En los países del norte y en Ertez Israel (Tierra de Israel), el mes de Tevet representa el punto máximo del invierno, en el cual toda la existencia parece estar detenida, estancada, adormecida. Sin embargo, sabemos que aunque la naturaleza está dormida en la superficie, la actividad esta oculta en el interior de la tierra. Los árboles frutales están alimentando sus raíces de los minerales de la tierra para, muy pronto, comenzar a dar nuevas hojas y frutos. ¡En el interim, la acción que precede al florecimiento tiene lugar lejos de nuestra mirada!
Esto se aplica también al alma humana. Cuando nos hallamos adormecidos, nadie espera de nosotros que hagamos algo nuevo. Nuestra existencia continua, el cuerpo crece y se desarrolla, pero la inteligencia y la percepción permanecen estancadas. Están como selladas en un sueño profundo, y algunas veces es muy difícil despertarlas.
Si comparamos la situación del mundo físico y nuestro propio mundo espiritual, encontraremos la replica del mes de Tevet. A diferencia de Kislev, el mes precedente en el cual revivimos el milagroso tiempo de Januká, Tevet no es un mes de revelación. No tiene días de conmemoración, es decir que carece de jornadas de milagros abiertos. Por ello, es muy importante tener en cuenta que durante este mes prevalece el adormecimiento del alma, un adormecimiento invernal que amenaza con oscurecer todo lo que es revelado y claro. Por ello, el tema de este mes es el oscurecimiento de lo claro y evidente, el adormecimiento de la búsqueda, la posibilidad de que disminuya la claridad espiritual.
Pregunta el Talmud (Tratado de Shabat 77): «¿Por qué las cabritas siempre van adelante guiando al resto de los animales? Porque así fue el proceso de la Creación. Primero fue la oscuridad y luego la luz.«
En el siglo II a.E.C., los griegos quisieron oscurecer espiritualmente a Israel, y la luz de Januká, que se extendió del 25 de Kislev al 2 de Tevet pudo vencer la fuerza de la oscuridad que obraba en esa abominación desoladora impuesta por el Anti-Mashiaj Antíoco Epifanes.
A través de la vida y la emunáh de nuestros Patriarcas, Abraham, Isaac y Yaakov, la Torah también nos relata el problema del adormecimiento espiritual en el mundo material. Ellos nos enseñan cómo vivir en el mundo de la acción, en el mundo material, sin entumecerse, o paralizarse con todo lo que nos rodea.
Para expresarlo en forma muy resumida:
? Abraham renovó la revelación de la soberanía de Dios en el mundo, ? Isaac enseñó como la persona puede estar totalmente vinculada a Dios, ya que él lo dio todo, incluyendo potencialmente su vida. ? Debido a que alcanzar semejante nivel de es casi irreal para la nación como un todo, la Torah nos muestra como actuó Yaakov. De la forma de vida de Yaakov, aprendemos cómo el hombre puede cumplir la voluntad del Creador en las actividades de todos los días, sin disminuir el propósito Divino de la Creación.
Así hemos estudiado como la confrontación entre las vidas de Yaakov y Esav pone al descubierto el conflicto entre lo espiritual y lo material que diariamente enfrenta el alma redimida.
Esav representa lo que se ve aquí y ahora, la no existencia de otra realidad. Yaakov, en cambio, nos demuestra lo pretensioso y falso de esta afirmación.
Si la materia y/o lo material prevalece en nuestra vida, entonces la oscuridad del invierno nos invade con su consigna natural, la sentencia de Esav…no existe otra forma de entender la realidad; no hay ley, juicio, ni otro mundo.
En cambio, Yaakov/Israel, enseña al mundo que, tal como la cabra puede dirigirse exactamente en la dirección contraria, lo espiritual puede emerger de lo material e iluminarlo.
Yaakov, es quien enseñó al mundo a renacer en un nuevo nivel de conciencia, luego de romper con la confusión y la oscuridad que representa Esav, es decir, la representación del invierno adormecido en su máxima expresión.
La materia que puede potencialmente adormecer al hombre es sólo el envoltorio, la vestimenta que cubre al hombre y le da forma. Ambos mundos, espiritual y material funcionan juntos, y es nuestra tarea unirlos y elevarlos.
«… La voz es la voz de Yaakov, pero las manos son las manos de Esav.»
¿Cómo puede el hombre vivir en ambos mundos?
Disfrazándose con astucia como alguien que pertenece a este mundo. En el mundo material, el hombre se disfraza como Esav, y en el interior permanece Yaakov; la voz de Yaakov emerge del camuflage iluminando y guiando la vida en el mundo de la acción. De esta manera prevenimos que el mundo material se oscurezca por el adormecimiento de la espiritualidad.
«En el décimo mes, en el décimo día del mes, Nabucodonosor rey de Babilonia se levanto junto con su ejercito contra Jerusalem, y sitió la cuidad, y construyeron un sitio alrededor de ella.» (Jeremías 52:4; Reyes II 25:1).
El 10 de Tevet, es conocido a veces por ser el ayuno más «fácil» de cumplir en comparación con el resto de los ayunos que conmemoran la destrucción del Beit HaMikdash – Templo Sagrado de Jerusalem.
En un plano estrictamente físico, es verdad: el ayuno dura únicamente entre el amanecer hasta el anochecer. Y como por lo general concuerda con el solsticio de invierno, el día se hace muy corto. (Lo opuesto es verdadero para aquellos que viven en el hemisferio sur). Y a pesar de esto, en un plano espiritual, el ayuno del 10 de Tevet llega a ser el más difícil de todos, incluso de aquel del 9 de Av, el más conocido y observado a nivel mundial de todos los ayunos concernientes al Templo. ¿Por que?
Recordemos que el 10 de Tevet marca un comienzo: el comienzo del sitio que llevo a la destrucción del primer Beit HaMikdash – Templo Sagrado de Jerusalem – en el 586 AEC por los Babilonios; se trata del comienzo de un final.
Todos los comienzos se dirigen a algún lado, tienen un objetivo, un final. Y mientras avanzamos por el camino de la vida, cometemos errores, y también los superamos. Para la mayoría de nosotros, cometer y superar nuestras deficiencias, es parte de nuestra lucha diaria que nos ayuda a elevarnos, a acercarnos a Dios y cumplir mejor Sus preceptos. Pero cada error, cada paso en falso que damos es en sí mismo un nuevo comienzo. Si no se lo toma en cuenta, si no nos hacemos cargo del mismo, el error de esta mañana necesariamente se convertirá en parte de esa red de errores y oportunidades que perdimos. Al final del día, mientras reflexionamos y nos damos cuenta de estos errores, viene el remordimiento de conciencia. Asimismo, al final de nuestra vida, seguramente vamos a reflexionar sobre cómo nos fue, lo que hicimos y lo que no, y ese momento estará lleno de remordimiento. Pero, ¿es el final del día el momento correcto para llorar? ¿Es el final de nuestros días el momento para arrepentirnos?
Nuestros sabios nos enseñan que incluso antes de la creación del mundo, Dios creó la capacidad de teshuváh (- regreso o arrepentimiento -). De acuerdo con el Talmud, Dios » creo la cura antes que la aflicción». Es decir que Dios, en Su infinita sabiduría, sabía de antemano que nosotros aprendemos de nuestras experiencias: el mundo no puede avanzar sin teshuváh. El propósito Divino de la creación no se puede realizar sin la capacidad y el esfuerzo por la teshuváh, es decir, mejorarnos como personas; dirigirnos y acercarnos cada vez más a la voluntad Divina: hacer de Su voluntad nuestra voluntad.
✍? ? Tomado de la enseñanza de los rabinos Glazerson & Gad Erlanger ?️ ✡️
En la noche de este 30 de noviembre, el cielo nos regala un espectáculo único: el último eclipse penumbral de Luna del año 2020. Dicen los que entienden del tema que este fenómeno podrá ser visto en América, Australia y algunas zonas de Asia, en donde existirá la posibilidad de ver una Luna Llena más oscura durante el punto máximo del eclipse.
¿Qué es un Eclipse Penumbral?
Existen dos tipos de sombra que forma la Tierra,la Umbra y la Penumbra, por lo que dependiendo por qué parte de la sombra pase la Luna, será uno de los tres tipos de eclipses existentes:
Total,
Parcial, o
Penumbral.
El eclipse total se produce cuando el satélite se mete en la umbra; entonces generalmente la Luna cambia de color y se ve roja, porque la sombra de la Tierra tiene ese color. Por eso algunos la llaman Luna de Sangre.
Un eclipse parcial ocurre cuando la Luna pasa por la umbra pero no entra completamente, solo cubre una fracción del disco, entonces pues se ve digamos como mordida, se ve una parte oscura.
El eclipse penumbralse da cuando la luna únicamente pasa por la penumbra de la sombra de la Tierra.
Resulta que la sombra de la Tierra tiene dos componentes, un componente que se llama la umbra, que es la parte más oscura de la sombra, y otra parte que es más tenue, que se llama la penumbra, y que está alrededor. Son como dos conos: uno interno que es la umbra, y otro externo que es la penumbra.
El evento astronómico ocurre cuando la Luna pasa a través de la sombra de la Tierra y tiene un efecto sutil sobre el astro pero puede observarse a simple vista, sin necesidad de telescopio o binoculares.
Durante el eclipse penumbral lo único que sucede es que se atenúa el brillo de la luna, a diferencia de los eclipses totales o parciales donde se deja de ver la luna debido a que no llega la luz del sol.
Este episodio natural tan singular -el cuarto de este año- tendrá una duración total de cuatro horas y 21 minutos.
Dónde y cuándo verlo
En Argentina, el eclipse comenzará a las 4:32, momento en el que será visible; el punto máximo se dará a las 6:43 y culminará a las 8:53, aunque en estos últimos dos momentos destacados no podrá verse, indica el sitio Timeanddate.com.
En Ciudad de México, iniciará a la 1:32, el máximo del eclipse se dará a las 3:43 y terminará a las 5:53.
En Colombia, empezará a darse a las 2:32, el máximo eclipse tendrá lugar a las 4:43 y finalizará dos horas más tarde, a las 6:53.
En Florida, Estados Unidos, también arrancará a las 2:32, el punto máximo será a las 4:43 y finalizará a las 6:53.
En Chile comenzará a las 4:32, el máximo eclipse se dará a las 6:43 y el fenómeno concluirá a las 8:53.
Como podrás ver, la hora no es la mejor, y además, el día, porque hay que empezar la semana. Seguramente tendrás que desvelarte un poquito, pero yo creo que observar el Cielo vale la pena, y además sumarle tu meditación en la Torah (Instrucción) divina junto a tus plegarias de conexión.
Este fenómeno, similar al que vivimos el 5 de julio de este año, y no volverá a repetirse hasta el 5 de mayo de 2023, cuando podrá ser visto en África, Asia y Australia.
Al no necesitar ningún equipo especial para ver el eclipse, como un telescopio o binoculares (que, de hecho, se desaconsejan), podrás verlo siempre y cuando te quedes despierto durante el desarrollo del fenómeno.
Cabe resaltar que, como es un eclipse penumbral, la luna se verá como si fuese una luna llena con algo de neblina, por lo que se recomienda tomar una foto antes y durante el eclipse y luego comparar las fotos.
Desde hoy (viernes 7), y hasta el lunes por la mañana (pleno Tu B`Shevat) podremos experimentar sobre nosotros la vibración de la primera Superluna del año gregoriano 2020. Algunos astrónomos aseguran que esta Superluna de Nieve será muy dominante en el cielo entre el anochecer del sábado 8 y la madrugada del 9 de febrero, y aconsejan estar durante ese lapso preparados para divisarla.
Lo cierto es que para verla en su punto de máximo esplendor no hará falta usar binoculares pero sí será necesario acostarse tarde, por ejemplo, en Ciudad de México lo alcanzará a la 1.33; sino levantarse muy temprano, por ejemplo en Buenos Aires, se la verá bien a las 4.33.
Según el Almanaque de los Agricultores, las tribus de nativos americanos del noreste se referían a la segunda luna llena de invierno como la Luna de Nieve debido a las fuertes nevadas de febrero.
Una superluna es una luna llena que se forma cuando está orbitando en el punto más cercano a la Tierra, es decir, en el perigeo. Según los expertos, las superlunas pueden parecer hasta un 14 por ciento más grandes y hasta un 30 por ciento más brillantes que las lunas llenas normales.
La frase fue acuñada en 1979, dice la NASA. “Cuando aparece una luna llena en el perigeo [su punto más cercano a la Tierra] es un poco más brillante y más grande que una luna llena normal, y ahí es donde obtenemos una superluna«, explica la agencia espacial en su sitio web.
Una Lumbrera hecha para Citas Espirituales.
Símbolo de lo femenino y la fertilidad, desde la antigüedad la luna ha estado en el foco de atención de las diferentes culturas. Es que por su naturaleza y los efectos que provoca, desde siempre ha despertado un gran interés. Y más aún cuando está llena.
Teniendo en cuenta lo dicho en el párrafo anterior, esta superluna es también la primera luna llena de este Año Nuevo chino, lo que significa el final de las celebraciones de este y el día del festival de los faroles chinos.
También esta superluna coincidirá con un importante festival budista, Magha Puja (el 9 de febrero). Este festival conmemora una reunión espontánea de 1.250 seguidores del Buda para escuchar “El Ovadhapatimokha”, un famoso sermón.
Pero por sobre todo, recordemos que la luna juega un rol importante en el la fe de Avraham, Itzajk y Yaakov. El satélite terrestre es tanto una metáfora como una medida para nuestros días.
El calendario hebreo regula los meses de acuerdo con la luna. Como dice el Talmud: “Las otras naciones cuentan de acuerdo con el sol, pero Israel cuenta por la luna” (Sucá 29a). El calendario hebreo tiene 12 meses, coordinados para coincidir con cada mes lunar (el tiempo que le lleva a la luna realizar una órbita alrededor de la tierra y regresar al mismo punto en el cielo, tal como se la ve desde la tierra). El mes lunar cuenta con 29,5 días, por lo que los meses hebreos tienen 29 o 30 días.
Es superluna será usada por el Eterno para señalar el comienzo de las celebraciones judías de Tu BiShvat, conocido como “Año Nuevo de los Árboles”.
Asimismo, durante el año, el cielo se iluminará con otras tres superlunas. Ocurrirán el 9 de marzo (Super Worm Moon), el 8 de abril (Super Pink Moon) y el 7 de mayo (Super Flower Moon).
Como lo notarán, el cielo nocturno promete numerosos espectáculos cósmicos durante todo el año 2020. No solo aparecerán 13 lunas llenas, sino que dos de ellas serán “superlunas”, y una, por casualidad, que ocurrirá en Halloween, será una “luna azul”.
Los expertos en astronomía anuncian que dos de las lunas llenas de 2020 ocurrirán en octubre, una al principio y otra al final, lo que significa que este año será testigo de un ciclo lunar más que el número de meses del calendario. Es una perspectiva rara y emocionante para los ávidos observadores del cielo, especialmente para aquellos que estamos capacitándonos en ser entendidos en los tiempos.
Mercurio: ¿Será un Mensajero Divino?
Además, este mes de febrero contaremos con eventos astronómicos como Mercurio brillando en el horizonte.
Este lunes 10 de febrero podremos ver Mercurio a simple vista. Tras la puesta de sol, se podrá observar en el horizonte un punto amarillo y ese será el planeta más cercano al Sol.
Es una de las pocas oportunidades que nos brinda el cielo para mirar sin telescopio este planeta, así que lo mejor es que no te pierdas este evento astronómico.
¡Agéndalas!
Con el fin de que puedas tener marcado tu almanaque con las lunas llenas, te dejo lo que el Farmer’s Almanac, ha marcado del cielo nocturno de 2020, especialmente en su extraordinaria actividad lunar. Estas son las fechas en las que caerá cada luna llena.
10 de enero: luna de lobo
9 de febrero: luna de nieve
9 de marzo: luna de gusano (también es una superluna)
Un físico expone algunos detalles esencialesacerca del texto bíblico: «el sol se detuvo«, que sigue siendo tema de debates hasta los días de hoy.
Adauto Lourenço, que también es defensor creacionista, explica lo que describe Josué 10:12: «El día en que el Señor entregó los amorreos a los israelitas, Josué exclamó al Señor, en presencia de Israel: ¡Sol, detente sobre Gabaón! Y tú, luna en el valle de Ajalón!
De acuerdo con las Escrituras, esa fue la determinación de Josué durante un contexto de guerra.
«El sol se paró, y la luna se detuvo, hasta que la nación vengarse de sus enemigos, como está escrito en el libro de Jasar. El sol se paró en medio del cielo y por casi un día entero no se puso«, es lo que afirma la Biblia en el capítulo siguiente.
«Nunca antes ni después hubo un día como aquel, cuando el Señor atendió a un hombre. Sin duda el Señor luchaba por Israel «(Jn 10.14). El científico explica que todo depende de la referencia geográfica.»Josué usó la referencia geográfica de donde él estaba«, aclaró.
El estudiosos explica que «la Tierra gira en la línea del Ecuador a una velocidad de 1700 kilómetros por hora y gira alrededor del sol a una velocidad de 115.200 km por hora. La respuesta obvia de lo que se detuvo no es aquello que a la gente le gusta admitir. ¿Sabes lo que se detuvo? ¡El universo! Dios simplemente detuvo todo el universo«, afirmó.
Josué pidió un poco más de tiempo para vencer la guerra. «Fue como si Dios dijese: ve y cuida de tu guerra que yo cuido del resto«, dijo. «El problema es que no creemos en Dios, no creemos que Dios lo hizo«, continuó.
A los ojos de Josué, el sol y la luna se detuvieron. A los ojos de quien lee estos versículos bíblicos, puede tratarse de un fenómeno sobrenatural, o una locura para quien no da crédito a las Escrituras.
«¿En qué crees? ¿Cuál es tu apuesta? Estoy apostando que la Biblia es correcta. Pero lo que llamamos apuesta, la Biblia llama fe. «Considere la posibilidad de que la Biblia sea la base de su fe«, concluyó el físico.
«La ciencia debidamente establecida y la Biblia correctamente interpretada nunca entra en contradicción«, dijo.
A medida que transcurren los siglos siguen revelándose nuevos aspectos de la vida de Jesús, para muchos el hijo de Dios, mientras que para otros, un personaje que consiguió adentrarse con fuerza en las milenarias técnicas de liberación y de meditación de oriente, particularmente de la India.
Lo más reciente sobre la vida del hombre que nació en Galilea, específicamente en Nazaret, es que el día de su muerte algo particular sucedió en el Sistema Solar.
Miguel Antonio Fiol, un investigador de la Universidad de Wisconsin-Madison, afirma que el 3 de abril del año 30, día que de acuerdo a varios historiadores es la fecha real de la muerte del Jesús tras ser crucificado, los planetas Tierra, Venus, Júpiter, Urano y Saturno se alinearon formando una cruz.
Fiol toma como base, según cita www.prnewswire.com, la gran cantidad de material que existe para determinar la fecha de la muerte del profeta, esto es la astronomía, calendarios, arqueología y la misma Biblia, junto a modelos planetarios del software Solar System Scope, que recrea la posición de los planetas en ciertos momentos de la historia.
De acuerdo a lo que arrojó su estudio, los anillos de Saturno formaron la corona de espinas o el halo en la cabeza de Jesús, Júpiter y Urano forman sus extremidades superiores, y Venus junto a la Tierra se ubican en sus pies.
Por otro lado, si dibujamos una línea recta desde Júpiter a través de Marte se produce un punto preciso para la cintura, y las dos “manos” (Urano y Júpiter), giran en direcciones opuestas como lo hacen los dos pies (Tierra y Venus).
“Incluso a primera vista, sabía que se parecía a la crucifixión (…) sólo me tomé el tiempo para descubrir todos los paralelos increíbles”, indicó.
Un nuevo estudio publicado en la revista científica The Astronomical Journal, revela que nuestro sistema solar podría ser el único en todo el universo. Las características que hacen nuestro orden planetario único son los mismos elementos que hacen que la Tierra sea habitable, señala Jay Richards, investigador del Discovery Institute y coautor del libro “El Planeta Privilegiado”.
Astrofísicos de la Universidad de Montreal, en Canadá, han estudiado 909 planetas y 355 estrellas y hallaron que, a diferencia de nuestro sistema solar, los planetas en otros sistemas son de tamaño similar, con espacios regulares entre sus órbitas, según la investigadora Lauren Weiss.
En nuestro sistema solar, Júpiter, el mayor planeta, es 28,5 veces mayor en diámetro que el planeta más pequeño, Mercurio y los planetas están separados por espacios sorprendentemente grandes entre sus órbitas. Los investigadores observaron que esas variaciones podrían indicar que nuestro sistema solar fue formado de manera muy diferente en comparación con los otros en el universo.
Weiss explicó que esas diferencias “no ocurrirían si los tamaños o espaciamientos de los planetas fueran asignados al azar”. Los investigadores compararon las propiedades distintas de nuestros planetas comparadas a las interrupciones generadas por las dimensiones de Júpiter y Saturno.
Richards asegura que ese diseño inusual de nuestros cuerpos planetarios muestran la mano de un Creador. El experto sostiene que este nuevo estudio revela verdaderamente algo muy inusual en nuestro sistema solar, constituido por algunos planetas rocosos en la parte interna, con una zona habitable (donde queda la Tierra) y un par de gigantes llenos de gas en el exterior para proteger a los animales, planetas rocosos, exactamente lo que es necesario para tener vida.
“Si usted está tratando de construir un sistema habitable, el necesitaría ser muy, muy parecido a lo que tenemos aquí”, finaliza.
Este martes 19 de febrero será iluminada por otra superluna, el satélite natural de la Tierra será más grande y brillante.
El fenómeno que podrás observar se le conoce como: superluna de nieve. El término “de nieve” proviene de las tribus nativas de América del Norte, que llamaban así a la Luna de febrero por ser el mes con más bajas temperaturas y fuertes nevadas en el hemisferio norte. Las fuertes nevadas son también la razón de su nombre alternativo y más sombrío, la “Luna del hambre”.
Nuestro satélite natural se encontrará en perigeo, el punto más cercano a la Tierra; además estará en su fase de Luna llena. Como consecuencia, en los cielos aparecerá un 14% más grande de lo habitual y un 30% más brillante. Éste espectáculo no volverá a repetirse hasta el año 2026.
El punto en su órbita cuando la Luna está más alejada de la Tierra se conoce como el apogeo y parece ser más pequeño en el cielo.
El punto máximo del fenómeno se verá en el continente americano antes del amanecer del martes. En tanto, en Europa, Asia, Oceanía y África, será después del atardecer.
En general se le llama «superluna» al momento en que la Luna se encuentra a una distancia de menos de 225 mil millas, siendo que la distancia promedio es de 239 mil millas. En este caso la Luna se acercará a unas 221,681 millas, lo cual hará que esta luna llena sea la que luzca con mayor magnitud aparente en el horizonte.
Técnicamente, la superluna de nieve es visible durante las noches del domingo y el lunes, pero se verá en su esplendor este martes 19 de febrero a las 03:06 horas, informó la NASA.
La próxima superluna será el próximo 21 de marzo y, de acuerdo con la agencia espacial estadunidense, para ese día el satélite natural de la Tierra estará a 360 mil 772 kilómetros.
«Y haré maravillas en los cielos y en la sangre de la tierra y el fuego y las columnas de humo».
Joel 3: 3 (La Biblia de Israel ™)
Él se llama Yuval Ovadia, es un rabino con afición de cineasta que habla mucho acerca de Nibiru en cada una de sus posibles apariciones. Recientemente en un nuevo vídeo sobre el tema ha dicho que todos los judíos necesitan volver a casa ahora en Israel, según lo consignó el Breaking Israel News.
«Los volcanes están actuando en todo el Pacífico y dentro de los Estados Unidos«, señaló Ovadia. “Los tsunamis están sucediendo todo el tiempo. La NASA dice que nunca hubo una estrella como Nibiru, así que está claro que nunca podrá suceder en el futuro. La NASA dice que ven todo en el cielo y luego ‘¡Pop!’ un meteoro golpea en alguna parte«.
Otros rabinos como Ovadia aseguran que el Clima Extremo es una señal de la repentina aparición de Nibiru. Los rabinos cabalísticos afirman que Nibiru es real.
«Tan pronto como sea posible, si no antes«, dijo Ovadia. “Toda la naturaleza está diciendo que Nibiru está en camino. Todos, aquellos que aman a Israel, los que odian a Israel, todos están rogando a los judíos que regresen a casa. Durante cientos de años, Israel estuvo vacío y desolado. De repente, tenemos el Jardín del Edén aquí. Esto es todo porque el tiempo se acerca«.
Según Ovadia, “Dios no creó el mundo para que podamos divertirnos, viajar, entretenernos. Este no es su objetivo. El mundo fue creado para adorar a Hashem (Dios), para cumplir con todas las mitzvot (mandamientos) que nos fueron dados en el Monte Sinaí «.
Sin embargo, vivimos en un mundo cada vez más abrumado por el exceso material y la inmoralidad.
En un video recién publicado, doblado de su hebreo original al inglés, Ovadia afirma que la prueba final para la humanidad es si elegiremos materialismo o espiritualidad. Los que no pueden liberar el control que el materialismo tiene sobre ellos serán destruidos, según la profecía en Zacarías.
«Y acontecerá que en toda la tierra, dice YHVH, dos partes de allí serán cortadas y morirán; mas el tercero quedará en él.» Zacarías 13: 8
Al comparar la posición moral del mundo actual con la forma en que se encontraban las cosas en el tiempo de Noé antes del diluvio, Ovadia afirma que el mundo actual está saturado de «inmodestia, inmoralidad, libertinaje, desagradables deseos». Nuestro mundo debe ser limpiado, pase lo que pase”.
Según Ovadia, el Talmud (el texto central del judaísmo de la ley y la tradición rabínicas) afirma que Dios causó el gran diluvio en el tiempo de Noé al mover una estrella. Siguiendo con la idea de que Dios controla la naturaleza, un segmento importante del video está dedicado a presentar lo que podría llamarse «El caso de Nibiru«.
Nibiru también es conocido como Planeta X, Planeta Nueve y/o Némesis. Se le ha llamado planeta, cometa, estrella, enana roja y segundo sol que acompaña a nuestro sol. Breaking Israel News ha informado ampliamente sobre advertencias rabínicas sobre la amenaza potencial representada por Nibiru.
Ovadia traduce extensos pasajes bíblicos, de los libros de Isaías, Joel y Zacarías y del Zohar (el texto central del judaísmo místico) que apoya la idea de que la tierra será arrojada al caos al final de los días.
Él lleva la evidencia de Nibiru un paso más allá, y lo llama la herramienta por la cual Dios limpiará el mundo de su actual nivel de degradación: “Entonces, este Planeta X fue enviado para preparar al mundo [para] el mundo de Mashiaj. Para limpiar el mundo de toda la impureza«.
En los minutos finales del video de 49 minutos, Ovadia informa a su audiencia que la fe en Dios es lo que separará a las personas que sobreviven de las que no lo hacen.
Ovadia explicó que cuando llegue Nibiru, Israel será el lugar más seguro del mundo. Señaló que el Talmud se refiere a Israel como el tabor (ombligo) de la creación.
Es más, los tres videntes autistas, tres niños a quienes consultan los rabinos de Israel afirmaron que Jerusalén será el sitio más seguro del Mundo cuando Nibiru se acerque.
Ovadía también notó que hubo un malentendido general acerca de Nibiru como una estrella asesina que destruirá el mundo.
«Eso no es cierto«, dijo Ovadia. “Será catastrófico pero no destruirá el mundo. Pasará entre la tierra y el sol. Su proximidad a la tierra provocará eventos masivos; Las mareas cambiarán, los impulsos electromagnéticos apagarán los sistemas eléctricos, los volcanes y los terremotos. Bloqueará el sol«.
Ovadia explicó que además de traer a los judíos a casa, Nibiru tiene un propósito global singular: guiar a las personas de todo el mundo a la oración. Pero, además enfatizó que es imposible y contraproducente predecir una fecha para la llegada de la estrella. Sin embargo, muchos rabinos de renombre han vaticinado varias fechas en las que no hemos tenido la supuesta manifestación del Planeta-Cometa.
Una de las formas de aproximarnos a la fuerza de cada mes lunar que marca el calendario que el Eterno reveló a Moshé, es desarrollando la comprensión de que el nacimiento de la luna cada mes marca el inicio de un tiempo nuevo. Entonces, estamos llamados en cada rosh jodesh (luna nueva o cabeza de mes) a indagar en cada tiempo y su mensaje con el objetivo de transformarnos en autores de nuestra propia renovación en vez de ser pasajeros pasivos de una historia que nos sucede.
Kislev (כִּסְלֵו) es el nombre babilónico del mes que comienza hoy. Las Escrituras se refieren al mes de Kislev (en griego Sagitario) como «el noveno mes» (Hageo 2:10), pues es el orden que tiene el calendario lunar a partir de Nisán (Aviv).
Kislev significa, según el rabí Tzadok HaKohen, confianza y fortaleza interior, tal como lo señala el libro de Job: «Si hubiera puesto en el oro mi «kisli«/confianza, y le hubiera dicho al oro refinado: tu eres mi seguridad» (Job 31:24). Por eso, está regido por la fuerza de la abundancia divina. En sus días el Eterno se manifiesta como Abba (Padre) y su benevolencia se pone a favor de los hombres que lo buscan, ocasionándoles un cambio de suerte.
La expresión kisli viene del verbo kesel y está relacionada etimológicamente con «kisui» que significa proteger, cubrir. Según el sabio comentarista Ibn Ezra, «kesel» también significa apoyo, tal como aparece en los Proverbios: «Porque Dios será tu apoyo/»kislejah» (Proverbios 3:6). Y de acuerdo a la opinión de Rashí sobre el versículo citado de Job, «kesel» significa esperanza, también vinculada con la palabra «kala«/anhelo grandes esperanzas.
Podemos deducir entonces, que el mes de Kislev nos brinda una oportunidad especial de reforzar la confianza y la fe en el Eterno, así como también fortalecer la anhelada esperanza de la completa redención.
El gran salmista, el rey David, influenciado por los conocimientos astronómicos mesiánicos que Avraham avinu legó a los sus hijos, dijo:
“Por la palabra de Dios fueron hechos los cielos y todas las cosas”.
(Salmo 33:6)
En otras palabras, el rey estaba revelando en su canción que las letras del ÁlefBet crearon los planetas y las constelaciones del universo, y que además son los portales a través de los cuales fluye la energía Divina hacia este mundo, por medio del ser humano que actuaría como portal de esa mentalidad de la Luz. Desde esta enseñanza, los hebreos siempre sostuvieron que cada mes del calendario hebreo es regido por dos letras: una es la letra de la constelación que rige al mes y la otra es la letra del planeta regente de ese mes. La letra desde la que el Eterno creó a la constelación de Sagitario es Sámej, y con la letra Guímel creó al planeta Júpiter (en hebreo este planeta se llama Tzedek = Justicia).
He aquí la sámej, la letra hebrea que identifica a este mes:
Si observamos bien a la letra sámej, notaremos que su forma es un círculo completo, el cual simboliza unidad, totalidad y circuito; este mes podemos buscar obtener todas esas características.
La letra sámej representa el poder infinito de la Luz del Creador, el cual no tiene principio ni fin. Al alinearnos a nosotros y nuestra conciencia con este circuito, por medio de la resistencia ante la tentación egoísta del Deseo de Recibir para Sí Mismo, podemos acceder a los milagros que están disponibles en este mes.
Por eso, la forma circular de la sámej simboliza la fe fundamental (emunah) reflejada en todos los niveles de la Torah y la realidad: «Su final está incertado en el comienzo, y el comienzo en su final«, explican los sabios intérpretes del hebreo. Esta comprensión y percepción de la unidad inherente entre comienzo y final, que al ser comprendida en profundidad implica ecuanimidad en todas las etapas del «ciclo infinito», es de hecho la manifestación de la Luz Trascendente de Yahvéh (sovev kol almin), que abarca por igual cada punto de la realidad. Por eso, la letra sámej significa corazón con conocimiento.
La letra sámej es una letra muy hermosa, es un atributo que salva y eleva a la persona del imperio de las cáscaras (klipot) del ego (Mitzraim), y le otorga poder, apoyo y confianza, un hogar. Es una letra redonda, como el vientre que le proporciona refugio a un embrión pero no puede desarrollarlo. Por esto último, esta letra simboliza el apoyo, el estímulo, el sustento y la ayuda celestial que Yahvéh dispone desde las esferas celestes a los hombres.
El sentido de «dormir» ligado a Kislev refleja la fe (emunah) obediente pasiva de que la Providencia de Dios siempre proteje a Israel. La base del sendero de la habilidad innata de toda persona humana de alcanzar la comunión con Dios a través de la oración y otras actividades rituales es la la fe obediente en la omnipresencia de Dios y la omnipotencia de Su Providencia.
Es un mes donde encontramos seguridad, bienestar y esperanza, si no nos permitimos incurrir en la auotcomplacencia y la santurronería. En general, Yahvéh lo entrega como un mes altamente positivo.
Durante este mes, el Eterno nos invita a trabajar en la corrección del descanso, y el sueño, que es resultado directo de nuestra dedicación a corregir las acciones durante las horas activas. Por ello, nos enfocaremos a conocer los secretos celestiales para corregir la relajación de la mente y el cuerpo usando el descanso como medio para una acción adecuada. Esto nos ayudará a canalizar nuestros esfuerzos y dirigir la flecha llamada tefilah (plegaria de pacto) en la dirección correcta, para obtener del todo lo que le pidamos en Yeshúa.
“Pondré prodigios en el cielo y la tierra: sangre, fuego y columnas de humo; el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día grande de Dios.»
(Joel 3: 3)
Somos una generación privilegiada. No me cansaré de decirlo. Los acontecimientos celestiales que están ocurriendo en nuestros días, y de los cuales venimos siendo testigos desde que comenzara este milenio, demuestran que el Espíritu de la Profecía sigue activo en su misión de dar testimonio de Yeshúa.
Dentro de unos días más, el eclipse lunar total más largo del siglo XXI estará aconteciendo delante de nuestros ojos. La fase total del eclipse de luna de sangre del 27 de julio durará una hora y cuarenta y tres minutos, durante los cuales el satélite natural de la Tierra adquirirá un color rojo o rojizo espectacular. De principio a fin, todo el evento celestial durará casi cuatro horas.
Como se observa en la siguiente imagen de la ruta del eclipse, no será visible para los espectadores en América del Norte. Pero los observadores en gran parte de África, Oriente Medio, el sur de Asia y la región del Océano Índico tendrán una idea, dependiendo del clima cooperativo, según el científico lunar Noah Petro, del Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, Maryland.
El 27 de julio de 2018, un eclipse lunar total será visible desde América del Sur, Europa, África, Asia y Australia. Este gráfico de la NASA por el experto en eclipses Fred Espenak muestra detalles y proyecciones de visibilidad para este eclipse de «luna de sangre». Crédito: Fred Espenak / NASA GSFC
¿Eclipse de Luna de Sangre?
Este eclipse lunar se llama “luna de sangre” o “luna de fuego” ya que se teñirá de un rojo anaranjado bastante llamativo. Desde que salga por el horizonte, la luna aparecerá ya eclipsada.
A diferencia de los eclipses solares, no necesita ningún equipo especial para observar los eclipses lunares. Estos últimos eventos, que ocurren cuando la luna pasa a la sombra de la Tierra, son seguros para ver directamente a simple vista, telescopios o binoculares.
La luna se vuelve de color rojo intenso o marrón rojizo durante los eclipses, en lugar de oscurecer por completo. Eso se debe a que parte de la luz solar que atraviesa la atmósfera de la Tierra se curva alrededor del borde de nuestro planeta y cae sobre la superficie de la luna. El aire de la Tierra también dispersa más luz de longitud de onda más corta (en colores como verde o azul); lo que queda es la longitud de onda más larga, el extremo más rojo del espectro.
¿Por qué es el más largo del siglo?
La luna estará en su punto más alejado de la Tierra a lo largo de su órbita. Eso significa que la luna aparecerá un poco más pequeña en el cielo, por lo que tardará un poco más en atravesar la sombra de la Tierra.
¿Marte también implicado?
Otro fenómeno interesante estará ocurriendo, Marte se verá más grande y brillante, se alineará con la Tierra y el Sol. Así, el planeta rojo podrá verse a simple vista, ya que pasará junto la Tierra en su punto más cercano a nosotros desde 2003.
¿Señales Proféticas?
El pastor John Hagee dice que los Eclipses Lunas de Sangre son señales proféticas, primeramente para Israel y después para el mundo. Que marcan el inicio de juicios y bendiciones de Dios.
Los rabinos cabalísticos no se quedan atrás. Ellos afirman que revelan tiempos proféticos que demuestran cambios drásticos que nos acercan a la era mesiánica. Algunos conspiracionistas y rabinos afirman que la aparición del Planeta Asteroide está por ocurrir, y que estos eventos dictan que cada día estamos más cerca del apocalipsis de Nibiru. De hecho, hace unos días ocurrió un enorme destello en los cielos a una velocidad indescriptible, no se trata de una Nova, según los expertos. Es un misterio para los científicos, algo ocurrió en el cosmos y no tienen idea que pudo haber ocasionado tal explosión, señaló Breaking Israel News. Pero los rabinos afirman que podría ser otra Señal Profética de que Nibiru está cerca,o que la aparición de la Estrella del Mesías es inminente.
El Calendario Hebreo y las Lunas Sangrientas.
La luna pasará por el centro de la sombra de la Tierra. Por lo tanto, estará directamente en línea con Jerusalén y completamente visible en todo Israel.
Sin embargo, los anteriores eclipses de sangre se han desarrollado en la víspera de las grandes fiestas bíblicas, como Tabernáculos (Sukkot) y Pascua (Pesaj). Pero ahora, no será así. El 27 de julio es 15 de Av de 5778 y ninguna fiesta está vinculada con ella. No obstante, esta fecha es una de las más misteriosas del calendario hebreo, ocurrieron tantos eventos y confesiones según el Talmud. Da inicio las noches más largas y por lo tanto mayor estudio de la Torah.
Es importante aportar que las lunas de sangre siempre han marcado el calendario de Israel, y también el de las naciones.
Se cree que fue un 27 de julio 586 a. E. C.:, cuando ocurrió la destrucción de Jerusalén y el Templo a manos de los babilonios, (2 Reyes 25:8-21).
Hubo una luna de sangre en 1493, cuando Tomás de Torquemada, el primer español Inquisidor, comenzó la matanza de judíos. También en este caso, la sangre judía se derramó.
Existió una luna de sangre en la víspera de la declaración de independencia de Israel en 1948, tras una sangrienta guerra que tuvo lugar pocos años después del Holocausto, cuando seis millones de judíos fueron asesinados.
Una luna de sangre coincidió con la Guerra de los Seis Días en 1967, cuando Israel liberó a Jerusalem; a partir de aquí judíos dispersados fueron capaces de volver a Jerusalem después de 2.000 años de exilio. Tristemente, la sangre judía se derramó durante esta guerra.
Así pues, y de acuerdo a las palabras finales de Joel, las lunas de sangre son una señal del Eterno de que estamos un paso más cerca de la venida del Mesías.
«Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.»
«Tocó el tercer ángel su trompeta, y una enorme estrella, que ardía como una antorcha, cayó desde el cielo sobre la tercera parte de los ríos y sobre los manantiales. La estrella se llama Amargura. Y la tercera parte de las aguas se volvió amarga, y por causa de esas aguas murió mucha gente.»
(Revelación/Apocalipsis 21: 10-11)
Los físicos Mario Sucerquia y Jorge Zuluagade de la Universidad de Antioquia en Medellín (Colombia), han estudiado qué tan probable es que caigan asteroides en determinadas zonas de nuestro planeta y han llegado a la conclusión que aquellos países ubicados en las regiones ecuatoriales y tropicales de América, África y Asia son los que menos peligro correrían de ser impactados por uno de esos cuerpos celestes.
Los datos de los meteoritos que cayeron en los suelos rusos de Tunguska(1908) y Cheliábinsk (2013) cuyos epicentros están distanciados por solo 2.300 kilómetros han servido a los científicos para concluir que ciertas regiones de la Tierra son más propensas a este peligroso evento.
Caída de asteroides
Durante varias décadas, distintos expertos de todo el mundo han venido observando las trayectorias de asteroides cercanos a nuestro planeta y, como son tantos, emplean escalas especiales para analizar la probabilidad de que se presente un impacto.
Por su parte, los físicos colombianos han desarrollado un modelo digital del Sistema Solar en el que los asteroides son representados por rayos de luz especiales que se alejan de la Tierra en dirección de grupos de cuerpos celestes reales, un planteamiento que les ha permitido anticipar los cálculos de forma considerable con el apoyo de una supercomputadora.
Como resultado de este trabajo, lograron descubrir que las regiones con menos probabilidad de verse afectadas por un fenómeno natural de este tipo son Sudamérica, el sudeste de Asia y África Central, mientras que las de mayor opción son el norte de Europa, Rusia, Canadá y las latitudes polares.
Sin embargo, los centros de riesgo cambian de forma constante con el tiempo, de modo que cualquier zona de la Tierra podría ser impactada por uno de esos “pequeños” astros.
«Apareció en el cielo una señal maravillosa: una mujer revestida del sol, con la luna debajo de sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza. Estaba encinta y gritaba por los dolores y angustias del parto. Y apareció en el cielo otra señal: un enorme dragón de color rojo encendido que tenía siete cabezas y diez cuernos, y una diadema en cada cabeza. Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz, el dragón se plantó delante de ella para devorar a su hijo tan pronto como naciera. Ella dio a luz un hijo varón que gobernará a todas las naciones con puño de hierro. Pero su hijo fue arrebatado y llevado hasta Dios, que está en su trono. Y la mujer huyó al desierto, a un lugar que Dios le había preparado para que allí la sustentaran durante mil doscientos sesenta días.»
(Apocalipsis 12: 1-6)
Mucho se ha dicho y supuesto acerca del significado del eclipse solar del 21 de agosto próximo pasado. Un sinnúmero de creyentes evangélicos, de todas las filas y lineamientos, han salido a proclamar aseveraciones proféticas llenas de ilusión, que se fundamentan en los ansiosos deseos de una Parusía (Segunda Venida) que aún se mantiene en los secretos del Eterno, fuera de la órbita de toda razón humana.
A esta señal astronómica se le ha sumado una supuesta «gran señal en los cielos» que sorprenderá a la humanidad el próximo 23 de setiembre. Temo que muchos cristianos, sinceramente errados, ya están considerando la venta de sus posesiones y/o el huir a los montes como una buena opción para la espera del famoso «fin del mundo».
Por todo ello, creo conveniente habilitar este espacio para sumergirnos en la verdad escritural que necesitamos para ser entendidos en los tiempos.
Primeramente, encuentro oportuno definir que un eclipse solar sucede cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, una posición que hace que el satélite proyecte su sombra sobre la Tierra. Como consecuencia, se oculta de forma total o parcial la luz procedente de nuestra estrella.
El llamado Gran Eclipse Americano ocurrido el 21 de agosto, se inició cuando la sombra de la Luna tocó la superficie de la Tierra en un lugar del océano Pacífico, y posteriormente fue proyectándose hasta tocar Oregón, situado en la costa noroeste de Estados Unidos. Desde allí recorrió todo el país hasta terminar en Dakota del Sur, donde la sombra lunar tocó de nuevo el océano desapareciendo al atardecer en la región sur de Cabo Verde. Su trayectoria provocó que el eclipse fuera total en muchas zonas de EE.UU., mientras que en Centroamérica, el norte de Sudamérica y la región occidental de Europa, el eclipse se vió de forma parcial.
Así como la Luna cubrió el Sol, debemos saber también que nuestro «astro rey» realizó una cobertura a la estrella Regulus («estrella del Rey»). Dicha estrella es la alfa de la constelación de Leo (símbolo celestial del León de Judá), por eso también se la conoce como “el corazón del León” y como la “estrella real”. Los caldeos consideraban que esta estrella era la regidora de todos los fenómenos celestes, y los griegos la llamaban Basiliskos que quiere decir “el pequeño rey” que determina nuevos tiempos.
Es interesante comentar que en el tratado de los anwa, donde están las rimas de los árabes beduinos, dicen que hay Cuatro Corazones en el Cielo: la estrella Antares, el Corazón del Escorpión; la estrella Aldebarán, el Corazón del Toro (Tauro); la estrella Fomalhaut, el Corazón del Pez (Piscis); y el Corazón del León, representado por la estrella Regulus. Lo curioso a resaltar, es que todas las estrella corazón deben de llevar el complemento que permita conocer a qué corazón nos referimos, menos la estrella del Corazón del León que tiene ese significado por sí misma.
Ahora bien, ante toda esta información, me interesa destacar un hecho astronómico muy profético. Mientras los estadounidenses observaban atónitos el Gran Eclipse Americano, la estrella Regulus se movió a Virgo, situándose en el grado crítico cero (0º). Eso hizo que en el mismo signo de Leo existieran dos lunas nuevas. A este «rito astronómico» de paso del León a la Virgen se lo consideró siempre como un cambio de era, que conduce a un cambio de conciencia colectiva.
En este día del 21 de agosto, los planetas Marte y Mercurio se unieron en conjunción masiva a cada lado del Sol. Esa sí que fue una señal celestial para Israel pues anunció que el 21 de septiembre próximo dará inicio la llamada Fiesta de las Trompetas o Yom Teruah (Día de Aclamación) que es un punto intermedio de las Fiestas del Eterno.
Pero, ¿en qué se fundamenta decir que este lineamiento de Marte y Mercurio con el Sol son una señal profética para Israel? Bien, el planeta Marte siempre simbolizó guerras, y Mercurio representa todo los asuntos financieros del sistema económico y comercial imperante. Por lo tanto, esta conjunción nos está advirtiendo que seremos testigos de un inimaginable colapso económico, el cual conducirá a las naciones a justificar distintos tipos de invasiones y guerras.
«En medio de los cuatro seres vivientes, oí una voz que decía: «¡Un kilo de trigo, o tres kilos de cebada, por el salario de un día! ¡Pero no seas injusto con el aceite ni con el vino!» (Apocalipsis 6: 6)
Estas acciones bélicas conducirán a que las naciones enfoquen su mirada sobre Israel, y se determine convertirla en territorio primordial de encuentros bélicos internacionales. Todo esto traerá una hecatombe sobre la humanidad que será sumergida en el llorar y crujir de dientes que el mismo Yeshúa profetizó.
Por eso, ese día (21 de septiembre), al atardecer, ocurrirá en las dimensiones cósmicas la gran señal del Eterno para Su Pueblo. En ese momento, y sobre el cielo de la Ciudad Santa de Jerusalén, se podrá observar a la Luna Nueva colocarse alineada con el vientre de Betulá (Virgo). Cada vez que la Luna, se ubica en el vientre de la mujer Virgo, se interpreta como un anuncio de dolores de parto. Es interesante decir que esta será la única vez del año en que la Luna aparecerá en esta posición referente a la constelación de Betulá (Virgo). De igual manera, en ese lapso la estrella Regulus, se encontrará en conjunción con los planetas Venus, Marte, Mercurio, y Júpiter, además de la Luna y el Sol. Lo explicaré mejor de la siguiente manera: los planetas Marte, Venus, Mercurio, más nuestra estrella el Sol y nuestro satélite la Luna influirán con su luz el 2% del atardecer (5 minutos) del 21 de septiembre. Entonces Júpiter (símbolo de justicia) entrará en escena colocándose en el vientre de la Betulá (Virgo). Ahora bien, esta conjunción masiva en la que Regulus, se alinea con Venus, Marte, Mercurio, el Sol, la Luna, y Júpiter se mete en el vientre de la mujer (Betulá/Virgo) ocurrirá anunciando que esta es la gran señal por medio de la cual el Eterno nos dirá: «¡los dolores de parto han comenzado!«
Ruego a cada escogido que lo entienda bien: ¡eso estará ocurriendo en el espacio sideral a la misma hora en que el Shofar anuncie el inicio de la Fiesta de las Trompetas!
¡Los Cielos anunciaron la Obra de Yahvéh más Gloriosa: El Nacimiento de Su Salvación (Yeshúa)!
Recordemos que Yahvéh, Dios verdadero y Todopoderoso, gobierna el universo, según su calendario y su reloj profético celestial. Esto garantiza que hombre alguno pretenda manipular los tiempos mesiánicos por Él establecidos. Por eso, debemos entender la idea de que Yahvéh a veces utiliza Su creación para comunicarse con el hombre que humillado ante Él quiera esperar en el propósito eterno de Dios y no en sus anhelos egocéntricos.
El rey David, sumido en sus conocimientos proféticos, expresó esta verdad de la siguiente manera:
“Los cielos cuentan la gloria del Señor. El firmamento proclama la obra de sus manos. Un día al siguiente le pasa el mensaje y una noche a la otra se lo hace saber. No hay discursos ni palabras ni voces que se escuchen,más por todo el orbe se capta su ritmo, y el mensaje llega hasta el fin del mundo.» (Salmo 19: 1-6)
Estudiando la Historia de la humanidad, notamos que desde temprano en la historia, los humanos han estudiado las estrellas y han dado nombres a las agrupaciones únicas llamadas constelaciones.
¿No es un dato curioso que las constelaciones mantienen el significado de sus nombres en todos los idiomas existentes?
Esto parece estar de acuerdo con la historia de la confusión de la lengua relatada en Génesis capítulo 11, que cuenta que los hombres construían una torre en Babel para «alcanzar («observar mensajes codificados en«) los cielos». Si en verdad estos nombres se conocían antes de la confusión de la lengua, probablemente sean desde días muy remotos. El mismo Eterno dijo: «Haya lumbreras…y sean para señales...» (Génesis 1:14). Es decir, que Él mismo comunicó a Adán estos códigos. Luego Adán se los dio a Set, este a Enoc, y así sucesivamente se transfirió a la línea sacerdotal denominada los melquisedecs que siguió fielmente al Eterno, los nombres de las constelaciones y algunas estrellas para enseñar códigos de la Luz Infinita a los hombres.
El salmista asegura que Yahvéh usa a las estrellas para revelar su diseño mesiánico:
«El cuenta el número de las estrellas, Las llama a todas por sus nombres.» (Salmo 147:4)
El mismo apóstol Pablo, enseña en su epístola a los romanos que todos han oído acerca de Dios, y cita este salmo para mostrar que la creación sí habla acerca de Él, especialmente las estrellas y las constelaciones (Rom. 1: 18 – 20).
Por eso, observando las Sagradas Escrituras, especialmente en el Evangelio de Mateo, notamos que los magos del oriente (poseedores del conocimiento caldeo) dirigiéndose al rey Herodes, le dicen:
«¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos su estrella mientras salía y hemos venido a adorarlo».
Cuando el rey Herodes oyó eso, se perturbó profundamente igual que todos en Jerusalén.
Mandó llamar a los principales sacerdotes y maestros de la ley religiosa y les preguntó:
—¿Dónde se supone que nacerá el Mesías?
—En Belén de Judea —le dijeron— porque eso es lo que escribió el profeta:
“Y tú, oh Belén, en la tierra de Judá, no eres la menor entre las ciudades reinantes de Judá, porque de ti saldrá un gobernante que será el pastor de mi pueblo Israel”
Luego Herodes convocó a los sabios a una reunión privada y, por medio de ellos, se enteró del momento en el que había aparecido la estrella por primera vez.»
(Mateo 2: 2 – 7)
Importante es señalar que estos magos eran sabios y hombres de ciencia que conocían el diseño del cosmos y los hechos celestes que podían ocurrir en el futuro. Interpretaban la simbología que representaba que un planeta estuviera próximo a otro o entrara y saliera de una constelación de estrellas.
Es muy conveniente para este estudio entender que la denominada «estrella de Belén» que los magos caldeos siguieron, en realidad estuvo dentro de una serie de eventos astronómicos regulares que involucraron conjunciones raras, que simbólicamente indicaban el nacimiento de un rey, y el comienzo de una nueva era con una humanidad renovada en consciencia.
En el año 6 a.E.C. (antes de nuestra Era Común), ocurrió una conjunción triple (1) planetaria (acercamiento aparente en el cielo de dos o más planetas), nada habitual. Júpiter se paseó casi justamente por delante de Saturno, hasta en 3 ocasiones en poco tiempo, en la constelación de Piscis. Los magos interpretarían este hecho como: un gran rey (Júpiter) de Justicia (Saturno) nace entre los judíos (Piscis). El símbolo de los peces (Piscis) está asociado a la simbología antigua del cristianismo y algunos estudiosos del tema, indican que proviene precisamente de la posición de Júpiter y Saturno en dicha constelación, incluso se ha llegado a relacionar con el nacimiento del pescador, de Jesús. Este fenómeno fue calculado por el astrónomo alemán Johannes Kepler en 1614 quien determinó en sus cálculos que una serie 105 conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno (un hecho muy poco frecuente) ocurrieron entre el año 7 y 6 a.E.C. y relacionó este hecho con la estrella de Belén. Fue el astrónomo Michael R. Molnar quien identificó a una doble ocultación de Júpiter tras la luna en el 6 a. C. en Aries (simbolizado por el Carnero/cordero), entendiendo que dicho evento fue conocido como la estrella de Belén.
Después de esta increíble triple conjunción, Júpiter comenzó a moverse hacia el oeste en el cielo, entrando en conjunción con Venus, un planeta simbólicamente asociado con la maternidad. Así fue como el 12 de Agosto del año 4 a.E.C., precisamente los planetas más brillantes, Venus y Júpiter, emergieron en ese momento en el amanecer sobre el horizonte, en una conjunción tan próxima que parecían tocarse ya que posiblemente el ojo humano no podía separarlos. En verdad, los registros históricos cuenta que la conjunción del planeta rey y el planeta de la maternidad estaban tan cerca uno del otro, que ningún hombre vivo había visto nunca nada igual. Así, formaron el objeto más brillante en el firmamento. Todo este simbolismo del Mesías-Rey hebreo de Judá y de una Virgen fue suficiente para que los bien versados Magos se pusieran en movimiento hacia Jerusalén.
Además el fenómeno se presentó en la constelación Leo (el León de Judá), símbolo de realeza y poder, lo que para estos astrólogos debió significar el nacimiento de un nuevo rey, que según la profecía de Balaam, tenía que ver con el Mesías descendiente de Jacob:
«Saldrá ESTRELLA de Jacob, y se levantará cetro de Israel».
(Números 24: 17)
En esta profecía, la palabra estrella se refiere a la primera venida del Mesías. El cetro se refiere a su Segunda Venida. La expresión toda daba el anuncio que los mismo fenómenos cósmicos se repetirían tanto en la Epifanía como en la Parusía del Mesías. Por ello, y ante todos estos códigos cósmicos develados, los magos emprendieron el viaje a Jerusalén a fin de celebrar el inicio de un nuevo tiempo para la humanidad.
Llegado el año 3 a.E.C., exactamente el primero de Tisrei (séptimo mes lunar), en Yom Teruá, se produjo un «incendio astronómico» apreciado en todo el Oriente. Me estoy refiriendo a una rara conjunción triple de Júpiter (el planeta rey, representante de la justicia) y de Regulus (la estrella del rey) de la constelación Leo. Los magos probablemente leyeron esta rara conjunción triple como si hubiera sido un letrero gigante de neón parpadeando en el cielo diciendo: REY-REY-REY.
En ese momento la constelación de Betulá (Virgo) estaba vestida con el Sol y la Luna Nueva del séptimo mes bajo sus pies. Sobre su cabeza se podía ver la «corona de doce estrellas«. Para comprender mejor esta última expresión debo decir que en ese momento se podía ver sobre la cabeza de Virgo (Betulá) la constelación de Leo que contiene nueve estrellas. Cerca de estas nueve estrellas se apreciaban los planetas Mercurio, Marte y Venus perfectamente alineados a Leo. Ya que los planetas reflejan la luz del sol, estos planetas también se parecen a las estrellas. Por lo que resulta que parecen ser doce estrellas coronando la cabeza de Virgo (Betulá). Es en esta fecha cuando el planeta Júpiter entró en conjunción con Regulus (la estrella del rey) ubicada entre los pies de Leo (el León de Judá). Esa misma noche sonaron las trompetas para anunciar el Yom Teruá (Día de Aclamación) que muchos hebreos discernieron como la aclamación celestial del nacimiento del Mesías, llamado el León de la Tribu de Judá, y Rey Justo.
Esa Luna debajo de los pies de la mujer (Betulá/Virgo) predijo el nacimiento del hijo varón que estaba destinado a gobernar las naciones con vara de hierro desde el Trono de David ubicado en Jerusalén.
¡Todo esto comenzó en la Fiesta de las Trompetas o Yom Teruá, y dentro de la constelación de Leo (el león, símbolo de la tribu de Judá)! Por lo tanto, aclamó en gran medida al rey hebreo de la tribu de Judá, el renuevo de Yesé anunciado por Isaías (Isaías 11: 1-4). Era una clara indicación para aquellos que estaban familiarizados con el Mesías. Además, y por si esto fuera poco, surgiendo justo detrás de Leo estaba la constelación de Virgo (Betulá), con el sol y la luna a sus pies.
¡Todo esto estará ocurriendo sobre nuestras cabezas una vez más durante la próxima Fiesta de las Trompetas (Yom Teruá)!
Sé que muchas generaciones de creyentes, anhelantes del Día de las Bodas del Cordero, consideraron la posibilidad ser ellos los testigos vivos de la Segunda Venida de nuestro Señor. Sin embargo, hoy muchos de nosotros sintiendo lo mismo, entendemos que las probabilidades parecen mínimas a causa de las muchas señales celestes que estamos observando. Todas ellas, hasta ahora nos indican que es muy posible que ya estemos a las puertas de todos esos grandes sucesos históricos. Ante ello cabe la actitud de mantener con humildad la en alto, teniendo la certeza de que no estamos ante el fin del mundo, sino que estos tiempos darán a luz otra historia. Una nueva era, totalmente distinta a lo que la humanidad ha conocido hasta hoy. Por eso, nuestras oraciones deben ser como la novia virgen que suspira esperanzada de que su amado pronto llegará a buscarla, para posicionarla en un nuevo nivel de vida. Ante esta información, el Espíritu Santo nos llama a meditar en el Padrenuestro, y hacer alma y cuerpo esas palabras que nuestro Esposo enseñó: «Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el Cielo.» (Mateo 6: 10).
«Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.» (Apocalipsis/Revelación 22: 17)
¡Maranhata! ¡Ven Señor Yeshúa!
Nota:
(1) ¿Qué es una conjunción triple?
Bueno pues, Júpiter y Saturno están cruzando el cielo lentamente en sus respectivas bóvedas, y en una conjunción triple se aproximan una vez y se separan y Júpiter se adelanta. Después vuelven a acercarse y se separan una segunda vez, teniendo una tercera y última aproximación. Entonces a lo largo de siete meses, tres veces, estos dos planetas se aproximaron y se separaron. A simple vista no habría sido tan espectacular, y no fue tan espectacular porque Saturno no es tan brillante, es decir, desde la Tierra se percibe como una «estrella brillante», pero no tan llamativa. Pero si para un mago, especializado en astronomía era realmente significativo, y además tuvo lugar en la constelación de Piscis que tradicionalmente estaba asociada con los judíos.
Aquí está la Primera Parte de la Fiesta de Rosh Jodesh Elul en la que consideramos las pautas astronómicas proféticas que el Eclipse Solar de Estados Unidos marcó como señal de los últimos días.
Recomiendo escuchar todo nuevamente con atención a fin de lograr discernir qué cosas hacer y cuáles no hacer en los días venideros. En esta celebración anuncié que luego del eclipse el hemisferio norte desde los Estados Unidos sería visitado por juicios celestiales a nivel de catástrofes naturales. El huracán Harvey solamente fue un aviso. Lo que está por venir a las naciones del norte es inimaginable.
¡Estén quietos y velen!
Shalom!
Invito a profundizar más en este tema ingresando en el siguiente link:
¡Que maravilloso es conocer los mensajes revelados en los códigos bíblicos! ¡Que bueno es ser guiados por el Consolador enviado a nuestras vidas: el Santo Espíritu de Yahvéh! Él es el mismo que inspiró a aquellos. Por lo tanto, solamente Él es quien puede guiarnos a toda verdad.
Fundamentados en estas certezas entendemos que el Eterno creó la Tierra para que fuera el hogar perfecto de la humanidad. Su Palabra asegura: “Los cielos le pertenecen al Señor, pero a la humanidad le ha dado la tierra” (Salmo 115:16 – NBD). Desde pasajes semejantes, toda la Escritura revela cuál es el propósito que Yahvéh tuvo para este planeta y que queda bien sintetizado en este oráculo de Isaías:
“El creador del cielo, el que es Dios y Señor, el que hizo la tierra y la formó, el que la afirmó, el que la creó,no para que estuviera vacía sino para que tuviera habitantes, dice: «Yo soy el Señor, y no hay otro.”
(Isaías 45:18)
Por lo tanto, ante tanta ignorancia, apoyada en las teorías conspirativas, que aseguran que mañana, 30 de setiembre, posiblemente se acabe nuestro planeta, debemos levantar nuestros ánimos y continuar esperando la Venida de nuestro Mesías que ocurrirá en el tiempo y forma del Padre Eterno. Entendiendo además que él regresa para acabar con un sistema de cosas que esclaviza a la humanidad y no con este hermosísimo habitáculo sideral que habitamos como hogar de propósito celestial.
Para aquellos que aún no entienden lo que estoy exponiendo, porque todavía no se han enterado, les informo que mañana viernes, desde el hemisferio occidental se podrá ver un extraño fenómeno astronómico conocido como “Luna negra”. Lo que sucede ante esto es que muchos obsesivos con la destrucción final planetaria lo asocian con el apocalipsis para nuestro planeta.
De acuerdo con los astrónomos, la espectacular luna negra se produce cuando la parte iluminada de la Luna se ve atrapada en la sombra de la Tierra, lo que hace prácticamente imposible verla. Los científicos han explicado que el fenómeno de la ‘Luna negra‘ es un evento que ocurre cada 32 meses aproximadamente, generado por el hecho de que el ciclo lunar de 29,5 días no coincide con los meses del calendario gregoriano. Por esta razón, cada cierto tiempo se pueden observar dos lunas nuevas en un solo mes, y esa segunda aparición ha recibido el nombre de ‘Luna negra‘. Lo curioso es que el fenómeno de mañana ha tomado un significado especial para los amantes de teorías conspirativas debido a otra actividad celestial que ocurrió dentro de este mes.
Resulta interesante señalar que el primer día de septiembre trajo consigo el eclipse solar ‘anillo de fuego‘, también conocido como eclipse anular del sol, donde la Luna se alinea con la Tierra y el Sol por encima de África, haciendo que parezca como si el sol se hubiera oscurecido. Este fenómeno, por su parte, junto con la luna negra, hace que muchos hoy lo asocien con lo peor.
Así, los distintos teóricos de la conspiración, llenaron sus muros de Facebook con frases como esta: «Esas señales nos hacen saber que Jesús viene pronto. Nos aproximamos al final de nuestro mundo y el fin de la vida en la Tierra para todos los seres humanos. Todos los días, tenemos que acercarnos más a nuestro Salvador Jesucristo. Porque nadie puede escapar de lo que le espera a la Tierra«.
Este tipo de mensajes «intérpretes» de las dos señales han movilizados a incontables creyentes obsesivos por lo escatológico a descontextulizar pasajes de la Biblia para poder fundamentar estas interpretaciones con las Sagradas Escrituras. Lo más fuerte es que han tomado las profecías dadas por el mismo Mesías Yeshúa refiriéndose a su parusía para demostrar esta proclamación apocalíptica conspirativa.
Un ejemplo de estas exageraciones interpretativas lo encontramos en el sitio web ‘Signs Of The End Times‘ (Los signos del final de los tiempos), que cita al libro de Mateo en el capítulo 24, verso 29, y al evangelio de Lucas (21:25-26) aduciendo que estas son las evidencias proféticas de lo que mañana ocurrirá.
Los invito pues a considerar dichos pasajes dentro del contexto citado por nuestro Dueño y Maestro.
«Pero inmediatamente después de la tribulación de esos días, EL SOL SE OSCURECERÁ, LA LUNA NO DARÁ SU LUZ, LAS ESTRELLAS CAERÁN del cielo y las potencias de los cielos serán sacudidas».
(Mateo 24: 29)
«Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas.
En la tierra, las naciones estarán angustiadas y perplejas por el bramido y la agitación del mar.
Se desmayarán de terror los hombres, temerosos por lo que va a sucederle al mundo, porque los cuerpos celestes serán sacudidos«.
(Lucas 21: 25-26)
Lo primero que vamos a considerar es que la única manera de entender la profecía bíblica, es abandonando lo dogmático y dejando de ser tan exageradamente fantasioso en lo referente a la escatología mesiánica. Luego, se debe aceptar que el lenguaje profético de la Biblia está perfectamente entrelazado, y que no hay razón suficiente para pensar que el significado que le dieron sus primeros destinatarios deba ser diferente al que nosotros queremos darle hoy, eso es simplemente inaudito. Pero, como es obvio que la tradición es mucho más fuerte que la Palabra misma de Dios, seguramente a algunos de ustedes les será muy difícil aceptar que hemos estado equivocados con respecto a la interpretación del mensaje escatológico de la Biblia, a no ser que tengamos la voluntad y valentía suficiente para despojarnos de esa teología futurista tan dañina que hemos heredado.
Necesitamos comprender que la manera tan espectacular como los evangelios sinópticos describen los sucesos inmediatos a la tribulación de aquellos días, llama la atención: “el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”. Aun cuando existen documentos históricos que narran ciertos fenómenos espectaculares vistos en el cielo alrededor del año 70 d. C., lo más “razonable” podría ser que este tipo de descripción pictórica, obedezca sencillamente a la forma peculiar del idioma bíblico de querer expresar la grandeza de un acontecimiento por medio de figuras hiperbólicas: “las estrellas caerán del cielo”.
Marcos (13:24, 25) y el médico Lucas (21:25, 26) describen, de un modo muy similar, los sucesos descritos por Mateo, y remarcan lo mismo: estos fenómenos tienen lugar inmediatamente después de la tribulación de aquellos días. Ahora bien, si por “tribulación de aquellos días” ellos se estaban refiriendo a los indescriptibles estragos provocados por la desolación de la ciudad de Jerusalén en el año 70, entonces estamos estableciendo en la correcta interpretación que los eventos narrados a partir del verso 29 de Mateo, y confirmados por Marcos (cap. 13 y Lucas cap. 21), tuvieron su cumplimiento inmediatamente después de dicho desastre.
Por lo tanto, mientras que los religiosos más fervientes del fanatismo conspirativo están rezando con ahínco a fin de estar preparados para esta hecatombe apocalíptica, nuestras mentes y corazones reposan tranquilas en la fe de que mañana no será el fin del mundo.
Desde hace unos días un rumor que recorre Internet aseguraba que al caer la tarde de este lunes 24 de agosto “el cielo se oscurecería y así permanecerá durante tres días”. Para algunos, obsesivos por cierto de augurar una hecatombe planetaria, el 24 de agosto del 2015 será el Fin del Mundo, porque la tierra quedará a oscuras durante 96 horas. Una página web asegura que se trata de una predicción fue realizada por la agencia especial estadounidense NASA. ¿Pero es cierto eso? En esta bitácora quiero aclararles todo acerca de estas afirmaciones para que estén tranquilos y no se dejen llevar por todo lo que se publica en la red.
El rumor nació de la página web Tudcln.com que indicaba que al caer la tarde de ese día “el cielo se oscurecerá y así permanecerá durante tres días”. “Se de un fenómeno natural que mantiene a la expectativa a los científicos, porque se da cada 26.000 años y que es denominado el eclipse galáctico y durará 96 horas”, agregó el mencionado sitio.
Algunos hasta afirmaban que este día sería el fin del mundo. Incluso lo asociaron con episodios de muerte con ébola y otras enfermedades.
El citado portal señaló a la NASA como fuente de este trágico anuncio, sin embargo, la agencia espacial estadounidense no ha realizado tales afirmaciones.
De acuerdo con Eric Sánchez, del planetario de la Universidad de Costa Rica, la afirmación no es cierta, ni tiene sustento científico. El especialista de la UCR explica que estas son creencias de la nueva era, alejadas de la realidad, utilizadas para atemorizar a la gente.
En la década de los 90 hubo muchas creencias de falsos eclipses de sol carentes de fundamentos. No es cierto que se esperen eclipses totales de sol en los próximos meses. El último se presentó el pasado marzo.
EL SISTEMA SOLAR Y EL CINTURÓN DE LAS PLÉYADES: UN MITO
Una creencia, que para ser la base de la supuesta predicción de los 4 días de oscuridad de la Tierra en el 2015, se basan en presunto paso del sistemas solar por el centro galático de Las Pléyades.
De acuerdo con esta línea de pensamiento, el 24 de agosto la Tierra entrará al Cinturón de Fotones, el cual producirán todo tipo de catástrofes como terremotos, sequías, inundaciones, etc., en nuestro planeta.
Sin embargo, la creencia no tiene base científica. El sistema Solar no orbita sobre ninguna estrella de Las Pléyades y, al contrario, se dirige a la constelación de La Lira, más precisamente a la estrella Vega, a 25 años luz de la Tierra.
«… y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna se puso toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento».
(Apocalipsis 6:12-13)
Hace 8 días atrás, el Espíritu del Eterno Dios, me movilizó a convocar a todos los santos de la asamblea de Mendoza (Argentina) para que nos uniéramos en un Clamor Profético de Intercesión. En dicha ocasión nuestro Abba nos ordenó prepararnos para entrar en Su Nuevo Año (Rosh HaShana) con tres días de intercesión, pues su mano poderosa había activado en el cosmos distintos tipos de señales que permitirían que sus escogidos irguieran sus cabezas y se preparan en alerta para Su Parusía.
El Espíritu de la profecía, que es el testimonio de Yeshúa, despertó nuestras conciencias, guiándonos a valorar los detalles astronómicos que acontecerían en el paso espiritual que la humanidad viviría desde el mes de adar al de aviv. Concentró nuestra atención en el «sol que se pondría negro», quince días antes de que la luna se vista nuevamente «de sangre». Fue de este modo como llegamos al fin de semana próximo pasado llenos de expectativas y con deseos de caminar en los diseños celestiales una vez más. ¡Nuestros corazones se llenaron de Su Presencia y palpitaron al ritmo cósmico de todos los elementos celestiales que discernimos que en esa Fiesta de Rosh Hashana se alineaban a favor de Israel, la Esposa de Yahvéh.
Hoy, el Espíritu volvió a hablar a mi espíritu y me hizo recordar la última parte del versículo apocalíptico que preside esta bitácora: «y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento». Comprendí, ante esto, que estamos por vivir algo que marcará un camino nuevo para el Pesaj que nos espera por delante.
Hace un poco más de un año, el 15 de febrero de 2013, Rusia entraba en shock por la increíble caída de un meteorito en la región de Cheliábinsk, que al impactar, provocó al menos 400 heridos, una importante cantidad de destrozos y una impresionante cifra de videos virales en Internet en el que se ve la luminosa estela del cuerpo celeste en el cielo.
En dicha oportunidad, mi voz advirtió a los santos que el Padre de los Cielos estaba acelerando el movimiento de Su merkabá (Carro) para establecer en este planeta los nuevos lineamientos de sus designios eternos. Pedí que estuviéramos atentos a todo lo que los cielos destilarían sobre la humanidad astronómicamente, pues cada vez sería más asombroso el nivel y tamaño de sus señales. Pues bien, en esta semana la Nasa se puso en alerta para que ese episodio no vuelva a ocurrir ya que un asteroide de grandes dimensiones pasará a una distancia considerable de la Tierra dentro de un par de días.
Para ser más preciso, el objeto llamado ‘2014-YB35‘ es casi del mismo tamaño que el Ben Nevis y rozará la Tierra este Viernes 27 viajando a más de 23.000 mph.
La agencia espacial de Estados Unidos solo está en alerta por las dudas, ya que la distancia por la que pasaría el cuerpo equivaldría a unas 8,8 veces la que hay entre la Tierra y la Luna, algo no tan cercano.
Los meteoritos pequeños a menudo pasan cerca sin embargo uno de este tamaño es una ocurrencia de una vez en 5.000 años, según los astrónomos interesados. ¿Será todo esto casualidad?
Los científicos aseguran que una colisión de este asteroide con la Tierra desataría una fuerza explosiva equivalente a más de 15.000 millones de toneladas – 15.000 megatones – de TNT.
La trayectoria del asteroide se muestra a continuación en un «mapa de trayectoria animada’ lanzado por la NASA. Se puede ver claramente sólo pasando muy cerca de la Tierra.
Cualquier impacto provocaría cambios devastadores en el clima, terremotos y tsunamis que conduzcan a la erradicación de comunidades enteras.
Si buscamos antecedentes semejantes en la historia terrestre debemos remontarnos a unos 66 millones de años, cuando un objeto de 10 kilómetros de diámetros habría caído en lo que hoy se conoce como la Península de Yucatán en México, llevando a la extinción de los dinosaurios, así como de la mayor parte de la vida vegetal y animal en la Tierra, convirtiendo a nuestro planeta en un caos (Génesis 1:2).
El asteroide que estalló sobre Rusia en febrero del año pasado es el objeto más grande que ha golpeado la atmósfera de la Tierra desde el evento Tunguska de 1908, cuando un asteroide o cometa explotó sobre Siberia, derribando a 80 millones de árboles en más de 2.150 kilómetros cuadrados.
Aunque su tamaño exacto del ‘2014-YB35‘ es todavía desconocido, se estima ser de entre 500 metros ya 1 km de ancho, con 990 metros más probables.
El objeto fue descubierto por primera vez por el Catalina Sky Survey al final del año pasado con los astrónomos que se espera ver de cerca su progreso esta semana. Los científicos rusos advirtieron acerca de este asteroide MAMUT capaz de arrasar con todo un país, pero sus homólogos de la NASA negaron el peligro y no ofrecieron más información acerca de estos datos ¿Por qué han esperado tanto tiempo para decirle a la población en general acerca de este evento cósmico?
«… y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna se puso toda como sangre;
y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento».
(Apocalipsis 6:12-13)
El bosquejo profético de nuestro Salvador y Mesías es lo suficientemente claro a la hora de hablar de las mazzarot (señales) celestiales que habían de indicar a los hombres la proximidad de Su Parusía.
El médico y evangelista Lucas nos deja un relato profético del Mesías en el que se nos describe las condiciones que han de reinar cosmológicamente sobre la Tierra al acercarse su Segunda Venida:
«Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del rugido del mar y de las olas, desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las potencias de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas empiecen a suceder, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención».
(Lucas 21:25-28)
Pues bien, estoy convencido que todos nosotros pertenecemos a la generación más privilegiada de la historia humana, ya que desde que ha comenzado el siglo XXI venimos siendo testigos de una serie de fenómenos cósmicos que más allá de ser normales, no son comunes ya que están categorizados por la ciencia misma como récords históricos. Lo más interesante de ello, es que estos sucesos astronómicos peregrinan frente a nuestros ojos con mayor jerarquía de asombro, haciéndose así protagonistas del oráculo mesiánica.
Por eso les informo por medio de esta bitácora que el eclipse solar total que tendrá lugar mañana (20 de marzo), será el más grande desde 1999. Está catalogado como el mayor acontecimiento de la década y el de más duración: 2 minutos y 47 segundos. El mismo comenzará a las 8:30 GMT, tendrá su apogeo a las 9:37 y terminará a las 10:48, de acuerdo con la NASA.
Diversos equipos técnicos de alto nivel se han reunido al amparo de Entsoe, organismo europeo que coordina las redes europeas, para trazar un plan de emergencia con el que hacer frente a la caída de la generación fotovoltaica que se espera a causa de un eclipse solar total, informa ‘El Economista’. Por todo esto la Unión Europea en su preocupación ha nominado a este fenómeno astronómico con el «eclipse fatal».
Según un informe realizado por este grupo (Entsoe), los países que más preocupan son Alemania (que podría ver reducida su producción en un 51% de su capacidad) e Italia (que podría verla reducida en un 21%). Los principales problemas que podrían llegar a producirse se basan en una reacción en cadena que podría afectar a los países por una perturbación de la red.
Pero lo más importante a destacar para nuestro interés profético es que además de ser el mayor eclipse solar desde 1999, este viernes tendrán lugar otros dos fenómenos astronómicos: el equinoccio de primavera y la superluna negra.
La superluna negra es la segunda desde el inicio del año. Este evento celeste ocurre cuando la órbita de la Luna se aproxima a la Tierra, lo que provoca que su tamaño parezca más grande de lo habitual. Este año se esperan seis superlunas, escribe el sitio informativo Chicago Booth.
El otro fenómeno, el equinoccio de primavera (perspectiva del hemisferio norte), se refiere al momento del año en que el día y la noche tienen la misma duración o, en lo astronómico, cuando el eje de la Tierra es perpendicular a los rayos del Sol.
El eclipse solar es un fenómeno en el que el Sol y la Luna se alinean de tal modo que el astro quedará totalmente tapado por el satélite de la Tierra. El mejor lugar para presenciar este evento de 2 minutos y 47 segundos de duración serán las islas Feroe, entre Escocia e Islandia. Aunque el eclipse no será afectado por los otros dos fenómenos, es raro que los tres ocurran en el mismo día. Es más los astrónomos aseguran que nunca en la historia humana se presenció coincidencia semejante.
Todo esto nos permite erguirnos y levantar nuestras cabezas a fin de discernir el inicio de un tiempo profético muy particular para el Israel del Eterno formado por dos casas (la de Judá y la de Efraín). Recordemos que en el atardecer del viernes 20 estaremos celebrando un Shabbat muy especial ya que se estará fusionando con un Rosh Jodesh (luna nueva o Cabeza de Mes) muy especial, pues compondrán un binomio profético que se señalara un RoshHaShaná (Cabeza de Año) de acuerdo a como el Eterno le ordenara a Moisés y Aarón contar los tiempos (Éxodo 12:1). Ese primero de Aviv o Nisán será un día que vibrará como una triada profética que atraerá los caminos celestiales sobre las naciones.
(Por favor hagan Click sobre la Imagen y la verán más grande)
Este eclipse solar total es un matzal (una señal) de la Providencia Divina del Eterno ya queestará marcando la mitad del período de la Tétrada de Lunas Rojas (Ver: Lunas de Sangre en el 2014 y el 2015… ¿Estamos en los últimos días?) que comenzó en el Pesaj del año 2014. Este fenómeno muy especial, el séptimo en el cosmos de estos últimos dos mil años, está marcado por cuatro eclipses lunares seguidos que harán ver la luna como cubierta de sangre, y que coinciden con celebraciones que tienen que ver con algún acontecimiento de la salvación.
Por último será muy importante agregar que desde la aparición de este eclipse solar total, el Eterno Dios nos ordena estar en oración y ayuno durante 12 días a fin de interceder por los 12 meses lunares que Él nos dará dentro del cumplimiento del Año Sabático (shemitá) que comenzará en ese día y estará anunciando el próximo año como Jubileo (Yobel) de Yahvéh.
No hay duda alguna que estamos transitando los últimos días. El Mesías, nuestro Dueño, advirtió:
«Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del rugido del mar y de las olas,…»
(S. Lucas 21:25)
En esta oportunidad fueron los habitantes de Mongolia quedaron sorprendidos el pasado domingo cuando vieron que a cada lado del sol aparecían dos reflexiones de luz. Los ciudadanos quedaron perplejos al ver tres soles en el cielo.
Según los expertos el fenómeno se llama “parhelio” que ocurre cuando la luz del sol a baja altura pasa a través de cristales de hielo en la atmósfera terrestre, causando que la luz se refracte.
El parhelio ocurre cuando la luz del sol a baja altura pasa a través de fragmentos de cristales de hielo en la atmósfera terrestre, causando que la luz se refracte.
El parhelio también es conocido como ‘sun dog’ (perro del sol) porque sigue a su reflejo como un perro sigue a su dueño.
La gente, asombrada por el fenómeno filmó el cielo en distintos lados de Mongolia, que fueron recolectados por algunos medios de comunicación.
En nuestro ministerio estamos convencidos que el Eterno Dios quiere que nos fijemos en el calendario bíblico, pues él va señalizar Su Parusía según su forma y método de contar los tiempos… Tenemos que ser conscientes de las fiestas bíblicas, ya que todas ellas son proféticas y permiten abrir las conciencias humanas a los eventos inequívocos
Sabemos que el Eterno Dios en la creación solo dio números a los días. El primer día, el segundo día, el tercer día… y así sucesivamente hasta el séptimo día (Gén. 1:5, 8, 13, 19, 23, 31; 2:1-3).
Solamente el séptimo día recibió tres atributos divinos de parte del Creador:
reposo,
bendición y
santificación (Gén. 2:1-3).
Fue tan solo ese día especial que recibió más tarde un nombre distintivo. Llegó a llamarse sábado (shabbat en hebreo) que significa «día de reposo» o «día de descanso«. Éxodo 20:8-11.
El origen babilónico de nombrar los días de la semana y el origen de la adoración del sol.
Babilonia fue la civilización que comenzó la astronomía como ciencia sujeta a un sistema de creencias que daría base a todas las religiones: la astrología.
Los babilónicos vieron 7 astros moverse por el cielo. El sol, la luna y 5 planetas (Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno). Ellos les asignaron un orden de importancia, según su influencia sobre los hombres para adorarlos. Entonces asignaron a cada astro un día de la semana en ese mismo orden de importancia.
El sol era su divinidad mayor, por lo tanto el primer día de la semana llegó a ser el día del sol, lo cual se puede observar todavía hoy en decenas de idiomas contemporáneos como por ejemplo en inglés, alemán, quechua, guaraní, japonés, hindi, latín, chino, etc.. El segundo día de la semana llegó a ser el día de la luna (lunes). El tercer día de la semana fue consagrado a Marte (martes). El cuarto a Mercurio (miércoles). El quinto a Júpiter (jueves). El sexto a Venus (viernes). Y el séptimo a Saturno (día de Saturno) como también lo hicieron los romanos y otras culturas.
Adoración del sol en Babilonia.
El detalle que hay que subrayar y destacar es el hecho que el día del dios sol fue puesto en oposición al día del Dios Creador, en el primer lugar de la semana. Es por eso que al ver el sol vemos tan solo 1 color, pues su día fue puesto en el primer lugar
Al ver el arco iris vemos 7 colores (pues el día de reposo del Creador está en 7º lugar, ya que la creación se completó en el 7º día). El dios sol escogió para sí y su culto contrario al verdadero, el día más opuesto posible.
Aquí vemos nuevamente la esencia del anticristo de oponerse lo más posible al Creador.
«Los que emplean mal su tiempo son los primeros en quejarse de su brevedad»
(Jean de la Bruyere)
Medir el paso del tiempo lineal, más específicamente el paso de las estaciones y los grandes ciclos cósmicos, ha sido una constante, compleja e ingeniosa tarea a la que la humanidad se abocó, por orden misma del Creador e incluso hasta el día de hoy.
Un calendario es el instrumento que le permite al ser humano unirse con el tiempo, es decir, sincronizarse con el cosmos y con las leyes que rigen su naturaleza.
¿Qué pasaría si no ocupáramos calendarios?
Simplemente nuestra mente tendría que estar en el aquí y ahora, siempre en tiempo de eterno presente. La propuesta divina, del diseño original, que al final de los siglos la humanidad redimida podrá vivir en la Presencia del Eterno.
¿Cómo apareció el Calendario Actual?
Los calendarios (del griego Kalendas: el primer día de cada mes para los romanos) tal como los conocemos alrededor del mundo, se basan en los ciclos de la Luna y el Sol. La convención común de los pueblos paganos ha sido que un mes lunar es el tiempo entre dos lunas llenas, y un mes solar, es el intervalo que separa dos pasos del Sol por el equinoccio de primavera.
Los historiadores relatan que en el Antiguo Egipto, aparecieron los primeros calendarios solares, que medían el tiempo guiados por el movimiento aparente del Sol. Esta innovación permitía fechar el momento exacto de la crecida del río Nilo, fundamental para una sociedad que vivía de la agricultura. Los astrónomos egipcios sabían que el año duraba 365 días, pero no consideraron esas pocas horas adicionales que no completan un día. El calendario egipcio cargaba por tanto con siglos de desfase, y la oposición religiosa frenaba cualquier atisbo de reforma.
Calendario primitivo de Rómulo.
Durante el reinado de Rómulo (el primer monarca de la recién fundada ciudad de Roma) quedó establecido un calendario lunar que estaba dividido en 10 meses y que contaba con un total de 304 días. Esto ocasionaba problemas, puesto que cada año las estaciones, las tareas agrícolas y las épocas dedicadas a distintas actividades comerciales caían en distinta fecha.
El desfase del calendario oficial respecto al calendario natural (es decir, el de las estaciones, etc.) era de cerca de 51 días.
Calendario de Numa Pompilio.
El sucesor de Rómulo, Numa Pompilio se conoce por ser quien puso orden a las bases de la religión romana, y eso incluye a los calendarios, pues eran esenciales para contar el tiempo y los días de los sacrificios, los cultos y las festividades religiosas. Los romanos eran muy supersticiosos, y creían que los números impares daban más suerte que los pares, así que Numa Pompilio restó un día a cada mes de 30 días, reduciendo el número de días del calendario a 298.
Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que existía un ligero desajuste entre el calendario oficial y el año solar, por lo que decidieron modificar la duración del año. Februarius era un mes peculiar, puesto que constaba de dos partes, una que acababa el vigesimotercer día, denominado Terminalia, que era considerado el día que marcaba el final del año religioso. La segunda parte del mes duraba cinco días. Para ajustar el calendario al año solar, cada cuatro años los romanos añadían entre las dos partes de Februarius, después de la fiesta de Terminalia, un mes llamado Mensis Intercalaris, también conocido como Mercedonius.
Con todas estas impresiciones en su forma de medir el tiempo solar y así manipular las masas que iban conquistando, los romanos esperaban el «toque celestial» que les permitiera hacer los arreglos necesarios para sus fines imperialistas. Fue así como un científico pagano egipcio, Sosigenes de Alejandría, le sugirió, al emperador Julio Cesar, su sistema reptiliano de medir el tiempo solar como un plan ideal para manipular las masas. Convencido Julio César de este bien materialista, ordenó que fuera puesto en efecto a través del Imperio Romano en el año 45 a. de J.C.
Este calendario, conocido como juliano, tenía una duración de 365 días y un día adicional añadido cada tres años para compensar el desfase natural por la rotación no sincrónica de la tierra en torno al sol. Fue posteriormente César Augusto (Roma, 23 de septiembre del año 63 a. C. – Nola, 19 de agosto del año 14 d. C.) el que realizó una mejora en el calendario romano corrigiendo los cálculos, sumando este día adicional cada cuatro años y añadiéndolo como año bisiesto. Mientras fue adoptado indicó su origen pagano por los nombres de los meses del año—nombrados por Janus, Maia, Juno, etc. Los meses tenían una gran importancia pues todas las actividades de la ciudad (la agricultura, las fiestas, la economía y la vida pública en general) giraba en torno a estas fechas concretas.
El primer día de cada mes se consagraba a Jano. Éste era uno de los dioses de la mitología romana que se caracterizado por tener dos caras, una mirando hacia un lado y la otra girada 180º.
Jano era el dios de las puertas, de las entradas y salidas, de los comienzos y los finales, por eso en su honor le fue consagrado el primer mes del año que del latín Ianuarius pasó como Janeiro y Janero para finalmente terminar siendo Enero.
Es importante también subrayar la condición de “vigilante” (el que todo lo ve) que se concedía al dios en la antigüedad. Jano se erige como dios en el punto de parada obligada entre dos lugares. Es la línea divisoria entre el pasado y el futuro, principio y fin. Él está situado en la posición que la humanidad le ha concedido: el portal del tiempo donde el pasado y presente confluyen. Desde aquí Jano puede ver en ambo y tras un juicio acusatorio (es el acusador) negociar mediante ofrendas lascivas un destino con garantías beneficiosas.
Interesante resultará considerar la opinión que un sacerdote ortodoxo del estado de Georgia (USA) expresa al enseñar sobre esta fiesta:
“La celebración de Año Nuevo tiene sus orígenes en varias fiestas paganas de la antigua Roma. El 1 de enero era un día dedicado al dios pagano Jano, y el mes de enero [en latín, Januarius] debe su nombre a esa deidad. A Jano se le representaba con dos caras opuestas, lo que significaba que veía tanto el pasado como el presente. Se decía que quien recibiera el 1 de enero con diversión, risa y abundante comida y bebida gozaría todo el año de felicidad y bienestar. La misma superstición acompaña la celebración del Año Nuevo por parte de muchos de nuestros compatriotas […]. Durante ciertas fiestas paganas se ofrecían literalmente sacrificios humanos a un ídolo. Algunas eran famosas por las orgías, el adulterio y la fornicación. En otras ocasiones, por ejemplo durante la fiesta de Jano, se comía y se bebía en exceso, había borracheras y se practicaba toda clase de inmundicia. Si recordamos cómo hemos celebrado nosotros mismos el Año Nuevo en tiempos pasados, entonces tenemos que admitir que todos hemos participado en esta celebración pagana”. (Periódico de la república de Georgia.)
Fueron los romanos quienes interpretaron a este dios (la serpiente antigua) en su instancia de opuestos del ciclo solar y de esa manera lo representaron como dos rostros antropomorfos, opuestos y alineados meridionalmente de Norte a Sur.
«Jano, con mayor frecuencia, porta dos llaves; son las de las dos puertas solsticiales, Ia nua Caeli (puerta del cielo) y Ianua Inferni (puerta del infierno), correspondientes respectivamente al solsticio de invierno y al de verano, es decir, a los dos puntos extremos del curso del sol en el ciclo anual; pues Jano, en cuanto «Señor de los tiempos» es el Iánitor [o «portero»] que abre y cierra ese ciclo» (René Guénon).
Los días no fueron nombrados sino numerados en un sistema complicado que involucraba Ides (los días 15 de los meses Marzo, Mayo, Julio y Octubre y los días 13 de los otros meses), Nones (la novena hora después de la salida del sol, o 3:00 p.m.) y Calends (primer día de todos los meses).
Basándose en el calendario solar egipcio, el emperador Julio César ordenó dividir el año en 365 días. También ordenó que definitivamente el año comenzara en enero, en lugar de en marzo.
Además, ordenó que cada cuatro años se le sumara un día a febrero para reajustar un desfase de 6 horas que había cada año. Al año en el que febrero tenía un día de más, se le llamó bisiesto.
La causa de que febrero tiene menos días que otros meses, se debe a la tradición de ajustar las incidencias que se produjeran en el calendario con febrero, porque había sido el último mes del año. La última vez que sucedió un ajuste en el mes de febrero, fue para que el mes dedicado al emperador Augusto (agosto) tuviera la misma importancia que el mes dedicado a Julio César (mes de julio). Así, para sumarle un día a agosto y que tuviera 31 días, como julio, se le quitó un día a febrero. Entonces, febrero, que tenía 29 días, quedó definitivamente con 28 días. Esta es la explicación por la que el mes de febrero sólo tiene 28 días; y por la que hay dos meses seguidos con 31 días: julio y agosto.
No fue hasta el 321 de E.C. que los nombres de la semana de siete días fueron añadidos, cuando el Emperador Constantino (supuestamente) adoptó la fe de Cristo, y fundó el Cristianismo. De manera extraña para sus días el escogió nombres paganos que son usados todavía.
Ahora bien, aunque el calendario juliano era bastante preciso cada 130 años se perdía un día por eso el 4 de octubre de 1582 el Papa Gregorio XIII llevó a cabo otra reforma dando lugar a lo que hoy conocemos como el Calendario Gregoriano. Este nuevo calendario solucionó el problema que planteaba el hecho de que el año juliano tuviera 11 minutos y 14 segundos más que el año solar.
Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo jesuita Christopher Clavius promulgó el 24 de febrero de 1582 la bula Inter Gravissimas en la que establecía que al jueves 4 de octubre de 1582 le seguiría el viernes 15 de octubre de 1582. Con la eliminación de estos diez días desaparecía el desfase con respecto al año solar y así se propuso que aquellos años bisiestos que son múltiplos de 100 sólo sumasen un día si también son múltiplos de 400 para evitar que hubiese demasiados años bisiestos.
Para inaugurar esta nueva etapa babilónica de manipulación y opresión de masas, el Año Nuevo comenzó a festejarse el 1 de enero a fin de que quedara bien diferenciado del juliano que iniciaba el nuevo año en coincidencia con la primera luna nueva (1 de marzo o 1 de abril).
Para entenderlo bien, en esta encíclica se fijaba que habría un año bisiesto cuando el año en cuestión fuera múltiplo de 4, con excepción de los años múltiplos de 100 (exceptuando a su vez los múltiplos de 400, que sí serían bisiestos). En total, el calendario gregoriano fijaba 97 años bisiestos cada 400 años, en lugar de los 100 que marcaba el calendario juliano.
Esta reforma gregoriana no llegó a todas partes por igual ya que por aquel entonces la fe dividía Europa. Si bien los católicos implantaron el nuevo anuario en 1582, los protestantes continuaron con el calendario juliano hasta el siglo XVIII y los ortodoxos no aceptaron la nueva fórmula hasta el siglo XX.
El calendario gregoriano, considerado como oficial a nivel global, no logra tampoco una concordancia perfecta entre año civil y año astronómico, ya que la velocidad de rotación y de traslación de la Tierra se va ralentizando y obliga a revisar las fechas una vez cada 3.000 años.
Redimiendo el tiempo se consigue libertad.
Teniendo en cuenta este proceso histórico que nos legó el calendario actual, debemos tomar una actitud correcta frente a cada año solar que comienza el primer día de enero. Entendiendo que un calendario solar persigue desde sus principios encarcelar las voluntades y los esfuerzos humanos, nosotros, los redimidos deberemos discernir este ante-diseño a fin de someterlo al poder transformador del Eterno Dios, nuestro Abba.
Por lo tanto, será muy importante captar que la exhortación apostólica que hace el apóstol Pablo cuando le dice a los santos de Éfeso, «redimiendo el tiempo, porque los días son malos…» , se obedecía en el sentido más verdadero y práctico de dicha exhortación: ser entendido en los tiempos. La expresión «los días son malos» se refiere, no tanto a la maldad humana manifestada en esas épocas, sino a la forma de conteo de los días que usaba la élite del sistema de cosas imperante.
El mismo sentido tenían las comunidades de fe residentes en Colosas, ya que el apóstol Pablo les recuerda cómo deben andar delante de los incrédulos en el tema de celebrar y guardar el calendario solar. Leemos lo siguiente:
«Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno».(Colosenses 4:5-6)
El punto importante en que las comunidades mesiánicas primigenias pensaban ante la expresión redimir el tiempo, era la idea de aprovechar bien y ganarle a la forma solar de contar bien los días en el Imperio Romano. El verbo redimir en la mentalidad hebrea significa rescatar pagando un alto precio. Redimir el tiempo implicaba en los primeros discípulos la idea de esforzarse en no sujetarse a las costumbres y tradiciones solares que los incrédulos usaban para el conteo de los días. Aprovechar o redimir el tiempo era su responsabilidad cotidiana en el testimonio que debían presentar ante aquellos que aún estaban adormecidos en la esclavitud temporal que imponía el sistema.
Ellos tenían en sus oraciones el paradigma que dejó Moisés a Israel cuando él estaba en el final de su vida: «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría» (Sal. 90:12). Este lineamiento los desafía a confrontar el calendario solar con las festividades de rosh jodesh (cabeza de mes) en cada luna nueva. Ellos sabían que por medio de dicho mandamiento Yahvéh había permitido al pueblo de Israel romper toda cautividad mental adquirida por someterse al calendario solar egipcio, que como vimos luego tomará Roma, primeramente con Julio César y luego con el papa católico Gregorio.
Tanto la Iglesia de Éfeso, como en la de Colosas y en todas y cada una de las comunidades de los primeros siglos, comprendían el secreto de controlar los años solares siguiendo los ciclos temporales marcados por el Eterno Dios y no por el sistema de cosas inspirado por el adversario (HaSatán). Los miembros de aquellas comunidades gozaban del privilegio que da el Mesías por medio de la Torah: ser verdaderamente libre de todo tipo de opresión.
Transitar el calendario lunar del Eterno, permite a los escogidos ser entendidos en los tiempos. Esta posición otorga la bendición de transicionar cada año nuevo solar realizando un encuentro familiar de declaración profética en la última noche de diciembre. Esto permite confrontar a los principados y las potestades de tinieblas que se liberan en cada fiesta pagana de Año Nuevo, logrando, por medio de la fe, declarar a esos 365 días solares esclavos del propósito eterno de Dios.
Redimir el tiempo consiste en aprovechar cada oportunidad favorable para ministrar vida. Esto significa ser sabio en nuestro andar, no contando los días como Babilonia la Grande lo impone, sino haciéndolo en el modo del Eterno Dios.
En esta era maligna, cada día es un día malo, lleno de cosas perniciosas que destruyen, corrompen y desperdician nuestro tiempo. Por lo tanto, tenemos que andar sabiamente con el fin de redimir el tiempo, aprovechando cada oportunidad disponible.