En la noche de este 30 de noviembre, el cielo nos regala un espectáculo único: el último eclipse penumbral de Luna del año 2020. Dicen los que entienden del tema que este fenómeno podrá ser visto en América, Australia y algunas zonas de Asia, en donde existirá la posibilidad de ver una Luna Llena más oscura durante el punto máximo del eclipse.
¿Qué es un Eclipse Penumbral?
Existen dos tipos de sombra que forma la Tierra,la Umbra y la Penumbra, por lo que dependiendo por qué parte de la sombra pase la Luna, será uno de los tres tipos de eclipses existentes:
Total,
Parcial, o
Penumbral.
El eclipse total se produce cuando el satélite se mete en la umbra; entonces generalmente la Luna cambia de color y se ve roja, porque la sombra de la Tierra tiene ese color. Por eso algunos la llaman Luna de Sangre.
Un eclipse parcial ocurre cuando la Luna pasa por la umbra pero no entra completamente, solo cubre una fracción del disco, entonces pues se ve digamos como mordida, se ve una parte oscura.
El eclipse penumbralse da cuando la luna únicamente pasa por la penumbra de la sombra de la Tierra.
Resulta que la sombra de la Tierra tiene dos componentes, un componente que se llama la umbra, que es la parte más oscura de la sombra, y otra parte que es más tenue, que se llama la penumbra, y que está alrededor. Son como dos conos: uno interno que es la umbra, y otro externo que es la penumbra.
El evento astronómico ocurre cuando la Luna pasa a través de la sombra de la Tierra y tiene un efecto sutil sobre el astro pero puede observarse a simple vista, sin necesidad de telescopio o binoculares.
Durante el eclipse penumbral lo único que sucede es que se atenúa el brillo de la luna, a diferencia de los eclipses totales o parciales donde se deja de ver la luna debido a que no llega la luz del sol.
Este episodio natural tan singular -el cuarto de este año- tendrá una duración total de cuatro horas y 21 minutos.
Dónde y cuándo verlo
En Argentina, el eclipse comenzará a las 4:32, momento en el que será visible; el punto máximo se dará a las 6:43 y culminará a las 8:53, aunque en estos últimos dos momentos destacados no podrá verse, indica el sitio Timeanddate.com.
En Ciudad de México, iniciará a la 1:32, el máximo del eclipse se dará a las 3:43 y terminará a las 5:53.
En Colombia, empezará a darse a las 2:32, el máximo eclipse tendrá lugar a las 4:43 y finalizará dos horas más tarde, a las 6:53.
En Florida, Estados Unidos, también arrancará a las 2:32, el punto máximo será a las 4:43 y finalizará a las 6:53.
En Chile comenzará a las 4:32, el máximo eclipse se dará a las 6:43 y el fenómeno concluirá a las 8:53.
Como podrás ver, la hora no es la mejor, y además, el día, porque hay que empezar la semana. Seguramente tendrás que desvelarte un poquito, pero yo creo que observar el Cielo vale la pena, y además sumarle tu meditación en la Torah (Instrucción) divina junto a tus plegarias de conexión.
Este fenómeno, similar al que vivimos el 5 de julio de este año, y no volverá a repetirse hasta el 5 de mayo de 2023, cuando podrá ser visto en África, Asia y Australia.
Al no necesitar ningún equipo especial para ver el eclipse, como un telescopio o binoculares (que, de hecho, se desaconsejan), podrás verlo siempre y cuando te quedes despierto durante el desarrollo del fenómeno.
Cabe resaltar que, como es un eclipse penumbral, la luna se verá como si fuese una luna llena con algo de neblina, por lo que se recomienda tomar una foto antes y durante el eclipse y luego comparar las fotos.
Desde hoy (viernes 7), y hasta el lunes por la mañana (pleno Tu B`Shevat) podremos experimentar sobre nosotros la vibración de la primera Superluna del año gregoriano 2020. Algunos astrónomos aseguran que esta Superluna de Nieve será muy dominante en el cielo entre el anochecer del sábado 8 y la madrugada del 9 de febrero, y aconsejan estar durante ese lapso preparados para divisarla.
Lo cierto es que para verla en su punto de máximo esplendor no hará falta usar binoculares pero sí será necesario acostarse tarde, por ejemplo, en Ciudad de México lo alcanzará a la 1.33; sino levantarse muy temprano, por ejemplo en Buenos Aires, se la verá bien a las 4.33.
Según el Almanaque de los Agricultores, las tribus de nativos americanos del noreste se referían a la segunda luna llena de invierno como la Luna de Nieve debido a las fuertes nevadas de febrero.
Una superluna es una luna llena que se forma cuando está orbitando en el punto más cercano a la Tierra, es decir, en el perigeo. Según los expertos, las superlunas pueden parecer hasta un 14 por ciento más grandes y hasta un 30 por ciento más brillantes que las lunas llenas normales.
La frase fue acuñada en 1979, dice la NASA. “Cuando aparece una luna llena en el perigeo [su punto más cercano a la Tierra] es un poco más brillante y más grande que una luna llena normal, y ahí es donde obtenemos una superluna«, explica la agencia espacial en su sitio web.
Una Lumbrera hecha para Citas Espirituales.
Símbolo de lo femenino y la fertilidad, desde la antigüedad la luna ha estado en el foco de atención de las diferentes culturas. Es que por su naturaleza y los efectos que provoca, desde siempre ha despertado un gran interés. Y más aún cuando está llena.
Teniendo en cuenta lo dicho en el párrafo anterior, esta superluna es también la primera luna llena de este Año Nuevo chino, lo que significa el final de las celebraciones de este y el día del festival de los faroles chinos.
También esta superluna coincidirá con un importante festival budista, Magha Puja (el 9 de febrero). Este festival conmemora una reunión espontánea de 1.250 seguidores del Buda para escuchar “El Ovadhapatimokha”, un famoso sermón.
Pero por sobre todo, recordemos que la luna juega un rol importante en el la fe de Avraham, Itzajk y Yaakov. El satélite terrestre es tanto una metáfora como una medida para nuestros días.
El calendario hebreo regula los meses de acuerdo con la luna. Como dice el Talmud: “Las otras naciones cuentan de acuerdo con el sol, pero Israel cuenta por la luna” (Sucá 29a). El calendario hebreo tiene 12 meses, coordinados para coincidir con cada mes lunar (el tiempo que le lleva a la luna realizar una órbita alrededor de la tierra y regresar al mismo punto en el cielo, tal como se la ve desde la tierra). El mes lunar cuenta con 29,5 días, por lo que los meses hebreos tienen 29 o 30 días.
Es superluna será usada por el Eterno para señalar el comienzo de las celebraciones judías de Tu BiShvat, conocido como “Año Nuevo de los Árboles”.
Asimismo, durante el año, el cielo se iluminará con otras tres superlunas. Ocurrirán el 9 de marzo (Super Worm Moon), el 8 de abril (Super Pink Moon) y el 7 de mayo (Super Flower Moon).
Como lo notarán, el cielo nocturno promete numerosos espectáculos cósmicos durante todo el año 2020. No solo aparecerán 13 lunas llenas, sino que dos de ellas serán “superlunas”, y una, por casualidad, que ocurrirá en Halloween, será una “luna azul”.
Los expertos en astronomía anuncian que dos de las lunas llenas de 2020 ocurrirán en octubre, una al principio y otra al final, lo que significa que este año será testigo de un ciclo lunar más que el número de meses del calendario. Es una perspectiva rara y emocionante para los ávidos observadores del cielo, especialmente para aquellos que estamos capacitándonos en ser entendidos en los tiempos.
Mercurio: ¿Será un Mensajero Divino?
Además, este mes de febrero contaremos con eventos astronómicos como Mercurio brillando en el horizonte.
Este lunes 10 de febrero podremos ver Mercurio a simple vista. Tras la puesta de sol, se podrá observar en el horizonte un punto amarillo y ese será el planeta más cercano al Sol.
Es una de las pocas oportunidades que nos brinda el cielo para mirar sin telescopio este planeta, así que lo mejor es que no te pierdas este evento astronómico.
¡Agéndalas!
Con el fin de que puedas tener marcado tu almanaque con las lunas llenas, te dejo lo que el Farmer’s Almanac, ha marcado del cielo nocturno de 2020, especialmente en su extraordinaria actividad lunar. Estas son las fechas en las que caerá cada luna llena.
10 de enero: luna de lobo
9 de febrero: luna de nieve
9 de marzo: luna de gusano (también es una superluna)
Un físico expone algunos detalles esencialesacerca del texto bíblico: «el sol se detuvo«, que sigue siendo tema de debates hasta los días de hoy.
Adauto Lourenço, que también es defensor creacionista, explica lo que describe Josué 10:12: «El día en que el Señor entregó los amorreos a los israelitas, Josué exclamó al Señor, en presencia de Israel: ¡Sol, detente sobre Gabaón! Y tú, luna en el valle de Ajalón!
De acuerdo con las Escrituras, esa fue la determinación de Josué durante un contexto de guerra.
«El sol se paró, y la luna se detuvo, hasta que la nación vengarse de sus enemigos, como está escrito en el libro de Jasar. El sol se paró en medio del cielo y por casi un día entero no se puso«, es lo que afirma la Biblia en el capítulo siguiente.
«Nunca antes ni después hubo un día como aquel, cuando el Señor atendió a un hombre. Sin duda el Señor luchaba por Israel «(Jn 10.14). El científico explica que todo depende de la referencia geográfica.»Josué usó la referencia geográfica de donde él estaba«, aclaró.
El estudiosos explica que «la Tierra gira en la línea del Ecuador a una velocidad de 1700 kilómetros por hora y gira alrededor del sol a una velocidad de 115.200 km por hora. La respuesta obvia de lo que se detuvo no es aquello que a la gente le gusta admitir. ¿Sabes lo que se detuvo? ¡El universo! Dios simplemente detuvo todo el universo«, afirmó.
Josué pidió un poco más de tiempo para vencer la guerra. «Fue como si Dios dijese: ve y cuida de tu guerra que yo cuido del resto«, dijo. «El problema es que no creemos en Dios, no creemos que Dios lo hizo«, continuó.
A los ojos de Josué, el sol y la luna se detuvieron. A los ojos de quien lee estos versículos bíblicos, puede tratarse de un fenómeno sobrenatural, o una locura para quien no da crédito a las Escrituras.
«¿En qué crees? ¿Cuál es tu apuesta? Estoy apostando que la Biblia es correcta. Pero lo que llamamos apuesta, la Biblia llama fe. «Considere la posibilidad de que la Biblia sea la base de su fe«, concluyó el físico.
«La ciencia debidamente establecida y la Biblia correctamente interpretada nunca entra en contradicción«, dijo.
A medida que transcurren los siglos siguen revelándose nuevos aspectos de la vida de Jesús, para muchos el hijo de Dios, mientras que para otros, un personaje que consiguió adentrarse con fuerza en las milenarias técnicas de liberación y de meditación de oriente, particularmente de la India.
Lo más reciente sobre la vida del hombre que nació en Galilea, específicamente en Nazaret, es que el día de su muerte algo particular sucedió en el Sistema Solar.
Miguel Antonio Fiol, un investigador de la Universidad de Wisconsin-Madison, afirma que el 3 de abril del año 30, día que de acuerdo a varios historiadores es la fecha real de la muerte del Jesús tras ser crucificado, los planetas Tierra, Venus, Júpiter, Urano y Saturno se alinearon formando una cruz.
Fiol toma como base, según cita www.prnewswire.com, la gran cantidad de material que existe para determinar la fecha de la muerte del profeta, esto es la astronomía, calendarios, arqueología y la misma Biblia, junto a modelos planetarios del software Solar System Scope, que recrea la posición de los planetas en ciertos momentos de la historia.
De acuerdo a lo que arrojó su estudio, los anillos de Saturno formaron la corona de espinas o el halo en la cabeza de Jesús, Júpiter y Urano forman sus extremidades superiores, y Venus junto a la Tierra se ubican en sus pies.
Por otro lado, si dibujamos una línea recta desde Júpiter a través de Marte se produce un punto preciso para la cintura, y las dos “manos” (Urano y Júpiter), giran en direcciones opuestas como lo hacen los dos pies (Tierra y Venus).
“Incluso a primera vista, sabía que se parecía a la crucifixión (…) sólo me tomé el tiempo para descubrir todos los paralelos increíbles”, indicó.
Un nuevo estudio publicado en la revista científica The Astronomical Journal, revela que nuestro sistema solar podría ser el único en todo el universo. Las características que hacen nuestro orden planetario único son los mismos elementos que hacen que la Tierra sea habitable, señala Jay Richards, investigador del Discovery Institute y coautor del libro “El Planeta Privilegiado”.
Astrofísicos de la Universidad de Montreal, en Canadá, han estudiado 909 planetas y 355 estrellas y hallaron que, a diferencia de nuestro sistema solar, los planetas en otros sistemas son de tamaño similar, con espacios regulares entre sus órbitas, según la investigadora Lauren Weiss.
En nuestro sistema solar, Júpiter, el mayor planeta, es 28,5 veces mayor en diámetro que el planeta más pequeño, Mercurio y los planetas están separados por espacios sorprendentemente grandes entre sus órbitas. Los investigadores observaron que esas variaciones podrían indicar que nuestro sistema solar fue formado de manera muy diferente en comparación con los otros en el universo.
Weiss explicó que esas diferencias “no ocurrirían si los tamaños o espaciamientos de los planetas fueran asignados al azar”. Los investigadores compararon las propiedades distintas de nuestros planetas comparadas a las interrupciones generadas por las dimensiones de Júpiter y Saturno.
Richards asegura que ese diseño inusual de nuestros cuerpos planetarios muestran la mano de un Creador. El experto sostiene que este nuevo estudio revela verdaderamente algo muy inusual en nuestro sistema solar, constituido por algunos planetas rocosos en la parte interna, con una zona habitable (donde queda la Tierra) y un par de gigantes llenos de gas en el exterior para proteger a los animales, planetas rocosos, exactamente lo que es necesario para tener vida.
“Si usted está tratando de construir un sistema habitable, el necesitaría ser muy, muy parecido a lo que tenemos aquí”, finaliza.
Este martes 19 de febrero será iluminada por otra superluna, el satélite natural de la Tierra será más grande y brillante.
El fenómeno que podrás observar se le conoce como: superluna de nieve. El término “de nieve” proviene de las tribus nativas de América del Norte, que llamaban así a la Luna de febrero por ser el mes con más bajas temperaturas y fuertes nevadas en el hemisferio norte. Las fuertes nevadas son también la razón de su nombre alternativo y más sombrío, la “Luna del hambre”.
Nuestro satélite natural se encontrará en perigeo, el punto más cercano a la Tierra; además estará en su fase de Luna llena. Como consecuencia, en los cielos aparecerá un 14% más grande de lo habitual y un 30% más brillante. Éste espectáculo no volverá a repetirse hasta el año 2026.
El punto en su órbita cuando la Luna está más alejada de la Tierra se conoce como el apogeo y parece ser más pequeño en el cielo.
El punto máximo del fenómeno se verá en el continente americano antes del amanecer del martes. En tanto, en Europa, Asia, Oceanía y África, será después del atardecer.
En general se le llama «superluna» al momento en que la Luna se encuentra a una distancia de menos de 225 mil millas, siendo que la distancia promedio es de 239 mil millas. En este caso la Luna se acercará a unas 221,681 millas, lo cual hará que esta luna llena sea la que luzca con mayor magnitud aparente en el horizonte.
Técnicamente, la superluna de nieve es visible durante las noches del domingo y el lunes, pero se verá en su esplendor este martes 19 de febrero a las 03:06 horas, informó la NASA.
La próxima superluna será el próximo 21 de marzo y, de acuerdo con la agencia espacial estadunidense, para ese día el satélite natural de la Tierra estará a 360 mil 772 kilómetros.
“Pondré prodigios en el cielo y la tierra: sangre, fuego y columnas de humo; el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día grande de Dios.»
(Joel 3: 3)
Somos una generación privilegiada. No me cansaré de decirlo. Los acontecimientos celestiales que están ocurriendo en nuestros días, y de los cuales venimos siendo testigos desde que comenzara este milenio, demuestran que el Espíritu de la Profecía sigue activo en su misión de dar testimonio de Yeshúa.
Dentro de unos días más, el eclipse lunar total más largo del siglo XXI estará aconteciendo delante de nuestros ojos. La fase total del eclipse de luna de sangre del 27 de julio durará una hora y cuarenta y tres minutos, durante los cuales el satélite natural de la Tierra adquirirá un color rojo o rojizo espectacular. De principio a fin, todo el evento celestial durará casi cuatro horas.
Como se observa en la siguiente imagen de la ruta del eclipse, no será visible para los espectadores en América del Norte. Pero los observadores en gran parte de África, Oriente Medio, el sur de Asia y la región del Océano Índico tendrán una idea, dependiendo del clima cooperativo, según el científico lunar Noah Petro, del Goddard Space Flight Center de la NASA en Greenbelt, Maryland.
El 27 de julio de 2018, un eclipse lunar total será visible desde América del Sur, Europa, África, Asia y Australia. Este gráfico de la NASA por el experto en eclipses Fred Espenak muestra detalles y proyecciones de visibilidad para este eclipse de «luna de sangre». Crédito: Fred Espenak / NASA GSFC
¿Eclipse de Luna de Sangre?
Este eclipse lunar se llama “luna de sangre” o “luna de fuego” ya que se teñirá de un rojo anaranjado bastante llamativo. Desde que salga por el horizonte, la luna aparecerá ya eclipsada.
A diferencia de los eclipses solares, no necesita ningún equipo especial para observar los eclipses lunares. Estos últimos eventos, que ocurren cuando la luna pasa a la sombra de la Tierra, son seguros para ver directamente a simple vista, telescopios o binoculares.
La luna se vuelve de color rojo intenso o marrón rojizo durante los eclipses, en lugar de oscurecer por completo. Eso se debe a que parte de la luz solar que atraviesa la atmósfera de la Tierra se curva alrededor del borde de nuestro planeta y cae sobre la superficie de la luna. El aire de la Tierra también dispersa más luz de longitud de onda más corta (en colores como verde o azul); lo que queda es la longitud de onda más larga, el extremo más rojo del espectro.
¿Por qué es el más largo del siglo?
La luna estará en su punto más alejado de la Tierra a lo largo de su órbita. Eso significa que la luna aparecerá un poco más pequeña en el cielo, por lo que tardará un poco más en atravesar la sombra de la Tierra.
¿Marte también implicado?
Otro fenómeno interesante estará ocurriendo, Marte se verá más grande y brillante, se alineará con la Tierra y el Sol. Así, el planeta rojo podrá verse a simple vista, ya que pasará junto la Tierra en su punto más cercano a nosotros desde 2003.
¿Señales Proféticas?
El pastor John Hagee dice que los Eclipses Lunas de Sangre son señales proféticas, primeramente para Israel y después para el mundo. Que marcan el inicio de juicios y bendiciones de Dios.
Los rabinos cabalísticos no se quedan atrás. Ellos afirman que revelan tiempos proféticos que demuestran cambios drásticos que nos acercan a la era mesiánica. Algunos conspiracionistas y rabinos afirman que la aparición del Planeta Asteroide está por ocurrir, y que estos eventos dictan que cada día estamos más cerca del apocalipsis de Nibiru. De hecho, hace unos días ocurrió un enorme destello en los cielos a una velocidad indescriptible, no se trata de una Nova, según los expertos. Es un misterio para los científicos, algo ocurrió en el cosmos y no tienen idea que pudo haber ocasionado tal explosión, señaló Breaking Israel News. Pero los rabinos afirman que podría ser otra Señal Profética de que Nibiru está cerca,o que la aparición de la Estrella del Mesías es inminente.
El Calendario Hebreo y las Lunas Sangrientas.
La luna pasará por el centro de la sombra de la Tierra. Por lo tanto, estará directamente en línea con Jerusalén y completamente visible en todo Israel.
Sin embargo, los anteriores eclipses de sangre se han desarrollado en la víspera de las grandes fiestas bíblicas, como Tabernáculos (Sukkot) y Pascua (Pesaj). Pero ahora, no será así. El 27 de julio es 15 de Av de 5778 y ninguna fiesta está vinculada con ella. No obstante, esta fecha es una de las más misteriosas del calendario hebreo, ocurrieron tantos eventos y confesiones según el Talmud. Da inicio las noches más largas y por lo tanto mayor estudio de la Torah.
Es importante aportar que las lunas de sangre siempre han marcado el calendario de Israel, y también el de las naciones.
Se cree que fue un 27 de julio 586 a. E. C.:, cuando ocurrió la destrucción de Jerusalén y el Templo a manos de los babilonios, (2 Reyes 25:8-21).
Hubo una luna de sangre en 1493, cuando Tomás de Torquemada, el primer español Inquisidor, comenzó la matanza de judíos. También en este caso, la sangre judía se derramó.
Existió una luna de sangre en la víspera de la declaración de independencia de Israel en 1948, tras una sangrienta guerra que tuvo lugar pocos años después del Holocausto, cuando seis millones de judíos fueron asesinados.
Una luna de sangre coincidió con la Guerra de los Seis Días en 1967, cuando Israel liberó a Jerusalem; a partir de aquí judíos dispersados fueron capaces de volver a Jerusalem después de 2.000 años de exilio. Tristemente, la sangre judía se derramó durante esta guerra.
Así pues, y de acuerdo a las palabras finales de Joel, las lunas de sangre son una señal del Eterno de que estamos un paso más cerca de la venida del Mesías.
«Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor.»
«Apareció en el cielo una señal maravillosa: una mujer revestida del sol, con la luna debajo de sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza. Estaba encinta y gritaba por los dolores y angustias del parto. Y apareció en el cielo otra señal: un enorme dragón de color rojo encendido que tenía siete cabezas y diez cuernos, y una diadema en cada cabeza. Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Cuando la mujer estaba a punto de dar a luz, el dragón se plantó delante de ella para devorar a su hijo tan pronto como naciera. Ella dio a luz un hijo varón que gobernará a todas las naciones con puño de hierro. Pero su hijo fue arrebatado y llevado hasta Dios, que está en su trono. Y la mujer huyó al desierto, a un lugar que Dios le había preparado para que allí la sustentaran durante mil doscientos sesenta días.»
(Apocalipsis 12: 1-6)
Mucho se ha dicho y supuesto acerca del significado del eclipse solar del 21 de agosto próximo pasado. Un sinnúmero de creyentes evangélicos, de todas las filas y lineamientos, han salido a proclamar aseveraciones proféticas llenas de ilusión, que se fundamentan en los ansiosos deseos de una Parusía (Segunda Venida) que aún se mantiene en los secretos del Eterno, fuera de la órbita de toda razón humana.
A esta señal astronómica se le ha sumado una supuesta «gran señal en los cielos» que sorprenderá a la humanidad el próximo 23 de setiembre. Temo que muchos cristianos, sinceramente errados, ya están considerando la venta de sus posesiones y/o el huir a los montes como una buena opción para la espera del famoso «fin del mundo».
Por todo ello, creo conveniente habilitar este espacio para sumergirnos en la verdad escritural que necesitamos para ser entendidos en los tiempos.
Primeramente, encuentro oportuno definir que un eclipse solar sucede cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, una posición que hace que el satélite proyecte su sombra sobre la Tierra. Como consecuencia, se oculta de forma total o parcial la luz procedente de nuestra estrella.
El llamado Gran Eclipse Americano ocurrido el 21 de agosto, se inició cuando la sombra de la Luna tocó la superficie de la Tierra en un lugar del océano Pacífico, y posteriormente fue proyectándose hasta tocar Oregón, situado en la costa noroeste de Estados Unidos. Desde allí recorrió todo el país hasta terminar en Dakota del Sur, donde la sombra lunar tocó de nuevo el océano desapareciendo al atardecer en la región sur de Cabo Verde. Su trayectoria provocó que el eclipse fuera total en muchas zonas de EE.UU., mientras que en Centroamérica, el norte de Sudamérica y la región occidental de Europa, el eclipse se vió de forma parcial.
Así como la Luna cubrió el Sol, debemos saber también que nuestro «astro rey» realizó una cobertura a la estrella Regulus («estrella del Rey»). Dicha estrella es la alfa de la constelación de Leo (símbolo celestial del León de Judá), por eso también se la conoce como “el corazón del León” y como la “estrella real”. Los caldeos consideraban que esta estrella era la regidora de todos los fenómenos celestes, y los griegos la llamaban Basiliskos que quiere decir “el pequeño rey” que determina nuevos tiempos.
Es interesante comentar que en el tratado de los anwa, donde están las rimas de los árabes beduinos, dicen que hay Cuatro Corazones en el Cielo: la estrella Antares, el Corazón del Escorpión; la estrella Aldebarán, el Corazón del Toro (Tauro); la estrella Fomalhaut, el Corazón del Pez (Piscis); y el Corazón del León, representado por la estrella Regulus. Lo curioso a resaltar, es que todas las estrella corazón deben de llevar el complemento que permita conocer a qué corazón nos referimos, menos la estrella del Corazón del León que tiene ese significado por sí misma.
Ahora bien, ante toda esta información, me interesa destacar un hecho astronómico muy profético. Mientras los estadounidenses observaban atónitos el Gran Eclipse Americano, la estrella Regulus se movió a Virgo, situándose en el grado crítico cero (0º). Eso hizo que en el mismo signo de Leo existieran dos lunas nuevas. A este «rito astronómico» de paso del León a la Virgen se lo consideró siempre como un cambio de era, que conduce a un cambio de conciencia colectiva.
En este día del 21 de agosto, los planetas Marte y Mercurio se unieron en conjunción masiva a cada lado del Sol. Esa sí que fue una señal celestial para Israel pues anunció que el 21 de septiembre próximo dará inicio la llamada Fiesta de las Trompetas o Yom Teruah (Día de Aclamación) que es un punto intermedio de las Fiestas del Eterno.
Pero, ¿en qué se fundamenta decir que este lineamiento de Marte y Mercurio con el Sol son una señal profética para Israel? Bien, el planeta Marte siempre simbolizó guerras, y Mercurio representa todo los asuntos financieros del sistema económico y comercial imperante. Por lo tanto, esta conjunción nos está advirtiendo que seremos testigos de un inimaginable colapso económico, el cual conducirá a las naciones a justificar distintos tipos de invasiones y guerras.
«En medio de los cuatro seres vivientes, oí una voz que decía: «¡Un kilo de trigo, o tres kilos de cebada, por el salario de un día! ¡Pero no seas injusto con el aceite ni con el vino!» (Apocalipsis 6: 6)
Estas acciones bélicas conducirán a que las naciones enfoquen su mirada sobre Israel, y se determine convertirla en territorio primordial de encuentros bélicos internacionales. Todo esto traerá una hecatombe sobre la humanidad que será sumergida en el llorar y crujir de dientes que el mismo Yeshúa profetizó.
Por eso, ese día (21 de septiembre), al atardecer, ocurrirá en las dimensiones cósmicas la gran señal del Eterno para Su Pueblo. En ese momento, y sobre el cielo de la Ciudad Santa de Jerusalén, se podrá observar a la Luna Nueva colocarse alineada con el vientre de Betulá (Virgo). Cada vez que la Luna, se ubica en el vientre de la mujer Virgo, se interpreta como un anuncio de dolores de parto. Es interesante decir que esta será la única vez del año en que la Luna aparecerá en esta posición referente a la constelación de Betulá (Virgo). De igual manera, en ese lapso la estrella Regulus, se encontrará en conjunción con los planetas Venus, Marte, Mercurio, y Júpiter, además de la Luna y el Sol. Lo explicaré mejor de la siguiente manera: los planetas Marte, Venus, Mercurio, más nuestra estrella el Sol y nuestro satélite la Luna influirán con su luz el 2% del atardecer (5 minutos) del 21 de septiembre. Entonces Júpiter (símbolo de justicia) entrará en escena colocándose en el vientre de la Betulá (Virgo). Ahora bien, esta conjunción masiva en la que Regulus, se alinea con Venus, Marte, Mercurio, el Sol, la Luna, y Júpiter se mete en el vientre de la mujer (Betulá/Virgo) ocurrirá anunciando que esta es la gran señal por medio de la cual el Eterno nos dirá: «¡los dolores de parto han comenzado!«
Ruego a cada escogido que lo entienda bien: ¡eso estará ocurriendo en el espacio sideral a la misma hora en que el Shofar anuncie el inicio de la Fiesta de las Trompetas!
¡Los Cielos anunciaron la Obra de Yahvéh más Gloriosa: El Nacimiento de Su Salvación (Yeshúa)!
Recordemos que Yahvéh, Dios verdadero y Todopoderoso, gobierna el universo, según su calendario y su reloj profético celestial. Esto garantiza que hombre alguno pretenda manipular los tiempos mesiánicos por Él establecidos. Por eso, debemos entender la idea de que Yahvéh a veces utiliza Su creación para comunicarse con el hombre que humillado ante Él quiera esperar en el propósito eterno de Dios y no en sus anhelos egocéntricos.
El rey David, sumido en sus conocimientos proféticos, expresó esta verdad de la siguiente manera:
“Los cielos cuentan la gloria del Señor. El firmamento proclama la obra de sus manos. Un día al siguiente le pasa el mensaje y una noche a la otra se lo hace saber. No hay discursos ni palabras ni voces que se escuchen,más por todo el orbe se capta su ritmo, y el mensaje llega hasta el fin del mundo.» (Salmo 19: 1-6)
Estudiando la Historia de la humanidad, notamos que desde temprano en la historia, los humanos han estudiado las estrellas y han dado nombres a las agrupaciones únicas llamadas constelaciones.
¿No es un dato curioso que las constelaciones mantienen el significado de sus nombres en todos los idiomas existentes?
Esto parece estar de acuerdo con la historia de la confusión de la lengua relatada en Génesis capítulo 11, que cuenta que los hombres construían una torre en Babel para «alcanzar («observar mensajes codificados en«) los cielos». Si en verdad estos nombres se conocían antes de la confusión de la lengua, probablemente sean desde días muy remotos. El mismo Eterno dijo: «Haya lumbreras…y sean para señales...» (Génesis 1:14). Es decir, que Él mismo comunicó a Adán estos códigos. Luego Adán se los dio a Set, este a Enoc, y así sucesivamente se transfirió a la línea sacerdotal denominada los melquisedecs que siguió fielmente al Eterno, los nombres de las constelaciones y algunas estrellas para enseñar códigos de la Luz Infinita a los hombres.
El salmista asegura que Yahvéh usa a las estrellas para revelar su diseño mesiánico:
«El cuenta el número de las estrellas, Las llama a todas por sus nombres.» (Salmo 147:4)
El mismo apóstol Pablo, enseña en su epístola a los romanos que todos han oído acerca de Dios, y cita este salmo para mostrar que la creación sí habla acerca de Él, especialmente las estrellas y las constelaciones (Rom. 1: 18 – 20).
Por eso, observando las Sagradas Escrituras, especialmente en el Evangelio de Mateo, notamos que los magos del oriente (poseedores del conocimiento caldeo) dirigiéndose al rey Herodes, le dicen:
«¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos su estrella mientras salía y hemos venido a adorarlo».
Cuando el rey Herodes oyó eso, se perturbó profundamente igual que todos en Jerusalén.
Mandó llamar a los principales sacerdotes y maestros de la ley religiosa y les preguntó:
—¿Dónde se supone que nacerá el Mesías?
—En Belén de Judea —le dijeron— porque eso es lo que escribió el profeta:
“Y tú, oh Belén, en la tierra de Judá, no eres la menor entre las ciudades reinantes de Judá, porque de ti saldrá un gobernante que será el pastor de mi pueblo Israel”
Luego Herodes convocó a los sabios a una reunión privada y, por medio de ellos, se enteró del momento en el que había aparecido la estrella por primera vez.»
(Mateo 2: 2 – 7)
Importante es señalar que estos magos eran sabios y hombres de ciencia que conocían el diseño del cosmos y los hechos celestes que podían ocurrir en el futuro. Interpretaban la simbología que representaba que un planeta estuviera próximo a otro o entrara y saliera de una constelación de estrellas.
Es muy conveniente para este estudio entender que la denominada «estrella de Belén» que los magos caldeos siguieron, en realidad estuvo dentro de una serie de eventos astronómicos regulares que involucraron conjunciones raras, que simbólicamente indicaban el nacimiento de un rey, y el comienzo de una nueva era con una humanidad renovada en consciencia.
En el año 6 a.E.C. (antes de nuestra Era Común), ocurrió una conjunción triple (1) planetaria (acercamiento aparente en el cielo de dos o más planetas), nada habitual. Júpiter se paseó casi justamente por delante de Saturno, hasta en 3 ocasiones en poco tiempo, en la constelación de Piscis. Los magos interpretarían este hecho como: un gran rey (Júpiter) de Justicia (Saturno) nace entre los judíos (Piscis). El símbolo de los peces (Piscis) está asociado a la simbología antigua del cristianismo y algunos estudiosos del tema, indican que proviene precisamente de la posición de Júpiter y Saturno en dicha constelación, incluso se ha llegado a relacionar con el nacimiento del pescador, de Jesús. Este fenómeno fue calculado por el astrónomo alemán Johannes Kepler en 1614 quien determinó en sus cálculos que una serie 105 conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno (un hecho muy poco frecuente) ocurrieron entre el año 7 y 6 a.E.C. y relacionó este hecho con la estrella de Belén. Fue el astrónomo Michael R. Molnar quien identificó a una doble ocultación de Júpiter tras la luna en el 6 a. C. en Aries (simbolizado por el Carnero/cordero), entendiendo que dicho evento fue conocido como la estrella de Belén.
Después de esta increíble triple conjunción, Júpiter comenzó a moverse hacia el oeste en el cielo, entrando en conjunción con Venus, un planeta simbólicamente asociado con la maternidad. Así fue como el 12 de Agosto del año 4 a.E.C., precisamente los planetas más brillantes, Venus y Júpiter, emergieron en ese momento en el amanecer sobre el horizonte, en una conjunción tan próxima que parecían tocarse ya que posiblemente el ojo humano no podía separarlos. En verdad, los registros históricos cuenta que la conjunción del planeta rey y el planeta de la maternidad estaban tan cerca uno del otro, que ningún hombre vivo había visto nunca nada igual. Así, formaron el objeto más brillante en el firmamento. Todo este simbolismo del Mesías-Rey hebreo de Judá y de una Virgen fue suficiente para que los bien versados Magos se pusieran en movimiento hacia Jerusalén.
Además el fenómeno se presentó en la constelación Leo (el León de Judá), símbolo de realeza y poder, lo que para estos astrólogos debió significar el nacimiento de un nuevo rey, que según la profecía de Balaam, tenía que ver con el Mesías descendiente de Jacob:
«Saldrá ESTRELLA de Jacob, y se levantará cetro de Israel».
(Números 24: 17)
En esta profecía, la palabra estrella se refiere a la primera venida del Mesías. El cetro se refiere a su Segunda Venida. La expresión toda daba el anuncio que los mismo fenómenos cósmicos se repetirían tanto en la Epifanía como en la Parusía del Mesías. Por ello, y ante todos estos códigos cósmicos develados, los magos emprendieron el viaje a Jerusalén a fin de celebrar el inicio de un nuevo tiempo para la humanidad.
Llegado el año 3 a.E.C., exactamente el primero de Tisrei (séptimo mes lunar), en Yom Teruá, se produjo un «incendio astronómico» apreciado en todo el Oriente. Me estoy refiriendo a una rara conjunción triple de Júpiter (el planeta rey, representante de la justicia) y de Regulus (la estrella del rey) de la constelación Leo. Los magos probablemente leyeron esta rara conjunción triple como si hubiera sido un letrero gigante de neón parpadeando en el cielo diciendo: REY-REY-REY.
En ese momento la constelación de Betulá (Virgo) estaba vestida con el Sol y la Luna Nueva del séptimo mes bajo sus pies. Sobre su cabeza se podía ver la «corona de doce estrellas«. Para comprender mejor esta última expresión debo decir que en ese momento se podía ver sobre la cabeza de Virgo (Betulá) la constelación de Leo que contiene nueve estrellas. Cerca de estas nueve estrellas se apreciaban los planetas Mercurio, Marte y Venus perfectamente alineados a Leo. Ya que los planetas reflejan la luz del sol, estos planetas también se parecen a las estrellas. Por lo que resulta que parecen ser doce estrellas coronando la cabeza de Virgo (Betulá). Es en esta fecha cuando el planeta Júpiter entró en conjunción con Regulus (la estrella del rey) ubicada entre los pies de Leo (el León de Judá). Esa misma noche sonaron las trompetas para anunciar el Yom Teruá (Día de Aclamación) que muchos hebreos discernieron como la aclamación celestial del nacimiento del Mesías, llamado el León de la Tribu de Judá, y Rey Justo.
Esa Luna debajo de los pies de la mujer (Betulá/Virgo) predijo el nacimiento del hijo varón que estaba destinado a gobernar las naciones con vara de hierro desde el Trono de David ubicado en Jerusalén.
¡Todo esto comenzó en la Fiesta de las Trompetas o Yom Teruá, y dentro de la constelación de Leo (el león, símbolo de la tribu de Judá)! Por lo tanto, aclamó en gran medida al rey hebreo de la tribu de Judá, el renuevo de Yesé anunciado por Isaías (Isaías 11: 1-4). Era una clara indicación para aquellos que estaban familiarizados con el Mesías. Además, y por si esto fuera poco, surgiendo justo detrás de Leo estaba la constelación de Virgo (Betulá), con el sol y la luna a sus pies.
¡Todo esto estará ocurriendo sobre nuestras cabezas una vez más durante la próxima Fiesta de las Trompetas (Yom Teruá)!
Sé que muchas generaciones de creyentes, anhelantes del Día de las Bodas del Cordero, consideraron la posibilidad ser ellos los testigos vivos de la Segunda Venida de nuestro Señor. Sin embargo, hoy muchos de nosotros sintiendo lo mismo, entendemos que las probabilidades parecen mínimas a causa de las muchas señales celestes que estamos observando. Todas ellas, hasta ahora nos indican que es muy posible que ya estemos a las puertas de todos esos grandes sucesos históricos. Ante ello cabe la actitud de mantener con humildad la en alto, teniendo la certeza de que no estamos ante el fin del mundo, sino que estos tiempos darán a luz otra historia. Una nueva era, totalmente distinta a lo que la humanidad ha conocido hasta hoy. Por eso, nuestras oraciones deben ser como la novia virgen que suspira esperanzada de que su amado pronto llegará a buscarla, para posicionarla en un nuevo nivel de vida. Ante esta información, el Espíritu Santo nos llama a meditar en el Padrenuestro, y hacer alma y cuerpo esas palabras que nuestro Esposo enseñó: «Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el Cielo.» (Mateo 6: 10).
«Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.» (Apocalipsis/Revelación 22: 17)
¡Maranhata! ¡Ven Señor Yeshúa!
Nota:
(1) ¿Qué es una conjunción triple?
Bueno pues, Júpiter y Saturno están cruzando el cielo lentamente en sus respectivas bóvedas, y en una conjunción triple se aproximan una vez y se separan y Júpiter se adelanta. Después vuelven a acercarse y se separan una segunda vez, teniendo una tercera y última aproximación. Entonces a lo largo de siete meses, tres veces, estos dos planetas se aproximaron y se separaron. A simple vista no habría sido tan espectacular, y no fue tan espectacular porque Saturno no es tan brillante, es decir, desde la Tierra se percibe como una «estrella brillante», pero no tan llamativa. Pero si para un mago, especializado en astronomía era realmente significativo, y además tuvo lugar en la constelación de Piscis que tradicionalmente estaba asociada con los judíos.
Aquí está la Primera Parte de la Fiesta de Rosh Jodesh Elul en la que consideramos las pautas astronómicas proféticas que el Eclipse Solar de Estados Unidos marcó como señal de los últimos días.
Recomiendo escuchar todo nuevamente con atención a fin de lograr discernir qué cosas hacer y cuáles no hacer en los días venideros. En esta celebración anuncié que luego del eclipse el hemisferio norte desde los Estados Unidos sería visitado por juicios celestiales a nivel de catástrofes naturales. El huracán Harvey solamente fue un aviso. Lo que está por venir a las naciones del norte es inimaginable.
¡Estén quietos y velen!
Shalom!
Invito a profundizar más en este tema ingresando en el siguiente link: