Leyendo una página web con noticias de la cristiandad, mis ojos se abrieron asombrados ante las letras de un titular que anunciaba que el cantante de una banda de heavy metal (rock pesado), quien fue declarado culpable de intentar contratar a un sicario para asesinar a su ex esposa. Lo más fuerte de toda esta desagradable noticia fue leer que este varón admitió que engañó a los aficionados y fans haciéndoles creer que era cristiano con el fin de vender su música.
«Sinceramente, yo soy ateo«, dijo Tim Lambesis, vocalista y fundador de As I Lay Dying, en una reciente entrevista al medio Alternative Press. «En realidad no fui el primero del grupo que dejó de ser cristiano. De hecho, creo que era el tercero. Los dos que permanecieron, estoy bastante seguro que también cayeron«, dijo muy seguro de cada aseveración.
La publicación señaló que su esposa, Meggan, había revelado, durante los trámites de divorcio, que Lambesis se había convertido en ateo. De ese modo, y así de descubierto, Lambesis, se vio obligado a admitir su ateísmo, exponiendo que se alejó del cristianismo cuando realizó estudios para especializarse en asuntos religiosos a través de un programa de larga distancia.
«En el proceso de tratar de defender mi fe, empecé a pensar que el otro punto de vista era el más fuerte«, dijo.
Lo sorprendente de esta desfachatez fue su afirmación de que continuaron con la banda haciendo creer que eran cristianos, como lo hicieron los demás del grupo, con el sólo fin de vender discos a los aficionados de música de rock cristiano.
También dijo que durante su permanencia en As I Lay Dying, se dio cuenta que muchas bandas que profesaban ser cristianas estaban fingiendo su fe tal como ellos.»Hicimos una gira con más «bandas cristianas» que en realidad no eran cristianas«, dijo Lambesis. Al mismo tiempo afirmó que… «en 12 años de gira con As I Lay Dying, yo diría quizás uno de cada diez bandas cristianas con las que recorrimos era realmente una banda cristiana«.
«Muchos de los padres cristianos pueden comprar un CD del grupo, porque creen que es una banda cristiana. Pero ni siquiera piensan en comprobar realmente el contenido de las letras«, declaró Lambesis.
Todas estas declaraciones movilizaron mi alma al poder de la meditación en el Espíritu de la Torah y desde mi corazón decidí arremeter contra toda potestad de tinieblas que hasta ahora ha logrado cautivar a millones de jóvenes sobre el planeta bajo las falacias de este género musical.
Cada uno de los años ministeriales que llevó recorridos en el Camino coinciden en un denominador común: la empatía que tengo con los jóvenes y sus planteos existenciales. Esto es lo que más satisfacción me da a la hora de agradecerle a Abba Su llamado. Y entre los temas que más disfruto exponer se encuentra el del poder espiritual de la música.
Siempre lo he dicho (y aún continuaré reafirmándolo) que la música es el poder más espiritual que existe en todo el Universo y aún en el cielo de los cielos.
Ya el filósofo griego Platón (427-347 AC) dice en su obra «La República» que Dios creó en el hombre la predisposición a combinar sonidos no de una manera aleatoria cualquiera, sino copiando las armonías del mundo espiritual. Su discípulo Aristóteles (384-322 AC) señala la importancia de la música en la educación de los jóvenes. En su obra «La Política» dice: «la influencia de la música es tan grande que sus distintas formas y géneros pueden clasificarse de acuerdo a sus efectos sobre el carácter del ser humano.»
A todo esto me gustaría agregar lo que expresó M.S. Bothius, un musicólogo del siglo VI, cuando escribió: «La música es parte de nuestro ser: puede enaltecerlo o actuar negativamente sobre su conducta.» También me ayuda mucho destacar lo que A.W. Tozer dice: «Si escuchas y te gusta la mala música, tu vida interior va a languidecer hasta morir» (The Closing of the American Mind, New York, Simon & Schuster, 1987, págs. 68-81).
Cada una de las expresiones compartidas simplemente sirven para confirmar lo que los hombres pensantes han captado en sus reflexiones iluminadas por la Verdad que inspiró los códigos de las Sagradas Escrituras. Es justamente la Biblia, la que al fin de cuentas tendrá el peso de la Verdad sobre nosotros referente a este tema.
Encontramos que el Eterno Señor le preguntaba a Job lo siguiente:
«¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra, alababan las estrellas del alba y se regocijaban todos los hijos de Dios?»
(Job 38,7)
El cuestionamiento divino aquí planteado evidencia que la música cumplió una especial misión en el momento en que el Eterno originaba nuestro planeta desde su poder creativo. Y es que la música es el idioma del corazón del Creador.Un acompañamiento melódico musical acompañó desde siempre la oración y el servicio a Dios (Gen. 4:21,31:27; Isa. 32:18; Jue. 11:34; Ecl. 2:8). El rey David, que vivió mil años antes de Cristo y fue bendecido por Dios con un talento poético muy especial, compuso sus inspirados himnos – salmos acompañándose con el laúd. David, ya coronado rey de Israel, introdujo el canto de salmos en los oficios sacerdotales e instauró oficialmente el rol y la participación de cantores y músicos en el Templo de Jerusalén. Su gran éxito se tradujo en el uso de los salmos en las celebraciones tanto del Antiguo Pacto como en los de las comunidades primigenias del pacto renovado en el Mesías, Hijo de David. Hasta hoy día, los salmos de David embellecen los encuentros de celebración de las distintas expresiones de adoración cristiana.
Será para mí también muy importante dejar en claro que la Biblia en ninguna parte condena algún estilo de música en particular. Las Sagradas Escrituras en ninguna parte declaran que alguna forma de instrumentación musical sea profana o del diablo. La Biblia menciona numerosas clases de instrumentos de cuerda e instrumentos de viento. Aunque las Escrituras no mencionan específicamente los tambores, si menciona otros instrumentos de percusión (Salmo 68:25; Esdras 3:10). Casi todas las formas de música moderna son variaciones y/o combinaciones de los mismos tipos de instrumentos musicales, tocados a diferentes velocidades o con un mayor énfasis. No existen bases bíblicas para declarar algún estilo de música en particular, como profano o fuera de la voluntad de Dios. Lo que sí será necesario considerar será el nacimiento histórico de cada estilo y su propósito original para desde allí elaborar el juicio correcto en su uso a fin de evitar todo abuso espiritual.
Es un hecho que cualquier cosa que una persona permita que ocupe su mente, tarde o temprano influirá en su forma de hablar y en sus acciones. Esta es la premisa detrás de Filipenses 4:8 y Colosenses 3:2,5 para establecer patrones saludables para la mente. Segunda de Corintios 10:5 dice que debemos hacerlo “llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” Estas Escrituras nos dan una clara imagen de la clase de música que no debemos escuchar.
Ante esto y analizando lo expresado en la noticia que encabeza esta bitácora, estamos obligados a responder las siguiente preguntas: ¿Qué es el Rock? ¿Cómo se define? Será importante decir en primer lugar que los mismos promotores de él, encuentran difícil presentar una definición que exprese con certeza lo que es el Rock, o particularmente, el Heavy Metal.
Todos los compositores de rock están de acuerdo en que su música tiene una enorme influencia sobre las emociones y las mentes de sus fanáticos.
En lugar de definir el concepto, los mismos músicos, afirman que en realidad el Rock representa a cierto grupo de personas, o hechos, o actitudes; y las definen como una «generación perdida de gente que no encaja con ningún tipo de comunidad que se defina por leyes» (importante será tener muy en cuenta esta expresión). Ellos dicen que el Rock representa a los «chicos rechazados», y que, las ideas espirituales de este ritmo son: «alterar», «imponer anarquía», «hacer a tus padres orinarse de miedo, pensando en lo que sus hijos pueden estar o no haciendo». Luego, y según las palabras de los representantes de esta música, el rock es violencia, distorsión, desenfreno y caos.
Todas las declaraciones de los músicos sobre lo que es el rock, de entrada, nos va marcando la pauta para discernir y juzgar dicha música a la luz de la Palabra de Dios. De acuerdo a todo esto me es necesario plantear el siguiente cuestionamiento: ¿es conveniente que el joven escogido de Yahwéh escuche música, en la que la idea central de es la distorsión, la violencia, el desenfreno, y toda clase de filosofías y prácticas ocultistas?
Para que tu respuesta puedas elaborarla objetivamente desde tu interioridad, te propongo considerar aquí las palabras de los músicos mismos:
David Bowie en la revista Rolling Stone, sorprendió al mundo de la música, cuando declaró: «…El Rock siempre ha sido la música del diablo… creo que el rock and roll es peligroso… Me siento sólo, estamos anunciando algo aún más oscuro que nosotros mismos.» (12 de febrero de 1976).
Vuelvo a hacer énfasis en que la Biblia no habla de «rock» ni de Heavy Metal, sin embargo, los distintos dichos y hechos de sus íconos y fans lo pone en evidencia como un fenómeno netamente carnal. Desde allí sí podemos llegar a entender que las Escrituras dicen: «…Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios…» (Gálatas 5:19-21) . Por contenido y forma, es evidente que el rock, en sus orígenes y en sus formas es carnal. ¿Cómo sabemos esto? Porque el rock promueve la fornicación, la inmundicia, la lujuria, la idolatría, la hechicería, las enemistades, los pleitos, celos, iras, contiendas y disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes. Es un estilo musical que promueve los deseos de la carne, trabajando de manera bien influyente para arrastrar a sus oyentes a ofender al Eterno Dios con todas esas ideas vanas y huecas filosofías contrarias a Su voluntad. Por ello es que todo joven escogido debe alejarse de tal clase de música, así como todo joven que, tomando contacto con esta bitácora, ame su vida y su destino.
Obviamente, la mejor clase de música que podemos escuchar es aquella que alaba y glorifica al Eterno Dios. Hay muchos músicos talentosos en casi cualquier género de música, con un rango que va desde lo clásico, hasta el rock, rap y aún el reggae. No hay nada inherentemente malo con ningún estilo de música en especial. Es la letra la que determina si una canción es “aceptable” para que un escogido de Yahvéh la escuche. Pero si un estilo de música secular, ya sea en la música misma o en la letra, te lleva a pensar en, o te involucra en algo que no glorifique al Eterno Dios, debe ser evitada.