ustedes mismos han visto lo que hice con Egipto, y cómo los tomé sobre alas de águilas y los traje a mí. Ahora bien, si ustedes me obedecen fielmente y cumplen mi alianza, entonces serán mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos. Aunque toda la tierra es mía, ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación santa «. (Éxodo 19:4-6 )

Esta es una declaración muy impactante. Cada nación tenía sus sacerdotes. En el libro de Génesis, encontramos a Malkizedek, contemporáneo de Abraham, descrito como “sacerdote del Dios Altísimo” (Génesis 14:18) La historia de José menciona a los sacerdotes egipcios, cuya tierra no fue nacionalizada. (Génesis 47:22) Yitro era un sacerdote madianita. En el mundo antiguo no había nada distintivo en el sacerdocio. Cada nación tenía sus sacerdotes y hombres santos. Lo distintivo de Israel era que se convertiría en una nación en la que cada uno de sus miembros sería sacerdote; cada uno de sus ciudadanos estaba llamado a ser santo.

Recuerdo vívidamente estar con el rabino Adin Steinsaltz en la Asamblea General de las Naciones Unidas en agosto de 2000, en una reunión única de dos mil líderes religiosos que representaban a todas las principales confesiones del mundo. Señalé que incluso en esa distinguida compañía éramos diferentes. Éramos casi los únicos líderes religiosos que vestían traje. Todos los demás vestían ropas de oficina. Es un fenómeno casi universal que los sacerdotes y las personas santas usen prendas distintivas para indicar que están apartados (el significado central de la palabra kadosh, “santo”). En el judaísmo post-bíblico no había ropas de oficina porque se esperaba que todos fueran santos 2 (Teofrasto, un discípulo de Aristóteles, llamó a los judíos “una nación de filósofos”, reflejando la misma idea.3).

Sin embargo, ¿en qué sentido los judíos fueron alguna vez un reino de sacerdotes? Los Kohanim eran una élite dentro de la nación, miembros de la tribu de Leví, descendientes de Aarón, el primer Sumo Sacerdote. Nunca hubo una democratización completa de la keter kehunah , la corona del sacerdocio.

Frente a este problema, los comentaristas ofrecen dos soluciones. La palabra Kohanim, “sacerdotes”, puede significar “príncipes” o “líderes” (Rashi, Rashbam). O puede significar “sirvientes” (Ibn Ezra, Ramban). Pero precisamente de eso se trata. Los israelitas estaban llamados a ser una nación de líderes-siervos . Eran el pueblo llamado, en virtud del pacto, a aceptar la responsabilidad no sólo por sí mismos y sus familias, sino por el estado moral-espiritual de la nación en su conjunto. Este es el principio que más tarde se conocería como la idea de que kol Yisrael arevin zeh ba-zeh , “Todos los israelitas son responsables unos de otros” (Shavuot 39a). Los judíos eran el pueblo que no dejaba el liderazgo a un solo individuo, por santo o exaltado que fuera, o a una élite. En cambio, se esperaba que cada uno de ellos fuera a la vez príncipe y siervo; es decir, cada uno de ellos estaba llamado a ser un líder. Nunca el liderazgo estuvo tan profundamente democratizado.

Eso es lo que hizo que históricamente fuera difícil dirigir a los judíos. Como dijo Chaim Weizmann, el primer presidente de Israel: “Yo dirijo una nación de un millón de presidentes”.

El Señor puede ser nuestro pastor, pero ningún judío ha sido jamás una oveja. Al mismo tiempo, esto es lo que llevó a los judíos a tener un impacto en el mundo desproporcionado en relación con su número. Los judíos constituyen sólo una fracción muy pequeña –una quinta parte del uno por ciento de la población del mundo–, pero constituyen un porcentaje extraordinariamente alto de líderes en cualquier campo de la actividad humana.

Ser judío significa estar llamado a liderar. 

PREGUNTAS (ALREDEDOR DE LA MESA DE SHABBAT)

  1. ¿Cómo podemos ser seguidores y líderes al mismo tiempo?
  2. ¿Crees que, como pueblo, debemos priorizar el ser mejores seguidores o mejores líderes?
  3. ¿Cómo responderás al llamado a liderar?

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NOTAS

  1. Para la ilustración original de esta idea, consulte los comentarios del rabino Sacks sobre Shifrah y Puah en “Las mujeres como líderes ( Shemot 5781 )”.
  2. Esta idea reapareció en el cristianismo protestante en la frase “el sacerdocio de todos los creyentes”, durante la era de los puritanos, los cristianos que tomaban más en serio los principios de lo que llamaban el Antiguo Testamento.
  3. Véase Josefo, Contra Apión 1:22.

¿Hubo un Pacto de Salud Integral en Mara?

Por P.A. David Nesher

2E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua23 Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara.24 Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? 25 Y Moisés clamó a Yahveh, y Yahveh le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; 26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Yahveh tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Yahveh tu sanador.

Éxodo | Shemot 15:22-26

En la sección de esta semana (Beshalaj) leemos que Moisés hizo que  Israel se alejara del Yam Suf (mar Rojo) conduciendo al Pueblo al desierto del Shur. El relato nos describe que anduvieron tres días por el desierto, pero no encontraron agua. Llegaron a Mara, pero no pudieron beber el agua de Mara, porque era amarga; esa es la razón por la que le pusieron el nombre de Mara al lugar.

 Pero ¿por qué el Eterno provocaría intencionalmente a la nación cansada y sedienta de Israel al hacer que el agua que bebían fuera amarga?

Veamos algunos detalles que a veces se nos pasan por alto en una lectura rápida.

El primer lugar al que llegan los Bnei Israel después de salir de Egipto es Mara:

«Llegaron a Mara, y no pudieron beber el agua de Mara porque era amarga; por eso el lugar fue llamado Mara»
(Shemot 15:23 ).

Más adelante, leemos: “Allí les dio estatuto y juicio, y allí los puso a prueba” (15:25). Ahora bien, no está claro qué sucedió exactamente en Mara, y por qué este lugar es tan importante que específicamente aquí se nos dice que el Eterno “puso a prueba” a los Bnei Yisrael . Mara parece, a primera vista, no diferente de todos los otros lugares donde los Bnei Yisrael acampó en su camino hacia Eretz Yisrael; de hecho, en la lista de las estaciones en  la parashá Masei , Mara aparece junto con los otros nombres de lugares – Kivrot ha-Ta’ava, Sucot, Refidim, etc. – sin ninguna indicación de nada especial.

Investigando más este asunto, supe que los Sabios dicen que si prestamos atención al texto, notaremos que existe una diferencia entre la queja que se nos cuenta aquí y todas las demás quejas que encontramos durante el peregrinar de Israel por el desierto. En todas las demás quejas encontramos, en algún momento, una expresión del deseo de volver a Egipto:

  • «Nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto» (Números | Bamidbar 11:5);
  • Ojalá hubiéramos muerto por mano de Dios en Egipto” (ibid. 14:2);
  • Nombremos un líder y volvamos a Egipto” (ibid. 14:4).
  • En cambio, aquí en Mara no hay mención ni amenaza, por  parte de Bnei Yisrael , de regresar a Egipto.

Pero, ¿qué importancia tiene este detalle para nuestra investigación?

Para responder a esta pregunta, te invito a abordar otra acudiendo a lo que dice El Midrash, que nos cuenta que los Bnei Israel , esclavizados en Egipto, habían alcanzado el nivel 49 de impureza, pero aún no habían descendido al nivel 50 y por lo tanto el Eterno todavía podía redimirlos. Entonces la pregunta es: ¿cuál era este nivel 50 que los Bnei Israel no habían alcanzado? Los Sabios responden que es muy difícil para nosotros saber cuáles eran el nivel 26 o el 42, pero sí se puede conocer el nivel 50, ese punto a partir del cual no habría retorno. El caso del cual los expertos deducen este nivel surge de una famosa historia del judaísmo (Avodá Zará 17a ) sobre el Rab Elazar ben Dordaya, cuyo mensaje es que “El arrepentimiento depende sólo de mí”. En otras palabras, mientras una persona desee genuinamente volver al Eterno, haciendo teshuvá , existe la posibilidad de que lo haga.

Con esto en mente, los Sabios aseguran que en Egipto algunos de los Bnei Israel se dedicaban a la idolatría, como lo describe el oráculo del profeta Ezequiel | Yejezkel en su capítulo 20. Sin embargo, dos cosas parecen separar este 49 ° nivel de impureza –que caracterizaba a los Bnei Israel del 50° nivel, que no alcanzaron:

La primera es la pureza familiar: cuando la familia ya no es pura y los Bnei Israel se asimilan y se fusionan con los egipcios, entonces, técnicamente, no hay nación para redimir; todos serían no israelitas o  mamzerim (egipcios). Sin embargo, esto es meramente un punto técnico. La diferencia más fundamental entre el estado de los Bnei Israel en el 49° nivel de impureza y el paso final, irreversible, era que aún quedaba una voluntad de ser redimidos. Mientras los Bnei Israel no se reconciliaran con su sufrimiento, con su condición de nación de esclavos, todavía había esperanza de su redención. Y no la abandonaron.

Podemos decir, entonces, que la prueba de los israelitas en Mara fue precisamente ésta: ¿estaban todavía en el nivel 49 , y eran capaces de recibir la Torah y ser redimidos, o habían alcanzado el nivel 50 un estado irreversible e irredimible? El hecho de que, a pesar de su demanda de agua, no expresaran ningún deseo de regresar a Egipto demostró que habían pasado esta prueba.

Para entender más profundamente lo que sucedió en Mara, los Sabios dicen que debemos prestar atención al paralelo entre el episodio de Mara y el procedimiento prescrito para una mujer «sota » (una mujer casada sospechosa de adulterio). En este último caso, se inscribe el Nombre de Dios y luego se borra en el agua; si la mujer es culpable, el agua se vuelve amarga. En Mara, el agua ya era amarga al principio; según el Midrash, se inscribió una rama con el Nombre de Dios y se arrojó al agua, y se volvió potable.

¿Qué le sucede exactamente a una mujer que es sota y que bebe el agua? No estamos hablando aquí de una persona que está por encima de toda sospecha. Yejezkel describe a una sota y está claro que ella ha estado con un hombre que no es su marido y ya ha sido advertida una vez; la cuestión aquí es simplemente si fue «hasta el final» o se detuvo en el último momento antes de ser contaminada. El procedimiento no tiene por objeto aclarar si ella es virtuosa y su lealtad a su marido está fuera de toda duda; ella está claramente muy cerca de desviarse de la fidelidad marital, y lo que la Torah quiere establecer es si ella todavía es capaz de hacer teshuvá , o si sus acciones la han llevado a una situación en la que no hay posibilidad de retorno.

Una vez que hemos considerado el procedimiento de la mujer sotá, debemos aceptar que en cierto sentido, como está explicado más arriba, ésta era la situación de los israelitas en Mara, donde debían pasar una prueba y demostrar si habían llegado o no al punto de no retorno. El hecho de que el agua se volviera dulce –en paralelo al agua que se le daba a la sota y que permanecía dulce– mostraba que todavía había esperanza. Claramente, no se suponía que la nación de allí fuera piadosa y de gran rectitud; sin embargo, el hecho de que el agua no permaneciera amarga demostraba que el camino hacia la teshuvá todavía estaba abierto.

Ahora, el segundo y último punto para aclarar es el significado de la conclusión del pasaje sobre Mara:

“… y dijo:
Si oyeres atentamente la voz de Yahveh tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Yahveh tu Sanador.
 (Shemot 15:26 ).

Por lo general, en las relaciones humanas comunes las condiciones se presentan de manera opuesta: si haces tal o cual cosa, recibirás «X«, si no lo haces, sufrirás «Y«. Sin embargo, aquí la promesa es solamente que si haces tal o cual cosa, no sufrirás «Y«. Por esto es que los Sabios elaboran la siguiente pregunta: ¿Cuál es el significado de esta formulación? El Eterno no da ningún incentivo aquí; ¡todo lo que nos dice es que quien observa la Torah no sufrirá!

 Para lograr profundizar esta maravilloso asunto, los Sabios dice que esta pregunta es tan profundamente desconcertante que obliga a proponer un método de interpretación llamado «jesurei mejasra» que se puede traducirse aproximadamente como «algo falta aquí y lo completaremos con otra sección«. Así es como llegan al Sefer Devarim (Libro de Deuteronomio), en donde encontramos el pacto forjado en las llanuras de Moab, y es allí donde las condiciones están formuladas de la manera en que hubiéramos esperado encontrarlas aquí, en el pasaje de las aguas amargas de Mara.

«Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de YHVH tu Dios» (Devarim 28:1) – la introducción es exactamente la misma que en nuestro caso, pero luego encontramos una lista de bendiciones que los israelitas disfrutarán si siguen al Eterno como su único Elohim. Sólo después la Torah continúa diciendo: «Pero acontecerá, si no oyeres la voz de YHVH tu Dios» (Devarim 28:15) – y luego describe las maldiciones que caerán sobre aquellos “que no observen las palabras de este pacto”. Una revisión de estas maldiciones revela que son un paralelo exacto a las plagas de Egipto:

  • y palparás a mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos; y no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve.” (Devarim 28:29 );
  • «YHVH traerá sobre ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. » (Devarim 28:21);
  • «y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán. » (Deuteronomio 28:60 ); y finalmente,
  • «Y YHVHte hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.» (Devarim 28:68 ).

En otras palabras, los Sabios enseñan que esta es precisamente la elaboración del pacto que encontramos en nuestra parashá Beshalaj:

“… ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti”. (v. 26)

Por lo tanto, creo que el pacto que los israelitas aceptaron sobre sí mismos aquí en Mara es el mismo pacto que aceptaron más tarde sus hijos en las llanuras de Moab; lo que sucede es que la Torah simplemente aquí abrevia lo que en el futuro haría concretamente.

Siendo así, podemos concluir que la importancia de Mara es doble. ¿Por qué?

En primer lugar, allí se demostró que los israelitas todavía estaban abiertos a la teshuvá (arrepentimiento) y aún podían ser redimidos, pues aún no habían alcanzado el nivel 50 absoluto, de impureza.

En segundo lugar, los israelitas aceptaron allí el pacto del Eterno, con el entendimiento de que si escuchaban Su Voz serían colmados de Sus bendiciones, y si no, “todas las enfermedades que envié sobre Egipto” (YHVH no lo quiera) caerían sobre ellos también.

Haber considerado este texto detenidamente y de una manera más profunda, nos permite reflexionar que hay una relación íntima entre obediencia a los mandamientos divinos y la protección y sanidad de enfermedades. El Eterno al presentarse a Israel como YHVH “tu Sanador” (en hebreo rofeja – רפאך) hace un pacto en el que condiciona a Israel a escucharlo muy atentamente y accionar lo que escucha de manera rápida y correcta. Entonces el Eterno promete no enviar ninguna enfermedad de las que los Benei Israel habían visto y experimentado en Mitzrayim (Egipto).

¡AleluYaH!… ¡Que el Eterno nos conduzca siempre a serle obedientes para que podamos vivir en salud integral todos los días de nuestras vidas y de ese modo santificar su Nombre, viviendo en el cumplimiento de las promesas de Su Torah en nuestra cotidianidad!

¿Entiendes que es la psicopolítica neoliberal?

por Byung-Chul Han

Artículo del filósofo surcoreano Byung-Chul Han, publicado por primera vez  en su libro «Psychopolitik» 

Ilustración: Steve Cutts

La psicopolítica neoliberal encuentra siempre formas más refinadas de explotación. Numerosos seminarios y talleres de management personal e inteligencia emocional, así como jornadas de coaching empresarial y liderazgo prometen una optimización personal y el incremento de la eficiencia sin límite. Todos están controlados por la técnica de dominación neoliberal, cuyo fin no solo es explotar el tiempo de trabajo, sino también a toda la persona, la atención total, incluso la vida misma. Descubre al hombre y lo convierte en objeto de explotación.

El imperativo neoliberal de la optimización personal sirve únicamente para el funcionamiento perfecto dentro del sistema. Bloqueos, debilidades y errores tienen que ser eliminados terapéuticamente con el fin de incrementar la eficiencia y el rendimiento. Todo se hace comparable y mensurable, y se somete a la lógica del mercado. En ningún caso el cuidado de la vida buena impulsa a la optimización personal. Su necesidad es solo el resultado de coacciones sistémicas, de la lógica del cuantificable éxito mercantil.

La época de la soberanía es la época de la absorción como retirada y sustracción de bienes y servicios. El poder de la soberanía se manifiesta como derecho de disponer y tomar. La sociedad disciplinaria, por el contrario, presupone la producción. Es la época de una activa creación industrial de valor. La época de la creación de valor real ha pasado. En el capitalismo financiero actual, los valores llegan incluso a ser eliminados. El régimen neoliberal introduce la época del agotamiento. Ahora se explota la psique. De ahí que enfermedades como la depresión y el síndrome de burnout acompañen a esta nueva época.

La fórmula mágica de la literatura de autoayuda norteamericana es la curación. Designa la optimización personal que ha de eliminar terapéuticamente toda debilidad funcional, todo bloqueo mental. La permanente optimización personal, que coincide totalmente con la optimización del sistema, es destructiva. Conduce a un colapso mental. La optimización personal se muestra como la autoexplotación total.

La ideología neoliberal de la optimización personal desarrolla caracteres religiosos, incluso fanáticos. Representa una nueva forma de subjetivación. El trabajo sin fin en el propio yo se asemeja a la introspección y al examen protestantes, que representa a su vez una técnica de subjetivación y dominación. En lugar de buscar pecados se buscan pensamientos negativos. El yo lucha consigo mismo como con un enemigo. Los predicadores evangélicos actúan hoy como mánagers y entrenadores motivacionales, y predican el nuevo evangelio del rendimiento y la optimización sin límite.

La persona humana no se deja someter totalmente al dictado de la positividad. Sin negatividad, la vida se atrofia hasta el «ser muerto». Precisamente la negatividad mantiene la vida en vida. El dolor es constitutivo de la experiencia. Una vida que consistiera únicamente en emociones positivas o vivencias óptimas no sería humana.  El alma humana debe su profunda tensión precisamente a la negatividad:

La disciplina del sufrimiento, del gran sufrimiento […], su inventiva y valentía en el soportar, perseverar, interpretar, aprovechar la desgracia, así como toda la profundidad, misterio, máscara, espíritu, argucia, grandeza que le han sido donados al alma: ¿no le han sido donados bajo sufrimientos, bajo la disciplina del gran sufrimiento?.

El imperativo de la optimización sin límite explota incluso el dolor. El famoso entrenador motivacional estadounidense Anthony Robbins escribe:

Cuando usted se fija un objetivo, se compromete con una mejora continua e infinita. Usted reconoce que todo ser humano necesita mejorar siempre, sin límites. La insatisfacción, la incomodidad pasajera, tienen poder de presión. Producen el tipo de dolor que usted quiere sentir en la vida.

En consecuencia, se tolera únicamente aquel dolor que se puede explotar en pos de la optimización.

Tan destructiva como la violencia de la negatividad es la violencia de la positividad. La psicopolítica neoliberal, con su industria de la conciencia, destruye el alma humana, que es todo menos una máquina positiva. El sujeto del régimen neoliberal perece con el imperativo de la optimización personal, vale decir, con la coacción de generar continuamente más rendimiento. La curación se muestra como asesinato.