Una empresaria y una dentista, de 32 años, y una gerente administrativa, de 34, acaban de oficializar su relación en una notaria de Río de Janeiro. Es el segundo trío registrado en Brasil, después de que en 2012 una cajera, una auxiliar administrativa y un arquitecto formasen en São Paulo la primera unión poliafectiva estable del país, el equivalente a la pareja de hecho que, desde 2003, rige las uniones civiles brasileñas.
La escritura firmada por las tres mujeres, que viven juntas desde hace tres años, las reconoce como familia, establece la separación de bienes y da potestad a cada una de ellas para decidir sobre posibles cuestiones médicas de sus cónyuges.
El trío, además, declaró en el documento su intención de que la empresaria tenga un hijo por inseminación artificial y que en el certificado de nacimiento del bebé se contemplen los apellidos de las tres. Las novias firmaron también tres testamentos en los que dividen sus bienes en caso de fallecimiento.
“Somos una familia. Nuestra unión es fruto del amor. Voy a quedarme embarazada y estamos preparándonos para eso, incluso financieramente”, contó la empresaria al diario O Globo. “La legalización es una manera de que el bebé y ninguna de nosotras se quede desamparada. Queremos disfrutar de los derechos que todo el mundo tiene, como la licencia de maternidad”.
Es la segunda unión de tres personas reconocida ante la ley en Brasil, la primera entre tres personas del mismo sexo.
LA CUESTIÓN JURÍDICA Y SOCIAL
Los tribunales brasileños aún no han creado una jurisdicción específica para defender o anular este tipo de uniones, así que los argumentos a favor y en contra dependen de la interpretación de un abanico de sentencias de casos particulares.
El reconocimiento de la unión de estas tres mujeres, por ejemplo, se basó en los fundamentos del Tribunal Supremo para reconocer legalmente en 2011 a las parejas homosexuales, según Fernanda de Freitas Leitão, la notaria que casó a las tres novias. Desde el año 2000, mucho antes que los tribunales, Freitas ha reconocido la unión de multitud de parejas gays, y conmemoró públicamente el matrimonio a tres de São Paulo. Hacía años que esperaba “con ansia” poder amadrinar un trío en su propia notaría.
“El pilar que sustenta cualquier relación de familia es el afecto. Y estas tres mujeres tienen todo para formar una familia: amor, una relación duradera, intención de tener hijos… En el derecho privado, además, lo que no está prohibido está permitido. No puedo garantizarles derechos inmediatos, tendrán que luchar en los tribunales para realizar la declaración de la renta conjunta o contratar un seguro médico, pero ahora están protegidas”, explica Freitas.
La polémica está servida una vez más y se cuestiona desde la validez de esa unión a la posibilidad de un niño tener tres madres. El Colegio de Notarios de Brasil, así como hizo en 2012, se desvincula de las decisiones individuales de sus colegiados y no faltan juristas que defienden que esa unión viola la Constitución. “Esa escritura no vale nada. La Constitución brasileña establece expresamente que la unión estable solo puede ser constituida por dos personas y el reconocimiento del Tribunal Supremo de las uniones homosexuales también se refiere específicamente a dos personas”, explica la abogada especialista en derecho familiar Regina Beatriz Tavares, que niega la posibilidad de que el futuro hijo de esas mujeres pueda tener tres madres registradas. “La poligamia en Brasil no tiene ningún soporte constitucional. No defiendo un único tipo de familia, pero el principio de unión está restringido siempre a relaciones monógamas, la sociedad brasileña no acepta matrimonios de tres personas, sean del sexo que sean”, defiende Tavares, también presidenta de la Asociación de Derecho de Familia y Sucesiones (ADFAS).
Fuente: Protestante Digital
NOTA PROFÉTICA ESCRITURAL
¿Aprueba Dios la poligamia?
Entendemos, por lo que las Sagradas Escrituras revelan, que el Eterno Dios permitió durante un tiempo que el hombre tuviera más de una esposa (Génesis 4:19; 16:1-4; 29:18-29). Sin embargo, él no dio origen a esta práctica, pues a Adán solo le dio una mujer, estableciendo así en el origen mismo de la humanidad el diseño de la monogamia.
Entonces, comprendemos que el Eterno había establecido que cada hombre tuviera una única esposa. Por eso, al manifestarse el Mesías, restauró su diseño original a través de Su Yugo (Juan 8:28). Respondiendo a una pregunta acerca del matrimonio, Jesús declaró: “El que los creó desde el principio los hizo macho y hembra y dijo: ‘Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos serán una sola carne’” (Mateo 19:4, 5).
Más tarde, Dios inspiró a uno de los discípulos de Jesús, el maravilloso apóstol Pablo, para que escribiera: “Que cada hombre tenga su propia esposa y que cada mujer tenga su propio esposo” (1 Corintios 7:2). El mismo escribe en 1 Timoteo 3:2, 12 y en Tito 1:6 la expresión: “marido de una sola mujer” en una lista de requerimientos para el liderazgo espiritual. La frase puede ser traducida literalmente “marido casado con una única esposa”. Ya sea que esta frase se refiera o no exclusivamente a la poligamia, de ninguna manera un polígamo puede ser considerado “marido de una sola mujer”. Mientras que estas cualidades son específicamente para ministerios de liderazgo espiritual, se entendía que éstas deben aplicarse por igual a todos los discípulos de Cristo.
Luego, el apóstol Pablo, en Efesios 5:22-33, hablando de la relación entre esposos y esposas, encontramos que cuando se refiere a un esposo (singular) siempre se refiere a una esposa (singular). “… el marido (singular) es cabeza de la mujer (singular) … “El que ama a su mujer, (singular) a sí mismo (singular)se ama.” … “Por esto dejará el hombre (singular) a su padre y a su madre y se unirá a su mujer (singular), y los dos serán una sola carne.” … “..cada uno de vosotros ame también a su mujer (singular) como a sí mismo, y la mujer respete a su marido (singular).
Como podemos ver la poligamia no fue la idea original de Dios. Dios parece haber permitido la poligamia para resolver un problema, pero Dios deseaba que el problema nunca hubiera ocurrido. Por ello, y debido al diseño bíblico matrimonial de “una sola carne”, la necesidad de singularidad y armonía en el matrimonio, y la falta de alguna necesidad real para la poligamia, es nuestra firme creencia que la poligamia no honra a Dios y no es su idea del matrimonio.