Por P.A. David Nesher
«El cetro no se apartará de Judá, hasta la venida de gobernante entre sus pies, hasta que venga Siloh, ya él mar da la obediencia de los pueblos «
(Bereshit/Génesis 49:10)
Debo confesarlo. Me requirió de mucho esfuerzo encontrar la respuesta. Claro, primeramente diré cuál fue la pregunta. La misma procedió de Lucas, un hijo apostólico de esos que siempre tienen algo bueno para consultar acerca de los códigos de la Torah. El planteo por Whatsapp, fue aparentemente fácil, y se expresó en dos preguntas:
«¿Qué significa Siloh?» y «¿A quién se refiere con dicho nombre?»
Prometí investigar, para luego contestar. No sabía que esa promesa me demandaría un trabajo que entiendo aún no ha quedado terminado. Sucede que dichas investigaciones aún no me han permitdo encontrar una interpretación completa del enorme significado escatológico que esconde la frase: “… hasta que venga Siloh”.
Lo primero que les aportaré es que la palabra Siloh aparece en la Tanak (Antiguo Testamento) 33 (treinta y tres) veces en dos formas diferentes. En Génesis 49:10 evidentemente se refiere a una persona humana; las otras 32 veces señalan a un lugar geográfico específico. Me refiero a una ciudad de Israel a unos 12 kilómetros al norte de Jerusalén en donde el Tabernáculo estuvo durante 400 años después que los israelitas entraron a la Tierra Prometida (Josué 18:1)
Los eruditos del hebreo torático de la Casa de Judá encuentran una serie de significados para la palabra hebrea ‘Shiloh’ que son desconocidas para la teología cristiana.
Algunos de dichos sabios ven en esta palabra la raíz shâlêv que significa «pacífico«’, y dicen que de esa raíz se puede derivar shâlva, que significaría algo así como «paz relajante». Entonces ellos concluyen que la expresión Siloh estaría describiendo el carácter y la misión del Mesías como el Príncipe de Paz.
Otro eruditos judíos sostienen que Siloh en su forma original era moshlô, que se traduce como «su gobernante» refiriéndose al Mesías como el Gobernante que Yahvéh colocará sobre las naciones de la Tierra.
El sabio Rashí [el principal exegeta del Tanak (AT) y del Talmud en la Edad Media, quien también tuvo un afecto particular por los Targumes], dice de Shiloh, que:
“Él es el Mesías-Rey y su (shelo) es poder soberano. Así entendió el asunto Onquelos. El Midrash lo explica con las palabras shai loh, ‘regalos para Él,’ porque el Salmo 76:11 dice: ‘Traigan ofrendas al Temible’.”
(Mikraoth Gedoloth)
De modo que el concepto de «el que ha de ser temido«, también vino a ser un apelativo para el Mesías.
Otros exégetas especialiestas dicen que Siloh significa “Aquel quien es” o «Aquel a quien Pertenece«. Pero sin tomar en cuenta de como se interprete esa palabra, la mayoría de los eruditos consideran que la frase “…hasta que venga Siloh” se refiere al Mesías llegando a Israel.
Esta interpretación mesiánica se refleja por ejemplo en el Targúm arameo de Onkelos donde la frase se vierte: “hasta que venga el Mesías a quien pertenece el reino…”
Similarmente, el Pseudo-Jonatán parafrasea el pasaje: “hasta el tiempo cuando venga el Rey Mesías…”
El Talmud también da apoyo a la interpretación de que Shiloh, en la boca de Yaakov, era una referencia al Mesías:
“Rabí Yojanán enseñó que todo el mundo fue creado para el Mesías. ¿Cuál es su nombre? La Escuela de Siloh enseñó: Su nombre es Shiloh como está escrito (Gen. 49:10) “Hasta que venga Shiloh y a él se juntarán los pueblos.”
(Sanh. 98b)
La misma exégesis se sigue en los pasajes midráshicos. El Midrásh Rabá de Génesis declara lo siguiente:
“Se agazapa, asecha como un león‟ (Génesis 49:9. Algunos interpretan que significa: “Asecha‟, esto es, Él esperó desde Sedequías hasta el Rey Mesías.”
Midrásh Rabá Génesis 98:7 similarmente, el Midrásh Tanjumáh relaciona el pasaje con el Rey Mesías cuando declara:
“El cetro no se apartará.‟ Esto significa el trono real. …”El legislador de entre sus pies,‟…se refiere al tiempo cuando venga el Rey a quien le pertenece el Reino.”
El Yalkut relaciona la palabra Shiloh como una contracción de shai-ladonái, palabras que aparecen en el libro del profeta Isaías significando “regalo del Señor”. Éste logra el mismo resultado e interpreta el término Shiloh como relacionado con el Mesías:
“Hasta que venga Shilóh; Él es llamado por el nombre de Shilóh porque todas las naciones están destinadas a traerle obsequios a Israel y al rey Mesías, como está escrito: “En ese día se le traerá el regalo al Señor de los ejércitos.”
Yalkut 160
Regresando al concepto de que Siloh debe ser traducido «el que ha de ser temido«, a la luz de los salmos mesiánicos, debemos notar que en los evangelios se nos una y otra vez que los que escucharon a Yeshúa/Jesús tuvieron gran temor (Lucas 5:26, 7:16: 8:25 y 37).
Uno de los métodos de interpretación utilizados por sacerdotes y profetas, es la gematría. En ella el valor numérico de las letras de las palabras se cuentan y luego se comparan con otras palabras que tuvieran el mismo valor.
¿Qué descubrieron los sabios respecto a la idea de ‘Shiloh’ con la ayuda de su gematría?
El valor numérico de «que venga Shiloh» (yavô shilôh), es 358, que corresponde exactamente al de “Mashiaj (Mesías).
Venga Shiloh
” י ב א שׁ י ל ה ”
5 + 30 + 10 + 300 + 1 + 2 + 10 = 358
Mesías
מ שׁ ח ו
8 + 10 + 300 + 40 = 358
A su vez, el valor gemátrico de nahash («serpiente»), también es 358.
En términos de la Kabbalah (misticismo judío), esto significaba que “el Mesías había de aplastar la cabeza de la serpiente.”
Semejantes observaciones no tienen ninguna base científica, pero ilustran el entendimiento que los rabinos tenían de que el Mesías conquistaría la corrupción del pecado. Esta misma expectativa se refleja en la primera epístola del apóstol Juan:
“Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.”
(1Juan 3:8)
Así analizado y pensado, nos damos cuenta que las razones para concluir que Shilóh es otro nombre para el Mesías son muchas. Pero lo más fuerte en esta afirmación es lo manifestado escrituralmente por el profeta Ezequiel que parece referirse a la profecía del “cetro” y al término Shiloh cuando profetiza:
“La voltearé, voltearé, voltearé, y no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho.”
(Ezequiel 21:27)
La expresión hebrea para “cuyo es el derecho” es asher-lo, que es básicamente la misma palabra usada en la profecía del cetro para Siloh. Como el asher-lo de Ezequiel parece ser una referencia al Mesías, es justo asignar una interpretación mesiánica al Shiloh de la profecía de Yaakov.
Desde la gobernación de malek (rey) David de Judá, el poder para gobernar (el bastón de comandante) y la soberanía real (el cetro) fueron posesión de la tribu de Judá. Así tenía que continuar hasta que viniera Siloh, lo que indicaba que el linaje real de Judá terminaría en Siloh como heredero permanente. De manera similar, antes de que se echara abajo el reino de Judá, Yahvéh le dijo al último rey de Judá, Sedequías, que la gobernación le sería dada a uno que tendría el derecho legal. (Eze 21:26, 27.) ¡Este sería Siloh!
Siloh se refiere a Yeshúa (Jesús), el verdadero gobernador y la autoridad. Sólo puede haber un Siloh que cumple el significado. Él vino como el gobernante eterno en la línea de Judá (Yehudáh). Si Él no ha cumplido la profecía, nunca habrá otra persona que pueda hacerlo.
Lo mejor es lo que se refiere a Siloh como un nombre propio de una persona. La capacidad de Judá (Yehudáh) para gobernar vendrá a un punto culminante en un gobernante tan competente, que Él será capaz de lograr el descanso perfecto y Él mismo será llamado, «el descanso» o «dador del descanso«. El Mesías es el portador del descanso. Él es el dador de la paz y el descanso. Por lo tanto, la soberanía del gobierno de Judá alcanza su punto más alto en el Mesías. (cf. Isaías 61:1-2; Lucas 4:16-21).
¿Quién es este dador del descanso?
La palabra Siloh podría derivarse también de la misma raíz que la palabra Salem o Shalom, que significa «descansar«. Las Escrituras son consistentes en su énfasis en el Príncipe de Paz que da Su descanso al pueblo de Israel (las 12 tribus). Él es el «Príncipe de Paz» (Isaías 9:6).
Así pues, hoy logramos captar, desde nuestra experiencia de fe, que el cumplimiento de la promesa a Yehudáh es cuando venga Siloh (Génesis 49:10 -12). Siloh es el hombre de descanso, el dador del descanso o «portador del descanso«.
Yeshúa (español Jesús) es el dador de la paz que hizo la reconciliación entre el Eterno y el hombre pecador por medio de Su muerte en la cruz del Gólgota (Calvario)
Nosotros lo sabemos y así también lo confesamos de acuerdo a nuestra experiencia de emunah (fe): ¡El Mesías es Yeshua!. Él es descendiente de Judá (Yehudáh), del linaje de David (Rev./Apoc. 5:5). Siloh significa: “el Dador de reposo y tranquilidad”. El Mesías es el único que podrá traer paz verdadera y gobernará sobre toda la Tierra (Rom. 15:12).
La salvación en Yeshúa HaMashiaj (Jesús el Cristo) es el descanso perfecto de Yahvéh.
«Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia»
(Hebreos 4:9-11)
Él puede darnos su paz perfecta. Debido a que hemos sido «justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesús, el Cristo» (Romanos 5:1).
Así es, el Dador del descanso esta frente a cada persona herida hoy y le extiende Su Gran Llamado (o Vocación):
«Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga»
(Mateo 11:28-30).
Él da su perfecta paz: «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo» (Juan 14:27; 16:33; 20:19, 21, 26).
Los gobernantes de Israel descendieron a través de la línea de Yehudáh (Judá), por medio del rey David hasta Yoséf (José), el padre adoptivo de Yeshúa (Mateo 1:13-16). Esto pone a Yeshúa en la línea regia de David, a través de su hijo Salomón.
¡Él vino la primera vez como un humilde servidor-rey! Tal como lo expresó Yaakov en su oráculo mesiánico:
«Atando a la vid su pollino,
Y a la cepa el hijo de su asna, lavó en el vino su vestido,
Y en la sangre de uvas su manto. Sus ojos, son más rojos que el vino,
Y sus dientes más blancos que la leche»
(Génesis 49:11-12).
Sin embargo, cuando venga por Segunda Vez, Él reinará como rey soberano del universo. Por lo tanto, la otra cara de esta gran bendición profética. Génesis 49:11-12 se refiere al juicio y la salvación en la Segunda Venida de Yeshúa HaMashiaj.
En ese gloriosos día, el Príncipe de paz reinará como Rey de Reyes por los siglos de los siglos (Apocalipsis 11:15; 5:5-14).
El profeta hebreo Ezequiel refiriéndose al Mesías, gritó:
» ¡A ruina, a ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta que venga aquel a quien corresponde el derecho, y yo se lo entregaré!»
(Ezequiel 21:27).
El apóstol Juan al escribir el libro de Revelaciones (Apocalipsis) ve al Señor resucitado y ascendido. Describe entonces a Yeshúa HaMashiaj como el «león de la tribu de Judá» (5:5) Uno de los ancianos en la visión de Juan del cielo, dijo:
«Entonces uno de los ancianos me dijo:
«No llores, porque el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos».»
(Apocalipsis 5:5)
El rey mesiánico soberano gobernará con el rugido de un león fuerte y poderoso.
Yeshúa nos ha liberado del antiguo «león rugiente«, el diablo, HaSatán, que anda alrededor buscando a quien devorar (1Ped. 5:8). Hoy Yeshúa es Rey de Reyes y Señor de Señores, y está conduciendo nuestros días a Su regreso.