Padre, en Tu Palabra está escrito que estimemos nuestro matrimonio como digno, precioso, de gran valor, y especialmente apreciado. Estamos de acuerdo con Tu Palabra y actuamos conforme a ella.
Por nuestra propia voluntad, alejamos la contienda al ser prontos para escuchar, tardos para hablar y lentos para la ira. Confesamos y creemos que no nos ofenderemos el uno al otro ni nos sentiremos ofendidos el uno con el otro.
En Tu Palabra se nos declara que nos has unido con propósito y con poder; por tanto, nos comprometemos a ser el instrumento poderoso que Tú diseñaste que fuéramos en la Tierra. Deseamos ser un ejemplo de Tu amor ante nuestra familia y amigos.
Padre, ahora, tomamos la decisión de calidad de vivir en armonía. Nos ponemos de acuerdo en no entregarnos al egoísmo que causará división y destrucción. Declaramos que valoramos y honramos nuestro matrimonio, manteniendo nuestro lecho matrimonial puro; y confesamos que éste se vuelve más fuerte cada día, y así también es de incentivo para quienes nos rodean.
Nos comportaremos con honra y decoro —amables, bondadosos, compasivos, comprensivos y amorosos, el uno con el otro—. Siempre estamos listos para creer lo mejor de cada uno, y con libertad nos perdonamos el uno al otro.
Padre, declaramos y establecemos que vivimos en una morada pacífica, y en un lugar de tranquilidad y descanso. Gracias, Padre, por hacernos herederos de la gracia de vida. Hacemos este compromiso ante Tu trono en el nombre de Jesús y con la autoridad de Tu Palabra. Amén.
(Referencias bíblicas para hacer esta oración y estudiar: Hebreos 13:4; 2 Timoteo 2:24-26; Colosenses 1:10; Filipenses 2:2, 4:7; Efesios 4:32, Isaías 32:17-18; Jeremías 1:12; Santiago 1:19, 3:2; 1 Pedro 3:7; Marcos 11:23; Mateo 18:19; Filipenses 2:3)