Los 10 pecados de las finanzas personales
Que tus finanzas no caigan en pecado… El fácil acceso al crédito y la falta de cultura financiera pueden hacerte caer en la tentación.
En el caso de las finanzas, los pecados son ‘puntos negros’ que afectan a la conducta del ahorrador y su reiteración puede terminar con las arcas de cualquier emprendedor.
En el ámbito financiero, la lujuria puede traducirse como un consumo desenfrenado, lo que comúnmente se conoce como “comprar por puro placer”. El destino más habitual de este tipo de comportamientos suele ser la deuda y la quiebra. El antídoto contra la lujuria es una mezcla de planificación y control financiero que limite esos gastos hasta cierto punto compulsivos o que, por lo menos, nos permita ser conscientes de ellos y de su influencia en nuestras cuentas.
(Proverbios 27:20)
Éste es el pecado de los consumidores compulsivos, a diferencia de que, en este caso, siempre se trata de un consumo que supera lo estrictamente necesario y las posibilidades económicas reales. Una vez más, el control y la planificación son las mejores armas para combatir este vicio y elaborar un presupuesto la mejor estrategia.
La avaricia vuelve a hacer referencia a los excesos, aunque en este caso sólo los que tienen que ver con la adquisición de riquezas. Hay que tener cuidado con ambicionar más de lo que cada uno puede afrontar.
Es uno de los mayores enemigos de las finanzas personales pues se opone a una máxima para el buen control de tus finazas. Se debe dedicarle tiempo para formación y añadir el esfuerzo de investigación para saber en qué se gasta el dinero o en dónde invertir.
Suele aparecer cuando los planes no se desarrollan según habíamos previsto o, más habitualmente, cuando no hemos sido capaces de controlar ciertos impulsos consumistas. Su mayor peligro puede ocurrir en el ámbito de la inversión bursátil, donde las decisiones precipitadas tienen grandes y espontáneas repercusiones.
Es uno de los pecados más peligrosos para nuestras finanzas personales, que reciben ese nombre porque deben ajustarse a la economía de cada persona, no a la de sus ‘vecinos’. Sin embargo, es muy común ver cómo hay personas que viven por encima de sus posibilidades o llevan a cabo actos financieramente erróneos sólo por imitación. Un presupuesto rígido y bien ordenado puede ser la solución.
Las posibles consecuencias de ser demasiado orgulloso en el ámbito financiero e inversor pueden ser nefastas. La soberbia puede hacer que no seamos capaces de admitir nuestros propios errores y que no acudamos en busca de ayuda de los especialistas para las inversiones y de amigos en momentos de apuro económico. En este caso, la mejor fórmula para combatir la soberbia son la información y la planificación, así como contar con un fondo de previsión por si cometes este pecado.
8. La ignorancia
La ignorancia no sólo tiene que ver con educarse acerca del manejo de las finanzas personales, también se puede extender al desconocimiento de nuestros hábitos de consumo y de la manera en la que gastamos nuestro dinero.
El ansia se traduce en buscar conseguir resultados rápidos y de forma inmediata, algo que no siempre es posible. Esto puede llevarnos a estar enfadados y a tomar decisiones desacertadas, como abandonar la gestión que venías haciendo.
Ignorancia, es lo que he notado al menos en el pueblo mexicano, es lo predomina.
Serìa bastante sutil que los pastores evangelicos enseñaràn de este tema en sus servicios, para que los congregantes sepan que las tarjetas de crèdito no es dinero extra, que es lo que piensan.
Saludos y buen estudio, lo pondrè en mì blog si me das permiso. espero tu respuesta.
Apreciado Isidro: Agradezco tu preciso comentario y por supuesto que permito que coloques esto en tu blog.
Muchísimas bendiciones activas en tu vida!
Nesher