Yahvéh habló a Moisés, diciendo:
«Habla a los hijos de Israel, y diles:
Cuando hayáis entrado en la tierra de vuestra habitación que yo os doy, y hagáis ofrenda encendida a Yahvéh, holocausto, o sacrificio, por especial voto, o de vuestra voluntad, o para ofrecer en vuestras fiestas solemnes olor grato a Yahvéh, de vacas o de ovejas; entonces el que presente su ofrenda Yahvéh traerá como ofrenda la décima parte de una efa de flor de harina, amasada con la cuarta parte de un hin de aceite. De vino para la libación ofrecerás la cuarta parte de un hin, además del holocausto o del sacrificio, por cada cordero.»
(Números 15: 1-5)
Israel había descendido a uno de sus puntos más bajos en su historia. Acababa de rechazar la oferta del Eterno de llevar a cada miembro de la nación dentro de la Tierra Prometida. Yahvéh les consigno vagar en el desierto por cuarenta años (v. 33), hasta que la generación incrédula y rebelde haya perecido en el desierto y una nueva generación de emuná (fe) tomara la Tierra Prometida.
Sin embargo, inmediatamente después de esta punzante rebelión y el castigo del Señor, Israel recibió preciosas muestras de la misericordia de Dios, cuidado, y ayuda a Israel. Vemos que el Eterno está hablando precisamente de entrar en la tierra, dando a entender que efectivamente van a entrar, pero más adelante.
Entendamos que el pueblo estaba sufriendo un juicio terrible por haber desobedecido las órdenes concretas del Señor y menospreciado su carácter. Por ello, las mentes y corazones de cada hebreo vibraban en la inseguridad de su destino generacional. El propósito de estas leyes adicionales que el Eterno insertará aquí a modo de paréntesis, era aliviar sus mentes de los temores que hasta ahora era evidente que aún albergaban. Yahvéh les asegura una vez más que entrarán a la Tierra Prometida, en caso que ellos estuvieran preocupados de que luego de cuarenta años deambulando por el desierto, incluso sus descendientes tendrían que esperar otros tantos años antes de entrar a la tierra de Canaán. La inyección de optimismo vuelve a ser colocada por el Eterno. Él garantiza por medio de estas leyes que está dispuesto a continuar con su proceso pedagógico para capacitar a la generación más joven para vivir en la Tierra Prometida, pero con una conciencia elevada que domine la materia existente.
Por ello, Yahvéh otorgará a Israel una serie de leyes al estilo de las de Vayikrá con el fin de que diariamente ellos visualizaran la prosperidad que gozarían en la nueva tierra. En este momento se ven engrandecer la gracia y la misericordia de Yahvéh al apuntar hacia la realización definitiva de la promesa que había hecho a Abraham (Gn. 12: 7), y también hacia su constante promesa de que la nación entraría realmente en aquella tierra. Son palabras de esperanza en medio del juicio.
Esta sección se lee igual que los pasajes de mitzvot (mandamientos) con lo que Yahvéh pacientemente había instruido a Israel en Sinaí durante un año y un mes; ahora, después de su derrota en Cades Barnea, el Eterno los está tomando de vuelta al a escuela, y quiere infundirles nuevos códigos de una digna mentalidad hebrea.
Teniendo en cuenta lo que hasta aquí he enseñado, podemos ver que el capítulo 15 incluye:
- Instrucciones sobre ofrendas de elevación que acompañarán a los sacrificios (vv. 1 – 16);
- Instrucciones acerca de cómo presentar el pan de cada día una vez que estuvieran en la tierra de Canaán (vv. 17- 21);
- Instrucciones sobre ofrendas por pecados intencionales y pecados no intencionales o de inadvertencias (vv. 22 – 31)
El Señor loe dijo a Moshé (Moisés) que dictara la ley que entraría en vigor en ese tiempo de conquista: que las ofrendas de comida y las ofrendas de bebida debían acompañar a la ofrenda de animales; que la parte de la masa llamada jalá debía ser apartada para Hashem, y que si la congregación practicaba la idolatría por error, debía expiar su culpa por medio de un sacrificio. De este modo, los israelitas recibieron la promesa de que sus descendientes poseerían Eretz Israel, ya que estos sacrificios no solamente se aplicarían para ese momento, sino que aseguraban la dimensionalidad sacerdotal de cada tarea cotidiana, propia de vida sedentaria.
El Eterno siempre se mostró misericordioso con Israel. Por eso esta sección trata con sacrificio muy especiales, ya que uno servía para cubrir el pecado y el otro sacrificio como una expresión de acción de gracias. Israel, en su punto de derrota, necesitaba que se le recordara el sacrificio de expiación, y la necesidad de dar gracias diariamente eran el secreto de su plenitud, incluso en el desierto.
El grano con la ofrenda de bebida de vino tenía la intención de acompañar el sacrificio de sangre que habla de acción de gracias y gozo. Con esto Yahvéh le enseñó a Su Pueblo que realmente se puede tener acciones de gracias y gozo en el Señor, incluso si el alma se encuentra dolida en la herida de la propia derrota y de la corrección amorosa de Yahvéh.
Constantemente Yahvéh se preocupaba por Israel. Estos eran mandamientos que solo podían ser cumplidos en la Tierra Prometida. Inherente en estos mandamientos estaba la promesa que Dios los guiaría ahí, y no los dejaría en el desierto por siempre.
El Eterno dijo:
“Cuando hayáis entrado en la tierra de vuestra habitación que yo os doy.”
Por favor, notemos bien la expresión: Él dijo, cuando hayas entrado en la tierra, y no sí tú entras a la tierra. No hay duda alguna Yahvéh no se ha rendido, y no se rendirá con Israel, Su Pueblo. Él la tratará con Su misericordia benevolente ilimitada hasta coronarla como Esposa amada en el final de los tiempos.
Muchos de los creyentes bajo la vara de la corrección de Yahvéh se han sentido abandonados por Él, como sí Él se hubiera rendido con ellos, pero Yahvéh está siempre cerca del creyente bajo corrección.