Por P.A. David Nesher
«Dijo Elohim a Moshé y Aharón: “Dado que no han tenido suficiente fe en Mí…
(Números 20:12)
Nuestro amado Elohim ordenó a Moshé restaurar el manantial, que se había secado después del fallecimiento de Myriam, hablándole a la roca de la cual anteriormente fluía el agua. Los Sabios hacen notar que la Torah no registra que la congregación haya llorado por la muerte de Myriam, como lo hizo por las muertes de Moshé (Devarim 34:8) y Aharón (Bamidbar 20:29). Por cierto, el maestro Alshij dice que fue precisamente debido a que no derramaron lágrimas por la desaparición de Myriam que la fuente de su agua se agotó: fue como si el mérito de Miriam no les hubiera importado.
Enfocándonos en el versículo que nos preside, les diré que el sabio Rashí comenta que el Eterno quería que todo mundo supiese que Moshé y Aharón no estuvieron involucrados en el pecado de los espías y habrían entrado a Éretz Israel si no hubiese sido por su error con la roca.
Parece que Moshé y Aharón pensaron que quizás Elohim pretendía que le pegaran a la roca como hicieron la primera vez que Elohim proveyó agua al pueblo. Actuaron bajo esa conjetura sin consultar al Eterno. Por Providencia divina, Moshé golpeó la roca original y esta dio agua.
El sentido del versículo da a entender que, si hubieran tenido suficiente fe y seguido hablando, habría salido agua de la piedra indicada y el Nombre de Dios Se hubiese santificado, porque toda la congregación habría sacado la acertada conclusión del concepto de obediencia a Dios. El Eterno pretendía que el pueblo israelita aprendiera a reverenciarlo al ver a Moshé hablar a la roca: “Si una roca sin discernimiento obedece la voluntad del Eterno, cuánto más debemos hacer nosotros, que podemos entender por qué debemos obedecer a Elohim y necesitamos Su asistencia.” Pero como Moshé acabó pegando a la roca, esa lección ya no era evidente. En consecuencia, El Eterno tuvo que enseñar al pueblo israelita la misma lección y castigar a Moshé y Aharón por su desobediencia: decretó que ambos habrían de morir en el desierto, sin poder entrar nunca a la Tierra de Israel.
Empero, según Rambán, la frase debe ser traducida como: «Porque no han hecho que ellos creyeran en Mí«, debido a que, si Moshé hubiera realizado su cometido correctamente, habría imbuido mayor fe en Dios en quienes observaron este fenómeno.
Más allá de las justificaciones que puedan hallar para su conducta, la enseñanza es para todos los líderes israelitas que deben decidir cómo actuar basados en si sus acciones habrán de inspirar al pueblo a una mayor devoción a la Torah y sus caminos.
De manera análoga, todos los que somos hijos primogénitos de Dios, cuando interactuamos con los demás siempre debemos considerar el impacto potencial que nuestras palabras o acciones puedan tener en sus actitudes hacia el pueblo israelita en general y hacia el mensaje de la Torah en particular.
Shalom a todos!