Estamos iniciando un mes lunar maravilloso, se llama Adar. Su nombre viene del hebreo adir, que significa “grandioso, noble y poderoso”. Sé, por la certeza que el Señor puso en mi corazón, que durante veintinueve días seremos testigos de lo grandioso de Dios revelándose en nuestras vidas con nobleza y poder.
Por una parte, serán días en los que veremos cómo el sistema de cosas causará sentimientos encontrados en las personas con el fin causar duda e incertidumbre a través de los eventos naturales, políticos, económicos y sociales. Desde cada circunstancia el enemigo procurará un estado tal con que procurará agotar a los seres humanos en la angustia y posteriormente destruirlos.
Pero, a los justos, el Eterno Padre tiene una propuesta diferente: ir vivenciando cómo aumentará la alegría día a día, teniendo en cuenta que Él está en control de todas las cosas.
Adar, el mes en el que se dio vuelta, para el pueblo de Dios su destino. El Eterno torno las circunstancias de tristeza en alegría, de duelo en festividad. Todo el mes, desde su comienzo hasta su culminación, invoca a incrementar el regocijo.
No hay alegría más grande que sanar las dudas, ya que aquel que vive en la incertidumbre no puede alegrarse, pues ella trae ansiedad e impide la fuerza de la alegría. Por ello, los justos vivirán por la fe. Ese será el secreto que les permitirá sanarse y evitar los lazos que el cazador ha preparado para los hombres.
Recuerden que detrás de cada circunstancia o incidente, se encuentra una mano, la del Eterno, controlando soberanamente la historia sin efectos especiales.
Por ello, en el mes de Adar, Dios nos propone que lo reconozcamos presentes en nuestra vidas como el protagonista que no necesita manifestarse con efectos especiales, sino acompañarnos con los hechos de la historia, que aparentan ser casualidades, y sin embargo, resultan ser causalidades para traer promoción a nuestras vidas y, por ellas, salvarnos de la destrucción.
Les aconsejo en el Señor que traten de mantenerse día a día alegres. Recuerden que cada ser humano tiene una reserva de infinita alegría en su interior. Por ello, tenemos que poner a un lado las barreras que bloquean esta fuente, para que siga brotando. Es así que el diseño divino establece que cuando un justo entra al mes de Adar, debe incrementar su alegría. Desde ese diseño, los exhorto a que se concentren en de dejar de ser el centro. Es necesario que cada uno vea más allá de “tu propio ombligo”. Recuérdenlo bien: ¡no somos una isla! Vivimos en un mundo con mucha gente. ¡Y que alegría…cuanta gente!. Gente nueva, gente interesante con muchas cosas que pensar y que decir. Abran su mente. Disfruten de la vida en comunión con otros. ¡Hay más allá de cada uno de ustedes mismos!
Procuren compartir con el prójimo. Desarrollen la compasión, que es el arte de ponerse al lado de la pasión del otro. Para lograrlo traten de pensar “¿qué puedo hacer por el otro?”.
Tengan en cuenta, durante estos veintinueve días, que nuestra vida es el resultado de nuestras creencias; nuestra manera de pensar y sentir. Todo eso, está creando las condiciones y acontecimientos de nuestro diario vivir. El pensamiento y el sentimiento son el poder creador en el hombre, lo creamos o no, ello actúa como un imán, atrayendo de lo externo hacia nosotros todo lo necesario, como para materializar en el mundo que nos rodea, aquello que es afín a nuestros pensamientos.
Gracias PA David por estos consejos, y bueno.. a ponerlos en practica se ha dicho!!! SOy bendecido!!!!
muy buena enseñanza!!