Me enteré acerca de un antiguo emperador chino que tuvo la intención de conquistar el país de sus enemigos y de destruirlos a todos.
Más tarde se lo pudo observar como compartía la mesa con sus enemigos, chisteando y divirtiéndose mucho.
Alguien, asombrado por la escena, le preguntó:
_ Pero… ¿cómo?… ¿No era que querías aniquilar a tus enemigos?
Contestó el emperador:
_ Los he aniquilado… ¡Los convertí en mi amigos!
Una historia pequeña pero con una gran e importante enseñanza. Debemos paracticarlo!!!!