Por P.A. David Nesher
[VayeJulu hashamayim veJa’arets veJol-tseva’am.]
«Y acabaron (de ser creados) los cielos y la tierra, y todas sus huestes«.
(Bereshit / Génesis 2:1)
Debo decir al comenzar esta bitácora que disfruto mucho proclamar en mi alabanza cotidiana que solamente el Eterno ha existido desde siempre y para siempre; ¡que sólo Él es sin principio ni fin! Siempre sumo a mi corazón y declaro con mis labios lo que dice el salmista:
“Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.»
(Salmos 90:2)
Pero a la vez debo confesar mi consciencia certera de la existencia de seres incorpóreos y superpoderosos creados por Yahvéh, nuestro Dios, para hacer conocer Su voluntad perfecta y cumplir Sus órdenes. Y es que no puedo callar que mi vivencia de fe en el Mesías, iluminada por las Sagradas Escrituras, me ha permitido experimentar, a lo largo de mi peregrinar, la verdad sobre la existencia de los ángeles como seres puramente espirituales, creados por el Eterno.
Ha sido así como he comprendido que hay una relación muy estrecha entre los seres humanos y los ángeles. Siempre me inspiró y llenó de confianza lo que el autor de la epístola a los Hebreos escribe al decir que los ángeles son “espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación” (Hebreos 1.14). He disfrutado de seguridad al dejar a mis cuatro hijos bajo la revelación que mi amado Maestro y Dueño otorga al referirse a los niños, dice:
“Sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”
(Mateo 18.10)
Por esto, afirmo que la existencia de los ángeles, una verdad de nuestra emunah (certeza) en Yahvéh.
Hoy, desde las teologías judeo-cristiana, a estos seres se los identifica de otra manera, señalándolos con el nombre genérico de su misión: «mensajeros» (en hebreo: «malakim» o en griego «ángeles«), ya que son los portadores de ordenes del Eterno. El teólogo y filósofo Agustín de Hipona dice respecto a ellos: «El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel«. Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan «constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos» (Mt 18: 10), son «agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra» (Sal 103: 20).
Según las Escrituras Sagradas (La Biblia), los ángeles son espíritus, tal como Dios es un Espíritu (Salmo 104:4; Juan 4:24). Ellos forman una gran familia compuesta de millones de miembros, todos los cuales son “poderosos en potencia” _ hebreo gibbor koakj_ [Salmo 103:20; Revelación (Apocalipsis) 5:11]. En tanto que criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales (cf Lc 20, 36). Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello (cf. Dn 10, 9-12).
Entendemos que por medio del Mesías, el Eterno creó millones y millones de ángeles en el cielo:
“… porque en Él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles: tronos, dominios, principados, potestades; todo fue creado por Él y para Él,…»
(Colosenses 1:16)
Acerca de estos, el Tanak (A. T.) señala que:
“….millares de millares lo servían, y millones de millones estaban de pie ante su presencia…»
(Daniel 7:10).
Ahora me interesa que ustedes sepan que estas numerosas criaturas espirituales están tan bien organizadas en jerarquías de misión guerrera. Por eso es que se las llama “los ejércitos” (tseba-am) de Yahvéh» (Sal. 103:21).
¿Cuál es el origen de los ángeles? ¿Relata el Libro del Bereshit su creación?
A simple vista, en una lectura superficial y rápida, resulta curiosamente raro que en el Libro de Bereshit (en griego Génesis) que nos habla de toda la creación se nos omita directamente este gran detalle para referirnos claramente cuándo fue que YHVH creó a los ángeles. Sin embargo, esto no es así. Sin profundizamos en Bereshit (Génesis) capítulo 2 verso 1 vemos que expresa «los cielos y la tierra fueron acabados y todas sus HUESTES». Esta última palabra (HUESTES) ¿Se está refiriendo a los ángeles celestiales?
Para poder descubrir la respuesta correcta los invito a que leamos por un momento lo que nos relata el Primer Libro de Reyes:
» …Yo vi al Altísimo sentado en su trono y todo el ejército de los cielos (tseba-am) estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda…»
(1 de Reyes 22:19)
Este relato de Micaías, el profeta, nos muestra la situación en los cielos, en donde uno de sus ángeles se convierte en «espíritu de mentira» para hablar por la boca de todos los falsos profetas del malvado Rey Acab, esposo de la malvada Jezabel. ¡Interesante, ¿no? que la mentira venga directamente desde el trono del Eterno! Pero, sigamos con nuestro tema central.
Al leer a Nehemías también encontramos una referencia similar, cuando nos advierte:
«¡Tú solo eres YHVH! Tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos y todas sus huestes (tseba-am)…»
(Nehemías 9: 6)
El Rey David en uno de los Salmos también nos refiere de la creación de estos seres:
«Por la palabra de YHVH fueron hechos los cielos; todo el ejercito (tseba-am) de ellos fué hecho por el soplo de su boca«
(Salmo 33:6)
El profeta Yeshayahu (Isaíaas) también toma parte en esta discusión aportándonos su relato:
«Levantad en alto vuestros ojos y mirad quién ha creado estas cosas. El saca y cuenta al ejército (tseba-am) de ellas; a todas llama por su nombre…»
(Isa. 40:26).
Asimismo, este profeta nos da una breve semblanza de lo que hizo el Creador:
«…Son mis propias manos las que han desplegado los cielos, y soy yo quien ha dado órdenes a todo su ejército (tseba-am)«.
(Isa.45:12)
Con esta breves referencia ya entendemos que Yahvéh, nuestro Dios, fue quien creó a las «Huestes» o «Ejércitos» (tseba-am) celestiales.
Después de estar seguros de que fueron creados en esos primeros días de la Creación nos toca ahora conocer cuándo fueron creados exactamente.
El tiempo exacto de su creación no está específicamente definido, pero por la evidencia bíblica entendemos que lo más probable es que hayan sido creados en el momento en que también fueron hechos los cielos, como se narra en Génesis 1:1. Esto significaría que posiblemente el Eterno haya creado los ángeles inmediatamente después de haber creado los cielos y antes de crear la tierra. Para demostrar esto, necesito remitirme al libro de Job en donde no cabe duda de que los “hijos de Dios” que ‘gritaron en aplauso’ cuando Él ‘colocó la piedra angular’ de la Tierra (Job 38: 4-7) eran seres angélicos y no descendientes de Adán (ya que este aún no había sido creado). Del mismo modo, es evidente que los “hijos de Dios” o «hijos de los potentados» mencionados en el Salmo 89:6 también son criaturas celestiales, no humanos.
Es interesante mencionar que uno de los Rollos encontrados en la Cueva No. 11 de Qumram nos dice al respecto: «Dividiendo la luz de las tinieblas El estableció el amanecer en Su decisión mental. Cuando todos los ángeles vieron esto ellos se regocijaron en gran manera porque Él les mostró lo que ellos no previamente no habían conocido. El coronó las colinas con cosechas, abundante alimento para todos los vivientes» [(11QPsª) Rollo: «Himno al Creador»].
El testimonio de la obra seudoepigráfica llamada «Libro de los Jubileos» dice:
«Porque en el primer día El creó los cielos que están arriba y la tierra y las aguas y todos los espíritus los cuales sirven delante de El -los ángeles de la Presencia, los ángeles de Santidad, y los ángeles de los espíritus de fuego y los ángeles de los espíritus de los vientos, y los ángeles de los espíritus de las nubes, y de las tinieblas, y de la nieve y del granizo y del hielo, y los ángeles de los sonidos, los truenos y los rayos, y los ángeles de los espíritus del frío y del calor y del invierno y de la primavera y del otoño y del verano y de todos los espíritus de Sus criaturas las cuales están en los cielos y en la tierra«
(Jubileos 2:2)
Ante toda evidencia escritural ofrecida se evidencia que todos los ángeles fueron creados de una vez. Ningún ángel ha sido añadido desde entonces. Los ángeles no están sujetos a la muerte o a ninguna forma de extinción, por lo tanto, su número no decrece.
Es importante al terminar remarcar que estas criaturas celestiales se sintieron felices cuando se fundó la Tierra y realizaron con alegría sus tareas mientras Yahvéh preparaba esta extraordinaria joya del universo para que fuera el hogar de la humanidad, la máxima creación a la que los ángeles deberían servir (Job 38:4, 7). Sabemos que el Eterno creó al ser humano para reflejar sus sublimes cualidades (Heb. 2:7; Gén. 1:26). Si Adán y Eva hubieran usado bien el don del libre albedrío, podrían haber vivido junto con sus descendientes en un paraíso como parte de la familia universal de criaturas inteligentes de Yahvéh. Ellos podrían haber permitido que la presencia de las huestes celestiales se manifestaran visiblemente en todas las esferas del cosmos material que nos rodea.
De todos modos y más allá de la naturaleza pecadora del ser humano. Los ejércitos celestiales siempre han estado en actividad al servicio de la Salvación (en hebreo Yeshúa) del Eterno.
Desde la creación y a lo largo de toda la Historia de la Salvación, los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de su realización: cierran el paraíso terrenal (Gn. 3: 24), protegen a Lot (Gn. 19), salvan a Agar y a su hijo (Gn. 21: 17), detienen la mano de Abraham (Gn. 22: 11), la Torah (Instrucción) es comunicada por su ministerio (Hch. 7:53), conducen el pueblo de Dios (Ex. 23: 20-23), anuncian nacimientos (Jueces 13) y vocaciones (Jc. 6: 11-24; Is 6: 6), asisten a los profetas (1 R 19: 5), por no citar más que algunos ejemplos.
Finalmente, y transitando los días de la Nueva Alianza, vemos al ángel Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el de Yeshúa (Lc 1: 11.26). Por ello, y desde la Encarnación a la Ascensión del Mesías, la vida del Verbo encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los ángeles. Cuando Dios introduce «a su Primogénito en el mundo, dice: ‘adórenlo todos los ángeles de Dios‘ (Hb. 1: 6). Desde entonces su cántico de alabanza en el nacimiento del Mesías no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: «Gloria a Dios…» (Lc. 2: 14). Protegen la infancia de Yeshúa (Mt. 1: 20; 2: 13.19), sirven a Yeshúa en el desierto (Mc. 1: 12; Mt. 4: 11), lo reconfortan en la agonía (Lc. 22: 43), cuando Él habría podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos (Mt. 26: 53). Son también los ángeles quienes «evangelizan» (Lc. 2: 10) anunciando la Buena Nueva de la Encarnación (Lc. 2: 8-14), y de la Resurrección (Mc. 16: 5-7) de nuestro Maestro y Dueño. Con ocasión de la segunda venida de Yeshúa HaMashiaj, anunciada por los ángeles (Hb. 1: 10-11), éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor (Mt. 13: 41; 25: 31 ; Lc. 12: 8-9).
Por todo esto, hoy creo y aseguro que los poderosos ángeles siguen más activos que nunca en su misión y propósito. Estoy más que convencido que estos ejércitos (tseba-am) celestiales protegen al pueblo de Dios, sobre todo de las cosas que ponen en peligro su espiritualidad. La Escritura dice: “El ángel de YHVH está acampando todo en derredor de los que le temen, y los libra” (Salmo 34:7).
Por último, sé que dentro de muy poco, el malvado sistema de Satanás será destruido y nosotros seremos liberados y manifestados como hijos del Eterno. Sé que los ángeles desempeñarán un papel muy importante en estos trascendentales sucesos, que harán posible la vindicación de la soberanía de nuestro Abba y la realización de su propósito para la Tierra y la humanidad a través de Su Mesías. Los ángeles realmente son espíritus enviados para servir a favor de los que van a heredar la salvación.
¡Alabemos al Eterno porque usa a sus ejércitos (los ángeles) para ayudarnos a cumplir su voluntad que es buena, agradable y perfecta!
Por último, confirmemos la Palabra de Verdad con la que comencé esta bitácora:
«Así fueron terminados los Cielos y la Tierra y todos sus ocupantes«
(Bereshit / Génesis 2:1)
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Nota:
Seguramente varios de ustedes vienen considerando hacer contribuciones a este ministerio de enseñanza que el Eterno me ha encomendado. Para aquellas personas que deseen hacer donaciones para la expansión de nuestra pag web y para la ejecución de nuevos proyectos de ayuda social, aquí les dejo el link que les permitirá hacerlo.
¡Desde ya muchas gracias y que el Eterno recompense esta consciencia de Terumáh!