«Comerás y te saciarás y bendecirás al Eterno, tu Dios»
(Deuteronomio 8:10)
Está bastante claro que la bendita Instrucción (Torah) divina requiere algún tipo de bendición después de comer. El requisito es de La naturaleza bíblica solo cuando uno está saciado , como es evidente en el versículo. Esta es un mitzvá (mandamiento) de acción de gracias, que obliga a ofrecer nuestro aprecio por la comida que acabamos de disfrutar.
En la historia del Pueblo de Dios existe una bendición de primera clase, por así llamarla, que engloba a todo el deseo de agradecer al Eterno por todo lo que hizo para sustentar a sus criaturas. Es la bendición del “Birkat HaMazon”.
El Birkat HaMazon se establecen después de haber comido pan y fue Moisés quien las reconoció como un agradecimiento del alimento que los hebreos obtuvieron en el desierto después de haber salido de la esclavitud de Egipto. De hecho, solo versículos después de este, Moisés advierte en contra de comer la tierra y participar de la abundancia de la tierra sin reconocimiento de dónde obtenemos nuestra riqueza, instándonos a recordar nuestra historia. En una tierra tan buena y completa como la descrita en el pasaje de la Torah, es muy fácil disfrutar de la prosperidad y olvidar la fuente de nuestra bendición. En consecuencia, la bendición después de las comidas es nuestro escudo para ayudar a evitar el hueco vacío que resulta de la auto-satisfacción y la arrogancia.
El Birkat HaMazon es una declaración del señorío de YHVH sobre el mundo, y en particular, su dominio y propiedad sobre la comida que hemos consumido. Con esta bendición reconocemos a YHVH como el creador y sustentador del mundo natural, el que alimenta a todas las criaturas vivientes. Al rezar esta bendición, afirmamos que todo los elementos de la Creación ha sido puesto por YHVH para ayudarnos a vivir y por tal motivo debemos apreciar todos estos recursos y jamás quejarnos. Recuerden siempre que las bendiciones son el código que eleva la frecuencia de nuestro cuerpo y nos vuelve aptos para extraer la luz de lo que estamos consumiendo. Los secretos de la Torah revelan que a través de recitar la bendición elevamos el elemento material utilizado y lo conectamos con el Altísimo, a través de ello se concreta el objetivo de la creación, de elevar la materia y unirla al espíritu.
Lo vuelvo a repetir. El propósito de Birkat HaMazon es evitar la arrogancia que se cuela en el corazón de un hombre y le hace olvidar que Dios es el Creador. Por eso, fundamentalmente, Birkat HaMazon no es una simple acción de gracias o alabanza, sino más bien un acto de recordar a YHVH como Señor de todo. Es decir, es un cumplimiento del mandato constante de ser consciente de nuestro Creador en cada aspecto de nuestra vida. Cuando la Torah concluye la sección, lo hace diciendo: «Más bien, te acordarás de YHVH tu Dios que te da la fortaleza para tener éxito«(Deuteronomio 8:17).
Por lo tanto, el Birkat HaMazon no es simplemente un mandamiento particular con respecto a la comida y nuestra saciedad; es más bien una expresión de la creencia y el compromiso que apuntala toda nuestra vida de fe. Orar alabanza ante Dios es fácil; para dar gracias, uno simplemente tiene que volverse sentimental. Sin embargo, recordar a YHVH y atribuirle todo a Él, reconociendo que es quien está en control de todo el proceso cósmico de la creación, y declarar siempre que Él es el Maestro y el Dueño de todo, requiere una disciplina mental de primer orden, y es en verdad la experiencia fundamental de la verdadera fe.
Lo importante es que cuando ya estamos satisfechos, llenos de energía y haber bendecido, poder influir a los demás para que lo aprendan. Así, al recitar esta bendición después de comer y estamos llenos y saciados, confirmamos que el Eterno es la Fuente de nuestro sustento, de la vida y de la existencia misma. El propósito de la bendición es declarar, como lo hará el mundo entero al final de los días, que Él es el único y verdadero «Dios grande y santo«.
Este esel Birkat HaMazon:
«Bendito eres Tú, Yahvéh,nuestro Dios, Rey del universo, quien nos alimentas, con gracia, benevolencia, holgura y misericordia.
Declaramos que Tú proporcionas el pan a todas las criaturas porque tu misericordia es para siempre.
Así mismo, confesamos que por tu inmensa bondad nunca nos faltó ni nos faltará jamás el sustento, pues Tú alimentas y sustentas a todos. Tu mesa está preparada para todos pues provees alimento y sustento para todas las criaturas que hiciste con tu misericordia y tu inmensa bondad, tal como está escrito: «¡abres Tu mano y satisfaces el deseo de todo ser vivo!»
¡Bendito eres Tú, Eterno, que sustenta a todos por tu eterna Providencia!
Nosotros, por ser discípulos de Yeshúa, agregaremos a continuación de este rezo judío, las palabras que sumaban las primeras comunidades al Birkat HaMazón:
Te damos gracias, Padre nuestro, por Tu santo Nombre revelado en tu Mashiaj, y que has hecho habitar en nuestros corazones. Gracias por el conocimiento, la fidelidad y la vida eterna que nos has dado a conocer por medio de Tu siervo Yeshúa. Tuya es la gloria por siempre.
En Yeshúa. Amén.