por P.A. David Nesher
¡Por favor, entiéndelo bien! ¡Cada día es una nueva oportunidad para sentirnos agradecidos! ¡Una nueva revancha, para sonreír, para cantar, para levantar nuestras manos y elevar una ofrenda de gozo a nuestro Abba Santo!
Acepta que con nuestra alegría reflejamos Su Torah en nuestras vidas. Con dicha alegría, expresada en acciones de gracias, sanamos nuestro sistema endocrino. Nos protegemos de la oxidación celular, nos arrugamos menos la piel, es decir, lucimos más jóvenes y mejoramos nuestro sistema nervioso central.
Está claro que la alegría que surge de ser agradecidos es terapia, sana. Dicha alegría se hace contagiosa, y se vuelve un súper estimulantemente vascular, así común excelente anti-depresivo.
¡Estoy seguro que nuestro Dueño y Redentor se complace con nuestra simjáh («alegría interior» o «alegría del alma«) y la transforma en una poderosa energía cósmico-mesiánica que se convierte en fortaleza integral para ti!
¡Eso es lo que más deseo te suceda hoy!
¡Por ello, declaro Bendiciones precipitándose sobre tu vida, familia y economía!