«Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre».
(Apocalipsis 13:16-17)
Con el tamaño de un grano de arroz, estos dispositivos, en la práctica, pequeños circuitos electrónicos envueltos en una capsula de vidrio quirúrgico, ya pueden ser implantados en seres humanos, pero por ahora, con funciones limitadas.
Sin embargo, en los próximos diez años pueden proporcionar datos sobre el cuerpo que lo alberga. Información como los niveles de glucosa, urea, oxígeno, hormonas y colesterol debe ser lo primero en obtener a partir de los fluidos corporales, como la sangre. Estas sustancias serán analizadas al pasar por los microcanales presentes en la cápsula de vidrio: microsensores electrónicos identificarán la presencia de biomarcadores, parámetros biológicos que indican si la persona está enferma o sana. Esto permitirá, por ejemplo, detectar el movimiento de las células cancerosas o identificar los signos de un inminente ataque al corazón, según información de la revista brasileña VEJA.
«Los biochips van acelerar el diagnóstico de enfermedades, porque son ultrasensibles. Esto permitirá que las pruebas de análisis clínicos sean más rápidos y baratos«, dice Idagene Cestari, directora de la bioingeniería del Instituto del Corazón (Incor) de Brasil.
Para tener acceso a la información recopilada y analizada por el biochip, el médico necesitará llevar un dispositivo como un smartphone, los datos del paciente serán transmitidos desde el biochip a través de ondas de radiofrecuencia y aparecerá en la pantalla del dispositivo externo. Además de hacer más eficiente el diagnósticos, los biochips pueden ayudar en el tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes.
Los dispositivos en miniatura podrían ser implantados en el cuerpo con un «stock» de insulina, que saldrá todos los días, automáticamente. Lo mismo puede ocurrir en el caso de otras enfermedades como la hipertensión arterial. «Podemos hacer una medicina personalizada«, dice Idagene.
El proyecto desarrollado por startup relacionada con el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) es lo más palpable en este sector y que puede implantar el biochip debajo de la piel o el abdomen. Tras minuciosos estudios se ha llegado a la conclusión de que en la cabeza y detrás de la mano derecha son los mejores lugares para colocar éste bio-chip. Una vez implantado no podrá ser retirado y en caso de intento será localizado inmediatamente por la policía además de ser contaminado por el litio que contiene la batería.
Otros fabricantes, por ejemplo, invierten en la creación de biochips para automatizar las tareas del día a día y están encontrando mercado. El Amal Graafstra, de 38 años implanta en la mano una identificación mediante chip de radiofrecuencia (RFID, las siglas en inglés) para reemplazar las llaves del auto y la casa.
Ante esta noticia estoy obligado a recordar que en la Biblia establece, que cualquiera que tenga la marca de la bestia, beberá de la ira del Eterno Dios y sera condenada al lago de fuego. En libro de revelación (apocalipsis) vemos como será la forma en que el Eterno condenará a las personas que tengan implantada la marca de la bestia.
«Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios. Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen».
(Apocalipsis 16:1-2)