Misterio de Fukushima 1:
¿bombas atómicas debajo de la planta?
Los confusos e incluso contradictorios informes sobre la planta nuclear de Fukushima 1 no pueden ser el efecto solamente de los desastres causados por el terremoto de magnitud 9 y el posterior tsunami que el 11 de marzo se ensañaron con la costa noreste del Japón. Tampoco por la torpeza o la falta de información: para el veterano escritor ambientalista Yoichi Shimatsu, residente en Honk Kong, antiguo editor del Japan Times Weekly y colaborador frecuente del Global Research —grupo independiente de prensa e investigación— los inexplicables retrasos y las incomprensibles explicaciones de la Tokio Electric Power Company (Tepco) —el operador privado de la energía nuclear en Japón—, así como del ministerio japonés de Economía, Comercio e Industria parecen ser fruto de algún factor que se ha intentado soslayar: la posibilidad de que debajo de la planta nuclear funcione un arsenal subterráneo de ojivas nucleares en el marco del acuerdo de seguridad EU-Japón.
«La cortina de humo sobre Fukushima 1 parece ocultar un propósito y una tarea sombría desconocida para los de fuera. La explicación más lógica podría ser que la industria nuclear y las instancias oficiales están luchando para evitar que se descubran unas instalaciones dedicadas a la investigación de bombas atómicas escondidas dentro de las plantas de energía nuclear civil de Japón», afirma Shimatsu —quien cubrió como enviado los terremotos de San Francisco y Kobe, y participó en el operativo de rescate inmediatamente después del tsunami en el océano Índico (2004)—, al pasar revista en un extenso artículo a los hechos que siguieron al desastre natural del 11 de marzo (newamericamedia.org/2011/04/is-japans-elite-hiding-a-weapons-program-inside-nuclear-plants.php). Shimatsu pretende acomodar «las piezas del puzzle» de Fukushima 1, donde según la Tepco había tres reactores funcionando al momento del desastre.
Luego se informó de una explosión de hidrógeno que agrietó la unidad 3 (U3), causando escapes de óxido mezclado con uranio-plutonio y más tarde de un incendio dentro de la vasija de contención del reactor de la U4, al parecer por sobrecalentamiento de las barras desechadas de combustible de uranio depositadas en una piscina de enfriamiento en seco.
Esto, según Shimatsu, indicaría que «este reactor se mantenía encendido para algún objetivo que no era la generación de electricidad, lo que plantea la pregunta de si la unidad 4 estaría usándose para enriquecer uranio, el primer paso del proceso que conduce a la extracción de material fisionable para construir armas nucleares».