Por David Nesher
Algunas personas sostienen que hay que mirar menos el pasado y enfocarse en realizar su visión de futuro…
Es verdad que al pasado no lo podemos cambiar, pero sí podemos torcerle el brazo al pesimismo que algunas vivencias pasadas han dejado. Esto lo digo porque sirviendo al alma de muchos seres humanos por medio de la curación de recuerdos, he descubierto que aquellos que han sufrido traumas, tienen una perspectiva desalentadora del futuro que les espera, y esa perspectiva es la causa de sus problemas, no los traumas que sufrieron. Es más, también me he dado cuenta que quienes se imaginan un futuro con muchos riesgos y pocos escenarios positivos son propensos a la ansiedad, y no al contrario, como normalmente se piensa.
La Instrucción (Torah) divina revela que es necesario interpretar funcionalmente el pasado, y RESCATAR experiencias, aprendizajes y cada una de sus sabidurías implícitas y explícitas para crear una VISIÓN con sólida raíz que reescriba un futuro diferente para el mundo entero, fundamentado en la comprensión vivencial del propósito eterno de Dios en el Mesías.
Lo maravilloso de esta revelación es que significa que uno puede intervenir en el futuro, en lugar de seguir atribuyéndoles al pasado y al presente, sobre los cuales uno no tiene ningún control, un poder desmesurado.