Según un informe publicado por el diario Clarín, la modalidad (sacarse fotos provocativas y enviarlas por mensaje de texto) es furor entre los adolescentes, quienes con las nuevas tecnologías de comunicación lo toman como un juego sin medir las verdaderas y peligrosas consecuencias.
Según una encuesta de la Asociación Civil Chicos.net y dos organizaciones extranjeras, nueve de cada 10 adolescentes tiene celular y el 36 por ciento admitió que envía fotos suyas en poses provocativas. Además, de los casi 10 millones de usuarios argentinos de redes sociales y blogs, el 50 por ciento corresponde a chicos de entre 12 y 18 años. La alerta emitida por Missing Children advierte que estos chicos pueden ser captados por redes de trata de personas, o que aparezcan en sitios de pornografía. Desde la entidad aportaron que los padres están preocupados por la situación. Fundamentalmente, porque no saben dónde pueden terminar las fotos de sus hijos. En muchos casos, a las chicas que suben su foto les ofrecen ser modelos pero luego se encuentran con otra cosa.
Los profesionales advierten que este tipo de prácticas no sólo lleva a los adolescentes a ser víctimas de delitos si no que les puede ocasionar problemas emocionales. “Lo que en un principio puede comenzar como una diversión, puede llegar a la humillación y el arrepentimiento por la pérdida de la intimidad, un sentimiento que los puede acompañar por años”, expresó el psicólogo Sergio Balardini.