Todos los que hemos probado y disfrutado del chocolate Ferrero Rocher, hemos notado que está envuelto en una capa de avellanas tostadas, y una cubierta de oblea rellena de crema. Pues bien, ¡esto tiene una razón!
El empresario y maestro chocolatero italiano Michele Ferrero fue un católico devoto. Así es, resulta que el propietario de la corporación que está detrás de Nutella, Kinder Ovo y Tic-Tac peregrinaba todos los años al Santuario católico de la «Señora de Lourdes».

Fue en una de estas peregrinaciones, cuando se sintió inspirado por la potestad del aire que gobierna ese lugar para elaborar un producto de chocolate que de alguna manera implantara la presencia del espíritu de la «Reina del Cielo» en la gente de las naciones. Desde esta idea decidió lanzar en 1982 el producto al que llamó “Rocher” (que significa “cueva” en francés), en referencia a Rocher de Massabielle, la cueva donde la «Virgen» se apareció a la joven Bernardita. Justamente, la textura rocosa del chocolate también tiene un propósito debido a esto, y aún también el envoltorio del bombón, rugoso, que se asemeja a la formación rocosa de la gruta de Lourdes.
Por esta razón, en el evento de celebración del 50 aniversario de la empresa, Michele Ferrero afirmó que “el éxito de Ferrero se lo debemos únicamente a Nuestra Señora de Lourdes. Sin ella, poco y nada podemos hacer”.
Como tercer productor de chocolate del mundo, Ferrero tenía muchas cosas por las que estar agradecido por haber hecho este pacto. Este empresario consiguió crear la empresa alimentaria italiana más famosa en el mundo con un patrimonio de 26.800 millones de dólares, y la posición principal en ventas. En el año 2018, la compañía logró un récord de ventas, alcanzando aproximadamente US $ 11,6 mil millones.
Por todo este pacto espiritual es que en cada uno de los catorce centros de producción de chocolate hay una imagen de la Virgen María de Lourdes. Además, Ferrero se comprometió con dicha entidad espiritual a llevar a su jefe principal y a los trabajadores de la fábrica en peregrinación a Lourdes todos los años.
El empresario falleció un día también idolátrico, el 14 de febrero de 2015 (San Valentín), a los 89 años de edad, en Montecarlo, después de una larga enfermedad. Figuraba en el lugar número 22 en la lista de multimillonarios de Forbes, y su fortuna se calculaba en aproximadamente 26,5 mil millones de dólares.