Como preparación para la Primera Guerra Mundial, en Fort Riley, Kansas, se llevo a cabo un experimento militar masivo de vacunación que incluía numerosas vacunas desarrolladas con anterioridad, donde se registro el primer caso de “gripe española”.
La incipiente industria farmacéutica, patrocinada por el “Instituto Rockefeller para la Investigación Medica”, tenia algo que nunca antes había tenido: un gran suministro de sujetos humanos de prueba suministrados por el ejercito de USA.
Las autopsias después de la guerra demostraron que la gripe de 1918 NO era una “gripe” en absoluto.
Fue causada por dosis aleatorias de una “vacuna contra la meningitis bacteriana” experimental, que hasta el dia de hoy, imita los síntomas de la gripe.
Los que no se vacunaron no se vieron afectados.