Por P.A. David Nesher
«Y les dijo:
Lucas 22:15-20
!Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes que padezca!
Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el Reino de Dios.
Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo:
Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el Reino de Dios venga.
Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo:
Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo:
Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.»
Responder a la pregunta que preside esta bitácora es el tema más espinoso de los Escritos Mesiánicos (mal llamados Nuevo Testamento). Por siglos, esto ha constituido un enigma para los estudiosos de las Sagradas Escrituras, llegando la mayoría de las veces a generar acalorados debates respecto a si Yeshúa celebró Pesaj con sus discípulos, o participó de otro tipo de banquete yahvista.
Si acudimos al relato de los Evangelios con el fin de sacarnos las dudas, nos encontramos que, mientras los evangelistas Mateo, Marcos y Lucas dicen que la denominada «Última Cena» del Mesías coincide con el inicio de la festividad judía de Pesaj, el apóstol Juan, en su Evangelio, señala que en realidad se produjo antes. Entonces, nos llevamos la sorpresa con el hecho de la existencia de una diferencia real entre el relato evangélico del apóstol Juan y el de los sinópticos sobre esta cuestión, y la cronología que Juan presenta en su obra sigue haciendo mucho más sentido: Yeshúa fue juzgado y asesinado antes de que comenzará el día de Fiesta. A la hora del Seder, fue enterrado. Esto ha permitido que muchos detractares del mensaje evangélico aseguren que esta «contradicción» en los textos de los evangelistas permite dudar acerca de los últimos momentos de la vida humana del Maestro aquí en la Tierra.
Para comenzar a aclarar esto, debo decirles que existe un versículo en el evangelio de Juan que ha sido ignorado, y sin embargo es concluyente para la comprensión de este planteo. El hagiógrafo nos dice que después de capturar al Mesías:
«Llevaron a Yeshúa de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ELLOS NO ENTRARON EN EL PRETORIO PARA NO CONTAMINARSE, y así poder COMER LA PASCUA.»
(Juan 18:28)
Una pregunta obvia surge aquí:
¿Por qué no habían comido la Pascua (Pesaj) aún?
La Escritura Mesiánica mismo lo responde al describirnos el proceso de apresamiento del Mesías:
«Era LA PREPARACIÓN DE LA PASCUA,…
Entonces (Pilatos) dijo a los judíos:
¡He aquí vuestro Rey!»
(Juan 19:14)
¿Por qué dice que «era la preparación de la Pascua» siendo que la creencia general es que Yeshúa ya había comido el Pesaj (Pascua) supuestamente?
Unas líneas más adelante el evangelista dice:
“Entonces los judíos, por cuanto ERA LA PREPARACIÓN DE LA PASCUA, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.»
(Juan 19:31)
Sabemos, por lo que hemos aprendido de nuestros estudios de la Torah, que la comida propia de Pesaj (el cordero pascual) se come al declinar del día 14 del mes de Abiv (también llamado Nisán), primer mes litúrgico del calendario lunar hebreo. Es decir que se está consumiendo en el inicio del día quince.
Al leer el Talmud, encontramos que los rabinos judíos antiguos concluyeron que Yeshúa fue “colgado en la Víspera de la Pascua por la herejía de inducir a la gente al error” (Bruce, 1960, p. 101).
En tiempos más recientes, muchos comentaristas han sostenido este punto de vista. Los editores del Comentario del Púlpito escribieron:
“Parece que nuestro Señor fue crucificado en el 14º día de Nisán, el mismo día del sacrificio del Cordero Pascual, unas pocas horas antes del tiempo de la Cena Pascual, y que participó de su Última Cena la noche anterior, es decir, veinticuatro horas antes del tiempo general de la Cena Pascual”
(Spence y Exell, s.d., pp. 196-197, énfasis en original).
En su libro, Restauración Radical, F. LaGard Smith mencionó algunas cosas que, en su opinión, parecen estar en conflicto con la idea que Yeshúa comió la Pascua (Pesaj) en el primer día de los panes sin levadura. Él comentó:
«La idea resultante tiende a sugerir que podemos haber malinterpretado las palabras con las cuales Jesús comenzó la Última Cena. Puede ser que Jesús no estaba expresando su deseo de comer la Pascual real, acorde a su costumbre, sino su deseo de comer la única “Pascua” que podía compartir con sus discípulos antes que sufriera. Es decir, antes de tiempo; el día anterior; la única noche que le quedaba antes de su crucifixión.»
(2001, p. 280, énfasis en original).
Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, debemos aceptar que el Mesías Yeshúa murió entre las dos tardes del 14 de Abib. Es decir, que aún no llegaba la hora de comer el Korbán Pesaj en la cena que iniciaba en realidad los siete días de Jag HaMatzot (Fiesta de los Panes sin Levadura).
Sin embargo, a leer los Evangelios, notamos que sus pasajes nos dicen que Yeshúa mandó a sus discípulos a preparar Pesaj. Entonces, ¿cuándo lo hizo? Él mandó a sus discípulos al comenzar el día 14 de Abib y comió junto a ellos a la medianoche. Podemos entonces rápidamente inferir que Yeshúa “adelantó” por esta vez su cena de Pesaj para la noche anterior, cuando recién había comenzado el día 14 de Abib. ¿Pero porque él haría esto así?
La razón más importante es entender y aceptar que Yeshúa era el Cordero de Dios (Juan 1: 29) que debía ser muerto entre las dos tardes, por lo cual, su “Última Cena” junto con sus discípulos, la debió comer en la víspera del día de la ofrenda del Cordero Pesaj. De esa manera explicaría a sus discípulos el gran simbolismo que hay entre el korbán (sacrificio) del Cordero de Pesaj y su muerte, para que cada vez que ellos comieran la Cena Pascual que la Torah ordena, la conmemoraran teniendo en sus mentes su sacrificio.
Pero, ¿la celebración de una cena en la víspera de Pesaj no sería algo que va en contra de lo establecido en la Torah (Instrucción) divina?
Sabemos que el Mesías de Israel no puede contradecir la Torah, sino que, por el contrario, la confirma y completa con sus enseñanzas y su forma de vida, por ende, aún tenemos algo importante que decir. Veamos:
El evangelista Lucas dice:
“Se acercaba la fiesta de los panes sin levadura, que se llama Pascua”
(Lucas 22:1)
Es importante remarcar que “Pesaj”, propiamente dicho, según lo revelado por la Torah, es un solo día. Dicha jornada es el 14 de Nisán o Abib para ser más exacto (cf. Lev.23:5). Acabado inmediatamente el día 14, comienza la Fiesta de los Panes sin Levadura (Jag HaMatzot), que dura siete días más abarcando desde el día 15 al día 21 de Nisán.
Sin embargo, en la tradición de Israel a toda esa semana se le conoce como la Fiesta de Pesaj, a pesar de que Pésaj es solo el primer día donde se sacrifica el Cordero. Por lo cual tenemos un total de ocho días, (el día primero, 14 de nisán, donde se sacrifica el cordero y se come la cena al finalizar de este día y siete días más de la fiesta de los panes sin levadura) que se conocen como “Pesaj”. Esto es importante, ya que así logramos entender la razón por la que Yeshúa y sus discípulos llaman “Pesaj” a una cena que no era la primordial del Pesaj. Es decir, en la tradición de los hebreos desde ese entonces y hasta hoy, todo lo que se hacía y hace, desde el inicio del día 14 hasta el día 21 de Nisán (Abib) se conoce como PESAJ.
Una Comida de Paz y Gratitud con Secretos Mesiánicos.
Entonces, para lograr comprender las respuestas a los planteamientos de más arriba, es bueno saber que era costumbre que, antes del sacrificio de Pesaj, el pueblo de Israel se reunía a celebrar el denominado Korbán Jaguigáh. Este sacrificio era dado en virtud el agradecimiento especial que se hacía al Eterno por la aprobación sacerdotal que había recibido el cordero pascual o Zebaj Pesaj (víctima de Pesaj) que presentaba cada jefe de familia y que sería sacrificado entre las nueve y las quince horas del día 14 de Nisán. Así pues el Korbán Jaguigá era un sacrificio de acción de gracias, del tipo de los korbanot Shelamim (de paz) que se realizaba al comienzo de la festividad de acuerdo a lo que la Torah ordenaba:
“Debes inmolar el sacrificio de Pesaj para Yahvéh tu Elohim del rebaño y de la manada, en el lugar donde Yahvéh escoja establecer su Nombre”
(Devarim/Deuteronomio) 16:2)
En la Mishná se explica muy bien el detalle de que en Pesaj se traía tanto el Korbán Pesaj y también un Korbán Jaguigá (Mesejta Pesajim la Mishná 59b).
RaShí comenta que este Korbán Jaguigá tenía el propósito de de ser comido antes del Korban Pesaj. Esto causaba que el mitzvah (mandamiento) de comer el Korban Pesaj fuera magnificado por cada israelita, ya que llegaba a la mesa de Pesaj saciado por haber disfrutado anteriormente de un shelamim llamado Korbán Jaguigá. Así lograba comer el Korban Pesaj simplemente por cumplir correctamente la Mitzvah divina. Es decir, que el Korbán Jaguigá servía para impedir todo apuro hedonista al momento de comer el Korban Pesaj.
Justamente el Sabio Gaón de Vilna explicó que los huevos que se comen en la Hagadá o Seder de Pesaj son un recordatorio de la ofrenda del sacrificio festivo («Korbán Jaguigá») que se comía en la noche anterior del Seder Pesaj antes de ingerir el sacrificio pascual – por lo que se acostumbra comer el huevo que se encuentra en la keará en recordatorio del Korbán Jaguigá (Mishná Berurá 476:11, Kaf HaJaím 25-26). Hay quienes se abstienen de comer el huevo de la keará para que esta se mantenga completa y sólo lo ingieren al día siguiente (Maamar Mordejai 473:1). Empero, la costumbre extendida es comer el huevo de la keará en la noche de Pesaj.
Según los sabios aparte de presentar un sacrificio por la festividad (Korban Jaguigá) todo aquel que se hacía presente en el Templo no debía presentarse con las «manos vacías» (Deut. 16:16) esto significaba, según su lectura, que debían entregar un sacrificio extra para marcar «su presencia» en la fiesta de la peregrinación. Entonces, y bajo este entendimiento de la cultura judía, notamos que en la costumbre que imperaba en los días del Maestro Yeshúa se comía en la víspera de Pesaj (dentro del mismo día 14 de Abib o Nisán, que ya es día de Pesaj), antes del sacrificio del Cordero de Pesaj, una ofrenda de fiesta tomada de la manada conocida como ya hemos dicho como Korbán Jaguigá.
Una Comida de de la dimensión Rav – Talmid (Maestro – Discípulo)
En la época de Yeshúa, era tradición que este korbán Jaguigá que por lo general celebraba cada familia, también se hiciera especialmente entre los maestros con sus discípulos. Cada moreh (maestro) tomaba a esta Shelamim como una seudah siyum (que se traduce como: «comida festiva«, «banquete de realización«, «comida de promoción«, o «cena de graduación«) que permitía promocionar a los discípulos que cerraban un ciclo de lecciones con él, y elevarlos a la conciencia que cuando finalizara el primer ciclo de las moadim (festividades) serían enviados en misión de abrir nuevos centros del yugo del maestro que los había capacitado. De este modo, cada maestro de Torah aprovechaba esta comida especial, que se hacía en Israel por causa de los primogénito, como una cena de graduación que anunciaba a sus discípulos una promoción a un nuevo tiempo del yugo que con él aprendían y meditaban.
En este espíritu, y mediante esta comida de gratitud, cada discípulo confirmaba que se entregaba una vez más voluntaria e incondicionalmente al moréh (maestro) que había elegido, con el objetivo de absorber de él su doctrina, su enseñanza, y por sobre todo su forma de vivir las midot (cualidades) de la Luz. En esta comida cada discípulo se comprometía a continuar un nuevo ciclo que le permitiera parecerse al maestro a fin de absorber algo que sabe que está muy por encima de la realidad física. Toda esta idea estaba representada en el Matzáh (pan sin levadura) que esa noche y solamente los maestros colocaban en la mesa.
Así pues, esta seudah siyum («cena de finalización» o «cena de realización») cada maestro la realizaba para sus talmidim (discípulos) no por los logros pasados, sino por el potencial de logros futuros que cada uno de ellos tenía en esos días tan especiales entre Pesaj y Shavuot. Por lo tanto, esta seudáh siyum demandaba por causa de su espíritu pedagógico, comer matzá (pan sin levadura), aunque todo el resto de Israel, aún tenía permitido comer jametz (pan leudado). Con este acto de comer matzáh los discípulos confirmaban a su maestros que decidían continuar «comiendo de su carne, y bebiendo de su sangre» (cf. Juan 6:53-57), frase que, en el contexto judío, expresaba todo el sentido que se ha explicado acerca de este «banquete de realización«.
Terminada esta fiesta de colación de grados, cada discípulos podía ir a sus casa, con su familia, para celebrar el Pesaj inmolando el korbán pesaj (cordero pascual) el 14 de Nisán, tal y como el Eterno lo había ordenado en su Instrucción (Torah), y comiéndolo en el seder que iniciaba Jag HaMatzot (Fiesta de Panes sin Levadura).
Lamentablemente y a causa de la destrucción del Beit HaMikdash, la tradición rabínica ortodoxa aparecida siglos después se vió obligada a eliminar esta seudah siyum de paz y en su honor colocaron un huevo en la keará (el plato) de Pesaj como una «ofrenda de paz«.
Entonces, entendemos que esta es la Cena que celebró nuestro Maestro Yeshúa HaMashiaj. Nuestro amado Maestro no se anticipó a la celebración de la Pascua, ya que el korban pesaj (sacrificio pascual) en sí se seguía llevando a cabo en el mismo día, misma hora y mismo momento. Siguiendo la regla del “kal v’jomer” («lo que tiene más peso«), Yeshúa hace esta cena por ser Él, en ese 14 de nisán, la víctima de del Pesaj. Y, como la Torah ordena que el cordero debía morir el 14 de Abib por la tarde, Yeshúa no podía morir y luego celebrar la Pascua. Cumpliendo perfectamente con las mitzvot (mandamientos) de la Torah, nuestro Maestro y Dueño celebró esta sudáh un día antes, para poder morir a la misma hora que los sacrificios de la Pascua.
Esto es lo que Yeshúa comió con sus discípulos, para poder ser él el Cordero de Pesaj que moriría como el «Siervo Sufriente» del Señor, por los pecados de su pueblo Israel y por los pecados de la humanidad.
El Anhelo mesiánico por esta Cena.
«Y les dijo:
¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes que padezca! Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.»
(Lucas 22:15-16 – RVR 1960)
Ahora nos corresponde abordar una pregunta más profunda: ¿Qué tiene de especial este Pesaj (Pascua) para que Yeshúa la desee comer ardientemente con sus discípulos?
A la altura de todo lo que venimos considerando, aceptamos que Yeshúa está haciendo un Seder (orden), pero no es el seder central de Pesaj, pues no hay cordero en la mesa según lo que relatan los evangelios sinópticos. Más bien, lo relatado por el evangelista Lucas, es que Yeshúa está comiendo con sus discípulos el Korbán Jaguigá.
Como lo enseñé más arriba, esta Shelamim (ofrenda de gratitud y paz), tiene para el Maestro un propósito muy profundo, que persigue en primer lugar, celebrar el hecho de que los doce sheliajim (apóstoles) han concluido su ciclo de estudio con Yeshúa, y en segundo lugar, que ellos además ya han reconocido y confesado a Yeshúa como el Mesías prometido (ver Mateo 16:16). Sin embargo existe un motivo mayor para esta seudah siyum. Nuestro amado Maestro y Dueño necesitaba revelar a sus seguidores que Él era el Cordero de Dios anunciado y señalado por el profeta Yohanan el Bautizante, a orillas del Jordán (cf. Jn. 1: 29, 36). Por lo tanto, con esta Cena, aquellos varones escogidos comprendería que en verdad era Yahvéh, quien como Av (Padre) estaba celebrando que Su Cordero de Gloria había sido examinado en el Templo desde el día 10 de Nisán y había resultado apto para ser el Korbán Pesaj para las ovejas perdidas de la Casa de Israel.
Recordemos que el cordero pascual se sacrificaba por la salvación de los que se cobijaban bajo su sangre y se comía íntegramente en la Cena de la Pascua. Insisto en un detalle: en esta cena, no hubo cordero sacrificado.
Interesante es notar que ninguno de los cuatro evangelista nos relata la presencia de cordero en dicha cena, algo impensable si hubiera sido el Seder de Pesaj ya que el cordero era uno de los ingredientes principales en la Mesa de Pesaj (Pascua). Diré una vez más que el cordero se sacrificaba solamente en el Templo “entre la caída de las dos tardes”. Así que Yeshúa, aprovechó esta comida especial para poner de manifiesto que Él sería el Cordero Pascual sacrificado y ofrecido por el perdón de los pecados.
Por eso, el apóstol Juan dejó claro desde el principio de su evangelio este misterio al atribuir a Yeshúa el título de: “este es el Cordero de Dios…” (Jn. 1: 29,36). Título nunca dado a ningún personaje bíblico, y que relaciona directamente a Yeshúa con el Korban Pesaj (“Cordero Pascual”). De este modo, los discípulos captaron rápidamente que Yeshúa era pues el Cordero Pascual del Brit HaDashá (traducido correctamente como «Pacto Renovado»).
Entonces queda claro que Yeshúa y sus discípulos no cenaaron el Cordero de Pesaj propiamente tal, primero porque esta seuda no era la de Pesaj, pero lo más importante porque Yeshúa era el Cordero que debía ser sacrificado en Pesaj (ver 1Corintios 5:7) por lo que comió una cena voluntaria que se conoce como Korbán Jaguigá, a la cual también se le llama Pesaj porque está dentro del día de donde es sacrificado el Cordero de Pesaj (Deuteronomio 16:2). El día 14 de Abib comienza un día equis cuando se esconde el sol, y aparece la primera estrella.
Nuestro Maestro Santo comió la cena del Jaguigá a la medianoche del 14 de Abib, para luego ser sacrificado en las afuera de Jerusalén, a las 3 PM (u hora novena) del mismo día, manifestando así ser el Cordero de Pesaj que nos libera de nuestras de la esclavitud del sistema satánico de culpabilidad y muerte.
La Cena de Jaguigá, por ser una shelamim era voluntaria, pero también era un mandato de la Torah, por lo que el Mesías aprovechó la ocasión para comer junto a sus discípulos y explicarles que cada vez que comieran Pesaj propiamente tal, deberían recordar la muerte y el sacrificio que el haría por los pecados de su pueblo Israel, a fin de mantener a la Kehilá (Asamblea) de Israel en su posición de primogénito del Eterno (Éxodo 4:22).
Evidentemente, y considerando todo esta contexto, una cosa emerge claramente de todo esto: esencialmente, esta comida de despedida no fue el antiguo Pesaj (Pascua), sino el nuevo y renovado acorde al primer 14 de Aviv (Nisán) que vivieron los ancestros en Mitzrayim. Nuestro amado Dueño y Maestro Yeshúa realizó este encuentro en el espíritu mismo de aquel contexto histórico de redención, conectando esa Mesa a la maravillosa noche en el que Yah salvó a los primogénitos de Israel del paso del Ángel de la Muerte. Entonces, a pesar de que la comida que Yeshúa compartió con los Doce no fue una cena de Pesaj según las prescripciones rituales de la Torah, sin embargo, en retrospectiva, la conexión interna de todo el evento con la muerte y la resurrección de Yeshúa se destacó claramente conectándose así con la noche favorita de Yahvéh vivida por primera vez en Egipto el 14 de Avib (Nisán).
¡Fue el Pesaj (la Pascua) de Yeshúa! ¡El Pacto Renovado!
Considerando el sentido de las costumbres de aquella época, entendemos y aceptamos que Yeshúa HaMashiaj no celebró la Pascua, ya que en el orden de los rituales cúlticos, cuando llegó el momento del seder pascual propiamente dicho, Yeshúa ya había muerto. Pero, por otra parte y sujeto al Espíritu de la Profecía, como Él se entregó a sí mismo como Cordero, Él sí celebró verdaderamente el Pesaj (la Pascua) con sus discípulos durante aquella seuda shelamim.
Debo aquí decir que la fiesta de Pesaj es un recordatorio:
“Y este día os será en MEMORIA, y lo celebraréis como fiesta solemne para YHVH durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis”
(Ex. 12:14).
Entonces, y debido a que es un memorial que representa simbólicamente la liberación que más tarde haría YHVH mediante su Cordero de Gloria (el Mesías), también Yeshúa pide a sus discípulos que cada vez que tomen la Copa y coman el Pan sin Levadura, lo hagan en memoria de Él (Lucas 22).
Años más tarde, como el apóstol Pablo está enseñando lo mismo que el Mesías Yeshúa, pues él le transmitió su enseñanza, también pide a la congregación de Corintios que cada vez que participen de la Cena del Señor lo hagan en memoria de Él (1Corintios 11)
Como podemos ver, YHVH le dice a su pueblo que la cena de Pesaj es un memorial por todas sus generaciones, de igual manera, Yeshúa le dice a sus discípulos que debían cenar Pesaj, el 14 de Nisán, en memoria de Él y el apóstol Pablo, como fiel discípulo de Yeshúa, enseñaba a las congregaciones que cada vez que participen de la Cena del Señor lo hagan en memoria de la muerte de Mesías, como el verdadero Cordero pascual, pues Pesaj es la sombra profética más relevante de la Torah que anuncia la muerte del Mesías a favor de todos los hombres.
Siempre que los israelitas celebraban Pesaj estaban anunciando la muerte futura de un Hombre Cordero (Mashiaj) que los rescataría de sus pecados y eso fue lo que sucedió, celebraban Pesaj año tras año anunciando proféticamente la muerte de este Cordero sin defecto por medio del cual YHVH los protegería hasta que se cumplió al pie de la letra en un hombre llamado Yeshúa de Nazaret.
Por ésta razón es que Shaúl le dice a la congregación:
“Todas las veces que coman este pan y beban esta copa, anuncian la muerte del Maestro, hasta que él venga”
Tal cual los israelitas comían un memorial que anunciaba un evento profético, asimismo los israelitas que hemos creído en el Mashiaj Yeshúa, cada vez que participamos de Pesaj, conmemoramos ese cumplimiento profético anunciamos (conmemorando) la muerte del Cordero de Pesaj que es el Mesías Yeshúa y lo haremos hasta que él venga. En este aspecto hay una estrecha relación entre las palabras de Pablo, las del Mesías y la Torah respecto de la celebración de Pesaj.
Para concluir, diremos que, sabiendo Yeshúa que ésa era su última noche antes de morir, decidió dar un sentido diferente a esta reunión. Esto sería recordado por su significado en generaciones venideras. Por lo tanto, Él instituyó esta Cena Memorial especial, la cual debe ser celebrada anualmente en relación directa con la Pascua por aquellos que creen en Él. Al instruir el celebrar esta especial cena en memoria de él, Yeshúa completó la celebración de la Pascua. Él era (y es) el sacrificio pascual perfecto, y el Ungido de Yahvéh que el pueblo de Israel necesitaba y esperaba.
¡Los ritos de la tradición (halajáh y hadajáh) no fueron abolidos; simplemente que todo fue llevado a su pleno significado!
También te RECOMIENDO LEER estas BITÁCORAS RELACIONADAS: