piedras a la policía israelí.
informe de la organización de derechos humanos B’Tselem denunció esta
semana que cientos de chicos palestinos fueron encarcelados entre 2005 y
2010. Los chicos fueron acusados de arrojar piedras contra las fuerzas
de seguridad israelíes y presionados para declararse culpables con el
objetivo de disminuir la sentencia. Durante los interrogatorios, y en
ausencia de sus padres, no se les permitió comer, beber o dormir,
denuncia el informe. El documento, disponible en btselem.org, devela los
abusos cometidos en causas judiciales iniciadas por el Estado de Israel
contra niños y adolescentes. Si bien existe una prohibición fijada por
los tribunales civiles israelíes que indica que los menores de 14 años
no deben ir a la cárcel, más de 800 chicos de entre 12 y 17 años
arrestados en Cisjordania fueron juzgados por la Justicia militar. Un
chico de 14 años debió permanecer veinte meses en prisión (expediente
3522/09).
El informe, presentado el lunes por B’Tselem (Centro de Información
Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados) desnuda
la inacción del Estado frente a la violación de los derechos de los
niños palestinos. De un total de 835 jóvenes arrestados y acusados por
los tribunales militares, sólo en un caso se logró la absolución: 34
tenían entre 12 y 13 años; 255 entre 14 y 15 y 546 entre 16 y 17 años.
Diecinueve niños de entre 12 y 13 años fueron encarcelados, durante dos
meses, después de ser declarados culpables; 50 chicos fueron detenidos
durante la noche y trasladados sin la compañía de sus padres. En algunas
ocasiones, incluso, no pudieron recibir la visita de sus familias ni
tuvieron oportunidad de hacer llamadas telefónicas.
Junto al documento difundido por la organización de derechos
humanos, un video recoge los testimonios de los jóvenes arrestados. La
pesadilla de Omar Hamamrah, detenido a los 15 años, comenzó cerca de la
medianoche. Cuando salía de su casa se cruzó con un jeep del ejército.
Su padre se fue a trabajar cuando el móvil militar se alejó, pero los
soldados regresaron a la 1. Le pidieron a Omar que confesara. Cuando
dijo que no sabía nada recibió un golpe. Shaker Hamamrah fue a parar a
la cárcel con 16 años. De su casa salió con los ojos vendados y
esposado. Bajo presión confesó que había arrojado piedras a los soldados
que patrullaban las calles de su barrio. Estuvo 28 días en una oficina
militar hasta que fue trasladado a la cárcel de Rimmonim. Omar también
pasó por allí.
A pesar de haber estado detenido, a Fadi Khatib no le arrebataron la
sonrisa que deja ver cuando observa que es muy chico para haber estado
en la cárcel. También se lo llevaron de su casa en un jeep. Dos soldados
gordos lo aplastaron durante todo el viaje. Al llegar al destacamento
militar, lo obligaron a firmar una declaración. “En la prisión perdí a
mis amigos. Somos pequeños para estar en la cárcel. Los adultos pueden
sufrir, pero nosotros somos muy chicos. ¿Cómo pude estar en la cárcel,
encerrado en una habitación sin ver el sol?”, se pregunta Fadi.
En su descargo, el ejército israelí les restó importancia a las
acusaciones argumentando que lanzar piedras es considerado un delito.
Concluyó, además, que es imposible investigar los maltratos porque esas
denuncias se apoyan en declaraciones anónimas. “Es lamentable que
B’Tselem decida abordar el tema de una manera desequilibrada, sin tener
en cuenta la explotación de jóvenes por parte de organizaciones
terroristas, en una manera que viola el derecho internacional y atenta
contra los derechos de esos jóvenes”, señaló el comunicado del ejército.
De igual modo, resaltó la creación del Tribunal Especial de Menores en
Cisjordania, en 2009, donde “los jueces militares han mostrado una gran
sensibilidad hacia las cuestiones de derechos de los menores”.
Según el informe, el ex presidente del Tribunal Militar de
Apelaciones, el coronel Shaul Gordon, admitió que las personas
involucradas en este tipo de delitos no necesitan de preparación o
planificación alguna. “Las piedras están en todas partes y para
concretar el delito lo único que se necesita es tener manos”, dijo. En
una carta enviada en febrero al organismo de derechos humanos, Avishag
Zaken Weisenberg, funcionario de la Defensoría del Pueblo de la Policía
de Israel, señaló que entre 2005 y 2010, en el distrito de Samaria y
Judea –bajo la administración israelí después de la Guerra de los Seis
Días– se produjeron entre 2100 y 3000 incidentes donde se arrojaron
piedras. Para el portavoz del ejército israelí, durante el mismo
período, hubo entre 3600 y 4300 hechos de ese tipo que afectaron tanto a
civiles como a las fuerzas de seguridad. B’Tselem asegura que intentó
determinar el número de heridos en esos choques, pero que los organismos
gubernamentales consultados respondieron que no contaban con esa
información.
“No cuestionamos que se considere un delito arrojar piedras; por el
contrario, señalamos claramente nuestra posición en el informe”, asegura
Sarit Michaeli, desde Jerusalén, ante la consulta de Página/12. La
vocera de B’Tselem destaca, sin embargo, que el argumento de su
organización se apoya en una premisa: los jóvenes palestinos merecen el
mismo amparo en sus derechos que los israelíes, aun cuando se esté ante
la presencia de un delito. La protección hacia los menores, en la
legislación de Israel, está contemplada por la enmienda 14 de la Ley de
Juventud. Allí se establece que la cárcel es el último recurso que debe
aplicarse a los niños. En este sentido, esa norma prohíbe encarcelar a
menores de 14 años. “Básicamente, estamos pidiendo que las autoridades
del ejército incorporen a la ley militar estos puntos de la Justicia
ordinaria”, agrega Michaeli.
En los países signatarios, los chicos están resguardados por la
Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la ONU en 1989. El
Estado de Israel firmó ese documento en 1990 y lo ratificó un año más
tarde. La Convención remarca que en todas las medidas que tomen
instituciones de asistencia social públicas o privadas, tribunales,
autoridades administrativas u órganos legislativos, el interés superior
por el niño debe ser tomado como una consideración principal. También
emplaza al Estado israelí en sus acciones sobre los territorios
ocupados. Los comités de la ONU, que supervisan la aplicación de la
Convención, han rechazado la posición de Israel, que objeta la
aplicación de ese tratado en aquellos sectores en conflicto.
La contraparte de la Convención sobre los Derechos del Niño se
encuentra en la legislación militar de Israel. Aplicada en Cisjordania,
esa ley determina tres rangos etarios: son niños los menores de 12 años,
la juventud va de los 12 a los 14, y los adultos jóvenes se encuentran
entre los 14 y 16 años. Como en muchos países, en Israel se alcanza la
mayoría de edad a los 18 años. No obstante, la legislación militar
establece que a los 16 años los adolescentes se convierten en adultos.
Para la ley israelí, el tiempo máximo que un menor puede permanecer
detenido antes de que se lo acuse por el delito cometido es de 20 días
(ese período podrá prorrogarse por 10 días pero no deberá exceder los
40). Los menores y adultos palestinos pueden permanecer 90 días en
prisión hasta que se presenten cargos en su contra (plazo que puede
extenderse por 30 días si el Tribunal Militar de Apelación así lo
determina). Si un chico mayor de 14 años es arrestado, la legislación
israelí determina que debe ser llevado ante un juez dentro de las 24
horas desde el momento de su detención. Ese tiempo, para quienes tienen
menos de 14 años, se reduce a 12 horas. Por el contrario, la ley militar
establece que los sospechosos –sean menores o adultos– deben comparecer
ante un juez dentro de los ocho días posteriores a la detención.
No es un asunto menor: La violación de los derechos de los menores
palestinos detenidos por Israel, sospechados de lanzar piedras no ahorra
críticas hacia la Justicia israelí. Concluye que el actual tratamiento
legal hacia estos jóvenes puede causar un efecto crítico en su
desarrollo y en el éxito de la rehabilitación. El documento afirma, sin
ningún tipo de eufemismos, que se producen graves violaciones sobre los
derechos de los chicos, que la ley casi no los protege y que los pocos
derechos concedidos no se aplican. La nómina de causas judiciales
abiertas contra menores de edad por arrojar piedras fue proporcionada a
B’Tselem el 24 de junio de 2010 por el procurador Zakan Weisenberg.
Una serie de sugerencias clausuran el documento de setenta páginas.
Allí se propone equiparar la minoría de edad reglamentada por la
Justicia militar con la legislación civil; prohibir las detenciones
nocturnas; restringir los interrogatorios a horas del día, con los
padres presentes; permitir que los chicos tengan la posibilidad de
consultar a un abogado y no se encarcele a menores de 14 años; promover
alternativas a la detención con soluciones que eviten la cárcel;
establecer programas educativos en todas las prisiones para los jóvenes
detenidos y facilitar permisos para que los familiares los visiten en
prisión.